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Ius Inkarri

LA HISTORIA DE LOS CONCEPTOS DE REINHART KOSELLECK:


CONCEPTOS FUNDAMENTALES, SATTELZEIT, TEMPORALIDAD E
HISTÓRICA
THE HISTORY OF CONCEPTS OF REINHART KOSELLECK:
FUNDAMENTAL CONCEPTS, SATTELZEIT AND HISTORIK
José Javier Blanco Rivero*
Recibido: 19/06/2017 Aceptado: 17/07/2017

Resumen Koselleck, sopesando sus ventajas analíticas,


así como sus problemas, concluyendo que en
En este artículo examinamos la propuesta la teoría de los estratos temporales reside su
historiográfica de Reinhart Koselleck. Se expli- aporte más valioso. Este trabajo está pensado
can los fundamentos de la historia conceptual como un aporte a la difusión del pensamiento
y su relación con la historia social; su teoría del historiador alemán en nuestro país.
de los estratos temporales, donde residen los
aportes más trascendentales de su propuesta; Palabras clave
su tesis de un período bisagra durante el cual
se experimenta una aceleración de la historia, Historia de los conceptos - concepto fun-
lo cual tiene consecuencias en el léxico políti- damental - estratos temporales – histórica -
co y social de Europa; finalmente, su histórica período bisagra (Sattelzeit)
o teoría sobre las condiciones de posibilidad
de toda historia, donde echa mano de una Abstract
antropología filosófica basada en el existen-
cialismo de Martin Heidegger. Cerramos con In this article, I will primarily assess the
un balance crítico de la historia conceptual de foundations of Reinhart Koselleck’s historio-
graphy. First, I will discuss the foundations
of conceptual history and its relevance to so-
cial history, as well as his time strata theory,
* Doctor en Ciencias Políticas, Universidad Central de his most transcendental work. Second, I will
Venezuela (2012). Publicaciones’. Una teoría operati- appraise Koselleck’s thesis of a saddle period
va del significado, Ariadna histórica. Lenguajes, con-
ceptos, metáforas, http://www.ehu.es/ojs/index.php/
(Sattlelzeit) accounting for the acceleration
Ariadna N°1, septiembre 2012. El sistema político of his- tory, and having political and social
venezolano y el socialismo del siglo xxi: una mirada consequences in Europe. Then, I will explain
desde la teoría de los sistemas de Niklas Luhmann, his theory of conditions of possible histories
en Iberoforum. Revista de Ciencias Sociales de la
Universidad Iberoamericana, año V, n° 10, julio-di-
(Historik), which he draws on philosophical
ciembre 2010, pp. 161-205. anthropology and Martin Heidegger’s existen-

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tialism. Finally, I will provide a critical balance Posteriormente, a iniciativa de M. Rich-


of the analytical advantages and issues of his ter se formó el History of Political and Social
work, and conclude that Koselleck’s theory of Concepts Group (Grupo de Historia de los
time strata is his most important contribution Conceptos Políticos y Sociales), el cual tuvo su
to historiography. This paper is conceived of as primera reunión en el año 1998 en la ciudad de
a contribution to the dissemination in Vene- Londres. Este grupo ha servido también para
zuela of the work of this German thinker. tender puentes entre la Begriffsgeschichte y la
Escuela de Cambridge, contando en algunas
Key words de sus reuniones -que desde entonces se reali-
zan anualmente- con los máximos exponentes
History of concepts - fundamental con- de tales escuelas (History of Political and So-
cepts - time strata - theory of history (Histo- cial Concepts Group: http://www.hpscg.org/
rik) - saddle period (Sattelzeit) history).

La influencia de la historia conceptual de- La influencia intelectual de este grupo ha


sarrollada por Reinhart Koselleck ha ido cre- sido bastante grande, puesto que ahora las in-
ciendo en las últimas décadas. Sus primeros vestigaciones en el área ya no se identifican
pasos se dieron con la edición del Diccionario exclusivamente con la historia conceptual,
de Conceptos Fundamentales Políticos y So- sino que pretenden abarcar el ámbito más
ciales en Lengua Alemana (Brunner, Conze y amplio de una semántica histórica. Incluso,
Koselleck, 1972-1997), el cual le garantizó una se ha visto cómo en los últimos años nuevos
gran difusión en Europa. Recientemente ha enfoques como la teoría del discurso, han en-
encontrado seguidores en el mundo nórdico trado a formar parte de la familia de métodos
y anglosajón, gracias a la iniciativa de varios de pesquisa de la semántica histórica. Además
investigadores, entre los que destaca Melvin de los investigadores ya mencionados en esta
Richter (1990) y Kari Palonen (2004). Los gran corriente, podemos mencionar a David
trabajos de Richter (1986) -quien propuso un Armitage (2011), Michael Free- den (2007),
proyecto similar al hecho por los historiado- Javier Fernández Sebastián (2008), Gonza-
res alemanes para la historia inglesa- fueron lo Capellán (2007, 2011), Sami Syrjámáki
seguidos por James Farr y Terence Ball, lo que (2011), Martin J. Burke (1995), Skinner y
junto a la traducción de un importante trabajo Strath (2003), Henrik Stenius (1997) y Jan
de Koselleck como Vergangene Zukunft. Zur Ifversen (2009), entre otros. Y entre aque-
Semantik geschichtlicher Zeiten (Futures past: llos que han llevado la semántica histórica
On the semantics of time) al inglés en 1985, a otros campos del saber podemos mencio-
sirvió de bastión para que en el mundo anglo- nar además de David Armitage y Michael
sajón se reflexionara sobre la historia concep- Freeden, a Duncan Bell (2001), quien se ha
tual, atrayendo entre otros a los principales dedicado a difundir estas ideas en la teoría de
exponentes de la Escuela de Cambridge (Ball y las relaciones internacionales, enfatizando su
Pocock, 1988; Ball, Farr y Hanson, 1989; Ball, relevancia para la teoría política.
1998).1

1 El énfasis en esta historia conceptual anglosajona se


ubica en la agencialidad del cambio, es decir, en el
acto de habla, que es intencionalmente proferido por bios semánticos. Arguyen que estos cambios semán-
un actor, y el que en medio de los condicionamientos ticos pueden ocurrir muy violentamente en situacio-
que le impone el lenguaje que habla, produce cam- nes de crisis.

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En el mundo iberoamericano esta fusión comprensión de los grandes procesos sociopo-


metodológica entre la Escuela de Cambridge líticos de la modernidad4.
y la Begriffsgeschichte ha dado nacimiento a
un proyecto iberoamericano, el cual se ocupa Salta a la vista al revisar la obra del his-
de escribir una historia semántica de la política toriador alemán la coherencia que existe en-
iberoamericana entre 1750 y 1850 (Fernández tre sus proyectos, a saber, entre la histórica, la
Sebastián, 2009). Con ella también se ha im- historia conceptual y la teoría de los tiempos
pulsado una nueva corriente historiográfica históricos. No se trata de tres áreas de inte-
que aspira a reescribir la historia americana, rés aisladas, sino de un largo proyecto de in-
liberándose de las trabas no solo de la historia vestigación meticulosamente articulado. En
patria, sino también de los anacronismos de consecuencia dada su influencia en el ámbito
los que ha padecido una historiografía igno- intelectual europeo e iberoamericano, resulta
rante de la importancia del lenguaje en la es- de gran relevancia difundir en nuestro país los
critura de la historia (Goldman, 2008). supuestos fundamentales de la historia con-
ceptual de Reinhart Koselleck.
Tras la muerte de Koselleck (fallece en el
año 2006), este deja un legado en varios in- No obstante, justamente a causa de su
vestigadores alemanes como Carsten Dutt2, difusión e, incluso, en razón de ciertas am-
Hans Erich Bodeker (2002)3 y Lucien Hol- bigüedades en el planteamiento del autor, la
scher (2004), quienes siguen desarrollando historia conceptual se dice y se practica de
los planteamientos del autor y difundiendo su distintas maneras (Rolf Reichardt, 1998). Bo-
obra. deker (2002b) dirigió un proyecto de concep-
tos políticos y sociales en Francia, empleando
La obra de Koselleck se ubica en la fun- una metodología más enfocada en los cambios
damentación teórica de las ciencias históricas lingüísticos al nivel de la vida cotidiana y en-
en general y en establecer su relación con las fatizando el rol constitutivo de la realidad por
demás ciencias sociales (Koselleck, 2010b,c). parte del lenguaje. Terence Ball (1998), como
Y dentro de todo este proyecto la historia de hemos mencionado en una nota, ha subra-
los conceptos juega un rol fundamental, por la yado la importancia del acto de habla en la
sencilla razón de que para Koselleck la condi- transformación semántica de un concepto,
ción de la posibilidad de la historia como cien- así como la dimensión esencialmente política
cia está en la aprehensión lingüística de aconte- en la que se vinculan e interactúan esos actos
cimientos y experiencias a través de conceptos. de habla. Javier Fernández Sebastián (2009) y
Para Kari Palonen (2004), Koselleck debe ser los investigadores del proyecto Iberconceptos
considerado como un teórico de la historia han seguido una tercera vía entre Cambridge
y como un teórico político a la vez, debido a
que su aporte se concentra esencialmente en la 4 Palonen estudia el pensamiento de Koselleck ela-
borando un perfil temático, el cual divide en los si-
2 Carsten Dutt ha compilado y editado dos obras im- guientes temas: análisis de la función política de las
portantes en idioma alemán sobre la Begriffsgeschi- imágenes del mundo, análisis político de la historia
chte de Reinhart Koselleck (2006, 2010). constitucional, teoría de la historia, programática de
3 Bodeker ha intentado expandir la historia de los con- la historia conceptual, teoría de los tiempos históri-
ceptos a la historia de la cultura. Entre sus trabajos cos, monumentos de guerra e iconografía política y
podemos destacar una compilación de ensayos de antropología histórica. En este trabajo hemos dejado
distintos académicos europeos ocupados con la his- de lado el análisis de Koselleck de la iconografía po-
toria conceptual, la historia de los discursos y la his- lítica, así como el problema de la relación entre con-
toria de las metáforas. cepto e imagen. Sobre esto, ver van Gelderen (1998).

