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ENSEÑAR GEOGRAFÍA: UN RENOVADO DESAFIO EN LA PRÁCTICA EDUCATIVA

La enseñanza de la Geografía se ha visto sometida últimamente en varias “revoluciones conceptuales”, paralelas


y complementarias. Revoluciones que afectan a varios aspectos teóricos y didácticos de la ciencia en cuestión.
Cambios epistemológicos en la Ciencia Geográfica, a partir del surgimiento como ciencia autónoma en el siglo XIX
hasta la actualidad, cambios respecto de la función que se le asigna a la Geografía en la Educación, cambios
referidos al conocimiento sobre los alumnos y cambios en el uso de técnicas de enseñanza de la ciencia.

Por ello, enseñar Geografía, constituye en esta época, un renovado desafío en la práctica educativa.

Si consultamos un diccionario de la Lengua Española, desafiar aparece como: “Afrontar con valor una finalidad”.

La Geografía ha recibido múltiples connotaciones. Josefina Ostuni resalta que “La Geografía durante siglos ha ido
escribiendo su historia, una historia llena de alternativas, de avances y de regresiones, de largas detenciones, de
pausas inmersas en la desorientación y de ímpetus entusiastas capaces de largos progresos”.

El desarrollo teórico de la corriente radical acepta la relación entre sociedad-espacio y le otorga tal objeto de
estudio a esta ciencia. Contribuyen al concepto actual, muchos defensores de este paradigma geográfico y
levantan como bandera del objeto de estudio: a la relación sociedad-medio. Más aún, el Profesor Brasileño Milton
Santos busca explicar las causas por las cuales la Geografía se ha convertido en una disciplina amenazada y trata
de definir al Espacio geográfico, como producto social.

Las concepciones de la mencionada ciencia, que el Profesor de Geografía sostenga a la hora de organizar y
planificar los espacios curriculares, condicionarán ampliamente su enseñanza. Las alternativas de Educación que
considera, las estrategias de entrada, desarrollo y cierre que utilice, los recursos didácticos que aproveche, las
prácticas de aprendizaje que priorice, las propuestas de cambios en la evaluación de esos aprendizajes, la
validación de la Ciencia Geográfica en la formación de los alumnos, constituyen factores de gran influencia en la
enseñanza de los espacios geográficos en distintas escalas. Un nuevo rol, debe asumir la Geografía a partir de los
planteamientos que la Ley Federal de Educación y la Ley Nacional después.

En primer lugar, es necesaria la explicitación del marco teórico desde el cual se define la Geografía en tiempos
actuales. Sobre la base de esto, es posible volver una mirada a la segunda mitad de la década del 70 donde
aumenta la preocupación por el impacto ambiental y la problemática social y que hoy se reflejan fuertemente en
los contenidos a enseñar.

Surge así, una corriente ecológica, que define el medio ambiente, y una corriente crítica radical (Geografía Radical)
que hoy, sustentan las bases epistemológicas de la Geografía en las instituciones educativas. Como vemos, esta
primera reflexión nos introduce en la complejidad de tramas entre los cuales el profesor de Geografía debe
trabajar cuando enseña

Indagar sobre el significado del término Radical nos lleva a consultar el diccionario de la Lengua Española, donde
el término radical “es lo relativo a la raíz- Que actúa o se produce de un modo completo sin atenuantes, o que
afecta a la raíz de algo”.

Si buscamos radicalismo “1) conjunto de ideas o doctrinas que pretenden reformar total o parcialmente el orden
político, científico, moral y religioso. 2) Modo extremado de tratar los asuntos”. La información consultada nos
permite deducir la presencia de una doctrina o postura que aspira a producir profundos cambios en el concepto
de Geografía. Uno de esos cambios, nos habla del rechazo del espacio como único objeto de estudio y atribuye
total importancia, a la relación sociedad-espacio, fijando la premisa de que el espacio existe en la medida en que
la sociedad le da contenido y significación.

