Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Mario Benedetti.
Estética
La estética no solo tiene que ver con la belleza o el arte, sino que se concentra en las
formas en que las personas construimos significados desde nuestra vivencia somática.
Dentro de nuestro ambiente familiar la persona no solo introyecta ideas a través del
discurso dialógico, sino que muchos de nuestros aprendizajes son a nivel estético, es
decir, aprendemos a través de nuestra experiencia somática y los patrones de
movimiento que nos permiten interactuar para definirnos temporalmente con relación a
nuestro entorno.
Kierkegaard nos aporta otras ideas que son valiosas para enriquecer el trabajo estético
en Terapia Gestalt. Encontramos el devenir entre la experiencia genuina y su historia,
este encuentro produce una experiencia que apoya el crecimiento de la relación
terapéutica en la inmediatez. El terapeuta pondrá atención al devenir estético que se
presenta en la frontera-contacto donde el consultante puede lograr una reconciliación
entre lo potencial, lo presente, lo histórico y las posibilidades de la inmediatez.
La terapia es un espacio donde se manifiesta el devenir entre finitud de lo que sucede y
la ampliación de conciencia que apoya a la movilización de las categorías existentes
hasta ese momento. Es entonces cuando el consultante tomará conciencia que sus
introyectos. La finitud es una luz de esperanza que ayuda a la persona a comprender
que todo lo que sucede no será eterno, sino una experiencia que está presente y puede
encontrar el cierre o finitud.
La esfera estética moviliza al campo por medio del devenir, a través de la energización
que provoca el auto-movimiento somático como respuesta a la experiencia inmediata.
La persona se define estéticamente en la inmediatez de lo que es, como una mediación
entre la experiencia interior que se ve afectada por la presencia de los otros; formando
un espacio singular que activa la potencialidad de lo que puede ser, y no ha sido hasta
ese momento o no ha podido asimilar.
La estética genera un estado de inocencia que va más allá de los juicios morales, y que
permite una mejor conexión con los fenómenos que se producen en la interacción con el
entorno. La estética es una experiencia de identidad temporal que crea posibilidades de
interfaz entre lo corporal y lo psíquico. Las personas que tienen experiencias de
sufrimiento han olvidado la inmediatez porque viven con premura anhelando la idea de
aniquilar el sufrimiento. Esta idea obstruye la vía sensorial al camino de la belleza. El
camino hacia el desarrollo estético está construido de agresión, destrucción, dolor y
desgarramientos. Para alcanzar la creatividad y la belleza es necesario vivir
intensamente todo lo que ha quedado lejos de la conciencia debido al miedo de
enfrentarlo.
Lo estético nos ayuda a jugar con el punto cero entre lo real, lo intelectual, lo ideal, pero
sobre todo con lo posible. La posibilidad estética parte de la realidad fáctica, que se
alcanza a través del proceso de resonancia que produce el fenómeno de campo. En esta
posibilidad, la realidad se presenta en la frontera-contacto, se repite y se destruye, pero
afecta al campo en favor de la novedad.
La estética para Baumgarten tiene que ver con los conocimientos que recibimos a través
de la percepción sensible, y que tiene una naturaleza clara pero imprecisa. La relación
que se establece es sensible, no es entre un objeto y su generalidad, sino entre la
representación de un objeto y la significación de su particularidad. Ese principio de la
estética nos ayuda a comprender que lo que sucede en el campo es singular, y desde esa
experiencia encontrar significados.
La terapia es una invitación a una experiencia estética que sucede en la relación con el
consultante. El terapeuta se convierte en un artista co-creador de situaciones que
permitan el surgimiento de instantes donde lo ordinario entra en una nueva dimensión
basada en la experiencia sensorial. El terapeuta es un artista que manifiesta su ser y su
ground, en favor de un campo actualizante. La obra de arte está en la relación que se va
co-creando entre las aportaciones artísticas del terapeuta y el consultante, es un poema a
dos voces.
La terapia Gestalt tiene en sus fundamentos teóricos las dimensiones estéticas, creativas
y artísticas. El arte y la creatividad se encuentran en el corazón de la terapia Gestalt,
porque el arte engloba la experiencia creativa realizada por el ser humano para expresar
su mirada sensible acerca del mundo, o de su relación con la otredad. La terapia consiste
en un proceso sensible-creativo que busca favorecer el contacto, compartiendo
sensaciones, emociones, sentimientos, percepciones y deseos.
Las personas llegan a terapia con historias profundamente dolorosas, la mayoría busca
encontrar soluciones que le permitan olvidar o superar el pasado, para nunca volverse a
sentir de esa manera. Sin embargo, la Terapia Gestalt es una invitación a explorar como
estas situaciones pasadas sirvieron como recursos creativos para sobrevivir, pero que
ahora están perdiendo su matiz creativo, quedando ajustadas a las percepciones
anacrónicas (fuera de tiempo u obsoletas) que se tienen del entorno. Con base en esto, la
persona ha desarrollado una personalidad verbal de acuerdo a las interacciones que tiene
con el entorno, cuando el lenguaje es limitado y cotidiano la persona va perdiendo
capacidad creativa y flexibilidad.
El arte nos lleva de lo ordinario a lo extraordinario, porque nos conecta con una nueva
manera de percibir los eventos del día a día. Nos ofrece un espacio para manifestar las
razones de nuestro corazón, utilizando medios que superan la lógica cotidiana. El arte
consiste en la búsqueda de la buena forma, de construir Gestalts que reflejen la estética
de la situación, teniendo un sentido singular que nos lleve a experimentar las
posibilidades de una existencia creativa. La expresión genuina de nuestra voz, permite
que surjan nuevas expresiones gramaticales que se encuentran contextualizadas de
acuerdo al momento, recuperando la espontaneidad.
La creatividad necesita ser alimentada por la sensibilidad, los clientes llegan con una
profunda anestesia, por eso, necesitamos profundizar en las pautas relacionales
sintomáticas, para lentamente ir cimentando una relación segura (ground) que permita
desarrollar formas creativas de interacción novedosa dentro de la sesión. La creatividad
nos hace conscientes de la temporalidad, es decir, nuestro encuentro tiene destellos del
ayer, posibilidades del mañana y experiencias fugaces que tratamos de capturar en una
figura retórica que nombramos aquí y ahora.
La terapia Gestalt es una forma de emancipación de las pautas que hemos introyectado
del entorno, es un proceso creativo que busca nuevas formas que fomenten la
singularidad y la solidaridad. Laura Perls menciona lo siguiente "“La Terapia Gestalt es
un proceso anárquico en el sentido de que no sigue unas reglas o normas pre-
establecidas. No pretende adaptar a la gente a ningún sistema, sino que intenta adaptar a
la gente a su propio potencial creativo.” (p. 32)
Conclusiones: