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SUMARIO
Introducción
Casos que requieren ovodonación
Una difícil decisión: duelo genético
Aceptación: Valorando el vínculo afectivo
Debate: contar o no contar al hijo sobre sus orígenes
Conclusiones
Recomendaciones
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
ABSTRACT
This work is about the emotional impact in a couple who receives the
chance to have a child through egg donation treatment. Many women lives
a “genetic grief” before they can accept egg donation. To make a good
decision it is necessary have time to think about and it's important how the
women feel about this. Women who consider maternity is not only
biological attachment and think that emotional attachment is the most
important could accept egg donation in a good way. Also, this work
explores the future consequences in family environment related to egg
donation. We focus on the debate about to tell or not to tell people who were
borned through egg donation. In recent years, there is more openness about
this topic, even health professionals suggest to avoid maintain the secret in
future and tell children about their conception.
KEYWORDS
Egg donation, genetic grief, maternity, secret, tell the way of conception.
INTRODUCCIÓN
Así más allá de lo positivo de tener opciones para poder hacer realidad la
llegada del hijo, es importante valorar el impacto emocional que pueden
tener esas alternativas. Algunas de ellas incluyen a la opción de gametos
donados como una de estas alternativas.
Así, no todas las mujeres a las que se les plantea este tratamiento estarían
emocionalmente preparadas para llevarlo a cabo. Por eso, es importante que
el personal de salud les recomiende tomarse un tiempo para informarse,
pero más para conectarse con sus emociones, procesar este tema y
finalmente tomar la decisión de si están de acuerdo o no en llevarlo a cabo.
Están por un lado las mujeres con falla ovárica precoz (antes de los 40
años) y las mujeres perimenopáusicas mayores de los 43-44 años que
necesariamente requieren de ovodonación. En el medio están las
pacientes que pasaron los 40 años y que han realizado otros
tratamientos de in vitro con resultados fallidos (Ugozzoli et al, 2014).
Otros motivos por los cuales algunas mujeres optan por llevar a cabo la
ovodonación ocurre cuando se presentan enfermedades genéticas que
pueden ser transmitidas al feto (Baron, 2010). Entre las enfermedades
genéticas destacan: la hemofilia, fibrosis quística y síndrome X frágil
(Aramburu & Ciani, 2012).
Cuando una pareja es informada que para poder tener un hijo la mujer
tendrá que renunciar a su genética, esta se convierte en una situación
emocionalmente impactante. La mayoría de las personas asumen como un
hecho que tendrán hijos biológicos. Por eso, esta noticia generalmente es
sentida como que desbarata o derrumba su proyecto de familia.
Así, algunas mujeres pueden vivir esta situación de forma similar a cómo se
vive el duelo por la muerte de un ser querido. Además, ese grupo de mujeres
lo puede vivir como la pérdida de la posibilidad de tener un hijo biológico,
con las características genéticas propias (Moreno, 2009). Esas mujeres se
sienten muy dolidas y ven prácticamente que van a alumbrar un hijo que no
va a tener nada suyo, que no se va a parecer a ellas físicamente.
Plut y Oliveira (2011) señalan que es muy importante ayudar a las mujeres
que realizan dicho tratamiento, a elaborar el conflicto entre carga genética y
maternidad, entre dar vida y tener un hijo. De tal forma que se les ayude a
tomar consciencia que la falta de vínculo genético no suprime la
maternidad, ya que esta transciende más allá de lo biológico.
No todas las parejas ni todas las mujeres están preparadas para aceptar la
ovodonación como una alternativa real para tener un hijo. En gran medida,
esto depende del concepto de maternidad que tienen, ya que las mujeres que
sobrevaloran el lazo genético con el futuro hijo, difícilmente podrán
asimilar esta opción o se convertirá en un reto grande para ellas. Por otro
lado, las parejas no siempre están lo suficientemente listas para dar este paso
porque esto involucra una relación sólida y de confianza en la cual ambas
partes se sientan con mucha seguridad, ya que el hecho de tener un hijo con
el cual solo uno de ellos tendrá un vínculo genético no afectará la relación ni
fomentará entre ellos conflictos en los que se ventile esa información.
También importa mucho cómo se siente el esposo o la pareja con esta
alternativa, para algunos varones esta no es una buena opción, ya que su
deseo es el tener un hijo que se parezca físicamente a su esposa y que sea de
ambos por igual.
Así, la ovodonación es una buena alternativa para las parejas que consideran
que lo principal para formar una familia es el vínculo de afecto, el
compromiso y la responsabilidad para involucrarse activamente brindando
los cuidados y protección al hijo. Si la pareja valora esto como más
importante que el lazo genético, es muy probable que pueda realizar el
tratamiento sin que este tenga una mayor impacto en su vida familiar.