Los Diseños Curriculares Provinciales mencionan que “hacer Geografía hoy, es entender definitivamente la
característica antropocéntrica que debe primar en su enfoque”, es decir, que su enseñanza adquiere significado
cuando se tienen en cuenta la importancia de fenómenos y recursos naturales a partir de la utilización que el
hombre hace de ellos, y a partir de ello, cómo produce la planificación y organización del espacio mundial.

La Geografía constituye un camino esencial para entender la globalización, las formas de organización de los
espacios, los problemas ambientales consecuentes con la explotación de los recursos naturales, los cambios en el
mapa político del mundo, la construcción de los ambientes en el tiempo y en el espacio, el manejo de los recursos
a través del tiempo, los riesgos y catástrofes naturales, las políticas demográficas, la movilidad espacial de la
población, el papel del Estado, la expansión de la economía, las desigualdades sociales, la diversidad cultural frente
a la globalización, etc. Constituyen, además, en la actualidad, temas de interés general, que la Ciencia Geográfica
ayuda a comprender en sus aspectos más complejos.

Es sin duda, que para la enseñanza es imprescindible identificar los problemas que surgen en el análisis de estos
temas y proponer alternativas de solución.

Urbanistas, ambientalistas, economistas, sociólogos, historiadores y antropólogos se interesan a diario por la


dimensión territorial. Es aquí, que la Geografía debe argumentar fuertemente sus bases epistemológicas para
sostener el surgimiento de las formas de organización del espacio y el espacio como realidad socialmente
construida. Recordemos que, en la década del 80, Horacio Torres transcribe una frase de Massey: “...es crucial la
comprensión de la organización espacial de la sociedad; es central para entender cómo actúan los procesos en
primer lugar y ciertamente para poder actuar sobre ellos políticamente...”. Confirma esta postura, Milton Santos
un geógrafo brasileño radical, cuando sostiene que la Geografía constituye un camino esencial para entender la
globalización ya que “una razón global única se manifiesta en forma específica en cada lugar. La Geografía se
convierte en una disciplina esencial cuando se trata de apuntar soluciones o caminos para mejorar la vida de las
sociedades y de las personas”.

En segundo lugar, retomando el interrogante sobre qué debe cambiar en la enseñanza de la Geografía, es posible
reflexionar sobre:

Una mirada retroactiva acerca de nuestra formación y de las concepciones teóricas sobre las cuales se asentó la
misma en el nivel secundario y terciario, reconociendo el proceso de aprendizaje llevado a cabo como alumnos,
las ausencias, las falencias y las fortalezas en el saber, saber hacer y saber ser.

Ya Prieto Castillo, nos decía que debemos concebir a la Pedagogía “como el intento de comprender y dar sentido
al acto educativo, en cualquier edad y en cualquier circunstancia en que se produzca, a fin de colaborar desde esa
comprensión con el aprendizaje como construcción y apropiación del mundo y de sí mismo”. Reconociendo a la
institución como la encargada de mediar entre el pasado y el presente y entre la ciencia Geográfica y nuestros
alumnos, es la mediación pedagógica quien tiene como tarea el acompañar y promover el aprendizaje de los
alumnos en la formación como futuros Profesores en Geografía.

El paso del desconocimiento al conocimiento de la construcción social del ambiente se produce por mediación del
Profesor de Geografía, quien debe prepararse para ejercer ese rol, apoyándose en requisitos fundamentales, tales
como: madurez pedagógica, interlocución, umbral pedagógico, corresponsabilidad comunicacional, pasión
pedagógica, certidumbre pedagógica y empatía. Mediar con la cultura, mediar desde el currículum y desde la
institución educativa son desafíos para cualquier docente en la actualidad.

Educar para la incertidumbre, para gozar de la vida, para la significación, para la expresión, para convivir y educar
para apropiarse de la historia y la cultura constituyen en estos tiempos, aspectos fundamentales para explicar el
sentido de la educación, en general.

Educación con sentido, educa a seres humanos que llenan de significados cada aprendizaje realizado, cada
situación presentada por el docente y pasa por la capacidad de criticar esos sentidos y los sinsentidos encontrados.
Como futuros docentes y geógrafos, debemos intentar llevar a la práctica estas alternativas de educar para captar
y trabajar la atención de los alumnos.

Es válido, además, contemplar en la enseñanza de la Geografía distintas instancias de aprendizaje, dirigiendo


siempre la mirada hacia la relación entre dos o más de ellas, para permitir enriquecer la enseñanza y para
permitirnos crecer como profesionales y como humanos. Esas instancias son: aprender con la institución,
aprender con el educador, aprender con los materiales, medios y tecnologías, aprender con el grupo, aprender
con el contexto y aprender consigo mismo.

Reflexionar sobre las experiencias que le presentamos a los alumnos a diario, será el primer paso de un proceso
de reconocimiento con miras a mejorar nuestras prácticas pedagógicas diarias.

El segundo paso, será presentar experiencias en el campo de la Ciencia Geográfica que conduzca a los estudiantes
a la apropiación del saber, saber hacer y saber ser con la conjugación de variadas instancias de aprendizaje.

Afrontar con valor la tarea de Enseñar Geografía en la Posmodernidad, nos lleva a adoptar innovaciones para el
tratamiento del contenido en los momentos de la clase; como así también, en el lenguaje o discurso frente a los
alumnos. La presentación de relatos, anécdotas o fragmentos literarios sobre distintos ambientes, proyecciones
al futuro, imágenes fotográficas de espacios geográficos, artículos periodísticos referidos a los acontecimientos
ambientales o sociales, poemas sobre los recursos naturales, canciones que aludan al manejo de los recursos
naturales en el tiempo o a la vida social, significan estrategias posibles de aplicarse cuando queremos que el
alumno inicie una sesión presencial con entusiasmo y seguridad.

Proponer, además, variadas estrategias de desarrollo, como: tratamiento recurrente, ángulos de mira, puesta en
experiencia, ejemplificación o preguntas posibilitará a los demás construir conocimientos o apropiarse del saber,
saber hacer o saber ser. Alternativas de cierre, también, tendrán la finalidad de involucrar al estudiante en una
lógica para obtener resultados o conclusiones; como, por ejemplo: cierre por síntesis, por recuperación de algunas
de las formas presentadas en el inicio, cierre por preguntas, por recomendaciones en relación con la práctica, por
la elaboración de un glosario, por proyecciones a futuro, etc. La interlocución debe acompañar en todo momento
las instancias propuestas para una mejor aplicación.

Por último, la Geografía en su enseñanza adquiere gran significado cuando el profesor diseñe prácticas de
aprendizaje novedosas; tales como: prácticas de significación, prácticas de prospección, prácticas de observación,
prácticas de interacción, prácticas de reflexión sobre el contexto, prácticas de aplicación, prácticas de inventiva,
prácticas que permitan salir de la inhibición discursiva, entre otras. Estas, son algunas de las propuestas posibles
de llevarse a cabo en este contexto social tan cambiante y en el cual viven los alumnos y docentes que aprenden
y enseñan Geografía renovada.
Hoy, sabemos que la ciencia Geográfica ha evolucionado y su enseñanza no debe recaer en el estanco de nombres
y cifras y en esperar la memorización de los mismos por parte de los alumnos; si no que, nuestra mirada debe ir
más allá, imaginando nuevas aplicaciones en el campo de las ciencias.

¡Imaginemos por un momento, una Geografía capaz de llevar a adelante estas renovaciones en el seno de su
enseñanza!

Profesora Adriana González

Licenciada en Geografía

Especialista en Docencia Universitaria

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