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E n t r e v i s t a

lo emplea, por ejemplo, Hoffman. hecho que actualmente nunca ha comparada con aquella, parece
Este último personifica las fuerzas ocurrido y, aun, no podría suceder extrañamente “material”, si se me
de la Naturaleza en imágenes, jamás. Por ende, describe en una permite el empleo de tal expre-
introduce en sus cuentos brujas de sus historias un viaje a la luna, sión. Inclusive su imaginación más
y espectros y busca sus ideales en y su narración es tan llena y tan irrefrenada deja traslucir al verda-
un mundo distante, por completo particular, siguiendo hora por hora dero norteamericano. Para dar a
no terrenal, y no sólo asume este el viaje imaginario, que uno invo- conocer este talento caprichoso a
misterioso mundo mágico como luntariamente sucumbe a la ilusión nuestros lectores presentamos por
superior sino que parece creer en de su realidad.3 Del mismo modo, ahora tres de sus cuentos. u
su existencia verdadera… No así una vez narró en un periódico
Edgar Allan Poe. No debería ser norteamericano la historia de un Nicolás Naranjo Boza (Colombia)
llamado fantástico sino caprichoso. globo que cruzó el océano desde Profesor de Filosofía. Magíster en
¡Y qué extraños son los antojos de Europa hasta el Nuevo Mundo, y Estudios Hispánicos del Boston Co-
su imaginación y, al tiempo, qué tan su narración era tan circunstancial, llege, Chestnut Hill de Massachussets.
audaces son! Por norma, escoge la tan acertada, tan llena de sucesos
realidad más extravagante, ubica a inesperados y accidentales, en Notas
1 Se refiere al cuento “Algunas palabras
su héroe en una situación externa pocas palabras, tan realista y tan intercambiadas con una momia”.
o psicológica extraordinaria y, lue- verdadera que al menos por un par 2 Se trata de “Los hechos del caso del Sr.
go, describe el estado interior de de horas todos quedaron conven- Valdemar”.
esa persona con una penetración cidos de los hechos reportados y 3 Se refiere a “La sin par aventura de un
maravillosa y con un realismo sólo una investigación posterior tal Hans Pfaall”.
4 Se refiere a “El engaño del globo”.
asombroso. Más aún, existe una probó que todo había sido inven- 5 Se refiere al relato con ese mismo
característica que es singularmente tado por completo.4 El mismo nombre: “La carta robada”.
peculiar de Poe y que lo distingue poder de imaginación, o más bien el 6 Se refiere a “Los asesinatos de la calle
de todos los demás escritores, y poder de combinación, caracteriza Morgue”.
7 Se refiere a “El escarabajo de oro”.
es el vigor de su imaginación. No sus historias de la Carta robada,5
es que su fantasía exceda la de del asesinato cometido por un
todos los demás poetas si no que orangután,6 del descubrimiento del
su imaginación está dotada de una tesoro,7 y así sucesivamente.
cualidad que no hemos encontrado Poe ha sido a menudo compa-
en tal magnitud en ninguna otra rado con Hoffman. Como hemos
parte, a saber, el poder de los dicho antes, tal comparación no
detalles. Intenten ustedes mismos, es acertada. Hoffman es un poeta
por ejemplo, concebir en su mente mucho más grande puesto que
cualquier cosa que sea muy inusual posee un ideal, no importa qué tan
o que nunca antes haya ocurrido, y errado sea a veces, sin embargo
que sólo se concibe como posible, es un ideal lleno de pureza y de
y experimentarán qué tan vaga y inherente belleza humana. Uno
borrosa será la imagen que apa- encuentra ese ideal incorporado
recerá ante su mirada interior. O inclusive en las creaciones no
podrán retener rasgos más o me- fantásticas de Hoffman, tales como
nos generales de la imagen interior “Meister Martin” o la encantadora
o se concentrarán en éste u aquél y deleitable “Salvador Rosa”, por no

Roberto Burgos Cantor


detalle particular, fragmentario. Sin hablar de su obra maestra, “Kater
embargo, Edgar Allan Poe presenta Murr”. En Hoffman, el humor
todo el cuadro o los eventos verdadero y maduro, el realismo
imaginados con todos sus detalles poderoso así como la malicia, están
y con tan estupenda plasticidad fusionados con un gran anhelo por
que uno no puede sino creer en la la belleza y con la brillante luz del

Un autor bajo la ceiba


realidad o en la posibilidad de un ideal. La cualidad fantástica de Poe, Blog
Revista Universidad
de Antioquia
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DE ANTIOQUIA www.udea.edu.co/revistaudea
Elkin Restrepo
revista UNIVERSIDAD 61
DE ANTIOQUIA
C
on Roberto Burgos a esta dramática circunstancia, y literaria de importancia. El La casualidad ha permitido
Cantor y otros jóvenes no sólo eludiendo los cantos de mejor ejemplo lo da Roberto encontrarnos en Calarcá du-
de entonces, comen- sirena que suelen elevar sus Burgos Cantor quien, libro a rante la Semana Cultural que,
zamos a publicar en la prensa decibeles cuando todo empeo- libro, nos demuestra hasta en el marco de una envidia-
nacional nuestros primeros ra, ofreciendo una respuesta dónde el silencio y la integri- ble programación dedicada al
cuentos y poemas a finales de conveniente a todo, sino con dad dan sus frutos y cómo el cuento, se celebró en el mes de
los sesenta y comienzos de los una actitud discreta, que podría espíritu sopla allí donde se le junio. Su hablar pausado, co-
setenta, de suerte que somos llamarse ética, de entrega com- abre las puertas. medido y familiar, que en poco
parte de una generación a la pleta a su trabajo. La reserva, Abogado, funcionario con- remite al hablar pintoresco de
que le ha tocado todo, desde el silencio, el bajo perfil como sular, profesor, finalista del un cartagenero o costeño, se
ver desbaratarse un país y dicen ahora, ha sido el modus Premio Rómulo Gallegos, sus desenvuelve como un ovillo,
perderse toda civilidad, hasta vivendi de una generación que, novelas y cuentos empiezan a uniendo cualquier cantidad de
el presente donde se lucha por para suerte de todos, en medio tener cada vez más un amplio hilos sueltos, hasta el punto de
tener un respiro y construir de de las circunstancias más difíci- auditorio nacional e interna- que las horas destinadas a esta
nuevo una sociedad más gene- les, viviendo las dificultades de cional. Excelente narrador, con entrevista no fueron suficien-
rosa y próspera, la misma para sus compatriotas y participan- una escritura que gratifica al tes. Lo que constituye razón y
todos. Por lo general, con las do de su misma incertidumbre, más exigente de los lectores, y pretexto para continuarla, ¿por
excepciones de siempre, escri- sin eludir su destino, ha logra- hombre de bien, Roberto honra qué no?, en cualquier otro lu-
tores y artistas han respondido do realizar una obra artística la literatura colombiana. gar y momento.

