• La Revolución Científica
• La Ciencia en Acción
De la Filosofía de la Naturaleza a
la Física Moderna:
Continuidad e Innovación
Contenidos
• Filosofía Natural en la Antigüedad Griega:
• Los Presocráticos y Platón
• Aristóteles
• Modelos astronómicos
• Eudoxo-Aristóteles
• Hiparco-Ptolomeo
• Copérnico
• Galileo y el telescopio
Contenidos
• El Nacimiento de la Ciencia Moderna
• Las leyes de Kepler
• Galileo y la dinámica inercial
• Descartes y el mecanicismo
• La Síntesis Newtoniana
• Las tres leyes del movimiento
• La gravitación universal
• Ciencia moderna
• Mecanicismo
• Modelos matemáticos, idealización y abstracción
• Testeo experimental
Filosofía Natural en la
Antigüedad Griega
1. Los Presocráticos y Platón
Los Milesios
Platón, 427-347
Platón
• Fedón 97b—99c
• Ataca la carencia de un propósito que guíe esa inteligencia. Sin ese telos,
la inteligencia natural no puede ser causa explicativa
Una vez oí leer de un libro de Anaxágoras, donde decía que la inteligencia es quien establece el
orden cósmico y es la causa de todas las cosas. Me gustó esta causa y me pareció que en cierto
modo era bueno que la inteligencia fuese la causa de todo, y pensé que, si ello era así, la inteligencia
ordenadora ordenaría todas las cosas y dispondría a cada una de la mejor manera posible. Si alguien
quisiera, pues, encontrar la causa por la que cada cosa nace o perece o existe tendría que
descubrir de qué modo es mejor para cada una ser o hacer o padecer lo que sea. Según este
razonamiento lo único que le corresponde considerar al hombre, respecto de esa cosa o de las
demás, es lo excelente y lo óptimo. Es preciso conocer esto y lo peor, pues la ciencia de estas
cosas es la misma. Así discurriendo complacido creía haber hallado al maestro que me enseñaría
la causa de los entes ajustada a mi inteligencia, Anaxágoras, quien me indicaría si la tierra es
plana o redonda y luego me explicaría además la causa y la necesidad de que así sea, diciendo lo
mejor y que es mejor que ella sea de tal modo; y si dijera que esta en el centro, explicaría además
cómo es mejor que este en el centro; y si me declaraba estas cosas, yo estaba dispuesto a no
añorar más ninguna otra clase de causa. (Torretti 1971, 45)
Platón
La ornamentación del cielo ha de usarse como modelo (paradeigma) al servicio del estudio con
vistas a aquello, igual que si alguien encontrase unos diseños excelentes y acabadamente
dibujados por Dédalo u otro artífice o pintor. Cualquier conocedor de la geometría estimaría, al
verlos, que es bellísima su factura, pero hallaría ridículo examinarlos en serio para captar en
ellos la verdad de los iguales o las dobles, o de alguna otra proporción […]
Y el que es de veras astrónomo […] ¿no crees que pensará lo mismo contemplando los
movimientos de los astros? Estimará que el artífice del cielo ha compuesto a éste y a lo que hay
en él lo más bellamente que se puede componer obras tales. Pero ¿Crees que no juzgara absurdo
a quien opine que se produce siempre del mismo modo y nunca varía en nada la proporción
entre el día y la noche, y entre éstos y el mes, y de éste con el año, así como la de los otros astros
con éstos y entre ellos, y busque de todas maneras captar la verdad de estas cosas, siendo como
son corpóreas y visibles? (Torretti, 48)
Platón
• Timeo 27d-30b
• Los entes que existen en sentido pleno y fundamental son las ideas,
inmateriales, inteligibles, eternas e inmutables. Los objetos sensibles,
materiales corruptibles y cambiantes son una mala copia de los
primeros.
Además, todo lo que deviene, deviene necesariamente por alguna causa; es imposible, por tanto,
que algo devenga sin una causa. Cuando el artífice de algo, al construir su forma y cualidad, fija
constantemente su mirada en el ser inmutable y lo usa de modelo, lo así hecho será
necesariamente bello. Pero aquello cuya forma y cualidad hayan sido conformadas por medio de
la observación de lo generado, con un modelo generado, no será bello. Acerca del universo—o
cosmos o si en alguna ocasión se le hubiera dado otro nombre mas apropiado, usémoslo—
debemos indagar primero, lo que se supone que hay que considerar en primer lugar en toda
ocasión: si siempre ha sido, sin comienzo de la generación, o si se generó y tuvo algún inicio. Es
generado, pues es visible y tangible y tiene un cuerpo. Y tales cosas son todas sensibles y lo
sensible, captado por la opinión unida a la sensación, se mostró generado y engendrado.
Decíamos, además, que lo generado debe serlo necesariamente por alguna causa (…) Por otra
parte, hay que observar acerca de él lo siguiente: qué modelo contempló su artífice al hacerlo, el
que es inmutable y permanente o el generado. Bien, si este mundo es bello y su creador bueno,
es evidente que miró el modelo eterno.
Platón
Digamos ahora por qué causa el hacedor hizo el devenir y este universo. Es bueno y el bueno
nunca anida ninguna mezquindad acerca de nada. Al carecer de ésta, quería que todo llegara a
ser lo más semejante a él mismo. Haríamos muy bien en aceptar de hombres inteligentes este
principio importantísimo del devenir y del mundo. Como el dios quería que todas las cosas
fueran buenas y no hubiera en lo posible nada malo, tomó todo cuanto es visible, que se movía
sin reposo de manera caótica y desordenada, y lo condujo del desorden al orden, porque pensó
que este es en todo sentido mejor que aquél. Pues al óptimo solo le estaba y le está permitido
hacer lo más bello.
Platón
• Timeo 31b-33b
• Timeo 37d-38d
• La temporalidad es también una copia del modelo eterno del reino de las
ideas. El propósito de la creación del Sol y los planetas es marcar el
tiempo como un reloj cósmico
Pero dado que la naturaleza del mundo ideal es sempiterna y esta cualidad no se le puede otorgar
completamente a lo generado, procuró realizar una cierta imagen móvil de la eternidad y, al ordenar
el cielo, hizo de la eternidad que permanece siempre en un punto una imagen eterna que marchaba
según el numero, eso que llamamos tiempo. Antes de que se originara el mundo, no existían los días,
las noches, los meses ni los años. Por ello, planeó su generación al mismo tiempo que la composición
de aquél. […]
La decisión divina de crear el tiempo hizo que surgieran el sol, la luna y los otros cinco cuerpos
celestes que llevan el nombre de planetas para que dividieran y guardaran las magnitudes
temporales.
Platón
• Timeo 48e-52d
• Para que exista el cambio en cosas que son copias de las ideas, es
necesario un sustrato amorfo, que Platón identifica con la espacialidad,
capaz de adoptar las diversas facetas de los estados cambiantes—
prefiguración de la noción de materia.
