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y Heidelberg; y finalmente, dentro del mismo desenvolvía, de modo que insistir en sistemas
HPSCG han tenido acogida diversas tenden- conceptuales rígidos era inútil, ya que la for-
cias teóricas y metodológicas. Nosotros inten- mación de conceptos era siempre superada
taremos remitirnos aquí exclusivamente a la por el uso lingüístico (Gadamer, 2006). Rein-
propuesta de Koselleck, aunque al examinar hart Koselleck, quien fue discípulo de Gada-
las críticas que ha enfrentado inevitablemente mer, llevó la historia conceptual de la filosofía
habremos de echar un vistazo a las diferentes a la historia.
perspectivas sobre la práctica de la historia
conceptual. La historia de los conceptos desarrollada
por Koselleck no parte de una teoría de los ac-
Dividimos nuestra exposición en cinco tos de habla; su punto de partida está en Gada-
partes: comenzamos por exponer los linea- mer, Heiddegger y Kant. Del primero toma el
mientos generales que Koselleck estableció principio de que el lenguaje constituye el nexo
en la introducción al Diccionario, sentando de mediación entre pasado y presente, entre
con ello las bases teóricas de su propuesta, así texto y lector. De Kant y Heiddeger obtiene los
como un programa de investigación (1); segui- fundamentos de una antropología filosófica,
damente exponemos una de las conclusiones en cuyas categorías trascendentales encontra-
históricas principales del historiador alemán, a rá los marcos en los que se despliegan los con-
saber, la existencia de un período bisagra (Sa- ceptos.
ttelzeit), que ha marcado un umbral de cam-
bio histórico y conceptual en la historia (2); a Según E. Palti (2011), Koselleck elabora la
continuación profundizamos en los elementos categoría de concepto a partir del neokantia-
constitutivos de su teoría de los tiempos his- nismo (en un diálogo con Ernst Cassirer, 1993,
tóricos (3); y, por último, explicamos en qué y de la lógica hegeliana, 2006). En estrecha re-
consiste la histórica, que no es otra cosa sino lación con Hegel, sostiene que un concepto es
que su pretensión de realizar una teoría de las un juicio disyuntivo contemplado tanto desde
condiciones de posibilidad de toda historia la perspectiva del análisis como desde la sínte-
(4). Cerraremos nuestra exposición con un re- sis. Es decir, un concepto es una red de distin-
sumen de las críticas hacia el historiador ale- ciones que discriminan lo que es propio de lo
mán (5). que se define y lo que no lo es. Desde el pun-
to de vista analítico, se descubren las distintas
disyunciones, mientras que desde el punto de
LOS FUNDAMENTOS DE LA HISTORIA vista sintético se las integra como parte de una
CONCEPTUAL unidad. Koselleck toma estas herramientas
para mediar entre el nominalismo propio del
La expresión begriffsgeschichte o historia
idealismo y la radical contingencia del histori-
conceptual aparece en el siglo xviii (se cree que
cismo. El problema residía en cómo escribir la
el término fue acuñado por Hegel) pero es solo
historia de algo que mutaba constantemente a
en el siglo xx cuando empieza a adquirir pre-
lo largo del tiempo, es decir, ¿cómo escribir la
ponderancia en la filosofía. Uno de los artífi-
historia de un concepto?
ces de este proceso fue Hans-Georg Gadamer,
quien empezó a servirse de la historia concep- Con Hegel obtiene los recursos para apre-
tual como filosofía. Según el filósofo alemán, la hender los conceptos en su pluralidad e his-
misma nos ayudaba a comprender la penuria toricidad, pero Koselleck enfatiza la simulta-
lingüística en la que la actividad filosófica se neidad de lo sincrónico y lo asincrónico como
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una particularidad de los mismos, es decir, que imprescindible e irremplazable para una cul-
estos actualizan significados pasados en un tura, porque conecta y sintetiza muchísimos
presente determinado como si formasen par- significados particulares de manera muy com-
te de él. Añade, igualmente, que los conceptos pleja.