—Roberto, una pregunta para es una desgracia porque, como ninguna manera, pero en el permite un manejo distinto del de los enamoramientos, de Butor en cuanto a la técnica, la
iniciar esta conversación: tú eres es una solidaridad sin límites, caso de Jorge García, como en estar en esa urbe. las rupturas; se fue volviendo manera de contar.
de Cartagena, y desde hace décadas cuando comienzas a dificultar el caso de Junieles, para esa como una condición de vida y,
vives en Bogotá, ¿los escritores cos- su ejercicio, eres considerado especie de cercado, de mundo —Algo que, supongo, puede claro, puedo poner unos exce- —¿Qué pasó con Alberto?, ¿por
teños se aclimatan tan fácilmente una anomalía, un extraño, una aparte, de códigos casi secretos corroborar también el caso de Ger- lentes ejemplos: el de Germán qué su obra se quedó en una gran
a Bogotá? persona que comienza a romper de una urbe como Cartagena mán Espinosa, que es de Cartagena Espinosa, el médico Bonilla promesa?
—Elkin, ya el tiempo en la regla que permite la buena ve- de Indias, aún las personas que y vivió siempre en Bogotá. Se salió Naar... —Hay algo que tiene que
Bogotá sobrepasa el tiempo de cindad, la buena comunicación, vienen de ese enorme y bello de la tribu para hacer su trabajo, —Alberto Sierra se quedó allí ver con el Caribe y tiene que
vida en Cartagena, a pesar de el compartir con los demás y, lo sector que llamamos las Saba- pero uno que no es de Cartagena y de pronto desapareció, alguien ver además con la hipótesis
que me consuelo sumando los que es más grave, podría en un nas de Bolívar, que van más piensa: ¿qué otro escenario literario considerado por el mismo Jorge Za- que te confiaba. Puede ser una
días, los ratos, las vacaciones; momento afectar la amistad. allá de lo que hoy es Bolívar, mejor que ése para escribir? Car- lamea como uno de los monstruos maldición, la maldición de que
pero siempre pierde la estadía porque en un tiempo cubrie- tagena tiene historia, abolengo, es de la literatura colombiana de los todo lo que allí se queda es co-
en Cartagena. Lo que dices, la —Claro que hay escritores que ron Sucre, cubrieron Córdoba, hermosa, ¿qué más se puede pedir? sesenta. Ahora que hablamos de rroído por una temporalidad
aclimatación no es fácil, quizá ahora, por muy buenas razones, ese sector poblacional sigue ¿Cómo es que los cartageneros, sus esto, ¿qué pasó con Alberto? distinta, por el óxido, por la
tiene un elemento de fatalidad. viven o se van a vivir a Cartagena. siendo considerado foráneo. escritores, sienten que tienen que —Fíjate, es un caso muy historia enterrada, y el caso de
Habrás notado que la vida en el Óscar Collazos, por ejemplo, que No digamos en el caso de irse de allí para hacer su trabajo? curioso, de las novelas colom- Alberto Sierra es muy intere-
Caribe es una vida que a fuerza después de mucho tiempo de vivir nuestro amigo Oscar Colla- —Recuerda que a los de bianas quizá una de las más sante, porque al lado de la obra
de ser solidaria, de mucho inte- en la capital, encontró que Carta- zos, quien con mucha gracia nuestra generación había un precoces fue la del joven Al- narrativa, que como bien lo
rés por los demás, por los veci- gena es su ambiente y está muy bien dice: “Te estoy guardando el elemento que nos interesó y berto Sierra. Cuando tenía 22 recuerdas, Zalamea exaltó con
nos, está en todas las canciones allí. También hay escritores de allí puesto”, porque murió Eligio que, de alguna manera lo fui- años escribe Dos o tres inviernos, un entusiasmo de una genero-
del área, el ojo metiéndose en el o de muy cerca como J.J. Junieles o García que soñaba con irse a mos ejerciendo no sólo en la li- una novela llena de todas las sidad que no conocíamos en
patio ajeno; eso que es un ele- Jorge García Usta, recién fallecido, Cartagena. De manera que el teratura sino en la vida misma. ambiciones y de todas las in- Colombia, de repente también
mento de vida en sociedad, in- y algunos otros más como Rómulo foráneo tiene un estatuto de Decíamos: “Déjame un poquito genuidades de un escritor que con él nacía el teatro más mo-
teresante, se vuelve inmanejable Bustos, Alberto Sierra, que han mayor autonomía, se conside- de distancia para verte mejor”. se inicia. derno, más contemporáneo,
cuando necesitas esos momen- realizado muy bien su trabajo allí, ra que no es de la tribu y al no Esa idea de la distancia para ver más riesgoso, lleno de planteos
tos de recogimiento, de soledad, sin necesidad de emigrar . ser de la tribu está excusado mejor ha precedido muchas de —Un poco dentro de la órbita escénicos que no habíamos
de estar contigo mismo, que —Yo tengo una hipótesis de cumplir las reglas de la tri- las actuaciones de la literatura, de Lawrence Durrell… visto en ese momento; lleno
requiere la exploración literaria; que no es discriminatoria de bu, entonces esa condición les de los momentos de la vida, —Sí, de Durrell, de Michel de Beckett, lleno de Ionesco.

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DE ANTIOQUIA DE ANTIOQUIA
Eran los asuntos propios de un de esos elementos de respeto y “Yo los he leído, tengo mi idea de 50 ó 60 páginas, y despren-
hombre que siempre se movió libertad en los que él creía. Él sobre lo que he leído, pero sa- derse, tratándose de un escritor
entre la narrativa y la cine- supo de mis primeros cuentos bes que soy tu padre y no me que se inicia con ese primer
matografía. Hay que recordar por mi madre, y un día que siento independiente de los kilometraje, de golpe debe ser
que él fue de los fundadores viajábamos juntos a la pobla- temas afectivos para darte un devastador, muy desmoralizan-
del Festival de Cine de Carta- ción de Turbaná, al amanecer, concepto, para acompañarte te. El cuento permite, como
gena. Hay algo. No sé si tiene a eso de las seis de la mañana, en eso”. el poema, botarlo y volver a
que ver con lo que decía Luis me dijo que quería referirse a arrancar, y no es tan duro el
Carlos López, que “aquí no se algo y que no quería que yo lo —Muy delicado y respetuoso, fracaso. Pero ésta ha sido una
hace sino comer carne y arroz, sintiera como una intromisión ¿no?... meditación posterior, porque
carne y arroz”; pero es extraño, en mis cosas, porque yo ni le —Sí, muy profesor… Enton- claro, debe haber condiciones
porque la potencialidad que había mostrado, ni le había ces me dice: “Pero yo tengo un culturales, sociales, que tienen
tenían tanto la narrativa como consultado; que aquello a lo amigo que se ha dedicado a la que ver con las revistas que
el teatro de Alberto Sierra de que se iba a referir lo había literatura y está en el ejercicio existían en ese entonces: Letras
pronto fue silenciándolo. Lo sabido por mi madre. de ella”. Ese amigo era Manuel nacionales, Eco, una revista del
he visto recientemente y sigue Zapata Olivella. Por supuesto, viejo republicano Clemente
aferrándose a sus primeras —¿Por qué primero mostraste yo tomé nota. Uno... ya te ha- Airó, Espiral, Acuarimántima,
fidelidades. Está haciendo un tus cuentos a tu madre y no a él? brá ocurrido... uno se hace el que era de poesía.
libro sobre todos los actores de —Claro, porque en el es- indiferente, pero hay hervores
las películas que él ha visto en pacio de la madre, a la madre de las tripas… Y un día, con esa —Acuarimántima fue un poco
su vida, que son miles de miles; no hay que contarle, ni hay generosidad activa de Zapata, posterior…
ya tenía tres tomos, con fotos, que mostrarle, sino que ella Zapata no teorizó nada, en el —Yo empecé a recibirla es-
con fichas. Entonces diría que encuentra, hurga, abre el baúl número tres de Letras Nacionales tando en sexto de bachillerato,
Cartagena de Indias es un o conjetura una hipótesis sobre apareció uno de los cuentos. debía ser el año 66.
medio extraño, un escenario ese saber que predican las ma- Entonces, claro, era una res-
propicio; pero parecería que dres: “No tienes que decirme puesta muy fuerte. —No, no, la revista es del 74,
requiere de la distancia para nada, ya sé que vienes triste, empezamos a publicarla ese año.
ser atrapado, que si uno vive ya sé que vienes borracho, ya —¿Qué edad tenías entonces? —Lo asocio, claro, yo ya no
adentro, lo devora. Y Cartage- sé que vienes afligido”. Sí, sin —Yo debía tener 15; 14 ó vivía en Cartagena, pero iba en
na de Indias no quiere tener palabras. Entonces mi madre, 15 años, estaba terminando el las vacaciones y religiosamente
testigos desde dentro, puede en la pequeña mesa que ellos bachillerato. la encontraba en la librería
ser... me habían regalado para hacer Mogollón.
las tareas escolares —esa mesa —¿Qué te llevó al cuento, a la
—¿De todas maneras tus pri- tenía una gavetita, y mi madre narración? —¿Pero que te llevó al cuento? fue con Cien años de soledad de García Márquez… Mi padre
meros cuentos los escribiste en un día la abrió­— encontró —Muchas veces me he pre- Estaban las revistas, el ambiente en tenía una biblioteca bien surtida. Yo no sé si tenía que ver
Cartagena? un material que le llamó la guntado por qué empezamos tu casa relacionado con los libros, con un librero pequeño que traía los libros que cada quien
—Sí, yo empecé en Cartage- atención porque no eran las por el cuento o por la poesía. la lectura, tus padres... necesitaba —un librero ciego, Don Pío García—, o los viajes
na, claro, a escribir los primeros tareas del colegio de la Salle, Ambos son dificilísimos como —Sí, te decía lo de las revis- de él a Bogotá o a Medellín, de los cuales siempre traía
cuentos. Y aquí es importante no eran cartas tampoco; miró construcción literaria, como tas porque allí se publicaban libros; era una biblioteca que le hacía guiños a un joven
la figura de mi padre, Roberto y le dijo a mi padre: “creo que ejercicio incluso, y he termi- siempre cuentos, era muy ex- de entonces, pues él tenía a Joyce, Faulkner, Moravia,
Burgos Ojeda, historiador, esto es de tu competencia, de nado, después de tanto pen- traño que publicaran un frag- Kafka, Passolini...
sobre cuya influencia me pre- lo que tú enseñas”, y él, con sarlo, por creer que el escritor mento de novela...
guntabas en otro momento. Sí. una discreción que siempre cachorro se cuida del fracaso. —¿Tenías otros amigos con quienes compartías tus intereses
El viejo fundamentalmente fue aprecié, inició la conversación Es más soportable fracasar con —También estaba el Magazín o estabas aislado?
un educador, un pedagogo, y a diciéndome: “Tu madre me un cuento que fracasar con una Dominical de El Espectador. —En el colegio de La Salle había un centro literario,
la manera de los del siglo XIX, ha mostrado tus escritos, no lo novela; en la novela estás traba- —... el Magazín Dominical pero de acuerdo a la idea de la literatura de los hermanos
librepensadores respetuosos, y entiendas mal, porque tú sabes jando y, cuando te das cuenta que también publicaba cuentos. cristianos españoles, incluso desde el nombre mismo: el
con los años pienso que la co- que ella ve todo en la casa”. Y de que no funciona, la has La primera vez que vi publica- centro se llamaba Guillermo Valencia. Costaba un poco de
municación con él estaba llena una vez advertido, continuó: sudado demasiado, van más dos fragmentos de novela allí trabajo discutir sobre lo novedoso, Porfirio Barba Jacob,

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DE ANTIOQUIA
por ejemplo, porque estaban un apellido judío, y quien me y yo me puse a mirar las cosas. mayo. Entonces, un día Eligio cuando fuimos a la aventura a estar con él en Bogotá. Dijo
en el siglo de oro: Fray Luis de recomendó usarlo fue él, que Ahí leí un libro de cuentos que descubrió que Sábato tenía la del Festival Latinoamericano que quería que camináramos
León, Góngora, Quevedo con en mi caso tenía el sentido de me deslumbró, El llano en lla- doble condición de científico de Teatro en Manizales, ésa un poco. Entonces estuvimos
cierto recelo. De manera que y de escritor, y esos libros de era su obsesión, siempre quería todo un sábado, desde la ma-
ese diálogo interior era conmi- Sábato estaban en casa. Él se saber más. ñana hasta la tarde. Sábato
go mismo, era con los libros de enamoró de Sábato, así que siempre tuvo mucho interés
mi padre. “Muchas veces me he preguntado por qué empe- comenzamos a leerlo al tiem- —¿Por qué no me hablas de por Simón Bolívar, era como
zamos por el cuento o por la poesía. Ambos son difi- po. Él se burlaba, porque a mí Eligio? Ustedes fueron muy cerca- un emblema al que él volvía
—Algo particular que me intri- cilísimos como construcción literaria, como ejercicio me gustaba más Borges, pero nos. Su afán de ser escritor viene siempre por la idea de Liber-
ga. ¿El apellido Cantor no es muy incluso, y he terminado, después de tanto pensar- terminamos en Sobre héroes y posteriormente a sus inquietudes tador, por sus ideas sobre la
común en Colombia?, ¿de dónde tumbas encontrando unas cosas por la física… libertad. Y nos fuimos entonces
lo, por creer que el escritor cachorro se cuida del
es tu madre? que nos interesaban mucho. Y —Sin duda. Cuando se vol- a la casita que está ahí en las
—Mi madre nació en Turba-
fracaso. Es más soportable fracasar con un cuento vió a Cartagena, estuvo un año
él me dijo: “¿Por qué no le ha- estribaciones de Monserrate y
co, pero el padre de ella venía que fracasar con una novela”. cemos una entrevista?”. Entre curándose, cuidando el tema Guadalupe, que en ese enton-
de Cundinamarca: Isidoro los dos hicimos el cuestionario gástrico. Un día me escribió, ces no estaba recuperada y no
Cantor. y se lo enviamos a don Ernesto; diciéndome: “No vuelvo a la abría los sábados. Entonces Sá-
él lo devolvió con las respuestas carrera de Física”, y me mandó bato estuvo con mucha unción
—¡Qué nombre!, ¡qué maravi- reconocimiento a la madre, mas; encontré también Mientras y corrigió varias preguntas. Así un cuento. En ese momento en la reja, mirando la casita y
lla de nombre!, Isidoro Cantor… pero Don Ernesto hizo otras agonizo de Faulkner. Fui encon- empezó la relación. Entonces empezó a definir su vida; a recordando.
—Ese era un hombre que teorizaciones ya con el nombre trando unas cosas de mucho nos escribíamos y tal. Y sucedió partir de ese cuento, él llegó a Con Eligio intentamos viajar
llegó a Turbaco, lugar, ¿te que se pone en los libros. interés y Eligio en ese entonces un hecho de la vida: uno de los la literatura. Yo supongo que a Manizales al día siguiente y
acuerdas?, donde estuvieron no leía literatura, sino que tenía amigos de Cartagena que se fue al abandonar la ciencia y hacer fue toda una aventura, porque
el general Santana y Celestino —¿Cómo se inició esa amistad el fervor científico, estaba en a estudiar matemáticas, al final las lecturas de Sábato, mirando en esa época había que ir a La
Mutis. Y allí se encontró con con Sábato? Kant y escribía sobre Einstein del primer año se devolvió y cómo se había hecho el tránsito Nubia en una pequeña avioneta
una hacienda que le dio el —Hay un hecho allí iniciáti- e investigaba. Por esos días, después se mató. en el autor argentino, decidió de 11 cupos, y no logramos
nombre a mi madre: Hacienda co, y es que un día descubrimos Eligio me prestaba esos libros retirarse y comenzó a escribir. llegar. El viaje se atrasó y el
La Constancia, y lo contrataron Eligio García Márquez y yo que del estante y él tomaba algunos —¿A estudiar dónde? tiempo se ocupó en sentarnos
para administrar esos sembra- vivíamos separados por una de filosofía de mi padre. Había —A Bogotá. Él hizo un año —¿Fue entonces Sábato el que a hablar con don Ernesto, a
dos de una familia Cavalier lo impulsó?
calle y en distintos barrios, pero un libro de Einstein, y el libro de matemáticas y se volvió a tomar café ahí en el Tequen-
que tenía frutales, ganado y —Sábato le dio como la so-
antes que a Eligio conocí a un aquel que tuvo mucha fama en Cartagena. En ese momento, dama y a recordar la aventura
pastos… lución, que podía ahorrase los
hermano ingeniero que nos esos años de El retorno de los Eligio tuvo su primera crisis de que estuvo bastante agitada. El
años que le faltaban de física
dictaba clase de trigonometría, brujos de Pawels y Bergier, y te- la úlcera y también se regresó lunes seguía sin abrirse el cielo
—¿Entonces es un apellido y ponerse a escribir. Lo que
Jaime. Jaime un día me dijo: níamos como esa conversación a Cartagena. Y en ese tiempo, sobre La Nubia, entonces nos
colombiano? él hizo, sólo que Sábato tomó
“Mira, en la casa no hay una desde dos orillas. Y un buen el muchacho se subió a las fuimos por Pereira. Esos días
la decisión después de haber
—Ese apellido viene de biblioteca como la de tu padre, día nos fuimos juntos a Bogotá. murallas, se echó gasolina y en Manizales fueron de mucha
concluido la carrera y haber
Cundinamarca. Sí. pero creo que hay cosas que te Eligio a estudiar física y yo a se quemó. Le contamos a don conversación con don Ernesto
trabajado en el laboratorio Cu-
interesarán”. estudiar derecho. Ernesto porque en esos días y ahí se fue consolidando esa
rie. Eligio anticipó la decisión.
—Pero yo no conozco a otra Eligio y Víctor, habían hecho un comunicación.
persona con ese apellido, ¿o sí? —¿Qué barrio? —¿Ambos eran de la misma intercambio de libros. Eligio le Yo recuerdo que él nos es-
—¿Cómo fue la amistad de
—En Cundinamarca he co- —Nosotros estábamos en el edad? había prestado Uno y el universo cribía en unos papelitos peque-
ustedes, jóvenes escritores, con el
nocido personas con el Cantor. Pie de La Popa y la casa de los —Sí, de la misma edad. Yo de Sábato, y nuestro amigo le ños, con una letra de médico
famoso Sábato?
García abría la entrada por el le hacía bromas; él tenía un había prestado Limones amargos —La sorpresa fue que Sába- apresurado y, cuando no escri-
—Hay un poeta rumano Kan- lado del Cerro del barrio Lo año más que yo y yo le decía: de Durrell. bía él, siempre había una no-
to nos escribió diciéndonos que
tor, con K. Amador. Yo fui, por supuesto. “Es lo mejor que me ocurre tita de Matilde, su mujer, que
venía al Festival de Manizales,
—Y hay un matemático, En su casa había un estante con porque puedes darme conse- —¿El nombre del muchacho? decía: “No se preocupen, está
que en ese entonces era muy
físico, que también es Cantor. puertas de vidrio y llave que jos”. Entonces él siempre se —Él se llamaba Víctor…. en sus días oscuros”. Entonces
reconocido. ¿Te acuerdas que
Don Ernesto Sábato se puso administraba Ligia, la pianista. reía y me decía: “Pero el año ya me voy a acordar del ape- era un largo silencio del viejo.
trajeron a Miguel Ángel Astu-
un día a sacarme las líneas y Entonces Jaime le dijo que yo que viene vamos a estar igual”, llido… Amaya. Y, claro, Sábato Cuando la carta era para los
rias, a Pablo Neruda, a Vargas
encontró que en el origen era era de confianza. Ella lo abrió pues él es de noviembre y yo de se impresionó mucho y la pri- dos, decía “muchachos”, o si
Llosa? Esa vez Sábato nos
mera vez que vino a Colombia, no, decía “Roberto” o “Eligio”
anunció que venía y nos fuimos

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DE ANTIOQUIA DE ANTIOQUIA
—¿Ustedes no se mostraban los editores son como los bancos, de Eligio? ¿Cómo lo ves ahora en
cuentos? tú vas al banco y para que te perspectiva?
—Yo le mostraba y él me presten debes demostrar que —Un hecho de valentía
mostraba, compartíamos las tienes. Y así es. personal de Eligo, es que siem-
lecturas. Pero en esos días Eli- De todas maneras estaba pre evitó derivar provecho o
gio, después de unos intentos muy contento. Hizo una refe- ventaja de la situación de re-
de volver a la academia, quiso rencia amable, sobre un libro conocimiento de su hermano
hacer periodismo. En ese en- de otro colombiano que había mayor o meterse en el mismo
tonces la Tadeo Lozano tenía estado en esos días en Buenos camino de la vocación literaria,
una escuela de periodismo; to- Aires —Rodrigo Parra Sando- porque Eligio escribía sobre
davía no existía comunicación val— y había escrito El país del asuntos totalmente distintos a
social. Estuvo ahí un semestre, sagrado corazón de Jesús. Enton- los de Gabriel. Incluso hay una
eso no le interesó mucho. Total, ces fue un reencuentro bonito, crónica en un libro que aprecio
se olvidó de la academia. Estu- grato. Pasamos la tarde y me mucho de Eligio, que publicó
vo trabajando en una revista en mostró algo de lo que yo ya recién vuelto de Europa, Son
Bogotá, creo que se llamaba In- tenía algunas noticias por sus así, donde toma a varios es-
termedio, una revista que estaba cartas, que él estaba pintando. critores latinoamericanos, y el
en las Nieves. Trabajó un rato, Pintaba rostros de los autores retrato de su hermano mayor es
en cada papelito. Yo estaba con la incomodidad tad con un poeta argentino que se casó y en esos días se fue a malditos en lo fundamental, un retrato muy agudo, muy de
moral de que empezaba uno a ser tratado como estuvo cuatro o cinco años en Europa. Por eso yo no alcancé que eran los autores que a él
algo con lo cual nos sonreímos
escritor y yo era un escritor de fines de sema- Colombia: José Viñals. a mostrarle el libro. le habían interesado. Tenía un
más de una vez. Eligio y yo
na, de revistas, de reseñas y no me sentía bien Y entonces, bueno, fui a retrato de Lautréamont, otro de
decíamos que la condición de
conmigo mismo. Me retiré del trabajo un rato a —Cuándo dices “habíamos”, Santos Lugares, hablé con don Rimbaud. Aquéllas eran unas
hermano menor lo predisponía
solucionar el tema o a declarar que no, que yo ¿estás hablando también de Eligio? Ernesto. Estuvimos conversan- figuras extrañas en unos tonos
al riesgo, a la travesura, a la
no era eso. Entonces escribí Lo Amador y dio la —Sí, porque en Bogotá fre- do una tarde y él estaba en ese verdosos, amarillos, ocres. Ter-
irreverencia, y en ese retrato lo
casualidad que había un viaje de estos trabajos cuentábamos la casa de Viñals. entonces muy preocupado por minó mi aventura en Buenos
Aires y Eligio siguió varios años demuestra.