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y Heidelberg; y finalmente, dentro del mismo desenvolvía, de modo que insistir en sistemas
HPSCG han tenido acogida diversas tenden- conceptuales rígidos era inútil, ya que la for-
cias teóricas y metodológicas. Nosotros inten- mación de conceptos era siempre superada
taremos remitirnos aquí exclusivamente a la por el uso lingüístico (Gadamer, 2006). Rein-
propuesta de Koselleck, aunque al examinar hart Koselleck, quien fue discípulo de Gada-
las críticas que ha enfrentado inevitablemente mer, llevó la historia conceptual de la filosofía
habremos de echar un vistazo a las diferentes a la historia.
perspectivas sobre la práctica de la historia
conceptual. La historia de los conceptos desarrollada
por Koselleck no parte de una teoría de los ac-
Dividimos nuestra exposición en cinco tos de habla; su punto de partida está en Gada-
partes: comenzamos por exponer los linea- mer, Heiddegger y Kant. Del primero toma el
mientos generales que Koselleck estableció principio de que el lenguaje constituye el nexo
en la introducción al Diccionario, sentando de mediación entre pasado y presente, entre
con ello las bases teóricas de su propuesta, así texto y lector. De Kant y Heiddeger obtiene los
como un programa de investigación (1); segui- fundamentos de una antropología filosófica,
damente exponemos una de las conclusiones en cuyas categorías trascendentales encontra-
históricas principales del historiador alemán, a rá los marcos en los que se despliegan los con-
saber, la existencia de un período bisagra (Sa- ceptos.
ttelzeit), que ha marcado un umbral de cam-
bio histórico y conceptual en la historia (2); a Según E. Palti (2011), Koselleck elabora la
continuación profundizamos en los elementos categoría de concepto a partir del neokantia-
constitutivos de su teoría de los tiempos his- nismo (en un diálogo con Ernst Cassirer, 1993,
tóricos (3); y, por último, explicamos en qué y de la lógica hegeliana, 2006). En estrecha re-
consiste la histórica, que no es otra cosa sino lación con Hegel, sostiene que un concepto es
que su pretensión de realizar una teoría de las un juicio disyuntivo contemplado tanto desde
condiciones de posibilidad de toda historia la perspectiva del análisis como desde la sínte-
(4). Cerraremos nuestra exposición con un re- sis. Es decir, un concepto es una red de distin-
sumen de las críticas hacia el historiador ale- ciones que discriminan lo que es propio de lo
mán (5). que se define y lo que no lo es. Desde el pun-
to de vista analítico, se descubren las distintas
disyunciones, mientras que desde el punto de
LOS FUNDAMENTOS DE LA HISTORIA vista sintético se las integra como parte de una
CONCEPTUAL unidad. Koselleck toma estas herramientas
para mediar entre el nominalismo propio del
La expresión begriffsgeschichte o historia
idealismo y la radical contingencia del histori-
conceptual aparece en el siglo xviii (se cree que
cismo. El problema residía en cómo escribir la
el término fue acuñado por Hegel) pero es solo
historia de algo que mutaba constantemente a
en el siglo xx cuando empieza a adquirir pre-
lo largo del tiempo, es decir, ¿cómo escribir la
ponderancia en la filosofía. Uno de los artífi-
historia de un concepto?
ces de este proceso fue Hans-Georg Gadamer,
quien empezó a servirse de la historia concep- Con Hegel obtiene los recursos para apre-
tual como filosofía. Según el filósofo alemán, la hender los conceptos en su pluralidad e his-
misma nos ayudaba a comprender la penuria toricidad, pero Koselleck enfatiza la simulta-
lingüística en la que la actividad filosófica se neidad de lo sincrónico y lo asincrónico como

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una particularidad de los mismos, es decir, que imprescindible e irremplazable para una cul-
estos actualizan significados pasados en un tura, porque conecta y sintetiza muchísimos
presente determinado como si formasen par- significados particulares de manera muy com-
te de él. Añade, igualmente, que los conceptos pleja.
no eran sistemas cerrados, sino que transfor-
maban experiencias (Erfahrung) en vivencias La penuria lingüística de los concep-
(Erlebnis)5, es decir, que los conceptos median tos siempre va a generar un estímulo para el
lingüísticamente entre lo experimentado sen- cambio conceptual, puesto que estos son los
sorialmente por nuestros sentidos y aquello instrumentos por medio de los cuales asimos
que puede ser objeto de comunicación lingüís- intelectualmente al mundo. De modo, pues,
tica. Pero ¿cómo se relacionan los conceptos que en la categoría de concepto está ya supues-
como dominio lingüístico con lo extra- lin- ta una dualidad entre lenguaje y experiencia,
güístico? Es aquí donde Koselleck sienta la ne- entre lo lingüístico y lo extralingüístico; una
cesidad de aferrarse a categorías a históricas y dualidad que solo puede ser mediada lingüís-
termina por recurrir al neokantianismo. Con- ticamente.
cibe, entonces, la idea de categorías transcen-
dentales que fungen como receptáculo de toda Profundicemos un poco más en el plan-
vivencia, a las cuales llamará espacio de expe- teamiento del historiador alemán. En su intro-
riencia y horizonte de expectativa (Koselleck, ducción al Diccionario Histórico de Conceptos
1989). Desde aquí se comprende su ambición Políticos Sociales Fundamentales en Alemán
por una histórica como ciencia de la posibili- (Koselleck, 2009) expone los lineamientos
dad de cualquier historia (Palti, 2011). principales de lo que será su gran empresa6.
Podemos resumir los argumentos principales
En resumidas cuentas, el lenguaje esta- de Koselleck siguiendo las principales distin-
blece un vínculo existencial entre el hombre y ciones que traza.
su mundo, de manera que no existe otra for-
ma en la que el hombre pueda transmitir sus La primera distinción que hay que tomar
vivencias y su experiencia del mundo a otros en cuenta es aquella entre palabra y concepto.
hombres, sino a través del lenguaje. Pero las Para Koselleck, la palabra y el concepto tienen
palabras solas no bastan para transmitir ex- en común una característica, a saber, la polise-
periencias; existen palabras cuyos nexos de mia. Pero cada cual es polisémico en sentido
sentido se densifican y se convierten en nodos distinto: una palabra remite a posibles signi-
semánticos, puesto que articulan toda una red ficados que pueden ser asociados con la mis-
de significados. Es entonces cuando estamos ma, dependiendo del contexto y la situación,
en presencia de un concepto. Se habla de un mientras que el concepto siempre condensa en
concepto fundamental cuando este se vuelve sí una pluralidad de significados. Un concepto
enlaza un conjunto de significados de tal for-
5 Podría ahondarse en el significado filosófico del ya ma que los une en una red de sentido, la cual
polémico concepto de experiencia, pero no es este el aprehende un campo de experiencias sociopo-
lugar para llevar a cabo tan ambicioso proyecto. Una
breve historia conceptual la podemos encontrar en líticas (ya que Koselleck habla de conceptos
Raymond Williams (2008, a lo que habría que agre- político- sociales fundamentales). En una pa-
gar la interesante distinción que se hace en la filosofía
alemana entre erfahrung (experiencia) y erlebnis (vi- 6 Para una revisión más detallada de los orígenes de la
vencia). Véase en particular sobre el surgimiento del historia conceptual y de la especificidad del enfoque
concepto de erlebnis a Hans-Georg Gadamer (2005, de Koselleck, véase José Luis Villacañas y Faustino
pp. 96-107). Oncina (1997, pp. 9-64).

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labra, la dimensión referencial del sentido es de análisis, lo que trae como consecuencia su
patente, es decir, puede separarse con claridad ubicación en un nivel metahistórico. El his-
el significante y lo significado. En un concepto, toriador tiene que trabajar con fuentes que
por el contrario, el significante y lo significa- muestran una articulación lingüística de las
do están irresistiblemente unidos (Koselleck, experiencias del pasado, pero también a partir
2009). de estas fuentes puede descubrir experiencias o
fenómenos que no habían sido expresados lin-
Esta diferencia resulta fundamental, ya güísticamente; entonces necesita el historiador
que permite discriminar dentro del universo desarrollar categorías científicas (Koselleck,
semántico con el que se encuentra el historia- 1989). Un espacio de experiencia y horizonte
dor cuando examina un texto, lo que resulta de expectativas constituyen, pues, esas catego-
relevante de lo que no. rías diseñadas por el historiador para sacar a
flote relaciones antes invisibles.
Consideramos que una segunda distin-
ción importante es aquella entre diacronía y Estas categorías tienen una marcada ca-
sincronía, ya que ambas se integran para dar racterización antropológica, ya que por defi-
nacimiento a la historia de un concepto. Un nición están ancladas al hombre y su ser en el
concepto está inserto en un contexto de sen- tiempo (aquí la influencia de Heidegger es ma-
tido; es parte de una realidad, la cual también nifiesta). De ellas se servirá después Koselleck
ayuda a cambiar. De esta forma, el concepto para construir las oposiciones fundamentales
brinda acceso a un conjunto de experiencias de su histórica. Pero, ¿de qué se trata en defi-
que caracterizan a ese contexto específico. Esta nitiva cuando hablamos de la experiencia y de
es la dimensión sincrónica. Pero para escribir las expectativas como espacio y como horizon-
propiamente una historia conceptual es preci- te, respectivamente?
so aislar al concepto de los contextos especí-
ficos en los que apareció y examinarlos en La experiencia es para el historiador ale-
su sucesión temporal. Lo que el investiga- mán pasado-presente, es decir, acontecimien-
dor tendrá en cuenta son los diversos usos tos pasados que pueden ser recordados, ra-
que ha mantenido y/o perdido a lo largo del cionalizaciones y formas de conducta que se
tiempo, y de qué manera estos usos se rela- han transmitidas de generación en generación.
cionan con lo que ha acontecido (Koselleck, Mientras que la expectativa es un futuro-pre-
2009, p. 13). Y esta es la dimensión diacróni- sente, un aun-no, es decir, son todas aquellas
ca. Pero también sale a la luz otra dimensión proyecciones que se hacen en determinado
de la relación entre lo sincrónico y lo diacró- presente sobre lo que podría ocurrir, bien sea
nico cuando Koselleck habla de la simulta- que se desee o se tema, que se lleve a cabo o se
neidad de no lo simultáneo, es decir, cómo padezca. Así, pues, experiencia y expectativas
en un mismo momento histórico se agolpan permiten relacionar distintas temporalidades,
significados cuyo origen se remonta a distintos ya que por definición las entrelazan entre sí to-
momentos del pasado. mando como punto de unión el presente (Ko-
selleck, 1989, p. 354).
La tercera distinción importante es aque-
lla entre espacio de experiencia y horizonte de Tomando como referencia los modos en
expectativas. Esta diferencia es de suma rele- que los conceptos contienen experiencias y
vancia dentro de la propuesta de Koselleck, expectativas, se hace posible visualizar cam-
ya que constituyen sus principales categorías bios estructurales durante largos períodos

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de tiempo. A partir de aquí Koselleck desa- que se construye; es una realidad que está más
rrolla su teoría de los tiempos históricos. Por allá del texto, pero de la cual solo se puede te-
ejemplo, las categorías de cambio, duración ner una idea a través del texto.
y novedad las deduce Koselleck a partir de
distintas combinaciones entre experiencia y Dado que el lenguaje tiene una función
expectativa. Sobre esto volveremos más ade- referencial, es posible vislumbrar una reali-
lante. dad que no es lingüística. Esta realidad, como
hemos dicho arriba, es objeto legítimo de in-
La cuarta distinción pertinente distin- vestigación histórica. No obstante, para llevar
gue entre semasiología y onomasiología. Ko- a cabo esa labor debe preceder una operación
selleck pretende con su historia conceptual de aclaración conceptual, es decir, una depu-
dar cuenta del campo semántico político-so- ración entre conceptos históricos y categorías
cial que tejen los conceptos, de modo que científicas. Basándose en este supuesto, Kose-
cuando se hace la historia de un concep- lleck arguye que la historia conceptual prece-
to se hace en realidad la historia de varios de y enmarca a la historia social (Koselleck,
conceptos interconectados en densas redes 1989b).
de sentido. Por esta razón, resulta importan-
te estudiar no solo todos los significados aso- Mas, la historia conceptual también nece-
ciados a un concepto (semasiología), sino sita de la historia social, dado que los concep-
también todas aquellas palabras o conceptos tos son parte de una realidad que no es lingüís-
que en determinado momento hayan desig- tica; ellos fungen como factores cambiando esa
nado un mismo estado de cosas (onomasio- realidad en tanto que modifican las expecta-
logía). Gracias a la comparación entre ambas tivas y experiencias de las personas, así como
dimensiones, se hace posible registrar con también sirven de indicadores, ya que delatan
mayor precisión los cambios semánticos y la persistencia de determinadas experiencias
su relación con la historia social (Koselleck, y expectativas. No es posible observar esta di-
2009, p. 14). ferencia si no se contrastan las variaciones se-
mánticas de un concepto que tenemos noticia
Las anteriores diferencias se ocupan fun- de que ha ocurrido.
damentalmente de la dimensión lingüística,
pero Koselleck también desarrolla una distin- Por otra parte, la historia social también
ción que le permite establecer vínculos entre lo ayuda a la historia conceptual cuando permi-
lingüístico y lo extralingüístico. Se trata de la te atribuir el uso de determinados conceptos
diferencia entre historia de los conceptos e his- a determinados estratos sociales. Muchos con-
toria social. El punto de partida de Koselleck ceptos no hacen explícita su proveniencia so-
es que no hay historia sin lenguaje, porque re- cial, por lo que es necesario aclararlo, ya que
cién este fue el que permitió la escritura y esta, no es indiferente para la historia de un concep-
a su vez, es la que ha hecho materialmente po- to saber cuál fue su impacto y penetración en
sible la existencia de una práctica como la his- una sociedad.
toria. De modo que para la historia no existen
hechos en sí, sino fuentes lingüísticas que nos De esta forma, historia social e historia
hablan sobre hechos, por lo que la forma y ma- conceptual se complementan pero siempre
nera en que se interroguen esas fuentes condi- manteniendo una relación asimétrica entre sí,
cionará lo que estas nos dirán del pasado. En puesto que de lo no lingüístico solo se puede
definitiva, el acontecimiento histórico es algo dar cuenta lingüísticamente.

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EL PERÍODO BISAGRA (SATTELZEIT) por otros miembros de la sociedad.


