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ELISEO VERON

¿Qué quiere decir esto?

1) Un fenómeno de sentido, una significación, no tiene un origen en la persona, en el sujeto. El


origen del sentido se da en la sociedad y circula  por ella. Esto quiere decir que va adoptando
distintas formas a medida que se va transmitiendo por discursos.

2) A su vez, no podemos decir que los fenómenos sociales sean independientes de este sentido
que circula, o se genera dentro de la sociedad: cada uno de ellos encierra un sentido también.

¿Qué es la semiosis social?

La semiosis social es la dimensión significante de los fenómenos sociales. Es una red de


significaciones compleja e indeterminada, en el sentido que no podemos preveer cómo
los discursos van a circular por nuestra sociedad. Se va complejizando y haciendo más imponente
al pasar el tiempo y en distintos espacios.

Con esto estamos diciendo que, a partir de un mismo referente, de aquello a lo que nos referimos
y aquí vamos a llamar objeto, se pueden construir varias representaciones, asociaciones con otras
cosas. Verón va a decir entonces que la realidad se construye socialmente, no está dada por fuera
de la circulación del sentido.

Entonces, si es tan compleja e indeterminada, ¿cómo la analizamos?

Para analizarla necesitamos tomar un recorte de la semiosis, espacio-temporal. Este recorte es lo


que vamos a llamar el discurso de análisis. A partir de ahí vamos a buscar marcas  en la superficie
de este discurso que nos llamen la atención porque van a remitir a otros discursos. De esta forma,
vamos a dar cuenta de cómo circula  el sentido.

Pero entonces, ¿qué es un discurso?


El discurso acá no se entiende como alguien que se para en un escenario con un micrófono y
habla. Ese es un  discurso, entre otros. El discurso, para nosotros, es un recorte de la semiosis: un
"pedazo" de significaciones que dan vueltas por la sociedad de forma material.

Acá estamos enunciando un punto muy importante de la teoría: para Verón,el sentido tiene
materialidad. Es decir, siempre habrá un soporte material para el sentido: imagen, sonido,
palabras.
Todo aquello que nos rodea y que es posible de ser investida de sentido se nos dará a conocer con
el término de materia sensible. Dado que no hay nada que no esté investido de sentido, porque
todo lo que conocemos es parte de la vida social, entonces diremos que la materia sensible
investida de sentido será materia significante.

El concepto de texto es toda materia significante organizada que sea posible de representar varios
sentidos. Es decir, la principal característica de los textos (cualquiera de ellos, no sólo los escritos:
una película, un videoclip, una fotografía, un cuadro, un graffiti en una pared) es su polisemia, la
propiedad de poder abarcar varios sentidos. El texto es un concepto empírico: son los que existen
de hecho.
El discurso, finalmente, es un concepto teórico. Es una construcción del analista. Es un recorte
espacio-temporal de la semiosis social que nos permitirá ponerlo en relación con otros discursos.

¿Cómo analizamos discursos?


Podemos, a partir de comparar un discurso con otros, establecer dos tipos de análisis: en
producción y en reconocimiento. En principio, los discursos se organizan  de acuerdo a la siguiente
forma, según Verón:

En donde el discurso que el analista recorta será el discurso-objeto, y se relacionará con sus
condiciones de producción y reconocimiento. A partir de esto, podemos hacer los análisis en
producción o en reconocimiento.

Análisis en producción

Las condiciones de producción se definen como restricciones que dan cuenta de la generación del
discurso que se analiza, es decir el discurso-objeto. Son otros discursos anteriores.

Para hacer un análisis en producción se relevarán marcas, que son propiedades significantes en la
superficie textual, que como tales no están relacionadas con otras. Esto quiere decir que por sí
mismas no constituyen operaciones, que son relaciones entre marcas.

Una vez que la relación entre una marca y otra presente en las condiciones de producción de un
discurso-objeto (una operación) está identificada, podemos hablar ya no de marca, sino de huella.
El análisis en producción supone, entonces, la búsqueda de marcas que relacionen, en tanto
huellas, al discurso-objeto con sus condiciones de producción.

El video anterior es una recopilación de la historieta V de Venganza, de Alan Moore. A partir de


aquí llevaremos a cabo un análisis en producción:

1) El sentido en este discurso tiene materialidad: está en las imágenes, en el hecho de que está en
formato de video, en las letras, en los colores.