no eran sistemas cerrados, sino que transfor-
maban experiencias (Erfahrung) en vivencias La penuria lingüística de los concep-
(Erlebnis)5, es decir, que los conceptos median tos siempre va a generar un estímulo para el
lingüísticamente entre lo experimentado sen- cambio conceptual, puesto que estos son los
sorialmente por nuestros sentidos y aquello instrumentos por medio de los cuales asimos
que puede ser objeto de comunicación lingüís- intelectualmente al mundo. De modo, pues,
tica. Pero ¿cómo se relacionan los conceptos que en la categoría de concepto está ya supues-
como dominio lingüístico con lo extra- lin- ta una dualidad entre lenguaje y experiencia,
güístico? Es aquí donde Koselleck sienta la ne- entre lo lingüístico y lo extralingüístico; una
cesidad de aferrarse a categorías a históricas y dualidad que solo puede ser mediada lingüís-
termina por recurrir al neokantianismo. Con- ticamente.
cibe, entonces, la idea de categorías transcen-
dentales que fungen como receptáculo de toda Profundicemos un poco más en el plan-
vivencia, a las cuales llamará espacio de expe- teamiento del historiador alemán. En su intro-
riencia y horizonte de expectativa (Koselleck, ducción al Diccionario Histórico de Conceptos
1989). Desde aquí se comprende su ambición Políticos Sociales Fundamentales en Alemán
por una histórica como ciencia de la posibili- (Koselleck, 2009) expone los lineamientos
dad de cualquier historia (Palti, 2011). principales de lo que será su gran empresa6.
Podemos resumir los argumentos principales
En resumidas cuentas, el lenguaje esta- de Koselleck siguiendo las principales distin-
blece un vínculo existencial entre el hombre y ciones que traza.
su mundo, de manera que no existe otra for-
ma en la que el hombre pueda transmitir sus La primera distinción que hay que tomar
vivencias y su experiencia del mundo a otros en cuenta es aquella entre palabra y concepto.
hombres, sino a través del lenguaje. Pero las Para Koselleck, la palabra y el concepto tienen
palabras solas no bastan para transmitir ex- en común una característica, a saber, la polise-
periencias; existen palabras cuyos nexos de mia. Pero cada cual es polisémico en sentido
sentido se densifican y se convierten en nodos distinto: una palabra remite a posibles signi-
semánticos, puesto que articulan toda una red ficados que pueden ser asociados con la mis-
de significados. Es entonces cuando estamos ma, dependiendo del contexto y la situación,
en presencia de un concepto. Se habla de un mientras que el concepto siempre condensa en
concepto fundamental cuando este se vuelve sí una pluralidad de significados. Un concepto
enlaza un conjunto de significados de tal for-
5 Podría ahondarse en el significado filosófico del ya ma que los une en una red de sentido, la cual
polémico concepto de experiencia, pero no es este el aprehende un campo de experiencias sociopo-
lugar para llevar a cabo tan ambicioso proyecto. Una
breve historia conceptual la podemos encontrar en líticas (ya que Koselleck habla de conceptos
Raymond Williams (2008, a lo que habría que agre- político- sociales fundamentales). En una pa-
gar la interesante distinción que se hace en la filosofía
alemana entre erfahrung (experiencia) y erlebnis (vi- 6 Para una revisión más detallada de los orígenes de la
vencia). Véase en particular sobre el surgimiento del historia conceptual y de la especificidad del enfoque
concepto de erlebnis a Hans-Georg Gadamer (2005, de Koselleck, véase José Luis Villacañas y Faustino
pp. 96-107). Oncina (1997, pp. 9-64).
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labra, la dimensión referencial del sentido es de análisis, lo que trae como consecuencia su
patente, es decir, puede separarse con claridad ubicación en un nivel metahistórico. El his-
el significante y lo significado. En un concepto, toriador tiene que trabajar con fuentes que
por el contrario, el significante y lo significa- muestran una articulación lingüística de las
do están irresistiblemente unidos (Koselleck, experiencias del pasado, pero también a partir
2009). de estas fuentes puede descubrir experiencias o
fenómenos que no habían sido expresados lin-
Esta diferencia resulta fundamental, ya güísticamente; entonces necesita el historiador
que permite discriminar dentro del universo desarrollar categorías científicas (Koselleck,
semántico con el que se encuentra el historia- 1989). Un espacio de experiencia y horizonte
dor cuando examina un texto, lo que resulta de expectativas constituyen, pues, esas catego-
relevante de lo que no. rías diseñadas por el historiador para sacar a
flote relaciones antes invisibles.
