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Cuaderno alemán

Cuaderno alemán es un libro compuesto por un conjunto de textos, dibujos e


imágenes escrito por María Negroni, publicado en 2015 por Alquimia Ediciones.

Origen: Proyecto Rayuela


En el prólogo María Negroni comenta que los textos reunidos en el
Cuaderno Alemán son una serie de textos producidos para un blog que crearon en
conjunto las sedes del Instituto Goethe de Argentina y Alemania en 2010.
María Negroni fue seleccionada junto a otros escritores argentinos y
alemanes para el Proyecto Rayuela. Dicho proyecto consistía en enviar cinco
autores argentinos (además de Negroni, Alan Pauls, Pablo de Santis, Ariel Magnus y
María Sonia Cristoff) a Alemania, y cinco escritores alemanes a Argentina (Ulf
Stolterfoht, Ron Winkler, Ray Wieland, Alissa Walkser y Christoff Simon) para
“ampliar y fomentar los lazos culturales” (Negroni, 2015: 7). A todos los escritores
les pidieron que escribieran un diario de viaje en el que plasmaran sus
experiencias.

Sinopsis
Los textos narran las experiencias de María Negroni en su estancia en
Alemania. Muchos están referidos a recorridos que realiza por distintos eventos y
lugares de interés cultural. Asimismo, hay otros en los que se cuenta experiencias
cotidianas de las que participa por azar, como una manifestación y un posterior
recital, por ejemplo.

Estructura y género
El libro está divido en dos grandes apartados bien diferenciados, un prólogo
y una nota final de agradecimientos. La primera parte, titulada “Entre madame de
Staël y Dora la Exploradora”, es el segmento más narrativo, más cercano al diario
de viaje que le piden que escribiera a Negroni. La segunda parte se titula “Catorce
poemas como pequeños muros derruidos”, es, como indica el título, una decena de
poemas en prosa.
A lo largo del libro María Negroni ha ido intercalando imágenes, fotos,
dibujos, fotos de las hojas manuscritas, croquis, mapas, bocetos. Produciendo un
texto híbrido en donde, por momentos, el texto refuerza la imagen; en otros casos
es la imagen quien colabora con el texto y complementa su sentido.
A pesar de que el libro se presenta como un libro de viaje, en muchos
momentos se escapa a la estructura propia de éste. El rasgo más representativo de
esto, quizás sea la carencia de fechas en las entradas de los textos como sería de
esperar en el cuaderno de un viajero.
El Cuaderno alemán también se inscribe en lo que se ha dado en llamar
“géneros de yo”. Un narrador en primera persona, que podemos homologar a
María Negroni gracias al carácter autobiográfico de los diarios de viaje, es quien
nos relata los hechos durante la extensión del viaje. Asimismo, hay largos pasajes
en que se desarrollan los sentimientos y los pensamientos de la narradora en
relación a la sociedad alemana, la memoria, la cultura, etc., en un estilo muy
cercano al ensayo.

El puente de la memoria
La memoria histórica es una temática recurrente en el Cuaderno Alemán.
Muchos de los lugares que Negroni visita están íntimamente vinculados a la
memoria del Tercer Reich. Algunos lugares traen consigo el recuerdo del nazismo:
“En la película de Leni Riefenstahl –El triunfo de la voluntad–, que vi entera,
descubrí que la plaza donde Hitler pronunciaba sus discursos y veía desfilar a los
escuadrones de las SS, mientras jóvenes, mujeres y niños lo miraban arrobados,
era la misma (sí la misma) en que había visto a los ciclistas disfrazados de ciclistas”
(Negroni, 2015: 35). No obstante, el movimiento con respecto a la memoria
histórica es aquello que se denomina memoria multidireccional. Por medio de la
memoria referida al nazismo Negroni crea un vínculo, una conexión con la
memoria de la dictadura de 1976 en Argentina, por ejemplo cuando visita la
fábrica de Mercedes Benz: “se admite que Mercedes-Benz apoyó desde un
comienzo al Partido Nacionalsocialista. Se admite también que, comenzada la
guerra, la empresa se recicló de buen grado, pasando a producir armamentos —lo
cual explica dicho sea de paso, por qué Stuttgart fue tan bombardeada—. No solo
eso. Su fuerza laboral llegó a estar íntegramente compuesta por mano de obra
forzada, incluyendo prisioneros de los campos de concentración. También en
Argentina el historial de la empresa es espeluznante. Se sabe que en la última
dictadura militar —más precisamente entre abril de 1976 y agosto de 1977—
fueron secuestrados y desaparecidos más de diez obreros que trabajaban en la
planta de González Catán, provincia de Buenos Aires”. (Negroni, 2015: 56.
Destacado nuestro). Otro ejemplo se da cuando “Hice el viaje [al
Dokumentationszentrum Reichsparteitagsgeländer], pensando que, en ese centro
—que se acaba de inaugurar—, vería los documentos de los juicios que, sin duda,
sirvieron de modelo a nuestro Juicio a las Juntas. Nada que ver. Lo que encontré fue
la arquitectura de una pesadilla: el complejo megalómano que el Führer se hizo
construir para sus actos delirantes” (Negroni, 2015: 35).
La memoria multidireccional ayuda a pensar y visibilizar por medio de un
hecho más conocido, de mayor magnitud (la Shoa, el nazismo) otro(s) de menor
medida (la dictadura en Argentina) aunque no menos importantes y crueles.

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