Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Antropología Cultural
Docentes: Lic. Patricia Fontelles
Lic. María Emilia Ghiglione
Presenta: María Yasi Mazarín
Fecha: 20 de noviembre de 2017
Entrevista Etnográfica
Llegue a las 10am a la casa de Victoria en el Barrio Hipotecario o también llamado Barrio
Jardín donde coordinamos el encuentro, luego de una hora de viaje desde mi casa hacia la
de ella (yo vivo en el centro sur de la ciudad de Santa Fe, ella en el norte), me recibió
alegremente con el mate preparado.
Nos ubicamos al lado de un ventanal que daba paso a la luz matinal, una mañana soleada
luego de una noche de lluvia y viento muy fuerte.
Trajo a la mesa unas toallitas higiénicas de tela de toalla que estaba haciendo y que iba a
aprovechar a continuar durante la entrevista, para su hija Luna que tiene 11 años y que
pronto iba a tener la menarca. Comentamos sobre la necesidad de la ESI (Educación
Sexual Integral) en las escuelas y me contó que ella se había ofrecido a dar una charla en la
escuela de su hija y que la maestra la había mirado extrañada, pero que a directora le dijo
que sí, que la llamarían. Se está casi terminando el ciclo escolar y aun no la llamaron.
-¿Estás en pareja?
-No, estoy separada. Lucas nació acá, en esta casa, vivimos casi dos años en Argentina y
de ahí nos fuimos para Venezuela, porque el papá de ellos es de allá y vivimos allá tres
años y medio, luego nos separamos y yo me volví con los chicos. El papá de los chicos vino
una vez al año o cada año y medio a verlos. Y ahora está acá, se vino a quedar un tiempo
más largo, así que los ve y todo, tienen buen vínculo, pero la que está a cargo de los chicos
soy yo.
-¿Sos partera o doula?
-Soy partera en la tradición. No soy Lic Obstétrica, no estudié en ninguna universidad, sí
hice dos carreras de partería, pero en (eso vas a tener que ver cómo lo pones) -advierte-
dos escuelas que no están reconocidas por ningún ministerio.
- ¿Dónde están esas escuelas?
-Mi formación es en una escuela acá en Argentina, en Córdoba, y otra en Brasil, que son
escuelas no reconocidas por ningún Ministerio por más de que han hecho los intentos, pero
sí tienen un sostén internacional de lo que es el Movimiento de la Partería en la Tradición,
que es un Movimiento que trata de rescatar los saberes de las Parteras Tradicionales. Brasil
fue punta de flecha por su gran tamaño pero porque hubo una mujer que dirigió una ONG
que laburó mucho en ir a buscar a las parteras y reunirlas, entonces empezó a hacer
congresos de Parteras Tradicionales para empezar a rescatar sus saberes y al mismo
tiempo armó unas pequeñas adecuaciones para que ellas puedan seguir laburando y
puedan adaptar sus conocimientos, pero no sería a lo "misionero" con los pueblos
originarios, no es esa la idea, pero sí incluyeron otros saberes para que ellas puedan
trabajar más de enfermería básica, eso como movimiento político. Y después se crearon las
escuelas donde fui, las cuales, ambas, tienen un encare de rescate cultural y de una misión
de lo espiritual, como algo muy importante. Es una partería que toma a la mujer dentro de
una mirada muy holítisca, mira a la mujer como un todo: en su salud física, en sus
emociones, en su historia, incluso abordamos hasta cómo fue su menarca, como fue el
comienzo de su menstruación, como fue el inicio de sus relaciones sexuales, como es el
vínculo con su familia. Así como su historia clínica: si hay antecedentes de diabetes,
hipertensión, etc. Y se arma una historia clínica muy completa de la mujer y del compañero
también, de la historia de ese vínculo, de hace cuanto que están juntos, si es el primer hijo o
no, si ha habido pérdidas, si la mujer tuvo abortos espontáneos, provocados. Son todas
cosas que van no desde un lugar de juicio, sino que van haciendo al historial de ese útero,
para el útero y para el cuerpo emocional de la mujer.
