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Dilemas y debates

Dilemas y debates:
De corte ensayístico, incluye cuestiones de reflexión y
discusión de la agenda educativa.
VOL. 2 n.º 1, 2015. ISSN 2301 - 0118 13

Juventud digital. ¿Escucha analógica?

Resumen

En el presente artículo se resalta la importancia que tiene para los profesionales de las
ciencias sociales conocer el universo digital en el cual se expresan, comunican, socializan
y aprenden los jóvenes de esta era digital. Las nuevas generaciones han transformado las
redes en lugares para habitar e interactuar. Se lleva a cabo un recorrido por distintos as-
pectos que hacen a la conectividad de los jóvenes, poniéndose especial énfasis en su situa-
Roberto Balaguer ción de conexión por defecto y los efectos que esto tiene en los sentimientos de copresencia
con sus congéneres, su capacidad de espera y su concepción de lo público y lo privado.
Universidad Católica del La ecología de medios de los jóvenes (Jenkins, 2006; Ito, 2010) es parte importante de
Uruguay, Uruguay su vida y, como nunca antes, delinea y genera «anclajes», sendas a transitar en buena
parte de su accionar en el mundo. Se resalta que su posibilidad de hiperconexión con sus
rbalaguer@prored.com.uy pares —desde el búnker de sus dormitorios— los acerca más a un estado de convivencia
similar al observado en las denominadas sociedades tradicionales, en las que los jóvenes
Citación recomendada: convivían por ciertos períodos hasta ingresar al universo adulto.

BALAGUER, Roberto Palabras claves:


(2015). «Juventud digital. juventud, digital, internet, redes sociales.
¿Escucha analógica?». En:
InterCambios, vol. 2, n.º 1,
junio.
La vida está en otra parte

E l antropólogo francés Marc


Augé (2013) ha planteado que
las redes informáticas son no-
lugares. Es cierto que muchos adul-
tos solo están de paso por internet,
acontece con y entre los jóvenes se
da en pantalla y eso provoca cierto
grado de invisibilidad no solo en los
padres, sino también en profesiona-
les «analógicos» —si se me permite
pero este no es el caso de la juven- el término— que quedan por fuera
tud actual. Las nuevas generaciones de varios de los códigos y entor-
han transformado las redes en lugares nos juveniles (Balaguer, 2012). Cu-
para habitar e interactuar, es decir, en riosamente, eso es, en parte, lo que
lugares en el sentido antropológico los jóvenes desean: cierto grado de
del término. Muchos jóvenes de este invisibilidad que pretenden que así
nuevo milenio no están ni en la es- permanezca. De hecho, parte de la
quina ni en el boliche, ni tampoco en migración actual de los jóvenes de
el pool del barrio. Para poder «escu- la concurrida red social Facebook
charlos» y «verlos» interactuando, hay hacia otras redes sociales virtua-
que dirigirse a otros lados. Parafra- les (Instagram, Snapchat, Telegram,
seando a Kundera, «la vida de los jó- WhatsApp, Whisper, Secret y otras)
venes está en otra parte», pero en un responde a esa lógica generacional:
aparte que, por momentos, se vuelve salirse de entornos que comienzan
invisible a los ojos adultos. Es que lo a ser colonizados y, por tanto, ha-
que sucede en el ámbito de internet bitados por los adultos. Según to-
y sus distintos entornos queda para das las estadísticas recientes, la edad
muchos adultos por fuera del univer- promedio de Facebook continúa
so, no solo visible, sino también —y elevándose. Facebook se está enve-
eso representa una enorme pérdi- jeciendo, tal cual lo preveía la regu-
da— cognoscible. Mucho de lo que ladora de medios británica Ofcom
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ya en el año 2009. Según un reciente nuevos intercambios simbólicos de la un mayor optimismo que el que se La juventud convive como jóvenes de las sociedades tradiciona- sortear muchas veces eran suficientes
informe de The Guardian,1 el 63 % de juventud. La infancia y la adolescencia observaba en el campo más cercano en el pasado les o premodernas, que resolvían la para desalentar una conducta, diga-
las madres americanas utilizan Face- se despliegan en el ámbito de las redes, al sociológico (Giddens, 1999) o ur- cuestión del pasaje a la adultez gene- mos, transgresora. Por otro lado, los
book, al tiempo que el 97 % de ellas en pantalla. Se trata de un mundo en banístico (Virilio, 1997), que mos- La conexión a través de internet y ralmente en una forma más simple, tiempos que se involucraban en este
han publicado fotos de sus hijos en la conexión y en movimiento perma- traban un lado más apocalíptico que los celulares conforma una suerte con una transmisión más sencilla y proceso también permitían replan-
red social más famosa. Sin dudas, dos nente, tal como apuntaba ya Maffesoli integrado. de malla omnipresente que pene- directa de las habilidades necesarias tearse la decisión tomada inicialmen-
buenas razones para que los jóvenes (2000: 128) al referirse al mundo ju- En esas épocas fue que comenza- tra cada casa, cada rincón material, para el ingreso al mundo adulto. El te y eventualmente desechar la idea
busquen salirse de allí lo más rápida- venil antes del auge de las redes: mos a vislumbrar la importancia que y que deja a los jóvenes de hoy en mundo de los flujos (Castells, 1997) original.
mente posible. tomaría el mundo de la red en la ju- un estado de permanente conexión está más preocupado por los haceres La misma escena en el 2014 es
Este horror vacui, que se mani- ventud (Balaguer, 2000) y a pensarlo o, como solemos decir: en conexión que por las edades, más interesado en radicalmente distinta. Casi al mismo
fiesta, por ejemplo, en la música como un nuevo espacio psicosocial por defecto. En toda casa donde hay las competencias que en los currícu- tiempo que se toma la foto digital
La vida en conexión «sin parar» de las playas, en los (Balaguer, 2003), aun cuando las re- un joven, a través de su móvil, su PC los o los méritos académicos. La pa- con el celular, con un par de clics ya
comercios y en numerosas ca- des sociales tal como las conocemos o su tableta está presente su red de radoja de una sociedad «destradicio- se comparte en Instagram, Twitter o
Es innegable que, para comprender lles peatonales, es un ambiente hoy no hubieran surgido y los celula- contactos. En ese sentido, esa posibi- nalizada», como la occidental actual Facebook con todas las posibilidades
las características de estas nuevas ge- que no deja de evocarnos el res recién comenzaran a aparecer en lidad de hiperconexión con sus pares (Giddens, 1999), es que el ingreso al de viralización que eso supone. Los
neraciones, más delineadas por lo ruido permanente y la agita- escena. los acerca a un estado de convivencia trabajo, momento demarcativo de un tiempos y los controles sociales en el
tecnológico que por lo sociopolítico, ción desordenada de las ciuda- En el último lustro hemos ido similar al observado en el pasado en pasaje a la adultez (Balaguer y Car- camino son casi inexistentes. Nada ni
más atravesadas por las APP que por des mediterráneas y orientales. viendo con mayor precisión cómo las denominadas sociedades tradicio- bajal, 2001), no necesariamente pasa nadie se interpone entre el impulso y
los vaivenes de la economía (Gard- las tecnologías permiten a los jóve- nales, en las que los jóvenes convivían a quedar pautado por las institucio- la acción. No hay una mirada censu-
ner, 2013), sea recomendable tener No involucrarse con ese mun- nes desarrollar sentidos de pertenen- por ciertos períodos hasta ingresar al nes oficiales o el currículo moderno, rante que se deba evitar o un tiempo
cierta idea del universo tecnológico do juvenil cacofónico, orientalizado cia a través de comunidades virtuales universo adulto. Esa convivencia en sino por las competencias demostra- de espera que ayude a recapacitar. No
en el que se mueven los niños y ado- (como previó McLuhan ya en los de todo tipo y ser valorados por lo los últimos años seguramente apun- bles online. siempre es un tema, stricto sensu, de
lescentes de esta era digital. La ge- años sesenta) es negar su profundo que son y por lo que expresan en tale el ya bajo deseo de estos jóve- control de los impulsos de las nuevas
neración de adultos devenidos padres impacto en la formación de la ciu- esos entornos, en variadas modalida- nes de emanciparse y abandonar el generaciones, sino de contextos tec-
y profesionales estaba acostumbrada dadanía hoy. Por eso entendemos des, más allá de lo textual. Utilizan- territorio parental signado por cierta Una nueva espacialidad en la noculturales que habilitan o inhiben
a existir, por defecto, en desconexión que la escucha del universo juvenil do un género a medio camino entre seguridad económica y determina- que no hay tiempo para pensar las acciones. La característica impul-
y a utilizar los dispositivos fijos; caso está llamada, de algún modo, a digi- la oralidad y la escritura (Mayans, do bienestar. Si bien la «vida está en sividad juvenil se encuentra hoy con
paradigmático del teléfono o la carta, talizarse. 2002), describen como «hablar» al otra parte», se accede a ella desde el Pero no todo es color de rosa en la un movimiento tecnocultural y exis-
o incluso su sucedáneo, el mail, para «chatear», al tiempo que exploran sus dormitorio de la casa paterna. Todo conexión. La cultura de la web invi- tencial que la promueve y la alienta.
conectarse. identidades en el mundo de los jue- ganancia, ninguna renuncia. ta a hacer y compartir, y no precisa- Porque además, por si fuera poco, esa
El ingreso a las redes, la vida en Nuestro propio recorrido gos online (Turkle, 1995). Los jóvenes Pero esa malla no se utiliza solo mente a la reflexión y la espera. Vea- foto validará también la existencia
ellas, representa un cambio importan- en el mundo digital se han ido lentamente alejando de para comunicarse o ampliar los círcu- mos, si no, un ejemplo de esto que afuera, en la extimidad o la outimi-
tísimo, ya que los niveles de influencia una cultura escrita reinante durante los sociales, generando esa sensación afirmamos. dad de las redes (Balaguer, 2008), ese
de los nodos mutan constantemente. Recién comenzaba el nuevo mile- al menos dos siglos, a pesar de que de copresencia tan propia de las redes Imaginemos una misma escena, lugar donde ahora negocian su iden-
En esa posible constante conexión nio y los jóvenes ya se habían apro- escriben más que nunca en la histo- y tan necesaria en períodos como la pero en dos tiempos separados por tidad los jóvenes y donde parte de los
con los otros, el territorio de las re- piado de la tecnología disponible: ria. Las imágenes que hacen circular adolescencia, sino también para crear, 20 años de diferencia. El cuadro es el objetos de intercambio son las imá-
des es inmensamente más cambiante en aquella época los Bulletin Board desde sitios como Flickr, Instagram aprender, colaborar y hasta para tra- mismo. Un chico sale de la ducha de genes que posean.
que el de la modernidad sólida (Cas- Systems (BBS). Los adolescentes ha- o hasta el propio deviantArt son car- bajar y estudiar. un campamento, torpemente pierde
tells, 1997; Bauman, 2000), y ese es el bían puesto esa aún rústica tecno- ta de presentación de jóvenes acos- Si bien las sociedades occidentales su toalla y alguien le toma una foto.
telón de fondo del drama juvenil de logía al servicio de sus necesidades tumbrados a un mundo en constante han ido extendiendo cada vez más Hace 20 años quien tomara la ima- ¿Publico lo privado
gestionar y negociar la identidad con gregarias, mientras el mundo adulto conexión y contacto. Es en ese en- los tiempos de educación (Giddens, gen debía, primero que nada, espe- y lo hago público?
«amigos, followers, selfies, Me gusta y asistía desconcertado a lo que allí torno rizomático donde la imagen 1999), generando lo que Erik Erik- rar a terminar de usar todo el rollo
RT» como monedas de cambio. sucedía, sin saber bien cómo mover- de una foto es también un objeto son (1968) denominara «moratoria de 12, 24 o 36 fotos. Esa espera se Los ejes de lo que se entendía por
La ecología de medios de los jóve- se en la virtualidad, confundiéndola de intercambio y presentación del social», es decir un tiempo en el cual continuaba al tener que regresar a su público y privado han cambiado no-
nes (Jenkins, 2006; Ito, 2010) es parte muchas veces con irrealidad (Lévy, self (Goffman, 1959), a diferencia de los adolescentes se preparan para su casa, quitar el rollo o llevar la cáma- tablemente en los últimos años. Sus
importante de su vida. Como nunca 1995). En aquellos primeros tiem- lo que representaba tan solo 20 años ingreso al mundo adulto del traba- ra a un centro de revelado cuando áreas y alcances también. Buena parte
antes, delinea y genera «anclajes», sen- pos de exploración del mundo de atrás. Una selfie, la música en MP3, jo, los mecanismos colaborativos de este estuviera abierto, dejar el rollo, de lo que se consideraba privado se
das a transitar y caminos vedados (La- internet (Rheingold, 1993; Mayans, los videos que circulan por la web y las redes, las comunidades virtuales, volver a buscarlo (algunas horas des- ha tornado público y lo que se guar-
nier, 2012; Gardner, 2013; Ito, 2010) 2002, 2002a; Trejo, 2013), la postu- los dispositivos móviles son vehícu- junto con fenómenos educativos pués) y que el empleado de turno daba atesorado en un cajón (el ejem-
en buena parte de su accionar en el ra de los autores provenientes del los apropiados para lograr esos y otros recientes como los MOOC (cursos estuviera dispuesto a revelar la foto plo paradigmático son las fotos fami-
mundo. Desconocer el mundo digital campo psicológico (Turkle, 1997, objetivos ligados a la identidad (Gard- masivos y gratuitos online), están al- con el desnudo incluido. Probable- liares) hoy se publica en Facebook o
significa darles la espalda a una buena 1995; Holland, 1995; Suler, 1996) ner, 2013) y el juego exploratorio terando parcialmente ese tiempo de mente recibiera como respuesta un Twitter. Las fotos de los álbumes han
porción del espacio y el mundo juve- o del antropológico (Mayans, 2002) con ella(s) en el universo de internet moratoria. Los jóvenes «geek.out», lacónico: «Lamentablemente la foto dejado de dormir en los cajones para
nil y a una parte fundamental de los parecía abordar estas temáticas con (Turkle, 1995). según la clasificación de Ito (2010), 19 se veló». Fuera esto o no cierto, la residir en el cloud computing o «nube
aquellos que utilizan las redes para cantidad de controles sociales y obs- computacional» que alberga toda la
1 ‹http://www.theguardian.com/technology/2014/sep/21/children-privacy-online-facebook-photos›. crear y producir, se acercan más a los táculos temporales que el sujeto debía información de la red. Por definición,
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el transcurrir de la vida en redes so- La outimidad o el desborde de lo sentido del self e intenta restaurar su subjetividad juvenil en un mundo lí- solver sus cuestiones académicas. mer nivel con solo contar con una
ciales torna público prácticamente privado implica una reconfiguración identidad de nuevas formas. A nivel quido, de conexión, que clama, tam- Nuevamente, el mundo de pares se conexión a la red.
todo. cultural de los espacios público-pri- local y particular, los jóvenes cierran bién, por una escucha digital. Pero superpone al mundo adulto y termi- Una de las cuestiones interesantes
El modo de existencia actual, con vados. Los espacios de la intimidad la puerta del dormitorio o se colocan también existen desafíos en otros na predominando. de los MOOC es la posibilidad de
los jóvenes conectados entre sí por están mutando y la tecnología ha los auriculares. Su territorio es la co- ámbitos. Las máquinas están cada vez compartir aprendizaje y conocimien-
defecto, genera nuevos efectos. Bási- tenido enorme importancia en ese nexión. Sus lugares: las redes. más cerca, más adosadas al cuer- tos con estudiantes de diferentes lu-
camente, los jóvenes se encuentran proceso de cambio. Para Castells (1997), aquí el pro- po, especialmente aquellas móviles. gares del planeta, desligando una vez
conectados y en algunos momentos ceso fragmentario, esquizofrénico, no ¿Y qué sucede en el ámbito Algo similar sucede con Google y más territorialidad de alcance. Los
puntuales se desconectan, por lo que está dado por el contacto con la nue- de la educación? sus búsquedas (Balaguer, 2014). Así MOOC ofrecen la posibilidad de to-
la información fluye sin respetar ni La habitación juvenil: va tecnología, sino por el desencuen- como delegamos parte del traba- mar clases con profesores de las más
considerar límites corporales ni tó- un búnker hiperconectado tro entre lo que propone la tecnolo- Hemos señalado la situación de co- jo de memoria en los dispositivos, prestigiosas universidades del mundo
picas. El sujeto autónomo, propio del gía y los viejos parámetros de tiempo nexión por defecto como un ele- buena parte del trabajo de búsque- sobre temáticas de vanguardia. Una
modelo moderno, se ha transformado El mundo después de la entrada de y espacio que conocíamos anterior- mento que hace a la juventud actual. da y selección de información para vez más: desde la propia habitación.