De esa manera se manejó este tema por muchos años. Debido a esto muchas
de las personas nacidas por donación de gametos desconocen la forma en
que fueron concebidos. El estudio y seguimiento de familias, así como los
testimonios de adultos nacidos por donación de semen han llevado en los
últimos años a una revisión crítica de esta postura (Jadur, 2006).
es lo mejor para los adultos y qué para los niños. Lo cierto es que lo que se
debería privilegiar es el bienestar del niño antes que el del adulto.
Asimismo, otros datos reportan que en estos casos los padres que revelan
esa información a sus hijos expresan sentirse satisfechos y no hay reportes
de que se hayan arrepentido de haberlo hecho (Loughnane, 2005).
En cuanto a las motivaciones que tienen los padres para revelar la historia de
origen a sus hijos, en una revisión sistemática de 43 estudios que evaluaban
Por otro lado, se ha encontrado que entre los principales motivos para no
decirle a los hijos son los siguientes: 1) los padres pensaban que era lo
mejor para sus hijos, 2) no encontraron mayor beneficio en hacerlo y 3)
consideraron que era una forma de proteger al niño del estigma que caería
sobre él o algún impacto emocional negativo que pudiera afectar su
bienestar. Generalmente junto con la decisión de no contar al hijo sobre su
origen está el temor de los padres de que el vínculo con la madre se vea
afectado e incluso pueda haber un rechazo hacia ella.
En América Latina prácticamente son escasos los estudios que abordan este
tema. Es importante destacar la investigación realizada en Argentina,
llamada: “Actitud hacia la ovodonación”. Se trata de la primera encuesta
realizada en Argentina y América Latina y es el estudio que involucra la
mayor cantidad de casos (madres) de los publicados en el mundo. El
principal objetivo de esa encuesta fue registrar el número de niños nacidos
por ovodonación que conocen su modo de concepción (Ugozzoli, 2014).
Es importante acceder a los datos que se obtienen en este estudio, ya que son
un referente más cercano a nuestra realidad y nos permiten tener un
panorama más claro. Los niños del estudio tenían al menos tres años de
edad, tiempo en el cual ya se puede dialogar con ellos y comenzar a
trasmitirles información de su origen. Este estudio concluye que 5 de cada
10 encuestadas declaró estar dispuesta a contar a sus hijos sobre la
ovodonación o que ya lo ha hecho. Pero solo el 9% de las madres argentinas
ya les habían contado a sus hijos cómo fueron concebidos y lo hicieron
entre los tres y seis años (Ugozzoli, 2014).
Estos resultados confirman que los índices de revelación a los niños sobre la
forma en que fueron concebidos son muy bajos (menos del 10%). Si bien
hay reportes de otros países que muestran índices acerca de intención de
contar a los niños de un 81%, también hay reportes que indican de un escaso
5%. Esto indicaría bastantes que hay diferencias, que dependen del lugar de
estudio. En sociedades donde ya existe una legislación sobre el derecho de
los nacidos (por donación de gametos) por conocer la identidad del donante
y en sociedades donde la ovodonación es asumida como una manera más de
formar una familia, los índices de revelación al hijo tienden a ser mayores.
Se sabe que, por ejemplo, en Finlandia donde la ley establece que se informe
a los hijos sobre ese tema, solo lo hacen el 25% de las madres (Ugozzoli,
2014).
Entre otros resultados del estudio argentino también se evaluó los motivos
para contar o no contar la historia de su origen al hijo (Ugozzoli, 2014):
Otro dato importante que identifica este estudio es que el 23% decidieron
no contarles a sus hijos sobre su origen. El resto aún no ha tomado una
decisión de qué hacer o lo piensan hablar de este tema con el hijo en un
futuro.
Asimismo, un niño siente que realmente sus padres son los que lo quieren,
se preocupan por él, le dan sus cuidados, juegan con él y lo protegen. Es
Si bien en nuestro país no existen aún estudios sobre este tema, lo que
podemos mencionar de forma exploratoria es que a partir de los datos
recogidos en nuestra institución desde inicios del 2011 a la fecha se
encuentra que la gran mayoría de futuros padres (aproximadamente un
95%) considera mantener la reserva y no contarle al hijo. Incluso, cuando se
les brinda consejería, explicándoles la alternativa de tener mayor apertura,
muchos de ellos se muestran reacios, incómodos y hasta tensos. Un mínimo
de parejas expresa su deseo de contar la historia de su origen al hijo y esto se
da en los casos de parejas que viven en el extranjero, lo cual es
comprensible, ya que en otras sociedades estos temas de fertilidad son
vividos de una manera más abierta, natural y aceptada sin cuestionamientos,
a diferencia de lo que sucede en nuestra sociedad. Cuando exploramos los
motivos por los cuales consideran que es mejor no revelar esta información,
las parejas señalan no quieren que su hijo se vea afectado en lo emocional,
también por el temor que el hijo rechace a la madre.
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
b) Se propone mantener contacto con las parejas que ya tuvieron sus hijos
por un tratamiento de ovodonación. De tal forma que manteniendo
ese nexo se les pueda ofrecer un apoyo psicológico en los casos
que decidan contar la historia de su origen a los niños que tienen una
edad apropiada.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS