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FILOSOFÍA DEL
RIO
Jifa
R .^
LECTURAS
Serie Filosofía
Director FÉLIX DUQUE
© A ba d a E d ito res , s . l ., 2 0 10
C a lle d c l G o b e r n a d o r , l 8
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El A L C A N C E F IL O SÓ F IC O D E LA F a R S A L IA :
LA C R ÍT IC A A L P R IN C IP A D O
L o s PR O T A G O N IST A S D E L A S G U E R R A S C IV IL E S
23 Cf. ia primera parte del D:scurso sobre ¡as cienciasj ¡as artes, en Rousseau, J . - J . , Del
Contrato Social. Discursos, Alianza, Madrid. 2 0 0 1, pp. 18 2 -18 3 : «jO h Fabricio!
¡Q ué habría pensado vuestra gran alma si, devuelto a la vida para vuestra des'*
gracia, hubierais visto la faz pomposa de aquella Roma salvada por vuestro
brazo y a la que había hecho más ilustre vuestro respetable nombre que todas
sus conquistas! "¡Dioses!", habríais dicho, "¿en qué se han convertido aque^*
líos techos de bálago y aquellos rústicos hogares que antaño habitaban la
moderación y la virtud? ¿Qué funesto esplendor ha sucedido a la sencillez
romana? (...] ¿Para enriquecer arquitectos, pintores, estatuarios e histriones
habéis regado con vuestra sangre Grecia y Asia? Los despojos de Cartago,
¿presa de un tañedor de flauta? [Nerón] [... j Romanos, apresuraos a derribar
esos anfiteatros; romped esos mármoles; quemad esos cuadros, expulsad a esos
esclavos que os someten y cuyas funestas artes os corrompen. Que otras manos
se ilustren con talentos vanos; el único talento digno de Roma es el de con*
quistar el mundo y hacer reinar en él la virtud”» .
2 4 C f. Gibbon, E .. Ihedeclirteandfailofthe Román Empire, D entan dson s, Londres.
1977* Vol. 4, p. 6 2 2 : <<avain emulation ofluxury, not o f merit, was intro-
duced and supportedbetvkrcen the degenerate successors o f Theodosius».
25 Cf. Hegel, G .W .F .. o/xciL. p. 533- <*^íniportose de Asia el lujo y el libertinaje.
La riqueza se recogía en forma de botín y no era el fruto de la industria y de la
actividad honrada [...]. El Estado romano, basando sus medios en el robo, se
dividió a causa de la participación en el botín».
L A F A R S A L IA : UNA TEORIA DEL IM P em UM 25
26 C f. Lucano, op. cit., p. 28 5 (VI. 79 6): «los Gracos, de una osadía desafo
rada » .
27 Hegel, G. W. F-, op.cit., p. 534-
28 C f. Hegel, G. W. F., op.cit.., p. 528. Es interesante el paralelismo histórico
que Hegel expone a continuación: «así sucedió también en la Revolución
francesa».
29 Hegel, G. W. F., op.cit., p. 529-
26 FILOSOFIA DEL IMPERIO
43 Mcíer, C h., op. oí., p. 73: [Caesar] wolic sich und das rómíschc Volk aus
der Untcrdrückung durch cinc klcinc Cliquc bcfrcicn. so machtc cr
offcnkundig, dass es ihm auch um díc Frciheit des Volkes n ur ging, weil er
seine cigene pcrsónlichc Sache nach Nicdcrwerfungder Gcgncr besser betrei-
ben zu kónnen meintc».
4 4 C f. Narducci, E., op.cit., p. 279= se magna ruunt: /.../questo motivo unifica,
nella P/iorso/to. le sorli del macrocosmo e del microcosmo, dell'universo, della
storia e delPesistenza umana=^.
L A FA R SA LIA; UNA TEORÍA DEL IM PERIUM 31
57 C f. Lucano, op. at.. pp. 2 6 2 -3 (VI, 303“ 4’): «¡E s una pena. ay. y lo será siem
pre, César, que te resulte provechoso el mayor de los delitos: haber combatido
con un yerno que respeta la piedad!».
38 FILOSOFIA DEL IMPERIO
D e if ic a c io n e s y d e s - d e if ic a c io n e s
/
34 0 *2, de la metáfora de la «luz verdadera», rastreando las posibles influen
cias de Séneca y de la Ad Marciam ciceroniana. Estas consideraciones, no del
todo relevantes para la cuestión política que nos ocupa, danbuena muestra de
la gran influencia que la filosofía de su tiempo tuvo en Lucano.
42 filosofía oel imperio
D u c t o r e s v s. L e g a l it a s
74 Cf. Weber, M.. Lo fx^itica conoprofesión (sicl. Biblioteca Nueva, Madrid, 200?. p-
58: principio, hay tres tipos de justificación interna, es decir, de funda*
mentó de legitimidad de la dominación {HerrschajO —para empezar con ellos. En
prim er lugar, la dominación del “eterno ayer” , de la costumbre consagrada por
su inmemorial validez En segundo lugar, la autoridad del don (carisma)
personal y extraordinario Por último, la dominación en virtud de la
"legalidad” l...] » .
75 Cf. De Francisci, P.. op. a t, Vol. 1. p. 50^ tre tipi non giacciono affatto
sullo stesso piano: anzi, il primo ed il secondo devono essere accostati e con*
trapposti al terzo per una ragione lógica stranamente sfuggita al Weber».
LA FARSALlAi UNA TEORIA DEL IM PER IUM 47
76 Cf. De Francisci, P., op. cil., Vol. I, p. 52: <^un momento essenziale: c cioc la
convinzione che la potestá del capo ha anche qui la sua base, la sua giuslifica*
zione, la sua legittimitá, come direbbc il Weber, in un elemento che sta al di
sopra del capo stesso. cÍoé la tradizione (nell'altro tipo l'ordinamento legale o
razionale)».
77 En efecto, el programa de honda reforma constitucional de César encontraba
nuVnerosas vías de justificación por vía tradicional: la identificación con A le
jandro, con Mario, con los Graco, la importancia de su familia, en el plano
histórico, y la descendencia de la linea genealógica divina, en el plano religioso.
78 Una buena razón para no llevar a cabo esta asociación de una manera dema*
siado apresurada es que, mientras que en la potestad legal sólo intervienen
48 FILOSOFIA DEL IMPERIO
La m il a g r o s a a r m o n ía
83 De Francisci, P., op. cit., Vol. I, p. 81: «é quello in cui la potestá del capo (o
deglj organí direttivi dell'aggrcgato sociale) dipende dall'autoritá e dal valore
riconosciuti ad un ordinamento (impersonale, lo quahfica Weber. ma l’agget-
tivo mi pare superfino) nel quale trova fondamento, giustincazione, legittima-
zione la posizione del capo (o di altri organi direttivi) e dal quale scaturiscono
i principii normativi che reggono la vita dell’aggregato».
50
filosofía oel imperio
84 Eso. más bien, sería una guerra «mínusguúm cím7<^, reducida ai ámbito de la
mera particularidad, al ámbito d é la familia, mero inicio d é la esfera d éla eti-
cidad, y anclada de alguna manera todavía al terreno de lo natural, de la sangre.
85 Cf, Brisset, J . . Les ideesp<^iU^ues de Lucain, Les Belles Lettres, París. 1964. pp.
I40>144, ha ofrecido otras dos explicaciones, compatibles con la nuestra, de
ese «plus quam cwtiia>>: «ce que distingue cettegucrre d ’une guerre civilc ordi-
naire, c'est son caractére de catastrophe cosmique (...1. Mais, plus encore que
toul ceci, le poete insiste sur l'idée que les discordes entre citoyens sont un
c r im e ».
86 Cf. Hegel, G . W . F., op. ciL, p. 535- testas colosales individualidades han
nacido de la descomposición del Estado, q ue ya no tenía en si vigor ni solidez
alguna, haciéndose sentir la necesidad de restablecer la unidad del Estado,
unidad que ya no existíaen e] sentimiento^.
87 C f. Cascón, A ., op. cit., p. 75* ^queda claro, pues, que al menos en algún
momento, la lucha política en Roma se sustentaba en ideas^.
L A F A R S A U A í UNA TEORIA OEL IM PERIUM
51
88 Cf. De Francisci, P., op. cit, Vol. III, Tomo I, p. 195- ^5 niarzo del 44, in
quelia riuntone del señalo in cuí doveva essere falta la proposia di conferiré a
Cesare il tildo di rex secondo l'oracolo della Sibilla, egli cadeva sollo i colpi
dei congiurali^.
8<) .Srgiin Meier. CH., opát.. p. 132, César sí intentó una estrategia de consolida
ción legal de su poder tomado por la fuerza: <fcHinler dcm Tatsáchlichen
m usstesichvdedereine Rechtlichkcit konstituieren». Sin embargo, esta tarea
de reforma constitucional se habría visto truncada por su asesinato.
90 C f. Weber. M., Economía^/ sociedad, op. a t, p. 86O; «haberle otorgado este carác
ter burocrático f ue la obra de Augusto, el cual, en oposición a la idea de una
monarquía militarhelenística, tal como la debió tener presente César, se prc-
FILOSOFÍA DEL IMPERIO
52
93 C f. Mcier, Ch., op. cit., p. 84: «Es kann keinen Zwcifel sein, dass die romis-
che Rcpublik, zumal seit der 8oer Jah ren des letzten Jahrhunderts, nach
aúllen wie im Innern sehr vieles scKuldig blieb. Die Verfassungsformen und
das ganze Selbstverstándnis der Zcil waren im Grunde immer noch zugcsch-
nitten auf cincn kí^nen Gemeindestaat [...]» .
94 Castresana, R.,op.cH., p. 220 .
95 C f. Lucano. op. cH., p. 22 6 : «todo esto va a remolque de las acciones de los
hombres de pro; el género humano vive en función de unos pocos».