-¿Cuándo/cómo empezaste con la partería?
-Creo que fue cuando conocí al partero de Lucas, el primer partero que me asistió, que me
acompañó, que si bien él se había recibido como neonatólogo, había abandonado el laburo
en la institución y se había salido del sistema y venía acompañando partos en casa desde la
mirada de la biosalud (que es también una mirada que contempla al ser humano como un
ser completo, y que busca no poner paños fríos en los síntomas sino tratar de generar una
buena salud). Bueno, él me acompañaba desde esta visión que incluye buena alimentación,
ejercicio diario agradable, el consumo de la orina como cuestión preventiva y como forma
de sostener las defensas altas y todo el conjunto de sistemas del cuerpo funcionando bien.
Yo lo conocí en mi primer embarazo y fue quien asistió mi parto, con él fui haciendo todo un
proceso de acompañamiento donde nos veíamos una vez por mes y veíamos cómo estaba
yo desde lo clínico, cómo estaban mis defensas, mi hemoglobina, como iban evolucionando
mis pezones, es decir toda la cuestión física; y también un abordaje de lo emocional, de
cómo se iba dando la cuestión de pareja, cómo estaba yo en relación a lo económico, cómo
estaba yo en relación al resto de mi familia, a encarar una maternidad siendo tan joven,
porque yo tenía 20 años, todo un abordaje profundo, que para mí fue un sostén re
importante. Yo sentí que ese acompañamiento me dio mucho poder a mí, como mujer, me
ayudó a construir yo mi camino, acompañada, pero asumiendo que ese camino lo iba
gestando yo. Entonces elegí así parir en casa con él y me acuerdo que en algún momento
del embarazo o del parto sentí la frase mía interna "en la próxima vida ya sé lo que vas a
ser, vas a ser partera", esa ficha fue en el embarazo de Lucas. Y después vino la
maternidad y me atravesó con mucho disfrute, con mucha entrega y cuando quedé
embarazada de Luna, que fue bastante sorpresa también, ya habíamos decidido encarar el
viaje para Venezuela a conocer a la familia del papá de Lucas, con quien estábamos
conviviendo y todo, y arrancamos ese viaje, viajando con artesanías y pequeños ahorros y
ahí me entero que estaba embarazada otra vez. Y fue hacer ese viaje con todo el
embarazo, llegar allá con la certeza de que no quería ir a una institución a parirla así que la
historia era llegar, buscar un lugar y buscar una partera que me atienda. Cuando
encontramos un lugar para vivir yo ya estaba en el último mes del embarazo y en ese lugar
ya no había más parteras que asistían, era un lugar bastante apartado pero la gente se iba
a la ciudad más cercana a parir, no parían más ahí porque bueno, esto que se da muchas
veces, que se ha dado como fenómeno cultural de que siempre las ciudades son sinónimo
de progreso, el sistema con todo lo que implica es sinónimo de progreso, entonces, ese era
un pueblo chiquito donde la gente sentía que ir a estudiar, trabajar e incluso ir a parir, a
nacer en la ciudad era mejor (sin contar con que hacer dos horas de camino de montaña
sinuoso podría llegar a ser más peligroso hacer eso en trabajo de parto que parir, si todo el
parto venía bien, en su lugar). Bueno cuando vimos que esa era la situación, veníamos
viendo que todo el embarazo venía muy en salud, yo venía asumiendo los mismos cuidados
que había asumido durante la gestación de Lucas, hacía caminatas todos los días, tomaba
mi orina, lo cual me generaba la seguridad de estar con las defensas altas. En los controles
que habíamos hecho durante el viaje también todo venía saliendo bien y teníamos la
experiencia previa del parto de Lucas entonces en un momento sentimos ya dejar de buscar
y decidimos tenerlo nosotros solos al parto ahí, hablamos con un par de vecinos, cosa de
que si en algún momento sentíamos que teníamos que trasladar lo íbamos a hacer, no nos
íbamos a quedar a costa de cualquier cosa, así que ya estaba más o menos arreglada la
'ambulancia' -expresa entre risas- y bueno, así fue que esperamos a Luna. El parto fue
hermoso, incluso más rápido, más fácil que el de Lucas, y eso que Luna fue re grandota,
pesó 4,200kg más o menos, pero fue un parto muy hermoso y después con el tiempo
entendí que había sido una experiencia con mucha asistencia. Fue recién en el puerperio de
Luna cuando yo empecé a sentir más concretamente que mi elección de vida y mi misión de
vida iba por el lado de los nacimientos. Una vez encontré un artículo en una revista en
