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Las obligaciones condicionales

La consagración legislativa se ubica en el Art. 1.197 CCV: “La obligación es condicional


cuando su existencia o su resolución depende de un acontecimiento futuro e incierto”, su eficacia,
su plena existencia está sometida al acontecer del hecho futuro e incierto (condición suspensiva),
o cesan sus efectos cuando la condición es resolutoria.

La Obligación Condicional también es conocida con el título de “obligación sujeta a


condición”, aquella que su existencia o extinción, depende de que ocurra un acontecimiento,
circunstancia, suceso, o hecho futuro e incierto, a lo que se le denomina. La Condición.

Lo relevante es comprender que depende de la ocurrencia o no de un determinado hecho,


para precisar si la obligación existirá o por el contrario, tendrá por efecto la extinción (resolución,
en los términos del Código Civil).

Se trata de un hecho contingente. Puede suceder o no, traducida en contingencia de los


hechos, tal como lo precisa Manuel Alfredo Rodríguez (2.009):

“Es que la condición implica una contingencia; versa sobre un hecho futuro e incierto; se
desconoce si ocurrirá o no. Es la incertidumbre, no se puede conocer a precisión si el
acontecimiento se verifica y prueba en el terreno de la realidad. No ocurre igual respecto al
“término”, ya que éste es inexorable; recae en un hecho futuro pero cierto, se afirma al respecto
que, esa fecha del calendario, llegará, de forma inevitable”. (pág. 517)

La condición se ubica en el poderío de los actos jurídicos: el contrato; el testamento, entre


otros; en virtud de ello, su fuente está cimentada en la voluntad de las partes como precisábamos.
Se distingue del término o plazo que viene a ser una modalidad distinta que interviene en la
eficacia de la obligación, o sea, es hecho que inevitablemente va a suceder, un

acontecimiento cierto que responde a la voluntad de las partes, de una decisión judicial, o de la
ley; la mora de los herederos, sólo se produce ocho días después de realizar la intimación (Art.
1.260 CCV).
Requisitos para que se den las obligaciones condicionales

1. Que el acontecimiento sea futuro: si ha sucedido ya, no es una obligación condicional, aunque
se ignore que ya sucedió.

Un acontecimiento ya consumado puede constituir una condición, cuando su determinación así lo


sea, que tomamos de lo que plantea Miliani Balza (2.006). Ejemplos que ofrece el autor: una
persona se obliga a pagar una cantidad de dinero si el número de casas fabricadas en Caracas en el
año 1.980 fue superior a cien mil, en este caso, aunque el acontecimiento no es futuro, su
determinación sí lo es, por lo tanto será una condición válida; se somete una obligación a la
condición de que el hijo concebido en determinada mujer sea un varón, en este caso, el sexo del
feto puede estar ya determinado con anterioridad, pero las partes no podrán saberlo sino en el
futuro.

En estos dos últimos ejemplos, encontramos contrariedad, conforme a lo que sostienen Maduro y
Pittier (2.010) sobre el carácter de que el hecho incierto debe ser futuro, ya que si el hecho
acontecido es ignorado, puede dar lugar a otras figuras jurídicas, tal como se muestra en el punto
de los caracteres de la condición.

2. La incertidumbre del acontecimiento: que se ignore si el acontecimiento se realizará o no. Si el


acontecimiento debe realizarse necesariamente, se estará en presencia de un término y no de una
condición.

3. Que el hecho no pueda ser exigido por el acreedor: Si el hecho que se presenta como
condición puede ser exigido por el acreedor, idénticamente se estará en presencia de
una obligación sub-modo, pero no de una obligación condicional. Ejemplo: Francisco realiza un
contrato de compra-venta bajo la condición de que el comprador Jesús le deja en arrendamiento
la cosa vendida, en este caso aunque las partes hayan empleado la palabra condición, no estamos
en presencia de una obligación condicional, porque el vendedor puede exigir al comprador Jesús
que cumpla con la obligación pactada.