Consideramos que una segunda distin-
ción importante es aquella entre diacronía y Estas categorías tienen una marcada ca-
sincronía, ya que ambas se integran para dar racterización antropológica, ya que por defi-
nacimiento a la historia de un concepto. Un nición están ancladas al hombre y su ser en el
concepto está inserto en un contexto de sen- tiempo (aquí la influencia de Heidegger es ma-
tido; es parte de una realidad, la cual también nifiesta). De ellas se servirá después Koselleck
ayuda a cambiar. De esta forma, el concepto para construir las oposiciones fundamentales
brinda acceso a un conjunto de experiencias de su histórica. Pero, ¿de qué se trata en defi-
que caracterizan a ese contexto específico. Esta nitiva cuando hablamos de la experiencia y de
es la dimensión sincrónica. Pero para escribir las expectativas como espacio y como horizon-
propiamente una historia conceptual es preci- te, respectivamente?
so aislar al concepto de los contextos especí-
ficos en los que apareció y examinarlos en La experiencia es para el historiador ale-
su sucesión temporal. Lo que el investiga- mán pasado-presente, es decir, acontecimien-
dor tendrá en cuenta son los diversos usos tos pasados que pueden ser recordados, ra-
que ha mantenido y/o perdido a lo largo del cionalizaciones y formas de conducta que se
tiempo, y de qué manera estos usos se rela- han transmitidas de generación en generación.
cionan con lo que ha acontecido (Koselleck, Mientras que la expectativa es un futuro-pre-
2009, p. 13). Y esta es la dimensión diacróni- sente, un aun-no, es decir, son todas aquellas
ca. Pero también sale a la luz otra dimensión proyecciones que se hacen en determinado
de la relación entre lo sincrónico y lo diacró- presente sobre lo que podría ocurrir, bien sea
nico cuando Koselleck habla de la simulta- que se desee o se tema, que se lleve a cabo o se
neidad de no lo simultáneo, es decir, cómo padezca. Así, pues, experiencia y expectativas
en un mismo momento histórico se agolpan permiten relacionar distintas temporalidades,
significados cuyo origen se remonta a distintos ya que por definición las entrelazan entre sí to-
momentos del pasado. mando como punto de unión el presente (Ko-
selleck, 1989, p. 354).
La tercera distinción importante es aque-
lla entre espacio de experiencia y horizonte de Tomando como referencia los modos en
expectativas. Esta diferencia es de suma rele- que los conceptos contienen experiencias y
vancia dentro de la propuesta de Koselleck, expectativas, se hace posible visualizar cam-
ya que constituyen sus principales categorías bios estructurales durante largos períodos
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de tiempo. A partir de aquí Koselleck desa- que se construye; es una realidad que está más
rrolla su teoría de los tiempos históricos. Por allá del texto, pero de la cual solo se puede te-
ejemplo, las categorías de cambio, duración ner una idea a través del texto.
y novedad las deduce Koselleck a partir de
distintas combinaciones entre experiencia y Dado que el lenguaje tiene una función
expectativa. Sobre esto volveremos más ade- referencial, es posible vislumbrar una reali-
lante. dad que no es lingüística. Esta realidad, como
hemos dicho arriba, es objeto legítimo de in-
La cuarta distinción pertinente distin- vestigación histórica. No obstante, para llevar
gue entre semasiología y onomasiología. Ko- a cabo esa labor debe preceder una operación
selleck pretende con su historia conceptual de aclaración conceptual, es decir, una depu-
dar cuenta del campo semántico político-so- ración entre conceptos históricos y categorías
cial que tejen los conceptos, de modo que científicas. Basándose en este supuesto, Kose-
cuando se hace la historia de un concep- lleck arguye que la historia conceptual prece-
to se hace en realidad la historia de varios de y enmarca a la historia social (Koselleck,
conceptos interconectados en densas redes 1989b).