Venezuela que hablaba sobre las doulas, de quienes, en Argentina, nunca había escuchado
hablar, incluso habiendo parido en casa. Yo llegué a la partería primero como mujer,
primero como madre que quise parir de otra forma y eso sucedió porque el primer parto que
viví yo de cerca fue el de mi hermana quien tuvo a su primer hijo con unos meses antes que
yo en un hospital y tuvo una experiencia donde vivió todas las secuencias de violencia
obstétrica que te puedas imaginar, de falta de respeto, de falta de información de lo que le
estaba pasando, una serie de cosas bastante desagradables que vivió, entonces, cuando vi
esa secuencia dije "yo no quiero esto, yo quiero otra cosa para mi parto" y ahí empezó mi
búsqueda, ahí encuentro al partero con el que termino pariendo a Lucas acá en esta casa y
bueno, así empezó ese camino, entonces en el puerperio de Luna, yo empecé a sentir un
llamado muy fuerte a querer acompañar a otras mujeres, primero un llamado a querer
compartir con toda mujer que pasaba al lado mío que había otras formas de atravesar eso y
empecé a sentir mucha receptividad a lo que yo les compartía, de hecho, con muchas de
esas mujeres después seguimos en contacto, volvimos a encontrarnos y terminaron
gestando/pariendo en sus casas. Cuando me separé y decidí volver a Argentina sentí que
mi vuelta tenía que ver con ese camino de la partería y me entero que había abierto una
escuela de parteras en Córdoba, entonces vuelvo a Santa Fe y me reencuentro con una
amiga, Caro y le cuento en qué andaba y se dio que las dos estábamos sintiendo este
mismo llamado, y así empezamos a autogestionar nuestro camino como doulas. Estábamos
en eso cuando nos contacta una pareja, que eran conocidos de Caro, que sabían que
estábamos empezando este camino y que querían que los acompañemos en su gestación,
que ellos estaban con ganas de parir en casa, así que juntos empezamos a buscar una
partera que se anime y bueno, ese fue nuestro primer acompañamiento en 2010 como
doulas. Conseguimos una Lic. Obstétrica que se animó a asistir este parto por fuera del
sistema, lo cual le generó grandes crisis internas, acompañó dos partos nomas y no quiso
más. Así arrancó nuestro camino con las primeras parejas. Y a la par, el año siguiente
arrancamos la formación en la escuela de parteras en Córdoba, que fue una formación de
cinco años, y mientras tanto íbamos acompañando como doulas acá en Santa Fe y ni bien
arrancamos empezaron a aparecer parejas que querían parir en casa. Se generaban
vínculos tan fuertes que con la mayoría de las parejas de esos primeros años terminamos
siendo hermanos. Durante todos esos años que íbamos haciendo la formación, íbamos
acompañando como doulas y también como aprendices de parteras, fueron años donde
íbamos aprendiendo de los dos lugares al mismo tiempo, y la posibilidad de trabajar como
doulas nos significó una gran posibilidad de aprendizaje sobre la partería. Encontramos
finalmente una compañera Lic. Obstétrica que nos acompañó durante esos primeros años,
que no era de acá y con ella aprendimos muchísimo, una hermana muy generosa, y bueno,
así fue siendo este camino, fue cambiando muchas veces la conformación del equipo, y hoy
estamos en un equipo donde trabajamos parteras en la tradición junto con doulas, donde
para cada parto armamos equipos a veces con dos parteras y dos doulas, dos parteras una
doula, tres parteras un par de doulas, dependiendo lo que sintamos que haga falta, pero
siempre trabajamos con más de una partera. Para nosotras también es muy importante la
intimidad de la pareja, y encontramos la vuelta, encontramos la forma de que en un equipo
de tres o cuatro personas o más, esa intimidad no se vea afectada, que podamos no
siempre estar todas encima de la pareja, pero encontrar un equilibrio, porque el parto
fisiológico y natural tiene sus tiempos muy propios, pueden ser partos largos, y es en ellos
donde es muy importante que nosotras seamos varias para poder ir sosteniéndonos. La
Partera Tradicional tiene en cuenta y está observando y está todo el tiempo poniendo cada
uno de los elementos en la balanza, para ver cómo acompaña ese parto desde un lugar de
invisibilidad cuando tiene que serlo o desde una persona firme cuando tiene que serlo. Cada
mamá tiene necesidades distintas en cada momento, y bueno, es un poco tener en cuenta
todo eso.
Antropología Cultural
Docentes: Lic. Patricia Fontelles
Lic. María Emilia Ghiglione
Presenta: María Yasi Mazarín
Fecha: 20 de noviembre de 2017
Presentación de la entrevistada
Se llama Victoria Salami, tiene 34 años, vive en Santa Fe en el barrio Hipotecario o también
llamado Jardín. Su casa se ubica al final de la calle San Juan, luego de pasar 5 cortadas, un
barrio extremadamente verde, con una cercanía a los vecinos casi inmediata.
Victoria tiene dos hijos, Lucas de 13 años y Luna de 11 años. Ambos asisten a la escuela al
turno mañana.
Victoria trabaja como Partera Tradicional, estudió en una escuela en Córdoba recibiéndose
en el año 2016, además de recibir formaciones en escuelas de Brasil. Las rondas de
gestantes que realiza con las parejas a quienes asistirán en su gestación, parto y posparto,
se efectúan en Tinkunaco ubicado en General Paz 4534. Allí trabaja con un equipo de
parteras y doulas. A su vez trabaja como masajista y terapista florar en un espacio que tiene
en su propia casa en el primer piso.
Memoria
La reunión estaba estipulada a las 9:30am., me dispuse temprano a aprontarme para salir
en colectivo a las 8:45am, ya que no conocía en profundidad el barrio al que debía ir. A las
8hs le escribo un mensaje por waths app a Victoria avisándole a la hora que saldría hacia
allí, al no contestarme no sabía si ir o esperar su respuesta. Decidí esperar y a las 9hs me
responde que se había quedado dormida, que vaya. Llego a la parada del 11, me lo tomo y
bajo un par de cuadras más delante de donde debía, por suerte me ubicaba y retomé el
camino enseguida.
Ese sector del barrio era casi un pasadizo natural, con cinco cortadas y mucho verde. La
calle de ripio estaba mojada, la noche anterior había llovido, pero ese parecía que sería un
gran día de sol.
Llego al final de la calle, giro diez metros a la izquierda y allí se encontraba la casa color
verde, rosa y anaranjado, con una escalera por fuera que da entrada directa al espacio de
masajes y terapia floral. Toco la puerta y me abre Victoria con su característica sonrisa, me
da un abrazo apretado y me guía hacia un espacio con un ventanal y una mesita para
sentarnos a la luz de la mañana.
Acerca el mate amargo y una serie de toallitas de mano que había estado recortando y
cosiendo para armas toallitas higiénicas para su hija Luna, que pronto tendría su menarca.
Mientras hablamos de la necesidad de la ESI en las escuelas y la falta de compromiso por
parte de los padres al no exigir que esos contenidos se den en el aula.
Me contó que ella se ofreció ante la maestra de Luna y la directora para dar esos
contenidos o una charla mínima, pero al parecer a la maestra no le gustó la idea, y a la
directora supuestamente sí, incluso quedó en llamarla, pero jamás lo hizo y el ciclo escolar
está llegando a su fin.