en una entelequia del pasado. A la vez, las PC en las casas y en las habitacio- mente. Para los jóvenes el desencuen- Pero la conexión no es solo con los la elaboración de trabajos académi- Conectados a sus pares y al conoci-
no se trata de un sujeto con interiori- nes nunca volvió a ser el de antes. El tro mayor se da en los ámbitos educa- pares, con su universo de iguales cos se va delegando en el buscador, miento.
dad solamente, sino de un sujeto que mundo después de internet, Google y tivos. Allí es donde el choque cultural donde quiera que estén; es también en un proceso de «guglización» de La educación online ha supuesto
está en conexión con otros y con tec- las redes sociales menos aún. La llega- es más potente. La educación es aún con la información, con los dispo- las búsquedas, la selección y el pro- un cambio sustancial para el mundo
nología que extiende sus aptitudes y da de la movilidad y de los smartpho- básicamente analógica. sitivos de acceso a ella y con los de cesamiento de la información que universitario desde varios puntos de
habilidades (Thompson, 2013). Más nes terminó de modificar el hogar. A través de la comunicación elec- selección de la información (caso hemos estudiado y descrito en otro vista. La formación académica se ha
que un sujeto cerrado en una tópi- No solo se transformó el equipa- trónica y la conexión y sus outimida- paradigmático: Google). Para auto- lado (Balaguer, 2014). Entendemos puesto al alcance de un clic. No hay
ca freudiana, es un sujeto abierto, en miento tecnológico de una casa, sino des (Balaguer, 2008), se abren posibi- res clásicos como Vigotsky (1973) y que la unidad persona-más-Google, necesidad de moverse de la habita-
continuidad con el mundo, en un mo- que todo ello contribuyó a introducir lidades de sostén social insospechadas. Bruner (1990), la mente es el resul- que delineamos a lo largo de otro ción ni de emigrar para continuar
delo muchísimo más cercano al que una nueva territorialidad en ella, una Esa es entonces una de las sorpresas tado de la interacción con lo cultu- trabajo de investigación anterior con una educación de alto nivel. La
la tradición oriental viene ofreciendo nueva dimensión que atraviesa sus pa- que depara este mundo electróni- ral y los objetos culturales que están (Balaguer, 2014), da buena cuenta habitación juvenil ahora no es solo
desde hace miles de años y al que las redes y también las de la escuela, la co de flujos, tan vilipendiado como a disposición. ¿Quién podría negar de la relación que establecen nues- un búnker hiperconectado des-
redes conducen indefectiblemente. secundaria y la universidad. Las habi- incomprendido. Las redes sociales que el mundo en general ha cam- tros estudiantes con la información de donde conectarse con los pares,
Nos encontramos entonces fren- taciones juveniles de este siglo XXI electrónicas están mostrando en pan- biado desde la aparición de Google a la hora de elaborar trabajos aca- sino también un lugar desde donde
te a un cambio de paradigma en la no son iguales a las de algunos años talla el importante y poco acreditado en escena? Las herramientas y las démicos. Se trata de la conjunción conectarse con el conocimiento. Y
concepción de la privacidad. En otro atrás. Se han tecnificado de una ma- influjo que tienen las redes sociales tecnologías digitales forman par- máquina-hombre, que ya no es un decimos bien conocimiento y no infor-
lado (Balaguer, 2008) hemos deno- nera asombrosa y, con ello, los jóvenes en nuestra vidas (Christakis y Fowler, te del acervo cognitivo disponible tema de futuro, sino que está presen- mación, porque no se trata solamente
minado outimidad a esto que predo- se han conectado cada vez más, for- 2010). Pero también pueden ser un (Perkins, 1992; Bereiter, 2002; Gros, te entre nosotros. A la hora de buscar de acceder a páginas webs, artículos