de sentido. Por esta razón, resulta importan-
te estudiar no solo todos los significados aso- Mas, la historia conceptual también nece-
ciados a un concepto (semasiología), sino sita de la historia social, dado que los concep-
también todas aquellas palabras o conceptos tos son parte de una realidad que no es lingüís-
que en determinado momento hayan desig- tica; ellos fungen como factores cambiando esa
nado un mismo estado de cosas (onomasio- realidad en tanto que modifican las expecta-
logía). Gracias a la comparación entre ambas tivas y experiencias de las personas, así como
dimensiones, se hace posible registrar con también sirven de indicadores, ya que delatan
mayor precisión los cambios semánticos y la persistencia de determinadas experiencias
su relación con la historia social (Koselleck, y expectativas. No es posible observar esta di-
2009, p. 14). ferencia si no se contrastan las variaciones se-
mánticas de un concepto que tenemos noticia
Las anteriores diferencias se ocupan fun- de que ha ocurrido.
damentalmente de la dimensión lingüística,
pero Koselleck también desarrolla una distin- Por otra parte, la historia social también
ción que le permite establecer vínculos entre lo ayuda a la historia conceptual cuando permi-
lingüístico y lo extralingüístico. Se trata de la te atribuir el uso de determinados conceptos
diferencia entre historia de los conceptos e his- a determinados estratos sociales. Muchos con-
toria social. El punto de partida de Koselleck ceptos no hacen explícita su proveniencia so-
es que no hay historia sin lenguaje, porque re- cial, por lo que es necesario aclararlo, ya que
cién este fue el que permitió la escritura y esta, no es indiferente para la historia de un concep-
a su vez, es la que ha hecho materialmente po- to saber cuál fue su impacto y penetración en
sible la existencia de una práctica como la his- una sociedad.
toria. De modo que para la historia no existen
hechos en sí, sino fuentes lingüísticas que nos De esta forma, historia social e historia
hablan sobre hechos, por lo que la forma y ma- conceptual se complementan pero siempre
nera en que se interroguen esas fuentes condi- manteniendo una relación asimétrica entre sí,
cionará lo que estas nos dirán del pasado. En puesto que de lo no lingüístico solo se puede
definitiva, el acontecimiento histórico es algo dar cuenta lingüísticamente.
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concepto, ya que, por ejemplo, una estruc- presente-pasado o entre futuro-pasado y pa-
tura de repetición puede durar más o menos sado-presente; y finalmente, con unicidad se
que una generación -diferencias que son im- comprende la sucesión de cada presente pen-
portantes a la hora de evaluar la importan- sable con los pasados y futuros cambiantes.
cia de un concepto para cierta sociedad. De
igual manera, el enlace entre las estructuras Koselleck emplea estas categorías tempo-
de repetición de distintos estratos tempora- rales para realizar una tipificación de los tex-
les de un mismo concepto, pueden revelar tos frente a los cuales se enfrenta el historia-
cambios de gran envergadura en la evolución dor. Así, pues, según el historiador alemán los
del mismo. textos se pueden clasificar según su estructura
temporal: en los memorandos, las cartas y la
No contento con esto, Koselleck intenta prensa predomina lo pragmático, puesto que el
desprenderse de las categorías de las ciencias lenguaje en su uso cotidiano deja aparecer de-
históricas que se refieren al cambio y las trans- clinaciones, que pueden ser hasta cierto punto
formaciones, e intenta hacerse con unas más innovadoras, pero que aun no se han asenta-
precisas. El problema es que la metafórica del do en el repertorio lingüístico, es decir, aun no
tiempo remite a cosas que no son temporales puede hablarse de un cambio de significado.
y cuando se emplea alguna categoría temporal Le siguen los diccionarios, las enciclopedias y
es poco lo que dice. En consecuencia, Kose- los manuales, los cuales registran los usos de
lleck desarrolla tres categorías que a su juicio una palabra y su gradual cambio, aunque son
le permiten desprenderse de la inexactitud de ciegos a las innovaciones más recientes. Lo
categorías como zeitgeschichte (historia con- interesante de estos textos es que aprisionan
temporánea), (Koselleck, 2003c)7. Tales son varios estratos temporales, permitiéndole al
las de duración, cambio y unicidad (Koselleck, historiador comprobar empíricamente el nivel
2003c, p. 249)8 (Einmaligkeit)9. semántico de un concepto, así como las inno-
vaciones. Y, finalmente, un tercer tipo de fuen-
Analíticamente existen las siguientes di- tes son los clásicos, los cuales tienen la parti-
mensiones temporales: pasado- presente, cularidad de que pretenden fijar significados
presente-futuro, presente-presente, presen- en la larga duración, es decir, sus significados
te-pasado, pasado-pasado, futuro-pasado, pre- pretenden una validez duradera (Koselleck,
sente-futuro, pasado-futuro y futuro-futuro. 2006b, pp. 86-98).
Orientándose por ellas hablará entonces de
duración entre la dimensión presente-pasado De este modo, se tienen fuentes que son
y futuro- presente; con cambio se refiere a la únicas e irrepetibles, que se desvanecen con el
relación entre la dimensión pasado-pasado y tiempo; se tienen fuentes que van cambiando
con el tiempo y se adaptan rápida o lenta-
7 En el mismo texto Koselleck explica de qué se trata la mente a la realidad cambiante; y finalmente,
historia temporal, la cual quizá podríamos traducir se tiene fuentes con una pretensión inicial
con mayor precisión como historia contemporánea. innovadora pero que adquieren después una
8 Koselleck reconoce en este punto su deuda intelec-
tual con los trabajos de Raymond Aron (1948, p. significación intemporal. Para Koselleck,
183), Reinhart Wittram (1966, p. 5) y Niklas Luh- un clásico tiene una estructura paradójica,
mann (1972, pp. 81-115). puesto que es único e irrepetible -justamente
9 Hemos traducido esta palabra como unicidad a falta como un acontecimiento- pero también par-
de una más precisa. La expresión alemana einmalig
significa una vez, mientras que la partícula -keit per-
ticipa en una estructura de repetición (Kose-
mite convertir tal adjetivo en un sustantivo. lleck, 2006b, p. 98).
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responde al juego de las oposiciones existen- ración de los usos conceptuales del presente y,
ciales que hemos descrito recién. La histórica, por último, la inadecuación de su clasificación
de esta manera, le da contenido a aquella di- de las fuentes para el contexto americano. Ex-
mensión extralingüística que Koselleck no ha- ploremos cada uno de estos problemas dentro
bía podido relacionar satisfactoriamente con de los límites que nos permite un ensayo in-
lo lingüístico; esta es la forma, digamos, que troductorio.
encontró de escapar hasta donde resulta po-
sible de la paradoja de la lingüistización de lo a) Para Koselleck, un concepto con-
extralingüístico. densa en sí toda una conexión de
significados y resume en sí todo un
entramado de experiencias políticas
CRÍTICAS A LA HISTORIA CONCEP- y sociales. Sin embargo, no queda
TUAL claro qué es un concepto: ¿es un sig-
no lingüístico?, ¿es una categoría del
Las críticas más fuertes a la historia con-
investigador?, ¿es una entidad a ca-
ceptual se han centrado en torno a los si-
ballo entre la palabra y determinados
guientes problemas: a) Koselleck no define
contenidos de la conciencia? Hans-
con claridad en qué consiste un concepto,
Erich Bodeker (2002b) nos indica
mucho menos claro resulta el término con-
que Koselleck considera que el con-
cepto fundamental; b) en consecuencia, sobre
cepto no es una entidad lingüística,
todo desde la perspectiva de los historiadores
sino más bien analítica o espiritual.