Platón
Hay que llamarla siempre lo mismo; pues en absoluto se aparta de su virtud propia -ya que acoge
siempre todo y jamás en modo alguno adopta una forma igual a la de ninguna de las cosas que a ella
ingresan . Dispuesta por naturaleza para recibir el cuño de todo, puesta en movimiento y configurada por
las cosas que entran en ella, aparece cada vez alterada por ellas; en tanto que lo que entra y sale son
copias de los entes eternos, estampadas por ellos de manera asombrosa y difícil de expresar […]. Por
ahora, es necesario concebir tres clases de cosas: lo que deviene, aquello donde deviene, y aquello
reproduciendo a lo cual crece lo que deviene […] Hay que entender asimismo que, si ha de haber una
copia que pueda ser modelada según toda clase de diseños, aquello en que estos se impriman estará bien
preparado para ello solo si esta exento de todas esas formas que va a recibir de algún lado. Pues si fuese
igual a alguna de las cosas que entran en él, al recibir las de naturaleza contraria o absolutamente
distinta, si es que llegasen, las reproduciría mal, insinuándose junto a ellas su aspecto propio. Por lo cual
es necesario que aquello que va a recibir en si a todos los géneros esté libre de todas las formas […]
Al receptáculo de lo que ha devenido visible o en general sensible no la llamaremos tierra ni aire ni fuego
ni agua, ni otra ninguna de las cosas nacidas de éstas o de que éstas nacen; no mentiremos, en cambio, si
decimos que es una especie (eidos) invisible, amorfa, omnirreceptiva, partícipe de lo inteligible de un
modo sumamente desconcertante y dificilísimo de captar. (Torretti 50-51)
Platón
• Timeo 53c-61c
Estagira, 384-322
Aristóteles
todas las cosas que son por naturaleza aparecen poseyendo en sí mismas un principio de
movimiento y reposo, unas con respecto al lugar; otras, con respecto al crecimiento y
decrecimiento; otras, con respecto a la alteración. (Torretti 1998, 53)
Aristóteles
Tenemos que la realidad actual de lo que existe en potencia, en cuanto tal, es el movimiento […]. El
movimiento es el ser en acto de lo que existe en potencia cuando se actualiza no como lo que ello
mismo es, sino como móvil […]. Realidad actual de lo possible, como posible, es evidentemente el
movimiento. (Torretti 1998, 69)
Aristóteles
La naturaleza considerada como proceso es una vía a la naturaleza […]. Lo que se desarrolla
naturalmente va de algo hacia algo en tanto que se desarrolla. Se desarrolla, pues, hacia algo;
que no es aquello de donde viene sino aquello hacia donde va. Entonces la naturaleza es la
forma (Torretti 1998, 55-56).
Aristóteles
• Causa material: por qué un trozo de bronce se convierte en una estatua? Por
el bronce de que está hecha. La materia explica este aspecto del movimiento.
Corresponde examinar acerca de las causas, cuáles y cuántas son. Puesto que nuestro estudio se hace
para conocer, y no creemos conocer una cosa mientras no captamos el porqué de ella (esto es, su
causa inmediata) es obvio que tenemos que hacerlo también en lo que concierne a la génesis y la
destrucci6n y a todo cambio natural, para que, conociendo sus principios, intentemos referir a ellos
cada uno de los objetos investigados. En un sentido, pues, se llama causa aquello de lo cual surge
algo, en lo que sigue presente, como el bronce es causa de la estatua y la plata de la copa, y los
géneros correspondientes; en otro sentido, causa es la forma y el modelo […]. Además, es causa
aquello de donde procede el primer inicio del cambio y el reposo, como el que toma una decisión es
causa, y el padre lo es del hijo, y, en general, el que fabrica de lo fabricado y el que hace el cambio de
lo cambiado. Además, se concibe la causa como el fin; esto es, el para qué, como la salud lo es del
paseo; ¿para qué se pasea? decimos que para mantenerse saludable, y diciendo esto creemos haber
indicado la causa. Puesto que las causas son cuatro, es propio del físico saber acerca de todas; y dará
el porqué como físico remitiendo a todas ellas, la materia, la forma, el motor, el para qué. (Torretti
1998, 57).
Aristóteles
En general, el arte completa algunas cosas que la naturaleza no es capaz de llevar a cabo, e imita otras.
Por tanto, si las cosas artificiales son para algo, es obvio que también lo son las naturales; pues la
relación reciproca entre lo que viene antes y lo que viene después es similar en las cosas artificiales y
en las naturales. Ello es manifiesto sobre todo en el caso de los demás animales, que no obran según el
arte, ni investigando o deliberando; por lo cual se preguntan algunos si las arañas y las hormigas y
otros seres como estos trabajan con inteligencia o con algo diferente. Avanzando un poco en esta
dirección, se ve que también en las plantas surgen las cosas útiles con vistas al fin, como las hojas para
protección del fruto. De modo que si la golondrina hace su nido y la araña su tela por naturaleza y
para algo, y las plantas producen sus hojas para los frutos y extienden sus raíces hacia abajo y no
hacia arriba para la alimentaci6n, es manifiesto que este tipo de causa esta presente en las cosas que se
producen y son por naturaleza. Y puesto que la naturaleza es doble, como materia y como forma, y
esta ultima es el fin y las demás cosas son para el fin, esta será la causa que constituye el “para qué”
…
Aristóteles
A menudo tres se reducen a una; en efecto, el “qué es” y el para qué son una sola cosa, y aquello
de donde procede el movimiento, por su forma, coincide con ellos (pues un hombre genera al
hombre). (Torretti 1998, 62-63).
Aristóteles
Desde una perspectiva moderna, debe llamar la atención el hecho de que las causas aristotélicas son
primariamente causas de cosas, y sólo de modo derivado o secundario causas de eventos y estados de
cosas. Mientras que en la modernidad se tiende a concebir la causalidad predominantemente como
una relación entre dos eventos de los cuales el primero (la causa) produce necesariamente el segundo
(el efecto), en su concepción de la causalidad Aristóteles apunta mas bien a los principios inmanentes
que dan cuenta, en primera instancia, del ser del objeto: forma y materia no son eventos ni dan cuenta
primariamente de la producción de eventos, sino más bien de la constitución interna del objeto
compuesto, y solo sobre esa base también de su papel, activo o pasivo, en la originación de ciertos
procesos, eventos o estados de cosas. Esto explica también como puede Aristóteles apelar a la noción
de causa sin hacer expresamente uso coextensivo de una noción como la de efecto, que permanece
prácticamente ajena a su peculiar modo de tratar la causalidad. (Vigo 2006, 77)
Aristóteles
Sea, pues, pesado lo que esta constituido naturalmente para trasladarse hacia el centro, liviano lo
constituido para trasladarse desde el centro; lo más pesado será aquello que se hunde debajo de
todas las cosas que se desplazan hacia abajo, lo más liviano aquello que flota por encima de
todas las cosas que se desplazan hacia arriba. Es necesario que todo lo que se mueve hacia arriba
o hacia abajo posea liviandad o peso o ambos, aunque no con respecto a lo mismo; pues son
pesados y livianos unos con respecto a otros, coma el aire con respecto al agua y el agua con
respecto a la tierra. (Torretti 1998, 74)
Aristóteles
𝑅𝐷 : 𝑅𝐵 = 𝑡𝐷 : 𝑡𝐵
𝐹
𝑣∝
𝑅
𝑃
𝑣∝
𝑅
Aristóteles
Aristóteles fue quien primero usó el adjetivo “física” como epíteto de una rama de la investigación o
del saber, aquella que estudia y conoce la physis o “naturaleza” de las cosas, que él caracteriza como
el principio de cambio inherente a cada cosa natural. Ninguna cosa cambia si no puede ser otra que
como actualmente es. La realidad natural reúne y combina, pues, lo actual y lo posible, lo que existe
“en acto” y lo que existe “en potencia”. De hecho, Aristóteles define el cambio como “la actualización
de lo que existe en potencia, en cuanto tal”. Aristóteles identifica el componente de potencialidad
propio de cada cosa natural con lo que llama la materia de esa cosa. Es claro, entonces, que un
concepto que prescinda de este componente, que no incluya entre sus connotaciones la materialidad
del ente a que se refiere, no concibe a este como un ente natural y no es idóneo para la ciencia física.
Ahora bien, conforme a la visión platónica compartida por Aristóteles y por muchos filósofos de la
matemática hasta hoy, los conceptos matemáticos piensan las cosas abstraídas de su materia —al
menos en la acepción aristotélica de esta palabra— sin contemplar o siquiera sugerir nada que
pudiera estar “en potencia”, incompletamente determinado, inacabado en ellas. Por tanto, según
Aristóteles, los conceptos matemáticos son, en principio, inadecuados para pensar en las cosas
naturales. (Torretti 2007, 49-50)
Aristóteles
• Los objetos que habitan el mundo sublunar están constituidos por otro
elemento como su materia—el éter. La naturaleza de este elemento dicta
un movimiento natural circular.
Aristóteles
Todo movimiento con respecto al lugar, o sea lo que denominamos traslación, es rectilíneo o circular
o una mezcla de ambos; simples son únicamente estos dos, a causa de que las únicas magnitudes
simples son justamente la recta y la circunferencia. Circular es el movimiento alrededor del centro,
rectilíneo el hacia arriba y hacia abajo. Llama hacia arriba el movimiento desde el centro, hacia abajo
el movimiento hacia el centro. De modo que necesariamente toda traslación simple es una traslación
desde el centro, hacia el centro o alrededor del centro…
… Puesto que hay cuerpos simples y otros compuestos de aquellos (llamo simples a los que poseen
un principio de movimiento conforme a la naturaleza, como el fuego y la tierra y sus especies […]), es
necesario que también los movimientos sean simples unos y otros en cierto modo mixtos, y que los
simples pertenezcan a los cuerpos simples, y los mixtos a los compuestos, que se mueven según el
elemento predominante. Si existe un movimiento simple, y el movimiento circular es simple, y el
movimiento del cuerpo simple es simple y el movimiento simple pertenece al cuerpo simple (y si el
cuerpo es compuesto, el movimiento se conforma al elemento predominante), es necesario que exista
algún cuerpo simple constituido para trasladarse con movimiento circular conforme a su propia naturaleza …
Aristóteles
… Pero además el movimiento de esta clase es necesariamente primordial. Pues lo completo precede por
naturaleza a lo incompleto, y el círculo es una de las cosas completas, lo que no es ninguna línea recta: ni la
recta infinita (tendría, si fuera completa, un límite y un fin), ni ninguna de las limitadas (pues hay
algo fuera de todas, ya que es posible aumentar a cualquiera de ellas). De modo entonces que, puesto que
el movimiento más primordial es propio de un cuerpo que tiene precedencia por naturaleza y el movimiento
circular es más primordial que el rectilíneo, y el rectilíneo es propio de los cuerpos simples (pues el fuego se
mueve en línea recta hacia arriba y las cosas de tierra hacia abajo en dirección al centro ), es necesario
que también el movimiento circular sea propio de alguno de los cuerpos simples […]. En virtud de estos
antecedentes es manifiesto que existe naturalmente alguna sustancia corporal diversa de las constituidas aquí en
la tierra en que vivimos, más divina y primordial que todas estas…
… Igualmente justificado es suponer que es ingénito e indestructible, incapaz de crecer e inalterable; ya que
todo lo generado nace de un contrario y un sustrato, y se destruye sólo si hay un sustrato y por obra
de un contrario y al convertirse en su contrario […]. Como no puede haber nada contrario a esto por cuanto
no existe un movimiento contrario a la traslación circular, parece que la naturaleza acertadamente segregó de los
contrarios aquello que había de ser ingénito e indestructible; pues la génesis y la destrucción acaecen entre
contrarios. Pero además lo que crece, crece porque se le agrega algo afín que se fusiona con su materia; pero no
existe algo de lo cual esto se haya formado. Si no puede crecer ni perecer, en virtud del mismo razonamiento, hay
que suponer también que es inalterable” (Torretti 1998, 74-75).
Aristóteles
La concepción astronómica de un universo en que las estrellas, entre las que cabe incluir a
nuestro Sol, se hallen dispersas aquí y allá en un espacio infinito empezó a desarrollarse hace
menos de cuatro siglos y ya está superada. Antes de que Copérnico y sus sucesores
desarrollaran dicha teoría, ya habían sido empleadas otras varias nociones sobre la estructura
del universo para explicar los fenómenos que el hombre observaba en los cielos. Estas teorías
astronómicas primitivas son radicalmente diferentes de las que aceptamos en la actualidad, pero
la mayor parte de las mismas recibieron en su época una adhesión tan resuelta como la que hoy
en día adjudicamos a las nuestras. Además, se las consideraba acertadas por idénticas razones,
es decir, porque aportaban respuestas plausibles a las cuestiones que parecían importantes.
(Kuhn 1978, 26)
La esfera celeste
• Dado que a simple vista las estrellas mantienen sus posiciones fijas, los
antiguos construyeron constelaciones que permitieron mapear la bóveda
celeste de manera rudimentaria—los primeros datos de constelaciones
construidas corresponden a la civilización babilonia (ca. 3000 AC).
La esfera celeste
• Dado este movimiento, los griegos denominaron a los cuerpos con estas
trayectorias planetés (errante-vagabundo). Para los griegos la Tierra
evidentemente no era un planeta.
