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E S T U D I O B I B L I C O

1. E L F R U T O D E L E S P Í R I T U
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas
no hay ley. Gálatas 5: 22 – 23 (RVR60)

Contexto Bíblico: Gálatas 5: 16-26; 6: 1-10 “Las obras de la carne y El fruto


del Espíritu”

Contexto Histórico: Debate de los cristianos judíos sobre si los gentiles debían
O no cumplir la ley judía. Lugar: Región de Galacia,
actualmente parte de Turquía.

Son las virtudes del cristiano, actitudes y acciones, que el Espíritu Santo
produce en cada uno. Y Cristo espera que su iglesia, o sea cada uno de
nosotros, lleve fruto (Jn 15: 2 Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero
toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía. NVI)
El fruto del Espíritu no se produce cuando nos enfocamos en nosotros
mismos, es un resultado de estar especialmente centrados en Cristo. (Jn 15: 5
Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él,
dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. NVI) Estas
virtudes no son metas que podamos fijarnos a alcanzar, sino que, el Espíritu
Santo es el productor y nosotros los portadores, es la cosecha que resulta de
nuestro andar con Él, revelando la dependencia a Él y nuestra sensibilidad a
sus indicaciones.
Esto quiere decir, que una vida de permanencia en Cristo hace que el fruto
del Espíritu Santo se muestre en nuestras vidas, es un caminar diario,
obediente, de una vida integra, sin intenciones egoístas, de sentimientos
verdaderos, de confianza en Él. Nuestra vida transformada en Cristo muestra
el fruto del Espíritu Santo. No siendo algo que podamos pedir en oración, sino
que es un regalo del mero caminar diario. No podemos tampoco forzarnos a
cambiar y “mejorar”, luchando con nuestra propia naturaleza.
El fruto del Espíritu es el fruto de la obra de Dios en nuestras vidas cuando
somos obedientes al Espíritu Santo, y este produce “gozo y paz” (Romanos
15:13), “con toda humildad y mansedumbre.” (Efesios 4:2) “Porque el fruto del
Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad.” Efesios 5:9 “… fortalecidos con
todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y
longanimidad…” Colosenses 1:11. Tal abundancia de fruto solo podemos
alcanzarlo cuando somos fortalecidos con toda la fuerza por el poder del Espíritu
Santo, no con nuestra propia fuerza, por eso se le conoce como el fruto del
Espíritu.
Ahora bien, para entender un poco más sobre el Fruto del Espíritu, conoceremos
que significa la palabra fruto.

1. Del griego Karpos (καρπός); del fruto de los árboles, de los


campos, de la tierra, aquello que es producido por la energía
inherente de un organismo vivo; de obras o actos, siendo el fruto la
expresión visible del poder que obra interna e invisiblemente, siendo
el carácter del fruto evidencia del carácter del poder que lo produce;
Así como las expresiones visibles de las concupiscencias soterradas
son las obras de la carne, de la misma manera el poder invisible del
Espíritu Santo en aquellos que son traídos a una unión vital con
Cristo produce «el fruto del Espíritu»; la forma singular es sugerente
de que en ellos se reproduce la unidad del carácter del Señor.
2. Genema (γένημα), (de ginomai, devenir, venir a ser), denota
fruto: (a) como el producto de la tierra
3. Opora (ὀπώρα) denota primariamente el final del verano o el
inicio del otoño, en el hemisferio norte; Al ser este el tiempo de la
recogida de los frutos, este término se usaba, por metonimia, de los
mismos frutos
4. karpoforos (καρποφόρος) fructífero
5. Akarpos (ἄκαρπος), infructuoso, sin fruto. Se usa en forma
figurada: (a) de «la palabra del Reino», que resulta infructuosa en el
caso de aquellos influidos por las ansiedades de este mundo y por el
engaño de las riquezas; (b) del entendimiento de uno que ora «en
lengua», que no daba provecho alguno a la iglesia si no se daba su
interpretación (c) de las obras de las tinieblas: «infructuosas» d) de
aquellos creyentes que dejan de ocuparse «en buenas obras»,
indicando el ganarse la vida a fin de poder hacer el bien a los demás.

Sinónimos: Provecho; producto; resultado; ganancia; beneficio; recompensa.


Antónimos: pérdida.
RAE: Producto o resultado obtenido.
Cómo adquirir el fruto del Espíritu
Tenemos que nacer de nuevo, nacer del Espíritu, si queremos ver el reino
de Dios, un reino que consiste en poder, justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo. Todo lo que podamos lograr con nuestra propia fuerza y determinación
es muy poco comparado con lo que el Espíritu puede hacer. Las personas que
nacen del Espíritu tienen Su poder trabajando en ellos para ser transformados.
Ya no tienen que vivir de acuerdo a su naturaleza humana (su impaciencia, su
orgullo, su falta de bondad y amabilidad, etc.) sino que tienen el poder del cielo
disponible para ayudarles a vivir una vida agradable a Dios.
El fruto del Espíritu es lo contrario a las obras manifiestas de la carne.
El fruto del Espíritu, al contrario de las obras de la carne mencionadas
anteriormente, se manifiesta en aquellos que andan conforme al Espíritu:
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.”
Gálatas 5:16. “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
Gálatas 5:24-25. “Andar en el Espíritu” puede sonar un poco místico. ¿Cómo
podemos andar en el Espíritu para que las obras de la carne ya no sean
manifiestas en nuestras vidas y el fruto del Espíritu sea manifestado?
¿Cómo andar en el Espíritu?
Jesús dice en Juan 6:63 “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y
son vida.” Andar en el Espíritu es obedecer las palabras de Jesús, las cuales Él
mismo las llama “espíritu” por el poder del Espíritu Santo. de tal forma que no
sigamos satisfaciendo los deseos de la carne con sus pasiones y
concupiscencias. ¡Tal vida es posible para cada cristiano por el poder del
Espíritu Santo!
Está escrito en Romanos 8:13, “porque si vivís conforme a la carne,
moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. A
través de este verso entendemos que por el Espíritu hacemos morir las obras
de la carne y no por nuestra propia fuerza.
Entonces el fruto del Espíritu surgirá en nuestras vidas, y experimentaremos
una abundancia de vida cada vez mayor – la vida del Espíritu.
F R U T O S

1. Amor. Dios es amor y está siempre presente


El primer fruto nombrado en Gálatas 5: 22 es Amor. Según la Real Academia
Española, Amor es: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su
propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser;
sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Sin embargo, el amor al que se refiere Gálatas 5: 22 es al amor Ágape (en
griego: ἀγάπη): afecto, buena voluntad, benevolencia. La habilidad, el poder y
la determinación de amar a alguien que no queremos.
Sin el Amor, no existen los otros frutos.

1 Juan 4: 8
El que no ama, no ha conocido a
Dios; porque Dios es amor.
El amor es la base fundamental para la manifestación de los dones
ministeriales (1 Corintios 13: 1 – 13)
El amor es el vínculo de la perfección, vitaliza y pone en acción la fe. El
amor de Dios siempre está disponible y presente en la vida diaria.
2. Gozo. El gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Aparece 145 veces en la Biblia, la RAE lo describe como sentimiento de
complacencia en la posesión, recuerdo o esperanza de bienes o cosas
apetecibles, alegría del ánimo. Del griego Chará (χαρά), que significa alegría,
gozo, júbilo, regocijo, placer, deleite. El Gozo es un sentimiento de gran placer
y felicidad. Estar contento, regocijo, alegría. Tiene que ver con la alegría
permanente del individuo; calidad de vida basada en lo eterno y una segura
relación del Hijo con su Padre.
El gozo del cristiano es tan inclusivo y permanente que puede sentirse, al
descubrir la voluntad de Dios, al sacrificarse por causa de Cristo, al testificar de
Cristo, o al tener un encuentro personal, en realidad Cristo mismo es la furente
de gozo por encima de las circunstancias de la vida. Por Ej. PABLO Y SILAS.
Estaban gozosos en la prisión en Filipos por causa de Cristo.

