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La dramatización es considerada un tipo de arte escénico que tiene una estrecha relación
con la actuación, representando historias actuadas frente a espectadores, haciendo uso de
discursos, gestos, escenografía, música, sonido y sobre todo espectáculo.
La importancia del presente trabajo, se justifica en que el arte dramático puede y debe
constituirse en una estrategia didáctica que potencialice las habilidades propias de los
niños(as). La presente investigación se ha dividido en dos capítulos. En el primer capítulo
se desarrollan los aspectos conceptuales sobre el arte dramático, mientras que en el
segundo capítulo se desarrolla la importancia de dicho arte en la educación inicial.
1. ASPECTOS CONCEPTUALES
1.1. Concepto de la dramatización.
El término drama deriva de la palabra griega que significa “hacer” motivo por el
cual está asociado a la idea de acción; es decir, se relaciona con acontecimientos
que le ocurren a una serie de personajes. Avitia (2011) al referirse al arte
dramático lo define como: “la rama de las artes escénicas relacionada con la
actuación, que representa historias actuadas frente a los espectadores o frente a una
cámara usando una combinación de discurso, gestos, escenografía, música, sonido
y espectáculo” (p.16). Al analizar la definición de Avitia respecto al arte dramático
se puede inferir que éste involucra muchas dimensiones relacionadas con el
desarrollo del niño, puesto que abarca la expresión oral, la comunicación
interpersonal, el aspecto lúdico, etc., de lo cual se colige que el arte dramático es
una herramienta que se puede utilizar adecuadamente para el desarrollo integral
del niño en educación primaria. De una forma más general, podemos señalar pues
que el arte dramático comprende: la dramatización, la mimodrama (pantomima), el
teatro de títeres, el teatro de sombras, la payasería, entre otros.
La expresión dramática trabajada junto a la música les ayuda a los niños a sentir su
cuerpo, expresar sus emociones y vivencias; empiezan percibiendo las propias y
después van conociendo las de otras personas.
La dramatización en la escuela nos sirve como gran instrumento para conocer a los
niños y niñas de nuestras aulas, si les damos la oportunidad de expresar
libremente, ellos nos enseñarán cómo ven las cosas, cómo razonan, cómo piensan
sobre lo que hay a su alrededor. Si conseguimos que nuestros alumnos y alumnas
de Educación Infantil expresen un sentimiento de manera que llegue a los demás,
podremos decir que hemos alcanzado una de las definiciones más puras de la
dramatización, es decir: comunicarse con los demás a través de la expresión de un
sentimiento.
Podemos decir que la dramatización admite una triple conceptualización, así puede
ser entendido como técnica, proceso de representación o como operación
mental.
Como técnica: coordina todos los recursos que poseen los niños de manera que se
produzca un aumento y uso de la comunicación.
Como proceso de representación de acciones vividas o imaginadas:manifestando
sentimientos, emociones, concretamente comunicando algoal espectador.
Como operación mental: propicia la estructuración psíquica y
semanifiesta en la forma de actuar.
Debe ser tratado como objetivo educativo, porque ha de enseñarse a jugar, como
contenido, ya que son muchos los aprendizajes que construyen; y como recurso
metodológico porque a través de él se pueden realizar aprendizajes referidos a las
diversas áreas. Decroly nos enseña la importancia de observar los juegos para conocer
sus intereses y crear centros de interés adecuados y Froebel lo utiliza como base del
aprendizaje para conseguir el desarrollo integral de sus alumnos y alumnas.
1.2. Definición de estrategia
El término estrategia es de origen griego. Estrategeia. Estrategos o el arte del general
en la guerra, procedente de la fusión de dos palabras: stratos (ejército) y agein
(conducir, guiar).
Charles Hoffer y Schendel en 1978 señalan que estrategia es «las características básicas
del match que una organización realiza con su entorno».
K. J. Halten (1987): «Es el proceso a través del cual una organización formula
objetivos, y está dirigido a la obtención de los mismos. Estrategia es el medio, la vía, es
el cómo para la obtención de los objetivos de la organización. Es el arte (maña) de
entremezclar el análisis interno y la sabiduría utilizada por los dirigentes para crear
valores de los recursos y habilidades que ellos controlan. Para diseñar una estrategia
exitosa hay dos claves; hacer lo que hago bien y escoger los competidores que puedo
derrotar. Análisis y acción están integrados en la dirección estratégica».
