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LA MÚSICA BARROCA

Origen del término


El término barroco se tomó de la arquitectura, donde designaba algo «retorcido»,
una construcción «pesada, elaborada, envuelta» (siendo el término original,
«barrueco» o «berrueco», un término que describía una perla deformada o joya
falsa). En el siglo XVIII se usó en sentido peyorativo para describir las
características del estilo musical del siglo anterior, que se consideraba «tosco,
extraño, áspero y anticuado».

Características generales y estilísticas


Las principales características comunes de la música de la época barroca son:

 La polarización de la textura hacia las voces extremas (aguda y grave).


Aunque se sigue escribiendo música a cuatro y cinco voces, estas no son ya
de similar importancia, sino que se destacan la voz superior y el bajo,
abreviándose la escritura de las intermedias en el llamado bajo continuo; esta
textura suele llamarse bipolar o de monodia acompañada.

https://www.youtube.com/watch?v=6JAw4OTcdeo. BAJO CONTINUO.

Sonatas de Haendel para flauta.

https://www.youtube.com/watch?v=rTE2_VB75c8

 La presencia obligatoria del bajo continuo: junto a la línea melódica más grave
(el bajo) se escriben unas cifras que resumen la armonía de las voces
superiores. El bajo continuo era interpretado habitualmente por uno o varios
instrumentos melódicos graves (violonchelo, viola da gamba, fagot...) más un
instrumento armónico que improvisaba los acordes (clave, archilaúd, órgano
positivo (órgano pequeño de ubicación fija), guitarra barroca, arpa, tiorba, entre
otros).
 El desarrollo de la armonía tonal, en la que el movimiento melódico de las
voces queda supeditado a la progresión de acordes funcionales, armados
desde el bajo continuo. El ritmo armónico es rápido (cambio frecuente de
acorde).
 El ritmo del propio bajo establece un compás claro y sencillo (sea binario o
ternario), muy uniforme, incluso mecánico.
 El desarrollo de un lenguaje instrumental propio diferenciado del vocal, con
adaptación de la escritura musical a cada tipo de instrumento. En los teatros
de ópera aparece la orquesta, con predominio de instrumentos de cuerda
frotada, base de la actual orquesta sinfónica.
La orquesta barroca. JORDI SAVALL.

https://www.youtube.com/watch?v=oZmIv1RFZ78

 La aparición de nuevas formas vocales e instrumentales: la ópera, el oratorio y


la cantata entre las primeras, y el concierto, la sonata y la suite entre las
segundas.
 El gusto por los fuertes contrastes sonoros (entre coros, entre familias
instrumentales o entre solista y orquesta), materializado en la policoralidad y el
«estilo concertante», por oposición a la uniformidad de texturas y timbres
habitual en el Renacimiento.
 El amplio espacio dejado a la improvisación, tanto en obras libres como en las
ya escritas, en forma de ornamentación.

Estética y función de la música en el Barroco


Estilo surgido en plena lucha entre la Reforma luterana y
la Contrarreforma católica, la música fue utilizada en el Barroco como medio de
propaganda por las iglesias en competencia y por la alta nobleza, únicas
instituciones (junto a algunas ciudades libres) capaces de mantener una capilla de
músicos profesionales. La música se vuelve indispensable para cualquier
actividad, por lo que el músico pasa a ser un sirviente más de los que
acompañaban a los nobles. Producto de estos fines es, como en otras artes de la
época, una estética expresiva y teatralizante: profusión en el uso de la
ornamentación, dramatismo, uso de recursos para la pompa y esplendor en los
espectáculos públicos y fuertes contrastes sonoros.
La transmisión de emociones se organizaba a través de la teoría de los afectos y
la retórica, que transfiere conceptos de la oratoria tradicional a la composición del
discurso musical. En los géneros vocales la música queda supeditada a la poesía,
pues su propósito es el refuerzo en la transmisión del sentido y los sentimientos
ligados a la palabra; el espectáculo de mayor éxito, y que mejor resume el gusto y
la estética de la época, será la ópera, fusión de poesía, música y teatro. La
claridad en la dicción de los textos es, por ello, condición fundamental, condición
impuesta tanto en la música religiosa como en la teatral. La ópera está constituida
por dos elementos que le van a impregnar mucho dinamismo: el aria que es una
elaborada estructura melódica a cargo del solista y que tiene la función de producir
los afectos en el auditorio y el recitativo, o recitar cantado, cuyo fin era el de
producir la acción en el desarrollo del drama. La presencia del recitativo en el
melodrama va a constituirse en un verdadero estilo que estará presente en este
género a lo largo del Barroco.
Respecto de la Teoría de los afectos en la música, ya en el siglo XVI, personajes
como los compositores italianos Gioseffo Zarlino (1517-1590) y Vincenzo Galilei
(1520–1591) escribieron sobre los afectos en la música, pero sin duda tomaron
importancia en el siglo XVII con los estudios realizados por el sacerdote, músico y
físico francés Marin Mersenne (1588-1648) y el científico alemán Athanasius
Kircher S.J. (1602-1680). Aun así, la idea de que un compositor puede obtener
ciertas emociones mediante la invención musical, procede de los escritos
vinculados a la ópera poco después de 1700.