96 Mommsen, T., op. di., p- 373*
54-
filosofía oel imperio
106 C f. Münkler, H ., op. di., p. I14 : « D er Schlüssel für das Gelingen der
augualei.schen Rrfnrmen war die Schaffung einer korruptionsresistcntcn Vcr-
waltungsefítc, und dabei selzte Octavian nicht n ur auf institulionelle Verán-
derungen, sondern auch auf cine tief greifende Sittenreform innerhalb der
imperialen Elite:^.
107 Cf. Crook, J . A ., dAugustus:potter, authoritii, achievement^, en Bowman ct al., op.
dt., p. 146.
108 C f. De Francisci, P., opt dt., Vol. I, p. 14.
58 FILOSOFIA DEL IMPERIO
1 C fr. Dodds, E. R ., Paganos^ cristianos en una época de an^vstia. Algunos aspectos déla expe~
rienda religiosa desde MarcoAurelio a Constantino, trad. d e j. Valiente, Madrid. 1975*
2 Id., pp. 29-30,
f il o s o f ía DEL IMPERIO
62
El c ír c u l o d e Plo t in o en R oma
22 M(. P/oí. 7, 2 0 -2 1.
23 Vit. Plol. 9, 2 0 -22.
24 Dominic O ’ Meara califica a la casa de Gemina en la que Plotino se instala de
^circulo o escuela filosófica extraoficial:^, cfr. O'Meara, D ., op. cit., p. 14.
25 Vil. Pío(. 9, 5-IO: II, 15.
26 Vit. Píol. 2, 3-5.
68 FILOSOFIADEL IMPERIO
L a en señ a n za
36 Vil. Plot. 7 , 1.
3 7 Vil. Plot. 7, 2 9 -3 0 .
38 Vi(. Plot. 7 . 1-4 .
39 Vil. PIfíl. 7. B"?- Pííra Aristótrlr.s. «M íralo» harr rrfrrrnria al homhrr mi'isiro,
cultivado, (cf. A rist., Ana}, pr. I. 47 b 30 ss.). Este sobrenombre aplicado a
Paulino parece más bien enmarcarse en un contexto irónico, ya que, por antí
frasis, significa lo contrario de «m úsico». Porfirio señala que Paulino habi
tualmente entendía mal las doctrinas transmitidas por su maestro.
4 0 En este pasaje el texto griego es ambiguo, no está claro si se refiere a la última
etapa de la vida de Plotino o a la de Eustoquio. Mientras el coedilor de las Eneo-
PLATONÓPOLIS; FILOSOFÍA POLÍTICA DE LA HISTORIA EN PLOTINO 71
de unas enmiendas al texto de Antímaco, y que puso en verso el
mito platónico de la Atlántida. El médico Zeto, de Arabia,
casado con una hija de Teodosio, el antiguo compañero de
Ammonio. Castricio Firmo, a quien Porfirio dedicó su tratado
De abstinentia. Los miembros del senado: Marcelo Orroncio,
Sabinilo y Rogaciano^', y el propio Porfirio. Por tanto, un total
de once personas figuran en la lista de «discípulos». No pode
mos asegurar que se trate de una lista exhaustiva, o que Porfirio
en este pasaje de su biografía nombre sólo a las personas que
ocupaban un puesto social relevante en Roma"'^’ .
3) Los «asistentes» de Plotino, como Amelio'*® y Porfirio,
a quienes el maestro confía las tareas de redacción y corrección
de sus escritos. Estos asistentes forman parte del grupo de dis
cípulos, pero se distinguen del resto por el número de años
pasados dentro del círculo de Plotino, lo que les aporta un
conocimiento especialmente avanzado de las doctrinas del
maestro.
El carácter heterogéneo del auditorio de Plotino nos lleva a
interrogarnos sobre el tipo de enseñanza que podía impartir
en sus cursos. Para ello, sería preciso conocer de antemano
cuáles eran las nociones filosóficas de sus diferentes interlocu
tores. De Porfirio y de Amelio sabemos que disponían de sóli-
44 Vil. Plol. 3.
4 5 Vil, P/ol. 4. 3-4-
46 Mi. Píoi. 6, 59 -6 0 .
47 Mi. P/oi. 13 ,10 -12 .
PLATONÓPOLIS: FILOSOFÍA POLÍTICA O í LA HISTORIAEN PLOTINO 73
E l h o m b r e s a b io y v ir t u o s o
48 Vil. Plot. 2, 4 0 -4 3.
74 FILOSOFIADEL IMPERIO
Punto d e p a r t id a
I Que hagan otros la guerra, tú, Austria feliz, cásate. Pues lo que a (los) otros
(otorga) Marte, a ti te lo da la divina Venus,
DISCURSOS IMPERIALES YPEQUEÑAS NACIONES 85
No es extraño toparse una y otra vez con reservas frente a un concepto de Cen
troeuropa tan difuso como simplificador (Jaworski I988) —simplifícación res
pecto de la heterogeneidad real—. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la
acción política no se efectúa solamente <^sobre el fundamento de puros
hechos^, sino también sobre la base de comunidades de interpretación, que
emplean los conceptos conductores como el de Centroeuropa a modo de pro
gramas para futuras acciones políticas. Si bien se pueden vincular las caracte
rísticas de una región político-geográfica con determinados hechos objetivos,
lo que incluye formaciones históricas de los Estados, la posición dentro de los
espacios económicos o la composición de la población, <^sin embargo, ni su
sustancia ni sus limites resultan, en últim o termino, de autoconvicciones
colectivas que predominen en el respectivo espacio público. Las identidades
comunes en las que la mayoría de la población y sus élites concuerdan, consti
tuyen decisivas y adicionales condiciones previas para la acción política. Tales
convicciones conforman un importante contexto de acción para actores polí
ticos nacionales e internacionales. Contienen determinadas representaciones
sobre el pasado de los pueblos. La historia es interpretada en cada caso desde
el punto de vista de los intereses actuales. La disputa por la soberanía de la
interpretación está incluida en la formación de tales imágenes históricas^
(Segert 20 02: 20).
92 filosofía del imperio
D im e n s io n e s h is t ó r ic a s d e l c o n c e p t o
Todavía en los años 1840 Franz Schuselka emplea en sus folletos políticos la
denominación 'Coloso del Norte’ para el Imperio Ruso; véase Schuselka
(1843* 1846, 1849)- Por otra parte, según Wolff (1994)» «invención de
Europa Oriental^ es un resultado de la Ilustración de Europa Occidental, en
la cual la propuesta identitaria de civilización fue proyectada sobre el Oeste,
con lo que el Este tomó la posición del otro.
Según Hecker, se trata aquí de un primer plan en el que el concepto es mencio
nado explícitamente. «Knesebeck partió en su plan de la situación que se había
producido tras la victoria de Napoleón en Europa. Tal y como él lo vio, había
tenido lugar un equilibrio de fuerzas de cinco bloques de poder: Norte de
Europa/Escandinavia, Sur de Europa/Imperio Turco, Europa Occidental/Fran-
cia, España. Portugal, y Europa Oriental/lmperio Ruso. Centroeuropa. como
parte esencial, debía componerse de los Estados federales (Alemania, Austria e
Italia) asi como de la aliada Gran Bretaña. Knesebeck consideraba este sistema de
Estados como el mejor instrumento para garantizar las proporciones políticas
de Europa y la independencia de los Estados europeos» (Hecker 1 9 9 4 :
Si en 1848/49 Lajos Kossuth partió de la desarticulación de Austria, Nikolaus
Wesselényi prefirió una república del Danubio confederal con la Gran Hun
gría como centro, y de forma parecida se presentan también las posiciones
serbias. «Ellas utilizaron [...] la idea de Centroeuropa como pretexto para
una supremacía de su propia nación o de su Estado, y no tuvieron a la vista
Centroeuropa como una totalidad en funcionamiento» (Hecker 1 9 9 4 =15^^-
94- FILOSOFIA DEL IMPERIO
L a s c o n c e p c io n e s d e C entro euro pa
EN LA I G uerra M u n d ia l
La Centroeuropa de FriedrichNaumann
13 ^Los alemanes eny4us(rta han perdido mucho en el transcurso del último siglo.
Eran desde el siglo X V lll la nación que sostenía y formaba al Estado, y hoy, en
la Monarquía del Danubio, se han convertido en un pueblo entre otros pue
blos» (76, subrayado en el original).
DISCURSOS IMPERIALES Y PEQUEÑAS NACIONES 103
16 Con ello, según Spiethoff, se habría hecho ya realidad mucho de lo que Nau
mann reclama. El no ve ni la divergencia económica ni la confesional como
obstáculos centrales, pero si encuentra que en Naumann se produce una sub'
focalización de la cuestión nacional (Spiethoff 1916 : 252).
17 Jaworski se refiere aquí a los estudios de Henry Cord Meyer, MittdeuropainGer-
man Viought andAction 1815-1^4.5, The Mague I955* Sobre la recepción de Nau
mann entre los intelectuales checos y sobre la planificación de una traducción
del libro Aíitfe/eurc^Q. véasejaworski (2 0 0 I: 249 sgts.).
io 6 FILOSOFÍA DEL IMPERIO
18 Del peor de los casos de una eslavización resulta la necesidad de una continua
colonización de Centroeuropa: <<Gracias a la germanidad en Bohemia se
mantiene la germanidad en Austria. [...] Pues si, en primer lugar, pudo
haberles salido bien a los checos levantar su anhelado Reino de Wenceslao
sobre las ruinas del carácter nacional alemán en Bohemia. Moravia y Silesia, la
formación de un Estado eslavo del Sur sería, dentro y fuera de los mojones
negriamarillos, tan sólo cuestión de tiempo* (Perko 19135 525)*
DISCURSOS IMPERIALES YPEQUEÑAS NACIONES 107
importante The New Europe. editado en Londres, y también Le Monde Slave a par
tir de julio de I9I7* Véase al respecto Hadler (l995=27**29)-
DISCURSOS IMPERIALES YPEQUEÑAS NACIONES II3
F in al
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Identitát, Integritát, Integration. Beitráge zur politischen Ideengeschicbte
Tschechiens, LIT, Münster, pp. 17-51.