mina en las redes. Es desde lo público, mando esa malla omnipresente y ubi- territorio en el cual, acercándose tan- 2008), y en ese sentido la juventud material académico, el estudiante se sueltos, algunas revistas académicas
desde la desconexión, que se encuen- cua a través de la cual se comunican, to a los lejanos, se vayan alejando de actual cuenta con un sinfín de he- piensa «con internet», y Google es o videotutoriales de YouTube, sino
tra la manera de hacer algo privado, intercambian, aprenden y enseñan. los vínculos más cercanos. rramientas a disposición. casi indiferenciable de la web. De ahí de estar en contacto con docentes y
ponerlo a resguardo, contraviniendo Las habitaciones juveniles son una ¿Qué papel juega la psicología en Desde la psicología, Bruner el término que eligiéramos para ilus- alumnos interesados en temáticas si-
el movimiento cultural de compartir. suerte de andén potteriano a partir la comprensión de todo esto que he- (1990) plantea que no existe cosa tal trar esta fusión entre el estudiante y milares y ubicados en cualquier lugar
Hacer algo privado es el movimiento del cual abordan sus redes: Facebook, mos apenas señalado? ¿Y del psicoa- como una «mente natural» por fue- el buscador: persona más Google, si- del mundo.
equivalente a hacer algo público en Twitter, Tumblr, Instagram, Snapchat, nálisis en particular? ¿Qué pueden ra de la cultura. La cultura no es una guiendo los lineamientos teóricos de Ya no es necesario entonces
el pasado. Por eso, la pregunta que se hoy, algunas de ellas, plataformas cen- aportarnos ambos a efectos de una capa superpuesta a lo biológico, por la cognición distribuida. radicarse en el exterior o siquiera
hacen los usuarios de redes es ahora: trales para los denominados «nativos mejor lectura de los hechos en un tanto el escenario tecnológico actual viajar periódicamente para poder
¿qué hago privado?, en lugar de ¿qué digitales» (Prensky, 2001). mundo líquido? debería tener su impacto en nuestra asistir a cursos de alto valor agregado.
hago público? Si el psicoanálisis es hijo del siglo cognición (Balaguer, 2012). Desde MOOC Diferentes universidades de primer
Por definición, en las redes que ha- XX, de la materialidad y la solidez, la teoría de la cognición distribuida, nivel dictan, a través de distintas
bitamos todo se vuelve público, salvo Dos lógicas coexisten quizás algo deba hacer para no pere- Pea (1992) plantea que la inteligencia A los pares y su mundo omnipre- plataformas, cursos en las más
que se busque filtrar la audiencia para cer en la liquidez y los cambios que no está en los agentes o en las he- sente y a la ubicuidad de los dispo- diversas disciplinas. La filosofía detrás
acotar la masividad de la llegada. De Señala Castells (1997) que, mientras proponen los flujos. Como ha señala- rramientas, sino en la actividad que sitivos, hay que sumarles en el úl- de los MOOC es la liberación del
cualquier manera, nada garantiza que la lógica social dominante está deli- do Viñar (2006: 27): se despliega, y allí la tecnología de timo tiempo un nuevo integrante: conocimiento para que este llegue a
una información devenida digital no neada por la virtualidad real del es- internet resulta crucial para entender el MOOC. MOOC es un acrónimo un público más amplio, no importa
fluya más allá de los deseos de man- pacio de los flujos, la gente vive en el Uno puede apropiarse de los los cambios en la mente juvenil. en inglés de massive open online cour- dónde esté localizado. Pero todo esto
tenerla dentro de un ámbito más pri- mundo físico, el espacio de los luga- hallazgos freudianos o identifi- Con toda la parafernalia tecno- se. En español, sería algo así como supone grandes cambios tanto para
vado. La replicabilidad de lo digital es res. Esta «condición de esquizofrenia carse con su pasión de explo- lógica existente, los estudiantes tien- ‘cursos en línea masivos y abiertos’. los estudiantes y profesores como para
