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En la época del ajedrez romántico,
el «contraataque» era un concepto
desconocido por los grandes aje-
drecistas de aquellos tiempos ya
que, debido a las mediocres técni-
cas defensivas, el bando que con-
seguía atacar wimero ganaba la
partida.

En nuestros días, no obstante, el


contraataque ha llegado a ocupar
eón todo derecho el puesto que me-
rece como medio de lucha, y puede
decirse sin exageración que hoy es
el arma principal de las negras.
Precisamente en las aperturas se
han elaborado sistemas enteros,
esquemas y variantes cuya idea bá-
sica es el contraataque.

En este libro el reconocido teórico


de la escuela soviética Damski ha
analizado el material disponible, sa-
cando unas conclusiones didácti-
cas sobre las circunstancias en
que el contraataque resulta posible
e incluso indispensable. Con exce-
lentes ejemplos y ejercicios prácti-
cos, nos ilustra acerca de los mejo-
res métodos para determinar con
precisión el momento. en que el
contraataque ya ha madurado y pue-
de empezarse a recoger sus frutos.

Cubierta: Geest/Hoverstad
EL CONTRAATAQUE
EN AJEDREZ
Y. V. DAMSKI

EL CONTRAATAQUE
EN AJEDREZ

EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A.


BARCELONA
Título original: Kontrataka

Traducción de J. López de Castro

Revisión técnica Juan Navarro

© Ed. FizKultura i Sport, Moscú, 1979


© 1983, Ediciones Martínez Roca. S. A.
Gran Via, 774, 7." - 08013 Barcelona
ISBN: 84-270-0788-4
Depósito Legal: B. 33845 - 1986
Impreso por Diagrilfic, S. A., Consütució, 19 - 08014 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain


íNDICE

Introducción 9

l. Contraataque en el centro 13
Ejercicios 22
2. ¿El más pródigo ... o el más rápido? 24
Ejercicios 27
3. Un sacrificio y ... ¡adelante! 28
Ejercicios 54
4. El cazador cazado 57
Ejercicios 63
5. Giro de 180 grados 64
Ejercicios 74
6. ((La mejor defensa es un bue!l ataque» . 76
7. Soluciones comentadas a los ejercicios . 81
INTRODUCCióN

Hace cien años, en la época del dominaban aún el juego metódico


ajedrez romántico, el concepto de con vistas a obtener igualdad, y
«Contraataque» era desconocido, sí, en cambio, el contraataque, De
como tal, entre los ajedrecistas. ahí la decadencia, por no decir la
Debido a una mediocre técnica muerte, de la antes tan popular
defensiva, el bando que conse- defensa ortodoxa del gambito de
guía atacar primero llevaba ge- dama; de ahí también que, como
neralmente sus propósitos a feliz respuesta a l. P4R, rara vez adop-
término (siempre, claro está, que tara el negro la defensa Phili-
le quedaran al menos las piezas dor. Cobraron vida, por el con-
necesarias para dar mate al rey trario, y salieron a la palestra con
adversario). En todo caso, los pujante ímpetu las defensas Nim-
ejemplos de contraataque que zovich, Grünfeld y siciliana.
aparecen en la literatura ajedre- Si se tiene esto en cuenta, pa-
cística anterior a la segunda mi- recerá extraño que hasta en la
tad del siglo pasado pueden con- teoría del medio juego, por más
tarse con los dedos. que todavía esté en mantillas, el
En nuestros días el contraata- contraataque no ocupe sino un
que, igual que el ataque y la de- modestísimo lugar. Quizás ello se
fensa, ocupa con todo derecho el deba a que ni siquiera los maes-
puesto que merece como medio tros más famosos por su habili-
de lucha. En las aperturas se han dad en contraatacar (al igual que
llegado a elaborar sistemas ente- los combinativos) son capaces de
ros, esquemas y variantes cuya determinar con cierto grado de
idea básica es precisamente el precisión el momento en que su
contraataque. Sin gran exagera- contraataque ya ha madurado y
ción puede incluso decirse que el deben apresurarse a recoger sus
contraataque es hoy el arma prin- frutos ... , con lo que los casos prác-
cipal de las negras, cuyo bando ticos que les han hecho célebres
asume al principio, en virtud de se explicarían sólo por la intui-
las reglas del ajedrez, un papel ción.
defensivo. Los ajedrecistas del Sea lo que fuere, el análisis del
primer cuarto de nuestro siglo no vasto material disponible permi-

9
te sacar algunas conclusiones so- sición del caballo blanco. Natu-
bre las circunstancias en que el ralmente, Alekhíne, que de mo-
contraataque resulta posible, e in- mento se defiende, intenta cam-
cluso indispensable. biar las damas.
En general es obvio y relativa-
mente sencillo pasar al contraata- 30. D2A
que cuando la ofensiva enemiga 31. T6D T4A
ha llegado a un punto muerto, 32. P3C!
falta ya de recursos. A decir ver-
dad, esto supone las más de las Idea sutil (y última posibilidad
veces un juego sumamente exac- para las blancas). Si el negro lle-
to por parte del bando que de- vara ahora a cabo su amenaza
fiende. 32 .... , T x e, se vería obligado a
Un magnífico ejemplo de este entregar la dama tras 33. T6Rl!,
tipo de contraataque nos lo pro- PxT; 34. DXD, TXP+; 35. R3T,
porciona el final de la partida 25 con mucha partida por delante.
del encuentro entre Euwe y Ale-
khine para el campeonato del 32. TlAR!
mundo.
Adivinando los propósitos de
Euwe, las negras terminan su de-
Diagrama núm. 1
fensa y se disponen a contraata-
car.
Euwe Alekhine 33. P4C
Holanda, 1937
Forzado, ya que después de 33.
CXP, RXC; 34. D6A+, RlC; 35.
T4D, P4TR no les queda a las
blancas ninguna casilla libre en
la columna CR.

33.... P3A
34. R3T P4TR
Las debilidades surgidas en el
flanco de rey de las blancas (peo-
nes muy avanzados, rey mal de-
fendido) permiten a las negras
prescindir de cambios y organi-
zar un contraataque en el sector
mismo donde antes le atacaba su
adversario.
La calidad de más promete a
las negras la victoria, pero la lu- 35. D2D PXP+
cha no ha terminado aún, sobre 36. RxP D2A
todo en vista de la agresiva po- 37. P5T TxC!

lO
Jugada típica. la más rápida sar a 44 debido a 41. ... , TlR
y eficaz en este caso. Cediendo con el i,"~ v'itable avance 42. ...,
parte de su ventaja material, se P4C mate.
deshacen de su mayor enemigo.
41. TlR+
38. RXT DXP+ 42. R5D D6CD+
39. R4A D5T+ 43. R4D DXP

A las negras ahora no les inte- Y las blancas abandonan.


resa el cambio de damas (39 .... , No obstante, el presente libro
D3T+), puesto que son ellas las trata de algo distinto. En los
que atacan. ejemplos que siguen, el autor pre-
tende mostrar una serie de situa-
40. R3A ciones características donde pa-
rece razonable buscar el contra-
O mate en cuatro jugadas des- ataque. Los mismos ejemplos tie-
pués de 40. R5A, P3C+; 41. R6R nen por objeto atraer la atención
(41. RxPC, D2T mate), D5R+; del ajedrecista hacia ese tipo de
42. R7D, D2C +; 43. R6R, D2AR posiciones, sugiriéndole el cami-
mate. no de la contraofensiva. A partir
de cada uno de los temas, vere-
40. D6T+ mos en qué casos y de qué mane-
41. R4R ra el contraataque puede llevarse
adelante con éxito.
El rey blanco no puede regre-

11
1
CONTR4ATAQUE EN EL CENTRO

Quien posee el centro posee la memoria del lector recorriendo


iniciativa. Esto se desprende de los «motivos» o temas que han
la índole misma del ajedrez: des- de guiar su juego.
de el centro, una pieza puede des-
plazarse rápidamente a cualquier
otro sector del tablero y partici- Diagrama núm. 2
par tanto en la defensa como en
el ataque. Por ello es del todo Vitkovski Fuderer
lógica la batalla que se libra para Lyon, 1955
dominar el centro con las piezas,
primera etapa de un eventual
contraataque en esa zona. La con-
traofensiva en el centro consti-
tuye, desde hace ya mucho, un
factor de primer orden en la es-
trategia ajedrecística, como bien
lo expresa la conocida ley: «El
ataque en un flanco sólo tiene
probabilidades de éxito si el ata-
cante domina el centro o si este
último está bien bloqueado por
peones».
Cuando no se dan tales condi-
ciones, el contraataque en el cen-
tro es sumamente eficaz para re-
chazar un ataque lateral.
El contraataque iniciado por un 9. P4CR?
choque de peones en el centro se
considera, con toda razón, clásico. Clara transgresión de la ley
La manera de llevarlo a cabo ha antes mencionada: ni las blancas
sido objeto de exhaustivos estu- son más fuertes en el centro, ni
dios. Los ejemplos que siguen só- éste se encuentra cerrado por una
lo pretenden, pues, refrescar la «muralla» de peones fijos.

13
9. CD2D ataque en el centro a cualquier
10. P4TR P4R! otra forma de contrajuego. En es-
te sentido es instructiva la nota
En el momento justo. Sí ahora de Botvinník a la jugada 16 .... ,
las blancas se obstinan en prose- P4CD de una partida suya con-
guir su ataque mediante 11. P5T, tra Averbach.
la iniciativa pasa al otro campo
después de 11 .... , PXPD; 12.
CxP, P4D! Diagrama núm. 3

11. P5D PxP A verbach Botvinnik


Moscú, 1957
Sí las negras qu1s1eran llevar
el agua al molino de su adver-
sario, nada mejor para ello que
11. . .. , P4A??, solidificando el
centro.

12. CxP ex e
13. DXC P3TR
14. A2D C4A

Amenazando atrapar la dama


blanca por medio de 15 .... , A3R.

15. D4A P4D!


16. PxP P5R!

Y la posición blanca queda des-


mantelada. ¡Excelente ejemplo de Podría pensarse que, en res-
estrategia! puesta a la ofensiva de las blan-
cas en el flanco de rey, las ne-
17. A2C A2D gras dan comienzo a un asalto del
18. D4C PxP enroque enemigo en el ala opues-
19. AxPA A4C ta. Pero no hay tal. He aquí cómo
20. P4T AxC lo explica M. Botvinník: «De no
21. AxA D3D ser por el avance de este peón
22. RlD DXP (4C-5C), al negro no le quedaría
23. T1AR TDlD otra cosa que contemplar pasiva-
24. A4AD D7C mente el desarrollo del ataque de
25. TxP DxP+ su adversario en el flanco de rey.
26. T3A+ R1T Durante el tiempo que el caballo
blanco emplea en dirigirse desde
Y las blancas abandonan. 3AD hasta 3CR, las negras logran
Los ajedrecistas experimenta- su intento de ejercer presión por
dos prefieren siempre el contra- la diagonal 1TD-BTR y, en partí-

14
cular, asegurarse el dominio de Diagrama núm. 4
la casilla 4D».
¡Atención! El proyecto de las Rauzer Botvinnik
negras no consiste en adelantar 8. campeonato de la URSS
0

lo más rápido posible los peones Leningrado, 1933


CD y TD para abrir líneas, ¡sino
en dominar el punto 4D! Y con
toda justicia, ya que, dada la mo-
vilidad del centro, resulta posible
emprender en él un contraataque
prometedor.

17. P4CR P5C


18. 'C2R

Naturalmente, 18. DxPC no es


posible a causa de 18 .... , P4D.

18. D2C!
19. C3C P4D!

Botvinnik, clasicista en ajedrez


por confesión propia, se lanza a Si las blancas se hubieran per-
un contraataque verdaderamente catado de la idea latente en la
clásico en el centro. No queda ya última jugada de su adversario,
ni rastro de la ofensiva de las 15 .... , P4R, habrían puesto fin a
blancas, y la variante 20. P5C, la tensión central mediante 16.
PxPR!; 21. PxC, AxP les resul- P X P, igualando más o menos la
ta a todas luces desventajosa. partida. Por el contrario, decidie-
ron apoderarse ellas mismas del
20. P5R C5R centro a fin de proseguir su ata-
21. AXC PxA que de peones en el flanco de rey.
22. D3R TR1R
16. P3CD? P4D!!
Y la iniciativa ha pasado a ma-
nos de las negras. ¿Acaso importa el número de
A una oportuna ruptura en el peones, cuando se trata de con-
centro no hay que regatearle el traatacar en el sector principal
precio, como bien lo ilustra la si- del campo de batalla?
guiente partida.
17. PxPD P5R!

Por lo que tiene de típico, esta


clase de ruptura merece atención.

18. PxA

15
Tanto 18. Ax?R, CxA; 19. Dado que han de ceder la cali-
CxC, AxPD; 20. D3D, D3A; 21. dad (30. TlAR, CxT; 31. RxC,
A2A, TlR seguido de 22. T X T; 32. P X T, D4R), las blan-
AxPCR, como 18. CXP, CxP; cas abandonan, «brindando» a !'U
19. Rl'I', CxA; 20. D>:C, A5D; contrincante un premio de belleza.
21. D2D, A 7C (también es posi- La importancia primordial de
ble 21. ... , A3R; 22. P4A, A4R; 23. un contrajuego activo en el cen-
D2AD, A x PAR) da ventaja a las tro se pone bien de relieve en los
negras. Ello justifica plenamente dos ejemplos que vienen a con··
18 opción del blanco. tinuación. Aunque las caracterís-
ticas posicionales de ambos no
18. PXA son las mismas, los relaciona el
19. P5JW D4T método en que se desarrollan las
20. TRID operaciones.
Los peones blancos que han ll<."-
gado a la fila 5 parecen amena-
Diagrama núm. 5
zadores, pero en realidad son dé-
biles. Es malo 20. P6D debido a
Smyslov Kotov
20 .... , C5C; 21. C4F., DXD; 22.
Moscú, 1943
AxD. P7A+; 23. CxP, A5D. Y
tampoco sirve 20. P X P, C >< P; 21.
CxC, DxD; 22. Ax D, T X C. M5s
posibilidades de salvación ofrece
a las blancas 20. D3D!, pero aun
así puede decirse que el contra-
ataque negro ha triunfado en toda
regla.
La partida fue rematada como
sigue:

20. C5C!
21. A4D P7A +-
22. RlA
Si 22. RlT, las blancas pierden
la dama tras 22 .... , T X P!; 23.
CxT, PBA=D+!, etcétera.
17. P4CR
22. D3T+
23. D2R AXA Es fácil darse cuenta de que las
24. TxA D3AR! negras no están peor movil.izadas
25. TI-ID D5T que el bando contrario: sus pie-
26. D3D TIR zas ligeras se hallan incluso dis-
27. T4R NA! puestas d~ manera más armonio-
28. T6R CxP+ ~;a y activa. Hay equilibrio de
Z9. R2R DXP fuerzas en el centro, lo que per-

16
mite calificar de arriesgado este Un mal menor era quizá 24 .... ,
avance de las blancas en una de P4CR, pero entonces resulta in-
las alas. dudable la ventaja de las blan-
cas tras 25. D3C, con la amenaza
17. TDID! 26. P4TR.

Preparando un contraataque en 25. PCxP C2A


el centro, a raíz del cual apare-
cerán con claridad las debilida- En la parte del tablero donde
des de las blancas. se libra el combate, las fuerzas
blancas son superiores y no tie-
18. R1T C3R nen dificultad en intensificar su
19. A2D P4D! ataque.
20. C3A P5D??
26. T1C
Seducidas por el encanto de
cierta variante, las negras come- Con la intención de continuar
ten un error de principio. La bre- 27. TXA+, RXT; 28. TIC+, R2A;
cha en el centro (por medio de 29. D5T+, R2R; 30. T7C+, etcé-
20 .... , PxP; 21. CxP, C4D, etc., tera.
o la nueva ruptura 20 .... , P5A)
les habría proporcionado un es- 26. C1R
pléndido contrajuego. En cambio 27. T6C T2A
ahora, con el centro cerrado, per- 28. T1-1C
miten al enemigo proseguir tran-
quilamente su ofensiva en el Amenazando mate en dos juga-
flanco. das: 29. TXPT+, AxT; 30. DXA
mate.
21. C2R C3A
22. D3T R2T 28. RlC
23. C3C P3A 29. TXPT R1A
30. T7T R2R
A esta posición aspiraban las 31. D5T R3D
negras cuando bloquearon el cen- 32. A4A+ C4R
tro. Su plan consistía en jugar 33. AxC+ PXA
ulteriormente C4R con la idea de 34. P6A!
cambiar este caballo por su con-
génere blanco (de 3A) o, si el Elegante manera de rematar el
cambio lo efectuaran las blancas, ataque. Las negras no pueden ya
apoderarse del punto 5A. Pero no evitar grandes pérdidas de mate-
contaban con la siguiente refuta- rial.
ción, por lo demás bien lógica, que
revela lo erróneo de tal estrate- 34. CXP
gia. 35. DxP+ R3A
36. T7XA R4C
24. C5A!! PXC 37. CxP+ R3C

17
38. P4C T1AD ahí que el futuro campeón del
39. TxT DxT mundo prefiriera sacrificar un
40. DGD+ T3A peón.
41. CxT CxP
42. PxP+ 13. C3A

Y las negras abandonan. En la variante 14. PxPC,


Otra fue la decisión, esta vez PxPC; 15. AxP, PxP; 16. PxP,
correcta, que tomaron las negras D3C; 17. D2R, TxT; 18. AxT,
en esta partida: las negras se proponían continuar
18.... , C5CD, amenazando 19.... ,
CxP; 20. CxC, AxC; 21. DxA,
Dragrama núm. 6 DX A, y en caso de 19. A4A res-
ponder 19 .... , TlA, con la posi-
Korchnoi Karpov bilidad de «hostigar constante-
41. campeonato de la URSS
0 mente a las piezas ligeras del ene-
Moscú, 1973 migo, no muy bien colocadas»
(notas de A. Karpov).
La línea escogida por las blan-
cas cede a su adversario el pun-
to 5D, la posición central se es-
tabiliza y por el peón entregado
reciben las negras una compensa-
ción más que suficiente, en vista
de la actividad que despliegan
sus piezas.

14. P5R C4D


15. PXPC PxPC
16. DlC PxP
17. PxP P3T
18. AxP D3C

El curso ulterior de la partida


Las blancas dominan el centro no tiene relación directa con el
con piezas y peones, pero el ne- tema del contraataque central.
gro ejerce cierta presión sobre el Hagamos solamente notar que,
punto 4D del campo enemigo. En hasta el momento de su capitu-
sus notas a esta partida escribe lación en la jugada 41, las blan-
A. Karpov que la jugada reco- cas conservaron el peón de ven-
mendada por el «lnformator», 13. taja .
... , P5A, no le atraía porque pre- Con menos frecuencia, el con-
cisamente suprime dicha presión, traataque en el centro comienza
((dejando a las blancas mano libre no por una ruptura de peones,
para desarrollar su iniciativa en sino por la conquista de las ca-
el centro y el flanco de rey». De sillas centrales, que las piezas in-

18
vaden o controlan. En este caso Crasa inexactitud. Al empeñar-
no hay que perder tampoco de se en proseguir ·su ataque en el
vista la posibilidad de una de- flanco, las blancas permiten al
fensa activa. caballo enemigo ocupar de nue-
vo su activa posición en el cen-
tro. La jugada intermedia 12. C3A
Diagrama núm. 7 conservaba toda la ventaja de las
blancas después de 12. .. ., R1 T;
Tal Smyslov 13. P4A.
45." campeonato de la URSS
Leningrado, 1977 12. C5R
13. P5A R1T
14. T3A?

Engolfadas en su propio ata-


que, las blancas se olvidan de la
posible contraofensiva de las pie-
zas enemigas en el centro. Aquí
era necesario jugar 14. A3R.

14. A4A+

Ahora todas las piezas meno-


res del negro ejercen presión en
el centro.

