Sie sind auf Seite 1von 142

COORDIN ACION GENERA L DE Carlos Chanfó n Olmos

ESTUDIO S DE POSGRA DO

FACULTA D DE ARQUITE CTURA

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONO MA


DE MEXICO
COLECC ION POSGRA DO 1988
INTRODUCCION

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE.


Centro de lnfo1macwn
?~R.l\N~:J­
"lng. Jesús Tebar Rodrigue% '
¡____:::::::'--~~~~
Restauración es una disciplina de remoto origen, que durante
el curso de los últimos dos siglos ha experimentado especta-
culares cambios en la orientación de sus criterios, en la exten-
sión de su campo de acción y en el nivel de importancia
que le concede la cultura. En el mundo actual, ha llegado a
ser preocupación característica de las sociedades contem-
poráneas.
Sin embargo, la restauración no cuenta todavía con un
cuerpo sólido de doctrina universalmente aceptada, que pue-
da considerarse una verdadera Teoría de la Restauración, apli-
cable a todas sus ramas y que justifique plenamente su razón
de ser y de actuar.
Varias razones pueden explicar esta carencia. Los cambios,
relativamente recientes, de los criterios que la orientan; el
progreso extraordinario de las ciencias, en especial las sociales,
que dieron origen al viraje en los criterios; la urgencia de solu-
ción en los problemas nuevos que se le plantean y el carácter
eminentemente pragmático de quienes la practican, son las
Primera edición, 1988
principales causas.
Aunque los cambios de orientación se iniciaron hace casi
© ~<;>~rdina~ión General de Estudios de Posgrado doscientos años, han sido de tal modo graduales y sucesivqs,
E~1f1c10 Umdad de Posgrado, planta baja
Ciudad Universitaria, México 04510, D.F. que la restauración puede considerarse una disciplina aún jo-
ven, en sus nuevas rutas. Su carencia de teoría resulta así,
ISBN: 968-36-0499-4 un fenómeno normal que experimentan otras actividades del
Impreso y hecho en México hombre. Hace algunos años, el profesor Henryk Greniewski,
en el prefacio de un librito escrito con la intención de difun-

7
dir conocimientos básicos sobre cibernética, hacía la siguien- classP.r, et former se véritable histoire, en suivant pas a
te reflexión: pas la marche, les progres, les transformationes de l'hu-
manité. Un fait aussi étrange ne peut etre comme le
... sus fundamentos (de la cibernética), nunca han sido supposent quelques esprits superficiels, une mode, un
sitematizados de manera que hayan tenido una acepta- caprice, une infirmité, car le phénomene est complexe. 2
ción más o menos universal. Lo cual no tiene nada de
extraño, ya que la historia de la ciencia parece indicar Un siglo más tarde Liliana Grassi, profesora de la Universi-
que ninguna ciencia ha podido ser construida a partir de dad de Milán, escribiría en su libro Storia e Cultura dei Monu-
sus fundamentos lógicos, en el momento que se inicia el menti, después de dedicar varias páginas a discutir la actuali-
curso de su desenvolvimiento histórico real. Por el con- dad del problema de la restauración:
trario, los fundamentos lógicos se formulan generalmen-
te después, en una etapa posterior del desarrollo de la Abbiamo precisato in principio, e illustrato attraverso
disciplina en cuestión. 1 queste ultime osservazioni, quanto il problema del res-
tauro sia attuale, non privo di vita, cioe; ma argomento
Para la restauración, esta etapa posterior, a la que alude vivo e tipico del nostro tempo.3
Greniewski, en que deben definirse sus fundamentos lógicos,
ha venido posponiéndose, ante la difusión y creciente acepta- La literatura sobre restauración es abundante y aparece en
ción de nuevas ideas que han transformado los conceptos tra- forma especializada desde principios del siglo XIX. Ya duran-
dicionales sobre Historia, Cultura, Monumentos y -más re- te el Renacimiento, en que proliferaron los tratados de arqui-
cientemente- Identidad. tectura y de pintura o escultura, se habían iniciado las men-
La transformación se ha operado gradualmente -a partir ciones eventuales a la restauración, hasta que a finales del siglo
de la revolución intelectual ilustrada- al impulso de un inusi- XVIII, aparecen los primeros documentos de caracter norma-
tado desarrollo científico, caracterizado por la aparición de tivo; siguieron después, en el siglo siguiente, los tratados prác-
nuevas disciplinas o por el espectacular avance de las ya exis- ticos y las monografías sobre casos específicos; en el presente
tentes. Verdades insospechadas sobre la edad del mundo y so- siglo se han multiplicado las historias enumerativas sobre cri-
bre el origen biológico de la especie humana, descubiertas por terios de restauración, los comentarios críticos y los reportes
las ciencias naturales, dieron pie a las investigaciones sobre las de experiencias cien tíficas.
actividades del hombre, cuyos vestigios a través del tiempo Desde el siglo XIX, en sus inicios, aparecieron también las
resultaron ser la clave objetiva del conocimiento sobre su pa- legislaciones proteccionistas, que sin ser un género literario en
sado. En la necesidad, cada vez más evidente, de proteger esos sí mismas, han m~recido, desde las últimas décadas, estudios
vestigios, debe buscarse el germen de la importancia que el comparativos y críticos, así como recopilaciones y comenta-
mundo contemporáneo concede a la restauración. rios que enriquecen y forman parte de la literatura sobre res-
Las carencias teóricas no han sido impedimento que nuble tauración.
la visión sobre la importancia de la restauración para la socie- El carácter predominantemente normativo y casuístico,
dad actual. Ya Viollet le Duc hacía gala de conciencia sobre hace que esta literatura sea parcial, pues no contempla inte-
la trascendencia de esta actividad y de su imbricación en el gralmente el campo de la restauración, y que no haya podido
panorama de las ciencias del hombre, al escribir en 1868: evitar el ser -tlemasiado a menudo- prohibitiva, ante la nece-
sidad de evitar errores. Carente de principios generales, univer-
Notre temps, el notre temps seulement depuis le com-
mencement des siecles historiques, a pris en face du passé
una attitude inusité. 11 a voulu l 'analyser, le comparer, le 2 Viollet le Duc, E., Dictionnaire Raisonne de L '.4.rchitecture Fran-
~aise du Xle Au XV/e Siecle, B. Bance, A. Morel, París, 1854-1868, 10
Volúmes, Tomo Huitieme, p. 15, Verbum-Restauration.
1 Greniewski, H., Cibernética sin matemáticas, Fondo de Cultura 3 Grassi, L., Storia e Cultura dei Monumenti, Societa Editrice Libra-
Económica, México, 1971, p. 10. rie., Milano, 1960, p. 384.

8 9
sahnente aceptados, la crítica en áreas parciales no ha escapado Charle de Venise (1964)
a la diatriba injustificada. ART. 13.- Les adjonctions ne peuvent. etre tolerées que
Destacados especialistas han hecho notar algunas de estas pour autant qu'elles respectent toutes les parties interé-
características. Michel Parent, actual Presidente Internacional ssantes de l'édifice, son cadre traditionnel, l'équilibre de
de ICOMOS (International Council on Monuments and Sites). sa composition et ses relations avec le milieu environ-
escribía en un artículo publicado en la pasada década: nant. 7
En définitive, la Charte de Venise se borne plutot comme
, . , ..
Menmee, a proscnre

...
4 Entre los dos documentos venecianos anteriores, vieron la
luz otros muchos, entre los cuales los más famosos y conoci-
José Villagrán, maestro emérito de la Universidad Nacional dos pueden ser:
Autónoma de México, en una conferencia sobre restauración,
pronunciada en 1966 decía: - Las normas redactadas por Camilo Boito para la res-
tauración arquitectónica, aprobadas por el III Congre-
... Las agitadas aguas de la restauración, tan propicias a sso degli'Ingegneri e Architetti, en 1879
la turbulencia y a la discusión, tanto que los comentaris- - Las retomadas de las anteriores y completadas por
tas autorizados creen más apto hacer una casuística, que Gustavo Giovannoni, en 1928
una teoría. 5 - Las contenidas en la Carta del Restauro, aprobadas en
1931 por el Consiglio Superiore delle Antichitci e Belle
Los documentos normativos se inician en Venecia en el Arti, también sobre arquitectura
año de 1778; se debe el primer caso al inspector Pietro Ed- - Las contenidas en la Carta de Atenas, aprobadas tam-
wards con sus colaboradores Giuseppe Bertani, Giuseppe Di- bién en 1931, referidas a arqueología, arquitectura y
ziani y Nicolo Baldassini, cuyo documento se refiere a pintura entorno urbano de monumentos.ª
de caballete. Curiosamente, el último documento internacio-
nal de carácter normativo, conocido universalmente, fue re-
dactado en la misma ciudad en el año de 1964, y es conocido Junto a las colecciones de normas, desde principios del si-
como la Carta de Venecia; éste, se refiere a arquitectura. glo XIX aparecieron los manuales prácticos, diferentes de los
Aunque separados por casi doscientos años, ambos docu- tratados de pintura con menciones a la restauración. El histo-
mentos revisten la misma fisonomía prohibitiva, reveladora riador contemporáneo Alessandro Conti reporta así su apari-
de profunda preocupación por evitar errores, pero que no ción, dando cuenta de su estructura típica de recetario:
aporta soluciones e impulsa a la discusión casuística. He aquí
un ejemplo tomado de cada uno de los documentos: Come manuale sul restauro distinto da trattati tecnici
generali sulla pittura quello del Bedotti e preceduto sola-
Pietro Edwards (1778) mente dal Koster del 1827. Perla prima volta vi compa-
V.- Che non si negligga di levare tutto lo sporco e le ver- iono norme di interpretazione artística per la politura:
nici del quadro quando non vi fosse pericolo nell 'operare eventuali squilibri si compensano lasciando parte dello
in tal modo, o qualch'altra ragione come alle volte puo sporco e della vernice alterata che si trovano sul quadro
accadere.6 stesso; le ridipinture si devono evitare anche su un dipin-

4 Parent, Michel, "lnvention, Theorie et Equivoque de la Restaura- 7 Charte Internationale sur la Conseruation et la Restauration des
tion" 1 en Monuments Historiques de la France, no. 112, 1976, p. 8. Monuments et des Sites, lle. Congres International des Architectes et
s Villagrán G., J., Arquitectura y Restauración de Monu~entos, des Techniciens des Monuments Historiques reuni a Venice mai 1964
Editorial de El Colegio Nacional, México, MOl\HXVII, Memoria de El en Documentos, Escuela Nal. de Conservación Restauració~ y Museo'.
Colegio Nacional, Tomo VI, no. 1, año de 1966, p. 124. gráfía, México, 1978, 1978, p, 5.
6 Conti, A., en Storia Dell'Arte Italiana, Giulio Einaudi Editore, Ti;>· 8 Barbacci, A., JI Restauro dei Monumenti in Italia, Instituto Poli-
rino, 1981, Parte Terza, Volume Terzo, Tomo 10, p. 64. gráfico dello Stato, Roma, 1956, pp. 65-73 .

10 11
to spellato . Grazie alla patina un quadro puo diventar9e nismos e instituci ones internac ionales, la promoc ión y difusión
ancor piU armonis o di como l'aveva fatto il suo autore. se realizó a nivel mundial .
Las publicaciones seriadas y periódicas que emanaro n des-
Innume rables son las obras aparecidas, desde entonce s, que de entonce s de esos instituto s, han suminis trado al mundo
enrique cen este género, aunque muchas de ellas, quizá lama- entero una abundan te y variada literatur a sobre restaura ción
yoría, son repetitivas hasta el cansancio y con muy limitadas esencialmente promoc ional, pero con ejemplos y comentario~
aportaci ones. orientad os tanto al ciudada no común como al aficionado al
especialista o al científic o de alto nivel. '
De aparición reciente , e indudab le cali~ad, con apoyo y :
aportaci ones de conside ración en el campo científic o y técni- Sin ser las únicas, merecen especial mención
co, pueden mencionarse:
UNESCO - El correo de la UNESCO, revista mens1ial
en 26 idiomas
- Mora, Paolo - Mora, Laura - Philippo t, Paul,
La Conservation des Peintures Murales - Patrimo nio Cultural de la Humani dad tri-
an ual en 4 idiomas '
Editrice Compos itori, Bologna, 1977 3 idiomas
, Johanne s - Museum , revista trimensu al en
- Taubert
Farbige Skulptu ren - Bedeutu ng, Fassung, Restaur ie- - Serie Museum s and Monume nts, XVII títu-
los en 2 o 3 idiomas
rung
Verlag Georg D.W. Callway, Münche n, 1978 !COMOS - Monum entum, publicación trimensual en
francés-inglés
- Feilden , Bernard M.
Conservation of Historie Building s in England - /COMO S Bulletin , publicación anual en
francés-inglés
Butterw orth, London , 1982
IIC - Studies in Conservation, revista trianual en
inglés
En 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se fundó
la ONU (Organización de las Naciones Unidas), y a su sombra - Art and Archaeo logy Technic al Abstrac ts,
bianual en inglés
se formaro n agencias especializadas como la UNESCO (United
Nations Educati onal, Scientific and Cultural Organization),
que desde su creación en 1946, debía constitu irse en autori- Abudan te literatur a, aunque con mucha menor difusión,
dad promot ora de la restaura ción a nivel mundial . ha emanad o de congresos, coloquio s, simposios y reuniones
Con el patrocin io de la UNESCO, nacieron otras instituci o- internacionales, regionales o locales, promovidas por institu-
nes como el ICOM (Interna tional Council of Museums) en ciones de todo tip~. Este material , en general muy repetitiv o,
1950, y más tarde el !COMOS (Interna tional Council on Mo- es de calidad variable, pero de indudab le utilidad .
nument s and Sites) en 1965. A iniciativa de un grupo de cien- El apoyo técnico científic o, aparecido a finales del siglo
tíficos y especialistas de museos, también en 1950 se organizó XIX, ha ganado terreno, sobre todo con el apoyo de institu-
el IIC (Interna tional Institut e for Conservation of Historie ciones, en especial la IIC. Sin embargo , no ha logrado desterra r
and Artistic Works). la mentali dad artesanal heredad a de la restaura ción de obras
El gran impulso que la restaura ción recibió en Europa, fue de arte en el pasado. Harold Plenderleith, pionero de la difu-
resultad o lógico de la honda preocup ación que provoca ra la sión del desarrollo científic o contemp oráneo de la restaura-
destrucc ión ocasion ada por el gran conflict o armado y la ace- ción, alude en reciente artículo a los avances logrados en este
lerada reconstr ucción que sobrevin o. Pero gracias a los orga- campo durante los últimos 21 años; por desgracia, su merito-
rio entusias mo peca quizá de demasiado optimis mo, y lamen-
tableme nte no puede generalizarse su opinión , que así expresa:
9 Conti, A., op. cit., p. 77, Los dos manuales de restaurac ión
aludi-
dos por el autor, distintos de los tratados técnicos generales sobre pintu- Althoug h abare 21 years had passed since sorne of the
ra, son: Koster, Conrad, Uber restaurierungalterO/gemiilde, Heildelgerg, alchemist restorers were sticking fake labels on their
1821;Bed otti, Jean, De la Restauration des Tab/eaux, París, 1837.
13
12
bottles and covering key-holes with adhesive tape, clean- profesores de nuestra s múltiples escuelas de arquitec-
ing bronzes with hydroc hloric acid and patinat ed marbles tura.11
with copper chisels, the whole subject had grown to
becom e a science and the museum laborat ory is now a Las escuelas y talleres dedicados a la capacitación manual
status symbo l. 10 de restaur adores de bienes muebles, añaden otros problemas
a las fallas señaladas por Villagrán para las escuelas de arqui-
Pero si el apoyo científ ico no ha logrado el éxito deseable, tectura . Estos son probab lement e resultado de los cambios,
los aspecto s teórico -human ísticos han resulta do aún peor li- relativamente recient es, que han experim entado . Tradicional-
brados . La prefere ncia generalizada en el mundo actual por la mente, este tipo de restaur ación recluta ba artistas con poco
técnica , y el carácte r práctic o de quienes realizan y colabo ran éxito, pero que tenían un mínim o de sensibilidad para los
en la restaur ación, han creado en el medio un ambien te re- valores estético s. Desde hace algunas décadas, se han abierto
nuente al raciocinio teórico y pragmá ticame nte inclina do al ahora las puertas a toda clase de candid atos que, con demasia-
recetar io y a la fórmul a fija. Esta actitud pesa necesa riamen te da frecuencia, no unen a la habilidad manual, la necesaria sen-
como lastre que impide el desarrollo de una Teoría General sibilidad o carecen de la formación apropia da al respect o. Los
de la restaur ación. instruc tores -que en general padece n exceso de trabajo , pero
En efecto, son abunda nte mayorí a en el medio especializa- carecen de prepara ción pedagó gica- han optado por un con-
do, los arquite ctos e ingenieros que dividen ·su trabajo entre el trol extrem o de técnicas limitadas y seleccionadas en base a
taller de proyec tos y la realización de campo ; los químic os o su experie ncia personal.
biólogos dedicad os con exclusividad a la recolec ción y el aná- Esta situaci ón fue compre ndida por el profeso r Robert
lisis de muestr as; los operarios de restaur ación de bienes mue- Furgeson, doctor en pedagogía, jefe del Depart ment of Edu-
bles confiad os sólo en su discutible habilidad manua l. Todos cational Medía, de la Universidad de Londres -invita do a co-
estos elemen tos, rechazan por volunta d propia, por deficie nte mentar y orienta r las discusiones en una reunión internacional,
prepara ción, o por simple ineptit ud, los raciocinios de tipo celebrada en Roma del 1 o. al 5 de septiem bre de 1980, para
human ístico, sea que les nieguen toda validez, o bien que tra- discuti r la produc ción de materia l didáctico en cursos de res-
ten de reducirlos a unas cuanta s fórmulas aprend idas de me- taurac ión- quien inició la última sesión haciend o tres pregun-
moria. tas, que el auditor io, compu esto por profesores de restaura-
José Villagrán, al captar esta situaci ón comen taba en su ya ción de diversos países, debía responderse a sí mismo, sin
aludida confere ncia de 1966: hacer comen tarios a los demás. Las tres pregun tas, revelado-
ras de la situaci ón muy poco halagüeña que el profeso r Furge-
Muchos arquite ctos piensan que la historia de la arquite c- son había captad o, fueron:
tura y de las artes en general, no tienen otra finalidad
para el arquite cto actual, que la de ilustrar lo, darle una
más de esas visiones panorá micas que, siendo agradables, 1. Is the future of Conservation to be in the hands of
a la postre nada le represe ntan, como no sea facilitarle la charismatic lecture rs? •·
lectura de obras literarias o la visita de museos y ciuda- 2. Will you use anecdo tal approa ches as substit utes, for
des monum entales ; pero en el fondo se le conced e valor facing real pedagogic needs?
neutro ante su propia formac ión como arquite cto al ser- 3. Do you want to see a MAFIA of conservators substi-
vicio de una colecti vidad actual. Semejante incomp ren- tuting self congra tulation for the development of
sión del papel de experie ncia que represe nta el pasado , pedagogic strategies?
es lament able en mucho s de nuestro s jóvenes arquite ctos,
pero más que lament able, perjudicial en numero sos Es induda ble que estas anoma lías en las instituciones que
prepara n a los restaur adores han sido un obstáculo, hasta
10 Plenderl eith, H., Editorial en Newslet ter, no. 9, ICCROM
, Rome,
Annual Bulletin , 1983, pp. 2·3. 11 Villagrán G. J., op. cit., p. 16.

14
15
ahora insuperable, para estruc turar un cuerpo de doctri na só- to al profes or Guglielmo de Angelis D'Oss at, creado r de los
lidame nte fundam entado . cursos en la Facult ad de Arqui tectura de la Universidad de
Otra plaga ha invadido desde hace tiemp o los terren os de la Roma , y al profes or Manuel del Castillo Negrete, funda dor
restauración tambié n nociva para el establecimiento de una de los cursos mexicanos en el Institu to Nacional de Antro po-
teoría básica. Es la forma da por aquellos que -a diferencia de logía e Historia.
los grupos anteri ores- está totalm ente alejada de la práctica En la décad a de los sesenta, con patroc inio de la UNESCO,
profesional y no tiene idea de los problemas reales del hacer se organizaron cinco centro s regionales para cubrir la necesi-
restauratorio, pero que, sin embar go, se dedica sistemática- dad de unüica ción de criterios en distintas áreas del mund o,
mente a dictam inar negativamente sobre TODO lo que se hace bajo la coordi nación del Centro de Roma , más tarde identif i-
en la especialidad. Viollet le Duc, que aún después de muert o cado con las siglas ICCROM.
ha sido una de sus víctim as preferidas, ya los había detect ado Así nacieron los Centro s Regionales de Tokio y Nueva
en su tiemp o, y alude a ellos diciendo: Delhi para los países del Lejano Oriente; el Centro Regional
de Bagdad para los países árabes; el Centro Regional de Jos,
... ces docteu rs qui préten dent régent er l 'art de l 'archi- para los países africanos y el Centro Regional de Churubusco
tectur e sans avoir jamais fait12 poser une brique , décret ant para los países de América Latina . Este último recibió el
du fond de leur cabine t ... nombr e oficial de Centro Regional Latinoamericano de Estu-
dios para la Conservación y Restauración de Bienes Culturales,
Quizá la tenden cia marca damen te prohib itiva de las normas México-UNESCO. Inició labores en julio de 1967, con el pro-
y recetarios de restau ración , ha favorecido la proliferación de fesor Manuel del Castillo Negrete como prime r Direct or, y
estos individuos que se hacen llamar teóricos, pero que, desde fue amplia mente conoc ido como Centro Churu busco .
luego, no lo son. La genuina teoría , en verdad, no es desancla- Este bien conce bido sistem a intern aciona l de instituciones,
ble de la práctic a, sino su justificación lógica. A ellos nos he- parecí a ser el órgano ideal donde se pudier a desarrollar una
mos referido en el material didáct ico impreso para apoy<>' del teoría integral de acepta ción universal; pero -por lo menos
curso de Teoría de Restauración, impar tido en el Centro Chu- hasta ahora - no lo ha sido. Churu busco , sin embargo, hizo
rubusc o, diciendo: esfuerzos notabl es que lo llevaron a destacar desde la décad a
de los setent a, hasta su injustificada supresión en 1981.
Esta turba de teoriza ntes erudit os incapaces de capitali- El Centro Churubsco institu yó en 1972 las carreras profe-
zar los errores y transformarlos en experiencia, son ex- sionales, medio académico necesario para iniciar la estruc tura-
pertos en lo que no se debe hacer, ignorantes de lo que ción de una doctri na teórica ; en 197 4 creó la cátedr a de teoría
de restauración; en 1975 inició la asesoría perma nente en psi-
13
se debe hacer, e inconscientes de lo que se puede hacer.
cologí a de la educación; en 1977 se restru cturó como institu -
Las tendencias, carencias y defect os llevan a la necesidad ción de servicio, de investigación, de forma ción y de infor-
de una prepar ación más cuidadosa de los restauradores, en mació n· en ese mismo año inició la produ cción sistem ática de
instituciones especializadas. A iniciativa de la UNESCO, se materi ai didáct ico y amplió su campo de investigación al dise-
creó en 1959 el lntem ationa l Centre for the Study of the Pre- ño de instru menta l y equipo para la restau ración , así como al
servation and Restor ation of Cultural Property, Rome . Su análisis y difusión de docum entos claves para al compr ensión
prime r direct or, el científ ico Harold J. Plende rleith, es uno de del fenóm eno de creación de kis bienes cultur ales. Finalmen-
te, en 1978, el Centro Churu busco fue declar ado Centro de
los pioneros en la organización de cursos de restau ración , jun- 14
Excelencia por el ICCROM.

Viollet le Duc, op. cit., Tome Huitiem e, p. 31.


12
Chanfó n O. C., Restauración. Problemas Teóricos, Material Di-
13 14 Por desgracia no existe todavía una historia comple ta impresa so-
Ar-
dáctico para el Curso de Maestr ía en Restaur ación de Monum entos ra- bre la creació n y desarro llo del Centro Churub usco. Los docume ntos
ón
quitect ónicos, Escuela Na!. de Conser vación, Restau ración y Museog básicos de todo el proceso , se encuen tran en los archivo s de la Direcci
Direc-
fía, México , 1979, Tema 7, p . 2. Genera l del Institut o Nacional de Antrop ología e Historia , y de la
17
16
La cátedra de Teoría de la Restauración, creada en 1974
por Churubusco, no representaba novedad en cuanto al títu- Man y existing courses stress the history of the philosophy
lo, sin? en cuanto al contenido de su programa. Este versó, of conservation as a subject. 1 feel this is irrelevant, how-
por pnmera vez, sobre la discusión y raciocinio de conceptos ever interesting. lt is in itself an historical study, and
fundamentales para la actividad restauratoria. Hasta entonces knowledge of it, in no way qualifies one to effect better
-;¡ esta sigue siendo la práctica común en las insituciones de conservation.16
f<?rmación-:- se había llamado teoría a la recopilación de opi-
niones surgidas en tomo a la restauración. Esta práctica equí- Llama la atención la denominación de filosofía a los aspec-
voca, que continúa vigente, es resultado de las carencias men- tos teóricos de la restauración. Al parecer, su empleo, hoy
cionadas en párrafos anteriores, tanto como de la urgencia bastante difundido, fue iniciado por el profesor Paul Philippot,
para encontrar soluciones. Así lo ha considerado Liliana Gra- segundo director del ICCROM. Hay que aclarar, sin embargo,
ssi: que su uso -quizá tolerable como metáfora retórica- revela
poca familiaridad con los auténticos conceptos filosóficos.
La conoscenza del pensiero delle teoriche trascorse aiute- Pero sería muy injusto desconocer los genuinos ejemplos
ra a chiarire i problemi piu urgenti.i 5 de teoría, con intenciones generalizadoras, que se han dado
desde la aparición de la restauración como concepto contem-
Pero el profesor Patrick Faulkner, de fa Universidad de poráneo a principios del siglo XIX. En este panorama de casi
York, denunció el mismo fenómeno ante la VI Asamblea Ge- dos siglos, tres nombres sobresalen por la calidad de sus apor-
neral de !COMOS, celebrada en mayo de 1981; en sus pala- taciones, son Eugene Emmanuel, Viollet le Duc, arquitecto e
bras se notan, tanto la reticencia hacia el estudio histórico investigador francés; Cesare Brandi, crítico e historiador ita-
como la urgencia de buenas soluciones: ' liano, y José Villagrán García, arquitecto y teórico mexicano.
Viollet le Duc (1814-1879) gozó de gran reconocimiento
durante su vida, gracias a los puestos oficiales que sustentó,
pero su responsabilidad pública no impidió que realizara una
ción de Patrimonio Cultural del INAH. Entre el escaso material impreso obra de investigación de considerable dimensión y calidad.
pueden contarse: Chanfón O., C., La Escuela Nacional de Conservación
Restauración y Museograf(a, en el Boletín del INAH Epoca 111 No 20' Discípulo de Ludovic Vitet y de Prosper Mérimée, superó am-
octubre-d.iciembre 1977, pp, 61-64. Chanfón, C.; Mendoza, E'.; T~rán: pliamente a sus mentores, al trasponer en la reflexión y en la
J. A.; Chico P. de L. P.; !caza, L.; Herrera de L. E.; Rojas, A., presenta- práctica los niveles normativos y prohibitivos de sus maestros.
ron un conjunto de ocho ponencias a la Sexta Asamblea General de Sus ideas teóricas sobre restauración están contenidas en el
!COMOS, Simposio Científi~o, celebrada en Roma, en mayo de 1981.
El Centr? C~urubusco fungi~ c?mo coordinador del tema Profesión, artículo Restauration de su obra monumental Dictionnaire
que se discutió en la Sede Principal. Las ocho ponencias describen los Raisonné de l'Architecture Fran~aise du Xle au XV/e Siecle,
crit~ioa, organ~ción y programas del Centro Churubusco. Han sido en diez tomos, impreso por B. Bance (I a VI) y por A. Morel
pubhcadaa parcialmente en el primer tomo de los materiales obtenidos (VII a X), en París, entre 1854 y 1868. El artículo se encuen-
con el título general de !COMOS, Seata ABBemblea Generale Nessun
futuro senza paBSato, Conaiglio Nazionale delle Ricerche Ro~a 1981 tra en el tomo VIII, pp. 14 a 34.
Volume Primo. El 11egundo y último volumen está en prensa pero eÍ Su contenido es tradicionalmente mal interpretado por crí-
contenido de laa ponencias mexicanas ha sido ya utilizado e~ reunio- ticos que, a través de una mala traducción del primer párrafo,
nes ~ateriorea, a ~ve! internacional. Chanfón, C., Contribución al lo juzgan sin analizar el artículo completo. La frase le rétablir
estudio sobre necesidades y oportunidades de trabajo para arquitectos dans un état complet qui peut n 'avoir jamais existé d un mo-
restauradores en 1-n:iérica Latina y el Caribe. Un ejemplo, el Centro
Churubusco en Mex1co. Reporte presentado a solicitud de autoridades ment donné, se haya traducida en varios textos españoles
del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) donde se como restablecerlo en un estado completo que no pudo jamás
hace un juicio crítico de loa problemas enfrentados por el C~ntro Chu- existir.
rub':1~º . y laa soluciones ensayadas¡ contiene la lista completa de las
pu~ucacionea, documentos, material didáctico, ciclos de conferenciaa y
tea18 de graduados. 16 Faulkner, Patrick, "Profeaaional Training in Conaervation Skilla",
i5 Graaai, L., op. cit., p. 384. en !COMOS, Sesta Auemblea Generale, Nessun futuro senza passato,
Conaiglio Nazionale delle Ricerche, Roma, 1981, VomunePrimo,p. 715.
18
19
Una interpretación más fiel de la redacción original es res- de la identidad, expresado como nacionalismo, que va mucho
tablecerlo a un estado completo que puede no haber existido más allá de la conservación mecánica de los monumentos como
en un momento dado. Lo que en la mala traducción se da tales; la meta real es el conocimiento de los propios antece-
como objetivo único y necesario, en realidad es presentado dentes:
por el autor como posibilidad extrema aceptable. Para con-
vencerse de ello, basta leer con atención el resto del artículo Les monuments de pierre ou de bois périssent, ce serait
y constatar el gran respeto que Viollet le Duc exige para la folie de vouloir les conserver et de tenter de prolonger
materia original, y las muy variadas maneras que sugiere para leur existence en dépit des conditions de la matiere; mais
evitar su alteración y deformación. ce qui ne peut et ne doit pas périr, c'est !'esprit qui a fait
Pero la crítica se ha ensañado en forma especial con él; hoy élever ces monuments, car cet esprit, c'est le notre, c'est
en día se le menciona más para censurar algún aspecto de sus l'ame du pays.
ideas o de sus obras, que para reconocer su amplio y concien-
zudo trabajo. Las razones son múltiples, pero en ellas no siem- Cada pagina de la obra demuestra la racionalidad que apo-
pre brilla la buena fe, y quizá en la actualidad sólo se le criti- ya la solución gótica de cualquier detalle o de cualquier ele-
ca por hábito irreflexivo. mento, pequeño o grande, simple o complejo. Esta racionali-
Su prestigio oficial y su permanente lucha contra el acade- dad es presentada como nacida de una excepcional lógica
micismo, le ganaron celos y envididas que quedaron liberados constructiva que caracteriza a todos los estratos de la socie-
a la caída de Napoleón III, su protector. El hecho de que sus dad medieval francesa y que se palpa en la calidad y cantidad
de las obras de arte producidas en todas las ramas y en todos
criterios, en muchos aspectos referentes al estado completo, los niveles de la actividad artística.
hayan sido superados en la actualidad, no son razón suficiente La presentación en forma de diccionario, subraya la disec-
para desconocer sus aportes, puesto que es norma básica de la ción metódica de un monumento para comprender hasta sus
crítica histórica el juzgar dentro del contexto cronotópico. más mínimos detalles, tal como necesita hacerlo el restaura-
En todo caso, su obra no puede criticarse a través de una dor, para quien no es suficiente el conocimiento global de la
sola frase, ni siquiera de todo el artículo sobre restauración. obra de arte, sino que debe llegar al análisis de cada element.o,
Para calibrar sus aportaciones, es necesario conocer todos sus por pequeño o insignificante que parezca:
escritos; ellos respaldan y reflejan su ideología completa.
En sus dos obras monumentale s, el Dictionnaire Raisonné
de l'Architecture Fran~aise y el Dictionnaire Raisonné du ... s 'il veut non seulement paraitre sincere, mais achever
Mobilier Fran~ais, más que en sus otras múltiples investigacio- son oeuvre avec la conscience de n 'avoir ríen abandonné
nes menores, se encuentra el modelo claro de fundamentaci ón au hasard et de n 'avoir jamais cherché a se tromper lui-
meme.17
histórico-críti ca que, en su concepto, debe respaldar todo
proyecto de restauración.
El fue el primero en visualizar la imbricación de la restaura- La caracterización consciente, estricta y minuciosa de este
ción en el panorama completo que ofrecían las ciencias de su achever son oeuvre, dan una profundidad y unas modulacio-
tiempo; profundamen te impresionado por los avances logra- nes al état complet, que son insospechadas por los críticos
dos, quedó convencido de que la restauración era un concep- rutinarios actuales, por más que, siendo hombre de su tiempo,
to totalmente nuevo. no escapara Viollet le Duc a los conceptos hoy superados so-
En el Diccionario Razonado de Arquitectura, es muy inte- bre obra de arte y cultura, que son los que le impulsaron a esta-
resante el Prefacio, que aparece en el primer tomo, donde el blecer -así sea como caso extremo- la meta del estado com-
autor presenta y justifica la obra. Tratará -afirma- de mos- pleto, para una restauración aún restringida a la obra de arte.
trar que el Gótico es lo mejor que ha producido Francia des- Pero no olvidemos que esta orientación es de facto, aunque
de la decadencia del Imperio Romano hasta el Renacimiento ,
y que desde Francia se extendió a los demás países de Europa. 17 Viollet le Duc, op. cit., la primera cita es del Tome Premier, p. iii,
la segunda del Tome Huiti~me, p. 34.
Hay en el fondo de sus motivaciones el problema subyacente
21
20
ya no lo sea de jure, la que inspira la mayor parte de la labor
restauratoria que, hoy en día, se realiza en muchos países del Universidad de Siena -su ciudad natal- en Jurisprudencia, y
mundo. por la Universidad de Florencia en Letras, coordinó labores
Para fundamentar sus raciocinios y sus juicios histórico-crí- de cátedra en varias universidades, con numerosos puestos
ticos, Viollet le Duc acude a una amplísima documentación oficiales de dirección, inspección y administración, en el área
medieval y a toda la bibliografía especializada disponible en de las Bellas Artes.
su tiempo. Sus notas a pie de página incluyen a cronistas como Para la restauración, fundó un taller en Boloña durante el
Joinville y Villehardouin, a poetas como Chrétien de Troyes, año de 1935; fue el primer Director del Instituto Centrale del
a maestros constructores como Villard de Honnecourt y Ro- Restauro, inaugurado en 1939; dedicó numerosas conferen-
bert de Coucy, junto a sus maestros Vitet y Mérimée. Sus ci- cias y artículos a la teoría de restauración, en especial a partir
tas son en latín medieval, en occitano, en picardo, en fráncico de la fundación de esa última institución que promovió, orga-
o en cualquiera de los dialectos del Antiguo Francés, al lado nizó y dirigió, aunque desde su primera juventud había ya
de las que están en Francés Medio o Moderno. ocasionalmente incursionado en campos teóricos de la protec-
Pero con los testimonios escritos, Viollat le Duc dejó unos ción a las obras de arte.
10,000 dibujos arquitectónicos de plantas, fachadas, cortes Sus capacidades personales, palpables en su obra publicada
perspectivas y detalles, que dan fe de sus levantamientos y (más de 500 artículos en revistas especializadas) le llevaron
proyectos, tanto como de sus investigaciones sobre monumen- con preferencia a la crítica de arte y a la difusión de ideas,
tos específicos. Sus proposiciones, tanto teóricas como prác- más que a la estructuración didáctica con fines pedagógicos,
ticas, están pues objetivamente fundamentadas en la docu- sin que esto signifique superficialidad o deficiencia lógica. Por
mentación histórica disponible en su tiempo. el contrario, su obra siempre es seria y rica en conceptos pero
Viollet le Duc, sin embargo, a pesar de sus múltiples men- sintética. '
ciones a las artes en general y al mobiliario -que hoy, para la Entre los artículos donde trata aspectos teóricos específi-
restauración, quedaría identificado como material etnográfi- cos en la restauración, consideramos como los más importan-
co- construye su teoría, exclusivamente para los problemas tes:
que entonces presentaba la arquitectura gótica francesa; a ese
campo se restringen sus proposiciones teóricas y las aplicacio- El ristabilimento dell'unita potenziale dell'opera d'arte
nes prácticas que ejecutó. Bolletino del Instituto Centrale del Restauro, 2 (1950),
Viollet le Duc, sin embargo, ha sido el primer restaurador pp. 3-9
activo que, elevándose por encima de la casuística, buscó ra- Príncipes de la restauration des oeuvres d 'art
zones más profundas que pudieran justificar la restauración. Italie, L'Amour de l'Art, XXX (1950), pp. 21-26
Cesare Brandi (1906) 18 es un caso distinto. Graduado por la Restauro dell'opera d 'arte secondo l'istanza de la storicita
Bolletino del Instituto Centrale del Restauro, 11-12
(1952), pp. 115-119
18 Entre los artículos publicados, que implican teoría, pero que pue- Ji restauro dell'opera d'arte secondo l'istanza estetica o
den considerarse casuística, Brandi escribió: A propósito di una felice
ricostruzione della celebre Madonna di Guido da Siena, Bulletino Sene- dell 'artisticita
se de Storia Patria, 11, 1931, pp. 77-80. Una Madonna del 1262 ed anco- Bolletino del Instituto Centrale del Restauro, 13,
ra il problema di Guido da Siena, Bulletino Senese di Storia Patria, 1, (1953), pp. 3-8
1933, pp. 25-42. Ricostruzione di un'opera giouanile di Giouanni de
Paolo, L'Arte, XXXVII, 1934, pp. 462-481. I Restauri della Basilica
Superiore di Assisi, Le Arti, IV, 1942, pp. 216-222. Tre dipinti di An- braccio berniniano, L'Imagine, 11, 1949, pp. 235-237. The Restoration
tonello di Me88ina restaurati ed esposti presso l'Instituto Centrale del of the Pieta of Sebastiano del Piombo, Museum, 1950, pp. 207-211. 11
Restauro, Le Arti, V, 1942-1943, pp, 90-96. L'lnstituto Centrale del restauro dell'Adoration de l'Agneau Mystique di Van EYck Bolletino
Restauro e la ricostruzione degli affreschi, Phoebus, 1, 1946, pp. 165- del Instituto Centrale del Restauro, 5-6, 1951. Restauri a Í>iero della
170. ll Mantegna ricostruito, L'lmagine, 1, 1947, pp. 179-180. Ricom- Francessa, Bolletino del Instituto Centrale del Restauro, 17-18, 1954.
posizione e restauro della Pala del Carmine di Pietro Lorenzetti, Bolle- 11 discurso restauro del San Domenico di Siena, Bolletino del Instituto
tino d 'Arte, XXXIII, 1948, pp. 68-77. Pro ble mi di restauro: il terzo Centrale del Restauro, 29-30, 1957. Restauro de la Maesta di Duccio
Bolletino del Instituto Centrale del Restauro, 37-40, 1959. '
22 23
Brandi retomó la distinció n, muy conocid a de autores pre-
Il restauro e l'interpretazione dell'opera d'arte cedente s, entre los aspecto s estéticos y los históric os, convir-
Annali della Scuola Normale Superiore di Pisa, XXIII tiéndola en exigencia. Dió preferencia a la exigencia estética ,
(1954), pp. 99-100 en cuyo análisis basa el carácter único e irrepetib le del objeto
Il restauro artístico , de donde emana la necesidad de autentic idad en
1 Problem i di Ulisse, 27 (1957), pp. 1380-13 82 cuanto no reproducible:
Pero una idea más comple ta de la ideolog ía de Brandi, se Qualora le condizio ni dell'ope ra d'arte si rivelino tali da
obtiene en el artículo que escribió para la Enciclopedia Uni- esigere un sacrificio di una parte de quella sua consiste nza
uersalle dell'arte, que aparece traducid o al inglés en la Ency- materiale, il sacrificio o comunq ue l'interve nto dovra
clopedia of World Art, editada por Me Graw-Hill Co., London , essere compiu to secando che esige l 'istanza estetica . E
1966, Volume XII, pp. 179-184 , Verbum - Restora tion and sar~ questa istanza la prima in ogni caso, perche la singo-
Conseruation. lanta dell'ope ra d'arte rispetto agli altri prodott i umani
Sus alumnos Vlad Borelli, Raspi Serra y Giovanni Urbani non dipende della sua consiste nza materiale e neppure
elaborar on un resumen de las lecciones impartid as por Cesare dalla sua duplice storicita , ma dalla sua artistici ta, don-
Brandi en el Institut o Centrale del Restaur o y lo editaron en de, una volta perduta , questa, non resta piU che un re-
un libro bajo el título de Teoría del Restauro, Edizioni di litto.20
Storia e Letterat ura, Roma, 1963. Este texto es el más difun-
~ dido y es el emplead o en muchos centros de formaci ón de Es indudab le el provech o que las práctica s restaura torias
· restaura dores. obtu~eron de esta doctrina , cuyos supuest os teóricos , hoy
Tocó a Cesare Brandi disertar a la luz de los concept os idealis- han sido superad os, pero que fomenta ron un redobla do respe-
tas reinante s en Italia para adecuar la práctica de la restauración, to a la autentic idad. Las ideas brandianas fueron definitivas
y la ya largame nte cultivad a sensibilidad italiana en la aprecia- en la discusión del tratamie nto de lagunas, difundid o después
ción de las obras pictóricas, a una estructu ra teórica congrue nte por Paul Philippo t, y en la llamada Cleaning Controuersy en-
y lógica. Así, su mentali dad crítica, más que histórica, le per- tre Londres y Roma.
mitió establec er jerarquí as, fundam entadas en planteam ientos Esta conocid a disputa, enfrentó la habilidad en una técnica
filosóficos emanad os de un Croce o de un Gentile. manual, revestida de un superficial cientific ismo, con la nece-
Para Brandi no existe restaura ción propiam ente dicha más sidad de docume ntar históric amente el proceso de creación
que para la obra de arte, y en ella, la imagen debe distinguirse de la obra de arte y la sensibilidad requerid a para captar sus
de la materia , aunque ambas son coexiste ntes. Aquella supera valores plásticos. La National Gallery de Londres , ejecutab a
jerárqui camente a esta. Tras afirmaciones tales, está el supues- en sus talleres de restaura ción, limpiezas profund as de cuadros
to idealista del valor del mensaje estético , per se, al cual se al óleo, que fueron cuestion adas por Brandi, en un artículo
supedita el mismo context o históric o intelectu al . En la con- publicad o por el Burlington Magazine, titulado The cleaning
sistencia física de la materia , que garantiz a la trasmisi ón del of Pictures in Relation to Patina, Vanish and Glazes (julio
mensaje artísticb a la posterid ad, se basa la importa ncia de la 1949). Neil Me Laren y Anthon y Wemer, defendi eron la prác-
actividad restaura toria: tica inglesa, en un nuevo artículo publicad o por la misma re-
vista con el título de Some Factual Obseruations about Var-
Pertanto , se dal punto di vista del riconosc imiento dell' nishes and Glazes (julio 1950), donde pretend ían justifica r su
opera d'arte come tale, ha premine nza assoluta il lato ar- técnica en supuest as razones científic as:
tístico, all'atto che il riconosc imento mira a conservare As Professo r Brandi's article shows, the main objectio n
al futuro la posibili ta de quella rivelazione, la consisten-
'importa nza primaria . 19 to complet e cleaning are based on the fear that part of
za física acquisit a un
the artist's intentio n in the form of patina, glaze (= gla-
19 Brandi, Cesare, Teoría del Restauro , Edizioni di Storia e
Lette·
20 Ibídem, p. 35.
ratura, Roma, 1963, p. 34.
25
24
cis, velatura) or varnish, may be removed or damaged in mientas a su labor, tanto en México como en el extranjero.
the
. cleaning process. This fear, however , arises from an Erudito conocedor del patrimonio cultural arquitectónico,
mcomplete understanding of the solubility of surface se interesó por la restauración en los últimos veinte años de
varnishes and glazes. 21 su vida, siendo miembro del Colegio Nacional y Maestro Emé-
rito de la Universidad Nacional Autónoma. Por designación
Br~di contestó con presteza en una carta al Burlington del Secretario de Educación Pública -primer Director Gene-
Magazine, _que fue de i~mediato publicada (octubre 1950), ral de la UNESCO- Jaime Torres Bodet, fue el primer Presi-
pero tambien en un articulo para el Bolletino del Instituto dente del Comité Mexicano del Consejo Internacional de
Centrale del Restauro (3-4, 1950, pp. 9-29). Allí adoptando Monumentos y Sitios (!COMOS), y miembro de los Consejos
el mismo título en inglés Sorne Factual Observdtions about Consultivo y Ejecutivo de ese organismo, a nivel internacional.
Varnishes and Glazes, puso fin a la disputa con una aplastante Lamentablemente, José Villagrán no fue escritor, y sus
documentación histórica, para demostrar fuera de dudas el ideas recibieron difusión a través de la cátedra universitaria y
verdadero papel de los barnices y veladuras en los valores piás- de gran número de ciclos de conferencias.
ticos de la pintura de caballete. Sin embargo, con ejemplar disciplina académica, nunca se
A p~sar. de todo, Cesare Brandi como teórico, es parcial, presentó a ofrecer una plática, sin llevar escrito el texto com-
pues aun sm tomar en cuenta los aspectos idealistas, ya supe- pleto; aunque -con su amplia erudición y fácil palabra- solía
rados, de su dialéctica, su obra se refiere solamente al proble- leer apenas los párrafos iniciales, para continuar su exposición,
ma de la pintura, por más que contínuamente aluda a obras sin atenerse al texto preparado, disertando con la misma cla-
de arte en general, incluida la arquitectura. Sus amplios apor- ridad y fidelidad al tema elegido. Es gracias a estos guiones
tes, sin embargo, hacen de él un auténtico teórico de la res- personales, preparados para sus conferencias, que hoy se pue-
tauración que influyó poderosamente en el tratamiento de la de disponer de algún material impreso sobre su ideología, en
pintura. redacción personal del autor. Pero quienes tuvimos la suerte
José Villagrán García (1902-1982), por su parte, conjugó de asistir a su cátedra universitaria, durante los dos años -el
dotes _excepcionales en diversas actividades, junto a una gran primero y el quinto de la carrera- que marcaban los progra-
capacidad de trabajo. Desde su primera juventud dedicó tiem- mas de la Escuela Nacional de Arquitectura, somos sin duda
po Y esfuerzo a su autoformación humanística. Dotado de los que tuvimos un acceso más amplio y completo a su pensa-
una mente filosófica, manejó con soltura el raciocinio teórico miento.
Y _analizó l~ corrientes de pensamiento vigentes en la primera Villagrán nunca pretendió ser teórico de la restauración, y
mitad del siglo. A pesar de ser un teórico destacado nunca se así lo expresó reiteradamente en sus conferencias; pero su
alejó. de. l~ práctica l?rofesio~~ de la arquitectura, 'en la que amplia erudición arquitectónica y filosófica, le permitieron
con JUsticia se le considera el imciador mexicano de la corrien- apreciar y exponer con perspicacia los problemas de la restau-
t~ contemporáne_a. M.8:estro por vocación, llegó primero a la ración arquitectónica.
catedra, y a la Dueccion de la Escuela Nacional de Arquitec- Sus obras publicadas, más directamente involucradas en el
tura después, siendo aún muy joven, y por demanda del alum- problema teórico de la restauración, son:
nado. Creó, la Cátedra de Teoría de la Arquitectura, para la
cual elabc;iro un cuerpo con~uente de doctrina, que ha servi- Arquitectura y Restauración de Monumentos
do de guia a muchas generaciones de arauitectos mexicanos Editorial de El Colegio Nacional, México, MCMLXVII
Por tan variados méritos, acumuló distinciones y reconocí~ Memoria de El Colegio Nacional, Tomo IV, No. 1,
Año de 1966, pp. 87-126
(El Centro Churubusco lo reditó en 1974 y 1977)
21 McLaren & Werner, "Sorne Factual Observations About Varni- Integración del Valor Arquitectónico
shes and Glazes", en Burlington Magazine, London, XCXIII, 1950. El
reporte más completo de toda la controversia, está contenido en la res- Centro Churubusco, México, 1974. Se reditó en 1977
puesta de Brandi en el Bolletino del Instituto Centrale del Restruro La Proporción en Arquitectura
citado, (3-4 , 1950, pp. 9-29). Editorial de El Colegio Nacional, México, MCMLXVIII
26 27
Memoria de El Colegio Nacional, Tomo V, No. 4, para evaluar los aportes de José Villagrán en el área específica
Año de 1967 que nos ocupa, es necesario contempla r toda su obra, para lo
(El Centro Churubusc o lo reditó en 1977) cual -como se ha anotado- debe conocerse su teoría de ar-
Los Trazos Reguladores de la Proporción Arquitectónica quitectura, con el problema del exiguo material publicado.
Editorial de El Colegio Nacional, México, MCMLXXI Desde la segunda década mucho antes de la primera edición
Memoria de El Colegio Nacional, Tomo VI, No. 4, Saper Vedere l'Architettura, de Bruno Zevi, ya presentaba en
Año de 1969, pp. 169-220 su cátedra universitaria al espacio arquitectón ico como mate-
Estructura Teórica del Programa Arquitectó nico ria prima de la arquitectur a; al incursionar en la restauració n,
Editorial de El Colegio Nacional, México, MCMLXXII consideró también al espacio, como materia de ella, sin ocul-
Memoria de El Colegio Nacional, Tomo VII, No. 1, tar sus fuentes de apoyo:
Año de 1970, pp. 285-374
Quizá sorprenda a algunos decir que la materia primera
Estas cinco series de conferenci as, sin embargo, suponen el que transforma la arquitectur a sean los espacios, porque
conocimie nto, por lo menos general, de todo el cuerpo de se sigue pensando como en el Renacimie nto, que la ar-
doctrina que Villagrán exponía en su curso de Teoría de Ar- quitectura se hace con elementos edificatorio s, muros,
quitectura, parcialmen te presentand o en: apoyos, cubiertas, puertas y arcos, bóvedas y techos.
Nótese que las arquitectur as, secularmen te se han hecho
Teoría de la Arquitectura no sólo con estos espacios que delimitan, sino también y
Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 1964 fundament almente con otros espacios, que son los deli-
Cuadernos de Arquitectu ra, No. 13, agosto de 1964 mitados por aquellos. En el campo de la ciencia del arte,
-Notas complemen tarias al Curso, escritas en septiem- ya Reynaud, a mediados del pasado siglo XIX, había he-
bre de 1956, para ayuda de los profesores auxiliares. cho notar el valor que tenía esa porción de aire encerra-
(El Centro Churubusc o las reditó en 1974 y 1977, a do por una cúpula como la de la Basílica de San Pedro,
petición expresa de su autor) en Roma; mas, propiamen te tocó al estético y arquitec-
to alemán Schmarsow, a principios del siglo XX, exponer
José Villagrán intuyó la necesidad de una teoría general de que la esencia de la arquitectur a, está en la comprensió n
restauració n anterior a las reflexiones parciales sobre restaura- de los espacios. 23
ción arquitectón ica, a su vez imbricadas en la Teoría General
del Arte y en la Teoría de Arquitectu ra. El se limitó a hacer En Ontología y Axiología, Villagrán se inspira en la filoso-
planteamie ntos que pudieran inducir a definir criterios: fía idealista emanada de la escuela alemana de Baden, expues-
ta en España por García Morente. Sus citas de Lotze, Windel-
Es claro que en el curso de estas pláticas no pretende- band, Rickert o Scheler, son numerosas, lo que le ha valido
mos exponer una teoría cabal de la restauració n; ni el críticas recientes, aunque poco eruditas, y más orientadas in
tiempo de que dispondrem os ni la extensión de mJiteria odium auctoris, que fundament adas en raciocinio.
tan actual y, sobre todo, tan escasamen te explorada, ni La filosofía de los valores nació y se fortaleció como reac-
mi personal preparació n lo permitirían ; pero sí intenta- ción al mecanicismo positivista; la adopción del campo axio-
remos, como se deja dicho, una mera persecución de cri- lógico por Villagrán, llevó a una comprensió n más equilibrada
terio que, por elemental que sea, resulte sustancial y al del funcionalismo de la década de los treinta.
fin represente portillo de acceso a mayores y más pro- En la teoría de restauración, la axiología es instrument o
fundas incursiones en el tema. 22 eficaz para disminuir la angustia del problema complejo, al
permitir una disección metodológica que multiplica los acce-
Pero como en el caso de Viollet le Duc y de Cesare Brandi,
23 Villagrán G, J., Integración del ualor Arquitectóni co, Centro Chu-
l2 Villagrán G. J., op. cit., p. 88. rubusco, México, 1977, p.11.

28 29
sos a la posibilidad de comprensión. Para la restauración la una visión más integral, que él proclama necesaria, pero que
axiología se fundamenta en una verdad axiomática: se prdte- no intenta enfrentar.
ge solamente aquello que vale. Si debiéramos ahora comparar los méritos de estos tres no-
Un aspecto de sumo interés, es la inclusión que Villagrán tables de la teoría de restauración, tendríamos que subrayar
hace, dentro de su escala jerárquica de valores, del que consi- el genuino raciocinio filosófico que respaldó las reflexiones
dera de mayor rango, e integrador de los demás el valor so- de Brandi y de Villagrán, y que los tres contemplaron el mo-
cial, desconocido para Scheler y los grandes filó~ofos idealis- numento pictórico o arquitectónico, a través del cristal colo-
tas de Baden. Con ello, Villagrán hace honor a la visión antro- reado de la obra de arte. Pero Viollet le Duc y Villagrán, per-
pologista que en México ha estado ligada desde finales del tenecieron a ese género raro de seres humanos que es capaz
periodo virreinal, a la noción de monumento y de cultura: de destacar a la vez, en la teoría y en la práctica profesional;
ellos constituyen la excepción a la máxima general que asegu-
Y aquí, como sucede en cada aspecto de los integrantes ra que, el mejor crítico es el peor artista, y el mejor artista es
valores del arquitectónico, se penetra sin sentirlo, en lo el peor crítico. Casos como el de los dos arquitectos comenta-
social, a medida que más se consideren los aspectos an- dos, tienen el valor poco común, de ofrecer una teoría, sólida-
tes contemplados. La validez social en la obra de arqui- mente fundamentada en su experiencia práctica personal.
tectura es una expresión y una delaci-On, en suma, de la Sin despreciar ni disminuir lo histórico, Viollet le Duc y
cultura de que forma parte y en la que hunde sin discu- Brandi, se inclinaron a evaluar lo estético al grado de buscar
sión, sus raíces. 24 la integridad de la obra de arte en un estado completo o en la
reintegración de las lagunas, haciendo sin embargo, una sólida
Pero quizá el aspecto más trascendental en las aportaciones defensa de la autenticidad; el uno por el definidio camino del
de José Villagrán a la restauración, radica en sus raciocinios racionalismo positivista, el otro por el complejo campo del
sobre la su.bjetividad de toda solución restauratoria. Esta pos- idealismo, que también exploró Villagrán.
tura, cuestiona en su fundamento la doctrina hasta entonces Hay un claro progreso en la secuencia cronológica de sus
inconmovible de la restauración termina do,;de comienza la aportaciones. Si Viollet le Duc positivista, comprendió la re-
hipótesis, de antiguo abolengo: lación entre la restauración y el desarrollo de las ciencias ob-
jetivas nacidas en la Ilustración; Brandi tuvo que mostrar la
Después de lo anterior, debemos enumerar dos conclusio- necesidad de comprender el proceso de creación y la obra de
nes, las de esta última incursión que hemos dejado asen- arte misma, y en su visión idealista definió que, la historia
~ada: .1!1 subj7ti~d~d de toda restauración, o sea que es -también ciencia- debe hermanar sus conclusiones con las
creac1on subjetiva y que el monumento se nos incorpo- de las ciencias exactas que auxilian a la restauración (tal fue
ra al calificarlo de 'histórico' y a valorarlo 'estéticamente' el saldo positivo de la Cleaning Controversy); Villagrán, des-
a l~ vez que por mediación de la cultura en que hunde s~ pués de ellos, captó el valor social de raíz antropologísta,
ongen, y empalma con el tiempo y la cultura de hoy a desconocido para sus inspiradores idealistas, y planteó la ne-
que pertenecemos. Sin duda este aspecto es de trascen- cesidad de una teoría integral, válida para todas las restaura-
dencia e invita a su mayor comprensión. 2 s ciones. Sería de desear, que alguno de los tres, volviera a na-
cer, y con su talento, estructurara ese cuerpo de doctrina
Pero también José Villagrán, se limita en su raciocinio a general, que ahora es necesario.
los ~roblemas ~e la restauración arquitectónica, y es por tan'to En efecto, las páginas anteriores han presentado un panora-
parcial; por mas que sus razones abran inumerables puertas a ma, quizá personal y subjetivo, del estado que guardan hoy
en día, los aspectos teóricos en que se apoya la acción de res-
taurar. Nos parece evidente que se impone la necesidad de re-
24 Villagrán G. J., Arquitectura y Restauración de Monumentos
Editorial de El Colegio Nacional, México 0 XCMLXVII Memoria de Ei flexionar sobre las razones más profundas que justifican la
Colegio Nacional, Tomo VI, no. 1, Año de 1966, p. 110'. restauración como concepto genérico contemporáneo, para
2s Ibídem, p. 126. definir los fundamentos sobre los cuales pueda estructurarse
30 31
ese indispensable cuerpo de doctrina, dentro del cual, las apor- ción; aunque ha sido imposible ocultar las preferencias perso-
taciones parciales, sintéticamente descritas en los párrafos nales en todos los renglones.
precedentes, adquieran sentido y justa dimensión, propician- Estamos convencidos de que la diversidad de opinbnes
do a la vez otras nuevas, sobre sólidas bases. ha caracterizado las etapas de mayor desarrollo en cual-
La intención de este trabajo, es precisamente inciar la re- quier campo. Así ha sido para la restauración en los últi-
flexión sobre los fundamentos. Prematuro sería, por ahora, mos dos siglos, y esperamos que lo sea en el futuro, pues no
intentar la formulación de toda la armadura doctrinaria, re- parece que esta actividad esté arribando a una etapa esta-
querida en una Teoría General de Restauración. Se impone cionaria.
antes, la aceptación general de tales fundamentos, que Por otro lado, las ideas aquí desarrolladas, no constituyen
sólo puede ser fruto del diálogo, de la discusión, de la apli- una total novedad. En forma progresiva, parcial y suscinta,
cación práctica, del intercambio de puntos de vista, de la han sido expuestas desde 197 4 a alumnos de Maestría en Res-
evaluación de resultados y de la retroalimentación de las tauración, tanto en la Escuela Nacional de Conservación,
experiencias. Restauración y Museografía, del Centro Churubusco, como
La restauración, en su orientación contemporánea, apare- en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ar-
cida en el siglo XIX, debe contemplarse como efecto de la re- quitectura de nuestra Universidad. Pero también, aunque en
volución ideológica iniciada en el movimiento lilustrado de forma aún más breve, han sido expuestas en foros internacio-
finales del siglo XVIII, y lleva esencialmente el carácter de ins- nales, por lo menos en las tres ocasiones siguientes:
trumento para proteger las fuentes de objetividad científica
que requiere el conocimiento del pasado -y como tal- ali- Congreso Internacional sobre Conservación, Rehabilita-
mentar la conciencia sobre los elementos comunes a todo el ción y Reciclaje,
género humano, tanto como las diferencias que individualizan Quebec, Canadá, mayo de 1980.26
a cada grupo humano en su proceso de transformación. Esta VI Asamblea General del Consejo Internacional de Mo-
es la tesis que el presente trabajo sustenta. numentos y Sitios,
Para probarla, se analizará el desarrollo histórico de cuatro Roma, Italia, mayo de 1982.27
conceptos, a saber, Cultura, Historia, Identidad y Monumen- Seminario Internacional sobre Técnicas Modernas para
to, antes de abordar el problema propiamente dicho del con- la Restauración de Monumentos,
cepto de Restauración. Los cuatro conceptos iniciales, son lu- La Habana, Cuba, octubre de 1981. 28
gar común en la literatura especializada, pero su relación con la
restauración, es tomada invariablemente como verdad axiomá-
tica que no requiere reflexión. Los siguientes capítulos plan- En ninguno de estos foros, nacionales e intemacion~e~, se
tearán esa liga esencial, subrayando su interdependencia y han planteado objeciones a las ideas expuestas. Por cons1gwen-
evolución simultánea.
Un capítulo final, expondrá nuestra proposición de lo que lS Chanfón O. C., "Le Concept de la Restauration du Centre de For-
debe ser el concepto contemporáneo de restauración, con mation de Chrurubusco Mexique", Congres lnternational Conservation,
base en los raciocinios que le preceden y la realidad actual, Rehabilitation, Recycl¿ge, L 'Ecole d 'Architecture de l 'Univer~ite ~e
añadiendo una definición general de restauración y la respues- Laval et l'Ordre des Architectes du Québec, Les Presses de l'Umvers1t~
de Laval, Québec, 1980, pp. 66-70.
ta sintética a las preguntas elementales sobre la naturaleza de 21 Chanfón O. C., "Organizzazione dei Servizzi di Tutela, Inventari,
esta actividad. Formazione Professionale Relazione Generale", en ICOMOS, Sesta
En relación con los conceptos de Cultura, Historia, Identi- Assemblea Generale, Nessum futuro senza passato, Consiglio Nazionale
dad y Monumentos, es frecuente la diversidad de opiniones, delle Ricerche, Roma, 1981, Volume Primo, pp. 561-601.
211 Chanfón O. C., "Deterioro, diagnóstico y tratamie~to. Su natura-
que constituyen la dialéctica del pensamiento contemporáneo leza y futuro", en Seminario lnternacional sobre Técnicas_ Mo~ernas
sobre el tema. La naturaleza de esta investigación exige, en para la Restauración de Monumentos, La UNESCO y la Dirección de
términos generales, el no tomar partido o entablar polémica Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la República de Cuba,
en asuntos que no sean estrictamente el concepto de restaura- Ciudad de La Habana, Cuba, octubre 1982, (en prensa).

33
32
te, est~ trabajo no se refiere a conceptos tratados o acepta-
dos umvers~ente, pero expone puntos de vista que hasta
ahora han sido escuchados sm protesta. Esta ha sido la gran
motivación para desarrollarlos con mayor detalle en este
trabajo.

CULTURA Y PATRIMONIO CULTURAL

La restauración como actividad contemporánea, se desarrolla


en el campo de la cultura y se refiere a objetos o bienes que
son calificados de culturales. Pero hace apenas unas décadas,
el término más comúnmente empleado con relación a la res-
tauración, era el de obras de arte. Este cambio, operado en el
transcurso de las seis primeras décadas del presente siglo, es
mucho más trascendente de lo que podría indicar el solo em-
pleo de un vocablo diferente. La variación, que responde a
una evolución de conceptos, tiene antecedentes lejanos que
nos obligan a analizar el significado de "Cultura" y de "Patri-
monio Cultural", con el fin de mostrar el panorama actual,
sobre el que se fundamenta la restauración contemporánea.
Al ocupamos de los conceptos de "Historia" y de "Monu-
mento", tendremos ocasión de referirnos a otras facetas del
mismo fenómeno. En este capítulo será necesario aludir a la
gran diversidad de opiniones existentes y presentar una clasi-
ficación global en dos grandes corrientes que, a nuestro jui-
cio, son detectables.
En esta forma será posible mantenemos al margen de la
polémica contemporánea -de acuerdo con nuestra intención
anunciada- pero también anotar que es de la dialéctica vigen-
te en las instituciones especializadas de educación, de investi-
gación y de servicio, de donde han surgido los contenidos
nuevos que van ganando aceptación cada vez más generalizada.
Reflejo fiel de la evolución de conceptos sobre "Cultura" y
"Patrimonio Cultural", es ofrecido por las decisiones y reco-
34 35
mendacion~s .~e la UNESCO, organismo internacional que tie- dos. Durante el siglo XIX, creció y se diversificó su empleo,
n~ como mlSlon el expresar las aspiraciones que ganan unani- de modo que hoy en día es esencial en cualquier rama delco-
midad en los Estados Miembros de esta institución 1 dentro nocimiento teórico social. Su importancia está ligada a la apa-
del campo de la Cultura. Desde su fundación en 1946 este rición y desarrollo de las ciencias sociales.
organismo ha sido vehículo de libre expresión' a través de sus . Gran parte del problema radica en el hecho de que muchas
n~merosas publicaciones. En las declaraciones y recomenda- ciencias lo utilizan, pero cada disciplina aborda el concepto
ciones emanadas de las reuniones internacionales promovidas de cultura en correspondencia con sus tareas y exigencias,
o patrocinadas por la UNESCO, no hay, sin embargo, la in- concediendo mayor importancia a los puntos de vista necesa-
tención o los objetivos de la dialéctica académica, sino que en rios en los problemas que enfrenta.
ellas se capta, más bien, la necesidad de orientar los criterios Pero existe una dificultad aún mayor, que se manifiesta en
que deben normar -en el campo de la Cultura-- la ética de las la clara disonancia de la práctica científica contemporánea
relaciones entre las naciones contemporáneas, alrededor de con variadas tendencias y las definiciones que aportan en su
los problemas de influencia ejercida, de desarrollo socioeco- interpretación teórica. El profesor de filosofía, de nacionalidad
nómico, tanto como de conducta, actitudes y organización rusa, V. Mezhúiev, presenta así el problema:
internas autodeterminativas.
Así pues, para mostrar un panorama general de la situación Ningún otro fenómeno de las ciencias sociales tal vez
actual, nos referimos al problema general del significado de provoca tanta divergencia de puntos de vista, tal diversi-
~ultura; a la clasificación de opiniones en dos tendencias prin- dad de juicios y definiciones. En las investigaciones con-
cipales; a la llamada Cultura de Masas; a las orientaciones de cretas (histórica, etnográficas, sociológicas, etc.) se pue-
la UNESCO; al surgimiento del concepto de Patrimonio Cul- den encontrar las más diversas interpretaciones de la cul-
tural Y a algunas de las pistas que ofrece la Historia de Méxi- tura que a veces muy difícilmente concuerdan entre sí. 1
c.o -desd7 finales del periodo virreinal, pero en especial a par-
tir de la mdependencia- sobre los criterios que en nuestra Varios autores -quizá con la honesta intención de rehuir la
Patria han tenido validez a ese respecto. polémica y evitar el bloqueo de comunicación y comprensión
que a menudo genera- optan por desconocer el problema y
en consecuencia se inclinan a afirmar que existen varias acep-
El significado de Cultura ciones del término cultura y que todas son válidas en su pro-
pio contexto. La siguiente cita puede ser un ejemplo ilustrativo:
El término cultura es utilizado en el lenguaje diario y en todo
tipo de literatura, con gran profusión. Pero no hay un consen- Culture can. mean man y things; a growth of bacteria in a
so general sobre su significado. En el lenguaje diario se le con- petri dish, the correct way to behave in various situations,
funde co~ _la erudición y aún con la simple habilidad para la or what we get when we read "good" books, listen to
conver~acion. En el campo de las ciencias, puede afirmarse "good" music, or leam to appreciate "good" works of
que exISten tantas definiciones como autores han intentado art. To the anthropologist, culture means none of these
definirla. things. On the other hand, to say just what it does mean
Cultura es un término de origen latino que etimológicamen- to an anthropologist is by no means simple. In fact one
te significa lo mismo que cultivo o cuidado. En las lenguas ro- entire book has been devoted to the definitions of cul-
mances, este significado se conserva para vocablos compuestos ture used in athropology. 2
o en.la designación de actividades específicas. Así, con toda
propiedad se habla en castellano de agricultura o puericultura t Mezhúiev, V., La cultura y la historia, Editorial Progreso, Moscú,

pero también, de cultura física o cultura de belleza. ' 1980, p. 10.


2 Deetz, James, Inuitatio11 to Archaeology, The Natural History Press,
Fue ~7sde mediados del siglo XVIII que el término empezó New York, 1967, p. 5. El libro sobre definiciones al que alude el autor
a ser utihzado en el campo de las ciencias con nuevos conteni- en la última frase citada es: Kroeber, A. L., and Kluckhohn, C., Culture:
A Critica! Reuiew of Concepts and Definitions, Papers of the Peabody

36 37
La dificultad no debería hacerse de lado tan fácilmente. El selectivos de obras de arte y hasta en la planeación de los cir-
p;oblema de la cultura se l?resenta a las so~iedades contempo- cuitos turísticos que se ofrecen a los visitantes en diversos
rane~ ,en su.s as~ectos emmentemente practicos, que generan países.
~fl~x10.n e mqwet~d, ante las decisiones o acciones que las Las opiniones agrupadas en la tendencia tradicionalista, ven
mstitu~iones y gobiernos deben tomar para dirigir, orientar 0 en la cultura la obra más relevante de un grupo humano, du-
corregir su proceso de desarrollo. rante un periodo definido y en un lugar geográfico determi-
La importancia de fundamentar teóricamente un concepto nado. Para esta corriente de pensamiento, la sociedad huma-
de cultura y de ser consecuente con esa teoría en las decisio- na es identificable a través de las creaciones de aquellos de sus
nes prácticas, nace del carácter global y complejo del propio miembros dotados de capacidad excepcional, que se destaca-
P!oblema de ~a cultura, en las circunstancias que ofrece la ron por sus aportaciones en el campo del pensamiento, de la
vida de las sociedades contemporáneas. ciencia, del arte o de la técnica.
Pero no es objetivo de este trabajo el disertar sobre los fun- Para mostrar un ejemplo reciente de esta manera de consi-
~amentos teóric~~ del concepto contemporáneo de cultura, derar la cultura, oigamos la opinión de un profesor francés,
smo d~ ~estauracion. Por lo tanto, nos limitaremos a agrupar contemporáneo, expresada durante un curso internacional
la~ opmiones en dos corrientes principales. que nos parecen sobre Alta Cultura, ante un público selecto, formado por in-
evidentes. . telectuales procedentes de varios países:

De la basse culture a la moyenne et a la haute culture,


Dos tendencias principales tous les degrés intermédiaires sont possibles, mais la no-
tion de haute culture est liée a celle d 'élite sans laquelle
No .P.odr~~ contemplarse como meta de esta investigación la aucune culture n'est possible. Des les débuts de l'histoire
clasificacion de todas las explicaciones conocidas sobre la cul- humaine il y a eu des créateurs dont le niveau, quel qu'il
tura_. Pero es necesario separar las distintas corrientes de pen- fiit alors, était supérieur a celui des autres; ,La haute
samiento de acuerdo con las características que afectan el science, le grand art, les belles lettres sont crees para un
campo de la restauración. Estimamos que en la forma más petit nombre de génies ou talents dont les oeuvres sont
g~neral.p~sible, l~ opiniones pueden separ~e en dos tenden- comprises et goiitées d 'une proportion variable d 'esprits
cias prmcipales bien definidas. A falta de un término mejor heureusement doués. 3
llamaremos a la primera de ~ll~ tradicionalista, por estar liga:
da 8: algunos aspectos de cnteno que gozaron de vigencia ex- La segunda corriente, que hemos denominado antropolo-
clusiva antes del presente siglo. A la segunda tendencia lla- gista, aunque tiene sus inicios en el siglo XIX, sólo ha podido
maremos antropologista, por su estrecha relación con la apa- desarrollarse con el auge de las ciencias sociales que ha carac-
rici~n de las ciencias sobre el hombre y su notable desarrollo terizado al presente siglo. Esta tendencia agrupa las opiniones
reciente.
de quienes consideran que la cultura, en términos generales
L~ corriente trad~cionalista tiene raíces profundas en el Hu- abarca las actividades del hombre en sociedad, para adaptarse
manismo Re~~ce~tista1 l?er~ adquiere valor científico a partir a su medio ambiente. En sus puntos de vista no queda exclui-
d~ la ~evolucion. i?~ologica ilustrada, en las concepciones ra- da la obra excepcional, pero da énfasis especial a la actividad
cionalistas Y posltiVIStas del siglo XIX. Ha perdido terreno en humana ordinaria y común, de modo que una sociedad h~~­
el .tran~c~o del presente siglo, pero sigue inspirando explícita na queda identificada a través de todos sus rasgos caractensti-
o imphcit~ente, una parte ,significativa de las actividades y
del pensanuento contemporaneo. Su presencia es detectable
en muchos textos de historia, en gran parte de los catálogos 3 Gilson Etienne La Societé de MCJBBe et sa Culture, Librairie Phi-
losophique j. Vrin, Paris, 1981, pp. 16·17. Este libro es la versión escri-
ta de tres lecciones ofrecidas por el autor en el Cours International de
Museum of American Archeology and Ethnology Vo 47 No 1 Cam- Haute Culture organizado por la Fundazione Giorgio Cini en la isla de
bridge, 1962. ' · ' · '
San Giorgio M~ggiore, Venecia, durante el mes de septiembre de 1964.
38
39
cos, durante un periodo histórico determinado y en un lugar La corriente antropologista abarca una mayor variedad de
geográfico definido. posturas que la corriente tradicionalista. Esto es un fenómeno
La corriente antropologista, en cualquiera de sus variantes, explicable, dado que aquella representa la aportación y la dia-
contempla un campo notablemente mayor que la corriente léctica contemporáneas, con plena actualidad y vigencia; en
tradicionalista. En forma general, podemos considerar a la an- tanto que esta encarna conceptos cuya validez pierde terreno
tropologista, como la postura científica propia de las ciencias ante las nuevas ideas.
sociales contemporáneas, que exigen un interés integral en la Pero si tratamos de contemplar las dos tendencias con frial-
actividad del hombre, en cuanto miembro de una sociedad. dad ajena al especialista involucrado en la dialéctica actual,
Sus raíces deben buscarse en la nueva conciencia, adquiri- las diferencias entre las dos grandes corrientes aparecen más
da por la humanidad, en el curso del siglo pasado, sobre la bien con las características de una ampliación de los criterios
evolución del ser humano, tanto en el orden físico-biológico en el avance actual, y no como la sustitución de un punto de
como en el orden económico-social. Las opiniones que inte- vista, por otro totalmente opuesto.
gran la tendencia antropologista, aunque cada día se difunden El cambio ha sido lento, pero en él han contribuido facto-
más ampliamente, han encontrado serias dificultades para ins- res importantes, distintos a la investigación científica, que
pirar hasta sus últimas consecuencias, el pensamiento y la ac- emanan de la transformación misma de las sociedades moder-
ción del hombre contemporáneo. Y es que el estudio del signi- nas, y que son en sí mismos, fenómenos notablemente comple-
ficado de ~a actividad del hombre en las sociedades primitivas, jos, como son el aumento de la población mundial o la indus-
iniciado en el siglo XVIII, durante el periodo ilustrado -si es trialización.
consecuente consigo mismo- no puede pararse en ninguna La transformación de las sociedades contemporáneas y las
etapa de la historia, contentándose con analizar críticamente exigencias de ella nacidas, han provocado etapas, que podría-
lo que otras gentes hicieron o pensaron, sino que debe conti- mos calificar de t.ransitorias, en las que surgen conceptos con
nuar, para buscar como culminación, la comprensión crítica los que se trata de explicar un fenómeno nuevo, donde las
de la propia vida. normas y criterios anteriores ya no son aplicables. Ejemplo de
Como ejemplo de opinión, dentro de la línea antropologis- concepto de una etapa transitoria, surgido en el proceso de cam-
ta de pensamiento teórico más progresista y por ende más ale- bio de criterios, es el de la Cultura de Masas.
jada de la visión tradicionalista, oigamos las palabras del pro-
fesor Mezhúiev, de ideología marxista: La Cultura de Masas
... el problema de la cultura se descubre en el marxismo De raíz tradicionalista, surgió hace varias décadas, el concep-
como el problema de transformación del propio indivi- to de Cultura de Masas. El término mismo se acuñó como de-
duo, de su formación real histórica como personalidad rivado de la mass production, o producción masiva, que ca-
creadora ~ctiva, lo que está condicionado no por los es- racteriza a la industrialización desarrollada. El autor francél'
fuerzos de algunos grupos de intelectuales de la sociedad, Etienne Gilson, lo explica así:
sino por la propia actividad práctico-material y social-
transformadora. La cultura, comprendida como proceso L'expression se traduit mal en fran«;ais et d'ailleurs !'ori-
de conversión del hombre en sujeto del movimiento his- ginal anglais n'est pas parfaitement clair. 11 se rapporte
tórico, puede ser reducida solamente a aspectos aislados sans doute a mass production, ou production en gros
y particulares de su conducta en la vida y su existencia d'objets standardisés. Ainsi entendue la mass production
en la sociedad. Presupone formar al individuo como per- serait une culture massive, ou culture de masse, c'est-a-
sonalidad integral y, consecuentemente, deberá abarcar dire une production et difussion d 'o bjets culturels a la
todas las formas y todos los modos de esta existencia. 4 fois massive et en vue d'une société de masse, en masse
et pour les masses. 5

4 Mezhúeiev, V., op. cit., pp. 19-20. s Gilson, Etienne, op. cit., pp. 14-15.

40 41
El autor se muestra perplejo ante la confrontación de sus hasta que en nuestros días, ha caído en desuso más que en
ideas tradicionalistas y la realidad de los hechos, cuyas venta- desprestigio.
jas no puede rechazar totalmente, pero que no puede dejar de El sociólogo inglés Alan Swingewood, en su libro El mito
lamentar: de la Cultura de Masas, recientemente publicado en español,
hace un claro resumen de las argumentaciones expresadas en
Notre probleme est de savoir ce qui arrive al 'experience los últimos cuarenta años, en contra del concepto en sus dis-
esthétique lorsqu 'elle porte sur des objets de culture tintas versiones, agrupadas por el autor en tres teorías defini-
massive ainsi définis. En discutant ce probleme, nous das. En el último párrafo de la introducción, Swingewood
aurons a formuler quelques critiques sur la valeur des ré- explica así la orientación de su libro en contra del concepto:
sultats obtenus, mais seulement lorsque la culture de
masse paraitra de nature a tromper le publique sur celle Las tres teorías son profundamente conservadoras en sus
des objets qu'elle multiplie et diffuse. En effet, meme implicaciones sociales y políticas. Una cultura de masas,
lorsqu'elle ne fait pas ce qu'elle croit faire, il se peut no es igual a una cultura democrática, ya que las institu-
qu 'elle fasse autre chose de légitime et bienfaisant en ciones de la primera deben trabajar en contra de la parti-
son ordre ... cipación democrática en las actividades políticas, econó-
. . . 11 est malheureusement difficile de dénoncer certai- micas y culturales a todos los niveles de la formación
nes illusions sans paraitre attaquer our déprécier les réa- social. La cultura de masas implica el ejercicio de grupos
lités, souvent excellentes en leurs propres ordres, qu'elles superiores que toman las decisiones importantes en nom-
parasitent. On n 'y peut ríen que le regretter. 6 bre de todos, una elite o elites que trabajan para el pue-
blo y sobre el pueblo. En este libro intentaré mostrar el
El mismo Etienne Gilson, en una nota a pie de página, acu- ánimo antidemocrático de estas diversas teorías que, en
de a la definición de sociedad propuesta por Edward Shills, favor de un concepto estático, ideológico de la cultura,
que evidentemente no emana del avance contemporáneo de enraizado o impuesto sobre una masa en una mayoría
las ciencias sociales, pues guarda el mismo toque despectivo pasiva, rechazan la cultura como praxis, como un medio
del concepto tradicionalista, para todo aquello que, refirién- de transformar al mundo, a través de la conciencia, la ac-
dose a cultura, no sea de una elite. Shills también tiene que ción y los valores. 8
rendirse a la realidad de los hechos en la sociedad actual, pero
deja suponer que, en otras épocas, la sociedad humana habría Pero si el concepto de Cultura de Masas fue transitorio y
podido considerarse integrada sólo por un grupo selecto y no ha caído en desuso, hay manera de observar la evolución re-
por la masa de la población: ciente de nuevos criterios, en forma independiente de la dia-
léctica académica, a través de la literatura emanada de organis-
The new society is a mass society precisely in the sense mos internacionales que, sin dejar de ser vehículo de libre ex-
that the mass of the population has become incorporated presión para todas las tendencias, dejan ver el progreso de
into the society. 7 nuevas orientaciones en el ámbito mundial.

