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La democracia, “el gobierno


del pueblo por el pueblo”
(Palabras de Obama en El
Cairo y la Europa
“democrática”)
 René Aga 08 de junio de 2009Construyendo capital humano, Sin
categoría

La democracia, “el gobierno del pueblo por el pueblo” (Palabras


de Obama en El Cairo y la Europa “democrática”)
Habla Barack Obama sobre la democracia en la Universidad de
El Cairo: “Sé que ha habido mucha controversia sobre la
promoción de la democracia en años recientes, y mucho de esta
controversia está conectada con la guerra en Irak. Así que voy a
ser claro. Ningún sistema ni gobierno puede o debe ser
impuesto a una nación por cualquier otra.
Esto no disminuye mi compromiso, sin embargo, hacía los
gobiernos que reflejan la voluntad del pueblo. Cada nación da
vida a este principio a su propia manera, enraizada en las
tradiciones de su propio pueblo. América no pretende saber qué
es lo mejor para todos, del mismo modo que no pretende
cuestionar los resultados de una elección pacífica. Pero tengo
una firme convicción de que todas las personas anhelan
determinadas cosas: la capacidad de expresar tu
pensamiento y tener voz en cómo te gobiernan; la
confianza en el imperio de la ley y la administración
equitativa de la justicia; un gobierno que es
transparente y no roba al pueblo; la libertad para vivir
como tú elijas. Estas no son sólo ideas americanas, son
derechos humanos. Y es por eso que vamos a apoyarlas en
todas partes.
Ahora bien, no hay ninguna línea recta para hacer realidad esta
promesa. Pero esto está muy claro: los gobiernos que protegen
estos derechos son en última instancia más estables, exitosos y
seguros. La supresión de las ideas nunca logra hacerlas
desaparecer. Estados Unidos respeta el derecho de todas las
voces pacíficas y respetuosas con la ley de ser escuchadas en
todo el mundo, incluso si no estamos de acuerdo con ellas. Y
daremos la bienvenida a todos los gobiernos pacíficos elegidos –
a condición de que gobiernen con respecto para todo su pueblo.
Este último punto es importante porque hay quienes abogan por
la democracia sólo cuando están fuera del poder; una vez en el
poder, son implacables en la represión de los derechos de los
demás. Por lo tanto, no importa donde se establece,
el gobierno del pueblo por el pueblo establece una norma
única para todos los que detentan el poder: debes mantener tu
poder a través del consentimiento, y no por coacción; debes
respetar los derechos de las minorías, y participar con un
espíritu de tolerancia y de compromiso; debes poner los
intereses de tu pueblo y el funcionamiento legítimo del proceso
político por encima de tu partido. Sin estos ingredientes, las
elecciones por sí solas no hacen una verdadera democracia.”
Votar: un derecho y un deber democrático

¿Cómo está la democracia en la “vieja


Europa”, la cuna de la democracia?
Al ver la media de participación (43,1%) en las elecciones al
parlamento europeo, no se puede decir que esté de muy buena
salud. (Hace veinte años era el 62 %). Aunque no se puede
comparar las elecciones europeas con las nacionales, porque se
puede tener interés en estar en Europa o no tenerlo. Pero
abstenerse no es de ninguna forma una actitud democrática. En
una democracia sana la gran mayoría del pueblo participa
siendo consciente de que el gobierno es “por el pueblo”.
Abstenerse es no participar en el juego democrático. Solo veo
cuatro razones para no votar: el pasotismo o la pereza, la
imposibilidad física o mental, la ausencia del país, o el haber
perdido sus derechos civiles por haber sido un mal ciudadano.
No votar porque no se está de acuerdo con el sistema electoral,
con el sistema político o con los políticos, no es una respuesta
democrática. La forma de expresarse estos casos es votar en
blanco. Con abstenerse no se expresa nada.
Votar es un derecho, pero para el demócrata también una
obligación. Esto la han entendido muy bien los (pocos) países
donde el voto es obligatorio, donde votar es una obligación
legal, por una ley votada libremente en el parlamento por los
representantes del pueblo como cualquier otra ley votada
democráticamente. Es exactamente “el estado de derecho”. No
parece que la democracia europea esté de buena salud si la
participación en las elecciones varía entre un 27 % (Rumania) y
un 91% (Luxemburgo). Aunque pueda ser comprensible que en
Luxemburgo o Bélgica (85,9%) la participación sea más alta
porque viven las instituciones europeas de más cerca. Pero
Estrasburgo está en Francia y casi el 60% de los franceses se
abstuvieron. Parece que Estrasburgo está muy lejos de París. El
hecho de que España (46%) haya participado más que el
promedio europeo es un pobre consuelo. El único resultado
realmente positivo ha sido que en 20 años la participación de la
mujer haya pasado del 16 % al 31%. Si sigue subiendo, la salud
de la democracia europea dependerá del cuidado de las
mujeres. Gracias a ellas la abstención media no ha sido aún
mayor.

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