15. R1A

Si 15. A3R, sería muy fuerte


La nueva continuación de las 15 ..... D2R!. y las blancas no
blancas les proporciona una ame- pueden realizar el avance temáti-
nazadora posición de ataque. Con co 16. P6A a causa de 16. . .. ,
la jugada introductoria desalojan AxA+; 17. TxA, CxP.
de su puesto al caballo negro.
que les impide efectuar inmedia- 15. P3D!
tamente 11. A6T a causa de 11.
A4C. Siguiendo a las piezas. un peón
contraataca a su vez en el cen-
11. P3AR C4C tro. La iniciativa está ya entera-
mente en manos de las negras.
Es malo 11. .... A4A+, ya que
después de 12. R1T, C7A+; 13. 16. P6A P3C
T XC, A x T; 14. A5C el rey negro 17. D4T PxP
no tendría salvación.
Las amenazas del negro, due-
12. P4AR? ño ya de todas las vías centra-

19
les, son mucho más peligrosas que ma de sus piezas ligeras que que-
las de su adversario por la co-. da por desarrollar, amenazan tan-
lumna TR. La partida siguió: to 15. P x PC como 15. A5C. A
14.... , PCXP seguiría 15. AxPA,
18. R2R D5D! y si ahora 15 .... , P x A, el blanco
19. T3T tenía el proyecto de continuar
16. CxP, D1D; 17. A5C, etcétera.
De otro modo sería difícil pa- Nada habría que objetar a esta
rar el golpe 19.... , C6A+. idea de las blancas si dominaran
el centro. Pero no es ése el caso,
19. D7A+ y las negras aprovechan la opor-
20. DxD CXD tunidad para emprender un con-
21. T4T C5R traataque de piezas contra el prin-
22. A6T CxP cipal baluarte de la posición ene-
23. AxT TXA miga: el peón en 5R. Por ello las
blancas debían haberse contenta-
Y las negras explotaron su gran do con el más modesto 14. C2R
superioridad hasta lograr la vic- seguido eventualmente de A2R.
toria.
14. AlC!!

Diagrama núm. 8 Ahora 15. A5C se refuta me-


diante 15 .... , C2 X P, que amena-
Spielmann Keres za 16.... , CxA+, etc. Al mismo
Noordwijk, 1938 tiempo, las negras defienden su
casilla 3D, y a 15. A4AR pueden
ya contestar 15 .... , P5D; 16. C4R,
PC X P. Por eso el blanco se ve
prácticamente obligado a llevar
adelante su ataque directo.

15. PxPC C2XP!


16. PxP+ DxPA
17. C5C

Las blancas no tienen otra po-


sibilidad de parar el amenazado
golpe en 3D. Pero ahora el negro
gana tiempo a fin de presionar
en la diagonal 1TR-STD.

17. D3A
Con la jugada 14. P5A las blan- 18. TIA?
cas acaban de lanzarse a un ata-
que directo en el flanco de rey. Pierde inmediatamente, pero
Además de abrir paso a la últi- tampoco la jugada más correcta

20
18. A2D salvaba a las blancas de Diagrama núm. 9
la tormenta que se les venía en-
cima. Por ejemplo, 18 .... , CxA+; Averbaeh PaDJ:!.O
19. DxC, C4R; 20. D3C, C5C; 21. Buenos Aires, 1954
D3A, D4R + y no pueden evitarse
pérdidas materiales. Sin necesi-
dad de entrar en variantes con-
cretas, resulta evidente lo mucho
que las piezas negras han ganado
en eficacia desde que empezaron
a contraatacar en el centro.

18. C5C!
19. D3A

O 19. TXD, AXD+, y tras 20.


R2R decide 20 .... , A4R; o, en caso
de 20. R2D, sigue 20 .... , AXP.

19. DxC+
20. RlD D2C
21. D2R TIA 9. P4R?
22. TxT+ RXT
23. CxP+ AxC Ello permitió al blanco iniciar
24. DXA C7A+ un ataque en el ala de rey.
25. RIR CxA+
26. PxC 10. P4CR! ClR
11. P4T P4A
Y las blancas abandonaron sin 12. P5T P5A
esperar la respuesta de su adver- 13. P5C! T2A
sario. 14. A4C DlD
Concluiremos esta sección con 15. AXA DXA
dos ejemplos procedentes de la 16. C3A AlA
teoría de las aperturas. 17. R2R! T2C
Después de las jugadas l. P4D, 18. T4T C2D
C3AR; 2. P4AD, P3CR; 3. C3AD, 19. PxP PxP
A2C; 4. P4R, P3D; 5. A2R, 0-0; 6. 20. D1T A2R
A5C, P4A; 7. P5D, P3TD; 8. P4TD, 21. T8T+
D4T; 9. A2D surge una conocida
posición del sistema de Averbach Y las blancas ganaron rápida-
en la defensa india de rey. mente.
En la primera partida donde se Otro fue el curso de los acon-
empleó esta variante, las negras tecimientos en una partida Cio-
cometieron el error de bloquear ealtea-Gligoric ( 12.• olimpiada,
el centro. Moscú, 1956) donde las negras
contraatacaron en el centro.

21
(Véase diagrama núm. 9) EJERCICIOS
9. Diagrama núm. JO
P3R
10. P4CR?

Después de esto, la poSlC!On


llegó a un punto en que el rey
blanco empezó a sentirse tan in-
seguro como el del bando contra-
rio.

10. PXP
11. PRxP DlD
12. P4T TlR
13. R1A CD2D
14. P5TR C5R
15. cxc TXC
16. PxP PAxP
1'7. T3TD C3A
1) Las blancas iniciaron su ata-
Y las negras obtienen contra- que con la jugada 14. P4C. Eva-
juego. lúese la posición. ¿Qué plan de-
ben adoptar las negras?

Diagrama núm. 11

2) La estructura de peones es
aquí más rígida que en el caso
anterior. ¿Cómo deben reaccionar
las negras al ataque 14. P4C?

22
Diagrama núm. 12 Diagrama núm. 13

3) A pesar de los cambios, la 4) Con la maniobra CD2D-4A-


posición tiene todavía rasgos je 3R-5A, las blancas manifestaron
medio juego. Las blancas prosi- su intención de atacar. Su última
guieron su avance de peones en jugada fue 13. P3TR. ¿Es correc-
el flanco de rey mediante 22. to este plan? ¿Podían las blancas
P4CR. Hay que hallar el plan más jugar de otra manera? ¿Qué de-
fuerte de contraataque. ben hacer las negras?

23
2
¿EL MÁS PRóDIGO... O EL MÁS RÁPIDO?

Prodigalidad y rapidez se con- Diagrama núm. 14


vierten en factores dominantes
cuando la reacción a un ataque Nlmzovieh NN
lateral es un contraataque en el Riga, 1910
otro flanco.
Este tipo de «fuego cruzado»
suele caldear la batalla al máxi-
mo. En tales casos hay que dejar
para más tarde la adquisición de
material (¡a menos que uno pre-
fiera ser derrotado en igualdad
de fuerzas!) y cada tiempo revis-
te un valor extraordinario. Por
eso los jugadores veteranos y real-
mente fuertes recurren al contra-
ataque en un flanco sólo cuando
las perspectivas de llevarlo a ca-
bo en el centro son nulas.
¿Cómo no compartir la opinión
de aquel gran teórico del medio
juego, A. Nimzovich, que nos brin-
da el siguiente ejemplo en su li- nunció al efectuar su jugada:
bro «Mi sistema»? "¡Ahora empieza lo bueno!».
»Comprendí de pronto el senti-
(Véase diagrama núm. 14) do de tales palabras. Sin duda
mi contrincante esperaba la con-
10. P4CD tinuación 11. P4CR, con sendos e
impetuosos avances de peones ba-
Observa Nimzovich: «Este ata- jo la divisa: "¡A ver quién corre
que no viene aquí muy a propó- más!". Pero las blancas prosi-
sito, lo que hace aún más encan- guieron:
tadora la frase que mi adversa-
rio, poseído de belicoso ardor, prO- 11. C5D

24
»Jugando en el centro, castiga- 17. P5T!
ron así al negro por su prematu-
ro ataque en un flanco. Lo más decisivo y rápido. Sal-
ta a la vista que este contraata-
11. eRxe que se adelanta a la ofensiva del
12~ Px e ex e adversario en el flanco opuesto. Si
13. Ax e las blancas aceptan el sacrificio
18. PxA, seguiría 18.... , PAxD;
»La superioridad de las blan- 19. D3C, A5T; 20. D2T, T7A; 2L
cas es notable. Moraleja de la his- TRlR, A4C+, quedando sus pie-
toria: no tratar de atacar a toda zas desperdigadas e inconexas,
costa.>> mientras se precipitan sobre el
Aunque este monólogo de Nim- rey las fuerzas enemigas en nú-
zovich se relaciona más bien con mero superior.
lo tratado en la sección preceden-
t€, puede también aplicarse al te-
ma de los mutuos ataques de peo- 18. P4T PxP
nes. Si las circunstancias lo per- 19. PTxP T7T!
miten, en vez de un contraataque
lateral es más eficaz asestar un Disponiéndose a sacrificar toda-
golpe en el centro; pero si no que- vía una torre en aras del ataque
da otra opción que contraatacar (D4T, TXA, D6T+, y TlT).
en un flanco, hay que hacerlo con
la máxima energía. Un buen mo- 20. PxA PxP
delo de esto último es la siguien- 21. D3R D4T
te partida. 22. P4A TxA!
23. RxT D6T+
Diagrama núm. 15 24. RlC T1T
25. e1A D8T+
Gereben Geller 26. R2A
Budapest, 1952
Una jugada más y el rey blanco
se escapa, pero ..

26. T7T+
27. CXT Dxe+
28. R1A ex Pe+
29. Dx e DXD

Las cosas se han aclarado. Gra-


cias a su impetuoso contraataque,
las negras tienen ahora ventaja
de material. El blanco abandonó
a poco de entrar en juego el alfil
enemigo.
También un sacrificio puso en

25
marcha el contraataque de las ne- 25. P5A!
gras en el siguiente ejemplo: 26. T8C

Como réplica a 26. PR X P, Tal


Diagrama núm. 16 había preparado 26 .... , P6R!; 27.
PxP, AxC; 28. AxA, DxP+,
Benko Tal y si 26. PC x P, la respuesta hu-
Torneo de candidatos biera sido la misma que en la par-
Yugoslavia, 1959 tida.

26. A6T!
27. TxT+

La fuerza del contraataque se


demostraría incluso con un sacri-
ficio de dama en la variante 27.
D7C, PxPR!

27. DxT
28. PRxP DlC!

Las amenazas al rey blanco ha-


cen insostenible la posición de
Benko.

29. C2R D8C+


Con los enroques en el mismo Las blancas perdieron por tiem-
flanco, las blancas atacaron por po en la jugada 30, cuando de to-
el de dama y consiguieron inva- dos modos no tenían ya remedio.
dir el campo contrario. Cualquier En general, el contraataque ~n
medio de defensa contra esta in- el flanco opuesto obedece a los
trusión parece condenado al fra- mismos principios que rigen el
caso. por lo que las negras deci- ataque normal y, estrictamente
den contraatacar en el ala de rey. hablando, no entra en el tema es·
El propio Tal explica los motivos pecífico de este libro. Por eso li-
de su decisión: 1) la debilidad de mitaremos aquí la parte práctica
las casillas blancas próximas al a estos dos enérgicos ejemplos:
rey de su adversario; 2) la situa-
ción de la dama blanca, ocuparla
en operaciones que la mantienen
lejos de su rey. (Como veremos
algo más adelante, todo el disposi-
tivo de un contraataque se basa
a menudo en distraer al enemigo
en otra parte del tablero.)

26
EJERCICIOS Diagrama núm. 18

Di·agrama núm. 17

6) Las blancas han ganado es-


pacio en el flanco de dama y do-
5) Las blancas acaban de jugar minan importantes puntos centra-
16. P4A, dando así comienzo a su les, por ejemplo 5D. Además, uno
ataque en el flanco de rey. Ahora de sus alfiles ocupa sin trabas la
amenazan, en particular, 17. P5A, diagonal 1TR-BTD. ¿Existe en su
A2D; 18. P4CR con avance de campo alguna debilidad que dé a
peones en masa y presión sobre las negras motivo fundado para
el PD negro después de A2C. ¿Qué contraatacar? ¿Dónde encontrar-
deben hacer las negras? la?

27
3
UN SACRIFICIO Y... ¡ADELANTE!

Un procedimiento más típico Diagrama núm. 19


que el expuesto en el capítulo an-
terior para pasar al contraataque Fischer Uhlmann
consiste en sacrificar material. 19.• olimpíada
Por otra parte, los sacrificios Síegen, 1970
proporcionan a menudo efectos
impresionantes, sobre todo cuan-
do las complicaciones a que dan
lugar no permiten analizar las lí-
neas de juego con precisión. Na-
turalmente, esta circunstancia no
empequeñece el mérito del jÚga-
dor a quien se le ha ocurrido la
idea del contraataque y osa lle-
varlo a la práctica.

(Véase diagrama núm. 19)

Las piezas negras concentradas


en el flanco de rey y los peones
adelantados allí mismo no refle-
jan ni mucho menos la fuerza la-
tente de la posición de Fischer. Al La doble amenaza 26. C x PD y
contrario, la coordinación de di- 26. C X PT sólo puede pararse pa-
chas piezas deja no poco que de- sivamente volviendo con la torre
sear, y la clavada en la columna a 1TD, pero así las blancas ganan
R es muy desagradable. Con la tiempo para llevar el caballo a
jugada siguiente, las blancas plan- 6R (tras de lo cual el negro ha
tean a su adversario graves pro- de contar con la posibilidad de
blemas. CxPAD), o juegan sencillamente
26. A3A para facilitar una inva-
25. C5C sión por la columna de rey o crear
en la de dama un peligroso peón

28
pasado. Las negras se salvan mer- Es mejor 34. P4TD, aunque
ced a un enérgico contraataque. también en ese caso resultaría
problemática la victoria de las
25.... P3T! blancas.
26. CxP A5D!!
34. P4CD!
Después del peón se sacrifica la 35. A3C PxP
torre, dádiv¡;¡ que las blancas no 36. PXP A3A
pueden rehusar. En efecto, si 27. 37. D4A DXD
A3R, las negras fuerzan el jaque 38. AXD AxP
continuo mediante 27 .... , TxA!;
28. TxT, AxT; 29. PXA, D8R+ Y tablas.
seguido de 30.... , D6C+, etc. Conviene añadir que el bando
que se defiende por medio de sa-
27. CxT DxPA+ crificios tan considerables sólo
28. R2T puede permitírselos si su contra-
ataque va dirigido directamente
Evitando la «posibilidad» de re-
contra el rey enemigo, cuya po-
cibir mate en la variante 28.
sición abierta y poco sólida sirve
RlT??, C6C+; 29. R2T, C8A+; 30.
a menudo de «brújula» para no
TxC, A4R+; 31. R1T, DXT mate.
perder la iniciativa recién conse-
guida. <qlr a por el rey no es para
28. C5A tacaños!» Este lema de los maes-
29. AxC!
tros del asalto a pecho descu-
A las blancas no les importa la bierto se aplica enteramente al
dama. En caso de 29 .... , DXD modo de llevar un contraataque.
seguiría 30. P6D! y pronto ten- Por él se dejaron guiar las ne-
drían otra. gras en esta partida.

29. DXT (Véase diagrama núm. 20)


30. DlA DXC
:n. AxP Si las negras intentan evitar
pérdidas materiales mediante 14.
El contraataque negro ha sido ... , DxD+; 15. TxD, C3A (15.
rechazado y las blancas quedan ... , C X P A+ ; 16. R2D), su posi-
con un peón de ventaja. Pero las ción no es nada envidiable des-
piezas del segundo jugador gozan pués de 16. P5C, C2D; 17. P6A,
ahora de mucha más actividad Al T; 18. C5D. Sin embargo, se
que las del primero, lo que se atrevieron a disponer sus fuerzas
revela suficiente para igualar la como lo representa el diagrama
partida. porque tenían el proyecto de sa-
crificar dos piezas en aras de
:u. D5R un contraataque dirigido al rey
32. A4A RlC blanco.
33. DlA R2A
34. P4TR 14. D5A!

29
Diagrama núm. 20 Diagrama núm. 21

Alekhine Botvinnlk Ragozin Tolush


Nottingham, 1938 Moscú, 1938

15. T1AR DxPT este aspecto de la lucha exige la


16. AxC CxP! máxima energía y liberalidad con
el material.
¡Sólo así! Después de 16.... , Además de tener una pieza de
D6C+; 17. T2A, CxP las blan- ventaja, las blancas, aprovechán-
cas ganarían un tiempo indispen- dose de que les toca jugar, pue-
sable para su defensa: 18. C4R! den emprender un ataque inme-
diato contra el rey negro. La úni-
17. AxC D6C+ ca esperanza de las negras resi-
18. T2A D8C+ de en la posición relativamente
19. TlAR precaria del rey enemigo, aunque,
a decir verdad, lo protegen bien
Y tablas. sus dos caballos.

(VÚse diagrama núm. 21) 26. P7R

El contraataque fue también el Decisivo a primera vista: si


único recurso salvador de las ne- ahora 26 .... , TD1C, las blancas
gras en esta posición de una par- no prosigu~m. claro está, 27. A X A,
tida entre esos dos célebres maes- ya que recibirían mate inmediato,
tros del juego táctico. Presenta- ni tampoco 27. T2R, que permite
mos este ejemplo para confirmar un mate en dos jugadas, sino 27.
una vez más que en semejantes PBR=D+, TxD; 28. AxA y son
situaciones no se puede «nadar y ellas quienes dan mate al rey ne-
guardar la ropa». Precisamente gro.

30
26.... AxA! Diagrama núm. 22

Quedarán con una torre de me- Andreiev Lutikov


nos, pero debilitando irremedia- Moscú, 1949
blemente las casillas negras cer-
canas al rey contrario. El alfil ne-
gro abandona su papel de defen-
sor para convertirse en atacante.

27. PxT=D+ TxD


28. T7R

Las blanca<; no pueden permi-


tirse la calma. Por ejemplo, a la
jugada profiláctica 28. T2R segui-
ría 28 .... , TlC, o 28 .... , A6C, o
28 .... , A6R.

28. D8T+
29. R2A A6R+
30. CxA D5T+!

Las negras todavía entregan su 37. D6C!


agresivo alfil para apartar al ca-
ballo enemigo de la excelente ca- Parece como si la lucha tocara
silla defensiva 2CR. Ahora, en ca- a su fin, puesto que el caballo ne-
so de 31. R2C o 31. R2R, contesta- gro no tiene defensa en la casi-
rían 31. ... , DxT! lla donde está, ni tampoco puede
irse a causa de 38. DxPD+, et-
31. RlA DST+ cétera.
32. R2A
37. R4C!
No sirve 32. R2R a causa de 32. 38. DxC TxC!!
... , P6D+. 39. DxT A6R

32.... D5T+ Así, al precio de una torre, las


negras dan comienzo a un contra-
Tablas por jaque perpetuo. ataque por las casillas de su mis-
No sería extraño que el conoci- mo color, con la participación ac-
miento de la partida que acaba- tiva del propio rey.
mos de citar, o de una idea aná-
loga, ayudara a las negras a en- 40. D3D
contrar el modo de salvarse en la
posición siguiente. También 40. DxP, R5A; 41.
DlR, A5D!; 42. T6T, D8C+; 43.
R2R, D6R + conduce a la nulidad.

31
40. R5A de ese momento ha de jugarse el
41. DlD todo por el todo. Cuando sólo se
ha sacrificado la calidad, es posi..
Si las blancas se obstinaran en ble tener en cuenta otros factores
su afán de ganar y jugaran, por de la posición que podrían com-
ejemplo, 41. T6T, sería únicamen- pensar el material perdido.
te el negro quien después de 41. No vendrá mal añadir aquí que
... , D8C+; 42. R2R, DxA+; 43. el sacrificio de un peón con la
RlD, R X P podría aspirar al triun- idea de pasar al contraataque lo-
fo final. gra sus fines con poca frecuencia.
En efecto, el adversario no siem-
41. DSC+ pre está obligado a aceptar ese
42. R2R DxA+ ofrecimiento, por lo demás mo-
43. R3D D7CD desto. Con todo, son instructivos
44. T6T D6A+ los ejemplos en que el «donante»
consigue forzar la aceptación de
Tablas por jaque perpetuo. su dádiva.
Mucho más a menudo nos to-
pamos con sacrificios no tan for-
midables por su cuantía (los cua- Diagrama 11úm .. 23
les deben considerarse como el
medio más típico y acertado para Burn Chigorin
pasar al contraataque). Tales sa- Ostende, 1907
crificios, no obstante, permiten al
bando que se defiende asumir la
iniciativa y, sin prever especial-
mente continuaciones forzadas,
llevar las riendas de la lucha «Co-
mo si tal cosa». En estos casos no
se da demasiada importancia a
ciertas pérdidas materiales que
sólo la tendrían en la fase final
del juego; en cambio, aprovechan-
do las inmediatas ventajas posi-
cionales logradas merced a los sa-
crificios, el contraataque se aplica
sistemáticamente y sin inútiles
nerviosismos a sacar partido de
su iniciativa.
No cabe duda que quien entre-
ga, por ejemplo, una torre o una Una simple ojeada al diagrama
pieza menor «quema sus naves», basta para convencerse de las di-
como si dijéramos, y no puede ficultades que se les plantean a
cruzarse tranquilamente de bra- las negras en esta posición. De-
zos con la mírada puesta en un fender el peón amenazado jugan-
futuro lejano, sino que a partir do 37.... , Tl-lA equivale a dejar

32
que las blancas refuercen todavía Cierto que el PAD blanco ins-
más la presión que ya ejercen pira temor, pero las torres negras
prácticamente en todo el tablero. infiltradas en el campo enemigo
Por eso la mejor posibilidad del no resultan menos amenazadoras.
negro consiste en activar sus to-
rres, abandonando el peón a su 51. TlD T6-7R
suerte. 52. D3A TxA!
53. DXD TXPT+
37. T2-2C
38. TIC T2D! Y tablas por jaque perpetuo.
39. TXPA Tl-lD
Diagrama núm. 24
Y he aquí arrebatada a las
blancas la columna de dama. Gligoric Fischer
Bled, 1961
40. T6C P4A
41. A3A T5D
42. D6T D5T!