de pancomer que yo hacía. Yo luego lo encontré en la el entorno social y político de
Argentina, en Buenos Aires, y la Argentina; recibía muchas en Europa, estuvo en París, un
cartas de gente que le pedía tiempo en Londres, hacía co- —Tu amistad con García Már-
—¿Lo Amador es por el lugar, el barrio? antes de ir donde don Ernesto, quez, ¿cómo surge?, ¿en qué mo-
—Sí. Cuando yo me fui a Buenos Aires no lo yo le conté a Viñals, le hablé de ayuda. Él las había clasificado rresponsalías.
con la idea de un día escribir mento?, ¿se mantiene?
tenía claro. Yo tenía, soñaba con un título más la incertidumbre con el título, —Hay un elemento del azar
algo, pero eran innúmeras car- —¿Ya su hermano era super-
cercano a la idea de cantantes populares, pero y como los poetas son lectores famoso? y es que cuando salió Lo Ama-
por esos años había varios libros con esos títulos, muy rigurosos y clarividentes, tas, y me decía que la manera
de sentirse protegido era que —Ya el hermano estaba en dor, debía ser el año 80, recuer-
el de Sarduy, Cabrera Infante, entonces... entonces Viñals lo estuvo le- su buen momento. do que el Instituto Colombiano
yendo y una noche me dijo: los amigos de fuera de la Ar-
gentina lo llamaban de alguna de Cultura de entonces tenía
—Para quienes no conocemos muy bien Cartagena, “¿No has pensado en ponerle —¿La relación entre ellos era una Colección de Literatura
¿Lo Amador es un barrio cerca a La Popa? Lo Amador?”. Y, fíjate, los temas de las radios de Europa o de
América Latina y so pretexto muy cercana? y empezaron con Lo Amador.
—Sí, está en la falda de La Popa, o sea, Lo de la distancia. Si él me lo dice —Esa relación con los años Estaban Santiago Mutis y Juan
de una entrevista hacían el
Amador termina por un lado donde empieza el en una tienda de Lo Amador se fue acercando, se fue te- Gustavo Cobo, y Santiago, sin
control: si don Ernesto estaba
Pie de La Popa, que era un lugar de recreo, de tomándonos una cerveza, yo jiendo, porque Gabriel salió decírmelo, le dio el libro a su
bien o estaba en peligro.
retiro de los cartageneros en los años de Indepen- no hubiera entendido nada, muy temprano de la casa de padre, a don Álvaro, algún día
Él duró todos esos años de
dencia, donde había unas villas grandes, árboles pero allá en Buenos Aires dijo los padres y, cuando se da el en esos viajes que hacía don
las dictaduras con ese sistema
frondosos, bongas y del otro lado... Lo Amador en una lengua con reencuentro, él decía algo muy Álvaro con el tema de la distri-
de defensa. Entonces allí me
otras cadencias, y lo que me lle- divertido: “Eligio es un hijo que buidora de cine.
advirtió, creo que fue la pri-
—¿Cerca de Manga? gó fue lo ambiguo del nombre, mera persona que lo hizo, me yo tuve con mi mamá”. Y una tarde Santiago me
—Sí, pero está separado de Manga por el Pie no la familiaridad del nombre, dijo: “No sé por qué has empe- llamó y me dijo: “El viejo quiere
de La Popa, y otro límite del barrio es el cerro, y ahí lo decidí, una noche. zado con un libro de cuentos, —Sí, porque era el menor. verlo”. No me dijo cuál era el
que llamaban allá las lomas del Espinal, donde es lo más difícil de publicar”. —Sí, era el menor. tema, y el tema era que había
estuvo el colegio de La Salle en su segunda etapa. —¿Eligio conocía estos cuentos Entonces hizo la broma que ha leído el libro. Me dijo que el
Entonces, volviendo a Lo Amador, yo me llevé antes que los publicaras? —Entonces él regresa. ¿Sigue
escrito varias veces de que los la misma amistad? ¿Qué piensas título lo entendía perfectamen-
el libro a Buenos Aires. Ya habíamos hecho amis- —No.

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te porque era una idea muy que venga, que quiero verlo, yo trabajando en Focine, la sí, él no escribe cartas, así que había editado Aulas, la novela ninguno puede contar lo que con-
latinoamericana de origen his- ¡carajo!”. Ya se había dado empresa de cinematografía, mantuvimos la conversación. de María Elvira Bonilla, y te- tás vos.
pánico, y es que los nombres se mañas para dejarle Lo Amador y después del Nobel, García Incluso después me enteré que nía un original de Juan José —Es verdad, y es todo gene-
iban contrayendo y el lo termi- a Gabriel García Márquez sin Márquez tuvo una etapa larga yo terminé metido en el lío de Hoyos. Estamos hablando del rosidad el viejo Mutis.
naba por denotar una idea de ninguna recomendación espe- en Colombia, que el gobierno Focine por él, porque —no sé— año 83. Y vino Sábato otra vez,
posesión de bienes inmuebles, cial de lectura. Sólo en ese viaje lo invitó a estar, que era un se le ocurrió que tenía que ha- invitado por Belisario para que —Tu escritura pienso que esta-
de tierras, y la gente empezaba me lo contó y me explicó: “Le cerebro fugado y toda esa cosa, ber un escritor allí y que había hablara del tema del proceso ba muy motivada en un principio,
diciendo: “Voy donde lo de voy a decir por qué. Si yo llego entonces me mandó a decir que salvar ese cine, que hacer de reconciliación en la Argen- como en otros, por la misma escri-
Urquiza”, y lo de Urquiza eran y digo que este libro me emo- con Santiago Mutis y su mujer cosas. Entonces hablábamos tina. Don Ernesto hablaba tura de Cortázar.
