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CUENTACUENTOS- ODISEA

Personajes:

(Primer Acto)
-Narrador
-Cíclope vasco
-Ulises argentino
-Compañeros argentinos
-Amigos cíclopes

(Segundo Acto)
-Narrador
-Circe
-Ulises argentino
-Hermes
-Eurícolo
-Compis

(Tercer Acto)
-Narrador

PRIMER ACTO:

Cíclope:¡¡Majos!! (Dirigiéndose a los niños) ¿Qué hacéis por mi caserío?

Compi 1: Somos aquellos a quienes extraviaron al salir de Troya. Navegamos por el gran
abismo del mar deseosos de volver a nuestra patria, pero llegamos acá, tal vez por voluntad
del dios Zeus.
Compi 2: Somos suplicantes que te pedimos que nos presentes tus dones de hospitalidad
acompañados de Zeus, que bien dice que hay que ser hospitalario con los huéspedes.

Cíclope: A mi me trae sin cuidado lo que diga ese tal Zeus, yo lo que quiero saber es ande
andan vuestros barcos.

Narrador: Ulises no era tonto y sabía que debía ocultarle la verdad al Cíclope diciéndole
que su nave se rompió contra unas rocas. El Cíclope no le dió respuesta y echó mano a los
compañeros de Ulises, arrojándolos al suelo con violencia para después devorarlos.
(Compañeros y Ulises lloran y están afectados) (El cíclope se acuesta)

Ulises: ¡Oh Dios mío wey! Cómo gustaría de herir a este pendejo cíclope pero ahora
considero que eso nos llevaría a una muerte segura, pues un gran pedrejón fue colocado
por este malvado en la puerta de la cueva.

Narrador: Al amanecer, el cíclope encendió un fuego y ordeñó a sus ovejas. Cuando


terminó, cogió a otros dos hombres y se los comió. Seguido sacó a su ganado de la cueva y
se quedaron Ulises y sus hombres dentro.

Compi 1: Ahora que el cíclope está con su rebaño, es el momento para trazar un plan.
¡Miren ese olivo! Podríamos usarlo, dale corten una rama.

Compi 2: ¡Sí!, re buena idea, la pulimos y seguido pónganla en el fuego para endurecerla.
Ulises guárdala vos, que sos el más valiente.

Ulises: Compañeros, me halaga vuestra confianza en mi persona, pero necesito la ayuda


de al menos dos de ustedes. Yo solo no seré capaz de dejar ciego al cíclope.

Compi 1 y 2: ¡Ulises nosotros te ayudaremos con gusto! Pensá un plan y esta noche lo
llevaremos a cabo.

Narrador: Pasaron unas horas y el cíclope volvió para cenar. Así agarró a otros dos
compañeros de Ulises y se los llevó a la boca. Tras esto, Ulises inició su plan.

Ulises: Cíclope, le ofrezco un poco este sabroso vino que le va perfecto después de la
carne humana.

Cíclope: ¡Aupa este vino! Aiba la ostra, que rule, que rule la botella. ¿Cómo te llaman?

Ulises: Te diré mi nombre, pero a cambio te pido que nos ofrezcas tus dones de
hospitalidad. Mi nombre es Nadie, así me llaman todos.

Cíclope: Decidido que a Nadie me lo comeré el último, ese será el don de hospitalidad que
te ofrezca.

Narrador: El cíclope cayó de espaldas en un profundo sueño. Ulises metió la estaca en las
brasas para calentarla y animó a sus compañeros a ayudarle no fuera que a alguno se le
ocurriese retirarse. Después, sacó la estaca del fuego y se la clavaron al Cíclope en el ojo.

Cíclope: (gritando) ¡Amigos cíclopes echadme una mano!


Amigos cíclopes: ¡Oh Polifemo! ¿Qué te enfada de esa forma y te hace gritar así en la
noche?

Cíclope: ¡Oh amigos! Nadie me mata con engaños, no con fuerza.

Amigos cíclopes: ¡Si estás solo Polifemo! Es una enfermedad que te envía Zeus, tú única
opción es rogarle a tu padre Poseidón.

