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Figura 2-2

Cuerpo Frontal Parietal


calloso
Temporal Occipital

Ejes direccionales de la maduracion cerebral. A. Eje vertical: de las estructuras subcorticales a las corticales. B. Eje
horizontal: de las regiones corticales primarias a las de asociación.

El proceso de maduración cerebral sigue un eje vertical, iniciándose en las estructuras


subcorticales y continuando en las estructuras corticales; además, ya dentro de la corteza
mantiene una dirección horizontal, iniciándose en las zonas primarias y prosiguiendo a las
regiones corticales de asociación. Esta última organización maduracional implica cambios
progresivos dentro del mismo hemisferio cerebral (maduración intrahemisférica) y marca di-
ferencias estructurales y funcionales entre los dos hemisferios cerebrales (maduración inter-
hemisférica). A medida que el cerebro madura cada hemisferio va asociándose con funciones
más específicas; por ejemplo, el hemisferio izquierdo se va haciendo cada más hábil en el
reconocimiento de fonemas mientras que el hemisferio derecho hace lo propio con la repre-
sentación emocional de los sonidos (la prosodia). Es decir, la especialización hemisférica es
una muestra de maduración cerebral. Esto no significa, sin embargo, que la especialización he-
misférica no esté presente desde el nacimiento. Como se explica en el capítulo 3, hay evidencia
que desde el nacimiento existe asimetría cerebral funcional; aunque ésta se acentúa con la
maduración cerebral. Además, la madurez interhemisférica se relaciona con el desarrollo de
las vías nerviosas que integran el cuerpo calloso y que facilitan la comunicación entre las
áreas de asociación de los dos hemisferios cerebrales. De hecho, la mielinización del cuerpo
calloso se extiende con la edad del niño (Whitaker y cols., 2008) y se asocia con un mejor
funcionamiento cognitivo (Kail, 2000).
Existen varios índices cuantitativos para la maduración del SNC. El primero de ellos se
refiere al cambio estructural de la neurona con incremento de los axones y de las arboriza-
ciones dendríticas. A medida que el cerebro se desarrolla se observa un número mayor de
conexiones nerviosas con cambios en el nivel de espesor de las capas de la corteza cerebral
(figura 2-3). Otro indicativo de maduración cerebral es el incremento en el proceso de mieli-
nización de los axones que permite una conducción mucho más rápida del impulso nervioso.
Durante los dos primeros años de vida el cerebro del niño crece significativamente en el vo-
lumen de la sustancia gris (Knickmeyer y cols., 2008) probablemente relacionado con un au-
mento en arborizaciones dendríticas que se presenta siguiendo el curso de una “U invertida”

Desarrollo cognitivo y maduración cerebral  23

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