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ARQUIDIÓCESIS DE CIUDAD BOLÍVAR

SEMINARIO MAYOR “JESÚS, BUEN PASTOR”


DERECHO CANÓNICO II
2º DE TEOLOGÍA
MIGUEL BRIZUELA

El Derecho Canónico y la pastoral en la Iglesia


El presente análisis tiene por finalidad reconocer la relación que existe entre el
derecho canónico y la pastoral de la Iglesia y como se hace visible esta relación, el
articulo analizado se encuentra dividido en 5 apartados, acá los analizaremos como una
unidad: Iglesia – derecho – pastoral.
Debemos tener claro que el derecho nace de la Iglesia, en cuanto a que esta es
sociedad humana – divina, y busca primeramente regir la vida de los bautizados y
conducirlos a la santidad. Todo esto deriva del mandato expreso del Señor confiado a su
Iglesia de regir al pueblo de Dios como comunidad de salvación, con el apoyo del
Espíritu Santo (cf. Mt 16,19; 18,18; 28,20; Jn 20,21-23).
La Lumen Gentium en su numeral uno describe a la Iglesia como sacramento, o
sea signo e instrumento de la unión intima con Dios, pero no en si sola, sino en Cristo y
guiada y animada por el Espíritu Santo, es por esta intima unión que podemos hablar de
la Iglesia como misterio. Por eso al estudiar el derecho de la Iglesia se debe tener muy
en cuenta el valor de esta.
Esta sociedad de bautizados, que es la Iglesia tiene su fundamento solo en
Cristo, y la voluntad de Él es la que señala su finalidad, su autoridad y los medios con
los que puede santificarse, por tanto, el derecho de la Iglesia recibe su característica
especifica por ser el derecho de una comunidad sobrenatural, que reposa en una
fundación divina. Al afirmar el concilio que lo humano está ordenado y subordinado a
lo divino, indica la relación estrecha entre el órgano legal y el cuerpo místico de Cristo,
entre lo civil o humano y lo divino.
Al estar provista de órganos jerárquicos, la Iglesia necesita por ende del derecho,
que le indique con sus normas como organizar y darle forma al carácter social de esta,
ya que como veíamos en Derecho I, donde existe sociedad debe existir el derecho, y al
ser la Iglesia sociedad, le urge el derecho para su organización y para un mejor
cumplimiento de su misión dejada por su fundador.
Esta función especifica de enseñar, santificar y regir al pueblo de Dios que tiene
la Iglesia le viene de su Señor, pero la manifiesta visiblemente mediante la creación de
leyes, la cual debe realizar de ordinario, la jerarquía, en la cual reposa la misión de
transmitir fielmente el mensaje de salvación; por tanto cada norma y ley debe buscar
como fin último la salvación del alma de cada bautizado, he aquí la estrecha relación
entre el Derecho y la Iglesia, ambas convergen en este fin último, que el hombre
conozca la verdad y se salve.
La Iglesia por tanto ejercerá siempre y únicamente el derecho buscando la
“salus animarum” de todos sus fieles, queda entonces configurada esta justicia como
una justicia cristiana, donde prevalece la caridad. Claro esta que, aunque siendo este un
derecho cristiano que busca la salvación del hombre, ha querido la Iglesia que esté
impregnada de carácter judicial, no solo en la forma también en el contenido.
El derecho canónico es signo e instrumento de la salud, manifestada a través de
los sacramentos, estas leyes por tanto participan del carácter sacramental de la Iglesia
pues promueven la vida sobrenatural de sus fieles, entendemos entonces por que el
código se aplica solo a aquellos que por el sacramento del bautismo forman parte de la
Iglesia, y no a alguien que aun, creyendo en Dios no esta bautizado ni vive los
sacramentos. Este derecho entonces vemos que tiene su sustento y vitalidad desde la fe,
tiene por tanto coactividad no física, pero si moral y espiritual que emana de su propia
naturaleza.
La Iglesia ejerce entonces el mandato de su Señor, y lo hace principalmente a
través de la pastoral, esta pastoral se marca como objetivo primario hacer mas eficaz la
labor evangelizadora. Esta pastoral no es estática, se adapta y se renueva buscando la
salvación del hombre de todos los tiempos y todas las culturas, colocando siempre por
delante la misericordia.
En muchas oportunidades se ha colocado de lado al derecho usando la frase “por
el bien pastoral”, la cual solo tendría cabida si la ley se ha aplicado sin los criterios
eclesiales que le son propios, y como hemos dicho anteriormente, tanto la Iglesia con su
pastoral y el Derecho buscan el mismo fin, por tanto, no debemos desvincular la una de
la otra.
Desligar la pastoral de la Iglesia de su Derecho nos llevaría por mal camino,
podríamos caer en una caridad mal entendida, vacía, con apariencia de pastoral, siendo
en el fondo una pastoral sin estructura ni orden. Por tanto la índole pastoral del Derecho
Canónico, es fundamentalmente, que el fin pastoral de la Iglesia, es decir su misión
salvífica del hombre, está insertada por voluntad divina en el Derecho, y como
consecuencia entonces la pastoral no es algo extrínseco o superpuesto a la noción de
Derecho Canónico, al contrario, es algo propio de su naturaleza.

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