Te sostengo temeroso de tus cielos, de tus tierras Crepitantes, secas, duras y quebradas, En llanuras y montañas, hermanas de mi torpe caminar, Dolidas ellas en mis llagas, susurro de viento que me abraza, Susurro tierno que me halaga.
Ciega soberbia la que quiere encerrarte vida
Entre las fútiles paredes de esta nada que soy, De este proyecto de cadáver que se atasca en placeres de hoy, En anhelos del mañana.
Vida mía, vida entera,
Guiame por el sendero, que mi pecho sea espejo, humilde reflejo, Que mi corazón sea sol encendido, Brillando para fundir en otros la misma tiniebla, Que a mi me despertó como cadáver somnoliento”