El contraataque se rige por los


mismos principios que el ataque:
su idea no es recuperar el mate-
rial sacrificado. En caso de 42.
TxPA, sigue 43. T7C, T2D;
44. P6A y las negras están maL

43. T7C+ RlC


44. P3C D3A
45. D2R

Para responder a 45 .... , T7D


con 46. D5R.
Al parecer, las negras no pue-
45. T6D den evitar pérdidas materiales
46. P6A D5D+ sin ninguna compensación. De to-
47. RlT T6R dos modos, se salvan gracias a un
48. DlA D6A contraataque, para cuyo logro sa-
49. A2C crifican unos peones que su ad-
versario no puede menos de cap-
Evidentemente desconcertadas turar.
por el nuevo giro de los aconte-
cimientos, las blancas pasan por 19. P3T!
alto la posibilidad 49. TIA! 20. C5XP3D P6D!!

49. T7D Reanimando así a su alfil «in-


50. P7A T7AD dio».

33
21. DxP ASD+ Diagrama núm. 25
22. R2C
Olafsson Tal
Tal vez fuera necesario entre- Torneo de candidatos
gar la calidad (22. T2A) para su- Yugoslavia, 1959
primir el agresivo alfil centrali-
zado.

22. CxP!
23. CxA

Es obvío que a 23. P X e sigue


mate en una jugada (23 .... , D6T
mate), y en caso de 23. Cxe,
D X e las negras tienen contrajue-
go más que suficiente por el peón
de menos.

23. exT
24. ese D2AD!

La amenaza de mate en dos no


deja tiempo a las blancas para También aquí la posición de las
25. exT. negras es crítica. Están amenaza-
das de mate, y si 21. ... , P3T; 22.
25. Txe Dxe A5R seguido eventualmente de 23.
26. P4e! D6C resulta muy desagradable.
Sin embargo, el sacrificio de un
Los papeles se han invertido. peón les permitió tomar la inicia-
Ahora las negras tienen la venta- tiva. Las negras motivaron "U
ja de calidad y las blancas se lan- contraataque en tres circunstan-
zan al contraataque por medio de cias, aparte, claro está, del cálcu-
sacrificios. lo de variantes concretas. Prime-
ro de todo, «las piezas deben res-
26. DxP pirar», y en la posición del día-
27. TteD D4T grama su libertad de movimien-
28. exP! Dxe tos es escasa. Segundo, las blan-
29. DXP+ A2e cas han de perder algunos tiem-
30. TxP D5D pos capturando el peón y reple-
31. A3D T5A gando sus efectivos. Y tercero,
32. D6R+ RlT queda abierta la columna eR para
33. D6CR atacar al rey blanco. Por otro la-
do, es evidente que una defensa
Y tablas. pasiva carecería de perspectivas
en una situación como ésta.

34
21. P3C! Diagrama núm. 26
22. AxPCR
Tal Petrosian
No hay otro remedio. Si, por 25.° Campeonato de la URSS
ejemp~o. 22. D2R, seguiría 22. Riga, 1958
AX A y 23. CXP.

22. D2R!
23. AxA CxA
24. D3A TlC
25. A3D A2C
26. D2R RlT

Y las negras organizaron un


ataque decisivo :DOr la columna
CR después de

27. TDlR TDlR


28. C5A D5C
29. D2C TlA!
30. C3C D6A
31. D2R TlCR
cas se disponen a atacar directa-
Pese a lo que acabamos de ver, mente al rey enemigo. Por eso pa-
con el sacrificio de un peón no rece que debiera jugarse 31. ... ,
siempre se logra pasar a la con- Rl T, a fin de obviar la amenaza
traofensiva. El medio «infalible» bien concreta 32. A5C, TXT+; 33.
para ello es sacrificar la calidad T X T, D2A (33. . .. , P3A; 34.
y... hasta la dama. D6R+); 34. A6T ganando la cali-
El siguiente ejemplo nos mues- dad. Pero ...
tra un fino y sobre todo oportuno
sacrificio de calidad con vistas al 31. T5A!
contraataque.
No sólo entregan material, sino
(Véase diagrama núm. 26) que acceden según todas las apa-
riencias a los deseos de las blan-
Varios factores determinan en cas.
esta posición la superioridad de
las blancas. Poseen un fuerte cen- 32. A XT
tro avanzado y bien defendido,
bloquean el flanco de dama don- Al aceptar el sacrificio, las blan-
de su adversario podría intentar cas pierden su ventaja posicional.
algún contrajuego, las piezas li- Las piezas negras se instalan en
geras del negro están atadas a la casillas dominantes y ganan a to-
defensa de su PAD y, lo más im- das luces en actividad. Tal vez
portante de todo, las fuerzas blan- hubiera sido mejor para el blan-

35
co renunciar a la calidad ofre- para entonces ya había recupera-
cida y lin:1itarse a la continuación do su material con creces.
más modesta 32. TxT, PxT; 33.
A xPAR con la posibilidad de 33. 41. P4A
.. , C4R; 34. D3C, CxP; 35. P5R 42. C6A+ RlT
o de 33 .... , D3A; 34. AXA, DXA; 43. DxPAD CxP
35. TlAR. 44. DxPT CxT
45. DxA DxPD
32. PxA 46. D7D DxC
33. C2D C4R 47. DxC TICD
34. DxPA CxP
35. P5R CxPR Etcétera.
36. C4R P3T En el ejemplo siguiente, las ne-
37. TDIR? gras centran en la idea de un sa-
crificio de calidad su proyecto de
Las blancas no caen en la cuen- pasar al contraataque.
ta de que su adversario lo tiene
ya todo listo para pasar al con-
traataque y de que el alfil negro Diagrama núm. 27
valdrá entonces más que una to-
rre suya. Aún no era tarde para Hort Petrosian
mantener la partida equilibrada, Campeonato de Europa por
abandonando toda idea de atacar equipos
en el flanco de rey y simplifican- Kapfenberg, 1970
do el juego mediante 37. C X A,
D XC; 38. TRIR, P3A; 39. TDlD.
Ahora, en cambio, las negras van
a crear múltiples amenazas.

37. AlC
38. TlD

Reconociendo tardíamente su
error. El negro amenazaba 38. .. '
~

C6D.

38. P5A
39. P6D C6D
40. D4C A2T+
41. RlT

Después de la jugada secreta Las blancas, que han jugado


41. ... , P4A, las blancas lograron enérgicamente contra la defensa
rechazar el contraataque empren- francesa, se disponen ahora a ata-
dido por su adversario sólo gra- car con igual decisión al rey ne-
cias a la «ayuda» de éste... que gro. Una resistencia pasiva del

36
tipo 18 .... , Rl T las dejaría libres pero de todos modos el ataque de
para actuar como desean: P5T, las negras iría sobre ruedas des-
R2D, Tl T con la amenaza C6C, pués de 24. P3AD, P4R!
etc. Por eso el ex campeón del
mundo se resuelve a pasar al con- 24. D2D TxPD
traataque, del cual forma parte 25. T3D T5'I'
integrante un sacrificio de calidad. 26. T3T T5C
27. R1A C3D
18. ... CID! 28. TlR R2A
29. A3A C5R
Dejando expedito el camino a 30. D3D
la torre hacia 5AD, para, desde
allí y en colaboración con un ca- En caso de 30. D2R sigue 30.
ballo en 3AD, minar las bases ... , T5A! Estrictamente hablando,
blancas en la cuarta línea. no se requieren más comentarios.
Salta a la vista lo mucho que han
19. P5'l' T5A obtenido las negras a cambio de
20. P6T C2-3A la calidad. La explotación pausa-
21. C5'I' da y sistemática de esa ventaja
no podía menos de llevarlas a la
Los dos contendientes llevan victoria.
adelante sus respectivos planes
sin perder tiempo. La última ju- 30. C4A
gada de las blancas suscita una 31. DlD T5AD
amenaza curiosa, aunque bien cla- 32. A2C P4CD
ra: a 21. ... , TXPD seguiría 22. 33. D2R D3D
TXP+, TXT (22 .... , RlT; 23. 34. R1C C5R
D3CR); 23. C6A+, RlT; 24. CxD 35. 'l'3D D4A
y después de 24 .... , TXD las blan- 36. TlAD P4R
cas, en el intervalo, toman con ja- 37. D3R P5D
que la torre enemiga de 2C. 38. D2R CXP6A
39. T3-1D C4D
21. P3C 40. D2D P5R
22. C6A+ Txc 41. D5C C2A
42. T2D C3R
En esto se basaba todo el plan 43. D4T P4T
de contraataque: los peones cen- 44. Tl-1D TxP
trales del negro recobran su mo- 45. T XT DxT
vilidad (P4R!) y el rey blanco, 46. T1AD DxA
<<desnudo», se encuentra de pron- 47. TxC P6D
to en peligro. 48. T6T D5D

23. PXT C2A Y las blancas abandonan.


En la instructiva partida que si-
También era posible, claro está, gue, jugada hace más de un cuar-
la jugada natural 23 .... , CxP, to de siglo, se aprecia bien la efi-

37
cacia de un sacrificio de calidad 25. T3R!!
para apoderarse de la iniciativa y
la frecuencia con que los ajedre- ¡Lo justo! Al desalojar la casi-
cistas más fuertes utilizan ese me- lla 2R para el caballo, las negras
dio. obtienen un juego rico en posibi-
lidades. y más cuando, con la des-
aparición de su colega blanco, el
Diagrama núm. 28 alfil negro de 3C gana en fuerza.

Reshevsky Petrosian 26. P4TD


Torneo de candidatos
Zurich, 1953 Las blancas tratan aún de pro-
vocar 26. .. . , P5C, a lo que con-
testarían 27. P5D, TxPD; 28.
AxT, PxA; 29. DxP. Pero Pe-
troslan no se deja distraer de su
plan.

26. C2R
27. AxT PxA
28. DlA

No pierden de vista el PAD ne-


gro y se preparan cautelosamente
a devolver la calidad por un
peón. En caso de 28. D2A, sería
desagradable 28 .... , C4D; 29. T3A,
P5C con peligrosa iniciativa de las
negras.

El móvil centro de peones blan- 28. C4D


cos, la posibilidad de atacar al rey 29. T3A A6D
negro mediante P4TR, P5T, T3T, 30. TxA! PxT
etc. y la pareja de alfiles poten- 31. DXP P5C
cialmente amenazadores (si las
negras llevan adelante su proyec- Lu desventaja de un peón por
to de contrajuego empezando por parte de las negras no pesa en
P5CD) nos obligan a dar neta absoluto, ya que su cabal1o es mu-
preferencia a la posición de las cho más fuerte que el alfil ene-
blancas. Pero, por lo visto, el ne- migo. En vista de que el intento
gro tenía en reserva otro plan de de expulsar al caballo de su ac-
contraataque, basado en el sacri- tual posición (32. P4A, C3C; 33.
ficio de la calidad. Es interesante TlAD, CxPT; 34. AlT, D3A; o
que este plan esté centrado en un bien 33. P5D, PxP; 34. P5A,
procedimiento puramente defen- CxP; 35. A4D, TIA; 36, D3AR,
sivo: el bloqueo. D3R) conduciria al bloqueo de los

38
peones blancos mientras los del Lh'agrama núm. 29
adversario se volverían muy pe-
ligrosos, Reshevsky prefirió otra Maroczy Rubinstein
jugada: Carlsbad, 1907

32. PXP

Con miras a hacer tablas.

32. PxP
33. P5T TlT
34. TlT D3A
35. AlA D2A
36. P6T D3C
37. A2D P6C
38. D4A P3T
39. P3T P7C
40. TlC RlT
41. AlR

Y tablas.
En el momento en que éstas se 22. P5AR: por eso las negras efec-
decidieron (con la partida aplaza- túan esa jugada:
da y tras los respectivos análisis),
las negras tenían una ligera ven- 21. TXA!
taja posicional, pero muy difícil 22. TxT A5R
de explotar en la práctica. 23. T2D DxPAD
Los ejemplos que acabamos de
ver muestran claramente la efica- Como puede verse. todo es muy
cia del sacrificio de calidad como sencillo... si la idea de sacrificar
medio de pasar al contraataque, la calidad deja de considerarse
medio que han utilizado, y siguen excepcional o reservada a cierto
utilizando sistemáticamente, mu- tipo de jugadores. Del ataque de
chos grandes maestros. las blancas no queda ya ni rastro,
La siguiente partida, como la y los alfiles negros, en especial el
que precede, nos enseña que no de dama, empiezan a dominar to-
hay que preocuparse por la pér- do el tablero.
dida de la calidad si con ello se
logra eliminar una pieza centrali- 24. Tl-lD MD
zada del adversario. 25. P3TR P4A
26. D6C DxPA
(Véase di:agrama núm. 29) 27. TXA!

Las piezas blancas apuntan dí- La devolución de la calidad es


rectamente al rey negro. Su ata- el único medio de que disponen
que sería decisivo tras el avance las blancas para impedir que el

39
enemigo intensifique su contraata- La dama y los alfiles blancos
que. De paso le tienden una pe- están a punto de caer sobre el
queña celada: 27 .... , P x T perde- rey enemigo. Si el cab2.U0 negro
ría a causa de 28. D6R+ seguido amenazado se va a 4D, como pa-
de 29. DXT. rece natural, las blancas, después
de C4R, activan la TD trasladán-
27. D6R+ dola al flanco de rey por la ter-
28. R1T PxT cera línea e intensificando así to-
29. DxPA TlD davía más su ataque. El único
30. TxP contrajuego posible de las negras
está relacionado con una entrega
Y la partida acabó rápidamen- de calidad. Nótese bien que todo
te en tablas. el sistema de defensa y contra-
En general, cuando el sacrificio ataque del negro se basa precisa-
de calidad redunda en la ventaja mente en ese sacrificio.
del par de alfiles permite también
tomar la iniciativa. No tiene nada 17. ClR!
de casual el aforismo ajedrecísti- 18. C4R TIA!
co que reza: «Los caballos se crea- 19. T3T P3C
ron para la defensa, los alfiles pa-
ra el ataque». Las negras se ocupan de re-
Por ejemplo, en la posición que chazar las amenazas concretas
nos muestra el diagrama siguien- del adversario (en particular 20.
te, las negras corren gravísimos C6A+ seguido de 21. AxP+, et-
peligros. cétera) y, al mismo tiempo, se
preparan poco a poco para llev~r
Diagrama núm. 30 a cabo su propia idea.

Bogoljubov Grünfeld 20. T3CR C2C


Baden-Baden, 1925 21. C6A+

Parece muy fuerte, ya que no


es posible 21. ... , A XC; 22. P X A,
D xPA a causa de 23. A5C; en
caso de 22. .. ., C4A; 23. A XC,
PR x A las blancas, atacando el
caballo negro mediante 24. D2D,
ganan un importante tiempo y,
tras 24 .... , C4D; 25. D6T, DxP;
26. C7D, ganan la calidad. Pero
las circunstancias están ya madu-
ras para el contraataque.

21. AXC
22. PXA D4D!
23. P3A TxA!

40
24. TXT DxPD+ Diagrama núm. 31
25. RlA C4T
26. T4C D3D Konsta.ntiuopolski Loweufisch
Kuybyshev, 1943
Aunque todavía quedan muchas
piezas en el tablero, el resultado
de la partida está ya práctica-
mente decidido: las negras tienen
la iniciativa, el rey blanco se en-
cuentra desamparado y la posi-
ción general de las blancas no pa-
rece brindar posibilidades de con-
trajuego.

27. A4R AxA


28. DXA CxP
29. DXC DxC

Las negras llevan dos peones de


ventaja por la calidad, y su ca-
ballo, cuando se instale en 4D, no
valdrá menos que una torre. do), las blancas suprimen de gol-
Grünfeld transformó rápidamente pe todos los defectos de su posi-
en victoria estos factores. ción. Al mlsmo tierrpo, se «res-
En el mismo orden de cosas, re- quebraja» la de las negras por
sulta muy instructivo el error que la diagonal 1TR-8TD. Era indis-
cometieron las negras en la posi- pensable y lógico jugar 16. ...,
ción siguiente: C5AD.

(Véase diagrama núm. 31) 17. P4A! AxT


18. DxA R2C
Habiendo perdido la batalla de
la apertura (PAD retrasado, de- Se amenazaba ya 19. D6T con
bilidad del punto 4AD y, en caso peligrosa iniciativa.
de ser cambiado el alfil de lAR,
ocupación de la diagonal 1TR- 19. C5R C3AR
8TD por el enemigo), las blancas 20. P5D
hacen una jugada que provoca el
error del adversario. Apenas realizado el sacrificio,
saltan a la vista sus frutos. El AD
16. TIA(!) A3TR?? de las blancas, tras la desapari-
ción de su oponente, desempeña
Decisión incorrecta en princi- un papel mucho más decisivo que
pio. Además de quedarse con el el de cualquiera de las torres ne-
par de alfiles por la calidad {ven- gras. Ahora se amenaza 21. C4C
taja de la que ya ,hemos habla- con fuerte presión en los puntos

41
6AR y 6TR. En una palabra, el sano peón de ventaja (20 .... , TlR;
contrajuego blanco bien vale la 21. AXP), pero ...
calidad entregada.
20. . .. AxC!
20. PtT
21. D4A R2T Entregando la calidad, las ne-
22. ex e PXC gras se apoderan de la iniciativa.
23. C7D! DxC
24. DxP TlCR 21. AxT AxP
25. T7R 22. D3T A3CD
23. A7R C4T
Y las blancas ganaron en pocas
jugadas. Bien a las claras se aprecia el
He aquí otro ejemplo sobre el nuevo cariz que ha tomado la lu-
mismo tema: cha. Casi todas las piezas negras
apuntan a la insegura fortaleza
del rey blanco: ¿qué más com-
Diagrama núm. 32 pensación puede pedir el contra-
atacante por la calidad?
Hort Polugajevsky
Vinkovci, 1976 24. T6D!

Cerrándole a la dama negra el


paso hacia 3CR, las blancas movi-
lizan simultáneamente sus efecti-
vos para la defensa.

24. D2A
25. Tl-lD A5D
26. P3AD

Por supuesto, era necesario de-


volver la calidad mediante 26.
TXA, PXT; 27. TxPD, eliminan-
do así uno de los alfiles enemi-
gos. Ahora el ataque de las ne-
gras es decisivo.

Si las blancas hubieran tenido 26. AxC


todo el tiempo en cuenta la posi- 27. TSD+ R2T
bilidad de un sacrificio de calidad 28. PxA D3C
por parte de su adversario, a cam- 29. R2A
bio del par de alfiles y el contra-
ataque, no habrían consentido en Evidentemente, no se puede
llegar a esta posición. Cierto es capturar la torre negra a causa
que a primera vista obtienen un del mate en tres jugadas.

42
29. TXT Diagrama núm. 33
30. AxT D3C
31. P4CR C3A Ragozin Furman
32. TlCR A3A 17. campeonato de la URSS
0

33. AxC D7A+ Moscú, 1949


34. R3C D7R

Ni siquiera la ventaja de una


pieza basta a las blancas para sai-
varse. Si ahora 35. A4T, recibí-
rían un curioso mate tras 35 .... ,
DxPR+; 36. R2T, D5A+; 37.
A3C, D7D+, etc., o bien 37. T3C,
D7 A+, etcétera.

35. AxPC DxPR+


36. R4T RXA
37. D7R DxT
38. DxPR+ P3A

Y las blancas abandonan.


Muy interesante, y no demasia-
do raro en la práctica, es el sacri- 44. T5D!! AxT
ficio de calidad que se efectúa en 45. PxA D3C
una de las casillas centrales para 46. T6A DlD
cerrar el camino a las piezas ata-
cantes y reducir así su dina- Ahora la iniciativa está entera-
mismo. mente en manos de las blancas,
ya que todas las piezas del negro
(Véasí! diagrama núm. 33) han tenido que replegarse.

