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 Zona Arqueológica de Yucay

El área diagnosticada es de propiedad del Arzobispado y regentada por la Granja Escuela


de Yucay, entidad que se dedica al apoyo de niños en situación de abandono. Esta
propiedad fue conseguida gracias a la donación hecha por la Señorita Flora Angulo en
diciembre de 1927, propietaria de estas tierras; para las niñas indígenas de la comunidad
de Yucay, cuya placa recordatoria obra en el local de dicha Escuela, que a la letra dice:

“La señorita Flora Orihuela dona al Obispo Monseñor Pedro Pascual Farfán. El Gobierno
propulsor del Sr. Augusto B. Leguía, crea el internado indígena; bella prueba de amor
para la raza que hará la grandeza del Perú.”

El Dr. Aurelio Gamarra Hernández ha sido iniciador de este primer internado indígena en
el Perú. El progresista prefecto del Cusco Don Víctor M. Vélez y G. Apadrinó este
internado en representación del presidente El señor Vélez mando abrir el amplio camino
que lleva su nombre. Día 27 de Diciembre de 1927 (Placa recordatoria puesta en el patio
de la Escuela) A partir de entonces la Granja Escuela de Yucay, viene usufructuando el
área y desarrollando actividades de enseñanza educativa y de vivienda para los menores
que tiene a su cargo. La referencia histórica de la zona de diagnóstico, se involucran
dentro de los acontecimientos históricos que desde la época prehispánica acontecieron
en este sitio. Así, los muros de andenerías prehispánicas registradas en la zona permiten
identificar la ocupación en la zona por parte de grupos de filiación Inca. Por ello se ha
revisado documentos que datan de los siglos XVI y XVII que corresponden a documentos
de cronistas y otros que mencionan sobre el particular.

Sobre la ocupación en el periodo prehispánico nos menciona Aramburu y Remy lo


siguiente:

“La parroquia de Yucay ...[...] que forma parte del valle Sagrado de los Incas . Es una
zona de tierras fértiles y clima templado en la que los vecinos del Cuzco poseían
haciendas y huertas . Durante la época del Tawantinsuyo fue lugar de descanso y recreo
de los Incas, así como un importante centro de cultivo de maíz.” (Op. Cit. 1983:29)

De acuerdo a las autoras esta, zona correspondió a un lugar de descanso de los


gobernantes cusqueños. El Inca Garcilazo de la Vega en su capítulo XXVII, en el que se
refiere sobre las colonias de las tierras de Hancohuayllu en el valle de Yucay, indica:

“Concluido lo que se ha dicho, mandó hacer grandes y suntuosos edificios por todo su
imperio, particularmente en el valle de Yucay, y más abajo en Tampu (Ollantaytambo) El
llano del valle es de fertilísimas heredades, llenas de viñas, árboles frutales y
cañavelares de azúcar que los españoles han sembrado: la otra sierra que tiene al
poniente es baja, aunque tiene más de una legua de subida al pie de ella corre el
caudaloso río de Yucay, de suave y mansa corriente con muchas pesquería y abundancia
de garzas, ánades y otras aves de agua. Por estas condiciones van a convalecer a aquel
valle todos los enfermos del Cuzco que pueden ir a él , porque la ciudad de temple más
frió, no es buena para los convalecientes ...El Inca Wiracocha fue particularmente
aficionado a dicho sitio, por eso mando construir allí muchos edificios unos para
recreación y otros para mostrar majestad y grandeza...” (Op. Cit. 1988:105)

Otro documento que hace referencia a esta zona es la de Vasco de Contreras y Valverde
quien hace una descripción pormenorizada del Cusco, y se refiere a la zona de Yucay en
el siguiente sentido:

“A las vertientes de este valle, esta el de Yucay el cual es un aranjuez hermosísimo,


donde se dan flores todo el año. La huertas, jardines y amenidades con la variedad de
fruta que produce, le hacen vistoso. Danse melocotones, duraznos, manzanas, zirguelos,
fruta de damas, damascos, albarcoques, lucmas, peras, frutas del paraíso de
Marisanches con otros diversos ingertos...Lábranse cada año gran cantidad de
conservas de rallado, carne orejones y cubiertos deque proveen los que tienen huertas
en aquel valle con gran suma de arrobas a Lima, Potosí y otras partes. Riégale un río
grande que desde el pueblo de Guayllabamba hata el de Tambo, por ambas riberas es
todo una floresta. Hacia el Poniente, hay otros valles que corren por las márgenes del río
Apurimac, donde se dán dátiles” (Op.Cit. 1982 [1642]:6)

Esto sugiere que la zona referida corresponde a un clima bastante especial, benigno y
muy bien considerado por los Inkas y posteriormente por los españoles.

Luego del arribo de los españoles al Cusco en el año de 1533 y su posterior creación
como virreynato en 1542, dio como resultado problemas posteriores como el de la
resistencia Andina, la misma que de acuerdo a los acontecimientos desarrollados
involucran a Yucay como parte de estos sucesos, es así que para evitar que esta
resistencia continuara y siguiera lastimando la consolidación de la colonia española, se
otorgo estas tierras a Sayry Tupa, hijo de Manco Inca, quienes habían causado mucho
daño a los colonos a causa de las rebeliones que comandaban, por tanto era prioridad
desestabilizar esta insurgencia y se determinó entregar dichas tierras, que
correspondían a las heredades de sus antepasados cuya condición fue dejar las armas
en contra de la corona española y dedicarse a un reinado apacible dentro de sus
haciendas (Betanzos. 1999[15551]

Sobre estos acontecimientos refiere el historiador Roberto Leveller, lo siguiente:

“En 1545 quedó de sucesor su hijo Sayry Tupac, de diez años de edad y de
administrador, un tio de este niño, antiguo capitán de su padre, llamado Ponisopa.
Refiere estos hechos el licenciado La Gasca. A pesar mayor Titu Cusi, pues Diego
Rodríguez de Figueroa le atribuia cuarenta años en 1565, y Matienzo treinta y tres en esa
misma época. No heredo por ser ilegitimo. No le asignan importancia La Gasca ni Cañete
al referirse a Vilcabamba, como tampoco mientan a Tupac Amaru, niño de corta edad,
nacido probablemente dos o tres años antes de la muerte de su padre Manco.

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