• Es más, si lo concebimos nada más que como un modelo para salvar las
apariencias—para modelar nuestras observaciones—ni siquiera
necesitamos concebir que las estrellas realmente constituyen una bóveda
celeste
Esferas concéntricas
Cuando Eudoxo diseña un modelo para uno de los siete “astros errantes” busca reconstruir, no
la trayectoria de un cuerpo en el espacio, sino la de un punto o disco brillante sobre una esfera
cuyo centro coincide con el de la Tierra […]. Nada se ha dicho aquí sobre el radio y espesor de
las esferas, porque no hace falta decir nada. Para desempeñar su función en un modelo
eudoxiano las esferas pueden ser superficies geométricas sin espesor y con el mismo radio. Pues
no son vehículos portadores del cuerpo del planeta, sino figuras geométricas —o, mejor dicho,
configuraciones cinemáticas— que permiten reconstruir la trayectoria efectiva, aparentemente
irregular, de ese cuerpo como resultante de la ejecución simultánea de varios movimientos
circulares uniformes en torno a un mismo centro. (Torretti 2007, 39-40)
Esferas concéntricas
• La Tierra debe estar en la recta VF, pues vistos desde ella la separación
angular entre equinoccios es de 180°. Pero desde la perspectiva de la
circunferencia de la trayectoria regular del sol, VF no es un diámetro.
Hiparco
• O es el centro de la circunferencia, E
es la posición de la Tierra, V es el
equinoccio vernal, S el solsticio de
verano, F el equinoccio otoñal. A es
el apogeo y P el perigeo.
• La distancia OE es la eccentricidad
de la órbita del sol en torno a la
Tierra.
Ptolomeo
Viewed in the historical perspective, its chief virtue was in being the first attempt to find a rational
and rigorously mathematical description of planetary motions by the superposition of circular
motions which were separately and strictly uniform; after modification, this became a very fruitful
paradigm. However, because all the Eudoxan motions were concentric, each of the planets must
remain at a constant distnace from the Earth, which was why it could not cope with the variations of
Mars’ brightness. It also failed badly in the description of Mars’ motion. It is for this reason that
Neugebauer classes Eudoxus’ work as mathematical speculation
Almost as interesting as the discovery of the epicycle-deferent model is the question of when and why
the Greek astronomers began the systematic testing of this and other models against observations. It was the
combinations of two strands—the empirical and the theoretical—that more tan anything else gave rise to
dynamics. This proved to be be the very essence of dynamics. The first person definitely known to
have undertaken such work was Hipparchus. (Barbour 2001, 101-102)
Ptolomeo
Potentially more dangerous was the failure of Eudoxus's strictly earthcentred scheme to account for
the apparent motion and brightness of the planets and its replacement by the far more successful
epicycle-deferent theory. Strictly speaking, this should have demolished the entire Aristotelian
structure; for it established beyond reasonable doubt that planetary motions are in no way
compounded from simple uniform motions around the single centre of the universe. There was in fact
no need to wait for the Copernican interpretation of the astronomical observations for the overthrow
of Aristotle; the ancient system was already at variance with it. Significantly, this was one of the
points at which Copernicus chose to mount his assault on Aristotle: 'nothing prevents the earth from
moving .... For, it is not the centre of all the revolutions. This is indicated by the planets' apparent
nonuniform motion and their varying distances from the earth. These phenomena cannot be
explained by circles concentric with the earth. Therefore, since there are many centres, it will not be
by accident that the further question arises whether the centre of the universe is identical with the
centre of terrestrial gravity or with some other point.‘
This poses the question of how Aristotle survived so long. The first reason no doubt was that there
was still no direct evidence for any motion of the earth. A second was certainly that although the
complete scheme was no longer tenable some of the most important parts of it had in fact been
dramatically confirmed. (Barbour 2001, 154-155)
Modelos Astronómicos
3. Copérnico
Copérnico
For it is the duty of an astronomer to compose the history of the celestial motions through careful and
expert study. Then he must conceive and devise the causes of these motions or hypotheses about
them. Since he cannot in any way attain to the true causes, he will adopt whatever supositions enable
the motions to be computed correctly from the principles of geometry for the future as well as for the
past. The present autor has performed both these duties excellently. For these hypotheses need not to
be true nor even probable. On the contrary, if they provide a calculus consistent with the
observations, that alone is enough. (Del Prefacio de Osiander a De Revolutionibus, citado en Barbour
2001, 225-226)
Copérnico
• Esto explica también por qué para estos planetas el efecto retrógrado se observa solo en
conjunción—el planeta en un punto en la línea que une al sol con la Tierra.
Copérnico
• Una segunda virtud del modelo copernicano es que permite calcular con
razonamientos trigonométricos sencillos las razones entre los radios de
las orbitas planetarias, usando el radio de la órbita terrestre como
unidad.
• Este hecho indica que las estrellas se encuentran a una distancia mucho
mayor respecto de la Tierra que los planetas. La relevancia de esto es que
explica por qué no se observan paralaje respecto a una misma estrella
observada desde posiciones distintas en la órbita terrestre.
Galileo y el telescopio
• En 1604 Galileo hizo una observación similar de otra estrella Nova que
apareció y desapareció en el firmamento.
• Las órbitas siguen siendo excéntricas respecto del Sol real, sin embargo,
dada la presuposición b), el planeta se encuentra a distancia variable
respecto del Sol real.
Las leyes de Kepler
Como la bondad divina nos ha otorgado con Tycho Brahe un observador diligentísimo, de cuyas
observaciones se infiere un error de ocho minutos en este cálculo ptolemaico de Marte, es justo que
con espíritu de gratitud reconozcamos y honremos este beneficio de Dios. Si 8 minutos de longitud
fuesen desdeñables a juicio mío, habría corregido suficientemente (…) la hipótesis encontrada (…).
Pero, como no puedo desdeñarlos, estos ocho minutos solos abrirán el camino para reformar toda la
astronomía y son la materia de que se nutre gran parte de esta obra. (Citado en Torretti 2007, 132)
o Primera ley
las órbitas planetarias tienen forma elíptica, con el Sol en uno de sus
focos
o Segunda ley
un segmento recto desde la posición del planeta hasta el foco ocupado por
el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales
Las leyes de Kepler
• Una elipse es una curva cerrada, con un centro y dos focos tales que la
suma de la distancia de un punto en la curva a los dos focos es
constante para todos los puntos en la curva
Las leyes de Kepler
• Dado que la Tierra tiene un período distinto, cada 687 días se encontrará
en una posición distinta.
Las leyes de Kepler
• Kepler nota que dicha órbita no puede ser circular. Intenta luego
describirla usando diferentes formas de curvas cerradas, hasta apuntar a
una descripción correcta usando la elipse. La generalización de este
descubrimiento le permite formular recién la primera ley.