Aunque los peones blancos del 47. D4T! CxPD


flanco de rey están muy avanza- 48. DxD C5A+
dos (aparte de haber uno de ven- 49. R3C TlXD
taja), el ataque es conducido en 50. R4C
realidad por el bando negro. En
efecto, las negras no sólo ame- Los peones blancos del ala de
nazan 44 .... , CxP, sino también rey, que pocas jugadas atrás «da-
en cualquier momento la ruptura ban risa» como atacantes, inspi-
P5R cayendo directamente sobre ran ahora gran respeto. Cierto
el rey blanco. Esta situación tác- que las negras, devolviendo la ca-
tica queda por completo modifi- lidad, logran todavía igualar más
cada al cerrársele al alfil negro la o menos el juego.
diagonal de ataque mediante un
sacrificio de calidad. 50. R2R
51. C7A TlAD

43
52. C5D+ ex e 25. ... T5D!
53. TXT C6R+
54. R3T CxP De esta manera Botvinnik me-
55. T8TD jora la estructura de sus peones,
obtiene un peón pasado y defen-
En el final de torres que sigue, dido en 5D, acrecienta la activi-
el negro lleva a pesar de todo la dad de sus dos alfiles con vistas
peor parte. De hecho, no acertó a un posible avance en el flancc
a encontrar el camino de las ta- de rey y asume la iniciativa. A
blas. juicio del mismo Botvinnik, la to-
De forma análoga al ejemplo rre negra que queda en juego est&
precedente se sirvieron las negras llamada a desempeñar un impor-
en esta partida: tantísimo papel en el futuro de-
sarrollo de los acontecimientos.
Por último, tampoco hay que me-
Diagrama núm. 34 nospreciar el efecto psicológico del
brusco cambio de la situación: el
LyublÍJlski Botviunik blanco, antes cazador, es ahora
Moscú, 1943 objeto de caza. Esto probablemen-
te explica el error que de pronto
comete Lyublinski.

26. C2R AlA

Naturalmente, no 26 .... , TXT+;


27. TxT, P5T; 28. C3A, PxP; 29.
P x P y, habiéndose desembaraza-
do del débil PTD, las negras «con-
servarían» sus otros dos peones
débiles (AD).

27. CxT?

Lo más correcto era 27. A X T,


PAxA; 28. ClA seguido de 29.
C3D, bloqueando el peón pasado
Pensando en jugadas «norma- del adversario y atacando simul-
les», no hay modo alguno de de- táneamente a sus defensores (PR
fender el P4AD negro después de y PAD). Al capturar con el alfil,
26. C4T y 27. D2A, lo que en esta las blancas habrían logrado una
posición equivale a decir que el posición bastante aceptable (véa-
flanco de dama de las negras está se el siguiente ejemplo).
a punto de deshacerse. Por eso el
siguiente sacrificio de calidad, que 27. PAxC
frustra dichos planes, es del todo 28. A2A P4AD
correcto. 29. TIAR P4A

44
30. A3C A2D logo. La única diferencia estri-
31. TDID P5A ba en que a las blancas, en vez
32. A2A P4C de un alfil ineficaz, les queda un
caballo. Esto, unido a una opor-
La iniciativa de las negras gana tuna devolación de la calidad, les
en fuerza y, aunque la lucha duró proporciona como si dijéramos un
todavía 20 jugadas más, el blanco ((Contra-contraataque».
no pudo eludir la derrota.
Hemos visto cómo en esta par- 2S. TIC
tida el sacrificio de calidad brin- 30. C3A P4A
dó al contraatacante buenas posi- 31. PxP PXP
bilidades prácticas. Sin embargo,
sería imprudente tener este recur- Concedamos ahora la palabra
so por panacea de todos los males, al propio Capablanca: «La posi-
como bien lo demostraron las ción ha llegado a ser realmente
blancas jugando con matemática peligrosa para las blancas. El ata-
precisión en la partida que sigue. que de las negras alcanza en este
momento gran potencia y parece
que pronto va a culminar. Pero
Diagrama núm. 35 entretanto el blanco, que se ha
preparado bien, inicia su contra-
Capablanca Janowski ataque basándose en su superio-
La Habana, 1913 ridad de material, para quedar
finalmente con ventaja».

32. CIA P5A


33. cxc PAXC

Ésta habría sido más o menos


la posición de Lyublínski en su
partida contra Botvinnik (véase
el ejemplo precedente) si las
blancas hubieran tomado allí la
torre enemiga con el alfil.

34. D5T A2C


35. TlR P4A

«Las negras no pueden jugar


35. T1R a causa de 36.
La estructura de esta posición T x PD. Además, quieren preparar
es muy semejante a la del ejem- el avance P5R. De momento a las
plo anterior y, después del cam- blancas no les es factible la cap-
bio del caballo negro (que las tura 36. Tx PR, pero pronto es-
blancas no pueden tolerar por tarán listas para llevarla a cabo
mucho tiempo), el juego es aná- con éxito. Entregando entonces

45
una torre por alfil y peón, anu- Por sJpuesto, también es indis-
larán por completo el ataque de pensable estar al tanto de los es-
las negras y quedarán con un quemas característicos de aper-
peón de ventaja. En esta base re- tura en los que el contrajuego de
posa toda la estrategia defensiva las negras tiene por tema princi-
del blanco» (Capablanca). pal un sacrificio de calidad. Tal
es el caso, sobre todo, en la de-
36. P3A TlR fensa siciliana, donde una torre
37. T2-2R T3R negra se sacrifica a menudo por
el caballo blanco de 3AD que con-
«Ahora la torre negra entra en
trola los importantes puntos 4R
juego, pero las blancas están ya
y 5D. Baste decir que este sacri-
preparadas, Ha llegado el mo-
ficio de calidad en 3AD es hoy
mento de devolver la calidad»
en día muy común, encontrándo-
( Capablanca).
se en la variante del dragón, al-
38. TxP AxT gunas líneas de la Scheveningen,
39, TXA T3TR el ataque Sozin. etc. Veamos aho-
40. DSR ra unos cuantos ejemplos. El pri-
mero de ellos puede considerar-
Y el futuro campeón del mun- se clásico.
do, gracias a un juego exacto en
el final, acabó por ganar la par-
tida,
Los ejemplos hasta ahora vis- Díagrama núm. 36
tos, como en general todos los de
este libro, tienen por objeto per- Padevski Botvinnik
suadir al lector de que necesita 12.• olimpíada
hacer su propia síntesis a partir Moscú, 1956
de los casos particulares y bien
concretos que surgen en la prác-
tica, de modo que en las situa-
ciones típicas pueda resolver por
sí mismo los problemas que se le
presenten durante el juego. En
efecto, las soluciones justas se
hallan siempre con más facilidad
si uno se apoya en el conocimien-
to previo de problemas pareci-
dos. Así, la confrontación de los
dos últimos ejemplos nos permi-
te deducir con seguridad que, si
Lyublinski hubiera conocido la
partida de Capablanca al jugar
la suya contra Botvinnik, el re-
sultado de esta última habría si-
do muy distinto. 12. TIA!

46
Disponiéndose a sacrificar la 22. A2D D3A!
calidad para frenar el ataque la- 23. PxP C4C
teral de las blancas.
Amenazando (<solamente» mate
13. P5C TxC! en 7CR.
14. PxT
24. T3C D8T+
Era mejor 14. PxC, TXA3R; 25. R2A C5R+
15. DxT (si 15. PxA. TxD; 16.
PxD=D, TxT+, las blancas Las blancas abandonan.
quedan simplemente con un peón En el siguiente ejemplo, el sa-
de menos), A X P A, aunque tam- crificio de calidad en 3AD de las
bién en este caso las negras ten- blancas permite a las negras
drían ventaja, po'r ejemplo 16. efectuar una ruptura que de otro
TDlD, CxA; 17. PTxC, P3TD modo hubiera sido imposible.
con la idea de instalar la dama
en 2AD, la torre en 1R y abrir
la posición mediante P4R, como Diagrama núm. 37
sucedió en una partida por co-
rrespondencia Rubezov-Borisenko Spassky Polugajevsky
(1960/1961). De hecho, a causa 27." campeonato de la URSS
de la debilidad de su flanco de Leningrado, 1960
rey y del magnífico par de alfi-
les en posesión de las negras, al
blanco le resulta bastante difícil
hacer valer su calidad de más.

14. CxP
15. D4C D1A
16. T3A CxA
17. PTxC P4A

Pasando a un contraataque de-


cisivo. Si ahora 18. PXP a.p., las
negras contestarían 18 .... , T x P
con la amenaza 19 .... , T3C.

18. D4T P4R


19. T3TR P3TR
20. D5T DXP! Las blancas, que acaban de
21. TlD PxC jugar 13. 0-0-0, concluyen así
sus preparativos para efectuar el
Si aquí el blanco continúa 22. avance temático del PCR. Si aho-
PxP, sigue 22 .... , PxA y el pun- ra el negro cede al deseo natu-
to 2CR queda defendido por la ral de poner a su rey en seguri-
dama. dad y se enroca por el lado corto

47
(13. . .. , 0-0), pierde inmediata- Ahora 19. R2C no defiende na-
mente la batalla Por el dominio da a causa de 19 .... , C x PD con
de su casilla 4D (seguiría enton- la desagradable amenaza 20 .... ,
ces 14. P4C! y luego A3R, P5C, CxP.
C3-5D, etc.) y con toda probabi-
lídad también la partida. Por eso 19. DXP DxP+
se decide a contraatacar. 20. RIC

13. TlAD! No es posible 20. R2D en vista


de 20 .... , AxC; 21. PxA, DxP+;
Esta jugada merece el signo de 22. P3A, D7C+; 23. A2A, TlD y
admiración porque las negras dis- las blancas no tienen defensa.
ponían también de otra linea en-
teramente aceptable: 13 .... , P4TD; 20. AxC
14. A3R y ahora 14 .... , D1D; 15. 21. PxA CxPD?
C4-5D, AxC; 16. CxA, CxC; 17.
PxC, P5C; o la muy aguda 14. Dejando escapar las excelentes
.. , PXC; 15. AxD, PxC; 16. posibilidades de triunfo que se
AXP, TXP; 17. PxP, 0-0. La con- les ofrecían tras la continuación
tinuación del texto prepara un correcta 21. ... , D x P+; 22. D2C,
sacrificio de calídad con vistas a D4A y ahora, aun con la mejor
reforzar todavía más el contra- defensa 23. P4A, podía seguir 23.
ataque mediante una ruptura en ... , PxP!; 24. DXA, D3D!!; 25.
el centro. AxP (pierde 25. R2T, TlC; 26.
D6A, D5C), TlC; 26. DxT+,
DxD+; 27. R2T, D5C; 28. A3C,
14. AxC CxA C5R y el peón pasado de las blan-
15. P4C cas queda sólidamente bloqueado,
mientras el de las negras avan-
Obviamente las blancas debían zará sin mayores estorbos.
ya resignarse a no tener ventaja, Estas variantes confirman la
y jugar en consecuencia 15. C4- corrección del contraataque ini-
5D. Tal vez subestimaron el sa- ciado por el sacrificio de calidad.
crificio y contraataque de su ad- La partida acabó en tablas (de-
versario. bido solamente al error de las ne-
gras en la jugada 21) después de
15. D4T
16. P3TD TxC 22. D2C C6A+
17. PxT P4D! 23. R1A C7T+
Activando los dos alfiles, para También el sacrificio de dama
que puedan a su vez participar para pasar al contraataque pue-
en el ataque. La captura del PTD de calificarse de típico, aunque
blanco no corre prisa. esto parezca una paradoja. En la
práctica se da con relativa fre-
18. PxP 0-0! cuencia y por ello es muy impar-

48
tante hacerse una idea de las po- mediante 32. T3T. Pero las negras,
sibilidades que brinda. El ajedre- entregando su dama por una to-
cista que llegue a familiarizarse rre y el caballo enemigos, dejan al
con las principales situaciones blanco sin efectivos suficientes pa-
que se prestan al contraataque ra seguir atacando y conservan al
mediante una entrega de dama mismo tiempo la igualdad de ma-
contará en su arsenal con un ar- terial. Llamar a esto «sacrificio
ma particularmente eficaz. en aras del contraataque» no es
Este tipo de sacrificio de dama, muy exacto, pese a que en esta
sin embargo, no debe confundir- partida el contrajuego les propor-
se con la entrega que se efectúa cionó a las negras la victoria en
para anular simplemente el ata- seis jugadas.
que del adversario, igualando el
juego después de los cambios o 31. PxC!
incluso quedando con superiori- 32. TxD PxT
dad de material. 33. DlR T7C
Hace más de medio siglo dio 34. DxP Tl-7D
la vuelta al mundo en la prensa 35. A3A P5A
ajedrecística la siguiente partida: 36. P3T A 3D
37. D7T P6A
Naturalmente, todo buen juga-
Diagrama núm. 38
dor debe también disponer de es-
Capablanca llin-Dzenevski ta arma defensiva, tan frecuente
hoy en día como en tiempos pa-
Moscú, 1925
sados (p. ej. Yates-Alekhine, Ke-
cskemet, 1927; Rubinstein-Tarta-
kover, Varsovia, 1927; Najdorf-
Ragozin, Estocolmo, 1948; etc.),
pero aquí tratamos del sacrificio
de dama en el sentido más propio
de la palabra, es decir, con clara
desigualdad de material en el ta-
blero.
He aquí un ejemplo quizá de los
más fáciles:
(Véase diagrama núm. 39)

15. CxP AXC


16. A4A
Tratando de quedar con un
Por el ataque, las blancas han peón de ventaja, pero pasando
dejado su propio rey al descubier- por alto la posibilidad de contra-
to y sacrificado dos peones. Si ataque que se le ofrece así al ad-
ahora les tocara jugar, ganarían versario.

49
Diagrama núm. 39 Y las blancas abandonan.
El motivo más importante del
Sokolski Vasiliev sacrificio de dama consiste en pa-
Leningrado, 1947 sar a un contraataque directo con-
tra el rey del bando enemigo. El
contraataque en cuestión suele
realizarse, como acabamos de ver,
con ayuda de un potente alfil y
una torre bien situada (por ejem-
plo, en una columna abierta).
La mayoría de estos contraata-
ques son bastante complicados y
no se ciñen a variantes forzadas.
Aun así, el conocimiento de los
temas y posiciones típicas en que
se dan facilitará el hallazgo del
sacrificio de dama que le permi-
ta al defensor pasar de inmedia-
to a la ofensiva.

Diagrama núm. «J
16. AxA!
17. TXD TDXT! Zamikhovski N edzmetdinov
Kharkov, 1956
Con la jugada intermedia 17.... ,
A X PT +? las negras amenguarían
un poco la difereneia de material,
pero para eso no han sacrificado
la dama. ¡El juego combinado de
la torre en séptima y el alfil en
3AR les promete mucho más que
un simple peón!

18. DxA T7D


19. P4CD

Al verse de pronto reducidas a


la defensa, las blancas se ofuscan.
Después de 19. TlR, TXPC+; 20.
RlA, TX PA; 21. T2R aún podían
resistir. Al jugar 12. C5D, las blancas
contaban, naturalmente, con la
19. T1-1D respuesta 12 .... , DlD. Pero el ne-
20. TlR P4CD! gro les tenía reservada una sor-
21. DxPC TlAD presa:

50
12. CxC!! 16. C3A TIC
13. DXD 17. AxP C4R
18. A2R A3R
Si rehúsan la oferta por medio 19. T1D
de 13. PRxe o 13. PAxe, las
blancas pierden toda su ventaja Pese a su desventaja de mate-
de apertura y el negro obtiene rial, las negras aún están en ple-
como mínimo un juego igual. na posesión de la iniciativa. Aho-
ra podrían reforzar su contraata-
13. . .. CxA que mediante 19.... , C3A, y si 20.
D3T (sería fatal tanto 20. DxPA
¡En total, dos piezas por la da- como 20. DXPT, ya que en am-
ma! Pero una torre blanca queda bos casos la segunda torre negra
atacada y si se mueve, por ejem- también dispondría de una colum-
plo a 3D, después de 14. .. ., na abierta), e5e. Pero aquí per-
CXPA; 15. DlR (o 15. D7A), exP dieron el hilo y continuaron
las negras logran todavía dos peo-
nes y un poderoso ataque. 19. A5{1?
Al iniciar su combinación, las 20. T2D! C3A
negras previeron también la va- 21. D3T
riante 14. Txe, AxT; 15. D2D
con amenaza simultánea del blan- Tablas por común acuerdo.
co a dos piezas. No obstante, la El conocimiento de esta idea
sencilla continuación 15.... , ex A; permitió al entonces joven M. Tal
16. Tx e, A3R les permite conser- llevar rápidamente a cabo un con-
var la iniciativa y la misma pro- traataque análogo en una partida
porción de fuerzas (torre y alfil contra M. Bobotsov, que jugaba
por dama); en segundo lugar, po- con las piezas blancas.
drían obligar a su adversario me-
diante 15.... , exA! a entrar en (Véase diagrama ntl.m. 41)
una difícil línea de jugadas úni-
cas para conseguir tablas por ja- También en esta ocasión la úl-
que perpetuo: 16. DXA, TD1D; 17. tima jugada de las blancas había
D X PR, T8D +; 18. e1A (no es sido
bueno 18. R2A a causa de 18 .... ,
T7D+; 19. R1e, T1-1D con ata-
que ganador), A3T; 19. Axe!, 11. C5D
TXT; 20. AxPA+, TxA; 21.
D8R+, R2e; 22. D5R+, etcétera. A lo cual las negras, haciendo
Por todas estas razones las caso omiso del aforismo «La ame-
blancas deciden entregar a su vez naza es más fuerte que su ejecu-
la calidad, deshaciéndose del di- ción», respondieron
námico caballo enemigo.
11. CxC!?
14. TIA CxPA 12. DXD CxA
15. Txc PxT 13. TIA CXPA

51
Diagrama núm. 41 15. TIC
16. AxP C3C
Tal Bobotsov 17. A3C AXP
Campeonato estudiantil del 18. D2D A2CR
mundo por equipos 19. C2R P5A
Varna, 1958 20. A2A P6A

Todo comentario es ya super-


fluo. El contraataque de las ne-
gras se conduce por sí solo y no
deja lugar a dudas sobre el re-
sultado de la partida.

21. D3D PxP


22. C4D A2D
23. TlD TRIA
24. A3C CST
25. AxC AXA
26. C3C T6A
27. DxPT AxC
28. PXA T1-1AD
29. D3T TSA+
30. TXT TxT+
El propio Tal juzgó de doble filo
esta posición, pero también pensó Y las blancas abandonan.
que ofrecía suficientes perspecti- Con todo, el contraataque no e-s
vas a las negras. A su modo de la única idea motriz del sacrificio
ver, el blanco debía mantenerse de dama de que estamos ha-
firme en el punto 4D para impe- blando.
dir que el AR enemigo participa-
ra en el ataque actuando por la (Véase diagrama núm. 42)
gran diagonal, sobre todo después
de la desaparición de su oponen- Por el peón de menos, las ne-
te blanco. Sin embargo Bobotsov, gras tienen más que suficiente
después de sacrificar correctamen- compensación posicional y ahora
te la calidad y suprimir así el amenazan con destruir el flanco
inoportuno caballo negro, adoptó de rey de su adversario. Por ello
un plan que resultó ser erróneo. las blancas deciden pasar al con-
traataque sacrificando la dama.
14. TxC PXT
15. ClA 17. DxC! AxD
18. CxA
Merecía atención la jugada in-
termedia 15. D2D seguida even- Preparándose a dominar ame-
tualmente de P3CR y A2C (o A3T, nazadoramente las casillas negras
según las circunstancias). después de 19. C5D. Pero el negro

52
Diagrama núm. 42 TxT; 26. CXT, DxC; 27. C7R+.
R2A con final ventajoso para las
Bro.IU>tein Szinzel negras. En el medio juego, por el
Sandomierz, 1976 contrario, las piezas blancas ha-
cen frente con éxito a la dama
enemiga.

24. C3C A4T


25. TDIR A2A
26. T4Dl

Esto es más fuerte que 26. TXP,


AxC; 27. TXP+, RlT; 28. PxA,
DxP y, en igualdad de material,
las negras tienen la posibilidad
de crear un peÓn pasado en el
flanco de dama.