prácticamente incontrolable. Las re- estructural», en la que dos diferentes rador incansable de la mente. den a apoyarse primero en la dupla Es una modalidad de educación que las instituciones educativas en sí, muy
des reverberan las informaciones, las lógicas temporoespaciales chocan, Google-internet y antes en sus pares aprovecha las ventajas que brinda arraigadas al espacio físico, al mundo
distribuyen y las desparraman como introduce una perturbación masi- Creemos que este último es el que en los adultos (Balaguer, 2014), internet y que permite a miles de sólido. La vieja idea del «aula sin
memes. De eso se trata justamente la va en las culturas alrededor del glo- desafío más interesante que tenemos evaluándose capaces de hallar la in- estudiantes de distintas partes del muros» del célebre analista de medios
«viralidad» de la red. bo. A nivel global, la gente pierde su por delante los exploradores de la formación que necesitan para re- mundo participar en cursos de pri- canadiense Marshall McLuhan
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parece hacer cuerpo en los MOOC, Udemy (www.udemy.com) se ofrecen cursos a través del MIT Gros Salvat, B. (2008). Aprendizajes, conexiones, artefactos. La producción colaborativa del conocimiento. Barcelona: Gedisa.
y esa idea es tan liberadora como, al puede aprender desde ofimática Free Courses (http://ocw.mit.edu/ Holland, N. (1995). The Internet Regression. Disponible en ‹http://www.rider.edu/users/suler/psycyber/holland.html›.
mismo tiempo, perturbadora. ¿Qué hasta neurociencias, pasando por courses/) y permiten contactarse Ito, M. (2010). Hanging out, messing around, and geeking out: kids living and learning with new media / The John D.
rol debe asumir la universidad en cuestiones tan diversas como así con los profesores que están a and Catherine T. MacArthur Foundation Series in Digital Media and Learning.
este nuevo contexto digital? ¿Cómo política, economía, fotografía, salud, la vanguardia en distintas áreas del Jenkins, H. (2006). Confronting the Challenges of Participatory Culture: Media Education for the 21st Century. Disponible
puede afectar sus intereses abrirse música, matemáticas y ciencias, entre conocimiento. en ‹http://digitallearning.macfound.org/atf/cf/%7B7E45C7E0-A3E0-4B89-AC9C-E807E1B0AE4E%7D/
al universo de estudiantes ávidos de otras. Otro sitio similar es Coursera La juventud no conoce de al- JENKINS_WHITE_PAPER.PDF›.
mejor educación? (https://www.coursera.org/), donde gunas ataduras propias del mundo Jonassen, D.; Chad, C.; Hsiu-Ping Yue (1998). Computadores como herramientas de la mente. TechTrends, v. 43 n.º 2
Los MOOC tienen una duración se puede aprender sobre técnicas de sólido. Distancias y lejanías no es- pp. 24-32, Mar 1998. Disponible en ‹http://www.eduteka.org/Tema12.php›, 15 de febrero de 2009.
promedio de seis semanas. Muchos investigación, perfiles criminales, tán dentro del diccionario juvenil Lanier, J. (2012). No somos gadgets. Buenos Aires: Debate.
de ellos son gratis, otros pagos, estadística, programación, diseño digital. Atender a ello y sus conse- Lévy, P. (1995). ¿Qué es lo virtual? Barcelona: Paidós.
y la universidad puede expedirle web, emprendedurismo, marketing cuencias teóricas y prácticas puede Maffesoli, M. (2000). El tiempo de las tribus. El ocaso del individualismo en las sociedades posmodernas. Buenos Aires: Siglo
al estudiante un certificado si o nutrición. Incluso universidades ser también un buen comienzo de Veintiuno Editores.
así lo desea. En un sitio como muy convocantes como el MIT escucha digital. Mayans i Planells, J. (2002). Género chat. O cómo la etnografía puso un pie en el ciberespacio. Barcelona: Gedisa.
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