En el prefacio de Componimenti musicali, texto escrito por el compositor de ópera


alemán Reinhard Keiser (1674-1739), ya se dice que el objetivo principal de un
aria es la expresión intensa y clara de las emociones específicas expresadas por
palabras y sentidas por los personajes. Cabe destacar que las arias es lo que se
conoce como parte en la que se expresan los sentimientos en las óperas, mientras
que en los recitativos es donde tiene lugar la acción de manera general. Esto que
decía Keiser causó que contemporáneos suyos como libretistas o compositores
escribieran sobre el tema. Otro autor como lo fue el compositor, escritor,
lexicógrafo, diplomático y teórico musical alemán Johann Mattheson (1681-1764).
Mattheson nombra veintiséis emociones y afectos que pueden ser realizados en el
aria de una ópera, y además ofrece sugerencias concretas para su expresión
musical. Estas características mencionadas por los autores las usan los
compositores para mover al oyente a un determinado afecto. Se podría llegar a la
conclusión de que los rasgos musicales promovían esa actividad y esa inactividad
en el cuerpo. Ejemplos de la actividad son el tempo rápido, los patrones rítmicos
ascendentes, intervalos amplios, dinámicas fuertes. Mientras, los ejemplos de
sufrimiento son las tonalidades menores, disonancias, cromatismos, un cambio
abrupto en la tonalidad o contornos melódicos muy marcados entre otros. También
se da la opción de que los efectos que se dan en el cuerpo por la música y la
poesía tienen que ver con los cuatro humores del cuerpo (sanguíneo, colérico,
flemático y melancólico) como los describiera el padre de la medicina, Hipócrates.

La diversificación de estilos
En la época barroca se rompió la unidad de estilo musical de la Europa
renacentista: convivieron diversos estilos, utilizados con plena consciencia por los
compositores según el lugar en el que trabajasen y el género musical practicado.
Una primera diferenciación se daba entre el stile antico (stylus gravis), consistente
en la permanencia de la vieja polifonía renacentista representada por el madrigal,
-polifonía que seguía vigente durante el siglo XVII en la música religiosa italiana y
española en su forma sacra, el motete-, contra el stile moderno (stylus luxurians),
ya plenamente barroco y generalizado en la música teatral y de cámara. Así,
Monteverdi escribió su Messa da capella como ejemplo del stile antico, y Bach
denominaba música concertada a sus cantatas de iglesia por contraposición a
motetes o corales más sencillos.
Dos estilos nacionales completamente diferenciados dominaron claramente la
música europea del Barroco medio y tardío:

 El estilo francés. Con la corte de Luis XIV en Versalles como centro de


irradiación y Lully como referente, es un estilo fuertemente conservador
basado en formas de danza: piezas breves (unidas en la suite) de forma fija
bipartita, estructuradas en frases cerradas y simétricas, con armonías muy
restringidas (aunque usadas con sutil imaginación) y una compleja
ornamentación, estandarizada en figuras escritas.

 El estilo italiano. Gracias a la constante innovación estilística generada en las


ciudades italianas (Venecia, Nápoles, Roma y, sobre todo, Bolonia), las
invenciones de la música italiana fueron imitadas en todos los centros
musicales europeos, incluidos los franceses, hasta el punto de que el estilo
italiano se impuso en el siglo XVIII en todo el continente: desembarco masivo
de discípulos de Corelli en Londres, querella de los bufones en Francia,
italianización de la corte de Madrid tras la llegada de los borbones, etc. El
estilo italiano, ejemplificado en Vivaldi, se caracterizaba por una tonalidad
fuertemente marcada mediante escalas, cadencias y progresiones, la melodía
al servicio de la armonía, las frecuentes modulaciones, el rápido ritmo
armónico, sus formas abiertas (de frases asimétricas) y el uso libre de la
improvisación.

La querella de los bufones (en francés, querelle des Bouffons o guerre des Coins)
fue una controversia parisina que enfrentó, durante los años 1752-1754, a los
defensores de la música francesa, agrupados tras Jean-Philippe Rameau (1683 -
1764) con los partidarios de una ampliación de los horizontes musicales, reunidos
alrededor del filósofo y músico Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), partidarios
de italianizar la ópera francesa.
El resto de naciones imitaba uno u otro de estos estilos: así, en Alemania los
compositores se adaptaban alternativamente a uno u otro, aplicando al tiempo la
fuerte tradición polifónica local: por ejemplo Telemann escribió cientos de
oberturas y conciertos, mientras Bach ejemplificó sus versiones de uno y otro
estilo en su primera publicación, que incluía el Concierto italiano, BWV 971 y
la Obertura francesa, BWV 831.

