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Román Cuartango

AUTODETERMINARSE
ACERCA DE LA CONDUCCIÓN DE LA PROPIA VIDA
Román Cuartango

AUTODETERMINARSE
ACERCA DE LA CONDUCCIÓN
DE LA PROPIA VIDA

M O N T E S I N O S
E N S AYO
© Román Cuartango
Edición propiedad de Ediciones de Intervención Cultural
Diseño: Elisa N. Cabot
Ilustración portada: Enrique Mirones
ISBN: 84-95776-87-1
Depósito legal: B-10127-2004
Imprime: Novagràfik
Impreso en España
Printed in Spain
A mi padre
PRIMERA PARTE

LA VIDA QUE SE PIENSA A SÍ MISMA

1. LA VIDA COMO ASUNTO DE LA FILOSOFÍA

[Puede decirse que la filosofía es ancilla vitae ] “…en el sentido de que la


filosofía precede a su señora llevando la luz y no va detrás de ella llevando
la cola de su vestido. (…) Ni la vida ni la filosofía pueden bastarse a sí mismas.
Pero el hombre que filosofando lleva delante la antorcha, busca lo justo,
sabe, en su desilusión y esperanza, que depende
de aquello que escapa a su conocimiento”1

Si se pregunta, a todos en general, o a la comunidad filosófica y a los


que se ocupan del pensamiento, en particular, para qué sirve la filoso-
fía, es muy probable que, la mayoría de las respuestas, además de hcer
referencia a uno u otro sentido, o incluso insistir en que no sirve para
nada, podrían coincidir en que debería contribuir principalmente a
mejorar la conducción de la vida de los hombres (que son los que se
entregan a un tal ejercicio). A fin de cuentas, la propia vida interesa a
todos los hombres, y para hacerla más provechosa (en sentido amplio),
fructífera o cumplida, se valen éstos de cuantos recursos encuentran a
su alcance. Puede que el primero y más específico de todos sea la

1. Karl Jaspers, “Antwort”, en Paul Arthur Schlipp (comp.): Karl Jaspers.


Stuttgart, 1957, pág. 755.

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razón. Y si, por otra parte, la razón es uno de los asuntos que más
preocupan a la filosofía, entonces ésta tendrá algo que ver también con
la conducción de la vida hacia su logro2.
La indagación filosófica puede ser vista así como una de las maneras
en que los hombres buscan mejorar su existencia. Pero, cabría pre-
guntar, como se hace por lo demás cuando se trata de otras maneras
de vivir mejor, qué es lo que la filosofía proporciona en el contexto de
esa búsqueda (la ciencia natural, por ejemplo, ofrece un conocimien-
to de la naturaleza que hace posible una interacción productiva con
ella). De hecho, ésa es la pregunta principal: ¿qué es lo específico de
la filosofía en relación con la vida?, ¿qué dominio posibilita, qué habi-
lidades fomenta, qué conocimientos suministra, qué sabiduría desa-
rrolla? En último término, responder a estas preguntas es tanto como
realizar esta otra: ¿qué es la filosofía? (una pregunta de profunda rai-
gambre filosófica). De ese modo, al esclarecer lo que es la filosofía,
podría hacerse luz sobre la relación entre ella y la vida humana, sobre
su posible contribución al logro de aquélla. Pero, tal vez no se trate
de una cuestión separada o previa, sino de realización simultánea, de
mutua implicación.
¿Qué es, pues, lo que hace la filosofía, qué le interesa, de qué se ocu-
pa? Con bastante concisión y apresuramiento, pero apoyándose en la
tradición, puede decirse que la filosofía no se ocupa del conocimiento
referente a un espacio definido de objetos (se encuentra más bien des-
localizada), ni sobre un modo de ser específico (el que correspondería
a este o de aquel género). La filosofía se ocupa más bien de preguntar
en qué consiste el ser de cada modo de ser, el de este o el de aquel
espacio, y también, con una particularidad exclusiva, en qué consiste
ser en general o sin más. Por encima de aspiraciones y significados
cambiantes, habiendo incluso abandonado hace tiempo las clásicas
pretensiones metafísicas que aspiraban a convertir aquella averigua-
ción en el principio que presidiera cualquier otra, la pregunta filoso-

2. “Cada uno de nosotros se encuentra a sí mismo con una vida por conducir”
(Nagel, Th.: Una visión de ningún lugar. México, 1996, pág. 308).
fica mantiene como constante esa preocupación por el ser, configura-
da actualmente como una indagación por el sentido de las diferentes
apariciones o presentaciones de la realidad, que se expresan sobre todo
lingüísticamente.
En lo que a nuestro asunto se refiere la pregunta se orientaría al sen-
tido de la vida, una pregunta que se despliega en forma de varias
otras: ¿qué es la vida?, ¿cómo vivir?, ¿cuáles son las condiciones y los
requerimientos?, etc. (resuena aquí el eco de las preguntas kantianas:
¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me está permitido espe-
rar?). Es ahí, en una indagación de este tipo, donde se encuentra, por
un lado, lo más propio de la filosofía, pero también la especificidad
filosófica en la búsqueda de una vida lograda. Preguntas referentes al
sentido de la vida, pero también —y sobre todo— referentes al senti-
do de todo aquello que pueda aparecer como una representación o
condición de esa vida lograda —en los enunciados sobre la constitu-
ción de la naturaleza humana o de su acción, etc.—, son las pregun-
tas que definen el ámbito en el cual puede hallarse la contribución
filosófica al vivir humano.
Pero, evidentemente, todo esto es aún demasiado general. Hay que
conseguir determinar mucho más de qué manera la filosofía se ocupa
de la vida, y sobre todo si el saber filosófico es o no un saber para la
vida. Si el pensamiento filosófico es, por ejemplo, una fuerza vital-
mente activa o, por el contrario, resulta reactiva y si, pensando, puede
la vida humana misma determinarse. Puesto que —visto ya desde
donde estamos situados, a saber: desde la manera filosófica de abordar
los asuntos— de lo que se trata no es tanto de vivir (lo cual es un fac-
tum: se vive), ni de sobrevivir, sino de vivir bien, es decir, no de vivir
de cualquier manera, sino de vivir de una manera determinada.
Entonces, hay que determinar, lo que significa algo así como comenzar
a recortar del continuum de la existencia (haciendo preguntas, como
corresponde a una indagación). La primera de las preguntas es, pues,
“¿qué significa vivir bien?”. Sin entrar en su contenido, podemos
apreciar que en ella se encuentra ya implicado un aspecto de eso que
queremos explicitar: preguntando por el significado estamos cuestio-

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