Las leyes de Kepler
o Tercera ley
El cuadrado del período de un planeta es proporcional al cubo de su distancia al
Sol
Las leyes de Kepler
• Con esto es fácil calcular el período de cualquier planeta (en años) dada
su distancia al Sol (en UA), y viceversa
Las leyes de Kepler
• Inspeccionando las tres leyes, es fácil notar que hacen esencial referencia
al Sol. Esto es del todo coherente con la tesis de Kepler de que el Sol es el
responsable de la dinámica del movimiento de los planetas.
• Kepler postuló que los objetos celestes tienen una tendencia natural al
reposo, y acuñó el término inercia para dicha tendencia, e identificó a la
masa de un cuerpo como la medida de su inercia.
• Sobre la base de esa inercia, la fuerza emanada del Sol saca a los
planetas de su estado base de reposo. Más aún, Kepler se aproximó
tímidamente a expresiones cuantitativas de la acción de dicha fuerza. De
sus obras se infiere que la velocidad planetaria responde a la fuerza solar
y la resistencia opuesta por la inercia de los planetas de acuerdo a la
expresión
𝐹
𝑣=
(1 − 𝑚)
Las leyes de Kepler
𝑉1Τ2
𝑉𝑖 = 0
𝑇
Galileo y la nueva dinámica
Thus we can and ought to say that in the stone or other projectile there is impressed something
which is the motive force (virtus motiva) of that projectile. And this is evidently better than
falling back on the statement that the air continues to move that projectile. For the air appears
rather to resist. Therefore, it seems to me that it ought to be said that the motor in moving a
moving body impresses (imprimit) in it a certain impetus (impetus) or a certain motive force (vis
motiva) of the moving body, [which impetus acts] in the direction toward which the mover was
moving the moving body, either up or down, or laterally, or circularly. And by the amount the
motor moves that moving body more swiftly, by the same amount it will impress in it a stronger impetus.
It is by that impetus that the stone is moved after the projector ceases to move. But that impetus
is continually decreased (remittur) by the resisting air and by the gravity of the stone, which
inclines it in a direction contrary to that in which the impetus was naturally predisposed to
move it. Thus the movement of the stone continually becomes slower, and finally that impetus is
so diminished or corrupted that the gravity of the stone wins out over it and moves the stone
down to its natural place. (Citado en Barbour 2001, 200)
Galileo y la nueva dinámica
For if anyone seeks why I project a stone farther than a feather, and iron or lead fitted to my
hand farther than just as much wood, I answer that the cause of this is that the reception of all
forms and natural dispositions is in matter and by reason of matter. Hence by the amount more
there is of matter, by that amount can the body receive more of that impetus and more intensely. Now in a
dense and heavy body, other things being equal, there is more of prime matter than in a rare and light one.
Hence a dense and heavy body receives more of that impetus and more intensely, just as iron can receive
more calidity than wood or water of the same quantity. Moreover, a feather receives such an impetus
so weakly that such an impetus is immediately destroyed by the resisting air. And so also if light
wood and heavy iron of the same volume and of the same shape are moved equally fast by a projector, the
iron will be moved farther because there is impressed in it a more intense impetus, which is not so quickly
corrupted as the lesser impetus would be corrupted. This also is the reason why it is more difficult to bring
to rest a large smith's mill which is moving swiftly than a small one, evidently because in the large one,
other things being equal, there is more impetus. (Citado en Barbour 2001, 200)
Galileo y la nueva dinámica
• Sin embargo, replicó que el ímpetu del movimiento hacia arriba de, por
ejemplo, una flecha, resistiría el movimiento en dirección lateral.
Galileo y la nueva dinámica
• Diálogo sobre los dos Máximos Sistemas del Mundo (1632): defensa del
modelo copernicano, principio de relatividad
• Afirma que cuerpos de distinto peso caen siempre casi al mismo tiempo
al suelo, y que si la caída no incluyera resistencia—si ocurriera en el
vacío—los objetos llegarían al suelo exactamente el mismo tiempo.
Galileo y la nueva dinámica
Movimiento uniforme es aquel “en que los espacios que el móvil recorre en tiempos
iguales son iguales entre sí”
Llamo movimiento igualmente o uniformemente acelerado al movimiento que, partiendo
de reposo, adquiere en intervalos iguales de tiempo, iguales momentos de rapidez. (Citado
en Torretti 2007, 204)
𝑉
• Ahora, para los intervalos de tiempo hasta 𝑡1 y 𝑡2 ,
tenemos que 𝑡1 = 𝐴 , y 𝑡2 = 𝐴𝐸; y para las velocidades
𝑇 correspondientes, 𝑣1 = 𝐵, y 𝑣2 = 𝐸𝐷. Los triángulos
𝐴𝐵 y 𝐴𝐷𝐸 son semejantes, de modo que 𝐵: 𝐸𝐷 =
𝑣1 𝑡1 𝒅𝟏 𝒕𝟏 𝟐
𝐴 : 𝐴𝐸. En consecuencia 𝑣2
= 𝑡2
, y 𝒅𝟐
=
𝒕𝟐 𝟐
, que es la ley
𝑑 = 16 𝑡=4 de caída libre de Galileo. En terminología más
moderna, para la distancia recorrida en caída libre 𝐷 =
𝑘𝑇 2 , donde k es una constante.
Galileo y la nueva dinámica
𝐴
𝑑=1 𝑡=1
𝑑1 𝑡1 2
𝐴 = 𝑡1 𝐵 = 𝑣1 • Si = , entonces tras 1 unidad de tiempo,
𝐵 𝑑2 𝑡2 2
𝑑=4 𝑡=2 𝐸 = 𝑡2 𝐸𝐷 = 𝑣2 un objeto en caída libre uniformemente
𝐸 = 𝑡3 𝐹 = 𝑣3 acelerada habrá recorrido 1 unidad de
𝐸 𝐷 = 𝑡4 = 𝑣4 distancia. Tras 2 unidades de tiempo, 4 de
distancia; tras 3 unidades tiempo, 9 de
distancia; tras 4 unidades de tiempo, 16 de
𝑑=9 𝑡=3 𝐹
𝐵: 𝐸𝐷 = 𝐴 : 𝐴𝐸 distancia, etc.; como indica la figura de la
izquierda.
𝑉
We may remark that any velocity once imparted to a moving body will be rigidly
maintained as long as the external causes of acceleration or retardation are removed, a
condition which is found only on horizontal planes; for in the case of planes which slope
downwards there is already present a cause of acceleration, while on planes sloping up
there is a retardation; from this it follows that motion along a horizontal plane is perpetual;
for, if the velocity is uniform, it cannot be dimished or slackened, much less destroyed. (del
Discurso, día 3)
Galileo y la nueva dinámica
• En el caso de los objetos pesados, Galileo define como movimiento natural el que
se dirige hacia el lugar natural, hacia abajo; como movimiento forzado al
movimiento hacia arriba, y al movimiento horizontal—que ni se acerca ni se aleja
del centro—lo caracteriza como neutro.