26. D3C
27. C5D AxC
28. TXA D3AD
se lanza a su vez al contraataque, 29. Tl-lD D3A
cuyo primer objetivo es la caza 30. T5-2D
del peligroso alfil enemigo.
Subrayando en cierta manera
18. P4CR! el equilibrio de la posición. Tam-
19. A3C P4A bién era posible 30. Tl-2D (pero
20. A5R TD1R no 30. C4D?, TlD; 31. TxP??,
21. TR1R TxA! TXC).

Devolviendo la calidad, las ne- 30. P3C


gras se libran del molesto PD ene- 31. C1A P5A
migo y de la presión del blanco 32. P3A TlR
en las casillas oscuras. Por otra 33. C2R P4C
parte, su ligera superioridad de 34. C3A D3CD+
material les brinda mejores posi- 35. R1A P5CD
bilidades para el resto de la par- 36. C4R T2R
tida. 37. P3TR R2C
38. P3CD P3T
22. TxT DxP
23. T5D D5C?! Y tablas.

Era preciso intentar el cambio


de torres después de 23 .... , D3AR!;
24. P3TR (no sirve 24. T7D a cau-
sa de 24.... , P5A), TlD!; 25. PxA,

53
EJERCICIOS Diagrama núm. 44

Diagrama núm. 43

8) Las piezas negras están des-


perdigadas y aisladas unas de
7) En principio las negras han otras; en particular, las torres no
resuelto de manera satisfactoria juegan. ¿Cómo puede proseguir la
los problemas de la apertura, casi lucha?
han acabado ya de movilizar sus
fuerzas y no se ven puntos débi-
les en su campo. Sin embargo, las Diagrama núm. 45
blancas, una vez efectuado el
avance P4AD, dominarán la ma-
yor parte del centro y, gracias a
su activo alfil, pueden conseguir
cierta ventaja. ¿Tiene el negro al-
guna posibilidad de asumir inme-
diatamente la iniciativa?

9) El negro ha concentrado sus


principales efectivos junto a la
fortaleza del monarca enemigo.

54
Con su última jugada, 17.... , P4R, Diagrama núm. 47
no sólo apuntala el alfil en 5D,
sino que a la vez defiende el ca-
ballo de 5C para poder realizar
el demoledcr avance 18.... , P5T.
Evalúese la posición. ¿Qué se les
puede recomendar a las blancas?

Diagrama núm. 41

11) El rey negro sufre un vio-


lento ataque por parte de las fuer-
zas enemigas. La última jugada
de las blancas, 27. T3TR, entra-
ña la amenaza mortal 28. C4A +.
¿Hay salvación para las negras?
¿En qué consiste?

Diagrama núm. 48
10) He aquí una posición llena
de vida y rica en posibilidades
para ambos bandos. Las negras
planean una contraofensiva en el
flanco de dama empezando por
... P4CD, mientras el blanco lleva
el ataque en el ala opuesta. Para
reforzar su acometida, escogió la
línea de juego 15. P5C, PxP; 16.
P5R esperando 16 .... , PXPR; 17.
P x PC, C2T; 18. C4R con fortísi-
ma presión por el peón entregado.
¿Es correcta esta idea? ¿Cómo
pueden oponerse a ella las ne-
gras?

12) Naturalmente, en esta po-


sición las negras jugaron ...

55
Diagrama núm. 49 Diagrama núm. SO

13) Por medio de 35. A3C las 14) Las blancas han sacrificado
blancas atacaron a la dama ene- un peón, pero a cambio han lo-
miga para, después de retirarse grado una fuerte presión sobre el
ésta, ocupar el punto 6CR y ame- caballo negro de 3AR, clavado
nazar mate en pocas jugadas. ¿En por el alfil; esta presión puede
qué tema ha de basarse la defen- todavía incrementarse mediante
sa de las negras? DlAD-4AR. No obstante, las ne-
gras acertaron a cambiar por com-
pleto el curso de los acontecimien-
tos. ¿De qué modo?

56
4
EL CAZADOR CAZADO

Se cae de su peso que no es fac- de contraataque es eficacísimo


tible iniciar un contraataque sin aun contra el más experimenta-
que el terreno o las circunstancias do y fuerte de los adversarios.
den pie para ello. El motivo para Uno de los modelos más bri-
contraatacar pueden proporcio- llantes de contraataque basado en
narlo los puntos débiles que sur- el tema que nos ocupa procede
gen en el campo del bando ata- del ex campeón del mundo M. Eu-
cante a medida que progresa su we, jugando con las piezas negras
ofensiva, la alteración sufrida por en una partida contra E. Geller.
las piezas enemigas en su fuerza
dinámica a raíz de un sacrificio o
-las más de las veces- la supe- Diagrama núm. 51
rioridad de efectivos en algún sec-
tor del tablero por parte del ban- Euwe Geller
do que se defiende. Esto último Torneo de candidatos
permite mejor que nada atraer Zurich, 1953
las piezas agresoras del adversa-
rio hacia donde uno es capaz de
hacerles frente. Arrostrando el
fuego enemigo en esa zona, el de-
fensor crea las condiciones nece-
sarias al contraataque precisa-
mente en el territorio dE>sertado
por las fuerzas contrarias. Po-
drían algunos comparar este pro-
cedimiento a los equilibrios de un
funámbulo de circo, pero han de
tener en cuenta lo siguiente: en
primer lugar, en el ajedrez actual
nadie hace generalmente «su agos-
to» sin correr riesgos ni logra casi
nunca la victoria sin recibir heri-
das, y en segundo lugar, ese tipo 16. T4A

57
Las blancas acaban de reforzar las blancas han conseguido abrir-
su ataque con esta jugada obvia y se camino hacia el rey negro y
natural (véase el diagrama). Aho- poner en marcha su ataque; pero ...
ra no necesitan sino dos más para
llevar la torre y la dama a la co- 22. TITR!l
lumna TR, tras de lo cual el rey Principal golpe táctico de todo
negro, a lo que parece, no tendría el contraataque, contemplado ya
salvación. desde la jugada 16. La dama blan-
ca queda «marginada» y pierde
16. P4CD! el control de su casilla 2AD.
Es claro que toda medida de- 23. DXT T7A
fensiva en el flanco de rey está
condenada al fracaso, dada la po- Amenazando mate en pocas ju-
ca libertad de movimientos que gadas: 24. .. ., T x P+; 25. RlA,
tienen en esta ala tanto la torre D5A +, etc. Tras varios meses de
negra como la dama. No obstan- minucioso análisis, que atrajeron
te, las negras pueden contraata- la atención de los ajedrecistas
car, y con fundamento: tres de sus más fuertes del mundo, se puso
piezas están bien situadas ( caba- en evidencia que sólo una serie
llo en 5AD, torre en lAD y alfil de movimientos únicos y difíciles
en 2C) y con la jugada del texto de hallar hubiera permitido a las
acaban de abrirle paso a su da- blancas evitar el desastre inme-
ma. El contraataque, a pesar de di¡ato. Era preciso jugar ahora
todo, habría tenido que aplazarse 24. P5D para en caso de 24 .... ,
si el bando negro no dispusiera D3C+ seguir 25. RlT, D7A; 26.
ahora mismo de un golpe eficaz TlCR, A X P; 27. T4R!, y si direc-
para distraer las fuerzas del ad- tamente 24 .... , AxP, entonces
versario. 25. TlD 1 Después de 25.
TxP+; 26. RlA, Px A no sirven
1'7. T4T D3C ni 27. TxP ni 27. TXA, sino sólo
18. P5R 27. D X PT, pero aun así las ne-
La dama blanca no puede ir gras, con dos peones por la cali-
todavía a 5T a causa del peón dad, tendrían mejores posibilida-
amenazado en 4D. El avance del des dada la posición precaria del
texto lo defiende y a la vez des- rey blanco.
peja el camino para el alfil de ca- Huelga añadir que, sobre el ta-
sillas blancas. blero, era prácticamente imposi-
ble para Geller descubrir todas
18. CxPR esas variantes. La partida con-
19. PxP CxA tinuó
20. DX C DxPR 24. TIAD TxP+
21. DxPT+ R2A 25. RIA D6C
22. A6T 26. RlR D6AR
A costa solamente de un peón, Las blancas abandonan.

58
Precisamente en el brillante en capturar la torre -comenta-
contraataque que acabamos de ría más tarde Smyslov--, ya que
ver debió de inspirarse V. Smys- no veía cómo podían aquí ganar
lov en una partida del mismo tor- las blancas.»
neo de Zurich en la que llevaba Sin embargo, la intuición no
las negras contra P. Keres. engañó al futuro campeón del
mundo cuando en este preciso
momento optó no por la ganan-
Diagrama núm. 52 cia de material, sino por el con-
traataque. La idea consistía en
SmyStov Keres hacer que las piezas pesadas del
Torneo de candidatos blanco, «perdidas» en la colum-
Zurich, 1953 na TR, abandonaran el control
del centro.
De hecho, después de la parti-
da se demostró que 19 .... , P X T;
20. DXP, TlR; 21. P4T!! con la
amenaza 22. A3T daba a las blan-
cas un ataque irresistible.

19. PxP!!
20. TxP P6A!

Primer fruto del desvío de la


torre blanca hacia 7T: el peón ne-
gro avanzado no puede tomarse
(21. AxP?, TxA), y si ahora el
alfil atacado se retira (21. AlA),
sigue 21. ... , DxP.
Las blancas deciden, pues, con-
17. A3AR tinuar su ofensiva.
18. T5T
21. DIA!
Lanzándose al ataque directo
y amenazando ya 19. TxPT. Timeo Danaos et dona feren-
RXT; 20. D5T+, RlC; 2L T3T, tes! * A 21. ... , Px A seguiría 22.
A5T; 22. TXA, P4A; 23. D7T+ D6T!, DXP; 23. TST+, AxT; 24.
con rápida victoria. D7T mate.

18. P3C 21. DxP!


19. T3-3T 22. D6T TRID!

«Durante un buen rato pensé Consecuente con el espíritu del

• "Temo a los griegos aun haciendo ofrendas", Virgilio, Eneida, II, ~. (Nota del
traductor. 1

59
contraataque. Las torres blancas Diagrama núm. 53
quedarán reducidas a un pa~l
pasivo hasta el final de la par- Pruun Simagin
tida. Vilna, 1946

23. AlA A2C


24. D5C D3A
25. D4C P7A
26. A2R T5D
27. P4A TSD+
28. AxT D5D+

Y las blancas abandonan.


No siempre el contraataque ba-
sado en atraer las piezas enemi-
gas hacia un sector determinado
del tablero surge como réplica a
un ataque al rey propio. Es tu-
diferente desviar las piezas del
bando contrario hacia uno u otro
lugar con tal de apartarlas del Mordiendo el anzuelo del ad-
terreno que se ha elegido por cen- versario. Algo mejor era 30. D2R,
tro de o~raciones del contraata- aunque también tendrían las ne-
que. Veamos un par de ejemplos gras buenas posibilidades después
de cómo la pieza más fuerte del de 30.... , D4C.
adversario -la dama- puede ser
desviada hacia un punto desde 30. A3A
donde le resulte imposible acu- 31. D6T P6D!
dir más tarde en auxilio de sus
tropas. Y la dama blanca queda en-
jaulada. Mientras las blancas se
(Véase diagrama núm. 53)
ocupan de librarla de la amenaza
32.... , TlT, el contraataque del
negro se propaga como el fuego
La posición de las blancas pa- en la yesca.
rece excelente. El PTD negro, le-
jos de sus filas, está atacado, y 32. T5A D2D!
si 29 .... , D2D; 30. D xD, la ini- 33. Tx e D5D+
ciativa pasaría rápidamente a 34. RlA
manos del blanco: 30. . .. , A X D;
31. TIC, etc. No es mejor 34. RlT, DxT; 35.
Por eso las negras recurren al DXA, D4C; 36. D6R+, RlT; 37.
citado procedimiento de desvío. D2T, TlAR; 38. A3A, D6R; 39.
R2C, P4C; 40. P3T, P4T; 41. P4C,
29. A2D P5T y no se ve defensa contra el
30. DxPC D8R-6C + de las negras.

60
34. DXT 18. DlA!
35. DxA D8T+ 19. P5C
36. R2A D5D+
37. R1A T1AR+ Poco atractivo es también 19.
38. A3A D6R D2D a causa de 19.... , A5C.
39. D5D+ R1T
40. P5R DxC 19. A6T!
41. P6R D7R+
El contraataque ha empezado
Con sobrada razón, las blancas y sobran ya comentarios.
no quisieron aquí aplazar la par-
tida. 20. D3T TXT+
21. TxT D5C
22. ClR DXT
Diagrama núm. 54 23. PxA DXC+
24. R2C C5D
Taimanov Tal 25. PxC PXP
24." campeonato de la URSS
Moscú, 1957 Las blancas abandonaron al ca-
bo de pocas jugadas.
Muy semejante a la idea del
desvío en cuanto a su contenido
es el tema de la inhabilitación
de una o varias piezas enemigas.
Lo esencial de este método, em-
pleado cada vez con mayor fre-
cuencia, consiste en que el con-
traatacante se asegura una supe-
rioridad provisional de fuerzas
en el lugar donde se libra la ba-
talla. El ejemplo que sigue cons-
tituye un modelo clásico de este
género de contraataque.

(Véase diagrama núm. 55)

El futuro campeón mundial or- Sacrificando un peón en 2AD,


ganizó su defensa de tal suerte las negras han logrado que la da-
que las blancas no pudieran abs- ma enemiga se aleje del propio
tenerse de irrumpir con su dama rey y no pueda de momento par-
en 6D. Con su siguiente jugada, ticipar en su defensa. Pero esto
en extremo desagradable para el no es más que un preludio a la
blanco, las negras apuntan preci- verdadera idea del contraataque,
samente al flanco de rey enemi- que da realmente comienzo con
go, del que la dama blanca ha una jugada donde se aúnan ele-
quedado separada. gancia y eficacia.

61
Diagrama núm. 55 ahora su fuerte par de alfiles,
mientras las piezas del adversa-
Aro~JJ Tal rio están todas ellas listas para
24. campeonato de la URSS
0
el asalto final.
Moscú, 1957
31. AxA TxA
32. TlAR T7R
33. D6D
Con la postrera esperanza de
atrapar a las negras en una ce-
lada: 33 .... , C6T+??; 34. TxC,
Dx T; 35. D3D+ seguido de 36.
DxT.

33. TXPTD
Por supuesto, no para ganar un
peón, sino para llevar su dama a
la séptima fila, delante de la to-
rre.

34. D5D D7A


26. A8C!! 35. P5A TlD!!
Las negras aseguran la irrup- Jugada muy bella y, sobre to-
ción de su artillería en el campo do, instructiva. El bando que con-
enemigo excluyendo previamente traataca no debe ni por un ins-
la torre blanca de la defensa de tante olvidar las posibilidades de
su primera línea. ataque que aún puede conservar
el adversario. Si las negras hu-
27. A5R C3R bieran intentado aquí ganar de
28. D6D D4A manera «natural» mediante 35 .... ,
29. A4A TlR con las amenazas 36. ...,
T7R y 36 .... , T8R, las blancas ha-
Las blancas están incluso dis- brían tenido a su disposicíón una
puestas a entregar material. Con fulminante réplica: 36. TXP+!t
29 .... , P4C se ganaría una pieza,
p~ro M. Tal prefiere proseguir su 36. A6D TlR
contraataque.
Ahora que el alfil ha dejado
29. C4C de «vigilar» al rey negro, esta in-
30. D4C A5R vasión de la tercera pieza de las
negras decide en su favor el re-
Por fin la torre blanca puede sultado del combate. La bande-
acudir en ayuda de su rey, mas rita del reloj les evitó a las blan-
ya es tarde: las blancas pierden cas una capitulación en regla.

62
E1ERCICIOS Diagrama núm. 57

Diagrama núm. 56

16) Tras encarnizado combate,


propio de una a.gudísima varían-
15) La ofensiva de las blancas te de apertura, se llegó a esta po-
en el centro y flanco de dama ha sición de doble filo. Las blancas
sido eficazmente contrarrestada y continúan atacando al rey ene-
la iniciativa ha pasado a manos migo, que se ha quedado en el
del negro, que además tiene ven- centro. Juegan las negras. ¿Qué
taja de material. ¿A qué pueden recursos defensivos tienen éstas a
recurrir las blancas, tocándoles su disposición?
jugar?

63
5
GIRO DE 180 GRADOS

Con frecuencia el bando defen~ podría compararse a la de la ex-


sor logra el triunfo mediante una plosión de una bomba. Las ar-
contraofensiva táctica de peones mas favoritas para este tipo de
en la misma parte del tablero contraataque suelen ser los peo-
donde se desarrolla el ataque. Es- nes CR y TR.
to se explica por el hecho de que,
en general, al perseguidor rara
vez se le ocurre la idea de que Diagrama núm. 58
puede convertirse en perseguido
y se imagina más bien una «ca- Gufeld Polugajevsky
za» en toda regla. Sin embargo, 28." campeonato de la URSS
como lo confirman los siguientes Moscú, 1961
ejemplos, es posible -y aun n~
cesario- poner en duda el anti-
guo postulado según el cual el
atacante tiene más derecho a co-
meter errores que el que se d~
tiende. Esto sólo es cierto cuan-
do, en razón de una ventaja posi-
cional, se lleva a cabo un as~
dio metódico de la ciudadela en~
miga sin entrar en variantes muy
concretas que aspiren a decidir
rápidamente la partida. Los ata-
ques combinativos e impetuosos
(como los que se ven en la in-
mensa mayoría de las aperturas
actuales, particularmente en la
defensa siciliana} exigen idéntica
precisión por parte de ambos ju- En esta posición característica
gadores. En cuanto al contragol- de la defensa siciiiana, las blan-
pe de peones en el sector donde cas iniciaron su ataque con un
nos ataca el enemigo, su fuerza sacrificio temporal.

64
16. C5D! PxC 20. PXC TDlD
17. C5A? 21. AXP TxP

Dejándose de ambiciones utópi- Y las blancas abandonan.


cas, las blancas debían contentar- De modo admirable aprovechó
se con la ventaja resultante de el ex campeón del mundo M. Eu-
17. P6R, C2-4R (o 17.... , D1D; we (negras) las posibilidades de
18. (75A, A3A; 19. A7A) 18. CxC, contraataque que le brindaba la
DxC; 19. Ax C, P3A; 20. A4D y siguiente posición de una parti-
el peón blanco de 6R es inviola- da contra M. Vidmar.
ble debido a 20 .... , DxPR?; 21.
D7 A! para seguir 22. TD1R. La
jugada del texto tiene por objeto Diagrama núm. 59
suprimir primero el importante
alfil enemigo de casillas negras, Vidmar Euwe
en el supuesto de que la conti- Nottingham, 1936
nuación tenía que ser 17 .... , P3C;
18. CxA, CxC; 19. P6R. Pero el
negro encontró un modo mucho
más eficaz de defenderse, recu-
rriendo a un fulminante contra-
ataque que habría justificado la
inmediata rendición de las blan-
cas.

17. P4C!

Esto nos recuerda el clásico


asalto por sorpresa en el propio
fianco de las fuerzas atacantes,
tan brillantemente llevado a ca-
bo por muchos grandes generales
a lo largo de la historia. El alfil
blanco ha de renunciar ahora al La batería D2AD-C3D que ame-
control del punto 5R (18. A X PC, naza hacer fuego tras A X PT+,
AXA; 19. DXA). Además, en el caballo negro clavado en 4R
cuanto la dama negra participe y la debilidad de la diagonal que
en la defensa (19 .... , DXP) no parte del punto ocupado por el
quedará ni rastro del ataque de rey negro inducen a creer que las
las blancas. blancas tienen más que suficien-
Estas últimas optan por otra te compensación por el peón que
vía que conduce asimismo a la ca- les falta y que su actividad es
pitulación. muy peligrosa.
Esta apreciación es desmenti-
18. P6R DxA da por la brillante jugada que si-
19. DxD PxD gue:

65
21. P4C!! tiva ha pasado enteramente a m.<-
nos de las negras.
Si las negras se hubieran de-
jado aquí guiar por las llamadas 28. C3A P5CR
«consideraciones generales>>, ja- 29. ese D4A
más se habrían arriesgado a de-
bilitar de esta manera su flanco Las blancas abandonan.
de rey. Hagamos notar de paso También se usa mucho el FTR
que si, a título de ejemplo, el como arma de contraataque. En
contragolpe en el centro en res- los últimos tiempos, su avance
puesta a la ofensiva en un ala se con este fin ha llegado a ser típi-
cita desde hace ya mucho como co de la apertura española.
el ABC del contraataque, toda-
vía no se le ha dado toda su im-
portancia al que se efectúa en el Diagrama núm. 60
mismo flanco que sirve de campo
de operaciones al agresor. Tal Petrosian
Pero volvamos a la partida Vid- 43. campeonato de la URSS
0

mar-Euwe. Erivan, 1975

22. AxPT+ DxA


23. AxC
Contando sin duda con 23. . ...
P x A; 24. D3C+ seguido de 25.
D x A. En tal caso las blancas re-
cuperaban su peón y a las ne-
gras les quedaban dos terribles
debilidades, en 4R y 4CR respec-
tivamente. El negro, sin embar-
go, había ido más lejos en sus
previsiones cuando se decidió a
adelantar el peón lateral.

