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NO TE ENOJES CON DIOS

P. G. Dar aliento. Nahúm 1:7


P. E. Alentar a los oyentes a reconocer que lo que Dios da es lo mejor para nosotros.
INTRODUCCION: Un hombre le pidió a Dios una flor y una mariposa. Solo recibió
un cactus y un gusano. Enojado el hombre se olvidó de lo que había recibido. Un
día, fue a ver lo que había pasado con el cactus y el gusano. Cuál no sería su
sorpresa que del cactus había salido una flor y el gusano se había convertido en
mariposa. Si no has recibido lo pedido, no te enojes con Dios. Asira avasalla a
Judá con tributos (612 a.C.). Judá pregunta: ¿Por qué prospera la malvada
Asiria mientras nosotros sufrimos? Si no has recibido lo pedido, no te enojes
con Dios:

I. NO TE ENOJES CON DIOS PORQUE DIOS ES BUENO.

A. La bondad de Dios pertenece a una persona sempiterna: “Jehová es…”.


El justo porque sabe quién es Dios, puede dormir cerca de la boca de un
cañón. Jehová existe por sí mismo. En realidad Dios no necesita ayuda externa a Él,
de nadie. No necesita una ayuda de alguien. El es diferente a los demás dioses:
“Alquilan un platero para hacer un dios de ello, se postran y adoran. Se lo
echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar...” (Isa. 46:6,7). A
Jehová no lo tienes que cargar, porque Él lo puede todo. Alguien dijo: “El ave
canta aunque la rama cruja porque sabe lo que son sus ala s”. De igual manera el
cristiano canta, aunque la vida cruja, porque sabe lo que es su Dios...

B. La bondad de Dios pertenece a una persona sensible: “…bueno…”.

Un lobo fue elegido rey entre sus congéneres y decretó una ley ordenando
que lo que cada uno capturase en la caza, lo pusiera en común y lo repartiese
por partes iguales entre todos. De esta manera ya no tendrían los lobos que
devorarse unos a otros en épocas de hambre. Pero en eso lo escuchó un asno que
estaba por ahí cerca, y moviendo sus orejas le dijo: "Magnífica idea ha brotado de
tu corazón, pero ¿por qué has escondido todo tu botín en tu cueva? Llévalo a
tu comunidad y repártelo también, como lo has decretado".

El lobo, descubierto y confundido, derogó su ley.


Cuando uno se pregunta: ¿Dios, para qué te hizo a ti? ¿Para qué me hizo a
mí? Seguramente hay muchas respuestas, pero Dios nos creó para compartirlo
todo con nosotros: “…llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del
mar…” (Gén. 1:28). Cuando Dios dice: “…señorear en los peces del mar…”, lo dice
al hombre y a la mujer porque El es bueno. Dios quien no tiene bondad. Dios es
bondad. Alguien ha dicho que “al verdadero amor no se le conoce por lo que
exige, sino por lo que ofrece”. (Jacinto Benavente).

II. NO TE ENOJES CON DIOS PORQUE DIOS ES FORTALEZA.

A. La fortaleza de Dios es poderosa: “…fortaleza…”

Dice Massillon, citado por Spurgeon: ¡Sólo Dios es grande! Sí Dios es


grande, su fortaleza es grande. Tan grande, como para cubrirnos a nosotros. Jesús
llega a tiempo llega hasta Patmos, para alentar a Juan que está preso: “No temas;
yo soy el primero y el último; el que vivo, y estuve muerto…” (Apoc. 1:17).
Alguien ha dicho que cuando “la oración va en la vanguardia, la fortaleza viene
en la retaguardia”. Así es, la fortaleza va a llegar. Por lo que el cristiano que
tiene al Dios de la fortaleza, tiene la fortaleza de Dios.

B. La fortaleza de Dios es presente: “…en el día de la angustia…”

No importa quiénes sean nuestros enemigos,


por más que sean legiones en cuanto al número;
en cuanto al poder, principados;
en sutileza, serpientes;
en crueldad, dragones;
en ventaja de emplazamiento, príncipes del aire;
en cuanto a malicia, maldades espirituales;
más fuerte es el que está con nosotros que los que están contra nosotros; no
hay nada que nos pueda separar del amor de Dios. En Cristo Jesús nuestro
Señor seremos más que vencedores. (Wm. Cowper)

Max Jiménez ha dicho: “la esperanza es un espejo colgado en el


futuro”. La ayuda de Dios es mano fuerte en el presente: ”Pero al ver el fuerte
viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor,
sálvame! 31
Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo:
¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:30,31). Jesús extendiendo
la mano asió de él. Eso me lleva a reconocer una cosa: los cristianos jamás se
hunden, porque la mano de Jesús es oportuna y poderosa. El cristiano jamás se
hunde, ¡Sí! Va a clamar. Va a pedir ayuda. Va a pedir auxilio: “¡Señor, sálvame!”. Lo
va a hacer a Jesús como el primer recurso. ¿Qué va a hacer Jesús? Le va a ayudar.
En un autobús se leía: “Creo en Dios como creo en el viento. No porque lo
vea, sino porque lo siento”. La fortaleza de Dios es para los días nublados, cuando
no se ve el sol. La fortaleza de Dios se llama Jesús. Confía hoy en El.