A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra,


no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi
alma; Mi carne también reposará confiadamente.
Salmos 16: 8 – 9
Cristo es la fuente de gozo por encima de las circunstancias de la vida; hay
veces en que las circunstancias de la vida pueden alejarnos del gozo dejando
desesperanza, depresión o tristeza. Sabías que no importan cuán difícil te haya
tratado la vida, Dios puede sanar, liberar y restaurar el corazón

Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi


alma dentro de mí; De cómo yo fui con la
multitud, y la conduje hasta la casa de
Dios, Entre voces de alegría y de alabanza
del pueblo en fiesta.
Salmos 42: 4

3. Paz. La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento

Filipenses 4: 6 – 7
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Del griego eirḗnē (εἰρήνη). Según la RAE, situación en la que no existe lucha
armada en un país o entre países; ausencia de ruido o ajetreo en un lugar o en
un momento; en el cristianismo, sentimiento de armonía interior que reciben
de Dios los fieles. Tiene como sinónimos: tranquilidad, sosiego, armonía, calma,
reposo, concordia, conciliación, acuerdo, amistad, quietud, unión; y, como
antónimo: enemistad, guerra, intranquilidad. Una de las cualidades del carácter
del cristiano que representa la palabra "SHALOM"
Hoy en día la sociedad vive en un estado de ansiedad, tristeza y conflicto.
La paz de Dios significa bienestar total, tranquilidad, serenidad del espíritu,
basado en la relación con Dios. Es la perfección de la alegría, que supera todo.
Es la calma que permite que nada turbe, ni en las circunstancias extremas.
Dios, es llamado Dios de paz (Rom 15: 33; 16: 20) La paz que se
experimenta interiormente es regalo de Cristo a nosotros (Jn 14: 27 La paz os
dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón ni tenga miedo. Jn 20: 19 …vino Jesús, y puesto en medio, les dijo:
Paz a vosotros.) Por otro lado, la paz exterior es la relación con Dios que desea
que vivamos en armonía y amistad buena y sincera. (Mt. 5: 9 Bienaventurados
los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios)
4. Paciencia. Cuando somos pacientes le permitimos a Dios que obre
en cada área de nuestras vidas.
Lo más difícil de lograr pero que todos quieren. Cuando somos pacientes le
permitimos a Dios que obre en cada área de nuestras vidas. La paciencia de
Dios no tiene límites.
Tiene como sinónimos: serenidad, resignación, conformidad, temple,
aguante, sosiego, tranquilidad, calma, entereza; y, como antónimo:
desasosiego, intranquilidad. La RAE, la define como: capacidad de padecer o
soportar algo sin alterarse; facultad de saber esperar cuando algo se desea
mucho. Del griego: "MAKROTHYMIA" (μακροθυμία) que significa: longanimidad,
apacibilidad, indulgencia. Es un equilibrio de todos los temperamentos y
pasiones. En la traducción directa del griego significa “largura de espíritu)
Cuando hay paciencia, hay constancia, firmeza, tolerancia, clemencia.
En el A.T. Bíblicamente es una sujeción ejercida por Dios, que se origina en
el amor de Dios. "AREK" en (gr.) Significa "LARGO". Se dice que Dios es largo,
o lento para airarse, esta idea se expresa exactamente en longanimidad,
definida como por un prolongado aguante mental antes de dar lugar a la ira.

Por tanto, hermanos, tened paciencia Pero el Dios de la paciencia y


hasta la venida del Señor. Mirad cómo de la consolación os dé entre
el labrador espera el precioso fruto de la vosotros un mismo sentir según
tierra, aguardando con paciencia hasta Cristo Jesús.
que reciba la lluvia temprana y la Rom. 15: 5
tardía. Tened también vosotros
paciencia, y afirmad vuestros Y el Señor encamine vuestros
corazones; porque la venida del Señor corazones al amor de Dios, y a
se acerca. la paciencia de Cristo.
Stgo. 5: 7-8 2 Tesalonicenses 3: 5

La paciencia es saber resistir en la prueba, soportar en la espera con las


debilidades y provocaciones externas.
5. Benignidad. Dar humildemente amor y misericordia sin esperar
nada a cambio.
Del griego Crestos (χρηστός) que se traduce como “de aquello que es
placentero”; en el sentido de lo que es recto, justo. Dicho de personas,
bondadosas, benignas. Y del griego Eupeithes (εὐπειθής) que se traduce como
“dispuesto a la obediencia”. Significa no meramente bondad como una cualidad
sino la bondad en acción se expresa en actuaciones concretas; pero no la
bondad expresándose en manera airada contra el pecado sino en gracia,
ternura, y compasión. (Chrestotes con su trato con la mujer arrepentida (Lc
7.37-50).)
Bondadoso/a; están humildemente dando de sí mismo en amor y
misericordia a otras personas sin esperar nada a cambio.
Filipenses 2: 3 – 4
Nada hagáis por contienda o por vanagloria:
antes bien con humildad, estimando cada uno a
los demás como superiores a él mismo; no
mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros.