23. A2T!
24. A3A P4C
Se aprecia ya con claridad el En lugar de atenerse al esque-
impresionante despliegue de las ma clásico, por decirlo así, de es-
fuerzas negras. ta apertura (ataque de las blan-
cas en el flanco de rey después
25. T4-1T P4AD de cerrar el centro, mientras su
26. DlA P5A adversario actúa «inevitablemen-
27. ClR A2C te>> en el de dama), las negras
inician su contrajuego en la pro-
La actividad del blanco no es pia ala donde son objeto de ata-
más que un recuerdo y la inicia- que.

66
15. P4TR Diagrama núm. 61
16. PXP

Las blancas están obligadas a


recoger el guante, ya que la es-
tabilización del flanco de rey tras
16. P5C, C2T seguido eventual-
ment,;;· de P3C o, según las cir-
cunstancias, P3A, es a todas lu-
ces favorable al negro.

16. AxP

No 16.... , CXPT?; 17. P3C,


C3C; 18. CXP y las blancas ga-
narían un peón.

17. C3-2T P3C!


La posición de las negras es di-
El contrajuego en el flanco don- fícil y el ataque blanco amenaza
de el adversario ataca exige que transformarse en paseo triunfal.
se abran líneas para ambos ban- En el campo de las blancas no
dos; de lo contrario quedaría so- existen puntos vulnerables que
focado en seguida. pudieran dar pie a un contrajue-
go. El negro sienta las bases de
18. C3C R2C su contraataque con una conti-
nuación paradójica.
¡La clave! El rey negro deja
paso libre a la torre hacia la co- 20. P4T!
lumna TR, mientras él mismo se
retira de la zona de peligro. Esto parece a primera vista un
insensato debilitamiento del pro-
19. R1T TIT pio enroque, pero en realidad tie-
20. TlCR RIA ne un doble objeto bien preciso:
21. P4T C3C primero, priva al enemigo de la
importante casilla 4CR (se ame-
Y las blancas no sacaron nada nazaba. en particulz.r, la ma-
en limpio de la apertura en esta niobra TlAR-4A-4C con presión
partida. decisiva sobre el punto 2CR de
He aquí otro ejemplo de con- las negras), y, segundo, le prepa-
traataque en el mismo sector don- ra a su propio caballo un puesto
de actúan las fuerzas enemigas: seguro en 4AR, desde donde po-
drá dE"splegar gran fuerza de con-
traataque.

21. TlAR D5C

67
22. C2R D5A Diagrama núm. 62
23. P3A P3CR
24. T3-3A C2C
25. P3CD D3T
26. C3C P5T
27. C4R C4A
28. D4A DxP

Las blancas han movilizado to-


dos sus efectivos, pero el negro,
sintiéndose ya fuerte gracias a la
inexpugnable posición de su ca-
ballo, acaba de resolverse a cap-
turar un peón y está listo para
el contraataque. Esto se aprecia
bien en la variante 29. P4CR,
PxP a.p.; 30. PxP, R2C; 31.
P4CR, TlTR+; 32. RlC, T5T! con
juego agudo de mutuas posibili-
dades. 33. DxT!
En la continuación de la par- 34. CxD AxA
tida queda igualmente claro que 35. C4R A6R
las negras tienen amplio contra- 36. C6A+
juego.
Era mejor 36. D3A, mantenien-
29. A5A D7R do «en reserva» esta amenaza de
30. T3-2A jaque.

La preparación 30. C6A+, AxC; 36. R2C


31. AxT, AxP redundaría en 37. D4A T2-1D
ventaja material de las negras. 38. C4C A3C
39. C2A?
30. D6D
31. T3A D7R El error decisivo en una posi-
32. T3-2A D6D ción ya mala.
33. T2D
39. AxC
Incapaz de adaptarse psicoló- 40. TxA C6R
gicamente a la nueva situación,
el bando atacante renuncia a la Blancas abandonan, en vista de
repetición de jugadas... para caer la irremediable amenaza 41. ...
víctima de un hábil contraata- T8D+.
que.

68
Diagrama núm. 63 rey, con lo cual las negras ganan
tiempo para acabar de movili-
Poseiníkov Yakimenko zarse.
Correspondencia, 1978
15. TlCD A2B
16. P4TR
Para limitar más adelante la li-
be::tad de movimientos del adver-
sario en esta ala (mediante P5TR,
etc.) y, de momento, conseguir-
le al propio alfil un buen pues-
to en 3TR. Lo malo es que ello
supone una pérdida de tiempo en
relación con la jugada 14 de las
blancas. Por eso merecía aquí
atención 16. R2A con la idea de
C3C y P5A.

16. C3C
17. R2A A2D
Doce jugadas han bastado para 18. D2A 0-0-0
llegar a esta posición muy com- 19. C3C T4-1T
plicada y difícil de evaluar. Con 20. P5T
el avance P4CD las blancas han Consecuente con el plan adop-
logrado detener la ofensiva de su tado, pero demasiado lento. Po-
adversario en el flanco de dama, día jugarse de inmediato 20. P5A
dado que ahora la apertura de la o 20. A3T, pues si en este último
columna TD no reportaría nada caso 20 .... , AxP?!, después de
a las negras o incluso les sería 21. CxA, TXC; 22. AxP, TxT;
desfavorable. Por lo demás el 23. A x A+ las blancas quedarían
blanco está listo para atacar en mejor.
la otra ala: su avance del PCR
apoya, previa preparación, un (Véase diagrama núm. 64)
eventual P5AR, con peligrosísima
iniciativa. 20. P3A!
Las negras reaccionan oportu-
na y enérgicamente. Nuevo contragolpe en el sector
donde tiene lugar la ofensiva ene-
12. P4T! miga. Las negras estiman, con ra-
13. PxPTR TxP zón, que sus posibilidades resi-
14. A2C D2T! den en el contraataque.

Amenazando 15.... , P X P y fre- 21. A3T TDIA


nando así un tanto la iniciativa 22. R2R C5T
de las blancas en el flanco je 23. P5A

69
Diagrama núm. 64 cas no pueden defenderse de las
múltiples amenazas de que son
objeto: 28 .... , C6A+, 28 .... , CXA,
28 .... , A xPT+, etcétera.

26. P5D!

Después de 26 .... , CXPR+?;


27. R2R, D2A; 28. TDlC las ne-
gras no tendrían compensación
por el material sacrificado.

27. PxPD CxPD+


28. AxC A3AD+
29. C4R?

A las blancas no les queda más


remedio que entregar a su vez la
Ahora este avance ya no coge dama si quieren proseguir la lu-
desprevenidas a las negras, que cha: 29. D4R, AxD+; 30. RXA,
abren por completo el juego. D2C+; 3L R4A. así una
posición extremadamente
23. PxPR complicada. La
24. PAxP texto permite una clavada de ca-
ballo que se revelará mortal.
He aquí una situación suma-
mente típica: las blancas todavía 29. DxA
no se han percatado de que no 30. A5A C6A
son ellas las únicas que atacan. 31. TDlR Dxl"
Era preferible 24. PD X P, dejan- 32. R4C CxC
do por el momento obstruida la 33. TxC D3A
columna AR. 34. A6C D4C+

24. AlR En vista de la variante 35. R3A,


25. PXPR TxC!! TlA+; 36. A7A, D4AR+; 37. R3R,
A4C+; 38. R4D, TlD+ y las blan··
La idea del contraataque en el cas abandonan.
flanco donde atacan las blancas También E'S original el modo
culmina en este bello sacrificio como las negras evaluaron la si-
de dama. Ahora son las negras guiente posición de esta partida:
quienes tienen la iniciativa.
(Véase diagrama núm. 65)
26. RXT
Las negras se sentirían plena-
Sería muy malo 26. AXD, mente satisfechas si pudieran rle-
TxPA; 27. D2D, TxC y las blan- sarrollar el alfil, poniendo así en

70
Diagrama núm. 65 Si ahora 23. P5T, seguiría 23 .
.. . , P4CD y el rey negro queda
Dückstein Petrosta,n bien protegido tanto por los pro-
15.• olimpíada pios peones como por los del ad-
Varna, 1962 versario.

23. TlR R2T


24. A5R D2D
25. C4R A5D

Las piezas negras empiezan a


desplegar gran actividad.

26. P3C AxA!

La iniciativa del negro aumen-


ta todavía con este sacrificio 1e
calidad. Las blancas están ya re-
ducidas a un papel pasivo espe-
cialmente en el flanco donde hace
poco eran ellas quienes llevaban
el ataque.
comunicación las torres y logran-
do coordinar bien todas sus pie- 27. PxT C5D
zas. Mas por ahora no hay nin- 28. DlD D4D!
g<lna casilla libre, por lo que el
futuro campeón áel mundo se de- La óptima centralización de to-
cide a conquistarla mediante un das las piezas negras y el peón
contraataque. pasado en la columna AD per-
miten juzgar esta posición como
18. P4T! ganada por el bando negro, tan-
to más cuanto que las blancas ca-
Estimando con acierto que de recen de contrajuego.
momento no es peligrosa la aper- Todavía siguió:
tura de la columna CD contra el
propio rey y que, por el contra- 29. T3R C4A
rio, la casilla 4AD es ideal para 30. TlR C5D
el alfil.
19. TDlD TXT Ganando tiempo de reflexión.
20. TxT T5T!
31. D3D P4AR
Obligando a las blancas a ce- 32. C5C P4A
der el punto en cuestión. 33. T3R P5AD
34. DlD RxP
21. PxP AxP 35. T3TD A3A
22. P6T P3C! 36. P3T P5A

71
3'7. D4C R4T! Diagrama núm. 66
38. C3A R5C
39. cxc RXT Polugajevsky Ned.zmetdinov
40. C2A+ RXP Sochi, 1958

Las blancas abandonan.


Más raramente la contraofensi-
va de peones en el flanco donde
ataca el adversario constituye el
principio de todo un plan de con-
traataque y es, como si dijéramos,
la piedra angular de la idea estra-
tégica concebida por el defensor.
En una partida entre Poluga-
jevsky y Nedzmetdinov, las blan-
cas experimentaron una variante
dudosa de apertura y por ello
quedaron reducidas a pasar a la
defensa al cabo de pocas jugadas.
El dominio del importante punto
4R (5R de las blancas) y la agre-
siva posición de su dama les ase- zadilla para su peón, no les será
gura a las negras excelentes po- posible adelantar el PCR hasta 5C
sibilidades de ataque en el flan- para abrir brecha en las filas ene-
co de rey. Por otra parte, la po- migas.
sible actividad del blanco en el
ala opuesta sería demasiado len- 14. DID P5A
ta y tampoco se puede jugar de 15. C3C-2R P4CR
inmediato 13. P4A a causa de 13. 16. C5D P5C
... , C5CR; 14. P3TR, A5D+; 15. 1'7. P3C!
R1T, DxC; 16. PXC, D5T mate.
Las blancas elaboran, pues, un Eslabón fundamental en la ca-
plan de defensa y contraataque dena que constituye el plan de
en el sector mismo donde el ad- las blancas. Este contraataque «a
versario ha concentrado sus fuer- la bayoneta» frena la ofensiva
zas, ¡detrás de las cuales se en- enemiga y sienta las bases de una
cuentra el rey negro! reacción más amplia: las piezas
negras ven mermada su poten-
(Véase diagrama núm. 66) cia de asalto.

13. P3A! A3T 1'7. . .. PXPC

Las negras se ven forzadas a De todos modos las negras no


debilitar la gran diagonal de su pueden sostener el punto 5AR, y
color, ya que sin una sólida de- en caso de 17 ..... D6T: 18. C2XP,
fensa del punto 5AR, futura avan- Ax C; 19. CXA, TXC; 20. PXT,

72
CxPAR+; 21. TXC, PXT; 22. por lo mismo su anterior contra-
D2D tendrían que forzar las ta- juego en el flanco donde las ata-
blas por medio de 22 .... , P7 A+; caban. La jugada del texto da a
23. RXP, DxP+; 24. RlR, D8T+; las negras la oportunidad de rea-
25. R2R, D4T+, etcétera. lizar una combinación de suma
belleza.
18. PTXP D6T
19. P4A 20. T2A
21. R2A D7T+
Las negras podían toda vía efec- 22. R3R A><C
tuar dos jugadas de ataque (19. 23. PAXA ese
... , C6A+; 20. R2A, D7T+ ), en 24. T1T TXP!!
las cuales habían puesto su espe- 25. TxD
ranza las blancas. En efecto, des-
pués de 21. R3R, el rey blanco Si el alfil de rey blanco estu-
quedaría bien resguardado tras viese ahora en lC en vez de 2A,
la barrera de sus propios peo- la combinación de las negras no
nes, mientras el negro sufriría un sería posible por la sencilla res-
fortísimo ataque por la columna puesta 25. P x T. En cambio a es-
TR y la diagonal 1TR-8TD; de ta jugada, en la püsición presen-
momento habría ya que tener en te, seguiría 25. . .. , A X P +; 26.
cuenta la doble amenaza 22. Tl T CxA (o 26. R4D, D7A+; 27. R3A,
y 22. C6A+. D4A mate) 26 .... , CxA+, etc.
El remate de la partida no tie-
19. A3R! ne relación directa con el tema
que estamos tratando, por lo que
Sólo por este procedimiento, prescindimos ya de comentarios.
casi paradójico, las negras logran
mantener su caballo en la casilla 25. T6A+
clave 4R (si 20. PX C seguiría 20. 26. R4D A2C!!
... , AxC y 21. ... , A6R+) y con- 27. P4T P4A+
servar el carácter tenso de la lu- 28. P><P a.p. PXP
cha. Además, le brindan al blan- 29. A 3D C4XA+
co la posibilidad de... equivo- · 30. R4A P4D+!
carse. 31. PxP PXP+
32. R5C TIC+
20. A2A? 33. R5T C3A+

Claro está que no es posible Y las blancas abandonaron.


jugar de inmediato 20. R2A a cau- Para completar este capítulo,
sa de 20 .... , AXC; 21. PAXA, veamos ahora un ejemplo en el
CxA+; 22. DXC, AXP. Sin em- que se revela la importancia je
bargo, lo correcto era 20. AlC, conocer bien los diversos métodos
complicando aún más la partida. de contraataque y lo que puede
Las blancas tendrían así también suceder cuando un jugador no los
sus posibilidades y justificarían tiene todos en su arsenaL

73
Diagrama núm. 67 fácil de comprobar que un nue-
vo sacrificio no reporta nada a
Alapin Chigorin las negras: 24 .... , TxPT+; 25.
Mon tecarlo, 1901 DxT, AxP+; 26. RlC, DXPC+;
27. R2A) 25. A5D!! y las blancas
ganan.
Queda por añadir que la juga-
da 24. P4C! en la posición del
diagrama fue revelada en un aná-
lisis del ex campeón del mundo
V. Smyslov.

EJERCICIOS

Diagrama núm. 68

Las negras han sacrificado una


pieza para obtener un peligroso
ataque contra el monarca enemi-
go. El juego se desarrolló así:

24. AxA TxP+


25. RIC PxA
26. PxP T8T+
27. R2A D5T+
28. R3R TID!
29. TRID D4C+
30. R2A D5T+
17) Las blancas continuaron su
Y tablas por jaque perpetuo. ataque jugando 26. P6A. Evalúe-
Ahora bien, si esta partida se se y analícese la posición. Tráte-
hubiera jugado en nuestros días, se de hallar, para las negras, una
el maestro S. Alapin, conocido en posibilidad de contraataque.
su tiempo como gran teórico (en
el torneo de Montecarlo ganó el (Véase diagrama núm. 69)
5. premio), habría encontrado
0

con toda certeza la continuación 18) A primera vista parece que


precisa en el momento crítico de la superioridad de las blancas es
la lucha, reaccionando en el mis- aplastante. Además de haber com-
mo flanco donde su rey era obje- pletado su desarrollo, están listas
to de ataque: 24. P4C!, DxPC (es para atacar en el centro y el flan-

74
Diagrama núm. 69 Rey y :J.lgunos otros casos. La
principal desventaja de las ne-
gras es aquí la situación de su
caballo en 4TD, donde carece ie
perspe-ctivas y puede incluso ver-
se en peligro. Por regla general,
las blancas explotan su superiori-
dad de fuerzas en el centro y flan-
co de rey emprendiendo un ata-
que y, en particular, preparando
bien la ruptura P5R. ¿Cómo han
de actuar las negras? ¿Deben or-
ganizar un contrajuego en el flan-
co de dama o disponen de otras
posibilidades?
D:agrama núm. 71

co de rey. No se ve ningún refu-


gio seguro para el monarca ne-
gro. ¿Es justa esta apreciación?
¿Pueden desmentirla las negras,
tocándoles jugar?

Diagrama núm. 70

20) La ventaja de las blancas


consiste en la posición cada vez
más activa de sus piezas ligeras,
en su peón avanzado (5R) que
restringe los movimientos del ad-
versario y en la posibilidad de
atacar al rey negro cuyas defen-
sas están debilitadas. Para ejer-
cer aún mayor presión sobre el
19) Posiciones análogas a la enemigo, las blancas acaban de
que nos muestra el diagrama sur- jugar 17. P4CR con la idea de for-
gen a menudo en la variante yu- zar la retirada del caballo negro
goslava de la Defensa India de a 2CR. ¿Es correcto?

75
6
«LA MEJOR DEFENSA ES UN BUEN ATAQUE»

Este dicho ajedrecístico (apli- go activo en uno de los flancos.


cable también fuera del ajedrez)
es universal. Sin entrar ahora en
discusiones detalladas sobre lo Tal Smyslov
que significa, fijémonos en una Torneo de candidatos
cosa: cuando se puede elegir en- Yugoslavia, 1959
tre jugar para nivelar la partida
y jugar con vistas a un contra- Diagrama núm. 72
ataque, esta segunda opción es la
que reporta mayores dividendos.
Con tal, claro está, que el bando
que pasa al contraataque no ten-
ga miedo de meterse en compli-
caciones de doble filo ni de lu-
char, como sucede a menudo en
estos casos, al borde del abismo.
Es imposible hacer el recuento
de los temas que pueden motivar
tal decisión. A veces el contra-
ataque apuntará directamente al
rey enemigo; otras tendrá por ob-
jeto impedir la coordinación de ~

ü·~-
las piezas contrarias que se dispo-
nen a atacar; o bien sólo aspira-
rá a llevar al adversario por dis-
tintos caminos, inesperados o in- Es evidente que las blancas es-
cómodos para él, obligándole a tán mejor desarrolladas y domi-
aceptar un juego agudo de posi- nan el centro. En el campo de
bilidades mutuas. las negras, sin embargo, no exis-
Los ejemplos que siguen son ten debilidades, por lo que mu-
muestra de cómo a una presión chos comentaristas de la partida
en el centro la parte que se de- han sugerido aquí para nivelar el
fiende replica con un contrajue- juego 10 .... , C3C (no 10 .... , C4D;

76
11. P4TR!, P3A; 12. A4AR y la de- vez de la jugada del texto, no re-
bilidad negra en 3R iría poco a sulta bueno 11. ... , AxC; 12.
poco tomando cuerpo; además, re- D X A, C5R a causa de 13. D7R
sultaría difícil encontrarles un con ataque de las blancas tanto
buen puesto al caballo de 2D y después de 13 .... , CxA; 14. CXC,
al alfil de 2R), estimando que así C4R; 15. A3C como de 13. . .. ,
la ventaja de desarrollo, factor CxP; 14. TxC, AxT; 15. T1A.
sólo temporal, quedaría práctica-
mente anulada después de los in- 12. A2D!
evitables cambios simplificadores.
Contra esto hay dos objeciones: Dejando libre para el caballo
primero, con la respuesta 11. la casilla 5CR con ganancia de
C x A seguida de 12. D4TR las tiempo. Sería malo 12. A3C debi-
blancas conservarían sus posibi- do a 12 .... , P4A; y si 12. C5A,
lidades de ataque; y segundo, ello las negras pueden responder 12.
significaría orientar consciente- A4A.
mente la lucha hacia las tablas.
El método de contraataque esco- 12. D3T
gido por las negras, consistente en 13. C5A A1D
un asalto de piezas contra los 14. D4T
puntos débiles del campo enemi-
go, desencadena, es derto, una Por una parte, el ataque justi-
verdadera tempestad en el table- fica este sacrificio de pieza; por
ro, pero les permite abrigar fun- otra ... ¡es forzado! Tanto 14. A3C,
dadas esperanzas de victoria. Se P4A como 14. A3D, DxP; 15.
comprende que también corran A3A, P4A dejaría la iniciativa en
mayor peligro de cometer erro- manos de las negras.
res.
14. PxA
10. D4T! 15. D5C C4T

Amenazando 11. ... , DXP y, en Hasta ahora ambos contendien-


caso de 12. R1C, proseguir 12 .... , tes mantienen en vigor el prin-
AxC; 13. DXA, C5R, etcétera. cipio de un juego activo a toda
costa. El intento de defenderse
11. A4AD P4C! mediante 15. . .. , P3C para con-
servar la ventaja de material ha-
Continuación enteramente lógi- bría sido refutado por M. Tal, se-
ca del contraataque. Simplificaría gún sus propias declaraciones, co-
el juego 11. ... , D4AD, pero en- mo sigue: 16. A3A, DxP; 17.
tonces las blancas, con la tran- C'6T+, R2C (si 17.... , R1T; 18.
quila respuesta 12. C X A, TDx C; Tx C!) 18. TR1R o incluso 18.
12. TR1R. mantendrían su pre- C4T!, D8T+ (18 .... , TlR; 19.
sión en el centro y una ligera TR1R!, T3R; 20. C4C, D8T+; 21.
ventaja posicional. R2D, D3T; 22. D6T+, R1C; 23.
Es preciso añadir que ahora, en TxT, PXT; 24. CxP!, C5R+; 25.