III. NO TE ENOJES CON DIOS PORQUE DIOS ES CONOCEDOR.

A. Dios tiene un conocimiento pleno: “…y conoce…”

Alguna vez tuve una pecera. Cuando yo me paraba frente a esa pecera, de
un solo golpe de vista, yo podía ver todo lo que estaba en la pecera en un instante.
De la misma manera cuando Dios se para frente a su creación conoce lo que está
pasando y sucediendo en lo que él ha creado. Dios es Dios es omnisciente,
omnipresente y omnipotente. Dígame qué deidad, es igual a Dios. Nadie. ¿Qué dice
la Biblia de los demás?:

“Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.


4
Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres.
5
Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven;
6
Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen;
7
Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan;
No hablan con su garganta. 8 Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y cualquiera que confía en ellos. (Salmo 115).

Dios es el único que no necesita que lo carguen. No necesita que lo lleven.


No necesita que lo coloquen en un lugar. Solamente Dios es Dios porque solo Él tiene
el conocimiento pleno que a nosotros nos da la seguridad que nuestra vida necesita.
Alguien dijo: El hombre que pone a Dios en primer lugar, verá que Dios estará con él
hasta el final. Dios no te va a dejar jamás colgado de la brocha.
B. Dios tiene un conocimiento personal: “…a los que en él confían.”

El follaje no tapa a Zaqueo. Jesús lo ve, lo conoce y le llama: “ Y


corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar
por allí. 5Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le
dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu
casa”. (Lucas 19:4,5).
David Brainerd fue un misionero a los indios Norteamericanos. Se dice que
él enfermo de los pulmones, arrojaba sangre sobre la nieve, mientras oraba en
muchas ocasiones por los indios norteamericanos. En una de sus muchas jornadas
para visitar una tribu, fue sorprendido por una fuerte tempestad. Buscó un lugar
para abrigarse y sólo encontró un tronco hueco de un árbol muy grande. Mientras
estuvo allí oró por los indios que estaba yendo a visitar, pidiendo que Dios cuidase
todas sus necesidades. No tenía nada para comer. Con el paso de las horas sintió
hambre. De repente una ardilla se aproximó al árbol, dentello por algunos instantes
y luego desapareció. Brainerd dijo que la ardilla dejó algunas nueces. El misionero
comió aquellas nueces. La tempestad duró tres días y el misionero permaneció allí.
Todos los días la ardilla venía y depositaba algunas nueces en la entrada. David sabía
que la ardilla había sido enviada por Dios. Dios jamás deja de cuidar a sus hijos sean
cuales sean las dificultades. Él siempre tiene “una ardilla” para enviar a
auxiliarnos. Ni la tormenta tapa a David, ni el follaje en el caso de Zaqueo, pueden
ocultar a los suyos de los ojos divinos de Jesús.
Dios de una manera personal te conoce. Te conoce cuando estás en una
tempestad. Te conoce cuando estás en la soledad. Te conoce cuando estás hundido
en la depresión. Te conoce cuando estás en medio de tu necesidad. Te conoce cuando
el dolor te atormenta y no te deja dormir. Dios no te va a dejar, ni te va a
desamparar, porque Dios te conoce de una manera personal. Lo extraordinario no es
que nosotros conozcamos a Dios, sino lo extraordinario es que Dios nos conoce…

Un hombre cayó en un pozo y no podía salir.

Una persona subjetiva se acercó y dijo: “Me identifico con tu


situación.”
Una persona objetiva se acercó y dijo: “Es lógico que alguien haya caído ahí
adentro.”
Un fariseo dijo: “Sólo la gente mala cae en un pozo.”
Un matemático calculó como había caído en el pozo.
Un periodista quería la historia exclusiva del pozo.
Un legalista dijo: “Mereces estar en el pozo.”
Un recaudador de impuestos preguntó si estaba pagando los gravámenes por el
pozo.
Una persona autocompasiva dijo: “¡No es nada comparado con mi pozo!
Un optimista dijo: ¡Las cosas podrían ser peores!
Un pesimista dijo: ¡Las cosas van a empeorar!”
Jesús, viendo al hombre, lo tomó de la mano, y lo sacó del pozo.

Nada detiene a Dios. David dice en el Salmo 40:1-3:


1
Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
2
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3
Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.

CONCLUSION:

Hay personas que están muy enojadas con Dios. Piensan que Dios les
quitó algo, o alguien. A Dios no podemos perdonarle. Pero si podemos reconciliarnos
con Dios y hacer las paces con Dios. Muchas veces estamos culpando a Dios de algo
de lo que Dios no es culpable. Lo que Dios ha hecho es mostrarnos que Él es bueno,
fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que Él confían. Dios ha sido la mano
que nos ha ayudado. ¿Cuántos querrán en ésta oportunidad reconciliarse con Dios?
Decirle a Dios: “Quiero estar en paz contigo. Ya no quiero estar enojado contigo.
Quiero que tú seas el Señor que mi vida necesita, el Salvador que mi vida necesita.
Quiero Señor estar caminando contigo todos los días de mi vida.” Si ud. es uno de
ellos entonces le voy a animar para que se reconcilie hoy con Dios y que se vuelva a
un Dios que es bueno, fortaleza en el día de la angustia y que conoce a los que en Él
confían.
Pr. Juan Germán Ortiz Pérez

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