Y como consecuencia de la amplia-
El período bisagra es un espacio temporal ción del ámbito de los parlantes, se
ubicado entre 1750 y 1850 en el cual Koselleck amplían también las formas de uso
detecta un conjunto de transformaciones fun- del concepto al encontrar aplicación
damentales en el léxico político y social euro- en otras dimensiones de la vida. Por
peo. La tesis de Koselleck es que durante este otra parte, aquellos conceptos pro-
período los conceptos político-sociales co- pios de una sociedad estamental em-
mienzan a mostrar una ruptura entre espacio piezan a caer en desuso.
de experiencia y horizontes de expectativas,
con la consecuencia de que pierden conteni- - Ideologización: Con esto quiere in-
do vivencial y se futurizan, es decir, se vuelven dicar Koselleck que muchos concep-
conceptos de expectativas. El historiador ale- tos se generalizan y abstraen con el
mán ha resaltado en varias ocasiones que la te- propósito de aprehender los cambios
sis del Sattelzeit no es consustancial a la meto- sociales que se suceden con mayor
dología de la historia conceptual, no obstante, rapidez. Pero también refiere a la dis-
ha llegado a convertirse en un hito en la obra putabilidad de los conceptos, producto
del autor. del desmoronamiento de las viejas cer-
tezas. Surge entonces un tipo de con-
Esta transformación tiene que ver con los ceptos que el historiador alemán llama
cambios sociales y técnicos que experimentó singulares colectivos, cuya caracterís-
la sociedad europea, produciéndose así una tica es precisamente su alto nivel de
aceleración de la historia (Koselleck, 2003). abstracción y, como consecuencia de
Cambió la percepción del tiempo, se le sentía ello, su transformación en fórmulas
transcurrir más rápido, y con ello se alteraron de consenso ciegas y vacías.
las experiencias del mundo; ya los moldes del - Temporalización: Los conceptos
pasado, las costumbres, las instituciones, etc. político-sociales se transforman en
perdían vigencia y el hombre debía encarar un conceptos de expectativas, como di-
futuro abierto. Estos cambios se reflejan pre- jimos arriba. Pero también surgen
cisamente en los usos de los conceptos políti- conceptos de movimiento, a saber,
co-sociales, en el hecho de que estos dejan de todos aquellos que se sustantivizan
referirse a lo conocido y empiezan a designar con la partículaismo. Los conceptos
estados de cosas aun no vividos, aun no alcan- sufren también una carga de emoti-
zados por la sociedad. vidad, característica de la experien-
cia de aceleración histórica. Pero
Koselleck describió cuatro criterios a fundamentalmente surgen nuevos
partir de los cuales puede estructurarse a ni- conceptos que pretenden articular el
vel conceptual el cambio descrito (Koselleck, tiempo mismo, al producir determi-
2009, pp. 6-10): naciones temporales y asociarles ex-
periencias y significados.
- Democratización: La sociedad esta-
mental se disuelve y aquellos con- - Politización: Los conceptos que de-
ceptos que antes formaban parte signan posiciones sociales o algún
del léxico de un estamento especí- tipo de estratificación adquieren
fico, ahora pasan a ser compartidos relevancia política; se crean neolo-

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gismos en función de los proyectos ca de un concepto. Pero aunado a ello, existe


políticos; se desarrollan tácticas de también un elemento extralingüístico, y es
control lingüístico para regular cier- que ciertas instituciones sociales juegan un rol
tos usos; surgen contraconceptos fundamental en la estabilización semántica de
polémicos (como reaccionario- re- ciertos conceptos. De manera que, en pocas
volucionario), los cuales orientan la palabras, una estructura de repetición es aque-
dinámica política. lla que hace posible que experiencias y expec-
tativas puedan mantenerse durante un tiempo
UNA TEORÍA DE LOS TIEMPOS HIS- prolongado.
TÓRICOS
Con novedad se refiere Koselleck a los
El problema de la temporalización de los acontecimientos tanto lingüísticos como no
conceptos lleva a Koselleck a profundizar so- lingüísticos. En el mismo sentido que expli-
bre el tema, y a partir de allí desarrolla su teo- camos arriba, el uso pragmático está también
ría de los estratos temporales. Koselleck llegó a emparentado en esta dimensión con la unici-
la idea que de la misma manera en que es posi- dad y particularidad de los acontecimientos.
ble observar la historia de la tierra al examinar Acontecimientos novedosos puedan dar lugar
sus estratos, así también era posible historiar también a estructuras novedosas en la medida
un concepto. A partir de esa idea inicial preci- en que se vuelvan repetibles.
só su intuición: un concepto tiene de manera
general una estructura dual, a saber, semántica La generatividad da cuenta de las dife-
y pragmática; mientras que los elementos fun- rencias en experiencias y expectativas que se
damentales que constituyen un estrato tempo- producen entre una generación y otra. Cada
ral dentro de un concepto -o grupo de ellos- generación desarrolla una jerga particular y
son tres: estructura de repetición, novedad y con ello unas costumbres, un conjunto de ex-
generatividad (Koselleck, 2003b). periencias sobre el mundo y de expectativas
sobre lo que debería ser la sociedad y la vida
Los conceptos tienen una estructura tem- individual en ella.
poral, a saber, una dimensión semántica y otra
pragmática. La semántica se refiere a los sig- Estos tres elementos constituyen, pues, un
nificados ya establecidos y consolidados con estrato temporal. En cierto sentido, Koselleck
los que usual y generalmente se asocia un con- intenta con estas categorías aprehender el con-
cepto, mientras que la pragmática representa el texto en que el concepto se desarrolla, e inte-
uso particular del concepto en cada caso único. grarlo al análisis conceptual sin perderse en
Todo concepto se emplea a nivel pragmático, sin las disquisiciones en torno a la definición de
embargo, conserva su estabilidad a nivel semán- la categoría de contexto. Dicho de otra forma,
tico, garantizando con ello la inteligibilidad de la los estratos temporales integran la dimensión
emisión. Las variaciones en el uso pragmático de sincrónica junto con la diacrónica de una for-
los conceptos pueden dar lugar a nuevos signi- ma teóricamente más sólida, a diferencia de la
ficados, siempre y cuando los nuevos usos se referencia al procedimiento de descontextuali-
sedimenten e institucionalicen. zar los conceptos para ensamblar su historia a
nivel diacrónico.
Cuando Koselleck habla de estructura de
repetición se refiere a aquellos elementos que Con ello también Koselleck se permi-
hacen posible la relativa estabilidad semánti- te observar distintos tiempos dentro de un

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Sergio Fernández Riquelme

concepto, ya que, por ejemplo, una estruc- presente-pasado o entre futuro-pasado y pa-
tura de repetición puede durar más o menos sado-presente; y finalmente, con unicidad se
que una generación -diferencias que son im- comprende la sucesión de cada presente pen-
portantes a la hora de evaluar la importan- sable con los pasados y futuros cambiantes.
cia de un concepto para cierta sociedad. De
igual manera, el enlace entre las estructuras Koselleck emplea estas categorías tempo-
de repetición de distintos estratos tempora- rales para realizar una tipificación de los tex-
les de un mismo concepto, pueden revelar tos frente a los cuales se enfrenta el historia-
cambios de gran envergadura en la evolución dor. Así, pues, según el historiador alemán los
del mismo. textos se pueden clasificar según su estructura
temporal: en los memorandos, las cartas y la
No contento con esto, Koselleck intenta prensa predomina lo pragmático, puesto que el
desprenderse de las categorías de las ciencias lenguaje en su uso cotidiano deja aparecer de-
históricas que se refieren al cambio y las trans- clinaciones, que pueden ser hasta cierto punto
formaciones, e intenta hacerse con unas más innovadoras, pero que aun no se han asenta-
precisas. El problema es que la metafórica del do en el repertorio lingüístico, es decir, aun no
tiempo remite a cosas que no son temporales puede hablarse de un cambio de significado.
y cuando se emplea alguna categoría temporal Le siguen los diccionarios, las enciclopedias y
es poco lo que dice. En consecuencia, Kose- los manuales, los cuales registran los usos de
lleck desarrolla tres categorías que a su juicio una palabra y su gradual cambio, aunque son
le permiten desprenderse de la inexactitud de ciegos a las innovaciones más recientes. Lo
categorías como zeitgeschichte (historia con- interesante de estos textos es que aprisionan
temporánea), (Koselleck, 2003c)7. Tales son varios estratos temporales, permitiéndole al
las de duración, cambio y unicidad (Koselleck, historiador comprobar empíricamente el nivel
2003c, p. 249)8 (Einmaligkeit)9. semántico de un concepto, así como las inno-
vaciones. Y, finalmente, un tercer tipo de fuen-
Analíticamente existen las siguientes di- tes son los clásicos, los cuales tienen la parti-
mensiones temporales: pasado- presente, cularidad de que pretenden fijar significados
presente-futuro, presente-presente, presen- en la larga duración, es decir, sus significados
te-pasado, pasado-pasado, futuro-pasado, pre- pretenden una validez duradera (Koselleck,
sente-futuro, pasado-futuro y futuro-futuro. 2006b, pp. 86-98).
Orientándose por ellas hablará entonces de
duración entre la dimensión presente-pasado De este modo, se tienen fuentes que son
y futuro- presente; con cambio se refiere a la únicas e irrepetibles, que se desvanecen con el
relación entre la dimensión pasado-pasado y tiempo; se tienen fuentes que van cambiando
con el tiempo y se adaptan rápida o lenta-
7 En el mismo texto Koselleck explica de qué se trata la mente a la realidad cambiante; y finalmente,
historia temporal, la cual quizá podríamos traducir se tiene fuentes con una pretensión inicial
con mayor precisión como historia contemporánea. innovadora pero que adquieren después una
8 Koselleck reconoce en este punto su deuda intelec-
tual con los trabajos de Raymond Aron (1948, p. significación intemporal. Para Koselleck,
183), Reinhart Wittram (1966, p. 5) y Niklas Luh- un clásico tiene una estructura paradójica,
mann (1972, pp. 81-115). puesto que es único e irrepetible -justamente
9 Hemos traducido esta palabra como unicidad a falta como un acontecimiento- pero también par-
de una más precisa. La expresión alemana einmalig
significa una vez, mientras que la partícula -keit per-
ticipa en una estructura de repetición (Kose-
mite convertir tal adjetivo en un sustantivo. lleck, 2006b, p. 98).