Periodización y evolución
El Barroco temprano (1580-1630)
Desde las últimas décadas del siglo XVI se inició la disolución del antiguo estilo
polifónico renacentista, caracterizado por una textura polifónica imitativa
homogénea. Dos fueron las novedades principales:

 La policoralidad, típica de la música religiosa de la escuela veneciana


(Giovanni Gabrieli), consistente en la alternancia entre diversos grupos vocales
o instrumentales situados en diversas ubicaciones (cori spezzati, típicos de
la Basílica de San Marcos). Una evolución natural de la policoralidad fue el
estilo concertante, en el que se contrastan instrumentos contra voces (como en
los concerti ecclesiastici), o solistas contra el conjunto general.

 La monodia acompañada, en la que una sola voz aguda concentra todo el


interés musical. Su acompañamiento instrumental se escribía de forma
taquigráfica como bajo continuo. La Camerata Florentina (llamada Camerata
Bardi en honor a su promotor, el conde Giovanni de Bardi) fue decisiva en la
difusión de esta monodia acompañada, cuyo objetivo, poner a la música como
sierva de la palabra, finalmente cristalizó en la ópera; por ello les interesaba
imitar la antigua monodia helénica con acompañamiento de khitara: Vincenzo
Galilei, padre del astrónomo Galileo, escribió en 1581 un tratado contra el
género musical polifónico neerlandés bajo el título Dialogo della Musica Antica
e della Moderna. Sus nuevos géneros musicales recitativo, espressivo y
representativo utilizaban además nuevas libertades en disonancias y
modulaciones (Seconda pratica).
En ese contexto artístico aparece la figura del cremonés Claudio Monteverdi.
Maestro del stile antico (aplicado al polifónico género madrigal) y del stile
moderno (la monodia acompañada), daría forma a esa recién creada ópera. En
paralelo a ella se desarrolló el oratorio, religioso, gracias a la influencia de Felipe
Neri.
El Barroco medio (1630-1680)
El éxito internacional de la música italiana en general y de la ópera en particular
expandió por toda Europa (Alemania, Austria, Inglaterra, España...) los recursos
de la monodia y del estilo concertante. Mientras tanto, en Italia autores
como Cesti, Francesco Cavalli y Luigi Rossi suavizaban la dureza del estilo
monódico original para desarrollar la ópera belcantista, en la que se separaban ya
claramente recitativos y arias. La nueva ópera pasó de ser un espectáculo
aristocrático a entretenimiento de la burguesía, gracias a la libre compra de
entradas en los teatros napolitanos y venecianos. La ópera francesa (bajo diversos
nombres) comenzó su despegue en la corte de Luis XIV, en el mismo tiempo y
lugar en que la familia Hotteterre desarrollaba los nuevos instrumentos de madera
barrocos (oboe, fagot, flautas travesera y de pico...) y en que se fijaba
la suite instrumental francesa.
En el norte de Italia (Módena, Venecia y, sobre todo, la escuela boloñesa) la
música instrumental sienta las bases de la tonalidad y de las formas del Barroco
tardío. Autores como Legrenzi, Cazzati, Alessandro Stradella o Vitali convierten la
vieja canzona en la nueva sonata en trío, de acusado carácter virtuoso y
contrapuntístico.
El Barroco tardío (1680-1730)
El Barroco tardío se sitúa aproximadamente entre 1680 y 1730. Una vez más es
Italia el país que marcó las tendencias innovadoras, entre cuyos rasgos más
notables están:

 La plena adopción de las fórmulas tonales, a partir de la escuela boloñesa


(Torelli) y más tarde Corelli: cadencias frecuentes y muy claras como marco
formal, progresiones con movimiento de quintas, cadenas de retardos, acordes
paralelos de sexta...

 La extensión del estilo de concierto, aplicado a la ópera y a la música


instrumental: uso de ritornelos, contrastes entre tutti y solo, bajos de gran
empuje rítmico, pasajes en unísono, homofonía gobernada por el bajo
continuo.
La enorme influencia de Corelli llevó el estilo italiano a toda Europa. En Francia
desplazó incluso a la fortísima tradición musical local originada en Lully, no sin
grandes resistencias (hasta la tardía querella de los bufones), y en Inglaterra
fueron directamente sus discípulos, como Francesco Geminiani, los autores más
influyentes. Autores alemanes de primer nivel como Bach, Telemann y Händel
estudiaron e imitaron el estilo italiano.
Los compositores barrocos cuya música está actualmente más difundida
pertenecen a la generación nacida en torno a 1685: Antonio Vivaldi en
Italia, Georg Friedrich Händel en Inglaterra, Johann Sebastian Bach y Georg
Philipp Telemann en Alemania, Jean Philippe Rameau en Francia y Domenico
Scarlatti, español de adopción.

Texto editado a partir de WIKIPEDIA.

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