Amabilidad, interés sincero en el bienestar de los demás que se exterioriza


mediante palabras amables y actos considerados. Lo motiva el amor y la
empatía, se demuestra con acciones, pero también con palabras que
reconforten y animen. También se refiere al carácter de la persona, que es
suave y tranquilo, con disposición reposada para tratar.
La traducción directa del griego es “Agradabilidad benévola”, que significa
que tiene voluntad de complacer con simpatía y agrado a las personas.
6. Bondad. Dios es bueno con nosotros aún cuando no lo merecemos.
Característica moral de una persona llena del Espíritu Santo. Del griego
Agathosune (ἀγαθωσύνη), de ser bueno y de hacer el bien. Para poder
diferenciar Benignidad de Bondad, es que en que el primero describe los
aspectos más amables de la bondad, y en que el segundo incluye también las
cualidades más firmes en cuanto que hacer el bien a otros no lo es
necesariamente por medios suaves. Ilustra el segundo término con el acto de
Cristo de purificar el templo (Mt 21.12,13), y en su denuncia de los escribas y
fariseos (23.13-29).
La persona que hace buenas obras. Rectitud de corazón y de vida; guiar a
buenas obras, carácter bueno de mostrar. La bondad nos impulsa al
arrepentimiento, ya que, se asocia con la justicia y verdad.

Efesios 4: 32 (NVI)
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos
con otros, y perdónense mutuamente, así como
Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
7. Fe. La fidelidad a Dios es nuestra fe en acción.
Del griego Pistis (πίστις) convicción basada en lo oído (relacionado con
peitho, persuadir). Es fidelidad, compromiso, confianza, lealtad. Fe es también
gozo, que brota de sentir misericordia divina, lo que comunica el alma. Apunta
hacia la seguridad, confianza.
Nuestra fe se desarrolla a medida que comprobamos la fidelidad de Dios a
sus promesas y usamos el poder que no ha dado por medio del Espíritu Santo
para obedecerle a Él.

El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas


gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no
se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto
(siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco
dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe,
dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso
para hacer todo lo que había prometido.
Romanos 4: 18 - 22
La fe a la que hace referencia en Gálatas 5:22 no es la confianza en
Jesucristo para la salvación, ni tampoco como una doctrina teológica es una
virtud que distingue al cristiano en sus relaciones y vivencias, por lo tanto,
PISTIS, aquí no significa fe de creer meramente al azar, si no FIDELIDAD,
honestidad, lealtad, puede ser usada esta palabra en sentido de fidelidad. Un
hombre fiel en sus palabras, promesas, un hombre en quien se puede confiar
y creer. También consideremos la fe, que hace accesible a Dios, en un creyente
que tiene el Espíritu de Dios, su fe no menguara jamás, fe viva en la cual no
hay duda, no solo para la salvación, sino que también opera en los dones y
ministerios que Dios dio.
Los principales elementos en la fe en su relación con el Dios son: (1) una
firme convicción, que produce un pleno reconocimiento de la revelación o
verdad de Dios; (2) una rendición personal a Él (Jn 1.12); (3) una conducta
inspirada por esta rendición (2 Co 5.7). El objeto de la fe de Abraham no era la
promesa de Dios; ello fue la ocasión de su ejercicio.
Implica confiar y creer completa y plenamente en todo lo que Dios promete;
nos confirma la existencia y amor del Creador; la fe es un camino de vida.