77
R2R, CxA+; 26. Pxe, Pxe; 27. 20. R2D TXD
D X P +, R1A; 28. e6T con mate 21. CxT+ RlC
inevitable) 19. R2D, D3T; 20. e4- 22. TxD RxC
5A +, R1 T; 21. R2R!, T1R +; 22. 23. C5R+
R1A con gravísimas amenazas.
Y las negras abandonaron tres
16. C6T+ R1T jugadas después.
17. DxC DxP? Naturalmente, cometer errores
no es monopolio del que contra-
Precipitación que echa a per- ataca. A ello está mucho más pre-
der todo el juego anterior de las dispuesto, por razones psicológi-
negras. Era preciso reforzar el cas, quien hasta hacía poco se
contraataque por medio de 17 .... , consideraba el único «cazador».
A3Al, a lo que Tal se proponía He aquí, como prueba, una famo-
contestar 18. A3A, y si 18.... , sa partida.
AxA, entonces 19. e5el?, P3e;
20. e6xP+, Txe; 21. CxT+,
R2e; 22. D3A, A3A; 23. e6D. Pe- Diagrama núm. 73
ro, prosiguiendo esta variante,
nos encontramos con que después Taimanov Larsen
de 23 .... , DxP; 24. e8R+, R2A; Vinkovci, 1970
25. Txe+, Rxe! las blancas ten-
drían que conformarse con tablas.
Así pues, el contraataque ini-
ciado por las jugadas 10.... , D4T
y 11. ... , P4e podía plenamente
justificarse, aun cuando las blan-
cas hubieran conservado una pe-
queña ventaja después de 18.
e XP +, Rle; 19. e7-5e, P3T (no
es bueno 19.... , AX e debido a
la fuerte respuesta 20. D x A!); 20.
e4R, DxP; 21. exA+, exe; 22.
D5T. El error del texto permitió
a las blancas ganar con una bri-
llante combinación.

18. A3A C3A


Observando esta posición con
Ahora es ya tarde para 18 .... , imparcialidad, hay que reconocer
A3A a causa de 19. exP+, R1e; .que las negras están peor. Su
20. e3-5e, P3TR; 21. exP+, o peón de dama es objeto de ata-
20 .... , Axe; 21. exA, P3TR; 22. que y sólo puede defenderse por
D6e. medio de 14 .... , TlD, a lo que
seguiría 15. D5e con mejor jue-
19. DXP! D8T+ go de las blancas después del cam-

78
bio de damas. Por eso, renuncian- 15. P5C
do a una defensa pasiva sin otra 16. C4D
pretensión que equilibrar la lu-
cha, B. Larsen se lanza a un con- Natural, pero no lo mejor. A
traataque audaz hasta la imperti- 16. C5R Larsen pensaba respon-
nencia y de estilo poco frecuente. der 16 .... , A3A; 17. CxC, PxC;
18. 0-0, A3R con juego poco cla-
: 14. P4CR!? ro. Sólo más tarde, durante el
análisis' «post mortem», se des-
Sin gran riesgo de equivocar- cubrió que la debílitación del en-
nos, podemos enunciar los moti- roque negro se habría dejado sen-
vos que determinaron la decisión tir tras la retirada 16. C2D, por
de Larsen. Primero supuso, con ejemplo, 16 .... , P5D; 17. C4A,
razón, que el nuevo giro de los D4AR; 18. C2R, P X P; 19. 0-0.
acontecimientos cogería despreve-
nido al blanco. En segundo lugar, 16. ex e
las blancas se ven así obligadas 17. PxC A4C
a abandonar los caminos tran-
quilos de una metódica presión en He aquí la idea del contrajue-
el centro para sumergirse en un go de las negras. Si la torre se
torbellino de complicaciones don- mueve, el rey es obligado a per-
de el error resulta más fácil. Hay manecer en el centro: 18. T2A,
también, claro está, otros moti- TlR+; 19. T2R, TxT+; 20. RxT
vos puramente ajedrecísticos pa- y ahora el negro puede cómoda-
ra decidirse a contraatacar como mente escoger entre 20 .... , A2D,
lo hicieron aquí las negras. Lar- 20 .... , A4A y 20 .... , P3C.
sen tuvo en cuenta el factor de
que el rey blanco no se ha enro- 18. 0-0 AxT
cado todavía y que, en compen- 19. TxA A3R
sación por el debilitamiento de 20. P3T
la propia ala de rey, las negras
obtendrían un cómodo juego de Esta posición es la que previe-
piezas o... ventajas materiales. ron las blancas al sacrificar la ca-
lidad, estimando que el rey negro
15. A3C quedaría indefenso después de
abrirse la columna TR. Pero las
Es obvio que después de 15. negras ya habían contado con eso
AxP. .AXA; 16. CxA, P5D las desde el comienzo de su contra-
blancas perderían una pieza. Tam- ataque lateral en la jugada 14.
bién resulta peligroso 15. A5R, El blanco debería, pues, renunciar
P5C; 16. DxPD, AlD; 17. DXD, ya a sus ambiciones y pasar a
AXD; 18. A6A, PxC; 19. PxP, un final de tablas mediante 20.
AxC+; 20. TxA, T1R; 21. T1C+, D X PC, D3C; 2L D X D, etcétera.
R1A; 22. T5A, T3R; 23. A 7C +,
R2R; 24. T5TR, A2D y si ahora 20. PXP
25. TxP sigue 25 .... , C4R! 21. A5R P3A!

79
Permitiendo al adversario rea- 30. TxPC T7AD
lizar una combinación ... ¡para re- 31. C7A+ R2C
futarla! 32. P6R R3A
33. P7R PSC=D+
22. C4R PXA 34. RxD TlCR+

Por descontado, no 22 .... , PXC, Y las blancas abandonan.


a lo que seguiría mate en pocas
jugadas: 23. D X A+, T2A; 24.
T7A, TlAR; 25. D4C+. RlT; 26. Hemos llegado al final del ca-
AxP+, TxA; 27. D7C mate. mino que emprendimos al redac-
tar este libro sobre el contraata-
23. D3C+ A5C!! que. ¿Quiere ello decir que en
los casos aquí no mencionados es
En caso de 23 .... , RlT, las ne- imposible toda contraofensiva?
gras perderían así: 24. DxPR+, ¡Desde luego que no! Así como no
RlC; 25. DxA+, etc.; o 23 .... , pueden darse recetas para todas
R2A; 24. C5C+ seguido de 25. las situaciones de la vida, tampo-
D x PR. Ahora en cambio la dama co las hay para el inagotable nú-
blanca quedará en una casilla de mero de matices que encierra el
su propio color, destruyéndose la juego de ajedrez, donde cada po-
coordinación de las piezas blan- sición tiene su propia idiosincra-
cas y el juego por los escaques sia. Y, sin embargo. el conoci-
del color contrario. Todo lo que miento de los temas más o me-
sigue es ya fácil. nos típicos que aquí hemos estu-
diado podrá servirle de orienta-
24. DxA+ RlT ción al jugador para escoger la
25. C5C D7D! vía recta en las infinitas posicio-
26. T7A nes que se le presenten en el ta-
blero. No es casual que el gran
O 26. TlA, PxPC; 27. R xP, maestro L. Polugajevsky, cuyo es-
P3TR. tilo de juego incluye como rasgo
básico el contraataque, haya di-
26. DxPA+ cho con toda pertinencia: «A mí
27. R2T DxPCR+ me ayuda el saber».
28. DXD PXD ¡Ojalá pueda el lector afirmar lo
29. PxP TDlA mismo!

80
7
SOLUCIONES COMENTADAS A LOS EJERCICIOS

1 15. P4R

Diagrama JO Creando una estructura de peO-


nes favorable a ulteriores con-
En esta posición de una parti- traataques: los peones negros en
da Wajda-Kotov (match-torneo 3D y 4R contra el peón blanco
Moscú-Budapest, 1949), el centro en 4R.
se encuentra, por así decirlo, en
estado de equilibrio dinámico. La 16. P5A
atención de ambos bandos debe
dirigirse, pues, al centro en pri- Después de 16. P5C, C5C; 17.
mer lugar, y por ello las blancas AxC, AxA; 18. P5A, P4D; 19.
debían tratar ante todo de neu- P6A, AlAR la posición de las
tralizar cualquier contraataque en blancas queda deshecha.
esa parte. Especialmente tenían
que haber impedido, por medio 16. P4D!
de 14. P3TD, que su caballo fue- 17. P5C
ra expulsado de 3A.
La prematura actividad del Las blancas deberían tratar de
blanco en el ala de rey permitió simplificar el juego mediante 17.
a las negras obtener ventaja en. PXP, P5R; 18. PxC, PxA; 19.
el centro e iniciar un contraata- PXA, PxC; 20. DxPR, TXP,
que. aunque también en este caso <;U
rey habría corrido graves peli-
14. P5C gros.
15. C2R
17. CxP
Las blancas no pueden invadir 18. Ax e PxA
el punto 6CD después de 15. C4T, 19. P6A AlAR
por ejemplo: 15. . .. , TRlC; 16. 20. PXP AxP
D2A, A1D y la amenaza 17. . .. , 21. D4T C2R
C2R sería sumamente desagrada-
ble. No para defenderse, sino para

81
ref()rzar el contraataque por me- 14. P4D!
dio de 22. . .. , e4A. 15. PxP P5R!
16. A2C
22. C3C C3C
23. D5T D1A! También 16. e xPR, e X e; 17.
A X e, C3A brindaba magníficas
Podemos ya hacer el balance: perspectivas al negro.
las blancas han agotado sus posi-
bilidades de ataque, mientras las 16. CxPD
negras completan la contraofensi- 17. CxPR TDIR
va iniciada en el centro explotan- 18. P5C
do ahora la debilidad del blanco
en las casillas de su color. Había que pensar ya en la de-
fensa y jugar 18. D2A. pero eso
24. D2R A5C hubiera equivalido a admitir el
La ganancia de calidad (24 .... , fracaso del propio ataque en el
A4e) es desdeñable cuando lo que flanco de rey.
se pretende es dar caza al rey.
18. A3D
25. D2A A6A+ 19. D5T TxC!
26. R1C C5A
27. Ax e PxA Golpe central que da definitiva-
28. CxP mente la iniciativa a las negras.
El rey blanco está ya bajo el fue-
De lo contrario decide la par- go enemigo.
tida el traslado de la dama negra
a 5e. 20. AxT C4-3A
21. PxC CxP
28. AxC 22. D3T CxA
29. DXP A3C 23. C4D D4A
24. D3D D4D
Abandonan. 25. C3C D3A
26. D3AR DXP
27. A2D C4A
2
Abandonan.
:Diagrama 11

La estructura de peones a la 3
que ya hemos aludido y la espe-
cial estrategia que tal estructu- Diagrama 12
ra requiere nos proporcionan la
respuesta. Por eso en esta parti- En una partida Treybal-Alekhi-
da Shabanov- Soloviev (Sverd- ne (Pistyan, 1922), las negras con-
lovsk, 1969) las negras continua- traatacaron en el centro como si-
ron: gue:

82
22. P4A ma jugada no habían perturbado
23. P4T P4D! el equilibrio aproximado de la po-
24. P5C sición. Lo que no tenían que ha-
cer era obstinarse en llevar ade-
Por un lado, continuación del lante su plan de ataque a toda
plan previsto, y por otro... deci- costa. Prosiguiendo 13. P4D ha-
sión obligada. En efecto, tanto 24. brían sido las primeras en dar un
PXPD, A3D+; 25. A4A, TlR; 26. golpe en el centro, ampliando a la
D2C, AxA+; 27. TXA, DlC; 28. vez el radio de acción de su alfil
D3A, D4R! como 24. P5R, DlC! de rey y amenazando con el cie-
(no 24 .... , PXPR; 25. DXP, rre eventual del centro mediante
AxP; 26. P5C!, TlR; 27. D4A, P5D. En cambio, la jugada 13.
A8R; 28. P6A con fuerte ataque P3TR permitió a las negras, en
de las blancas), 25. A4A, PXP; una partida Gaprindashvili-Chi-
26. A x P, A3D es claramente ven- burdanidze (campeonato femeni-
tajoso para las negras. no del mundo, Pintsunda, 1978),
emprender el contraataque.
24. PXPR
25. PxPR D3A 13. P4D!
26. R3T P5A 14. D2R TIR
27. P5R 15. P3CD D2D
Según el propio A. Alekhine: 16. P4CR TDID
«las blancas hacen todo lo posi- 17. TID D3A
ble por lograr un ataque, pero las
negras llegan antes que ellas». Las negras están excelentemen-
te movilizadas, su actividad en el
27. P6D centro es mayor que la del ad-
28. D1R PxPR versario y empiezan ya a inquie-
29. DxP A5C! tar a las blancas.
30. PXP PxP
31. D4D D4C! 18. A2D C5A

En relación con las amenazas Aún era más fuerte 18. ...,
32 .... , Tx P y 32.... , P7D! segui- PxP; 19. PxP, TXA!; 20. CxT
do de 33. . .. , P6A y gracias a un (perdería de inmediato 20. D X T,
juego preciso, las negras acaba- CxPR; 21. AxC, DxA; 22. C3-
ron por ganar la partida, pese a 4T, A x C; 23. C x A, C5A; 24. C3R,
la tenaz resistencia de su adver- D6A y el contraataque de las ne-
sario. gras alcanza su objetivo), DxPA;
21. D3D!. D4A; 22. C3R, C5A; 23.
4 D1A, P4TR con peligrosas amena-
zas.
Diagrama 13
19. D1A
Las blancas han perdido bas-
tante tiempo, pero hasta su últi- En caso de 19. A x C, P x A, se

83
reforzaría decisivamente la pre~ Después de 18. PXT. DxPA,
sión de las negras sobre el punto las blancas tendrían que resig-
4R del blanco por la columna de narse a 19. D3A, DxD; 20. PXD,
rey. AXPA+; 21. A3D, A6T con mu-
cho peor final, ya que 19. PX A,
19. AxC? D5C +; 20. R2A (o 20. Rl T, T1A;
21. D4C, T7A), TlA+; 21. R3D,
Dejando escapar la ventaja con~ D X P + pierde inmediatamente.
seguida. Una lógica conclusión
del contraataque en el centro hu- 18. T6TD!
biera sido 19. . .. , C xPD!; 20.
AXC, PXP; 21. CxPR, D4D!; 22. «El tiempo que tenemos vale
A4AR, PXA; 23. T XP, D5R! con más que las piezas que entrega-
amenazadora iniciativa, dada la mOSl>. Este dicho de M. Tal en-
«desagregación>> de las piezas blan- cuentra su mejor aplicación en
cas y la visible debilidad de la el caso presente, así como en la
posición de su rey. mayoría de los ataques que se
La partida siguió: conducen en flancos distintos.

20. PRxA P5R 19. PxP+ TXPA


21. PXP PxP 20. PxT D3C+
22. AXC TxT 21. A5C!
23. TxT PxC
24. T1R! La única defensa, aunque tam-
poco salva la partida si las n~
Las blancas, merced a un sacri- gras juegan con precisión. A un
ficio de peón, lograron cambiar desastre inmediato llevaría 21.
las torres, después de lo cual la R2A, T2A+; 22. R2D, DXP+; 23.
partida, que todavía se prolongó A3D, T7A+ll; 24. RXT, D7C ma-
hasta la jugada 42, terminó en te. ¡El clásico mate de las charr~
tablas. ter as!

21. DxA+
5 22. R1T T2A?

Diagrama 17 Por culpa del reloj, a las n~


gras se les escapa la sencilla ju-
En esta posición de una parti- gada ganadora 22. . .. , D5A con
da Pillsbury-Lasker (San Peters- ataque decisivo al PD blanco. A
burgo, 1896), las negras, en vez pesar de todo, el campeón del
de esperar la muerte lenta, con- mundo logró dar mate a su ad-
tinuaron así: versario en la jugada 32, después
de varios errores cometidos por
16. TD1A ambas partes.
17. P5A TXC!
18. PxA

84
6 aunque después de 19 .... , e5R
también desplegarían las negras
Diagrama 18 mayor actividad.

El punto vulnerable de la posi~ 18. P5C!


ción blanca es 3D. Además, las 19. PxP
blancas necesitan un tiempo para
enrocarse y han de hacerlo por el O 19. Axe, Axe; 20. PxA,
lado corto. Todo esto permitió a e XA y las blancas, para activar
las negras, en una partida Rydz~ su alfil, deben entregar inmedia-
kov- Dzelnin (Leningrado, 1978), tamente un peón (21. P5R).
abrir el juego precisamente en el
flanco de rey gracias a un sacri- 19. AxC
ficio de peón. 20. TxT+ DxT
r 21. AXA C5C
11. P5A! 22. DlC CXA
12. PRxP PxP 23. TlAR
13. AxPA
También es malo 23. D x e5R a
La captura con el caballo ha- causa de 23. ..., T1R; 24. D4A,
bría planteado difíciles problemas D2R y las negras ganan una
a las blancas después de 13 .... , pieza.
T1R+.
23. D2R
13. A4A 24. D x C5C C6A!
14. TlD C5C
15. 0-0 P4C Abandonan.
Aunque el contraataque se ha
Ganando para el caballo la ca~ llevado a cabo por una columna
silla 4R y preparándose de ante- central, el motivo de la derrota
mano a minar desde el flanco el no es otro que la «desnudez» del
punto fuerte 4R de las blancas. rey blanco.

