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El Tercio Carlista de los

Almogávares (1936-1937)
EL TERCIO CARLISTA DE LOS ALMOGÁVARES (1936 – 1937)

“… Aragón resistía
y luchando con brío sin par,

derrochando osadía,

con firmeza baturra, cumplía

su espartana misión de aguantar”

“Alerta los Cruzados

del suelo aragonés;

sigamos la bandera

que empuña nuestro Rey.

Requeté, Requeté,
a morir o vencer por la fe,

Requeté, Requeté,

a morir o vencer por el Rey”.

“No, Tiempo, no has de jactarte que yo cambie…

A Ti y a tus crónicas os desafío …

He aquí lo que yo juro, y esto será por siempre:

Yo permaneceré fiel, a despecho de ti y de tu guadaña”

En la Guerra Civil Española se constituyó en el bando sublevado lo que se denominó “el Tercio de Almogávares” que fue
reconocido por su heroísmo con la máxima condecoración colectiva que una Unidad militar española puede recibir, “La Laureada

de San Fernando”.
El nombre de la Unidad [1] que parece se debió a un alférez médico apellidado Navarro, fue así porque de los Tercios
aragoneses, el de los Almogávares fue “esa carta importante que se juega en los momentos difíciles, para lo que pase; la baza
necesaria en el momento cumbre a fin de ganar la partida a todo evento”.
Ya el 21 de Julio de 1936, tres días después de la Rebelión militar escribió Miguel Allué Salvador, Presidente de la Diputación de
Zaragoza, “¡Importan los nombres!, ¡Venga ese Tercio de los Almogávares!”.

Dice Angel Lasala Perruca [2], “así Aragón hubo de resistir. Sus unidades de requetés en una primera época tuvieron poco
desgaste, pero poco más adelante resolvieron situaciones que sólo a costa de su aniquilamiento pasaron a la historia con el signo
de la Victoria y … con la Laureada”.
Dice también Lasala que “hubo unidades que brillaron en la guerra civil española más ostentosamente, siendo empleadas sin
tregua en las ofensivas, con enorme desgaste de efectivos que había que reponer sobre la marcha; pero las hubo también las
sujetas en aquellos frentes de momento pasivos (como los aragoneses), pero que había que defender a cualquier precio para
permitir al Mando unas actuaciones de reconquista que llevaran adelante las Banderas de la Patria, al Cantábrico o hacia el
Mediterráneo”.
Y así fue que el Tercio de Almogávares, encuadrado en la defensa de Belchite
frente a la ofensiva del Ejército del Frente Popular, y en particular del Seminario de la ciudad, tuvo un papel que hunde sus raíces
en la Historia Española de Numancia y Sagunto.
El 1 de Octubre de 1936 se termina de formar el Tercio de Almogávares, al mando del Capitán Nieva, y con los alféreces Royo y
Miliań como jefes de la primera y segunda Compañías que conformaban dicho Tercio. Entre sus componentes hay turolenses,
zaragozanos, navarros, oscenses e incluso sorianos y guadalajareños. Lo conformaban en aquel momento 240 hombres.

Entre sus hombres podemos destacar en su calidad de oficiales a Royo, Calvo, Santa Pau, Aragón y Pastor y como Sargentos a
Amillo, Berdejo, Sagarra y Vilellas. Y como páter, Pantaleón Cobeta.

Unas semanas antes, la Unidad peregrina al Pilar, donde les recibieron con bandas de música.

Durante los primeros meses de 1937 le llegan nuevos efectivos y oficiales hasta conformar una Unidad que se compone de la 1ª
Compañía, de 177 hombres, la 2ª Compañía, de 150, y una Plana Mayor de 22 requetés.

En Junio de dicho año se encuadra en la Brigada del Coronel Sueiro (2ª de la División de Aragón, más adelante 52 División).

A lo largo de estos meses llegan nuevos oficiales como Curto, Sáenz de Avendaño y Soria de Enciso y finalmente un nuevo pater,
Julián Lou Miñana.