Porque por fe
andamos, no por vista.
2° Corintios 5:7
8. Mansedumbre. Un espíritu apacible, una actitud de gratitud hacia
el Señor y un comportamiento cortés hacia otros.
Humildad, afabilidad, dulce, gentil. Del griego prautes, o praotes,
(πραΰτησͅ). Consiste no solo en el comportamiento externo de la persona; ni
tampoco en sus relaciones con sus semejantes; tampoco se trata meramente
de su disposición natural. Más bien es una obra efectuada en el alma; y se la
ejerce en primer lugar y ante todo para con Dios. Es aquella disposición de
espíritu con la que aceptamos sus tratos con nosotros como buenos, y por ello
sin discutirlos ni resistirlos. Este término está estrechamente relacionado con
la palabra tapeinofrosune, humildad, y es una directa consecuencia de ella.
Se manifiesta cuando se está en total rendición a Dios, es decir, Dios ha
tomado lugar en cuerpo y alma. No implica debilidad ni que no se enoje.
Describe una condición de mente y corazón. Es parte del carácter de Cristo,
se refiere a lo interior, nos lleva a ser semejantes a él. Los mansos no se
resienten ante la adversidad, ya que, aceptan con sabiduría y amor, soporta a
los otros respondiendo siempre con cortesía. Discutir sin intolerancia, encarar
la verdad sin resentimiento, enojarse sin pecar, ser amables y sin embargo no
ser débiles.
La suposición que se hace comúnmente es que cuando alguien es manso
es porque no puede defenderse; pero el Señor era manso porque tenía los
infinitos recursos de Dios a su disposición.

Mateo 5:5 Llevad mi yugo sobre vosotros, y


Bienaventurados los aprended de mi, que soy manso y
mansos, porque ellos humilde de corazón; y hallaréis
recibirán la tierra por descanso para vuestras almas.
heredad. Mateo 11:29

9. Templanza. Ejercerla no es sólo controlar nuestros propios


deseos, sino someternos bajo el poder de Dios.
Es cuando permitimos que Dios tome el control de todas las áreas de
nuestras vidas y de dónde vienen nuestros deseos que es el corazón.
Del griego Enkrateia (ἐγκράτεια), de kratos, fuerza. La traducción
preferible: «dominio propio». la templanza se aplica en su mayoría a una sola
forma de dominio propio; los varios poderes dados por Dios al hombre son
susceptibles de ser abusados; su utilización correcta demanda el poder
controlador de la voluntad bajo las operaciones del Espíritu de Dios.
Tiene como sinónimos: moderación, parquedad, prudencia, mesura,
sobriedad, austeridad, continencia; y, como antónimo: desenfreno, lujuria.
Según la RAE, es moderación, sobriedad y continencia; cualidad humana que
induce a usar o hacer las cosas con moderación.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de


cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.
2 Timoteo 1: 7

Esto es el dominio propio, nos llama a ser moderados y equilibrados en


nuestra conducta, control de los pensamientos, en el enojo, en el hablar. Refleja
el poder de Dios en nuestras vidas.
La vida espiritual abarca el control de las pasiones y los impulsos.

CONCLUSIONES
El fruto del Espíritu Santo tienen en si una relación mutua que ninguno de
los nueve están separados, todos están juntos en esencia, pero basados en el
amor. Las manifestaciones de la carne son llamados OBRAS porque son hechos
y actos del resultado del interior del hombre, cuando esta sin la gracia de Dios
y son clasificados como PECADOS, "IMPUREZA MORAL" "INMORALIDAD,
INMUNDICIA", pecados de ocultismo y todo lo que sigue en (Gal.5:19-21)
El fruto del Espíritu Santo indica unidad, mientras que las obras de la carne
en su pluralidad originan conflicto y confusión. El fruto del Espíritu origina
armonía, las obras de la carne luchan entre si. El fruto del Espíritu contribuye
a la unidad y perfección. El fruto del Espíritu ayuda en las debilidades a triunfar.
Las obras de la carne destruyen, debilitan y condenan al creyente. El Espíritu
ayuda a orar, buscar más a Dios por que El intercede por nosotros. (Rom.8:26).
El Espíritu hace triunfar, fortalece y hace perseverar. Pero la carne debilita,
apaga, espiritualmente sin compasión lo cual solo el Espíritu Santo nos hace
victoriosos.
Y si bien, no podemos orar para pedir el fruto del Espíritu, ya que son
regalos, si podemos pedirle a Dios que nos llene más de gracia, para cumplir
su voluntad buena, agradable y perfecta.

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