DISCURSOS IMPERIALES Y PEQUEÑAS NACIONES I 2I
E l Profesor Bourgeois im partió como conferencia una prim era versión del pre
sente ensayo el 3 de septiem bre de 2 0 0 9 . en la Residencia de la U .A .M . * L a
C ristalera» de M iraflores de la Sierra, dentro del C urso de Verano « E l te rro
rism o, entre la banalización y el fu n d a m e n ia lism o » . H abía llegado la tarde
a n terio r, el 2 de septiem bre, fecha en que cum plía 8 0 años, buena parte de
ellos dedicada desde su cátedra en laSorb on a, y desde la editorial V rín a im p a r
tir cursos y publicar estudios p olíticos tan rig u ro so s y eruditos com o apasio
nantem ente actuales, siguiendo en esto el ejem plo de su maestro en la distan
cia: G . W. F. Hegel. Su modestia le im pidió entonces revelarnos tan señalada
fecha. Q uede ahora constancia de nuestro reconocim iento apostenori, asi como
de la satisfacción de poder acoger su trabajo en este volum en. (Nota de ¡os editores)
C f. G u illaum e. G ., «T erro rism e et droit in te rn a tio n a l» , en Recaed des Cows de
rAcadémie de Droi\ International, M artinus N ijh o ff Publishers. D ord rech t-B o ston -
Londres, vol. 2 15 , 19^ 9 *
12 8 FILOSOFIA OEL IMPERIO
una obra colectiva y, por ello, histórica, positiva, mata más bien
a aquellas voluntades que trabajan políticamente. Por eso, la
persistencia de la vida política, que es, para Hegel, una dimen-
.sión esencial, por relativa y subordinada que esté a la existencia
verdadera, exige ser restaurada, pero promoviendo mediacio
nes tradicionales, que tienen efectos realmente totalizadores,
e n t r e la s in g u la r id a d ( d e m a s ia d o h u m a n a ) y la u n iv e r s a lid a d
(casi divina) del espíritu humano. Lejos de ser, en su abstrac
ción o inmediatez, su singularidad, su universalidad o su
(pseudo)unidad, el espíritu real las mediatiza procesuo/menfe, con
su gran paciencia, identificando de este modo concretamente
.su identidad consigo y su diferencia respecto de sí en un sentido
espiritual, el propio sentido de la historia.
La historia del terrorismo de la Revolución de Occidente —la
Revolución francesa—ha sido, en el umbral de su conclusión
positiva moderna, la interrupción negativa provisional de ese
sentido a través de la ruina de lo político falsamente absolutizado.
Ahora bien, al comienzo de su desarrollo, animada por la reve
lación del Dios encarnado históricamente del cristianismo, una
primera revolución había puesto de relieve el bloqueo original
de ese desarrollo al Este, la Revolución de Oriente, que fue, según
Hegel, el terrorismo musulmán. Frente a la historización y a la
mundialización cristiana del Uno divino, que se arriesgaba a
perder su pureza y su carácter absoluto, el Islam lo impone en
su universalidad, de forma aún más estricta que el judaismo, a
un mundo en el que ninguna diferenciación y, por tanto, nin
guna organización, al estar ésta fijada, podrían hacer sombra a
su resplandor; reproducción cultural del desierto árabe en el
i]ue nació el Islam. El tratamiento fanático-terrorista del
mundo no deja surgir ninguna gran acción, ninguna obra real
capaz de dejar huellas en la historia mundial, de la que el Islam
se retiró tan pronto como había surgido. Interrumpe, por
lanto, también él, la historia de un mundo no histórico, como
136 FILOSOFIA DEL IMPERIO
T r a d u c c ió n d e G a b r i e l A r a n z u e q u e
EL CIRCULO «VIRTUOSO» DE LA HISTORIA.
VIRTUD Y COSMOPOLITISMO EN KANT
A lberto P ir n i
La H is t o r ia , e n t r e p r o g r e s o y c ir c u l a r id a d
7 Idee. VI, 27 [Kant, I., Ideasfxira una Historia universal en clave cosmopolita, en: Ensayos
sobre la pai, el progreso y el ideal cosmopolita. Cátedra, Madrid. 2 0 0 5 , p. 4 5; tr.
modif.].
EL CIRCULO«VIRTUOSO» OELAHISTORIA 149
8 Jbidem.
150 FILOSOFIADEL IMPERIO
« T res son los casos que pueden ser entrañados p o r esta predic
ción . El género hum ano se halla en con tinuo retroceso [íücA-
gongc] hacia lo peor, o en constante progreso [fortgongc] hacia lo
m ejo r con respecto a su destino m oral [in s e in e rm o ra lis c h e n B e s tim -
muiig], o bien permanece en un eterno estancam iento [S tills ta n d e ] en
relación con el grado de valor m oral que ostenta entre los m iem
bros de la creación (cuya im agen más certera sería la de una p e r
petua rotación circular [ím ffreíse] alrededor del m ism o punto).
A l prim er aserto se le puede llam ar terrorism o moral, eudem onism o al
segundo (que tam bién podría denom inarse q u ilia s m o , de ubicar la
meta del progreso en un horizonte muy lejano) y abde ritism o al te r
cero, pues al no ser posible un verdadero estancamiento en mate
ria de m oral, un ascenso en continua variación y una recaída tan
frecuente como profunda (algo así como un eterno movimiento
p en dular) arrojan el m ism o resultado que si el sujeto hubiera
perm anecido inactivo sin m overse del sitio> .
V ir t u d y c o s m o p o u t is m o
Las v ir t u d e s d e l c o s m o p o l it is m o
24 ZeF, p. 373.
25 Sobreesté punto vid. el estudio de M arini, G ., ♦ Figure di uomo politico tra
sapienza e prudenza. Considerazioni sulla prima appendice al progetto kan^
tiano per la pace perpetua», en Venturelli, D.. (Ed.), ProspeUivedellamoratekan^
Uana. AcquiTerme, Impressioni Grafiche, 20 0 1, pp. 2I7~233.
26 ZeF, p. 376.
ELCIRCULO«VIRTUOSO» DELAHISTORIA 16 3
27 ZeF, p. 377.
i64 FILOSOFIADEL IMPERIO
32 KpV, p. 84.
33 MdS, p. 394 [pp. 248-249].
EL CIRCULO «VIRTUOSO» OE LAHISTORIA 16 7
34 Sobre este punto, vid. el importante estudio de Pirillo, N., L'uomo di mondo tra
morale e ceio. Kani e le trasformaiiont del moderno, Bologna, 11Mulino, 19^7* espec. las
P P -199- 232-
35 ZeF, p. 349.
EL CIRCULO«VIRTUOSO» OE LA HISTORIA 16 9
El c o s m o p o l it is m o d e l a s v ir t u d e s
36 ZeF, p. 360.
37 Además de los escritos de G. Marini ya citados, cír. sobre este punto también
los siguientes estudios de O. Hóffe: Hóffe, O ., «Volkerbund oder Weltrepu-
17 0 FILOSOFIA OCL IMPERIO
blik?», en Id. (Ed.), Immanuel Kant: ewigen Fneden, op.cit.. pp. I0 9 “ t3 ^i Id.,
«Kdn^ghche Vótker». ^Kants koimopolitischer Rechts- and Fnedenstheorie. Frankfurt am
Main, Suhrkamp, ZOOI, cspec. las pp. I94-Z37*
38 ZeF, p. 356 [pp. 24 -25 tr. mod.l.
EL CIRCULO«VIRTUOSO» OE LAHISTORIA I7 I
C fr. ZcF, p. 349» nota. Por esta razón algunos interpretes, entre ellos G.
Marini (Cfr. 7reííu<fi. .■ , op. dt., espec. las pp. 46 -50. 67-68, 75"^7» <'Pcr una
repubblica fedérale mondiale op. d t . espec. las pp. 2 5“32) prefieren cali
ficar a esta forma de acuerdo entre los Estados con el termino cor^ederodón, limi
tando el uso de federación a la solución defendida tn thesi por Kant, es decir, a la
república mundial, que debe derivar de un verdadero acuerdo federativo entre
los Estados que se configure como irrevocable —y que conlleve por lo tanto una
sanción jurídica—y constitutivamente limitador de la soberanía de cada uno.
Aun convergiendo en la linea interpretativa de Marini (cf. nota20), al querer
172 FILOSOFIADEL IMPERIO
40 ZeF, p. 356.
41 Me limito aquí a recordar los trabajos de Losurdo, D., Autocensura e compromesso
nel pensiero polifico di K<mt, Napoli, Bibliopolis, 19 8 3; Id.. I/nmanuel Kant. Freiheit,
Kechf undfíevolution, Kóln, Rugenstein,
42 C fr. de nuevo Marini, G ., Tresfudi..., op.ót, espcc. las pp. 4I'*70*
43 trata obviamente sólo de una hipótesis interpretativa que sugiero aqui de
forma esquemática y que todavía debe ser sometida a una más amplia y analí
tica verificación.
174 FILOSOFIA DEL IMPERIO
T r a d u c c ió n d e V a l e r io R o c c o L o z a n o
AFAN DE DOMINIO; SCHELLING Y EL ORIGEN DEL ESTADO
A na C arra sco C onde
AJc. VIII, 23- Hay traducción al castellano de Eugenio Imaz, <^Idea de una his
toria universal ensentidocosmopolita^. En Kant, I., Filosofía de ¡a historia, FCE,
Madrid. 2000. Trad. modif. pp. 50-51-
178 FILOSOFIADEL IMPERIO
Se citará siguiendo la Somf/jc/ie Werke editada por el hijo de Schelling, Karl Frie-
drich August, publicada en Cotta (Stuttgart, 1856-1861) y dividida en dos sec
ciones (I. vols. I-IO; II. Vols. I-4)« í^ta edición será reproducida posterior
mente en la edición de M. Schróter en Beck/Oldenburg, Munich, I927“ I954«
aunque con otra ordenación (6 vols. principales: 6 vols. complementarios) Se
citará del siguiente modo: las secciones en números romanos, seguido del
número de volumen, también con números romanos, después aparecerá el
número de página con números arábigos (ej.: SW lA TI, n .® pág.). Cuando
exista, se citará también la traducción al castellano tras punto y coma (Ejemplo
completo: SW I/VII, n .® pág.; trad. n .® pág.). Para facilitar la correcta iden
tificación de las citas, se indicará tras la referencia y entre paréntesis el escrito
concreto al que pertenece el texto citado. Por otro lado, del Freiheitsschriji hay
traducción al castellano a cargo de Helena Cortés y Arturo Leyte en: Sche
lling, F. W .J., InvestigQcionesJüosóficassohrehesenciadela Uberiod humanaj los objetos con
ella relacionados, Anthropos, Barcelona, 19^9* seguirá, salvo que se indique lo
contrario, esta traducción, y sobre ésta se harán las oportunas —y justificadas-
modificaciones. Del resto de las obras citadas, la traducción será nuestra.