408
Ius Inkarri

LA HISTÓRICA diferencia a su vez de otras. De esta


manera, los seres humanos incluyen
Finalmente, para Koselleck no es suficien- y excluyen a otros seres humanos
te una teoría de los tiempos históricos para dentro de las unidades que han for-
sustentar teóricamente la investigación en las mado. En estrecha relación con esta
ciencias históricas. Es necesaria una teoría que contraposición entre lo interno y lo
aclare las condiciones de posibilidad de toda externo, surge aquella entre público
historia, a esto llama Koselleck -siguiendo a y secreto. La inclusión dentro de un
Droysen (1974)- histórica. La histórica kose- grupo humano, tanto más en cuan-
lleckiana está compuesta por un conjunto de to se pretenda muy exclusivo, exige
categorías metahistóricas y prelingüísticas, las ciertos ritos de iniciación que deben
cuales están cargadas de fuertes connotaciones permanecer fuera del conocimiento
antropológicas con herencia heideggeriana de los demás. Por otra parte, existen
(Koselleck, 2003d, pp. 97-118). contenidos manifiestos que se em-
plean para generar una identidad y/o
Para Koselleck, la estructura temporal para orientar la conducta general de
fundamental de posibles historias está los miembros y de los no miembros
también.
conformada por cinco pares de categorías
(Koselleck, 2003d): - Estar arrojado y generatividad: El es-
tar arrojado se refiere a la coacción
- Precursar la muerte (vorlaufe zum que impone el estar allí, el nacer, la
tode) y poder matar (totschlagen finitud de la existencia. Junto con
konnen): Las historias humanas esta dimensión está aquella que rela-
siempre giran en torno a la muerte. ciona a los seres humanos con otros
El arriesgarse a la muerte y el poder desde un punto de vista instintivo y
matar son situaciones extremas o biológico, a saber, la familia.
existenciales, haciendo tales expe- - Amo y esclavo: Estas categorías exis-
riencias dignas de ser transmitidas a tenciales dan cuenta de la asimetría
otras generaciones. Los grupos hu- de las relaciones entre los hombres,
manos luchan entre sí por la supervi- de las relaciones de poder y de do-
vencia, en donde siempre está latente minación entre ellos. Las relaciones
la posibilidad de la violencia. de fuerza y su forma de legitimación
- Amigo y enemigo: Esta distinción son un componente fundamental en
formal comprende, según lo formuló toda comunidad humana y, como ta-
Carl Schmitt, la esencia de la políti- les, son condición de posibilidad de
ca; la enemistad existencial o agonal la historia política, y social particu-
calibra las relaciones dentro de una larmente.
comunidad política, así como entre La relación de la histórica con la historia
comunidades políticas. conceptual consiste en que la primera estable-
- Interior y exterior: El ser-en-el-mun- ce las condiciones de posibilidad de toda his-
do exige una delimitación del espa- toria a nivel prelingüístico y extralingüístico.
cio que se ocupa en el mundo y, con- Por ende, el cambio conceptual no se explica
secuentemente, esa delimitación se solamente en sus propios términos, sino que

409
Sergio Fernández Riquelme

responde al juego de las oposiciones existen- ración de los usos conceptuales del presente y,
ciales que hemos descrito recién. La histórica, por último, la inadecuación de su clasificación
de esta manera, le da contenido a aquella di- de las fuentes para el contexto americano. Ex-
mensión extralingüística que Koselleck no ha- ploremos cada uno de estos problemas dentro
bía podido relacionar satisfactoriamente con de los límites que nos permite un ensayo in-
lo lingüístico; esta es la forma, digamos, que troductorio.
encontró de escapar hasta donde resulta po-
sible de la paradoja de la lingüistización de lo a) Para Koselleck, un concepto con-
extralingüístico. densa en sí toda una conexión de
significados y resume en sí todo un
entramado de experiencias políticas
CRÍTICAS A LA HISTORIA CONCEP- y sociales. Sin embargo, no queda
TUAL claro qué es un concepto: ¿es un sig-
no lingüístico?, ¿es una categoría del
Las críticas más fuertes a la historia con-
investigador?, ¿es una entidad a ca-
ceptual se han centrado en torno a los si-
ballo entre la palabra y determinados
guientes problemas: a) Koselleck no define
contenidos de la conciencia? Hans-
con claridad en qué consiste un concepto,
Erich Bodeker (2002b) nos indica
mucho menos claro resulta el término con-
que Koselleck considera que el con-
cepto fundamental; b) en consecuencia, sobre
cepto no es una entidad lingüística,
todo desde la perspectiva de los historiadores
sino más bien analítica o espiritual.
de Cambridge, se cuestiona la posibilidad de
La identidad del signo lingüístico (es
una historia de los conceptos como tal, o bien,
decir, la identidad de una palabra que
surgen dudas en torno a la supuesta autono-
puede ser reconocida a lo largo del
mía de la historia conceptual como discipli-
tiempo como libertad, democracia,
na; c) las relaciones entre historia conceptual
etc.) sirve fundamentalmente como
e historia social, o bien entre lo lingüístico y
forma de delimitación del campo se-
lo extralingüístico, son todo menos claras y
mántico que se va a estudiar. De allí
están llenas de contradicciones patentes; d) la
que Koselleck apunte en sus últimos
tesis del Sattelzeit es cuestionable en sí misma,
escritos que la historia conceptual es
así como desde la perspectiva de una historia
siempre historia conceptual compa-
conceptual comparada; e) la organización de
rada, la historia de un léxico, de una
la investigación histórico-conceptual en la for-
red o entramado de conceptos que se
ma de un diccionario no permite establecer las
vinculan entre sí de formas variopin-
relaciones interconceptuales que se producen
tas (Koselleck, 2006c). Un concepto
dentro de un campo semántico; por otra parte,
fundamental es entonces aquel que
no existe gran diferencia entre la historia con-
como una llave permite el acceso a
ceptual practicada en el Diccionario de Con-
un complejo entramado semántico,
ceptos Fundamentales Políticos y Sociales en
en el que también existen y están
Alemán y la tradicional historia de las ideas,
conectados otros conceptos. Pero el
puesto que se parte de las mismas fuentes, de
historiador alemán, añade Bodeker,
los mismos clásicos; y f) finalmente, añadire-
no solo deja recaer cierta ambigüe-
mos algunas críticas propias, a saber, la con-
dad sobre cómo debe entenderse un
tradicción de sus postulados hermenéuticos al
concepto, sino que también su forma
declarar como finalidad de su empresa la acla-
de definir el significado deja lugar a