Comencé con una pregunta que sabía que quizás no tenía que ver con la temática que
quería indagar, pero sí con la subjetividad de Victoria y su construcción como mujer-madre-
partera. Su respuesta fue muy natural y segura. Al preguntarle si es partera o doula
comenzó su exposición. Debo admitir que la respuesta fue por más caminos de los que
esperaba, pero sin dudas enriqueció el nulo conocimiento que tenía del tema.
No tuve la necesidad de interrumpir su relato porque me encontraba fascinada, a su vez era
tan completa la información que a veces necesitaba pensar bien una pregunta, incluso me
preguntaba si era necesario preguntar en vez de dejarla que simplemente hable.
Se la notaba muy cómoda e interesada en contarme todo acerca de esta práctica, de estas
experiencias, sé que es muy importante el asentamiento de memorias de las parteras en la
ciudad de Santa Fe y de alguna manera a ella, este trabajo, le ha significado un comienzo.
La necesidad que tiene esta comunidad de mujeres de que se expandan los saberes y
conocimiento ancestrales hacen que se abran enteramente a contar todo. Esta necesidad
de visibilizar sus prácticas y de dejar de vivir en esa línea del "no ser" que plantea
Grosfoguel, y no por racismo, sino por desmerecimiento de los conocimientos. La
"colonialidad del saber" ha hecho que estas prácticas hayan quedado en el anonimato, tanto
así que sus títulos no son válidos para el saber eurocéntrico quien tiene registro de "lo
verdadero" , 'lo legal', 'lo sano'. Es decir que estos saberes, simplemente por el hecho de no
tener sustento legal, para el sistema capitalista neoliberal, no existen y sus defensores son,
sin dudas, amenazas para la conservación del saber legítimo.
La empatía que fui sintiendo a lo largo de la charla da cuenta de que todas las acciones que
ella nombraba de parte de la "corporación médica" la he sufrido y la sufrimos todas las
mujeres en carne propia diariamente, desde la propagación de pastillas anticonceptivas que
alteran el funcionamiento natural hormonal, hasta métodos abortistas totalmente
perjudiciales para la salud de la mujer que decide interrumpir su trabajo. De a poco fui
acercándome a este nueva mirada donde de alguna manera sé que me sentiría mas
acogida, mas segura, incluso hasta me dieron ganas de experimentar un embarazo para
poder sentir todo ese amor y calidez que se genera a través de los acompañamientos.
En mi visita a Tinkunaco, el espacio donde realizan las rondas de gestantes de las parejas
que serán asistidas por parteras y doulas, entre ellas Victoria, pude presenciar y compartir
una de estas rondas sin ser madre, incluso sin estar gestando, sin embargo pude conectar
con mi propio ser nacido, con mi propio ser mujer, con mi propio cuerpo y naturaleza
humana.
Perspectiva de la cátedra con prácticas de gestión cultural
A través de este trabajo necesité preguntarle a mi madre acerca de su nacimiento, el de sus
hermanos, sus partos y el de su madre. Me llevé por sorpresa que de los seis hermanos
que son, cinco nacieron en su casa, sólo su hermana mayor nació en el hospital. No me
supo decir nada más, pudo recuperar eso de su historia, porque no era algo extraño como
para indagar sobre el tema, mi abuela tampoco se encuentra con vida como para
preguntarle más, pero esto ya supuso en mí una satisfacción enorme de encontrar más
cerca de lo que creía este tipo de prácticas ancestrales, tradicionales.
Como futura gestora cultural me encantaría poder realizar encuentros y movilizaciones para
visibilizar la existencia de parteras y doulas (dentro de un marco seguro), así como para
gestionar la legitimidad y validación de sus títulos, para luchar por un sistema de salud
respetuoso, holístico, más humano, que tenga en cuenta las decisiones de las personas que
allí acceden y que no se omita o tergiverse información crucial para conocernos.
