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lo emplea, por ejemplo, Hoffman. hecho que actualmente nunca ha comparada con aquella, parece
Este último personifica las fuerzas ocurrido y, aun, no podría suceder extrañamente “material”, si se me
de la Naturaleza en imágenes, jamás. Por ende, describe en una permite el empleo de tal expre-
introduce en sus cuentos brujas de sus historias un viaje a la luna, sión. Inclusive su imaginación más
y espectros y busca sus ideales en y su narración es tan llena y tan irrefrenada deja traslucir al verda-
un mundo distante, por completo particular, siguiendo hora por hora dero norteamericano. Para dar a
no terrenal, y no sólo asume este el viaje imaginario, que uno invo- conocer este talento caprichoso a
misterioso mundo mágico como luntariamente sucumbe a la ilusión nuestros lectores presentamos por
superior sino que parece creer en de su realidad.3 Del mismo modo, ahora tres de sus cuentos. u
su existencia verdadera… No así una vez narró en un periódico
Edgar Allan Poe. No debería ser norteamericano la historia de un Nicolás Naranjo Boza (Colombia)
llamado fantástico sino caprichoso. globo que cruzó el océano desde Profesor de Filosofía. Magíster en
¡Y qué extraños son los antojos de Europa hasta el Nuevo Mundo, y Estudios Hispánicos del Boston Co-
su imaginación y, al tiempo, qué tan su narración era tan circunstancial, llege, Chestnut Hill de Massachussets.
audaces son! Por norma, escoge la tan acertada, tan llena de sucesos
realidad más extravagante, ubica a inesperados y accidentales, en Notas
1 Se refiere al cuento “Algunas palabras
su héroe en una situación externa pocas palabras, tan realista y tan intercambiadas con una momia”.
o psicológica extraordinaria y, lue- verdadera que al menos por un par 2 Se trata de “Los hechos del caso del Sr.
go, describe el estado interior de de horas todos quedaron conven- Valdemar”.
esa persona con una penetración cidos de los hechos reportados y 3 Se refiere a “La sin par aventura de un
maravillosa y con un realismo sólo una investigación posterior tal Hans Pfaall”.
4 Se refiere a “El engaño del globo”.
asombroso. Más aún, existe una probó que todo había sido inven- 5 Se refiere al relato con ese mismo
característica que es singularmente tado por completo.4 El mismo nombre: “La carta robada”.
peculiar de Poe y que lo distingue poder de imaginación, o más bien el 6 Se refiere a “Los asesinatos de la calle
de todos los demás escritores, y poder de combinación, caracteriza Morgue”.
7 Se refiere a “El escarabajo de oro”.
es el vigor de su imaginación. No sus historias de la Carta robada,5
es que su fantasía exceda la de del asesinato cometido por un
todos los demás poetas si no que orangután,6 del descubrimiento del
su imaginación está dotada de una tesoro,7 y así sucesivamente.
cualidad que no hemos encontrado Poe ha sido a menudo compa-
en tal magnitud en ninguna otra rado con Hoffman. Como hemos
parte, a saber, el poder de los dicho antes, tal comparación no
detalles. Intenten ustedes mismos, es acertada. Hoffman es un poeta
por ejemplo, concebir en su mente mucho más grande puesto que
cualquier cosa que sea muy inusual posee un ideal, no importa qué tan
o que nunca antes haya ocurrido, y errado sea a veces, sin embargo
que sólo se concibe como posible, es un ideal lleno de pureza y de
y experimentarán qué tan vaga y inherente belleza humana. Uno
borrosa será la imagen que apa- encuentra ese ideal incorporado
recerá ante su mirada interior. O inclusive en las creaciones no
podrán retener rasgos más o me- fantásticas de Hoffman, tales como
nos generales de la imagen interior “Meister Martin” o la encantadora
o se concentrarán en éste u aquél y deleitable “Salvador Rosa”, por no
—Roberto, una pregunta para es una desgracia porque, como ninguna manera, pero en el permite un manejo distinto del de los enamoramientos, de Butor en cuanto a la técnica, la
iniciar esta conversación: tú eres es una solidaridad sin límites, caso de Jorge García, como en estar en esa urbe. las rupturas; se fue volviendo manera de contar.
de Cartagena, y desde hace décadas cuando comienzas a dificultar el caso de Junieles, para esa como una condición de vida y,
vives en Bogotá, ¿los escritores cos- su ejercicio, eres considerado especie de cercado, de mundo —Algo que, supongo, puede claro, puedo poner unos exce- —¿Qué pasó con Alberto?, ¿por
teños se aclimatan tan fácilmente una anomalía, un extraño, una aparte, de códigos casi secretos corroborar también el caso de Ger- lentes ejemplos: el de Germán qué su obra se quedó en una gran
a Bogotá? persona que comienza a romper de una urbe como Cartagena mán Espinosa, que es de Cartagena Espinosa, el médico Bonilla promesa?