C f. Portmann, S., Das Bóse —Die Ohnmachf der Vernunfi. Das Bóse und die Erlósungals
Grundprobleme ¿nSchdlingsphilosophischer Entwickíung, Verlag Antón Hain, Meisenheim
am Clan, 1966, p. 87.
i8o FILOSOFIA DEL IMPERIO
La l ib e r t a d c o m o v o l u n t a d d e d o m in io
Baader, F. von, Sámm</ic/je Werke. Vol. 2. Ed. Franz Hoffmann, Verlag von
Hcrrmann Bcthmann, Leipzig, p. 190*
Cf. Baader, F. von, «Ueber die Behauptung, dass kein uebler Gebrauch der
Vernunft sein kónne». En Sdmmilicht W:rke. Vol. I, op.cit., p. 38.
SW lA/lI, 366: 185 {Freiheitsschrifi).
Cf. Adelung, J. C ., GrQ/nmofiscli-Knfisc/ies Wórtehuch derHochdeutxhen Mundart.
AFAN DE DOMINIO: SCHELLINGYEL ORIGEN DEL ESTADO l8l
14 Ak VI, 30. Traducción de Felipe Martínez Marzoa en Kant, í., La Relt^ón dentro
délos límites de la mera ra^n, Alianza, Madrid, 2001. p. 4^
15 Ak VI, 36; 56 (lo/?c/i^dn dentrode/os/í’nsfcs de/o mera roídn).
16 SW 366; 185 (Fretheitschnfi),
184. filosofía del imperio
las reflexiones del texto de 1793 para dar respuesta a las ideas de
Jacobi acerca del mal, para el cual el mal tiene que ver, no con
algo positivo, sino con la renuncia al empleo de la razón y a
dejarse llevar tan sólo por el entendimiento: el hombre que
renuncia al uso de la razón, deviene animal —recuerda así Baa-
der la posición de Jacobi—y desciende al nivel de éste, de forma
que «la esencia [IVesen] o inesencia [Unwesen] de la corrupción
[Verderbheit] del hombre» tiene que ver con el entendimiento y
no con la razón que es algo «incorruptible [/ncorrujitife/es] y de la
que no puede haber un mal uso»'^. ¿Cuál es el sentido de esta
polémica? Baader en 1807 había publicado en el número 197
del Morgenblatt, un texto, citado por Schellmg en el Fmheitsschnji'^,
de título «Sobre la afirmación de que no puede haber ningún
mal uso de la razón», en el que reflexionaba sobre la positivi
dad y la naturaleza del mal en respuesta a Jacobi. Este había
pronunciado el mismo año de 1807 un discurso en la Academia
de las Ciencias de Baviera, «Ubergelebrte Geselischafien, ihren Geistund
^veck»'^, en el que sostenía que el hombre tiene en común con
los animales el sentimiento y el entendimiento, pero no así la
razón y que es precisamente en el entendimiento en el que
había de situarse el mal. Si parajacobi el mal nada tiene que ver
con un principio positivo que se origine en la razón es porque
el mal se produce como consecuencia de la renuncia del uso de
ésta en beneficio del entendimiento, poniéndose así el hombre
al mismo nivel que el animal^: «no puede darse un mal uso de
la razón; e incluso [sólo puede darse] un mal uso del entendi-
28 Ak. \7, 3I; 49 (La Relgión dentro de los lirmtesdela mera razón).
29 Ak. VI, 3I5 50 (La Religión dentro de los límites de la mera roi^n).
30 Me permito remitir al lector a mi estudio <fDECISIÓN Y ELECCIÓ N o la
afilada sección del instante. La libertad en Schelling y la influencia de Kant en
el Freiheitsschrift (1809)». En LaJilosoJidjlosretosdelacompleJidad, Murcia. 2008,
PP- 347-354-
31 SWIA^II, 387; trad. modif. 233 (Freifietíssc/in^).
32 ^ [ ...] aquél que para disculpar acaso una acción injusta dice ' jqué le voy a
hacer si soy asi!” , es sin embargo muy consciente de que es así por su propia
culpa, por mucha razón que también tenga en decir que le hubiera sido impo~
sible actuar de otro modo. (Cuán a menudo sucede que un hombre ya desde la
infancia, es decir, a una edad en la que considerándolo empíricamente no le
suponemos apenas libertad ni reflexión, muestra una propensión [Hang] al
mal de la que se puede prever que no cederá ante ninguna educación ni ense-
i 88 FILOSOFIA DEL IMPERIO
nanza y que, por consiguiente, hará madurar los malos frutos que ya se habían
previsto en el germen«>. SW I/VII, 386-387; trad. modif. 2 33 (Ireihótsschnfi).
33 SW I/VII, 388; 237 (.fréhétsschrifi). Kant dirá de este: « [...] si en la naturaleza
humana reside una propensión natural a esta inversión de los motivos, enton
ces hay en el hombre una propensión natural al mal; y esta propensión misma,
puesto que ha de ser finalmente buscada en un libre albedrío y, por lo tanto,
puede ser imputada, es moralmente mala. Este mal [Bóse] es radical [rodíArú/l,
pues corrompe el fundamento de todas las máximas; a la vez, como propen
sión natural, no se lo puede exterminar mediante fuerzas humanas, puesto
esto sólo podría ocurrir mediante máximas buenas, lo cual, no puede tener
lugar si el supremo fundamento subjetivo de todas las máximas se supone
corrompido». Ak. VI. 371 56-57 (LaRdtgióndentrodelosh’mitesdelamerarQíjón).
34 Norbert Fischer hablará en este sentido, refiriéndose a Kant, de un mdum con-
tractum. Cf. Fischer, N. «Das >radikale Bóse< in der menschlichen Natur.
Kants letzter Schrift im Denken der Freiheit». En: Danz, C ., Langthaler, R.
(Eds.), Kritiscke und absolute Ironszendenz. Reliffonsphilosof^iie und Philosoj^is^e Theologie bá
h*QntundSdid/ing. Verlag Karl Alber, Munich, 2006, p. 84.
35 También para Kant, la malignidad de la naturaleza humana nada tiene que ver
con la maldad, esto es, con una intención de acoger lo malo como malo por
motivo impulsor de la máxima, sino en la perversidad del corazón humano.
Cf. Ak. VI, 37; 57 (La Reliffón dentro de los ¡imites de la mera razón).
36 Esta será por otro lado, en Hegel la figura lógica del mal: el ser-para-si (Für-
üc/u^n). El pecado del origen constituye en Hegel la primera toma de concien
cia del hombre como ser distinto, extrañado y alienado de la naturaleza. De
este movimiento dirá Hegel: « [ ...] es el error supremo y más obstinado, el
cual se tiene a si mismo po r la verdad suprema, [y] aparece en formas más
concretas como libertad abstracta, como puro Yo, y luego -ulteriormente--
como el mal». WdL-, GW. 2 l;l6 o .
AFAN OEDOMINIO: SCHELLINGYEL ORIGENDEL ESTADO 18 9
D o m in io y D o m in a c ió n
37 ^'^[•••1 apenas se levanta la voluntad propia del centro, que essukigar [5td/e], y ya
se aparta también el vinculo de fuerzas». SW I/VII, 3 6 5; 183 (Ireiheitsschrifi).
Cursiva nuestra. Cf. Gen. 2. I9.
38 SW I/VII, 365: 183 {B-eiheitsschrifi).
igo FILOSOFIADEL IMPERIO
domino in laetitia. El hoc est quod subdit serví autem facti Deo. Ps, CX\^, v.
l6: o domine, quiaegoservustuus, et celera. Haec autem vera est libertas, et
óptima servitus; quia per iustitiam homo inclinatur ad id quod convenit ipsi,
quod est proprium hominis, et avertitur ab eo quod convenit concupiscentiae,
quod est máxime bestiale». E n dd Rom. Caput VI, Lectio IV.
49 SWI/VII, 399; 2 6 3 iFreiheitsschrifi).
50 Para Schelling, en abierta controversia con Ne>vton, Dios ha de ser entendido
como Dominador de todo cuanto hay y Señor del Ser. Esta idea aparecerá
expresamente formulada en la Darstellungdesphiiosophischen En^irismus ( 1830 ): «En
el conocido escolio con el que concluye sus Principiaphilosopkiae naturalis matemática,
[Newtonj ha expresado la audaz sentencia de que Deusest vox relativa etadservas refe-
retur (sobre este ad servas referetur hablaré después); y sigue: Deitasestdominatio Dei
(por consiguiente, la divinidad en Dios, esto por lo que es Dios, lo que llama*'
mos normalmente la esencia de Dios, no consiste en su sustancia, sino en su
do/ranofio, en el acto de su soberanía). Deitasest dominatioDei, continúa, no ín corpas
AFAN DE DOMINIO: SCH ELLING Y EL ORIGEN DEL ESTADO 193
propiwn sed in sidxiitos (esto se opone a la opinión, según la cual. Dios se identifica
respecto al mundo como el alma del mundo [Wétseeíe]. Podemos decir también
en relación con los otros sistemas que la dominatio de Dios no puede consistir
en que es sólo señor para introducirse en un ser. para darse un ser; pues
entonces seria la naturaleza que se ocupa consigo misma, pero no la naturaleza
libre de si misma). Y por último, pronuncia la palabra decisiva: Deus in dominio,
procidentiaetcausisftnalihus nihilaliudestquamfatum et natura. Providencia [Protidcníl y
causa final [fndursac/ie], esto es, propósitos expresados en la naturaleza son la
consecuencia del domtnium. Es, por consiguiente, suficiente con lo primero:
Dios sin dominio iHerrschafi]. o como me expresare en un futuro, puesto que
ésta es la verdadera y originaria significación de la palabra. Dios sin soberanía
[Herrhchkeit], sería mero destino [biofes Fatum], mera naturaleza [blofie Natur].
Newton puede entender por súbditos de los que habla, meramente los espíri
tus, o como es probable, también los cuerpos, y entonces es claro que este
(fomintum presupone la creación [Schópfun^ o el mundo creado [erschafferK
Pero si Dios fuera mero destino sin soberanía, no podría ser señor [Herr] una vez
consumada la creación, sino que tendría que serlo en tanto que es él; esto es,
tendría que estar en una relación en la que él es señor. Esta proposición se man
tiene en cualquier caso, y como se puede precisar aún más en lo que sigue,
tiene que mantenerse también que Dios, en tantoque es, es señor». SW I/X,
26 1-26 2; 3 12 - 3 13 (Presentación del empirismoJilosófico).
51 Gen. 3.5
52 Knatz, L., «Schellings Freiheitsschnft und ihre Q uelle». E n; Baumgartner, H.
M., Jacobs. W. G . (Eds.), PhilosophiederSubJektiifitát?R^rBestimmungdesneuzeitlichen
Philosophierens. Akten des 1. Kongresses der Internationalen Schellir^^Gesellschaji, Vol. II,
Frommann-Holzboog, Stuttgart-Bad Cannstatt, iq S g .p p . 469“ 479*
194- FILOSOFIA D EL IMPERIO
E l M A L M EN O R: O R IG E N Y FU N C IÓ N D E L E ST A D O
57 Jacobs. W. G., «E l universo como historia, como reino mora!. Sobre la rela
ción entre ética y filosofía de la historia en Schelling^^. En: Leyte, A . (ed.),
Una mirada a ¡ajiíosojia de ScheUing, Actas del Congreso Internacional «Transicio
nes y pasajes; naturaleza e historia en ScheUing», Ediciones de la Universidad
de Vigo. Vigo, 1999, p. 196.
igS FILOSOFIA DEL IHPERIO
73 Ak. VIII, 366; Hay traducción a! castellano de Joaquín Abellám Sobre lapazper-
petua, Tecnos, Madrid. 1998, p. 38.
AFAN DE DOMINIO: SCHELLING Y EL ORIGEN DEL ESTADO 20 1
«Las muertes y todo / lo nacido en ellas. La / cadena de las estirpes. / que yace
aquí enterrada y / aquí todavía pende, en el éter, / abismos lindando... ^ , en
Celan. P., Obras comfJetas, ir. al cast. de Reina Palaión, J . L ., Editorial Trotta,
Madrid, 2 0 0 2 ( 3 ® ) . p. 19 0 . [Nota de la traductora]
204 FILOSOFIA DEL IMPERIO
Arendt, H.» Los ordenes del tot<¿Uarismo, tr. al cast. de Solana, G ., Taurus. Madrid.
1998, pp. 27-28.
P EN SA R A L A SOMBRA OE LAS VICTIMAS 2 0 5
Cf. también Ryklin, M.. Espacios dejúbilo. Totalitarismoji diferencia, tr. al cast. de
Herrera. V., Herder, México D.F., 2006, pp. 9-27.
2o6 FILOSOFIA OEL IMPERIO
4 Wiesel, E., Trilogio de la noche. La noche, el alba, el día, tr. al cast. de Warschaver. F.,
El Aleph Editores, Barcelona. 2008. pp. 44-45.
2 o 8 FILOSOFIA DEL IMPERIO
.\iné2*y. J .. Aíds alldde/a culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la vio^
lencia, tr. al cast. de Ocaña, E ., Pre-textos, Valencia, *2001, p. 46.
P EN SA R A L A SOMBRA OE LAS VICTIMAS 2 0 9
10 Nietzsche, F.. Lageneolc^a de la moral, (H. 16), tr. al cast. de Mardomingo Sierra,
J ., Editorial Edaf, Madrid-México D .F., Buenos Aires, 20 0 0 , p. 135.
11 También el texto de Kafka Un informe para una academia ofrece una penetrante
representación de dicha génesis desde la perspectiva del devenir individual.
2 14 FILOSOFIA DEL IMPERIO
N a t u r a l is m o y a u t o c o n s e r v a c ió n
L a s c ie n c ia s d e l h o m b r e y l a « s o l u c ió n f in a l » ;
UN ESBOZO
29 Cf. Foucault. M., «Clase del 17 de marzo de 1976 (Cursos del Collége de
France)^^, en Hayque defender lo sociedad, tr. al cast. de Pons, H., Akal, Madrid,
2003. pp. 205-226.
30 Foucault, M., ofK dt, p. 2X6.
226 FILOSOFIA OEL IMPERIO
P en sar a l a s o m b r a d e l a s v íc t im a s
31 <<Sólo el nazismo, claro está, llevó hasta el paroxismo el juego entre el derecho
soberano de matar y los mecanismos del biopoder. Pero este juego está in s'
crito efectivamente en el funcionamiento de todos los £stados>>, Foucault, M.,
op. cit. p. 223.
P EN SA R A L A SOMBRA OE LAS VICTIMAS 227
32 Cf. también Sofsky. W., Die Ordnungdes Teirors: Das Kon^entrotionsloger, Fischer,
Frankfurt/M, 1997 : Agamben, G., Lo que queda de AuschwiU- El archivoj eí testigo.
HonvsSacerlll, Pre-textos, Valencia, 2 0 0 0 .
228 FILOSOFIA DEL IMPERIO
37 Levi, P., Loshundidosylossdüodos, op. cit, p. 15. EHe Wiesel escribe: «los que no han
vivido esa experiencia nunca sabrán lo que fue; los que la han vivido no la conta
rán nunca; no verdaderamente, no hasta el fondo. £1 pasado pertenece a los
muertos... (Wiesel. £., ForSomeMeasureofHumili^, en Sh’ma, A Journal ofjewish
Responsibility, n .® 5, 31 oct. 1975- P- 314)^^» Agamben. G.. op.cit., p. 33.
P EN SA R A L A SO M BR A DE L A S VICTIMAS 231
«Jam ás olvidaré esa noche, esa prim era noche en el campo que
hizo de mi vida una sola larga noche bajo siete vueltas de llave.
[...]
Jam ás olvidaré esos instantes que asesinaron a m i Dios y a mi
alma, y a mis sueños que adquirieron el rostro del desierto.
Jam ás lo olvidaré, aunque me condenaran a vivir tanto com o
Dios. Jam ás»^°.
T r a d u c c ió n d e L u c ía C a s t r o V a r e l a
DERIVAS DE EL TRABAJADOR.
NIHILISMO POSTIMPERIAL Y DIALÉCTICA DE LA IMAGEN
EN ERNSTJÜNGER
G a b r ie l A jr a n z u e q u e
N ih il ism o de la d ia lé c t ic a
Jünger, E.. Derarbeiter, Klett-Cotta, Stuttgart, 1982, p. 316. Trad. casi.: El Ira-
binador, Tusquets. Barcelona, 1990, p. 344-
Ibid., p. 81. Trad. casi.: p. 82.
242 FILOSOFIA DEL IMPERIO
Jünger, E., CíasemeBienen, Ernst Klett, Stuttgart, 1957. p- 137* Trad. cast.: Abe^
jasde cristal. Alianza, Madrid, 1995. P* ISO- Cf. Jünger. E., Sobrelosacantiladosde
ma'rmol, Circulo de Lectores, Barcelona, 1990. pp- I42~I43-
Jünger, E.. «Ü berdie Linie», enSó'mtIicheWerke, Klett-Cotta, Stuttgart, 1980,
v o l.V II.p . 257* Trad. cast.: «Sobre la línea», en Jünger. E., Heidegger, M..
/Acercode/ni/it/ümo, Paidós, Barcelona, I9 9 4 . PP- 3 9 ' 4 0 .
244 FILOSOFIA DEL IMPERIO
Im á g e n e s d e l .\ r a d i a c i ó n
lO Jünger, E., «La movilización total», en Sobre el dolor, op. ck,, p. IO3. Vid. Bos
que Gross, E., Heroísmoj/ razón en EmstJünger, Universidad de Salamanca, Sala
manca, 19 9 0 ,p p .38-64.
DERIVAS DE B L TR A B A JA D O R 24 9
D ia l é c t ic a d e l n ih il is m o
13 Ib id., p. 419.
14 Jü n g e r, E ., La emboscadura, op.cit, pp. 17 1- 17 2 .
DERIVAS DE S L T R A B A JA D O R 251
C o n s id e r a c io n e s g e n e r a l e s :
D e l im p e r io a l im p e r ia l is m o d e m o c r á t ic o
£ s importante precisar —algo que señala muy bien A lejandro Colás, en su texto
Empire—, que en la época de la república rom ana, la palabra tmpcrium hace alu
sión al ejercicio del poder m ilitar y ju ríd ic o de un m agistrado, es decir, su
autoridad o capacidad de m ando. No obstante, a p a rtir de la expansión te rri-
256 FILOSOFIA DEL IMPERIO
torial, este term ino comienra a designar no sólo la autoridad civil o militar del
magistrado, sino una entidad sociopolítica y geográfica conocida como imperium
populi romani. Colás, A ., Empire, Polity Press, Cam bridge, 2 0 0 7 » p* 5 *
2 B obbio. N ., Diccionario dep<^i'tica, Siglo XXI, M adrid, 19 8 2 . p. 8 3 2 .
3 Hardt, M ., y Negri, A ., Imperio, Paidós. Buenos Aires, 2 0 0 2 . p. I 9 >
4 C onde, J . L ., ¿ a le rt a del imperio, Alcalá, Ja én , 2 0 0 8 , pp. 35 " 52 *
EL IMPERIALISMO DEMOCRATICO 257
And to all those watching tonight from beyond our shores, from parliaments
and palaces, to those who are uddled around radios in the forgotten corners of
the world, our stories are singular, but our destiny is shared, and a new dawn
o f American leadership is at hand. To those who would tear the world down:
We will defeat you. To those who seek peace and security: We support you. The
Jakarta Post, <<True genius o f America: America can change»,
http:/Avww.thejakartapost.com/news/2008/ll/07/039true-genius~america-
am erica-can-change039‘^^*^í
EL IMPERIALISMO DEMOCRATICO 259
E stad o s U n id o s y l a p e r s p e c t iv a h is t ó r ic a d e l im p e r io -.
EL PRO BLEM A DE LA CO N Q U ISTA
Por otro lado, Giovannini señala muy bien que entre los
ideólogos del liderazgo indiscutible de los Estados Unidos, hay
una cierta reticencia para emplear el término imperio. Observe
mos sino qué nos dice J . Rufus Fears en su «The lessons of the
Román Empire for America Today»:
18 Richtcr, M., «The History o f Political Languages: Pocock, Skinner, and the
geschichtliche GrundbcgriffeJ^, MisioryandTheoiy 29 (l990^*
19 Pocock, J . G . A, £/momenío maquiavélico. EIpensamientopoltlicojlorenlinoj/1a tradición
republicana atlántico, op.ríí., p.613.
E L IMPERIALISMO DEMOCRATICO 26 5
20 Para un mayor desarrollo de esta critica, Cf. Laclau. E.. La razónpopiJisto, Fondo
de Cultura Económica, Buenos Aires, 2009. pp. 297“ 303.
EL IMPERIALISMO DEMOCRATICO 269
L o s L ÍM IT E S D E L M O DELO D EM O CR .\TICO
21 Para estudiar como mayor detalle los aspectos originales del pensamiento de
Tocqueville, en lo que se refiere a las claves de lecturas que ofrece para com
prender los fenómenos de la revolución francesa y americana, así como la
transformación simbólica de la caída del antiguo régimen, se recomienda el
libro iecturasde TocquevtUe. También hay una serie de estudios comparativos entre
la terminología novedosa empleada por este pensador y sus contemporáneos
tales como Guizot (sostenedor de un léxico afín al antiguo régimen) o Marx
(propenso a una lectura economicista de lo real). Roldán, D., Lecturas de Tóc^ue-
ut/le. Siglo XXI, Buenos Aires, 2007* De tcxlos modos, para una apreciación
más minuciosa de la recuperación de Tocqueville dentro del debate contem
poráneo se recomienda los aportes de Claude Lefort, Raymond Aron y
Fran^ois Furet. Lefort, C ., La incertidumbre democráiica, Anthropos, Barcelona.
2004- Aron. R.. Estudiospc^iticos, FCE, México. 1997- Furet. F., Pensar la Revolu
ción Francesa, Petrel, Barcelona, 19B0.
EL IMPERIALISMO DEMOCRATICO 271
28 Rousseau, J.-J£/controto socm/o Principiosde derecho fx^úico; Discurso sobre las ciencias^
losartestDiscursosobreelongendeladesigualdod, Porrúa, México, 197^*
EL IMPERIALISMO DEMOCRATICO 275
33 Ibid., p. 141.
34 C f. Pitkin, H. F., TheConceptofRepresenfation, op. a t, p. 9.
35 representation, taken generally, means the making present in some
sense o f something which is nevertheless not present literally or in fact*.
Ibid., pp. 8-9*
36 Cf. Ibid., p. 89.
37 *That something is simultaneously both present and not present is to utter a
paradox and thus a fundamental dualism is built into the meaning o f repre-
sentationS*. Ibid., pp. 8-9.
E L IMPERIALISMO DEMOCRATICO 277
C o n s id e r a c io n e s f in a l e s : La l ib e r t a d p o l ít ic a c o m o
BIBLIOGRAFIA
INTERNET
¿E l f in d e l a h is t o r ia ?
13 Ibid.
14 O/). ci(.. pp. 93 y ss.
LA ULTIMA FRONTERA 2 9 1
15 I d . . p . 93.
16 I d . , p . 94.
292 FILOSOFIA D EL IMPERIO
La f r o n t e r a e n l a h is t o r ia a m e r ic a n a
Atlantic coast. It was the frontier o f Europe in a very real sense. Moving west-
ward, the frontier became more and more AmericanS^.
24 Id., pp. 3 0 - 3 3 .
25 Id., p. 30.
L A ULTIMA FRONTERA 297
¿Im p e r ia l is m o o d if u s ió n ?
32 V'case Jameson, F., The PolitiCíJ Unconsáous: narrative as a social ^mbolic act, Ithaca,
Cornell University Press, 19^^» traducción castellana: Documentos de aJfwa,
documentos de barborie, Madrid, 1989» Y . del mismo autor, Marxismandform: tiventi-^
eth~century diaíecticol theories ofiilerature, Princeton, Princeton University Press, 197**
33 Op. ciL, p. 89. Obsérvense el contraste entre el difuso objeto «democracia
liberal^ (cuyja definición —tarea que Fukuyama no acomete— entraña no
pocas dificultades, sobre todo si atendemos a la variedad heteróclita de paí'
304 FILOSOFIA DEL IMPERIO
C a p it a l is m o c o m o n a t u r a l e z a
42 Id ., p. 93.
310 FILOSOFIA DEL IMPERIO
4>3 SpecfresdeMarx: l'Elatde ladette, le fravaildu deuHetia nouvelle Inlernotionaie, París, 1993
[Hay traducción castellana: EspectrosdeMarx:elEstcdodeladeuda, eltrahofodddueloj
la nueva Internacional, Madrid, 1998]. El uso de «conju ro», «exorcismo» y
«espíritu» constituye, por nuestra parte, un guiño a dicho texto.
44 Hacemos notar que Derrida se refiere siempre no al articulo original sino al
libro posterior que ya hemos mencionado: The end of history and the ¡ast man,
Nueva York y Toronto, I992 [Trad. cast.: ElJin de la hislonaj el último hombre,
Barcelona, 1992].
4 5 Derrida. j . , op. cit, p. 190.
L A ULTIMA FRONTERA 311
E l c o n c e p t o d e t e o l o g ía p o l ít ic a
2 Ibid.» p. 22.
3 C f. ibid., p. 128.
4 Cf. ibid., p. lOI.
5 A la afirmación de Schmitt de que ^todos los conceptos pregnantes de la
moderna ciencia política son conceptos teológicos secularizados», Assmann
opone: «todos los conceptos pregnantes --aunque quizás venga a cuento
hablar de ello con mayor modestia como de algunos conceptos centrales^ de
la teología son conceptos políticos teologizados» (Assmann, J., Poiere e Síúvez^
ía. Teología poliUca nelTantico EgiHo, in Israele e in Europa, trad. it. de Gandini, U.,
Einaudi, Turín. 2002. p. 20; [puede consultarse en español: Egipto a la luí <k
una teoría pluralista de la cultura, Akal, Madrid, I995* coh HIPECU 5])
RELIGION - FUNDAMENTALISMO - TERRORISMO 315
6 La Biblia luterana traduce: in Kraf, mientras que la del Rey Jaim e vierte: but the
Power.
RELIGION - FUNO AMENTALISMO - TERRORISMO 321
Bolonia, 1992.
RELIGION - FUNOAMENTALISMO - TERRORISMO 323
II Sobre el tema, ver Hegel. G. W. F., ^^^nscha/^ der Logil: (en: \^irke in zivanzig
Bénden, Suhrkamp, Frankfurt/M, I9b9“ I970* H. espec. pp. 54^“ 573)‘
324 FILOSOFIA OEL IMPERIO
E l o c a s o d e l a t e o l o g ía p o l ít ic a e n l o s o r íg e n e s
D E L F U N D A M E N T A U S M O Y D E L T E R R O R IS M O
L o T I R ’ S A C H : ¡NO M ATARÁS!
MÁS A L L Á DE LA T E O L O G ÍA P O U T IC A
8
Quien ha bebido hasta el fondo del amargo cáliz de la moder
nidad post-nietzscheana ha sido Hans Kelsen, aunque haya
desgraciadamente acabado en manos bien incongruentes. Kel
sen comienza allí donde termina Nietzsche. Consciente de que
la razón no puede fundarse a sí misma —dado su kantismo rigu
roso—, sustrae al orden del derecho incluso el tema de su efec
tividad. A la pregunta de cuándo una norma es válida, impera
tiva y normativa, su respuesta es: cuando manda. La Grundnorm
es la explicitación de una tautología. Es el reconocimiento de
que ningún poder, ninguna voluntad, ninguna sustancia ni
ningún sujeto, de que ningún soberano —asi sea Dios Nuestro
Señor—puede hacer normativa una norma, ya que para ello
debería contar antes con poder normativo, imjjerativo, legisla
tivo'®. No puedo detenerme aquí sobre la importancia de este
filósofo del derecho, cuyas intuiciones sobrepasan con mucho
el reducido ámbito de la doctrina del derecho, afectando al
problema del tiempo, a la lógica del juicio o al problema de la
libertad. Me limitaré tan sólo a decir que la crítica de Kelsen al
fundamentalismo se dirige no sólo al derecho, sino también y
en igual modo a la ética. Si muchos son los ordenamientos
jurídicos, muchas son las ideas de justicia. También para la
justicia vale el principio de que es justa la justicia tenida por tal.
Es la efectividad la que decide. Y la efectividad de la justicia no
puede ser juzgada como justa o injusta. ¿Relativismo? Sí, rela-
Schriflen, E d . d e T ie d e m a n n R ., y S c h w e p p e n h a u s e r , H . , S u h rk a m p ,
F ra n k fu rt/ M , 1 9 7 2 . I I / l, pp. I79*‘ 2 0 3 ; aquí, p . 2 0 1 ; [hay tr . e s p .: « P a r a la
critic a d e la vio le n cia*» , en: £nso)K>sescogidos, S u r, B u e n o s A ire s, I 9 6 7 . p. I 2 7 I).