El concepto de Cultura de Masas encontró defensores en


medios ideológicos muy disímbolos, pero a partir de la déca- La Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
da de los cuarentas, empezó a ser objetada, al principio con la Ciencia y la Cultura
cierta timidez, después con amplios y complejos argumentos,
La Organización de las Naciones Unidas {ONU), fundada a la
6 Ibidem., p. 15. terminación de la Segunda Guerra Mundial, está dedicada a
7 Ibidem., la cita de Shills, que el autor da a pie de página esta to-
mada de Shills, Edward, "Mass Society and its Culture", in Daedalus, 11 Swingewood, Alan, El mito de la cultura de masas, Premia Editora,
No.90,1960,p.288. México, 1981, pp. 12-13.

42 43
cuidar las relaciones entre las diversas naciones contemporá- valores las tradiciones y las creencias.
neas. La ONU creó, en 1946, como su dependencia especiali- La ~ultura da al hombre la capacidad de reflexionar
zada, la Organización de las Naciones Unidas para la Educa- sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres es-
ción, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Ambas instituciones pecíficamente humanos, racionales, críticos y éticamen-
han dedicado notables esfuerzos y recursos -en forma relati- te comprometidos. A través de ella discernimos los valo-
vamente independiente de la dialéctica académica- para es- res y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se
clarecer y definir el concepto, el desarrollo y las políticas que expresa, toma conciencia de sí mismo, s~. reconoce
deben seguir los países miembros, para ser congruentes con como un proyecto inacabado, pone en cuest10n sus pr~­
las exigencias, los derechos y las obligaciones que impone el pias realizaciones, busca incansablemente nuevas s1gm-
mundo actual. ficaciones y crea obras que lo trascienden.9
La abundante literatura especializada, emanada de estos or-
ganismos internacionales, con fines de difusión, son un reflejo
fiel de la evolución que sobre el concepto de cultura, han No hay duda que esta definición pertenece a la corriente
aportado las ciencias sociales. En efecto, las ideas científicas antropologista y mereció aceptación unánime, en forma inde-
relativas a cultura y desarrollo que han ganado aceptación ge- pendiente de las discusiones académicas y de los centros de
neral en los medios intelectuales de todos los países miem- investigación especializados en ciencias sociales. Pero es cor~­
bros, han ido apareciendo paulatinamente en las decisiones y secuencia de la evolución ideológica emanada de las aulas uni-
recomendaciones de estas instituciones de la posguerra, en sus versitarias e institutos de investigación.
casi cuarenta años de existencia. Sin embargo, la aceptación unánime de esta definición por
El nombre mismo de la UNESCO -United Nations Educa- las representaciones de los países miembros, plantea de inme-
tional, Scientific and Cultural Organization- probablemente diato el problema de las consecuencias en la aplicación de los
hubiera sido redactado en otra forma, de haberse fundado en conceptos teóricos. . , .
la presente década. Hoy nadie duda que la Cultura incluya Como apoyo a la Conferencia Mundial celebrada en Mex1-
tanto a la Educación como a la Ciencia. En 1946, año de la co en el mismo mes de julio de 1982 apareció en el Correo
fundación, el concepto de cultura como nivel sobresaliente de de' la UNESCO un artículo titulado así, Cultura y Culturas
expresión artística, pesaba mucho más que ahora, y no incluía en un Mundo Cambiante - La Evolución de un Concepto, fir-
necesariamente la difusión del conocimiento científico o de mado por Otto Klineberg, quien hace un resumen de las con-
la educación. La integración de Educación, Ciencia y Cultura, tradicciones o paradojas que a su juicio emanan de los nuevos
en un mismo organismo denota una relación captada, pero no contenidos del concepto de cultura y constituyen la proble-
universalmente aceptada. mática contemporánea que debe enfrentar la UNESCO. Esta
En la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales, cele- es una síntesis de las paradojas señaladas por Klineberg:
brada en la ciudad de México, del 26 de julio al 6 de agosto
de 1982, la representación de México, país sede, presentó una 1. La asistencia y la cooperación técnica internacionales,
Declaración que fue aceptada unánimemente por la Conferen- tienen como objetivo elevar el nivel de vida de los paí-
cia. En el documento se aporta una definición de Cultura, que ses en desarrollo, pero implican la introducción de
puede ser tomada como la postura oficial de UNESCO en la modelos industriales y tecnológicos extraños, que son
actualidad: incompatibles con la supervivencia de culturas tradi-
cionales. ,
En su sentido más amplio, la cultura puede considerarse 2. El tercer mundo pugna por la creacion ~e un nu~~o
actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos orden económico internacional, pero su mstaurac1on
espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que ca-
racterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba,
9 Informe general 1977-1982 Comisión tfacionai de !?s E~ta~os
además de las artes y las letras, los modos de vida, los Unidos Mexicanos para la UNESCO, Secretaria de Educac1on Publica,
derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de México, 1982, pp. 64-65.

44 45
significaría una alteración fundamental en las culturas el concepto de Patrimonio Cultural apareció como lógica con-
aborígenes. secuencia, cuando las ciencias sociales definieron la cultura
3. El mundo industrializado tiende a considerarse a sí como elemento esencial de identificación, indivisible e inalie-
mismo como ·modelo universal. Para evitar este etno- nable, que el grupo social hereda de sus antepasados con la
centrismo cultural, es necesario poner atención en lo obligación de conservarlo y acrecentarlo para trasmitirlo a las
que una sociedad necesita, y no en lo que un posible siguientes generaciones.
donante cree que ella necesita. Pero en el mundo ac- Aunque el concepto surgió desde el siglo XIX y en forma
tual, las clases dirigentes y las elites de naciones en embrionaria quizá desde mucho antes, el uso generalizado del
desarrollo, tienden a adoptar posiciones, actitudes y término es de aceptación relativamente reciente. Su düusión,
solicitudes copiadas al núcleo de países desarrollados. ampliamente apoyada por UNESCO, sin duda está ligada a la
4. Los organismos nacionales e internacionales elaboran preocupación mundial por los problemas que plantea la res-
vastos programas de intercambio de personal en las tauración. Esta a su vez, es inseparable de la responsabilidad
universidades y centros educativos. Pero este intercam- de conservar la herencia cultural recibida del pasado.
bio educativo es el instrumento principal de difusión Sobre la rápida düusión del término durante los últimos
indiscriminada de la cultura occidental y por ende, de años, con los contenidos actuales, el historiador André Fermi-
la erosión de los modos de vida no occidentales. gier se expresa así en un artículo publicado por una prestigia-
da revista especializada en monumentos:
Independientemente de las respuestas que podrían darse a
estas supuestas paradojas, es claro que el autor acepta los pos- Au sens que nous lui donnons aujourd'hui, le terme de
tulados antropologistas de un concepto amplio de cultura, patrimoine est d 'usage tres récent. Pour les dictionnaires
pero encuentra contradictoria la aplicación práctica de los de l 'entre deux guerres et de l 'apres guerre, le patrimoine
principios teóricos; en ello deja ver una postura influenciada est "l 'ensemble des biens a caractere pécuniaire d 'une
de tradicionalismo, considerando a la cultura como algo está- personne"' "une universalité juridique, liée a la personne
tico propio de una masa de población pasiva, sin capacidad o de son titulaire et par suite inaliénable entre vifs et indi-
posibilidades de libre elección ni de autodeterminación en la visible". Le petit Larousse des années 70 limite encore le
planeación del futuro. patrimoine au "bien qui vient du pere et de la mere",
La aparición del artículo de Klineberg en una de las publi- admettant cependant un sens figuré: "ce qui est conside-
caciones periódicas de la UNESCO, permite apreciar el libre ré comme l 'héritage commun (la science est le patrimoi-
vehículo de expresión para todas las tendencias, a la vez que ne des hommes d'étude)", et c'est dans le petit Robert
el tipo de problemas alrededor de los cuales giran las discusio- de 1979 que nous trouvons la définition suivante: "Le
nes actuales sobre cultura. patrimoine est ce qui est consideré comme propriété
De la postura que se adopte sobre el concepto de cultura transmise par les ancetres, le patrimoine culturel d 'un
-que aquí sólo hemos agrupado en dos tendencias- depende- pays.,,
rá la idea que se tenga, selectiva o integral sobre el conjunto Cette définition, dont la souplesse permet de couvrir les
de objetos producto de ella. El conjunto se denomina Patri- rubriques les plus diverses, correspond au remarquable
monio Cultural y en la difusión del concepto contemporáneo, élargissement dont la notion de patrimoine a été depuis
también la UNESCO realiza meritoria labor. quelques années l 'objet, si l 'on admet que le patrimoine
est un "héritage commun", "transmis par les ancetres'',
une "universalité inaliénable, indivisible", protégée par
El Patrimonio Cultural un ensamble de lois et couvrant a peu pres tout le champ
de la culture. 10
El término patrimonio en su sentido legal para designar el
conjunto de bienes que una persona física o moral recibe de 10 Fermigier, André, "La Notion de Patrimoine", en Les Monuments
sus antepasados, se encuentra ya en el Derecho Romano. Pero HiBtoriques de la France, No. 107, 1979, pp. 3·4.

46 47
Al fundarse la UNESCO en el año de 1946, su Constitución estéticos, no expresa la realidad de otras formas cul-
asienta como objetivo: "Velar por la conservación y protec- turales. Hay una tendencia unánime a favor de una
ción del patrimonio universal de obras de arte y monumentos definición socio-antropológica de la cultura, que abar-
de interés histórico o científico". En esta meta de la organiza- que los rasgos existenciales, es decir, concretos, de
ción, se establece la diferencia, de sabor tradicionalista, entre pueblos enteros: los modos de vida y de producción,
obras de arte y monumentos. En la cultura, se da aún prefe- los sistemas de valores, las opiniones y las creencias,
rencia, si no exclusividad a las obras de arte. etc.
Para la década de los cincuentas, en las publicaciones de México, agosto de 1982
UNESCO, se popularizó el nombre de cultural property, ya El Patrimonio Cultural no es sólo el conjunto de los
bastante cercano al de patrimonio cultural y coexistiendo con monumentos históricos, sino la totalidad dinámica y
el anterior de artistic patrimony. viva de la creación del hombre.
La preferencia concedida al arte, es patente también en ins-
tituciones nacionales e internacionales fundadas en el conti- En la primera ocasión, se registra una tendencia unánime
nente europeo en las décadas de los treintas, cuarentas y cin- en favor de una definición amplia de cultura, de carácter so-
cuentas. Pueden citarse como ejemplos: cio-antropológico ; en la última ocasión no hay ningún titubeo
en la aceptación de tal definición y se proclama su carácter
l. El "Instituto Centrale del Restauro", fundado en Ro- integral a través del concepto de Patrimonio Cultural.
ma en 1939 y dedicado alla conservazione delle opere Hemos afirmado que la evolución de conceptos que ha te-
d'arte: ai problemi que essa pone in concreto e come nido lugar en el presente siglo, tiene antecedentes lejanos en
momento cruciale de la riflessione estetica. las sociedades del mundo occidental. Interés especial para los
2. "L 'Institut Royal du Patrimoine Artistique", fundado mexicanos, reviste el escudriñar esos vestigios en la historia de
en Bruselas en el año de 1946. nuestra Patria.
3. "The International Centre for the Study of the Preser-
vation and Restoration of Cultural Property", funda-
do en Roma en el año de 1959, bajo el patrocinio del Los Antecedentes Mediatos e Inmediatos en México
Gobierno Italiano y de la UNESCO.
Tarea difícil, aunque no imposible, sería rastrear los antece-
Pero al iniciarse la década de los setentas, el movimiento in- dentes de un concepto antropologista de cultura en la historia
telectual hacia los fundamentos socio-antropológicos de la virreinal e independiente de México, por tratarse de momen-
cultura había ganado ya aceptación generalizada e inspiraba tos históricos en que el consenso general daba preferencia y
en forma apremiante las preocupaciones de muchos países, exclusividad a la creación artística excepcional, juzgada con
sobre todo de aquellos que recientemente habían ganado su in- criterios que no dejaban oportunidad para nuestras aportacio-
dependencia política. nes.
La UNESCO entonces, inauguró las Conferencias Regiona- Menos problemático resulta el indagar sobre las huellas del
les y Mundiales sobre Políticas Culturales. Sobre los resultados sentimiento de propiedad heredada inalienable, factor de iden-
altamente positivos logrados en esas reuniones, son muestra tificación, que puedan ser antecedentes del concepto actual
patente las definiciones a que han llegado. En ellas se retrata de Patrimonio Cultural.
con claridad la evolución de los conceptos de los últimos años. Es interesante detectar que ya las Leyes de Indias, en for-
Como ejemplo de ello, pueden citarse las definiciones de la ma implícita, contenían la idea de bien patrimonial, reclama-
primera y de la última de esas reuniones; aquella, celebrada do por el rey, con participación del individuo, bajo el princi-
en Venecia durante 1970; ésta, realizada en México en 1982: pio medieval del primi invenientis, sobre todos aquellos bienes
provenientes de las antiguas civilizaciones de los territorios
Venecia, septiembre de 1970 ocupados. Estos bienes eran reclamados por la legislación en
La Cultura, definida únicamente a partir de criterin~ forma diferente a como lo era el botín de guerra, inmediata-

48 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE DURANjG


49

_____
,___..::::;.:::...
Centro de Información
"lng. Jesús Tebar Rodríguez··
mente después de los hechos militares. Tal puede compro barse pleados de las aduanas, el que no se extraigan unos obje-
en la~ leyes del Título XII, Libro VIII, de la Recopilación de tos tan preciosos, pues de lo contrari o se hará ilusoria la
Leyes ~e los Reynos de las Indias, obra publicad a en Madrid sabia disposición de nuestro s legisladores, que al decretar
en el ano de.1.~81 (Tom,o ~ercero, fo.64v.-65r.) tal prohibic ión, tuvieron sin duda presente "el menos-
En .una VISIO~ panoram ica del periodo virreinal, dos ejem- cabo que resultar ía a la Nación" , permitie ndo la salida
plos bien conocid os destacan por su importa ncia, en el tema de los pocos monum entos que escaparo n al furor devas-
1
q~~. nos ocup~. Uno, es el caso del sabio jesuita Don Carlos de tador que sobrevino a la conquis ta.
Sigue~~ª Y Gongor a (1645-1 700), que reunió una importa nte
coleccion de docume ntos de origen prehispánico revelando Al hablar de menoscabo que resultaría a la Nación, es ob-
una idea inicial de patrimo nio que debe cuidarse y 'estudiarse vio que existe la idea de patrimo nio nacional inalienable. Pero
~l ~egundo ejemp.lo se refiere al Caballero Don Lorenzo Botu: el concept o de bien patrimo nial, no puede restringirse a la
nni ~e Benad~cc~ (1702-1 751), que también coleccio nó ma- sola posesió n y la consecu ente prohibic ión de enajenación o
nuscnto s prehisparucos, aprendi ó la lengua náhuatl y escribió exporta ción, sino que engendr a la responsabilidad de cuidar y
o~ras como Idea de una Nueua Historia de la América Septen- protege r su integrid ad.
trio':"al (1746), que incluye un Catálogo del Museo Histórico En el sentido de cuidado y protecc ión, la decisión del 14
Indumo, Y la Cronología de las Principales Naciones de la de mayo de 1858, para integrar una Comisión de Monumen-
América Septentrional (1749). En su caso· no es tanto sobre tos en el seno de la Sociedad Mexicana de Geografía y Esta-
el l~able Y ~;rito~o interés en lo mexic~o que llamamos dística, expresa la necesidad de conseruar los monum entos
aqui la atencion , sm.o en el episodio de la,expropiación -eje- prehispánicos y coloniales. La decisión de formar la Comisión,
cutad.a por las auton~ades- de la coleccio n de códices y ma- se tomó en ocasión de haberse recibido una solicitud de inter-
nuscnto s, cuando qwso sacarlos del país; si bien el hecho vención -duran te una de las sesiones de la Socieda d- para
pued~ estar mezclado con envidias o razones política s, delata evitar la destrucc ión de los Arcos de Zempoala y los Monu-
una .i~ea l~gal sob.re derechos de la Nación y un concept o mentos de Otumba. El acuerdo dice textualm ente:
~mza rudime ntario- de patrimo nio cultural heredad o e ina-
lienable. Se nombra rá una comisión perman ente de arqueología,
. Ideas más. claras se encuent ran, después de consum ada la la que en término de quince días propond rá a la Socie-
md.ependencia, en l~~ decretos d.el presiden te Guadalupe Vic- dad las medidas más convenientes para la conservación 12
tona y ~n .la actuacio n ?e la Sociedad Mexicana de Geografía de todos los antiguos monum entos históricos del país.
Y Estadist ica, en especial a través de la Comisión de Monu-
mentos, funda~a ~n su seno durante 1858, y en el proyect o El interés en las antigüedades mexicanas, desarrollado ya a
de ley protecc ionista del 'Presidente Benito Juárez ' redactad o finales del periodo virreinal, no disminuyó sino más bien se
en 1862. increme ntó al iniciarse la vida indepen diente del país. Tras la
L~ ~ey del 16 de noviembre de 1827, en su artículo 14 Ley de 1827 firmada por el presiden te Guadalupe Victoria,
prohibi a la. ~xporta~ión. ?e antigüedades mexicanas. Sobres~ los problemas sobre los monum entos fueron manejados a par-
mterpretac10n y aplicacion, existe una circular del Secretario tir de 1833 por el Institut o Mexicano de Geografía y Estadís-
de Relacic:>~es, Exteriores, fec:hada el ?8 de octubre de 1835, tica que posterio rmente adoptó el nombre de Sociedad Mexi-
que se ongmo en la denunci a del Consul mexicano en Bur- can~. Este movimi ento, inspirad o en un creciente sentimiento
deos, s?bre !ª llegada de dos cajas con piezas arqueológicas. nacionalista, no tiene relación visible con movimientos seme-
He aqui el parrafo sustancial de la circular:
u Dublán 0 Manuel y Lozano, Joáe María, Legislación Mexicana o
Colección de las Disposiciones Legislativas desde la Independencia de
En esta virtud, me apresuro a ponerlo en conocim iento la República, Edición del Gobierno Mexicano, México, 1876-191 2, (42
de V.E., para qu~ si S. E. el presiden te lo dispone, se le Tomos, en 51 Volúmenes), Tomo 1, p. 92.
de la correspo ndiente orden por el Ministerio de Hacien- 12 Civeira T., Miguel, Juárez en la Sociedad Mexicana de Geografía
da, a fin de que se vigile escrupu losamen te por los em- y Estadística, B. Costa-Amic Editor, México, 1968, p. 63.

50 51
jantes del contine nte europeo , salvo en el pensam iento racio- reparo que se necesiten sin deformarlos. Sí estas fueran
nalista y liberal emanad o de la revoluci ón intelectu al ilustrad a. costosas o necesitaren de una dirección científic a, darán
Nos parece clara la indepen dencia del concept o nacionalis- cuenta al Ministerio de Foment o para que disponga lo
ta mexican o sobre patrimo nio inaliena ble que debe proteger - conveni ente. 13
se, de las corrient es de ultrama r, como la de Merimée-Vitet-
Viollet le Duc en Francia, o la de Valadier-Camporesi-Canina Vigilancia y responsabilidad colectivas sólo pueden respon-
en Italia. der a una concien cia de patrimo nio común con obligaciones
La verdad es que tanto el fenómen o mexican o como el compart idas. De estos testimon ios puede inferirse la idea de
conjunt o de los europeo s, tenían motivaciones ~ intereses cultura con amplitu d antropo logísta que -aunqu e alejada aún,
muy locales y ninguna intenció n de difusión o intercam bio. tanto como la restaura ción, del léxico hoy vigente - debió
Entre los primeros miembr os del Institut o Mexicano de inspirar las actitude s de los miembros de la benemé rita Socie-
Geografía y Estadíst ica, aparece n socios correspo ndientes en dad y su Comisión de Monum entos.
el extranje ro; tal es el caso de Alexand er Von Humbo ldt en En esa ausencia de los término s restauración y cultura, am-
Berlín y de Dominique-Francois Arago, Directo r del Observa- pliamen te utilizados en Europa durante el siglo XIX, vemos
torio Real, en París. Pero estos ilustres personajes, ni por su una prueba más de la indepen dencia del fenómen o mexicano.
tipo de personalidad científic a, ni por el género de relación La causa de esta indepen dencia, no puede ser la ignorancia
que sostenía n con México, ejercier on alguna influencia en el mexican a de lo que sucedía en Europa, o el mero aislacionis-
tema que nos ocupa. En todo caso, no se conocen docume n- mo de los eruditos de nuestro país. Conoce mos los viajes a ul-
tos que puedan siquiera inducir a sospech ar lo contrari o. tramar de algunos miembros de la Sociedad de Geografía;
Ferr.ando Ramírez , presiden te de la primera Comisión de
El Archivo, en cambio, de la Socieda d, guarda numerosos Monum entos, visitó París, y fue recibido en Berlín por Hum-
docume ntos que revelan gran actividad con relación a monu- boldt en el año de 1859. Una razón más lógica, para impedir
mentos. La primera Comisión, en 1858, fue integrad a por la derivación o aún la mutua identific ación de objetivos, está
Fernand o Ramírez , Mucio Valdovinos y Rafael Espinosa. Su en los criterios europeo s de exclusividad para la obra de arte
labor para proteger el patrimo nio cultural fue efectiva, como
en relación con la restaura ción y la cultura; esta postura cerra-
l~ demues tra el hecho, en el caso de Zempoala, de que toda-
ba la puerta a toda posibilidad de relacionar lo mexican o con
v1a podamo s admirar el monum ento; pero desde luego, ese no
fue el único caso. La misma Comisión elaboró en 1862 el pro- lo europeo , en el campo que nos ocupa.
yecto de ley protecci onista para el presiden te Benito Juárez. Así, crece la importa ncia del anteced ente mexican o, ante
Lament ablemen te su promulgación se vió impedid a por el la evolución de los concept os que se desarrollan en este siglo y
arribo de Maximiliano. gana día a día una aceptac ion más generalizada.
En el artículo 2o. del proyect o, se hace mención a la obli- Como prueba de los intereses marcada mente antropologís-
gación colectiva de protecci ón de los monum entos por parte tas que caracter izaron la labor de la Sociedad Mexicana de
de las autoridades y de la responsabilidad de interven ir, para Geograf ía y Estadíst ica, baste mencion ar el lote de libros que
conservar sin causar deforma ciones. Este tipo de acciones, Don Benito Juárez aporta como donació n a la instituc ión, al
hoy englobadas en el concept o genérico de restaurar, no reci- fundar la Junta Subalte rna en el Estado de Oaxaca, el 3 de
ben en el texto esa denomin ación: mayo de 1851. En él hay libros de historia, monogr afías
de monum entos, vocabularios y gramáticas de lenguas indíge-
Artículo 2o. nas, catecismos también en lenguas autócto nas, etc.; algunos
Todas las autorida des política s y judiciales vigilarán cui- de ellos son manuscritos o ediciones del siglo XVI y XVII.
dadosam ente dentro de su respectivo territori o ' la con- El historia dor contemp oráneo Miguel Civeira Taboada , or-
., - en los seis ganizad or del Archivo Histórico de la Socieda d, al comenta r
servac1o n de los monum entos expresa dos
primeros párrafos del artículo anterior , impidie ndo ade- el donativ o de .Juárez, escribe:
más que de ellos se extraiga n sus materiales, aún cuando
estuvieren derribad os y haciend o ejecutar las obras de 13 Jbidem., pp. 69-70.

53
52
En esta donación está el interés palpable de la visión de las más antiguas e ilustres del globo. Las pirámides de Teo-
Juárez para las obras de cultura. Sabe que en la Sociedad tihuacán, las gigantescas ruinas de Uxmal, e~ admirable
hay un grupo de estudiosos del pasado glorioso de Méxi- calendario que existe en nuestra hermosa capital, los po-
co, los entrega para su estudio; en ellos van a encontrar cos manuscritos que nos dejó conservar un ciego fanatis-
fuentes inagotables, Orozco y Berra, Pimentel, García mo, muestran que hubo un día triunfos de la ciencia y el
lcazbalceta, y tantos investigadores que fueron cobijados arte en este suelo, que había genios que unidos por gran-
bajo el árbol frondoso de la Sociedad ... 14 des fines, creaban obras milagrosas, genios que se h11bían
encumbrado en muchos puntos a una posición más ele-
La ley preparada por la Sociedad, para proteger los monu- vada que la misma vieja Europa. 15
mentos, nunca se promulgó. El emperador Maximiliano traía
al respecto otras ideas, y los miembros de la institución, tam- Maximiliano en estas frases, aprovechó la erudición que h~­
poco mostraron mucho empeño en entregar su proyecto a las bía encontrado en el seno de la Sociedad, a la cual sustitma
nuevas autoridades. El gobierno imperial fundó solemnemen- en esos momentos por su Academia, pero no pudo ocultar su
te, el 6 de julio de 1865, la "Academia Imperial de Ciencias y ideología tradicionalista, al buscar genios y establecer la típi-
Literatura", para cubrir los objetivos culturales de la Socie- ca jerarquía comparativa y artificial que halagaba, fuera de las
dad, que quedó suprimida. En el discurso inaugural, Maximi- convicciones del momento, el sentimiento nacionalista y los
liano expresó conceptos donde se descubre la ideología tradi- ancestrales complejos de inferioridad del mexicano.
cionalista de elite, junto a un acendrado antihispanismo, típico Sería interesante, si esto fuera posible, haber medido el
de la leyenda negra, curiosamente aún vigente en el mundo grado de sinceridad tras las palabras del emperador. Con to~a
sajón. He aquí algunas frases del discurso: seguridad era un ignorante de nuestros antecedentes y carecia
de toda apreciación por nuestros valores culturales, como la
Ha habido algunos meteoros que iluminaron la noche ar- gran mayoría de los aristócratas europeos del siglo pasado,
tificial de tres siglos, con una luz momentánea, sin color, por lo menos hasta el momento en que el trono de México le
sin utilidad, sin otro resultado que alarmar a los podero- fue ofrecido como única opción de supervivencia, en la mani-
sos de mtramar que prolongaban esta noche fría y triste. pulación de intereses de poder en la Europa napoléonica.
Todo lo permanente que la ciencia en nuestro país pue- En contraste con las palabras de Maximiliano, el discurso
de mostrar con orgullo al Universo, son las grandes tradi- de inauguración que tras el emperador, pronunció Don Fer-
ciones de la parte de nuestra población, que es una de nando Ramírez, constituye un resumen de conceptos sobre
defensa y conservación de monumentos, basado en la expe-
14 Ibide!11·• p. 33, el autor, en las páginas anteriores (31·32) de la lis·
ta de los hbros donados: Bustamante, Carlos, Estadísticas de Oajaca, riencia y erudición del orador. . . .
Veracruz, 1821; Bustamante, Carlos, Ortigosa, México, 1931; Bolaños, Contrastan también los conceptos del discurso impenal,
Juan N., Hilltoria d~ Oajaca, manuscrito; Carriedo, Estudios Históricos y con opiniones expresadas posteriormente, por personas que le
Estadísticas de Oaxaca, 2 vols.; Atlas de una Fortaleza Zapoteca y Anti· rodearon, sobre la verdadera actitud del monarca hacia algu-
gued~de~ de Méjico, 1846; Estadí1tica de Oajaca, manuscrito sobre len· nos aspectos de lo mexicano:
guas md1genas; Vo.cabulario de la Lengua Zapoteca, Méjico, 1578;Feria,
Pedro, Vocabulario de la Lengua Zapoteca, 1570· Aguero Cristóbal
Diccionario de la Lengua Zapoteca, 1660; Arte d~ la Gra~ática de ~ Faltando el apoyo de Francia, el Imperio no contaba
Lengua Zapoteca, 1601; Pozo, Antonio, Arte de la Lengua Zapoteca, para sostenerse más que con las tropas conservado!as,
1623¡ Alvarado, Francisco, Vocabulario del Idioma Mixteco 1593· Vi· tan despreciadas desde fines de 1864, a pesar de su fide-
cario de los R~yes, Arte de la Lengua Mixteca, 1593; Beparr~s, Fer:ian- lidad y de sus triunfos. El Emperador M~imiliano habí~
do, Vocabulario de la Lengua Mexicana, ms.; Laria Gerónimo Arte de
la lengua mame, México, 1697; Zepeda, Feo., Art~ de la Lengua Chia- cometido la imperdonable falta de descuidar la reorgani-
pa·Zoque-Chinanteca, 1560; Hernández, Benito, Doctrina Christiana zación del ejército nacional, hacia el cual no podía disi-
México, 1567 (obra escrita en lengua mixteca, dialecto tlaxiaco-chiau~ mular su desprecio; contaba demasiado, después de la
tla)¡ Hernánd~z, Benito, Doctrina Christiana, México, 1568 (obra escri-
ta en lengua mixteca, dialecto tepuzculano ); Hernández Benito Doctrina
Christir.na, manuscrito en lengua Chuchó. ' ' is Jbidem., p. 93.

54 55
partida de las tropas intervencioni stas, con los austriacos por tal motivo, elementos preciosos de la civilización
y los belgas. Por desgracia, las legiones austriaca y belga, que el Estado debe atender cuidadosame nte;
tropas menos que mediocres para sostener una campaña 3o. Que los monumentos , edificios y objetos artísticos e
tan penosa como la de México, y cuyo sostenimiento ha- históricos, cuando se conservan sin alteración, "cons-
bía costado, sin gran provecho, enormes sumas en los tituyen verdaderas piezas justificativas de la evolu-
tiempos de prosperidad, se embarcaron también, aban- ción de los pueblos" y que a este respecto debe im-
donando a su soberano, luego que este se vió imposibili- pedirse no solamente la destrucción "sino aún la
tado de pagarles con regularidad.
16 restauración o las enajenaciones que puedan quitar a
tales monumentos y objetos su fuerza probatoria y
Las palabras citadas son de un oficial francés de artillería, su carácter original. " 17
de los pocos que quedaron con Maximiliano, tras el retiro de
las tropas de ocupación y que, prisionero a la caída del Impe- A medio siglo del proyecto de ley juarista, ésta emplea ya
rio, regresó a Francia, una vez liberado, a escribir sus memo- el léxico actual, y se adhiere a la distinción en voga desde
rias sobre la epopeya de Querétaro. Viollet le Duc, de valor histórico y valor artístico. La filiación
El regreso del presidente Benito Juárez tras la derrota del antropologist a de sus conceptos, sin embargo, es clara y explí-
emperador, dió nueva vida a la Sociedad Mexicana de Geogra- cita, al hablar de un patrimonio formado por piezas justifica-
fía y Estadística, pero fue hasta los últimos años del siglo tivas de la evolución de los pueblos, que impone como respon-
XIX, que el gobierno del presidente Porfirio Díaz promulgó sabilidad consecuente, la obligación de cuidar y conservar,
dos decretos, en 1896 y 1897, para proteger los monumentos. evitando aún la restauración que pueda afectar su autentici-
Para entonces, la evolución de los conceptos de cultura y pa- dad.
trimonio ganaba terreno a nivel mundial. En México, las leyes Como bienes del patrimonio cultural, esta ley considera,
proteccionista s se sucederían durante el siglo XX, eslabonan- no sólo los objetos artísticos muebles o inmuebles, sino todos
do los avances de pensamiento y de acción. aquellos con importancia histórica que, unidos a los anterio-
El 6 de abril de 1914, se publicó la ley proteccionist a que res, son llamados elementos preciosos de la civilización.
por primera vez, en la Legislación Mexicana, menciona los La Legislación Mexicana, a partir de una nueva ley promul-
términos Patrimonio de la Cultura y Belleza Natural, como gada el 31 de enero de 1930, añade un nuevo matiz antropo-
sujetos de conservación y protección, adelantándos e en 58 logista al concepto de patrimonio cultural, el interés público.
años a las definiciones adoptadas por la UNESCO, sobre Pa- Este nuevo documento, anterior a la Carta de Atenas, alude a
trimonio Cultural y Patrimonio Natural, en Nairobi, el 16 de la protección y conservación de bienes muebles e inmuebles,
noviembre de 1972. que por su valor artístico, arqueológico o histórico, son de in-
Son definitivos, en esta ley mexicana de 1914, los tres pri- terés público. En él también aparece por primera vez el con-
meros considerando s que preceden el articulado del texto: cepto de entorno de un monumento y la idea de que una
población entera, o parte de ella, pueden ser sujeto de protec-
Teniendo en consideración: ción, por interés público.
lo. Que los monumentos, edificios y objetos artísticos e Finalmente, la ley proteccionista aprobada por el Congreso
históricos, constituyen un "Patrimonio de la Cultura en 1968 y promulgada hasta el 16 de diciembre de 1970, con
Universal", que los pueblos deben conservar y cuidar el título de "Ley Federal del Patrimonio Cultural de la Na-
empeñosamen te; ción", se adelanta cuatro años en su aprobación, y dos años
2o. Que en el territorio nacional existen muebles e in- en su promulgación , a las definiciones y recomendacio nes ya
muebles de importancia artística e histórica, que son, mencionadas aprobadas en Nairobi durante 1972, bajo el pa-
trocinio de la UNESCO.
Después de esta breve visión -por demás superficial- de
16 Hans, Albert, Querétaro. Memorias de un oficial del Emperador
Maximiliano, Imprenta de F. Díaz de León y S. White, México, 1869, p.
10 17 Diario Oficial, 6 de abril de 1914.
57
56
algunos puntos sobresalientes del antecedente mexicano, que se considera su desarrollo interno y se toman en cuenta los
consideramos de gran importancia, es necesario intentar una efectos de sus relaciones con otros grupos vecinos pró~mos o
enumeración de contenidos esenciales del concepto de cultu- distantes. Enemigo del evolucionismo unilineal, busco.~ fu-
ra que la ciencia antropológica sustenta en nuestros días. me apoyo en el dato histórico objetivo sobre todo vestigio de
Sobre los aspectos de la Legislación Mexicana, la labor de la la actividad humana, en la que distingue dos elementos:
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y los eruditos
compatriotas a los que hemos hecho alusión en los párrafos 1. La totalidad de la conducta individual y colec~i~a.
anteriores, tendremos ocasión de volver a hacer comentarios 2. Los productos de las actividades mentales y fls1cas de
con relación a los conceptos de "Historia" y de "Monumen- los miembros del grupo, productos que pueden ser
to", en los capítulos siguientes. objetos materiales, actitudes, creencias, ideas Y cos-
También la notable labor de la UNESCO, desde su funda- tumbres.
ción, hace casi cuatro décadas, tendrá que ser destacada, en
su promoción a nivel mundial, y como reflejo de lo que gana Por más que estas ideas flotaran en el am?iente de~de ~}I­
aceptación general, cuando nos ocupemos de los conceptos cho tiempo atrás, como se percibe .en la pnmera l?gislac1on
de "Identidad" y de "Restauración". proteccionista mexicana o en las actitudes de l~ Soc1e~ad ~e­
xicana de Geografía y Estadística, recibieron la s1stemat1z~c1on
académica y la düusión científica intern~~ional, ~c1as a
El Concepto Antropologista de Cultura Franz Boas, y en México, de manera esi:>ec!f1ca, por mte~me­
dio de Manuel Gamio (1893-1960), su d15c1pulo en la Univer-
Entre las ciencias sociales es la antropología la que ha enfren- sidad de Columbia y campeón del indigenismo en nuestra Pa-
tado el problema de definir la cultura con mayor amplitud, tria. i 9 , •
aunque no debe olvidarse que ninguna de las disciplinas que Se acusa a Boas de haber obstaculizado ?l ~~sar~ollo .t~on­
se refieren al hombre, puede quedar al margen de esta disqui- co y de haber favorecido la min~~iosa. ?escnpc1on h15~onc1sta,
sición. Ya hemos señalado al principio de este capítulo, que pero a él se debe sin duda, la umf1cac1on de l,os estu~1c;>s.sobre
en ello radica una de las causas de la gran diversidad de opi- el hombre en una sola ciencia, la antrop~log!~' subd1v1d1da en
niones al respecto, puesto que cada ciencia orienta sus puntos cuatro ramas principales, la antropologia flSlca, la arqueolo-
de vista al género de problemas que debe resolver. gía la lingüística y la etnología, criterio dominante en la ac-
Por otro lado, es un hecho que la antropología no ha con- tuaÍidad, por lo menos en el continen~e am7ricano. .
templado hasta ahora, el campo específico de la restauración De este enfoque inicial han surgido ~hversas te!1den~1as,
-y no tendría por qué ser de otra manera- sino que se ha li- que con diferentes matices, dan preferenc1a o ponen enfas1s es-
mitado a afirmar genéricamente, la necesidad de respeto y pecial en la diferenciación entre cultura intelectual Y c:.ultura
protección al documento histórico. material; 0 en los aspectos psicológicos de la conduct~ (W1s~ler);
Desde nuestro punto de vista no especializado, un paso de-
0 en lo específicamente social (Kroeber); º. ;n el s1mbol~smo
finitivo, con reflejo inmediato en la restauración, fue dado a del proceso social (White); o en la cau_sacion ~~ ese mISmo
partir de las ideas de Franz Boas (1858-1942), difundidas proceso (Harris), para solo dar algunos ejemplos.
a través de sus escritos y de su cátedra en la Universidad de
Columbia durante la última etapa de su vida (1899-1937).is
Boas estableció que la cultura de cualquier grupo humano, 19 Varios autores, Enciclopedia de México, Enciclopedia ~e México,
México MCMLXXVII, Tomo V, p. 218·219, Verbum·Gamio Ma.nuel.
por primitivo que sea, sólo puede explicarse integralmente si 20 S~bre la ideología de Boas y una visi6n crítica de sus aportaciones
al desarrollo de la antropología ver: Aguirre Beltrán, G., El Proceso de
Aculturación, UNAM, México, 1957, p. 197; Caso, Alfonso,,AQué e! el
u Varios autores, The Encyclopedia Americana, Americana Corpo· 1 I.N.I.?, I.N.I., México, 1955, p. 55, y Los Idea~es de la Acción Ind1ge·
ration, New York, 1961, Vol. 4, p. 136, Verbum-Bou Franz. Sus obras nista en Los Centros Coordinadores, I.N.I., Méxic.o, 1962;,Con:ias, Juan,
escritas principales son The Mind of Primitiue Man (1911), Race, Lan· La Antropología Social aplicada en México, ~~tituto In~igen11ta I~ter­
guage and Culture (1940), Race and Democratic Soi:iety (1938). americano, México, 1964, p. 79. Sobre las d1Btmtas corrientes surgidas

58 1 59

l
!
En forma algo anterior a Boas, se inició y se ha desarrolla- no en que vive. La cultura es el instrumento de adaptación
do paralelamente, la corriente marxista, con base en el mate- del hombre. Mientras los osos o los conejos han desarrollado
rialismo histórico creado por Karl Marx (1818-1883) y Frie- gruesas pieles en su evolución biológica, para defenderse del
drich Engels (1820-1895 ), que a la consideración de evolución frío, el esquimal fabrica bien diseñados trajes de pieles y cons-
y difusión, apoyada por otras tendencias, añade el enfrenta- truye los iglús para vivir. A través de los siglos el hombre ha
miento de poderes opuestos, dentro de las formaciones socia- creado cultura, como defensa cada vez más compleja, entre él
les, que destruyen, asimilan y crean nuevas formas, bajo la y su mundo. Sin la protección de la cultura, el hombre se en-
estructura de fuerzas productivas; a este enfoque, más recien- contraría tan mal adaptado al mundo circundante, que se ex-
temente se ha añadido el énfasis en la importancia causal de tinguiría. Las amas de casa actuales, privadas de su estufa de
los modos de producción.21 gas, se verían en el mismo predicamento que un aborigen aus-
A riesgo de presentar una visión parcial, trataremos ahora traliano sin su bumerang.
de sintetizar los contenidos del concepto antropológico de
cultura, en forma que probablemente no satisfaga a ninguna
de las escuelas de la antropología contemporánea, pero que
-a nuestro parecer- resume los aspectos que tienen inmedia- Cultura es esquema
ta repercusión en el campo de acción de la restauración.
El conjunto de hábitos y costumbres que constituyen la cul-
tura de un grupo humano, están integrados en tal forma, que
Cultura implica una conducta que se aprende cada elemento se encuentra relacionado con otros en una for-
ma sistemática. Los investigadores de las ciencias sociales pue-
Heredamos muchas características de nuestros antecesores a den por eso, en forma convencional, agrupar los fenómenos
través de los genes, como el color del pelo, el tipo de sangre o culturales en diversas categorías. La lengua, la religión, la eco-
la forma de los ojos. Sin embargo, también recibimos de nues- nomía, la tecnología, la organización social, el arte, la estruc-
tros ancestros muchas cosas por un camino distinto al de la tura política, son ejemplos de estas categorías convencionales.
biología. No hay genes para hablar español, ni para usar pan- En cualquier cultura, la estructura política depende de la or-
talones ni para emplear la numeración arábiga. Estas otras ca- ganización social; el arte refleja la religión; el orden social
racterísticas -que nos distinguen como grupo humano- las orienta los objetivos de su tecnología, etc.
aprendemos generación tras generación, por un proceso que
es extrasomático, ajeno a la genética o la biología. Podríamos
decir que cultura es todo aquello que un individuo no haría,
si desde su nacimiento viviera aislado en una isla desierta. Cultura tiene por vehículo a la sociedad

La diferencia entre cultura y sociedad no es difícil de enten-


Cultura es exclusivamente humana der. Sociedad es un grupo de individuos que actúan en función
de su conjunto. El hombre, sin embargo, no es el único ser
Muchos animales aprenden formas de conducta de un modo que se agrupa en sociedad; existen muchas especies de anima-
semejante al hombre. Sin embargo, solamente el hombre usa les, aún insectos, que llevan vida social. Pero los ani~ales ac-
la cultura como recurso fundamental para adaptarse al entor- túan por instinto y no pueden cambiar su conducta; s1 su me-
dio ambiente se vuelve adverso, perecen. Para el hombre, la
sociedad es como el almacén que le transporta la cultura, en
de la escuela de Boas ver: Olivé N., Julio C., La Antropología Mexicana, !a cual todos participan, con la capacidad de enriquecer y mo-
Colegio Mexicano de Antropólogos A.C., México, 1981, pp. 13-14. De dificar, de adaptar y optimizar. La cultura es para el hombre,
esta obra fueron tomadas las citas contenidas en esta nota. el determinante esencial de su conducta social.
21 Olivé N., Julio, La Antropología Mexicana, Colegio Mexicano de
Antropólogos A.C., México, 1981, pp. 14-17.
61
60
Cultura es intangible portamiento de grupos primitivos, vivos o desaparecidos, im-
plicaba una curiosidad científica integral, que a la luz de la
La cultura no se puede tocar con las manos. No se pueden objetividad exigida por el racionalismo, se aplicó a escudriñar
guardar en un museo los sistemas políticos o las creencias re- los testimonios tangibles del pasado del hombre.
ligiosas o el lenguaje. Pero la conducta política, las prácticas A mitad del camino entre estos dos polos, desde finales del
religiosas o el empleo de la lengua, afectan objetos que el ar- siglo XVIII, se encontraban sociedades como la mexicana,
queólogo puede desenterrar, que el historiador puede analizar desarrolladas a la sombra de la imposición europea tras la
y que el restaurador puede proteger del deterioro; son prue- conquista militar. Para ellas, en la considración de .lo extraor-
bas tangibles de la existencia de esa política, religión o lengua, dinario, la crítica vigente sólo dejaba la yuerta abierta a p~o­
pues son reflejo material de los esquemas que las produjeron. ductos mediocres secundarios y provincianos, en una egocen-
Pinturas, documentos, edificios o instrumentos , no son la cul- trica visión europ~a, única poseedora de los auténticos modelos
tura, son productos de ella y están anclados a ella en una for- paradigmáticos. En la investigación del pasado ignoto, cerce-
ma sistematizable. nado por la derrota y ocupación militar, la curiosidad local
Cultura, pues, es un sistema exclusivamente humano, de encontró una poderosa motivación, al sentir que la búsqueda
hábitos y costumbres que se adquieren por medio de un pro- tenía como objetivo, los propios antecedentes y saber de an-
ceso extrasomático , realizado por el hombre en sociedad, co- temano, que aún en lo extraordinari o, no había posibilidades
mo recurso fundamental para adaptarse al medio ambiente. 22 reales de equiparación con los modelos admirados de Ultramar.
Esto explica que criterios científicamen te sistematiza~os
que han recibido difusión universal hasta principios del siglo
Conclusión XX sean detectables de tiempo atrás, en medios como la Nue-
va España y el México independiente decimonónico . A ello
Hay un consenso generalizado en el mundo actual, sobre la debe atribuirse la independenci a del fenómeno. Mientras en
cultura como elemento que caracteriza a una sociedad en cual- Europa el movimiento adoptaba la postura del sabio mesura-
quier momento de su historia. Las ciencias sobre el hombre do e imparcial, en América la actitud revestía las característi-
desarrolladas a partir de la Ilustración con una nueva curiosi- cas de desesperada búsqueda de la propia personalidad, no
dad para dilucidar el comportamie nto del hombre primitivo, ajena a los exageraciones ?el apasi.o~amiento. A 1!1197ga, .e~ta
han ido forjando un nuevo concepto de cultura, que en el última actitud engendrana una VlSion mucho mas cientifica
transcurso del siglo XIX, pasó de la consideración de lo extra- y universal. .
ordinario producido por el ser humano en sociedad, a la bús- y es que el interés en el estudio del hombre, si es genuina-
queda de todo aquello que el hombre realiza dentro de su mente científico , una vez detectada la permanente
grupo. . , transfor-
mación de la sociedad no puede detenerse en nmgun momen-
Los dos enfoques, aparentement e opuestos, son sin embar- to del proceso, sino q~e i~emisiblemente debe culminar en el
go, puntos de una misma línea de interés. La consideración momento presente. Es asi como los dos puntos aparentemen-
de lo extraordinari o, era inveterado hábito en las sociedades te opuestos, se transforman en una sola línea continua, cuyo
europeas, plenamente conscientes de su desarrollo a partir de último paso involucra la responsabilidad de planear el futuro.
la Antigüedad Clásica. En cambio, la investigación del com- Ahora bien un interés integral en dilucidar el pasado leja-
no y descono~ido, no puede limitar su motivación científica
22 La síntesis de contenidos ha sido tomada del libro ya citado en la a medida que se aproxima al pasado inmediato y al momento
nota (2), Deetz, James, Inuitation to Anchaeology, The Natural Hiatory presente, so pena de interru,mpir la concat~na~ión. de causas
Press, New York, 1967, pp. 6·7, pero son a su vez -aunque Deetz no lo y efectos para explicar no solo lo extraordmano , smo el pro-
asienta- un buen resumen de lo expresado por Herskovits, Melville J.,
en El Hombre y aua Obras, Fondo de Cultura Económica, México, 1981, ceso completo hasta llegar al -no menos enigmático- hic et
pp. 677-696; esta obra fue editada originalmente con el título: Man and nunc.
his Work1. The Science of Cultural Anthropology, Alfred Knopf, New En los variados matices que han caracterizado la aceptación
York, 1948. de esta verdad -que no admite rechazo- se basa la división
62 63
global que hemos establecido entre corriente tradicional ista y
corriente antropolog ista.
De ese planteamie nto, también, surge el papel primordial
concedido hoy a la historia, como primera de las ciencias so-
ciales. En la definición y aplicación, amplia o limitada, de sus
consecuenc ias, radica el meollo de la dialéctica contempor á-
nea en tomo a las ciencias sociales.
Una de las primeras aplicaciones emanadas de la ampliación
del concepto de cultura, se refiere al campo de acción de la
restauració n y al surgimient o del concepto de Patrimonio
Cultural.
Con los antecedent es señalados en la Historia de México, la
sistematiza ción y difusión propiciadas por Franz Boas hizo
claras aportacion es, que así pueden resumirse: LA HISTORIA

l. Concepció n integral del proceso de transforma ción


del hombre social.
2. Respeto a los hechos y a los testimonio s objetivos de
ellos. Quien habla o escribe sobre restauració n, desde el siglo XIX,
3. Rigor metodológ ico en la protección de la autentici- suele referirse en forma explícita a la historia, aunque sin anali-
dad del testimonio . zar la naturaleza de la relación que pueda ligar a los dos con-
4. Conciencia del valor delatorio de todo vestigio de ac- ceptos. Se diría que todo mundo considera la conexión entre
tividad humana. ambas como verdad axiomática que no requiere de reflexión o
análisi~ para su comp!ensió n. Es posible que tal actitud sea
Estas aportacion es, en los aspectos que atañen a la restau- consecuenc ia inmediata de estimar que, si la restauració n versa
ración, representan una enorme ampliación del campo de ac- sobre objetos creados en el pasado, es lógico que esté necesa-
tividad, puesto que el antiguo interés exclusivo en la obra ex- riamente ligada a la historia.
traordinari a, ahora es aplicable a una infinidad de objetos que Esta aseveración de ninguna manera podría desecharse como
también son considerad os testimonio s importante s de la acti- falsa, aunque la más mínima reflexión sobre las circunstancias
vidad humana. El cambio de criterio, en ninguna manera ha en que la restauració n inició su cauce contempor áneo, desde
desconocid o o despreciado la importanci a de lo excepciona l, el siglo pasado y la manera impresiona nte como ha ~pliado ~u
sino que ha extendido su atención a otros documento s testi- campo de acción, nos revela un panorama mucho mas complejo.
moniales, que han quedado agrupados en el concepto de Patri- La restauració n modificó sus objetivos, cuando el hombre
monio Cultural, indivisible e inalienable , cuya propiedad y conquistó nuevos conocimien tos sobre su pasado biológico y
responsabilidad consecuent es, son compartida s por todos los social adquiriend o conciencia sobre su evolución en esos cam-
miembros del grupo humano, porque en ese acervo están las pos. Fue al impulso de ta!es progresos qu~ _la histo~i~, tras de
pruebas objetivas de la individuali dad de su cultura a lo largo haber sufrido un largo periodo de desprestig¡o, adqumo nueva
de la historia. vida, dando pie a la formación del pensamien to histórico con-
temporáne o, mucho más rico y complicado que el sustentado
por las generaciones de otros siglos.
A finales del siglo XVIII, en los albores de los nuevos logros
mencionad os, se formuló la división aún vigente, entre prehis-
toria e historia, cuya intención era subrayar el tremendo avance
logrado por el hombre, al utilizar el registro escrito para per-

64 65
pet~ar y transmitir e.l conocimiento sobre su pasado. El pen- referirnos en este capítulo a los distintos satisfactores que ha
sam~ento contemporaneo, sin embargo, tiende hoy a disminuir utilizado para responder a esta urgencia innata.. .
e.sa im~ortancia concedida inicialmente al empleo de la histo- El primer satisfactor que ha empleado, ha sido la transmi-
na escnta, pues al analizar y reflexionar sobre el tema ha en- sión oral de datos que, de padres a hijos, de viejos a jóvenes, de
contrado otros avances,_ previos, simultáneos o posterio;es, que
revelan una verdad mas completa y menos simplista para la
maestros a discípulos
, ' . . Los
se pasa de generación, en generación.
conocimientos asi adquiridos, son base de una conciencia mi-
..
historia de la historia. cial, que ubica al individuo en su presente.
El. registro gráfico, a pesar de todo, no puede dejar de ser La conciencia, consecuencia directa de la racionalidad, cons-
consid~ra~~ c?mo un paso importante, que ligado a otros fac- tituye la diferencia específica que distingue al hombre de otros
tores, significo un progreso notable en el pensamiento histórico géneros animales. La calidad de racional transforma la memo-
de su m?~ento. ~ero es el caso q~e, la restauración presenta ria -capacidad que también tienen otros seres vivientes- en
caractensticas análogas con relación a la historia, y es en ello un interés permanente por el pretérito. El interés, en el senti-
donde se encuentra -en nuestra opinión- lo esencial de la liga do de curiosidad o deseo irresistible por conocer, es un t.érmino
entre ambas, vínculo hasta ahora intuido, pero no analizado ni de la psicología individual, que describe un estado de mente,
comprendido totalmente. Ahí también debe buscarse la solu- o sentimiento, cuya satisfacción primaria, puede sintetizarse
ción a la evidente parcialidad de las aportaciones teóricas hasta en el simple darse cuenta.
ahora c?nocida~, que han sido generadas y pueden ser ~plica­ De ahí la sentencia filosófica atribuida al mítico personaje
bles a generas aISlados de problemas, aparentemente irreducti- Hermes Trismegistro de los neoplatónicos, según la cual lo
bles a un solo tronco. importante de la uida no es nacer, sino tener conciencia. El
Para ~undamentar tal aserto, será necesario acudir a puntos hombre, entre los seres vivos, es el único capaz de conciencia,
sobresalientes de la historia de la historia en el desarrollo de la ese darse cuenta de su propia existencia. Pero al ser humano
concienci.a his~?rica ~el ~ombre. Ajeno~ este trabajo sería lle- no le basta darse cuenta de su propia existencia, sino que su
gar a la dIScusion, o siqwera a la descripción del proceso com- calidad racional, continúa exigiendo explicaciones sobre las
pleto, . cuyas variadísimas corrientes de interpretación sería circunstancias, modos, causas y efectos de esa existencia.
unposible aquí, registrar, clasificar o sintetizar. La transmisión oral, desde la infancia, surte sus efectos para
En este capítulo, nos referiremos a la tradición oral y al mito explicar los hechos importantes a nivel individual. Pero este
ate~po~ qu; ~a caracterizó, como primer satisfactor de la exi- satisfactor toma la forma de tradición oral, cuando funciona
gencia psicologica de conciencia histórica· al registro escrito y a nivel de grupo, transmitiendo la selección de hechos y per-
a la necesidad de cronología, tomadas co~o segundo satisfac- sonajes de los cuales se quiere perpetuar la memoria, por con-
~or; ~ P~? fundamental dado por la Ilustración al iniciar la siderarlos importantes para el propio grupo. En esta forma se
mvestigacion en bases objetivas sobre el hombre social desde pasa de generación en generación.
sus antecedentes humanistas del Renacimiento hasta ia con- La memoria sin embargo, es una capacidad del hombre que
ciencia hi~tórica contemporá~ea, para ubicar ahí el origen del tiene fallas. Las cosas se pueden olvidar, o puede olvidarse la
t~rcer sat':8factor, la restauración. De lo anterior, será necesa- relación de un hecho con su contexto. De ahí que el ser huma-
rio deducir breves conclusiones. no buscará medios de garantizar la permanencia de la memoria.
No se insistirá en el caracter instrumental de los satisfactores Una primera manera fue la de convertir la narración en poesía
porque reservamos el último capítulo de este estudio para ha ' acompañada con música, truco nemotécnico muy eficaz, que
cerlo, aunque centrando la reflexión en el tercero de ellos. llegó a su forma más elevada en la poesía épica. Otra manera
más definitiva aparecería posteriormente con el registro gráfico.
La poesía épica, nacida como tradición oral, convertía los
Primer satisfactor - Tradición oral y mito atemporal hechos en mitos y hacía héroes de los personajes; en esta for-
ma perpetuaba la memoria considerada de importancia para el
~l horno sapiens sapiens experimenta, por naturaleza, la ne- grupo pero de una manera atemporal, que le es característica.
cesidad de contacto con sus propios antecedentes. Vamos a Esta _:para nosotros peculiar- forma de transmisión, resulta
66
67
poco comprensible ante el pensamiento histórico contempo- dad de perpetuar la memoria de hechos y personajes. Entre los
ráneo que exige precisión y autenticidad. No tomar en cuenta numerosos ejemplos que podrían citarse, está la Chanson de
la diferencia esencial de criterio de esta forma primitiva, puede Ro/and, del siglo XI, o quizá XII. Sobre ella, el profesor Pierre
llevar a absurdos en la interpretación. El autor de nacionalidad Jonin comenta en la introducción de una edición reciente de
inglesa, Samuel Butler (1835-1902), famoso en su tiempo, esa obra:
puede ser un ejemplo de incomprensión al decir:
Quoi qu'il en soit, la Chanson de Roland se présente
En la Odisea no hay tema de amor salvo el retorno de un comme le plus ancien de nos récits épiques, ou si l'on
marido calvo y viejo a una esposa anciana y a su crecido veut, comme notre premiere chanson de geste, celle qui
vástago después de una ausencia de veinte años, furioso a d'abord mérité qu'on releve les exploits (ges(a: les
por todo el dinero que le había sido robado en el ínterin. ch oses faites, done dignes d 'etre racontées) de ses héros.
Pero esto apenas si puede ser llamado tema de amor; es, Ces exploits on une base historique assez mince. En 778,
como máximo, un asunto doméstico. au printemps, Charlemagne entreprend une expédition
en Espagne pour venir en aide a un chef musulman qui
Al respecto de esta interpretación errónea, el historiador s'était révolté contre l'émir de Cordoue. Deux armées
Moses Finley, quien hace la cita en su libro Uso y Abuso de la traversent les Pyrénées, dont l'une, commendée par Char-
Historia, añade el siguiente comentario: lemagne, s'empare de Pampelune, mais est tenue en ~chec
devant Saragosse. A ce moment, apprenant une revolte
Sin embargo, el poeta no nos dice que Ulises estuviera des Saxons, son chef regagne la France en toute bate, et,
viejo y calvo; es Butler quien lo afirma y presumiblemen- au passage des Pyrénées, son arriere-garde est massacrée
te sea eso lo que él llama la lectura inteligente, entre líneas le 15 aout 778 par des montagnards chrétines, basques
del texto homérico. De seguro que va contra el sentido ou gascons. Parmi les disparus de marque, la Vita Caroli
común y la inteligencia el hecho de que Ulises no estuvie- d'Eginhard (830) signale Roland, duc de la marche de Bre-
2
ra calvo y viejo al tiempo de su retomo. El defecto aquí tagne. L 'éxpedition n 'avait duré que quelques semaines.
-y Butler no es sino el conveniente chivo expiatorio de
una frecuente práctica- consiste en aplicar el pensamien- Carlomagno (7 42-814), que vivió 72 años, es presentado
to histórico moderno, en la forma del sentido común, a por la Chanson de Roland como un venerable anciano de más
una fábula mítica y ahistórica. Son los maridos y las mu- de doscientos años (Mien escientre plus ad de .II.C. anz) pero
jeres históricos los que envejecen, pero el hecho bruto es pleno de vigor, que no conoce las derrotas y en diálogo frecuen-
que ni Ulises ni Penélope han cambiado en lo más míni- te con el arcángel San Miguel; es el personaje histórico impor-
mo, ni para desarrollarse ni para decaer, como tampoco lo tante convertido en héroe; la fracasada expedición que realizó
ha hecho ningún otro en la épica. Hombres y mujeres de en E~paña durante algunas semanas, es transformada en mito
esa suerte, no pueden ser figuras en la historia: los tales que se prolonga siete años (Caries li reís, nostre emperere mag-
son en exceso simples, auto-contenidos, demasiado rígi- nes, set anz tuz pleins ad estet en Espaigne).
dos y estables, demasiado desvinculados de sus entornos. Mientras Ulises y Penélope no envejecen, Carlomagno es
Son pues, tan intemporales como la misma fábula. 1 convertido en fornido y valeroso anciano bicentenario; en cada
caso la transformación se adecúa a los ideales del momento, con
Pero la atemporalidad no es característica exclusiva de la el objeto de hacer inteligible al pueblo la importancia de hechos
épica homérica, ni se restringe siquiera a la cultura helénica, y personajes, acomodados al papel que jug,aron en la historia.
sino que es particularidad distintiva del género épico, que per- En el momento probable en que aparecio la Chanson de Ro-
duró y evolucionó durante varios siglos, guardando su capaci- land, en el curso del siglo IX, el Islam ascendía vertiginosa-

t Finley, Mases I., Uso y Abuao de la Hiatoria, Editorial Crítica,Bar- l Jonin, Pierre, La Chanson de Roland, Gallimard, Paria, 1979, pp.
celona, 1979, pp. 18-19. 8-9.

68 69
mente hacia su apogeo. Carlomagno pues, aparece como el nivel intelectual más elevado en la España cristiano-musulma-
gran paladín de la cristiandad ante la creciente amenaza musul- na con relación al resto de Europa. Esta diferencia tuvo como
mana; por eso el gran héroe se manifiesta como invencible en co~secuencia, que los hechos narrados no tuvieran tiempo de
la guerra y practicamente inmortal. Es notable el hecho de que convertirse en mitos. En este cantar, las personas y los hechos
en todo este cantar de gesta, las huestes hispanocristianas no son estríctamente históricos.
aparecen en ningún momento. A pesar de que, históricamente, Pero muchos siglos antes de la invención de la imprenta, con
fueron ellas las responsables de la aplastante derrota sufrida la ventaja de la escritura, apareció un género lite~~i.o, escrito
por Carlomagno en Roncesvalles. Este fracaso es presentado en en forma original como obra de un poeta, en oposicion al ano-
el cantar, como traición del villano Ganelón en contra de Ro- nimato popular de la tradición oral, pero conservando Ia:.at~m­
lando, quien muere de cansancio, no a manos del enemigo. En poralidad y la mitificación de los hechos, como caractensticas
e~ mito, Carlomagno venga la felonía arrasando a Zaragoza y heredadas de su antecesora la poesía épica en versión oral. Los
ejecutando al traidor. La verdad histórica hubiera creado con- primeros ejemplos conocidos, datan del periodo hele~ísti.c,o,
fusión al presentar un emperador derrotado por cristianos. y deben considerarse como consecuencia de la gran difusion
Ya en el c~o de la Odisea y la Iliada, la versión oral, repeti- que la versión homérica de la Odisea y la Ilíada recibi~ron en
da durante si~l.os por el.pueblo, fue finalmente escrita, perpe- el mundo helénico. La más famosa de estas obras es sm duda
tuando la version homénca, que desde entonces no pudo variar. la Eneida escrita por el poeta romano Publio Virgilio Marón
Lo mismo sucedió con la Chanson de Roland que para el siglo (71-19 a.C.), pero son conocidas muchas otras, anteriores Y
XI o quizá XII, contó con versión escrita. Sin el registro grá- posteriores a ella. 4 • •• • .•
fico, no nos sería posible conocer estas formas elevadas de la El Renacimiento Italiano, en su admrracion por la Antigue-
tradición oral. Pero es necesario hacer notar que la aparición dad Clásica, se inspiró en la Eneida de Virgilio para resucitar
y desarrollo de la escritura, no hizo desaparecer el género épico la poesía épica, dando así continuidad circunstancial~ cantar
que siguió evolucionando, sin perder su objetivo primario d~ de gesta medieval, desde el periodo precursor del siglo XIV..
perpetuar la memoria de hechos y personajes extraordinarios. Posteriormente por imitación o por influencia del Renaci-
La Edad Media, que llamó a sus poemas épicos, cantares de miento Italiano', surgieron los poemass épicos también en otros
gesta, es el último período histórico que produjo cantares en países, como Portugal o Inglaterra.
versión oral, previa a la escrita, en el mundo occidental. El pro- Pero la tradición oral, como primer satis factor, que en su
fesor Moses Hadas, de la Universidad de Columbia, opina que forma más elevada dio origen al género épico, no desapareció
los cantares de gesta medievales, fueron posibles, porque na- con la invención de la escritura, ni murió con el cantar de ges-
cieron en un medio socio-cultural semejante al de los tiempos ta, sino que continúa vigente a nivel individual, familiar o de
homéricos. La imprenta y la gran düusión de material escrito
que propició, terminaron con la posibilidad de este gran género 4 Workman J. R. en The Encyclopedia Americana, Americana Cor·
nacido en el pueblo. 3 poration, New York,'1961, Vol. 16, pp. 777·781, Verbum-Latin ~itera·
ture. Junto a la Eneida de Virgilio, pueden enumerarse las sigu1en.tes:
La epopeya pe Gilgamesh, de origen sumerio; la Odisea y la Argonaútica, de Aopolonio de Rodas, siglo 111 a.C.; Annales, de Qumto
!liada, aparecidas en el mundo helénico; la Chanson de Roland Enio, 284-202 a.C.; Guerra Púnica, de Cneo Nevio, 270-201 a.C.; Meta·
de la Francia carolingia; el Cantar del Mio Cid, de la España morfosis de Publio Ovidio Nasón, 43 a.C·l 7 d.C.; Farsalia, de Lucano,
cristiano-musulmana; los Nibelungos de la Germania borgoño- 39-65 d'.C.; Tebeana, de Publio Stacio, 45-96 d.C.; Posthomerica, de
na, son los ejemplos más notables nacidos en versión oral. Entre y
Quinto de Smyrna, siglo IV d.C.; Dionisiaca, de Nonno, siglo ~.C.
s Hatlas, Moses, op. cit., vol. 19, pp. 709-710. Del Renac1m1ento en
ellos, sólo el Cantar del Mio Cid existía ya en versión parcial Italia tenemos los siguientes ejemplos de poeaía épica: A{rica, de Pe·
escrita antes de la muerte del héroe; apenas unos cuarenta años trarc~, 1304-1374; Christiada, de Marco Girolamo Vida, 1566 ;Morgante
después, la versión total gráfica, era conocida. En este caso Maggiore de Luigi Pulci, 1432-1484; Orlando Innamorato, de Matteo
particular, el rápido registro escrito puede explicarse, por un Maria B~iardo, 1434·1494; Orlando Furioso, de Ludovico Ariosto,
1474-1533; Gerusaleme Liberata, de Torcuato Tasso, 1544·1595; Del
Renacimiento fuera de Italia, existen los aiguientea ejemplos: 01 Lusia·
~ Hadas, Moses, en The Encyclopedia Americana, Americana Corpo- des, de Luiz de Camoes, 1624-1580; The Faerie Queene, de Edmund
ration, New York, 1961, Vol. 19, p. 709, Verbum-Narrative Poetry. Spenser, 1552-1599;Paradíse Lost, de John Milton, 1608-1674.

70 71
pequeña comunidad. Los investigadores de las ciencias socia- lo que ofrecía la tradición oral. El profesor Finley, en su libro
les le dan especial importancia al estudiar los grupos étnicos, citado, comenta así el pasaje citado de Aristóteles:
aún a nivel de barrio en zonas urbanas. Su veracidad pierde
intelegibilidad a medida que se aleja en el tiempo; su perma- ¿Por qué la poesía? La respuesta estriba, por supuesto, en
nencia -en función directa de la importancia que el grupo le le hecho de que para Aristóteles y los demás filósofos de
concede- tiende a convertirse en leyenda, cuyo fondo de ver- la Antigüedad, poesía significaba poesía épica, poesía
dad, a medida que pasa el tiempo, es más difícil de detectar, lírica del último periodo, como la de Píndaro, y tragedia,
en un proceso análogo al de la mitificación. Los especialistas o sea, creaciones que retrataban las grandes figuras y J.os
consideran que después de tres generaciones, la tradición oral grandes acontecimientos del pasado. El problema no con-
se vuelve leyenda y tiende a desaparecer; pero si el grupo con- sistía en si tal poesía era de fiar históricamente hablando,
tinúa concediéndole importancia, permanece y se transfo~ma. o hasta qué punto, en el sentido que hoy nos formulamos
Es en este fenómeno actual, donde podemos observar el pro- ese tipo de preguntas sobre la épica antigua, sino que se
ceso probable que dio origen a la épica antigua. refería a la más profunda demanda de universalidad, de
Es difícil para la mentalidad actual, imaginar lo que un pen- verdad, sobre la vida en general. El problema, en una pa-
samiento limitado en sus exigencias psicológicas, al primer labra, era el de la opción entre mito e historia. 7
satisfactor constituido por la tradición oral con la poesía épica
atemporal y mítica, podía establecer, en cuanto conciencia La verdad es que la épica nunca fue historia en el sentido
histórica. A este respecto, resulta muy interesante oír lo que que nosotros le damos; aun en sus formas escritas más recien-
un intelectual de la talla de Aristóteles, opinaba acerca de la tes, es un resabio de la prehistoria. A pesar de sus detalladas
historia. El párrafo siguiente, es del Libro IX de su Poética: descripciones de batallas o fiestas, de ideas o de sentimientos,
de nacimientos o muertes, de intrigas o sacrificios, de su bri-
La Poesía es más filosófica que la Historia, y tiene un llante narrativa o de su trágico heroísmo, sólo contiene en sus
carácter más elevado que ella; ya que la Poesía cuenta, raíces, ciertos fragmentos tomados de los hechos reales, pero
sobre todo, lo general, la Historia lo particular. Lo gené- que en sí no constituyen historia. La narración épica contiene
rico, que un hombre de tal clase hará o dirá verosímil hechos aislados en forma esencialmente atemporal, sin vincu-
o necesariamente tales o cuales cosas; es a este tipo de lación con lo que acaeció primero ni con lo que sucedería
representación a lo que tiende la Poesía, aunque atribuya después. Su máximo objetivo era lograr permanencia en la me-
nombres a sus personajes; lo particular es lo que ha hecho moria del grupo, a base de dar intelegibilidad a niveles huma-
Alcibíades, o lo que ha sucedido. 6 nos, tanto del hecho considerado glorioso, como del héroe
sobrevalorado hasta la divinización, por estimarlo importante
El ilustre y destacado pensador del siglo V a.C., en estas para la vida política, religiosa, social o económica del grupo
frases, revela el grado de evolución del pensamiento histórico humano.
de su tiempo, aúi¡ profundamente anclado a las característi-
cas de la tradición oral, con relación a la forma de lograr la
intelegibilidad en destacar hechos y personajes de un modo Segundo satisfactor-Registro gráfico y
atemporal y mitificado. necesidad de cronología
En ese mismo siglo, Herodoto, con ideas revolucionarias
para su tiempo, pugnaba por una historia escrita, donde la fi- El segundo satisfactor para la exigencia innata sobre los pro-
delidad en la narración de los hechos y la datación precisa, pios antecedentes, fue el registro escrito sobre acontecimientos
eran los elementos claves. Sin embargo, para la elite intelec- y personajes. Su objetivo inicial fue el suplir las fallas de la
tual del momento, estos avances no eran tan apreciables como memoria humana, perpetuando el recuerdo de lo que se consi-
deraba importante.
6 Samaranch, F. de P., Aristóteles. Obras, Aguilar, Madrid, 1973,
p. 85. 1 Finley, Mases I., op. cit., pp. 13-14.

72 73
Los primeros rastros de escritura pictográfica datan de los narraciones egipcias de este género, haya privado al mundo
finales del cuarto milenio antes de Cristo y han sido encontra- contemporáneo de un conocimiento más completo de esa des-
dos en Sumelia. En el curso del tercer milenio la escritura tacada civilización. 9
evolucionó, desde su forma inicial pictográfica, ~uy limitada, No menos notables son las inscripciones de Mesopotamia,
hasta el empleo de ideogramas, capaces de representar ideas que en sus innumerables tablillas de barro, en sus es~elas Y en
abstractas, para llegar finalmente, en un lento proceso, al em- sus edificios, dejó noticias sobre el or~~ "!las glonas .sus
monarcas. He aquí un ejemplo de inscripcion mesomotam1ca,
?e
pleo de signos fonéticos para representar sonidos y no ideas. 8
Fue en su forma ideográfica que la escritura empezó a ser de los inicios del primer milenio a.C.:
útil para registrar hechos y personajes. Las inscripciones se
multiplicaro? entonces en estelas, edificios, esculti.iras, vasijas Yo soy Asurbanipal, el gran Rey, el poderoso ~ey, Rey
y t~bletas, siendo de Mesopotamia y Egipto, los ejemplos más del Universo, Rey de Asiria, Rey de las cuatro regiones del
antiguos hasta ahora encontrados. mundo Rey de Reyes, Príncipe sin rival, que al mando
Hacia el fin del tercer milenio a.C., Egipto estaba producien- de AsU: domina desde el Alto hasta el Bajo Mar, y ha man-
do una verdadera literatura histórica, en la cual destacan dos tenido en sumisión a sus pies, a todos los príncipes. 10
obras importantes. Las protestas del campesino elocuente na-
rra la ?~toria de ~pobre agricultor que ha sido robado por La increíble soberbia, perpetuada en esta inscripción, no
un oficial de Palacio; el aldeano en nueve ocasiones clama es menos patente en esta otra, contemporánea de la anterior,
por justicia ante el superior, jefe del ladrón; finalmente cau- donde el mismo monarca describe la más impresionante de
sando impresión con su elocuencia, el campesino es oíd~ y el sus hazañas militares:
culpable es obligado a restituir lo robado. Admira en esta na-
rración, la libertad de expresión concedida a un miembro de Como en el inicio de un .terrible huracán, Yo aplasté a
la clase baja, tanto como la justicia aplicada a un aristócrata Elam en su totalidad; Yo cercené la cabeza de Teumman,
oficial de Palacio. La justicia social no debió ser muy comú~ su jactancioso rey, que hab~a conspirado en el Mal. E?
en esos albores del Imperio Medio, por lo cual mereció ser incontable número, Yo mate a sus guerreros, y con mis
guardada en la memoria de la posterirdad, como hecho digno propias manos apresé a sus soldados. A Hamanu, la ciu-
de recordarse. dad real del Elam, Yo la sitié, Yo la capturé, Yo la des-
La otra obra notable, titulada Las admoniciones de Jpuwer truí, Yo la devasté, Yo la incendié con fuego. 11
c~enta las lamentaciones de un sabio, que se queja con nostal:
gia de que en el pasado, la~ cosas andaban mejor; en cuanto al Al quedar consignadas en escritura cuneiforme, sobre placas
presente, reprocha al faraon, que no sea capaz de mantener el de alabastro estas inscripciones, como muchas otras, perpetua-
or~en. Llama al monarca pastor de todos los hombres, cuyos das en el barro de tablillas y vasijas o en diversas piedras de
a~nbutos .debe1_1 ser, auto~dad, sensibilida~ y justici~, aunque estatuas, estelas y edificios, impidieron que los hechos Y per-
solo ha difundido confus1on en todo el pa1s. Tambien en esta sonajes involucrados, se convirtieran en leyenda y se transfor-
i:arración es notable la libertad democrática para expresar crí- maran en mitos. Pero la escritura por sí misma, no llevaba la
ticas a la autoridad constituida, razón probable de su conser- intención de quitar a la nlll'l'ación su carácter atemporal.
vación escrita para las siguientes generaciones. El criterio sobre la necesidad de una secuencia en los acon-
De periodos posteriores son La ffistoria de Sinuhé (s. XIX a. tecimientos, lleva infaliblemente a buscar un inicio. Esta doble
C.) Y Los Viajes de Wenamón (s. XII a.C.) que con los casos exigencia de cronología y de un principio para con~iderar los
anteriores, han llegado hasta nosotros en forma menos frag- hechos históricos, representa un avance mucho mas trascen-
mentada que otras muchas obras egipcias. Es de lamentarse
que la fragilidad del papiro, en que fueron escritas todas las 9 Casson, Lionel, Ancient Egypt, Time Inc., New York, 1969, pp.
142-143.
a Kramer, Samuel N., Cradle of Civilization Time Inc New York 10 Kramer, Samuel N., op. cit., p. 76.
1969, pp. 119-136. • ., • u Ibídem., p. 76.

74 75
dente, que el registro escrito. De ahí que la tendencia actual revolución intelectual ilustrada propició un nuevo concepto
haga menos hincapié en el fenómeno gráfico, que en el avance profano-empírico, sobre el fenómeno histórico, que desde el
de los criterios que afectaron la conciencia histórica del hom- siglo XIX caracteriza al espíritu historiador contemporáneo.
bre, impulsándolo a establecer una secuencia cronológica inte- La secuencia de hechos, genera la exigencia de cronología,
gral, es decir, a partir de un inicio absoluto. y ya hemos dicho que ésta a su vez, lleva a la necesidad de esta-
Pero la verdad es que en la permanencia buscada, carente blecer un punto inicial de arranque. La corriente zoroastriana,
del recurso gráfico, la secuencia cronológica no podía lograr raíz profunda de la concepción judeo-cristiana bíblica, ante la
resultados positivos. La escritura viene a ser, pues, el instru- ausencia de hechos conocidos o transmitidos por la tradición,
mento necesario que es capaz de perpetuar la memoria de los acude a la única solución lógica posible, la creación del Univer-
hechos en una ordenación cronológica. Por desgracia, no se 5o por Dios, inicio absoluto de todas las cosas.
cuenta con testimonios suficientes para poder rehacer el pro- En la versión cristiana jeronimiana Vulgata, donde es llama-
ceso de evolución de este avance, en todos sus detalles. do Génesis el Beresith hebreo, las primeras frases son claras Y
No carecería de lógica el planteamiento hipotético, según definitivas:
el cual, primero nacería la conciencia sobre cronología, y de In principio creavit Deus coelum et terram. Terra autem
la exigencia así originada, hubiera sido ideada la escritura, erat inanis et vacua, et tenebrae eran super faciem abyssi,
como instrumento necesario para satisfacerla. Sin embargo, los et Spiritus Dei ferebatur super aguas.
testimonios conocidos, en nada parecen apoyar esta hipótesis; Dixitque Deus: Fiat lux. Et facta est lux. Et vidit Deus
por lo menos para la escritura pictográfica. ¿Sería posible en- lucem quod esset bona: et divisit lucem a tenebris. Appe-
tonces, considerar que la necesidad de registrar una cronolo- lavique lucem Diem, et tenebras Noctem; factumque est
gía, impulsó al hombre a crear la escritura ideográfica? Los vespere et mane, dies unus. 1 2
investigadores, hasta ahora, no han logrado encontrar bases
para explorar las posibilidades de este supuesto. La versión bíblica, reconocida hoy como recopilación de
Una cosa sí podemos afirmar, y es que la escritura no pudo varios documentos anteriores, es escueta y abiertamente mono-
generar la conciencia de cronología. Es la necesidad la que crea teísta sin mezcla de mitos. Data del inicio del primer milenio
el instrumento y no viceversa. En todo caso, la necesidad lleva '
a.c., aunque sea imposible dar fechas para sus antecendentes.
a adoptar como instrumento, algo que ya existe previa e inde- Contrasta en su sencillez definitoria, con las versiones mesopo-
pendientemente, que por esta circunstancia, añade una nueva támicas y egipcias de la misma raíz zoroastriana.
función a las que ya poseía. En la literatura cuneiforme babilónica, existen fragmentos
Tras este razonamiento, podemos concluir que, mientras considerables del llamado Poema de la Creación. La versión
no se demuestre que la conciencia histórica sobre cronología, más antigua conocida, fue hallada en la biblioteca de Asurba-
llevó a la invención de la escritura ideográfica, debemos acep- nipal y data del siglo XII a.c., aunque hay fragmentos muy re-
tar que, cronología y escritura tuvieron inicios independientes, ducidos, anteriores, pertenecientes al período surnerio. El para-
y en un momento dado, históricamente posterior, unieron sus lelismo con el Génesis es patente, pero la mezcla mitológica y
funciones para complementarse. politeísta -excusada quizá por su carácter poético- no deja
Opinan los autores que el testimonio más remoto de la exis- dudas sobre un origen común:
tencia de una conciencia sobre cronología y sobre la necesidad
de un principio, aparece en Caldea, en las doctrinas de Zoroas- 12 Colunga, Alberto, Biblia Sacra Jwcta Vulgatam Clementinam, La
tro. Pero es sin duda la Biblia, el monumento más completo y Editorial Católica, S.A., Matriti, MCMLXXVII, p. 2. La traducción de
mejor logrado que ha llegado hasta nosotros, sobre el estableci- los cinco primeros versículos del Génesis, en la versión Nácar-Colunga
de la Vulgata, es la siguiente: Al principio creó Dios los cielos Y la tie-
miento de una cronología total, a partir del inicio de todas las rra. La tierra estába confusa y vacía, y las tinieblH cubrían la faz del
cosas que, además, incluye el planteamiento de un fin, que dará abisme., pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas.
término a nuestro planeta y a todos los seres que en él existen. Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Y vio Dios ser buena la luz, y la se-
La Biblia, importantísimo libro para el pensamiento occiden- paró de las tinieblas; y a la luz llamó día y a las tinieblas noche y hubo
tal, sacralizó la secuencia cronológica de hechos, hasta que la tarde y mañana, día primero.

77
76
Cuando en lo alto nada era nombrado men eius ex nomine filii Henoch. Porro Henoch genuit
y abajo en la tierra nada tenía nombre, et Irad genuit Maviael, et Maviael genuit Mathusael. et
del océano primordial Apsú, su padre Mathusael genuit Lamech. Qui accepit duas uxores, no-
y de la tumultuosa Tiamat, la madre de todos, men uni Ada, et nomen alteri Sella. Genuitque Ada
las aguas se juntaron en uno, Iabel, qui fuit pater habitantium in tentoriis, atque pas-
y los campos no estaban unidos unos con otros, torum. Et nomen fratris eius Iubal ipse fuit pater canen-
ni se veían los cañaverales; tium cithara et organo. Sella quoque genuit Tubalcain,
cuando ninguno de los dioses había aparecido qui fruit malleator et faber in cuneta opera aeris et
ni eran llamados por su nombre, ferri. 15
ni tenían fijado destino alguno,
fueron creados los dioses en el seno de las aguas. 13 Los nombres propios, la dedicación de Caín y Abel al pas-
toreo y a la agricultura; Iabel, padre de los habitantes en tien-
En esta versión babilónica, existe una masa caótica de la das y pastores; Iubal, padre de los tañedores de cítara y órgano
cual proceden los dioses, que posteriormente crean el Cosmos. (¿flauta?); Tubalcaín, forjador de metales; son todos, ejemplos
En la versión genesíaca, es Elohim, el único Dios, el que crea de versiones con la atemporalidad típica de la tradición oral
la masa caótica y todo lo demás. Hay pues en esta última, un transmitida por múltiples generaciones. Hoy podemos estar
remontarse más absoluto, donde solo Elohim es preexistente. seguros de que los primeros descendientes de la primera pare-
Las versiones egipcias, aunque diferentes de la babilónica y ja, no se dedicaron a actividades que el ser humano inventó
la hebráica, están menos lejos de la primera, al sostener la miles de años después de su aparición, forzado por las circuns-
preexistencia de una masa caótica acuosa, llamada Nou, en la tancias y en distintos pasos de su desarrollo cultural.
que existían los gérmenes de todas las cosas. De ella salió el Los datos deformados de la tradición oral y la carencia de
huevo cósmico que dio origen al dios solar Ra, o al dios Toth, instrumentos de investigación, fueron fallas que la exigencia
según las distintas variantes. La primera divinidad creó a las cronológica empezó a resolver hasta tiempos muy recientes.
demás con su palabra. 1 4 Herodoto, se equivocó al tratar de datar la guerra de T~oya;
La narración bíblica, como sus homólogas egipcias o meso- los griegos atribuían la invención de los barcos, del compas, de
potámicas, reunieron datos guardados por la tradición oral de la sierra a personajes de origen helénico, que no pudieron
muy remoto origen, para los sucesos inmediatamente poste- serlo, pues .
' es evidente que el uso de tales artefactos e mstru-
rior~s a la creación inicial. Así debe estimarse la idea -común mentos, es anterior a la aparición de la cultura helénica. Lo
a todas ellas- de que la humanidad desciende de una sola mismo sucede con el llamado Teorema de Pitágoras, que fue
pareja, el recuerdo de un diluvio universal, etcétera. A la acu- utilizado por los egipcios de la IV Dinastía en el diseño de la
mulación de datos de la tradición oral, deben atribuirse los
anacronismos, ahora evidentes, sobre la asignación de inven-
ción o tipo de trabajo, en los primeros capítulos del Génesis: 15 Colunga, Alberto, Biblia Sacra Ju:x:ta Vulgatam Clementinam, La
Editorial Católica, S.A., Matriti, MCMLXXVII, p. 5. La cita, que corres-
ponde a Génesis, IV, 1-2 y 17-22, en la versión Nácar-Colunga dice: Co-
Adam vero cognovit uxorem suam Hevam, que concepit noció Adán a su mujer, que concibió y parió a Caín diciendo: "He ad-
et peperit Cain dicens: Possedi hominem per Deum. Rur- quirido de Yahvé un varón". Volvió a partir y tuvo a Abel, su hermano.
sumque peperit fratrem eius Abel. Fuit autem Abel pastor Fue Abel pastor, y Caín labrador. Conoció Caín a su mujer, que conci-
ovium, et Cain agricola. bió y parió a Enoc. Púsose aquel a edificar una ciudad, a la que dió el
Cognovit autem Cain uxorem suam, quae concepit et nombre de Enoc, su hijo. A Enoc, le nació Irad, e Irad engendró a Me-
peperit Henoch; et aedificavit civitatem, vocavitque no- juyael; Mejuyael a Matusael, y Matusael a Lamec, Lamec tomó dos mu-
jeres, una de nombre Ada, otra de nombre Sela. Ada parió a Yabel, que
fue padre de los que habitan tiendas y pastorean. El nombre de su her-
13 Colunga, Alberto, Biblia Comentada, La Editorial Católica S.A., mano fue Yubal, el padrP. de cuantos tocan la cítara y la flautra. Tam·
Madrid, MCMLXVII, Tomo 1, p. 69. bién Sela tuvo un hijo, Tubalcaín, forjador de instrumentos de bronce
14 Ibídem., Tomo 1, pp. 70-71. y de hierro.

78 79
Gran Pirámide, unos dos mil años antes del nacimiento del portantes de un año, anotados al margen de tablas para definir
gran geómetra de Samos. la fecha de la celebración de la Pascua. Con el tiempo, estas
Sin la intención de dar una relación completa del desarro- anotacione s se fueron multiplican do hasta formar una verda-
llo de la historia escrita, mencionar emos solamente que un dera colección de sucesos anotados anualmente . Las segundas
paso definitivo para la historiogra fía del mundo occidental, -las crónkas-, tienen un origen y desarrollo íntimamen te
fue dado por los trabajos de Hecateo (c. 550 a.C.), de Hero- ligado a la evolución de los anales. Estos, eran registros anua-
doto (485-425 a.C.), de Tucídides (471-400 a.C.), de Jeno- les, escritos por un contempor áneo; las crónicas abarcan más,
fonte (430-354 a.C.) y de Polibio (205-120 a.C.) en la cultura eran el resumen de la historia de un periodo, o de una región,
helénica. Esta, a su vez inspiró, con sus aportacion es en cuanto extractado de una colección de anales, que el autor combina-
a metodolog ía, crítica y precisión en la narración de los he- ba, para completa intelegibilidad de su narración.
chos, a los más destacados historiador es romanos, tales como La práctica de anales y crónicas, en términos generales, obs-
Catón (234-149 a.C.), Cicerón (106-43 a.C.), Salustio (86- taculizó el desarrollo de una historia general o internacion al,
34 a.C.), César (100-44 a.C.), Tito Livio (59 a.C.-17 d.C.), así fuera de un periodo o de una región amplia geográfica; pro-
Tácito (54-115 d.C.) y Suetonio (75-170). pició en cambio, la proliferación de las historias limitadas a
En el ocaso de la antigüedad , con la aparición del cristia- una localidad, a una reducida región, o a las hazañas de un
nismo y su adopción oficial en el Imperio Romano, se difundió poderoso.
el esquema cronológico judeo-cristiano, que debía tener vi- Como ejemplo de esta particular manera de escribir la his-
gencia por muchos siglos. Su primer expositor fue Sexto Julio toria, puede mencionarse la Historiae Francorum Libri X, de
Africano (180-250), que presentó una historia del mundo Gregorio de Tours ( 538-593). Sobre su contenido, Lewis
armonizan do y sincronizan do la historia del pueblo hebreo Thorpe, su más reciente traductor y comentaris ta, dice:
y la del cristianismo, con los cuatro grandes imperios paganos
que eran entonces reconocido s, el asirio, el persa, el macedo- The History of the Franks is largely a parade of Kings
nio y el romano. Pero la sacralización total de la secuencia de and Queens. As will be explained ... Gregory's personal
hechos desde la creación del mundo hasta el futuro fin de los narrative probably begins with the assassination of King
tiempos, se consumó en los trabajos de Eusebio de Cesarea Sigibert in 575, soon after his own consecratio n, and it
(260-340), San Jerónimo (341-420), San Agustín (354-430) y fills Books V-X. Until the Gregory had been looking
Paulo Orosio (390-447). 16 backwards; and if we are to understand the history of
A partir del siglo VII, la concepción judeo-crist iana tiene un his time we sha.11 have at firts to do the same.
extraordina rio rival en el Islam, cuya visión cronológica, tam- The History of the Franks is also a procession of bishops,
bién sacralizada, parte del mismo tronco zoroastrian o. Los his- abbots and other great dignitaries of the Church. Gregory
toriadores musulmanes, con su enorme herencia oriental y firts recorded their activities in a desultory fashion, as
clásica, brillan en forma especial, ante la decadencia intelec- he carne to hear of them or as he inquired into them for
tual que siguió al desmembra miento del Imperio Romano y his other books. He then went back in a systematic way
el Mundo Clásico. Destacan por sus obras históricas, Tabari and added sixty-eight chapters, most of which deal with
(838-923), Ibn Khallikan (1211-1282 ), Athir (1160-1232 ), churchmen , to Books I, II, IV, V and VI. Finally, in
Ibn Khaldun (1332-1406).1 7 Book X, he passes in review the eighteen Bishops of
8
Dos tipos de historia escrita caracteriza n a la Edad Media Tours who had preceded him.1
cristiana, los Anales y las Crónicas. Los primeros nacieron
como efemérides o anotacione s sobre acontecimi entos im- La abundante producción medieval, con todos los defectos
o limitacione s que se le puedan atribuir, es una significativa
aportación que permite conocer los hechos con detalle y las
16 Barnes, Harry E., en The Encyclopedi a Americana, Americana
Corporation, New York, 1961, Vol. 14, pp. 210-211, Verbum-Hiato!'y,
its Rise and Developmen t. 18Thorpe, Lewis, Gregory of Tours. The Hi8tory of the Franks,
17 Ibídem., p. 214. Penguin Books, London, 1979, p. 21.
81
80
opiniones del momento con la precisión necesaria. ¿Qué his- las referencias al tiempo en las inscripciones mayas sólo
toriador contemporáneo, o simplemente curioso de la Edad forman el marco cronológico de los datos históricos ahí
Media, no ha disfrutado con la lectura de crónicas como la consignados. 19
Conquite de Constantinople, narrada por un testigo presen-
cial com? Geoffroi de Villehardouin (1150-1218), o la Histoi- En la ignorancia mencionada por Ruz, de propios y extra-
re de Samct Louys, escrita por su amigo íntimo y compañero ños, se capta un buen fondo de prejuicio, pues basta leer a
d~ armas Jean de Joinville (1224-1317), en alguna de las edi- cualquiera de los cronistas del siglo XVI para encontrar alu-
ciones modernas de estas obras? siones a las maneras de registrar la historia entre los distintos
Todo lo comentado hasta ahora se refiere al desarrollo de pueblos prehispánicos.
la conciencia histórica en el mundo occidental ' desde sus orí- Auténtico prejuicio es hoy día, considerar que el camino
, .
genes mesopotamicos, pero antes de pasar adelante es necesa- seguido por la cultura occidental europea, es el único posible.
rio hacer alusión a otra corriente que se desarroll~ en forma Contrasta, en efecto, la profunda preocupación indígena pre-
independiente, pero simultánea, desde las postrimerías de la hispánica, por la cronología del hecho histórico, apoyada en
Antigüedad, durante toda la Edad Media, en el Nuevo Mundo. complejos conocimientos astronómicos, con la carencia me-
Por largos años, los historiadores modernos y contemporá- dieval que le es contemporánea.
neos, sostuvieron la tesis de que los pueblos prehispánicos no El historiador Harry Elmer Bames, al explicar la invención
habían experimentado ningún interés por la historia. Esta afir- de los anales medievales, comenta la ignorancia europea de
mación está en abierta contradicción con el concepto psicológi- astronomía:
co de una necesidad innata de contacto con los propios antece-
dentes, existente en todo ser humano. Por principio, la existen- The medieval example of this type of historical writing
cia de una conciencia histórica en el universo prehispánico, no (the annals), originated in the early Carolingian period
debía haberse negadoa priori, sino-a lo más- el conocimien- as an incident of the medieval desire to locate the exat
to de pruebas sobre su existencia. Afortunadamente , la gene- occurrence of Easter. The absence of a general knowledge
ración pr~sente, ha iniciado interesantes estudios al respecto, of astronomy and chronology made it necessary for the
que permiten augurar investigaciones más profundas y com- more learned churchmen to prepare and distribute to
pletas en el futuro próximo. monks and priests Easter tables giving many years in
Alberto Ruz, en la presentación del libro La conciencia advance. 20
histórica de los antiguos mayas, escrito por Mercedes de la
Garza, afirmó en 197 5: En el mundo prehispánico mesoamericano, la tradición oral
y el registro gráfico, se unieron en una forma desconocida en
Hasta hace quince años se consideraba como un dogma la el Viejo Mundo. La escritura prehispánica, en sus limitaciones
afirr~ación ?e los grandes maestros de la investigación ideográfico-fonéti cas, sólo sirvió como índice o referencia, a
mayISta, Spmden, Morley, Thompson, en el sentido de partir de la cual, los sabios preparados al efecto, hacían el
que los mayas nunca registraron en sus inscripciones he- comentario necesario al público, en versión aprendida y ensa-
chos históricos o nombres de individuos que realmente yada previamente. Miguel León Portilla, hasta ahora el más
hubieran existido . . . Y nuestros maestros, y nosotros profundo analista del problema, dice:
detrás de ellos, fuimos repitiendo un dogma basado sobre
nuestra ignorancia de que algo más que alusiones al tiem- Conscientes de sus limitaciones, desarrollaron un verda-
po pudieran contener los textos mayas: los mayas nunca dero complemento de la escritura en sus códices. Como
escribieron su historia, pero obsesivamente levantaron la mayoría de las cosas humanas, ese complemento fue
~onumentos. de?icados a recordar el curso del tiempo; el
tiempo constituia para ellos una verdadera filoso! ía. 19 Garza, M. de la, La Conciencia Hiatórica de los Antiguos Mayas,
Trabajos realizados desde 1958 (Berlín, Proskouriakoff, UNAM, México, 1975, pp. 5-6.
Kelly, Ruz) permiten ahora comprender nuestro error: 20 Barnes, Harry E., op. cit., p. 212.

82 83
r.esultado de la sistematización de algo que ya existía alargar indefinidamente las cuentas de años del sol de
desde los tiempos antiguos. Entre los nahuas, como en movimiento. Con su reinterpretación del pasado tomaron
muchos otros pueblos, había surgido de un modo espon- la carga de impedir que se cerrara el ciclo de la interac-
táneo lo que se conoce como tradición oral, de padres a ción de h~mbres y dioses, el lapso del recuerdo posible,
hijos, a través de generaciones. Pues bien, el complemen- el tiempo unico de lo que llamamos historia. Consciente-
to de la escritura nahuatl de los códices vino a ser, en mente he empleado aquí el término de historia porque
realidad, una sistematización de esa forma espontánea considero que quienes representaron su pasado para en-
de transmisión oral. Fueron sus sabios -los tlamatinime- grandecer su propia imagen y afirmar un destino, hicieron
quienes implantaron en los centros de educación ese sis- de hecho, crítica de los antiguos relatos y se plantearon
tema dirigido a fijar en la memoria de los estudiantes cuestiones sobre la posible significación de éstos. 22
toda una serie de textos-comentarios de lo que estaba
escrito en los códices. 21 De acuerdo, pues, con este autor, el concepto -de gran
actualidad- sobre replantear la historia y planear el futuro
Consta además, en los relatos de los cronistas del siglo XVI, tiene su más genuino antecedente en el mundo prehispánico'
que el conocimiento del pasado era transmitido de muy diver- aunque la idea azteca de transformar el porvenir, no sea análo~
sas maneras. Se daba a los estudiantes en los centros especia- ga en su totalidad, con el criterio contemporáneo de las ciencias
lizados donde se les educaba, pero también se ofrecía al pueblo sociales.
en narraciones explicadas que eran parte de las ceremonias re- Miguel León Portilla alude en su libro citado a la quema de
ligiosas. A nivel familiar y en forma más particular y detallada, códices organizada por Itzcóatl, y promovida p~r su consejero
también se instruía a los miembros de una familia, en ceremo- Tlacaélel, para reinterpretar el pasado azteca, tras la victoria
nias privadas, de carácter religioso, en ocasión del nacimiento, sobre los tepanecas de Azcapotzalco, hecho narrado por Fr.
la muerte o el matrimonio de alguno de los miembros. Bernardino de Sahagún. Pero la Tira de las peregrinaciones en 1

Desde el periodo clásico y quizá por influencia olmeca, varios la existencia física de Aztlán, o las cuentas larga y corta d e la
grupos étnicos comparten el uso de inscripciones. Pero los cronología maya, nos suministran pistas claras e irrefutables
testimonios históricos revelan la existencia de una clara con- de la conciencia histórica prehispánica, con su particular acti-
ciencia histórica en el periodo postclásico,en que se popularizan tud sobre la difusión popular de los antecedentes y su preocu-
los códices en todos los grupos importantes, nahua, mixteca, pación por la precisión cronológica.
zapoteca, totonaca y maya. Los criterios prehispánicos sobre la historia, aunque tuvie-
El hombre prehispánico concibió el universo como un eter- ron leve supervivencia, aún después de consumada la conquis-
no devenir cíclico, por lo cual el registro de lo acontecido era ta militar, estaban destinados a desaparecer. La etapa de
clave para conocer lo que debería suceder en el siguiente ciclo. descubrimientos
,
al final de la Edad Media y el Renacimiento '
, .
De ahí la precisión de sus dataciones, hechas con increíble aportarla nuevas caracteristicas para la manera de escribir la
exactitud -en especial las mayas- basada en un amplio cono- historia en el mundo occidental.
cimiento astronómico del movimiento de los astros. La corriente de pensamiento humanista, que se dejó sentir
Dentro de la concepción cíclica de la cronología~ el pueblo en Italia desde finales del siglo XIV, en su admiración por la
azteca llegó a más. Para ellos, el hombre tenía la capacidad de Antigüedad Clásica, volvió los ojos hacia los ideales griegos
transformar el futuro con su acción. León Portilla revela esta de Herodoto, Tucídides o Plibio, buscando metodología y
modalidad al afirmar: crítica, aunque sin olvidar el marco cronológico judea-cristia-
no y algunos aspectos de la narrativa medieval de las crónicas.
Así, en el marco de creencias de un universo cíclico, los
aztecas introdujeron esencial novedad: la idea de poder :22 León Portilla, M., La historia y los historiadores en el México an-
tiguo, Discurso de ingreso al Colegio Nacional, 1971, p. 19, citado por
21 León Portilla, M., Los antiguos mexicanos a traués de sus crónicas Garza, Mercedes de la, La Conciencia Histórica de los Antiguos Maya.~.
y cantares, Fondo de Cultura Económica, México, 1968, p. 66. p. 39.

84 85
Por lo que se refiere al Nuevo Mundo, mientras el humanis- Al lado de los escritores nacidos en Europa y que al
mo supo hacer abstracción de los aspectos religiosos paganos, llegar al Nuevo Mundo se convierten en descubridores y
aprovechando con imparcialidad la mitología clásica y su sim- cronistas de su cultura (por ejemplo Sahagún), y de crio-
bolismo, no lo hizo en igual forma al juzgar los aspectos reli- llos, más tardíos y poco numerosos (como fray Ambrosio
giosos de los nuevos pueblos en las tierras descubiertas. Las Tello ), podemos contar también indígenas o mestizos
numerosas narraciones que enriquecen este periodo, sataniza- (por ejemplo Guarnan Poma de Ayala) ... y las obras
ron las culturas prehispánicas, limitando terriblemente las auténticamente indígenas, reducidas a escritura y tradu-
posibilidades de comprensión, al constatar la astructura emi- cidas después de la Conquista -así Tezozomoc, el Pópol
nentemente religiosa de las sociedades indígenas. Vuh o el Memorial de Tecpan-Atitlán-, y con mayor
Este defecto se explica, en vista de que las autoridades reli- razón la voz de los vencidos, es decir, la imagen de los
giosas y los juristas, habían condicionado el derecho de con- conquistadores vista por los indígenas y escrita en su pro-
qu'ista -en lo que a España se refiere- a la conversión de los pia lengua ... 2 4
nuevos pueblos a la fe católica. La misma parcialidad, sin
embargo, desaparecida para las religiones prehispánicas en el Esta literatura, más cercana al género medieval de la cróni-
siglo XVIII, se utilizó y mantuvo mucho más largo tiempo en ca, escrita por testigos presenciales, es de muy variada calidad,
la disputa de protestantes y católicos, nacida en el siglo XVI, pero España también dio historiadores humanistas, que si-
y que es parte substancial de la. famosa Leyenda Negra en guiendo las nuevas corrientes, se destacaron en sus obras, por
contra de España. ejemplo:
La eliminación de milagros y leyendas con una atención
primaria al hecho político, con sus aparentes causas y conse- Historia de la guerra de Granada de Diego Hurtado de
cuencias, emerge como ideal humanista desde los inicios del Mendoza (1503-1575)
movimiento en Italia. La nueva orientación se capta en las Historia de España (30 libros) de Juan de Mariana (1536-
siguientes obras: 1623)
Historia del reino de Aragón de Jerónimo Zurita y Castro
Los diez libros sobre historia florentina de Leonardo (1512-1580)
Bruni (1369-1444) Historia general y natural de las Indias Occidentales de
Enneades de Marcantonio Coccio (Sabellicus), (1436- Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (1478-1557)
1506) Historia general de las indias de Francisco López de Gó-
Historias de Fernando I de Aragón de Lorenzo Valla mara (1510-1560)
(1406-1457) Descripción de las Indias Occidentales de Antonio de
Historia desde la ca(da del poder de los romanos de Fla- Herrera y Tordecillas (1559-1625). 25
vio Biondo (1388-1463)
Historia de Europa de Enea Sylvio Piccolomini (1405- La corriente humanista de pensamiento concedía primor-
1464).23 dial importancia a las fuentes humanas del conocimiento y
por eso se apoyó en los logros de la Antigüedad Clásica. Lle-
Alemania, Francia e Inglaterra siguieron esta corriente des- vaba pues, en su raíz, la desacralización de la concepción del
del el siglo XVI, pero merece especial mención el caso de Es- tiempo histórico. El logro se alcanzaría siglos después. Pero
paña y sus posesiones territoriales, pues a partir de los primeros es necesario hacer notar que la actitud en pro de una raciona-
descubrimientos produjeron una serie interminable de histo- lización de la crítica, se encontró fuertemente estimulada por
rias y crónicas que dotan al periodo tratado de una rica do- la etapa de descubrimientos, que puso al europeo en contacto
cumentación. Sobre el origen de los autores de esta variada
historiografía, L. Nicolau D'Olwer dice: :2 4 D'Owler, Luis N., Cronistas de las Culturas Precolombinas, Fondo
de Cultura Económica, México, 1963, p. Xj.
23 Barnes, Harry E., op. cit., p. 216. 25 Barnes, Harry E., op. cit., p. 218.

86 87
con otros hombre s, con otras tierras y con otros fenómen os dad históric a más allá del campo de la política y de la reli-
sociales. Harry Elmer Barnes evalúa así el hecho: gión, para estudiar el desarrollo del comerci o, de la industria,
de la civilización. El nuevo giro, vino a dar fresca vitalidad a
None of the indirect influences of the expansi on of Eu- la historia , que durante el siglo XVII había caído en despres-
rope upon historical writing were more importa n and tigio; para muchos , no era más que un género literario de in-
more obvious than its aid in stimulat ing scientific disco- terés secunda rio, para el cual no se necesita ba gran talento.
Fran~ois Marie Arouet, conocid o como Voltaire (1694-
veries. The general implica tions of these scientific dis-
coveries were reduced to a systema tic body of philoso- 1778), fundado r de la escuela racionalista, afirmab a que el
phical thougth by Francis Bacon and René Descartes. filósofo era quien debía interven ir para rescatar a la historia ,
Bacon especially enphasi?.ed the necessity of following transfor mándol a en instrum ento de denunci a en contra de la
the inductiv e method and Descartes offered a mechani- tiranía y de la supersti ción. Así nació el término , acuñado por
cal interpre tation of the universe. The new discoveries él de Filosofía de la Historia.
and the new philoso phy tended to produce a rationalis- Voltaire, desprovisto por natural disposición, de todo tipo
tic interpre tation of natural and social phenom ena which de reverencia o de respeto, criticó acremen te instituci ones y
abruptly challenged the older and generally accepte d criterios donde creyó descubr ir la más leve traza de obscura n-
view of miracles and wonders that had been so popular tismo. En sus obras históricas mejor logradas, Le Siecle de
with Christian historians during the medieval period.
26 Louis XIV y Essai sur les Moeurs, describe las corrient es
de desarrollo en Francia y hace el primer intento conocid o de
La verdadera culmina ción del humanis mo renacen tiasta, una historia de la civilización. Como historia dor, Voltaire es
vendría algún tiempo después, en la revolución intelect ual el primero que da crédito a las aportaci ones árabes hacia la
civilización europea ; aunque es un apologis ta -no disimula-
racionalista de la Ilustración, que se desarrolló durante el
do, sino apasion ado- del despotis mo ilustrad o que facilita
siglo XVIII.
el desarrollo cultural y la prosper idad económ ica de la bur-
guesía.
Robert Jacques Turgot, barón de l'Aulne (1727-1 781), fue
Tercer satisfactor-Protección de las fuentes objetivas
el primero en exponer hacia 1750, los avances sucesivos de la
El racionalismo ilustrado mente humana , junto a una clara doctrina sobre la continu idad
de la historia, la naturale za acumula tiva del progreso y la se-
Por la senda de los descubr imiento s geográficos y los descu- cuencia causal de los diferent es periodo s de la historia.
Notable también es la aportac ión de Antoine Caritat, mar-
brimien tos científic os, la nueva visión sobre la naturale za llevó
inevitab lemente a reflexio nar sobre los fenómen os sociales. La qués de Condor cet (1743-1 794), que en su libro Esquisse
idea de un desArrollo ordenad o y continu o, tanto para el gru- d'un Tableau Historique des Progres de /'Esprit Humain expo-
po social como para los fenómen os naturale s, fue expuest a con ne con gran habilidad y precisión su doctrina sobre el progreso
claridad por Giovanni Battista Vico (1668-1 744), y algo más y la perfecti bilidad del hombre y la sociedad.
tarde por David Hume (1711-1 781). Charles de Seconda t, barón de Montesq uieu (1689-1 755),
El criterio nuevo sobre desarrollo, estaba en abierta oposi- en su obras Considérations sur les Causes de la Grandeur des
ción con la antigua versión de una primitiva edad de oro seguida Romain s et de leur Décadence, Lettres Persannes, De /'Esprit
de una larga degener ación para la raza humana . La novedos a des Lois y Considérations sur les Richesses de l'Espagne, se
corrient e hablaba de un progreso continu o a partir de etapas inclina más al campo de la filosofía que al de la historia , pero
iniciales de cultura y civilización. hace verdaderas aportaci ones en el campo de la metodo logía,
Con esta orientac ión, el movimi ento racionalista ilustrad o al ofrecer una auténtic a síntesis de los diversos factores que
del siglo XVIII, se caracter izó por haber ampliad o su curiosi- integran la causalidad del proceso históric o.
Jean Jacques Rousseau (1712-1 778), autor del Discours
26 Ibídem., p. 221. sur l'Inégalité, presenta en él, un concept o ideal de hombre
89
88
primitivo en contraposición al hombre civilizado, dando nue- lución y desarrollo progresivo de la cultura humana en el gru-
va intepretación antropológica a la evolución cultural del po social y la evolución biológica de las especies an~~ales,
hombre y un nuevo sentido a su existencia. Rousseau no fue incluido el hombre. Estos hechos fundamentales, perlllltieron
un historiador propiamente; su ideología, en oposición a la la desacralización definitiva del marco cronológico en que has-
de Voltaire, propugnaba la liberación de las masas del poder ta entonces se había expresado el pensamiento históri~o. . ,
despótico. El siglo pasado, también dedicó e,sfuerzo~ a la dlSc~~on
El descubrimiento de la evolución cultural del hombre en de las nuevas normas científicas de caracter racional Y ob1etivo
sociedad, basado en la observación de nuevas formas de vida en el campo de la historia, con el objeto de dilucidar si. le er~
en territorios de ultramar, tanto como en una racionalización aplicable el calificativo de ciencia. Las demand~s de ;acionah-
del pensamiento científico, llevó a un examen más sistemático dad y de crítica objetiva, exigidas por el pensa~uento Ilustr~d~,
de la vida animal, que culminaría en el descubrimiento de la sin embargo, dejaron al descubierto los pehgros del subjeti-
evolución biológica de la especie humana. vismo en los juicios críticos, proclamados como el~mento
El primer paso del proceso consistió en la clasificación mi- esencial de la ciencia histórica. Este tendón de Aqmles, n,o
nuciosa de las especies animales. Esta, la inició Carl von Linné previsto en los inicios del x_novimi_ent? _racio_na!is.ta, deb_ena
(1707-1778), sus trabajos fueron seguidos por los de Georges- abrir las puertas del pensamiento filosofico-histonco hacia el
Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), los de Erasmus positivismo. . ..
Darwin (1731-1802) y los de Jean-Baptiste de Monet, Cheva- El positivismo engendró la escuela lla~ada hz~to;z?1sta, que
lier de Lamarck (17 44-1829), que comentaron y analizaron propugna la sustitución de las interpretaciones h1Stoncas gene-
las diferencias y semejanzas, encontrando en el medio ambiente ralizadoras por observaciones individuales y concretas del
un factor importante de modificación en las especies vivas. hecho histórico limitando la acción del historiador a narrar
Los estudios de Geoffroy de Saint Hilaire (1772-1844) y los las cosas tal y c~mo sucedieron. Esta empobrecida visión, no
del barón Georges Cuvier (1769-1832), aunque sosteniendo ha perdido totalmente su vigencia académica, llegando a ex-
opiniones opuestas entre sí, versaron sobre herencias y sobre tremos que son alarmantes, como se capta en la frase _de E_rnst
fósiles, como documentos para comprobar el pasado de las Troeltsch (1865-1923), para quien lo propio de la historia es
especies animales. ver más que pensar.
El proceso culminó con los trabajos y experimentos de Paralelamente a la escuela positivista, otra línea de pensa-
Charles Darwin (1809-1882), creador de la teoría sobre selec- 1, miento culminó con Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels
ción natural, donde también involucró a la especie humana. 1 (1820-1895), creadores del ma~erialis~o di_a~éctico y el mate-
Después de Darwin, en el presente siglo, el concepto de selec- rialismo histórico. Este, como sistema cientifico sobre las leyes
ción natural, se completó con el de mutación, en el mecanismo 1 generales del desarrollo de la sociedad ,hu_mana; aq~e~ como
genético. justificación filosófica ~e las tesis ecoi:iomicas Y P?h ~icas ~el
Desde 1890, el fenómeno de mutación, como cambio súbito Comunismo. Para esta lmea de pensamiento, materialismo sig-
heredable, entonces descubierto, había provocado el despla- nifica realidad objetiva, y el calificativo de dialé~tico, alude a
zamiento de la teoría de selección natural como innecesaria, las contradicciones que se encuentran en todo ob1eto r~~l, que
pero a partir de 1920, la nueva ciencia genética, le devolvió impulsan a la lucha y por ende al desarrollo o evolucion. Ya
su perdida validez. 27 hicimos mención de esta corriente de pensamiento, de enorme
trascendencia en el mundo contemporáneo, al hablar sobre la
cultura y la tendencia antropologista.
El pensamiento histórico en el siglo XIX El materialismo histórico es esencialmente social en su con-
A partir del movimiento ilustrado, durante el siglo XIX, el cepción, y ha colocado a la historia entre las cien~~as soc_iales,
hombre finalmente, había adquirido conciencia sobre la evo- ocupando el primer lugar; a ella compete la funcion de mter-
pretar al mundo y la responsabilidad de transformarlo. .
27 Shull, Franklin, en The Encyclopedia Americana, Americana Cor·
La verdad es que, desde la crisis provocada por el pei:isamie_n-
port&ion, New York, 1961, Vol. 10, p. 608, Verbum-Evolution. to ilustrado del siglo XVIII, las corrientes resultantes mmedia-

90 91
tas, aunque muchas cayeron en desuso, en conjunto, dejaron lúcidas reflexiones sobre el tema, del cual vale la pena hacer
un saldo positivo. En la actualidad nadie puede rechazar la ne- algunos extracta:
cesidad de apoyar el conocimiento histórico, únicamente en
bases objetivas.
De esa objetividad fundamental para la historia, lentamente At the present day we are constantly presented with a
surgió durante el siglo XIX, y ha venido desarrollándose desde view of history as consisting in this way of good and bad
entonces, un nuevo satisfactor, la restauración, que tiene por periods, the bad periods being divided into primitive and
objetivo proteger las fuentes de donde surge la objetividad del decadent, according as they come before or after the good
conocimiento histórico, las que reunidas, sirven para identifi- ones. This distinction between periods of primitiveness,
car al grupo humano que las produjo, diferenciándolo de los periods of greatness, and periods of decadence, is not and
demás. never can be historically true. lt tells us much about the
historians who study the facts, but nothing about the
facts they study.
La conciencia histórica contemporánea The old dogma of a single historical progress leading to
the present and the modern dogma of historical cycles,
Hoy en día, entendemos al hombre como ser histórico y so- that is, of a multiple progress leading to great ages, and
cial, consciente de que sus gestos, sus decisiones, sus palabras, then to decadence, are thus mere projections of the his-
son elementos de una totalidad dinámica irreversible y signifi- torian 's ignorance u pon the screen of the past.
cativa, que cada momento de su existencia resulta de su pasado For progress is not a mere fact to be discovered by histo-
y determina su futuro, que el curso del tiempo no es el simple rical thinking: it is only through historical thinking that
marco vacío de su presencia, sino el lugar impuesto donde se it comes about at all. The reason for this that progress, in
desarrolla dramáticamente su ser. those cases (common or rare) when it happens, happens
only in one way: by the retention in the mind, at one
A partir del descubrimiento de la evolución cultural y de la
phase, of what was achieved in the preceding phase. The
evolución biológica del ser humano, el espíritu del hombre se
two phases are related not merely by way of succession,
ha vuelto historiador. A la luz de la conciencia sobre su propio
but by way of continuity, and of continuity of a peculiar
desarrollo, tiende a considerar todo hecho como acontecimien- kind. 28
to, a definir orígenes, a remontarse desde el dato actual a las '\
etapas pasadas de su constitución, a buscar la intelegibilidad 1
no solamente de lo que es, sino del movimiento por el cual ha La historia actual no puede restringirse a comprobar hechos
llegado a ser lo que es ahora. y registrarlos cronológicamente, es necesario el juicio evalua-
Al tenor de estos avances del pensamiento, la idea inicial torio, de cuya rectitud nace la posibilidad de planear el futu-
ilustrada sobre la evolución, como una ley natural de progreso ro inmediato, implicando un progreso consciente de resolver
continuo, resulta ahora bastante simplista. La evolución en la nuevos problemas, además de los que la etapa anterior ya re-
naturaleza, es hoy considerada más como secuencia ordenada solvía. No es pues el mero cambio, lo que ha surgido como
de modificaciones, que como mejoramiento evaluable y conti- nueva responsabilidad social en el conocimiento de la histo-
nuo. La evolución cultural, por su lado, plantea un problema ria, sino la transformación que implique progreso.
mucho más complejo para el historiador, que tiene que valuar- He aquí las últimas frases con que Collingwood termina su
lo, y para el hombre en sociedad, que debe planearlo. Ante la libro citado:
conciencia actual, sin una minuciosa reflexión, es fácil llegar
a confundir un auténtico progreso, de lo que solamente es The understanding of the system we set out to supersede
cambio, o de lo que podría ser retroceso. Sin esta precisión is a thing we must retain throughout the work of super-
¿cómo se podría evaluar el pasado y planear el futuro?
El historiador inglés Collingwood, ha expresado en los Epi- 28 Collingwood, R. G , The Idea of History, Oxford University Press,
legomena de su libro The Idea of History (1946), una serie de Oxford, 1980, pp. 327-333.

92 93
seding it, as a knowledge of the past conditionin g our 5. Aunque el pasado y el presente pertenecen a la esfera
creation of the future. It may be impossible to do this; de lo mismo, están también en la esfera de la alterni-
our hatred of the thing we are destroying may prevent dad. Basta que un suceso haya tenido lugar -en tal
us from understand ing it, and we may love it so much momento, en tal fecha- para que se distinga de cual-
that we cannot destroy it unless we are blinded by such quier otro hecho, aunque parezca idéntico. La situa-
hatred. But if that is so, there will once more, as so often ción en el espacio y en el tiempo, constituye en sí
in the past, be change but no progress; we shall have lost misma una diferencia que es imposible abolir.
our hold of one group of problems in our anxiety to solve 6. La existencia humana es fundament almente profana
the next. And we ought by now to realize that no kindly y temporal, que transcurre hic et nunc. La temporali-
law of nature will save us from the fruits of our igno- dad, para ser considerad a como reveladora de un or-
rance.19 den más profundo omnitempo ral o atemporal, debe
manifestarse en el devenir profano, de manera que
Pero es necesario hacer ahora una síntesis de los aspectos este, de fe de la autenticida d de aquel.
más sobresalientes que caracteriza n a la conciencia histórica 7. Cada momento es nuevo y diferente, pero está imbri-
contempor ánea, y para ello haremos un resumen de las ideas cado en acontecimi entos que se interfieren a niveles
expresadas a este respecto por el historiad9r coetáneo, profe- de causalidad diferentes, de manera que todo aconte-
sor de la Sorbona, Fran~ois Chatelet, en la introducci ón de cimiento pertenece a la esfera de lo que puede ser de
su libro La Naissance de l'Histoire. La Formation de la Pensée distinta manera.
Historienn e en Grece: 8. La cronología es un marco abstracto en cuyo seno se
desarrolla una organización dinámica de aconteci-
1. El hombre contempor áneo cree en la realidad del mientos que es posible comprende r, y cuyas causas y
pasado y considera que el pasado, en su manera de motivaciones es preciso detectar.
ser -y en cierta manera en su contenido - no es por 9. La objetividad ideal de la verdad histórica, es algo que
su naturaleza diferente del presente. puede profundiza rse y ensancharse, pues a través de
2. Reconocie ndo lo pasado como lo que ha sido, admi- nuevas interpretac iones, es posible disminuir el carác-
te que lo que antiguame nte ha ocurrido, ha tenido ter conjetural y subjetivo de una visión.
lugar y fecha, exactamen te como existe este aconte- 10. La principal obligación que impone la mentalidad
cimiento que tengo actualmen te ante los ojos. histórica del hombre actual, es la del control de la
3. La utilización de testimonio s y documento s de las verificación. 30
huellas -habida cuenta del distanciam iento con que
se les considera y de la crítica que se les puede hacer- Por la importanci a que tiene, para comprende r los objetivos
implica que hay un testigo que ha visto, que ha cono- de la restauración como tercer satisfactor, citamos uerbatim
cido el hecho, como el historiador ve y conoce una el siguiente párrafo del mismo autor, con relación al último
acción contempor ánea. punto de estas característi cas del espíritu historiador con-
4. Que el pasado sea considerad o como lo que ha sido temporáne o:
significa que lo pasado, lo actual y lo futuro, son
considerados como participant es de una sola y única Para que se dé la posibilidad de una historia objetiva, ésta
manera de ser, el ser que posee un ahora que se da debe servirse de una determinad a técnica. Es indispensa-
-se ha dado o se dará- a un espectador o a un agente ble que el pasado, considerad o como real y decisivo, sea
que lo aprehende como real. Esto significa que de estudiado con seriedad : en la medida en que los tiempos
ninguna manera podemos tratar lo que ya pasó como pasados son concebidos como susceptibles de llamar la
ficticio o como irreal.
30 Chátelet, Fran~oi.s, El nacimiento de la historia, Siglo Veintiuno
19 Ibidem., p. 334. Editores, México, 1979, pp. 3-9.

94 95
hallado en la escritura su instrume nto efectivo. La mayor exi-
atención, en que les es asignada una estructur a, en que gencia de precisión cronológica que se descubre en las culturas
existen huellas actuales, es preciso que todo el discurso prehispánicas -en especial la maya- no cambia la naturalez a
que habla del pasado, pueda establece r claramen te, por instrume ntal en su modo particula r de utilizar la escritura para
qué -en función de qué documen tos, de qué testimo- perpetua r el registro, gracias al cual, contamo s con los testi-
nios- da, tal sucesión de acontecim ientos, tal versión en monios que hacen posible su detección para el hombre con-
lugar de tal otra. 31 temporán eo.
~a restaurac ión como tercer satisfacto r, cumple un papel
Todas las conquista s logradas por el pensamie nto histórico analogo, ante las exigencias nacidas del movimie nto ilustrado
después de unos dos siglos de discusión, a partir de la revolu- del siglo XVIII, y debe considerarse como el instrume nto efec-
ción ideológica ilustrada, dependen en buena parte, de la nueva tivo para garantizar la verificación objetiva, siempre perfecti-
actitud hacia esas huellas actuales, hacia esos documen tos y ble, que persigue actualme nte la historia. La restaurac ión es
testimonios, que hacen posible la verificación necesaria, única la prot~cción sistemática de las fuentes tangibles, que sin lími-
garantía de orientaci ón hacia el ideal objetivo de la historia, te previsible, da pie a la paulatina disminuc ión del carácter con-
tal como la concibe el hombre actual. jetural de la interpret ación subjetiva, que obliga a cada época
a replantea r sus visiones del pasado, con responsabilidad de
planear el futuro.
La restauración como tercer satisfactor Hay pues un paralelismo entre registro escrito como solu-
ción a la permanen cia del conocimi ento y a la exigencia de cro-
El inusitado interés en las huellas actuales como documen - nología, con la restaurac ión como solución a la permanen cia
tos o testimoni os de las etapas de evolución y desarrollo del de las fuentes objetivas de conocimi ento y la exigencia de per-
grupo humano, está en la raíz de la creación de la arqueolo gía fectibilidad interpreta tiva.
como ciencia y de la restaurac ión como técnica para proteger Las caracterís ticas que Chatelet registra como típicas de la
las huellas documen tales y testimoni ales. La restaurac ión, conciencia histórica del hombre contemp oráneo, subrayan
como concepto genérico, nacida en el curso del siglo XIX, no -todas ellas- la importan cia del testimoni o comprob atorio
puede separarse del despertar de la concienc ia ilustrada, hacia clave de la verificación. '
la convicción de la perfectib ilidad del hombre en sociedad y La convicción sobre la realidad del pasado, no pasaría de ser
de su evolución cultural y moral. simple conjetura , si no estuviera respaldada por huellas sensi-
Tan importan te es el descubrim iento del papel esencial que bles de su existencia efectiva, que es la que implica que hubo
correspon de al testimoni o de antecede ntes en la verificación un testigo que vió, que conoció y que actuó, en la misma for-
del hecho histórico , que, en el desarrollo de la concienc ia his- ma en que el historiad or de hoy, ve, conoce y actúa en el mo-
tórica -en nuestra opinión- ha significado un cambio tan ra- mento presente.
dical, como lo fue el paso de la tradición oral al registro escri- La consideración de que lo pasado, lo presente y lo futuro
to con secuencia cronológica. participa n de una sola y única manera de ser, dentro de la cuaÍ
Es en este sentido que la restaurac ión debe considerarse cabe el poder ser de distinta manera, implica la obligación de
como un nuevo y tercer satisfactor, que aparece como instru- distinguir e identifica r un hecho, de cualquier otro que se le
mento indispensable, en vistas de la exigencia contemp oránea parezca o que haya podido ser, pero no fue. Sólo la huella tes-
de objetivid ad histórica. timonial puede permitir esa identificación de la realidad pasada,
El segundo satisfacto r, el registro escrito, apareció como dentro de las infinitas opciones potenciales.
solución a la necesidad de permanen cia, no garantiza da por la La concaten ación de acontecim ientos imbricad os dentro
memoria humana, pero el notable avance que significó la exi- del marco cronológ ico, no sería capaz de permitir una visión
gencia de cronolog ía, patente desde los inicios del primer mi- verdadera de la evolución, en su orden real de causas y efectos
lenio a.c., hubiera quedado en mero ideal teórico, si no hubiera si los testimoni os existente s no ofrecieran una pista de data:
ción tangible, sujeta a una interpreta ción siempre perfectib le,
31 lbidem., p. 10.
97
96
cuya perfectibilidad estará en función directa de la conserva- con el nivel de exigencia que el hombre social fue experimen-
ción del máximo número posible de testimonios auténticos. tando a lo largo de su desarrollo cultural.
La temporalidad hic et nun, para poder ser reveladora La simple transmisión oral, acudió a la música y la poesía
de hechos, requiere de los testimonios tangibles, profano- como ayuda nemotécnica para lograr mayor fijación en la me-
emp íricos, que demuestren su verdad, aún en el caso de de- moria, y ello dió origen a la épica. La escritura, inicialmente
velar un orden más profundo, ahistórico o atemporal, que usada para breves inscripciones sobre acontecimien tos y per-
como tal, supone una referencia al tiempo y sus documentos sonajes, se convirtió en narración, cada vez más detallada, que
físicos. después llegó a la exigencia de juicios críticos. Posteriormente,
Después de repasar la orientación hacia las huellas docu- se hizo evidente que la historia no puede contentarse con des-
mentales de estos puntos señalados como característica s de la cribir y juzgar, sino que debe interpretar sobre bases objetivas,
conciencia histórica contemporán ea, es fácil darse cuenta que, donde cabe la perfectibilida d; de ahí surgió la necesidad de
tanto el racionalismo puro de Voltaire, exigiendo el juicio proteger los testimonios tangibles, para garantizar la objetivi-
lógico-crítico sobre los hechos; como el idealismo de Hegel, dad y la perfectibilida d. Permanencia nemotécnica, permanen-
buscando la interpretación inteligible; como el positivismo de cia inteligible, permanencia legible, permanencia de objetividad
Compte, requiriendo de la precisión historicista; como el ma- y perfectibilida d, han sido los principales pasos de progreso,
terialismo histórico de Marx, apoyado en la objetividad real que se han destacado.
tangible de fuerzas opuestas; todos tienen qu.e partir de la hue- Pero si hablamos de progreso, útil será aplicar los criterios
lla actual, documental y testimonial, para fundamentar su sis- del historiador Collingwood, para comprobar si el empleo de
tema, que en este aspecto unifica a todas las corrientes. un nuevo satisfactor, significó efectivamente progreso, o sola-
La búsqueda de racionalidad, de inteligibilidad, de precisión mente cambio, o quizá retroceso.
Y de objetividad real y tangible, es el saldo positivo de las dis- No nos parece haber lugar a dudas. Si según el autor inglés,
cusiones decimonónica s sobre la historia. Las cualidades enu- progreso existe cuando hay continuidad de etapas, y en cada
meradas, carecerían de sentido si no se fundamentara n en un una se resuelven nuevos problemas, sin abandonar ni olvidar
manejo especialmente cuidadoso de la autenticidad de las lo que en la etapa anterior ya quedaba resuelto, la historia de
fuEmtes, representadas por las huellas del pasado. la historia es un caso patente de auténtico progreso.
Así pues, las corrientes nacidas del movimiento ilustrado, La invención y utilización de cada nuevo satisfactor, no fue
plantearon exigencias nuevas, que requirieron de un instru- excluyente para los anteriores, que no sólo han continuado
mento adecuado, para proteger la autenticidad de sus fuentes vigentes, sino que se han completado y han continuado evo-
de conocimiento . El instrumento adecuado, tercer satisfactor lucionando.
en el proceso de la historia de la historia, es la restauración. La transmisión oral, sigue siendo efectiva a nivel familiar y
de pequeña comunidad. En ese medio nació y ahí sigue vigen-
te, aunque es patente su inadecuación al gigantismo urbano de
Conclusión la época moderna. Hoy en día, conserva su vitalidad, en el
medio propio y es objeto de estudio para las ciencias sociales
Las páginas anteriores han ofrecido una vis1on de etapas que en ella encuentran camino propicio para mejor compren-
sobresalientes en la evolución del pensamiento histórico del sión del fenómeno social. Ya hicimos notar que el género épico,
mundo occidental, con un ejemplo extraño a ese proceso, nacido con anterioridad al registro escrito, se acopló con éste
tomado del universo cultural prehispánico. En esa visión se han cuando apareció, y siguió dando frutos por muchos siglos.
señalado tres pasos importantes, que marcan avances significa- Quizá el Corrido Mexicano sea la versión local contemporán ea
tivos en la historia de la historia. de ese género oral convertido en literario desde hace varias cen-
De todo ello, en nuestra opinión, surge con claridad que el turias, que aquí ha vuelto a sus fuentes y objetivos democráti-
gran motor que impulsó a la búsqueda de nuevos instrumentos cos, después de haber invadido las vanguardias intelectuales.
-que hemos llamado satisfactores - ha sido la necesidad senti- El registro gráfico, logró un nuevo rango de permanencia,
da de permanencia para el conocimiento del pasado, de acuerdo que dió precisión al marco cronológico, a niveles imposibles
99
98
de lograr con el solo auxilio de la memoria. Hoy en día, esta
muy lejos de perder vigencia, en sus variadísimas formas de
expresión, a pesar de.que el tercer satisfactor, la restauraci.~:m,
tiene más de un siglo de existencia. En su larga vida como ms-
trumento de la historia, ha conocido importantí simos avances,
como la imprenta, o más recienteme nte la computariz ación de
datos, o también la filmación de acontecimi entos, con color Y
sonido que al fin y al cabo, también son registros. La perma-
nencia' de estas últimas formas, tanto como la de manuscrito s
y libros impresos, quedan ahora a cargo del tercer satisfactor,
que en ninguna forma estorba o suplanta o sustituye a los dos
anteriores satisfactores, sino que los complemen ta.
Más ampliamen te nos referiremos a la restauració n en los
dos últimos capítulos de este trabajo. Baste aquí hacer hinca- LA IDENTIDAD
pié en la continuida d de las etapas, en la mutua complemen ta-
ción de los satisfactores y en la ampliación constante a nuevos
problemas resueltos, para justificar su paulatino, pero auténti-
co progreso.
· Como tercer satisfactor, hemos explicado en la restauració n En el primer capítulo, al hablar de Cultura y Patrimonio Cul-
su misión instrument al para proteger las fuentes objetivas del tural, se mencionó de paso que, aquello que el hombre produce
conocimien to histórico y garantizar la posibilidad de perfecti- con su ingenio, agrupado en un acervo que transmite a la gene-
bilidad interpretativa. Esa es la relación entre historia y restau- raciones futuras -·obras culturales en conjunto, formando pa-
ración; no solamente el que ésta se refiera a objetos del pasado. trimonio común- son la clave para distinguir a un grupo social
Su razón de ser está en la historia, a la que sirve de instrumen- de cualquier otro. Una sociedad se identifica por su cultura, y
to adecuado, tant.o como el registro escrito o la tradición oral, la prueba objetiva de su individualidad, es precisamente su Pa-
ante los nuevos requerimie ntos de permanencia, característi - trimonio Cultural. Protegerlo, es cuidar los testimonio s de su
cos de nuestra actual conciencia histórica. identidad. A analizar este problema está dedicado el presente
capítulo.
En la reciente Conferenci a Mundial, convocada y patroci-
nada por la UNESCO, celebrada en nuestra ciudad capital,
entre el 26 de julio y el 6 de agosto de 1982, la representación
de México -en calidad de país sede- formuló una declarato-
ria, que fue aceptada por unanimidad . Y a hemos subrayado el
gran valor de la documenta ción de esta organización interna-
cional, como reflejo de la opinión mundial de vanguardia. En
la declaratori a se asienta:
1. La afirmación de la identidad cultural contribuye .. . a
la liberación de los pueblos. Por el contrario, cualquier
forma de dominación, niega o deteriora dicha identidad.
2. La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las
posibilidades de realización de la especie humana, al
movilizar a cada pueblo y a cada grupo a nutrirse de
su pasado y acoger los aportes externos compatible s
101
100
con su idiosincrasia y continuar así el proceso de su Resulta evidente que la identidad es una especie de uni-
propia creación. 1 dad, o bien de uno solo tomado como muchos; por ejem-
plo, cuando se dice que una cosa es idéntica a sí misma,
Desde hace dos décadas, en la difusión nacional e internacio- ya ~ue entonces la misma cosa se toma como si fueran
nal de ideas sobre políticas culturales, se ha hecho cada vez más dos.
frecuente la alusión a la identidad cultural o simplemente a la
identidad, como problema fundamental para las sociedades del Pero el filósofo hace diferencia entre distintas clases de iden-
mundo contemporáneo. tidad, la accidental y la esencial, además de explicar que el con-
El desarrollo de las ciencias sociales en el presente siglo, ha cepto opuesto es el de la heterogeneidad. En este último, tam-
dado enorme importancia al concepto de identidad, y lo dis- bién encuentra una identidad bajo algún punto de vista:
cute con apasionamiento en las aulas tanto como en las insti-
tuciones dedicadas a la investigación. Aunque con distinta Diferentes se llaman las cosas heterogéneas que, con todo,
motivación, la preocupación al respecto no es nueva. La civili- son idénticas bajo algún punto de vista, con tal que esta
zación occidental ha reflexionado sobre este problema, en identidad no sea del orden del número, sino del orden
muy diversos campos, desde los tiempos socráticos. El mundo de la especie, del género o de la analogía. 3
helénico lo consideró en el campo filosófico, la Edad Media
lo llevó a los terrenos de la teología, la Ilustración lo planteó Más adelante Aristóteles llega a una definición importante
como problema etno-antropológico y nuestro siglo lo amplió para las discusiones etno-antropológicas que se desarrollarían
al área propia de la psicología y de la psiquiatría. muchos siglos después, con relación a género y diferencia es-
Sin un conocimiento, así sea general, de esta larga evolución pecífica, para luego dar un ejemplo, muy antropológico, cuya
del concepto, no es fácil comprender su importancia y conte- validez hubiera sido cuestionada hace unos siglos:
nidos, en el estudio del hombre social, ni su imbricación en el
estudio de la cultura, de la conciencia histórica, de los bienes Se llaman cosas diferentes según la especie, aquellas que,
del Patrimonio Cultural y de la restauración. siendo del mismo género, no pueden sustituirse unas por
En los siguientes párrafos, haremos un esbozo de los ante- otras; las que, perteneciendo a un mismo género, tienen
cedentes del concepto; del problema de identidad tal como se alguna diferencia, y las que tienen alguna contrariedad
nos presenta hoy en día; mencionaremos algunos ejemplos en su misma sustancia.
entresacados de la historia, sobre grupos humanos en búsque- Género es aquello por lo cual dos cosas que difieren
da de identidad, dejándo el último lugar de la secuencia, para entre sí, son con todo, idénticas en la esencia. 4
aludir a casos de nuestra historia mexicana, para después mos- El color blanco o el color negro del hombre, no con-
trar la relación entre identidad y restauración, y finalmente llevan diferencia específica; y no hay diferencia especí-
deducir alguna conclusión. fica alguna entre el hombre blanco y el hombre negro,
aunque a cada uno de ellos se le de un nombre distinto. 5
Antecedentes del concepto actual de identidad La Metafísica de Aristóteles, es quizá su obra menos acaba-
da, y las citas anteriores corr~sponden a escritos del último
Aristóteles trató el problema de la identidad como concep- período de su vida, tras la muerte de Platón, que fueron añadi-
to, en su Metafísica. En ella expone su doctrina sobre la subs- dos al cuerpo de doctrina primitivo de la Metafísica. En sus
tancia, tema que él mismo calificaría, hacia el final de su vida últimos años, los de máxima madurez, Aristóteles trató de re-
como el estudio del ser en cuanto ser. En su tratado dice:
l Samaranch, F. de P., Aristóteles. Obras. Aguilar, Madrid, 1973, p.
966.
1 Informe General 1977-1982, Comiaión Nacional de los Estados 3 Ibídem., p. 967.
Unidos Mexicanos para la UNESCO, Secretaría de Educación Pública, Ibidem., p. 1025.
4
México, 1982, p. 65. s Ibídem., p. 1031.

102 103
lacionar el fin más alto de la vida humana, con el fin divino debe la creación del término Metafísica, no ideado por Aristó-
del mundo, y por eso hizo que la ética, hallara su culminación teles, sino debido a la circunstancia locativa de posición dentro
en la metafísica teórica. Pretendió unir la idea de la obediencia de la ?º~ección.de opúsculos, que del sabio griego, hizo ~1 filóso-
total a la norma, con la más extensa variedad individual. La idea fo cristiano. Sm embargo, este empleo casual de la partícula
de la autonomía ética personal, en que este filósofo se aparta griega µéta, adquirió tal relevancia, que ahora se usa con refe-
totalmente de las ideas platónicas, fue como la culminación rencia a contenido en el lenguaje científico.
que dió a sus conceptos éticos y metafísicos. 6 Anicius Manlius Torcuatus Severinus, conocido como Boe-
Parece evidente que Aristóteles, al discutir en el plan teórico, cio ( 480-.525), último filósofo de la Antigüedad, en su trabajo
el concepto de identidad, nunca perdió de vista los problemas de compilador y comentarista, típico del momento histórico
planteados por la variedad de los seres humanos, o en todo caso, en que le tocó vivir, hizo también una aportación significativa.
de los seres vivos. Los ejemplos que aporta con sus reflexiones, A él se debe la creación del concepto persona, que adoptarían
así parecen mostrarlo. Su manera personal de enfrentar el pro- siglos más tarde, los filósofos escolásticos medievales al volve;
blema de la identidad, ahora tradicional, después de veinticin- sus ojos hacia el pensamiento aristotélico. '
co siglos de ser utilizada, se basa en un concepto de número Partiendo de la noción de individualidad creada por el filó-
muy diferente al nuestro. No debemos olvidar que para la cul- sofo de Estagira, Boecio redactó la definición latina:
tura helénica, hasta en el orden gramatical, la dualidad es dis-
tinta de la pluralidad. Persona rationalis naturae individua substantia est.
El modo de enfrentar la identidad, no como singularidad Persona es la substancia individual de naturaleza racional.
.. pura ~orno sería si se afirmara que no existen otras cosas
iguales- sino a través de ese la misma cosa se toma como si Desde entonces, el término persona, en el lenguaje filósofi-
fueran dos, resultó genial, pero mucho más comprensible para co, sólo es aplicable al ser humano. El vocablo, tomado del
la mentalidad griega habituada al concepto diferenciado de latín clásico, designaba la máscara que utilizaban los actores
dos, diada y dual que en realidad se confunden en la estructura en las obras teatrales de la Antigüedad; durante la Edad Media
de pensamiento occidental. fue un cultismo filosófico, empleado con la significación boe-
El enfoque unitario de la dualidad, da un claro fundamento ciana y solamente hacia el final del Medioevo, pasó a formar
a las distinciones bajo algún punto de vista y a la definición de parte del lenguaje común, pero en un sentido emanado de la
los conceptos de opuesto, contrario y análogo, que completan interpretación filosófica y no de su previa acepción en la An-
el de idéntico. tigüedad Clásica. 7
El arraigo profundo que esta visión aristotélica, nunca refu- Durante el siglo XIII, Santo Tomás de Aquino (1224-1274),
tada, ha logrado en el pensamiento occidental, queda patente aplicó las doctrinas filosóficas aristotélico-boecianas al estudio
hasta en el empleo de slogans utilizados como truco de publi- teológico de la personalidad de Dios. Este autor divide el con-
cidad. Recordemos aquel de lo único igual a Coca Cola es Coca cepto de substancia en subsistente y no subsistente. La subs-
Cola, aparente perogrullada, que seguramente en forma incons- tancia no subsistente es aquella, de naturaleza incompleta, que
ciente por parle de su redactor publicista, encierra una gran no se basta a sí misma, sino que debe unirse a otra para formar
verdad filosófica, emanada de aquella del Estagirita, según la una esencia completa, v.gr., el cuerpo humano. La substancia
cual una cosa sólo es idéntica a sí misma. subsistente es aquella que bastándose a sí misma, tiene natura-
Las ideas metafísicas aristotélicas, pasarían a ser parte del leza completa, distinta, determinada e independiente en su
pensamiento griego, posteriormente del mundo clásico y al esencia, v.gr. el hombre. Para que la substancia subsistente sea
final del mundo occidental. Pero el proceso en cuanto al con- persona, se requiere además la racionalidad.
cepto de identidad, debía ser complejo y de motivación dife- Un nuevo concepto añade Tomás de Aquino a la concepción
rente, al correr de los siglos. aristotélico-boeciana, y es la noción de incomunicabilidad de
Boecio, en el siglo VI d.C. les prestó especial interés. A él se
7 Varios Autores, Enciclopedia de la Religión Católica, ·nalmau y
6 Ibídem., p. 67. Jover, Barcelona, 1953, Tomo V, p. 1520, Verbum-Persona.

104 105
la naturaleza singular y completa de la persona. Hay en el (1856-1939), Alfred Adler (1870-1937) y Carl Gustav Jung
hombre un principio diferenciado de actuación, pues su exis- (1875-1961). 9
tencia independiente de cualquier otro sujeto, lo convierte en Como consecuencia de lo anterior, nuestro siglo ha creado
principio de las acciones que se le atribuyen, las cuales -por dentro de la psiquiatría, una nueva etapa, que se fundamenta
ese motivo- no pueden atribuirse a otro. 8 en la investigación de tipo cuantitativo y experimental. La
La motivación escolástica para profundizar en este campo, nueva etapa, sin embargo, se ha desarrollado, en términos ge-
era desde luego teológica, y giró alrededor de la discusión sobre nerales, a partir de los conceptos aristotélicos, escolásticos y
la doble naturaleza de Cristo. Partiendo de la base establecida, racionalistas ilustrados, que forman parte de la conciencia
de raíz aristotélica, Santo Tomás, Duns Scott (1266-1308), occidental sobre la personalidad.
Cayetano (1468-1534), Suárez (1548-1617), y otros muchos La motivación clínica de la investigación psiquiátrica, que
filósofos escolásticos, en sus disertaciones teólogicas, no llega- por razones obvias tuvo que acudir al terreno de la experimen-
ron a ponerse de acuerdo, pero dieron solidez a los conceptos tación, ha puesto al descubierto que el problema de la identi-
de individualidad, personalidad e incomunicabilidad, en la con- dad, es esencialmente de conciencia, sobre la propia individua-
ciencia del mundo occidental. lidad. Esta verdad no era evidente antes del presente siglo.
En el siglo XVII, a partir de René Descartes (1596-1650), la Individual, la poseemos como personas o como grupo so-
discusión de la individualidad del hombre, t.omó un rumbo dis- cial, aunque no tengamos conciencia de ello; y la poseen tam-
tinto, que podría calificarse de psicologista. Descartes y sus bién los animales. El problema está en que nos demos cuenta
seguidores establecen la personalidad en la conciencia que el de ellos, nivel al cual no tiene acceso los animales carentes de
hombre tiene de su propia existencia. Posteriormente Emma- razón. Pero para el ser racional, de este grado de conciencia
nuel Kant (1724-1804) y Georg Wilhelm Friedrich Hegel depende, a nivel individual, la posibilidad de gozar de salud
(1770-1831), entienden la persona, como radicada primordial- mental y de acceder a la plena madurez. A nivel de grupo, de
mente en el espíritu humano, que es libertad, opuesto a la na- la misma conciencia depende la comprensión del pasado, la
turaleza, que es mecanismo, determinación y sujeción. explicación del presente y la posibilidad de planear el futuro.
Sin interrumpir las discusiones de orden psicologista, el siglo Gracias a las investigaciones psicológicas y psiquiátricas,
XVIII inició nuevas rutas al considerar la personalidad del ser hoy en día es posible afirmar que:
humano en un nuevo sentido, que ha sido llamado protoan-
tropologista. Los sabios del Siglo de las Luces, se preocuparon El sentimiento consciente de poseer una identidad per-
por escudriñar el origen físico y biológico del hombre, la rela- sonal, está basado en dos observaciones simultáneas: la
ción entre distintos grupos étnicos y la valoración de su acti- percepción de la igualdad a sí mismo y la continuidad de
vidad en sociedad. la propia existencia en el tiempo y en el espacio; y la per-
Así surgieron estudios como el Essai sur les Moeurs et l'Es- cepción del hecho de que los demás, reconocen dicha
prit des Nations de Voltaire, o el Discours sur l'Origine et igualdad a sí mismo y dicha continuidad. 1 0
Fondements de l'Inégalité parmi les Hommes de Rousseau, en
que se discuten los aspectos de la personalidad o de la identi- En esta apreciación científica, fruto de la experimentación
dad o de la incomunicabilidad de las acciones del grupo hu- clínica, es fácil descubrir la raíz filosófica aristotélica en la
mano en sus posibles etapas evolutivas. 1 igualdad-a-sí-mismo, la aportación boeciana en el concepto de
Un siglo después, gracias a los esfuerzos de la medicina, para la personalidad y la base tomista de la incomunicabilidad, ori-
encontrar un tratamiento adecuado a la conducta anormal gen de la continuidad-de-la-propia-existencia. Pero también, el
o enferma, apareció la psiquiatría, cuyos primeros ensayos acudir a percepción y conciencia, delata los avances de la psi-
convertidos en generalizaciones -hoy llamadas protoclíni- cología que precedieron y prepararon el camino a la psiquiatría.
cas- alcanzaron sus mejores exponentes en Sigmund Freud
9 Cueli & Reidi, Teorías de la Personalidad, Editorial Trillas, México,
1982, p. 10.
a Aquinatis, Th., Summa Theológica, Biblioteca de Autores Cristia· 10 Erikson, E. H., Identidad, Juventud y Crisis, Taurus, Madrid, 1981,
nos, La Editorial Católica S.A., Matriti, MCMLXI, Tomo I, p. 219. p. 43.

106 107
La cita seleccionada corresponde al investigador Erik Hom- ofrece el mismo grado de dificultad para el ser humano indi-
burg Erikson, a quien se deben las pesquisas más completas vidual. El niño, aún cuando crece y llega a adolescente o adulto
sobre un periodo, dentro del desarrollo del hombre como sabe que ?ontinúa siendo la misma persona, aunque su cuerp~
individuo, la adolescencia. Este período se sitúa entre la infan- haya sufndo transformaciones y aunque su conducta y manera
cia Y la edad adulta y empezó a ser mencionado en la década de pensar hayan variado notablemente.
de los años cuarenta. Su importancia se debe a la crisis que lo Y_a To!llás de Aquino, en su reflexión filosófico-teológica,
caracteriza, con relación a la adquisición consciente de una ha~ia caido en la cuenta de la incomunicabilidad de la perso-
identidad, sin la cual el adulto no logra llegar a plena madurez. nalidad a pesar de los cambios biológicos y de conducta en el
Para la psicología contemporánea, la conciencia sobre la mismo individuo, pero fue sólo a través de la observación de
identidad personal, se adquiere. El niño, durante la infancia, conductas .an<?rmales, que fue posible detectar la percepción
adopta para identificarse, los modelos que tiene más cerca; pero de la contmwdad, como parte esencial de la conciencia de
al llegar a la adolescencia, empieza a rechazarlos y a buscar identidad.
desesperadamente otros. Durante un cierto lapso, acepta y re- Para el grupo social, la captación consciente de la continui-
~haza alternativamente varios modelos, hasta que finalmente, dad cu~tural desde el pasado hacia el presente, es sin duda un
integra una manera de ser personal, en la cual reúne elementos factor importante del sentimiento nacionalista. Pero es en el
tomados de sus antecedentes, con otros creados por propia nuevo papel, concedido a la conducta social del grupo en
iniciativa. Cuando ha logrado esta integración, se puede decir el sentido de evaluar el pasado para comprender el presente y
que es un adulto mentalmente maduro. P!anear el ~utl.~ro, ~ransformando la sociedad, que la concien-
Las ciencias sociales por su parte, han dado a través de su cia de contmwdad JUega una tarea esencial.
investigación, una dimensión social a este fenómeno de la psi- En ese sentido debe tomarse la Declaración de México de
cología individual. En otras palabras, para la etnología y la la Conferencia mundial sobre Políticas Culturales celebrada
antropología, este problema psicológico, escudriñable en la en julio-agosto de 1982, y que citamos al inicio d~l capítulo
conducta del ser humano en sus etapas de desarrollo físico- la cual dice en su punto tercero: '
biológico, tiene analogías con la conducta social del grupo
humano; es decir, con el desarrollo de su cultura, a través de 3. La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las
la cual se identifica. posibilidades de realización de la especie humana al
movilizar a cada pueblo y a cada grupo a nutrirse' de
su pasado y acoger los aportes externos compatibles
Carácter socio-antropológico con su idiosincrasia y continuar así el proceso de su
del problema actual de identidad propia creR;ción, 11

El grupo social, tanto como el individuo, necesita la con- ¿Cómo podría un pueblo nutrirse de su pasado, definir lo
ciencia de su propia identidad. Para ambos, ella se fundamenta que es compatible con su idiosincrasia y continuar el proceso
en las dos percepciones que define Erikson: de su propia creación, si no tiene conciencia de la continui-
dad de su cultura, desde el pasado hasta el presente y hacia el
l. Percepción de la igualdad a sí mismo y la continuidad futuro?
de la propia existencia en el tiempo y en el espacio. Queda aquí patente la analogía con el proceso del adoles-
2. Percepción del hecho de que los demás reconocen dicha cente p~a lograr la madurez, en que debe integrar la propia
igualdad a sí mismo y dicha continuidad. personalidad a ~ase de antecedentes propios y creaciones per-
sonales. En la cita de la Declaración de México se mencionan
Quizá el aspecto más importante a nivel social, está en la
percepción de la continuidad desde el pasado y hacia el futuro. 11 Informe General 1977-1982, Comisión Nacional de los Estados
~st~ _fenómeno, no captado con claridad, ni siquiera a nivel Unidos Mexicanos para la UNESCO Secretaría de Educación Pública
mdividual, antes de los estudios clínicos de la psiquiatría, no México, 1982, p. 10. ' '

108 109
precisamente los aportes externos compatibles que quedan en turas socio-económicas contemporáneas, antes de facilitar la
paralelo con las creaciones personales del individuo, como libre selección, tratan de imponer elementos extraños que
elemento que no esta constituido por el antecedente propio. tienden a borrar la individualidad cultural. En esta situación
A nivel social, esos aportes siempre han existido en el desa- contemporánea, los que imponen, atienden a las ventajas eco-
rrollo de cualquier cultura. En efecto, ninguna cultura histó- nómicas propias y desconocen sistemáticamente los graves
rica ha sido creación ex nihilo, como tampoco un individuo daños que causan en las sociedades obligadas a recibir.
podría desarrollarse normalmente, en absoluto y total aisla- El actual Director General de la UNESCO, Dr. Amadou-
miento. Mahtar M'Bow, ha expresado su profunda preocupación, con
Sobre la pluralidad de elementos que se integran a una cul- respecto a este problema, en múltiples alocuciones y escritos,
tura para formar su individualidad, el problema reside en la como el siguiente, aparecido en reciente publicación:
percepción consciente de la capacidad y libertad de selección,
con la responsabilidad consecuente. El devenir de las sociedades contemporáneas se inscribe
El antropólogo estadounidense Ralph Linton, en su libro en un espacio que alcanza ya las dimensiones del planeta.
The Study of Man, dedica un capítulo a comentar, con una Sociedades que habían podido vivir, hasta estos últimos
buena dosis de ironía, lo que es un norteamericano ciento por decenios, ignorándose casi totalmente, se encuentran así
ciento, con la obvia intención de subrayar la in conciencia exis- cada vez más en contacto continuo. Se multiplican las
tente sobre las aportaciones externas que se integran a la indi- influencias recíprocas, la interdependencia de hecho se
vidualidad cultural actual de los Estados Unidos. El autor hace multidimensional. Ciertamente, esa es fuente de en-
describe un día común y corriente en la vida de un ciudadano riquecimiento mutuo, de apertura, de iniciativa y crea-
del vecino país, que se levanta de una cama cuyas sábanas de ción, pero también de frustraciones, pues va acompañada
seda son un aporte de la China; se sienta a la mesa para desa- de un empeoramiento de la situación de ciertos pue-
yunar y emplea un cuchillo de acero procedente del sur de la blos, de un aumento de lo imprevisible, de una vulnera-
India; bebe café, planta traída de Abisinia; lee en el periódico bilidad acrecentada. La sensibilidad a todos los cambios
noticias sobre disturbios en algún país extranjero y como buen que se producen en el mundo se exacerba.
ciudadano conservador, agradecerá a una divinidad hebrea, en Es seguramente en el plano cultural donde se manifies-
una lengua indoeuropea, el hecho de ser un norteamericano tan con mayor evidencia estas incitaciones contradicto-
ciento por ciento. Su agradecida piedad no le impedirá sabo- rias de nuevas relaciones mundiales. El campo de la
rear una barra de chocolate, con sabor a vainilla, ambos de comunicación entre los hombres tiende a mundializarse,
origen Olmeca. 12 mientras que no cesan de aumentar el volumen de cono-
Pero el problema actual, en las sociedades contemporáneas, cimientos e informaciones y, con el desarrollo de la in-
no se restringe a la mera conciencia de los aportes externos o formática, los medios para acopiarlos, almacenarlos, uti-
de la continuidad, sino que reside -aún contando con esa lizarlos y transferirlos de un punto a otro del planeta.
conciencia- en las dificultades para ejercer Ja libertad de se- Estos intercambios y contactos, vienen acompañados a
leccionar los aportes externos. ciertos niveles de una tendencia creciente a la uniformi-
El gran desarrollo de los medios de comunicación, la facili- zación de los gustos y de los comportamientos, a la ho-
dad de los viajes, el intercambio universitario, la agobiante mogeneización de ciertas normas de vida, de pensamiento
propaganda comercial, la producción masiva de bienes de y de acción, de producción y de consumo, transmitidas
consumo, incluidos los llamados bienes industrializados de cul- por la difusión estandarizada de los mismos seriales tele-
tura, junto a muchos otros criterios y políticas de las estruc- visados y los mismos ritmos musicales, de las mismas
prendas de vestir y los mismos sueños de evasión.
12 Klineberg, O., "Cultura y Culturas en un Mundo Cambiante", en Esta lógica de la uniformización que invade de manera
El Correo de la VNESCO, julio 1982, pp. 15-16. El autor Klinebcrg cita progresiva esferas cada vez más dilatadas de la actividad
y comenta el capítulo mencionado de Linton, Ralph, The Study o{ Man, humana provoca, a su vez, desequilibrios, pues suele pro-
cuyo texto fue primeramente publicado como artículo y después inclui-
do en el libro. mover todo aquello que se le asemeja y conviene, y des-

110 111
truir lo que se le resiste. Así quedan relegadas facetas fanidad de lo expuesto por las distintas corrientes de opinión.
enteras de la facultad creadora, y mutilada la sociedad Quizá una razón poderosa para la aparente confusión aca-
en su personalidad específica y en su configuración par- démica actual sea, que tanto la psicología como la antropolo-
ticular. Llevada a sus últimas consecuencias, esta lógica gía -en su búsqueda de objetividad para sus investigacion es-
podría desembocar en una humanidad anquilosada, hasta no logran trasponer los límites de la casuística. De este modo,
tal punto es cierto que la diversidad, si se la asume en la es mucho más común encontrar en los trabajos científicos,
igualdad completa, es, tanto a escala de una sociedad, estudios profundos sobre los rasgos que individualizan a un
como a escala mundial, una fuente esencial y fecunda de determinado grupo humano, especialmente de comunidades
vitalidad. étnicas del llamado tercer mundo, mientras que es casi impo-
Sin embargo, por una especie de reacción contra esa ten- sible hallar un trabajo que discuta o analice los fundamentos
dencia, asistimos, en sentido inverso, a una explosión re- de la necesidad de identificación en una sociedad humana.
novada de particularidad es. Por todas partes, comunida- A pesar de todo, el tema sigue en voga, aunque destacados
des étnicas o nacionales, colectividades rurales o urbanas, especialistas se expresen de él con gran desprecio, sin que por
entidades culturales o confesionales afirman su originali- ello dejen de participar en la discusión. Tal es el caso del an-
dad y se esfuerzan por asumir y defender con vigor los tropólogo Claude Lévi-Strauss, que en el prólogo publicado
elementos distintivos de su identidad. para el material obtenido en un seminario interdisciplinario
La identidad cultural parece plantearse hoy como uno sobre identidad -que él mismo organizó-se expresa así:
de los principios motores de la historia. Lejos de coinci-
dir con un repliegue sobre un acervo inmóvil y cerrado Si hemos de creer a algunos, la crisis de identidad sería
en sí mismo, esa identidad es un factor de síntesis viva y el nuevo mal del siglo. Cuando se hunden hábitos secula-
original perpetuamen te recomenzada. De este modo, re- res, cuando desaparecen modos de vida, cuando se eva-
presenta cada vez más la condición misma del progreso poran viejas solidaridades, es fácil, por cierto, que se
de los individuos, los grupos, las naciones, pues es ella produzca una crisis de identidad. Desgraciadamente, los
quien anima y sostiene la voluntad colectiva, suscita la personajes que inventan los media para convencer del fe-
movilización de los recursos interiores para la acción y nómeno y destacar su aspecto dramático, más bien tienen
transforma el cambio necesario en una adaptación crea- vacío el cerebro de modo congénito; su identidad su-
dora.13 friente aparece como un cómodo sustituto para ocultar-
nos y ocultar a sus creadores, una nulidad pura y simple.
Las afirmaciones del Dr. M'Bow son contundentes en su La verdad es que, reducida a sus aspectos subjetivos, una
claridad. En los primeros párrafos señala ventajas y daños en crisis de identidad no ofrece ningún interés por sí mis-
la situación actual, para después apuntar la creciente concien- ma.14
cia de individualidad en todos los niveles sociales. El último
parágrafo citado, hace un resumen de los criterios de vanguar- Pero la drástica opinión de Lévi-Strauss, es sólo una cara de
dia -esencialmen te socio-antropo lógicos- que cada día ganan la moneda. La otra, está representada por muchos más, inclu-
aceptación más generalizada. yendo compatriotas del famoso antropólogo estructuralist a
Pero en el ambiente académico científico, donde se gestan francés. Gérard Montassier, refiriéndose -no precisamente a
los avances de pensamiento, posteriormen te difundidos la algún grupo étnico del tercer mundo- sino a las sociedades
dialéctica alrededor de este problema de la identidad la situa- europeas se lamenta así:
ción no es igualmente clara, y ha subido de tono y d~ intensi-
dad en los últimos años. Así, es más fácil deducir la impor- L 'Euro pe ... vit partiellement d 'emprunt aux Etats-Unis
tancia del tema, de la abundante discusión, que de la dia- qui luí ont apporté une art de rupture ... Politiquemen t
morcelée, affaiblie par ses divisions, elle est incapable de
13 M'Bow, A. M., "La Dimensión Humana", en El Correo de la 14 Lévi-Strauss, C., La Identidad, Ediciones Petrel, Madrid, 1981, p. 8.
UNESCO, julio 1982, pp, 4-5.