—Elkin, ya el tiempo en la regla que permite la buena ve- de Indias, aún las personas que y vivió siempre en Bogotá. Se salió Naar... —Hay algo que tiene que
Bogotá sobrepasa el tiempo de cindad, la buena comunicación, vienen de ese enorme y bello de la tribu para hacer su trabajo, —Alberto Sierra se quedó allí ver con el Caribe y tiene que
vida en Cartagena, a pesar de el compartir con los demás y, lo sector que llamamos las Saba- pero uno que no es de Cartagena y de pronto desapareció, alguien ver además con la hipótesis
que me consuelo sumando los que es más grave, podría en un nas de Bolívar, que van más piensa: ¿qué otro escenario literario considerado por el mismo Jorge Za- que te confiaba. Puede ser una
días, los ratos, las vacaciones; momento afectar la amistad. allá de lo que hoy es Bolívar, mejor que ése para escribir? Car- lamea como uno de los monstruos maldición, la maldición de que
pero siempre pierde la estadía porque en un tiempo cubrie- tagena tiene historia, abolengo, es de la literatura colombiana de los todo lo que allí se queda es co-
en Cartagena. Lo que dices, la —Claro que hay escritores que ron Sucre, cubrieron Córdoba, hermosa, ¿qué más se puede pedir? sesenta. Ahora que hablamos de rroído por una temporalidad
aclimatación no es fácil, quizá ahora, por muy buenas razones, ese sector poblacional sigue ¿Cómo es que los cartageneros, sus esto, ¿qué pasó con Alberto? distinta, por el óxido, por la
tiene un elemento de fatalidad. viven o se van a vivir a Cartagena. siendo considerado foráneo. escritores, sienten que tienen que —Fíjate, es un caso muy historia enterrada, y el caso de
Habrás notado que la vida en el Óscar Collazos, por ejemplo, que No digamos en el caso de irse de allí para hacer su trabajo? curioso, de las novelas colom- Alberto Sierra es muy intere-
Caribe es una vida que a fuerza después de mucho tiempo de vivir nuestro amigo Oscar Colla- —Recuerda que a los de bianas quizá una de las más sante, porque al lado de la obra
de ser solidaria, de mucho inte- en la capital, encontró que Carta- zos, quien con mucha gracia nuestra generación había un precoces fue la del joven Al- narrativa, que como bien lo
rés por los demás, por los veci- gena es su ambiente y está muy bien dice: “Te estoy guardando el elemento que nos interesó y berto Sierra. Cuando tenía 22 recuerdas, Zalamea exaltó con
nos, está en todas las canciones allí. También hay escritores de allí puesto”, porque murió Eligio que, de alguna manera lo fui- años escribe Dos o tres inviernos, un entusiasmo de una genero-
del área, el ojo metiéndose en el o de muy cerca como J.J. Junieles o García que soñaba con irse a mos ejerciendo no sólo en la li- una novela llena de todas las sidad que no conocíamos en
patio ajeno; eso que es un ele- Jorge García Usta, recién fallecido, Cartagena. De manera que el teratura sino en la vida misma. ambiciones y de todas las in- Colombia, de repente también
mento de vida en sociedad, in- y algunos otros más como Rómulo foráneo tiene un estatuto de Decíamos: “Déjame un poquito genuidades de un escritor que con él nacía el teatro más mo-
teresante, se vuelve inmanejable Bustos, Alberto Sierra, que han mayor autonomía, se conside- de distancia para verte mejor”. se inicia. derno, más contemporáneo,
cuando necesitas esos momen- realizado muy bien su trabajo allí, ra que no es de la tribu y al no Esa idea de la distancia para ver más riesgoso, lleno de planteos
tos de recogimiento, de soledad, sin necesidad de emigrar . ser de la tribu está excusado mejor ha precedido muchas de —Un poco dentro de la órbita escénicos que no habíamos
de estar contigo mismo, que —Yo tengo una hipótesis de cumplir las reglas de la tri- las actuaciones de la literatura, de Lawrence Durrell… visto en ese momento; lleno
requiere la exploración literaria; que no es discriminatoria de bu, entonces esa condición les de los momentos de la vida, —Sí, de Durrell, de Michel de Beckett, lleno de Ionesco.
