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a) Relajación
b) Reestructuración Cognitiva(Registro de Pensamientos negativos y Autoinstrucciones)
c) Exposición Imaginada y Real (Habilidades sociales y reducción de la ansiedad)
AUTOINSTRUCCIONES POSITIVAS:
Las autoinstrucciones se definen como el conjunto de órdenes que una persona se da a sí misma
en una situación determinada. Es un diálogo interno con nosotros mismos que solemos realizar, a
veces casi sin ser conscientes de ello.
Para practicar esta técnica, en primer lugar, conviene identificar y eliminar los pensamientos
irrelevantes o que influyen negativamente al hablar en público. Por ejemplo: “Voy a hacer el
ridículo”; “Seguro que nadie me está entendiendo”; “Odio hablar en público”; “Se están
aburriendo”; “Estoy muy nervioso/a”; “He hecho una mala presentación”, etc.
El objetivo al aplicar esta técnica es que puedas sustituir los pensamientos negativos por otros de
carácter positivo, al igual que proponíamos en la técnica anterior. Para ello, se recomienda que
antes, durante y después de la exposición, realices el siguiente diálogo interno.
Ejercicio de autoinstrucción
ANTES de la exposición piensa: “Podré hacerlo”; “Lo he hecho bien otras veces”; “No se me notan
los nervios”; “Lo haré bien”; “Lo tengo bien preparado”, etc.
DURANTE la presentación piensa: “Estoy hablando con claridad”; “Nadie ha notado mis
palpitaciones”; “El público me escucha”, etc.
AL FINALIZAR: “Lo he hecho bien”; “No ha sido tan difícil”; He respondido acertadamente”…
c. Estar interesado en comunicar el tema al auditorio. Cuanto mayor sea el interés, menor será el
miedo a hacerlo.
d. Ensayar las veces que sea necesario hasta sentirnos seguros. La originalidad del estilo radica de
modo casi exclusivo en la sinceridad.
e. Preparar especialmente el inicio: un buen inicio favorece una buena continuación.
Se recomienda comenzar con una anécdota, ser sorprendente sin ser disparatado, porque
disminuirá la tensión del inicio, y generará una corriente automática de simpatía o bienestar entre
orador y auditorio. Si el orador no se siente cómodo utilizando el sentido del humor tampoco debe
forzarse a hacerlo. Ante todo debemos procurar sentirnos lo más cómodos posible.
2. Cuidarnos físicamente:
Hacer ejercicio con regularidad, llevar una dieta sana y un estilo de vida saludable son estrategias
de afrontamiento ante el estrés, que nos facilitarán el estar en el mejor estado físico posible el día
de la exposición. Encontrarse descansado, haber dormido suficientes horas, comer y beber con
moderación. Se desaconseja la cafeína y los estimulantes, ya que intensificarán la actividad del
sistema nervioso autónomo pudiendo activar en exceso las reacciones corporales y el nerviosismo.
3. Cuidarnos mentalmente:
Es muy conveniente practicar técnicas de relajación de manera habitual para (entre otras cosas)
estar en el mejor estado psicológico posible el día y en el momento de la charla. Ya hemos
comentado cómo los pensamientos negativos influyen en la forma en que nos presentamos ante
un público para transmitir un mensaje. Por ello, aconsejábamos realizar el entrenamiento en
visualización, parada y cambio de pensamiento y autoinstrucción.
A continuación vamos a exponer otra técnica útil para sustituir los pensamientos negativos por
otros más adaptativos. Se denominada reestructuración cognitiva o reestructuración de los
pensamientos. Se basa en tomar conciencia de la importancia que tienen los pensamientos y
cómo interpretamos la realidad a la hora de determinar cómo nos sentimos. Llevándola a cabo
serás consciente de cómo tus pensamientos pueden potenciar y mantener el estrés. Sustituye los
pensamientos irracionales por otros pensamientos más adaptativos. Para ello tienes que cuidar
los siguientes aspectos:
Observa cómo te sientes después y cómo actúas. Puedes utilizar la técnica de las dos columnas:
anota en la columna de la izquierda la idea irracional y en la de la derecha el pensamiento
alternativo.