Narrador: Ulises quedó orgulloso del éxito de su plan y mientras, el Cíclope, quitó el
peñasco de la puerta y se sentó esperando a que los hombres intentasen salir para así
capturarles. Pero Ulises pensó en otro plan para huir.

Ulises: (susurrando) Óiganme compañeros, mientras el Cíclope duerma, ataremos a los


hermosos, de espesa y oscura lana carneros de tres en tres. La oveja que esté en medio
llevará a un hombre atado a su vientre oculto entre su lana.
Me temo que yo tendré que ir en un carnero solo, pues no hay suficientes para todos. Pero
tranquilos amigos, este pinche Cíclope no es muy inteligente.

Narrador: Cuando amaneció, los carneros salieron de la cueva para pastar y mientras, el
Cíclope palpaba el lomo de los animales.

Compi 1: (a Compi 2) Che, menos mal que el Cíclope no se dio cuenta de que pasamos
nosotros, ¡Re buena idea idea la de Ulises! Por cierto ¿Dónde anda Ulises?

Compi 2: (a Compi 1) Mirá va el último porque su carnero tiene que aguantar mucho más
peso. Espero que salga bien, le necesitamos para volver a casa. Mirá

Cíclope: ¡Carnero majo! ¿Por qué sales del caserío el último? Siempre eras el primero para
todo, se que vas a echar de menos este ojo, un hombre me dejó ciego pero morirá
terriblemente. ¿Tú maja, sabes dónde está Nadie? Oh qué pena que no sepas hablar eh.

(Ulises sale y habla con sus compañeros)

Narrador: Ulises y sus compañeros se desataron de las ovejas y cogiéndolas, llegaron


hasta la nave.

(Compañeros se alegran y lloran de alegría al verles, pero Ulises rápidamente les ordena
cargar ovejas en la nave. Después, se embarcan)
(Se oyen gritos

Ulises:Cíclope, no te comas a los amigos de un varón indefenso o las consecuencias te


alcanzarán. Ya una vez no temiste devorar a tus huéspedes en tu propia casa y por eso
Zeus y los demás dioses te han castigado.

Narrador: El Cíclope arrancó una montaña y se la tiró a la embarcación, empujándola hacia


tierra firme. Ulises ordenó a sus compañeros remar mar adentro, y una vez dentro del mar,
habló al Cíclope a pesar de que sus compañeros intentasen convencerle de que no lo
hiciera.
Ulises: ¡Desgraciado! ¿Por qué quieres irritar a ese hombre feroz? Si oyera que alguien da
voces nos aplastaría la cabeza y nos arrojaría al peñón. Recuerda, si alguno de los
hombres mortales pregunta por tu ceguera, dile que fue Odiseo quien te la causó.

Cíclope:¡Oh dioses! Se han cumplido los antiguos pronósticos de Telémaco Aurímida, de


que hoy sería privado de la vista por mano de Ulises . Pero esperaba que este fuese un
varón de gran estatura y mucha fuerza, y sin embargo, era un pequeño hombre
despreciable. Pero ¡ea!, vuelve Ulises para ofrecerte mis dones de hospitalidad y que mi
padre Poseidón te conduzca a la patria. El será quién me curará también.

Ulises: Ojalá pudiera quitarte el alma y la vida. Ni tu padre Poseidón te curará el ojo
(Cíclope reza a Poseidón)

Cíclope: Poseidón, si en verdad soy tuyo, concédeme que Ulises no vuelva nunca a su
palacio.

SEGUNDO ACTO:

Narrador: Tras un largo viaje en barco después de escapar del caserío del cíclope. Ulises
llegó con sus compañeros a una isla en la que habitaba la hechicera Circe. Entre ellos
hicieron, dos grupos: Eurícolo se fue con uno de los grupos y descubrieron el palacio de la
isla, mientras que Ulises se quedó con el otro grupo cuidando el barco. Cuando llegaron al
palacio escucharon algo.

Compi: Amigos dentro está cantando una mujer

Compi 2: Es Circe la hechicera que vive en esta isla, la llamaré ¡Circe, Circe!

Narrador: Circe les abrió la puerta y todos ellos la siguieron.