Henry Mintzberg, en ese propio año, plantea en su libro Five Ps for strategy, cinco
definiciones con «P»:
Plan. Curso de acción definido conscientemente, una guía para enfrentar una
situación.
Ploy. Maniobra en español, dirigida a derrotar un oponente o competidor.
Patrón, de comportamiento en el curso de las acciones de una organización,
consistencia en el comportamiento, aunque no sea intencional.
Posición, identifica la localización de la organización en el entorno en que se mueve
(tipo de negocio, segmento de mercado, etc.)
Perspectiva. Relaciona a la organización con su entorno, que la lleva a adoptar
determinados cursos de acción.
Según George Morrisey el término estrategia suele utilizarse para describir cómo lograr
algo. Dice que él nunca ha entendido muy bien ese uso del término, ya que es contrario
a su percepción de una estrategia como aquello donde se dirige una empresa en el
futuro en vez de cómo llegar ahí.
Morrisey define la estrategia como la dirección en la que una empresa necesita avanzar
para cumplir con su misión. Esta definición ve la estrategia como un proceso en
esencia intuitivo. El cómo llegar ahí se da a través de la planeación a largo plazo y la
planeación táctica.
Concepto de estrategia
¿Qué es estrategia? Es la dirección en la que una empresa necesita avanzar para
cumplir con su misión (George Morrisey)
«De una organización, las políticas y acciones secuenciales hacia un todo cohesionado.
Una estrategia bien formulada ayuda al ‘mariscal’ a coordinar los recursos de la
organización hacia una posición ‘única, viable’, basadas en sus competencias relativas
internas, anticipando los cambios en el entorno y los movimientos contingentes de los
‘oponentes inteligentes’.» R. E Quinn. The strategic Process. Concepts. Contexts,
Cases (1991).
F. David, en su libro Gerencia Estratégica, plantea: «una empresa debe tratar de llevar
a cabo estrategias que obtengan beneficios de sus fortalezas internas, aprovechar las
oportunidades externas, mitigar las debilidades internas y evitar o aminorar el impacto
de las amenazas externas. En este proceso radica la esencia de la dirección estratégica.»
Como se puede apreciar todos los autores citados coinciden parcialmente en sus
definiciones; no obstante, se pueden percibir claramente dos tendencias fundamentales.
¿Cómo la dirección estratégica puede ayudar a dinamizar la cultura y las nuevas ideas?
Para lograr mayores y mejores aprendizajes debemos privilegiar los caminos, vale
decir, las estrategias metodológicas que revisten las características de un plan, un plan
que llevado al ámbito de los aprendizajes, se convierte en un conjunto de
procedimientos y recursos cognitivos, afectivos y psicomotores.
La utilización, por parte del sujeto, de determinadas estrategias, genera a su vez, los
estilos de aprendizajes que no son otra cosa que tendencias o disposiciones.
Si las estrategias de aprendizaje, vale decir, aquellas actividades y esfuerzos que realiza
la mente del sujeto que aprende y que tienen por objetivo influir durante el proceso de
codificación de la información, se someten a una clasificación, tendríamos como
estrategias básicas las siguientes :
El profesor debe buscar la zona de desarrollo próximo, es decir calibrar que la tarea
asignada a cada cual logre representar un desafío que estimule sanamente la actividad
mental de cada alumno a su propio nivel.
El profesor, debe guiar a sus alumnos para que tomen conciencia de sus propias
habilidades y adquieran estrategias metacognitivas que le permitan aprender a aprender
en forma autónoma. Estas estrategias deben estar presentes durante todo el proceso de
enseñanza aprendizaje.
Por su parte, el alumno, mediado por el profesor, debe lograr una disposición favorable
para aprender. Esto dependerá en gran medida de la calidad de la interacción humana
que se establezca entre los actores del proceso de enseñanza aprendizaje ( profesor y
alumnos ), en cuán bien se sientan los alumnos en el clima del aula, que debe ser
positivo para el desarrollo personal.
Por todo lo expuesto anteriormente, al inicio de las clases o de una unidad el profesor
debe explorar con sus alumnos el propósito del aprendizaje de una determinada
habilidad o tema, que los anime a participar estableciendo objetivos para la clase o
unidad, a sugerir estrategias y procedimientos, las tareas a ejecutar para construir
conocimiento, en otras palabras, enseñarle al alumno a planificar su propio aprendizaje.
En este sentido, en las primeras instancias, el profesor debe preparar una serie de
estrategias y procedimientos basados en el aprendizaje experiencial y por
descubrimiento, iniciando la clase en una secuencia tal que comience con la
exploración de lo que los alumnos ya saben por su experiencia de vida y su previo
aprendizaje escolar para conducirlos paulatinamente a lo que ellos desearían saber. La
planificación efectuada por el profesor, en las primeras ocasiones, debería ser lo
suficientemente flexible para permitir cambios en los procedimientos, lo que significa
considerar otras alternativas de antemano.
Durante todo el proceso enseñanza aprendizaje, debe crear las instancias para que todos
los alumnos participen activamente, privilegiando el trabajo en grupos, en equipo, por
parejas e incentivándoles a formularse interrogantes respecto de lo que están
aprendiendo, guiándoles a descubrir por sí mismos las respuestas a ellas, mediante
diversos procedimientos, que con el transcurso del tiempo se van haciendo más
conocidos para los alumnos.
Es importante que cada día tengamos en cuenta estos criterios y principios al iniciar la
“ creación ” que constituye cada clase.
Carrasco (2003) diferencia entre aprender a leer y leer, la escuela te enseña a leer, a
reconocer un sistema de representaciones escritas, pero esto no significa que se aprenda
a comprender.
De acuerdo con Dubois (1991), son tres concepciones teóricas que se han manejado en
torno al proceso de lectura durante los cincuenta años previos:
1. La cual predomina hasta los años sesenta, concibe a la lectura como un conjunto de
habilidades o una mera transferencia de información. Esta teoría supone tres niveles en
la lectura: 1) Conocimiento de las palabras, 2) Comprensión y 3) Extracción del
significado que el texto ofrece. A su vez, considera que la comprensión de la lectura
esta compuesta por distintos subniveles como: la habilidad para comprender lo
explícitamente dicho en el texto, la inferencia o habilidad para comprender lo implícito
y la lectura crítica o habilidad para evaluar la calidad del texto, sus ideas y el propósito
del autor. En este enfoque, el sentido del texto está en las palabras y oraciones que lo
componen y el papel del lector es descubrirlo. Dicho de otra manera, supone que si el
lector puede hablar y entender la lengua oral, podrá entonces decodificar el texto y
entenderlo, lo cual supone una asociación entre comprensión y la correcta oralización
del mismo. Así, en esta época el concepto de los docentes sobre lo que es aprender a
leer, esta aún limitado e influenciado por esta teoría y no incluye en realidad aspectos
relacionados con la comprensión lectora. Sin embargo, aún hoy en día, quedan en
nuestro país residuos de estas concepciones.
El examen del PISA mide a partir de sus estándares, la capacidad lectora no sólo en el
ámbito académico, sino en situaciones varias, evaluando si los examinados están
preparados para entrar a formar parte de la población activa y participar como
miembros de sus respectivas comunidades. La aptitud para la lectura del PISA (2003)
mide su dimensión correspondiente al «tipo de reactivo de lectura» con base en tres
escalas:
Nivel III. Personas que cuentan con el nivel requerido para terminar el nivel de
secundaria e ingresar al bachillerato. Son capaces de manipular reactivos de lectura de
complejidad moderada, tales como ubicar fragmentos múltiples de información,
vincular diferentes partes del texto y relacionarlo con conocimientos familiares
cotidianos.
Nivel IV. Personas que demuestran el manejo de las habilidades necesarias para un
procesamiento de información de orden superior. Capaces de responder reactivos de
lectura difíciles, tales como ubicar información anidada, interpretar significados a partir
de sutilezas de leguaje y evaluar críticamente un texto. Nivel V. Personas que
demuestran ser capaces de completar reactivos de lectura sofisticados, tales como
relacionados con el manejo de información difícil de encontrar en textos con los que no
están familiarizados e inferir qué información del texto es relevante para el reactivo;
son capaces de evaluar críticamente y establecer hipótesis, recurrir a conocimiento
especializado e incluir conceptos que puedan ser contrarios a las expectativas.
1. Tipo de texto: conocimientos que nos permiten individualizar las características del
texto y que tienen influencia en el proceso de comprensión del mismo. Como su
estructura, la dificultad semántica y sintáctica, léxico técnico, etcétera.
• Es la idea que un agente tiene acerca de la mejor forma de actuar con la finalidad
de lograr una meta.
• En el estudio del IRA las entienden como formas prácticas pero flexibles de
responder a contexto, situaciones o demandas reconocidas.
Diversas son las opiniones al respecto, por una parte, Mélen y Borreux (1999) en su
investigación sugieren el entrenamiento en aspectos metacognitivos como una acción
que favorece el nivel de comprensión lectora, al igual que Maturano (2002) y Reina
Just y Sánchez (2000). Sin embargo para Villegas (1998) la diferencia en la
comprensión de lectura después de ser instruidos los alumnos con un programa de
estrategias no fue significativa. Mientras que para Hernández (2001), el éxito de un
programa de entrenamiento en estrategias para mejorar la comprensión lectora se
centra en el qué se enseña, los resultados de su investigación después del desarrollo de
su programa de entrenamiento enfocado en procesos y estrategias implicados en la
expresión escrita como elementos para mejorar la comprensión lectora no se
encontraron diferencias significativas entre las puntuaciones alcanzadas en el pretest y
postest.
Así pues, en varios estudios en el área de comprensión lectora, como lo afirma Rinaudo
(2003), hay consenso entre las distintas líneas de investigación en considerar a la
lectura como un rubro importante a ser estudiado y a ver el aprendizaje a partir del
texto escrito, como un proceso complejo de interacción entre lector, texto y contexto;
aún cuando no se ha visto gran avance en la resolución de los problemas en cuanto al
nivel de comprensión lectora en el mundo.
Así pues, en México, a pesar de que el periodo 2001- 2006 se ha concebido como aquél
para promover la lectura como política gubernamental, y en particular como política
del sector educativo con el programa: «México, un país de lectores» (Díaz Barriga,
2001) aún estamos lejos de lograrlo.
Se han realizado estudios sobre comprensión lectora a nivel básico como el realizado
por Just y Sánchez (2000) en la ciudad de Mérida, o la investigación hecha en Sonora
por Bazán, Rojas y Zavala (2000), entre otros, que han abarcado aspectos diferentes
como la elaboración y validación misma de un instrumento de evaluación de la
comprensión lectora o la detección de lectores deficientes y el análisis de los efectos de
un programa de entrenamiento metacognitivo en la lectura de niños con problemas de
lectura. Otras investigaciones se enfocan a estudiantes universitarios de medicina como
la realizada por Villegas (1998) o a poblaciones dentro del marco de las ciencias como
son los docentes en el área médica estudiados por Pérez y Aguilar (2001), quienes
analizaban el nivel de comprensión de textos de los docentes que asistían al Centro de
Investigación Educativa y formación de Docentes de la Región Sur del IMSS mediante
un instrumento de falso y verdadero y sesiones plenarias de discusión.
Los países que pertenecen a la OCDE obtuvieron un promedio de 500 puntos mientras
los países no miembros obtuvieron un promedio de 395 puntos; el país con mayor
puntuación fue Finlandia con más de 550 puntos; mientras que México obtuvo un
promedio de 422 puntos y si bien este promedio está por arriba del promedio de otros
países latinoamericanos, no es suficiente y deja ver el grave problema en comprensión
lectora de los jóvenes mexicanos.
Esto podría lograse mediante el entrenamiento de los alumnos sobre el control del
aprendizaje de la comprensión lectora; basada en el uso de metacognición así como de
procedimientos como la explicación, el modelamiento y la socialización de sus
procesos cognitivos referidos a las acciones de orientación, de análisis de las
condiciones de las tareas/problemas, la reflexión y la aplicación de diferentes vías de
solución y los procesos de regulación y control. Buscando con ello producir niveles
más altos de comprensión inferencial, además de propiciar el pensamiento crítico y el
pensamiento creativo.
a) Como eco de las primeras vibraciones del organismo: acto por el que nos
abrimos para dejar escapar la sustancia del ser interior, la música de los
cuerpos, los ritmos secretos del organismo.
b) Como liberación: los productos expresivos son testimonio de lo que escapa
a nuestra reflexión y en esto se fundamenta la función catártica y
terapéutica del arte.
c) Como enriquecimiento del yo: la expresión pretende el retorno a la propia
autenticidad y se presenta como una vía de desarrollo y crecimiento en
todas las dimensiones haciendo al sujeto un ser apto para recibir y asumir,
para transmitir y proyectarse.
d) Como comunicación: la expresión adquiere toda su entidad cuando se hace
transitiva, social; las actividades expresivas son fundamentales para el
desarrollo de la capacidad creadora y para los procesos de socialización y
esta es la razón de que el binomio expresión-comunicación sea uno de los
principios en que se fundamenta la educación actual.
e) Como creatividad. La creatividad es básicamente expresión. En esta
sentido, todos somos creativos en todos los lugares y en todos los
momentos de la vida. Los grandes teóricos de la creatividad así lo
reconocen al colocar la expresión en la base todo proceso creativo. La
creatividad expresiva es la forma más elemental de creatividad,
caracterizada por la espontaneidad y la libertad, pero puede ocurrir que sus
productos estén desprovistos de aptitudes especiales como ocurre, por
ejemplo, en el dibujo de los niños.
1.6. LOS DOCENTES Y LA EXPRESION DRAMATICA
Lo que empezó como una adaptación del trabajo de proyectos con la intención de
unificar la metodología de enseñanza en nuestra escuela, se ha convertido ahora en
la práctica establecida. Sobra decir que constantemente adecuamos y modificamos
esta práctica, buscando formas de que el aprendizaje sea más significativo para
nuestros pequeños, y que su comprensión se haga visible a nuestros ojos. Guiamos
a nuestros jóvenes alumnos por el camino de la exploración, la observación, la
representación y la comprensión, ahondando cada vez más en el conocimiento.
Nuestro papel se ha visto extendido: ayudamos a nuestros pequeños a llegar a sus
propias conclusiones sobre el tema, y a construir su conocimiento a través de
experiencias y provocaciones cuidadosamente planeadas. Colocamos la
documentación a una altura que les permite observar las fotografías y el trabajo a
su antojo, y los invitamos a participar en discusiones guiadas que les ayudan a
reconsiderar las experiencias, iniciando así lo que esperamos sea un proceso de por
vida en el que constantemente reflexionen acerca de su propia comprensión.
Todo cambio y adaptación descritos en este artículo son fruto del ensayo y el error,
de discusiones entre nosotras, y lo más importante, de reflexionar sobre nuestro
propio trabajo. Hemos aprendido a escuchar a nuestros pequeños de dos años, y a
responder a la retroalimentación que nos ofrecen todo el tiempo. En muchas
formas, nuestros alumnos se han convertido en nuestros maestros.
Su empleo tiene una finalidad terapéutica bastante conocido, y así puede servir como
elemento catártico y desinhibidor. De esta forma, un títere puede convertirse en una
persona deseada (hermano, amigo) o puede ser el estimulo para que el niño investe
aventuras.
Una revisión a textos sobre teatro infantil, sólo nos acerca al problema a través de
interesantes manuales dirigidos al maestro para la orientación de la actividad teatral en el
niño; los cuales, si bien reconocen la importancia de promover el lenguaje teatral como
medio para desarrollarla auto-expresión (McCaslin, 1990) o la riqueza interior (Way,
1967), no ahondan en el surgimiento y evolución de esta manifestación artística en el niño .
En ellos se retoman ejercicios teatrales y de improvisación de la práctica actoral de los
adultos, pero experimentados con niños y adaptados a sus distintas edades. Ver por
ejemplo la propuesta de Cervera (1983); y el excelente trabajo de Spolin (1977); quienes
con sus juegos teatrales rescatan el componente lúdico inherente a la actividad del niño.
Sin embargo, la mayoría de los autores sobre teatro infantil —entre la poca literatura sobre
el tema— enfatizan la puesta en escena de un texto escrito de autor o adaptación de un
cuento y reducen el juego dramático a meros ejercicios preparatorios para la misma (Pena,
1983; Vallon, 1984; Quintanilla, 1988). En Colombia, es el caso del texto de Moreno
(1985) Teatro Infantil para la Enseñanza Primaria. Aquí, vale la pena retomar las
reflexiones de Dasté (1978) sobre la importancia de enfatizar el jueg dramático en el
trabajo con los niños para evitar la memorización de textos y su participación pasiva en el
montaje final. Similar a esta última referencia es la valiosa concepción que presenta Carlos
José Reyes (1987) sobre el juego dramático como expresión de las vivencias del niño,
aunque no se haga un seguimiento sistemático del mismo.
actividad del niño, que comienza de forma espontánea, incluso sin u estímulo por parte de
los adultos o a partir de una mínima estimulación; para ahondar en su relación con otros
procesos que enmarcan el crecimiento intelectivo y afectivo del niño.
la dramatización en las escuelas. Siempre he pensado que todo trabajo efectuado con
cariño, amplitud de miras y objetivos, profesionalidad y entrega es altamente plausible.
Crear el ambiente será tu primera misión. El juego, sin más, puede ser el
desencadenante de muchas situaciones nuevas (o quizá, no tan nuevas; tal vez sólo
permanezcan en estado latente en los niños, en ti también). Y juega, ¿a qué? A todo.
Habrá que escuchar sus propuestas, dejarse llevar por sus juegos. También deberás tú
proponerles otros (los que recuerdes de tu infancia, los que encuentres en manuales, en
didácticas, en libros de técnica teatral). Aquí empezará tu formación. Paralelamente,
como antes he dicho, observa los resultados de las prácticas del juego, anota todo,
confecciona fichas individuales y de grupo. Refleja también tus dudas y tus éxitos.
Sabrás pronto que no muy lejos de ti hay un seminario que tiene al cuerpo como eje de
trabajo, o una actividad semejante en algún centro próximo. Confronta las dudas con
tus colegas (¿cómo las resolvieron ellos?). Piensa en las posibilidades de trabajar como
grupo o seminario temático; adquiere bibliografía, asiste a cursos si tu tiempo te lo
permite, pero, sobre todo, experimenta e investiga con lo alumnos, rodéales de
expectativas y motivaciones, y procura que no falte nunca el calor humano, la
afectividad, camino que lleva hacia la comprensión y la comunicación real.
Creo que he dicho muchas cosas en poco espacio y pienso que habrá que detenerse un
buen rato para reflexionar sobre todo esto. De todas formas, os estoy animando
abiertamente ya, a que deis el paso, a que pintéis de color y calor vuestros centros y,
sobre todo, os estoy invitando a llenar de creatividad a los muchachos. Hay, claro, un
requisito previo: tu disponibilidad. No es ésta otra asignatura más, otra estructura,
pesada y anquilosante, para retener a los chicos en sus asientos mientras les hablamos
impertérritos de lo importante que es tener un alto nivel cultural
Ya sé que cuanto más mayores, parece que debemos de olvidar cosas que,
teóricamente, ya no pueden ir con nuestra condición de adultos; no tenemos derecho al
pataleo, a la rabieta, al llanto, pero tampoco, a la carcajada, a la más efusiva explosión
de alegría... Perdemos toda una parte de nosotros mismos al hacernos adultos
responsables... y lo peor es que sabemos bien que esa parte no se pierde, se queda
dormida en nosotros, esperando que algo la despierte o se nos quede ahí, fermentando
la base de mil y una frustraciones, de crisis de identidad, de depresiones varias que no
sabremos nunca a qué obedecen.
todo marche, para que podáis entenderos—. Si la comprensión tiene que presidir
vuestras acciones, ábrete a todos los miembros para que la experiencia sea realmente
motivadora, formativa y educadora y, al mismo tiempo, para que el resto te conozca y
crea en ti. Quizá sea esto último lo más difícil de realizar por el profesor-animador de
una experiencia de carácter teatral en un centro. Son muchos los prejuicios sociales y
profesionales que salen a relucir a la hora de realizar una actividad de esta clase. Sin
embargo, y afortunadamente, el paso del tiempo hace que las relaciones profesor-
alumno no se vean ya excesivamente distantes y contrapuestas y que en muchos
centros escolares estas relaciones sean ya, de hecho, estrechas y efectivas. Es cierto que
la relación profesor-alumno se hace más alejado y menos estrecha y fructífera cuanto
mayor es el nivel de estudios realizado por el alumno. No es lo mismo el ambiente
generado en un centro de primaria que en un centro de enseñanza media (esto, claro es,
hablando en líneas generales, puesto que siempre hay excepciones que, de todas
formas, no invalidan la afirmación).
