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Este texto de Marx es muy célebre, porque ahí formula con mucha claridad
su concepto de Modo de Producción y lo explica con un ejemplo con los
estudiosos de su obra han caracterizado como “la metáfora arquitectónica”.
Es por esto que es considerado como uno de los textos fundamentales del
Materialismo Histórico. Más allá de esto, es un trabajo que ha sido pensado y
analizado de diferentes maneras y que ha generado debates y polémicas
muy intensos desde el propio siglo XIX.
Estructura y Superestructura, en palabras de Marx...
Veamos algunos párrafos importantes del texto de Marx acerca de estas cuestiones…
“Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de
Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano,
sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel
siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y
que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.”.
¿Qué plantea Marx acá? Que, a diferencia de lo que sostienen los filósofos idealistas, empezando por Hegel
(de cuya filosofía Marx había sido un seguidor en su juventud y muchos de cuyos conceptos se encuentran
presentes en su obra, incluyendo El Capital), para comprender una sociedad es necesario partir de las
condiciones materiales de vida y no de las ideas, del Estado, o de las relaciones jurídicas (esto es, de las
instituciones). Hegel y los hegelianos partían del Estado, no de la Sociedad civil; Marx invierte esta
concepción y plantea que el análisis debe comenzar por las relaciones sociales y económicas, no por el
Derecho o las instituciones de gobierno.
Estructura y Superestructura, en palabras de Marx...
Continúa Marx con un párrafo central del texto, probablemente el más importante:
“El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede
resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones
necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase
determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El
modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en
general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo
que determina su conciencia.”.
“Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción
con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas
relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se
transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas
transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de
producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas,
religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este
conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no
podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que
explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas
productivas sociales y las relaciones de producción.”
Aquí explica las transformaciones en los Modos de Producción, el cambio de uno a otro [ténganlo presente para pensar el
texto de Bonnassie y, especialmente, cuando vean mutacionismo] y reafirma su idea de que debemos comprender primero
las relaciones materiales para poder entender la transformación de los aspectos políticos, jurídicos, religiosos, etc.
La metáfora arquitectónica (I)
Política, Derecho, Ideología,
Religión, Arte, etc.
Esta última lectura es la que tiene en mente Perry Anderson cuando analiza el
Modo de Producción feudal. Como es un sociólogo histórico marxista (Anderson
no es historiador y no trabaja con fuentes primarias, ténganlo presente en este
caso y cuando trabajen su otra gran obra, El Estado Absolutista, más adelante),
parte de la base económica del sistema feudal (relaciones entre señores y
campesinos, propiedad del medio de producción fundamental, explotación), pero
reconoce que la propia estructura del feudalismo hace que los aspectos políticos
tengan que ser fundamentales, ya que el propietario del medio de producción
fundamental (la tierra) no es el poseedor, y el poseedor no es el propietario. Esto
hace que la explotación tenga que darse por mecanismos extraeconómicos
(políticos, jurídicos e ideológicos combinados) y, de este modo, las El sociólogo histórico
superestructuras inciden directamente sobre la base económica, en una relación británico Perry Anderson
de condicionamiento mutuo, de interdependencia recíproca.
¿Por qué Anderson no es entonces un idealista de los que criticaba Marx en el
“Prólogo”? porque para el autor británico es la propia estructura de Modo de
Producción feudal la que hace que la superestructura tenga que cumplir ese rol
decisivo en el funcionamiento de este sistema.