Cruce teórico
Retomando la primera etapa del trabajo, me es imprescindible reiterar la noción que plantea
Grosfoguel de la "a-legalidad", si bien sabemos que tanto parteras como doulas no son
relegadas al otro lado de la línea por disidencias raciales, sino más bien por la "colonialidad
del saber", éstas se encuentran en un lugar de no existencia, sus saberes dentro del
sistema de salud no son tenidos en cuenta, mucho menos tomados como válidos o
verdaderos.
Aunque tuve que hacer un recorte muy grande de lo dialogado, ya que fue una charla de
aproximadamente 1:45hs, citaré un fragmento de lo relatado por Victoria y que no se
encuentra en la etapa de la entrevista etnográfica: "En los '50 todavía muchos de ellos,
dependiendo en qué lugar en qué ciudades o en qué pueblos, todavía nacían en sus casas
con parteras. Pero más o menos en esas décadas empieza a plantearse que nacer en casa
era peligroso, que era sinónimo de muerte, de peligro de muerte de la mamá, de muerte del
bebé, y a trasladarse el nacimiento a las instituciones. Cuando en realidad si vos investigas
sobre el tema y haces un análisis, lo que redujo la mortalidad materna e infantil fueron otras
cuestiones, mas de saneamiento, más de control de la gestación y de poder definir cuáles
eran los nacimientos complejos que necesitaban otro tipo de atención". Ante esta
declaración podemos atender directamente a la negación y destrucción de saberes
ancestrales que se fueron expandiendo de generación en generación, pero que la
necesidad del sistema en el que vivimos, de manipular las historias, los saberes, los
cuerpos, la salud, y lograr que todos existamos de maneras homogéneas, hizo que nos
encontremos en una situación donde desconocemos nuestro propio cuerpo, nuestro propio
lugar donde habitamos desde que nacemos hasta que morimos. Y este que el "buen vivir"
-kawsay- abre las posibilidades de concebir y agenciar la vida de una manera “otra”, una
manera distinta concebida desde la diferencia ancestral y sus principios, pero pensada para
el conjunto de la sociedad.
Descolonizar el mundo en que vivimos es construir la interculturalidad –así entendida
críticamente–, ya que requiere transgredir, interrumpir y desmontar la matriz colonial aun
presente y crear otras condiciones del poder, saber, ser, estar y vivir que se distancian del
capitalismo y su razón única. Es el esfuerzo de resaltar lógicas, racionalidades y modos
socioculturales de vivir históricamente negadas y subordinadas y hacer que estas lógicas,
racionalidades y modos de vivir contribuyen en forma clave y substancial, a una nueva
construcción y articulación –a una transformación– de orientación decolonial.
Bibliografía
DE SOUSA SANTOS, B; MENESES; M. (2014) Más allá del pensamiento abismal: de las
líneas globales a una ecología de saberes. Epistemologías del sur (perspectivas) Ediciones
AKAL. (Cap.1)
GARCÍA CANCLINI, N. (2004) “Introducción: Teorías de la interculturalidad y fracasos
políticos”. En: Diferentes, desiguales y desconectados. Mapas de la interculturalidad.
Barcelona, Gedisa.
GROSFOGUEL, Ramón (2011). “La descolonización del conocimiento: diálogo crítico entre
la visión descolonial de Frantz Fanon y la Sociología desconolonial de Boaventura de Sousa
Santos”. Actas del "IV Training Seminar del Foro de Jóvenes Investigadores en Dinámicas
Interculturales (FJIDI)" del Centro de Estudios y Documentación Internacionales de
Barcelona (CIDOB).
SEGATO, Rita (2013) “Introducción: Colonialidad del poder y antropología por demanda”.
En: La crítica de la colonialidad en ocho ensayos. Y una antropología por demanda. Buenos
Aires, Ed. Prometeo.
ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD, "Parteras tradicionales ". Declaración conjunta
OMS/ FNUAP/ UNICEF. GINEBRA 1993
WALSH, C. (2006). “Interculturalidad y colonialidad del poder. Un pensamiento y
posicionamiento otro desde la diferencia colonial”. En Walsh, C., García, A. y Mignolo.
“Interculturalidad, descolonización del estado y del conocimiento”. Buenos Aires: Ediciones
del Signo.