112 113
trouver en elle le sursaut d 'énergie qui luí permettrait detectar en muchos episodios del desarrollo cultural de la hu-
de concevoir et de réaliser un dessin d'union. Sans iden- manidad a través de los siglos.
tité, elle se préoccupe guere de la rechercher ou de l'in-
venter ... nous sommes en train de devenir les gardiens
de musée d'une civilisation qui meurt.1 5 Búsqueda de identidad en la Historia
Hay pues, contrastadas opiniones sobre la actualidad y tras- El problema definido por la psicol~gía conte~poránea co!Il?
cendencia del problema de identidad en el mundo actual. En crisis de la adolescencia, y que en terminas socio-antropologi-
todo caso, la investigación realizada en los centros especializa- cos sería la búsqueda de la conciencia de identidad, es pa~en­
dos, se desarrolla, en busca de equilibrio, entre dos polos,
te en muchos episodios de la historia del hombre. lmposib~e
igualmente peligrosos.
Por un lado está la búsqueda, el análisis y la evaluación de sería intentar una enumeración, ni siq?iera de los ca~os mas
destaclldos; sólo haremos, pues, mencion de algunos ejemplos
las diferencias culturales que dan individualidad a un grupo
humano, pero cuya sobrevaloración subjetiva, puede guiar aislados.
hacia el etnocentrism o, del cual Europa ha dado muy lamen- El psicólogo mexicano, Dr. José Cueli, opina ~~e el J?rim~r
tablemente ejemplos. testimonio en la cultura occidental, sobre la cnslS de i?e.nti-
Por el otro, está el estudio de ·los rasgos y características dad en el proceso de desarrollo, se ~ncu~ntra en la ~BXlDla
comunes, que muestran la igualdad de todos los seres huma- socrática conócete a ti mismo, que implica la necesidad de
nos, o identidad universal del hombre. La exageración en este autoexamen de la propia personalidad.16
Pero es bien sabido que esta sentencia no fue creada por el
aspecto -muy conveniente para quienes en el mundo actual sabio filósofo sino que se encontraba escrita en el frontón
negocian exportando cultura- tiende hacia la homogeneiza-
del templo de' Delfos, de donde Sócrates la tomó ,Para adoJ?-
ción total que borra las diferencias, y que como actitud y tarla como norma personal. De tal modo, deberiamos, mas
conciencia, priva de la iniciativa necesaria en el desarrollo cul- bien considerarla como producto de la sabiduría popular en el
tural. Ella llevaría al anominato amorfo de grandes masas de mundo helénico, cuyo origen podría ser muy anterior Y re-
población.
m~. .
Es evidente que la exageración en la valoración de las dife- Pero abundan los ejemplos en la historia de todos los tiem-
rencias étnicas, o la ausencia total de la conciencia de ellas, pos donde puede descubrirse la búsqueda o el logro de una
son extremos a evitar, que contradicen el equilibrio necesario ide~tidad. Herodoto, en el siglo V a.c., da muestras de
supuesto para la madurez en una cultura o en un individuo. una equilibrada madurez, al reconocer aportes de otros pue-
Estamos hablando ahora de valoración y conciencia, por- blos, utilizados por Grecia, diciendo:
que de hecho, la homogeneización total de grandes masas,
efectivamente lograda, o la superioridad real de un grupo ét- ... y me parece que, inventada la geometría <.en Egipto),
nico cualquiera, no son más que mitos inexistentes e imposi- pasó de ahí a Grecia. Pues los griegos aprendieron de l?:
bles. babilonios el polo y el gnomon y las doce partes del día.
El peligro reside en la actitud mental hacia esos mitos, que
puede generar catástrofes, ya sea que se pretenda fundar un Aún sin la afirmación de Herodoto, la investigación actual
imperio de mil años, o se estime que es inútil tratar de mejo- ha descubierto esos aportes, al descifrar las inscripciones me-
rar una estructura social, que de hecho, siempre es perfectible. sopotámicas y egipcias, y al descubrir en los m~numento~ d~l
Así pues, la actualidad del problema radica en la concien- Nilo, el empleo de teoremas, durante mucho tiempo atnbw-
cia y actitud resultante sobre la propia identidad, porque bús-
queda de identidad, siempre ha existido, ajena quizá al proble-
16 Cueli & Reidi, op. cit., p. 10. . . . .
ma de darse cuenta, pero no por ello menos real; así se puede 17 Ramírez Trejo, A., Herodoto. Hilltonas, Biblioteca Scr1ptorum
Graecorum et Romanorum Mexicana, UNAM, México, 1976, Tomo 1,
1s Montaaaier, G., Le fait.culturel, Fayard, Paria, 1980, p. 383. p. 178 (IETOPION B, 109).

114 115
dos a autores griegos, utilizados por constructores egipcios, La Edad Media, eminentemente religiosa, nos da en las Cru-
con anticipación de siglos. zadas un ejemplo más. La enorme popularidad que lograron
Caso diferente es el de Roma, que en los inicios de la época en todos los estratos sociales, sólo se puede explicar en el ob-
imperial, da muestras de búsqueda de identidad, al tratar de jetivo de apoderarse de los antecedentes religiosos representa-
fabricar artificialmente un origen griego, como se lee en la dos por la Tierra Santa. La defensa de los peregrinos o la gue-
Eneida desde su primera estrofa: rra contra los enemigos de la Cristiandad, fueron metas que
recibieron difusión y publicidad, pero no bastan para elucidar
Arma virumque cano, Trojae qui primus ab orís la aceptación irreflexiva de hombres, mujeres, niños y ancia-
Italiam, fato profugus, Laviniaque venit nos quienes tanto como los militares, tomaron la cruz para ir
Litara. Multum ille et terris jactatus et alto a r~scatar los lugares Santos. En el fondo de la impulsiva y
Vi Superum, saevae memorem Junonis ob iram; precipitada decisión, estaba el anhelo de apropiarse los testi-
Multa quoque et bello passus, dum conderet Urbem, monios físicos que recordaban la vida de Cristo sobre la tierra.
lnferretque deos Latio: genus unde Latinum, También en el mundo prehispánico hay ejemplos del fenó-
Albanique patres, atque altae moenia Romae. 18 meno. La gran reforma ideológica y de costumbres que se lle-
vó a cabo en el reinado de Itzcóatl y su célebre consejero Tla-
En la hermosa ficción, fabricada por Virgilio, el héroe Eneas, caélel, revela la intención de crear una nueva imagen con una
contra su voluntad, tiene que plegarse al capricho de los dio- identidad gloriosa para el pueblo azteca. Fue entonces cuando
ses y, es la aparición de su esposa muerta, Creusa, a quien aparecieron los relatos mencionando la ciudad de Aztlán, en
busca desesperadamente para huir de Troya en llamas, la que una versión diferente de la tradicional sustentada por todos
le revela su destino futuro a orillas del Tiber. Así lo expresan los grupos nahuas, donde el origen se situaba en las grutas de
los siguientes hexámetros: Chicomostoc. Para crear una nueva historia, fue necesario
destruir primero la antigua, quemando los códices. Tras la vic-
Quid tantum insano juvat indulgere dolori, toria sobre los tepanecas, el pueblo azteca, en plena juventud,
O dulcis conjux? Non haec sine numine divum iniciaba sus éxitos militares y deseaba sublimar sus orígenes.
Eveniunt; nec te comitem portare Creüsam Así lo narra el Códice Florentino:
Fas aut ille sinit superi regnator Olympi.
Longa tibi exsilia, et vastum maris aequor arandum: La historia era conservada, pero fue quemada cuando
Et terram Hesperiam venies, ubi Lydius arva reinó Itzcóatl en México. Los señores mexicas, reunidos
Inter opirna virum leni fluit agmine Tibris. 19 en consejo dijeron: No es necesario que la gente común
conozca las pinturas; el gobierno será difamado y ellos
18 Bonifaz Nuño, R., Publio Virgilio Maron. Eneida, Biblioteca Scrip- esparcirán la falsedad por toda la tierra porque en ellas
torum Graecorum et Romanorum Mexicana, UNAM, México, 1972,
Libros 1-VI, p. 1 (Liber Primus, 1-7). La traducción del autor, en "ver-
se guardan muchas mentiras. 20
sión rítmica", es la siguiente: Armas canto y al hombre que, el primero,
de playas troyanas -prófugo del hado- a Italia vino y a las costas la- En el ámbito de la Nueva España, desde finales del siglo
vinias Mucho aquel en tierras y alta mar fue con la fuerza hostigado XVIII, se multiplican los testimonios de búsqueda de identi-
de los supernos por la ira de Juno cruel, memoriosa; mucho también
en la guerra suf;ió, hasta que la urbe fundara y al Lacio entrara los dio- dad, que toman el carácter de movimiento nacion~ista. No
ses, de donde el linaje latino y los albanos padres y de la alta Roma los podrían explicarse -por otro camino- las comparac1one~ he-
muros. chas por Francisco Javier Clavijero (1731-1787), en su Histo-
19 /bidem., pp. 46-47 (Liber Secundus, 776-782). ¿Por qué ser in-
dulgente al dolor insano tanto te place, oh dulce cónyuge? Esto no sin '.20 Dibble, Ch, et al., Florentine Codex. ~eneral History of th~ Things
voluntad de los dioses sucede, y que tú lleves a Creusa de aquí, compa- of New Spain. Fray Bernardino de Sahagun, School of American Re-
ñera no el hado, ni lo consiente aquel rey del Olimpo superno. A ti, search & The University of Utah, Santa Fe, 1950-1969, 12 Vols., Vol.
exili~s largos, has de arar del mar la vasta llanura, y vendrás a la tierra 10 Part XI p. 165. Este pasaje de Sahagún, e11 citado y comentado en
Hesperia donde, a través de los campos óptimos de hombres, fluye el su libro po~ Garza, Mercedes de la, La Conciencia Histórica de los Anti-
1

lidio Tiber de lene transcurso. guos Mayas, UNAM, México, 1975, p. 38.
116 117
ria Antigua de México. Para él Texcoco era la Atenas de Aná- Para fray Servando, la teoría de la evangelización apostóli-
huac; Netzahualcoy otll el Solón de aquellos pueblos· Cholula ca, constituía un bautismo retrospectivo del pasado indígena.
la Roma de Anáhuac.2 ' • Abrió el camino a la aceptación completa del pueblo azteca,
~?~º sacerdote, Clavijero no podía dejar de considerar la como representante de la antigüedad mexicana. Más aún, ata-
religion azteca. En su f~?sa obra, el. historiador jesuita busca có, y por lo menos debilitó la justificación jurídica invocada
l<?~ b~en?s efectos polellllcos y admite la crueldad de la reli- por la monarquía española para la conquista y dominación
gion mdigena, pero la compara con la obcenidad del paganis- del Nuevo Mundo, que había sido la misión de evangelizar a
mo e~ropeo, mancha de la que estaba exenta aquella. El ilus- los indígenas. En lugar de ser instrumento de la Providencia
tre cnoll~, pud~ en general, refinar con éxito el material de la Divina --argumento típico en las crónicas del siglo XVI- la
Monarquia. Indiana de Torquemada, y presentar un cuadro conquista venía a ser nada menos que una maliciosa destruc-
muy atractivo de una sociedad indígena culta y compleja El ción del cristianismo nativo. Aunque los españoles fueron
u~o confiado Y p~lémico q~e de la antigüedad prehisp~ica recibidos como emisarios de Quetzalcóatl y en tal razón bien-
hizo este autor, hijo de penmsulares, señala su identificación venidos, en lugar de tratar de reformar este cristianismo apos-
-buscada Y adoptada- con ese pasado indígena. Asumió el tólico, lo atacaron brutalmente como una blasfemia que paro-
r
papel de. su ~efensor,, .como tal, expropió su historia, para
sus propios fines patrioticos. Su obra prefigura el intento de
diaba al demonio y destruía todos sus restos.
Lo máximo, en esta desesperada búsqueda de identidad, lo
los msurgentes, ?e negar el pasado inmediato con una vehe- expresa Mier en su Carta de Despedida escrita en 1820, antes
mente ~~currenc~a una antigüedad indígena idealizada.22
a de salir a España, cuando protesta por la forma ortográfica
Clavijero, haciendo a un lado su sangre española da pistas decidida por la Academia Española en la palabra Méjico. Se-
el~ de su integración a un nuevo grupo humano' sediento gún fray Servando, la forma alternativa México, reflejaba la
d~ libertad y de identidad; es por ello que busca lo~ testimo- pronunciació n indígena Mecsico, que de hecho significaba
mos Y, do~umel}tos que le permiten crear su modelo cultural. -en su opinión- donde está y es adorado Cristo,24 de donde
J?e. ahi su mteres por los antecedentes prehispánicos y los ves- concluía que, mexicano es lo mismo que cristiano.
tigios conservados de esas culturas. En el curso del siglo XIX, una vez lograda la independenci a
No menos evidente es el caso del discutido clérigo fray José -y adoptada definitivamen te la ortografía México, para el
Sez:~do Teresa.de Mier Noriega y Guerra (1765-1827) quien país y la ciudad capital- la búsqueda de identidad en la con-
patéticament e m~ga la. ~ersión tradicional sobre la Virgen de tinuidad con el pasado indígena, es manifiesta en los esfuerzos
Guadalupe, para identificarla con la deidad azteca Tonantzin de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística para es-
Y s: esfuerza en demostrar que Quetzalcóatl no es otro que ei tudiar y preservar los restos arqueológicos o las lenguas autóc-
Apostol Santo Tomás: tonas, como testimonio del pasado cultural. Ya se han men-
cionado tales esfuerzos al hablar de Cultura y Patrimonio
La ~éric~, no más pecadora que el resto del mundo, Cultural, donde también se aludió a las legislaciones que, como
entro tambié~ en el plan de la redención del género hu- la de 1914, iniciado el presente siglo, hacen referencia explíci-
mano;. Y habiendo J~sucristo mandado a sus apóstoles a ta a la identificación por el testimonio que debe conservarse:
an~ciarles a tod~ ~na~a que estuviese bajo el cielo ...
prectsame!lte debio ~~rur uno siquiera a la mitad del glo- Que los monumentos , edificios y objetos artísticos e his-
bo.: La Virgen SantlSlma, no aguardó para ser nuestra tóricos, cuando se conservan sin alteración, constituyen
Senora Y Madre a que pasaran 1600 años 1 sino que lo verdaderas piezas justificativas de la evolución de los
3
fue desde que lo comenzó a ser para todos los cristianos.2 pueblos, y que a este respecto, debe impedirse no sola-
mente la destrucción sino aún la restauración o las enaje-
21 BrlJ:dings D., Los Orígenes del Nacionalismo Mexicano Ediciones
Era, México, 1980, p. 38. ' voluci6n Mexicana, México, 1953-1963, 4 Volúmenes, Vol. l., p. 92. El
22 Ibidem., p. 50. pasaje es comentado por Brading, David en su libro citado, p. 50.
2 3 Buatamante, C. M., Continuaci6n del Cuadro Hillt6rico de la Re- 24 Brading, D., ºE.· cit., p. 52.

119
118
naciones que puedan quitar a tales monumentos, edificios te la relación que mantiene en esta convicción, con su activi-
y objetos, su fuerza probatoria y su carácter original.15 dad restauratoria.
En los textos de los dos autores europeos más invocados
Aquí se manifiesta la relación entre el problema de identi- con respecto a la restauración decimonónica, John Ruskin
dad y la restauración. Esta, garantiza la permanencia de las (1819-1900) y Eugene Viollet le Duc (1814-1879), puede de-
pruebas objetivas que despiertan y reafirman la convicción de tectarse la relación entre conservación de las huellas del pasa-
continuidad y de igualdad a sí mismo a través del tiempo, a do e identidad cultural, aunque sin ansiedad sobre el carácter
pesar de los cambios inherentes a la evolución o transforma- probatorio en el aspecto de continuidad. En ello se descubre
ción del grupo humano a lo largo de la historia. l el equilibrio autodevaluatorio que no tiene problemas en de-
mostrarse la secuencia concatenada de su existencia desde el
r pasado hasta el presente, señal de una identidad bien lograda
Identidad y Restauración y cimentada.
1
1
Ruskin, como poeta y polígrafo, expresa en bellas frases la
A nivel social, la igualdad a sí mismo a pesar de las transfor- necesidad de conservar la arquitectura que ha sido testigo de
maciones en el tiempo y la continuidad desde el pasado hasta las fatigas, las desilusiones y los gozos de los antepasados. En·
el presente, sólo puede fundamentarse en el conocimiento de tre líneas, puede apreciarse el problema de la identidad, en las
las huellas actuales de la actividad cultural del grupo, huellas siguientes ideas tomadas de La Lámpara del Recuerdo:
que guardan su fuerza probatoria, en tanto se conserven y
sean auténticas. Ese es el sentido del párrafo citado en la pági- Si algún provecho existe en conocer lo pasado, o en la
na anterior, tomado de los considerandos que anteceden a la idea de no ser olvidado en la continuación de los siglos,
ley de 1914. existe alguna alegría que pueda añadirse al vigor de nues-
Y no podría ser de otra manera, pues mientras al individuo tro esfuerzo o a nuestra paciencia en el sufrimiento, los
bastan los recuerdos de su memoria y las interpretaciones que deberes se imponen hacia la arquitectura nacional, a
de ellos hace, para el grupo humano no son suficientes en la los que es imposible no conceder gran importancia. El
verificación objetiva de la continuidad. primero, hacer histórica la arquitectura de una época, y
La misma verificación objetiva crece en importancia, ante el segundo, conservarla como la más preciosa de sus he-
la nueva responsabilidad de evaluar el pasado para planear el rencias: la de los siglos pasados. 16
futuro, obligación impuesta por la identidad cultural en la
continuidad hacia las generaciones futuras que vendrán a per- Viollet le Duc, en una redacción más científica y técnica,
petuarla. es explícito al proclamar la calidad de los constructores me-
No se puede pues, desligar el problema de la identidad cul- dievales, a quienes no se cansa en llamar con orgullo nos an-
tural -sea en la etapa de búsqueda, sea en la meta posterior cetres. A través de sus dos obras monumentales, los dicciona-
de conciencia equilibrada- del estudio, de la evaluación y de rios razonados, uno sobre arquitectura y otro sobre mobilia-
la protección de las huellas del pasado. rio se empeña con éxito en demostrar la racionalidad del estilo
.,
'
gótico, en todos sus detalles, tanto como en su concepc1on
Si para la Nueva España y el México independiente, es ma-
nifiesto el sentimiento nacionalista en búsqueda de identidad, general. Para él, este estilo genuinamente francés, fue obsequio
volviendo los ojos a las huellas de un pasado indígena ideali- de su patria al resto de los países europeos.
zado, en la Europa del mismo periodo, plenamente consciente Su indudable clarividencia, al tratar la restauración, abarca
de su continuidad cultural de dos milenios, no es menos paten- la responsabilidad hacia el futuro, como re afirmación de una
identidad que no es cuestionada. Oigámosle, por ejemplo, es-
tas frases:
lS Diario Oficial, 6 de abril de 1914. El texto completo de esta Ley,
es incluido como apéndice en su libro por Gertz Manero, Alejandro La
Defensa Jurídica del Patrimonio Cultural, Fondo de Cultura Económica, '.J6 Ruskin, J., Las Siete Lámparas de la Arquitectura, El Ateneo,
México, 1976, p. 65. Buenos Aires, 1956, p. 236.

120 121
Si l'Européen en est arrivé a cette phase de l'esprit hu- también el caso de todos los países que después de la Segun-
main, que tout en marchanta pas redoublés vers les des- da Guerra Mundial han logrado su independencia. Para ellos, el
tinées a venir, et peut..etre parce qu 'il marche vite, il sente acceso a una identidad propia e independiente, tiene que con-
le beso in de recueillir tout son passé, comme on recueille ceder importancia muy especial al descubrimiento, estudio,
une nombreuse bibliotheque pour préparer des labeurs análisis, evaluación y conservación de las huellas de su pasado.
futurs, est-il raisonnable de l'accuser de se laisser entrai- Así podrán estas jóvenes naciones, fundamentar y desarrollar
ner para un caprice, une fantaisie éphémere? Et alors les el sentimiento de continuidad desde el pasado hasta el presen-
retardataires, les aveugles, ne sont-ils pas ceux-la meme te, para ejercer la responsabilidad de planear su futuro.
qui dédaignent ces études, en prétendant les considérer
comme un fatras inutile? Dissiper des préjugés exhumer
des vérités oubliées, n 'est pas, au contraire u~ des mo- Conclusión
yens les plus actifs de développer le progres?
Notre temps n 'aurait-il a transmettre aux siecles futurs No es posible separar el problema de identidad cultural, para
que cette méthode nouvelle d'étudier les choses du passé, una sociedad contemporánea, del proceso de protección de
soit dans l'ordre matériel, soit dans l'ordre moral, qu'il sus huellas del pasado. Sin embargo, dependiendo de la etapa
aurait bien mérité de la postérité. Mais nous le savons de de desarrollo en que dicha sociedad se encuentre, variará el
reste; notre temps ne se contente pas de jeter un regard grado de urgencia con el que deba atender al problema.
scrutateur derriere lui: ce travail rétrospectif ne fait que Pero la identidad es un problema de conciencia. De hecho,
développer les problemes posés dans l 'avenir et faciliter todas las sociedades, tanto como los individuos, sólo son
leur solution. C'est la synthese qui suit l'analyse.17 iguales a sí mismos, pero para darse cuenta de ello, es necesa-
rio experimentar la búsqueda, antes de llegar a la convicción.
No terminan pues, los problemas de la conciencia de iden- Para las ciencias sociales actuales, la búsqueda implica no sólo
tidad con la adquisición de ella, sino que se prolongan para el descubrimiento de un hecho, sino la libre elección de lo
mantenerla y reafirmarla, en vistas a la responsabilidad de que se quiere ser, con la consecuente responsabilidad de pla-
continuidad cultural al futuro. Así, la identidad queda inhe- nearlo. La conciencia de identidad, pues, incluye una asimila-
rente al escrutinio del pasado y a la protección de sus huellas ción del pasado, una comprensión del presente y una voluntad
tanto como a la responsabilidad de planeación para el futuro.' hacia el porvenir, en un todo continuo. Síntesis que sigue al
Por otro lado, aunque no es posible establecer una analogía análisis, le llamó Viollet le Duc.
sistemática que equipare en orden sucesivo cada etapa de la El momento de búsqueda, supone además conciencia de
evo~ución físico-biológica del individuo, con los pasos que una una carencia a satisfacer, a la vez que de una capacidad a ejer-
sociedad puede experimentar en el proceso de su transforma- cer. A pesar de ello, no necesariamente está ligada al carácter
ción, es sin embargo lógico comparar la búsqueda de identidad de oprimido con anhelo de liberación. El pueblo romano y el
del adolescente, con la de una sociedad que por circunstancias azteca, buscaron su identidad, ya iniciada su etapa de mayor
históricas, inicia una nueva etapa con mayores posibilidades poderío económico y militar.
de libre elección en su destino, y que, en consecuencia, busca Por lo que toca a la relación entre identidad y restauración,
como el adolescente, integrar una identidad propia. ésta, en su carácter de tercer satisfactor, es inseparable de
Tal es el caso de la sociedad mexicana desde finales del si- aquella. En efecto, al proteger las huellas objetivas del pasado
glo XVIII que, independientemente de su composición étnica, histórico, simultáneamente y por el mismo hecho, se protegen
contaba con un núcleo humano ansioso de liberarse de la do- las pruebas objetivas de individualidad, que son las propias
minación impuesta por la monarquía española. Tal puede ser huellas del pasado. La continuidad desde el pasado hasta el
presente, no es más que la historia misma, de manera que, ca-
_11 Viollet le Duc, E., Dictionnaire Raisonne de L 'Architecture Fran- rencia de conciencia de identidad, es en el fondo, carencia de
~aiRe du Xle. Au XV/e. Siecle, B. Bance - A. Morel París 1854-1868 conciencia histórica.
10 Volumes, Tome Huiti~me, p. 16, Verbum-Reataui!ation.' ' Sin embargo, no siendo la conciencia de identidad, en sí
122 123
misma, un problema de conocimie nto, el aspecto psicológico
que implica, requiere percepción , que no depende de erudición
histórica, sino del sentimient o de ser él mismo, a pesar de las
transformaciones en el tiempo, todo lo cual culmina en una
actitud.
La protección de los bienes culturales, entonces, es habili-
dad de realizar algo, pero en cuanto tercer satisfactor, respon-
de a la exigencia objetiva de la historia, que es conocimie nto,
y además, implica la conciencia de identidad que es actitud
hacia los propios antecedent es. Estos tres aspectos son insepa-
rables en la restauració n contempor ánea.
Muy importante s son, en el concepto actual de identidad,
los remotos ant.ecedentes que lo integran, y que abarcan los
aspectos metafísico s aristotélico s, los filosóficos boeciano-to - EL MONUMENTO
mistas y los psicológicos contempor áneos, que las ciencias
sociales recibieron como parte del pensamien to occidental,
para fincar su aportación de responsabi lidad hacia el futuro.
La proyección al porvenir no tendría sentido sin la igualdad
a sí mismo, la personalidad incomunicable, la continuidad en Muy antigua es la idea de monument o; aparece con los prime-
el tiempo y el darse cuenta. ros vestigios de civilización en Mesopotamia y Egipto, pero
Así pues, donde hay restauració n hay conciencia de iden- no ha permanecid o estática. Su evolución ha tenido que ple-
tidad, y la acción de proteger bienes culturales~ al garantizar garse a los requerimie ntos de cada época y de cada lugar, hasta
permanenc ia a pruebas objetivas del conocimie nto histórico, llegar a nuestros días. Desde el siglo XIX, ante nuevos conte-
fomenta y refuerza la convicción de la individualidad cultu- nidos, adquiridos por los conceptos sobre historia y cultura,
ral propia, que se proyecta al futuro abriendo la puerta a la la idea de monument o ha obtenido un nuevo sentido y una
posibilidad de lograr o prolongar la madurez sociocultur al. más amplia función.
La literatura de los últimos tiempos sobre restauració n-dis-
ciplina contempor ánea que versa sobre los monumen tos- ha
aportado muy diversas definiciones; pero en general, éstas
son presentadas como afirmaciones a priori, sin justificación
o discusión de contenidos esenciales.
El problema de definir con precisión el significado de mo-
numento, es de suma importancia. Cualquier vaguedad sobre
lo que son los monumen tos-materi a prima sobre la que versa
la restauraci ón- se reflejará en confusión sobre los objetivos
de ésta.
Desde el punto de vista etimológico, monument o se deriva
del vocablo latino monument um, i, sustantivo neutro del cual
también proceden los términos monument del francés, monu.-
ment del inglés o monument o del italiano. Tanto en estas
lenguas modernas, como en el latín, según los diccionarios co-
munes no especializados, la palabra significa: Todo lo que
recuerda algo, lo que perpetúa un recuerdo.
Los autores coinciden en afirmar que en latín, monument um
125
124
tiene su origen en el verbo moneo , o quizá meminisse; el pri- arqueo logía mexiana y un análisis de los conten idos esenc!ales
mero significa advertir, el segundo recordar. Existe en griego, del concep to contem poráne o ~e monument~>, c<;>mpletaran la
con el mismo significado de recordar, el términ o JJ.VTIJJ.ª· La visión general -que no exhaus tiva- que aqm se mtenta , antes
verdad es que ningun a de estas procedencias es suficientemen- de llegar a una conclusión general.
te clara, si nos apoyam os en la similitud fonética. Es más bien
el significado de monum ento, como algo que recuerda o advier-
te, donde puede fundam entarse el origen etimológico aceptad o La antigüedad: intenci ón de perpetu ar la memoria
por los lingüistas para el términ o latino. 1
Pero, a lo largo de su evolución histéric a, no es en el senti- Los especialistas no han logrado descubir un términ o e~pecífi­
do de perpetu ar un recuerdo que el significado de monum ento co para designar los monum entos en alguna de l~ sociedades
admite imprecisión, sino en la manera de aplicarlo. A través mesopotámicas de los milenios anteriores a C~isto. ~ero es
de distinta s épocas y lugares, la aplicación ha variado notable- posible inferir la volunta d d.e l<;>grar la pe~~a?ecia ~acia gene-
mente. raciones futuras , en las inscripciones de edificios Ypiezas escul-
En la tarea de inferir lo que un grupo human o entend ió por tóricas, que por esa razón hoy designamo~ como mun~ento~.
monum ento durant e un periodo específico, las definiciones, En esas inscripciones, sin embargo, se deJa .~er m~yor mteres
cuando existen, son una buena ayuda. No debe olvidarse, sin en la función ritual del objeto o cónstru ccion, mas que en la
embargo, que las definiciones pueden ser de muy distinta na-
persona del constru ctor o del promo tor:
turaleza. Las hay de tipo científi co, que a la manera aristoté-
lica, declaran género próxim o y diferencia específica. Tambié n Inscriptions in Near East monument.s essentia~y ~xalt
las hay descriptivas, cuando revelan caracte rísticas de lo que the religious or magical values, that is to say, its ntual
definen. Otras son enumerativas, si se confor man con aportar functio n. Someti mes the edifice, obelisk, stele or statue
series de ejemplos. Las hay que son legales, si para facilitar la has a name of its own, which is indepe ndent of that of
interpr etación y aplicación de una ley o norma, limitan arti- its dedica tor or builder, and represents a comple tely au-
ficialmente el concep to definido. Pueden ser, finalm ente his-
tóricas, en forma indepe ndiente de la clasificación anterio r, tonom ous element. 2
cuando permit en deduci r la manera de pensar de una época Este criterio vigente en el periodo Aqueménida, del tercer
pasada. milenio antes de nuestra era, todavía se palpa en el periodo
Junto a las definiciones, están los docum entos históricos, Asirio como lo muestr a el obelisco negro de Salmanasar 111
de distinto s géneros, que dejan conjetu rar toda una actitud (s. IX ~.C.), conservado ~n el British .Museum_ de. Londres., .
mental , variable con relación a tiempo s y espacios, dando pie Para Egipto, en cambio, donde exlSte un te!~mo ~speci~ico
a inferir interes antes matices de significación y funciones de para designar el monum ento, mnw -C';l}'ª raiz i~phc~ la. idea
los monum entos. de perman encia, estabilidad y duraci on- las .mscnpciones
Para este capítul o no tratare mos entonc es, de buscar apli- a menud o contien en exhorta ciones a las generaciones futuras,
cación de los criterio s actuales, en otros periodo s de la histo- para honrar los monum entos y evitar ,su ~estrucción. Pero las
ria. Examin aremos , más bien, definiciones y testimo nios, para biografías laudato rias en ellos, son mas bien una carta de pre-
formar una idea de la evolución del concep to en su paso por sentación para el más allá, que una manera de perpetu ar la
los siglos, hasta nuestros días. Antigüedad, Edad Media y Re-
nacimi ento, serán camino obligado para llegar a los anteceden- memor ia de hazañas:
tes cercanos que llevaron a descubrir la evolución cultura l del The declam atory autobio graphie s have not so much the
hombr e social, y a la creación de la arqueología, donde el purpos e of perpetu ating for future cent~r~es th.e nai;ne
Nuevo Mundo jugó un papel import ante. Un panora ma de la of the person whose life they relate as providmg him with
1 Blánque z F. A., Diccionario Latino E1pañol, Editoria
l Ramón 1 Assunto , R., en Encyclopedia of World Art, McGraw
Sopena, Barcelona, 1960, p. 1066. -Hill Co.,
London , 1965, Vol. X, p. 275, Verbum-Monuments.
126
127
a kind of written justification with which to face his cincuenta libros y es conocida como el Digesto o Pandectas. 5
judgment in the world beyond. 3 La definición histórica a la que nos referimos, no data evi-
dentemente, del siglo VI d.C., sino que debe ser considerada
También en Egipto, se percibe el papel conmemorativo de como parte del antiguo Jus Romanum cuyos principios lega-
los monumentos en la intención de destruir, que acompañó les, recopilados por instrucciones del emperador bizantino, tu-
al advenimiento del cambio político-religioso del Imperio vieron vigencia teórica hasta la caída del Imperio de Oriente
Nuevo. Esta actitud de borrar la memoria del pasado, una ver- en 1453.
dadera damnatio memoriae, se ha repetido lamentablemente, Además de histórica y legal, la definición tiene el carácter
muchas veces en la historia, al sobrevenir cambios fundamen- científico a la manera aristotélica, pues decJara género próxi-
tales en las estructuras sociales. Así aconteció, para sólo men- mo y diferencia específica. Dice así:
cionar un caso, durante la campaña evangelizadora española,
realizada en el siglo XVI. Monumentum generaliter res est memoriae causa in pos-
En la Grecia clásica, los monumentos se hallan profunda- terum prodita.6
mente influenciados por la idea democrática. No se da ahí Monumento en general, es aquello entregado a la posteri-
la autoglorificación, sino que los ciudadanos se preocupan dad para memoria.
por honrar los méritos humanos de un semejante distinguido,
sin que se hagan intervenir connotaciones religiosas. Grecia El género próximo es, aquello entregado a la posteridad. La
conmemora en sus monumentos, las hazañas militares, las diferencia específica es para memoria. En esta definición,
obras públicas, los tratados firmados con otros pueblos, el aquello equivale a decir toda cosa o todo aquello, sin estable-
culto religioso, los difuntos. Esta función testimonial de los cer ninguna limitación, de manera que monumento puede ser
monumentos se encuentra expresada con claridad en la obra un edificio, una escultura, un escrito, un cántico, un relato, un
histórica de Tucídides ( 460-395 a.C.), y trasciende como acti- rito, etcétera. Pero el empleo del participio pasado del verbo
tud, en las descripciones sobre monumentos mesopotámicos prodere, que significa entregar, en lugar de relinquere dejar, o
y egipcios escritas por Herodoto ( 480-425 a.C.). simplemente dare dar, implica una intención, y es ahí donde
En el siglo IV a.c., Diódoro de Atenas elaboró un tratado se establece una fuerte limitación legal.
completo sobre monumentos, que desgraciadamente se perdió. De la redacción se deduce, pues, que para el Jus Romanum,
En el siglo 11 d.C. Pausanias, viajero y geógrafo notable, hizo desde el punto de vista legal, sólo podía ser monumento aque-
una Descripción de Grecia en 10 librm., incluyendo todas las llo que llevaba la intención de permanencia en la posteri-
ciudades importantes de la península, su historia, sus alrede- dad. Sin embargo, la literatura clásica latina, da innumerables
dores, sus prácticas religiosas y algunos aspectos de su vida ejemplos de un s~.mtido mucho más amplio en el empleo del
social. También describe sus monumentos y lo hace con gran vocablo:
acuciosidad, pues las evidencias actuales arqueológicas, han
corroborado muy a menudo sus afirmaciones. 4 Virgilio: monumentum et pignus amoris
Por su parte, Roma nos ha legado la definición más antigua recuerdo y prenda de amor
conocida, de monumento. La conocemos gracias a la compila- Valerio Flaco: manuum monumenta mearum
ción ordenada por el emperador Justiniano (527-565), que prenda trabajada por mis amos
comisionó a dieciseis legistas, encabezados por Tiboniano, en César: pecuniae et monumenta ... templi
el año 530, para reunir extractos de las obras de treintainueve el tesoro y las estatuas ... del templo
jurisconsultos que habían ejercido la responsabilidad del jus Ovidio: condeturque tuum monumentis corpus
publice respondendi. La obra, publicada en 533, consta de avitis

3 Ibídem. s Bravo, A. et al., Compendio de Derecho Romano, Editorial Pax·


4 Varios autores, The Encyclopedia Americana, Americana Corpo- México, 1975, p. 23.
ration, New York, 1961, Vol. 21, p. 423, Verbum-Pausanías. 6 Blánquez F . A., op. cit., p. 1066.

128 129
y tu cuerpo será sepultado en la tumba La Roma Imperial, dueña del mundo co_noci~o, amalgamó
de tus abuelos criterios griegos, como el expresado _por V1tru~10, e.o~ caia:c-
Tito Livio: monumenta neglecti numinis terísticas orientales, para crear un genero ~qu.itec~o.mco h1s-
efectos de la impiedad tórico-conme morativo, con formas y decoraciones ti picas, para
Plinio el Viejo: monumenta utriusque linguae perpetuar la memoria de sus glorias; así nacieron los arcos de
libros griegos y latinos triunfo las columnas rostrales y las columnas historiadas, que
Camelio Nepote: sepultus est in monumento avunculi sui la post~ridad debía imitar, tras prolongados periodos ?e olv_ido.
fue sepultado en la tumba familiar Después del Edicto de Milán, en 313, los usos impe~iales
Cicerón: multa sun tuae clementiae monumenta romanos iniciaron su decadencia. Los emperadores cristianos
hay muchas pruebas de tu clemencia -ahora elegidos de Dios, y no deidificados- ab~i7ron la p_u~~a
monumenta crudelitatis a la identificación de Iglesia y Estado, de poht1ca Y rehg1on,
testimonios de crueldad utilizando símbolos de origen oriental en sus monumentos.
indicia ac monumenta furtorum Del cristianismo primitivo datan los templos y basilicas
indicios y pruebas de tus robos dedicadas a la memoria de un santo o de un atributo divino,
monumentum laudis pero también el uso del cimborrio o baldaquino sobre el altar,
monumento de gloria símbolo de realeza o la presencia simbólica monumental del
monumenta deorum · trono vacío o Hetimasia, para significar la presencia de Dios.
9

templos de los dioses. 7 Con el reconocimien to oficial del cristianismo, se inició el


En este sentido lato, para los autores clásicos, monumento descrédito del paganismo, seguido del abandono o destrucción
podía significar recuerdo, prenda, testimonio, estatua, edifi- de sus monumentos in odium auctoris; aunque por razones
cio, templo, indicio, prueba, sepultura, etcétera. más bien económic~s que sectarias, muchos edificios monu-
Sin el empleo del término monumento, pero con la idea mentales se reutilizaron, o sus materiales se emplearon para
entregar a la posteridad, Vitruvio, en su tratado De Architec- hacer nuevas construccione s.
tura Libri Decem, expresa una actitud hacia la monumentali - Al sobrevenir la ruina del Imperio de los Césares, sólo la
dad, considerándo la como un esfuerzo para lograr calidad en nueva fe quedó como elemento posible de unificación para los
arquitectura, de modo que las construccione s privadas y siglos subsiguientes.
públicas, asuman el carácter de testimonios que honren la
memoria de su autor. El autor expresa esta idea en la dedica- La religiosidad medieval: sepulcros y reliquias
ción de su libro al emperador, después de agradecer que la
hermana de Augusto lo haya subvencionad o: La Edad Media utilizó poco el término monumento. De los
primeros siglos medievales, son escasos los documentos que
Cum ergo eo beneficio essem obligatus, ut ad exitum
vitae non haberem inopiae timorem, haec tibi scribere chaftliche Buchgesellschaf t, Darmstadt, 1981, p. 22. La traducción ~e
coepi; quod animadverti multa te aedificavisse et nunc este párrafo de la dedicatoria del tratado al emperado~, to~ada ~e Ortiz
aedificare, reliquo quoque tempore et publicorum et y Sanz, J. Los Diez Libros de Architectura de M. V1truu10 Polion! Im-
privatorum aedificiorum, pro amplitudine rerum gesta- prenta Real, Madrid, 1787, p. 2, dice: Quedándo~e, pues •. tan obligado
rum ut posteris memoriae traderentur, curam habitu- por este beneficio, como que no temo pobreza m1en~ras viva, empezé a
escribir para tí estos Comentarios, por haber advertido que ~ hech?
rum, conscripsi praescriptione s terminatas, ut eas adten- muchos edificios, y al presente los haces: y porque en lo vem~ero cui-
dens et ante facta et futura qualia sint opera, per te darás de que las obras públicas y particu~e& sean conforme~ a la gran-
posses nota habere; namque his voluminibus aperui deza de tus hazañas para que su memoria quede á la posteridad, puse
omnes disciplinae ratio nis. 8 en orden estos ajus~dos preceptos, á fin de que teniendolos presentes,
puedas saber por tí mismo la calidad de las obras hechas y hacederas,
1 Ibídem. pues en ellos explico todas las regl~s del Arte. . . , , .
9 Varios autores Enciclopedw de la Rehg1on Catol1ca, Dalmau Y
8 Fensterbusch, C., Vitruuii de Architectura Libri Decem, Wissens- Jover, Barcelona, 1953, Tomo II, p. 684, Verbum-Cir.1bo rrio.
130 131
puedan sernos útiles, pero éstos se vuelven significativamente Morumento navarro
más numerosos a partir del periodo carolingio, y la mayoría Moimento gallego
son de carácter religioso o eclesiástico. Moimento portugués
En la liturgia cristiana, ya desde entonces, el vocablo mo- Monumento sólo como cultismo en el castellano. 10
numentum designa el lugar arreglado especialmente para colo-
car la Eucarestía, después de la Misa del Jueves Santo, hasta El académico de la lengua, Martín Alonso, en su Enciclo-
el inicio de las ceremonias del Viernes Santos. La idea puede pedia del Idioma asegura que en la Edad Media, monumento
estar asociada al recuerdo de la institución de la Eucarestía significa sepulcro, corroborando su aserto con ejemplos del
o al carácter monumental de la Hetimasia, más que a la de Poema de Mio Cid (1140) y del poeta Gonzalo de Berceo
Sepulcro de Cristo, que tendría sentido hasta después de ter- (1242). 11
minadas las ceremonias del Viernes Santo. El Diccionario de Autoridades, con una opinión semejan-
Se menciona el Sepulcro de Cristo, porque el concepto de te a la anterior, cita un ejemplo del siglo XIII, la Chronica
monumento, restringido casi exclusivamente para designar del Rey Don Alfonso el Sabio, en el capítulo 3:
sepultura, es típico de todo el periodo medieval, y aún se
refleja en etapas muy posteriores. Y puso a la Reina Doña Isabel a la una parte, y a la Rei-
La atribución del carácter monumental a la tumba de un na Zaida a la otra, en sus monimentos muy buenos. 12
personaje o hasta de un ciudadano común, procede de la
más remota antigüedad; pero la asociación de ceremonias Pero el concepto, independientemente del vocablo usado,
litúrgicas a la tumba de un mártir o santo, nació en las cata- puede analizarse desde otro ángulo. Desde la Baja Edad Me-
cumbas romanas, durante las persecuciones. La costumbre no dia, abundan los testimonios de gran interés en un género
desapareció con el reconocimiento oficial del cristianismo, sino específico de objetos que, con el carácter de documentos,
que, una vez aceptado, propició el cambio de la antigua cos- indicios, pruebas o vestigios, entrarían en la clasificación de
tumbre de construir mausoleos, por la erección de un templo monumenta, en el sentido lato utilizado por los clásicos la-
sobre la tumba de un santo, o para guardar en él sus restos. tinos. Es el culto a las reliquias que experimentó inusitado
Al adelantar la Edad Media, los templos se llenaron de mag- auge con las Cruzadas.
níficos monumentos funerarios, pues los poderosos, civiles, El culto a las reliquias se inició dentro del cristianismo, en
militares o religiosos, pusieron especial empeño en seleccionar las catacumbas, durante las persecuciones romanas. Su idea
una suntuosa iglesia para ser sepultados. Las familias nobles está ligada a la costumbre de celebrar actos litúrgicos sobre
y las familias reales, llegaron a menudo a costear la edificación. la tumba de un mártir. La Enciclopedia de la Religión Cató-
Así, los condes de Barcelona erigieron el monasterio de Po- lica dice al respecto:
blet, la familia real de Francia eligió la abadía de Saint Denis,
los reyes de Inglaterra escogieron la de Westminster, los empe- Cuando el paganismo estuvo ya en completa decaden-
radores del Sacro Imperio prefirieron la Catedral de Speyer. cia, se utilizaron para el culto eucarístico, antiguos alta-
Por lo que toca al aspecto filológico y en el área cultural res; en el siglo VII se empezó a transferir a las iglesias y
hispánica, Vicente García de Diego, en su Diccionario Etimo- debajo de sus altares, los cuerpos de los mártires, cos-
lógico, encuentra en el Medievo, un uso reducido del vocablo tumbre que se extendió, y cuando por su número, no
monumento, que adquiere distintas formas en los dialectos
antecesores de las lenguas modernas en la península ibérica.
1 o García de D. V., Diccionario Etimológico Español e Hiapánico,
En su uso limitado, el autor encuentra, entre los siglos X y Editorial S.A.E.T.A., Madrid, 1954, p. 384, Verbum-Monumento, Vo-
XV, las siguientes grafías: cabulum 4433-Monumentum.
11 Alonso, M., Enciclopedia del Idioma, Aguilar, Madrid, 1968, To-
Monimentum latín vulgar mo 11, p . 2888, Verbum-Monumi:.nto.
12 Varios autores, Diccionario de la Lengua Caatella dicho de Auto-
Molimento pirenaico ridades, Gredos, Madrid, 1969, Tomo Tercero, p . 603, Verbum-Monu-
Melumento navarro mento .
132 133
fue posi ble colo car deba jo de cada altar el cuer
márt ir, se colo caro n algunos frag men tos de po de un va Tal es el sent ido de la narra ción de Guil
0
laume de Tyr.
sus resto s, Pero el rey Ama ury I mor iría en 1174 sin dejar
ence rrad os en cajitas que se incru stab an en la
la base del altar , en una cavidad llam ada
mesa o en en 1187 Saladino ocup aría Jerusalen, que la Terc sucesión, Y
"sep ulcr o". enca beza da por Rica rdo Cora zón de León y era Cruzada,
Cua ndo no se disp onía de reliquias, se utili Felipe Augusto,
zaba
troz os de lienz o, llam ados "bra ndea ", que habí n unos no logr aría recu pera r.
an
la tum ba de un márt ir, y en su defe cto, se colo toca do Así se organizó la Cuar ta Cruzada, que en . .
caba n tro- búsq ueda de fond os, para pagar a los v~necian mter mma ble
zos del Evangelio o fregm ento s de hostias cons
agradas. 13 os las ~aves
que habí an apor tado , llegaron a la capital
Orie nte con la inten ción de ayud ar al prmc _del. Imperio. de
El culto medieval a las reliquias se ligó a las pere ipe. Alexis a
que movilizaron al pueb lo crist iano hacia Jeru grinaciones, recuper~r el tron o, usur pado por su tío, a
cam bio del dinero
Com post ela, Mon t Sain t Michel, Vezeley y salen , Rom a, que el ejérc ito cristiano necesitaba.
lugares con reliquias de sant os famosos. Pero otro s muc hos En julio de 1203 , Con stan tinop la fue sitiada
y toma da por
fuer on las Cru- los cruz ados y el prín cipe Alexis, coro nado
zadas, desd e finales del siglo XI, las que origi emp erad or. En
dero tráfi co de obje tos que en alguna form a naro n un verda- el mes de ag~sto, un sold ado franco, Rob ert de
con sant os, con lugares sagrados y con la mism
estab an ligados las grandes riquezas de la ciud ad, que despertarClari, desc~i~e
a vida de Cristo de los euro peos . Según el cron ista, llamaron on. la codicia
sobr e la tierr a. especialmente la
La tom a de Con stan tinop la por los cruz ados aten ción de los sold ados ocup ante s, la capil
, la de Pharos Y
cord ó al mun do cristiano que los emp erad ores en 1204 , re- la Iglesia de Sant a María de Blachernes, que
dent~o ~el gra~
dura nte siglos, habí an sido extra ordi nario s cole de Bizancio, Palacio Imperial de Bou cole on, guardaban las
reliquias, sin que las repe tidas crisis icon ocla ccionistas de describe el soldado-cronista, la rique za de la bienrehquias. Asi
resguardada
cons titui do un impe dime nto, exce pto quizá, stas hubi eran capilla de Pharos:
para darles pu-
blicidad.
Un cron ista del siglo XII, Guillaume de Tyr, ... si riche et si nobl e qu 'il n 'y avait pas un gond
las notic ias vagas que al resp ecto se tení an en punt ualiz a ou une bride -obj ets généralement en fer- ~e por~e
Euro qui ne fut
rrar la visita de Ama ury I, rey fran co de Jeru salen pa, al na- tout en arge nt, ni colo nne qui ne füt de jaspe
ou de por-
dor de Bizancio Manuel I Com eno, en 1171 : , al empera- phyr ou de quel que méta l riche et précieux. 15

... ordo nna d'ex pose r les reliques des saints, En cuan to a las reliquias guardadas, que los
cruz
les
nages les plus préc ieux de la Passion de notr témoig- dieron adm irar y venerar dura nte las breves sema ados pu-
e nas de amis-
Jésu-Christ, c'est a dire la Croix, les clous, Seigneur tad, de Clari las enum era así:
l'éoinge, le rous eau, la cour onne d'ép ines , le la lance,
sind on et . . .deu x morceaux de la Vrai Croix aussi gros
les sandales ... 1 4
jamb e d 'un hom me. . . le fer de la lance avec que la
on avait percé le flanc de Notre-Seigneur, lequel
Manuel I, ante la ame naza cons tante del Impe deux ?es
del Islam, estab a inter esad o en conservar rio Turc o y clous qu'o n avait enfoncés a travers ses pieds et
la amis tad con ses mams,
el recié n fund ado reino cristiano de Jeru salen la tuniq ue qu'il port ait et qu'o n luo ata quan
,
de congraciarse con Ama ury 1, le habr ía mos y en su afán cond uisit au Mon t du Calvaire, et ... la cour d o~ !e
onne
soros más secr etos , no sólo al mon arca , sino
trado sus te- qui était faite de rose aux avec des épines aussi heme
a su comiti- aigües
que poin tes de poignards. 16
13 Vario s autor es, Enciclopedia de
la Relig
Jover, Barce lona, 1953 , Tom o 1, p. 486, Verb ión Católica, Dalmau y
um-Altar.
14 Wilaon l., Le Suaire de Turin,
Editi ona Albín Michel, Paris, 1978 ,
p. 209. 1s Jbidem., p. 200.
16 Jbidem., p. 199.
134
135
Pero el nuevo emperador, Alexis IV, no pudo satisfacer las ña población de Lirey en Francia, hubiera ya otras once piezas
exigencias desmedidas de los cruzados y Constantinop la fue semejantes que recibían veneración en ese país. Entre ellas,
de nuevo sitiada y esta vez, implacableme nte saqueada, en una traída de Antioquía por soldados cruzados, conservada
el mes de abril de 1204. Palacios, iglesias y residencias fueron hasta la fecha en Toulouse, que no tiene imagen, pero que
despojados de todo material precioso, y casi todas la reliquias cuenta con inscripciones cúficas en su orla -hoy descifradas-
también fueron robadas. Entre ellas, se mencionan una carta que expresan invocaciones islámicas.
autógrafa de Cristo, conocida y comentada por Eusebio de Sirva la narración de los anteriores episodios, simplemente
Cesarea desde el siglo IV, una túnica de la Virgen María y el para mostrar que el culto medieval a las reliquias, no se limitó a
misterioso Mandylion, supuesto retrato milagroso de Cristo, la veneración de los despojos mortales de los mártires y san-
que desapareciero n para siempre. 17 tos, como lo hizo en sus inicios de las catacumbas, sino que
Del Mandylion, Robert de Clari dice: rápidamente se amplió a todo objeto material asociado en
alguna forma con los personajes venerados. Durante las Cru-
. . .aucun Grec ni aucun Fran~ais n 'a su ce qu 'il était zadas, la sencilla religiosidad ingenua de los soldados, se dejó
devenu ... sorprender, demasiado a menudo, por la poco escrupulosa
capacidad comercial de los orientales y quizá también, fue
Autores contemporán eos relacionan esta enigmática reli- excitada por el brillante coleccionismo imperial bizantino de
quia con la popular leyenda de la Verónica (vera - El.Kw =ver- reliquias. Así es como Europa se llenó entonces de estos fa-
dadera imagen), con el cambio medieval experimentad o por bulosos objetos de veneración, por más que ocasionalmen te
la iconografía de Cristo, y con la actual Sábana Santa conser- algún dignatario eclesiástico alzara su voz contra las exagera-
vada en Turín, que sería el mismo Mandylion, robado por los ciones y abusos.
Templarios en el saqueo de Constantinop la de 1204. Pero además del culto a las reliquias, la Edad Media tuvo
Alguna de las reliquias tuvo mejor suerte. La corona de es- otras maneras de hacer recordar el pasado. Después del año
pinas se conservó en la ciudad, pero Balduino 11, emperador 1000 y en los periodos románico y gótico, las inscripciones
latino impuesto por la Cuarta Cruzada, la vendió a los vene- y esculturas conmemoran do hazañas y personajes se dan con
cianos en 1238, y éstos a su vez, la negociaron con Luis IX, cierta frecuencia. Se conservan, por ejemplo, varias estelas
el rey santo, que construyó en París, para recibirla, la Sainte recordando victorias del rey inglés Haroldo 11, con inscrip-
Chapelle en su propio palacio. Después de la Revolución Fran- ciones tales como Hic fuit víctor Haraldus. Es muy conocida
cesa, la reliquia pasó a formar parte del tesoro de la catedral también la extraordinari a pieza llamada Tapicería de Bayeu.x,
de Notre Dame, donde aún se conserva. 18 que conmemora la batalla de Hastings, con la muerte de
Es de llamar la atención que en 1357, cuando se expuso por Haroldo 11 (1022-1066) y la victoria del Duque de Norman-
primera vez al público la Sábana -hoy en Turín- en la peque- día, Guillermo el Conquistador (1035-1087), convertido así
en rey de Inglaterra. Se conocen también, la estatua de Virgi-
l 7 Todo el libro c,itado de Jan Wilson eatá dedicado a reconstruir la lio en Mantua (s. XII), la de Otón len Magdeburgo (1245) y
historia del Sudario de Turín. Establece con buenos fundamentos do- la de Cangrande en Verana (1330).
cumentales una amplia hipótesis sobre la tradición de la Verónica ori- Al final de la Edad Media, se da un cambio notable en el
ginada en el teatro popular religioso¡ la evolución de la iconograffa de
Cristo, que durante la Edad Media cambia de las características clásicas carácter de los monumentos funerarios. Hasta el siglo XIV,
de joven imberbe, a la imagen del filósofo oriental con pelo y barba cre- lo típico había sido representar al personaje muerto sobre
cido&; la toma de Conatantinopla en 1204 con la pérdida del Mandylion¡ su tumba, pero al aproximarse el Renacimiento , surge la mo-
el proceso a la Orden de loa Templarios y la aparición de la Sábana San- dalidad de representarlos como vivos, recostados sobre un
ta en manoa de los único& descendiente& del Maestro de la Orden en sarcófago, simulando dormir, pero sin ningún símbolo de
Normandía, Geoffroi ele Charnay, muerto en el cadalso junto al Gran
Maestre Jacques de Molay, el 19 de marzo de 1314. muerte. El primer caso conocido, comentado por Panofsky
111 Varios autores, Enciclopedia de la Religión Católica, Dalmau y -autor que ha estudiado a fondo la escultura funeraria rena-
Jover, Barcelona, 1953, Tomo 11, p. 1143, Verbum-Corona y Corona- centista- es el monumento de llaria del Carretto, en la cate-
ci6n de Espinas. dral de Lucca, esculpido porJacopo della Quercia (1374-1438).
136
137
Este cambio, más que final de los criterios medievales debe y después en el resto de Europa. Para el maestro de J onnecourt,
considerarse como inicio de lo que el Renacimiento to~aría todavía lo pagano y lo islámico se confundían globalmente en
c?mo camino. propio. Esta modalidad, de hecho protorrena- lo no-cristiano. Un siglo después de él, la confusión ya no se
cien~e, anuncia ya los mom~mentos funerarios con personajes daba, y el rechazo instintivo a lo no-cristiano, iniciaba su trans-
de pie o sentados, aun de dignatarios eclesiásticos sin ningún formación en fascinación apasionada por el clasicismo greco-
sím~olo religiosc:> o de mue~, o a menudo rode~dos de per- latino.
sonajes secundarios, de angehllos y de guirnaldas. Si en la mente de Petrarca (1304-137 4) o de Boccaccio
. La escultura funeraria genuinamente gótica, culminó más (1313-1375), los inicios del humanismo revestían la forma de
bien con la etapa horrorizante, previa y en parte contempo- intención para liberar los textos clásicos de interpolaciones,
ránea a la reacción protorrenacentista . En ella, el personaje era falsificaciones y errores, pronto el movimiento abandonó sus
representado en descomposición o descarnado. En la tumba límites exclusivamente literarios para buscar decididamente las
de 1',rancisco de Sarra, fallecido en 1360 su cadáver esculpi- fuentes humanas del conocimiento, en todos los órdenes, en
do, tiene cuatro sapos devorando su rostro y largos gusanos lo cual, la Antigüedad, había sido modelo, y esto era una for.
que penetran en sus miembros; la sepultura de Luis XII y ma muy elevada de recordar el pasado.
Ana de Bretaña, en Saint Denis, muestra los cadáveres desnu-
dos con las incisiones y las suturas de los embalsamadores· el
cuerpo del canónigo Parkhouse de Exeter, está esculpido 'en El humanismo renacentista: gloria humana y obra de arte
su sepulcro, con la piel restirada sobre un esqueleto casi total-
mente descarnado. 19 La búsqueda y la veneración por los monumentos antiguos,
El cambio sobrevendría al propagarse el movimiento huma- tanto por su interés histórico como por su valor estético son
nista gra~ admirador de los monumentos de la Antigüedad. características esenciales del movimiento humanista. En él, el
Aunque esta, a decir verdad, nunca había sido totalmente concepto de gloria humana es el camino de aproximación.
olvidada, y si bien no se le tomaba como modelo óptimo de No es pues sin razón que esta sea una de las ideas centrales
tien:ipo atrás era considerada como antecedente pagano.' En desarrolladas por Jakob Burckhardt en su libro Civilización y
el siglo XIII, el maestro constructor Villar de Honnecourt en Renacimiento en Italia (1867), donde afirma:
su Album, tiene dos ilustraciones que representan tum'bas
helenísticas, donde los personajes, desnudos y cubriendo sus En la Edad Media, las ciudades habían estado orgullosas
hombros con clámide, son vivos, de pie o sentados en vez de de contar con santos y de poseer sus cuerpos y reliquias
t~n~id?s y muertos. Villard los incluyó quizá p~r razones en las iglesias. Por ahí empieza el panegirista de Padua,
didacticas, pero en el primero de ellos advierte que es de origen Miguel Savonarola su enumeración de 1450; pero ense-
pagano (sarraceno), diciendo: guida pasa a los hombres célebres que no habían sido
santos, pero que por la distinción de su espíritu y el bri-
De tel maniere fu li sepouture d 'un sarrazin que io vi llo de su talento, merecían ser equiparados a los santos;
une fois. 20 es de esta manera que en la Antigüedad el hombre céle-
bre confina con el semi-dios. 2 1
La manera pagana, una vez identificada y admirada como
Antigüedad Clásica, habría de imponerse, primero en Italia Modelo de humanista italiano fue Enea Silvio Piccolomini,
que llegó al trono pontificio con el nombre de Pío II (1458-
19 .chanfón O. C., El Libro de Villard de Honnecourt, Manuscrito
1464). En su Bula Cum Alman Nostram Urbem, fechada el
del ~1glo XIII, Ese. Nal. de Conservación Restauración y Museografía 4 de mayo de 1462, lanza pena de excomunión a quien des-
Mé~1co, 1978, Fo. 6r. La otra representación que puede ser una tumb~ truya edificios antiguos en Roma. Dos cosas son notables en
está en el Fo. 1 ~v. En los comentarios a los dibujos de Villard de H-
nnecourt, se analizan ambos cuas en las páginas 65 a 67.
l~ Boase, T. S. R., La Baja Edad Media, Editorial Labor S.A. Bar· 11 Burckhardt, J., Civilisation de la Renaiasance en Italie, Le Livre
celoua, 1968, pp. 220·221. ' de Poche, París, 1966, Tome 1, p. 220.

138 139
el documento , la admiración al talento creador de los ante- Y los lugares piadosos y religiosos en los cuales se guar-
pasados y el resabio medieval al aplicar el nombre de reliquia dan muchas reliquias de santos, se mantengan y preserven
a los vestigios o ruinas de construccio nes antiguas. Este último como admirables edificios, sino también las construccio -
punto, en nuestra opinión, justifica que el culto medieval a nes antiguas de otras épocas, se guarden para la posteridad
las reliquias, es una modalidad del interés en los monument os. como "reliquias" , y aporten a la Urbe ornamento y máxi-
La Bula de Pío 11 dice: mo decoro, y se constituya n en "recuerdo" (moniment a)
de las virtudes de los antiguos e incentivo para alabarlos:
Cum almam nostram Urbem in sua dignitate et splendore y también, lo que más hay que considerar para evaluar
conservare cupiamus, potissime ad eam curam vigilem correctame nte los mismos edificios y ruinas, a saber la
adhibere debemus, ut non solum basilicae et ecclesiae fragilidad de las obras humanas, que de ninguna man~ra
eiusdem Urbis et pia ac religiosa loca, in quibus plurimae puede confiarse en ellas, puesto que esos edificios, rea-
sanctorum reliquiae resident, in eorum miris aedificiis lizados por nuestros mayores con máximo esfuerzo y
manutenea ntur et praeserven tur, verum etiam antiqua potencia, seguros de que desafiarían la inmortalida d, se
et prisca aedificia et illorum reliquias ad posteros ma- han visto disminuido s y arruinados por la vejez y otros
neant, cum eadem aedificia ornamentu m et decorem siniestros.
maximum afferat dictae Urbi, et monimenta veterum
virtutum et incitament a ad illorum laudes exquendas Este es sin duda, uno de los primeros documento s impor-
existant: et quod etiam magis consideran dum est, ex tantes en que el interés por los monument os, considerad os
ipsis aedificiis ac aedificioru m reliquiis rectius intueri como documento s de épocas pasadas, genera la responsabil idad
licet rerum humanarum fragilitatem , et quo nullo modo de protegerlos para oponerse a los deterioros causados por la
in illis sit confidendu m, cum eadem aedificia, que maio- acción del tiempo y de la intervenció n humana.
res nostri cum eorum ingenti potentia et sumptibus De este período, en territorio ibérico, existen dos definicio-
maximis cum immortalit ate certatura arbitrarent ur, nes de monument o que revelan raigambre medieval en el sig-
vetustate et aliis sinistris casibus diminuta et collapsa nificado de sepultura, p~ro con la conotación de recuerdo, que
etiam esse cernantur. 22 aparece en la Bula de P10 11.
Esa5 definicione s se encuentran en dos importante s trabajos
En este párrafo de la Bula se aclara que el objetivo es con- lexicográficos publicados en España, el Vocabulario de Palen-
servar la dignidad y el esplendor de Roma, pero no sólo por cia y el Diccionario de Nebrija. El primero lleva el título de
las reliquias de santos que se guardan en las iglesias, sino que Universal Vocabulario en Lat(n y en Romance Collegido por
el interés se amplía a los edificios de otra época, aunque estén el cronista Alfonso de Palencia ( 1490). En él dice:
en ruinas. Al referirse a ellos, los llama también reliquias para
la posteridad -hoy simplemen te diríamos monumen tos-, pero "Monimen to" - Monimento se dize el fabricado a causa
después emplea el término del latín medieval monimenta del muerto y tod6 lo que se faze por memoria de alguna
como sinónimo de recuerdo. La traducción completa de l~ cosa como templos y loias y escripturas y versos y aunque
parte citada es: el monimento se faga a causa del muerto no significa ser
ende sepelido. 23
Deseando conservar nuestra alma Urbe en dignidad y
esplendor, dehemos aplicarle con esmero un cuidado vi- El segundo es el Lexicon, hoc est Dictionarium ex Sermone
gilante para que, no sólo las basílicas e iglesias de Roma, Latino in Hispaniensem, Interprete Aelio Antonio Nebrissensi
(1492). Sus definicione s, muy brevE:s dicen:
22 Pius PP 11, Pontifex Excommunic ationem in Destruentes Aedifi-
cia Antiqua Urbis Promulgat, et Mandat Conservatoribus Camerae Ur-
bis, ut Tales Inventos Mulctis Pecuniartis etc. Puniant, CCCLXIX-Pius 23 Palencia, A. de, Universal Vocabulario en Latin y en Romance
pp. 11, Anno Christi 1462, Reg. Tom. XIX, Fol. 122. R.A.E., Madrid, 1957, fo. 287r. '

140 141
"Monumentum" - Por la memoria de algo haueua prima pensato; cominciai a misurare minutissi·
"Monumentum" -Por la sepultura 24 mamente con somma diligenza ciascuna parte loro:
Pero la v?l.untad expresa de aprender la lección del pasado delle quali tanto diuenni sollecito inuestigatore, non
en los vestigios de la Antigüedad, ya explícita en Petrarca vi sapendo conoscer cosa, che con ragione, ~ con bella
(1304-1374) y en Boccaccio (1313-1375) para lo literario proportione non fusse fatta, che poi non vna, ma piU e
qu~da de manifiesto un siglo después, en los tratadistas de ar~ piU volte mi son transferito in diuerse parti d 'Italia, ~
qmtectura, no solamente en el consabido tema de los Ordenes fuori per potere intieramente da quelle, quale fusse il
sino en una visión integral que es casi una obsesión. Alberti e~ tutto, comprendere, ~ in disegno ridurlo. 27 •
su De Re Aedificatoria dice lo siguiente: '
En España, Diego Sagredo, el primero en escribir un trata-
Nihil usque ~ra~ ~ntiquorum operum in quo aliqua laus do fuera de Italia, y sin la posibilidad de medir los monumen-
elusc_eret: qum ill~co e-:c eo pervestigarem si quid possem tos como los italianos, expresa el mismo apego al modelo de
perdiscere. Ergo nmari omnia considerare metiri linea- la Antigüedad. En su obra, adopta la forma platónica de diálo-
men~is pict':1rae ?olligere nusque intermittebam, 'quoad go entre dos personajes, Picardo, de oficio pintor, y Tampeso
funditus qmd qmsque attulisset ingenii, aut artis prehen- que personifica al autor y es quien instruye al amigo. En la
derem atque pernoscerem. 25 dedicatoria de su libro al Arzobispo Primado de Toledo, Don
Alfonso de Fonseca, Sagredo dice:
__ El libr~ tercero del Tratado de Serlio, lleva la misma inten-
cion; su titulo completo es: JI Terzo Libro Di Sebastián Serlio Ya no hay ninguno tan osado que quiera escribir en Filo-
B_<?loglt;es~ n~l qua/e sono descritti la maggior parte de gl'edifi- sofía sin tocar en Aristóteles; ni en Astrología sin tomar
ClJ antichi di ~oma, e molti d'Italia, e d'altrepartipiu /ontane de Ptolomeo; ni en Medicina sin hazer mencion de sus
con le loro misure. En la parte baja de la carátula, en una car~ profesores; y como yo considerase (muy ilustre señor)
tela se lee: Roma quanta fuit ipsa ruina docet 26 la mucha inclinación que U. S. tiene a edificios, y lo que
Paladio, algo más tarde, en el Proemio d i Lettori de su tra- en ellos ha hecho en Santiago y haze en Salamanca y se
tado, que tanta ":f tan larga influencia ejercería en toda Euro- espera que hará en esta su diócesis de Toledo: he sacado
pa, se expresa asi:
de las obras de los antiguos que en la sciencia de archi-
Da ~atvrale inclinatione guidato mi diedi ne i miei primi tetura largamente escribieron, este breue diálogo; en el
an1:1i .allo studio. dell:Ar?hitettura: e perche sempre fui di que se tratan las medidas que han de saber los oficiales que
op~ione che _gh Antichi Romani come in molt 'altre cose, quieren ymitar y contra hazer los edificios romanos: por
cosi. nel fa_bricar bene habbiano di gran lunga auanzato falta de las quales han cometido y cada día cometen
tutti quelh, ?he ~opo _lor? sono ~tati; mi proposi per muchos errores de disproporción y fealdad en la forma-
~aestro, e guida Vitrumo: 11 quale e solo antico scrittore ción de las basas y capiteles y pier;as que labran pa los
di quest'arte; ~ mi misi alla investigatione delle reliquie tales edificios. 28
de gli Antic~i edificij, le quali mal grado del tempo ~
d~lla crudelta d~'Barbari ne sano rimase: ~ ritrouand~le Ninguno de los tratadistas citados emplea la palabra monu-
di molto maggiore osseruatione degne, ch 'io non mi mento para designar a los edificios de la Antigüedad Entre ellos,
Sagredo deja entrever su mayor anclaje a un ambiente todavía
24
bastante medieval, al disertar en varias páginas, sobre sepulcros,
Nebrija, E. A. de, Diccionario Latino Español Puvill Editor Bar· pero tampoco los llama monumentos. 29
celona, 1979, D.i. ' '
5 ;\~be~ti! L. B., .Lfbri de re Aedificatoria Decem, Parisius insole au·
2
reo V1~1. D1u1 lacob1 1mpressum, Opera magistri Bertholdi Rembolt et 27 Palladio, A., I Quattro Libri Dell'Architettura, Apresso Dominico
Ludou1c1 Hornken, Anno domini M.D.XII., Fo. LXXXv. de Franceschi, in Venetia, 1570, p. 5.
~ Scamozzi, D., Tvite L 'Opere D 'Architettura et Prospetiua di Se- 28 Chanfón O. C., Medidas del Romano de Diego Sagredo, Ese. Nal.
bastiano Serlto Bolognese, Apresso Giscomo de F.·anceschi in Venecia de Conservación, Restauración y Museografía, México, 1977, pp. 1 ·2.
M DC XIX Terzo Libro, Fo. 49r. ' ' 29 /bidem., pp. 5-7.