Encerraos con algún amigo en la mayor estancia que esté bajo la cubierta de algún navío y
procurad que haya en ella moscas, mariposas y otros semejantes animales voladores; procuraos
también un gran vaso de agua con algunos peces dentro; añádase también un recipiente, que
habrá de ser colgado en lo alto de modo que vaya vertiendo su contenido gota a gota, sobre otro
vaso colocado debajo, que sea de boca estrecha; pues bien, si la nave no se mueve, veréis cómo
esos animales se dirigen con igual velocidad hacia todas las partes de la estancia; a los peces se
los verá nadar indiferentes en todas las direcciones, y las gotas que caen del recipiente superior
entrarán todas en el vaso colocado debajo; también, si vos arrojáis alguna cosa a vuestro amigo,
no necesitaréis de más fuerza para echaría-hacia un lado o hacia otro, siempre que las distancias
sean iguales; y si saltáis, como haciendo carreras de sacos, iguales espacios saltaréis en todas las
direcciones. Observad con atención cómo estas cosas suceden así, bien que no haya por qué
dudar de que así sea, pues si la nave está quieta, esto es lo normal…
Galileo y la nueva dinámica
…ahora, pues, haced mover la nave con la velocidad que se quiera; si el movimiento es
uniforme y no fluctuante hacia un sitio u otro, vos no observaréis la más ligera mutación en
los efectos enumerados, y por ninguno de ellos podréis averiguar si la nave se mueve o está
inmóvil; vos, al saltar, atravesaréis los mismos espacios que antes y no daréis un mayor salto
hacia popa que hacia proa, aunque la nave. se mueva velocísimamente, pese a que en el tiempo
en que vos estáis por el aire, el pavimento que está a vuestros pies se haya desplazado hacia la
parte contraria de vuestro salto; si arrojáis alguna cosa a vuestro compañero, no necesitaréis de
mayor fuerza, tanto si él se encuentra en la parte de proa como en la de popa; las gotas seguirán
entrando como antes en el vaso inferior, sin que ni una sola caiga hacia popa, pese a que la gota
recorra un espacio por el aire y a que la nave, mientras tanto, haya avanzado algunos palmos; los
peces en el agua no nadarán con más fuerza que antes hacia la parte delantera del vaso que hacia
la contraria, sino que, con igual velocidad y facilidad, se dirigirán hacia el cebo puesto en
cualquier parte del vaso; y, finalmente, las moscas y las mariposas continuarán sus vuelos
indiferentes en todas las direcciones, y nunca sucederá que se amontonen hacia la parte de popa,
como si se vieran empujadas por el veloz curso de la 'nave, de la que durante mucho tiempo
están separadas, manteniéndose por el aire; y si encendéis alguna gota de incienso, se hará un
poco de humo y se le verá ascender hacia arriba, y como una nubecilla, se mantendrá y se
moverá indiferentemente, no más hacia una parte que hacia la otra. La causa de toda esta
correspondencia en los efectos estriba en que el movimiento de la nave es común a todas las
cosas contenidas en ella, incluido el aire.
Galileo y la nueva dinámica
• La trayectoria semi-
parabólica del objeto tras
caer del borde horizontal es
prácticamente observable en
el resultado de este
experimento.
• Usando el principio de
composición, Galileo formuló
una prueba matemática de
que la trayectoria debe ser
parabólica.
Galileo y la nueva dinámica
• Es claro entonces que 𝑦1 Τ𝑦2 = 𝑥1 2 Τ𝑥2 2 , lo cual quiere decir que los
descensos verticales 𝑦𝑖 del proyectil son en todo momento como los
cuadrados de sus avances horizontales 𝑥𝑖 . Reemplazando “descensos” por
“alturas”, y “avances” por “amplitud”, deducimos que la trayectoria de un
proyectil describe una parábola.
Galileo y la nueva dinámica
La filosofía está escrita en este grandísimo libro que continuamente está abierto delante de
nuestros ojos -me refiero al Universo-; pero no se puede entender si antes no estudiamos la
lengua y los caracteres en los cuales está escrita. La lengua es la matemática y los caracteres son
triángulos, circunferencias y otras figuras geométricas, sin cuyos medios es humanamente
imposible entender una sola palabra; sin ellos vagará uno inútilmente por oscuro laberinto.
Galileo y la nueva dinámica
Such motions did not arise for physical reasons; they did not have efficient causes but only the final
teleological cause that Galileo seems to have been content to inherit from Aristotle through
Copernicus. They were not fitted into a comprehensive scheme. But, of course, the real revolution was
in the mathematization of motion and the identification and description by simple mathematical laws
of motion and the identification and description by simple mathematical laws of motions that do
actually occur in nature. (Barbour 2001, 375)
Galileo y la nueva dinámica
• Esto es lo que captura el famoso pienso, luego existo (cogito, ergo sum) de
Descartes.
• Tras formular el cogito, que expresa que la propiedad esencial de la única cosa
que sé con certeza existe es el pensar (juzgar-percibir-imaginar-desear),
Descartes se pregunta cuál es la propiedad esencial de las cosas físicas que los
sentidos aparente, pero dudosamente, parecen representarnos.
Pero si Dios no nos engaña porque esto repugna absolutamente a su naturaleza, ... debemos
concluir que existe una cosa extendida en longitud, latitud y profundidad, que posee todas las
propiedades que claramente percibimos como propias de una cosa extensa. Y esta cosa extensa
es lo que llamamos cuerpo o materia. (Citado en Torretti 1998, 109)
Descartes y el mecanicismo
• Las obras en que Descartes trata este tema de manera directa son El
Mundo o Tratado sobre la Luz (1633, pero publicado póstumamente en
1664) y, especialmente, los Principios de la Filosofía (1644).
Descartes y el mecanicismo
La naturaleza del cuerpo no consiste en el peso, la dureza, el color, u otras cosas similares, sino
en la extensión únicamente.
Obrando así, percibiremos que la naturaleza de la materia, o del cuerpo considerado en general,
no consiste en ser una cosa dura, o pesada, o coloreada, o que afecte a nuestros sentidos de
cualquier modo, sino únicamente en ser una cosa que se extiende en longitud, latitud y
profundidad […]. modo se puede mostrar que el peso, el color y todas las otras cualidades de
este genera, que se sienten en la materia corpórea, pueden quitarse de ella, y que ella se conserva
integra; de lo cual se infiere que su naturaleza no depende de ninguna de ellas. (Citado en
Torretti 1998, 108-109)
Descartes y el mecanicismo
Toda variación de la materia y toda la diversidad de sus formas dependen del movimiento.