las tierras del señor Urquiza, así cionó, Gabriel lo va a ver con que si yo tenía algo contra él. con frecuencia por teléfono y mucho con John Agudelo Ríos —Sin duda. ¿Recuerdas que
ocurría con Lo Amador. Entonces incredulidad y probablemente Entonces yo le dije a Santiago nos vimos otras veces. que era el asesor de paz de hubo un texto en el Magazín
me dijo: “Ese es el origen, pero no se lo lea. Entonces yo me y a Alicia: “Pero, por favor, Belisario. Después me enteré Dominical de un contempo-
has logrado una ambigüedad hice el pendejo, y le dejé el li- díganle que imposible, que —¿Eran conversaciones de de que quien le dijo a Planeta, ráneo nuestro, Ricardo Cano
que me gusta”, y comenzó a re- bro. Después Gabriel me llamó sólo tengo gratitud no por los carácter literario, o de tema más “Ojo con Don Roberto”, fue Gaviria, llamado algo así como
ferirse a los cuentos con afecto encantado”. mensajes, sino desde antes, amplio? don Ernesto. Entonces me “Prontuario de la literatura
y entusiasmo, y yo quedé como Entonces la relación entre sólo por leerlo, por lo que nos —García Márquez es un pidieron el original de El patio colombiana”, y en él hizo unas
sorprendido, contento, pero con Gabriel García Márquez y yo ha dado su literatura”, en fin… lector cuidadoso. Yo tengo la de los vientos perdidos. fichas breves de algunos escri-
un sentimiento contradictorio, nació a partir de Lo Amador. “No, no, no tengo nada en idea, no sé si equivocada, de tores. Escritores de narrativa
lo que sentimos respecto a quien Un día vino como la segun- contra, dígale que comamos”. que los mejores lectores para el —Pero tienes una suerte que no me acuerdo. Y yo estaba en
uno reconoce valores, estéticas, da señal. Eligio estaba en Lon- Y entonces Gabriel me llamó novelista son los poetas, y para la tiene nadie: García Márquez, ese prontuario, creo que lo ce-
sabidurías literarias, lecturas. dres. Fue una de las pocas car- a Focine y me dijo: “¿Cuándo cuando tuve listo El patio de los Sábato, Mutis, atentos a tu trabajo, rraba, y él puso: “Empezará a
Entonces nos despedimos, y tas que nos escribimos, porque vamos a comer?”. Y le contesté vientos perdidos, Mutis me había promoviéndolo. ser mejor cuando se olvide de
yo tenía esa sensación contra- él estaba en sus asuntos y acá que fuéramos a comer tal día, hecho algunas observaciones —¿Sabes? Fui consciente de Cortázar”? Sí, sí, a mí Cortázar
dictoria, como qué bueno, pero estábamos en otros. De pronto y llegó a casa. La cocina era de generales como: “Yo quiero eso tarde. Uno se da cuenta me interesa mucho, lo transgre-
también qué reto, cómo seguir nos mandábamos mensajes con las cocinas de los apartamentos leerla antes que la publique”. mucho después del tema de la sor, lo experimental, lo lúdico;
no defraudando a este lector, amigos comunes, y esa carta me de Bogotá que tienen una en- Yo le dije que me daba un poco suerte, pero repasando... sin duda, siempre me llamó la
tan especial, tan calificado. decía: “Vino mi hermano y está trada por el pasillo por el que de pena, que era una novela atención Cortázar.
Mutis siempre fue muy ge- encantado con Lo Amador, y lo entra la gente. Mi hermana y de trescientas páginas, que él —No digo suerte, digo, un
neroso con las lecturas. Yo toda- he leído porque él me lo prestó. mi mujer estaban preparando tan ocupado. Total, el viejo era privilegio, que muchas veces no se —¿Qué otros escritores estu-
vía hoy estoy preguntándome ¡Cabrón! ¿Cuándo lo escribis- unos patacones, y yo les servía muy directo y me dijo: “Déjese da en el momento que es. vieron cerca en ese momento de
por qué, me lo dijo como tres te?, ¿cómo es posible que yo de ayudante, y él llegó, entró de pendejadas y mándeme el —Sí, muchas veces no se da formación de tu estilo y lenguaje?
veces, salíamos de la librería no lo supiera?”. Entonces me directo a la cocina y me dijo original”. en el momento, es verdad, y yo —Yo en esos años leí con
Buchholz de entonces, me dijo: contó unas apreciaciones que inflando el pecho: “Ningún Yo le mandé el original. Un estaba repasando, ¿recuerdas la mucha curiosidad, incluso pa-
“No olvides decirle a Eligio que hizo Gabriel y ahí fue avanzan- escritor famoso me dijo que día llegó muy contento, íbamos famosa entrevista con Faulkner sión, a dos o tres autores del ob-
tiene que leer los Cuadernos de do el diálogo. mis libros eran buenos, y me- caminando por la Biblioteca en Paris Review, donde a éste jetalismo. Me interesaba mucho
Malte Laurids Brigge de Rilke”. Uno día me envió un men- nos un Nobel”. Entonces nos Nacional cuando me dijo: “No le preguntan qué es lo que un Robbe-Grillet, me interesaba
Yo me preguntaba por qué saje con Juan Gustavo Cobo; abrazamos y fue a coger un se extrañe, yo quiero hacerle buen escritor necesita, y el viejo mucho Michel Butor y me
me recomendaría eso, y era otro, me mandó uno con mi patacón y estaba caliente, y mi una oferta. Déjeme escribir la Faulkner empieza a decir: tal interesaba Nathalie Sarraute,
una curiosidad. De pronto me hermano que se había ido con hermana menor (el tema de los nota de contratapa, porque en porcentaje de talento, tal por- aunque de ella me interesaban
decía: “Tienes que leer a Cun- Totó la Momposina a la fiesta menores) se rió y le dijo: “Eso este país de tontos van a decir centaje de disciplina, tal…, y más los ensayos. Una escritora
queiros”, y era muy acertado de Estocolmo cuando a Gabriel te pasa por gandío”, que es que es García Márquez y ya me de pronto antes de terminar la que yo creo que cambió el regis-
para recomendar lecturas que le dieron el Nobel; otra vez me una expresión del Caribe que di cuenta que esto no tiene que respuesta, dice: “Y a un escritor tro, pero que en un primer mo-
conectaban cosas. mandó un mensaje con Eligio; significa goloso… Pasamos la ver con García Márquez, pero no le hace nada mal un poco mento también me interesaba
Un día, en otro de los via- otra con Santiago Mutis. Pero noche hablando y comiendo, con eso lo van a joder”. Enton- de suerte, es bueno un poco de mucho, era Marguerite Duras.