Eurícolo en cambio se quedó fuera del palacio porque tenía miedo a que Circe le hiciera
algo.

Circe: Amigos siéntense en las sillas, os daré algo de beber. (Dirigido a los niños) Les voy a
dar un brebaje para que se conviertan en cerdos.

Narrador: En seguida los compañeros de Eurícolo empezaron a caer al suelo


convirtiéndose en cerdos.

Eurícolo:MIS AMIGOS MIS COMPAÑEROS! los convirtieron en chanchos! Debo ir de


vuelta al barco a contárselo a los demás.

Narrador: Eurícolo se fue rápidamente del palacio dirigido a la playa lamentándose por la
pérdida de sus compañeros. Cuando le contó a Ulises lo sucedido él se levantó y le pidió a
Eurícolo que le llevase con ellos a Circe.

Ulises: Llévame con ellos, debo salvarlos

Eurícolo: Por favor Ulises no me lleves allí, déjame aquí, se que no conseguirás salvar a
nuestros compañeros.
Ulises: ¡Eurícolo! ¡Yo iré, el deber me llama!

Narrador: Dicho esto, Ulises se encaminó hacia el palacio de Circe cuando se encontró a
Hermes.

Hermes: Ulises, antes de que digas nada. Se a donde vas y por qué motivo a si que
permíteme decirte como puedes salvar a tus compañeros de Circe.

Ulises: Te escucho Dios Hermes.

Hermes: Te daré un remedio para que el brebaje que te de Circe no te pueda afectar.
Después Circe se enamorará de ti porque siempre había esperado un hombre como el que
serás tú, uno que sobreviviese al brebaje y ahí le dirás que suelte a tus compañeros.

Ulises: Muchas gracias Hermes por su ayuda.

Narrador: Hermes se fue y Ulises llegó al palacio de Circe. Ella le dio el brebaje a Ulises,
pero se sorprendió de que no le hiciese efecto. Como dijo Hermes ella se enamoró de
Ulises, como él aún le daba miedo de que ella fuese a hacerle algo malo le dijo que le
hiciese una promesa.

Ulises: Circe prométeme que nunca me harás daño

Circe: Te lo juro, nunca te haría daño.

Narrador: entonces Circe le preparó un banquete. Pero Ulises no probaba la comida.

Circe: ¿Por qué no comes ni bebes? Te hice un juramento, no te haré daño.

Ulises: Quiero que sueltes a mis compañeros.


(Circe se levantó de la mesa y así lo hizo, liberó a sus compañeros, les dio otro brebaje y
les convirtió en personas otra vez)

Circe (a Ulises): Ve a sacar el barco a flote y trae a tus compañeros aquí.

Narrador: Ulises volvió e hizo lo que le mandó Circe y se dispuso a llevar a sus
compañeros de vuelta a Circe, pero Eurícolo se impuso.

Eurícolo: ¿Por qué vamos al palacio si nos van a convertir en chanchos? ¡Nos va a pasar
lo mismo?
(Todos ellos se fueron hacia palacio) Eh pero no me dejéis acá solo, iré con ustedes.

Narrador: Cuando llegaron a el palacio de Circe, ella les preparó un banquete de


bienvenida y les dijo:

Circe: ¡Comed y bebed lo que queráis!


Narrador: Ahí se quedaron un año entero y mucho más tiempo, hasta que los compañeros
le dijeron a Ulises que querían volver a su país, Ulises subió a decírselo a Circe y le pidió
que les dejase ir.

Ulises: ¿Quién me va a guiar a mi país?

Circe: Tenéis que ir a hades (el infierno) para hablar con tiresias, quien los sabe todo aún
estando muerto, quien os dirá cómo volver a vuestro país

Narrador: Circe les dijo cómo llegar al hades para hablar con tiresias que les diría cómo
llegar a su país y se despidió de todos ellos al día siguiente.

TERCER ACTO:

Narrador: Ulises volvió a casa con su mujer Penélope y como ella no se fiaba le dijo que
debía hacer la prueba del arco, que consistía en tensar su cuerda, debido a que Ulises era
el único que podía hacerlo. Después de esto viven felices.

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