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SALMO 14

Este salmo tiene una característica muy especial: Salvo una o dos expresiones, este salmo es idéntico al Salmo
cincuenta y tres. Este es un salmo de David, es citado por Pablo en Rom.3 y hace referencia a la maldad que
hay en el corazón de los hombres.

Su lectura nos va hacer recordar pasajes como Gn.6:5 “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era
mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal.” O Isa.53:6 “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su
camino”

Tres preguntas podemos hacerle a este texto:

I. ¿QUE ES UN NECIO?

Necio, en hebreo “nabal”, hace referencia a una persona sin sentido, es lo opuesto al sensato. Es la persona que
cree que puede organizar su vida sin la ayuda de Dios. Puede ser alguien que niega la existencia de Dios, pero
en el tiempo de David era más bien el que vivía como si Dios no existiera. Desde el punto de vista bíblico, es
necio y sin sentido el que no toma en cuenta a Dios.

Dice Spurgeon: “La palabra usada aquí, tiene el significado de desmayar, morir, decaer como la hoja o la flor
marchita; es un título que se da al necio en el sentido de que ha perdido el jugo y savia de la sabiduría, la
razón, la sinceridad y la piedad.”

Otro autor lo describe como “un individuo sin savia, el esqueleto de un hombre, un sepulcro ambulante de sí
mismo, en quien toda religión y recta razón se han marchitado, secado y decaído”. Algunos lo traducen como
“apóstata”, y otros como “desgraciado”.

El necio es una persona sabia según su propia opinión y sobre todo muy obstinado, terco y porfiado. Por eso
dice Pro 12:15 “El camino del necio es derecho en su opinión…” y Pr.15:5 dice, que el necio menosprecia el
consejo de hasta su propio padre.

Es una gente que le dices que no es por ahí, y él sigue adelante y se estará y cuando se recupera vuelve a coger
por ahí. Por eso Pro 26:11 lo compara con el perro que siempre vuelve a su vómito, así es el necio que repite su
necedad.

La segunda pregunta que podemos hacerle a texto es:

II. ¿QUE DICE EL NECIO?


Rta: V1“No hay Dios”

En Mat 8:29 leemos que Jesús al llegar al país de los gadarenos le salieron al encuentro dos endemoniados
cuyos demonios clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, oh Hijo de Dios? ¿viniste acá
para atormentarnos antes de tiempo?

En este texto vemos que los demonios creen y reconocen cuatro artículos de nuestra fe: Reconocen a Dios.
Reconocen a Cristo. Reconocen el día del juicio. Reconocen que serán atormentados allí. De modos que el que
no cree que hay Dios, es más vil que el diablo. El negar que haya Dios, es una clase de ateísmo que no existe en
el infierno. En la tierra hay muchos ateos, pero en el infierno no hay ninguno.

Por eso dice Tomas Brooks: Sería preferible que un hombre creyera que él mismo no existe, y que él no es un
ser, a que no crea que hay Dios; porque él puede dejar de ser, y hubo un tiempo en que no era, y vendrá un
tiempo en el que será cambiado de lo que es; pero ninguna de estas cosas le pueden ocurrir a Dios; y si un
hombre no sabe esto, es un necio.
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Ahora:

III. ¿QUE ALIMENTA SU NECEDAD?


Rta: La corrupción de su corazón.

La necedad de esta persona no es de causa natural, sino moral. No es que no posea razón, sino que abusa de la
razón. No es que esté desprovisto de facultades racionales, sino, de la gracia de estas facultades debido a su
pecado. Por eso dice el texto: V1 Se han corrompido la palabra hebrea es (shajat) que significa arruinar,
estropear, destrozar, quedar desbastado.

V3…todos se han corrompido y aquí el adjetivo hebreo es (alaj) que se usa para leche que se pudre; la idea
aquí es que moralmente las personas están “podridas”.
Continuar leyendo hasta el v6…

Si nos fijamos, lo que el texto dice positivamente, lo repite negativamente: No hay quien haga lo bueno, no hay
ni siquiera uno. Y es como si el Espíritu Santo no estuviera contento con decir todos en su conjunto, sino que
añade estos negativos: «no», «ninguno», «ni siquiera uno».

Dice Spurgeon: “La única razón por la que no vemos más claramente esta corrupción es porque estamos
acostumbrados a ella tal y como el que trabaja diariamente en un ambiente apestoso deja de percibir el hedor
en medio del cual se encuentra.” C. H. S.

Aplicaciones:
Esto nos enseña: Primero, la corrupción espantosa del corazón humano.
Dice R.M. MCheyne: “Hay una monstruosa maldad albergada en nuestro pecho y si no fuéramos creyentes,
solo tendríamos que esperar llegar al infierno para verla irrumpir sin restricciones. Tenemos un corazón que
mataría a Dios si pudiera. Si el pecho de Dios se hallara a tu alcance y de un golpe pudieras librar al universo
de Dios, tu corazón es capaz del acto, porque el mismo está podrido.”

Segundo: Este salmo nos hace pensar, en el asombroso amor de Cristo. «Cuando aún éramos enemigos,
Cristo murió por nosotros.» Por eso, Él es la esperanza de los justos y su amparo ante la tribulación de los
malos, como enseña la parte final del Salmo (Vs5-7)

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