En las Crónicas del Sargento José María Ferrer (¿xse refiere a Jos´ñe María Ferrer Serrano, añias Gustavo Adolfo?) se relatan las
festividades religiosas, que incluye el detalle de procesiones por Belchite, así como los paseos con las “margaritas” y las
invitaciones del Señor Mariano a tomar una copa a los requetés; aspectos todos ellos que humanizan más si cabe a semejantes
soldados.

La gran ofensiva de Aragón, iniciada el 24 de Agosto de 1937, del Ejército “frente populista” cuya misión era la toma de la Ciudad
de Zaragoza concentró en la Batalla de Belchite, en cuyo sector defensivo se encontraban nuestros almogávares, una fuerza de

150.000 hombres.
La resistencia almogávar de Belchite supone un freno decisivo a la ofensiva republicana y con ello se ganó un tiempo precioso
para salvar la capital aragonesa y reorganizar las líneas defensivas en un momento crítico de la Guerra Civil donde en otras
zonas de España se estaban realizando ofensivas nacionales claves para el curso de la Guerra.
El día 30 de Agosto el Seminario quedó aislado ante la presión enemiga del resto del perímetro defensivo de la ciudad de
Belchite, llegando a la resistencia extrema con armas blancas antes los sucesivos intentos de asalto.

Lo que sucedió en el interior del Seminario sólo Dios lo sabe, pero nos podemos imaginar las imágenes de unos hombres
decididos a resistir hasta la muerte, como así fue en la mayoría de los efectivos que lo componían.

Sometidos a una presión brutal, aquellos almogávares hicieron honor a su nombre y forman parte ya de esa tradición militar
española heroica.

Más allá de toda lógica o razón, la resistencia sólo se puede explicar desde la tradición militar de una genética profunda en el
español que brota en circunstancias extremas. No puede haber palabras para relatar con justicia cada minuto de aquellas
jornadas.

Las bayonetas y puñales chorreando sangre sin cesar; ríos de dolor, gritos de furia, aliento entre camaradas, palabras de Fe y
Honor … ¡España lucha!, que se inclinen las Banderas ante aquellos héroes que en el filo del abismo enseñaron sus pechos sin el
miedo que atenaza, libres lucharon y así cayeron, …

Cantando, invocando sus creencias, su Religión y Patria, fervor y


pólvora entre escombros, de un Seminario ya derruido por completo y en cuyos recovecos unos hombres están atados a un
destino de Gloria inmortal … no estaban solos, estaban alentados por los espíritus de miles de almogávares que en el Medievo y
en siglos posteriores supieron cumplir su papel con ejemplaridad.
Los supervivientes, unos 60 rompen el cerco y se unen al interior de la defensa de la Ciudad … donde llegaron sucios y
ensangrentados, como verdaderos soldados, borrachos de combatir, con la vista ya más puesta en el más allá … con el cuerpo
magullado y el alma fortalecida … han bailado con la Muerte, y ésta, temerosa, les ha rehuido …

Desde la retaguardia nacional se les ordena el 5 de Septiembre que cesen en su lucha y que rompiendo el cerco se unan a las
fuerzas de retaguardia. De nuestro Tercio, llegaron 33 requetés con el Capitán Nieva que les condujo, herido, hasta Zaragoza, la
Ciudad que habían salvado de la aniquilación … y se arrodillaron todos ante la Virgen del Pilar.

Junto con el Capitán regresan tres alféreces, cuatro sargentos, cinco cabos y 19 requetés. Las bajas fueron por tanto de más de
200.

Los supervivientes que pudieron unirse a las líneas nacionales tuvieron que atravesar cuatro líneas de parapetos, lanzando
bombas de mano y utilizando las bayonetas. En total 27 kilómetros recorridos, en una especie de “cabalgada” a pie, atravesando
la zona enemiga como un rayo.
Este valor heroico se resume en la inscripción que se encontró en una iglesia mudéjar, escrita en su pared a lápiz de forma
anónima “Aquí muere, por Dios y por España, un requeté aragonés. ¡Viva España!”.