410
Ius Inkarri

ciertos problemas. Para Koselleck, el pero no puede lograr tal tarea sino a
significado no es una relación deter- costa de sacrificarse a sí misma, de
minada entre significante y el objeto, declarar su propia imposibilidad.
sino un ente en sí que va aparejado Recurriendo a Blumenberg, Palti ex-
al signo lingüístico. Esta concepción plica cómo las metáforas son el ve-
esencialista del significado le cierra la hículo adecuado para dar expresión
puerta a una concepción pragmática a ese nivel simbólico y poder seguir
del cambio de significado; para él las al compás de sus transformaciones
variaciones en los usos de un con- esos movimientos que explican los
cepto son un añadido a ese núcleo de cambios semánticos. Pero la metafo-
significado. Koselleck intenta rein- rología se encuentra también con su
troducir esa dimensión descuidada propia aporía, lo que lleva a Blumen-
con la distinción entre semasiología berg a especular sobre una teoría de
y onomasiología, pero no sin caer la inconceptualidad. Pero en defini-
en contradicciones (Bodeker, 2002b, tiva, más allá de los caminos sin sali-
pp. 100 y ss.). En conjunto, Bodeker da de la tradición de historia intelec-
estima que Koselleck carece de una tual alemana, aquello que explica el
adecuada teoría del concepto. Por cambio semántico en los conceptos y
otro lado, Elías Palti, como hemos que le confieren temporalidad, es ese
discutido arriba, sostiene que Kose- sustrato simbólico que se constituye
lleck desarrolla su tesis de lo que es en un mundo de la vida (que se hace
un concepto a partir de la lógica de visible en las metáforas) y cuyos ho-
Hegel y de la filosofía kantiana, pero rizontes variables hacen imposible
en otro lugar (Palti, 2011b) sostiene la coincidencia prolongada de un
que la historia conceptual, forman- concepto con un objeto. Es por ello
do parte de la tradición de historia que los conceptos son disputables.
intelectual alemana (Ideengeschich- Podría derivarse de lo planteado por
te), solo puede comprenderse en las Bodeker y Palti, que existe entonces
aporías de esta tradición. La historia una diferencia entre el cambio con-
conceptual solo supera la tradicional ceptual y el cambio semántico, don-
Ideengeschichte en la medida en que de el primero precede y es más signi-
tiene en cuenta que las ideas no son ficativo y profundo que el segundo.
unitarias ni permanecen inmutables La historia conceptual buscaría en-
a lo largo del tiempo, sino que estas tonces dar cuenta del cambio con-
mismas se transforman y con ellas ceptual, pero no puede hacerlo si no
mutan también los signos lingüísti- sigue las huellas que tales movimien-
cos que intentan apresarlas. El cam- tos dejaron sobre la superficie de la
bio semántico no se da por sí mismo, semántica. Es por ello que Bodeker
impidiendo que los significados se (2002b, p. 89) niega que el concep-
cristalicen y que, en tanto, se vuelvan to sea una identidad lingüística, lo
atemporales. Existe un nivel simbó- que reduciría la historia conceptual
lico de la realidad que impulsa este a mera semántica histórica; y es por
cambio, cuyas estructuras formales ello también que Palti (2011b, p. 213)
son precisamente aquellas que la his- advierte sobre el hecho de que la his-
toria conceptual pretende descubrir, toria conceptual no es el mero regis-

411
Sergio Fernández Riquelme

tro de cambios de significado, sino b) La historia conceptual resulta in-


que apunta a explicar por qué cam- comprensible para los contextua-
bian. La ambigüedad de la principal listas10, puesto que la misma impli-
categoría de la historia conceptual ca descontextualizar el concepto, y
ha llevado a algunos a desdeñarla y creen que ello implica el riesgo de
a otros a buscar derroteros alterna- hipostatizarlo, dándole una relevan-
tivos que siguen tradiciones aleja- cia que no tuvo y superponiéndolo
das del ámbito intelectual alemán. en un contexto donde no fue rele-
Tal es el caso de Adi Ophir (2012), vante. Q. Skinner (1988, p. 283), en
quien acudiendo a Foucault concibe particular, apunta que no existe una
al concepto como un tipo particular historia conceptual, sino una histo-
de discurso, en el cual el enunciado ria de los usos que los agentes hacen
conceptual cumple cuatro funciones: de un concepto en la argumentación,
formación de un ámbito fenomé- en fin, no hay historia de los concep-
nico; definición de los límites con tos sino de sus usos en la argumenta-
otros campos o formaciones con- ción. Este es el quid de la renuencia
ceptuales; definición de un tipo de de Skinner a conocer de las investi-
subjetividad; y la definición de una gaciones de Koselleck. Existen otros
dimensión material de aparición. El autores que critican la validez de la
discurso conceptual para Ophir no historia conceptual como disciplina
está monopolizado por ninguna ins- histórica autónoma, por razones dis-
titución, sino que es dominio de todo tintas a las aludidas. Para B. Scholz
individuo que inquiere por la esen- (1998, pp. 90-91), la historia concep-
cia de una cosa; es la pregunta qué es tual tiene un ámbito de validez limi-
X, la que involucra a una comunidad tado a un tipo de discursivi- dad que
discursiva en el discurso concep- Koselleck trata de controlar a través
tual. Así, pues, solo existen concep- de una metanarrativa que habla de
tos en este discurso y mientras que la irrupción de la modernidad en
los enunciados estén guiados por tal el Sattelzeit. Por su parte, las cate-
interés, de resto se trata de términos gorías de historia de los problemas
cuyo signi¬ficado puede suponerse (problemgeschichte) e historia de
aceptado y conocido sobre la base de los efectos (wirkungsgeschichte) y
unas convenciones sociales incues- su importancia dentro del plantea-
tionadas. Bernhard Scholz (1998, p. miento de Koselleck, indican que no
89) considera que la definición de es la historia conceptual la que pre-
Koselleck de concepto fundamental valece sobre ellas, sino viceversa, es
es un sinsentido, a lo sumo, aquello decir, es la historia de los problemas
que el historiador alemán trae a cola- o de los efectos la que indica el cami-
ción es la forma en que los conceptos no que ha de seguir el investigador
operan en el mundo de la vida para conceptual en su investigación; son
constituir la realidad social. En re- los acontecimientos los que nos van
sumidas cuentas, no existe consenso
en la comunidad académica sobre lo 10 Entendemos que Skimer es un contextualista “lin-
güístico” porque reubica la distinción texto-contexto
que es concepto y mucho menos un en el ámbito de los actos de habla y las convenciones
concepto fundamental. lingüísticas.

412
Ius Inkarri

a orientar la detección de determina- apuesta por el carácter constitutivo


dos cambios semánticos. La historia de la realidad que tiene el lenguaje.
conceptual, tal como la entiende Ko- Para el historiador holandés, la ra-
selleck, corre el riesgo de hipostati- zón está del lado de Pocock, quien
zar a los conceptos o de caer en las además -en contra de una teoriza-
marañas del idealismo, porque son ción estructuralista- propone un
los problemas los que desencadenan planteamiento en el que se le confie-
los cambios conceptuales y no estos re el lugar debido a la acción y creati-
los que desencadenan problemas so- vidad humanas en el cambio lingüís-
ciales (Scholz, 1998, p. 91; Rayner, tico e histórico. De manera similar,
1988). Otras críticas que envuelven Martin van Gelderen (1998, p. 232)
a la begriffsgeschichte como discipli- juzga que la diferenciación entre his-
na autónoma atañen concretamente toria social e historia conceptual es
a la relación que Koselleck establece mistificadora, porque la historia es
entre historia conceptual e historia construida gracias al lenguaje; de
social. Ese es justamente el siguiente modo que no tiene caso tal diferen-
punto. ciación metodológica y epistemoló-
gica entre una y otra. Por otra parte,
c) La distinción entre historia social e Hans-Erich Bodeker (2002b), tras
historia conceptual constituye uno apuntar la relevancia de la relación
de los aportes más interesantes de entre las palabras, los conceptos y los
Koselleck, ya que justamente en tor- procesos históricos para la historia
no a los problemas que plantea surge conceptual, ya que allí reside justa-
un conjunto de críticas que, más allá mente su fuerza explicativa, conclu-
de la obra de Koselleck, se ha conver- ye que, por más veces que Koselleck
tido en hitos fundamentales dentro haya tratado el tema, dentro de su
del llamado giro lingüístico en las teoría la relación entre lo lingüísti-
ciencias sociales y particularmente co y lo extralingüístico permanece
en la historia. El centro neurálgico sin una explicación satisfactoria.
de la diatriba reside en la concep- Koselleck explica que los conceptos
ción de la relación entre el lenguaje tienen una doble dimensión; por un
y/o los conceptos y la realidad social. lado, son factores del cambio social,
¿Existe una dualidad entre concep- puesto que inducen transformacio-
tualidad y realidad social, o bien, es nes sociales al condensar y canalizar
lo lingüístico constitutivo de la rea- expectativas y, por otro, son también
lidad social? Tales son los términos, indicadores del cambio social como
por ejemplo, en los que Iain Hamps- consecuencia de la acumulación de
her-Monk (1998, pp. 45-50) describe las experiencias del pasado en cada
las encontradas perspectivas entre uno de sus estratos temporales. Sin
la metodología de los lenguajes po- embargo, si no disponemos de otra
líticos de J.G.A. Pocock y la historia cosa sino de conceptos para conocer
social de R. Koselleck: mientras Ko- el pasado (puesto que, como apun-
selleck divide dos ámbitos de la rea- ta Koselleck, no es posible la histo-
lidad (conceptos y realidad social) ria sin lenguaje y sin la escritura; y
para después relacionarlos, Pocock que no hay fuente histórica neutral

