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Juan Esteban Cardona López

Universidad de Antioquia
Historia de América Latina IV
Profesora: Tatiana Pérez Robles

Síntesis del siglo XIX Latinoamericano: Razones y Orígenes


de la Revolución Mexicana Según lo Visto en Clase.
El mundo latinoamericano del siglo XIX, después de la independencia de la metrópoli
española, toda América comenzó ser gobernada por las ideas liberales surgidas en las
revoluciones burguesas del siglo pasado y que de una u otra manera permanecían
accionando en el ámbito político, como la Revolución francesa o la independencia de
las trece colonias (USA), las cuales habían surgido como una necesidad de romper los
viejos vínculos feudales entre los grandes comerciantes burgueses y la aristocracia o
casas nobiliarias gobernantes, en especial las absolutistas, las cuales habían privado de
ciertos beneficios particulares a una clase que emergió y tomo fuerza a lo largo de la
Edad Moderna, la burguesía.
En este contexto Latinoamérica asumió su autonomía política después de las guerras de
independencia, personajes que en la colonia se habían visto impedidos para ocupar el
cargo de presidente de una real audiencia o ser virreyes, ahora con la independencia se
habían desecho de estas limitaciones impuestas por la ilustración de corte europea
racionalista que hacía a los americanos seres inferiores. Los criollos, con un amor hacia
el orden colonial iglesia y monarquía, decidieron deshacerse de la segunda con la ayuda
de estas ideas liberales que tomaron con matices particulares, las cuales promovían
libertad, igualdad y fraternidad que se había propuesto en el caso de Francia, pero esto
con cierto cuidado porque la libertad e igualdad solo era para ciertos sectores, o una
libertad comercial como se refleja Estados Unidos, los cuales emplean el liberalismo
que asimilaron de su antigua metrópoli para poner en marcha un proyecto comercial
nacional e independiente a las pretensiones del Reino Unido, con lo cual lograron llevar
un proyecto de construcción de naciones independientes en territorio Americano, todo
esto con el fin de alcanzar el progreso.
Los criollos blancos, acaudalados, que habían podido acceder a educación en la época
colonial, los mismos que habían servido para la monarquía con tanto amor por su lejana
patria, se vieron enfrentados a este problema, la creación de naciones donde el rey ya no
podría poner trabas en la administración política, y para fundamentar esta soberanía en
el pueblo, termino novedoso que sería usado para dar cohesión a lo que en la colonia
fueron todos los vasallos del rey. La forma de dar constancia de esto fue la redacción de
las constituciones donde establecen claramente quien es ciudadano y quien no, además
establecen de manera teórica los límites de las emergentes naciones en los términos que
habían sido dispuestos por la administración monárquica, son estos el virreinato de la
Nueva España (México), el de la Nueva Granda ( Colombia, Ecuador, Panamá), el de
Rio de la Plata (Argentina), el del Perú, junto con las capitanías generales como lo son
las de Venezuela y Chile, que eran enclaves más militares que administrativos debido a
su condición de frontera, o presencia de personas que permanecieron reacias a el
dominio monárquico y de la iglesia a lo largo de la colonia.
Aunque el sueño de Bolívar fue unificar América bajo una sola bandera, su sueño fue
realmente utópico debido a las grandes diferencias que se presentaban entre sus
compatriotas, los cuales se dedicaron a defender los intereses regionales y particulares
que terminaron por dar forma a las naciones que encontramos en la actualidad. La
Latinoamérica de la primera mitad del siglo XIX, termino por dar origen a dos
ideologías políticas o maneras de penar en los independientes criollos, la liberal, la cual
se utilizaba a los principales autores europeos del momento para aplicarlos a su
contexto, donde priman las ideas de libre comercio, la desaparición del poder de la
iglesia sobre los asuntos políticos y la necesidad de hacer cambios radicales que lleven
al progreso. Por otro lado están los conservadores, los cuales dedicaron su vida a
defender la familia y la primacía de la iglesia en los asuntos políticos. Entorno a estas
ideas, se crean estados-nación en Latinoamérica, donde el caudillaje sobre sectores de
la población que para los blancos criollos estaban descalificados para ser ciudadanos,
por lo tanto debían entregarse de una manera u otra a las decisiones de la élite hasta que
tenga la educación suficiente que les permita asumir su responsabilidad política, pero
esto a muy largo plazo.
Pero el asunto más inquietante es el de las tierras, donde la élite dominante trata de
promover la colonización de tierras baldías, es necesario que un Estado en quiebra
después de una guerra de independencia busque recursos para subsanar las deudas, para
lo cual necesitan poner a producir las antiguas tierras realengas que en la colonia la
administración española no había ejercido presencia estable y contundente, o hasta una
autoridad completamente inexistente. Pero en muchas de estas tierras los campesinos se