64 revista UNIVERSIDAD
DE ANTIOQUIA
por ejemplo, porque estaban un apellido judío, y quien me y yo me puse a mirar las cosas. mayo. Entonces, un día Eligio cuando fuimos a la aventura a estar con él en Bogotá. Dijo
en el siglo de oro: Fray Luis de recomendó usarlo fue él, que Ahí leí un libro de cuentos que descubrió que Sábato tenía la del Festival Latinoamericano que quería que camináramos
León, Góngora, Quevedo con en mi caso tenía el sentido de me deslumbró, El llano en lla- doble condición de científico de Teatro en Manizales, ésa un poco. Entonces estuvimos
cierto recelo. De manera que y de escritor, y esos libros de era su obsesión, siempre quería todo un sábado, desde la ma-
ese diálogo interior era conmi- Sábato estaban en casa. Él se saber más. ñana hasta la tarde. Sábato
go mismo, era con los libros de enamoró de Sábato, así que siempre tuvo mucho interés
mi padre. “Muchas veces me he preguntado por qué empe- comenzamos a leerlo al tiem- —¿Por qué no me hablas de por Simón Bolívar, era como
zamos por el cuento o por la poesía. Ambos son difi- po. Él se burlaba, porque a mí Eligio? Ustedes fueron muy cerca- un emblema al que él volvía
—Algo particular que me intri- cilísimos como construcción literaria, como ejercicio me gustaba más Borges, pero nos. Su afán de ser escritor viene siempre por la idea de Liber-
ga. ¿El apellido Cantor no es muy incluso, y he terminado, después de tanto pensar- terminamos en Sobre héroes y posteriormente a sus inquietudes tador, por sus ideas sobre la
común en Colombia?, ¿de dónde tumbas encontrando unas cosas por la física… libertad. Y nos fuimos entonces
lo, por creer que el escritor cachorro se cuida del
es tu madre? que nos interesaban mucho. Y —Sin duda. Cuando se vol- a la casita que está ahí en las
—Mi madre nació en Turba-
fracaso. Es más soportable fracasar con un cuento vió a Cartagena, estuvo un año
él me dijo: “¿Por qué no le ha- estribaciones de Monserrate y
co, pero el padre de ella venía que fracasar con una novela”. cemos una entrevista?”. Entre curándose, cuidando el tema Guadalupe, que en ese enton-
de Cundinamarca: Isidoro los dos hicimos el cuestionario gástrico. Un día me escribió, ces no estaba recuperada y no
Cantor. y se lo enviamos a don Ernesto; diciéndome: “No vuelvo a la abría los sábados. Entonces Sá-
él lo devolvió con las respuestas carrera de Física”, y me mandó bato estuvo con mucha unción
—¡Qué nombre!, ¡qué maravi- reconocimiento a la madre, mas; encontré también Mientras y corrigió varias preguntas. Así un cuento. En ese momento en la reja, mirando la casita y
lla de nombre!, Isidoro Cantor… pero Don Ernesto hizo otras agonizo de Faulkner. Fui encon- empezó la relación. Entonces empezó a definir su vida; a recordando.
—Ese era un hombre que teorizaciones ya con el nombre trando unas cosas de mucho nos escribíamos y tal. Y sucedió partir de ese cuento, él llegó a Con Eligio intentamos viajar
llegó a Turbaco, lugar, ¿te que se pone en los libros. interés y Eligio en ese entonces un hecho de la vida: uno de los la literatura. Yo supongo que a Manizales al día siguiente y
acuerdas?, donde estuvieron no leía literatura, sino que tenía amigos de Cartagena que se fue al abandonar la ciencia y hacer fue toda una aventura, porque
el general Santana y Celestino —¿Cómo se inició esa amistad el fervor científico, estaba en a estudiar matemáticas, al final las lecturas de Sábato, mirando en esa época había que ir a La
Mutis. Y allí se encontró con con Sábato? Kant y escribía sobre Einstein del primer año se devolvió y cómo se había hecho el tránsito Nubia en una pequeña avioneta
una hacienda que le dio el —Hay un hecho allí iniciáti- e investigaba. Por esos días, después se mató. en el autor argentino, decidió de 11 cupos, y no logramos
nombre a mi madre: Hacienda co, y es que un día descubrimos Eligio me prestaba esos libros retirarse y comenzó a escribir. llegar. El viaje se atrasó y el
La Constancia, y lo contrataron Eligio García Márquez y yo que del estante y él tomaba algunos —¿A estudiar dónde? tiempo se ocupó en sentarnos
para administrar esos sembra- vivíamos separados por una de filosofía de mi padre. Había —A Bogotá. Él hizo un año —¿Fue entonces Sábato el que a hablar con don Ernesto, a
dos de una familia Cavalier lo impulsó?