Hay, pues, una misma materia en todo el universo, y la conocemos únicamente porque es
extensa, y todas las propiedades que percibimos claramente en ella se reducen a una sola, a
saber, que es divisible y puede ser movida según sus partes, siendo susceptible, por tanto, de
todas las afecciones diversas que advertimos que pueden resultar del movimiento de aquellas.
[…] Toda variación de la materia y toda la diversidad de sus formas depende del movimiento.
(Citado en Torretti 1998, 111)
Descartes y el mecanicismo
• Como preámbulo para estas leyes, Descartes afirma que no existe una
diferencia ontológica entre le estado de movimiento y el estado de reposo,
como sí se presupone en la concepción aristotélica. Reposo y movimiento
tienen el mismo estatuto en la medida en que acción (fuerza) es
igualmente requerida en la producción de ambos estados a partir del
otro. Es requerida una acción para poner en movimiento un objeto en
reposo, del mismo modo que es requerida una fuerza para poner en
reposo a un objeto en movimiento.
Descartes y el mecanicismo
Primera ley de la naturaleza: que cada cosa, en cuanto de ella depende, persevera siempre en el
mismo estado; y así, lo que se ha puesto en movimiento, tiende a moverse siempre.
[…] Cada cosa, en cuanto es simple e indivisible, permanece, en tanto que de ella depende, en el
mismo estado, y no cambia nunca salvo por la acción de causas externas. Así, si una parte de la
materia es cuadrada, nos convencemos fácilmente de que seguirá siendo cuadrada, a menos que
sobrevenga algo de otra parte que cambie su figura. Si está en reposo, no creemos que nunca
vaya a empezar a moverse, a menos que alguna causa la empuje a ello. Y no hay mas razón para
pensar que, si se mueve, vaya jamás a interrumpir su movimiento espontáneamente, aunque no
haya nada que la ataje. Y de aquí se concluye que lo que se mueve, en cuanto de ello depende, se
moverá siempre. (Citado en Torretti 1998, 113-114)
Descartes y el mecanicismo
Segunda ley de la naturaleza: que todo movimiento es de suyo rectilíneo y por esto las cosas que
se mueven en círculo tienden siempre a alejarse del centro de la circunferencia que describen.
La segunda ley de la naturaleza es esta: cada parte de la materia, considerada en sí misma, no
tiende nunca a seguir moviéndose según líneas curvas, sino solo según rectas, aunque muchas
de estas partes suelen ser compelidas a desviarse porque chocan con otras y ... en cada
movimiento se produce una especie de círculo, con toda la materia que se mueve a la vez.
(Citado en Torretti 1998, 114)
Tercera ley: que un cuerpo que choca con otro más fuerte no pierde nada de su movimiento,
pero si choca con uno menos fuerte, pierde tanto cuanto transfiere a este.
La tercera ley de la naturaleza es esta: cuando un cuerpo que se mueve choca con otro, si
tiene menos fuerza para seguir en línea recta que la que el otro tiene para resistirle, se
desvía hacia otra parte y, conservando su movimiento, pierde solo la determinación de este;
pero si tiene mas fuerza, mueve al otro cuerpo consigo, y pierde tanto de su movimiento,
cuanto le dé al otro. (Citado en Torretti 1998, 116)
• Una vez más, es claro que las ideas de Descartes implican una abierta
refutación de la concepción teleológica de la naturaleza. Las leyes no
remiten a una naturaleza interna o a una esencia de los objetos
naturales, de modo que el comportamiento de éstos no surge de la
“búsqueda de un fin” o de fuerzas entendidas como obstáculos para ese
fin.
No hay que examinar las causas finales de las cosas creadas, sino sus causas eficientes.
[…] No basaremos nuestras explicaciones de las cosas naturales en el fin que Dios o la naturaleza
se propusieron al hacerlas; pues no debemos ser tan presumidos que nos creamos participes de
sus intenciones. Pero, considerando a Dios como la causa eficiente de todas las cosas, veremos
que se debe inferir (según la luz natural que nos ha proporcionado) de aquellos atributos suyos
de los cuales ha querido que tengamos algún conocimiento, respecto de esos efectos suyos que
se manifiestan a nuestros sentidos; recordando siempre ... que solo debemos confiar en esa luz
mientras el mismo Dios no nos haya revelado alga contrario a ella. (Citado en Torretti 1998, 108)
Asimismo la materia de los cielos y la tierra es una y la misma, y no puede haber muchos
mundos.
Se infiere fácilmente de todo esto que la materia de los cielos no es otra que la de la Tierra, y en
general, si hubiese infinitos mundos, no podrían constar sino de una y la misma materia; por lo
tanto no pueden ser muchos, sino solamente uno; ya que concebimos distintamente que la
materia, cuya naturaleza consiste solo en ser una sustancia extensa, ocupa actualmente todos los
espacios imaginables en que podrían existir esos otros mundos, y no hallamos en nosotros la
idea de ninguna otra materia.
“From the start of the fourteenth century the grandiose edifice of Peripatetic physics was
doomed to destruction” […]. The complete destruction was a long time coming, but when it
finally came the tottering structure was brought down in spectacular fashion by Descartes (1596-
1650). The process began, as we saw, with 'a long series of partial transformations'. Initially, in
the High Middle Ages, the transformations were mainly in attitudes of mind. With Copernicus,
hard science began to make a real contribution. The famous supernova explosions of 1572 and
1604 shattered faith in the immutability of the heavens. Then came the telescope, a veritable
Joshua's trumpet, and blasted gaping holes in the structure. But still it did not quite topple to its
destruction. It survived, in fact, only because an alternative edifice was not immediately
constructed in its place. Galileo was its last tenant. Like all tenants he was only too ready to
complain to the landlord about the appalling state of repair of the old palace - without thinking
about moving out into a new one. During the very years in which he wrote the Dialogo, which, as
we have seen, was still permeated with the ancient idea of perfectly circular motion, Descartes
was at work on plans for a new edifice […]
His contribution was of a kind quite different from that of the astronomers and Galileo; it was
much more purely philosophical and is to be compared with Aristotle's. (Barbour 2001, 406)
Descartes y el mecanicismo
• Por ejemplo, Descartes plantea que las leyes del movimiento se siguen
necesariamente de la inmutabilidad de la voluntad e inteligencia divina.
En la visión cartesiana, la física se sigue de la metafísica.
Descartes y el mecanicismo
• Sin embargo, Newton tuvo acceso y estudió las obras de Galileo (el
Diálogo sobre Dos Sistemas del Mundo) y Descartes (Principios de la
Filosofía, La Geometría), y también conoció por fuentes indirectas las
leyes de Kepler.