Clases de condición

De acuerdo a la doctrina, la condición se clasifica conforme al siguiente cuadro:

1.- Suspensivas y resolutorias

1.1.- Suspensivas: debe suceder o verificarse el hecho objeto de la condición para que produzca la
consecuencia jurídica, o sea, para que nazca la obligación. Por tanto, se trata de la ocurrencia de
un evento o acontecimiento futuro o incierto (Art. 1.198 CCV); ej., “si apruebas el examen, te
obsequio un reloj”.

Es aquella condición, de cuya realización depende la eficacia, existencia plena de la


obligación. Es aquella que suspende el cumplimiento de la obligación o la efectividad posible de un
derecho, hasta que se verifique o no un acontecimiento futuro e incierto, cuando se verifique la
condición (Art. 1.198 CCV).

1.2.- Resolutoria: al demostrarse la ocurrencia del hecho-condición, ello produce la consecuencia


jurídica conocida como la extinción de la obligación tal como lo preceptúa el Art. 1.198: “La
condición es resolutoria, cuando verificándose, repone las cosas al estado que tenían, como si la
obligación no se hubiese jamás contraído”. Es el efecto retroactivo: se reponen las cosas al estado
que tenían antes de pactarse la obligación condicionada.

Por tanto, se reputa que la obligación no se contrajo nunca, se aplica la ficción legal. Vale
decir, se entiende como no escrita; de allí que algunos autores nacionales incluyan las obligaciones
sujetas a condición resolutoria, dentro de los medios de extinción o terminación de las
obligaciones. Para otros, cumplida la condición, genera efectos retroactivos. Quiere decir que por
ficción legal se entiende que las partes no pactaron condición alguna en la obligación.

2.- Potestativas, causales y mixtas

2.1.- Potestativas: referidas en el Art. 1.199, segundo párrafo CCV, las define como “aquella cuyo
cumplimiento depende de la voluntad de una de las partes”, o sea, o bien de la voluntad del
acreedor, o bien de la voluntad del deudor.

2.1.1.- Puramente potestativas: aquellas obligaciones que dependen pura y simplemente de la


voluntad de alguna de las partes, es decir, de su querer arbitrario o discrecional, de un acto
volitivo puro. Ej., pagaré tal cantidad, si quiero.

2.1.1.1.- La condición puramente potestativa respecto de la exclusiva voluntad del deudor: por
razones que conducen al principio de la buena fe que debe privar en todo momento entre las
partes, y al principio del equilibrio entre ellas: se reputa nula la obligación (Art. 1.202 CCV).

Ejemplo: doy, de ser mi voluntad, o, pagaré, siempre que se celebre el matrimonio.


Rodríguez (2.009) sostiene:

“No hay condición ante esas situaciones, sino una obligación submodo, véase el texto del Art.
1.228 CC: es nula, de nulidad absoluta, la donación bajo la condición de pagar que depende del
donante. En igual sentido, aquellas condiciones convenidas entre cónyuges, son revocables por la
voluntad del donante” (pág. 519).

2.1.1.2.- La condición resolutoria puramente potestativa respecto de la voluntad del


acreedor: nuestra doctrina y jurisprudencia precisan que son válidas conforme a la ley. Estas
producen efectos jurídicos legítimos, ej., las ventas con pacto de retracto.
2.1.2.- Simplemente potestativas: son aquellas obligaciones que dependen en parte de la voluntad
de quien se obliga y en parte de un hecho externo a esa voluntad, hecho que puede constituir en
un acontecimiento cualquiera o de la voluntad de un tercero indeterminado. Ej., me comprometo
a pagar tal cantidad a X, si me caso; te compro tu casa, si obtengo un crédito.

2.2.- Causales: “La condición es causal cuando depende enteramente de un acontecimiento


fortuito, que no está en la potestad del acreedor ni del deudor” (Art. 1.199 CCV). Puede depender
de un acontecimiento natural (terremoto), o de hechos circunstanciales (guerra), o de la voluntad
de un tercero (si Pedro se casa).

2.3.- Mixtas: los autores nacionales ubican en este supuesto el contenido del Art. 1.199 CCV. En
atención a las obligaciones bajo la condición que depende de la voluntad de las partes o de un
tercero. Aquella obligación que “depende a un mismo tiempo de la voluntad de las partes
contratantes y de la voluntad de un tercero, o del acaso” (Art. 1.199 CCV).

