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OP 003. ‘Catch me if you can’: archives, collections, memories and heritage in arts, design and fashion
Laura Zambrini
Universidad de Buenos Aires-CONICET
Resumen
Este trabajo propone establecer los vínculos entre las vanguardias, la moda y el diseño,
en particular en base a la poética del collage. Desde el campo del arte, se considera que los
orígenes del collage como técnica se remontan a principios de la década de 1910, a partir de
las experimentaciones Cubistas, Futuristas, Dadaístas y Surrealistas en clara tensión con el
advenimiento de la modernidad científico-industrial. En ese sentido, las vanguardias buscaron
deconstruir la concepción de imagen tradicional mediante la incorporación de otros puntos de
vistas y lenguajes tales como el azar, lo inconsciente y lo onírico. No obstante, los acontecimientos
desencadenados por las Guerras Mundiales, la Revolución Rusa y los ascensos del fascismo y
nazismo, entre otros, pusieron en crisis esos ideales en sentido amplio. Sin embargo, la impronta
de las vanguardistas en el campo de la moda y el diseño son insoslayables. En esa directriz, este
trabajo tiene como objetivo por un lado, reactualizar las discusiones sobre los límites y diálogos
posibles entre el arte, la moda y el diseño; y por otro, reconstruir dicho legado en base a las
poéticas de diseñadores de moda contemporáneos.
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INTRODUCCIÓN
La moda ha establecido permanentes cruces con los lenguajes del arte y el diseño.
En particular, desde comienzos del siglo XX, fueron variadas las iniciativas ubicadas en la
intersección de las prácticas artísticas, la arquitectura, el diseño y la moda. Dichos episodios
dan cuenta de fructíferas creaciones pero también de resistencias y tensiones en campos
disciplinares con límites difusos. Con todo, este trabajo tiene como objetivo principal
recorrer los vínculos entre las vanguardias y la moda, en particular en base a la poética
del collage. En ese sentido, el collage es una técnica pictórica basada en la composición
de una obra plástica u objetual a partir de la unión de ciertas imágenes, fragmentos,
objetos y materiales de diversas naturalezas. Esa especificidad lo diferencia de aquellos
procedimientos habituales con los que generalmente las y los artistas suelen trabajar pues
el collage se basa en la utilización de recortes de fotografías, grabados, diarios y revistas,
papeles, entre otros elementos, en pos de construir un nuevo lenguaje estético. Esa
característica compositiva basada en la fragmentación y el pegamento de distintas piezas
es en gran parte una de las razones principales por las que una técnica, cuyos orígenes
se remontan hacia 1910, dialogue hoy con el arte contemporáneo. En otras palabras, el
collage, a pesar de haber nacido a principios del siglo XX, mantiene una inusual vigencia.
Con todo, para comprender certeramente sus antecedentes históricos y su relevancia en
la moda y el diseño es fundamental recorrer los principios de las vanguardias artísticas,
específicamente del cubismo y el dadaísmo.
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que buscó unir el arte y la vida. El dadaísmo reconoció los roles significativos, tanto
del azar como de la imaginación en las producciones artísticas en oposición a una
concepción racionalista de las formas. El collage formó parte de esas búsquedas de
interpelación de la mirada del espectador en virtud de una desnaturalización de una
concepción de la imagen. A su vez, fue un movimiento inspirador para el surrealismo,
quienes también rápidamente incorporaron al collage en sus propuestas. Con todo,
la modernidad técnico industrial, la Belle Époque y el advenimiento de la Primera
Guerra Mundial recrearon un escenario sociocultural particular para el desarrollo
de las vanguardias artísticas. En ese sentido, el uso del collage supuso una crítica al
realismo y a un modo específico de concebir el arte, permitiendo la incorporación de
objetos cotidianos y de materiales anteriormente desechados en las obras artísticas.
Es decir, el surgimiento del collage propuso una mirada diferente sobre el mundo y
las cosas, a la vez que denunciaba un contexto de crisis social más amplio y complejo
(Wescher, 1980). A continuación, un ejemplo de los primeros collages cubistas:
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a largo plazo. Básicamente, se trató del derrumbe de las estructuras sociales existentes
y la configuración de un tipo de producción fabril basado en los avances científicos
y tecnológicos de la época. Además, ese nuevo orden burgués sentó las bases para
el desarrollo de una economía industrial que impulsó la migración de millones de
personas del campo hacia las ciudades en búsqueda de puestos de trabajo. Es decir,
auspició la conformación de un nuevo actor social representado por el proletariado.
Si en las sociedades tradicionales, la mayoría de las personas cultivaban la tierra y/o
generaban manufacturas a pequeña escala; a fines del siglo XVIII, frente al desarrollo
de la mecánica hidráulica y la creación de la máquina a vapor se diseñó grandes
maquinarias que permitieron la producción a gran escala y velocidad. De este modo,
durante el siglo XIX la producción fabril (con especial protagonismo del sector textil)
sustituyó a la manufactura y los trabajadores debieron dejar sus actividades productivas
en el ámbito del hogar para trasladarse hacia los centros industriales en las ciudades
y erigirse como un eslabón más de la cadena productiva. Pero, la emigración hacia
estas zonas fue tan repentina que muchas ciudades se vieron desbordadas e incapaces
de absorber los contingentes poblacionales por lo que el hacinamiento, el desempleo,
las enfermedades, entre otros problemas sociales, comenzaron a delinear los rasgos
de las nuevas sociedades urbanas capitalistas. Con todo, el desplazamiento de las artes
y los oficios artesanales por la industria y los antagonismos entre las clases sociales
se profundizaron aún más hacia el siglo XX, desembocando más tarde en episodios
violentos tales como la Revolución Rusa y las Guerras Mundiales.
En suma, el protagonismo del modelo de progreso ilimitado, las persistentes
crisis sociales y la consecuente inestabilidad de la época afectaron todos los ámbitos
de la vida cotidiana y social, incluso al campo del arte. Por un lado, la aparición de la
fotografía supuso un cambio significativo en los modos de concebir la representación y
por otro, el surgimiento de las vanguardias dispuestas a cambiar aquel mundo injusto
y mercantil liderado por la burguesía, a través de sus innovadores lenguajes artísticos.
En ese sentido, las vanguardias artísticas proclamaron un rechazo absoluto hacia las
tradiciones y el pasado en pos de una transformación social de cara al fututo que
conjugase el amor, la poesía y la libertad como principales utopías políticas por alcanzar.
De este modo, los movimientos europeos tales como los cubistas, futuristas, dadaístas,
surrealistas e incluso el constructivismo ruso revolucionaron el campo estético de
principios del siglo XX con sus innovadoras propuestas y manifiestos (De Micheli,
1968). Entre otras cuestiones, abrieron camino hacia la abstracción y el expresionismo
y la posibilidad de incorporar en el arte varios puntos de vista, es decir, la perspectiva
múltiple. Básicamente, esto se expresó en la incorporación de geometrías, colores
primarios, superposición de imágenes, fotomontajes y por supuesto, del collage. En ese
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sentido, en aquel escenario fue fundamental la impronta del Psicoanálisis pues gracias
a sus discursos se lograron añadir aspectos del orden de lo inconsciente, tales como lo
onírico y la realidad subjetiva como fuentes de conocimiento e inspiración poco antes
exploradas. Con todo, las producciones surrealistas han sido un significativo ejemplo
de ese encuentro entre arte y psicoanálisis. Además, el azar, la espontaneidad y la
experimentación fueron algunos de los pilares de las vanguardias que permitieron
abrazar al collage como propuesta de transgresión estética y política.
Los escenarios anteriormente señalados son fundamentales para ubicar los orígenes
del diseño como disciplina pues están estrechamente relacionados con el afianzamiento
de la sociedad moderna e industrial (Arfuch y Devalle, 2009). Es decir, a principios
del siglo XX, los llamados pioneros del diseño moderno conceptualizaron la “buena
forma” como una morfología funcionalista ligada a la producción industrial dejando de
lado algunas prácticas artesanales en pos de delimitar la especificidad del diseño a las
tareas de la industria. De este modo, la estética curvilínea y floral del movimiento Art
Nouveau fue contrarrestado por ese nuevo discurso purificador de las formas (Loos,
1908). En ese sentido, el concepto de estructura por sobre el ornamento y el empleo de
las formas geométricas básicas y colores primarios puros cobró fuerza entrado el siglo
XX también gracias a las vanguardias abstraccionistas y cubistas ya mencionadas. Esa
propuesta se consolidó en la escuela alemana Bauhaus que, a partir de su estancia en
Dessau, se vio muy influenciada por el movimiento De Stijl (neoplasticismo holandés)
y el constructivismo ruso, desplazando la vertiente expresionista de sus inicios. La
Bauhaus buscó fusionar el arte y la técnica en pos del mejoramiento de la vida social,
es decir, llevando a cabo los ideales vanguardistas a través del diseño moderno. Por un
lado, en aquel escenario ello era una propuesta no sólo estética sino una apuesta política
de transformación social. Y por otro, sucedía en un contexto histórico arraigado en la
ideología positivista, el progreso ilimitado y la objetividad posible de la ciencia como
modo de explicar y controlar el mundo.