La síntesis newtoniana
• Las tres leyes del movimiento, que determinan un esquema general que
gobierna todo proceso físico-mecánico.
Primera ley
todo cuerpo continúa en su estado de reposo, o de movimiento rectilíneo
uniforme, a menos que sea obligado a cambiar de estado por fuerzas
impresas sobre él.
Segunda ley
El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza impresa, y ocurre en
la dirección de la línea recta en que la fuerza actúa.
Tercera ley
a toda acción hay siempre una reacción igual opuesta; o, las acciones
mutuas de dos cuerpos sobre él otro son siempre iguales, y dirigidas en
direcciones contrarias.
• Newton sí presenta esta ley como suya propia, aunque al igual que la
segunda, surge de un análisis del movimiento a la luz de las leyes de
Descartes, aunque de manera enmendada.
La síntesis newtoniana
• Tomemos dos cubos de ‘aluminio puro’, uno del doble de volumen del
otro. Sometamos el más pequeño a una serie de fuerzas 𝐅𝑖 , y
determinemos las aceleraciones 𝐚𝑖 correspondientes de acuerdo a la
segunda ley (en su formulación 𝐅 = 𝑚𝐚). De acuerdo a dicha ley, la razón
entre la fuerza y la aceleración resultante es una constante:
𝐅1 𝐅2 𝐅3
= = = ⋯ = 𝑚𝑠
𝐚1 𝐚2 𝐚3
La síntesis newtoniana
𝐅1 𝐅2 𝐅3
= = = ⋯ = 𝑚𝑙
𝐚′1 𝐚′2 𝐚′3
La síntesis newtoniana
C-V: Para cuerpos encerrados en un determinado espacio, sus movimientos relativos unos
a otros son los mismos independientemente de si ese espacio está en reposo o de si se mueve
en uniformemente y en línea recta sin movimiento circular. (El principio de relatividad de
Galileo).
La síntesis newtoniana
𝑣 2 𝑣2
𝑎= =
𝑟 2 𝑟
𝑣
La síntesis newtoniana
𝐯2
𝐅=𝑚
𝑟
La síntesis newtoniana
𝐯2
• Tomemos una vez más la expresión 𝐅 = 𝑚 . La distancia recorrida por
𝑟
el planeta en un período orbital 𝑇 es 2𝜋𝑟, de modo que 𝑣 = 2𝜋𝑟Τ𝑇, y 𝑣 2 =
4𝜋2 𝑟 2 1 4𝜋2 𝑟 2 1 𝑟
4𝜋 𝑟 Τ𝑇 . Insertando esto, obtenemos 𝐹 = 𝑚 ∙ 2 ∙ = 𝑚 ∙ 2 ∙ ∙ .
2 2 2
𝑇 𝑟 𝑇 𝑟 𝑟
Reagrupando factores obtenemos
4𝜋 2 𝑚 𝑟 3
𝐹= 2 ∙ 2
𝑟 𝑇
La síntesis newtoniana
1
𝐅= 4𝜋 2 𝑚𝐾𝑆 ∙ 2
𝑟
• “De las tres últimas Proposiciones (11, 12, 13) se sigue que si un cuerpo 𝑃
cualquiera va del punto P con cualquier velocidad, siguiendo la dirección de
cualquier recta PR, y al mismo tiempo es sometido a la acción de una
fuerza centrípeta inversamente proporcional al cuadrado de la distancia
desde el centro, el cuerpo se moverá a lo largo de alguna de las secciones
cónicas, con el foco en el centro de fuerza; et conversa. Dados el foco, el
punto de contacto, y la posición de la tangente, se sigue una sección
cónica, que en dicho punto tendrá una determinada curvatura. Y la
curvatura está dada por la fuerza centrípeta y la velocidad del cuerpo
dado”
La síntesis newtoniana
1
• Volvamos a nuestra expresión 𝐅 = 4𝜋 𝑚𝐾𝑆 ∙
2
. Si denotamos la masa
𝑟2
4𝜋2 𝐾𝑆 𝑚𝑆 ∙𝑚
del Sol como 𝑚𝑆 , podemos escribirla del siguiente modo, 𝐅 = ∙ .
𝑚𝑆 𝑟2
1
• Tomando el sistema Tierra-Luna, obtendríamos 𝐅 = 4𝜋 2 𝑚𝐾𝑇 ∙ 2 , y
𝑟
expresando la masa de la Tierra como 𝑚 𝑇 , podríamos reescribir
4𝜋2 𝐾𝑇 𝑚𝑇 ∙𝑚
𝐅= ∙ 2 . Newton universalizó estas expresiones en una sola ley.
𝑚𝑇 𝑟
4𝜋2 𝐾𝑖
La idea es postular que es una constante fundamental de la
𝑚𝑖
naturaleza, de modo que
4𝜋 2 𝐾𝑆 4𝜋 2 𝐾𝐽 4𝜋 2 𝐾𝑇
= = =⋯=
𝑚𝑆 𝑚𝐽 𝑚𝑇
La síntesis newtoniana
𝑚 ∙ 𝑚′
𝐅=
𝐷2
La síntesis newtoniana
• Esta ley explica por qué los cuerpos en la vecindad de la Tierra caen en
dirección a su centro. Es un teorema en física Newtoniana que un cuerpo
de cierta masa puede tratarse como un punto en que toda esa masa se
concentra. Así, la distancia entre una manzana y Tierra es el radio de
ésta, de modo que la fuerza con que la Tierra atrae a la manzana (el peso
𝑚𝑇 ∙𝑚𝑚
de ésta) es 𝐅 = 2 .
𝑅𝑡
𝑚𝑇 ∙𝑚𝑚
• esto resulta que 𝑚𝑚 𝐚 = . Eliminando 𝑚𝑚 , obtenemos que la
𝑅𝑡2
aceleración con que la manzana, y cualquier otro cuerpo sobre la Tierra,
cae hacia el centro de ésta es
𝑚𝑇
𝑎=
𝑅𝑇2
• Es decir, la física de Newton explica por qué todos los cuerpos caen con
la misma aceleración.
La síntesis newtoniana
𝑚𝑇
• La aceleración de un cuerpo cerca de la superficie de la Tierra es 2,
𝑅𝑇
mientras que la aceleración de caída de un objeto a 60 veces el radio de
la Tierra es 1Τ3600 ese valor.
La síntesis newtoniana
• La caída de una manzana y la trayectoria de los planetas están gobernadas por las mismas leyes. Las
tres leyes implican el análisis de la trayectoria en componentes. La gravedad es la fuerza centrípeta, que
de acuerdo a distintas velocidades tangenciales—el componente inercial en el análisis de Galileo—
determina secciones cónicas como trayectorias. Tanto la manzana que cae al suelo como la Luna están
en caída libre hacia la Tierra. Los planetas y los cometas están en caída libre hacia el Sol.
La síntesis newtoniana