142
143
Serlio por su parte, introduce un término que en los siglos Papas, cardenales y poderosos iniciaron entonces la colec-
siguientes lograría una importancia capital, y que por largo ción de antigüedades de todas clases, convirtiendo sus villas
tiempo designaría a un tipo específico de monumentos. Es el en verdaderos museos privados. Es en este período que aparece
término antigüedad. en Italia el nombre Dilettanti, para designar a aquellos que se
Es difícil describir los contenidos esenciales que en el Rena- deleitaban en las artes.
cimiento tuvo el término antigüedad. Serlio lo aplica a ruinas La actitud y el término, rápidamente transpusieron las fron-
de construccione s clásicas, pero es evidente que se aplicó a teras:
otros vestigios del pasado y que demasiado a menudo se le
confundió con obra de arte del pasado. In England the Society of Dilettanti was founded by lear-
En el área hispánica, Nebrija (1492) lo hace sinónimo de ned men in 1732: it met in London to bring together
cosa preciosa, pero más tarde, Ambrosio de Morales (1513-1591), those who had done Italy and the Grand Tour. In the
en su obra histórica !.As Antigüedades de las ciudades de Espa- preface of his lonian Antiquities, Richard Chandler wrote
ña (1575), usa el vocablo para designar los monumentos, ruinas, of the origin ofthe Dilettanti: 'Sorne Gentlemen who had
vestigios y señales del pasado greco-romano . travelled in Italy, desirous of encouraging, at home, a
Pero la curiosidad científica no puede limitarse a un sólo taste for those objects which had contributed so much to
período del pasado histórico, y el mismo Renacimiento no their entertainmen t abroad, formed themselves into a
Society under the name of the Dilettanti. ' º
3
tardó en ampliar su interés a otros objetos venidos de Oriente
o del Nuevo Mundo. Sin embargo, la convicción continuó, de
que lo realmente importante, era la búsqueda de los valores Por lo que toca al coleccionismo, el Renacimiento introdujo
estéticos, por más que la práctica revele un genuino interés, un cambio notable. A la tradicional acumulación de objetos
mucho más amplio. Así se puede palpar en el coleccionismo de valiosos, popular entre los poderosos de todos los tiempos, se
esa época. añadió la moda de coleccionar objetos de arte y curiosidades
Las nociones del Mundo Clásico sobre el hombre primitivo, exóticas, a menudo sin atención a su valor material. Las colec-
habían sido olvidadas durante la Edad Media, ante la acepta- ciones principescas reunieron entonces, junto a las obras de
ción general de la cronología sacralizada integral, aportada y arte, especímenes naturales tales como caracoles, minerales,
difundida por el Cristianismo. Los esquemas de Hesíodo y plantas y frutos. Un término del alemán, en la literatura con-
Lucrecio, fueron entonces substituidos por la historia de la temporánea, designa este tipo de colección, es lo que se deno-
creación del Universo, de la raza humana y del Diluvio univer- mina Kunstkamme r:
sal, con apego a la narración del Génesis.
Pero el Renacimiento , en los siglos XV y XVI, con su interés The German word Kunstkamme r defines a special type
en la Antigüedad Clásica, hizo renacer el gusto por la lectura of Renaissance collection; it became famous as a result of
de autores como Lucrecio, Aristóteles, Hesíodo y Herodoto, Julius von Schlosser's book Kunst und Wunderkammern
tanto como el De Bello Gallico de César, o el Agrícola y el der Spiitrenaissance. 31
Germanía de Tácito. En estas últimas obras, hay descripciones
de grupos étnicos del centro y norte de Europa como los Cel- Un factor de gran importancia en la ampliación de interés
tas, los Galos, los Germanos, los Bretones y los Godos -y una de los coleccionistas del siglo XVI, fue sin duda el descubri-
reseña del notable grupo, dentro de la sociedad Celta -los miento de nuevos territorios hasta entonces desconocidos para
Druidas, instructores, sacerdotes y jueces de su pueblo. el europeo. El impacto que causaron las noticias de un Nuevo
Renacido y difundido el conocimiento de estas descripcio- Mundo y los objetos que empezaron a llegar, despertaron una
nes antiguas, los estudiosos de Italia y los viajeros de otros gran curiosidad y el deseo de poseerlos:
países, empezaron a visitar no sólo la Península Itálica y Gre- 30 Daniel, Glyn, A Short History of Archaeology, Thames and Hud-
cia, sino también el Asia Menor y Egipto y así descubrieron, son, London, 1981, p. 15.
describieron y admiraron los vestigios del pasado, clásico o no 31 Heikamp, D., Mexico and the Medici, Editrice Edam, Florence,
clásico. 1972, p. 7.
145
144
In ·the dedication of his Historia de las Indias to Charles sido excomulgado- sea de admiración, como al contemplar las
V, published in 1552, López de Gómara wrote that 'la joyas prehispánicas. Aquí su fina sensibilidad artística, harto
mayor cosa después de la creación del mundo, sacando conocida, no sabe describir la gran emoción que siente. Pero el
la encarnación y la muerte del que lo crió, es el descubri- mismo diario nos revela un Albrecht Dürer apasionado por
miento de Indias; y así las llaman Nuevo mundo'. This coleccionar objetos diversos y raros, como cornamentas de ani-
gives a vivid idea of the impression made by the discovery males, pezuñas de alce, tortugas, pericos, pececillos desecados,
of the New World on people during de Cinquecento. It cañas de bambú, conchas, bisutería, etcétera.
was a breath-taking miracle. Thus no collection could fail El caso de este notable artista, ilustra bien la tendencia re-
to include 'pellegrini artifatti delle remotissime contrade nacentista, con dos facetas definidas. Por un lado, la admira-
e sconosciuti regni delle Indie. ' 32 ción hacia la obra de arte; por otro, la curiosidad por los obje-
tos raros, naturales o artificiales, provenientes de lejanos países.
Entre otras muchas, son famosas las colecciones de objetos Pero ni el Renacimiento ni los siglos posteriores, incluido el
del Nuevo Mundo de la familia Habsburgo en Viena y de la de la Ilustración, serían plenamente capaces de est.ablecer la
familia Medici en Florencia. Pero la curiosidad y el interés, no diferencia entre obra de arte y artefacto, en su papel común de
eran características exclusiva de los poderosos. Es célebre la documentos de la historia del pasado. La sensibilidad artística
opinión de Albrecht Dürer, expresada en su diario de viaje, renacentista y sus efectos posteriores, siempre tendieron a
sobre la primera gran remesa de objetos prehispánicos que re- confundir objetivos, buscando valor estético en cualquier tes-
corrió Europa, y que tuvo ocasión de contemplar en Bruselas, timonio del pasado y menospreciando aquello que subjetiva-
en el mes de agosto de 1520, un año antes de la caída de Te- mente se estimaba carente de belleza.
nochtitlán. Esto escribió Dürer:

También vi los objetos que del nuevo país del oro le han Frutos del Humanismo
traido al Rey: un sol de oro macizo, ancho de una braza, Descubrimiento de la Evolución Cultural
una gran luna de plata del mismo tamaño y dos salas lle-
nas de armaduras, de toda clase de armas, de arreos, de El coleccionismo y el diletantismo, finalmente desemboca-
instrumentos de tiro, de indumentarias extraordinarias y ron en la atención sistemática a todo lo que un vestigio pudiera
raras, de ajuares de alcoba y de toda clase de objetos para revelar sobre la historia del pasado, sin discriminación para
diversos usos. Estas cosas son más bellas que una maravi- valores no estéticos. Tocaría a la arqueología, en su nivel cien-
lla. Son tan preciosas, que han sido valuadas en 100 000 tífico, resolver el problema.
florines, y por mi vida que no he visto nada que me haya La raíz profunda de esta ciencia, puede situarse en el interés
regocijado más el corazón, que estos objetos. Porque vi inicial por descubrir los valores de la Antigüedad Clásica, pro-
ahí cosas tan extraordinarias y artísticas que me maravi- pio del humanismo renacentista. Una visión mucho más amplia
llé del sutil ingenio de hombres de países lejanos, y no llegó gracias a la curiosidad que despertó el descubrimiento
sabría describir el sentimiento que experimenté. 33 del Nuevo Mundo, que simultáneamente se fue interesando en
el Cercano Oriente y en el pasado de la misma Europa, fuera
El diario de Dürer está dedicado a llevar la cuenta de sus de los límites culturales del pasado clásico.
gastos y no a describir sus impresiones de viaje. Sin embargo, Durante el XVII, siglo de los inicios de la arqueología, los
en algunas páginas, como la citada arriba, expresa sus emocio- estudiosos tuvieron que enfrentar el problema de la antigüedad
nes fuertes, sea de indignación -como al saber que Lutero ha del hombre sobre la tierra, con las dos consecuencias prácti-
cas que estaban ligadas al interés por las antigüedades, a saber,
3lIbidem. la cronología en la que pudieran explicarse los instrumentos
33Goris et Marlier, 1520-1521 Le Journal de Vouage D'Albert Dü- neolíticos y la cronología del universo mismo.
rer Dans les Anciens Pays-Bas, La Connaiaaance S.A., Bruxelle1, 1970, Para el período posterior al Renacimiento, los científicos
p. 65. contaban con cuatro fuentes de información:
146 147
¡. La tradición oral con sus mitos y leyendas seventy days, and sixtemporarie howers. Man was created
2. Los escritores clásicos griegos y romanos on the sixth day, a Friday, and October the 28th. 35
3. El Pentateuco, formado por los cinco primeros libros
de la Biblia Por lo que toca a la identificación de los instrumentos líti-
4. Las antigüedades, o huellas físicas del pasado. cos como artefactos, mucho se hubiera ahorrado la ciencia
occidental si hubiera analizado con cuidado las crónicas que
Con base en la Biblia, Eusebio de Cesarea (260-340), había desde los inicios del siglo XVI emanaron de los descubrimien-
intentado ya una cronología general que estimaba en 2242 años tos hispano-portugueses; todavía a mediados del siglo XVII,
el tiempo transcurrido desde Adán hasta el Diluvio y 942 desde proliferaban las opiniones que con jerga pseudo-científica tn-
el Diluvio hasta Abraham. San Jerónimo (341-420), tradujo la taban de explicarlos. Estos casos ingleses, pueden ser un ejem-
obra de Eusebio al latín e hizo correcciones a la datación. Esto plo de lo que se pensaba hacia 1650:
era lo único intentado hasta el Renacimiento.
Ulysses Aldrovandi:
En el siglo XVI Martín Lutero (1483-1546) había fijado en
Stone tools are . . . due to an admixture of certain ex-
4000 años a.c. la creación del mundo. El astrónomo Kepler
halation of thunder and lightning with metallic matter,
(1571-1630), encontró un error en los cálculos anteriores y
chiefly in dark clouds, which is coagulated by the cir-
corrigió la fecha, dejándola en 4004 años.
cumfused moisture and conglutinated into a mass (like
Con esta base científica, dos obispos ingleses, haciendo gala
flour with water) and subsequently indurated by heat,
de precisión publicaron opiniones que han llegado a ser céle-
bres. En 1642 John Lightfoot publicó un libro titulado A Few like a brick.
and New Observations on the Book of Genesis the most of Tollius:
Chipped flints are ... generated in the sky by a fulgu-
them certain, the rest probable, ali harmless, strange and rarely
rous exhalation conglobed by the circumposed humor. 36
heard of befare. Este obispo asegura ahí:
Fue hasta finales del siglo XVII, que Eward Lhwyd, el 17
de diciembre de 1699, escribió en una carta:
Our Bodies, Heaven and Earth, Centre and circumferen-
ce were created together in the same instant, and clouths 1 doubt not but you have often seen these Arrow-heads
full of water, not such as we can see made by evaporation they ascribe to elfs or fairies: they are just the same chip'd
but such as are called the Windowes or Cataracts of flints the natives of New England head their arrows with
Heaven ... Man was created by the Trinity about the third at this day: and there are also severa! stone hatchets found
houre of the day, or nine of the clocke in the morning on in this kingdom, not unlike those of the Americans ...
23 October 4004 BC. 34 they were not invented for charms, but were once used
in shooting here, as they are still in America. The most
Más famosa aún es la opinión del arzobispo Ussher, que en curious, as well as the vulgar throughout this country,
1658 publicó su obra titulada The Annals of the World Dedu- are satisfied they often drop out of the air, being shot by
ced from the Origins of Time and continued to the beginning fairies and relate many instances of it, but for my par 1
of the Emperor Vespasian 's Reign, and the total Destruction must crave leave to suspend my faith until 1 see one of
and Abolition of the Temple and Commonwealth of theJews. them descend. 37
Ahí dice lo siguiente:
Difícil fue para Europa superar el concepto estático de cul-
1 incline to this opinion that from the evening ushering in tura sustentado tradicionalmente, pero muy lentamente se
the first day of the world, to that midnight which began
that first day of the Christian era, there were 4003 years,
35 Ibidem.
36 Ibídem., p. 35.
34 Daniel, Glyn, op. cit., p. 34. 37 Ibidem., p. 36.

148 149
tuvo que rendir ante la evidencia, en que el Nuevo Mundo era "Memoriales, o libro de las cosas de Nueva España y de
un punto de comparación que estaba a la mano y tenía prue- los naturales de ella"(l535-1543),de fray Toribio de Be-
bas que por largo tiempo no habían sido examinadas con una navente (1482-1569), el famosoMotolin(a, evangelizador
mentalidad suficientemente científica. Ya en 1660, John del grupo de los primeros doce franciscanos:
Aubrey había escrito en suMonumentaBritannica, que lamen- Primera Parte, Capítulo 60, p. 243
tablemente permaneció inédita hasta 1980: Segunda Parte, Capítulo 13, p. 347 41
"Relación de las cosas de Yucatán" (c.1560), de fray Diego
Let us imagine then what kind of countrie this was in the de Landa (1524-1579), evangelizador franciscano y obispo:
time of the Ancient Britons ... a shady dismal wood and Capítulo XXIX, pp. 51-52 42
the inhabitants almost as savage as the Beasts whose skins "Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra
were their only rayment . . . They were two or three Firml!'(c. 1570), de fray Diego Durán (1537-1588), pre-
degrees I suppose less sa.vage than the Americans. . .38 dicador dominico:
Tomo I, Capítulo III, p. 32
En contraste con las opiniones anteriores, otra actitud se Tomo I, Capítulo IX, p. 260 43
palpa en las numerosas crónicas e historias ibéricas y novohis- "Historia eclesiástica indiana (c. 1595), de fray Jerónimo
panas, escritas desde los inicios del siglo XVI. Aún sin tener de Mendieta (1534-1604), predicador franciscano:
que acudir a las dos fuentes más universalmente aceptadas, a Libro IV, Capítulo XIII, pp. 406-410) 44
saber, la gran obra antropológica de Sahagún -quien llega a "Historia natural y moral de las Indias (1590), de Joseph
desc:-.ribir el proceso de fabricación de instrumentos líticos- y de Acosta (1540-1600), historiador jesuita:
la de apasionada defensa de Las Casas, los demás autores apenas Capítulo 14, pp. 297-298
si dejan dudas sobre las armas e instrumentos del Nuevo Mundo. Capítulo 26, p. 314 45
Sin ánimo de presentar un análisis exhaustivo, sino más bien "Monarquia Indiana (1615), de fray Juan de Torquema-
dar algunos ejemplos, pueden citarse las menciones a artefac- da (1557-1624), predicador franciscano:
tos no metálicos en: Libro XVII, Capítulo I, p. 210 46

"Décadas del Nuevo Mundo" de Pedro Mártir de Angle- De estas obras, la de Pedro Mártir de Anglería, la de Oviedo,
ría (1447-1526), canónigo de Granada y miembro del la de Acosta y la de Torquemada, fueron impresas en su épo-
Consejo de Indias: ca, pero las tres primeras vieron varias ediciones y traduccio-
nes al inglés, al alemán, al italiano y al holandés. Las demás
Libro IV de la Tercera Década, p. 318, escrita en 1514
Libro IV de la Quinta Década, p. 479, escrita en 1522
Libro VI de la Sexta Década, p. 571, escrita en 1524 41 O'Gorman, E., Memoriales o Libro de las ColaB de la Nueva E1pa·

Libro I.de la Séptima Década, p. 550, escrita en 152439 ña y de los Naturales de ella, Fray Toribio de Benavente o Motolina'a,
UNAM, México, 1971.
4l Garibay K. A.M., Relación de las Cosas de Yucatán por el P. Fray
"Sumario de la Natural Historia de Indias" (1526), de Diego de Landa, Editorial Porrúa S.A., México, 1966.
Gonzálo Femández de Oviedo (1478-1557), conquista- 43 Gariblly K. A. M., Hútoria de loa Indiaa de Nueva E1paña e I1laa
dor y escritor: de la Tierra Fierme escrita por Fray Diego Durán Dominico en el aiglo
Capítulo X. pp. 117-118 40 XVI, Editorial Porrúa S.A., México, 1967, 2 Tomos.
44 García l. J ., Historia Eclesiástica Indiana. Obra escrita por Fray
Gerónimo de Mendieta de la Orden de San Francisco, Antigua Libre-
31 lbidem., pp. 28-29. ría, Portal de Agustinos No. 3. México, M.DCCC.LXX.
39 O'Gorman, E., Décadcu del Nuevo Mundo, por Pedro Mártir de 45 O'Gorman, E., Hiltoria Natural y Moral de las Indiaa compuesta
Angkria Primer Cronúta de lndiaa, Joaá Porrúa e Hijos, Suca., México, por el P. Joseph de Acosta, Religioso de la Compaña'a de Je1u1, Fondo
MCMLXIV, 2 Tomoa. de Cultura Económica, México, 1962.
40 Miranda, J., Sumario de la Natural Hútoria de Inditu Gonzalo 41 León Portilla, M., Monarqui'a Indiana. Fray Juan de Torquemada,
Fernández de Oviedo, Fondo de Cultura Económica, México, 1979. Editorial Porrúa S.A., México, 1969, 3 Tomo1.
150 151
obras citadas fueron editadas hasta el siglo XIX o posterior- anticuarios -hoy les llamaríamos arqueólogos- y también de
mente. sus predecesores, a la vez que revela los criterios no superados
No fue pues la falta de difusión de los escritos españoles lo sobre valores estéticos excluyentes de otros aspectos significa-
que retrasó la comprensión de los artefactos e instrm.nentos tivos para el conocimiento histórico.
líticos a través del ejemplo suministrado por el Nuevo Mundo, A reserva de volver sobre el tema al tratar la Restauración
sino más bien los prejuicios propalados por la Leyenda Negra, baste aquí anotar, el reflejo de una mentalidad como la d~
que colocó una venda sobre los ojos de los investigadores desde Walpole, en la protección de los bienes culturales, que enton-
el siglo XVI. Por desgracia, nunca fue reconocido el valor cien- ces queda restringida a prolongar la posibilidad de contempla-
tífico, humanístico y proto-antropológico -a escala del mo- ción para la obra de arte.
mento- de las crónicas emanadas de españoles, criollos, mes- A pesar de todo, el interés por todo vestigio antiguo, duran-
tizos e indígenas de América. te el siglo XVIII, no era disimulable, sino que en forma cre-
Pero había otros duros escollos en el camino. El estudio de ciente buscaba cada vez más experiencias. Las ruinas de Pom-
las antigüedades, que por excepción John Aubre~ (16.26-1697) peya y Herculanum, aunque descubiertas en el siglo XVI al
había llamado Monumenta, en su obra, no podrian hbrarse de excavar para hacer un conducto de agua, fueron olvidadas; pero
los criterios renacentistas sobre valor estético. Por fortuna, en 17 48, un campesino que trataba de hacer un pozo, las re-
aunque el camino teórico permanecía cerrado a otros criterios, descubrió. El hecho causó sensación, en un ambiente ávido de
en la práctica, la mentalidad dio numerosos ejemplos de mayor vestigios históricos. El rey de Nápoles, futuro Carlos III de
apertura científica, por más que las protestas se escucharan España, patrocinó las exploraciones, que de inmediato se vol-
de vez en cuando. vieron centro de interés para visitantes. El estilo pompeyano
La segunda mitad del siglo XVII, vió las primeras publica- pronto se convirtió en la primera fase de un retorno artístico
ciones especializadas en antigüedades. En Francia apareció el a las normas de lo clásico en toda Europa.
Journal des Scavants en 1665;en la Academia Alemana la Mis- Proliferaron entonces las tiendas de antigüedades donde los
cellanea Curiosa inició sus números en 1670; la Sociedad Lon- turistas podían, de vez en cuando, adquirir una buena pieza
dinense de Anticuarios, emprendió en 1770 la publicación por unas cuantas monedas, pero más a menudo resultaba que
periódica de Archaeologia. habían adquirido una falsificación burda por un precio fa-
Fue con relación a esta última -la más tardía de las tres- buloso.
que, como crítica a su segundo volumen,, J:Iorace Walpole Así, las piezas antiguas generaron un gran comercio, lleno
(1717-1797), Conde de Oxford y erudito critico, educado en de triquiñuelas y abusos, como había sucedido en torno a las
Eaton y Cambridge, escribió: reliquias durante la Edad Media.
Pero las experiencias proto-arqueológicas -por llamarles de
Merey on us ... what a cartload of bricks and rubbish alguna manera- de los siglos XVII y XVIII, y la popularidad
and Roma'n ruins they have piled together ... The anti- de las antigüedades, representan facetas de un fenómeno
quaries will be as ridiculous as they used to be; and since mucho más completo, que culminó hacia mediados del siglo
it is impossible to infuse taste in them, they will be as dry XVIII y que fue el alcanzar la certeza de la evolución cultural
and dull as their predecessors. One may revive what pe- de la humanidad. Ya hablamos de ello al referirnos al tercer
rished 1 but it will perish again, if more life is not breathed satisfactor, en el capítulo dedicado a la Historia.
into it that it enjoyed originally ... I have no curiosity to Basta examinar obras como Considérations sur les Causes
know howkward and clumsy men have bee in the dawn de la Grandeur des Romains (Amsterdam 1734) de Montes-
of arts or in their decay. 47 quieu; Essai sur les Moeurs et l'Esprit des Nations (Bale 17 54)
de Voltaire; Discours sur l'Origine et les Fondements de l'lnéga-
En esta fatua opinión del erudito Conde de Oxford, se en- lite parmi les Hommes (Amsterdam 1755) de Rousseau;.Pre-
cierra una prueba que acredita la visión más científica de los mier Discours pour l'Ouverture et la Cl6ture Sorbonniques
(Paris 1750) y Deuxieme Discours (Paris 1758) de Turgot;
47 Daniel, Glyn, op. cit., pp. 46·4 7. Esquisse d'un Tableau Historique des Progres de l'Esprit Hu-
153
152
main (Paris 1795) de Condorce t; para darse plena cuenta del la Academia, llamado de Autoridades. En la parte publicada
cambio operado. en 1732, en Madrid, dice:
En nuestra opinión -salvo por el conjunto de crónicas his-
pánicas, en las que había existido un intento claro de explicar Monume nto - Obra pública y patente que nos recuerda
las culturas indígenas americanas en un contexto universal a la y avisa de alguna acción heroica, u otra cosa singular de
escala intelectu al del humanism o renacent ista- la abundant e los tiempos pasados, como estatuas, inscripciones o se-
literatura de descubrim ientos y viajes del resto de los países pulcros. Por extensión se llaman las piezas o especies de
europeos , había considera do a pueblos y culturas no europeas historia que nos han quedado de los antiguos acerca de los
como fenómen os estáticos marginales e inferiores. El siglo sucesos pasados. so
XVIII, en cambio, adopta un nuevo criterio, histórico -cultural,
donde las premisas comprob ables estaban definitiva mente an- El académic o contemp oráneo Martín Alonso, en su Enci-
cladas a las experiencias de viajes y descubrim ientos y sobre clopedia del Idioma asegura que el signüicad o de sepulcro,
esas bases se intentaba una visión universal de fenómen os in- para el término monume nto se mantiene vigente desde el siglo
ternos y externos , propios y extranjer os, en búsqueda del pro- XII hasta el XIX. Tras autores medievales, cita a partir del Re-
ceso concaten ado de causas y efectos en la historia de la nacimien to a Antonio de Nebrija (1492), a Cristóbal de las
humanid ad hasta el presente. Casas (1583), a Richard Percivale (1599), a Francisco del Rosal
La creencia en una edad de oro inicial, con muchos siglos (1601), a Cesar Oudin (1607), a S~bastián de Covarrubias H~­
en la tradición , fue abandona da; nuevos concepto s aparecie- rozco (1611), a Lorenzo Franciosini (1620), a Francisco Sob~1-
ron, como el de noble salvaje para explicar los inicios de la no (1705), a John Stevens (1706), y a Valeriana RequeJo
cultura, o como la cabaña primitiva para dilucidar el origen de (1717). Todos estos autores para la acepción de sepulcro.
las formas del templo griego. Pero luego añade un importan te testimoni o que refleja los
La evolución de ideas se palpa también en las definiciones efectos del movimie nto ilustrado , en la definició n de Leandro
aportadas por los diccionarios. La obra políglota de Roland Femánde z de Moratín en 1790:
Virloys, titulada Dictonnaire d'Architecture, editada en París
el año de 1771, tiene en la sección de latín-fran cés, las siguien- Monume nto - Objeto o documen to de utilidad para la
tes traduccio nes: historia o para la averiguación de cualquier hecho. Obra
científica , artística o literaria que se hace memorab le por
Monume ntum - Monume nt, tombeau su mérito excepcio nal. 51
Monume nta - Vestiges 48
La misma ambivalencia que en la Edad Media se dio para mo-
En 1734, apareció en Inglaterra el The Builder's Dictionary numento- reliquia, se qipta ahora para el binomio monumen to-
or Gentleman 's and Architec t's Companion, atribuido a Joseph antigüeda d. Martín Alonso opina que este signüicado de anti-
Moxon, impreso en Londres. Se expresa de la siguiente manera: güedad aparece en el siglo XVI y se prolonga hasta el XIX.
Como autores que utilizan la acepción , el autor nombra a Anto-
Monume nt- A Building destin 'd to preserve the Memory, nio de Nebrija (1492), a Cristóbal de las Casas (1570), a Alonso
~ of the Person who rais'd it, or for whom it was rais'd. de Malina (1571) a Cesar Oudin (1607), a Sebastián de Cova-
Such is a Triunpha l Arch, a Mausoleum, a Pyramid, ~ .4J rrubias Horozco (1611), a John Minshev (1617), a Lorenzo
Franciosi ni (1620), a Baltazar Henrique z (1679), a Fran-
En España, por la misma época, apareció el Diccionario de cisco Sobrino (1705) y desde luego a Leandro Femánde z

48 Le Virloys, R., Dictionnaire D'Architec ture, Libraire1 Auociés, so Varios autores, Diccionario de la Lengua Castellana dicho de Au-
Pari!, M DCC LXXI, T. Trisi~me, p. 40. toridadea, Gredas, Madrid, 1969, Tomo Tercero, p. 603, Verbum-Mo·
49 Moxon,Jo seph(?)Th e Builder's Dictionary, A. P. T., Wuhingto n,
numento.
MCMLXXXI, 2 Volúmenes. s1 Alonso, M., op. cit., Tomo 11, p. 2888.

154 155
52
de Moratín (1790), en Obras Póstumas, Tomo I, p. 329. ser circumloquio, por no existir un vocablo particular equiva-
El Alonso de Molina (1514-1585), citado por Martín Alonso, lente en náhuatl.
no es otro que el fraile franciscano que llegó a Nueva España El caso es hipotético, pues ya ha sido comentada la con-
siendo muy niño y aprendió el náhuatl con la rapidez y per- ciencia histórica de los pueblos indígenas, como algo que no
fección con que suelen hacerlo los infantes. Aún antes de en- puede negarse. He aquí los términos que componen la expre-
trar en la Orden de los F'railes Menores, ya ayudaba a los evan- sión utilizada por fray Alonso de Molina:
gelizadores como intérprete, y seguramente por esta razón
concibió la idea de escribir el primer Vocabulario en lengua Yeuecaua - Cosa vieja, anciana o añeja57
castellana y mexicana, que se publicó por primera vez en 1555, Nemilizpoa - Narrar o relatar historias 58
y con doble diccionario en 1571. Nemiliztia - Adoctrinar o influir en otro 59
Fray Alonso de Molina no registra la palabra castellana mo-
numento, pero si antigüedad, razón por la cual es citado por Si bien la interpretación de Malina puede contener aspectos
Martín Alonso. En su obra bilingüe también aparecen los tér- hipotéticos, no hay lugar a duda en el valor que estudios como
minos sepulcro y reliquia, pero al parecer, sólo este último con el de fray Alonso tienen, como antecedentes sólidos y claros
la conotación de testimonio que nos interesa: del giro de pensamiento, dado por el movimiento ilustrado del
siglo XVIII.
Aunque hasta ahora el hecho no haya sido plenamente reco-
Antigüedad - Yecauh nemiliztli 53 nocido, no fue la Inglaterra decimonónica -como suele afir-
Reliquias de santo - Necauhcayotl 54 marse- la iniciadora de estudios sobre la cultura de grupos étni-
Sepulcro o sepultura - Natatactli 55 cos, tratando de comprender las creencias y costumbres que
los caracterizaban, y por ende, la creadora de la antropología.
En su Prólogo al Lector, Fray Alonso enumera las princi- Fue España y sus colonias -entre las cuales destaca Nueva
pales dificultades que tuvo que enfrentar para elaborar su dic- España- las que primero se interesaron y elaboraron numero-
cionario. La tercera que menciona es la siguiente: sos estudios sobre la estructura social, las costumbres, las creen-
cias, las tradiciones, el medio ambiente, la flora, la fauna, la
Lo tercero hace dificultad y no pequeña, tenP.r nosotros medicina, etcétera, de los territorios descubiertos.
muchas cosas que ellos no conocían, no alcanzaban, y La discusión de valores prehispánicos, la polémica sobre el
por estas no reunían, ni tienen vocablos propios y por el derecho de conquista, las consultas y aportaciones de proce-
contrario, las cosas que ellos tenían que nosotros carecía- dencia indígena, por otro lado, son características que cierta-
mos, en nuestra lengua, no se pueden bien dar a entender mente no aparecen en los estudios ingleses de los dos o tres
por vocablos preci(o)sos y particulares y por esto así, siglos que preceden al nuestro.
para entender sus vocablos, como para declarar los nues- Angel María Garibay (1892-1967), ilustre investigador de lo
tros es menester, algunas veces, largos circunloquios y indígena, hace el siguiente comentario en su obra Poesía Ná-
rodeos. 56 huatl:

Es posible que antigüedad, en el sentido de monumento, En los primeros decenios de la dominación española fue
haya tenido que resolver la tercera dificultad planteada por Olmos, llegado en 1528, el que, por mandato de su supe-
Malina, pues está compuesta de dos términos, que bien pueden rior y por disposición del presidente de la Segunda Au-
diencia, se dedicó a recoger materiales para la historia de
52 Ibidem., Tomo 1, p. 386. los pueblos vencidos. Pero fray Andrés de Olmos por el
53 Malina, A. de, Vocabulario Nahuatl-Catellano, Castellano-Nahuatl,
Ediciones Colofón S.A., México, 1966, p. 18.
54 Ibídem., p. 215. 57 Ibidem., p. 633.
55 Ibidem., p. 228.
58 Ibidem., p. 416.
SIS /bidem., p. XI.
59 Ibidem.

156 157
año de 1544 se dió en cuerpo y alma a la evangelización. sujeta al rey, con autoridad sobre virreyes, gobernadores , au-
Hubo otro franciscano que recogió el anhelo y el método. diencias y adelantados- se creó el cargo de Cronista Mayor,
Fue fray Bernardino de Sahagún. Ya en 1547 recoge en cuya misión era registrar con verdad los hechos memorables y
Tepeapulco los veinte poemas que dí en una edición hecha averiguar costumbres, hechos, ritos y antigüedades con sus
por la Universidad. Y ya por ese mismo tiempo, fray Diego causas, motivos y circunstancias , para que de lo pasado se pue-
Durán, dominico, hacía sus conocimiento s sólidos, niño da tomar ejemplo en lo f'uturo. 62
como era, en Texcoco. Más tarde se pone él mismo a re- Otro interés español encomiable, es el relativo a las lenguas
dactar una de las más emocionantes y bellas historias de indígenas. Los misioneros se dedicaron a su estudio, que más
la antigüedad prehispánica. 60 tarde consideraron obligatorio, proliferando así las gramáticas,
los diccionarios y los documentos en lenguas nativas. La legis-
El mismo Garibay, en el prólogo a la edición que preparó, lación se ocupó ampliamente de este tema, ordenando la crea-
de la obra de Sahagún dice: ción, en las universidades de Lima y México, de las cátedras de
lenguas locales. 63
Como obra etnográfica, como obra histórica, como arse- La esclavitud, la encomienda, el repartimiento y en general,
nal lingüístico, como monumento literario, no tiene nada la justificación del dominio español sobre el Nuevo Mundo,
igual, ya no diré la nación mexicana del presente: el con- dieron bases a la discusión sobre el origen y naturaleza del
tinente todo en su complejidad no puede hallar qué poner hombre americano. La controversia se alimentó en dos motiva-
frente al libro de Sahagún, no para igualarlo, sino siquiera ciones opuestas. Si por un lado destaca la ambición y despotis-
para competir con él. mo de soldados, encomendero s e inmigrantes, por el otro brilla
Y en las literaturas extrañas, habrá que reunir tres o cuatro el humanismo y el interés científico de la intelectualida d aca-
obras de clásicos, griegos y romanos, o cinco de clásicos démica. 64
chinos, si miramos hacia otros rumbos, para que, en su Tras la lectura de los documentos y testimonios, parece evi-
conjunto den los múltiples dones que Fr. Bernardino de dente que, tras la primera impresión de gran admiración, ex-
Sahaizún se propuso dar a la posteridad, y en efecto los presada por los conquistadore s ante el espectáculo de las cul-
dio.6Í turas prehispánicas , el interés por los testimonios del pasado
indígena, nunca desapareció en la Nueva España, a pesar de la
No es posible negar, disimular o atenuar la motivación espa- ambición de unos y las exigencias evangelizadoras de los otros.
ñola de dominio y control político-religi oso, pero a pesar de Ni el mismo Cortés, más interesado en la política y el oro,
ella, España -con técnicas que son precursoras de la antropo- escapó al sentimiento de responsabilidad ante el hecho de
logía contemporán ea- creó escuelas especiales para la nobleza borrar las huellas del pasado. Mariano Cuevas en su Historia de
indígena, donde el adoctrinamie nto y aculturación impuestas
no fueron obstáculo para realizar estudios completos sobre la
historia y la religión indígenas. Los estudiantes ahí educados, 6 2 Pinelo, León, Recopilación de Leyea de los Reynos de las Indias,
Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1973, Tomo 1, Libro Il, Título
utilizaron los documentos aún existentes y dieron sin limita- XII, Fo. 184v.
ciones su propia versión de la cultura náhuatl, haciendo la de- 6 3 Ibídem., Tomo I, Libro I, Título VI, Ley XXIV, Fo. 25r; Tomo 1,
fensa de sus tradiciones. Libro I, Título VI, Ley XXX, Fo. 26r; Tomo 1, Libro Il, Título XXII,
En la estructura administrativ a, dentro del Real Consejo de Ley XLVI, Fo. 117v; Tomo 1, Libro II, Título XXIX, Ley 1, Fo. 273v.
6 4 Encinas, D. de, Cedulario Indiano, Ediciones Cultura Hispánica,
Indias -institución destinada a controlar y vigilar las posesio- Madrid 1945 Libro Cuarto, pp. 361 a 381. El Consejo de Indw orde-
nes del Nuevo Mundo, con amplias facultades de decisión, sólo nó esta' recopllación de documentos legales que fue publicada en 1596.
Las páginas citadas, del cuarto tomo, comprenden los documentos entre
6 o Garibay K. A. M.,Poesía Nahuatl, UNAM, México, 1964, Tomo I, 1523 y 1588 relativos a la esclavitud, agrupados bajo el título: Prouisio-
p.x. nes, Cédulas, Capítulos de las Nueuas Leyes y de qartas Despachadas en
6 l Garibay K. A. M., Historia General de las Co111JB de Nue1.1a España Differentes Tiempos, para que los Indios sean Libres y no Esclauos, y
escrita por Fray Bernanlino de Sahagún Franciacano, Editorial Porrúa ponese ansi mismo la Permissión que se daua en las Conquistas, para que
S.A., México, 1969, Tomo I, p. 20. se sepa y entienda su Principio.

158 159
la Iglesia en México, refiere el hecho, citando documentos de las tada a los testimonios del pasado, en México, se caracteriza por
acusaciones contra el conquistador: un concepto de monumento-antig üedad, donde el sentimiento
de identidad es el móvil principal, que no es resultado o conse-
De más peso fue la objeción que suavemente y sin insis- cuencia directa del movimiento europeo, sino paralelo, análogo
tir les hizo el mismo Cortés, diciéndoles que deberían e independiente. Este fenómeno merece análisis más detallado.
conservar algunos templos 'para memoria', pero los frai-
les entendieron, y con razón, que aquella memoria sería
en los indios muy peligrosa. 65 La arqueología mexican

Pero aún la idea ilustrada del noble salvaje y la corrupción La independencia de origen y desarrollo de la arqueología
de los pueblos europeos, tiene su antecedente en las crónicas en México, requiere de explicación, pues de lo contrario, más
del siglo XVI. Es la idea servatis servandis, que expresa John de alguno podrá pensar que sólo se trata de una expresión de
L. Phelan en el capítulo Los Indios, Genus Angelicum, de su patrioterismo. No es cuestión de establecer aquí una compa-
libro El Reino Milenario de los Franciscanos. De ahí tomamos ración de volumen o calidad -parangón que no implicaría nin-
el siguiente párrafo en que comenta las ideas de Mendieta: guna utilidad- sino de subrayar aspectos importantes del pro-
ceso de evolución y de sus motivaciones.
Ninguna raza o generación estaba más dispuesta a salvar Es indudable que tanto el movimiento europeo como el me-
su alma y era más capaz de hacerlo qua los nativos de la xicano, en su interés por los testimonios de la historia tienen
Nueva España; esto desde luego si se establecía un régi- ' del
su origen en el humanismo renacentista; pero la ampliación
men social adecuado a su temperamento singular. Las interés más allá del mundo clásico, que se inicia en el mismo
características de los indios subrayadas por Mendieta, siglo XVI, obliga a considerar el descubrimiento del Nuevo
eran la mansedumbre, la docilidad, la simplicidad de co- Mundo -donde España y sus Colonias están directamente in-
razón, la humildad, la obediencia, la paciencia y el con- voluc~adas- más como motivación o causa, que como conse-
tentamiento con la pobreza. En una palabra, los indios cuencia o efecto.
practicaban instintivamente las virtudes que Cristo había Factor definitivo ~obre todo después del siglo XVI- es el
enseñado en su Sermón de la Montaña; pertenecían a aislamiento voluntario de España y sus dominios con relación
aquellos que habían de heredar el reino de Dios. Los in- a los países europeos. Es notable el hecho de qu~ mientras al-
dios eran seres humanos reducidos al más simple y esen- gunas obras españolas eran traducidas y utilizadas por otros
cial denominador de la humanidad. Poseían razón natural países, en cambio, ninguna obra extranjera era traducida al es-
y eran capaces de recibir la gracia; pero carecían de todas pañol. Si bien es c;ierto que -con el advenimiento de Carlos III
esas emociones y deseos superfluos que siempre han con- al trono 'de España, puede establecerse una relación más direc-
ducido a los hombres de otras razas (los europeos) a ta entre Europa y Nueva España, en el interés arqueológico, no
pecar. 66 lo es me~?s, que la literatura ilustrada sobre la barbarie y
degenerac1on de los pueblos americanos, dio características
Así pues, el movimiento que dió origen en Europa a la ar- muy individuales a la importancia de documentar en testi-
queología, profundamente enraizado en el movimiento huma- monios reales y legibles la falsedad de esas peregrinas in-
nista y ligado al interés por las antigüedades, tiene en Hispano- terpretaciones .
américa, y específicamente en Nueva España, antecedentes Pero el elemento más importante que da independencia e in-
muy importantes que le dan independencia. La atención pres- dividualidad al movimiento novohispano, es ya detectable en
el siglo XVII. Se trata del problema de identidad, que trans-
forma en necesidad psicológica la posesión de conocimientos
6 s Cuevas, M., Historia de la Iglesia en México, Editorial Patria S.A.,
México, 1946 , Tomo 1, p. 223.
sobre el pasado integral del Nuevo Mundo.
66 Phelan, J. L., El Reino Milenario de loa Franciscanos en el Nueuo Ignacio Bernal, historiador y arqueólogo, hasta ahora único
Mundo, UNAM, México, 1972, p. 90. analista de la historia de la arqueología en México, dice:

160 161
que hemos llamado tradicionalista, hubiera hecho imposible,
El 'amor a la patria' los obliga a estudiar lo más profun- desde el siglo XVIII hasta los inicios del XX, un estudio sistemá-
damente posible la mitad indígena de México; es por ello tico de factura genuina mente europea para las antigüedades del
que el tema me parece íntimam ente ligado al desarrollo pasado prehispánico.
de los estudios arqueológicos. De hecho, habrá de conti- Con honrosa s excepciones, todas imbuidas de nacionalismo,
nuar, ya que el mexicanismo se presentó como un asunto nadie osaba llamar arte al product o cultural americano. Así,
cultural Y no político ... La actitud mexican ista iniciada mientra s la Europa del siglo XV, se deleitaba en la búsqueda
en tiempos de Sigüenza, habrá de tomar mucho mayor in- de los modelo s estético s del clasicismo, ya las primeras cróni-
crement o en la segunda mitad del siglo XVIII. En forma cas e historias del Nuevo Mundo se iniciaban con una marcada
d_~stinta la compar te la.más célebre contem poránea de Si-
de la Cruz quien llevaba gran orientac ión etno-an tropológ ica. Esta dirección no cambió, sino
guenza, Sor Juana Ines que recibió una nueva motivación, mucho más definitiva, cuan-
amistad con el sabio.67 '
do la necesidad de identida d se hace patente en el siglo XVII,
con Sigüenza, sus contemp oráneos y sus sucesores.
_Don Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1 700), según Ber- Cuando la literatur a generada en el movimi ento ilustrado,
n~J, ofrece tres aspectos esenciales en el interés por las anti- difundió desprestigio para todo lo americano, el movimiento
gu_e?ades. Realiza la primera ~xcavación arqueológica, en la que mexican o sólo recibió una nueva motivación -la del amor pro-
utihza el m~n~~ento (la piramide del Sol), para exclarecer un pio herido- que vino a fortalecer el carácter antropologista
problem a histor1co; forma la primera gran colección de docu- que traía desde sus inicios.
mentos, libros y objetos antiguos; su motivación es el senti- El profund o desprecio, caracter ístico en opiniones extran-
~iento mexicanista. Sobre este último punto, que en realidad jeras, sobre los pueblos y las culturas del Nuevo Mundo, ha sido
mcluye los otros dos, Ignacio Bernal explica: patente hasta épocas muy recientes, y está lejos de haberse ex-
tinguido totalme nte.
Se adelanta casi 100 años a lo que habría de ocurrir hacia El Dr. Bernal lo hace notar, al analizar el caso de Femand o
la mitad del siglo XVIII, y sus trabajos son como preám- Ramírez en el siglo XIX, quien coment a la historia escrita por
bulo a la a~titud que después adoptar án Clavijero y sus Prescott , en una de sus ediciones en español:
contemp oraneos . No es simple interés académico o de
conocim ientos; Sigüenza deseaba demostr ar que México Ramírez ... señala tres flaquezas generales en la obra. Una
ya e:a, en su .tie~po, la fusión, aunque en proceso, del de ellas señala cómo Prescott sigue siendo un ilustrad o a
espanol Y del mdio, y que juntos formarí an el sentimi ento la Europa del XVIII; dice: 'El señor Prescott ha empuña-
histórico del mexicano. De ahí su deseo de exaltar las dos do la pluma para escribir la historia de bárbaros; palabra
h~renc.ias que, e~trelazadas, habrían de constitu ir su pa- que, alternad a con la de salvajes, campea en todo el curso
tria. Siendo la historia y los adelanto s indígenas los más de la historia ... por consiguiente los mexicanos lanzan
desconocidos, había que estudiar los sacándolos del ol-
vido, para tratar de entende rlos. 68 ' aullidos, y sus ejércitos por lo común no se replegaban,
ni retiraba n, sino que huían. La fuerza misma del lenguaje
técnico exigía también que su indomab le valor se apelli-
Otro fact~r. de individual~dad para el interés en las antigüe- dara furor rabioso . .. 969
d~des, especif1camente mexican o, ha sido la confusió n -no a
mvel de teoría, sino en la aplicación práctic a- del valor esté- Más adelante, el mismo Bernal vuelve a citar a Ramírez y
tico, siempre subjetivo, frente a los valores del conocim iento observa:
histórico. Nacido en los criterios renacentistas sobre arte y re-
forzado por el pensam iento ilustrad o, el concept o de cultura Después de describir cuatro lápidas del Museo, termina
Ramírez ... 'he debido consagrRr preferen temente mis
6 ., Bernal, Ignacio, Historia de la Arqueolo gía en México Editorial
Porrúa S.A., México, 1979, pp. 50-51. '
69 Ibidem., p. 102.
6 a lbidem., p. 49.

163
162
desvelos a los monumentos de mi país, ya que en ellos nente americano en general, sino a la de los Estados Unidos. El
descubría nuevas pruebas que confirmaban la autentici- mismo, en su libro citado, A Short History of Archaeology, des-
dad de sus fuentes históricas' ... En otras palabras, Ramí- conoce todo antecedente colonial o decimonónico mexicano;
rez entiende cómo la arqueología puede confirmar la his- apenas si dedica unas breves frases a Manuel Gamio (1883-1960):
ria escrita y piensa que este es su valor y cometido. Para
él los monumentos son documentos. Aunque limitado en This Gamio did by sinking a seven-metre test pit in to the
sus fines , tenemos en Ramírez a otro arqueólogo
• 70
de la refuse of the site of Atzcapotzalco. To quote Willey and
escuela de León y Gama, a quien tanto admira. Sabloff: 'With Gamio's single pit, Middle American ar-
chaeologists began to appreciate time, depth, and l;>etter
Pero los prejuicios de Prescott, tienen aún resa?ios en el pre- yet, to realize that something could be done about it. 72
sente. Glyn Daniel, historiador inglés contemporaneo del~ ar-
queología, hace los siguientes comentarios sobre el penado ¡Curiosa manera de juzgar el problema! En ella, no se en-
1939-1980: cuentra tan lejos de la postura de sus colegas, a quienes critica,
de hecho, por no prestar atención a la arqueología estadouni-
It seems to me that the most important change in archaeo- dense. Daniel dedica, sin embargo, grandes párrafos a los via-
logy in the period under review is the .em~r~en~e ~f ~he jeros extranjeros del siglo XIX, como Stephens, Catherwood,
American archaeology as a mature sc1ent1f1c d1sc1phne Charnay, La Plongeon, Maudslay, Saville, Brasseur de Boubourg,
which keeps asking Old World archaeologists whether etcétera, dando a entender que lo de estos, fue lo único que se
ther really know what they are at. O.G.S. Crawford was hizo en arqueología.
completely uninterested in American archaeolo~ and En cambio, el libro de Ignacio Bernal, ofrece una visión ana-
Antiquity, under his editorship had very few art1cl~s or lítica, bien documentada, sin apasionamientos ni patrioteris-
news about America. Gordon Childe thought Amencan mos, que permite darse cuenta de la evolución del movimiento
archaeology was a sideline of no importance to the ge- desde los inicios del período colonial hasta 1950. Quedan com-
neral history of man. In What happened in History he prendidos en su libro Historia de la Arqueolog(a en México,
said that pre-Colombian American archaeology was 'out- cuatrocientos treinta años, divididos en seis etapas que el autor
side the main stream of history in the Old World that identifica por las características sobresalientes de los trabajos
started in the Most Ancient Near East and flowed through realizados en cada una de ellas. He aquí una breve síntesis de
Palestine Greece and Rome to medieval, renaissance and cada una:
modern Europe' Mortimer Wheeler once said to me that
American archaeology was 'peripheral and of no interest la. Etapa: Pioneros y soberbios edificios (1520-1670)
to anyone', and after a pause added, 'it's barbarie'. 71 Ciclo de grandes escritores que termina en 1615 con las
obras de Herrera y Torquemada. Descripciones de sitios
Lo alarmante de estos comentarios, es que los tres persona- y monumentos y, en ocasiones, también de objetos, que
jes citados, han sido eminentes arqueólogos contemporáneos. se utilizan para averiguar el pasado indígena y su crono-
Crawford (1886-1957) fue pionero en el uso de la aerofoto- logía. En la zona central, se lleva a efecto gran destruc-
grafía en arqueología; Gordon Childe (1892-1957) erudito en,- ción, pero se escriben muchas crónicas; en la zona maya,
ciclopédico partidario del difusionismo, siempre se preocupo no hay destrucción pero se producen pocas crónicas. De
por el equilibrio entre difusión y productos independientes de 1617 a 1670 se desarrolla aislamiento y adormilamiento
ella; Wheeler (1890-1976) es conocido como el más estricto en la Nueva España.
organizador de técnicas de excavación. Es de notarse que Glyn 2a. Etapa: Curiosos investitadores de papeles antiguos (1679-
Daniel, no se refiere en este párrafo a la arqueología del conti- 1750).
Aparecen los grandes coleccionistas de documentos, que
10 lbidem., p. 103.
11 Daniel, Gleyn, op. cit., p. 187. 72 lbidem, p. 175.

164 165
Se ave-
enza llegar a una verd adera comp rensi ón de los hechos.
por desgracia no se publ ican. Fuer a del caso de Sigü os~ rigua ron infin itos dato s de casi toda s las áreas de Meso-
no hay inter és por exca var en busc a de monu ment Porti lla, se dejó estab le-
raza hu- amér ica. Al decir de Miguel León
objet os. Nace la conc ienci a de ser miem bro de la cida para siem pre, la nece sidad de toma r en cuen ta los tes-
nació n ante las
mana , el deseo de ser recon ocido y la indig timo nios escri tos en perm anen te relac ión con los
hallaz-
a una re-
c~í.t~cas al contin~nte, amerirJlllo, lo cual oblig a
sidad de enten derlo gos arqu eológ icos.
vis1on del pasa do md1gena y a la nece
a nacio nalid ad cultu ral mexi - 6a. Etap a: El triun fo de los tepal cates (191 0-19 50) triun fo
para inco rpora rlo a la nuev
ánim os hacia los resto s El triun fo del estud io de los tepal tecas significa el ete,
en los le gabin
cana . Hay una exita ción
ión de de los arqu eólog os de camp o sobre los de simp
mate riale s de ese pasa do y por tanto exist e el embr nia. que prev alecí a antes de 1910 . La cienc ia arque ológi ca
Colo
la arqu eolog ía que flore cerá en la etapa final de la qued ó organ izada , cont ando no sólo con un Insti tuto Na-
3a. Etap a: Los ilust rado s (175 0-18 25) ciona l de Antr opol ogía , sino con labor atori os,
museos,
pasa do
Proh ibici ón espa ñola de publ icar obra s sobre el etcét era. El traba jo se pudo realiz ar con equip os integra-
inen te amer i-
indíg ena. Proli ferac ión de ataqu es al cont dos por especialistas en varia s rama s. Ello perm itió plane ar
form a en dese o
cano . El senti mien to nacio nalis ta se trans estud ios sobre tema s antes no trata dos, o visto s solam ente
la rehab ilitac ión del en
de indep ende ncia, con gran apoy o en e segú n los dato s de las fuen tes escri tas. La arqu eolog ía
terés e igno ranci a sobr en la in-
pasa do preh ispán ico. Gran desin
ías obra s de Clavi - México, salió de la fase descriptiva, para entra r
el Nuev o Mun do en Euro pa. Apar ecen 73
cinio real se hace n terpr etati va.
jero, Márq uez y Hum bold t. Con patro
Unid os,
estud ios de las ruina s arque ológi cas. Los Estad os El libro de Ignacio Bernal, deja comp rend er la indep
ende ncia
n grand es apor tes a la arqu eolo gía estud io de los mo-
que en el futur o hará
en la inves tigac ión. Las del movi mien to mexi cano con relac ión al ad, desde
preh ispán ica, aún no se inici an num ento s y de su liga con el senti mien to de nacio nalid
años si-
guerr as de Inde pend encia y la conf usión de los medi ados del siglo XVII. Esta afirm ación , de ning una mane ra
guien tes prod ucen un receso. el apor te inicia l del huma nism o
tiend e a desc onoc er o dism inuir
4a. Etap a: Histo riado res y viajeros (182 5-18 80) renac entis ta, ni las moti vacio nes hirie ntes del euro centr ismo
a; apa-
La prote cción a las antig üeda des se insti tucio naliz icana ilust rado , ni la orien tació n técni co-ci entíf ica norte
amer icana
recen leyes y regla ment os; se fund a la Soci edad Mex más bien a subra yar su vital idad prop ia
extra or- cont empo ráne a, sino
de Geog rafía y Estad ística . México desc ubre su indí- y a expli car su marc ado carác ter antro polo gista .
con las escri turas XVIII,
dinar ia rique za arqu eológ ica, que
n y al análi sis de Vale la pena insis tir en este carác ter. Hast a el siglo n,
genas, oblig an a los viajes de explo ració de la Ilust ració
n. ante el conc epto elitis ta de cultu ra, prop io entre an-
docu ment os, más que a la exca vació a la relac ión
objet ivo no habí a qued ado clara ment e estab lecid
Viajes, regis tro y docu ment os son vistos con el tigüe dad preh ispán ica y cultu ra, aunq ue de hech
o, siem pre
lagunas
de elabo rar la histo ria antig ua. Aún con grand es estuv o impl ícita . Pero a parti r de la Inde pend encia , es claro el
y acadé-
Y sin una 'orie ntaci ón genu inam ente cient ífica a uso del térm ino mon ume nto, como sinón imo de antig üeda d,
e más crític o a
mica , la actit ud de los estud iosos se vuelv : toma do en su senti do ampl io, no restr ingid o a edifi cios
o docu ment os histó ofici al,
al cons idera r las antigüedades com y el obra s de arte. El hech o es paten te en la docu ment ación
de ente nder sus usos citad a en el
ricos. De ahí surge la nece sidad com o la circu lar de la Secr etarí a de Relaciones, ya de octu bre
ra viva.
cons idera rlos com o mani festa cione s de una cultu en- capít ulo dedic ado a Cultu ra, y está fecha da el 28
tos de estab lecer una secu
Se hace n los prim eros inten de 1835 . Este es el texto comp leto:
cia de desar rollo del estilo artís tico.
5a. Etap a: Pens amie nto posit ivista (188 0-19 10) cada etapa , están
Se publ ican num eroso s e impo rtant es docu ment
os hasta 73 Berna!, Ignacio, op. cit., Las carac terísti cas para capítu lo, don·
para abati r os párra fos corre spond ientes a cada
ento nces inédi tos, en una enca rniza da luch a tomad as de los últim
síntes is de lo que ha explic ado y come ntado
a apod erad o de de el autor hace una breve
tanta teorí a sin base válida, que se habí oles para cada perio do.
la ment alida d de los estud iosos preté ritos , impi diénd
167
166
Que se verifique el cumplimiento de la prohibición de ex- cana de Geografía y Estadística para dictar las medidas más
traer monumentos y antigüedades mexicanas: convenientes para la conservación de todos los monumentos
históricos del país. 75
Exmo. Sr.- El Cónsul mexicano en Burdeos me dice en Queda clara, en esa decisión, la relación entre arqueología
nota de 24 de julio último, lo que sigue: y monumentos. Si tomamos en cuenta el gran interés desple-
gado por la benemérita Sociedad en lo concerniente a docu-
Exmo. Sr. - Conforme a la declaración hecha en esta mentos gráficos prehispánicos y coloniales, podemos concluir
aduana entre los objetos del cargamento que el buque que en el acuerdo para formar la Comisión -cuyo título ini-
francés "La Jóven Emilia" condujo en su último viaje, cial fue Comisión Permanente de Arqueología- al referirse a
procedente de Veracruz, figuran dos cajas conteniendo monumentos, se incluía en el concepto a todo objeto que fuera
antigüedades mexicanas, cuya extracción de la República, testimonio del pasado histórico, no sólo ruinas arquitectónicas.
está prohibida por el artículo 41 de la Ley riel 16 de no- No hay que olvidar que Fernando Ramírez (1804-1875), Al-
viembre de 1827. fredo Chavero (1841-1906), Joaquín García Icazbalceta
En esta virtud me apresuro a ponerlo en conocimiento de (1825-1894), entre otros muchos historiadores documentalis-
V. E., para que si S. E. el presidente lo dispone, se le de la tas, fueron miembros distinguidos de la Sociedad Mexicana de
correspondiente orden por el Ministerio de Hacienda, a Geografía y Estadística.
fin de que se vigile escrupulosamente por los empleados El mismo carácter antropologista es patente en aquel
de las aduanas, el que no se extraigan unos objetos tan proyecto de ley proteccionista del 28 de agosto de 1862,
preciosos, pues de lo contrario se hará ilusoria la sabia dis- cuya promulgación quedó obstaculizada por la intervención
posición de nuestros legisladores que al decretar tal pro- francesa. En el borrador conservado, son reveladores sus
hibición, tuvieron sin duda presente, el menoscabo que conceptos y hasta las correcciones -con tachaduras- que
resultaría a la Nación, permitiendo la salida de los pocos contiene:
monumentos que escaparon al furor devastador que so-
brevino a la conquista. 74 Habiendo llamado la atención del Gobierno los irrepa-
rables perjuicios que sufren (la historia nacional) las cien-
cias con la destrucción de los antiguos monumentos de la
En este documento de 1835 -en que se invoca una ley pre- civilización indígena y con la extracción que se hace de
via de 1827-- se mencionan explícitamente monumentos y sus objetos para transportarlos al extranjero, violándose
antigüedades en el más genuino sentido antropologista no res- por una parte las leyes que prohiben estos actos, y aten-
tringido a una clase o a una categoría o calidad de objetos, que tándose por-la otra a fos derechos de dominio que la Na-
la legislación estima de gran importancia para la Nación. El ción tiene ... manda se observen las siguientes preven-
Cónsul ha reportado dos cajas, donde obviamente no podía ciones:
haber edificios, sino probablemente piezas de barro o piedra
tallada. Artículo lo. Se debe entender por monumentos antiguos:
Es la legislación precisamente, la que puede dar una idea l. Los teocalis o construcciones piramidales y montículos
clara de lo que no puede ser opinión de un visionario, o de un artificiales como los de Xochimilco, la Quemada, Cho-
pequeño grupo de vanguardia, sino el consenso de legisladc:>res lula, Teotihuacan, etc. etc.
que, en ningún caso fue motivo de acalorados debates m de 2. Las ruinas de antiguos edificios civiles o religiosos,
cuestionamiento posterior. com"o los denominados Palacios o Templos de Mitla,
Ya se mencionó también en capítulo anterior, la fundación Palenque, etc.
de la Comisión de Monumentos dentro de la Sociedad Mexi- 3. Las obras de defensa militar, calzadas, diques, acue-

74 Civeira T. M., Juárez en la Sociedad Mexicana de Geografía Y Es- 75 Gertz Manero, A., La Defensa Jurídica del Patrimonio Cultural,
tadística, Costa-Amic, México, 1968, p. 63. Fondo de Cultura Económica, México, 1976, p. 59.

168 169
duetos, embaldos ados, y demás obras de su género, etnología , la lingüística, la arqueología, la antropolo gía, Y
que por tradición se reputan anteriore s a la conquista desde luego la historia. . . . .
o le son contempo ráneos. Esta postura en ninguna forma implica menospre cio o limi-
4. Los túmulos o construcciones cónicas de tierra y piedra tación para la historia, sino que es un buen antecede nte del
conocido s con los nombres vulgares de Tlatelis y Cui- papel que hoy ostenta como la primera de las ciencias sociales.
sillos. En contraste la tendencia tradicionalista arraigada en Euro-
5. Los sepulcros abiertos en las rocas y los hechos de pa, es muy cW:S. en los escritos de John Ruskin (1819-19 00)
mampost ería, en que se encuentr an utensilios y dijes y de Viollet le Duc (1814-18 79) a cuyo concepto del estado
antiguos y los cráneos de seres humanos en ellos depo- completo -apoyad o en su criterio sobre la unidad de la obra
sitados. de arte- nos referirem os en el próximo capítulo, referente al
6. Las obras arquitect ónicas construidas en tiempos pos- concepto de Restaura ción. .
teriores e inmediat os a la conquista , tales como los El tradicion alismo europeo, durante el siglo XIX, populan-
Arcos de Zempoala, de Tlalmanalco y el Matadero de zó las dos exigencias, la estética y la histórica, en el estudio y
esta capital. protecció n de los monume ntos. Este esquema está lejos de ser
7. Las estatuas antiguas, bustos, figuras de animales o erróneo, pero para los avances nacidos d~ la Ilustración, es ~e­
fantásticas, los ídolos y penates de metal, piedra o finitivamente incomple to, pues no considera el aspecto social
barro. - de la historia y la necesidad de una visión integral sobre la ac-
Artículo 2o. Todas las autoridad es políticas y judiciales vigi- tividad del grupo humano. No son, por otro lado, los términos
larán cuidados amente dentro de su respectiv o territorio usados --exigencia estética y exigencia histórica - los que son
la conservac ión de los monume ntos expresad os en los seis cuestionables, sino el contexto limitativo y selectivo en que
primeros párrafos del artículo anterior, impidien do ade- este esquema nació, se difundió y se desarrolló, mantenie ndo
más que de ellos se extraigan sus materiales, aun cuando vigencia hasta nuestros días.
estuvieran derribados y haciendo ejecutar las obras de En 1964 al elaborarse la Carta Internaci onal del Restauro,
reparo que se necesiten sin deformarlos. Si éstas fueran en Venecia ' para poner freno a la indiscriminada reconstruc-
costosas, darán cuenta al Ministerio de Fomento para que ción de los destrozos causados por la Segunda Guerra Mundial,
disponga lo conveniente. al definir la restaurac ión y sus objetivos, se asienta lo siguiente:
Artículo 7o. Las estatuas, bustos ídolos, piedras esculpidas y
demás objetos de antigüeda d que se encuentr an embuti- Artículo 9.
dos en las paredes de los edificios públicos o particulares, La restaurac ión es una operación que debe tener un ca-
serán extraídos y colocado s en el Museo Nacional por rácter excepcional. *Tiene como fin conservar y revelar
cuenta del Tesoro Público. La extracció n se verificará los valores estéticos e históricos de un monume nto y se
bajo la dirección de un arquitect o y con 76 las precauciones fundame nta en el respeto hacia los elementos antiguos y
concernie ntes a la seguridad del edificio. las partes auténtica s. 77 * (cursivas nuestras)
En este valioso borrador, hay una correcció n en la primera Dos décadas antes, Cesare Brandi, primer Director del Ins-
frase del párrafo introduct orio, por la cual se sustituye ron las tituto Centra/e del Restauro, fundado en Roma durante 1938,
palabras que sufre la historia nacional, por que sufren las cien- hablaba de la restaurac ión de monume
78
ntos como una actividad
cias. La enmiend a da a entender que, tras una reflexión, los exclusiva para las obras de arte.
redactores estimaron que no sólo la historia, sino también otras
ciencias pueden sufrir con la destrucci ón de monume ntos. 77 Jnternational Charter for the Conservation and Restoratio~
of
Las otras ciencias que pueden sufrir irreparables perjuicios Monuments and Sites, Internation al Counail on Monument s and S1tes,
. . . . .
·-en nuestra opinión- sólo pueden ser las sociales, a saber, la Paris, 1966. ,
78 Brandi Cesare Teoria del Restauro, Ed1z1om d1 Storia e Letteratu-

76 Civeira T. M., op. cit., p. 73.


ra, Roma, 1S63, p.
rarse un tipo de
al. El. autor, ~un:que reconoce que podría conside-
restauració n para objetos que no son obra de arte, a los

170 171
La documentació n mexicana, en cambio, desde Sigüenza, no en que se le considere, el concepto de monumento ya no puede
contiene discusiones ni consideraciones selectivas o limitativas separarse de la idea de cultura y de valor social. Debemos re-
r:le tipo estético. No hubiera podido ser de otra manera. Las ~exionar ahora so.bre lo que nuestra época requiere para con-
ideas vigentes en el mundo occidental, sobre arte y cultura, siderar que. un objeto es monumento. En este camino, no po-
descartaban a cualquier objeto prehispánico de los campos del dremos olvidar las razones que guiaron la evolución de sus
arte. Así -circunstanci almente si se quiere- la mentalidad del contenidos esenciales.
momento no dejaba otro recurso para el estudio de lo prehis-
pánico que su carácter de documentos y testimonios objetivos
de la historia, de la verdad del pasado y de la realidad social de Delación
los grupos humanos indígenas.
Si el nacimiento de la arqueología como disciplina científi- Todas las épocas han insistido en el valor testimonial del mo-
ca, está ligado a la necesidad de contar con pruebas objetivas numento. Pero este valor implica una delación sobre la verdad
tangibles para formular las interpretacion es que requiere la his- de ~go. ~esd: el siglo XVI la literatura sobre antigüedades, al
toria sobre el pasado del hombre y sus sociedades, en México, testimonial anade el valor documental que también encierra
esos inicios, motivados no por ideales estéticos, sino por la ne- una delación. '
cesidad de identificación y de rehabilitación del pasado prehis- Aparentemen te el valor testimonial y el valor documental
pánico, no pudieron ser más genuinamente antropológico s. son ~~a tauto!~gía, pero no es así. El testimonio implica una
En el presente siglo, paulatina y parcialmente revalorada la delac10n explicita, pues el ser testigo obliga a declarar sobre
capacidad artística del mundo indígena, los documentos lega- la verdad de algo~ de manera que quien no lo hace explícita-
les mencionan el valor estético, pero no abandonan sus linea- mente, no es testigo. El documento en cambio contiene una
mientos antropologistas. Las leyes proteccionista s de 1914, delación implícita, que es necesario inferir; en ~tras palabras
1930 y 1934, incluyen el valor artístico junto al arqueológico, el documento requiere interpretación . '
el histórico y el social; este último expresado en el interés pú- . El Ternp~o ~ayor de Tenochtitlan, por ejemplo, es testimo-
blico o la importancia social o el que los monumentos sean nio de rehgios1dad, pero es además documento de organización
considerados verdaderas piezas justificativas de la evolución de gremial de construcción.
los pueblos. 79
Signo
El concepto contemporáneo de monumento
El valor testimonial y el valor documental en el monumen-
En nuestros días, el concepto antropologist a y amplio de to, suponen un mensaje que se debe captar y que es la verdad
monumento ha recibido aceptación universal, por lo menos en que delatan. El pasado histórico es el emisor; la verdad delata-
teoría. Pero en cualquiera de las corrientes de pensamiento da es el mensaje; la sociedad contemporán ea es el receptor. En
este sentido, el monumento es un signo que la sociedad actual
debe descifrar. Su código, establecido sobre normas o conven-
que llama prodotti industriali, después de referirse a estos con cierto ciones del pasado, contiene claves que no son necesariamente
desprecio, dice que restaurarlos sólo requiere de restabilire la funziona- descifrables para el presente, y que en consecuencia requieren
litci del prodotto, e, pertanto, la natura dell'interuento di restauro sera de interpretación . '
esclusiuamente legata alla realizzazione di questo scopo. Dificilmente del hombre
podría incluirse en este criterio la consolidación de tepalcates, aunque El monumento, corno producto de la actividad
no completen una vasija, para utilizarlos en los fines científicos que exi- en un rn?mento dado del p~sado, es reflejo o imagen de su cul-
ge la arqueología. . tura. Bajo este punto de vista, el monumento también es un
79 Las expresiones y frase en cursiva, están tomadas de los textos de s~gn?, en el sentido filosófico de que omnis imago in genere
las leyes mencionadas, cuyo texto completo aparece en los ejemplares szgni.
del Diario Oficial, correspondiente al 6 de abril de 1914, al 3 de enero
de 1930 y al 19 de enero de 1934 . El Templo Mayor revela explícitament e la religiosidad azte-

172 173
ca, implícitamente delata la existencia de una organización ción, acción diferente a la simple reparación que no contem-
gremial para la construcción, pero como signo, manifiesta el pla la necesidad de proteger autenticidad.
culto rendido a Tlaloc y a Huitzilopochtli a la vez que denun-
cia la existencia de ceremonias rituales que formaron parte de
un ambiente y de una mentalidad. Antigüedad y rareza

El valor del monumento crece con su antigüedad, por la


Conocimiento de cultura simple razón de que, al alejarse en el tiempo, queda más limi-
tado el conocimiento que nos ofrece, al hacerse más escasos
El monumento es un producto de cultura, pero no es la cul- los testimonios y documentos que nos ayudan a captar su ver-
tura. Lo que buscamos en él, a través de su valor testimonial, dad, y al hacerse más difíciles de descifrar las claves de sumen-
documental y significativo, es el conocimiento sobre la cultura saje. La limitación de casos disponibles, hace crecer el valor de
del pasado. Este conocimiento, eminentemente histórico y · los pocos que se obtengan.
social, alimenta nuestra conciencia de antecedentes y nos iden- El tipo de rareza por escasez nacida de antigüedad, es dis-
tifica con el género humano, haciéndonos inteligible su evolu- tinto del tipo de rareza por excepción. Esta última, abarca los
ción hacia el presente. casos extraordinarios o paradigmáticos, especialmente ricos en
El monumento, en su acepción más amplia, antropologista, valor, tanto como los casos que son raros por que se alejan de
constituye la fuente objetiva de información, instrumento in- las normas vigentes en su momento histórico. Ambos tipos, por
dispensable de verificación, para satisfacer nuestra curiosidad distinta razón, constituyen la excepción a la regla, pero supo-
innata sobre los pasos o etapas que, la humanidad en general, nen necesariamente, el conocimiento de esa regla, sin la cual
o nuestra sociedad en particular, han recorrido para llegar hasta sería imposible identificarlos como excepción.
el momento actual. En este renglón, la tendencia tradicionalista puede llevar al
absurdo de considerar monumentos sólo los casos excepciona-
les, ignorando la regla general que permite identificarlos como
Interpretación y autenticidad tales. En cambio, la tendencia antropologista, busca primero
el conocimiento de la regla general, dentro de la cual, se expli-
El mensaje testimonial, documental y significativo del mo- can y toman sentido y valor los casos excepcionales.
numento, cifrado en claves del pasado, encierra mayores enig-
mas en función directa de su antigüedad. Su interpretación,
por lo tanto, rara vez puede ser total y definitiva. Por ello, cada El dilema de la totalidad
generación humana tiene la posibilidad de enriquecer, corregir
o completar el mensaje captado, para aproximarse a la verdad Todo lo anterior sobre el concepto contemporáneo de mo-
histórica integral. Esta verdad histórica integral, es y será siem- numento, y la misma tendencia antropologista sobre cultura,
pre un ideal inalcanzable. De ahí la necesidad de autenticidad parecen guiamos hacia un absurdo aún mayor que la conside-
protegida, en vistas a la posteridad. ración de excepciones sin atención a la regla general.
Sería una incongruencia hablar de valor de testimonio, de Se diría, en efecto, que debe considerarse monumento todo
documento y de signo, si el monumento no fuera instrumento aquello sin excepción, que ha fabricado el hombre en cualquier
para llegar a la verdad. Pero solamente puede serlo, si es au- época y en cualquier lugar; a ello sería necesario añadir también
téntico. las cosas que, siendo producto de la naturaleza, están en alguna
Por otro lado, si nuestra interpretación del documento y del forma asociadas con la actividad del ser humano. Todo, abso-
mensaje, siempre es parcial y perfectible, y como tal, debe ser lutamente todo, debería entonces, ser monumento.
revisada por cada generación futura, la naturaleza misma del Eso, desde luego, sería un tremendo absurdo. En nuestra
monumento exige que su autenticidad sea protegida. Así se opinión, la solución práctica solamente puede encontrarse en
fundamenta la relación esencial entre monumento y restaura- los rumbos que -en su búsqueda de conocimiento- se mar-
174 175
quena sí mismos los integrantes de una generación humana. dioses del Paganismo, se convirtió en gloria asociada a la eter-
Estos rumbos estarán irremisiblemente sujetos a las inquietu- nidad y a lo divino.
des, a los anhelos, a las necesidades psicológicas, a la planea- Al final de la Edad Media, el humanismo vuelve su admira-
ción del futuro, y aún a las modas y caprichos que una sociedad ción a la Antigüedad Clásica, y revive el concepto de gloria
humana experimen te en un momento dado, de acuerdo al gra- humana, donde el monument o es recuerdo de las virtudes y del
do de desarrollo de su conciencia histórica. talento creativo de los antepasados romanos. La extraordina-
Quien busca afanosame nte su identidad, ampliará su interés ria sensibilidad artística de la sociedad italiana del Renacimien-
en la búsqueda de testimonio s de toda naturaleza, para cons- to, contagiada al resto de Europa, forja el concepto de arte
truir y enriquecer su conciencia de antecedent es. Quien ha lo- como expresión máxima del talento creador del hombre, y
grado plenamente su conciencia de identidad y conoce sus re- en ese espíritu, admira con fascinación las obras del pasa-
glas generales, podrá dedicar mayor atención a la contempla- do clásico. El monument o entonces designa la obra hecha o
ción de sus casos excepcionales de extraordina rio valor. inspirada en la Antigüedad. Antigüedad , se vuelve sinónimo
Cada etapa entrañará sus propios peligros, pues mientras de monument o.
unos podrán perderse en la complejidad de una gran multitud Pero al tomar los ojos al talento del ser humano, el Renaci-
de datos, los otros podrán caer en la simple añoranza del pasa- miento inició el proceso de desacralización para el conocimien-
do, contempla ndo las glorias de sus antepasados. to, camino que le orientó a buscar las fuentes objetivas y ex-
La cultura de una sociedad, en efecto, nunca puede desan- perimentales en las ciencias. Con el descubrimiento del Nuevo
clarse de su realidad social, pero la madurez cultural, sólo puede Mundo, surgieron pruebas objetivas de otras sociedades, que
surgir del equilibrio entre su conciencia del pasado, exigencia motivaron fuertement e a curiosos y estudiosos, de modo que
psicológica innata, y el libre ejercicio de su iniciativa para crear el concepto de antigüedad monument o se amplió a un ámbito
su presente y planear su futuro, responsabilidad impuesta por no restringido a lo clásico. Así surgió la arqueología, para in-
la conciencia histórica contempor ánea. ferir conocimie nto de los vestigios que pudieran descubrirse,
ya no del pasado clásico solamente, sino del pasado de la hu-
manidad entera.
Conclusión Entonces sobrevino un cambio radical en el concepto de
monument o. Sin perder su carácter de recuerdo y vestigio del
La Antigüedad pues, tuvo un concepto de monument o que pasado, revelador del talento creador de los artistas extraordi-
era conmemor ación de hechos y de personajes extraordina rios, narios en la historia, se cambió en testimonio , documento y
gloria del hombre y gloria de los dioses, donde el contenido signo de lo que el hombre social ha hecho en cualquier mo-
esencial de recuerdo, en sentido lato, permitía aplicarlo, a ma- mento del pasado.
nera de metáfora, a una extensa gama de posibilidades retóricas. De recuerdo conmemor ativo de gloria, humana o divina,
La Edad Media, siempre consciente del más allá, dió prefe- aislada o yuxtapuest a a otras semejantes, se transformó el
rencia a los restos mortuorios y a los vestigios de los santos, monument o en instrument o de inferencia y verificación de
nunca perdiendo de vista la muerte como paso a la eternidad. conocimie ntos para el proceso completo del hombre social
Recuerdo, al fin y al cabo, relacionado con los difuntos -los desde el más remoto pasado hasta el presente.
ya juzgados por Dios- y entre ellos, los que por su práctica El proceso ha sido largo; se inició en la Ilustración y ha cul-
heroica de la virtud eran modelos que era posible rememorar minado en nuestro siglo, pero no ha terminado todavía. Las
a través de todo objeto físico asociado con su vida terrenal. dos corrientes que hemos denominado tradicionalista y antro-
Entre los santos, estaba Cristo, en primerísim o lugar, que como pologista, afectan los contenidos esenciales que se atribuyan al
Hombre, también había dejado vestigios venerables. Monu- concepto contempor áneo de monument o.
mentos entonces, fueron los sepulcros y las reliquias. Tanto Por ello, es necesario concluir intentando una definición que
como en la Antigüedad, durante el Medievo, se recuerdan pueda incluir lo que para nuestra época deba significar monu-
hechos aislados y extraordina rios, sin que por ellos se trate de mento. El concepto, hoy en día, debe situarse entre dos polos,
establecer una secuencia. La gloria de superhomb res o semi- evitando los extremos de dos posiciones absurdas, ni so/amen-
177
176
te lo extraordinario es monumento, ni absolutamente todo es Una definición actualizada, ante la complejidad del proble-
monumento. ma nos parece que debe decir simplemente:
La búsqueda de conocimiento sobre la cultura del pasa-
do, tendrá que adecuarse a un equilibrio que no excluya Monumento es todo aquello que puede representar valor para
a priori ningún tipo de objeto, y busque en él la autentici- el conocimiento de la cultura del pasado histórico.
dad del mensaje que encierra, aunque tenga la plena con-
ciencia de que descifrarlo totalmente, con toda probabilidad
nunca se logre.
Para la tendencia antropologista de cultura -que cada día
parece ser más excluyente de otras posturas -un basurero pre-
histórico, es sin duda un monumento, porque de él pueden
inferirse conocimientos valiosos sobre el grupo humano que
ahí depositó sus desperdicios.
Dentro de esta misma tendencia, la historia -primera de las
ciencias sociales- abarca, tras el conocimiento del pasado, la
responsabilidad de constituirlo como lección para la planea-
ción del futuro¡ en este caracter, el monumento puede ser
modelo de lo que la sociedad presente anhela que se evite en
el futuro. Es así como la Comisión de Patrimonio Mundial de
la UNESCO, muy recientemente ha declarado Monumento del
Patrimonio Mundial ~ petición del pueblo polaco- el campo
de concentración de Auschwitz, que constituye un testimo-
nio un documento y un signo, de algo que la generación pre-
sente desea fervientemente que no se vuelva a repetir. Perpe-
tuar su memoria, y entregarla a las generaciones futuras, no
tiene como finalidad la admiración por el hecho ahí rememo-
rado, sino su absoluto y total repudio, acompañado del pavor
de que nuevamente pudiera suceder en el futuro.
Es evidente que este concepto contemporáneo de monu-
mento, difiere fundamentalmente de las posturas del pasado,
en las que se recalcaba el valor de lo bueno, de lo admirable
o de lo extraordinario. Todo esto ahora no queda excluido,
sino que se amplía a muchos otros campos, con una orienta-
ción social verificatoria donde también cabe la visión del fu-
turo. En este horizonte hacia la posteridad -en cierta manera
ya incluido desde la definición justiniana del jus romanum, en
aquel in posterum prodit<l- ahora es necesario agregar no sólo
la lección de lo bueno, sino también de lo malo.
Por otro lado, el carácter interpretativo de la verdad inferi-
da del documento y del mensaje cifrado en claves del pasado,
junto a la necesidad de selección, obligan a buscar apoyo en
las definiciones legales acordes con la época, a la elaboración
de catálogos y a las declaratorias oficiales de los casos que de-
ben considerarse monumentos.

178 179
LA RESTAURACION

Viollet le Duc, en su conocido Diccionario Razonado de Ar-


quitectura, al referirse a la palabra Restauration, opinaba en
el año de 1868, que el término y el concepto eran modernos.
Pese a su innegable erudición, el célebre arquitecto francés se
equivocaba. 1
El término existía ya desde muchos siglos atrás y su signi-
ficado había evolucionado con la cultura de las sociedades
occidentales, pero guardando una idea esencial, que no ha
perdido aún, a pesar de haber enriquecido sus contenidos en
forma muy notable, desde finales del siglo XVIII hasta nues-
tros días.
La ampliación del concepto ha continuado en forma tal,
después de la muerte de Eugene Viollet le Duc, que el ilustre
autor no hubiera podido sospecharlo en el momento de escri-
bir su artículo en el Diccionario Razonado, hace poco más de
un siglo.
Será necesario revisar en forma panorámica la transforma-
ción de la idea de restauración, para comprobar la permanen-
cia de su significado esencial, modulado y expandido por la
cultura occidental, para comprender mejor en qué ha consisti-
do el cambio operado durante los últimos dos siglos.
Para lograr nuestro objetivo acudiremos -como lo hemos

1 Viollet le Duc , E., Dictionnaire Raisonne de L 'Architecture Fran·


~aise du Xle. au XVle. Siecle, B. Bance· A. More!, París, 1854·1868, 10
Volumes, Tomo Huitieme, p. 14, Verbum · Restauration.