habían establecido de manera espontánea, es decir, que abrían monte o se establecían en
tierras fértiles y ejercían agricultura de subsistencia, pero el Estado en este sentido fue
en una primera parte un recurso para pagar a las personas que participaron en las
guerras de independencia con tierras baldías, las de las cuales la mayoría de las veces no
tenían un conocimiento de lo que había en dichas zonas, lo cual provocó malestar que
trajo consigo movimientos sociales que se debieron a múltiples casos donde estos
nuevos propietarios, corrían de sus tierras ya dispuesta para la explotación agrícola o
ganadera a los colonos espontáneos, los cuales habían aplicado su mano de obra para
convertir el monte baldío en su hogar, en el cual escapaban de la miseria, poca
salubridad y hacinamiento de ciudades, que pocos cambios tuvieron en comparación
con las del siglo XVIII, en todo el XIX.
Los disgustos latinoamericanos no se hicieron esperar, de hecho, desde la colonia lo
movimiento sociales ya habían tenido su lugar, en los cuales los participantes miembros
de la “plebe”, habían manifestado a el monarca su enojo con el “mal gobierno”, pero al
mismo tiempo aclamando y alabando el nombre del rey, donde lo que buscaban era una
disminución en las tributaciones que la corona exigía sobre distintos productos, más no
una conciencia o necesidad de tomarse o alcanzar un cambio en el orden político. Pero
ya para el siglo XIX, la protesta se torna contra la élite terrateniente que se dedicó a
acaparar las tierras y convertir a sus antiguos propietarios en arrendatarios que trabajan
para un señor a cambió de permanecer en sus tierras. A esto es a lo que se oponían los
movimientos sociales, el rechazó a el sometimiento, a la pérdida de su sustento que es la
tierra que produce el alimento de un pueblo mayoritariamente campesino mestizo e
indio en toda Latinoamérica.
En particular el caso mexicano es un ejemplo de estos, donde la consigna exigida por el
pueblo fue “tierra y libertad”, esta exigencia da evidencia del disgusto de la clase
popular en contra de la dictadura de Porfirio Díaz, el cual instauró su dominio como una
necesidad de alejar a la “chusma” de las esferas del poder, integrar a los indios y
convertirlos en ciudadanos ideales iguales a los demás, mediante la abolición de
resguardos y tierras comunales para que estos se integren a un proyecto nacional de
producción, al igual que con las demás castas que fueron víctimas del acaparamiento de
tierras y el desplazamiento forzado por ejércitos particulares apoyados y respaldados
muchas veces por los intereses del Estado, con el de centralizar el monopolio del poder
en las manos de unos cuantos particulares criollos que ejercerían el comercio con el
mercado internacional, debido a que lo que se busca con estas reformas y cambios en la
administración es el progreso.
Esto es lo que crea el carácter más reformista que revolucionario de la Revolución
mexicana, la cual surge como una reacción al Porfiriato exigiendo el reconocimiento de
los derechos de sobre la tierra de los campesinos que la trabajan y la libertad de no estar
sujetos a un señor latifundista que restrinja sus actividades económico-productivas,
además que no se imponga la voluntad de un dictador sobre una mayoría india y mestiza
como era México, incluso actualmente. Esto se ve reflejado en el origen de los líderes
de esta revolución, los cuales ya no eran blancos con cargos de generales galardonados
por el gobierno oficial, sino campesinos y bandoleros, los cuales desde la colonia habían
olvidados por el estado, o simplemente reacios al poder estatal y a la tributación. Es
aquí donde surgieron personajes como Emiliano Zapata, un campesino que por medio
de las armas busca promover una revolución con esta particular e innovadora consigna,
la cual defendió y termino por llevarlo a su muerte, al igual que el tan mencionado
Pancho Villa, un bandolero conocido como el centauro del norte que se dedicaba a
asaltar trenes a vapor en la zona aledaña a la frontera con Estados Unidos, personaje que
también luchó hasta la muerte por su causa, el punto está claro, la reforma que estos
buscaban era la integración de las clases bajas a la construcción del proyecto nacional,
del cual habían permanecidos aislados por los particularismos de los intereses de la élite
conservadora y liberal que se habían aliado para alejarlos del poder.
Así se termina el pueblo mexicano que no había sido tenido en cuenta alcanzando una
reforma donde ya la libertad e igualdad fue más equitativa, junto con las reformas que
promovían una educación para las clases bajas, el reconocimiento del factor importante
componente étnico y cultural del territorio donde ya el referente no era el blanco, sino
que estas clases que habían sido olvidados pasaran a hacer parte de la ciudanía
mexicana y una preocupación del Estado en los asuntos políticos y económicos que
estos sectores bajos de la población sean escuchados para evitar su atropello y violación
de sus derechos, todo esto indica una solidificación nacional de México, que incluso
adoptó el lema de la Revolución mexicana en su bandera.

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