3.- Imposibles, ilícitas e inmorales

3.1.- Imposibles: es aquella obligación que de ninguna manera puede cumplirse, sea porque lo
impide un hecho natural o porque exista una imposibilidad jurídica. Ej., si subes al Ávila en cinco
minutos; o si ejecutas tal acto para cuya realización existe un obstáculo legal, como te vendo mi
casa, si logras que me vendan la plaza Bolívar (Art. 1.200 CCV).

3.1.1.- Condición resolutoria imposible: la que no puede darse o verificarse en el campo de la


realidad por motivos naturales o legales. De tal forma que la ley reconoce el efecto de reputar esa
obligación con el carácter de “pura y simple”. Es el contenido del Art. 1.201 CCV: “la obligación con
condición de no hacer una cosa imposible, es pura y simple”. Ej., te pago al demostrarse que Luis
no metió la mano en el fuego durante una hora ininterrumpida.

3.1.2.- Condición suspensiva imposible: según el autor Rodríguez (2.009), “la doctrina nacional
considera que este tipo de condición: ‘anula la obligación’”. (pág. 520).

El Art. 914 CCV, consagra que los testamentos se reputan no escritos si tienen “condiciones
imposibles, contrarias a la ley o a las buenas costumbres”. Mientras que para los actos entre vivos,
las partes pueden modificar o corregir el vicio que lo hace ineficaz, de allí que el efecto sea la
nulidad.

3.2.- Ilícitas: ella incumple normas de orden público, implica la realización de un acto ilegal.

3.3.- Inmorales: cuando la realización de la obligación atenta contra las buenas costumbres o las
normas éticas universalmente aceptadas por la comunidad. Ej., pagaré tal cantidad si no te casas,
si te divorcias, o si cambias de religión.

4.- Positivas o negativas

4.1.- Positivas: cuando el nacimiento de un derecho o su extinción dependen de la realización del


hecho o circunstancia que la constituye.
4.2.- Negativas: cuando el nacimiento de un derecho o su extinción dependen de la no realización
del hecho o la circunstancia que la constituye.

Efectos de la condición suspensiva

Mientras la condición suspensiva no se realiza, la obligación a ella sometida no ha nacido y


por lo tanto no existe. Aquel en cuyo provecho se ha estipulado no es aún un acreedor y la
persona en contra de la cual se ha estipulado no es deudor. Sólo se tendrá expectativa de
derecho de que exista en el futuro un acreedor. No se puede exigir al deudor que pague. Si el
deudor paga puede pedir la repetición. Si la cosa se deteriora (riesgo) debe recibirse en el estado
en que se encuentre, sin disminuir el precio. Si la cosa perece por culpa del deudor, este queda
obligado a pagar los daños.

Los actos conservatorios o de custodia, o de simple administración, conforme al Art. 1.210


CCV, el acreedor puede antes de cumplirse la condición ejercer actos y/o negocios jurídicos para
conservar o preservar sus derechos e intereses, en defensa de su expectativa de derecho; pero no
puede ejecutar o hacer ejecutar el crédito.

Conforme al criterio de los autores, las obligaciones condicionales en principio, son cesibles
o transmisibles, esto es, pasan a los causahabientes universales, salvo pacto o regulación en
contrario.

Existe sólo una obligación incierta que sólo en potencia puede comprometer al deudor y
confiere apenas una esperanza o expectativa de derecho al futuro acreedor.

Podemos nominar los efectos así:

a) El acreedor no puede exigir al deudor el cumplimiento de la obligación, pues ésta aún no ha


nacido.

b) La presentación extintiva no corre contra el derecho de crédito (Art. 1.965 Ord. 2° CCV). “No
se computa la prescripción” “Respecto de los derechos condicionales, mientras la condición no
esté cumplida”.

c) El deudor no está obligado al cumplimiento; si cumple, puede pedir la repetición.

d) Respecto de los riesgos, si la cosa perece antes de cumplirse la condición, la obligación se


reputa no contraída. Sí se deteriora, el acreedor deberá recibirla en el estado en que se encuentre,
sin disminución del precio.

e) Si la cosa objeto de la obligación perece enteramente por culpa del deudor, éste queda
obligado para con el acreedor del pago de los daños y perjuicios. Si se deteriora por culpa del
deudor, el acreedor puede resolver la obligación o exigir la cosa en el estado en que se encuentre,
además del pago de los daños.

f) El acreedor puede ejercer los actos conservatorios de su derecho, conforme al Art. 1.210 CCV,
“El acreedor puede, antes del cumplimiento de la condición, ejecutar todos los actos que tiendan a
conservar sus derechos”. Estos actos son aquellos que tienden a la defensa de su expectativa de
derecho como por Ej., cumplir las formalidades legales que den eficacia a una garantía (Ej.,
inscripción en el registro de una hipoteca), pero no podrá efectuar o intentar acciones que tiendan
a la ejecución del crédito.

g) Las obligaciones y derechos condicionales se transmiten a los causahabientes universales y en


general son transmisibles.

Efectos de la condición resolutoria

Al verificarse la condición resolutoria, se extingue la obligación. Perfeccionada la venta bajo


condición resolutoria (retroventa), el vendedor ya no es dueño, el comprador lo es. Al darse la
condición, la venta desaparece y el vendedor pasa a ser dueño de la cosa otra vez.

La condición resolutoria determina la extinción de la obligación una vez verificada; por lo


tanto, antes de verificarse no afecta a la obligación que se reputa pura y simple, y produce sus
efectos hasta que la condición se verifique. Si, por Ej., se trata de una venta bajo condición
resolutoria, desde que el contrato se perfecciona el vendedor deja de ser dueño de la cosa y el
comprador adquiere la propiedad, efectos que desaparecen al cumplirse la condición.

Como la obligación se reputa pura y simple, el titular del derecho de crédito es un


verdadero acreedor y puede intentar la acción oblicua y pauliana, además de las acciones por
cumplimiento que sean pertinentes.

Sobre los efectos de la condición resolutoria cumplida, bien citamos lo que precisa
Rodríguez (2009):

“La consecuencia jurídica es la extinción de la obligación; se entiende que jamás se pactó. Los
actos de disposición efectuados por el adquiriente desaparecen. El acreedor deberá restituir todo
lo recibido (Art. 1.204 CC). Así en el “contrato de venta con pacto de retracto, retroventa o venta
sometida bajo condición resolutoria”, al verificarse la condición, el efecto será que el vendedor
rescata la cosa libre de las cargas impuestas por el comprador (Art. 1.544 CC), y puede accionar
contra los terceros adquirientes (Art. 1.538 CC). El vendedor reembolsará al comprador, los gastos
y costos de la venta, las reparaciones hechas y las mejoras de la cosa. El adquiriente (comprador)
no está obligado, con el enajenante (vendedor), a devolver los frutos percibidos.” (pág. 522)
Efecto retroactivo de la condición realizada o cumplida

Cuando la condición se cumple, sea suspensiva o resolutoria, sus efectos se retrotraen al día
en que la obligación se contrajo, a menos que los efectos de la obligación o, su resolución deban
ser referidos a un tiempo diferente, por voluntad de las partes o por la naturaleza del acto (Art.
1.209 CCV).

Este efecto retroactivo se funda en una presunción de la voluntad de las partes. Se supone
que las partes así lo han querido, a menos que expresen lo contrario o ello se desprenda de la
naturaleza del acto.

La doctrina analiza los efectos retroactivos de la condición cumplida, discriminando entre la


condición suspensiva y resolutoria.

Respecto de la condición suspensiva cumplida, la obligación se reputa que existe, de


manera pura y simple, con efectos retroactivos, esto es, desde la fecha en que se celebró el
contrato. Por tanto, si el deudor pagó antes de ocurrir la condición. Al darse esta, no podrá repetir
el pago. De ser un contrato traslativo de propiedad, el causahabiente se tendrá como dueño desde
que el contrato se celebró, y no desde la fecha que ocurra la condición.

Caracteres de la Condición

1. La duda, la incertidumbre: del hecho o circunstancia, o respecto de la ocurrencia del hecho,


esto es, si el hecho sucederá o no. Ya que al tenerse plena certeza de que el acontecimiento
ocurrirá, se trata de un término y no de una condición. De ahí que la doctrina afirme y como lo
precisa Rodríguez (2.009): “El hecho que objetiva la condición de forma necesaria, debe ocurrir
como una EVENTUALIDAD o más aún, como evento o circunstancia derivada de la CAUSALIDAD, es
el denominado “hecho causal”, o también, “condición causal”.” (pág. 518).

Dicen Maduro y Pittier (2.010) que si el hecho se sabe que va a ocurrir, aun sin saber cuándo,
como la muerte de alguien, se tratará de un hecho cierto, entonces se trata de un término y no de
una condición.

Ahora bien, si un hecho cierto, su acontecer se sujeta a un término, se convierte en un hecho


incierto y puede ser una verdadera condición, Ej., Si Luis muere antes de cumplir 18 años. Por eso
debe examinarse muy bien cuál ha sido la voluntad de las partes, porque del contexto del contrato
puede resultar con claridad que más bien se trata de un término incierto, Ej., cuando Luis cumpla
30 años, se le entregará a él o a sus herederos un millón de bolívares. En cambio, es una condición,
si se da por ejemplo, cuando Luis cumpla 30 años, lo, le daré trabajo en mi negocio, porque ello
supone que Luis viva para ese momento. Por eso el hecho debe ser incierto y ello constituye la
característica esencial de la condición.

El Art. 1.199 CCV, de la condición causal es la que refiere a la obligación que depende de un hecho
fortuito, y no de la voluntad contractual de las partes.

2. No es una obligación submodo: si el acontecimiento puede ser exigido por el acreedor, no


estamos en presencia de una condición sino de un submodo de obligación. Si en un contrato de
venta las partes ponen como condición para la misma que previamente el vendedor repare la cosa
a venderse, tal hecho es exigible por el acreedor, en este caso el comprador. No se trata de una
condición (aunque la partes la denominen así), sino de una obligación bajo otra modalidad.

Ello en puridad de derecho, no configura una condición, ejemplo: te alquilo la casa, si pintas los
baños”; cumplo o pagaré, si yo quiero.

3. El hecho incierto debe ser futuro: lo anotado requiere que no haya ocurrido el acontecimiento
que condiciona la prestación para la fecha del nacimiento del contrato u obligaciones que esta
genere. Si el hecho ha ocurrido, no puede constituir una condición, ni aun cuando las partes
desconozcan el acaecimiento del hecho. Éste debe ser objetivamente futuro, pues si el hecho
ocurrió, entonces se trata de una obligación pura y simple.

El hecho cierto, ignorado por las partes, da lugar a otras figuras jurídicas. Ej., te prometo pagarte
cinco mil bolívares si en el Parque los Samanes hay más de 500 árboles, parece más bien una
apuesta; me obligo a pagarte cinco mil bolívares, si en la casa que te compré hay más de diez
árboles, hay más bien una obligación accesoria, un complemento del precio. Entonces no hay
efecto retroactivo, típico del cumplimiento de la condición.

4. El hecho debe ser arbitrario: accidental, impuesto por la voluntad de las partes. Son libres las
partes para arreglarlo y para fijar sus consecuencias. El Juez deberá investigar la voluntad de las
partes de existir dudas.

Ya que es un elemento que las partes han dispuesto voluntariamente para la existencia o
resolución de la obligación, pueden también eliminarla, modificarla y regular sus efectos luego de
creada.

Recuérdese que la autonomía de la voluntad está limitada por la ley en las condiciones imposible,
ilícita o contraria a las buenas costumbres.

Maduro y Pittier (2.010), apuntan que:

“La doctrina discute si hay condiciones impuestas por la ley, o cuya existencia se presupone. Por
ejemplo, si para celebrar un contrato se requiere previamente una autorización administrativa.
Algunos consideran la autorización administrativa (acontecimiento futuro e incierto del cual
depende la existencia de las obligaciones contractuales) como una verdadera condición
suspensiva.”. (pág. 311)

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