413
Sergio Fernández Riquelme

lingüísticamente, sino que cada cual en su intento de vincularlas, y para


ha sido elaborada empleando ciertos probarlo alude a la diferenciación y
conceptos), ¿cómo acceder entonces relativo éxito de disciplinas como la
a lo extralingüístico cuando no esta- sociolingüística, la historia cultural
mos allí para percibir o experimen- y la antropología cultural, las que
tar esos cambios en carne propia?, han transitado ese camino sin echar
¿cómo dejan traslucir las fuentes esa mano de la historia conceptual (Fri-
realidad extralingüística? Es aquí jhof, 1998, p. 105). Esto deja a la his-
donde Koselleck invoca la historia toria conceptual como una mera he-
social, cuyos métodos estadísticos y rramienta hermenéutica y no como
sociológicos brindarán aquellos da- una forma autónoma de escritura de
tos que le permitirán al historiador la historia (Rayner, 1988).
observar las transformaciones que
no son perceptibles a nivel concep- d) La tesis de la existencia de un perío-
tual. Hasta aquí es muy convincen- do bisagra ha sido criticada, tanto
te Koselleck; la dificultad comienza desde sus supuestos como en rela-
cuando concluye que la historia con- ción con su aplicabilidad al ámbito
ceptual es la que debe guiar la his- iberoamericano o exclusivamen-
toria social y le supera porque solo te americano (esto último, funda-
desde ella se puede reflexionar sobre mentalmente con base en las expe-
las posibilidades de la historia social. riencias recogidas y las discusiones
Entonces, como nos indica Bodeker, producidas dentro del proyecto
el historiador alemán incurre en pa- iberoamericano de iberconceptos).
tentes contradicciones: de un lado, Elías Palti (2004, pp. 63-74) niega el
dice que los estados de cosas extra- carácter categórico del período bisa-
lingüísticos deben ser explicados por gra de Koselleck, subrayando su con-
el análisis conceptual, y de otro, que tingencia e historicidad; el problema
los acontecimientos y estructuras se reduce a que Koselleck confunde
históricas surgen recién como esta- las nociones dieciochesca y decimo-
dos de cosas conscientes a partir del nónica de progreso y de evolución.
contexto de uso de las palabras defi- Además de las objeciones teóricas
nitorias. Esta contradicción sabotea de Palti, se ha podido corroborar en
los intereses cognitivos de la historia la investigación que las fronteras de
conceptual (Bodeker, 2002b, pp. 111- cambio conceptual en América son
115). Para Willem Frijhof (1998), muy posteriores a 1750 (Fernández
la cuestión reside en que la historia Sebastián, 2009). Incluso, en Europa
conceptual no ha sido capaz de ten- los historiadores holandeses han tra-
der puentes duraderos con la historia tado con escepticismo la tesis de un
social, de hecho, no ha sido capaz de período bisagra ubicado entre 1750
comprender la dimensión agencial y 1850, en cuyo lapso, sostiene Kose-
(del inglés agency) y constructivista lleck, se han producido las más im-
de la misma. La consecuencia de ello portantes transformaciones del léxi-
es que tras haber puesto sobre el ta- co político (Hampsher-Monk et alia,
pete la relación mutuamente consti- 1998; Pim de Boer, 1998). ¿Qué decir
tutiva entre sociedad y cultura, falló del Renacimiento, por ejemplo? ¿No

414
Ius Inkarri

experimentó también allí el lenguaje de sentido entre distintos grupos de


político una metamorfosis? Los his- conceptos. Curiosamente, a pesar de
toriadores ingleses han realizado el las objeciones, tres grandes proyectos
mismo reproche, contrastando con se han llevado a cabo bajo este enfo-
el optimismo con que M. Richter que: el Handbuch politisch-sozialer
proponía imitar el proyecto alemán Grundbegriffe in Frankreich 1680-
del Diccionario de Conceptos Fun- 1820 (Manual de Conceptos Políti-
damentales en Inglaterra. Incluso, a co-Sociales en Francés 1680-1820),
partir de ese diferendo en el ámbito (1985), coordinado por Rolf Rei-
anglosajón, Terence Ball (1998) ha chardt; el Diccionario de Conceptos
desarrollado una historia conceptual Políticos y Sociales Fundamentales
crítica, que integra la investigación del Siglo xixEspañol (2002), el Dic-
histórico-conceptual con los linea- cionario de Conceptos Políticos y
mientos metodológicos de la Escuela Sociales Fundamentales del Siglo xx
de Cambridge. Pero su historia con- Español (2008), ambos coordinados
ceptual guarda pocos vínculos inte- por Juan Francisco Fuentes y Javier
lectuales con el proyecto kosellec- Fernández Sebastián; y el Dicciona-
kiano. A pesar de estas objeciones, rio Político y Social del Mundo Ibe-
como hemos dicho arriba, Koselleck roamericano. Iberconceptos I (2009)
arguye que la tesis del Sattelzeit no es que alcanza hasta ahora dos volúme-
consustancial con su planteamiento nes, coordinado también por Javier
metodológico. Fernández Sebastián.
e) Otro de los problemas con la histo- f) Finalmente, a las críticas recogidas
ria conceptual es de orden práctico, podemos añadir algunas que hemos
y se refiere a la manera de escribir la recogido de nuestra lectura del autor.
historia de un concepto. El problema Es cuestionable que Koselleck pre-
consiste en que la investigación con- tenda que mediante la historia con-
ceptual es siempre una investigación ceptual se pueda controlar y regu-
comparativa entre distintos contex- lar los usos del presente (Koselleck,
tos culturales y además siempre in- 2009), ya que ello contradice sus
cluye redes conceptuales. Es decir, propios presupuestos hermenéuti-
no se escribe la historia de un solo cos. Concretamente, resulta proble-
concepto de manera aislada, sino que mática aquella pretensión de que la
se escribe la historia del concepto en clarificación de la historia lleva a la
su red semántica, ya que en función clarificación de la política” por con-
de la misma es que este se presenta ducto de un efecto de extrañamiento
como un concepto fundamental. La que provoca la experiencia del pasa-
idea de Koselleck era que la mejor do (Koselleck, 2009, p. 11). Históri-
manera de describir el léxico político camente, la variación semántica de
moderno era a través de un diccio- los conceptos (es decir, el rango de
nario, no obstante, mucho se ha criti- formas de uso que el mismo registra
cado esta idea porque, precisamente en cada uno de sus estratos tempora-
por la estructura alfabética del mis- les) ha pretendido ser controlada me-
mo, se perdían de vista los vínculos diante definiciones y otras estrategias

