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LA CONSTITUCIÓN MEDIEVAL

MAURIZIO FIORAVANTI
Se puede considerar que la constitución del medioevo fue plenamente consuetudinaria y
material, ya que su contenido no estaba realmente establecido en un documento formal y
además prevalecía la costumbre como su fuente primordial. Así mismo se rigió a partir de
la idea de un orden jurídico dado.
Generalmente se le suele asociar con la representación de un poder teológico, descendiente
de Dios, característico de la noción general de la edad media, pero, a decir verdad, esta
presenta criterios mucho más variados en cuanto a su concepción. Por ello cabe mencionar
las características más relevantes, que [ CITATION fio01 \l 9226 ] propone, como “La
intrínseca limitación de los poderes públicos en una limitación de hecho”, ya que
desaparece la posibilidad de englobar el conjunto de relaciones civiles, económicas y
políticas, y la llamada “concepción del conjunto de relaciones sustancialmente
indisponibles por parte de los poderes públicos en los términos de un orden jurídico dado”,
pues se exponía una gran limitación en cuanto al ejercicio de los poderes.
De manera análoga se encuentra una clara diferenciación en relación a la constitución de la
antigüedad, pues a cierto modo, en esta se da la búsqueda de un orden político social,
mientras que en la medieval ya se cuenta con un orden jurídico dado en la época. Además
“el discurso de la constitución deja de pertenecer al campo político y moral, y comienza a
entrar al mundo de la jurisprudencia, naciendo de la practica social”[ CITATION fio01 \l
9226 ].

Cabe señalar que uno de los ejercicios más importantes de este, fue el que se cumpliera y
promoviera la equidad y justicia por parte del príncipe o gobernante, pues su poder era
limitado en correspondencia a estos aspectos y si por alguna razón llegara a violarlos, se
podría manifestar una tiranía. En este caso es importante recalcar que [ CITATION fio01 \l
9226 ] establece que “el príncipe se convierte en tirano cuando no cumple con su deber de
mantener la paz”, por ende, en la edad media era mas propensa a que esto se diera, ya que
de una u otra forma se tomaba la monarquía como forma de gobierno ideal, y al recaer el
poder en una sola persona era inevitable que se sobrepasara la limitación estipulada de ese
poder.
A su vez, la comunidad política “representa con y junto al rey, el conjunto de poderes y
relaciones existentes dentro de ella”[ CITATION fio01 \l 9226 ], es decir, se presentará una
supremacía en el poder, donde el rey es esencial para el manejo y control de la comunidad.
Hay que mencionar, que surgió una necesidad de creación de contratos suscritos por el rey
y todos sus magnates, bajo la plena autoridad de una lex terrae, considerada como una ley
verdadera y de orden común. En cierto modo, se tiene en cuenta que la ley da lugar a la
solemne confirmación de la costumbre, la cual deviene de una ley fundamental. Esta “es el
conjunto de costumbres aprobadas, dotadas de la autoridad del rey que conciernen a la
comunidad política en general”[ CITATION fio01 \l 9226 ].
En vista de que también surgió un ideal organicista, Marsilio (como se citó en “La
constitución medieval” 2001) “implanta que el rey hace parte de la pars principans, cuya
autoridad para juzgar, mandar y ejecutar sentencias, es completamente necesaria para la
comunidad” y por ello se considera que el pueblo elige su representante para garantizar que
este sea la ya antes mencionada, y en pocas palabras, todo se debe a que el pueblo reafirma
la supremacía del todo sobre las partes.
En consonancia con la constitución de los antiguos, también se llevó a cabo la
implementación de una constitución mixta, cuya principal característica se basaba en estar
en un punto medio, proponiendo un equilibrio entre los poderes públicos, también poseía
alta estabilidad y gran duración. Por otra parte, no fue instaurada por los vencedores a raíz
de las guerras, sino que se había formado a través del tiempo. En contraste a la constitución
mixta antigua la cual legitimaba los poderes, la medieval buscaba limitarlos para evitar que
se rompiese el equilibrio establecido. A partir de todo esto el rey y el pueblo deben
establecer un pacto, donde todo lo que el gobernante realice debe ser con la suma
autorización de los gobernados, mientras que ellos deben jurar una plena obediencia a este.
Pero antes de que el pueblo entre en su totalidad, se debe obtener la universalidad de una
ley fundamental “que regule las relaciones entre las partes y busque la unidad en una
comunidad política”[ CITATION fio01 \l 9226 ].
Es necesario recalcar que la constitución medieval es mixta en todo lo que la compete, pues
al reconocer una ley fundamental común, está dispuesta a la pluralidad de acuerdos entre
distintas partes en una dimensión política y social.
Lo dicho hasta aquí, supone que el paso de una constitución antigua a una medieval se
favoreció en relación al poder que se le otorgaba al gobernante, limitándolo hasta ciertos
puntos donde se pudiera evitar la tiranía y según mi criterio personal, estimo que el
ejercicio de los poderes estaba tomando una buena forma para dar paso a la concepción de
una constitución como la vemos hoy en día. Pero a pesar de todos sus avances, todavía no
la podemos considerar como la verdadera materialización de una constitución ideal y
solemne, que, aunque fuese innovadora para su época, todavía faltaría mucho más para que
se pudiese establecer toda aquella función dada a los gobernantes y a sus gobernados.

Bibliografía
fioravanti, m. (2001). La constitucion medieval. En m. fioravanti, Constitución: de la
antigüedad a nuestros días (pág. 170).

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