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Introducción/Marco conceptual
“La pobreza debe concebirse como privación de capacidades básicas y no meramente como
falta de ingresos, que es el criterio habitual con el que se identifica la pobreza”
A. Sen1
Esta nueva visión del desarrollo postula que, para mejorar las condiciones de vida y
reducir efectivamente la pobreza, las sociedades y la ciudadanía deben adquirir nuevas
capacidades y oportunidades para ejercer en libertad sus propios derechos. Valores
como libertad, confianza, participación política y comunitaria se incorporan al discurso
a partir del fomento de capacidades en ciudadanía para intervenir en sus propios
procesos.
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A. Sen, Desarrollo y libertad, Barcelona, Planeta, 2000, p. 114
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dimensión ética, contribuye a la formación de ciudadanos cultos, tolerantes y
solidarios.
Hoy en día, los expertos afirman que la educación que no esté en consonancia con los
valores, lenguas, formas de entender el mundo y de relacionarse propios de la
comunidad de pertinencia del educando, no pueden generar arraigo, autoestima ni
afirmación de identidad y, sin todo ello, es difícil avanzar en términos de desarrollo de
los individuos y de la ciudadanía. Por ello, resulta imprescindible poner en valor y
potenciar las dimensiones culturales de la educación para incrementar su contribución
al desarrollo. Esto significa entender y asumir que existe una gran diversidad de
contextos y realidades que no pueden universalizarse.
La educación se erige como uno de los sectores más fuertes en la posibilidad de crear
valores, habilidades y competencias para la autoexpresión y la comunicación, para
fomentar nuevas formas de convivencia en contextos de diversidad y desigualdad
cultural. En ese sentido, la educación artística, sin que se ofrezca como fórmula
garantizada, se convierte en un campo de reflexión y práctica educativa emergente
ante el cada vez mayor reconocimiento de que sin el arte es difícil ensanchar la
comprensión y la construcción del mundo, y de que, asumido como experiencia y
práctica transformadora, permite a las personas cambiar su entorno individual, social y
comunitario a partir de explorar y asumir diversas prácticas éticas y estéticas.
Asimismo, el modelo educativo para el siglo XXI debe considerar seriamente los
nuevos significados de la cultura. La identidad y la diversidad de formas de expresión
cultural son los recursos mejor distribuidos y más presentes en todos los países del
planeta y su contribución al desarrollo social y económico sostenible debe ser
potenciada y promovida por las políticas públicas culturales, educativas y de
desarrollo.
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la cultura y partir del diálogo con las políticas culturales. Tomar en consideración la
dimensión cultural de la educación y el desarrollo permitirá lograr el objetivo del
desarrollo individual y colectivo, la consolidación de ciudadanías culturales,
democráticas y participativas.
Marco institucional
Humana People to People Sudáfrica (HPP SA) empezó sus acciones en Sudáfrica en
1995 y actualmente está trabajando en cinco provincias con comunidades
desfavorecidas con el objetivo de mejorar su situación económica, su educación, su
sanidad y su bienestar social.
Este curso virtual de Youth empowerment through Arts and Culture South Africa, nace
de la voluntad de Humana People to People Sudáfrica de diseñar e implementar una
formación dirigida a los niveles técnicos y políticos, líderes de jóvenes, educadores,
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líderes culturales, líderes de ONG y los directores de proyectos de los otros 34 países
en los que opera Humana. En este objetivo encarga a la Cátedra UNESCO de Políticas
Culturales y Cooperación de la Universidad de Girona la elaboración del programa
formativo y materiales del curso.
Objetivos
Este curso proporciona una visión general de las relaciones entre cultura y desarrollo,
poniendo especial énfasis en la educación y la capacitación de jóvenes como factores
imprescindibles para el empoderamiento de las comunidades y su desarrollo. Pretende
transmitir un conocimiento preciso sobre cómo se configuran las relaciones entre
educación y cultura al servicio del desarrollo, al mismo tiempo que ofrece
herramientas prácticas para los agentes del sector cultural y de la cooperación En este
sentido los objetivos generales son:
Capacidades generales
Destinatarios
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- Aquellas personas que, desde diferentes organizaciones e instituciones,
trabajan en el ámbito de la gestión cultural, la cooperación cultural
internacional, la educación artística o el desarrollo comunitario.
- Igualmente el curso va dirigido a todos aquellos que, con o sin experiencia
previa, deseen enfocar su práctica profesional hacia las relaciones entre
educación, cultura y desarrollo.
Conocimientos previos
Este curso está pensado, básicamente, para gente que trabaja en el sector de la
cooperación, cultural, social desde una perspectiva de desarrollo comunitario. Por este
motivo, los conocimientos que se consideran necesarios son los propios de haber
llevado a cabo proyectos de este perfil en varios contextos y realidades. Pueden ser
conocimientos más técnicos, políticos, teóricos… o bien, experiencia práctica, recursos
y bagaje profesional.
La estructura del curso permite aceptar perfiles diversos pues sus varios recursos,
herramientas y documentos facilitan asimilar de forma más inicial los conceptos, así
como generar inquietudes que propicien la profundización en diferentes temas para
aquellos que ya los han venido integrando en sus propias prácticas y trayectorias
profesionales.
Requisitos informáticos
Equipo docente
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- Secretario/a
Duración
Evaluación
Metodología
El curso está diseñado para impartirse íntegramente en modalidad virtual, por ello
toda la metodología de trabajo necesaria para su estudio está disponible
exclusivamente a través de la plataforma de formación virtual.
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Programa académico resumido
Este curso se realizará por bloques. A cada bloque corresponden unos módulos
relacionados entre sí por su contenido y temas. Los bloques que componen el curso y
sus módulos asociados se organizarán de la forma siguiente:
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BLOQUE 2 – Este bloque pretende poner en valor la experiencia realizada en el
proyecto desarrollado por HPP en Sudáfrica y, concretamente, evidenciar la
importancia de un buen conocimiento del contexto como punto de partida y referente
permanente durante el proceso, proyecto o acción a desarrollar. El enfoque de
derechos humanos y de desarrollo por capacidades requiere de la participación e
implicación fundamental de las comunidades y de los agentes locales culturales como
stakeholders, usuarios, beneficiarios y promotores de las acciones de desarrollo
individuales y colectivas.
Para cada bloque se definirán unos objetivos, unos contenidos y unas capacidades a
desarrollar.