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transgénico
10 marzo 2009
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DF, México — A pesar de que está demostrada la imposible coexistencia de los cultivos
transgénicos con los tradicionales y orgánicos, las autoridades federales le restaron peso al
Régimen de Protección Especial del Maíz para darle paso a las siembras experimentales sin
contar con la determinación de centros de origen y diversidad genética para este grano
A pesar de que está demostrada la imposible coexistencia de los cultivos transgénicos con
los tradicionales y orgánicos, las autoridades federales le restaron peso al Régimen de
Protección Especial del Maíz para darle paso a las siembras experimentales sin contar con
la determinación de centros de origen y diversidad genética para este grano, como lo señala
claramente la LBOGM (2). Ambas dependencias insisten en que este instrumento, así
como las políticas públicas de protección, se construirán en paralelo a la autorización de
cada solicitud de siembra, lo cual es ilegal y pone en riesgo las variedades de este grano
existentes en todo el territorio mexicano.
Es decir, Sagarpa y Semarnat, proponen ir a ciegas sin tomar en cuenta las experiencias
internacionales basadas en estudios científicos independientes que dan cuenta de los
impactos negativos al medio ambiente, la imposible coexistencia de cultivos transgénicos y
convencionales, al tiempo que plantean fuertes riesgos a la salud humana.
“Es bien sabido que las corporaciones como Monsanto, al encontrar frenos a la liberación
de sus variedades transgénicas, comienzan a contaminar los cultivos tradicionales. Esto
ocurrió ya en Argentina y Brasil con soya transgénica y cuando los gobiernos de estos
países se dieron cuenta de su incapacidad para hacerle frente a la contaminación
procedieron a legalizar lo ilegal. ¿Es ésta la intención del presidente Felipe Calderón? ¿Para
eso se reunió en Davos con Hugh Grant, presidente mundial de Monsanto?”, cuestionó
Lara.
Si Sagarpa y Semarnat niegan que existan presiones de las transnacionales, entonces, ¿por
qué pretenden autorizar las siembras experimentales sin tener concluido un marco de
bioseguridad que incluya la implementación de un biomonitoreo en todo el país, con el
objetivo de resguardar todas nuestras razas y variedades? ¿Por qué es necesario atender
ahora las solicitudes de estas empresas que insisten en hacer siembras experimentales en los
tres estados con mayor producción de maíz en México: Sinaloa, Chihuahua y Tamaulipas?
Hoy la Sagarpa reconoció que durante 2008 la producción de maíz mexicano rompió récord
con 24.8 millones de toneladas en todo el país, y que esto se puede incrementar aún más
con la implementación de proyectos y programas para reactivar la producción de este
importante grano.
Entonces, ¿por qué tanta prisa del gobierno federal para transitar de un modelo
agroalimentario dependiente de las importaciones de maíz procedentes de Estados Unidos,
a otro con base en la dependencia de las grandes transnacionales que son dueñas de las
variedades transgénicas, restándole importancia a la producción nacional que se sigue
incrementando año con año?
Greenpeace exige a la Sagarpa y a la Semarnat dar prioridad para contener y remediar los
casos de contaminación transgénica de maíz mexicano, antes de autorizar las siembras
experimentales. Si se autorizan estas siembras, México perderá el centro de origen del maíz
y se afectará de manera irremediable a las futuras generaciones al entregar el maíz
mexicano a empresas transnacionales.
— Greenpeace México
Notas:
1. Casos de contaminación México:
http://www.greenpeace.org/mexico/press/reports/contaminaci-n-por-ogms-en-mexi
2. Artículo 2 y 86 de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.
3. http://www.cibiogem.gob.mx/Norm_leyes/Reglamento_LBOGM.pdf
4.- http://www.jornada.unam.mx/2009/03/09/index.php?
section=sociedad&article=043n1soc