Entre los héroes del Tercio podemos citar a Demetrio Vicente Manrique, requeté, “siempre el primero en rechazar los asaltos al
Seminario”, Antonio Vicens Casanova, cabo de requetés, Marcelino Polo Lahoz, teniente requeté, capellán, muerto en el
seminario, Carmelo Navarro Garnica, alférez médico y Pedro José Royo Royo, alférez provisional de Milicias, que, cuando la rotura
del cerco del Seminario, se prestó voluntario para ir en vanguardia de las fuerzas (mutilado absoluto).

Tan aniquilado había resultado este Tercio que resultó imposible su reconstitución por nuevas fuerzas, incorporándose los
efectivos supervivientes al Tercio del Pilar.

Estos son los méritos que justificaron la concesión de la Laureada de San Fernando colectiva al Tercio de Almogávares. “¡Contad
los muertos!”

Como curiosidad que va unida a la tradición almogávar está el asombroso hecho de la fuga desde Valencia de uno de los
prisioneros requetés, apellidado Zapata, que perseguido como una alimaña y siguiendo los rastros, consiguió llegar a la zona
nacional, al más puro estilo de los almogávares  jienenses que en la Edad Media conseguir huir milagrosamente de su cautividad.
Se unió al Tercio del Pilar y prosiguió la guerra hasta el final, volviendo en la Paz a su actividad humilde y cotidiana como era
cuidar de sus mulos.

También hubo heroínas en esta Unidad, como Agustina Simón, enfermera de los requetés, que fue hecha prisionera y llevada a
un pelotón de fusilamiento.

Se obró también en el interior el milagro de un nacimiento en el Seminario en lo


más duro de los combates, pues la esposa de uno de ellos apellidado Alconchel, que había venido días antes para ver  a su
marido, y que no pudo salir tras el cerco, tuvo una niña que fue bautizada por el páter. Vemos aquí otro ejemplo de realidad
almogávar, como es que las mujeres acompañaran a sus maridos a lo más duro de la guerra y que entre tanta muerte, naciera
un nuevo ser humano, como flor que brota en el lugar más insospechado.
Como conclusión resaltar una vez más que el Tercio de Almogávares fue una unidad netamente carlista.
En definitiva, la defensa del Seminario de Belchite es una página más de tradiciones almogávares españolas, y lo dicho aquí no
pretende ser una ofensa a los que lucharon en el otro bando, donde obviamente también había sangre almogávar y a raudales,
pero es obvio que la tradición almogávar se materializó en un Tercio compuesto de gente muy joven y humilde que supieron
luchar y morir como héroes, simplemente porque el deber se lo exigió y alcanzaron así la cúspide de la Gloria inmortal.

Por la forma de combatir, por sus heroicidades, por el castigo sufrido, por el espíritu demostrado, por el número de bajas, como
Historiador del hecho almogávar puedo afirmar que el Tercio de Almogávares estuvo a la altura de lo que en la Historia de
España han representado los Almogávares; que no se trataba por tanto de un nombre hueco y rimbombante carente de
sustancia, sino una Unidad cuyo nombre era una promesa de comportamiento y una garantía de su cumplimiento.

Guillermo Rocafort

[1] “Con Sangre y con Laurel bordadas. Los tres Tercios de Requetes Laureados de San Fernando en la guerra de España de
1936”. Javietr Nagore Yárnoz. Página 39. Madrid 2006. De este magnífico libro están extraído la mayoría de las citas y referencias
históricas.
[2] Tercio de los Almogávares. Revista Tradición nº 8, 1960, página 12
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BELCHITE RECORDÓ A LOS SUPERVIVIENTES


