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Análisis
Efesios 4:11-16
TESIS (Proposición): Cuando el Maestro reconoce y entiende su llamado a
desarrollar su ministerio magisterial, revisa su llamado, se equipa, y se deja dirigir
por el Señor, indiscutiblemente desarrolla su servicio en pro del crecimiento del
Cuerpo de Cristo.
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En está lista se pudiera incluir el Ministerio de apostol y profeta que también se han visto afectados, pero
que ha llegado el tiempo de ese despertar para cumplir con cabalidad la esencia de su constitución por el
mismo Dios en su manifestación en Carne.
los demás ministerios. El apostol debe hacer uso de ella, tan igual como el
evangelista o el profeta; y finalmente el pastor, pues imaginemos por un instante
una iglesia donde éste no lleve la enseñanza con evidencia de transformación y
cambios substanciales en el colectivo, seguramente es presa fácil de cualquier
maquinación o estrategia satánica para destruirla por falta de conocimiento. El
maestro cristiano debe olvidarse de los cargos a nivel eclesiástico-local y empezar
a reconocer su labor como un ministerio; en este mismo orden de ideas, las
organizaciones cristianas evangélicas debe empezar a deslastrar ese concepto
errado y desfosilizarse del mismo para empezar a dar apertura a los cinco
ministerios colocando gran énfasis en el magisterio cristiano.
Los parámetros para medir el nivel de enseñanza son las acciones en la práctica.
Debe existir el cambio, la transformación, la conversión en el oyente como
evidencia de que hubo aprendizajes. El maestro cristiano va más allá de la simple
transferencia de información; éste debe convertirse en un verdadero modelo para
sus oyentes.
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Inclinación a cualquier estado, profesión o carrera. Es el descubrir que hay en nosotros capacidades,
intereses, potencialidades, recursos. Las universidades dan grados en educación, pero no hacen maestros.
El señor te ha “Constituido” maestro.
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jerárquicos o llenar estructuras organizacionales, pero la Biblia nos devela su
intención real.
El verso 12, muestra que es con el propósito de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio; es preparar a esos miembros para que continúen la labor del
servicio, para que se cumpla en cada uno aquellas hermosas palabras: “De gracia
recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8). Hay un fin y la educación cristiana bien
desarrollada con una filosofía ajustada a una sana teología, se convierte en el
medio a través del instrumento que es el ministerio magisterial. El fin último es
capacitar, preparar, perfeccionar, equipar, habilitar al pueblo de Dios para la obra
de servicio, y para edificar el cuerpo de Cristo en general.
Solo así, de este modo todos alcanzaremos algunos niveles necesarios para
ganar la buena batalla: Veamos:
Verso 14: Cuando se logra este nivel gracias a ser sujetos de trabajo permanente
por parte de Dios a través de los maestros, redundan los beneficios y las
bendiciones:
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suprema del espíritu santo como su máximo dosel, será verdaderamente el
detonante para el crecimiento de todo el Cuerpo, cuyo pegamento o aditivo
unificador es el AMOR, según la actividad propia de cada miembro. Tomando
en cuenta y valorizando las capacidades de cada uno, siendo todos
importantes y necesarios (1era de Corintios 12:22).
Verso 16: Sobre la base de lo planteado por el Señor a través del Apostol
Pablo, solo resta considerar que: