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BRANDON MATEO MANTILLA MARIN

11°2

COMPROBACIÓN DE LECTURA:
EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

Segunda fase: Como ya se había hablado, esta lectura la constituyen tres fases psicológicas en cuanto a
las vivencias de los prisioneros de los campos de concentración nazi. La primera fase se trataba del
momento en el cual llegaban por primera vez a los campos de concentración y sus primeras
impresiones. En cada fase domina un síntoma psicológico diferente, en la primera fue el shock, pero en
esta segunda fase según la lectura domina el síntoma de la apatía, en donde se llegaba a una muerte
emocional, la apatía se refiere a la falta de emociones, o motivaciones, esto se daba porque debido a lo
que vivían a diaria en cuanto a torturas, asesinatos, entre otras cosas atroces, los prisioneros lo
empezaban a ver como normal a algo ya común en ese lugar. Esta falta de sentimientos según los
prisioneros era algo bueno ya que los volvía insensibles y los ayudaban a aguantar más los golpes,
aunque también decían que un golpe que no llegara a acertar era más doloroso que uno que si daba en
el blanco. Un insulto podría llegar a doler más que cualquier otra cosa, ya que este los hacía sentir
degradados humanamente, se sentían que no tenían valor alguno y eso así lograr que tuvieran un dolor
intenso.

Los prisioneros empezaban a tener secuencias psicológicas debido al hambre y al alto grado de
desnutrición que tenían, asiéndolos pensar en todo momento en comida deliciosa, ya que lo que les
propiciaban los SS era un pedazo miserable de pan y una sopa aguada solo una vez al día. Todo el
sufrimiento de estos hacía que cada vez se dieran cuenta de que tenían que abandonar el
sentimentalismo de las cosas, para huir un poco de todo lo que estaba ocurriendo los prisioneros hacían
una escapada espiritual hacia el interior, donde podían sentirse aliviados pero solo por unos breves
momentos, al hacer estos escapes al interior el autor decía que podía ver a la esposa y conversar con
ella, esta era la manera del autor de poder tener esas pequeñas fugas en cuanto al sufrimiento que
estaba pasando. Cuando los prisioneros empezaban a dar rienda suelta a su imaginación se dieron
cuenta de que añoraban más, los detalles diminutos de la vida diaria “En mi apartamento, contestaba
el teléfono y encendía las luces. Muchas veces nuestros pensamientos se centraban en estos detalles
nimios que nos hacían llorar” (pág. 47)

Los prisioneros empezaban a encontrar arte en estos campos de concentración debido a que algunos
para ganarse a “los capos”, hacían actuaciones, cantos o incluso poemas, esto también los ayudaba a
distraerse de su situación actual. Algunas veces incluso había humor dentro de los campos, un humor
extraño donde hacían chistes en cuanto a todo lo malo que les ocurría, pues era el único tipo de humor
que tenían.

La suerte era una de las cosas que añoraban los prisioneros ya que era una de las cosas que les podría
mantener con vida, como ocurrió con el autor al estar en enfermería, justo cuando lo iban a colocar en
el turno de noche donde era una muerte segura en el estado que estaba, le ofrecieron una oportunidad
de ofrecerse como voluntario de trabajo de sanidad en el campo de infectados con tifus, claro que esto
también era malo ya que en ese estado como resultara enfermo, moriría seguro, pero el vio más como
una forma de darle sentido a su muerte, pues prefería morir ayudando a las personas que en un estado
vegetativo.

En los campos de concentración el valor que se le daba a la vida humana era casi nulo, pues al entrar en
esos campos a los prisioneros se les despojaba de todo en sus vidas, incluso sus nombres, pues en el
momento de ingresar al campo solo eran números.

En ultimas estancias los prisioneros empezaban a organizar planes para poder fugarse de ese lugar, pero
justamente cuando el autor iba a efectuar la fuga recibieron una vista de que los iban a trasladar a un
mejor campo, que iban a ser liberados.

Los prisioneros también presentaban un síntoma de irritabilidad que hacía un contraste grande con la
apatía del otro sujeto, esto ocasionaba alteraciones inauditas.

En fin, todas estas experiencias provocaban en los prisioneros algunas preguntas sobre la existencia,
sobre la búsqueda del sentido, se hablaba de la existencia provisional donde se colocó un ejemplo “El
obrero parado, por ejemplo, está en una posición similar. Su existencia es provisional en ese momento
y, en cierto sentido, no puede vivir para el futuro y marcarse una meta”. (pág. 76)

También se hablaba de la perdida de la fe en el futuro, de la pérdida de valor como personas que en


ocasiones esto causaba la muerte. Luego se buscaba encontrar el sentido de la vida donde se dijo “Vivir
significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello
plantea y cumplir con las tareas que la vida asigna a cada individuo”. (pag.81-82)

Las personas no tenemos un mismo sentido en la vida, cada una tiene que darle su propio sentido, en
ese caso el sentido de la vida no puede ser un significado general, más bien subjetivo, depende de cada
persona y las respuestas que realicen. El autor también plantea el hecho de que algunas cosas los
estaban esperando afuera del campo y esto era otro incentivo de no perder la cordura y siempre estar
enfocados en el camino que le da un valor extra a la vida como lo planteo en un ejemplo en el capítulo
(Algo nos espera en la pág. 84).

Por último, se planteaba la pregunta de la psicología que tenían los guardias de la SS, el cómo podían
tratar de la manera de torturas y sufrimiento a personas que son su igual, como eran capaces de realizar
esas tareas atroces sin importarles las vidas ajenas.

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