RELIGIÓN - FUNDAMENTALISMO - TERRORISMO 331
19 Ibid., p. 199.
20 Ibid., p. 200.
RELIGION - FUNOAMENTALISMO - TERRORISMO 335
12
La violencia religiosa separa al ser viviente del mundo, pues lo
separa de la ley, de la violencia d éla ley, destinándolo a la con
tra-violencia; a este nivel, ninguna imputación jurídica afecta ya
al ser viviente-hombre; ni siquiera, pues, la libertad, la libertad
jurídica. A la vez (háma, simul) lo echa al mundo: aunque el
viviente hombre ya no es responsable de nada, porque está fuera
del «ser», del «es» y del «soy», se siente sin embargo responsa
ble de todo. No hay pasado, por remoto que sea, que no le con
cierna; ni futuro, por lejano que esté, que no le afecte. En su
existencia se concentra toda la historia, pero no porque el hori
zonte del universo se manifieste en el instante (en el Augenblick),
en la ripé ophtalmoú (/ Co. 15-52), sino justamente al contrario:
porque el ser viviente no sabe hasta dónde se extiende su respon
sabilidad, dónde comienza y dónde termina su 'libertad’, por
que el ser viviente siente su limite al ignorar todo límite. No saber
el límite es lo que constituye el límite del ser viviente. Sentir y
no-saber están estrechamente ligados: cuanto mayor es el senti
miento de responsabilidad, tanto menor es el conocimiento del
horizonte total. La totalidad se hace sentir como falta, y la falta
como posibilidad. Y allí donde todo es posible, es posible mi
propia existencia, desconocida para mí mismo. Yo soy «tú »
para conmigo mismo. Si estoy en el mundo (dentro de la totalidad
de los horizontes mundanos: del derecho, de la economía, de la
política y de la historia) es porque nunca tengo una visión
panorámica del mismo (o sea de la totalidad de dichos horizon
tes, en su singularidad y en su conjunto); estoy 'fuera’ de él por
la misma razón, pero valorada de otro modo: porque siento el
límite de este 'estar dentro’ . Por utilizar un lenguaje kantiano,
ni la dialéctica 'viene’ después de la analítica, ni ellas son 'indi
ferentes’ entre sí: la dialéctica es el límite interno de la analítica,
un límite que ésta no puede conocer por estar entregada a su
contenido, o sea a las determinadas determinaciones de los entes
336 FILOSOFIA D EL IMPERIO
13
Génesis, 4., 2- 4 ;
Fue Abel pastor y Caín labrador: y al cabo del tiempo hizo Caín
ofrenda a Yavé de los frutos de la tierra, y se la hizo también Abel
de los prim ogénitos de su ganado, de lo m ejor de ellos; y
agradóse Yavé de Abel y su ofrenda, pero no de Caín y la suya. Se
enfureció Caín y andaba cabizbajo.
y sea ‘inoperante’ equivale a negar la separación entre los dos ámbitos. Nada
hay más lejano del pensamiento de Benjamín que esta 'fausta utopía': <<el
Reino de Dios no es el Telos de la Dynamis histórica; no puede ser puesto
come fin. Desde un punto de vista histórico no es él la meta sino el
final (Ende). Por eso. el orden de lo profano no puede ser construido sobre
la idea del Reino de Dios, y por eso la teocracia no tiene el menor sentido
político, sino sólo un sentido religioso^»; Benjamín, W., ITyeologisch-politisches
Fragment (,GS. II/l, 2 0 3 )* Hacerle violencia a la violencia es un modo distinto
de habitar el mundo, no de obrar en el mundo. Es un sentir, no un hacer: un
sentir como diverso e/o6ror de siempre. El Aqgenbiícfr en el que el Mesías entra en el
mundo no deja por ello de ser un 2¡fipunkt (sobre esta distinción, cf. Uberden
Begriffder Geschichte, GS; 1/ 2 , 6 9 3-70 4 : (tr.: Tesis dejxiosojia de la historial en la ed.
cit., Ensí^sescondas, pp. 4 3 “ 52 l). En términos de Kierkegaard (cuya presen
cia es bien apreciable en ese texto): la redención del pecado no suprime el
pecado, sino que lo hace más pesado... y sólo por ello redime.
22 Jabés, E., UnEtrangeravec,sousiebras, unlivredepetitformal. Gallimard, París, I989,
pp. 6 0 -6 1 [hay tr. esp. en Círculo de Lectores, Barcelona, 20 0 2 J.
23 Eurípides, Lasbacantes, v. 861.
338 FILOSOFIA DEL IMPERIO
14
I5
Así pues, no es el poder sino la impotencia de la razón lo que
'da razón’ de la jiarfícu/ar incondicionalidad del sentimiento de
Lotir'sach, del «¡N o matarás!». Ahora bien, de lo que se trata es
de cuidar esta 'impotencia', de cultivarla. También aquí resulta
útil remitirse a la distinción kantiana entre analítica y dialéctica.
Si la primera procede por añadidos e incrementos, por desar
rollos y progresos (en los cuales están implícitos posibles invo
RELIGION - FUNDAMENTALISMO - TERRORISMO 34-1
26 Cf. Rilke, R. M., «Erlebnis^ (en: Werhe, Insel, Frankfurt/M 19822; VI, pp.
522-529).
27 Cf. Nielzsche, F., Aiso sproch Zp^'othustra (en; SámÜtche Werke; espec. pp. 4-* 201 -
20 2: [hay tr. esp. de Sánchez Pascual» A ., Alianza» Madrid, 2003])*
342 FILOSOFIA OEL IMPERIO
i
un gorrión: y las copas de la árboles añosos, pensativas consola
doras, delante de las cancelas de las villas deshabitadas deponen
el cansancio de su hoja»^*. No hay que preguntarse aquí si es el
alma humana la que presta de suyo sus colores a la naturaleza o
la naturaleza al alma humana. Cuando lo que se quiere es —más
que entender y antes aún que entender—sentir la sacralidad de la
vida, no cabe preguntarse tal cosa. Una sacralidad que com-
prehende tanto al hombre como a la planta, la piedra... y el
«resucitado grano de arroz en la luz»’ ®.
T b a d u c c ió n de M e rcedes S a r a b ia
El I m p e r io -, u n a ll a m a d a n a t i 'r a l m b n t e l e j a n a
4. Gesch.Gb.; 5* p- 425*
5 E s cie rto qu e la dictadura e ra u n a m agistratu ra e x tra o rd in a ria , creada ex necessitate,
o sea a fin d e c o n ju ra r u n p e lig ro gravísim o p ara la respublica, y q u e su p o n ía u n a
su sp e n sió n de los p rin c ip io s constitu cionales. P e ro , e n p rim e r lu gar, el cargo de
diefator term in aba a los seis m eses o an tes, u n a vez realizada la fu n c ió n p a ra la qu e
se le n o m b ra ra , o b ie n p o r h a b e r fin a liz a d o el cargo d el C ó n s u l q u e lo h ab ía
n o m b ra d o . Y en seg u n d o lu g a r, au n q u e el dictofor tenía imperium matus so bre todos
lo s m agistrad os (in c lu so so bre el C ó n s u l q u e lo había p ro p u e sto ), p u d ie n d o , en
346 FILOSOFIA DEL IMPERIO
14 Como cabía esperar, hay tr. esp. (propagada en la Red por páginas fascistas) en
£d. Heracles, Buenos Aires, 2001. Evola escribió el panfleto pocos meses
antes de los Acuerdos de Letrán (1929). pero entonces no sirvió de mucho,
dado el pragmatismo del régimen. En 1933 apareció, aumentada, una versión
alemana: //eidntscfier/mperio/tsmus. Por lo demás, es llamativo que Evola llame a
tomar las armas contra la «Anti*Europa^, la cual encarnaría los mismos valo-
res (anti-valores) de Francia, Inglaterra y América. Esa posición es bien pecu
liar. ya que el fascismo (y fundamentalmente el nacionalsocialismo) propagó
su causa haciendo justamente bandera de Europa y de la necesidad de salvarla.
Tal se muestra claramente en /mperium (194S), de «Ulik Varange» (en realidad.
Francis Parker Yockey). editado por R.P. Oliver (hay versión digital), y dedi
cado: 7o íhe herooftheSecond World War (o sea, a A dolf Hitler). Al contrario del
panfleto de Evola, el entero libro es un canto a las posibilidades de renaci
miento de Europa como un nuevo Imperio Mundial (ya que América, supues
tamente triunfante tras la Guerra, habría sucumbido a los antivalores judíos
del materialismo y el individualismo), siempre que ese martirizado continente
vuelva a hacer suyas las consignas del Héroe: ^The West has to fight against the
legacy o f two World Wars, which dethroned Europe, and made it vassal to bar-
barians and colonials. It must reconquer the world-supremacy which the jeal-
ous little opponents o f the Hero flung to the winds^ (p. 270).
15 Yo creo que la gente debería haberse rebelado más bien por una cuestión esté
tica, a saber por el levantamiento y trazado de la Viadella Conciliazionepara unir el
Castel Sant’Angelo con la Cittá del Vaticano.
EUROPA. OE LA P ALABR A IMPERATIVA A LA LEY COMUNITARIA
351
16 De una manera más «aseada^, Heidegger dirá en los años de su decisión más
peligrosaque el hombre es «forjador de mundo» (nKitbildend): «E l hombre no
se limita a serporfedel mundo, sino que es señor y siervo (.HerrundKnecht) del
mismo, en el sentido de que el 'tiene’ m undo». (Die Grundbeff^e derMetaj^sik.
W S 19 29 -19 30 . Ge5QmtQisgabe(-GA), Klostermann, Frankfurt/M.. 1992*; GA
29/30* P. 263.
17 NS~D; p. 33* bien sabido que el fascismo ha apelado —y sigue haciéndolo—a
la superioridad de la raza blanca y, especialmente, a la que todavía hoy se
denomina «anglosajona». De ahí el sentimiento de traición al ver que eran
precisamente los Estados Unidos e Inglaterra quienes se enfrentaban a la
nueva Revolución, salvadora de la «civilización occidental». Francia, el
odiado enemigo propagador de la ^i;i7í5ation frente a la KuUur, de la Geseílschaji
mecánica frente a la Gemeínsc/io/l orgánica, y encima el país que, habiendo sido
ocupado en su flanco oriental en la Gran Guerra, exigió un oneroso pago por
daños de guerra a la exhausta Alemania, queda siempre fuera de consideración
(como España, aunque ésta se apuntara luego por su cuenta al carro del Eje).