181
hecho en el caso del concepto de monumento- a las defini- convertirse en guardiana de las fuentes objetivas del conoci-
ciones y consideraciones filológicas, pero también a los testi- miento histórico -el tercer satisfactor de la conciencia histó-
monios a lo largo de los siglos, entre los cuales hemos seleccio- rica- cuyo volver a un estado anterior es la garantía de auten-
nado aquellos que consideramos útiles, como prueba objetiva, ticidad necesaria en la capacidad probatoria de los testimonios
en nuestro intento de rastrear las pistas del proceso de evolu- del pasado. Se hace patente entonces la necesidad de dictar
ción que nos ocupa. normas de la actividad restauratoria, campo en que destacan
Este capítulo, sin embargo, no es una historia de la restau- Francia e Italia.
ración, aunque en más de algún aspecto se le parezca. Además , Al mismo tiempo, países del Nuevo Mundo, como México,
en muchos temas será reiterativo, al volver a fenómenos ya ansiosos por definir su identidad y hacerla reconocer por los
comentados en las páginas precedentes, sobre todo en ese re- demás, consolidan un aspecto hasta entonces latente, pero
greso humanista a la admiración de la Antigüedad Clásica y implícito desde siempre en la capacidad probatoria de los tes-
en ese giro racionalista adoptado por la revolución intelectual timonios objetivos de la historia: la reafirmación de la con-
ilustrada, para buscar las fuentes objetivas del conocimiento ciencia de identidad, fundamentada en las características que
científico. Sirva la reiteración en estos fenómenos para subra- definen la individualidad de una cultura, demostradas por
yar la imbricación entre la idea de restauración y los concep- pruebas tangibles, que la restauración protege garantizando su
tos de cultura, historia, identidad y monumento, cuya mutua permanencia.
relación esencial --en nuestro personal puñto de vista- no ha En el siglo XX la restauración se institucionaliza para apro-
sido suficientemente captada por los restauradores actuales. vechar todos los recursos que los avances de la ciencia y la
En el mundo romano, la restauración se identüica como la tecnología pueden poner a su disposición. La legislación pro-
acción de regresar a un estado anterior. Esta idea central se teccionista se multiplica en todos los países y la difusión
• conserva a lo largo de la historia, con una gran variedad de mundial, patrocinada por las organizaciones internacionales,
formas de aplicación, que se va modulando de acuerdo a las encabezadas por UNESCO rinde abudantes frutos. Surge la
exigencias de la transformación cultural. necesidad de planear y programar la formación de restaurado-
En la Edad Media, que se inicia con la destrucción del mun- res y la exigencia social de lograr un nivel profesional. La res-
do antiguo, se guarda una conciencia latente de los logros an- tauración profesional se vuelve una característica del mundo
teriores, que lentamente va surgiendo para transformarse en actual.
apasionada admiración. En este periodo se detectan una gran Estas ideas son las que nos proponemos desarrollar en las
variedad de acepciones, que dan a la palabra restauración siguientes páginas.
múltiples aplicaciones, entre ellas, muchas metafóricas.
El humanismo, cuya raíz profunda subyace oculta desde el
periodo Carolingio, aflora con gran vigor en el siglo XV, propi- El volver a un estado anterior del mundo antiguo
ciand un renacer del Viejo mundo, que en cierto modo signi-
fica un morir para el Nuevo Mundo, recientemente descubierto. La noticia más antigua sobre la acción de restaurar, aún antes
La restauración.entonces se vuelve selectiva y se transforma de que podamos hablar de un término específico, es probable-
en apoyo del escudriñamiento del pasado admirado. mente la que procede de Mesopotamia, en el último periodo
El volver a un estado anterior durante los siglos XVII y babilónico, hacia la mitad del primer milenio anterior a nues-
XVIII, adquiere el carácter de garantía para prolongar la posi- tra era. El autor Glyn Daniel así lo comenta:
bilidad de contemplación de las obras de arte, incluyendo en
su volver, un regreso a la estimación que de ellas se tenía. Pa- The last native kings of Babylon carried out active buil-
ralelamente, la investigación con criterios objetivos y raciona- ding schemes in severa! of the ancient cities of Sumer
listas, provocó un cambio radical en las ciencias, que hizo and Akkad. Both Nebuchadrezzar and Nabonidus, the
perder selectividad al escudriñamiento del pasado, cuyos fru- last king of Babylon, dug and restored Ur. Nabonidus
tos para la restauración, aparecerían en el futuro inmediato. was delighted to find at Ur the inscriptions of former
En el siglo XIX, la restauración da un paso fundamental al ancient kings, and bis daughter En-nigaldi-Nanna (her

182 183
name was formerly transcri bed incorrec tly as Beshalti- in t.ensidad re~onocer

Nanner) had dug for years at the temple of Agade. When privatividad ré-probo 3
a heavy downpo ur of rain opened a great gallery revealing
the temple it is recorde d that this discovery 'made the Para el verbo -staurare, puede ser una guía el vocablo griego
king's heart glad and caused his counten ance to brighten '. ataupów que algunos autores mencion an como origen del tér-
The princess seemed to have a room in her house for her mino latino, y que significa clavar estacas, derivación del sus-
collectio n of local antiquities.:a tantivo masculino ó arcxvpóf -ov, que quiere decir estaca de
las q~~ se .pueden emplear para fabricar una empalizada, o
Desde este remoto caso, es posible detectar el reconoci- tamb1en el instrum ento de suplicio para ejecutar a un reo por
miento de un valor de anteced entes y la intenció n de devolver medio de crucifixión, 4
un estado anterior perdido . La captació n del valor testimon ial Más que una derivación latina del griego, la existenc ia del
de anteced entes en las inscripciones, templos o conjunt os mo- verbo ~staurare, que debi~ usarse sin prefijos en el periodo
numentales, cae en el campo de la conciencia históric a, pero formativo de la lengua latina, hace pensar en una raíz común
la intenció n de devolverles lo perdido y prolong ar su existen- previa, indoeur opea, como origen de los término s en ambas
cia constitu ye la idea esencial de toda restaura ción. Sin em- lenguas.
bruÍo, devolver y prolongar, sólo se ju~tific~ ante la captació n 1!-sí pue~'. desde el punto de vista etimológico, durante el
de un valor. En efecto, nadie perderia el tiempo en protege r penado clas1co, el verbo restaurare, esencialmente implicaría
algo, si está convencido de que no vale nada. repetici ón (Re-), poner de pie en una forma estable (-staurare)
es decir: volver a poner de pie. '
El término restauración de las actuales lenguas romances,
puede ser rastread o hasta el latín clásico, con facilidad. Ir más En .el _Dig~sto ordena~o por. el emperad or Justinia no, pue-
lejos sería enfrenta r un problem a extrema dament e complica- den dlStmguirse dos sentidos diferentes pero afines. Uno está
do, y quizá innecesario, aunque sólo se quiera mostrar que e!1 f ~rma de definición legal, con el sigruficado genérico del
Viollet le Duc se equivocaba en 1868. termmo , y el otro aparece en la redacción del texto con el
sentido de reiterac ión o repetici ón: '
Etimoló gicamen te, el vocablo restaura ción y sus equivalen-
tes en otras lenguas contemp oráneas derivadas del latín, pro-
cede del término latino restauratio, del verbo latino restaurare. "Restau rare" -Aliqu id in pristinu m statum reddere
A su vez, restaurare está formado por el prefijo re- y el verbo "Restau rar" - Volver una cosa al estado en que se halla-
ba antes.
-staurare, que por lo menos desde la época clásica, no fue usa-
do sin prefijos. Restaurare accusati onem
Renovar la acusación
La partícul a re-, de muy remoto origen, se usa en latín y
en las lenguas romance s como prefijo en la formaci ón de pala-
bras compue stas, aportan do modulaciones de muy diverso Entre autores clásicos, el término se aplica normalm ente a
significado. Re- en efecto, puede significar: edificios, pero a veces se le da un sentido figurativo para uti-
lizarlo con relación al ejercicio de autorida d:
retroceso re~eso

repetici ón re-novar Tácito: Aedem Veneris vetustate delapsam restaura ri pos-


reciprocidad : re-apuesta tulavere
alternativa re~lamo Pidieron que se restaura ra el templo de Venus, arruinad o
separación re-mover por viejo
alejamiento re-legar
3 Blánquez Fraile, A ., Diccionario Latino-Eapañol Español-
Latino
:a Daniel, Glyn, A Short History of Archaeolo_gy, Thames and Hud- Editorial Ramón Sopena, Barcelon a, 1967, T. 2, p . 1415, Verbum - Re'.
son, London, 1981, p. 14. El autor cita y recomien da sobre este tema, 4 Sebaatián Yarza, F., Diccionario Griego-E11pañol Editorial Ramón
la lectura de Oatea, Joan, Babylon, London, 1979, p. 162. Sopena, Barcelon a, 1964, pp. 1267-126 8, Verbum - l:TÁI: .

184
185
Restaurare theatrum igne fortuito haustum 284, restaura da por Diocleciano; el teatro de Ostia, construi-
Restaurar el teatro consumido por un incendio fortuito do por Agripa, restaura do por Septimio Severo y por Caracala
en el siglo m.
Horacio: Solio restaurare Son muchos los autores que han tratado directa o indirec-
Devolver la autorida d real tamente este tema. Entre ellos, es tema común el discutir el
carácter y calidad de esos trabajos romanos en sus monumen-
In Regnum restaurare tos. Entre los autores reciente Alfredo Barbacci opina:
Restitui r en el trono 5
Possiamo affermare che i Romani usavano talvolta pro-
El profeso r Guglielmo de Angelis d'Ossat, de la Universi- cedere a restauri veri e propri: consolid amento di partí
dad de Roma, cita otro sentido latino de la restaura ción, pero pericola nti, ricomposizione di element i disgregati o cro-
sin mencion ar fuentes ni ejemplos de aplicación. Afirma que llati, liberazione dalle superfetazioni. E non possiamo
para el mundo romano , era común considerar que:
escludere che, in certi casi, eseguissero anche la reinte-
Restauratio est renovat a creatio grazione degli edifici nella forma originaria, sebbene sía
Restauración es creación renovada noto che, come i Greci, usassero generalmente effectua-
re tali opere nello stile corrente , allo stesso modo delle
Es evidente que restaura r, en el sentido expresa do en el Di- riconstruzioni.6
gesto de Justinia no, de volver a un estado anterior, no se pier-
de en ninguna de las acepciones anteriores, incluida la últi· Otros autores son más intransigentes al juzgar la obra res-
ma aportad a por el profeso r De Angelis d 'Ossat en que la taurator ia romana . Liliana Grassi haciéndose eco de Viollet le
renovación de una creación , implica un haber venido a menos, Duc, a quien cita y coment a, negando hasta la existencia del
que se corrige o enmiend a con el acto de renovación. término latino:
En cuanto a la aplicación práctica de este concept o, exis-
ten variados testimon ios de la actividad romana. Diversos em- Per esempio, la prova che i romani non 'restaur arono' e
peradores demostr aron preocup ación por los edificios de Ro- anche linguistica: infatti nel latino manca il termini co-
ma. En razón de ellos Vespaciano fue apodado conservador rrisponden te al senso della parola usata oggi: instaurare,
de los edificios público s y restaurador de los privados. Pero reficere, renovare, non sif1iíica no infatti restaurare ma,
también Domicia no, Adriano , Septimio Severo, León y Ma- ristabilire, rifare a nuovo.
yorano, fueron conocid os por el mismo interés en monum en-
tos arquitec tónicos. Viollet le Duc -quizá el más duro crítico de los trabajos
Obras conocid as son el Templo de Cibeles, constru ido en romano s -había escrito en su artículo del Diccionario Razo-
204 a.c., restaura do por Metelo y reconstr uido por Augusto; nado:
la Casa de las Vestales que tras de ser reconstr uida por Nerón,
fue restaura da varias veces; el templo de Vespasiano, construi- Lorsque l'emper eur Adrian prétend it remettre en bon
état quantité de monum ents de l'ancienne Grece ou de
do por Domiciano en el año 81, fue restaura do por Septimio l'Asie Mineure, il procéda de f~on qu'il souleverait con-
Se\'ero y por Caracala, al igual que el Panteón de Agripa; el tre lui aujourd 'hui toutes les sociétés arquéologiques de
Templo de Venus en Roma, iniciado bajo Antonin o Pío y res- l'Europ e.8
taurado por Majencio; el Coliseo, dañado por un rayo y restau-
rado por Alejandro Severo; la Basílica Emilia del siglo 11 a.c., 6 Barbacci, A., 11 Restauro dei Monume nti in Italia, Instituto
destruida por un incendio, reconstr uida bajo Augusto y res- Poli·
grafico dello Stato, Roma, 1966, p. 30.
taurada en el siglo lll; la Basílica Julia, incendiada en el año 7 Graaai, L., Storia e Cultura dei Monumenti, Societa Editrice
Li·
braria, Milano, 1969, p. 386.
s Blánquez F. A., op. cit., T. 2, p. 1461, T. 3, p. 699. a Viollet le Duc, op. cit., Tome Huitil!me, p. 14, Verbum • Restau·
ration.
186
187
sus palabras:
Hay pues , discr epan cia de opin iones . Pe~o la may
or o meno r al habla r del escu ltor griego Lisipo. Estas son
na -por que
rigidez para juzga r las obra s de la restauratio roma us
no hay ning una duda sobre la exist encia del térm
ino- no ha- (Lys ippu s) Pluri ma ex omn ibus signa fecit ut dixim :
del conc epto an- fecund~simae artis, inter quae destring en~m se, querr
ce sino subr ayar la difer encia de cont enid os m Ti-
tiguo , con relac ión al actua l. La verd ad es que los roma nos M..Agnpp~ ~te Thei:ID:as suas dicau it, mire gratu
?eno pnnc1p1 .. ~on q~~I~ tem~er!1fe sibi in
de l~ no~a s que eo quam quam
resta uraro n perfe ctam ente bien -den tro tulitq ue in
les impo nía su prop io crite rio- pues no hay razo
n válida para unp~nosus s~ ~ter 1mt1a. pnnc 1patu s, trans
las ideas cont empo ráne as, a cub1culum a~o s1~0 substit~to , cum quid em tanta pop.
trata r de aplic ar retro activ amen te tn clam oribu s repo ni apox yo-
fenó meno s ocur ridos hace dos milen ios. R. contu maci a fu1t ut thea
quam adam atum
Además, para emit ir un juicio válido y comp leto
sobre una meno n ~artauerit princ ipesq ue, quam
idual , ento nces com o ahor a, es ne- repo suen t.
obra de resta uraci ón indiv y el res-
le el estad o prev io, el proc eso
cesario cono cer en detal itia
sulta do de la inter venc ión, lo cual es impo sible
para la casi ~ecit et Alex andr um Magnum mult is oper ibus, a puer eps
as si la ar- e1us orsus. Quam statu am inaur ari iussi t Nero prínc
total idad de las obra s del perio do impe rial. Apen gratia
queo logía pued e revelar algún detal le, en los casos en que los del~ctatus admo dum illa; dein, cum preti o pe.risset ima-
do total ment e; pero lo artIS, detra ctum est auru m preti osior que talis exist
edificios o sus ruina s no han desp areci qui bus
desc ubier to en esta form a, de ning una mane ra pued e generali- batu r, etiam cicat ricib us operis10atqu e concisuris in
. auru m haes erat rema nenti bus.
zarse a todo el edificio o a otros casos
camb io,
Otro tipo de testim onio s histó ricos pued en, en trata dis-
arroj ar ciert a luz en la comp rensi ón del prob lema to sobre
. Tant o en Otro testim onio de gran inter és, es la menc ión del porte
trans
Rom a como en Grecia, hay vestigios de un senti mien ta Vitru vio, que en su libro menc iona un caso de nota ble
~abi~antes de murales, sin que se refie ra al hech o com o algo
lo que hoy llam aríam os Patri mon io ~ultural. Los
0
o copr op1e tanos de ordin ario. ¿Que rrá eso signi ficar que el proc eso de tras-
de una ciuda d se cons idera ban duen os extra ? Así lo
los tesor os artÍs ticos de su urbe . Así lo deja ente nder Cicerón lado de mura les era prac ticad o con ciert a frecuencia
pto gobe rnad or de Sici- repo rta el famo so arqu itect o roma no:
en su discurso cont ra Yerres, el corru
rado -y no roba do- las c:>bras
lia, que aseguraba habe r comp ningu -
Cice rón lo reba te dicie ndo que
de arte de su colec ción. esta-
Pline l 'Anci en, Hiatoire Naturelle Soci~t~ d 'Editi établi ettrad uit
er las
na ciud ad de la Grecia ha jamá s cons entid o en vend to públ ico 9
on Les Belles Le-
tuas y otras obra s de arte que cons tituy en su orna ttres, Paris, 19?3 , Livre XXX IV, XIX, 62, p. 129, Texte
s al español: (Lisip o)
(en Contra Verrem, II, iv, 59). pas H. le Bonniec. E.sta ea la tradu cción de los texto s dicho , entre todos
La aprec iació n del valor artís tico parec e no ser
la única Fue d~ gran fecun duiad en el arte y, como lo hemo
, entre las cuale s está
rico de una haza ña y los artist as el q~e ha hech.o m.a yor núme ro de obras
moti vació n sino que el testim onio histó la del persona1.e que se hmpi a con una raspa dera, la cual fue coloc ada
la identific~ción del pueblC\ con
oso, tamb ién
por ~ar~o Agr1pa delan~e .~e sus Term as y que
el hech o glori tanto agradaba al prínci-
mism o Cice rón recue rda que pe T1b~r10: Este, ?~ ~es1st 10 la ~entac ión, a pesar del contr ol que tenía
juega n un pape l impo rtant e. El la estatu a a su cá-
sobre s1 m~smo al m1c10 de
roma no las su remad o, e hizo trasla dar
el cóns ul Publ io Servilio habí a traíd o al pueb lo das y las ha- roma no
?1~· su~tituyéndola por otra; pero el puebl iomen os fuera repue sto,
o reclam ó con tal
obras de arte captu rada s en las ciuda des conq uista el Apox
públ ico (en ms1stenc1~, e.n el teatro , para exigir que
bía hech o anot ar en el catál ogo oficial del tesor o q.u.e el pr10c1pe, a pesar de su pasió n por ella, tuvo
que regresarla a su
sitio.
Contra Verrem, II, i, 21). s de inter - o como aquel la
Plinio el Viejo (23-7 9) nos ha dejad o testim onio recup e- Hizo tambi én much as estatu as de Aleja ndro Magn aba 'tanto al prínc i·
r, para que lo repre senta ba en su niñez. Esta escul tura agrad
vención del pueb lo, ante el abus o del empe rado como el recub rimie nto
inter ven- pe ~e.rón, que mand. ó recub rirla de oro¡ despu és,
rar esa prop iedad com ún, y tamb ién el caso de una ltóric a, que
oro, y todos estim aron
le hlCl~ra p~rder_ cahda.d artíst ica, se le quitó els dejadas por las incisio-
ción para devolver valor perd ido a una pieza escu pesar de las huella
que as1 lucia mas precio sa, afijar el oro.
habí a desmerecido al trata r de ser "mej orad a". nes que había n servido para
esan tes, to lbide m.
Plinio narra estos dos hech os, de verd ad inter
189
188
Item Lacedaemone e quibusdam parietibus eti.am pictu- Estos te~imonios de Cicerón, Plinio y Vitruvio, tanto como
rae excisae intersectis lateribus inclusae sunt in ligneis las obras ejecutadas r los edictos de los emperadores, nos
fonnis et in comitium ad ornatum aedilitatis Va.rronis et ayud~ a formar una idea menos vaga del ambiente romano,
Murenae fuerunt adlatae. 11 por mas que algunas de las acciones reportadas, no entraran
en el concepto de la restauratio.
La Dra. Regine Dolling, en una publicación de varios auto- El. ~aso r~latado ~or Plinio, de quitar el oro a la escultura
res, sobre las obras de restauración en la Alemania Federal, ?e ~ip.o, bien podria caber en el concer"" - 1 ~gal justiniano de
cita dos decretos romanos imperiales de finales del siglo IV.
Uno es del emperador Teodoro y está fechado el lo. de enero ''! P~l8tmum statu!" reddere, aunque el autor no emplea el
térmmo restauracion.
de 398, el otro es del emperador Teodosio el Grande, y lleva
la fecha de 17 de julio de 389. Ambos documentos tienen ~n to~o caso, nos parece válido considerar que, a través de
una impresionante actualidad, de modo que si no se conocie- testimo~~~ como los re~ados arriba, es posible comprobar
ra la fecha de promulgación, podrían tomarse como parte de la ~pliacion contemporan ea del concepto, hacia acciones y
p~cticas, que probablement.e no eran consideradas rest.aura-
una legislación moderna. La Dra. Dolling da una versión en cion, pero en las cuales no se perdía la idea esencial romana
alemán, sin citar la redacción original latina. Esta es la traduc-
ción al español: de regreso a un estado anterior, tal como aparece en el Digesto.

"Decreto del Emperador Teodoro"


La sustracción o remoción de partes u ornamentos de La gran variedad de acepciones medievales
edificios históricos, especialmente cuando tengan impor-
tancia para la ciudad, será castigada con multa de 6 libras En los inicios ~e la E?ad Media, los conceptos y prácticas de
de oro. Igual pena se aplicará a las corporaciones de las la Roma Im_perial debieron pesar lo suficiente en los primeros
ciudades que no defiendan los ornamentos locales de ~onarcas barbaros y en los papas que continuaron por algún
acuerdo con la autoridad de este decreto. tiempo con esa orientación, hasta' que la mentalidad la socie-
"Edicto del Emperador Teodosio" dad Y la organización imprimieron nuevas modalldades al
Está prohibido desfigurar los ornamentos externos de concepto de la restauración.
edificios privados mediante agregados modernos y estro- El gran impulso creador de las lenguas en formación creó
pear las construcciones históricas de una ciudad impor- II?-uch3:8 acepcion~s del término, que posteriormente des~pare­
tante, por razones de codicia o por afán de lucro. Así c1eron, la mayoria de ellas, a la luz de la evolución posterior
pues, ilustres Altezas, cuando veais que con astucia se ha -:e~to hay que aclararlo- parecen más bien de carácter meta-
desfigurado un Ornamento, perjudicándose así el aspecto fonco.
externo de un edilicio, ordenaréis su remoción. Queda a ~~ la antigua .c~pital del Imperio, surge un nuevo poder, el
vuestro juicio en qué caso os abstendréis de tomar esta r~ligioso, personificado en los papas, que desde entonces ini-
medida y en qué caso exigiréis la remoción. 1 2 cian una labor, al principio tímida, después decidida y cons-
t~nte, en favor de los monumentos de la Urbe. Sobre los ini-
11 Fenaterbuach, C., Vitruvii de Architectura Libri Decem, Wiasena- cios medievales, así se expresa Alfredo Barbacci:
cbaftliche Buchgesellscbaft, Darmstadt, 1981, p. 108. En traducción de
Miguel de Urrea (1682) tomada de la edición facsimilar dirigida por Luis Agli albori del Medioevo, un re barbaro continua l'azione
Cervera Vera, M. Vitrvvio Pollion, De .4rchitectura, Albatros Ediciones, conserv~tric~ degl 'imperatori. A Roma, Teodorico (493-
Valencia, 1978, p. 29, el párrafo citado dice:
También en la ciudad de Lacedemonia en vnas paredes eatan cor- 52~) af~da.~ r~stauro.d~l Colosseo, del Teatro di Pompeo
tadas ciertas pinturaa, entretexidas con ladrillos, y estan cerradas e d altn ecii!ici pubblici. ad un corpo di architetti guidati
en formu de maderos, laa qualea fueron traydas a Roma al lugar da ~n archi~ectus publicorum. Anche i papi, durante il
donde ae ayuntan a elegir par ornato de la Edilidad de Varr6n y Medioevo, 81 preoccupano di conservare i monumenti ·
de Murena.
u DOlling, Regine, en Denkmalpflege in der Bundesrepublik Deuts- s~no da ricordare, fra essi, Adriano I, Pasquale I, Euge:
chland, Heinz Moos Verlag, München, 1974, p. 9. mo 11, Leone IV, Pasquale 11. Ma si tratta di iniziative
190 191
sporad iche, insufficienti ad argina re le distruz ioni effet- los siguientes significados en el latín medieval añadie ndo una
tuate dal tempo e dagli uomin i. 13 cita del Líber Feudorum Maius, conservado e'n el Archivo de
la Coron a de Aragón:
Poca docum entaci ón específica sobre restau ración nos ha
llegado de los primer os siglos de la Edad Media, pero para el "Resta urare" - Remplazar, substi tuir, poner a una per-
siglo XII los testim onios son abuda ntes. Para este period o, los sona en lugar de otra. Altern a con el giro perifrástico
mitter e in loco alicuius.
sentid os latino s clásicos se han conservado, aunqu e se com-
prueba n ampliaciones a otras acepciones que poster iorme nte
desaparecieron. "Líber Feudorum Maius" (1070), p. 821:
Los autore s coinci den en la opinió n de que el términ o res- Si alicuis de predictis ostaticis mortu us fuerit iam dfoti
taurar se usó poco en el área hispánica, y mucho en el territo - vicecomes et vicecomitissa mittan t alium ostatic um vel
rio de los dialectos del antigu o francés. alios non minus valentes, in potest atem iam dicti co~iti
El filólogo Joan Corominas, en su obra monum ental Diccio- et comitisse et filii eius in loco mortu orum vel mortu i ...
nario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana, opina que Quodsi et ipsi restau rati mortu i fuerint, assidue restau-
en España, se usó el vocablo restau rar para refe~e a las igle- rentur et alii a predictis vicecomiti et vicecomitissa ...
sias cristianas que, tras el proceso de la Recon qwsta , eran res- Quod, si non fecerint, incurr ant iam dicti ostatic15i ' aut
tituida s al culto: loco eorum missi, in potest atem iam dicti comitis.

No abund a (el términ o res~urar) en la Edad Media, lo Para el territo rio del Antiguo Francés, el autor Greimas, re-
cual sugiere se emple aría sólo en ambientes eclesiásticos, gistra en su Dictionnaire de l'Ancien Fran(:ais, varios términ os
como consecuencia, sobre todo, de su uso frecue nte en derivados del latín restaurare, con muy variados significados
relación con iglesias duran te la Recon quista . docum entado s para los siglos XII y XIII:

Sin embar go, el mismo autor aporta dos ejemplos del poeta "Resto rer", v.
Gonzalo de Berceo (1180 -1246 ) en que el uso del vocablo no 1.- Répar er
se refiere a asunto s eclesiásticos: 2.- Guérir
3.- Remp lacer
El pueblo destru ido, los muros trastor nados 4.- Substi tuer
Nunqu a jamas non fueron fechos nin restau rados 5.- Rendr e, rcstitu er
Vida de San Millan, v. 292 6.- Compenser, dédom mager
7.- Venger
Por ti salio el pueblo de la premi a morta l "Rest or", n.m.
Por ti fue restau rada la mengu a celestial 14 1.- Répar ation, remise en état
Loores, v. 216b 2.- Comp ensati on

Pero en un área que cultur almen te pudier a en cierto modo 1s Radón Binué, E., El Lenguaje Técnico del FeudaliBmo en el siglo
considerarse interm edia entre España y Francia, la Catalu ña
226.
XI en Cataluña, C.S.I.C., Escuela de Filología, Barcelona, 1957, p.
821, es:
medieval, tenem os un ejemplo hispánico de esos sentid os me- La traducc ión del párrafo citado del Líber Feudor um Maiu8, p.
los dichos vizcon-
tafóricos. Eulalia Rodón Binué en su obra filológica El Lengua- Si alguno de los mencio nados fiadore s muriera ,
je Técnico del Feudalismo en el Siglo XI en Cataluña, registra de y vizcondesa pongan a otro fiador, o a otroa, de no menor ca-
tegoría , bajo la autorid ad del conde y condes a y de su hijo, en
lugar del muerto o de los muerto s ... Y si tambié n los sustitutlos os
ran, los dichos vizcond e y vizcond esa con diligenc ia
13 Barbacci, A., op. cit., p. 30. fallecie
14 Corominas, Joan, Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua vuelvan a sustitui r ... Y si no lo hicieran , los sustitu tos o los pues-
Castellana, Gredas , Madrid , 1974, Vol. III, p. 1099, Verbum -Restau
rar. tos en su lugar, queden bajo la potesta d del conde.

193
192
S.- Defe nse, recou rs
4.- Reno uvell emen t Bien inde mniz ado serás por aque l a quien has falla
do
5.- Paiem ent, gages Le Male Honte, le Vrai Palefroi
"Res torem ent", n.m. ; "Res toran ce", n.f. Huon de Cam brai c.12 00
1.- Remise en bon état
2.- Réta bliss emen t "Def ense , Reco urs"
3.- Com pens ation Rend u estes sans nul resto r
"Res torie r", n.m. Dédo mma geme nt, comp ensa tion Te has entre gado sin ning ún medi o de escape
"Res toreo r", n.m. Celui qui rétab iit, qui répar e Le Feu de Sainct Nicolas
"Res toré" , adj. Qui est mis ala place de quel qu'u Jean de Bode l c. 1190
n
Los ejem plos docu ment ales que el auto r apor ta, Don El auto r cita adem ás otras obra s, a veces anón imas
inter és, pues lan acep cione s no son, en su mayo ría, d~ gran se empl earo n algunas de las acep cione s por él enum , en que
erada s:
de los senti dos latin os de la restauratio; no por denv adas
lo meno s en Vie de Sain t Léger, anón ima del siglo X
form a direc ta o evide nte para nues tra ment alida
d cont empo - Rom an de Eneas, anón ima de 1160
ráne a sino más bien derivadas gracias al empl eo
de la form a Brut, de Wace, 1155
que e~ lingü ística se llam a met~ora, por ~edio
desc ribe, evoca, comp ara o sugiere un obJe to por la e.u~ ,se
de Cleomades, de Aden et le Roi, hacia 1285
asociac1on Chronique des Ducs de Normandie, de Beno ít de
de ideas. Sain t
Grei mas docu men ta así algun os de los significados Maure, 1160
registra- Voyage de Charlemagne, anón ima de principios del
dos: XIl.1 6 siglo

"Rem plac er": Esta gran varie dad de significados, que revela la
capa cidad
E resto ré altan t chevaliers cume ocis i furen t de creac ión de los diale ctos del Anti guo Fran cés
en su perio-
He remp lazad o tanto s caba llero s como fuero n mue do de form ación , quiz á fue lo que incli nó a Violl
rtos et le Duc
Le livre des Rois c. 1190 -que los cono cía y los trad ucía - a cons idera r la
resta uraci ón
en su senti do mod erno , com o un conc epto total
ment
"Sub stitu er": y como un térm ino hom ófon o que debí a considera e nuev o
En liu de lui ont resto ré Gaut ier tal, para evita r conf usion es y subra yar la trasc ende rse como
En lugar de él han colo cado a Gual terio nuev a acep ción. ncia de la
Raou l de Cam brai c. 1180 De esta rica colec ción de mati ces en el significad
viero n vigencia en los diale ctos del Anti guo Fran o, que tu-
"Com pens er": cés, qued a
Qui pour Dieu se traveille, bien il resto re un recue rdo que, del Fran cés Mod erno pasó al Caste
Quie n por Dios se preo cupa , bien es comp ensa do dern o y a otras lenguas conte mpo ránea s. Es el vocallano Mo-
por El rán o restaurante, que designa un lugar para come blo resto-
Le Feu de Sainct Nicolas r y guar da
el senti do de repo sició n o recup eraci ón de fuerz as
Jean de Bodel c. 1190 por medi o
del cons umo de alim ento . La Acad emia Espa ñola
de la Lengua
"Ven ger" lo acep tó en 1817 , y no hay rastr os de ning ún térm
valen te con la mism a raíz, en los dialectos hispá ino equi-
La moie mors n 'iert jamais resto rée nicos medie-
Mi mue rte no será jamá s veng ada vales. Esta acep tació n tardí a, en 1817 , revela tamb
ién la gran
Raou l de Cam brai c. 1180 influ encia de la cultu ra franc esa en occid ente a
parti r del pe-
riodo de la Ilust ració n.
"Ded omm ager ":
Bon resto r avez celi A cui vous avez or f ailli 16 Greimaa. A. J., Dictionnaire de L ~ncien Fra~aia, Librairie La-
rouase, Paria, 1969 , p. 661, Verbum - Rettorer.
194
195
Pero si dejamos de lado las aplicaciones metafóricas del those which have been preserved.
concepto, de las citas medievales revisadas podemos concluir Variae, II, 35
que la restauración en la Edad Media, guarda la idea de reparar, Cassiodorus ( 468-553) 18
subsanar, devolver o restituir, siendo clara la cita de Berceo,
donde aplica el término, no sólo a la restauración de edificios, Es importante destacar otro aspecto. Para toda la Edad Me-
sino también de un pueblo, en el sentido de conjunto: dia, como lo era para el Imperio Romano, no existe diferen-
cia entre las obras de reparación y las de reconstrucción total,
por lo que se refiere a su inclusión en el concepto de restaura-
El pueblo destruido, los muros trastornados ción. Así pues, los contenidos del concepto medieval deben
Nunqua jamás non fueron fechos nin restaurados. (v. 292) .
situarse entre dos extremos: los trabajos más sencillos' de
mantenimiento y la construcción integralmente nueva, que
Esta cita de La Vida de San Millán, tomada del diccionario guar?a localización, destino, advocación, de una construcción
de Joan Corominas, citado arriba -con todas las grandes re- previa.
servas que impone el lenguaje poético- parece establecer una Es lógico pensar, que la restauración propiamente dicha
distinción entre hacer y restaurar. Uno podría pensar que, se- -en la mentalidad del momento- debió situarse entre los dos
gún el poeta, el pueblo destruido, podría haber sido hecho de extremos, sin llegar a tocar ninguno de los dos. En efecto, en
nuevo, o podría haber sido restaurado. todas las épocas han existido trabajos habituales de manteni-
Existen de la Edad Media, una mayor cantidad de datos Y miento que nadie ha considerado de restauración; por el otro
estudios s~bre la arquitectura, y muy pocos o ninguno sobre lado tenemo~ múltiples noticias de palacios y catedrales que,
otro tipo de objetos, sean artísticos, o culturales, que pudieran v. gr. tras un incendio, son construidas ex novo guardando ad-
relacionarse con la restauración. A pesar de esta carencia de vocación, localización y funciones, pero que los autores con-
fuentes primarias y de investigaciones, es posible hacer algu- temporáneos no llaman restauración, ni la asocian en alguna
nas reflexiones útiles. forma a ella.
Una de ellas se refiere a la relación entre los conceptos de Por lo que toca a las obras realizadas, también debe hacerse
restauración y de monumento. En los dos decretos imperiales una distinción. Los autores que han tratado el asunto como
citados por la Dra. Dolling, las normas de protección dictadas Viollet le Duc, Lilliana Grassi, Alfredo Barbacci o Regi~e Do-
no mencionan a los monumentos. Tanto en el edicto de Teo- lling, entre otros muchos, se han preocupado en clasificar los
doro (398), como en el de Teodosio el Grande (389), se habla trabajos medievales conocidos o detectados, según normas y
de edificios históricos, privados o de interés para la ciudad, clasificaciones contemporáneas. Quizá, ante la mayor dificul-
pero no de monumentos. 17 tad que presentaría el problema, no han intentado definir, lo
Esta observación sobre las postrimerías del Imperio, parece que en ese periodo histórico comprendería la restauración.
continuar válida para los inicios del Medioevo, pues Teodori- Esto último sería lo justo, y lo importante históricamente. Lo
co continúa la misma línea de protección no restringida a los otro -como hicimos notar en las obras romanas- es juzgar
monumentos propiamente dichos. El autor Oreste Ferrari cita las obras del pasado, haciendo una aplicación retroactiva de
las palabras del rey ostrogodo, en redacción de su consejero e conceptos creados posteriormente.
inspirador Casiodoro: Hecha esta aclaración sobre la poca validez de los juicios
reprobatorios, tiene interés el hecho de que autores como
It is our intention not only to build new things, but also Barbacci, encuentren -a pesar de todo- obras italianas que
to preserve the old, because it is no less praiseworthy to considera auténticas restauraciones, porque se apegan a los
discover as many things as possible than it is to acquire criterios actuales. Así menciona casos como las restructuracio-
nes en el Duomo de Orvieto (s. XIV), en Santa Chiaría di Assisi
17 Al no contar con el texto latino original, sino sólo con la versión
18 Ferrari, Oreste, en Encyclopedia of World Art, McGraw·Hill Co.,
en alemán de la Dra. Dolling, la ausencia del término monumento podría London, 1965, Vol. XI, p. 692, Verbum · Preservation of Art Works.
ser simplemente problema de traducción.
197
196
(s. XIV) o en San Vitale di Ravenna (S. XI); o las reintegra- tes a la ejecución de obras- el papel de la Iglesia como gran
ciones del Pantheon (684) y de la Arena di Verona (s. XIII); custodia de cultura, había tomado un nivel muy alto, siendo
o las obras de integración en el Campanile di Pisa, iniciado en las catedrales y las abadías, los centros de protección para
1773, pero continuado en los siglos XIII y XIV, tras largos toda clase de manüestaciones de la herencia del pasado.
periodos de interrupción. Es preciso aludir aquí -a riesgo de que parezca una digre-
También sobre la ejecución de obras, conviene hacer una sión- a los orígenes remotos del movimiento humanista que
distinción. El interés por proteger o conservar valores en los marc.aría el fin de la Edad Media y el principio del Renaci-
monumentos, obras de arte u objetos culturales, no siempre miento. En el Humanismo, una de cuyas características prin-
culmina en la ejecución de trabajos de restauración. Existen cipales es la admiración por la Antigüedad Clásica,· hay un
muchas circunstancias de orden económico y social que pue- interés esencial por la cultura pasada y una verdadera venera-
den impedir que la intención de conservar alcance ese nivel. ción por sus manüestaciones en las artes y en las ciencias, que
Durante la Edad Media, las numerosas crisis económicas y es el móvil principal para protegerlas. No podemos pues, dejar
las continuas guerras, fueron sin duda un obstáculo serio para de mencionar un planteamiento sobre sus orígenes.
la ejecución de obras, de modo que el interés por proteger va- Consta en la Regula Sancti Patris Isidori Episcopi ( 615-619),
lores, deba buscarse también en forma independiente a las que por lo menos desde el siglo VII, en la España Visigótica,
obras. la lectura de obras científicas profanas, era obligatoria para
Si en los primeros siglos del Cristianismo-, el uso y la admi- todos los monjes y era supervisada por el abad. 2º
ración por objetos de origen pagano fue frenado por las creen- Para el periodo Carolingio, la organización de lecturas, de
cias religiosas, en el periodo Carolingio, la mentalidad euro- enseñanza y de colecciones de códices, se había vuelto muy
pea había ya encontrado una justüicación histórica y estética compleja, pero no había ninguna confusión entre libros litúr-
para que la reutilización de objetos o part.es de edificios de gicos, libros para formación religiosa de los monjes y libros
origen pagano, no encontrara objeciones religiosas. La razón técnicos y científicos, de modo que cada colección tenía re-
política y la búsqueda de identid~d, hicieron que se buscara glamentos y encargados, bien düerenciados. 21
una evidente continuidad entre el Imperio de Constantino y Los autores Hom y Bom, en su obra monumental sobre el
el Imperio de Carlomagno, con la clara intención de evadir in- Plano de S. Gall, opinan sobre el signüicado de esta estructu-
fluencias bizantinas. Así el autor Lützer (Von Sinn Der Bau- ra monacal diciendo:
formen, Freiburg, 1953) citado por Oreste Ferrari, refiriéndo-
se a los elementos de estructuras paganas utilizados en la Ba- The Scriptorium and the Library were the intellectual
sílica de San Juan de Letrán, dice: nerve centers of the monastery. Without tbe cultural
activities carried on in these spatially relatively modest
It was intented to pour into the new constructions the facilities, western civilization would not be what it is
strenght and glory of the old. 19 today. A substantial portion of what is known to us of
classical learning was transmitted in manuscripts copied
Bajo las mismas normas de juicio con ideas actuales, e 1 in monastic scriptoria and rescued for posterity in the
autor Oreste Ferrari opina que para el siglo XIII, todas las carefully protected bookcases (armaria) of monastic li-
medidas de conservación de monumentos antiguos habían de- braries.22
saparecido totalmente, salvo las formas más simples de man-
tenimiento de edificios. Quizá la gran fuerza creadora del siglo En este mismo periodo Carolingio, recibieron fuerte impul-
de oro del gótico haya opacado o anulado las obras de restau-
ración.
Pero al mismo tiempo -y es aquí donde tratamos de bus- 20 Campoa Ruiz, J., Reglaa Monáltica1 de la E1paña Viaigoda, I..
car otras formas de interés en los valores del pasado, diferen- Editorial Católica S.A., Madrid, MCMLXXI, p. 103.
21 Horn and Born, The Plan of St. Gall, UniveraityofCaliforniaPreu,
Berkeley, 1979, Vol. I, p. 147.
19 Jbidem. 22 lbidem.

198. 199
so de la legislación civil y religiosa, unas institu cione s existe
n- ciencia, como el haber ganad o la calle, son paten tes en los
es-
tes ya de tiemp o atrás, las escue las catedr alicia s. versos del roman cero Chrét ien de Troye s ' que hacia 1190
cribía :
Estas escuelas, a pesar del impul so y apoyo legal, perma ne-
cieron a la zaga de los mona sterio s hasta el siglo XI. Enton ces Li livres est mout anciiens
al
inicia ron un desarrollo que las hizo crecer rápida mente , Qui tesmoigne l 'estoir e a voire
sticas . Fuero n
grado de que sobre pasar on a las escuelas moná Por ce fet els miauz a croire .
las escuelas catedralicias las que se convi rtiero n en Unive rsida-
Par les livres que nos avons,
des y a la larga romp ieron el mono polio de cultur a mante nido Les fez des anciiens savons
por los mona sterio s. Et del siecle qui fu jadis
En estas institu cione s, duran te el siglo XII, el interés por la Ce nos ont nostre livre apris
cultur a del pasad o se hizo cada vez más grande, si bien el pro- Que Grece ot de chevalerie
el
ceso de asimilación no fue ni rápido ni fácil. Al respe cto Le premi er los et de clergie.
histor iador inglés South ern dice: Puis vint chevalerie a Rome
Et de la clergie la sorne,
It is never possible to say witho ut qualif icatio n that the
learning of the past -espe cially of so distan t past as that Qui ore est an Franc e venue. 14
of Greece and Rom e- has been assimilated; but we come
to a point where scholars begin to feel confo rtable about Los libros de muy antigu o
their comm and of the achie veme nt of the past. This is Testigos de histor ia son
the point where we reach in the secon d gener ation of Que por eso hay que creer.
the twelft h centu ry. The past still had many shock s in Por los libros que tenem os
store for Western scholars, and in the last years of our De los antiguos sabem os
period the intell ectua l scene was being troub led -mor e Y de siglos del ayer.
deeply troub led than ever befor e- by the appea rance in Esto los libros enseñan
Latín versions of the metap hysic al and scientific works Que Grecia fue en dignidad
of Aristo tle and his Arabic comm entato rs ... Throu gh- Prime ra en sabid uría.
out the greate r part of the twelf th centu ry there was a Pasó luego de allí a Roma
confi dent sense that stead y maste ry of the works of the Y de sapiencia la suma
past was reaching its natur al end. 23 Que a Franc ia llegó hasta ahora .

De esta opini ón, dos hecho s se puede n hacer notar , el pri- En el rico lengtiaje del poeta , con toda la frescura del Anti-
mero, la típica .comp lacen cia juvenil de quienes creen que
ya guo Francés, no se oculta el lugar de nacim iento y desarrollo
alcanzaron la meta, pero tambi én, en segundo lugar, que el de la sabid uría medieval: sabid uría y clerecía, son sinónimos.
fenóm eno anteri or había sido posible gracias a que el estud io Las escuelas catedralicias pues, romp ieron la exclusividad
el
del pasado había lograd o transp oner los muro s de los mona
s- clerical del conoc imien to y difun diero n la admir ación por
las pasad o cultur al clásico greco latino . Pero los siglos XII y XIII
terios para ganar la calle en los centro s urban os, donde
escuelas catedralicias ofrec ían el conoc imien to a los seglares. sólo conte mplar on el inicio de algo que florec ería más tarde.
Es ahí, en nuest ra opini ón, que se encue ntra el embri ón El escalón funda menta l que estos siglos alcanzaron fue la crea-
ción de las Universidades.
que algunos siglos después daría vida al Huma nismo Renacen- Duran te los últim os años del siglo XII, el inicial y em brio-
tista, con su profu nda admir ación por el pasad o clásico. nario sentim iento de suficiencia, no tuvo aspectos negativos.
Y en efecto , los dos hecho s, tanto el sentim iento de sufí-
Arthau d,
:13Southe rn, R.W., The Making of the Middle Ages, Yale Univer
sity 2_4 Payen, J. C., Littera ture Fran~aise. Le Moyen Age, B.
n, 1962, p. 204. Par1s, 1970, p. 248.
Press, Londo
201
200
El mismo profesor Southern, ya citado, resume lo logrado a pertar de la conciencia se lleva a cabo de manera distinta en
partir del año 1000 hasta el momento de creación de las Uni- Itali~; ~uando la barbarie ~esapareció de la península, el pue-
versidades, en esta forma: b~o italiano, que era todavia, en cierta manera antiguo, empe-
zo a contemplar con claridad su pasado, a admirarlo y a desear
As we see it now, the intellectual world of Gerbert and revivirlo. Fuera de Italia, el nuevo impulso se nota a través del
Fulbert had been a very small one. Scholars learned with deseo de P?ner en pr~ctica criterios del mundo antiguo, en
difficulty the elements of sciences to a schoolboy level, forma erudita y reflexiva; pero en Italia tanto la intelectuali-
and they stretched out painfully beyond the learned dad como el pueblo rinden homenaje a la Antigüedad y quie-
needs of small religious communities. Slowly the range ren revivirla, porque recuerda a todos la grandeza pasada de
of leaming transmitted from the ancient world had been su propio país. La facilidad de los italianos para comprender
mastered. This was the first task, and at the end of the la lengua latina, el cúmulo de recuerdos y los monumentos
twelfth century only those in touch with the Greek and que subsisten, contribuyen poderosamente a desarrollar ese
Moslem world knew how far they were from having sentimiento. Burckhardt resume sus ideas en este párrafo:
completed even this task in the fields of the natural scien-
ces and philosophy. Fortunately perhaps most scholars De este movimiento, y de la reacción del espíritu nacio-
felt more confortable about the past than they had any nal, inevitablemente transformado por el tiempo, tanto
right to feel; and they knew that they lived in a large como de las instituciones germanas y lombardas; de la
world of knowledge and achievement. 25 caballería, extendida por toda Europa; de la influencia
del Norte; de la influencia de la Religión y de la Iglesia,
La desacralización inicial del conocimiento, produjo una ... nació el espíritu italiano moderno, al cual estaba re-
verdadera revolución, pues al lado de la Iglesia, responsable servado el honor de servir de modelo al Occidente. 26
medieval de la unidad de Occidente, se empezó a formar un
nuevo intelectual, en el cual se congregaron todas las aspira- Burckhardt, ajeno al concepto de identidad como factor
ciones europeas de renovación cultural. Desde el siglo XIV esta sociocultural, hace notar la relación esencial que existe entre
vanguardia, de la cual no quedaron excluidos los individuos el papel preponderante de Italia renacentista y su identifica-
eclesiásticos, tomó como modelo e inspiración los logros de la ción con la Antigüedad Clásica, que siente como algo propio,
Antigüedad Clásica. a lo que se debe retornar.
Esta inobjetable verdad de considerar la conciencia italiana
de identidad como motor del movimiento renacentista, no
Viejo Mundo que renace y Nuevo Mundo que muere encuentra oposición en los críticos del historiador suizo. Uno
en el Humanismo de los más recientes, Robert Klein, profesor de la Soborna
escribe: '
Durante el siglo XV, aunque en toda Europa se pueden detec-
tar distintos grados de los anhelos de renovación, es Italia la En dernier lieu la survivance de l 'antiquité classique, la
que destaca como cabeza del movimiento. El historiador sui- présence de ses vestiges, la conscience qu 'avaient les Ita-
zo Jakob Burckhardt (1818-1897), en su amplio y discutido liens d 'etre eux-memes encore et malgré tout des Ro-
ensayo sobre la civilización del renacimiento en Italia, descri- mains, permita ce pays l'essor précoce qui fascina l'Eu-
be ampliamente este papel vanguardista italiano, en una visión rope.27
positivista, inspirada en el historicismo vigente. En el aspecto
que nos interesa destacar con relación a la cultura antigua y el Consecuencia lógica de conocer y apreciar los vestigios de
aprecio de los vestigios del pasado, tanto como las circunstan-
cias y razones que lo apoyaron, Burckhardt opina que el des- 26 Burckhardt, J., Civilwtion de la Renaisaance en Italie Librairie
Plon, Paria, 1966, Tome 2, pp. 13·14. '
25 Southern, R. W., op. cit., pp. 209·210. 21 Ibidem., Tome 1, p. XVII.

202 203
la Antigüedad fue para el periodo renacen tista, el protege rlos, En la España Isabelina de finales del siglo XV los autores
conservándolos y restaur ándolo s de modo que pudiera n sal- Alfonso ~e P~e.ncia y Antoni o de Nebrija, en su~ respectivas
varse de la destruc ción, para benefic io de la posteri dad. o~ras !exicograficas, registran tambié n un sentido de restaur ar
Es así como Italia desarro lla una fina sensibilidad para los m~ directa mente aplicab le a monum entos arquite ctónico s y
valores estético s, en los que identif ica los logros más destaca- deJan ver su admira ción por el latín clásico '
dos de la capacid ad human a, ejemplos que deben guardarse En el Universal Vocabulario de Alfonso de Palencia (1490) '
como modelo s para ser imitado s y para inspira r las creaciones aparece :
de los talento s contem poráne os.
Ese es el sentido que expresa la Bula de Pío II, Cum Al- "Resta urar" - Recidiu are renoua r: dende recidiu a ...
mam Nostram Urbem, del 4 de mayo de 1492. En este docu- restaur ada y Q1;1e torna a beuir o a nascer y es reparad a 0
mento ya citado en el capítul o preced ente, el papa human ista renou~da; Redmte grare por entero restaur ar y llenamen-
Piccolomini, insiste en la necesid ad de manten er y preservar te restituy r.
los modelo s antiguo s para entrega rlos a la posteri dad:
. Elio Antoni o de Nebrija en su Léxico Latino Español (1492) '
. . . in eorum miris aedificüs manute neantu r et preser- dice:
ventur, verum etiam antiqua et prisca aedificia et illorum
reliquias, ad pastero s manea nt ... n "Resta uro - as -avi" - Por renovar. a.í
"Resta uratio -onis" - Por esta renovación29
Ya antes de Pío II, el papa Martín V (Oddon e Colonn a)
-liquid ador del Cisma de Occide nte que, ante la ruina de Ro- El Dicciona~io de Autoridades, publica do en Madrid entre
ma, resulta nte del abando no durant e la estanci a del papado 172~ Y 1737, incluye en su texto varios ejemplos de autores
en Aviñón se preocu pó mucho por la ciudad - en su Bula Etsi
del ~iglo XVI,.? onde se nota la misma línea marcad a por Pa-
de cunctarum de 1425, había definid o la destruc ción de edifi- lencia, ~ Nebr~Ja, pero tambié n el empleo en sentido lato de
cios público s o privados como sacrílega, exhort ando a todos los clasicos latmos :
los ciudad anos romano s a restaur ar sus propias casas. Bajo su
manda to, mucho s monum entos fueron liberad os de estruct u- "R estaurar " - R ecuper ar o recobra r
ras que ilícitam ente se les habían adosad o. En su Bula men-
cionad a, restabl eció el antiguo oficio público de Maestri delle EJEMPLOS:
Strade, cuya misión era la vigilancia y supervisión de las obras
y del aspecto artístic o de la ciudad .
Aunqu e otra vez Pythag oras la tornó en su ser y restaur ó
La actitud de los papas, reflejo del sentir general, guarda el Morales de Plutarcho, Fo. 267
sentido latino de la restauratio, expresa do en el Digesto: in Diego Gracián, 1534
pristin um statum reddere, tanto como el concep to de monu-
mento guarda do en el mismo Códice Justini ano, en la expre-
~anta Y muy ilustre princip io de la restaur ación de Espa-
sión: in posteru m prodita, memoriae causa.
En la literatu ra de este periodo , el términ o restaur ar se apli- na!. por ~aberla comen zado a obrar desde allí Nuestr o
Senor milagro sament e
ca con mayor profusi ón a edificios, siendo sinónim o de repa- Libro 8, Capítu lo 57
ración y renova ción. Tambie n se emplea en un sentido lato,
semeja nte al observ ado en los autores clásicos latinos, con la
significación de volver a un estado anterio r. 2
9 ~alencia, A. de! Univer1al Vocabulario en Latín y
en Romanc e
Colleg1do P.or el ~ronist~ Alfonso de Palencia, Paulus de Colonia Alema-
28 Pius PP II, Pontifex Excomm unicatio nem in Destrue ntesAed ificia nus cum ª~!ª Socus, Sevilla~ 1490, R.A.E., Madrid, 1957, p. 163.
Antiqua Urbis Promulgat, El Mandat Conseruatoribus Camerae Urbis, ut . Ne?r1Ja ~.A. de, Lex1con hoc e1t Dictionarium Ex Sermon e Lati-
Tales Inventos Mulctis Pecuniariis etc., Puniant, CCCLXIX - Pius PP 11, no m H18p.anie?8em Interprete Aelio Antonio Nebris1en1i' Salaman ca '
Anno Christi 1462, Reg. Tom. XIX, Fol. 122. 1492, Pulvil Editor, Barcelona, 1979, p. H.i.

204 205
Sin esto en lo baxo de ambas inscripciones, bien en me- nuevo respeto por los antecedentes, nacido del movimiento
dio para que se vea como son palabras de aquel segundo humanista. En efecto, el Renacimiento estableció una estricta
restaurador: dice lo que se ha puesto. selección, para la cual sólo los vestigios de la Antigüedad Clá-
Libro 7. Capítulo 35 sica eran admirables.
Con este criterio deben considerarse obras como las de la
Fulvio que se vió destruido y abandonado, perdida ya Catedral de Milán, cuya cúpula se terminó a finales del siglo
toda la confianza de poder restaurar... metió su gente XV, al igual que la fachada y agujas de la Catedral de Orvieto
a invernar dentro de un fuerte. realizadas entre 1513 y 1590; también el lado occidental dei
Libro 8, Capítulo 52 patio del P~acio Comunal de Boloña, ejecutado en 1508.
Obras El Palacio Ducal de Venecia, reparado en 1578 dentro de
Ambrosio de Morales, 15783 º su propio estilo, sí es probable que haya sido considerado
obra de restauración en su tiempo. De este caso consta sin
Por lo que toca a las obras realizadas, el panorama es varia- embargo, la proposición de Palladio para rehacer el Palaci~ en
do y es preciso hacer distinciones. El interés por la Antigüe- estilo clásico.
dad, hizo que muchos edificios incompletos o dañados fueran Es pues difícil definir en qué consistió la restauración rena-
completados de acuerdo con el gusto del momento, pero no c~!1tista para la mentalidad del momento. A pesar de la legisla-
consta que la mentalidad del momento considerara este tipo cion protectora? _que habla de protección y conservación -po-
de obras como restauración. co d~ restauracion- del ornato de las ciudades y de los testi-
Surge en cambio, como criterio nuevo, la liberación y con- ~omos del pasado, la gran capacidad y actividad creadora,
solidación de ruinas, procedentes de la Antigüedad. Tampoco t~~nde "!na capa de humo que impide definir con toda preci-
es posible demostrar que estas acciones se incluyeran en la sion cuáles obras fueron consideradas de restauración. Junto
restauración. Aunque aquí hay que descubrir una nueva con- a este velo, está la estricta selección por lo antiguo clásico y el
ciencia sobre la necesidad de autenticidad. La protección de ~esprecio palpable por lo gótico. Y en este panorama comple-
una ruina como ruina, no existió en periodos anteriores; o JO, es notable el silencio de los tratadistas en el campo de la
bien se le empleaba para construir algo nuevo, o bien se re- restauración.
construía en alguna forma utilizable para funciones semejan- Pero ~a admiración por los vestigios del pasado greco-latino
tes (entonces sí era restauración), o distintas a las anteriores. no pudieron vencer la especulación y el afán desmedido d~
Las ruinas de la Antigüedad, que habían logrado sobrevivir a provecho económico. Por ello fue necesaria la legislación pa-
la Edad Media -en términos generales- cuando no habían si- pal, que no solo abarcó edificios, sino obras de arte en general.
do reutilizadás y deformadas con nuevas construcciones, so- Un conmovedor y dramático testimonio sobre los abusos co-
brevivían porque nadie se había preocupado de quitarlas de metidos, se encuentra en el reporte del pintor Rafael a León
en medio. X, quien le .había nOI~brado Comisario de Antigüedades. To-
De liberación y consolidación hay varias obras conocidas. ~amos la cita del articulo de Oreste Ferrari ya aludido ante-
El papa Eugenio IV (1431-1447) ordenó la liberación del riormente:
Panteón de Agripa; el papa Sixto IV hizo lo propio con el Ar-
co de Tito; en 1580 se liberaron y consolidaron cuatro arcadas 1 would make bold to say that all this new Rome that
de la Arena de Verona. we see today, however great, however beautiful how-
La continuación de obras góticas con criterios y formas ever adorned with palaces and churches and oth~r buil-
medievales, aún en la misma Italia, debe ser considerada como dings, has been built with the lime made from ancient
consecuencia de simple lógica constructiva, y no como un marbles. 31

31 Ferrari, Oreate, op. cit., Vol. XI, p. 693. El autor, para citar las
30 Varios Autores, Diccionario de la Lengua Caatellana dicho de Au-
toridades, Francisco del Hierro, Madrid, 1737, Tomo Quinto, Gredos, frasea de Rafael utiliza a Pauavant, J. D., Raffaello d'Urbino, Firenze,
Madrid, 1969, Tomo Tercero, pp. 599-600. 1882, p. 376.

206 207
Rafael alude con angustia, a los negociantes de la construc- como mental. 32
ción, que comd en todas las épocas, ahon:an dine~o utilizando
los sillares marmóreos procedentes de rumas antiguas, para la Podemos recordar con la misma autora -en oposición a los
construcción de edificios nuevos o, peor aún, triturándolos más despectivos detractores del arte prehispánico, del pasado
para obtener cal. , . . . y del presente- las opiniones de espíritus especialmente sen-
Pero el humanismo, impulsor de un autentico renacnmento sibles, sobre la calidad de las creaciones de las culturas del
en la cultura de Occidente, fue testigo del descubrimiento de Nuevo Mundo, tales como la de Albrecht Dürer, Benvenuto
un Nuevo Mundo, hasta entonces desconocido para Europa, Cellini, André Malraux o Henry Moore. Carmen Aguilera, cita
cuyo desarrollo cultural seguía lineamientos totalmente dis- las palabras de este último, notable escultor contemporáneo:
tintos.
Es de lamentarse que hasta ahora no se haya realizado nin- La escultura azteca tiene una lealtad al material que as-
guna investigación orientada a dilucidar el concepto que las piraba a la máxima perfección del oficio ... no ha sido
culturas prehispánicas pudieron tener, con relación al concep- superada en ningún periodo de la escultura en piedra ...
to de restauración. posee un tremendo vigor que nunca redunda en perjui-
Los magníficos monumentos que la arqueología ha estu- cio de la figura ... y una asombrosa variedad de facetas,
diado, los testimonios de los cronistas e historiadores y los re- fecundidad de formas y acercamiento a la forma neta-
cientes trabajos sobre la conciencia histórica de esas culturas mente tridimensional. 33
-menos prejuiciados que los que les precedieron- permiten
aquí hacer algunos comentarios, en tanto puedan surgir, como Pero Europa, al descubrir el Nuevo Mundo, trajo la muerte
es deseable visiones más completas sobre el tema. para su desarrollo cultural. Hoy la crítica y la investigación
El recie~te estudio, bien documentado, de Carmen Aguile- tienen que enfrentar las dificultades creadas por la sistemática
ra, titulado El Arte Oficial Tenochca - Su Significado Social, destrucción de edificios y esculturas, efectuada durante las
analiza las relaciones muy particulares del arte azteca con la etapas de conquista y de evangelización; la inmediata fundi-
economía y la organización social, mostrando ~u.e los tenoc~­ ción de objetos de oro y plata, por la voracidad de los invaso-
cas ocupaban buena parte de su tiempo en actividades creati- res y piratas; la poca durabilidad de los materiales textiles; la
vas ya fuera como artistas, ya como ejecutantes, o como decadencia y desaparición del arte plumario hacia el siglo
ob;ervadores, viviendo su ciclo de vida, influidos en diferente XVII; la quema inicial y el saqueo posterior de códices, etcé-
manera -según su posición social y la ocasión- por todas las tera.
artes oficiales. La investigación contemporánea encuentra, pues, graves
La autora dice al final de su obra: obstáculos para irn;:lagar sobre la existencia de un sentimiento
de protección para las obras artísticas o -más integralmente-
Sin el concurso del arte, la autoridad del Estado, que era culturales, en el universo prehispánico.
rígida en extremo, habría sido intolerable; y la instruc- El conocimiento de una función específicamente social del
ción control y dirección del hombre común hacia los fi- arte en su más amplio sentido, como política oficial de la or-
nes deseados habría sido una tarea frustrante e inútil. ganización estatal, permite sospechar la existencia de criterios
Las aspiracio~es del Estado habrían permanecido como y prácticas, muy definidas, de protección y conservación. En
instrumentos formales e ineficaces de compulsión física. este sentido pueden interpretarse abundantes datos de las cró-
El arte al convertirse en aliado de las fuerzas del orden nicas del momento, suministrados por las apreciaciones perso-
y del progreso hizo que las normas penetraran en el in- nales de los escritores y los aportes de sus informantes indíge-
dividuo en formas agradables y accesibles. En conclusión, nas y mestizos.
se puede decir que el arte oficial tenoc:_~ca fu~ significa~i­
vo en su comunidad, porque desempeno funciones socia- 32 Aguilera, Carmen, El Arte Oficial Tenochca. Su Significación So·
les mediatas e inmediatas, explícitas e implícitas, que cial, UNAM, México, 1977, pp.158·159.
satfsfacían necesidades básicas, tanto de orden físico 33 Ibidem., p. 10.

208 209
Gracias a los cronistas, sabemos de los equipos humanos minencia, y de cinco en cinco Años subian a ellos, con-
permanentes para la limpieza de las calles, ejecutada diaria- forme mas o menos se avian aventajado en su ministe-
mente bajo la vigilancia del Huey Calpixqui. De ello da cuen- •
no ... 35
ta Motolinía:
En su siguiente capítulo (XII), Torquemada habla de otro
Estaban tan limpias y tan barridas todas las calles Y cal- grupo de jóvenes de la clase media, hijos de comerciantes o
zadas de esta gran cibdad, que no había cosa en que tro- artesano&, que también estaban dedicados al servicio de los
pezar y por doquiera que salía Moctezuma ansí en esta templos, y vivían y eran educados en sus cercanías:
como' do había de pasar, era tan barrido, y el suelo tan
asentado y liso, que aunque la planta del pie fuera tan Estos mancebos dichos servian a los Templos, en lasco-
delicada como la de la mano, no recibiera detrimento el sas exteriores y de maior trabajo, como era en traer leña,
pie ninguno en andar descalzo. ¿Pues qué diré de la lim- para los braceros, y sustentar perpetuo Fuego, que era el
pieza de los templos del demonio e sus grandes salas e continuo Sacrificio (como veremos). Tenían a su cargo
patios? Las casas de Moteczuma y de los otros señores la fabrica y repartición (reparación ?) de los Templos; y
no solo estaban muy encaladas y blancas, mas muy bru- finalmente todas las otras cosas exteriores, que pertene-
ñidas y lucidas, y cada fiesta las renovaban. 34 cian al servicio y ministerio de los dichos Templos. Estos
tenían sus Colegios y Casas cerca de los mismos Templos
Fray Toribio de Benavente, en este pasaje, hace mención y tenian un Rector, que les regia y gobernaba, que sella-
de la escrupulosa pulcritud y amor a la limpieza que caracte- maba Telpochtlato, que quiere decir Guarda o Caudillo
rizaba a la cultura indígena y que se extendía, desde la propia de los Mancebos, el cual Tepochtlato tenia gran cuidado
persona -un azteca noble se bañaba siete veces al día- hasta de doctrinarles y enseñarlos en buenas costumbres y en
los vestidos, las calles, las habitaciones y los templos. El cro- todas aquellas cosas que eran de su ministerio, corrigien-
nista franciscano, en este y otros pasajes semejantes, deja su- dolos y castigandolos en las culpas y defectos que come-
poner, con buen fundamento, que existía una organización tian. 36
sistemática para mantener en perfecto estado las casas y los
templos. El estado de notable pulcritud de templos y ciudades, pue-
Fray Juan de Torquemada, en su Monarquía Indiana, don- de confirmarse ampliamente por los testimonios de soldados,
de muy a menudo transcribe los textos de Motolinía, es más como el propio Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo; la
explícito en cuanto a la organización para los servicios de los organización para mantenimiento de este carácter puede expli-
templos, haciendo minuciosa enumeración de las distintas ca- carse con testimonios como los mencionados, de Motolinía y
tegorías de quienes debían ocuparse de cada tarea, de su ran- Torquemada. Todo esto apoya la tesis de Carmen Aguilera so-
go social y de su periodo de servicio: bre el carácter social del arte azteca. Pero podemos llegar más
lejos en estas reflexiones.
Estos mo~os eran Hijos de Señores, y Gente principal de Sin la intención de generaliz81, y en el caso específico de la
la República, a cuia compañia, y administración no se ciudad de Tenochtitlan, al que básicamente se refieren los dos
admitian Hombres comunes, aunque mas ricos fueses; cronistas franciscanos citados, hay que añadir los comentarios
porque para este oficio no valia la Plata ni el Oro, sino expresados por Jacques Soustelle, sobre la capital azteca:
solo la noble~a y limpi~a de sangre. Estos tenian cargo
de servir en lo interior del Templo, en los servicios mas Los observadores modernos düieren grandemente cuan-
propincuos a los Dioses, como era barrer y regar el Tem- do se trata de interpretar el espectáculo que acabamos
plo ... Tenian entre si estos Mancebos, grados de pree-
35 Torquemada, Fr. J., Monarqu(a Indiana, Editorial Porrúa S.A.,
34 Motolinía, Fr. T., Memorialu, La Cua del Editor, Méjico, 1903, México, 1969, Tomo 2o., Libro Nono, Capítulo XII, p. 184.
p. 147, Edmundo Aviña Levy, Guadalajara, 1967. 36 Ibídem., p. 186.

210 211
d~ describir. ¿Qué era exactamente Tenochtitlán? ¿Era nente 'medicina preventiva'- no era necesario enfrentar nin-
una tosca aldea indígena, un pueblo crecido? ¿Una Ale- gún otro problema para la protección de los monumentos?
jandría del mundo occidental? 'Aunque Tenochtitlán Creo que habría buenas bases para suponerlo.
era, social y administrativamente, una típica población Este planteamiento, que bien podría ser la hipótesis de tra-
de tribu indígena americana, en lo externo parecía ser la bajo de una investigación muy interesante, puede enriquecerse
capital de un imperio' escribe Vaillant; Oswald Spengler, con otros conceptos indígenas conocidos, pero hasta ahora no
por el contrario, clasifica a Tenochtitlán entre las 'urbes relacionados en ninguna investigación, con el concepto de res-
mundiales', símbolos y términos de una cultura que re- tauración.
sume en ellas su grandeza y su decadencia. Bien sabido es, que los pueblos prehispánicos no destruían
Confieso que ignoro lo que deba entenderse por 'pobla- los templos, ni siquiera para ampliarlos, sino que periódica-
ción de tribu indígena americana'. Si con ello se quiere mente -en un sistema perfectamente establecido- al finalizar
decir que México no era en verdad una capital de impe- un ciclo de 52 años, se sobreponía un nuevo templo sobre el
rio y que, detrás de su aspecto brillante, no se encuentra antiguo, con escrupuloso cuidado para no alterar al anterior. De
más de lo que se puede observar en una aldea de Arizona, esta manera, un templo siempre era mayor que su antecesor.
la tesis me parece que resulta desmentida por los hechos Independientemente de las ventajas prácticas, en el notable
más palmarios. Hay tanta diferencia entre México y Taos o ahorro de los volúmenes de construcción y -dada la concien-
Zuñi, como entre la Roma de Julio César y la de los Tar- cia histórica analizada ya por Miguel León Portilla o Mercedes
quinos. Conviene no confundir el punto de llegada con el de la Garza- con las reflexiones anteriores, el sistema de super-
de partida. posición de templos, puede muy bien ser indicio de la existen-
Pero ¿está justificado considerar a Tenochtitlán como cia de un extraordinario respeto a los monumentos. El respeto
una de esas ciudades refinadas y petrificadas, tumbas a los monumentos, sinónimo de apreciación de sus valores -no
opulentas de una civlización que se inmoviliza antes de lo olvidemos- es el móvil de toda restauración.
morir? De ninguna manera. México era la capital joven Las recientes excavaciones en el Templo Mayor de Tenoch-
de una sociedad en plena mutación, de una civilización titlan, han permitido observar hasta qué grado la construcción
en plena evolución, de un imperio todavía en formación. de una nueva etapa había sido cuidadosa, y cómo, cada ele-
Los aztecas aún no habían llegado a su cenit: apenas su mento escultórico -más deteriorable que otros- era respetuo-
estrella había franqueado las primeras etapas de su ca- samente desmontado y protegido para no ser dañado con el
rrera. No hay que olvidar que esta ciudad fue destruida movimiento de los nuevos trabajos.
antes de que hubiera cumplido su segundo centenario, y También, las mismas exploraciones demostraron la existen-
que en realidad su ascenso databa de los tiempos de ltz- cia de restructuraciones ocultas, por medio de gruesos pilares
cóatl, menos de un siglo antes de la invasión. 37 en serie, fabricados en mampostería y con altura variable, para
compensar los hundimientos diferenciales de la estructura an-
La ciudad de Tenochtitlan, en efecto, nunca había sido in- terior, y recuperar la horizontalidad de los nuevos cuerpos a
vadida, ni incendiada, ni abandonada; desde su fundación había construir.
ido creciendo, primero con lentitud, después de Itzcóatl con De la misma manera, es posible observar en el mismo mo-
impresionante rapidez, pero no ofrecía problemas de restaura- numento, obras de menor magnitud, para corregir la sime-
ción, dado que el mantenimiento era constante y cuidadoso, tría de los distintos cuerpos de pirámide, deformados quizá
gracias a la política oficial sobre el arte, y a la pulcritud natu- por hundimientos diferenciales, quizá por movimientos
ral del indígena. telúricos.
¿Sería entonces exagerado pensar que, aquí se daba un es- Fuera de Tenochtitlan y su Templo Mayor, hay otros ejem-
tado ideal para la conservación, en que -gracias a la perma- plos notables del mismo respeto a los monumentos. En Cacax-
tla, la exploración arqueológica mostró que los extraordina-
37 Soustelle, J., La Vida Cotidiana de los Aztecas, Fondo de Cultura rios murales habían sido cubiertos con una cama de arena fina,
Económica, México, 1977, pp. 49-50. para proteger la superficie policromada y aislarla así de los
212 213
demás rellenos necesarios en la etapa que se ejecutaba. Gracias mer Renacimie nto hace difícil definir el concepto de restaura-
a ese cuidado, es posible ahora contemplar los. ción arquitectón ica sustentado en el período. Otras caracte-
En el sitio de las Higueras, en el Estado de Veracruz, la múl- rísticas presenta el problema de pintura y escultura a partir del
tiple superposic ión de murales -que permite observar la evo- siglo XVI.
lución, durante varias centurias, de los criterios de represen- Este siglo contempló la muerte de la tradición medieval que
tación- fue ejecutada colocando nuevas capas de enlucido, sin adaptaba los vestigios y fragmentos antiguos a sus propios pro-
destrucción del anterior. La habilidad de los restaurado res gramas edilicios e iconográficos. De la Edad Media, basta recor-
logró separar e identificar más de veinte etapas sucesivas, que dar como ejemplo, la conservación de la estatua ecuestre de
montadas en nuevos soportes ligeros, pero en forma separada, Marco Aurelio, por considerarl a representac ión del emperador
guarda ahora el Museo de Jalapa. En este caso, el pulido de los Constantin o y la adaptación veneciana de una escultura anti-
enlucidos, obligó a los artistas indígenas a practicar un picado gua, con una nueva cabeza, para representar a San Pablo, que
ligero, con el fin de lograr la adherencia necesaria entre dos aún hoy se conserva en el Campo San Paolo de Venecia.
etapas sucesivas. La interpretac ión crítica de los fragmentos, apoyada en una
Es pues evidente, tras la consideración de los ejemplos ante- gran sensibilidad artística, produjo en el XVI, el nacimiento de
riores, que para las culturas prehispánicas, nos encontram os una nueva forma de restauració n, que consistió en completar,
ante testimonio s de criterios muy diferentes a los del mundo tratando de adivinar la forma original. Este tipo de restaura-
occidental, también en el campo de los monument os y de la ción recibió la aprobación entusiasta de artistas y de críticos:
restauració n. Su existencia y análisis, parece ya vislumbrarse
en los más recientes trabajos de investigación sobre temas Il Vasari acceta come fatto normale, e li approva, i res-
-h83ta ahora sólo indirectam ente- relacionados con el que tauri della collezione del Cardinale Della Valle fatti
aquí nos ocupa. eseguire da Lorenzetto : 'hanno molta piú grazia queste
El corte brutal provocado por la intervenció n europea y que anticaglie in questa maniera restaurate che non hanno
significó la muerte de estas culturas, nos deja ahora con tales que tronchi imperfetti e le membra senza capo o dife-
incógnitas agravadas por la escasez de objetos testimonial es, a ttose e manche'. 38
resultas de la destrucción sistemática . El tema, por otro lado,
sólo puede ser enfocado en forma indirecta, como aquí lo Desde el siglo XVI también, en el campo de la pintura se
hemos intentado, a través de los ejemplos citados, puesto que desarrolla una nueva corriente de criterios que no están ancla-
la selección estricta, impuesta por el humanismo renacentist a, dos a la admiración del pasado clásico como tal, sino que se
impidió que aquí se manifestar an acciones o comentario s sobre refieren a las obras protorrena cientes o renacentistas. Se popu-
algo considerad o inexistente : obras de arte inspiradas u origi- lariza entonces el transporte de murales y los retoques o re-
nales de la Antigüedad Clásica. Los criterios de selectividad pintes con una nueva conciencia de respeto por el original:
continuarí an en el período virreinal, pero eso precisamen te
propiciaría el desarrollo de los criterios antropolog istas. 11 rispetto per l'autore, la difficolta di imitare uno stile
alieno alla propria maniera, l'impossibilita di accompag-
nare con colori freschi quelli 'temperati per altra mano',
Obras de arte y antigüedades: Siglos XVI al XVIII impediscon o a qualinque buon maestro di imbarcarsi con
fiducia nel restauro di un opera danneggiata. La protesta
El Renacimie nto Italiano del siglo XV, gracias a su lugar de contro i rifacimenti maldestri, anche se li hanno eseguiti
vanguardia en la revolución cultural humanista, y a las carac- buoni pittori, diviene uno dei luoghi ricorrenti della let-
terísticas especiales, ancladas en el problema de identidad, que teratura artistica; dagli esempi vasariani, dalle osservazio-
ahí reviste la admiración por el pasado clásico, produce en el ni del Dolce sul cattivo risultato di Sebastiano del Piombo
siglo XVI -antes que en otros países- notables ampliaciones
en los contenidos del concepto de restauració n.
38 Conti, Aleuandro, en Storia Dell'Arte Italiana, Giulio Einaudi
Ya mencionam os cómo el gran impulso constructo r del pri- Editore, Torino, 1981, Parte Terza, Volume Terzo, Tomo 10, p. 43.
214 215
nei ritocchi agli affreschi delle Stanze di Raffaello, fino ejemplo de ello lo tenemos en Borromini, quien en San
alle deplorazioni di Gaspare Celio. 11 Bellori che approva Juan de Letrán. actúa de ese modo, aunque respetando
i restauri del Maratta e, anche rispetto alla letteratura los frescos y pinturas prexistentes. Podría decirse que,
successiva, l 'eccezione. 39 en esta época, ya se tiene en cuenta el valor del pasado
como eterno presente de las cosas. 41
Fuera de Italia, que representa la vanguardia, los cambios se
detectan con posterioridad. En España, se aprecian en la lexi- La opinión del profesor De Angelis, donde también incluye
cografía; Martín Alonso, en su Enciclopedia del Idioma, dice: la arquitectura, hace patente que, la restauración del siglo XVII,
realmente llevaba la intención de renovar, quitando de las obras
Restaurar - s. XVI al XX, reparar, renovar o volver a de arte las apariencias de lo viejo, en un auténtico remozamien-
poner una cosa en aquel estado o estimación que antes to, que en la mentalidad del momento, no afectaba la auten-
tenía. ticidad.
- Reparar una pintura, escultura, etc., del deterioro que La inicial admiración por la Antigüedad Clásica, propició sin
ha sufrido. duda el aprecio y cuidado de los vestigios clásicos, pero a la vez
fomentó y difundió una gran conciencia sobre el valor estético
El mismo autor opina que la restauración, específicamente que -sin proponérselo- desarrolló la sensibilidad sobre las
referida al tratamiento de los deterioros sufridos por las obras obras de arte de otras épocas, en especial por las del propio
de arte, aparece en España en el siglo XVII; para probar su Renacimiento, que para el siglo XVII ya habían podido sufrir,
afirmación, aporta como ejemplos, sin citar verbatim, las obras y necesitaban remozamiento.
de autores tales como: Pero si el Renacimiento creó exclusividad para el arte, acti-
tud no conocida hasta entonces, quizá por inconsciencia o in-
Percivales, Richard 1623 diferencia medieval, también inspiró profundas diferencias
Palet, Joan 1604 entre lo culto y lo inculto, separación que se generalizó, abar-
Oudin, Cesar 1607 cando las esferas del conocimiento. Burckhardt ya lo hacía
Covarrubias, Sebastián de 1611 notar en su obra escrita el siglo pasado:
Franciosini, Lorenzo 1620 40
... Esta revolución consiste en que al lado de la Iglesia,
que hasta entonces había constituido la unidad del Occi-
Queda patente en la definición de Martín Alonso, dedu- dente (privilegio que pronto iba a perder) se forma un
cida de los usos en la literatura del momento, la permanencia nuevo medio-intelectual, que llegará a ser, poco a poco,
del volver a un estado anterior ahora enriquecida por una nueva como la atmósfera, en la que vivirán todos los espíritus
conciencia, la de la estimación que antes tenía a la vez que se cultivados de la Europa. El más grave reproche que se le
revela la exclusividad de la restauración para las obras de arte. podría hacer a este nuevo elemento, es el que fuera ex-
Por su parte, el profesor Guglielmo de Angelis D'Ossat, opi- clusivo, el que dividiera fatalmente a toda Europa en dos
na sobre la restauración del siglo XVII: clases, la clase instruida y la clase ignorante. Pero este
reproche pierde todo valor, desde el momento en que
Aparecen en esta época estucos, pinturas y toda una serie nos vemos obligados a reconocer, que el mal subsiste
de superposiciones sobre los monumentos, hecho que tan todavía hasta nuestros días, que todo el mundo puede
solo ha escondido los vestigios antiguos de los mismos, constatarlo y que, a pesar de todo, no es posible ha-
protegiéndolos a su vez de la erosión del tiempo. Un cerlo desaparecer. 42

Ibidem., p. 44.
39 41 De Angelis D. G., en De re Restauratoria, Escuela Técnica y Supe-
Alonso, Martín, Enciclopedia del Idioma, Aguilar, Madrid, 1968,
40 rior de Arquitectura, Barcelona, 1972, vol. 1, p. 13.
Tomo 111, p. 3606, Verbum - Restauracion. 42 Burckhardt, J., op. cit., Tome 2, pp. 13-14.

216 217
La visión elitista en el campo intelectual y de la restauración, rarse de los criterios selectivos heredados del Renacimiento
dió no sólo supremacía, sino exclusividad al arte y fundamentó en el campo del arte. Con insistencia poco racional-en con-
los conceptos sobre cultura que sustentó la Ilustración, aunque tr~dicción con sus propios principios- trató de restringir la
en ella misma estaba el germen de un cambio radical para el busqueda arqueológica, a los objetos artísticos o de clasüicar
pensamiento y para la restauración. Este ocurriría hasta el los hallazgos arqueológicos según criterios estéticos.
siglo XIX. Ejemplo de ello son las frases ya citadas del Conde de Oxford
Entretanto, durante el siglo XVIII, el incipiente estudio de Horace Walpole (1717-1797), que se lamentaba de la carencia'
las ruinas arqueológicas, que había sido hasta entonces, salvo de sensibilidad y de buen gusto de los miembros de la Sociedad
honrosas excepciones, casi una mera curiosidad de viajero rico, Londinense de Anticuarios:
empieza a tomar rumbos definitivamente científicos y a ser re-
conocida como actividad para develar testimonios de la his- Merey on us ... what a cartload of bricks and rubbish
toria. 43 and Roman ruins they have piled together... 45
Ya en el Renacimiento, el descubrimiento de las ruinas clá-
sicas romanas había planteado el problema grave de su conser- Ya !>8:1'ª ~~tonces, n~ todos pensaban como Walpole, y por
vación. Los trabajos iniciales en las ruinas de Pompeya y Her- eso la lnJUstiflcada queja, pues lentamente debía irse corrigien-
culanum, donde no había existido descuido,. vandalismo o de- do la vaga orientación de los inicios, para tomar una ruta ver-
formación humana, ponía de manüiesto la necesidad de explo- daderamente científica y racional. En ello debían jugar papel
rar con cuidado y orden, pero también la urgencia de hacer importante los sentimientos de los nuevos pueblos de América
algo por la conservación y protección de lo descubierto, tanto que desde finales de ese siglo, y en los dos siguientes tomarí~
como inferir la posición y función de los elementos desplaza- con decisión un camino más recto y, en el fondo, mis objetivo.
dos por la catástrofe que habían sufrido ambas ciudades. Lo que no se puede negar es que la raíz del movimiento ra-
Podría decirse que la necesidad de restauración planteada cionalista, estaba en el Humanismo, que ve la culminación de
por la exploración arqueológica, era de carácter más urgente sus orientaciones sobre el hombre hasta el período de la Ilus-
y evidente que la restauración -en el sentido de remozamien- tración.
to- que se practicaba en los objetos artísticos de una colec- Si ace~tamos la expresión de Jules Michelet (1798-1874)
ción de pinturas o esculturas. -populanzad a por Burckhardt- de que lo más característico
Además, la urgencia de la intervención restauratoria en las del Renacimiento es la découverte de l'homme et du monde
ruinas exploradas, surgía más bien de la necesidad científica podríamos encontrar la conjunción armoniosa de los dos as:
de conocer, inferir, discutir y comparar datos del pasado, que pe~t~s, como ~ulminación de l~ Ilustr~ción, cuya expresión
de la mera posibilidad de contemplación de sus cualidades es- o bJet1va se logro en la arqueolog1a cient1fica.
téticas, por más que estas contuvieran una buena dosis de Johan Huizinga (1872-1945) en su libro Herbst des Mitte-
historia. lalters (1927), al comentar la desesperanza generalizada al ter-
Tras la búsqueda de datos históricos objetivos, estaba el minar la Edad Media, exclama:
movimiento racionalista, motor de la Ilustración, con su exi-
gencia de raciocinio científico como único camino hacia el Cuando . . . se emprende el camino del mejoramiento
conocimiento demostrable. En esta forma, los inicios de la positivo del mundo, comienza una nueva edad, en que el
arqueología, durante el siglo XVIII, deben considerarse como horror a la vida cede el paso al ánimo y a la esperanza. Es
consecuencia y no como origen de la exigencia racionalista el siglo XVIII el que por primera vez se da verdadera
de objetividad. 44 cue~~ de esto: El Renacimiento debe su enérgica afir-
A pesar de todo, el movimiento ilustrado, nunca pudo libe- mac1on de la vida a otras satisfacciones. Unicamente el
siglo XVIII eleva a dogma capital la perfectibilidad del
43Daniel, Glyn, op. cit., p. 26. hombre y de la sociedad, y las aspiraciones sociales y
44Bernal, Ignacio, Hiatoria de la Arqueologi'a en México, Editorial
Porrúa S.A., México, 1979, pp. 62·89. 4s Daniel, Glyn, op. cit., pp. 46·47.

218 219
intel ectua -
la inge- . Per.o el paso fund amen tal habí a sido dado por lamo -sien do
económicas del siguiente siglo, sólo han perd ido . 46 lidad ilustrada, y la exigencia objet iva del racio nalis
nuid ad del anter ior, pero no el ánim o ni el optim ismo ltant e- ne-
cong ruen te con la nuev a conciencia histó rica resu
les, anen cia prob ato-
inga, que c.esit~ba de las prue?.as tan~b cuya perm
En efect o, pode mos o no acep tar con Joha n Huiz na, solo la resta urac1 on pod1 a garan tizar.
fuero n distin tas, pero la ían el
las satisfacciones del Rena cimi ento Mientras tanto , las sociedades del Nuevo Mun do reviv
culm inaci ón de sus objetivos, en esa déco uver te de l'hom me et l~
interés en las .culturas indígei;ia~ •. cercenadas por r arte en los
conq uista
hasta el siglo XVII I, en el cono cimi ento idera
du monde, dió fruto s la socie dad, euro pea, Y pnva das de la pos1bihdad de cons
cient ífico de la perfectibilidad del hom bre y de l del ser o~jetos culturales, se lanza ban, como única
opci ón, por el ca-
que con la convicción de la evolu ción biológica y socia
más que la acep- mmo antro polo gista .
hum ano, fue deno tada por la Ilust ració n, por después. El siglo .siguiente, el XIX, senti ría la necesidad de paíse s
legislar
tació n unán ime sobreviniera en el siglo XIX, o aún uraci ón sobre tan impo rtant e asun to, y fue enton ces cuan do
En el cami no a esa culm inaci ón, el conc epto de resta de form u-
s o por los euro peos como Fran cia e Italia, se diero n a la tarea
se vió limit ado por los crite rios selectivos esteticista dió pasos lar normas, para orien tar las acciones que debí an
garantizar la
intereses turís ticos o el colec cioni smo priva do, pero
el conc epto vida de los testim onio s.
definitivos en la ampliación de sus objetivos, hacia
mon io, con la nece saria acció n orien tado ra
de cultu ra y de patri exten dida
n
del Estad o, como cons ecue ncia de su nueva visió histórico
a todo s los testim onio s del pasa do. Normas para proteger las fuentes del cono cimi ento
I para
Alessandro Cont i, resume así los logros del siglo XVII Siglo XIX
Italia:
I se convir-
a quale .• La Fra~c!a. racionali.st~ e ilust rada del siglo XVIIel estilo gó-
Attraverso il filtro belloriano, la dignita di Rom t~o en pos1tIVIsta y ec!ect1ca. !lura nte el siglo
XIX,
arti, le tecni che di manu tenzi one os estilos de épocas
maes tra e capit ale delle enti tico fue resca tado, y Junto a el otros much
nate in rapp orto al colle zioni smo diven gono mom como inventos sen-
io di pasadas que, enton ces, fuero n considerados
necessari al tram ando di un insustituibile patri mon 47 S?ci'!nales, de hom bres extra ordin arios de otros siglos. Se es-
beni cultu rali. Nasce la base teori ca del resta uro. timo en consecuencia, que tales estilo s ahor a reval orados po-
nuev as, a' volu ntad de quie n' qui-
tos, con drían ser utiliz ados en obra s
La Rom a papal nuev amen te desta ca en estos aspec icio- siera hacerlo y tuvie ra el talen to para logra rlo.
cas y cond la res-
edict os para limit ar las excavaciones arqueológi racio nes, En ~~te ambi ente, por much os aspe ctos conf uso para
nar la expo rtaci ón de obje tos extra ídos de esas explo o los logro s inicia les de la visión
nal del pont ífice . ~urac1on, fuero n madu rand
que llegaron a estar sujetas al perm iso perso ento objet ivo
rdo a su calid ad Ilust~ada, para conv ertir la ciencia en un cono cimi . '
Tam bién se clasificaron los objet os de acue s mate riales
rtaci ón, y basado en la demo strab ilida d de testim onio
artís tica, para juzgar sobre su posibilidad de expo tos artís- Fue a consecuencias de ello que la conc ienci a histó rica en-
entre las razones cons idera das para conservar los objemo. Estas qued ó
cont ró en la restauración su tercer satisfactor como nuevo
ticos, se invocaron los beneficios econ ómic os del turis tos, fue- expli cado en el capít ulo prece dente . A la luz 'de este
medidas, expr esad as aisla dame nte en difer entes decre ulgad o en rango, adqu irido por la prote cción -has ta ento nces teóri cos
exclusiva
ron final ment e unificadas en un solo edict o, prom auto ridad de las obra s de arte - se hicie ron los prim eros inten tos
nom bre de la norm as for-
1750, por el Cardenal Valenti, en en Francia, que culm inaro n en la elabo ració n de '
papal. 48 muladas princ ipalm ente en Italia.
añad ieron
A los decre tos Y edict os de épocas anter iores se
umentos y
Huizinga, J., El Otoñ o de la Edad Media, Alian
za Unive rsidad , ahor a las legislaciones prote ccion istas de los m'on
de un mona rca
antigüedades, revelando así, no la volu ntad
46
Madrid, 1981 , pp. 54·55 . e el conj unto de
47 Conti , Aleas andro , op. cit., p. 46. abso luto, sino la responsabilidad estatal sobr
48 Ferra ri, Orest e, op. cit., pp. 693·6 94.
221
220
bienes inalienables de propiedad compartida por todos los cia de autenticidad, que con variados ejemplos prácticos y
miembros de una nación. marcada insistencia, integran el resto del amplio artículo.
Fue así como la restauración logró, para finales del siglo XIX, Ruskin, poeta romántico, busca en la apreciación de los va-
una orientación definitivamente ligada al carácter histórico de lores estéticos una relación sentimental que debe unir al obser-
los objetos del pasado. El profesor De Angelis D'Ossat lo ex- vador con la obra de arte, pero hace gran hincapié en el valor
presa así: testimonial del monumento, y en su autenticidad. En Las Siete
Lámparas de la Arquitectura, se expresa así:
A finales del siglo XIX, aparece esta nueva forma de res-
taurar como freno a las fantasías compositivas de los ar- El verdadero sentido de la palabra restauración, no lo
tistas restauradores precedentes. Evocan entonces la comprende el público, ni los que tienen el cuidado de velar
necesidad de poseer conocimientos históricos para poder por nuestros monumentos públicos. Significa la destruc-
restaurar. Esto implica en muchos casos la no actuación ción más completa que puede sufrir un edilicio des-
por carencia de dichos documentos históricos. 49 trucción de la que no podrá salvarse la menor p~ela
destrucción acompañada de una descripción del monu:
La actuación o no actuación, queda ejemplificada en los es- mento destruido. No abusaré sobre este punto tan im-
critos de dos autores famosos desde mediados del siglo, Eugene portante; es imposible, tan imposible como resuscitar a
Viollet le Duc y John Ruskin. En ambos, campea la herencia los muertos, restaurar lo que fue grande y bello en ar-
renacentista sobre la obra de arte y la necesidad de guardar quitectura.
la unidad que exige la calidad estética, fondo ideológico que No hablemos pues de restauración, la cosa en si no es en
a veces resulta contradictorio con la exigencia de auten- suma más que un engaño. Podéis hacer el modelo de un
ticidad. edificio, como podéis hacer el de un cuerpo, más yo no
Viollet le Duc, arquitecto activo, busca completar la obra de veo la ventaja de esto. El viejo edificio está destruido más
arte y supone que es posible personificar al autor original, a aún que si estuviera enterrado en un montón de poivo o
base de estudiar y comprender un estilo, con la ayuda de docu- sepultado entre una masa de arcilla. Se saca más de las
mentos. En su Diccionario Razonado de Arquitectura, aporta ruinas de Nínive que de. la reconstrucción de Milán. 51
la siguiente definición:
Aceptamos que es imposible resucitar a los muertos pero
Restauration- s.f. Le mot et la chose sont modernes. ¿qué sucede si el edificio no está muerto sino sólo enf~rmo?
Restaurer un édifice, ce n'est pas l'entretenir, le répa- Ruskin parece no considerar el caso en estos párrafos. Sin em-
rer ou le refaire, c'est le rétablir dans un état complet bargo, más adelante acepta que en Francia se han hecho algu-
qui peut n 'avoir jamais existé a moment donné. so nas buenas restauraciones.
Hay en su escrito una gran confusión entre la ruina de un edi-
Ya hemos visto que, tanto el término como el concepto ficio ya muerto, y el monumento deteriorado que -continuan-
existían desde muchos siglos atrás, aunque con contenidos do s~ símil- podría considerarse enfermo, pero vivo y útil, con
mucho más limitados que para el siglo de Viollet le Duc. funciones que son parte de su valor y de su testimonio histórico.
Su concepto sobre un estado completo que puede no haber Su especial postura sentimental y romántica, es patente en
existido en un momento dado, marca un límite extremo, y no uno de los párrafos iniciales de La Lámpara del Recuerdo de
una norma para todos los casos, como se ha tratado de inter- donde también procede la cita precedente: '
pretar. Lo que quiso expresar, sin embargo, será motivo de dis-
cusiones y de interpretaciones perpetuas, porque está en clara Sería imposible imaginar una escena en tal lugar libre de
contradicción con sus elaborados comentarios sobre la exigen- la influencia de aquella belleza y soledad. Recue~do tam-
49 De Angelia D. G., op. cit., p. 14.
so Viollet le Duc, op. cit., Tome Huiti~me, p. 14. s 1 Ruakin, J., Loa Siete Lámpara1 de la Arquitectura El Ateneo Bue-
nos Airea, 1956, pp, 256-257. ' '
222
223
bién el brusco vacío que se abrió ante mí y la repentina recido ampliamente, tras las experiencias de promoción y fi-
frialdad que me invadió, cuando me esforcé -a fin de nanciamiento de Carlos 111 en Pompeya y Herculanum, cuando
apreciar aún mejor las fuentes de la impresión que sentía- era rey de Nápoles.
en representarme por un momento todo aquello como En 1811 Giuseppe Camporesi descubrió y consolidó las rui-
una escena en alguna selva primitiva del Nuevo Mund<;>. nas del Templo de Vespasiano, en el Foro Romano; en 1814
Las flores enseguida perdieron su brillo, el arroyo su ~u­ Raffaelo Stem consolidó el Coliseo; en 1821 Giuseppe Vala-
sica¡ las montañas aparecieron desoladas de un modo in- dier liberó y reintegró el Arco de Tito¡ en 1836 Villareale y
soportable¡ la rudeza de las ramas de la selva mostraba Cavallari, hicieron lo propio con el Templo de Castor y Polux
cuanta parte de su fuerza primitiva había sido abando- en Agrigento¡ en 1850 Luigi Canina realizó liberaciones y con-
nada por una vida que no le era propia¡ cuánta de la gloria solidaciones en la Via Appia Antica, dejando a la luz tumbas
de la impercedera y siempre renaciente creación se refle- romanas. 53
jaba en objetos, más preciosos por sus recuerdos, que ella Este tipo de trabajos, poco objetados aún hoy día, no tenían
misma por una renovación. 52 que enfrentar el problema de adaptación para reutilización,
que en edificios románticos, góticos o renacentistas, en pleno
Sin la intención de restar importancia a la indudable perso- uso, exigía trabajos mucho más complejos y discutibles.
nalidad de ambos, hemos de decir que ni Viollet le Duc, ni Pero estas experiencias tuvieron la enorme ventaja de hacer
mucho menos Ruskin, fueron visionarios que se adelantaran a más evidente la urgencia de restauración¡ no puede, en efecto,
su época para definir nuevos caminos en el hacer o ?n el pensar abandonarse el producto de una exploración arqueológica,
de la humanidad. Los dos fueron hombres de su tiempo, Y es como se puede posponer la restauración de edificios deteriora-
en ese contexto que pueden ser juzgados. Así contemplados, dos, pero en uso.
expresan bien los logros del siglo XIX en el campo de la res- Camilo Boito, al observar las diferencias, distinguió tres cla-
tauración. Eran conscientes de la relación de esta con la nece- ses de restauración, inspirado en el mismo fondo renacentista,
sidad de testimonios históricos del pasado, tanto como su liga limitante, sobre el arte:
con el problema de identidad. La captación del valor testimo-
nial de antecedentes propios, queda románticamente expre,s~da l. Restauro archeologico (Antichita) - importanza ar-
por Ruskin, en lo que parece dar brillo a las flores y mus1ca cheologica
al arroyo. 2. Restauro pittorico (Medio Evo) - apparenza pittoresca
Tras de los conceptos expresados por Viollet le Duc Y Ruskin, 3. Restauro architettonico (Rinascimento) - belleza ar-
está toda la actividad desarrollada desde finales del siglo XVIII, chitettonica
que permitió acumular las ~xperienciB;s iniciales b~jo una nueva
luz, cuyo brillo capta, el celebre arqmtecto frances, en tal for- En Francia, la destrucción realizada por los revolucionarios
ma -y esto sí es mérito suyo- que llega a proclamar que el desde 1790, originó el nombramiento de comisiones de monu-
término y el concepto son totalmente nuevos. El brillo de la mentos que, en realidad no funcionaron sino hasta el adveni-
nueva luz, llega a preocupar tan hondamente a Ruskin! _que se miento de Ludovic Vitet en 1830 al puesto de Inspector Ge-
pronuncia apasionadamente en contra de l~ restaura~1on -la neral de Monumentos Históricos, y de su sucesor Prospere
mala restauración debemos entender reflexionando, sm duda, Mérimée a partir de 1834. Fue bajo la dirección de ellos, que
en las fatales con~ecuencias que podría acarrear una interven- el joven Viollet le Duc se inició como restaurador.
ción ignorante de los nuevos lineamientos de respeto., El problema de rehabilitar la arquitectura gótica, dió lugar
Las excavaciones arqueológicas del siglo XVIII, hab1an apor- a soluciones mucho más discutibles, pero fomentó un estudio
tado el material para las primeras restauraciones ejecutadas con documental mucho más profundo que el necesario para libe-
los recientes criterios. En Italia, el gobierno napoleónico Y el rar y consolidar las ruinas de la Antigüedad.
papa Pío VII, en forma oficial, las habían patrocinado y favo-
53 Grassi, L., Storia e Cultura Dei Monumenti, Societa Editrice Li·
s2 Jbidem., p. 235. braria, Milano, 1960, p. 43 7.

224 225
La. investigación document.al, consecuencia de los nuevos para escudriñar la historia del pasado y su proceso de evolución
criterios racionalistas sobre el conocimiento objetivo, encon- hasta el presente, convirtiendo en exigencia científica, la pro-
tró, pues, en la restauración, un campo inexplorado que ter- tección de los testimonios -según él- sólo los artísticos.
minó con muchos mitos sobre épocas pasadas, que eran del Ya en su tiempo, la restauración era acusada de moda pasa-
dominio público. Así se rescató el período gótico del infunda- jera, capricho o debilidad, pero Viollet le Duc tacha de espíri-
do desprestigio en que se encontraba desde el Renacimiento. tus superficiales a quienes piensan de esa manera. No cabe duda
El hecho de que los avances en la restauración y en la in- para él que los grandes avances de las ciencias forman parte del
vestigación histórica documental, sean parte de un movimien- mismo movimiento intelectual que el surgimiento de la res-
to mucho mayor que involucra otras áreas del conocimiento, tauración.
no pasa desapercibido para Viollet le Duc; muy por el contra- Viollet le Duc, por cierto, también se ocupó de los monu-
rio, su visión le lleva a plantear la necesidad de conocimientos mentos de México. En el año de 1863, vió la luz pública el
del pasado como lección esencial para planear el futuro: libro sobre ciudades y ruinas americanas de su amigo Desiré
de Charnay, con un capítulo introductorio del famoso restau-
Notre temps, et notre temps seulement depuis le com- rador francés. Las primeras frases dicen:
mencement des siecles historiques, a pris en face du passé
une attitude inusité. Il a voulu l'analyser, le comparer, le Depuis le commencement du siecle, les antiquités mexi-
classer, et former sa veritable histoire, en suivant pas a caines ont préoccupé, non sans raison, le monde savant.
pas la marche, les progres, les transformations de l'huma- Des voyageurs ont parcouru l' Amérique central apres
nité. Un fait aussi étrange ne peut etre comme le suppo- Humboldt, et on ajouté leurs observations a celles de l'
sent quelques esprits superficiels, une mode, un caprice, illustre écrivain, pour les confirmer plutot que pour les
une infirmité, car le phenomene est complexe. Cuvier par modifier. Tel est en effet, le privilege de ces grandes in-
ses travaux sur l'anatomie comparée, par ses recherches telligences qui, de temps a autre, viennent éclairer l'hu-
géologiques, dévoile tout a coup aux yeux des contem- manité, que leurs découvertes et meme leurs hypotheses
porains l'histoire du monde avant le regne de l'homme. sont consacrées par les recherches et les travaux des pa-
Les imaginations le suivent avec ardeur dans cette nou- tients explorateurs venus apreus eux. 5 5
velle voie. Des philologues apres lui découvrent les ori-
gines des langues européennes, tou tes sorties d 'une méme Su amplio conocimiento sobre la historia, los monumen-
source. Les ethnologues poussent leurs travaux vers l'étude tos y la restauración del período gótico francés, así como de
de races et de leurs aptitudes. Puis enfin viennent les ar- los orígenes y razones del movimiento restauratorio en el cual
chéologues qui, depuis l'Inde jusqu 'a l'Egypte et l'Euro- participó tan activamente, contrastan con la superficialidad de
pe, comparent, discutent, séparent les productions d'art, sus opiniones sobre las culturas del Nuevo Mundo.
démasquent leurs origines, leurs filiations, et arrivent peu Ha leído a Humboldt, y no oculta su admiración por él, pero
a peu, par la méthode analytique, ales coordoner suivant participa con él, de todos los prejuicios raciales, característicos
certaines lois ... de la época. Trata de identificar avances arquitectónicos con
... notre temps ne se contente p,as de jeter un regard scru- grupos étnicos de distintas categorías. Sus juicios sobre calidad,
tateur derriere lui: ce travail retrospectif ne fait que de- se basan en los siempre subjetivos criterios esteticistas, a los
velopper les problemes poses dans ! 'avenir et faciliter leur cuales añade una infinita incomprensión del mundo indígena.
solution, C'est la synthese qui suit l'analyse. 54 Imagina, para explicar sus ideas, una compleja mezcla de
orígenes en los elementos arquitectónicos, que hoy causaría
En las palabras de Viollet le Duc, productions d'art sustitu- sonrisas en cualquier medio científico. Pero en 1863, sus plan-
ye a lo que hoy en día hubieramos llamado bienes culturales,
pero no deja dudas sobre el papel testimonial de los vestigios ss Charnay, Déeiré, Citea et Ruinea Americainea, Avec un Texte par
M, Viollet le Duc, Architecte du Gouvernement, A. Morel et Cíe., París,
54 Viollet le Duc, op. cit., Tome Huiti~me, pp. 15-16. 1863, p . l.

226 227
teamientos eran tomados como verdaderas hipótesis científi- gencia de ellos, están plenamente decididas en esta obra.
cas, sólidamente fundamentadas en su prestigio personal. El doctor anticuario que la compuso, hace recurso en
Viollet le Duc no deja escapar la ocasión de expresar ideas todo a las antiguas pinturas y manuscritos que posee, y
políticas, diciendo en el último párrafo de su capítulo: que por ser de Autores de la misma nación, tiene toda
autoridad en la materia; y a lo que dexaron estampado
Peut-etre sommes-nous arrivés au moment ou une inter- los eruditos españoles y extrangeros que se dedicaron a
vention européenne au Mexique permettra de déchirer les explicar lo concerniente a la cultura y extraordinaria ins-
voiles qui couvrent encore l 'histoire de cette belle contrM~ trucción en las artes y ciencias con que florecieron los
Indios, y demuestra los errores en que cayeron los Escri-
En esos momentos, en París, se tramaba la intervención fran- tores que le precedieron, y los corrige con una modestia
cesa que sería realidad al año siguiente. que encanta ... 57
De sus piadosos deseos, puede deducirse que Viollet le Duc
consideraba imposible que en México pudiera darse una inves- En estas breves frases se ve que las piezas no son considera-
tigación documental de calidad objetiva en el estudio de los das obras de arte, pero' son llamadas en forma explícita pre-
monumentos. Pero se equivocaba. ciosos monumentos, cuyo mensaje o significado en cuanto
Los trabajos de Antonio de León y Gama, con relación a las documentos del pasado indígena, es el motivo de la publica-
dos piezas encontradas en la Plaza Principal de la ciudad de ción. Para interpretar ese significado, el anticuario -hoy di-
México, durante el año de 1790, están muy poi encima de la ríamos arqueólogo- acudió a los documentos indígenas, los
superficialidad teórica que para juzgar las culturas prehispáni- códices, y sin alarde de erudición, con una modestia que en-
cas, emplearon tanto Humboldt como Viollet le Duc. El re- canta rebatió otras opiniones que consideró erróneas. El pro-
porte del hallazgo, con un estudio analítico e interpretativo de blem~ de identidad cultural queda expresado en la explicación
la Cuatlicue y de la Piedra del Sol, fueron publicados en 1792, de que y por ser Autores de la misma nación tienen autoridad
muchos años antes que los trabajos de Humboldt o de Viollet plena, en oposición a lo que dexaron estampado los eruditos
le Duc, pero de esa publicación se deducen verdades interesan- españoles y extrangeros.
tes de comentar. Francisco Javier Clavijero, Servando Teresa de Mier, Antonio
Para conceder a León y Gama la necesaria licencia, el Virrey de León y Gama, José Pichardo y José Rafael Olmedo, sin
Revillagigedo solicitó a dos eruditos de sus confianzas, sendas lugar a duda fueron criollos¡ sin embargo, Pichardo habla de
opiniones sobre el estudio, tendientes a definir si merecía la españoles y extranjeros, como de grupos étnicos que en alguna
publicación. Los eruditos eran Don Joseph Pichardo y Don forma considera no integrados.
Joseph Rafael Olmedo. El segundo perito, llamado por el Virrey Revillagigedo, con
El primero de ellos dice en su contestación al Virrey: otras palabras subraya las mismas diferencias, pues afirma que
León y Gama domina el idioma Mexicano en toda su pureza,
En obedecimiento del decreto de V. S. leí con mucha y asegura que estaba adornado del conocimiento de las Anti-
atención un Quaderno que tiene por título: Descripción giiedades Mexicanas, y a mas de tanto, dotado de un exacto
Histórica y Cronológica de las Piedras que con ocasión del discernimiento, de tesón infatigable.
nuevo empedrado que se está formando en la Plaza Prin- Hace falta un estudio exhaustivo de las exploraciones ar-
cipal de México, se hallaron en ella el año de 1790, y hallé queológicas llevadas a cabo desde finales del siglo XVIII en
que su autor D. Antonio de León y Gama expone en él la Nueva España. Los trabajos que existen se refieren más bien,
claramente, y en una manera en que nada dexa que de- a la etapa final del siglo XIX, después de la caída de Maximi-
sear, lo que quisieron significar los Indios antiguos en es-
tos dos preciosos monumentos que describe y que declara.
57 León y G. A. de, Deacripción Hiatórica y Cronológica de las dos
Las dificultades, que se pudieran encontrar, en la inteli- piedras que con ocasión del nuevo empedrado que ~e está formando en
la plaza principal de México, se hallaron en ella el ano de 1790, Impren-
56 Ibídem., p. 104. ta de Zúñiga y Ontiveros, México, MDCCXCII.

228 229
llano, donde los nombres de los mexicanos se mezclan con los prolongar la posibilidad de contemplación de las obras de arte,
extranjeros que aportaron mucho en la técnica y el registro de restaurándolas con esa visión, no pusieron, sin embargo, un én-
los hallazgos. fasis especial en el mensaje histórico inseparable de la con-
Es muy probable que, al final del Virreinato y en las prime- templación.
ras décadas del México independiente, el interés arqueológico La revolución ilustrada que impulsó y orientó la arqueolo-
se expresara, no tanto en excavaciones, sino en muchos otros gía, hizo patente que el mensaje histórico inferido de las ex-
géneros de búsqueda de testimonios, como la colección de do- ploraciones, no es de naturaleza distinta del mensaje conteni-
cumentos, ya practicada por Sigüenza, desde el siglo XVII y do en los monumentos y objetos que, siendo producto de un
por el caballero Boturini, algunos años después. pasado más inmediato, aún forman parte del presente vivido.
Ante la falta de investigaciones, resulta aún más düícil co- La convicción del desarrollo permanente del hombre social,
nocer las técnicas y prácticas usadas para cuidar, proteger y logrado a través de la investigación en diversas áreas científicas,
conservar los objetos y elementos encontrados. se vió demostrado en forma objetiva por los hallazgos arqueo-
De que se realizaron trabajos de búsqueda y de conserva- lógicos, surgiendo como consecuencia, la importancia históri-
ción, dan testimonio las preocupaciones reveladas en la legis- ca del proceso completo de acontecimientos concatenados,
lación y en la labor de la Sociedad Mexicana de Geografía y sobre el interés en una sola etapa aislada.
Estadística durante el siglo XIX y que ya .se comentaron en La obra de arte, desde entonces, ha perdido lentamente su
capítulos precedentes. exclusividad como testimonio de cultura, pero ha visto abier-
Sobre la poca calidad científica de los trabajos -juzgados a tas las posibilidades objetivas de analizar, sin menoscabo de la
la luz de los avances contemporáneos- no se escaparían tam- contemplación subjetiva de sus cualidades estéticas, los oríge-
poco los trabajos propiamente arqueológicos, aún posteriores; nes, evolución y consecuencias de su mensaje histórico.
pero esto se debió al poco desarrollo de las técnicas a nivel El conocimiento histórico así logrado, da un contexto a la
mundial, y no a la incompetencia o irresponsabilidad de los ele- obra de arte, pues la visión integral de la producción cultural
mentos locales, tanto mexicanos como extranjeros. No hay que humana de una época, adquiere sentido dentro del proceso
olvidar la actuación de Evans en Grecia y la de Thomson en Chi- completo y da marco de referencia a la posibilidad de contem-
chen Itzá. plación, pero también de comprensión de sus valores.
Los nombres de Leopoldo Batres, Cecilio Robelo, Francisco En el campo de la restauración, la ampliación de responsa-
Rodríguez, Gumersindo Mendoza, José Almaraz, Ignacio Tres- bilidades, a resultas de la evolución de criterios, ha sido enor-
peña, Rafael Plancarte, Francisco del Paso y Troncoso, Nicolás me. Para mediados del siglo, Ruskin y Viollet le Duc, como
León, entre otros muchos mexicanos, cubren la segunda mitad otros muchos autores, equiparaban la exigencia estética a la
del siglo con sus trabajos, en general muy modestos, pero exigencia histórica, al comentar los objetivos de la restauración.
que fueron el antecedente necesario para el gran desarrollo Pero tocó a países como México, insistir y dar énfasis a la pre-
posterior. minencia de la exigencia histórico-antropológica, ante la impo-
En los adelantes científicos, no se puede olvidar la aporta- sibilidad -dentro de los prejuicios decimonónicos- de consi-
ción definitiva de visitantes tales como De Charnay, Le Plon- derar arte, algún producto cultural indígena.
geon, Prescott, Stephens, Catherwood o Waldeck, a quienes La preminencia de la exigencia histórica, forzada o incons-
-tampoco debe callarse- siempre acompañó, para México, el ciente en el medio mexicano del siglo XIX, sólo podría aspirar
peligro de saqueo y despojo. a la aceptación unánime en el mundo occidental, hasta bien
En términos generales, para todo el mundo occidental, el entrado el siglo XX.
siglo XIX aportó nuevos principios, gracias al desarrollo de la No es de extrañar que ante este gran cúmulo de responsabi-
arqueología, que aunque no difundidos ni aceptados unáni- lidades, surgiera la necesidad de legislar sobre la protección
memente, han sido la base del avance contemporáneo en la de los monumentos, que hasta entonces era preocupación sólo
restauración. de los poseedores, públicos o privados, de obras de arte. Ahora
Si bien los siglos XVII y XVIII, ante el abundante tesoro se trataba de una grave responsabilidad histórica, ante propios
artístico del Renacimiento, se preocuparon intensamente en y extraños.
230 231
La aparición de la legislación proteccionista , de la cual ya medidas en un piano pratico de prevención y de conservación
hemos dado ejemplos en capítulos anteriores, y lo haremos más para prevenir, evitar o disminuir los deterioros, tomaron a par-
E:.delante para comentar etapas más recientes, marca el paso tir de la actuación de Pietro Edwards, el carácter de normas
fundamental en que la restauración se vuelve una responsabi- definitivas.
lidad estatal, que no puede quedar en las manos de los colec- Bajo su dirección, tres profesores de restauración, sus más
cionistas o de los especialistas particulares, por poderosos o cercanos colaboradores , Giuseppe Bertani, Giuseppe Diziani
responsables que sean. y Niccolo Baldassini, formularon en 14 puntos, los criterios
Junto a los primeros casos de legislación, aparece también a seguir, en los cuales, aparece por primera vez la idea de re-
la necesidad de dictar normas para orientar la restauración, con- versibilidad en las intervenciones 511
vertida en un importante instrumento en el campo de la cul- En el campo de la escultura, el historiador Alessandro Conti
tura. Este fenómeno, que estimamos tiene más importancia estima que la gran novedad en los criterios, se ejemplifica en
para el presente trabajo, que las mismas legislaciones, experi- la decisión de no intervenir los mármoles del Partenón, encon-
menta sus primeras manifestacion es desde los inicios del siglo trados por Lord Elgin y adquiridos por el Museo Británico. Este
XIX, con algunos antecedentes desde el siglo anterior. ejemplo, a juicio de Conti, marca el abandono de los criterios
Las primeras publicaciones a las que pudiera atribuirse el renacentistas para restituir a la obra escultórica su grazia, según
intento de codificación de normas son: las observaciones de Vasari con respecto a las obras de restau-
ración ordenadas por el Cardenal Della Valle en las piezas de
Traite theorique et pratique des connoissances qui sont su colección:
necessaires a tout amateur de tableaux
Franc;ois-Xavier de Burtin, París, 1808. II risultato finale e che il comitado che decide J.'acquisito
Über restaurierung alter olegemiilde dei marmi nel 1816 non ritiene necessario nessun restau-
C. Koester, Heidelberg, 1827 ro, non dovendosi osservare il decoro di sculture destinate
De la restauration des tableaux ad una residenza privata: in una pubblica instituzione
Giovanni Bedotti, París, 1837 come il British Museum potevano contribuire ugualmen-
De la conservation et de la restauration des tableaux te all'educazione del gusto del pubblico e degli artisti. 59
S. Horsin-Déon, París, 1851
Manuale del pittore restauratore En el campo de la arquitectura, la discusión de criterios es
Ulisse Forní, Firenze, 1866 encabezada por Francia, quizá como consecuencia del papel
Manuale regionato per la parte meccanica dell'arte del preponderant e que había jugado en el movimiento ilustrado.
ristaurotore del dipinti del conte G.S.S. El periodo de gran- actividad restauratoria inaugurado por Vi-
G. Secco Suardo, Milano, 1866 tet en 1830, al ser nombrado inspector general de monumen-
tos, continuado por Mérimée, su sucesor desde 1835, culminó
Estos ejemplos, que se refieren al campo de la pintura, con- con la actuación de Viollet le Duc, durante el régimen impe-
taban con una amplísima experiencia práctica de los siglos rial de Napoleón III.
anteriores. Pero para los nuevos criterios surgidos a la luz del Pero la discusión de criterios, los intentos teóricos y los en-
movimiento intelectual, merece especial mención Pietro Ed- sayos de codificación de normas, engendraron también la crí-
wards, nombrado inspector de las pinturas públicas en la Re- tica. Las inumerables obras realizadas en la arquitectura gótica,
pública de Venecia en 1778, y que hasta su muerte en 1821, ofrecieron vasto campo a la polémica, que se ensañó con el
fue protagonista e impulsor de una enorme labor de organiza- arquitecto favorito del emperador, sobre todo después del de-
ción y de definición de criterios. sastre de Sedán, en 1870.
Los intentos esporádicos y tenues, por estudiar las causas de Alfredo Barbacci, hace un buen resumen de las críticas a
deterioro en la acción del medio ambiente --especialmen te
maligno en Venecia- junto a una nueva conciencia científica,
58 Conti, Alessandro, op. cit., pp. 63·65.
sobre las posibilidades reales limitantes de la restauración, y las 59 Ibidem., p. 69.

232 233
Viollet le Duc citando a Daly, Didron, Bordeaux, Dronyn, Veramente vi sono troppe pietre nuove a Pierrefonds. lo
Leroy-Beaulie~, Bourget, Anatole France y Paul. ~eón. Toda sono persuaso che il restauro intrapeso nel 1858 da Viol-
la crítica gira alrededor del respeto a la autenticidad de los let le Duc e terminato secando i suoi disegni e sufficiente-
testimonios arquitectónicos intervenidos. El mism~ autor ter- mente studiato. lo sono persuaso che il maschio, il castel-
mina su síntesis, mencionando la frase de Paul Leon: Il com- lo e tutte le düense esterne hanno ripreso il loro aspetto
pito del construttore si arresta ove cominciano le ipotesi, que primitivo. Ma infine le vecchie pietre, i vecchi testimoni,
califica de aurea massima. 60 non sono piU la a questo e piU il castello di Luigi d'Or-
Con respecto al problema de la hipótesis en los proyectos léans; e la rappresentazione in rilievo e in grandezza na-
de restauración, ya Viollet le Duc había abordado el p~o?le­ turale di questo maniera. E si sono distrutte delle rovine,
ma al final de su artículo en el Diccionario Razonado, d1c1en- il che e una sorta di vandalismo. 63
do:
A las palabras de Anatole France, Barbacci añade el comen-
... décider d'une disposition a priori sans s'etre entouré tario:
de tous les renseignement.s qui doivent la commander,
c'est tomber dans l'hypothese, et rien n'est périlleux Pero, confrontando le fotografíe che ritraggono el castel-
comme l'hypothese dans les travaux c!e restauration.61 lo prima e dopo il restauro, vediamo che le rovine non
sono state tutte distrutte, ma piuttosto incorporate nei
La Carta de Venecia, en 1964, retomaría la frase de Paul muri riconstruiti, press'a poco come e stato fatto per il
León diciendo en su artículo 9, que la restauración s'arréte la Castello di Vincigliata presso Firenze.
oü commence l'hypothese.
La crítica decimonónica a Viollet le Duc, muy a menudo En nuestros días, la crítica a Viollet le Duc, sigue siendo
deja sospechar más rivalidad política o envidia ~ la perso?ª• una moda que no ha terminado, aunque se centra en el primer
que celo por los monumentos, sobre todo despues ~e la ~a1da párrafo de su artículo en el Diccionario Razonado, pero desco-
del gobierno imperJal, como puede verse en el .t,estrmomo es- noce los criterios y ejemplos descritos en su desarrollo com-
crito por la Comision encargada de la conservac1on de la Cate- pleto. En especial se menciona como ejemplo de sus "excesos",
dral de Evreux, en 1875, según cita de Barbacci: la restauración del castillo de Pierrefonds, pero quienes lo ha-
cen, no demuestran la sinceridad de Anatole France o de Bar-
Durante venti anni, noi abbiamo visto molte grandi cate- bacci y probablemente ignoran la impresionante investigación
drali non mantenute con cura, ma riconstruite parzial- que respaldó el proyecto, y que puede consultarse en el mis-
mente e che hanno perduto il loro carattere primitivo mo Diccionario Razonado. 64
per prendere quello del Signor Viollet le Duc, sovrano En general, el juzgar a un personaje fuera de su contexto
maestro dei suoi colleghi.6 'l histórico, resulta ser una gimnasia intelectual bastante inútil,
y esto es lo que ha sucedido a la crítica actual a Viollet le
Aún la crítica de autores con gran talento y prestigio, no Duc. La verdad es que nadie, durante el siglo XIX, pudo con-
parece en nuestros días, suficientemente objetiva, sino más .1 jugar la teoría con la práctica de la restauración de monumen-
bien basada en razones personales de tipo romántico. Tal es el tos arquitectónicos, como él, y nadie tampoco, supo relacio-
caso de Anatole France también citado por Barbacci, que nar los nuevos contenidos del concepto, con el movimiento
añade a la cita, una obser'vación que parece exculpar a Viollet científico emanado de la revolución intelectual ilustrada, ex-
le Duc: cepto él.

63 Ibidem .. p. 63.
60 Barbacci, A., op. cit., pp. 51-56. 64 En el tomo décimo del Dictionnaire Raiaonne, correspondiente a
61 Viollet le Duc, op. cit., Tome HuitiAme, p. 34. índices, bajo Pierrefonda (Oiae) Chateau, hay 26 entradas y 28 ilustra-
6 'l Barbacci, A op. cit., p. 61. ciones registrando los distintos aapectos estudiados del monumento.

234 235
La gran influencia francesa que culmina con Viollet le Duc evitando in essi con ogni studio le aggiunte e le rinnova-
pronto tuvo sus reflejos en el resto de Europa, e Italia desd~ zioni. 65
finales del siglo XIX, tomaría la vanguardia, que cons~rvaría
hasta la mitad del siglo XX. Hay un claro progreso en las normas que inspiraron estas
~~an~ , Grassi, sintetiza la evolución de conceptos y la tres etapas que se inician en la visualización de la unidad de
codif1cac1on de normas para la restauración de monumen- estilo, pasando por la captación de la necesidad de anclar el
tos arquitectónicos, con relación a Italia, en las siguientes monumento en su contexto histórico documentado hasta lle-
etapas: gar a la jerarquía de intervenciones, respetando ~l proceso
completo de la historia.
1.- "Restauro Estilístico" Los frutos de esta actividad normativa decimonónica son el
Emana directamente de la influencia francesa de Viollet antecedentes inmediato de los criterios sustentados en la pri-
le Duc, tiene como exponentes principales a Cario Macia- mera mitad del siglo actual.
chini (1818-1888) y a Alfonso Rubbiani (1848-1913).
Sus criterios pueden resumirse en la definición del ins-
pector Mérimée: Por restauración entendemos la conser- La institucionalización de la restauración - Siglo XX
vación de lo que existe y la reproducción de lo quema-
nifestamente existió. Pero en una restauración no se La etapa llamada por Liliana Grassi d.el Restauro Científico
debe inventar nada; cuando los vestigios del estado anti- iniciada con la codificación de Boito, inspiró los concepto~
fundamentale~ de la Ca~ta de Atenas (1931) y las normas pro-
guo, se han perdido, lo más sabio es copiar los motivos
análogos de un edificio de la misma época y región. puestas por G1ovannom, aprobadas en el mismo año de 1931
por el Consiglio Superiore delle Antichita e Belle Arti en Ro-
2.- "Restauro Histórico" ma. Estos documentos a su vez, son el antecedente de la más
Aparece como reacción para evitar las orientaciones ar- reciente Carta de Venecia, redactada en 1964.
bitrarias propiciadas por el restauro estilístico. Sus expo- La anterior serie de documentos normativos menciona me-
nentes más destacados son Luca Beltrami (1854-1933) y nos los valores estéticos -que no desconoce-' para insitir en
Gaetano Moretti (1860-1938). Su criterio consistía en la necesidad de analizar las adiciones, y no buscar como ideal
hacer hincapié en la exigencia teórica de establecer el la unidad de estilo. También hace hincapié en la necesidad de
fundamento de la documentación histórica, para justifi- formar un expediente con datos y explicaciones sobre el esta-
car cualquier solución adoptada en un proyecto de restau- do previo a la intervención, su proceso y su culminación tan-
ración. to como en la urgencia de tomar en cuenta el entorn~ del
monumento. ·
3.- "Restauro Científico" De hecho, ya Viollet le Duc había puesto énfasis en la ne-
Su antecedente inmediato son las normas redactadas por c~sidad de un ~nálisis crítico de las adiciones, dando múltiples
Camilo Boito (1836-1914), en el año de 1883 para el III e3emplos de co~<;> puede llegarse a una decisión, al igual que
Congreso de Ingenieros y Arquitectos convocados en en la responsabihdad de documentar las intervenciones con
Roma por el Ministerio de la Instrucción Pública. Sus fo~grafías del estad.o del monumento, antes, durante ; des-
principales exponentes iniciales son Gustavo Giovannoni pues de la restauracion.
(1873-1948) y Ambrogio Annoni (1882-1954). Sus es- Parece evidente, sin embargo, que la evolución de concep-
trictos conceptos de respeto al testimonio histórico re- tos hacia una valoración más objetiva del testimonio histórico
presentado por el monumento, pueden sintetizarse en el arquitectónico, que puede captarse en los documentos norma-
punto primero de la redacción de Boito: I monumP.nti tivos a partir de las normas de Boito hasta la Carta de A tenas
'
architettonici, quando sía dimostrata incontrastabilmen-
te la neccesitd di porvi mano, devono piuttosto venire 6 s Grassi, L., op. cit., pp. 428-449. Las normas de Boito aparecen
consolidati che riparati, piuttosto riparati che restaurati, transcritas en Barbacci, A., op. cit., pp. 66-73.

236 237
se fundamentaron más en las experiencias italianas de tipo ar- teristics, wich must be considered subordinate.
queológico, que en los ejemplos franceses sobre monumentos Renato Bonelli67
medievales.
La diferencia entre edificio vivo y edifido muerto, que data Infatti, riconoscere agli oggetti dell 'arte la possibilita di
de los escritos de Boito -aunque atacada por autores contem- una permanezca spirituale garantisce l'uomo dai pericoli
poráneos como Piero Gazzola y Roberto Pane- marca un gra- derivati dal la esaltazione del momento rappresentata
do muy distinto de complejidad para la restauración, que no dalla macchina.
consiste en la simple utilización o no utilización. La diferen- Liliana Grassi68
cia sería la misma que existe entre embalsamar un cadáver y
tratar a un enfermo, luchando por salvar su vida.66 Una introduzione allo studio del restauro presupone una
Es claro que Pane y Gazzola, al atacar la distinción, implí- prima definizione del rappoti tra l'uomo e l'opera d'arte.
citamente -y quizá intuitivamente- están proclamando la je- Cario Ceschi 9
rarquía superior del valor histórico sobre el valor útil en los
monumentos, y aquí está el aspecto interesante en la evolución 11 restauro constituisce il momento metodologico del ri-
de concept.os, que es preciso subrayar. conoscimento dell'opera d'arte, nella sua consistenza fi-
La verdad es que, Gomo reza la máxima latina, oportet sica e nella sua duplice polarita estetica e storica, in vista
hace {acere et illa non omittere, pues si bien el valor del tes- della sua trasmissione al futuro.
timonio histórico, no puede supeditarse a la utilidad ésta, en Cesare Brandi70
un edificio vivo, reviste una calidad especial en el propio testi-
monio histórico que, ni puede cercenarse, para convertir el Esta corriente de pensamiento, que constituye un resabio
monument.o en momia, ni puede olvidarse de las exigencias de criterios decimonónicos, no es muy lejana de la visión de
mínimas de la utilización contemporánea, a la que forzosa- Viollet le Duc, en cuant.o a la unidad de la obra que debe lo-
mente tiene que adaptarse. grar el restaurador. La corriente es encabezada por Cesare
Fue necesario que la arqueología -que tiene como finali- Brandi, cuyos textos aún son utilizados en cursos de restaura-
dad esencial el explorar para descubrir el testimonio histórico, ción que, obviamente necesitan de actualización.
y tras explorar plantea la necesidad urgente de restaurar-- hi- Alessandro Conti, actual historiador de la restauración en
ciera evidente la importancia jerárquica del valor objetivo ob- Italia, hace la crítica siguiente a la teoría de Brandi:
tenido en el monument.o y la exigencia consecuente de lograr
permanencia y autenticidad en el testimonio mismo, para que, . . . l'atteggiamento dichiaratamente idealista di Cesare
lentamente se aclarara -en el desarrollo del panorama cientí- Brandi: discutiendo della patina, ad esempio, egli si sof-
fico ' detonado por la Ilustración-, la confusión
,
decimonónica
. ferma a dimostrare che cosa sia ! 'equivalente della patina
sobre un concepto de restauracion con ra1ces renacentIStas, nella poesia o nell'esecuzione musicale, in modo da riba-
que parecía exclusivamente dedicada a prolongar la posibili- dire subito l'unita estetica attraverso la quale ci se deve
dad de contemplación de las obras de arte. avvicinare alle arti figurative. Sono osservazioni che ci
La confusión, a pesar de todo, no ha quedado totalmente possono ricordare gli anni felici del liceo, ma che indica-
aclarada para muchos. Autores muy recientes siguen insistien- no chiaramente la strada, quella dell 'estetica, atraverso
do en una restauración exclusiva para las obras de arte: la quale il Brandi afferma il pieno valore della propria

A more modern theory assigns preeminence to the work's 6 7 Bonelli, Renato, en Encyclopedia of World Art, McGraw-Hill Co.,
artistic value as compared to its other aspects and charac- London, 1965, vol. XII, p. 195.
6 s Gra88i, L., op. cit., p. 4.
6 9 Ceschi, Cario, Teoría e Storia del Restauro, Mario Bulzoni Edita-
66 Piero Gazzola y Roberto Pane, en la Sesión Inaugural del II Con- re, Roma, 1970, p. 9.
greso Internacional de Arquitecto• y Técnicos de la Restauración, reu- 10 Brandi, Cesare, Teoría del Re.tauro, Edizioni di Storia e Lettera-
nido en Venecia el 25 de mayo de 1964. tura, Roma, 1963, p. 34.

238 239
attivita di critico d 'arte (piuttosto che di storico) in un antropológicos en los conceptos de Cultura y Patrimonio Cul-
dibattito culturale di impronta crociana o gentiliana. tural. Es lógico, pues, que a este mayor porcentaje de sus bie-
nes patrimoniales, dedique y haya dedicado siempre, sus me-
. . . 1 rischi di una speculazione cosi impostata verso jores esfuerzos teóricos y prácticos.
un 'attivita legata all 'apprezzamento dei material como Pero en el siglo XX, hay otras metas logradas por la restau-
il restauro sono palesi, non ostante che con rara cultura ración a nivel mundial, que lo caracterizan, por más que en
ed abilita dialettica Cesare Brandi ne sia stato il solo teo- todas ellas existan antecedentes remotos que ameriten men-
rico nell'Italia idealista. Ovviamente le sue considerazio- ción.
ni riguardano solamente le opere di riconosciuto valore Desde los inicios de la nueva conciencia histórica, detecta-
estetico, non altri beni culturali. ble en los balbuceos de la arqueología, los progresos en la cien-
cia experimental abrieron nuevos y dilatados horizontes al
... Oggetto del restauro epercio quanto serve all'epifa- desarrollo de la restauración.
nia dell'immagine: la pintura e non la carpenteria ducen- Estudios elementales sobre la naturaleza de los materiales
tesca della tavola di Santa Chiara ad Assisi datata 1283. arqueológicos fueron realizados por científicos como Jean
Antaine Chaptal (1756-1832), Sir Humphry Davy (1778-1829),
... Anche il metodo di integrazione delle lacune a 'riga- Louis Nicolas Vauquelin (1763-1829), Alexandre Brongniart
tino', che e una delle realizzazioni piU felici che accom- (1770-1847), Karl Sigismund Kunth (1788-1850), Etienne
pagnano la speculazione brandiana, ribadisce il rapporto Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844), Pierre André Latreille
con la pura imagine; non e realizzabile su dipinti eseguiti (1762-1833), Albert Landerer (1816-1893), Michael Faraday
compiacendosi della manualita della propia stesura, del (1791-1867), y Philipp Emanuel von Fellenberg (1771-1844),
modellato della propria scrittura materica: bastano le junto a otros menos conocidos. 72
'bozze' del Parmigianino o del vecchio Tiziano per met- A los esfuerzos iniciales de un Pietro Edwards, para recurrir
terlo in crisi. 71 al apoyo de la Química en los trabajos de restauración de pin-
turas, siguieron pasos definitivos en el mismo campo, con la
En efecto, la corriente encabezada por Brandi, no es abier- introducción del microscopio por Max von Petterkofer (1818-
tamente anacrónica por las prácticas -aunque bajo algún as- 1901) y al estudio microquímico de muestras practicado por
pecto cuestionables- que ha propiciado en la restauración Max Doerner (1870-1939).
sino por su ya injustificada visión limitada ante el concept~ Al impulso de los avances iniciales, pronto se hizo evidente
contemporáneo del Patrimonio Cultural. la necesidad de establecer laboratorios de análisis físico-quími-
Pero aclarémoslo, tanto como Viollet le Duc Cesare Bran- cos en los museos. El pionero fue el Staatliche Museen de Ber-
di debe ser juzgado en su contexto, y sus mérito~ y aportacio- lin (1888), pero le 'siguieron el British Museum de Londres y
nes a la restauración están muy por encima de los defectos el Egyptian Museum del Cairo en 1919; el Fogg Museum of
que, a la luz de nuevos avances, pudieran ahora descubrírsele. Art de la Universidad de Harvard en Cambridge, Mass. y el
En el. fondo, él no es culpable de que sus actuales seguidores Fine Arts Museum de Boston en 1927; el Metropolitan Mu-
sean mcapaces de poner sus propios criterios al día, especial- seum de Nueva York en 1930; el Musée du Louvre de París
mente en los centros de formación de restauradores. en 1925; la National Gallery de Londres en 1931; y el Court-
Para definir y explicar la situación de Cesare Brandi, es pre- land Institute de la Universidad de Londres en 1933.
ciso decir que Italia, por razón de sus antecedentes ha mante- En la tercera y cuarta décadas del presente siglo, prolifera-
nido la restauración en el medio de la historia del ~e hecho ron las instituciones de tipo nacional dedicadas a la investiga-
explicable por el inmenso tesoro patrimonial que p~see en ción y al servicio en la protección del patrimonio artístico.
obras artísticas de todas las épocas, sin que por ello pueda Destacan entre ellas el Instituto Centrale del Restauro de Ro-
considerársela al margen de los más recientes avances socio-
72 Philippot, P., en Encyclopedia of World Art, McGraw-Hill Co.,
71 Conti, A., op. cit., pp. 104-105. London, 1965, vol. XII, p.199, Verbum - Reetoration and conservation.

240 241
ma (1939); el Instituto de Patología del Libro, en la misma The Migrations of Early Culture (1915)
ciudad (1938); el Institut Royal du Patrimoine Artistique, de In the Beginning: the Origin of Civilisation (1928)
Bruselas (1946), entre otros de menor importancia, como los Human Hi8tory (1930)
talleres de cerámica arqueológica del Instituto Nacional de The Dif(usion of Culture (1933)
Antropología e Historia de México.
Tras la creación de la ONU y de la UNESCO, al finalizar la Tales conceptos, compartidos con mayor dogmatismo por
Segunda Guerra Mundial, aparecieron los institutos de carac- autores como W.J. Perry y Lord Raglan eran, hasta cierto pun-
ter internacional, como el International Centre for the Study to, inofensivos. Pero corrientes semejantes de interpretación,
of the Preservation and Restoration of Cultural Property que, simplista y de carácter mono-original para la cultura, demos-
en la sexta década del siglo había promovido la formación traron ser altamente dañinas.
de especialistas restauradores, en cinco regiones del plane- Ejemplo de ello, es el de la doctrina difundida por Gustav
ta, con instituciones en Tokio, Nueva Delhi, Bagdad, Jos Kossinna (1858-1931), inspirada en la obra del Conde de Go-
y México. bineau, escrita en 1853 y 1857, Essay on the lnequality of
En nuestro país, el Centro Regional Latinoamericano de Human Races, donde el autor declara que la esperanza del
Estudios para la Conservación y Restauración de Bienes Cul- mundo descansa -y había siempre descansado- en los bar-
turales, México-UNESCO, conocido mundialmente como bados Teutones que él llamo Arios. El profesor Kossin,na,
Centro Churubusco, fue importante creador y difusor -a ni- filólogo convertido en prehistoriador desde 1902, en su cat~­
vel nacional y regional- de nuevos criterios en la investigación, dra de la Universidad de Berlín, sostuvo que la arqueologia
la teoría y la práctica de la restauración, así como en la for- demostraba la superioridad germana, iniciadora de todo vesti-
mación de especialistas profesionales, hasta su intempestiva gio de civilización, que luego había sido difundida generosa-
supresión en 1981. mente a otros pueblos inferiores del resto de Europa. Esta,
En el panorama mundial, el gran desarrollo de la restaura- hoy evidentemente ridícula doctrina, fue adoptada con entu-
ción en el siglo XX, tiene su raíz profunda en el desarrollo siasmo por el régimen Nazi. Se dice que Himler dijo en una
que han logrado las ciencias del hombre. A principios de siglo ocasión: La prehistoria es la doctrina de la eminencia de los
se inició la decadencia de las teorías sobre las Edades, para germanos en los albores de la civilización. 73
explicar la prehistoria y el origen de la civilización. El aban- A partir de la década de los treintas, ~mpresionantes de~c~­
dono paulatino de estos criterios, se debió a los progresos de brimientos han subrayado la importancia de la prueba objeti-
la arqueología, que demostró la contemporaneidad de perio- va suministrada por la arqueología. En 1934 se descubrió la
dos que se habían imaginado sucesivos, al igual que a la amplia- Tumba 7 de Monte Albán, con un rico tesoro de joyas en oro,
ción de los campos de exploración desde Europa hacia Africa, jade y cristal de roca. En 1944 fue encontrado en Dinamarca,
el Medio Oriente y América, pero sobre todo al triunfo de los en una tumba cerca de Viborg, el Hombre de Tollund, ahor-
criterios antropológicos en la interpretación de los descubri- cado ritualmente hace unos 2000 años, y en impresionante
mientos arqueológicos. estado de conservación. En 1946, fueron descubiertos los
Así nacieron conceptos como complejo cultural, área cul- templos y las pinturas de Bonampak. En el mismo año se en-
tural y estrato cultural, con el consecuente interés en todos contraron los valiosos manuscritos conocidos como Los Rollos
los vestigios lentamente acumulados durante la ocupación de del Mar Muerto. En 1949 fue hallada la tumba de Palenque
un sitio habitado por un grupo humano. en el interior del Templo de las Inscripciones. En 1953, se
El abandono de los criterios anteriores, sin embargo, no descubrió la embarcación del faraón Keops, enterrada al lado
fue súbito, y la Escuela de Manchester, con el profesor Elliot de su pirámide en Gizé. En 1955 fue excavado el túmu~o­
Smith (1871-1937) a la cabeza, siguió publicando libros en carreta con el entierro de la Princesa de Vix, en la Borgona,
que se predicaba el hiperdifusionismo mesopotámico, en procedente de la cultura Hallstatt, un medio milenio a.C. En-
substitución del hiperdifusionismo egipcio previamente sos- tre 1924 y 1979, los hallazgos hechos por los miembros de la
tenido.
Con esas ideas Sir Grafton Elliot Smith escribió obras como: 73 Daniel, Glyn, op. cit., pp. 149·161.

242 243
familia Leakey de fósiles de homínidos, han revolucionado sufrió penuria, y desapareció oficialmente en 1920. En 1937,
los conocimientos sobre el origen de la especie humana. sin embargo, se estableció la carrera de Antropología dentro
Cada uno de estos descubrimientos -siendo los menciona- del Instituto Politécnico Nacional, que dio pie a la formación
dos apenas unos cuantos ejemplos entre los más sobresalien- de la Escuela Nacional de Antropología. Esta se integró al
tes- han planteado nuevos problemas a la restauración. En Instituto Nacional de Antropología e Historia (1939), en el
1949, el profesor W.F. Libby anunció el descubrimiento del año de 1942, pero conservando su individualidad jurídica. 74
sistema de datación por medio del Carbono 14. En 1942, Se justifica en el presente trabajo, la mención a las institu-
Emile Gagnan y Jacques Cousteau desarrollaron el aqualung, ciones tanto nacionales como regionales e internacionales, no
abriendo amplios horizontes a la arqueología subacuática. En sólo porque constituyen un paso importante que afecta direc-
1955 Carla Lerici, diseñó el periscopio con cámara fotográfi- ta e indirectamente la evolución de la restauración práctica,
ca para explorar tumbas etruscas, en las necrópolis de Cerve- sino sobre todo porque es ahí donde pueden crearse, discutir-
teri y Tarquinia. se, aplicarse y difundirse los principios teóricos que la regulan.
Hoy en día, las radiografías, la termoluminiscencia, la es- Según el antropólogo Julio César Olivé, fue Manuel Garnio
pectrografía de emisión o la espectroscopia de absorción ató- el pionero de la política indigenista que creó el concepto, ge-
mica, son comunes en los análisis e investigaciones que se rea- nuinamente mexicano de Antropología Social, pero fue su
liza como parte de los procesos de restauración. sucesor en la Subsecretaría de Educación Pública, Moisés
La ciencia y la técnica modernas, apoyan hoy sin límites, Sáenz, quien definió su carácter de ciencia social aplicada. 75
los esfuerzos de la humanidad, para proteger los vestigios de La orientación antropológica de la arqueología, que la es-
su pasado cultural, pero esto ha sido posible, gracias a la fun- cuela mexicana contemporánea, desde sus orígenes, ha man-
, dación de instituciones públicas y privadas con recursos hu- tenido como esencial, con los sólidos antecedentes ya men-
manos y económicos suficientes para financiar equipo y per- cionados, no es sin embargo, aceptada universalmente. El
sonal conveniente. autor Gyn Daniel asegura al respecto:
Este paso tan importante dado por la restauración en el siglo
XX, no hace sino demostrar el grado de conciencia adquirido There are many archaeologists, particularly in America,
por autoridades de Estados e Instituciones, sobre la responsa- who say that archaeology is nothing unless it is anthro-
bilidad social involucrada en la protección de los bienes patri- pology. 0.G.S. Crawford declared that archaeology is
moniales culturales. the past tense of anthropology and Lowie insisted that
México no ha estado al margen de estos progresos que ca- prehistory was simply the entography of extinct social
racterizan la restauración del presente siglo. El periodo 1910- groups. But what do these statements mean -apart from
1950, llamado por el Dr. Ignacio Bernal de El triunfo de los being bold and challenging? 76
Tepalcates, es una prueba de la adopción, en la teoría y en la No sería este el lugar para romper lanzas en favor de la vi-
práctica, del reconocimiento de los testimonios objetivos su- sión mexicana. Sólo cabe preguntar, ¿qué sería, sin esta orien-
ministrados por la arqueología, sin ninguna limitación de tipo tación antropológica la historiografía contemporánea prehis-
esteticista. pánica y virreinal, carente de los trabajos de Alfonso Caso, de
Muestra del mismo criterio avanzado, en el pensamiento Ignacio Bernal, de Román Piña Chan, de Angel María Garibay,
mexicano, es la creación en 1911 de la Escuela Internacional de Miguel León Portilla, de Carlos Martínez Marín o de Al-
de Arqueología y Etnología Americana, creada dentro del fredo López Austin?
Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, que El mismo criterio antropológico mexicano, se capta en la
desde 1906 impartía cursos de arqueología bajo conceptos y secuencia de legislaciones proteccionistas, cuyo antecedente,
programas muy adelantados. Entre las personalidades extran-
jeras, que impartieron conocimientos en esa escuela, se en-
contraban Eduardo Seller y Alfredo Mausdley, entre los me- 74 Olivé, J. C., La Antropología Mexicana, Colegio Mexicano de An·
xicanos, Manuel Gamio. tropólogos, A.C., México, 1981, p. 53.
75 Ibídem., pp. 73·74.
La Escuela Internacional, durante los años de la Revolución 76 Daniel, Glyn, op. cit., p. 187.

244 245
ya comentado en capítulos anteriores, fue la ley no promul- Esta ley creó la Inspección Nacional de Monument os Artís-
gada, preparada por la Sociedad Mexicana de Geografía y Es- ticos e Históricos, dependient e de la Secretaría de Instrucción
tadística, de 1862. Pública y Bellas Artes; ordenó la elaboración de catálogos de
Siguiendo los lineamient os de ese proyecto no promulgad o, bienes muebles e inmuebles; introdujo por primera vez en la
el 3 de junio de 1896, el Presidente Porfirio Díaz expidió un legislación mexicana, la protección de Bellezas Naturales. Con
Decreto donde se declara que.los objetos arqueológicos son relación al Catálogo, creó el concepto de monument o clasifi-
propiedad de la Nación, aunque sean hallados en propiedade s cado, reglamenta do y limitando su posible desclasificación.
privadas. El gran interés de particulares por realizar explora- Se refieren a la restauració n, el artículo 7o. del Capítule I; el
ciones arqueológicas, que preocupab a tanto a la benemérita artículo 1 lo. del Capítulo 11; el artículo 160 del Capítulo 111
Sociedad de Geografía, no había, por lo visto, decaído y en y los artículos 250. 260. y 270. del Capítulo V.
este decreto quedaba reglamenta do, bajo la vigilancia estricta La ley no promulgad a de Venustiano Carranza, elaborada
del gobierno. 77 en 1916, reglamenta en sus 17 artículos la protección de los
Menos de un año después, el 11 de mayo de 1897, fue pro- monumento:>, añadiendo la obligación de la Inspección Nacio-
mulgada una nueva ley, debida al ilustre jurisconsul to Don Ig- nal de Monument os, de inventariar también los lugares de Be-
nacio L. Vallarta. En ella se insiste en la propiedad de la Na- lleza Natural. Son interesante s los considerandos iniciales,
ción sobre todos ios bienes arqueológi cos; se define el concepto que preceden al articulado:
de monument o arqueológico; se ordena la formación de una
Carta Arqueológ ica de la República; se declara delito el cau-
"Considera ndo":
sar daño o deterioro a los monument os y se pronibe la expor- Que la propiedad es el derecho de gozar y disponer de
tación de objetos arqueológicos.'7 8
una cosa, sin más limitaciones que las que fijan las Leyes:
En el artículo lo. de esta ley porfirista, se menciona la res-
tauración, y se declara que sólo la autoridad gubername ntal Que esas limitaciones son el medio de que se sirve la Na-
puede autorizarla . En el 2o. se asientan las razones del interés ción para cumplir con determinad os deberes que no po-
de la Nación en los monument os arqueológicos, centrado en dría llenar si no pudiera imponer a sus miembros ciertas
el estudio de la civilización e historia de los antiguos poblado- obligaciones o restricciones.
res del país, sin mención específica a razones artísticas, pero
sin excluirlas, aunque -es claro- que para la ideología del Que entre esos deberes se encuentra el de conservar todos
momento, el concepto de arte, difícilmen te podía asociarse aquellos monument os, edificios, templos y objetos que
a las culturas prehispánicas. por su interés artístico o histórico son factores de gran
Ya en el presente siglo, dos leyes proteceion istas más son trascenden cia para apreciar el estado de civilización del
preparadas antes de la Constitució n de 1917. La primera fue pueblo mexicano en las diversas épocas de su evolución.
promulgad a el 6 de abril de 1914, bajo el gobierno de Victo-
riano Huerta; la segunda, redactada en Querétaro en el año de Que para lograr tal fin se hace preciso impedir la destruc-
1916, bajo el Primer Jefe del Ejército Constitucio nalista, Don ción o alteración de los monument os, edificios y templos
Venustiano Carranza, no llegó a promulgarse. de interés histórico o artístico y la destrucción , altera-
La promulgad a bajo Huerta, es la primera ley mexicana ción o exportació n de todos aquellos objetos que, por su
que contempla los monument os virreinales con interés espe- carácter artístico o por su naturaleza histórica, deben
cial, quizá por los daños y el abandono que estos sufrieron conservarse dentro del Territorio Nacional.
durante las primeras etapas de la Revolución de 1910.
Que es perfectame nte conocida la escandalosa exporta-
77 Rubín de la B. D., México: Monumentos Hiatóricos y Arqueoló- ción que sistemática mente se ha venido haciendo de to-
gicos, I111tituto Panamericano de Geografía e Historia, México, 1953, das las reliquias históricas, arqueológicas y artísticas, para
p, 36. enriquecer las colecciones extranjeras, con gran perjuicio
1a /bidem.
de la República que en gran número de casos se ha visto
246 247
privada de objetos y documentos de capital importancia brare stabili subirono una forte scossa dai fatti causati
en su historia. 79 dalla ultima guerra. Fatti tragici che, perpetrando distru-
zioni gravissime, squarci paurosi nei nostri monumenti,
En estas dos leyes, de 1914 y 1916, al incluirse el interés fecero riflettere con diverso spirito sui princípi sanciti
artístico, es claro que se están contemplado los monumentos dalla carta del restauro e sulle 'lnstruzioni' del 1938. Era
del periodo virreinal, neoclásico y etapas subsecuentes, sin infatti chiaro che le regole del restauro scientifico matu-
por ello disminuir el interés en todo lo prehispánico. El texto rate in clima di pace parvero un po'troppo compiacenti
utiliza el término civilización en lugar de cultura, cuya acep- nel loro rigore apodittico, certo insufficienti e piii che
ción elitista, aún no era cuestionada. Importante es hacer no- altro inadeguate alle imprevedibili situazioni create ed
tar las ideas de vanguardia, expresadas en los aspectos de pro- alla eccezionalita dei casi. Nuovi e piii drammatici ruderi
piedad nacional, control estatal de la protección, conservación, si vedevano nelle strade e nelle piazze, quasi a compiacere
restauración y exportación, así como los lugares de belleza la lontana esaltazione ruskiniana, si che, infatti, vi fu chi
natural, en una clara concepción de Patrimonio Cultural. ricordando il Ruskin penso di rinunciare a qualunque in-
Nuevas leyes proteccionistas se promulgaron el 31 de enero tervento restaurativo. 80
de 1930, donde se reglamenta la protección del entorno y de
su conjunto o zona típica o pintoresca; el 19 de enero de En efecto, las destrucciones de la guerra, hicieron patente
1934, en que se incluyen las poblaciones típicas junto a los que la ruina arqueológica, no es la única posible, y que puede
lugares de belleza natural y se constituye la Comisión de Mo- haber razones poderosas que obligen al restaurador a recons-
numentos, en sustitución del Consejo Directivo de la Inspec- truir. La misma anastilosis o recolocación de partes, o elemen-
ción Nacional de Monumentos; el 16 de diciembre de 1970, tos desplazados de su sitio original, resultó en extremo insufi-
con el título de Ley Federal del Patrimonio Cultural de la Na- ciente y limitada para resolver los problemas masivos de la
ción; y el 6 de mayo de 1972, que en 13 incisos del capítulo destrucción.
1, artículo 3o., describe genéricamente todos los objetos que Surgió entonces la visión de la razón social y sicológica de
deben considerarse de valor cultural. identidad, como gran móvil de la restauración. El caso patéti-
Pero una nueva etapa para el mundo entero se inicia al tér- co de Varsovia, no dejó dudas sobre una motivación que pue-
mino de la Seguna Guerra Mundial, en que nuevos problemas de ser superior a la necesidad de respetar la autenticidad física
se plantean para la restauración. La meticulosa reglamentación de un monumento. Pero este fue un caso extremo, miles de
italiana, de aceptación general, nacida en los trabajos de Ca- edificios antiguos se perdieron para siempre y sólo fue posible
milo Boito y de Gustavo Giovannoni, resultó inadecuada ante seleccionar los más importantes monumentos o conjuntos
las sistemáticas y profundas destrucciones causadas por los para reconstruirlos, devolviéndoles una vida que les había sido
bombardeos masivos de ciudades y poblaciones. arrebata súbita y arbitrariamente.
Liliana Grassi comenta al respecto lo siguiente: La Carta de Venecia, redactada en 1964, para frenar los ló-
gicos excesos cometidos en la acelerada reconstrucción de
Ma queste norme, ormai ben delineate al punto de sem- Europa, en la reinante preocupación, por limitar abusos, no
contempló el problema de identidad 'en entredicho. Con el
79 En el año de 1968 localicé en un paquete abandonado en un rin- patrocinio de la UNESCO, los principios de Venecia fueron
cón del Archivo de la Dirección de Monumentos Coloniales, el Diario intensivamente difundidos en todo el mundo, y lograron, a
Oficial con la Ley de Victoriano Huerta, así como varios borradores y la niveles insospechados, una nueva conciencia mundial con re-
versión final de la ley no promulgada de Venustiano Carranza. En 1969
utilicé la información sobre su contenido en una conferencia ante el Co· lación a los monumentos. Pero pronto se dejaron oír las obje-
legio de Arquitectos de México, y en 1971 pasé los datos al Dr. Alejan· ciones y los deseos de corregirla y completarla. Desde la déca-
dro Gertz Manero, quien transcribió los dos textos legales en los apéndi- da de los setentas se han celebrado múltiples reuniones,
ces de su libro La Defensa Jurídica y Social del Patrimonio Cultural nacionales e internacionales con esa intención.
F.C.E., México, 1976, pp. 65·78. Desde su hallazgo, los documento~
están en el Archivo de Documentos de la Dirección de Monumentos
Históricos del INAH. so Grassi, L., op. cit., p. 450.