jes, él me dijo —él lo trataba a era un poco aplastante el tema y así arrancó este afecto. ces, claro, yo le di las gracias al suerte”? Entonces ésa ha sido Los leía con pasión. También
uno de “viejo”—: “Oiga, viejo, de lo que él representaba y yo viejo Mutis. Fíjate, la generosi- la suerte, tener unos amigos leía a Neruda y a Vallejo. Al
yo conozco bien a los García no veía el momento de darle —¿Y luego qué?, ¿cómo conti- dad de los mayores. de esa condición y calidad, sí. Neruda de Residencia en la tie-
Márquez”. Cuando Eligio no las gracias. Yo no me atrevía nuó la amistad?, ¿por cartas?, ¿se En esos días la editorial rra. A Saint-John Perse. Vallejo
aparecía a verlo, decía: “Ya a llamarlo; me daba pena, me enviaban libros? Planeta iniciaba la publicación —Conozco a algunos escritores me interesaba mucho. Había
me conozco esa neura. Dígale daba timidez. Y un día estaba —Él es amigo del teléfono; de autores colombianos. Ya que comparten esos amigos, pero unos autores italianos cercanos

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al neorrealismo, unas novelas logro está más lejos, porque la pelea empiezan a hostigarlo
preciosas de Passolini, otras de ambición no puede domesticar- con la pregunta de cuándo pasa
Pratolini, de Pavese. Esas eran la sino que lo reta con crueldad. al peso pesado; o al beisbolista
lecturas recurrentes. Y del área ¿Has visto el minero que del campo Santa Rita en Car-
norteamericana, había un autor aparece en una fotografía con tagena de Indias cuando batea
de novelas y cuentos, Saroyan, la esmeralda más grande del un home-run que llega hasta el
que me gustaba por su transpa- mundo? La encontró, y al día cerro de La Popa enseguida le
rencia, su ternura... siguiente se fue más temprano preguntan: “¿Cuándo te vas
al socavón a ver si hallaba otra para las grandes ligas?”.
—Un autor que también le in- más grande aún. Es decir, el Al escritor de cuentos igual:
teresaba mucho a Cepeda Samudio escritor nunca abandona el “¿Y qué esperas para escribir la
—Sí, y curiosamente cuan- riesgo si quiere seguir siendo novela?”.
do terminé el bachillerato, mi escritor. Entonces no esperé nada,
padre, que había estado en Empecé escribiendo cuen- sino que me apliqué a escribir
esos días en Bogotá, me dio tos. Ellos me enseñaron que la novela: El patio de los vientos
uno de los primeros… no me la divulgada opinión de que perdidos.
regaló muchos libros, porque ellos son una preparación para Desde esos libros he conti-
él suponía que la biblioteca era escribir novela no es cierta. nuado con lo que Capote llama
de todos, pero me entregó dos Es un género exigente, de el don y el látigo. El escritor se
libros: uno de Saroyan y París extraña perfección, de ajustes vuelve un experto en cruelda-
era una fiesta de Hemingway... secretos, y que me consuela des. Las propias del oficio que
En Cartagena en ese entonces de no ser invocador de poesía. en lo fundamental se reúnen
no había muchas librerías, pero Las exigencias del cuento lo bajo el sentimiento de una
la papelería-librería Mogollón preparan a uno para el rigor insatisfacción permanente, y
tenía unos estantes de libros y y quizás ese aprendizaje expli- el estado de inseguridad por
un día, curioseando, me llamó que por qué algunos escritores volverse un trastornador de la
la atención un libro por el for- nos iniciamos en el cuento. El realidad, alguién que la des-
mato, la tapa dura, las manchas cuento nos prepara para la di- embruja, que advierte trampas
como de acuarela, y era Saint- ficultad. Aunque una escritora en sus espejismos, y las que
John Perse, traducido por Jorge de cuentos, espléndidos por devienen de su aparecer en el
Zalamea; ahí hubo una revela- cierto, dice que ella no entien- mundo exterior en el cual al-
ción también... de que se califique al cuento de guien te pregunta: “¿Y de que
difícil ya que la gente se la pasa trata su novela?” Y así.
—¿Qué podrías decir vos de tus contando, como una actitud Ahora, después del libro
cuentos y novelas? natural de la vida. Siempre nos de cuentos Una siempre es la
Las ficciones, por lo general, contamos algo. misma, se publicará Ese silencio,
son aventuras de la incertidum- Así el primer libro, el que una novela. El uno y la otra
bre. El escritor está inmerso salvó mi condición de escritor me ayudaron a tomar distancia
en una especie de navegación, fue Lo amador. Cada día me da del territorio de sufrimiento
empujado, arrastrado o deteni- sorpresas gratas. Desde el re- de La ceiba de la memoria, esa
do por corrientes desconocidas gaño de David Jiménez cuando meditación sobre la libertad
pero guiado por la brújula de yo afirmé que era un libro que que me condujo a ver y mostrar
su instinto. Un instinto afinado sólo habían leído mis amigos, la ausencia de humanidad que
en la fatalidad de aceptar que hasta los conceptos de Alonso extravía al proyecto de civiliza-
cada vez que escribe un cuento, Salazar, quien me confió que lo ción. Ahí vamos. u
una novela, un ensayo, está otra utilizaba en sus clases.
vez al comienzo. Y ese comien- Y ya sabes lo que ocurre: Calarcá, 19 de junio de 2010
zo es un empezar de mayor al boxeador de la categoría
dificultad, sabe menos, y el Walter-junior cuando gana una

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