2) Una marca es, aquí, el predominio de los colores oscuros y más en general, simples (blanco,
negro, gris, rojo). Al identificarla con un discurso parte de sus condiciones de producción (remite a
ciertas consignas políticas de tendencia totalitaria y, especialmente, nazifascista: el color rojo de la
svástica, el color negro de los comandos de choque y los ejércitos de la SS y las camisas pardas),
esta marca se vuelve huella: la relación ya está identificada.

3) Está representada, como marca, ciertas prácticas políticas: los discursos chocantes, símbolos y
vestimentas, orden, gestos. Cuando los identifico con sus condiciones de producción, es decir las
prácticas totalitarias, ya son huellas.

4) La dominación a través de los medios de comunicación, que cada hogar tenga una televisión y
sean monitoreados a través del audio, son una marca. Se convierten en huellas al identificar su
relación con las condiciones de producción: remiten al libro de George Orwell, 1984, el cual
plantea una sociedad totalitaria de vigiliancia a partir de los medios de comunicación masivos.

5) El discurso de los protagonistas, de la libertad, y sus símbolos (la V en círculo), son una marca.
Remiten a sus condiciones de producción y, al identificar esta relación se vuelven huella: remiten a
ideologías libertarias o anarquistas. El símbolo es muy parecido al escudo anarquista.

Tal como se ve, el análisis requiere la comparación de dos discursos, entre los cuales uno de ellos
es necesariamente anterior.

Análisis en reconocimiento

Definimos a las condiciones de reconocimiento como las restricciones que dan cuenta de las
formas en que nuestro discurso-objeto es leído/recibido/consumido.

Dijimos que en el análisis en producción era necesario partir del discurso-objeto y volver a
discursos anteriores, que eran condición de producción. El caso del reconocimiento es un caso
inverso: se parte desde los discursos de reconocimiento, dentro de las condiciones de
reconocimiento, para buscar las huellas que remitan a operaciones que las relacionen con el
discurso-objeto. Cuando antes era el punto de partida, ahora el discurso-objeto es punto de
llegada.

La metodología es la misma: se relevan marcas en el discurso de reconocimiento que, al


identificarlas con el discurso-objeto, se convierten en huellas. La metodología es sencilla: tomamos
al discurso de reconocimiento como discurso-objeto, y a nuestro discurso-objeto como su
condición de producción. Esto es posible dado que, como afirmamos antes, la semiosis es
indefinida y un discurso es un recorte de la misma, que se relaciona con otros discursos, y ellos
con otros, y así indefinidamente.

Procedemos a un análisis en reconocimiento:

1) Como el anterior, el sentido aquí tiene materialidad en este discurso: es un audiovisual. La


materia es imagen en movimiento y sonidos.

2) Una marca que remite al discurso-objeto es el título y los personajes: dan cuenta que este
discurso de reconocimiento es lectura (desde otra óptica) de nuestro discurso-objeto, la historieta
videizada. Al establecer esta relación, la marca pasa a ser huella.

3) Es importante destacar aquí que las referencias a las prácticas de gobiernos totalitarios son
marcas en la superficie de este discurso. Podrían ser huellas al referirse a las mismas prácticas que
aparecen en la historieta. Sin embargo, éstas refieren a otros discursos que no son la historieta y,
por lo tanto, podemos no identificarlas como huella de nuestro discurso-objeto.

4) El hecho de que múltiples marcas estén presentes en un discurso de reconocimiento no quiere


decir que todas ellas sean huella de las operaciones que las relacionan con un discurso-objeto. Esa
es la gran diferencia con el análisis en producción: nosotros tomamos un sólo discurso como
condición de producción, e ignoramos al resto de ellos.

Circulación

Un discurso no es nunca igual a sus condiciones de producción. A la vez, éstas nunca son idénticas
a las condiciones de reconocimiento del primer discurso. Existe un desfasaje entre ellas. Este
desfasaje se conoce como circulación, y sólo se puede dar cuenta de ésta al establecer un análisis
comparativo. Existe el desfasaje porque los discursos surgen en distintos momentos históricos y
sociales dentro de una comunidad. Esta relación se profundizará en el siguiente apunte: semiosis
de lo ideológico y el poder.

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