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Gacetilla- Pedido de justicia de una madre víctima de abuso sobre uno de

sus hijos
En Leones, el lunes 8 de octubre del corriente, se produjo un hecho que, hasta el
día de hoy, nos sigue afectando y permanece impune. Mi hijo, de 12 años, fue abusado
por un hombre de 22 camino al colegio. Habitamos desde hace unos meses en una
pequeña ciudad con vida de pueblo del interior de la pcia. de Córdoba, donde yo me
crié, y en la cual la mayoría de los niños iban y van solos al colegio. La mañana de ese
lunes, como habitualmente sucede, mi hijo salió de casa y al cruzar por un paso en las
vías del tren fue interceptado por este hombre que aún permanece impune debido a los
tiempos de la justicia.
Al principio, cuando radicamos la denuncia, no sabíamos quién era. En medio de
la desesperación y el dolor por los chequeos médicos judiciales, psicológicos, las crisis
de angustia y el terror de mi hijo (que se descompuso en medio del proceso de
denuncia), pudimos identificar al abusador y, desde ese momento, fuimos víctimas de
amenazas por las redes sociales y telefónicas de parte de sus familiares, tanto yo como
diversos amigos y parientes próximos. Incluso mi hijo, hoy, en su retorno al colegio,
luego de días de ausencia debido al miedo que tenía, fue amenazado por una niña de
muerte tanto de él como dirigida hacia mi persona, por una niña que pertenece a la
familia del abusador, a quien no culpamos de nada, pero sí es perceptible la violencia y
el daño psicológico que los adultos responsables de su vida ejercen sobre ella y a través
de ella sobre mi hijo. Hablamos con las autoridades escolares para solucionar este
problema también, quienes prometieron solucionarlo en lo inmediato, para bien tanto de
mi hijo como de esa pobre niña violentada por sus familiares.
Si hago público este caso, no es por mí, ni siquiera por mi hijo, que deberá de
ahora en adelante, superar este daño doloroso que ha sido ejercido sobre él por un adulto
ya responsable de sus actos; lo hago porque desde hace ya cuatro días el abusador de mi
hijo sigue libre en la ciudad de Leones, trabajando normalmente, mientras su familiares
tratan de blindar con amenazas lo que hizo, y en dichas condiciones, mientras la justicia
dice actuar, los niños de la ciudad están en peligro. ¿Qué más tenemos que hacer? ¿Qué
otras pruebas necesita la justicia para detener a un abusador que, encima, tiene, al
menos, dos casos previos de abuso sobre otros menores y aún sigue libre? ¿Esperan las
autoridades, acaso, que el abusador viole o mate a un niño para actuar? Escribo y doy a
conocer esto en medio de la desesperación. No quisiera que mi nombre y el de mi hijo,
sin embargo, se mencionen para protegerlo a él en su vida cotidiana y en la relación con
los demás en este pueblo. Sí, porque incluso así, nos hacen silenciar, no poder
nombrarnos para cuidarnos de las coerciones sociales que ahora recaen sobre él, y no
sobre el abusador que, aún hoy, sigue libre. No queremos hacer actos desesperados,
incluso hemos calmado a vecinos que querían hacer justicia por mano propia, pero sí
queremos justicia y rápida, antes de que sea tarde para otro niño de Leones.

Gabriela Molina
Madre de B M.
(Por favor, no mencionar los nombres).

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