También puede pesar en ese desprecio la perenne rencilla sobre el verdadero
detentador del Imperio de Carlomagno: los francos o los germanos. Asi,
Jacob Wimpfeling, remontándose al prim er emperador que logró superar la
gravísima crisis tardomedieval del Sacro Imperio: Maximiliano I, pide que:
«Se haga saber a todos los alemanes que desde el tiempo de Julio [César], el
352 FILOSOFIA DEL IMPERIO
20 Roma, p. 225*
21 Roma, p. 24.3.
354 FILOSOFIA DEL IMPERIO
22 Por cierto, un débil eco de esta para nosotros desmesurada pretensión se halla
en el opúsculo BeontwortungJer Frage: iVas ist Jie AuJklórung? de Kant, al
referirse éste a: «un único Señor del Mundo (ein einz/gerHerrderW^lt) [que] dice:
ratonad cuanto queráis y sobre lo que queráis, ¡pero obedeced! VIII, p. 37).
Aquí, como en Wieland —cuya obra, antes citada, es cuatro años posterior al
opúsculo—se enlazan perfectamente cienctay política... autoritaria.
23 De monarchia, III. I: «Dico igitur ad questionem quod romanus populus de
iure, non usurpando, Monarche offitium, quod ^Imperium' dicitur, sibi
super mortales omnes ascivit. 2. Quod quidem primo sic probatur: nobilis-
simo populo convenit ómnibus aliispreferri; romanus populus fuit nobilissi-
mus; ergo convenit ei ómnibus aliis preferri». (vers. digital).
EUROPA. OE LA P A LA B R A IMPERATIVA A LA LEY COMUNITARIA 355
25 DerMensch und die Technik, «D ie zweite Stufe: Sprechen und Unlernehm en»: 8
(1931); hay vers. digital.
26 Lpes. XII, 942c-d.
EUROPA. DE LA PA LA BR A IMPERATIVA A LA LEY COMUNITARIA 357
F A Kaulbach. G erm a n ia - A u g u st 19 1 4
(inicio de la Primera Guerra Mundial)
darwinista del Reich: sólo cuenta aquí el derecho del más fuerte.
De modo que para el nacionalsocialismo no existe nada pare
cido al iusgentium. Los derechos a la existencia de los demás pue
blos nada cuentan frente al «derecho a vivir» (Lebensrecht) del
pueblo alemán, como se afirma con toda claridad en Mein Kampf:
«E l movimiento nacional (die volkische^* Bewegitng) no ha de ser el
abogado de otros pueblos*^, sino el combatiente en primera
línea {Vorkámpfer) del propio pueblo»*®. Por cierto, afirmacio-
45 Heidegger. M.. Deutsche Aíánner und Frauen! («Arenga en favor de Hitler y del
partido nacionalsocialista con ocasión de la votación popular y de la elección
del i?ctc/irf(^de 12 de noviembre de 1933^* Schneeberger, G ., NachUse
zu Heide^r, Berna, 1962, pp. 144^^*^ Puesto que el edificio histórico del
Reichstag fue incendiado el 27 de febrero de I933. las elecciones tuvieron
lugar en la Krolloper, cercana a la Puerta de Brandenburgo. El NSDAP obtuvo
el 9 2 . 2 % de los votos.
366 FILOSOFIA DEL IMPERIO
56 Op. af., p. 1192. Y añade en n. l: «Esta poderosa pugna entre un muy pequeño
número de hombres de raza, duros como el acero y de prodigioso entendi*-
miento —algo que el simple hombre de ciudad ni ve ni entiende—, hace que,
considerado el punto desde lejos, o sea desde una perspectiva histórico-mun-
dial, la mera lucha de intereses entre el empresariado y el socialismo obrero
pierda toda importancia y sentido, £1 movimiento obrero es lo que sus con
ductores (Füfirer) hacen de él, mientras que el odio hacia los propietarios del tra
bajo puntero (Fúhrerarbeit) industrial se ha puesto hace ya tiempo al servicio de
la bolsa. £1 comunismo práctico, con su 'lucha de clases” —en una fase hoy lar
gamente pasada de moda e inauténtica—, no es otra cosa que un seguro servi
dor del gran capital, que sabe utilizarlo muy bien^.
57 0 ^. d f.,p ,II 9 4 .
EUROPA. DE LA P A LA B R A IMPERATIVA A L A LEY COMUNITARIA 371
6l Das Geheimnis des KosnwpoiUen-Ordens (1788). En: AufsáUe zu LUeralur und Poliltk,
Rowohlt, Reinbeck/Hamburgo, I970, p. 133 : «furo/w... ist, und vermutlich
immcr blcibcn wird, das wahre Vaterhnd derKünsteund Wissenschajlen, der Weltteil,
worin die Kultur aufs hóchste gesliegcn, und der, wiewohl der kleinste, kraft
der unendlichen Obermacht, die seiner Bewohner durch die ungleich gros-
sere und immer fortschreitende Ausbildung aller menschlichen Naturfábíg-
keiten über die übrigen Vólker des Erdbodens erhalten, auf immer der /lerr-
sc/iende geworden ist».
374 FILOSOFIA DEL IMPERIO
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* JJlu;íU7flhr|lE<6riirtówit w w íi‘13<r^i
1 H.ilthVuin.ifíaian
tiL
Mattháus Merian, TTieafrum £uropaeüm. Frankfurt am Main, 1S43^
EUROPA. DE L A P A LA B R A IMPERATIVA A LA LEY COMUNITARIA 377
71 El pasaje abre la segunda sección del «Derecho público^^. a saber: «El dere
cho de gentes» (Dos Vólkerrecht). de la Mefo/>ih?silr(íerSiiíen, § 53; Ale. VI. p. 343-
Las consideraciones siguientes en el texto remiten a este mismo pasaje.
EUROPA. OE LA P A LA B R A IMPERATIVA A L A LEY COMUNITARIA 385
72 WiA?, /Me. VIII, p. 3 5 . Por cierto, puede que no sea baladi el hecho de que este
opúsculo y el de Idee einer aUgemeinen Geschiebte se publicaran en el mismo año:
1784..
EUROPA. DE LA P A LA B R A IMPERATIVA A L A LEY COMUNITARIA 387
Pero no creo que haya tal ruptura; la libertad sin ley del salvaje
no tiene que implicar necesariamente una vida solitaria y sin
freno alguno, sino al contrario, y muy en la línea de cuanto se
viene señalando, esa libertad deja ver la distancia infranqueable
entre el que es externamente libre por ser el más fuerte y quien
no lo es por estar subordinado a éste (desde el familiar al
fámulo y al esclavo).
Y en efecto, con una claridad meridiana había expuesto
poco antes Kant la esencia de «la única constitución política
estable», que luego se perfilará con mayor nitidez aún al com
parar el Estado de derecho con los pueblos en estado de natu
raleza. Para el filósofo, en esa constitución «la ley ordena por
sí misma y no depende de ninguna persona particular»; así es
como se constituye «un estado de la sociedad civil absoluta
mente jurídico», en el que «a cada uno puede atribuirsele lo
suyo perentoriamente» (haciéndole pues justicia). Es más; «toda
verdadera república es f... ] un sistema representativo del pueblo [...]
Pero en cuanto un jefe del Estado se hace representar personal
mente (ya sea el rey, la nobleza o el pueblo entero, la unión
democrática), el pueblo unido no sólo representa al soberano,
sino que él mismo es el soberano, porque en él (en el pueblo) se
encuentra originariamente el poder supremo del que han de
derivarse todos los derechos de los individuos como simples
súbditos»^®. Esta magnífica definición de lo que hoy llamaría
mos el núcleo de toda democracia (que el «pueblo unificado,
vereinigt» es el soberano) no debe hacer olvidar empero que esa
«unificación» es producto de la Constitución (el Pueblo no
está ya de antemano unido; al Pueblo se le unifica mediante la
Ley; y sólo por esa Vereinigungse torna esa sociedad en Estado).
Es necesario deletrear aquí a Kant, con todo cuidado. Lo que él
dice es que en el pueblo «se encuentra originariamente el poder
salvaje, pues, sino algo peor: Estados que quisieron ser Pueblo,
que pretendieron formarse como «comunidad del Pueblo»
(Volksgenossenschafi), separándose de la Sociedad de Naciones para
constituirse como Imperios, en un retorno a lo biológico y telú
rico. Fin sangriento de Europa, antes de nacer, en nombre de
la «otra» Europa: el coto agresivo de Asia. En sus obras políti
cas, Kant estaba anticipando la situación de Europa durante la
primera mitad del siglo X X , o mejor: la imposibilidad de la
existencia de Europa como federación de Estados libres. Justamente
porque algunos de esos Estados sintieron la tentación de regre
sar al estado de naturaleza.
L a L e y c o m u n it a r ia y ia in t r o y e c c ió n d e ia v io l e n c ia
I
EUROPA. OE LA P A LABR A IMPERATIVA A LA LEY COMUNITARIA 395
78 Kant, I ., /Tnfiir í/er reinen Vemunfi. A X I , n.; «Nuestra era es la era de la critica, a la
cual todo debe someterse. La religión por su santidad y la ¡egslación por su majestad
pretenden por lo común sustraerse a ella. Pero entonces suscitan una justificada
sospecha en su contra y no pueden exigir un respeto no fingido, que la razón
confiere solamente a aquello que ha p>odido pasar su examen, libre y público».
EU ROPA. DE L A P A LABR A IMPERATIVA A L A LEY COMUNITARIA 397
Prólogo 7
F é l ix D u g u E y V a l e r io R o c co
El imperialismo democrático:
entre imperio y revolución 255
M a r ía L u c ia n a C a d a h ia
Europa.
De la palabra imperativa a la ley comunitaria 343
F é l ix D uq ue