calle y en distintos barrios, pero un libro de Einstein, y el libro de matemáticas y se volvió a tomar café ahí en el Tequen-
que tenía frutales, ganado y —Sábato le dio como la so-
antes que a Eligio conocí a un aquel que tuvo mucha fama en Cartagena. En ese momento, dama y a recordar la aventura
pastos… lución, que podía ahorrase los
hermano ingeniero que nos esos años de El retorno de los Eligio tuvo su primera crisis de que estuvo bastante agitada. El
años que le faltaban de física
dictaba clase de trigonometría, brujos de Pawels y Bergier, y te- la úlcera y también se regresó lunes seguía sin abrirse el cielo
—¿Entonces es un apellido y ponerse a escribir. Lo que
Jaime. Jaime un día me dijo: níamos como esa conversación a Cartagena. Y en ese tiempo, sobre La Nubia, entonces nos
colombiano? él hizo, sólo que Sábato tomó
“Mira, en la casa no hay una desde dos orillas. Y un buen el muchacho se subió a las fuimos por Pereira. Esos días
la decisión después de haber
—Ese apellido viene de biblioteca como la de tu padre, día nos fuimos juntos a Bogotá. murallas, se echó gasolina y en Manizales fueron de mucha
concluido la carrera y haber
Cundinamarca. Sí. pero creo que hay cosas que te Eligio a estudiar física y yo a se quemó. Le contamos a don conversación con don Ernesto
trabajado en el laboratorio Cu-
interesarán”. estudiar derecho. Ernesto porque en esos días y ahí se fue consolidando esa
rie. Eligio anticipó la decisión.
—Pero yo no conozco a otra Eligio y Víctor, habían hecho un comunicación.
persona con ese apellido, ¿o sí? —¿Qué barrio? —¿Ambos eran de la misma intercambio de libros. Eligio le Yo recuerdo que él nos es-
—¿Cómo fue la amistad de
—En Cundinamarca he co- —Nosotros estábamos en el edad? había prestado Uno y el universo cribía en unos papelitos peque-
ustedes, jóvenes escritores, con el
nocido personas con el Cantor. Pie de La Popa y la casa de los —Sí, de la misma edad. Yo de Sábato, y nuestro amigo le ños, con una letra de médico
famoso Sábato?
García abría la entrada por el le hacía bromas; él tenía un había prestado Limones amargos —La sorpresa fue que Sába- apresurado y, cuando no escri-
—Hay un poeta rumano Kan- lado del Cerro del barrio Lo año más que yo y yo le decía: de Durrell. bía él, siempre había una no-
to nos escribió diciéndonos que
tor, con K. Amador. Yo fui, por supuesto. “Es lo mejor que me ocurre tita de Matilde, su mujer, que
venía al Festival de Manizales,
—Y hay un matemático, En su casa había un estante con porque puedes darme conse- —¿El nombre del muchacho? decía: “No se preocupen, está
que en ese entonces era muy
físico, que también es Cantor. puertas de vidrio y llave que jos”. Entonces él siempre se —Él se llamaba Víctor…. en sus días oscuros”. Entonces
reconocido. ¿Te acuerdas que
Don Ernesto Sábato se puso administraba Ligia, la pianista. reía y me decía: “Pero el año ya me voy a acordar del ape- era un largo silencio del viejo.
trajeron a Miguel Ángel Astu-
un día a sacarme las líneas y Entonces Jaime le dijo que yo que viene vamos a estar igual”, llido… Amaya. Y, claro, Sábato Cuando la carta era para los
rias, a Pablo Neruda, a Vargas
encontró que en el origen era era de confianza. Ella lo abrió pues él es de noviembre y yo de se impresionó mucho y la pri- dos, decía “muchachos”, o si
Llosa? Esa vez Sábato nos
mera vez que vino a Colombia, no, decía “Roberto” o “Eligio”
anunció que venía y nos fuimos