415
Sergio Fernández Riquelme

de control hermenéutico (es decir, clasificación de las fuentes o de los


propuestas teóricas que con relativo textos según su estructura tempo-
éxito han logrado fijar un significado ral. Esta es una hipótesis de trabajo
en la semántica de un concepto). No que resulta difícil de aplicar fuera del
obstante, al final de cuentas las pre- contexto europeo y contribuye a di-
tensiones de fijar significados tam- fundir el prejuicio de que nada ori-
bién varían, perdiéndose todo punto ginal se produjo en su periferia. En
de sujeción trascendental u objetivo. Iberoamérica podemos encontrar
Dicho con otras palabras, en la his- muchas veces en la prensa, así como
toria de un concepto encontramos en panfletos u hojas sueltas, precisa-
usos que han pretendido controlar mente esa estructura temporal que
a otros usos (por ejemplo, grandes Koselleck hace propia de los clásicos.
obras que han pretendido definir un Por ende, la duración debe deter-
concepto polémico, podemos pensar minarse por el valor del documento
en el concepto de Ilustración y el es- en sí -en cuanto a la manera en que
crito de Kant ¿Qué es la Ilustración? aprisiona múltiples estratos tempo-
(2007), por poner un ejemplo diáfa- rales semánticos- y no por su tipo.
no), no obstante, estos usos también
se vuelven disputables. Entonces, CONSIDERACIONES FINALES
esta disputabilidad intrínseca al len-
guaje11, que Koselleck pone sobre el Si bien la historia conceptual, tal como la
tapete (y en ello coincide con la Es- desarrolló Koselleck, enfrenta las dificultades
cuela de Cambridge), es contradicha ya señaladas, vale también resaltar sus fortale-
en el momento en que se pretende zas. Se trata sin duda de su teoría de los tiem-
controlar los usos del presente a tra- pos históricos.
vés de una historia conceptual. Di-
gamos, para resumir, que el control Reinhart Koselleck se ha preocupado
hermenéutico por medios lingüísti- desde los mismos inicios de su historia con-
cos se deconstruye a sí mismo, y ello ceptual por el problema del tiempo. La razón
por efecto del mismo extrañamiento puede deberse al propio punto de partida que
del que habla Koselleck, puesto que ha tomado el autor: como sabemos, la histo-
concientiza no tanto sobre un esta- ria conceptual consiste en la sustracción de los
do de cosas del presente, sino sobre conceptos de sus contextos originales, lo que
su contingencia. Otro problema con permite observar una dimensión diacrónica
el planteamiento de Koselleck es la propia del concepto, mientras que la dimen-
sión sincrónica se plasma en la presencia en
11 Terence Ball (1998, p. 80) critica la tesis de la disputa- el léxico actual de aquellos conceptos que se
bilidad intrínseca del lenguaje describiéndola como estudian. Este punto de partida pone sobre la
ahistórica; en realidad, no siempre están los concep-
tos bajo disputa, sino cuando están en el foco de una palestra el problema de la temporalidad en va-
pugna política. Podría matizarse entonces lo dicho, rias dimensiones: primero, aquel tiempo en el
comprendiendo que las estabilizaciones semánticas que surge el concepto, después, los sucesivos
unilaterales del historiador pueden ser cuestionadas contextos en los que el concepto es empleado
por otros historiadores o incluso ignoradas por los
políticos, lo cual no conduciría a ningún control de
y, finalmente, los usos contemporáneos del
los usos lingüísticos, sino que llevaría la lucha a otro concepto que se estudia.
nivel.

416
Ius Inkarri

Pero no solamente se debe al punto de sado-pasado, futuro-pasado, presente-futuro,


partida de Koselleck su mejor abordaje del pasado-futuro y futuro-futuro. Ya explicamos
tiempo -puesto que la propuesta de los lengua- cómo combinando varias de ellas Koselleck
jes políticos de Pocock, por ejemplo, también define las categorías de cambio, duración y
planteaba problemas temporales interesantes-, unicidad.
sino que también ha logrado asir en sus cate-
gorías de manera más creativa el problema de Koselleck aborda también el problema de
la temporalidad. la temporalidad desde el punto de vista histo-
riográfico. En este punto el historiador alemán
Koselleck examina la temporalidad de los se da cuenta de que es necesario crear catego-
conceptos desde dos puntos de partida; por un rías extra temporales con las cuales el historia-
lado, describe la estructura temporal interna dor se aboque a realizar su labor, sin perder de
de los conceptos y, por otro, en función de lo vista que tales categorías son también históri-
primero desarrolla la tesis de los estratos tem- cas, ya que dependen de las condiciones histó-
porales de los conceptos. Repasemos de nuevo ricas (teóricas y sociales) que influyen sobre el
en qué consiste cada una. historiador. No obstante, al momento de escri-
bir una historia, la historicidad de las propias
La estructura temporal interna de los con- categorías del historiador deben mantenerse
ceptos consiste en una dimensión que permite en un punto ciego; esta es la paradoja que en-
la repetibilidad de ciertos usos y otra que re- vuelve la labor historiográfica.
mite a los usos únicos e irrepetibles (einmali-
gkeit). A la primera se llama semántica, mien- Koselleck nos muestra la complejidad del
tras que a la segunda pragmática (Koselleck, tiempo social y de los tiempos históricos, a la
2006b). vez que nos brinda herramientas para estudiar
el problema. Uno de los rasgos más resaltantes
Así pues, un estrato temporal está cons- de la historia conceptual es que permite com-
tituido por esta dualidad semántica- pragmá- parar los distintos tiempos observables en el
tica, repetibilidad-irrepetibilidad, con el aña- ámbito lingüístico con el suceder de los acon-
dido de la dimensión de la generatividad, es tecimientos, con la ereignisgeschichte (histo-
decir, aquella temporalidad que caracteriza el ria de los acontecimientos). De esta manera,
suceder de una generación a otra. Koselleck les brinda a los investigadores una
valiosa herramienta para que empíricamente
En cada estrato temporal presente en un se puedan comparar los cambios semánticos y
concepto pueden examinarse a su vez los dis- sus ritmos, con el devenir histórico en grandes
tintos tiempos que los mismos conceptos re- regiones geográficas.
miten en un momento histórico determinado.
Es decir, en un concepto podemos encontrar Pero también aquí Koselleck ha sido criti-
usos que tienen una estructura temporal parti- cado. Recientemente Achim Landwehr (2012)
cular, puesto que remiten al futuro o al pasado, ha señalado cómo una de las formulas preferi-
son testigos de un pasado aun presente, o bien das de Koselleck, para expresar las paradojas
se vuelven utópicos y carentes de todo conte- temporales de los conceptos, a saber, la idea
nido empírico, etc. Esto se corresponde con de la simultaneidad de lo no simultáneo, ocul-
las dimensiones temporales que mencionamos ta prejuicios etnocéntricos. Landwehr expli-
arriba, a saber, pasado-presente, presente-fu- ca que desde esa perspectiva siempre se trata
turo, presente-presente, presente-pasado, pa- de emplear la temporalidad de una sociedad

417
Sergio Fernández Riquelme

como baremo para mensurar la evolución de cepto, resultando disputable, indeterminable e


otras; propone, en cambio, hablar de simul- indefinible). Quizá podría trabajarse sobre la
taneidades, dando a entender la presencia de diferencia entre cambio conceptual y cambio
distintas temporalidades simultáneamente, semántico, refiriéndose el primero a ese nivel
pero sin caer en los complejos del eurocentris- simbólico y metaforológico del que habla Palti,
mo. Aunque esta crítica no disloca la estruc- mientras que al estudiar el cambio semántico
tura analítica que propone Koselleck, vale no nos preocuparíamos por los desplazamien-
perderla de vista. tos referenciales de los signos lingüísticos. No
obstante, para funcionar, esta diferencia ne-
Todos estos aportes que hemos resumi- cesita aclarar también la categoría de signifi-
do perderían, sin embargo, su especificidad cado. Otra opción podría ser apostar por una
si -como arguye Bodeker (2002b, p. 248)- no radicalización del giro lingüístico y abordar
queda suficientemente explícita a nivel teó- los conceptos como signos lingüísticos, ale-
rico la relación entre concepto, significado y jándose así de los presupuestos psicologistas e
uso. Llama la atención que la historia concep- histórico-espirituales (geistesgeschichtliches)
tual no pueda desligarse del todo de la cate- de la categoría de idea. La dificultad reside en
goría de idea, para referirse a aquello que los que para no terminar por practicar la lingüís-
signos lingüísticos buscan representar y que tica con otro nombre, habría que resolver aun
constituyen un nivel de realidad lábil, o inclu- el problema de la relación del lenguaje con lo
so, prestidigitador. Saltan a la vista también las extralingüístico, de la palabra y la cosa, del sig-
confusiones entre los investigadores en torno no lingüístico y la referencia; un problema que
a la identificación del cambio semántico con ha acosado tanto a filósofos del lenguaje como
el cambio conceptual, justamente debido a la a lingüistas y a semiólogos desde los comien-
ambigüedad de la propuesta de Koselleck al zos y que, a nuestro juicio, no podría resolver
momento de definir qué es un concepto (lo la historia social, como cree Koselleck, sino la
cual nos arrastra a la paradoja de convertir a teoría social (Blanco Rivero, 2009, 2012). Pero
la categoría de concepto también en un con- este ya es tema de una disertación más extensa.

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