de Cambridge, se cuestiona la posibilidad de
La identidad del signo lingüístico (es
una historia de los conceptos como tal, o bien,
decir, la identidad de una palabra que
surgen dudas en torno a la supuesta autono-
puede ser reconocida a lo largo del
mía de la historia conceptual como discipli-
tiempo como libertad, democracia,
na; c) las relaciones entre historia conceptual
etc.) sirve fundamentalmente como
e historia social, o bien entre lo lingüístico y
forma de delimitación del campo se-
lo extralingüístico, son todo menos claras y
mántico que se va a estudiar. De allí
están llenas de contradicciones patentes; d) la
que Koselleck apunte en sus últimos
tesis del Sattelzeit es cuestionable en sí misma,
escritos que la historia conceptual es
así como desde la perspectiva de una historia
siempre historia conceptual compa-
conceptual comparada; e) la organización de
rada, la historia de un léxico, de una
la investigación histórico-conceptual en la for-
red o entramado de conceptos que se
ma de un diccionario no permite establecer las
vinculan entre sí de formas variopin-
relaciones interconceptuales que se producen
tas (Koselleck, 2006c). Un concepto
dentro de un campo semántico; por otra parte,
fundamental es entonces aquel que
no existe gran diferencia entre la historia con-
como una llave permite el acceso a
ceptual practicada en el Diccionario de Con-
un complejo entramado semántico,
ceptos Fundamentales Políticos y Sociales en
en el que también existen y están
Alemán y la tradicional historia de las ideas,
conectados otros conceptos. Pero el
puesto que se parte de las mismas fuentes, de
historiador alemán, añade Bodeker,
los mismos clásicos; y f) finalmente, añadire-
no solo deja recaer cierta ambigüe-
mos algunas críticas propias, a saber, la con-
dad sobre cómo debe entenderse un
tradicción de sus postulados hermenéuticos al
concepto, sino que también su forma
declarar como finalidad de su empresa la acla-
de definir el significado deja lugar a
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ciertos problemas. Para Koselleck, el pero no puede lograr tal tarea sino a
significado no es una relación deter- costa de sacrificarse a sí misma, de
minada entre significante y el objeto, declarar su propia imposibilidad.
sino un ente en sí que va aparejado Recurriendo a Blumenberg, Palti ex-
al signo lingüístico. Esta concepción plica cómo las metáforas son el ve-
esencialista del significado le cierra la hículo adecuado para dar expresión
puerta a una concepción pragmática a ese nivel simbólico y poder seguir
del cambio de significado; para él las al compás de sus transformaciones
variaciones en los usos de un con- esos movimientos que explican los
cepto son un añadido a ese núcleo de cambios semánticos. Pero la metafo-
significado. Koselleck intenta rein- rología se encuentra también con su
troducir esa dimensión descuidada propia aporía, lo que lleva a Blumen-
con la distinción entre semasiología berg a especular sobre una teoría de
y onomasiología, pero no sin caer la inconceptualidad. Pero en defini-
en contradicciones (Bodeker, 2002b, tiva, más allá de los caminos sin sali-
pp. 100 y ss.). En conjunto, Bodeker da de la tradición de historia intelec-
estima que Koselleck carece de una tual alemana, aquello que explica el
adecuada teoría del concepto. Por cambio semántico en los conceptos y
otro lado, Elías Palti, como hemos que le confieren temporalidad, es ese
discutido arriba, sostiene que Kose- sustrato simbólico que se constituye
lleck desarrolla su tesis de lo que es en un mundo de la vida (que se hace
un concepto a partir de la lógica de visible en las metáforas) y cuyos ho-
Hegel y de la filosofía kantiana, pero rizontes variables hacen imposible
en otro lugar (Palti, 2011b) sostiene la coincidencia prolongada de un
que la historia conceptual, forman- concepto con un objeto. Es por ello
do parte de la tradición de historia que los conceptos son disputables.
intelectual alemana (Ideengeschich- Podría derivarse de lo planteado por
te), solo puede comprenderse en las Bodeker y Palti, que existe entonces
aporías de esta tradición. La historia una diferencia entre el cambio con-
conceptual solo supera la tradicional ceptual y el cambio semántico, don-
Ideengeschichte en la medida en que de el primero precede y es más signi-
tiene en cuenta que las ideas no son ficativo y profundo que el segundo.
unitarias ni permanecen inmutables La historia conceptual buscaría en-
a lo largo del tiempo, sino que estas tonces dar cuenta del cambio con-
mismas se transforman y con ellas ceptual, pero no puede hacerlo si no
mutan también los signos lingüísti- sigue las huellas que tales movimien-
cos que intentan apresarlas. El cam- tos dejaron sobre la superficie de la
bio semántico no se da por sí mismo, semántica. Es por ello que Bodeker
impidiendo que los significados se (2002b, p. 89) niega que el concep-
cristalicen y que, en tanto, se vuelvan to sea una identidad lingüística, lo
atemporales. Existe un nivel simbó- que reduciría la historia conceptual
lico de la realidad que impulsa este a mera semántica histórica; y es por
cambio, cuyas estructuras formales ello también que Palti (2011b, p. 213)
son precisamente aquellas que la his- advierte sobre el hecho de que la his-
toria conceptual pretende descubrir, toria conceptual no es el mero regis-
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