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Aula: 02
César Álvarez asumió la presidencia del Gobierno Regional de Áncash en el año 2007. Según un
informe de la Procuraduría Anticorrupción, apenas dos años después, el 2009, comenzó a liderar
una red criminal que tuvo como objetivo su permanencia en el poder, a través de la reelección
en el año 2011. El informe señala que esta presunta red criminal se valía del gobierno regional
"para apropiarse y disponer ilegalmente de fondos públicos y obtener dinero ilícito de las
coimas, diezmos y demás actos de corrupción vinculados a millonarias obras públicas”.
César Álvarez ha sido sindicado como autor intelectual de homicidios bajo la modalidad de
sicariato a nueve adversarios políticos desde su entrada al poder en 2007. En marzo de 2014,
fue asesinado Ezequiel Nolasco, quien denunció en reiteradas oportunidades los presuntos
actos de corrupción en la administración del Gobierno Regional de Áncash.
Semanas después de conoció que Nolasco Campos, quien había señalado en reiteradas
oportunidades que Álvarez ordenó asesinarlo en represalia por haberlo denunciado, iba a
oficializar su postulación a la presidencia de Áncash por el partido Unión Por el Perú (UPP).
Todos estos personajes, al igual que otros políticos, habrían sido monitoreados desde un
inmueble ubicado en la urbanización La Caleta, Chimbote, conocido como 'La Centralita', donde
presuntamente funcionaba un centro de espionaje manejado por el presidente regional de
Áncash.
En la resolución judicial que ordena la detención del presidente regional de Áncash, César
Álvarez, y de otras 29 personas, diferentes testigos señalaron que Nolasco se había convertido
en un personaje incómodo para esa gestión luego de denunciar al presidente regional de haber
recibido el 10% de un total de 840 millones de nuevos soles destinados a proyectos de inversión
pública.
El presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, habría recibido sobornos para favorecer
a un empresario con obras, quien habría recibido en total 802 mil soles entre 2011 y 2012. En la
libreta del empresario se consigna cada pago y la fecha en que se realizó. Santos dijo en otras
ocasiones que no conoce a Vallejos, pero hay pruebas que demostrarían lo contrario.
Es el caso de Aterpa, una empresa brasileña de la que hasta ahora poco o nada se conocía. Esta
es una compañía de tamaño mediano dedicada a la construcción en ese país desde 1963. Mario
Montes, el gerente comercial de Aterpa en el Perú, es uno de los investigados en un caso que se
basó inicialmente en la declaración de dos colaboradores eficaces que señalaron
que Aterpa habría pagado más de dos millones de soles en sobornos a Gregorio Santos y a su
entonces administrador regional, Deyber Flores Calle.
Todo esto luego de obtener la licitación para la construcción y el mantenimiento de la
carretera Cospán-Huayobamba-La Libertad por 70 millones de soles en el 2011.
Tras obtener la buena pro en abril del 2012 tras el cobro de un adelanto de 14 millones de
soles, Aterpa habría entregado cerca de 3 millones de soles a Santos y Flores a través de una
triangulación con las empresas Project Construction S.A.C. y Corporación Peruana de Proyectos
e Inversiones S.A.C.
Gerardo Viñas Dioses, el presidente de esta región, se encuentra actualmente bajo la lupa de
varios organismos fiscalizadores como Contraloría, Fiscalía Supranacional Anticorrupción y el
Congreso.
Tumbes es una región que se ha detenido en el tiempo. Sus calles y sus edificaciones muestran
un pobre desarrollo urbano que no coincide con la enorme chequera que posee gracias al canon
petrolero. Sólo en los últimos dos años ha contado con un presupuesto superior a los 300
millones de soles. Lo que ha hallado Contraloría es tan grave que las cuentas del gobierno
regional de Tumbes han sido congeladas desde hace dos meses por el Ministerio de Economía.