Belchite homenajea a los 136 vecinos supervivientes de la Batalla de
1937
- El Ayuntamiento consolida esta cita en su agenda, que comenzó a
celebrarse en 2017 con motivo del 80 aniversario de la contienda
- Tango, boleros y textos del escritor belchitano Félix Teira se han
unido en la plaza de Goya de la localidad bajo el lema “Belchite.
Memoria y paz”
- Durante la velada se ha presentado al “nuevo vecino” de Belchite, el
títere Oleíco, creado por la compañía Teatro de Medianoche
(Belchite, 31/08/2019) El Ayuntamiento de Belchite ha celebrado hoy
por tercer año consecutivo la jornada “Belchite. Memoria y paz”, con
la que rinde homenaje a los 136 vecinos supervivientes de la Batalla
de 1937 que en la actualidad están censados en el municipio. El acto
ha tenido lugar a las 19:00 horas en la plaza de Goya de la localidad,
un nuevo escenario respecto a las ediciones anteriores.
"Hemos decidido trasladar los actos a esta amplia explanada en lugar
de celebrarlos en la iglesia de San Agustín del Pueblo Viejo como en
las pasadas ediciones para que no haya dificultades y evitar así
problemas de accesibilidad para los mayores”, ha explicado Carmelo
Pérez, alcalde de Belchite. Hace un año se presentó la remodelación
de la plaza de Goya, que ahora cuenta con pavimentación,
iluminación y mobiliario urbano renovados.
El lema que simboliza el espíritu de Belchite, “Memoria y paz”,
también ocupa un lugar destacado en esta plaza, que da entrada al
Pueblo Viejo. Dos palabras que, según ha subrayado el alcalde,
“recuerdan el significado de las ruinas de Belchite, identifican a
nuestro municipio y permiten al visitante saber dónde ha llegado y
qué se va a encontrar”. Pérez ha insistido en que homenajes de esta
naturaleza son “fundamentales para reconocer el sufrimiento de las
personas que hoy nos acompañan, pero también de los que ya no
están entre nosotros”.
Además, ha destacado que todos ellos “trabajaron por un futuro
después de la guerra, por lo que lo más importante ahora es lanzar
un mensaje común de paz”. Emocionada se ha mostrado también
Josefina Cubel, una de las supervivientes de la batalla, que ha
narrado cómo logró reponerse de un disparo en la rodilla en un
fusilamiento. Con apenas 12 años, herida y sin nada para comer, fue
capaz de llegar hasta Alcañiz, donde permaneció cuatro meses hasta
que finalmente pudo reencontrarse con su familia. La belchitana ha
agradecido al Ayuntamiento la realización de este acto, puesto que
“lo acontecido en Belchite merece ser recordado siempre para evitar
que se repita”.
En esa línea se ha pronunciado también Natalio Baquero, que ha
relatado cómo su casa quedó totalmente destrozada por los
bombardeos. Nacido durante esos días en una cueva junto a otros
tres niños, Baquero es el autor de los famosos versos de la jota que
adorna la puerta de la iglesia de San Martín: “Pueblo Viejo de
Belchite, ya no te rondan zagales; ya no se oirán las jotas que
contaban nuestros padres”. El belchitano ha contado, emocionado,
que escribió estas letras con una tiza que encontró en el suelo en un
ataque de nostalgia.
La danza, la música y la literatura han compartido protagonismo en el
acto junto a los homenajeados. Pilar Riaguas, Víctor Veintemillas,
Pilar Vicente y David Martín han abierto la velada bailando tango, y la
cantante Celia Carballo, junto a la Monkayo Jazz Band, grupo de jazz
de referencia en el panorama musical aragonés, ha sido la encargada
de poner música con una selección de boleros.
En el plano literario, los asistentes han podido escuchar textos de la
novela ‘El último sol’, escrita por el belchitano Félix Teira, quien ha
destacado cómo la lucha de los supervivientes ha allanado el camino
hacia la democracia que disfrutamos en la actualidad. El acto ha
contado con varias sorpresas, como la presentación de un “nuevo
vecino” de Belchite: el títere Oleíco creado por la compañía Teatro de
Medianoche, una marioneta con la que el Ayuntamiento quiere
potenciar el turismo en la localidad.
La velada ha concluido con la entrega a los supervivientes de la
Batalla del 37 de rosas blancas como símbolo de paz y del
compromiso que Belchite tiene con sus mayores. El objetivo del
Ayuntamiento es continuar consolidando esta cita en la agenda de
Belchite y trasmitir con ella “un mensaje que fomente el diálogo y la
solidaridad. Las ruinas de Belchite nos recuerdan la naturaleza
destructora de la guerra y nos invitan a promover los valores y las
acciones que hacen posible la paz”, ha concluido Pérez.
Más información: www.belchite.es
www.facebook.com/ayuntamientobelchite/
 
Texto y foto de Laura Mateo y Jorge Núñez.

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