248 249
El deseo de completar la Carta de Venecia nos parece utópi- algunas importantes modalidades que orientan el criterio
co. Aunque restringida a la restauración arquitectónica, una del arquitecto que restaura... 81
carta no podría sintetizar ya, todo lo que en nuestros días
abarca la acción de restaurar; hoy, quizá una enciclopedia El mismo autor, planteó respetuosas objeciones a la aurea
apenas podría intentarlo. massima, de Paul León, renovada por la Carta de Venecia, so-
En el panorama de la posguerra, las aportaciones de Méxi- bre la hipótesis en la solución de restauración:
co han sido importantes. La creación del posgrado académico,
a nivel de Maestría, en restauración de monumentos arquitec- Al restaurar nos encontramos, no ante operaciones ma-
tónicos, para arquitectos graduados, se inició a nivel mundial temáticas, sino ante construcciones fácticas, a creaciones
en la Universidad de Guanajuato en 1963. Le siguieron cursos en el más laxo significado del término, que están, como
de ese nivel en la Universidad Nacional Autónoma de México se dice, muy distantes de toda exactitud demostrable y,
(1966), en el Centro Churubusco (1973) y en la Universidad por el contrario, avocadas a la discusión y a la multipli-
Lasalle (1977). cidad de aciertos, en medio de la diversidad de solucio-
La carrera profesional, a nivel de licenciatura, para restau- nes aportadas por diversos restauradores.
radores de Bienes Muebles fue iniciada por el Centro Churu- Y una prueba de la subjetividad que el restaurar supone,
busco en 1972; los egresados, han logrado toda la protección basta cuando se comparan los dibujos de diversos arqui-
legal a profesionales, el derecho a colegiarse y la responsabili- tectos que proponen una restauración lo más apegada a
dad de vigilar la práctica profesional, que la Constitución de los datos de que se dispone. 82
la Nación consagra para todas las profesiones.
Los primeros colegios profesionales de restauradores, tam- También hizo notar, que el espacio arquitectónico, tanto
bién son una primicia mexicana. El Colegio Nacional de Maes- como el espacio urbano, son sujetos de restauración, ante la
tros en Restauración de Monumentos y Sitios, se fundó en corriente, aún imperante, de dedicar toda la atención a los
1978 y el Colegio Nacional de Licenciados en Restauración elementos construidos, limitantes del espacio arquitectónico.
de Bienes Muebles, en 1980, a promoción y con egresados del Junto a las aportaciones teóricas de Villagrán y en el cam-
Centro Churubusco. po de la técnica, los arquitectos Bernardo y José Luis Calde-
Es importante hacer alusión a los centros de formación y a rón, desde la década de los cincuentas, iniciaron y han perfec-
las sociedades de profesionales, porque es en su seno que la cionado sistemas de restructuración con elementos de concreto
teoría puede plantearse, discutirse y aplicarse a la práctica, armado, que actúan por confinamiento en los elementos que
con ventajas que no pueden ser igualadas en ningún otro lugar han perdido cohesión en el monumento.
con las mismas posibilidades de sistematización. Ante el reto que plantea la naturaleza altamente comprensi-
Lo anterior no significa que exista imposibilidad para que ble del subsuelo de la ciudad de México, los hundimientos di-
eruditos e interesados, en forma aislada, puedan hacer aporta- ferenciales y la nivelación de edificios han sido resueltos en
ciones teóricas de consideración. Tal es el caso del arquitecto forma permanente por medio de pilotes de concreto con ca-
José Villagrán García. beza controlable, diseñados, también desde la década de los
Destacado teórico de la arquitectura y catedrático universi- cincuentas, por el ingeniero Manuel González Flores. Con esta
tario, Villagrán planteó desde 1966 una nueva visión de la técnica, se han realizado, bajo su proyecto y estricta supervi-
restauración al introducir la consideración y jerarquización de sión, obras en monumentos, que son extraordinarias y únicas
valores en la investigación para justificar el proyecto de restau- en el mundo, como las recimentaciones y nivelaciones de la
ración, haciendo evidente que los valores de la arquitectura, Capilla del Pocito y el Templo de Capuchinas en el conjunto
no se pierden en el monumento:
81 Villagrán G. J., Arquitectura y Restauración de Monumentos, Edi-
En suma, hemos podido hasta aquí percatarnos de que torial de El Colegio Nacional, México, MCMLXVII, Memoria de El Co-
los valores propios a toda obra de arquitectura que lo legio Nacional, Tomo VI, no. 1, año de 1966, p. 111.
sea auténticamente perduran aún en el monumento, con 82 Ibídem., p. 122.

250 251
de la Villa de Guadalupe, y la recimentación de la Catedral regreso a un estado anterior. La exigencia de autenticidad y el
Metropolitana y el Templo del Sagrario adjunto. concepto de antigüedad, se añaden a la materia prima genérica
Para la enmienda y prevención de daños causados por sis- -los monumentos- que constituye el campo tradicional de
mo, con diseño del mismo ingeniero González Flores, se ha acción del restaurar. Pero la gran sensibilidad artística que
utilizado, desde 1974, un sistema barato y efectivo de cuatro distingue al Renacimiento, limita ese campo de acción a las
cables pretensados en los ángulos de las torres de los templos, obras de arte y a la Antigüedad Clásica.
por ser estos elementos -debido a su esbeltez- más vulnera- Durante los tres siglos que siguen al florecimiento humanis-
bles por los movimientos telúricos. ta, el concepto restringido de antigüedad, se extiende para
En el estudio de caminos que puedan guiar a una mejor abarcar todo vestigio del pasado de la humanidad; a la exigen-
comprensión del proceso de creación en la obra arquitectóni- cia de autenticidad, se añade la idea teórica de volver a la esti-
ca del pasado. México ha introducido el estudio y análisis de mación, como parte del regreso a un estado anterior. Esto
tratadistas y su léxico especializado, así como los sistemas de sucede, en vistas del respeto a las ruinas, que no se pueden
trazo y regulación de proporciones, como instrumento de di- completar físicamente, para recuperar su integridad preceden-
seño a lo largo de la historia. te. A lo largo de estos siglos, sigue vigente la limitación a las
Sirvan estas cuantas aportaciones de México, co'llo ejem- obras de arte, que en el plano práctico, abre un camino para-
plo final -ante la imposibilidad de enumerar todas las contri- lelo al interés histórico general en todos los vestigios del pa-
buciones de otros países, impresionantes unas, modestas pero sado.
eficaces otras- que integran el extraordinario auge de la res- La segunda gran expansión de contenidos, tiene lugar en el
tauración en el presente siglo. siglo XIX, como resultado de los criterios ilustrados para fun-
damentar objetivamente los conocimientos científicos. El re-
greso a un estado anterior, reviste desde entonces, la categoría
Conclusión de instrumento de la objetividad histórica, la limitación a
obras de arte, aunque mantenida en teoría, empieza a ser cues-
En el largo proceso de evolución del concepto restaurar, ob- tionada por la práctica, que de hecho extiende su protección
servamos dos momentos en que se generan ampliaciones no- a todo objeto arqueológico que es prueba material del pasado
tables en los contenidos. Esto sucede en el Renacimiento y en del hombre.
la Ilustración. El nuevo rango científico de la restauración, excita la res-
Así contemplado, el proceso queda dividido en tres etapas ponsabilidad de los gobiernos, que inician el control estatal
fundamentales; una que abarca desde la Antigüedad hasta los del conjunto de pruebas tangibles de la historia; así surgen las
albores del Renacimiento; la segunda, desde el florecimiento legislaciones proteccionistas -esencialmente distintas de los
del Humanismo hasta la Ilustración; la última, que se ubica en decretos de monarcas anteriores- y aparece la codificación
los siglos XIX y XX. de las normas para orientar la restauración.
En la Antigüedad y en la Edad Media, restaurar significaba El siglo XX contempla un desarrollo extraordinario, carac-
volver a un estado anterior, pero el concepto se aplicaba en terizado por la institucionalización y el apoyo científico, que
forma estricta a monumentos y en sentido lato a muchas otras inician el cambio de las prácticas manuales anteriores, por
acciones que implicaban regreso. No se hacía en esos siglos, técnicas de nivel profesional, para la protección de todo tipo
una diferenciación esencial entre restaurar y reparar, recons- de materiales. En la restauración contemporánea, no se exclu-
truir o readaptar. La Edad Media, al sentido amplio de restau- ye al arte, sino se amplía el campo a todo testimonio que
ración añadió muchas otras acepciones, que hemos calificado pueda informar sobre el pasado del hombre social.
de metafóricas, pero que desaparecieron al madurar los dialec- Los historiadores de la restauración, hasta ahora, se han es-
tos medievales y transformarse en lenguas. forzado por descubrir ejemplos del pasado, donde las normas
Desde los inicios del Renacimiento, primer momento de actuales hayan sido aplicadas. A pesar de lo discutible que
expansión de la idea de restaurar, surgieron dos nuevos conte- puede ser este criterio, ha podido detectar, servatis servandis,
nidos que enriquecieron el concepto, sin perder el sentido de que en todas las épocas se han realizado algunas obras que

252 253
cumplirían con los requisitos actuales; sin embargo, no es po-
sible asegurar, ni siquiera como hipótesis, que tales trabajos,
en su momento, hayan sido considerados como obras de res-
tauración.
El caso de México revela que, habiendo encontrado blo-
queado el camino de las obras de arte, en su pasado prehispá-
nico, optó por el sendero socio-antropológico, que a la larga,
ha resultado ser el de mayor aceptación actual, pues es el úni-
co que justifica plenamente la creación y desarrollo de la ar-
queología y las otras ciencias sociales aparecidas a partir de la
Ilustración. El móvil principal para nuestro país, ha sido el
problema de identidad, expresado en el sentimiento naciona-
lista.
La identidad, detectada como problema psico-social hasta LA RESTAURACION CONTEMPORANEA
el siglo XX, demuestra su existencia como factor integrante
esencial en los móviles de la restauración a lo largo de la his-
toria, por más que no hubiera ni conciencia ni análisis de su
existencia antes de nuestro siglo.
Las dos grandes etapas impulsoras de cambio para la acción Después de analizar y comentar la evolución de los concep-
de restaurar, el Renacimiento y la Ilustración, ligan estrecha- tos de Cultura, Patrimonio Cultural, Historia, Identidad, Mo-
mente la protección de testimonios del pasado a los concep- numento y Restauración, se impone la necesidad -como con-
tos de cultura, patrimonio común, historia, monumentos, y clusión de todo el presente trabajo- de hacer el planteamiento
-con reciente conciencia- también identidad, de modo tal, sobre lo que la sociedad y la cultura contemporáneas, exigen
que su desarrollo y progreso no puedan analizarse separada- de la restauración.
mente. De las reflexiones hechas en los capítulos precedentes, surge
Como ideal final para terminar este resumen de conclusio- la evidencia del carácter eminentemente instrumental de la res-
nes, conviene hacer notar que, los centros de formación pro- tauración. Pero la naturaleza del concepto filosófico de ins-
fesional de restauradores, aparecidos también en el siglo XX, trumento, admite distinciones y clasificaciones.
como consecuencia de la institucionalizació n y la exigencia Todo instrumento supone el logro de un objetivo, que se
de apoyo científico, quedan con la responsabilidad de estudiar estima como un bien a conseguir. Puede estar orientado hacia
e investigar ese proceso de desarrollo de la restauración, aquí la acción, o hacia la producción. Puede ser completo, si llega
esbozado, pues sin su conocimiento y análisis sería imposible a su objetivo por sí solo, o parcial si requiere del auxilio de
estructruar una auténtica teoría de restauración. otros instrumentos, para los cuales es -y ellos le son- com-
plementarios. Supone la existencia de un agente principal, que
es quien lo utiliza. Finalmente, puede ser consciente- enton-
ces requiere de intención y de habilidad- o puede ser inani-
mado, cuando sólo necesita aptitud para ser utilizado.
La restauración, desde sus vestigios más antiguos, buscó el
perpetuar la memoria de algo, recobrando un estado anterior.
Este es el objetivo permanente, que con distintas modalidades
ha perseguido a través de los siglos. El Derecho Romano, resu-
mido en el Digesto, lo expresó con la frase in pristinum statum
reddere. Es así como la restauratio romana no difiere por su
naturaleza de la restauración contemporánea, a pesar de las

254 255
ampliaciones considerables que el concepto ha experi~entado. su camino de respeto a la materia y forma física de los vesti-
En esta forma lo han considerad o todas las generaciones que gios del pasado. Cuando la Ilustración amplió su interés a la
nos precediero n desde la Antigüedad . , . humanidad entera y objetó las interpretac iones a la cronología
El empleo del término, ha sido sanci?nado por ~l uso, umco sacralizada aún vigentes, la restauració n tuvo que poner énfa-
juez inapelable en el lenguaje. No habna pues !azon p~a cam; sis en los objetos descubiertos por la naciente arqueología.
biar el vocablo, ni se trata de una homofoma como mten~o Cuando, a consecuencia del movimient o racionalista ilustrado,
plantearlo """1;in éxito- Viollet l~ D_~c, en una c~yuntura hIS- la ciencia descubrió la evolución biológica del hombre y la
tórica que ante la notable amphacion de contenidos concep- transforma ción de todo grupo social humano, la restauración
tuales, pudo ser aceptada. No debe extrañarno s el fe~ómeno; tuvo que ampliar su campo de acción a un gran número de
lo mismo ha sucedido con otros vocablos, cuyo co.nt;mdo ~on­ objetos, testimonio de la evolución del hombre y de la socie-
ceptual quizá ha variado más radicalmen te. ~onsi;Ie.rese si.no, dad, protegiend o con suma rigidez, la autenticida d de cada
el término colonia, desde su antecedent e eti~ologico l~tmo. uno de ellos.
El concepto restauración se ha hallado esencialmente hgado La restauración es pues, y siempre ha sido, instrument o de
al concepto de monument o ~ través d~ la finalidad buscada la historia, y es en tal carácter que le hemos llamado terce,. sa-
en el regreso a un estado antenor, ~uyo ~m e.s perpetuar la me- tisfactor, para distinguirla de los otros dos instrument os que
moria de algo, expresado en el Digesto 1ustmiano por la locu- tradicional mente han sido nombrados como distintivos de eta-
ción memoriae causa. . pas anteriores en el desarrollo de la conciencia histórica de la
Pero el concepto restauració n ha evolucionado. Si en la humanidad: tradición oral y registro gráfico; por más que esta
Antigüedad, el regreso a un estado ante~_or para guard~ me- división -hoy considerad a demasiado simplista- tienda a ser
moria, no prestó atención a la conserva~i~n de la m~~na Y la desechada, ante la evidencia de un proceso mucho más com-
forma física del monument o, el Renacim~~nt?, ab~~ nuevos plejo y con mayor continuida d en su desarrollo, de lo que se
caminos al hacer hincapié en la prolongaci on mdef~ida de la sospechó inicialmente.
posibilidad de contempla ción de las obras de arte. Si el hu~a­ La restauración, como instrument o de la historia, en el pre-
nismo renacentist a sentó las bases profunda~ ~.e la arqu:o.logia, sente, se ha adecuado a las exigencias contempor áneas de un
al buscar los testimonio s fí~icos de la Antigueda~ !J~asica, el conocimien to y una conciencia histórica fundament ados en la
movimient o ilustrado dilato el horizonte de poSibihdades al interpretac ión de las fuentes objetivas que suministra el pasa-
extender su interés a todos los vestigios del pasado de toda la do, a las que concede el carácter de única prueba demostrativa
humanidad y apoyar el conocimie nto científico en el razona- de la verdad histórica.
miento fundado en pruebas objetivas tangibles. En etapas pasadas, la restauració n, ni ostentaba el monopo-
Esta evolución del concepto restauració n demues~a l~ rela- lio sobre las fuentes del conocimie nto histórico, ni era cons-
ción íntima con la historia, puesto que es consecuencia ~irecta cientement e relacionada con la tradición oral o con el registro
del desarrollo de la conciencia histórica. En efecto, mient~as escrito. Durante el siglo XIX, al surgir la necesidad de funda-
la Antigüedad buscó guardar memoria de hechos Y. persona1es mentación en pruebas objetivas, la restauració n adquirió el
importante s para el grupo humano, y no t~~o me~io~ J?ara es- rango de único instrument o guardián, capaz de garantizar per-
tablecer una cronología total, la restauracio n se hmito a per- manencia de las pruebas objetivas, necesaria ante la multipli-
petuar la memoria de hechos y personajes importante s e? los cidad de posibles interpretaciones, susceptibles de avance y
monument os. cuando se impuso durante la Edad ,Media, la compleme nto.
cronología sacralizada judeocristi ana, que perpetu<:> ~uchos Ee así como la historia, sobre fundament os objetivos y cons-
aspectos de la herencia histórica surgida de. la tradici~m. oral ciente de la naturaleza subjetiva de sus interpretac iones, se ha
transforma da en mitos inteligibles, las sociedades crIStianas constituido en nuestros tiempos, como la primera de las cien-
europeas crearon el culto a las reliquias y trataron ~e rescat~ cias sociales, ya que la historia de la humanidad , no es otra
los Lugares Santos. cuando el humanismo renacentISta volvio cosa que la historia del hombre como ser social. De ahí que
los ojos hacia las fuentes humanas del conocimien to!"! ~e~c~; la historia como ciencia, no sea separable del concepto de cul-
brió los logro_s, de la Antigüedad Clásica, la restauracion micio tura, bien se le considere como producto de una elite dentro
256
257
del grupo humano, a la manera tradicional bien se le tome tegrantes. Es la historia, por sí sola o con otras ciencias socia-
como la acción integral del hombre como ~iembro de la so- les, la que define aquello que es, o ha sido característi co de
ciedad, de acuerdo con las propuestas de la corriente antro- un grupo humano, distinguién dolo de otros grupos, en un mo-
pologista, con los criterios más avanzados y progresistas del mento dado del pasado o en su proceso parcial o total de
pensamien to actual. transforma ción. Así, en el área del conocimien to, la historia
Si aceptamos , con la corriente antropolog ista, que la cultu- se vuelve fundament o objetivo de la conciencia de identidad
ra no es otra cosa que el problema de transforma ción real his- de una sociedad. Dicho en otras palabras, la historia es el ins-
tórica de los individuos como miembros de una sociedad trumento que utiliza una sociedad para conocer las caracte-
debemos presuponer al individuo, como personalida d integral: rísticas, que en su proceso de transforma ción a través del
Y consecuen temente, deberemos contempla r todas las formas tiempo, la hacen distinta a otras sociedades.
Y todos los modos de su existencia. Si en la forma tradici~­ En el problema de la conciencia de identidad, la historia es
nalista, seleccionamos ciertos individuos y consideram os instrument o de la sociedad, y la restauració n -en su carácter
as¡;>ectos. aislados ~ particulares. de su conducta en la vida y su de instrument o de la historia, y sin dejar de serlo- se convierte
ex1stenc1a en sociedad, estar1amos -contradic toriamente -- también en instrument o de la sociedad. A través de la restau-
eliminando el contexto histórico y el marco de referencia den- ración, la sociedad alimenta el conocimien to y la conciencia
tro del cual, una selección subjetiva, podría tener perspectivas de identidad, conservand o y mostrando las pruebas objetivas
de lograr objetividad . Así pues, aunque se persista en un con- que hacen evidentes las característi cas distintivas de ese grupo
cepto de cultura: como producto de una elite ' la historia como humano en su proceso de transforma ción.
. . ,
c1enc1a, no perdera su caracter integral, hoy aceptado por Pero el hombre en sociedad, como sujeto del movimient o
todas las corrientes ideológicas. histórico, y el grupo humano, como agente creador activo, en
La restauració n no debe, ni puede escapar a esta dialéctica el proceso real histórico de transforma ción, no podrían con-
con sus modalidade s contempor áneas. Está íntimamen te in- vertirse en elementos pasivos y estáticos del momento actual
volucrada en el problema de la cultura y de la sociedad con- vivido. Por esta razón, las ciencias sociales contempor áneas,
temporáne as, a donde ha sido arrastrada por la historia de la proclaman la obligación de una sociedad de planear su futuro,
que es instrument o. ' sobre la base objetiva del conocimie nto del pasado. Es-a nivel
Si la historia contempor ánea se interesa por todas las for- social- la máxima socrática conócete a tí mismo, como norma
orientador a para la vida. Quien conoce sus antecedent es, sus
mas Y todos los modos de existencia del hombre en sociedad
capacidade s y sus carencias, está capacitado para orientar su
será necesari?, que establezca un juicio crítico sobre la capaci:
conducta futura sobre bases reales, tanto a nivel individual
d~d de ~elac1on que descubre en cada prueba objetiva dispo-
como social.
nible, as1 como sobre la jerarquía y prioridades en un conjunto La restauració n ante este problema, llena el papel de instru-
de pruebas. La restauració n en cuanto instrument o debe ate-
mento parcial o complemen tario. La sociedad la utiliza, al igual
n~rse al juici<;> de la ~istoria, que juega el papel de agente prin- que a otros instrument os, para lograr y difundir una concien-
cipal que se sirve del mstrument o. No es pues la historia la que cia de identidad, que es clave en la planeación del futuro. Toca
debe someterse al juicio de la restauració n, sino ésta quien a la restauració n suministrar las pruebas objetivas que demues-
debe someterse al de la historia. En esta relación de agente prin- tran la permanenc ia y vigencia de los logros del pasado, en el
cipal a instrument o útil, es donde puede encontrars e la solu- momento presente, siendo misión de otros instrument os, la
ción práctica al problema que hemos llamado el absurdo de la
tarea de evitar que la contempla ción y el conocimie nto del
totalidad, que nos llevaría a la restauració n indiscrimin ada de pasado, se limiten a la añoranza senil del recuerdo, sino que se
todos los objetos existentes, producto de la actividad humana. transforme n en móvil e incentivo de creatividad razonada
Pero la historia contempor ánea, y en consecuenc ia también hacia ~l futuro.
la restauració n, están involucrad as en el concepto de sociedad La función instrument al de la restauració n en el problema
En cualquier momento del pasado tanto como en el presente·
contempor áneo de conciencia de identidad, es quizá el conte-
una sociedad es identificab le, gracias al conocimie nto de toda~
nido esencial más recienteme nte adquirido por ella, en su papel
las formas y todos los modos de existencia de sus miembros in-
259
258
de instrumento de la sociedad. Ha quedado patente, después trumento de la sociedad contemporánea que, como individuo
de la Segunda Guerra Mundial, en el caso de la reconstrucción dotado de inteligencia, debe ser consciente y hábil en la mi-
de Varsovia. Arrasada hasta sus cimientos, la capital de la Na- sión que desempeña. Esto obliga a la sociedad, como en el caso
ción Polaca, se convirtió en símbolo de la resistencia tenaz de cualquier profesión, a tomar todas las medidas a su alcance,
contra el invasor; al término de la bárbara contienda, el pueblo para garantizar la preparación y formación necesarias en los
polaco no dudó en reconstruirla, y lo hizo en contra de todas restauradores.
las normas hasta entonces redactadas para la restauración La restauración, sin embargo, no puede quedar exclusiva-
-que sólo contemplaban los problemas nacidos de las ruinas mente en manos de un grupo de especialistas. La existencia
arqueológicas-- en los principales países europeos. Sin embar- de estos y su actividad profesional, debe estar respaldada por
go, todos aceptan hoy el caso, como excepción necesaria, por una convicción y una conducta cotidiana congruente con los
la conciencia de identidad involucrada, del pueblo polaco. objetivos de la restauración, en todos y cada uno de los miem-
Una reflexión más tranquila, a más de tres décadas de los bros de la sociedad.
hechos, nos llevan a concluir, que el caso de la reconstrucción Todo individuo, desde tiempo inmemorial ha realizado a
de Varsovia, no representa una excepción, sino la aplicación nivel personal y familiar, diversas prácticas para proteger la
relevante de un nuevo contenido en el concepto contempo- salud; pero estas actividades privadas, adquieren el gra~o de
ráneo de restauración. Un claro antecedente de la conciencia función profesional, dentro del grupo humano organizado,
de identidad en la restauración, lo constituyen los inicios de cuando emanan de un programa elaborado y ejercido por un
la arqueología mexicana a finales del período virreinal y du- cuerpo de especialistas, respaldados por las autoridades, la
rante el siglo XIX, aunque en ellos, la reconstrucción no queda legislación y las instituciones públicas. Fundamento del pro-
implicada, como en el caso de Varsovia. grama, es la conciencia en cada miembro de la sociedad, sobre
La restauración es pues, instrumento de la sociedad, garan- la necesidad de cuidar la salud de todos los integrantes, como
tizando la permanencia de las pruebas materiales objetivas en bien común indispensable.
que se funda la conciencia de identidad. En esas pruebas, tam- Algo semejante sucede con la restauración. Cada individuo,
bién, se basa el único nacionalismo positivo, que nace delco- en forma particular puede proteger bienes del Patrimonio Cul-
nocimiento de la propia realidad social, con sus capacidades tural en la vida di~ria. Pero la restauración como actividad
y carencias, con sus virtudes y defectos, con sus aciertos y sus profesional, supone conciencia individual y colectiva de la ne-
errores, en la transformación experimentada hasta el momen- cesidad de realizarla, así como la elaboración de programas
to presente. El objetivo es, en consecuencia, de suma impor- emanados o respaldados por el Estado, y cuerpos de especia-
tancia para la sociedad contemporánea, y de ahí emana la listas debidamente formados, para ejercerlos.
necesidad de que la restauración sea una profesión. La práctica privada y personal, tanto para la medicina como
Lo esencial de una profesión, en efecto, es la conciencia de para la restauración, debe estar normada y limitada por la le·
quienes la ejercen, sobre la responsabilidad que tienen ante la gislación, y es un complemento lógico de la actividad profe-
sociedad, de lograr un objetivo, considerado importante y ne- sional a nivel público y oficial; pero ambas nacen de la con-
cesario, para el grupo humano. La restauración, en la vida de ciencia sobre la exigencia social para conseguir sus objetivos,
las sociedades contemporáneas, no puede quedar en manos considerados como bien esencial, necesario para el grupo.
de aficionados, ni constituir un pasatiempo eventual, o una El Estado por su parte, está obligado a establecer, fomentar
moda pasajera. y apoyar los cursos de formación integral, de capacitación
Quien ejerce la restauración es un instrumento de la socie- manual y de información general sobre restauración, que su
dad, en quien debe haber conciencia de la responsabilidad realidad social requiera. Pero no se habrá logrado enfrentar
aceptada ante el grupo humano, conocimiento y aprecio del plenamente el problema, si no se ha llegado a organizar los
objetivo a lograr, a la vez que habilidad para garantizar éxito cursos integrales de formación, que son los únicos que pueden
en sus tareas, de acuerdo con las circunstancias específicas de garantizar a auténticos profesionales. En efecto, los cursos de
su realidad social. capacitación, que solamente desarrollan habilidad, correspon-
Así pues, el profesional de la restauración, es a su vez un ins- den a un nivel de apoyo necesario, de orden artesanal; los cur-

260 261
sos de informa ción, que sólo transmi ten conocim iento son lo, aunque no sea posible conservar la autentic idad de. sus m,a-
propios para difundir conciencia e interés, no para resol~er el teriales originales. Las circunstancias de cada caso, orientar an
problema. las limitaciones y las opcione s de solución aceptables. Y lo
Hemos tocado aquí el problem a genérico de la Educaci ón. mismo puede decirse de los conjunt os urbanos, cuyo ejemplo
La planeac ión del futuro, impuest a por la concien cia del deber más claro, ya mencion ado, fue el núcleo antiguo de la ciudad
social, aún en sus formas más rudimen tarias, lleva a la convic- de Varsovia.
ción de que, si se quiere mejorar en algún aspecto , el presente Hay algo más. Todos están de acuerdo con los criterios de
debe poner empeño en preparar nuevos y cada vez mejores la concien cia histórica contemp oránea -la Carta de Venecia
element os; sin ellos, toda planeac ión del futuro es utópica. lo confirm a- en que el proceso complet o de transformación
Para la restaura ción, como para otras áreas de activida d y de cultural de un testimon io históric o, es más importa nte que
conocim iento, son los centros de formaci ón bien orientad os ' cualquie ra de los momen tos aislados que lo componen. Un
los que pueden ser el núcleo generador de avances' en las acti- monum ento o un conjunt o, necesariamente se está transfor-
tudes, conocim ientos y habilida des que cada sociedad necesite mando, si es que conserva vigencia, en forma lenta o acelerada,
para progresa r en la especialidad. de acuerdo con las exigencias del grupo humano que lo utiliza.
Actitud correcta , conocim ientos suficientes y habilida d pro- Así suceder á mientra s permane zca vivo. Cuando por alguna
bada, en efecto son necesarios para lograr todos los objetivo s razón, requiere de una intervención restaura toria, ésta no pue-
de la restaura ción, en especial la autentic idad. La restaura ción de momofi carlo, impidie ndo a partir de ese moment o, su evo-
es un instrum ento orientad o hacia la acción de protege r y con- lución correspo ndiente a la sociedad viva que los sustenta.
servar; no contemp la como objetivo la producc ión o creación Todo ser vivo se transfor ma, y es esta una condició n esencial
de algo nuevo. Este aspecto es esencial, pues involucra el pro- de la vida. Un niño transfor mado en adulto, sigue siendo él
blema de la autentic idad del testimo nio históric o. mismo ante su conciencia y ante los demás, que lo vieron cre-
Ya vimos que durante el período romano clásico, se acep- cer, o que lo suponen , apoyado s en la propia experiencia del
taba la creación de un nuevo edificio, con tal que se conservara proceso vital. El niño, convert ido en adulto, conserva su mis-
la memori a de una función , un hecho o un personaje. La Edad ma identida d, reconoc ida por todos, ¿Podría mos utilizar el
Media, en su culto a las reliquias, implícit amente tuvo que símil para la restaura ción? Entonce s, en un edificio o conjun-
apoyars e e!1 la autentic idad de los vestigios, pero careció del to urbano o testimon io histórico en general, con funciones en
apm·ato critico adecuad o para compro barla, tolerand o el trá- plena vigencia, la restauración podrá hacer todo aquello que
fico indiscri minado que se convirti ó en fabuloso negocio. permita guardar su identidad, dejándo la reconocible ante todos,
Fue el humani smo renacen tista, ante los testimon ios de y quedará prohibid o todo aquello que borre, o disminuya o
la Antigüe dad Clásica, el que inició el respet9 sistemát ico a la haga confusa esa identida d. La norma, se afirma fácilmente,
autentic idad de los monum entos y tocó a la arqueol ogía deci- pero cualquier solución será siempre discutible y sólo la expe-
monóni ca el generalizar y fundam entar la protecc ión de la riencia y la autocrít ica, podrán definir los caminos menos
autentic idad en cualquie r docume nto de la historia del pasado. peligrosos.
De ahí nacieron las normas estrictas que rigieron la restaura- Lo que si puede afirmarse con toda certeza, es que para un
ción hasta la primera mitad del siglo XX. testimon io vivo, la vida es una cualidad preferencial, que no
Pero la Segunda Guerra Mundial, planteó un nuevo proble- puede cercenarse bajo ningún pretexto , mucho menos por l~
ma para los monum entos en ruinas. No es lo mismo un edifi- restaura ción que tiene por objeto el prolongarla, no segarla m
cio arqueológico, arruinad o por el abandon o y pertenec iente interrum pirla. Es la cultura de una sociedad la que ostenta el
a una etapa cultural ya termina da, cuyas funciones originales derecho de dar por termina das las funciones, pero entonces, la
han perdi?o toda vigencia soci~l, que un edificio vivo y en ple- restaura ción tiene el recurso de encontr ar unas nuevas, con-
na vigencia, que por alguna razon (bomba rdeo sismo acciden- gruentes, que manteng an la identida d del testimon io, prolon-
te), súbitam ente se ve convert ido en ruinas. L~ exige~cia social gando su vigencia.
obl~ga ~ devolverle en plenitud sus funciones interrum pidas Si la restaura ción tiene como objetivo prolongar la vida del
arb1trar1amente. En este segundo caso, es necesario reconstr uir- testimon io históric o, es lógico que abra la puerta a sucesivas
263
262
intervenciones. Este problema de la restauración de la restau- a un razonamiento , en vistas de diversas posibilidades de inter-
ración, ha sido ya tratado en varias ocasiones por el p1ofesor pretación. Así, la redondez del planeta tierra, es una verdad
Michel Parent, actual Presidente Internacional de !COMOS que se demuestra científicamen te; en cambio, la traducción
(lnternational Council on Monumentes and Sites), en artículos de un idioma es opinión subjetiva fundamentad a, por lo cual
y conferencias. El hecho no debe causar alarma, ni siquiera el traductor, suele ser llamado intérprete; pero la Teoría de
porque una nueva intervención deba corregir errores de la pre- Laplace, sobre la formación del sistema planetario solar, fue
cedente. La restauración, como disciplina contemporán ea una hipótesis científica, sobre datos objetivos, que la ciencia
joven, evoluciona rápidamente, y aún llegada a la madurez, contemporán ea a desechado, ante la evidencia de otros hechos
seguirá perfeccionando sus criterios y sus métodos, de modo recientemente comprobados .
que lo que hoy es admisible, podrá no serlo mañana. En el lenguaje ordinario, sin embargo, el término hipótesis,
Ante este problema de la restauración de restauraciones se emplea muy a menudo, como sinónimo de invención sin
precedentes, de la discutibilidad de toda solución y de la per- razonamiento , o conclusión sin bases objetivas. En realidad,
fectibilidad de los criterios y orientaciones, la mejor arma con toda interpretación es una hipótesis fundamentad a, cuyas po-
que cuenta la restauración actual, es el carácter reversible de sibilidades de error o acierto, son función directa de la calidad
cualquier intervención, al grado máximo que lo permitan las de los datos objetivos en que se apoya, y de la lógica del razo-
circunstancias de cada caso. Por su lado, la reversibilidad, de- namiento que se emplea.
berá ser objeto de investigación especializada, para que llegue Tres tipos de datos sirven para justificar un proyecto de res-
a ser condicionante de toda solución, en un grado mayor al tauración. Los datos pueden ser científicos, técnicos o teóri-
que ahora tiene. co-humanísticos. Los dos primeros tipos de datos, aceptan la
El mismo problema de discutiblidad y perfectibilidad de cri- posibilidad de demostración científica, que permite justificar
terios, nos lleva en forma directa a la consideración del proble- una solución; en los dos primeros grupos entran datos tales
ma de la hipótesis en la restauración, de lo que es una demos- como el peso, las medidas, la resistencia al esfuerzo, la hume-
tración de tipo científico y de lo que significa una interpre- dad, la composición molecular, la vulnerabilidad o inmunidad
tación. a agentes internos y externos, etcétera. En cambio, sólo la in-
Viollet le Duc escribió que nada es tan peligroso como la hi- terpretación o hipótesis fundamentad a tiene cabida para los
pótesis en los trabajos de restauración; Paul León, después de datos teórico-huma nísticos, que emanan de la historia, de la
él, aseguró que la función del constructor termina donde co- estética, de la etnología, etcétera, por más que en estas cien-
mienza la hipótesis, y finalmente, la Carta de Venecia dicta- cias también existan datos demostrables.
minó que la restauración se detiene donde se inicia la hipótesis. Ante la amplia tipología de intervenciones de restauración,
Unos años antes de la redacción de la Carta de Venecia, Bar- que aumenta cada día, y cubre desde trabajos mínimos, ape-
bacci había calificado la frase de Paul León como aurea mas- nas distinguibles de la acción genérica de mantenimien to, hasta
sima. Fue José V.illagrán García el primero en poner en duda las reconstrucciones integrales de conjuntos como en el caso
este criterio, al asegurar que las soluciones aportadas por la de Varsovia, existen posibilidades de muy distinto rango para
restauración, están muy distantes de toda exactitud demostra- la hipótesis científica. La demostración de Villagrán, no admite
ble. En realidad, Viollet le Duc resulta el más prudente, y su réplica, todos sabemos que, para un mismo caso, existen múl-
opinión no es objetable, puesto que sólo advierte del peligro; tiples soluciones posibles, aceptables, cuya exactitud es inde-
en cambio, la Carta de Venecia, siguiendo la idea de Paul León mostrable y siempre discutible.
y de Barbacci, cierra la puerta a la posibilidad de empleo de la Así pues, para los casos de intervención mayor -düícil de
hipótesis en restauración. situar, limitar y definir- la frase de la Carta de Venecia, la res-
Pero debemos distinguir. La demostración científica es el ra- tauración se detiene donde se inicia la hipótesis, debería susti-
zonamiento que nos da evidencia sobre la veracidad que puede tuirse por otra con este sentido: la restauración debe funda-
ser cuestionada. La interpretación , en cambio, es la explicación mentarse en una hipótesis científica.
subjetiva, fundamentad a en datos objetivos. Desde el punto de Por otro lado, la acepción vulgar de hipótesis como afirma-
vista científico, la hipótesis es una explicación que sirve de base ción sin ningún fundamento -único sentido aceptable para la
264 265
máxima de Paul León, Alfredo Barbacci y la Carta de Venecia-
debería descartarse del léxico profesional de la restauración. ria de los requerimientos sociales específicos de un grupo hu-
Es evidente que el uso de esa acepción vulgar, ha creado con- mano en una ubicación cronotópica dada. Pero esta obvia
'

fusión, sobre todo entre los pseudo-teóricos que jamás han in- limitación, no debe obstaculizar la restaurac1on como acc1on
• # • ,

tervenido en un proyecto de restauración o su ejecución. profesional.


No podemos olvidar que la restauración es instrument o de A manera de recurso, ante la ausencia de catálogos,_ las leyes
la historia. Esta, en su función de agente principal de aquella, proteccionistas han acudido a menudo, a las declaratonas glo ba-
debe ser replanteada por cada generación, en vistas de la per- les, por géneros de objetos, obteniendo así diversos ;~sultados.
fectibilidad de sus interpretaciones. La restauración no podría En la Legislación Mexicana, las declaratorias genencas, rela-
escapar a esta condición de su agente principal, al cual sirve tivas a vestigios prehispánicos, o a la pintura mural contempo-
de instrument o. ránea han obtenido resultados positivos. En cambio, la decla-
Así pues, la hipótesis fundamentada, es camino ineludible ratoria global, por géneros de edificios del periodo virreinal,
para la restauración, y ante el peligro permanent e de error, ha demostrado ser muy débil solución.
por la subjetividad de las interpretaciones, el mejor recurso es, Por otro lado, dada la naturaleza específica y la abundancia
nuevamente, la reversibilidad máxima de las soluciones, que de piezas escultóricas y de pintura de caballete, éstas, no suelen
permitirá la corrección o enmienda posterior en la restaura- ser objeto de declaratorias individuales, en ningún país del
ción de las restauraciones, tarea -también ineludible - de las mundo, aunque nadie duda de su carácter monumental. Sobre
próximas generaciones de la humanidad. ellas, los catálogos son menos escasos y los resultados para su
Por lo que toca a la materia prima sobre la que versa la res- protección, muy variados, pues gozan de preferencia en el co-
tauración, los monument os, hemos comentado en el capítulo leccionismo privado, en el comercio, en el tráfico ilegal, en el
correspondiente, dos corrientes de acepción en el concepto, saqueo y en el robo.
una selectiva y otra integral. Esta última tendiente a conceder Por ahora no se vislumbra mejor solución que la elaboración
el carácter de monument o a todo objeto creado por el hombre. de inventari~s y catálogos que respalden las declaratorias ofi-
Para no intervenir en la dialéctica, aún vigente, parece muy ciales. Como recurso, a falta de catálogos, quedan, a pesar de sus
conveniente utilizar los términos objeto cultural, bien cultu- defectos, las declaratorias globales, que por ministerio de ley
ral y Patrimonio Cultural, que específicamente se refieren a la 1 enumeran géneros de objetos, sin definirlos ni describirlos in-
capacidad delatoria potencial que existe en la obra del hombre, 1 dividualmente, en espera de que los especialistas los inventa-
)
para revelar datos importantes en el conocimiento de la cultu- rien; mientras tanto, es necesario recurrir a peritajes de exper-
ra, así como su calidad de propiedad común e inalienable con tos en los conflictos legales que surgen.
relación a la sociedad que los detenta. Pero el problema de elaboración de catálogos no es obliga-
El concepto antropologista de cultura, y la acepción amplia ción directa de los restauradores como tales, ni es su responsa-
de monument o que de ella nace, justifican la tendencia actual, bilidad profesional el definir los criterios de selección. El
cada vez más generalizada, de considerar monument o, sólo monument o se convierte en materia prima de la restauración,
aquel que ha sido explícitam ente declarado tal, por vías lega- e incumbencia del restaurador, cuando su capacidad delatoria
les. Esta postura práctica, evita el extremo de considerar que está en peligro de disminuir o desaparecer. Si esto no sucede,
todo es monument o, en lo que hemos llamado el absurdo de la el monument o es materia profesional de la historia y las cien-
totalidad. Sin embargo, esta práctica vigente, engendra dificul- cias sociales.
tades para la protección de valores culturales y para el ejercicio En general, se habla de deterioro de la materia física a la que
de la restauración. se ancla la capacidad de revelar datos importantes para la cul-
De ahí nace la apremiante necesidad contempor ánea de ela- tura. Consideramos sin embargo, que el concepto de deterio-
borar catálogos que respalden las declaratorias oficiales. Esta ro no es suficientemente amplio. La degeneración de la materia
parece ser la única manera posible y efectiva, de definir en física, como característica de envejecimiento, es en sí un valor
cada momento histórico y en cada lugar geográfico, lo que delatorio, que no necesariamente debe eliminarse.
debe considerarse monument o, dada la interpretac ión necesa- El concepto de alteración nos parece más completo. Para la
física contempor ánea -la ciencia que mayor desarrollo ha ex-
266
267
perimentado en nuestro siglo- toda materia física es energía, es obvia para la vigilancia, la prevención y las potenciales in-
que no se pierde sino se transform a. Así, todo deterioro de tervenciones en el futuro.
materia física, en el concepto tradicion al, debe ahora conside- No podríamo s terminar este breve planteam iento de con-
rarse como una transform ación que, en alguna manera altera clusiones sin hacer la proposici ón de una definición, seguida de
la estructur a molecular. una síntesis de lo que nos parece que debe ser la restaurac ión
Pero aún fuera del campo de la física, el concepto de altera- en el mundo contemp oráneo, condensa da en las respuestas a
ción es mucho más amplio que el de deterioro , y quizá se presta pregunta s fundamentales en todo conocimi ento humano.
menos a confusión en el campo de la restauración. Un ejemplo
puede explicarlo más claramente. Ha sucedido que, en encues-
tas realizadas para estimar el estado de los monume ntos arqui- ,, Qué debe ser la restauración
tectónico s de una región, de la provincia mexicana, un cura
párroco, con buena voluntad y deseos de colaboración, repor- 1 La restauración debe ser la intervención profesional en los
tó sin deterioros, un claustro construid o en el siglo XVI, cuyos bienes del patrimon io cultural, que tiene como finalidad pro-
1
arcos habían sido cerrados con cancelerí a de aluminio anodi- teger su capacidad de delación, necesaria para el conocimi ento
zado, a iniciativa de su colega antecesor, hecho que repudiab a de la cultura.
y también reportaba detallada mente. En esta definición, el género próximo es la intervención pro-
Hay que reconoce r que, en este caso, el concepto de dete- fesional en los bienes del Patrimonio Cultural; la diferencia es-
rioro, implicado en la introducc ión de aluminio anodizad o en pecífica es la protecció n de la capacidad de delación, necesaria
la antigua arquería, era más difícil de captar que el de altera- para el conocimi ento de la Cutura.
ción, para quien no está familiarizado con las tareas de res- El caracter profesion al de la intervención, supone concien-
tauración . cia de la responsabilidad ante la sociedad, la obligación de uti-
Al considera r el espacio arquitectónico, como materia de lizar racionalmente todos los recursos que suministr a el avance
restaurac ión -tema introduci do por José Villagrán, pero ausen- contempo ráneo de la ciencia y de la técnica y el deber de vigi-
te hasta entonces de la literatura especiali zada- sin duda se lar y prevenir, tanto como tratar las alteraciones en la capacidad
está tomando en cuenta materia física mensurable, pero los delatoria de los bienes culturales.
cambios que en él pueden interesar a la restaurac ión, no se re-
fieren al volumen de aire contenid o en ese espacio, a su enra- '¡
recimien to o disminución, sino a las características óptico- Porqué se debe restaurar
hápticas de los elemento s que lo limitan o se encuentr an en él,
y cuyo aspecto cambia hasta por la calidad de iluminación La razón última de la restauración, nace de su carácter de
-artificia l o natural-·- que permite su captación . Nuevamente tercer satisfactor para la conciencia histórica contempo ránea.
aquí, es más propio hablar de alteración que de deterioro. Sus objetivos esenciales se resumen en estos dos puntos:
La alteración en los valores del bien cultural, supone tres
etapas en la intervención profesional del restaurad or: la detec- -- Proteger las fuentes objetivas del conocimi ento histó-
ción, el diagnóstico y el tratamiento; las tres son su total com- rico.
petencia. A ellas hay que añadir otras dos, nacidas de la res- ·( - Garantizar la permanencia de las evidencias en que se
ponsabilidad profesional ante la sociedad, estas son, la vigilan- fundame nta la conciencia de identidad .
cia y la prevención. 1

El símil con la medicina es evidente, pues hay un paralelismo 1


La restaurac ión, como acto consciente, es consecuencia del
real entre las etapas de intervención en ambas profesiones. La 1
trinomio conocer-apreciar-proteger. En esta triple secuencia se
similitud se prolonga también hacia la necesidad de dejar cons- ha apoyado, a lo largo de la historia de la humanid ad, el con-
1
tancia escrita y detallada del estado previo, del proceso y de I'. cepto de monumen to, de reliquia, de antigüedad, y -hoy en
los resultados obtenido s del tratamien to en cada intervención; día- de bien cultural. La modalidad contemp oránea radica en
es lo que en medicina se denomina historia clínica. Su utilidad un nuevo grado de conciencia sobre la objetividad de la auten-
268 269
ticidad, ante la exigencia científica de la historia y las ciencias temporáneos, lo cual exige programas de investigación y ex-
sociales que abarca hasta la potencialidad de revelar en el fu- perimentación de alto nivel.
turo, p~es desconocidas del mensaje encerrado en los bienes Una técnica, en su aplicación, siempre es perfectible y debe
culturales. quedar permanentemente sujeta a revisión. Esta perfectibili-
dad es mucho mayor, en las etapas iniciales de desarrollo para
una actividad profesional; tal es el caso de la restauración. No
Dónde y cuándo se debe restaurar hay pues justificación para el conformismo estático que reina
en las instituciones, manipuladas por grupos monopolistas de
La respuesta debe dar ubicación cronotópica a la restaura- tendencias exclusivamente artesanales, aún demasiado abun-
ción. Se restaura dentro de una sociedad, cuando sus miembros dantes.
han alcanzado el grado de conciencia histórica que exige el El restaurador profesional está obligado a una permanente
avance contemporáneo de las ciencias sociales, encabezadas autocrítica de su propia actuación, para estar en posibilidades
por la historia. de optimizar sus soluciones y aprovechar los avances de la in-
Es pues en el seno de la sociedad, como núcleo humano or- vestigación humanística, científica y tecnológica. Sólo en esta
ganizado, donde debe darse la restauración como actividad actitud podrá acrecentar sus conocimientos, sus experiencias
profesional. Es por tanto el Estado, como responsable d~ la pr?- y sus recursos técnicos, que así podrán transformarse en efec-
piedad común e inalienable representada por el Patnmoruo tividad creciente ante los problemas que su responsabilidad
Cultural, quien debe asumir el papel de rector en la planeación profesional y social le exigen resolver, responsabilidad que ha
y programación de las actividades restauratorias, donde al lado aceptado ante sus conciudadanos.
de la práctica pública y oficial de la restauración, no se exclu-
ye el ejercicio privado profesional, ni la protección habitual y
diaria, prestada por todos los ciudadanos que, limitada por
normas legales, nace de su propia responsabilidad social.
Pero la formación profesional adecuada y la actividad pla-
neada y programada, en sus distintas modalidades, a nivel ofi-
cial a nivel particular, o a nivel de apoyo ciudadano, solamen-
te s~rá posible, cuando se logre alcanzar el grado de conciencia
histórica fundamentado en fuentes objetivas tangibles que re-
clama la ciencia contemporánea. De ahí emana la conciencia
de identidad y la genuina autoevaluación crítica, necesarias
en el nacionalismo positivo y en la planeación racional del fu-
turo, deber que impone el avance logrado por las ciencias so-
ciales en nuestro siglo.

Cómo se debe restaurar


La respuesta involucra los sistemas y métodos que emplea
el restaurador. No se trata de enumerar y clasificar las diversas
tipologías de intervención, sino de caracterizarlas brevemente.
Es responsabilidad del restaurador aprovechar al máximo la '¡
experiencia lograda en el pasado, pero también utilizar racio-
nalmente , todos los avances científicos y tecnológicos con-

270 271
BIBLIOGRAFIA

Aguilera, C., El Arte Oficial Tenochca, UNAM, México, 1977.


Angelis D. G., de, "Evolución Histórica de la Restauración ",
en De Re Restauratoria, Ese. Técnica y Superior de Arqui-
tectura, Barcelona, 1972, vol. l.
Aquinatis, Th., Summa Theologica, Biblioteca de Autores Cris-
tianos, La Editorial Católica S.A., Ml!triti, MCMLXI, T. l.
Barbacci, A., Il Restauro Dei Monumenti in Italia, Instituto
Poligrafico dello Stato, Roma, 1956.
Barnes, H. E., "History, its Rise and.Developm ent", en The
Encyclopedia Americana, Americana Corporation, New
York, 1961, vol. 14.
Bermejo, J., Introducción a la Sociologí'a del Mito Griego,
Akal Editor, Madrid, 1979.
Berna!, l., Historia de la Arqueología en México, Editorial Po-
rrúa S.A., México, 1979.
Bitterli, U., Los Salvajes y los Civilizados, Fondo de Cultura
Económica, México, 1981.
Boase, T.S.R., La Baja Edad Media, Editorial Labor S.A., Bar-
celona, 1968.
Bonelli, R., "Restoration adn Conservation", en Encyclope-
dia of World Art, McGraw-Hill Co., London, 1965, vol. XII.
Bonifaz N. R., Publio Virgilio Maron. Eneida, Biblioteca Scrip-
torum Graecorum et Romanorum Mexicana, UN AM, Méxi-
co, 1972, 2 Tomos.
Brading, D., Los orígenes del nacionalismo mexicano, Edicio-
nes Era, México, 1980.
273
Brandi, C., Teoría del Res tau ro,
Edizioni di Sto ria e Let tera -
tur a, Ro ma 196 3. Bu rck har dt, J., Ciuilisation de
"Il Ris tab ilim ent o Dell'Unita Pot la Renaissance en Italie, Le
enziale Dell'Opera D 'Ar te" , Livre de Poche, París, 196 6, 3 Tom
Bol leti no del Ins titu to Central Griechische Kulturgeschichte, es. . ..
e del Restauro, Ro ma , no. Basel, 189 8-1 902 , dreiban-
2-1950. ding.
"Pr inc ípe s de la Re sta ura tion Campos R. J., Reglas Monástica
Des
L 'Am our de l'A rt, no. XXX-1950 Oeuvres D'A rt" , Italie, s de la España V1s. 1go. d L
a, a
Edi tor ial Católica S.A., Madrid,
"Re sta uro De ll'O per a D'A rte Sec. Carr, E. R., aQué es la Historia? MCMLXXI.
rici ta" , Bo llet ino del Ins titu to and o L'I sta nza de la Sto- lona, 197 9.
Editorial Seix Barral, Barce-
ma, no. 11 e12 -19 52 . Centrale del Res tau ro, Ro-
Casson, L., An cie nt Egy pt, Tim .
"U Re sta uro Dell'Opera D'A rte Calvo S. F. et al., Ilustración y Roe Inc., ~~w York, 19~9.
ca o De ll'A rtis tici ta" , Bol leti no Sec and o L'I sta nza Esteti- tes y Do cum ent os par a la Hisma ntic ism o, Cole~cio? Fuen-
Res tau ro, Ro ma , no. 13- 195 3. del Ins titu to Centrale del tavo Gili, Barcelona, 198 3.
toria del Arte, Editorial Gus-
"Il Re sta uro e L'I nte rpr eta zio ne Cardona, A. et al., El Poema
De ll'O per aD 'Ar te" ,An na- de Mío Cid, Editorial Bruguera
li della Scuola Normale Superio S.A., Barcelona, 197 4.
re di Pisa, Pisa, no. XXIII-
195 4. Ceschi, C., Teoría e Storia del .
"Il Re sta uro '', I Problemi di Ulis Restauro, Mano Bulzom. Edi.-
tar e, Ro ma , 197 0.
"R est ora tio n and Conservation",se, no. 27- 195 7. Civeira T. M., Juárez en la Socied ,
Art , McGraw-Hill Co., Lo ndo n, en Enc ycl ope dia of World EEitadística, Costa-Amic, México,
ad Mexicana de Geografia Y
196
"Th e Cleaning of Pictures in Re 5, vol. XII. Collingwood, R. G., The Idea of 196 8. . .
and Glazes", Burlington Magazinelati on to Patina, Varnish Press, Ox for d, 198 0.
History, Ox for d Umversity
"So rne Factual Observations Ab , Lo ndo n, no. XCI-1949. Colunga, A., Biblia Comentada, . . , .
Bolletino del Ins titu to Centraleout Varnishes and Glazes", Madrid, MCMLXVII.
La Editorial Catohca S.A.,
3 e 4-1950.
del Restauro, Ro ma , no.
Biblia Sacra Jux ta Vulgatam
"I Restauri della Basílica Superio Clementinam, La Edi.tori.al
re di Assisi", Le Art i, Ro- Católica S.A., Matriti, MCMLXX
ma, no. IV-1942. Conti A. "V ice nde e Cultura VII.
del
"Il Mantegna Ric ons tru ito ", L'Im Art e It~liano, Giulio Einaudi EdRe sta uro ", en Storia Dell'-
The Res tor atio n of the Pieta agine, Ro ma , no. I-1947. Terza, Volume Ter zo, To mo 10.
itar e, To rin o, 198 1, Parte
of Sebastiano del Pio mb o,
Museum, París, 195 0. Cueli, J. y Reidi, L., Teorías de . .
"Il Re sta uro De ll'A dor atio n de la Personalidad, Ed ito nal Tn.-
L'Agneau Mystique di Van llas, México, 198
Ey ck" , Bol leti no del Ins titu to
Centrale del Restauro, Ro- Cuevas, M., Historia2.de la Iglesia , . . . .
ma, no. 5 e 6-1951. en Mex1co, Editorial Patria
S.A., México, 194 6, 5 Tomos.
"Re sta uri a Piero della Fra nce sca Ch anf ón O. C., Restauración. • .
Centrale del Restauro, Ro ma , no. ", Bo llet ino del Ins titu to Problemas T~~mcos, Mate~~.al
Didáctico Escuela Nacional de
"R est aur o della Maesta di Du cci 17 e 18- 195 4. y Museog;afía, Centro Churubus
Conservacion Restaurac1on
o", Bol leti no del Ins titu to co, México, 197 9. . .
Centrale del Restauro, Roma, no. Chatelet. F., El Na cim ien to de
Bravo, A. et al., Co mp end io de 37 a 40- 195 9. la Historia, Siglo Ve mti uno
Derecho Ro ma no, Edi tor ial Editores, México, 197
Pax-México, 197 5. Charnay, D., Cites et Ru9. ine s Americ
Brom, J., Para com pre nde r la
Historia, Edi tor ial Nuestro M. Viollet le Du c, Arc hite cte du aines. Ave c un Tex te Par
Tiempo S.A., México, 198 1. Gouvernement, A. More!
et Cíe., París, 186 3.
Bronowski, J., The Ide nti ty of Ma Chesneaux, J., aHacemos Tabla . .
n, Th e Natural History Press, Rasa del Pasa_do.? A Prof!os
New York, 197 1. de la Historia y los Historiadores 1to
Bu ffo n, G. L. L. de, Histoire Gen , Siglo Vemt1uno Editores,
erale des An ima ux et de L '- México, 198 1.
Ho mm e, París, 176 9. Daniel, G ., A Sho rt History of Arc
haeology, Thames and Hud-
son, Lon don , 198 1.
274
275
Deetz, J., Inuitation to Archaeology, The Natural History Garibay K. A.M., Poesía Náhuatl, UNAM, México, 1964.
Press, New York, 1967. Relaci ón de las Cosas de Yucatán por el P. Fray Diego de
Dibble, Ch. et al., Florentine Codex. General History of the
Things of New Spain. Fray Bernardino de Sahagún, School Landa, Editorial Porrúa S.A., México, 1966.
Historia de las Indias de Nueua España e Islas de la Tierra
of American Research and the University of Utah, Santa Firme, Escrita por Fray Diego Durán Domin ico en el siglo
Fe, 1950-1 969.
Dolling, R., "Denk malsc hutz und Denkmalpflege in Der Bun- XVI, Editorial Porrúa S.A., México, 1967, 2 Tomos.
Historia General de las Cosas de Nueua España Escrita por
desrepu blik Deutschland ", en Denkm alp flege in Der Bundes-
Fr. Bernardino de Sahagún Franciscano, Editorial Porrúa
repu blik Deutschland Geschichte Organisation Aufga ben
Beispiele, Heinz Moos Verlag, München, 1974. S.A., México, 1969, 4 Tomos.
D'Owler, L.N., Cronistas de las Culturas Precolombinas, Fon- Garin, E., Medioeuo y Renac imient o, Taurus Ediciones S.A.,
do de Cultur a Económica, México, 1972. Madrid, 1981.
Dublán, M., Legislación Mexicana, Edición Oficial, México, Garriga, J., Renac imient o en Europa, Colección Fuente s y
1876. Docum entos para la Historia del Arte, Editor ial Gustavo
Eliot, Ch. W., The Haruard Classics, Collie rand Son, New York, Gilí, Barcelona, 1983.
1963. Volume 32 · Literary and Philosophical Essays; Vo- Gertz Manero, A., La Defensa Jurídica del Patrimonio Cultu-
lume 33 · Voyages and Trauels; Volume 34 . French and ral, Fondo de Cultur a Económica, México, 1976.
English Philosophers. Gilson, E., La Sociét é de Masse et sa Culture, Librairie Philo-
Encinas, D. de, Cedulario Indiano, Ediciones Cultura-Hispáni- sophique J. Vrin, París, 1981.
ca, Madrid, 1945, 4 Tomos. Goris, J. et Marlier, G., 1520-1521 LeJou rnal de Voyag eD'Al-
Erikson, E. H., Identidad. Juuen tud y Crisis, Taurus, Madrid, bert Dürer Dans les Ancien s Pays-Bas, La Connaissance S.A.,
1981. Bruxelles, 1970.
Evans, J. et al., Antiqu ity and Man, Thames and Hudson, Gossler, H., La Ciencia Celeste de los Azteca s, Editorial Posa-
Londo n, 1981. da S.A., México, 1974.
Fermigier, A., "La Notion de Patrim oine", en LesMo numen ts Grassi, L., Storia e Cultura Dei Monum enti, Societa Editrice
Historiques de la France, no. 107, París, 1979. Librarla, Milano, 1969.
Fernán dez Arenas, J., Renac imient o y Barroco en España, Griffin, N., Relatiue Identi ty, Oxfor d University Press, Oxford,
Colección: Fuente s y Docum entos para la Historia del Arte, 1977.
Editorial Gustavo Gilí, Barcelona, 1983. Hadas, M., "Narrative Poetry ", en The Encyclopedia Ameri-
Ferrari, O., "Preservation of Art Works", en Encyc lopedi a of cana, Americana Corpo ration , New York, 1961, vol. 16.
World Art, McGraw-Hill Co., Londo n, 1965, vol. XI. Hans A. Queré.taro. Memorias de un Oficial del Emper ador
Finley, M. l., Uso y Abuso de la Historia, Editorial Crítica, M~xirr:iliano, Impre nta de F. Díaz de León y S. White, Mé-
Barcelona, 1979. xico, 1869.
Fonta na, J., Historia. Análisis del Pasado y Proye cto Social, Heikamp, D., México and the Medici, Editrice Edam, Floren-
Editorial Crítica, Barcelona, 1982. ce, 1972.
Freixa, M., Las Vanguardias del siglo XIX, Colección Fuente s Horn, W. and Born, E., The Plan of St. Gall, University of Ca-
y Docum entos para la Historia del Arte, Editorial Gustavo lifornia Press, Berkeley, 1979.
Gilli, Barcelona, 1982. Hosak, L. et al., Funda mento s Teóricos de la Historia, Juan
García l. J., Historia Eclesiástica Indiana. Obra Escrita por Pablos Editor , México, 1973.
Fray Gerón imo de Mendieta de la Orden de San Francisco, Huizinga, J., El Conce pto de Historia. Fondo de Cultura Eco-
Antigua Librería, Portal de Agustinos no. 3, México, nómica, México, 1977.
M.DCCC.LXX. El Otoño de la Edad Media, Alianza Universidad, Madrid,
Garza, M. de la, La Conciencia Histórica de los Antigo s Mayas, 1981.
UNAM, México, 1975. Jonin P. La Chanson de Roland, Gallimard, París, 1979.
Klineberg, O., "Cultu ra y Culturas en un Museo Cambiante",
276
277
en El Correo de la UNESCO, no. XXXV-7, París, julio de Montesquieu, Oeuvres Completes, Editions Gallimard, París,
1982. 1951, 2 Volumes.
Kramer, S. N., Cradle of Civilization, Time Inc., New York, Motolinía, T. de, Memoriales, Edmundo Aviña Levy, Guada-
1969. lajara, 1967.
Kubler, G., La Configuración del Tiempo, Alberto Corazón .
O'Gorma n E. Historia Natural y Moral de las Indras com-
Editor, Madrid, 1975. puesto por ~l P. Joseph de A costa, religioso de la Compañía
Lacour-Gayet, R., Histoire du Ganada, Fayard, Montréal, de Jesús Fondo de Cultura Económica, México, 1962.
1979. Décadas' del Nuevo Mundo por Pedro Mártir de Anglería
León Portilla, M., La Filosofía Náhuatl Estudiada en sus Primer Cronista de Indias, José Porrúa e Hijos, Sucs., Mé-
Fuentes, UNAM, México, 1959. . xico, MCMLXIV, 2 Tomos.
Los Antiguos Mexicanos a través de sus Crónicas y Cantares, _
Memoriales o Libro de las Cosas de la Nueva Espana Y de
Fondo de Cultura Económica, México, 1968. los Naturales de ella. Fray Toribio de Benavent e o Motoli-
Tiempo y Realidad en el Pensamiento Maya, UNAM, Méxi-
co, 1968. nía, UNAM, México, 1971. , .
Cuatro Historiadores de Indias. Sep/Setentas, Mex1co, 1972.
Visión de los Vencidos. Relaciones Indígenas de la Conquis- Olivé N. J. C., La Antropol ogía Mexicana, Colegio Mexicano
ta, UNAM, México, 1969. . de Antropól ogos A. C., México, 1981.
El Reverso de la Conquista, Editorial Joaquín Mortiz, Mé- Payen, J. CH., Litteratu re Fran~aise. Le Mayen Age, B. Ar-
xico, 1970.
La Historia y los Historiadores en el México Antiguo, Dis- thaud, París, 1970.
Pauw, C. de, Recherch es Philosophiques Sur les Americains,
curso de ingreso a El Colegio Nacional, 1971.
León y Gama, A. de, Descripción Histórica y Cronológica de Berlín, 1769.
Phelan, J. L., Neo-Azte cism in the Eighteen th Century and
las dos Piedras que con ocasión del Nuevo Empedra do que the Genesis of Mexican Nationalism, Diamond, New York,
se esta formando en la Plaza principal de México, se halla-
ron en ella el año de 1790, Imprenta de Zúñiga y Ontiveros, 1960.
El Reino Milenario de los Franciscanos en elNuevoM undo,
México, MDCCXCII.
Le Bonniec, H., Pline L 'Ancien. Histoire Naturelle, Société UNAM, México, 1972.
Philippot, P., "Restora tion and Conservation", en Encyclop e-
d'Edition Les Belles Lettres, París, 1953, Livre XXXIV. dia of World Art McGraw-Hill Co., London, 1965, vo. XII.
Le Roy Ladurie, E., Le Territoire de L 'Historien, Editions Pinelo, L., Recopil~ción de las Leyes de los Reinos de Indias,
Gallimard, París, 1978.
Lévi-Strauss, C., La Identidad, Ediciones Petrel, Madrid, 1981. Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1973, 4 Tomos.
Race et Histoire, Editions du Seuil, París, 1961. Pitarch, J. et al., Arte Antiguo. Próximo Oriente, Gr~cia .Y
Lowe, G. R., El Desarrollo de la Personalidad de la Infancia a Roma, Colección Fuentes y Documen tos para la HlStona
la Senectud , Alianza Editorial, Madrid, 1972. del Arte, Editorial Gustavo Gilí, Barcelona, 1982.
Lowith, K., El Sentido de la Historia, Aguilar, Madrid, 1973. Pius PP II, Pontifex Excommu nicatione m in Destruen tes .Ae-
dificia Antiqua Urbis Promulgat, et Mand~t Conse~va~~:mbus
Macpherson, C. B., The Political Theory of Possessive Indivi- Camerae Urbis ut Tales Investos Mulctis Pecunrarus etc.,
dualism, Oxford University Press, Oxford, 1979. Puniant, CCCLXIX . Pius PP II, Anno Christi 1462, Reg.
M'Bow, A. M., "La Dimensión Humana" en El Correo de la
UNESCO, no. XXXV-7, París, julio de 1982. Tom. XIX, Fo. 122.
Plumb, J. H., La Muerte del Pasado, Editorial Seix Barral,
Mezhúiev, V., La Cultura y la Historia, Editorial Progreso,
Moscú, 1980. Barcelona, 197 4.
Raynal, G. T., Histoire Philosophique et Politique des Eta-
Miranda, J., Sumario de la Natural Historia de Indias. Gonza- blissements et du Commerc e des Europeens Dans les Deux
lo Fernández de Oviedo, Fondo de Cultura Económica,
México, 1979. Indes, París, 1762.
Robertso n, W., The History of America. London, 1799, 3
Montassier, G., Le Fait Culturel, Fayard, París, 1980.
Volumes.
278 279
Rousseau, J. J., Oeuvres Completes, Editions Gallimard, Pa- Conservación Restauración y Museografía, Centro Churu-
rís, 1964, 4 Volumes. busco, México, 197 4.
Rubin de la B. D., México: Monumentos Históricos y Arqueo- Viollet le Duc, ~· E., Description du Ch<iteau de Pierrefonds,
lógicos, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, B. Bance, Pans, 1857.
México, 1953. Entretiens Sur L 'Architecture, A. Morel, París, 1863, 2
Ruskin, J., The Complete Works of John Ruskin, Thomas Y. Volumes.
Crowell and Co. Publishers, New York, 1904, IX Volumes. Intervention de L 'Etat Dans L 'Enseignement des Beaux-
Las Siete Lámparas de la Arquitectura, El Ateneo, Buenos Arts, A. Morel, París, 1864.
Aires, 1956. "Les Eglises de Paris", en Paris-Guide, Tomo 1, Librairie
Samaranch, F. de P., Aristóteles. Obras, Aguilar, Madrid, Internationale, París, 1867.
1973. Histoire de L 'Habitation Humaine, Bibliotheque d'Educa-
Shaw, M. R. B., Joinville and Villehardouin. Chronicles of the tion et de la Récréation, J. Hetzel et Cie. Editeurs, París,
Crusades, Penguin Books, London, 1976. 1874.
Shull, F., "Evolution" en The Encyclopedia Americana, Ame- Voltaire, Oeuvres Historiques, Editions Gallimard, París, 1961.
ricana Corporation, New York, 1961, Volume 10. Melanges, Editions Gallimard, París, 1981.
Soustelle, J., La Vida Cotidiana de los Aztecas, Fondo de Cul- Correspondance, Th. Besterman, Geneve, 1953-1976, 7
tura Económica, México, 1977. Volumes.
Southern, R. W., The Making of the Middle Ages, Yale Uni- Workman, J. R., "Latin Literature", en The Encyclopedia
versity Press, London, 1962. Americana, Americana Corporation, New York, 1961, Vo-
Swingewood, A., El Mito de la Cultura de Masas, Premia Edi- lume 19.
tora, México, 1981. Walsh, W. H., Introducción a la Filosofía de la Historia, Siglo
Thorpe, L., Gregory of Tours. The History of the Franks, Pen- Veintiuno Editores, México, 1980.
guin Books, London, 1979. Wilson, l., Le Suaire de Turin, Editions Albin Michel, París,
Tobar, B. de, Compendio Bulario Indico. Escuela de Estudios 1978.
Hispano-Americanos de Sevilla, CSIC, Sevilla, 1954, 2 To- Yarza, J. et al., Arte Medieval I -Alta Edad Media y Bizancio,
mos. Colección Fuentes y Documentos para la Historia del Arte,
Torquemada, J. de, Monarquía Indiana, Editorial Porrúa S.A., Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1982.
México, 1969, 3 Tomos. Arte Medieval II - Románico y Gótico, Colección Fuentes
Villagrán G. J., "Teoría de Arquitectura", en Cuadernos de y Documentos para la Historia del Arte, Editorial Gustavo
Arquitectura, no. 13, Instituto Nacional de Bellas Artes, Gili, Barcelona, 1982.
México, 1964.
"Arquitectura y Restauración de Monumentos", en Memo-
ria de El Colegio Nacional, tomo IV, no. 1-1966, Editorial TRATADOS DE ARQUITECTURA
de El Colegio Nacional, México, MCMLXVll.
"La Proporción en Arquitectura", en Memoria de El Cole- Fensterbusch, C., Vitruvii de Architectura Libri Decem, Wi-
gio Nacional, Tomo V, no. 4-196 7, Editorial de El Colegio ssenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 1981.
Nacional, México, MCMLXVIll. Ortiz y S. J., Los Diez Libros de Architectura de M. Vitruvio
"Los Trazos Reguladores de la Proporción Arquitectónica", Polion, Imprenta Real, Madrid, 1787.
en Memoria de El Colegio Nacional, Tomo VI, no. 4-1969, Cervera V. L., M. Vitruvio Pollion. De Architectura (1582),
Editorial de El Colegio Nacional, México, MCMLXXI. Colección Juan de Herrera, no. 4, Albatros Ediciones, Va-
"Estructura Teórica del Programa Arquitectónico", en Me- lencia, 1978.
moria de El Colegio Nacional, Tomo VII, No.1-1970, Edito- Chanfón O. C., El Libro de Villard de Honnecourt. Manuscri-
rial de El Colegio Nacional, México, MCMLXXII. to del siglo XIII, Escuela Nacional de Conservación, Restau-
Integración del Valor Arquitectónico, Escuela Nacional de ración y Museografía, Centro Churubusco, México, 1978.

280 281
Alberti, L. B., Libri de re Aedificatoria Decem, Parisius In ce Collegido por el Cronista Alfonso de Palencia (1490),
sole aureo Vici diui lacobi impressum, Opera magistri Ber- Real Academia Española, Madrid, 1957.
tholdi Rembolt et Ludouici Homken, Anno domini M.D.XII Sebastián Y. F., Diccionario Griego-Español, Editorial Ramón
Sopena, Barcelona, 1964.
Cervera V. L., León Baptista Alberto. Los Diez Libros de Ar- Viollet le Duc, E.E., Dictionnaire Raisonne de L 'Architecture
chitectura ( 1582), Colección Juan de Herrera, no. 3, Alba- Fran~aise du XIe au XVIe Siecle, B. Bance Editeur - A.
tros Ediciones, Valencia, 1977. Morel Editeur, París 1854-1868, X Tomes.
Chanfón O. C., Diego de Sagredo. Medidas del Romano, Es- Dictionnaire Raisonne du Mobilier Fran~ais, de L 'Epoque
cuela Nacional de Conservación, Restauración y Museogra- Carlovingienne a la Renaissance, B. Bance Editeur. Vve.
fía, Centro Churubusco, México, 1977. Morel et Cie. Editeurs, París, 1858-1875, VI Tomes.
Scamozzi, D., Tvtte L 'Opere D'Architettvra et Prospetiva di Virloys, R. L., Dictionnaire D 'Architecture, Libraires Associés,
Sebastiano Serlio Bolognese, Appresso Giacomo de Fran- París, M DCC LXXI, 3 Tomes.
ceschi, in Venetia, M DC XIX. Warren, H. C., Diccionario de Psicología, Fondo de Cultura
Cervera V. L., Sebastián Serlio. Tercero y Quarto Libro de Económica, México, 1982.
Architectura (1552), Colección Juan de Herrera, no. 2, Al- Varios Autores, Diccionario de la Lengua Castellana dicho de
batros Ediciones, Valencia, 1977. _ Autoridades, Gredas, Madrid, 1969, 3 Tomos.
Chanfón O. C., Compendio de Arquitectura y Simetría de los Varios Autores, The Encyclopedia Americana, Americana
Templos por Simón García (1681), Escuela Nacional de Corporation, New York, 1961, 30 Volumes.
Conservación, Restauración y Museografía, Centro Churu- Varios Autores, Encyclopedia of World Art, McGraw-Hill Co.,
busco, México, 1979. London, 1965, XV Volumes.
Cabiati, O., I Qvattro Libri Dell'Architettvra di Andrea Palla- Varios Autores, Enciclopedia de la Religión Católica, Dalmau
dio (1570), Ulrico Hoepli Editare S.p.A., Milano, 1976. y Jover, Barcelona, 1953, 7 Tomos.

DOCUMENTOS DE CARACTER INTERNACIONAL


LEXICOS, DICCIONARIOS Y ENCICLOPEDIAS
Documentos: Carta de Atenas, Carta de Venecia, Normas de
Alonso, M., Enciclopedia del Idioma, Aguilar, Madrid, 1968, Quito, Recomendación Sobre la Protección en el Ambito
3 Tomos. Nacional, del Patrimonio Cultural y Natural, Escuela Nacio-
Blánquez F. A., Diccionario Latino-Español Español-Latino, nal de Conservación, Restauración y Museografía, Centro
Editorial Ramón Sopena, Barcelona, 1960, 3 Tomos. Churubusco, México, 1978.
Corominas, J., Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Convention Concernant la Protection du Patrimoine Mondial,
Castellana, Gredas, Madrid, 1974, 4 Volúmenes. Culture/ et Naturel, Organisation des Nations Unies pour
García de D. V., Diccionario Etimológico Español e Hispáni- l'Education la Science et la Culture, Adoptés par la Confé-
co, Editorial S.A.E.T.A., Madrid, 1974. rence Général asa dixseptieme Session, Paris, 16 XI, 1972.
Greimas, A. J., Dictionnaire de L ~ncien Fran~ais, Librairie Proyecto de Recomendación Relativa a la Salvaguarda de los
Larousse, París, 1969. Conjuntos Históricos y su Función en la Vida Contempo-
Malina, A. de, Vocabulario Náhuatl-Castellano Castellano- ránea, Organisation des Nations Unies pour l'Education la
Náhuatl, Ediciones Colofón S.A., México, 1966. Science et la Culture, Conférence Général, dixneuvieme Se-
Moxon, J. (?), The Builder's Dictionary (1734), A.P.T., Wa- ssion. 19 C/26, Nairobi, 1976.
shington, MCMLXXXI, 2 Volumes. Conference Intergouvernementale Sur les Politiques Culture-
Nebrija, E. A.. de, Lexicon Hoc Est Dictionarium Ex Sermone lles en Amerique Latine et Dans les Carai'bes. Rapport final,
Latino in Hispaniensem Interprete Aelio Antonio Nebri· Bogotá, Janvier, 1978, Organisation des Nations Unies pour
ssensi (1492), Pulvill Editor, Barcelona, 1979. l'Education la Science et la Culture, CC/MD/39, París, jui-
Palencia, A. de, Universal Vocabulario en Latín y en Roman- llet, 1978.

282 283
Comisión Nacional de los Estados Unidos Mexicanos para la
UNESCO. Informe General 1977-1982, Secretaría de Edu-
cación Pública, México, 1982.
Patrimonio Cultural de la Humanidad: Responsabilidad Co-
mún, Estudio preparado por la División de Patrimonio Cul-
tural, UNESCO, CLT- 82/WS/27, París, mayo de 1982.
Cultural S.tatistics and Cultural Development, A world sta-
tistical survey of sorne media as cultural development su-
pport, prepared on the occasion of Mundiacult, Division
of Statistics on Culture and Communication, UNESCO,
CSR-C27 ST.82/WS/4, París, 1982.
Conference Mondiale Sur les Politiques Culturelles, Mexico,
Juillet-Aout, 1982, Etat et Tendances des Politiques Cultu- INDICE
relles des Etats Membres Arabes, Organisation des Nations
Unies pour l'Education, la Science et la Culture, CLT-82/ Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Mondiacult/Ref. l/ARB-CLT-82/Conf. 205/Col. 6, París, Cultura y patrimonio cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
juin, 1982. La historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Conference Mondiale Sur les Politiques Cuturelles, Mexico, La identidad ..................... ............. 101
Juillet-Aoat, 1982, Problemes et Perspectives, Organisation El monumento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
des Nations Unies pour l'Education, la Science et la Cultu- La restauración ..................... ........... 181
re, CLT-82/Mondiacult/3 - CLT-82 Conf. 205/Col. 12, Pa- La restauración contemporánea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
rís, juin, 1982. Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
Ideas para la acción. La UNESCO Frente a los Problemas de
Hoy y al Reto del Mañana, Plan a Plazo Medio de la Orga-
nización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cien-
cia y la Cultura, Presses Universitaires de France, París,
1978.
Congres International Conservation, Rehabilitation, Recycla-
ge, L'Ecole d'Architecture de l'Université de Laval et l'Or-
dre des Architectes du Québec, Les Presses de l'Université
de Laval, Québec, 1980.
!COMOS. Sesta Assemblea Generale. Nessun Futuro Senza INSTITUTO TECNOLÓGICO DE
Passato, Consiglio Nazionale delle Ricerche, Roma, 1981, e entro de lnfonnacióDURANGO
2 Volumi. ...-;:::::::::__ _ _ n .
Jesús Tebar Rodrfguez·•
"'_:":9· _
Seminario Internacional sobre técnicas modernas para la res-
tauración de Monumentos, La UNESCO y la Dirección de
Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Repú-
blica de Cuba, Ciudad de La Habana, octubre, 1982.

1.

284
UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTONOMA DE MEXICO

Rector
Dr. Jorge Carpizo
Secretario General
Dr. José Narro Robles
Secretario General Académico
Dr. Abelardo Villegas
Secretario General Administrativo
Lic. Luía Raúl González Pérez
Secretario General Auxiliar
Lic. Mario Ruiz Massieu
A bogado General
Lic. Manuel Barquín Alvarez

COORDINACION GENERAL
DE ESTUDIOS DE POSGRADO

Coordinador General
M. en Arq. Xavier Cortés Rocha
Secretario Académico
Mtra. Julia Martínez Fernández
Secretario Técnico
Lic. Fernando Palma Galvén
Jefe del Departamento de Publicaciones
Mtro. Federico Patén
Secretaria del Departamento de Publicaciones
Mtra. Matilde Mantecón

.~ FACULTAD DE ARQUITECTURA

Director
Arq. Ernesto José Velasco León
Secretario General
Arq. Luía Fernando Solía Avila
Jefe de la División de Estudios de Posgrado
M. en Arq. Gemma Verduzco Chirino

Das könnte Ihnen auch gefallen