De todas formas, toda experimentación exige unas condiciones que en el caso del taller
de teatro, ya están expuestas. También, pienso, están definidas las contrapartidas que se
ofrecen a partir de esas «condiciones» requeridas. Todo profesional de la enseñanza
estudia y valora cada una de las alternativas de que dispone, a modo de instrumentos
pedagógicos tendentes a mejorar, no sólo las relaciones con sus alumnos, sino también
la calidad y la creatividad en la enseñanza. De todas estas opciones —huerto escolar,
prensa, talleres literarios, video, fotografía, cómics, danza, teatro...— que se ofrecen,
sería altamente interesante tomar y desarrollar en el centro educativo aquellas
actividades que, por sus características, ayuden a nuestros alumnos a mejorar su
formación. Todas conllevarán un reto personal, un esfuerzo, pero también, un motivo
pleno de satisfacción si la programación de dicha actividad y los resultados, la
acompañan en su desarrollo.
Para cualquier aprendizaje, los maestros deben estar conectados con lo padres,
explicándoles el método que van a seguir dicho aprendizaje, y ofreciéndoles la ayuda
que necesitan para la educación de sus hijos.
Igualmente, si hemos pensado en realizar una obra de teatro con nuestros alumnos, lo
primero que debemos hacer es informar a los padres de nuestro objetivo, la función que
queremos representar, los papeles que desempeñara cada niño, como van a ir vestidos,
quien se encargara de realizarlos, etc. Además, los padres normalmente estarán
interesados en realizar y colaborar en este tipo de actividades, mostrándose ilusionados
con ello.
1.4 LA FAMILIA Y LA FORMACIÓN DE HÁBITOS DE VIDA.
Educar correctamente al niño exige que, desde muy temprana edad se le enseñen
ciertas normas y hábitos de vida que garanticen tanto su salud física y mental como su
ajuste social.
El niño, en cada una de las etapas de su vida, debe comportarse de una manera
adecuada, cumplimentar todo aquello que se espera de él, pero, para que así sea, es
indispensable sentar previamente ciertas bases de organización de la vida familiar que
le permitan tener las condiciones mínimas para lograr un desarrollo físico y psíquico
adecuado.
Frecuentemente se le pide al niño que no riegue, que se peine y lave las manos, que no
se manche la ropa, etc. Si no actúa adecuadamente, es porque no se han formado estos
hábitos desde su más tierna infancia. De ocurrir esto se ha educado erróneamente al
niño y esta falla hay que atribuírsela a los padres. Un hábito no es más que la forma de
reaccionar frente a una situación determinada, que se obtiene a través de un
entrenamiento sistemático; o sea, es la tendencia que existe de repetir un acto que se ha
realizado previamente y que, una vez establecido, se realiza automáticamente, sin
necesidad de analizar qué se está haciendo.
También es importante alertar a los padres que el ejemplo es lo más importante para
conseguir buenos resultados. Si los padres no se preocupan por su apariencia personal
ni por el orden y limpieza de la vivienda, de nada valen las advertencias ni
orientaciones. Junto al ejemplo positivo que deben ofrecer los padres como educadores
de sus hijos, está la orientación y ayuda constante. En la medida que el niño sea mayor,
se recabará de él una mayor cooperación. Cuando se presenten pequeñas dificultades
en la tarea que realiza, no se le regañará ni se harán comparaciones con los resultados
que obtiene el adulto. Nunca se utilizarán comparaciones entre los hermanos como
medio de resolver los errores, pues puede traer como consecuencia que el niño
abandone la tarea y se vuelva irresponsable. Por poco que sea el provecho que el
colectivo familiar obtenga de su ayuda, es indispensable reconocérselo y estimularlo
con palabras alentadoras. Así, adquiere seguridad de sus posibilidades y mejorará su
rendimiento. Y algo más, hay que tener en cuenta que el principal objetivo de esta
participación es que el niño adquiera responsabilidad ante las tareas, lo que le
posibilitará desempeñarlas cabalmente como escolar, en un futuro.
Ningún padre aspira a formar un hijo que no se ajuste, por sus conductas, a la vida en
sociedad. Todos quieren que sus hijos sean aceptados por sus compañeros, sean
capaces y agradables, lo que les posibilite poder establecer relaciones sociales
armónicas con sus semejantes. De ahí, lo importante que resulta enseñar al niño los
hábitos sociales indispensables desde los primeros años.
La conducta social que manifiestan los niños, está estrechamente influida por las
normas de conducta que se practiquen en el hogar.
Muchos padres se preocupan por crear buenos hábitos de sueño, alimentación, etc.,
pero, a veces, no toman el interés necesario para enseñar al hijo los mejores hábitos de
cortesía y las formas correctas de convivencia social que se utilizan en la vida en
sociedad y que permiten expresar el respeto que se siente hacia las demás personas.
En algunos lugares se crean nuevas instituciones infantiles a las que acuden los
pequeños a partir del tercero o cuarto año de vida, pero no son suficientes, no abarcan a
todos los niños de estas edades y ¿qué pasa con los que tienen edades inferiores? ¿se
deja a la espontaneidad, se espera a que crezcan y existan instalaciones educativas para
ellos y mientras quedan zonas “apagadas” de su cerebro? Una rotunda negativa es la
respuesta a esta interrogante.
En las edades, en las cuales más se necesita la estimulación hay que procurarla y para
ello existen programas de educación no formal, que mediante materiales educativos de
fácil comprensión orientan a los padres, a la familia, acerca de que acciones puedan
favorecer el desarrollo físico, intelectual, del lenguaje emocional de sus hijos, cómo
lograr la formación de hábitos higiénicos, culturales, todo en un clima de amor y
comprensión.
En páginas anteriores se señaló que cuando los padres llegan a adquirir ciertos
conocimientos y desarrollar determinadas habilidades, pueden ser capaces de
autorregular su función educativa; esta idea se retoma ahora porque, justamente, la
familia cuyos menores hijos asisten a la institución educacional, tiene una ventaja, o
mejor una opción y es la que los propios educadores, además de llevar a cabo sus
problemas educativos y de estimulación de los niños, contribuyen –con acciones
especialmente dirigidas- a orientarles acerca de cómo pueden ejercer de forma acertada
y positiva, su responsabilidad educativa.
Esta acción educativa consciente es el objeto de la pedagogía familiar, que forma parte
de las ciencias pedagógicas. En el presente se necesita avanzar en la comprensión
científica del contenido de la educación familiar y especialmente de sus métodos
educativos, que son propios de este peculiar grupo humano.
La pedagogía debe tomar en cuenta que la familia, como sistema abierto, tiene
múltiples intercambios con otras instituciones sociales, entre ellas la institución
educacional la cual actúa sobre las “entradas” del sistema familiar, tanto a través de la
educación que le dan al hijo, como por la influencia que ejercen de manera directa
sobre los padres. El sistema familiar actúa sobre la escuela en la medida en que el hijo
es portador de valores y conductas que reflejan su medio familiar. También los padres
promueven vínculos con aquella, al estar motivados por la educación de su
descendencia.
CONCLUSIONES
3) El arte dramático se debe asumirse como una estrategia educativa que permite
aprovechar las peculiaridades lúdicas, especialmente en los niños de educación inicial,
pues el primer lenguaje es corporal, de tal forma que los niños(as) se expresan a través
de gestos, movimientos y sonidos, hasta la expresión propia del lenguaje convencional.
El mensaje intrínseco del hecho educativo es un análisis dramático del mismo, donde
cabe preguntarse qué es lo que estamos enseñando realmente y que valores estamos
transmitiendo y cuales estamos olvidando.
La dramatización en la escuela puede ser una alternativa, un nuevo enfoque, que abra
caminos por los que sea posible superar el desconsiento y la desmotivación general que
impregna actualmente en el proceso educativo. Sería conveniente utilizarla
dramatización como un recursos didáctico, para aprovechar a través de ella una feliz
eficaz forma de expresión.
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Referencias de Internet