Entre otras cuestiones, en la arquitectura se impuso una ofensiva contra el exceso
decorativo que provocaba una innecesaria pérdida irracional de trabajo, tiempo y dinero
(Loos, 1908). O sea, un discurso en favor de la pureza de las formas basado en el concepto
de estructura por sobre el ornamento, el empleo de geométricas básicas y colores primarios
puros cuya consecuencia ideológica fue el afianzamiento de la concepción posible de la
neutralidad y la pureza tanto en las formas como en los espacios. Esta es una de las razones
más significativas por las cuales la moda y el diseño de prendas de vestir no encontraron
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un gran reconocimiento en el embrionario campo del diseño. La asociación tácita de la
moda con el ornamento, lo femenino, el derroche, la banalidad e incluso el arte, harían
que las disciplinas del diseño forjadas en aquel modelo racionalista, no le brindaran el
mismo rango a la moda y al campo textil (Zambrini, 2015).
MODA y vANGUARDIA
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vanguardias y la estética del collage. Al respecto, sobresale la figura de Man Ray no sólo por
sus fotografías innovadoras sino también por la técnica y la composición implementadas.
Varios de sus conceptos fueron reproducidos desde entonces e incorporados a la cultura
visual contemporánea pues siguen aplicándose en campañas publicitarias recientes del
mundo de la moda.
A continuación, el sombrero zapato ícono del surrealismo en la moda:
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de la cultura de masas, la sociedad de consumo, los mass media y la mercantilización
del arte (Casullo,1997), dejando en el pasado la rebeldía creativa de comienzos del
siglo XX. En particular, la moda como sistema, salvo algunas excepciones tales como
el vestido Mondrian y Matisse diseñado por Yves Saint Laurent en la década de 1960,
abandonó sus diálogos con el arte y el diseño moderno para concentrarse en la venta
y cambio permanente de tendencias (Entwistle, 2002).
Los debates acerca del pasaje de la modernidad hacia la posmodernidad
llegaron a su máxima expresión con los cambios sociales, económicos y políticos que
se cristalizaron en la década de 1970, en gran parte por las crisis de los estados de
bienestar y de las izquierdas como proyectos políticos alternativos al capitalismo. En
tal sentido, la nostalgia por un pasado mítico y la denuncia acerca de la escasez de
creatividad innovadora sobresalen como una de las características principales del
posmodernismo. En especial, en el campo del artístico se incorporó a la fotografía
dándole un status en el arte contemporáneo. Con todo, la inclusión de temáticas tales
como las consecuencias sociales de la guerra, de inequidad de género, el racismo y la
diversidad sexual posibilitaron, entre otras cuestiones, la re-significación del collage
tanto analógico como digital en escenarios contemporáneos. Es decir, la crítica a ciertos
estereotipos de género, raza y clase en la moda también comenzaron a expresarse a
través de los lenguajes del collage.
Por ejemplo, los trabajos de fotomontajes de Martha Rosler son ilustrativos:
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PALAbRAS FINALES
Con todo, en los últimos años el collage ha obtenido una suerte de revalorización
en tanto técnica, logrando mayor visibilidad e integración en las expresiones culturales
contemporáneas. A su vez, es posible reconstruir su rol significativo en la historia de la
moda, el diseño y la cultura visual (Berger, 2000). Es decir, fue utilizado como técnica
proyectiva tanto en los procesos creativos y conceptuales del diseño así como en el diseño
textil o bien, en la construcción de las imágenes y fotografías de moda. En esa directriz,
las propuestas estéticas de diseñadores tales como Issey Miyake, Ronaldo Fraga e incluso
algunos trabajos del fallecido Alexander McQueen, resultan ilustrativos acerca de la
supervivencia de las vanguardias y del collage en el mundo de la moda y el diseño.
En suma, este trabajo propuso reflexionar sobre la vigencia de una técnica nacida
en otro momento histórico, cuya poética auspició una concepción de fragmentación y
recomposición de las formas con materiales no tradicionales. Sin embargo, un viaje por
la historia del collage nos trae al presente en donde dicha técnica aún sigue posibilitando
deconstruir estereotipos, proponer nuevas narrativas y miradas sobre los límites indefinidos
del arte, la moda y el diseño. Pareciera que en el nuevo milenio las vanguardias siguen
siendo una fuente de debate, inspiración e inagotable creatividad innovadora.
bIbLIOGRAFíA
Arfuch, L. y Devalle, V. (comp.) (2009). Visualidades sin fin. Imagen y diseño en la sociedad
global. Buenos Aires: Prometeo.
Zambrini, L. (2015) “De diseñadoras, diseñadores y diseños. Reflexiones desde una perspectiva
de género” en Revista Iconofacto, vol 11, Nro. 17. Medellín, Colombia.
Zambrini, L. (2017) “Poética y Política de la Moda” en Horta Mesa, Aurelio (Comp.) Poéticas
Latinoamericanas sobre Arte, Diseño y Ciudad. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
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