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ABOGACÍA, PROFESIÓN HERMOSA.

GRUPO # 3
El abogado debe ser considerado como el profesional del Derecho que aconseja
jurídica y legalmente, tanto de manera preventiva como cuando se ha iniciado un
debate jurídico. En materia penal, por ejemplo, el buen abogado no es
propiamente aquel que saca al cliente de la cárcel, sino el que no lo deja llegar a
ella. (VER CUADRO: EL DECALOGO DEL ABOGADO)
Por: Santiago Salah
 
El abogado debe ser considerado como el profesional del Derecho que aconseja
jurídica y legalmente, tanto de manera preventiva como cuando se ha iniciado un
debate jurídico. En materia penal, por ejemplo, el buen abogado no es
propiamente aquel que saca al cliente de la cárcel, sino el que no lo deja llegar a
ella.

El abogado, pues, es el individuo que se dedica a la defensa de intereses ajenos,


pero también debe considerarse como tal a quien, además de defender esos
intereses, realiza actividades complementarias.

Es que la abogacía es un universo. La amplitud de la profesión impone deberes,


obligaciones y sobre todo, actitudes frente a los distintos fenómenos sociales. La
Ley, que es la expresión de la voluntad soberana del pueblo, se erige como norma
jurídica que regula la conducta humana, cuyo conjunto es, precisamente, el
Derecho.

Es el conocimiento del Derecho el que hace del abogado una persona de


especiales condiciones, pues resulta difícil imaginar tan siquiera una sola conducta
del hombre que se encuentre por fuera de la regulación de esa ciencia jurídica.
Por eso, cuando se estudia Derecho, se está frente a una de las carreras más
completas. Pero no es lo mismo estudiarlo que ejercerlo. Son muchos los que
pueden aprobar un ciclo académico para optar por el título de abogado, pero no
todos aquellos que lo obtienen son idóneos para salir, como se dice a la arena,
con el Código en la mano.

El ejercicio impone una dosis de humanismo tal, que sea suficiente para entender
e implementar la corrección y conveniencia en las relaciones con el funcionario
judicial o administrativo, con el cliente, con la familia del cliente, con los socios del
mismo, etc. Impone derroteros sociales, conductas, posturas y hasta agüeros. En
serio. Son tantas las vicisitudes que acompañan al ejercicio profesional, que el
abogado tiene que oficiar como relacionista, sabio, brujo, consejero, confidente,
menos de cómplice de actos criminales.

El sigilo o secreto profesional tiene sus límites en la acción de la justicia frente al


delito. No se puede confundir la confidencialidad con el encubrimiento. Los hechos
que se nos consultan a los abogados, deben mantenerse en reserva dentro del
análisis mismo de la conducta para adecuar los cuadros de defensa cuando
sobrevienen causales de justificación de esos hechos, pero nunca para dar rienda
suelta a la imaginación en procura de la inimputabilidad.

No pueden estar por encima de los intereses del Estado cuya obligación es
reprimir el delito, los intereses un cliente cuando éstos se basan en términos de
complacencia con conductas reprochables. Lo que sí se puede y se debe hacer es
explicar la génesis de tales conductas. Los hechos y acontecimientos humanos
tienen todas unas explicaciones. De ella, y de su adecuación a la lógica y al
derecho, depende el éxito de una asesoría legal oportuna.

Podría hablarse y escribirse muy extenso sobre los avatares del ejercicio de la
abogacía. Sería interminable empeñarse en tamaña empresa. Lo cierto es que es
una profesión hermosa, agradecida, en veces peligrosa, en donde se expone el
abogado cuando los intereses de las partes en litigio son en grados sumos
antagónicos, capaces de despertar fútiles pasiones.

No son pocas las ocasiones en que lo abogados salimos lesionados, lastimados,


ultrajados, calumniados y hasta denunciados por los clientes. Pero aun así, ser
abogado es ejercer un apostolado. Es navegar por el mar de las convicciones, y
eso es lo que hace más grande y universal al hombre.

En este día del abogado, reforcemos nuestro ahínco para ratificar la nobleza de
nuestras causas y el orgullo de ser togados en bien de la justicia y de los más
caros intereses de la patria.

GRUPO # 3

ROMA YOU RAMIREZ

YENIFER REVEROL

YRIS ANGEL

DEMMY CEDEÑO

RUTH MONCADA

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