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Cantando victoria

Escribe: Rolando Arbesún Rodríguez

Han pasado 39 días desde que el viernes 13 de marzo, en horas de la noche, se anunciara en
conferencia de prensa, por parte del Presidente de la República, la “emergencia sanitaria”.

Desde ese momento comenzaron a sucederse un conjunto muy variado de situaciones y en


consecuencia con la declaración emitida, fueron anunciándose medidas y disposiciones por parte
del Poder Ejecutivo.

Se puede hacer un seguimiento de las mismas en la propia página de presidencia y aceptar, sin
mayores reparos, la taxonomía que las organiza.

Las medidas adoptadas son distribuidas allí de la siguiente forma: trabajo (2), social (8), economía
(12), sector productivo (1), exterior (7), transporte (2), seguridad (5), sanitaria (11) y educación (4).

Si se atiende a su temporalidad, las medidas adoptadas abarcan del 13 al 20 de marzo.

Si las resumimos tenemos un total de 50 medidas en 7 días.

La importancia de estas medidas radica, en que ellas describen cómo el Poder Ejecutivo, evalúa la
situación del país, toda vez que el fenómeno de la pandemia, dejó de ser un dato externo a la vida
cotidiana del Uruguay.

Sin embargo, esta no es una evaluación “cualquiera”, no es siquiera una evaluación que deba ser
“leída” en una solitaria clave sanitaria, aunque sin dudas la incluye.

Esta es una evaluación política de un fenómeno, la pandemia, desde la perspectiva política del
gobierno.

Para decirlo de otra forma, si se quiere, en verdad, entender la perspectiva política del gobierno,
no hay que quedarse detenido en las medidas adoptadas.

Ellas, aunque relevantes, tienen como efecto que “desvían la mirada” y la desvían produciendo así
la ilusión respecto a lo que en verdad le importa al gobierno.

Nadie puede afirmar que al gobierno no le interesa evitar una “explosión” de los contagios y las
muertes, considerar esto sería “caer prisionero” de la ilusión que se construye.

Anclar los análisis, centralizando las contradicciones que se han generado en las formas de
efectivizar todas y cada una de las medidas adoptadas, es un error grueso de análisis político.

Y lo es, porque lejos de lo que muchos puedan pensar, el primer “enemigo” actual del gobierno, ya
no es el conjunto social de organizaciones sociales, sindicales y políticas que podemos clasificar en
la histórica categoría de “la izquierda”.

No nos llamemos a engaño, no se afirma que han dejado de prestarle atención a todo aquello que
“huela” a “izquierda”.
La mejor evidencia de esto, es el conjunto de movimientos “laterales” que se producen desde los
aliados de turno, los maninianos, sanguinetistas y algún que otro blanco con aspiraciones de
liderar embestidas bagualas.

El verdadero “enemigo” del gobierno es el propio Covid-19, y lo es por una razón harto sencilla, le
impide hacer aquello para lo cual vino: “cambiar el país”.

La pandemia se convirtió, inesperadamente, en un “enlentecedor” primero y en un obstáculo


después, para el despliegue del verdadero programa de gobierno y este no es otro que el proyecto
de ley de Urgente Consideración.

Si esto que afirmamos es cierto, no debería esperarse que el gobierno cometa groseras pifias en
las formas en que viene encarando sus decisiones respecto a aquello que hoy le impide avanzar
hacia donde realmente quiere.

Probablemente, todas las “sospechas y suspicacias” que circulan sobre la transparencia de los
datos que día a día se publican sobre los testeos y sus resultados, sean hoy, para todo el
movimiento social, sindical y político de izquierda, un “reflejo” que al “golpearnos” los ojos, nos
impidan ver lo que, en verdad se viene gestando.

Es claro, clarísimo, que un gobierno de izquierda, gestionaría esta pandemia de forma diferente y
lo es por las mismas razones que hoy, este gobierno la gestiona como lo hace: porque su proyecto
político de país es diferente.

Y es hacia allí hacia donde hay que dirigir la “mirada”: hacia el país que se pretende transformar.

Ese país, no está en los comunicados oficiales, en los discursos cotidianos sobre la pandemia, allí
tenemos “pistas” pero, el núcleo duro de sus contenidos está en el proyecto de Ley de Urgente
Consideración que ya nos anunció el Presidente ingresaría al Parlamento.

La última conferencia de prensa y el próximo combate:

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