16. A3R C4R


17. C4R 7

Después de 17. A X e, PX A; 18. Diagrama 43


e4R, A5C las negras proseguirían
alegremente su ataque por las ca~ Sí, y en esta partida Taimanov-
sillas blancas. Karpov (41. campeonato de la
0

URSS, Moscú, 1973) procedió del


17. C4RXPD modo siguiente:
18. P3A
17. T5A!
Era necesario devolver el peón 18. DXP D3A
mediante 18. exe, Cxe; 19. D2D, 19. D3T TIA

85
Sólo en tres jugadas el carácter incluso desplegar alguna activi-
de la posición ha cambiado por dad en el flanco rle rey por las
completo. Por el PTD las negras casillas de su propio color.
han obtenido múltiples ventajas:
sus piezas pesadas ejercen fortísi- 26. ClA
ma presión por la columna AD,
el alfil blanco ha quedado redu- Taponando de antemano los
cido al papel de simple defen- huecos, lo cual no significa en
sor, los peones centrales de las modo alguno que las negras pa-
blancas están bloqueados y, por sen a la defensa.
último, las negras tienen a su dis-
posición los puntos 5R y 4D. Es 27. T3C C3C
instructivo observar lo tranqui- 28. DlC TlTD
la y metódicamente que maniobra 29. T4R T5-5T
el futuro campeón del mundo, 30. T2C ClA
mientras su adversario asiste to- 31. D3D T5A
do el tiempo a los acontecimien-
tos como mero espectador. No, naturalmente, 31. ... , TX PT;
32. TXT, TxT; 33. P4A.
20. P3T P3T
32. TlR T6T
También era posible jugar de 33. DlC C3C
inmediato 20. .. . , C4D, pero las 34. TlAD CxP
negras no tienen prisa.
Aprovechando la circunstancia
21. TIC T5T de que las blancas no pueden sim-
22. D3C C4D plificar la posición mediante cam-
23. TRIAD T5A bios, ya que perderían en segui-
24. T2C P3A! da después de 35. A x C, T6 X A
con amenazas decisivas en la oc-
¡Las negras aspiran a algo más tava fila.
que recobrar su peón pasando a
un final sólo ligeramente supe- 35. D3D C7R+
rior! Aquí se pone bien de ma- 36. DxC TxT+
nifiesto uno de los principios del 37. AxT DxA+
contraataque (y del ataque): no 38. R2T TxC!
apresurarse a restablecer la igual-
dad de material, pues no es ése A. Karpov tenía ya previsto es-
el objetivo del sacrificio. te segundo sacrificio, vinculado
ahora con un ataque directo al
25. TlR R2A rey blanco, cuando de las mani-
26. DlD obras de presión posicional se de-
cidió a pasar a un juego abierto
A las blancas les alegraría pa- de piezas.
gar en cualquier momento el pre-
cio de su P AD por liberarse e 39. PxT C5T

86
Las blancas agotaron el tiem- Debilita la diagonal 1TR-8TD,
po de reflexión, al no encontrar pero es difícil recomendarles otra
sobre el tablero ninguna defensa cosa a las blancas, ya que el ca-
contra la amenaza 40 .... , D4C. ballo y una torre han de defen-
Sólo más tarde, tras varios días der el PAR, mientras la dama de-
de análisis, se llegó a descubrir be ocuparse del PTD.
que el blanco aún tenía posibili-
dades de salvarse recurriendo 29. A4A
a un «contra-contraataque»: 40. 30. C3C A3A
P5D!!
Las negras no pueden permitir
8 que el caballo enemigo se insta-
le en el «trampolín» 4R. Sin em-
Diagrama 44 bargo, las blancas tampoco pue-
den aprovecharse de esta circuns-
Con un sacrificio de calidad las tancia para salvarse devolviendo
negras corrigieron todos los de- la calidad, ya que a 31. D x P se-
fectos de su posición en una par- guiría no 31. ... , A4C con proba-
tida Browne-Mecking (torneo in- bles tablas, sino 31. ... , A6R! y, en
terzona!, Manila, 1976). · vista de la amenaza 32.
A xPC+ la nulidad sería más que
24. TxA! problemática para el blanco. Des-
25. PxT DxPA pués de 32. C4R, AXT; 33. TXA,
D x PT, las blancas quedan con un
El alfil de casillas negras y la peón de menos, y 33. D5A no les
dama atacan ya la fortaleza del sirve a causa de 33 .... , A7C!
rey blanco, el otro alfil ha reco-
brado su libertad, el P AD pasado 31. TRIR D2C
puede contar con el apoyo de la 32. D2A A5C
torre desde atrás y el caballo 33. T2R A4D
blanco carece de puntos fuertes 34. C4R AxC
donde poder instalarse en el cen- 35. DxA
tro. Todo esto hace ahora preferi-
ble el juego de las negras. Contra 35. Tx A las negras ha-
bían preparado 35 .... , A7D! y,
26. D2A TIA después de 36. Tx P (si 36. TIC,
27. P4A entonces 36 .... , D4D seguido de
37. . .. , P6A y los papeles de am-
Después de la jugada más «só- bos bandos, comparándolos con la
lida» 27. P3C, las negras conti- posición resultante de nuestro
nuarían su contraataque por me- análisis, se invierten por comple-
dio de 27 .... , P4T. to), TxT; 37. DXT, AxT; 38.
D X A, D5C las blancas pierden un
27. A3D peón.
28. D3A A4C
29. P5R 35. D4D

87
36. D2A TID! Además de tener un peón de
37. P3T D4A ventaja, las blancas, una vez ex-
pulsado el caballo enemigo de la
Las blancas agotaron el tiempo casilla que ahora ocupa, podrán
disponible, pero ya no se ve para atacar al rey negro por la colum-
ellas ninguna defensa satisfacto- na TR.
ria. No es posible 38. DxPA a
causa de 38 .... , T8D+. 20. DID
21. P5R

Otra manera, no menos


9 ma, de hacer valer su superiori-
dad. Con la amenaza 22. C6A +
Diagrama 45 las blancas ganan la dama.

De hecho, la posición de las ne- 21. D5T


gras en esta partida Knedzevich- 22. P3A C3T
Romanishin (Kiev, 1978) no tiene 23. D2AR DxD+
salvación. El blanco lleva una
enorme ventaja de desarrollo, y La dama negra no puede regre-
el fogoso avance de las negras sar a 1D, y en 6T quedaría ence-
P4TR ha privado al rey negro ::le rrada y tendría igualmente que
toda esperanza de encontrar un aceptar el cambio: 24. C7R+, RlT;
refugio seguro. 25. D3C, etcétera.
No obstante, para poner freno
a la momentánea iniciativa de las 24. RxD C4A
negras, es preciso adoptar medi- 25. T4C
das decisivas y típicas del contra- Estrictamente hablando, el res-
ataque. to sólo es cuestión de técnica.
18. TXA! 25. P4T
26. T6C P5TD
Aniquilando al «agresor cen- 27. A2A A3R
tral», las blancas se aseguran en 28. AxC AXC
primer lugar el dominio de las 29. P3TD A3A
casillas oscuras. 30. R3R TRID
31. TIA T4T
18. ... PxA 32. A4R RIA
33. T4A
A 18.... , PxT seguiría 19. C5D,
0-0; 20. P3TR, C3A (20 .... , P6D; Para poner fin, mediante T4D,
21. DlD); 21. C7R+, R1T; 22. P5R a toda «sombra» de contrajuego.
ganando.
33. P4C
19. PxP 0-0 34. AxA PxA
20. C5D 35. T6xP

88
Y las negras abandonaron una Por ganar un peón no valía la
jugada más tarde. pena perder tiempo, pero lo que
Si 35 .... , PxP+; 36. RXP, en realidad quieren las negras es
T7D, la respuesta más sencilla se- dejar paso libre a la torre hacia
ría 37. T8A+, R2C; 38. T2A. lTR.

22. D2AR DXD


10
Lo más sencillo. Las negras re-
Diagrama 46 cuperan la pieza conservando su
peón de ventaja y una posición
Más prudente habría sido fre- activa.
nar primero el contrajuego de las
negras mediante 15. P4TD. Las 23. TxD
blancas, en esta partida Dorosh-
kevich-Tal ( 43. campeonato de la
0
O 23. CXD, P6A; 24. A3T, TlT
URSS, Erivan, 1975), se olvidaron seguido de 25. T7R.
de que el negro no estaba obliga-
do a seguirles la corriente y car- 23. P6A
gar con el peso de una trabajosa 24. C'xPD TID
defensa. Al contrario, en la pre- 25. C'xPC PxA+
sente posición se dan los requisi- 26. RxP TXP
tos necesarios para emprender un 27. P3C C6D
contraataque, y el ex campeón del 28. T2A TSR!
mundo lo lleva a cabo con bri-
llantez. Ganando elegantemente una to-
rre «limpia». Las blancas abando-
16. PxPA! nan.
17. PxC TxA

Si las negras pusieran sus mí- 11


ras en el final jugarían 17.... ,
P x A, pero para el contraataque Diagrama 47
interesa más que las piezas se
muevan con libertad. En una partida Lílienthal-Nedz-
metdinov (21. campeonato de la
0

18. PxA C4R URSS, Kiev, 1954), las negras sa-


19. A2C D4C! crificaron la dama para anular el
ataque de su adversario y pasar
Tentando al caballo blanco para inmediatamente a la contraofen-
que vaya a 4R, a fin de aprove- siva tomando por objetivo el des-
charse luego de lo precario de trozado enroque de las blancas.
su situación.
27. DxT!
20. C4R D5T 28. PxD RxC
21. D2D RxP 29. DXP

89
Las blancas sólo pueden impe- partida Khariton-Rosenberg (Mos-
dir que el alfil de dama enemigo cú, 1957) tal sacrificio había sido
participe en el contraataque sí lo- ya previsto mucho antes como
gran bloquear el PD negro insta- parte de un plan de contraataque.
lándose en la casilla 4D. Ello explica que las negras exter-
minaran despreocupadamente los
29. T6A peones blancos del ala de dama.
30. C4D TXPTR!
16. . .. DxC
La amenaza 31. ... , A7T+; 32. 17. DXD PxP
R2C, C5A+; 33. RlT, TlCR obli-
ga a las blancas a rendirse. El resto es fácil de entender.
Las blancas todavía intentan al-
31. C2R guna que otra jugada de ataque,
pero los peones pasados del ne-
Ahora no sería bueno 31. gro deciden el resultado de la
P5D? por 32. P4A, pero ... lucha.

31. C5A! 18. 0-0 C3A


32. CxC+ 19. P4T P3A
20. PXP TXP
Por desgracia no es posible 32. 21. P4A T7'1'
C3C+ a causa de 32 .... , TxC+; 22. D3C C5D
33. PXT, A5D+; 34. DXA, C7R+. 23. D3D P4R
24. PXP TxT+
32. AxC 25. DxT P7A
33. R2C T1AD! 26. R2T C6A+
27. PxC A4A
El camino más corto hacia la En vista de que a 28. D5C se-
victoria, basado en una idea «de guiría 28. .. . , Tl T, las blancas
problema». Las negras le quitan abandonan.
a la dama enemiga el control del
punto 8AD (lAD del negro); don-
dequiera que se retire (34. D7R. 13
34. D4D, 34. D6C) sigue mate: 34.
... , TlCR+; 35. RxT, AlA mate. Diagrama 49
Por eso las blancas abandonan.
En esta posición de una parti-
da Gusev-I. Zaitzev (Kírov. 1974)
12 el contraataque de las negras se
basó en la debilidad de la prime-
Diagrama 48 ra fila del campo contrarío.

Las negras no tienen más de- 35. D8A+!


fensa contra el mate en 2TR que 36. TxD TxT+
sacrificar la dama, pero en esta 37. AlD A5R!

90
Las blancas aún son capaces de el primer jugador, aturdido por
atacar, lo cual se ve bien en esta el brusco cambio de la situación,
variante: 37 .... , TlD?; 33. CxA+, no acierta a reagrupar sus fuer-
CxC; 39. TxP+,RxT; 40.D5C+ zas de manera eficaz.
seguido de 41. D x T ganando.
23. D3C AlAD
38. C3R TID 24. TlAR
39. P3T
Merecía atención 24. R2C, reti-
Tampoco le salvan al blanco rando de la primera fila al rey.
otras continuaciones. En tal caso, si 24. . .. , T2D, las
blancas disponían de la réplica
39. A7A! 25. D6C y al negro no le hubiera
40. CXA TlxA+ sido fácil doblar las torres <l!:1 la
columna R, ya que después de
Abandonan. 25 .... , T2-2R; 26. DXPD, CxP;
27. A XC la torre blanca se cap-
tura sin jaque.
14
24. T2D!
Diagrama 50 25. TDIR

Esta posición proviene de una Sí ahora 25. D6C, seguiría 25.


partida Kushnir- Chiburdanidze ... , T2-2R!; 26. DxPD, C5C; 27.
(torneo final de candidatos, Bad AXC, A5D+; 28. R2C, AXA y
Kissingen, 1978), donde las ne- el rey blanco no sale vivo de la
gras efectuaron un audaz sacrifi- escaramuza.
cio de dama.
25. T2-2R
20. CxC! 26. R2C C2D
21. AxD ex e
22. PxC Los dos bandos han reagrupa-
do sus efectivos, y las posibili-
La amenaza 22 .... , C x A+ se- ·>:lades de las negras son... aún
guido de 23 .... , A5C no les per- mejores. Con todo, las blancas no
mite a las blancas conservar el debieran haber entregado un
par de alfiles. en su siguiente jugada.

22. TDXA 27. DlD AxP


28. A4C A4R
Las blancas han quedado con 29. TlT P4A
gran ventaja de material (dama 30. A3A C3A
por dos piezas menores y un 31. D2D A2D
peón). pero el negro ha obtenido 32. T6T R2A
en compensación suficientes posi- 33. D5C TlCR
bilidades de contrajuego. Además 34. P4C

91
En la esperanza de 34.... , PXP; blancas es la torre de 8T, por lo
35. A4R, e X A; 36. T X e con ata- cual ofrecía más posibilidades 39.
que al rey negro. Sin embargo, T7T.
la futura campeona del mundo
(de 17 años de edad) no se des- 39. RIA
vía un ápice de su plan: evitar 40. T2R T2C-2A
nueves cambios e impedir que 41. D6T+ T2C
las blancas abran el juego.
Jugada secreta. Después del
34. T2C aplazamiento la partida siguió:

Jugada tranquila y precisa: las 42. T3R P4C


negras defienden su segunda fila 43. T3T PxP
y ahora amenazan 35 .... , PxP. 44. TxP P6A
45. AID A4C
35. TIAR 46. T5T R2A!

Era mejor inmediatamente 35. Lo <matural», 46 .... , A6D, se-


~8T para responder a 35. ría un error a causa de 47. T8T+,
P X P con 36. A4R, ya que enton- R2A; 48. T8TRxC!, TXT; 49.
ces no resultaría bueno para las D7T+, T2CR; 50. D8T seguido de
negras 36 .... , CxA; 37. TXC, mate.
A4A a causa de 38. TXA!
47. D3T
35. A5D
36. TST CIC Si 47. Txe, TxT; 48. TXA,
37. D4T Tl TR! atrapando la dama blanca.

La torre negra de 2CR, opues- 47. A5AD


ta a la dama y el rey de las blan- 48. D3A A5D
cas, les impide a éstas abrir el
juego (37. PXP??, PXP). Los alfiles negros se sienten co-
mo cazadores en la selva. Ahora
37. A3AR se amenaza 49. .. . , T6R seguido
38. P5C A4R de 50 .... , AXPD+.

Si 38.... , A5D, las blancas con- 49. T4TD A4C


tinuarían como en la partida. Su 50. TxA
sueño dorado es cambiar las to-
rres. Las negras ganarían con gran
elegancia después de 50. T5TD,
39. TIR A7R!t; 51. AxA, P7A, lo cual no
era posible antes debido a la res-
Miedo a tomar una decisión puesta T4A.
grave antes del control de tiem-
po. La única pieza activa de las 50. PXT

92
Las negras tienen ya ventaja ¡El mismo tema sirve ahora de
de material y sus peones pasa- recurso a las negras!
dos no se detienen sin mayores
pérdidas por parte del blanco. La 55. TXT D6T!
partida toca a su fi::t. 56. T2A D6D+
57. RlA D6AD+
51. D4A P6D
52. DxPD P7A Tablas.
53. AxP PxA
54. TlT A6D
55. TlT T2TR 16
29. P3TD T7R+
57. R3A T2-7T Diagrama 57
58. P4T A5R+
59. R4A (\XP El contraataque, gracias al cual
la dama blanca permanece du-
Abandonan. rante diez jugadas decisivas «fue-
ra de juego».
Las negras llevaron su plan a
la práctica con éxito en esta par-
15 tida Balashov-Polugajevsky (tor-
neo interzonal, Manila, 1976):
Diagrama 56
22.... A2CD!
Sólo al contraataque basado en
el desvío de piezas. La idea es Evitando a tiempo la captura
muy bella en esta partida Leon- 2R P x P y proyectando una ofen-
hardt-Tarrasch {Berlín, 1920). siva contra el rey blanco, aparen-
temente muy bien defendido.
51. TlTR TxP+
52. A3A!! 23. DXPT AxPD!
24. DXA TlCD
Para que la torre negra se va-
ya de la columna CR y no pue- Las blancas tienen la calidad y
da luego regresar a sus propias dos peones de ventaja, pero sin
filas como defensora. la participación de la dama no
pueden rechazar el contraataque.
52. TXA+
53. R2A T7A+ 25. T2D AXPT+
54. RlD 26. RlA

¡Las blancas piensan incluso en Si 26. R X A (o 26. Rl T) decide


ganar! Por eso evitan la repeti- 26 .... , D4T con jaque o sin él.
ción de jugadas.
26. TlAD+
54. TSA+! 27. T2AD TxT+

93
28. RXT D5A+ A7T+!, RlT; 28. PxP+, RxA;
29. R2D D5C+ 29. TxP+!, RxT; 30. DXC+ 'y
30. R2R A5A+ mate en pocas jugadas; o 26 .... ,
31. R1D DxP CxT; 27.TxP+,RlA;28.D6D+,
T2R; 29. D X T mate; o 26. . .. ,
F.sta nueva amenaza de mate P3CR; 27. TxC, AxA; 28. TxP,
(32 .... , A!lC mate) no le deja TDlD; 29. T8T+!, RxT; 30. T4T+,
tiempo a la dama blanca para RlC; 31. T8T+, RXT; 32. D6T+
escapar de su prisión. seguido de mate.
Para poner en evidencia los de-
32. T5R fectos de la posición blanca y, en
particular, la debilidad de la pri-
Vaya adonde vaya, la torre se mera fila, las negras disponen úni-
pierde en una jugada. camente de la enérgica jugada
que sigue.
32. PxT
33. D5C+ R2D 26.... P4CR!

Abandonan. Es claro que a 27. TXPT el


negro contestaría 27 .... , AxA;
28. Tx P+, A3C parando el ata-
17 que.
La partida continuó:
Diagrama 68
27. A7T+ RXA
Desde el punto de vista es- 28. TxPC T1CR
tratégico, esta posición de una 29. D2AD+ T3C
partida A. Zaitsev-Shamkovich 30. TXT PxT
(Voronezh, 1959) puede conside- 31. T3R T1D
rarse perdida para las blancas: 32. TlR CXP
además de tener peones débiles 33. T7R+ R1T
en el flanco de dama y de estar
imposibilitadas para defender su Abandonan.
primera fila, la coordinación de
sus piezas parece insuficiente. En
cambio, desde el punto de vista 18
de la táctica, su ataque es bas-
tante peligroso: ambas torres, el Diagrama 69
alfil y la dama apuntan al flan-
co de rey de las negras, falto de La apreciación es falsa. En
piezas que lo defiendan. efecto, las blancas, en esta par-
Con la jugada 26. P6A las blan- tida Kupreichik-Tukmakov (46.
cas dan el máximo impulso a su campeonato de la URSS, Ashkha-
ataque. Aparentemente tienen en bad, 1978), tienen una debilidad
sus manos una hermosa victoria, bien tangible en el punto 4R. ¡Pa-
por ejemplo: 26. . .. , TDlD; 27. ra defenderlo les falta el alfil de

94
casillas claras! En realidad, el 18. C4xPA PXC
único defensor del PR es el caba- 19. CXP
llo que ahora se encuentra en
3e, por lo que V. Tukmakov di- En caso de 19. D x P atacando
rige su contraataque en el flanco a la vez los puntos 7AR y 5TR,
donde las blancas atacan preci- las negras simplificarían la parti-
samente a esa pieza. da a su favor gracias a la juga-
da intermedia 19 .... , D2A!, por
15. P4TR! ejemplo: 20. T3AD, ex e; 21.
16. PxP Pxe, D2D; 22. DXD+, RxD; 23.
TxP+, A2R quedando con una
Las blancas no pueden mante- pieza de más.
ner la tensión ni conservar in-
tacta su cadena de peones me- 19. T2T
diante 16. P3TR a causa de 16. 20. R1C
... , P5T. Por otro lado, 16. P5e,
P5T; 17. Pxe, Pxe; 18. PxP, Disponiéndose a asestar el te-
D X P sería claramente favorable rrible golpe 21. A6T!!
al negro cuyo rey estaría bien se-
guro en el centro; no así su con- 20. D2A!
génere blanco, que quedaría ex- 21. T2D
puesto al contraataque enemigo.
Si 21. T3A, las blancas, además
16. CxPT! de aflojar la presión sobre el PD
enemigo, no podrían evitar el
Enfocando la posición con rea- cambio ·de torres.
lismo. La atractiva jugada 16 .... ,
PxP amenazando 17 .... , P5T de- 21. D5A
bílítaría las defensas del rey ne- 22. A4D D3R
gro. El propio Tukmakov da aquí 23. T1R T5A!
una bonita variante para las blan-
cas: 17. P5A, P4R; 18. e6R!, P x e; Es obvio que las negras se
19. P x P, P5T; 20. A5e, A3T; 21. !'prestan a entregar la torre por
AxA, TxA; 22. e5A, AxP; 23. eí fuerte alfil blanco, por ejem-
DXA!, exD: 24. e7e+, R2R; 25. plo en respuesta a 24. P3e segui-
T7A mate, aunque también era ría 24 .... , TxA; 25. exT, D4R
del todo suficiente 20. D5A. y eventualmente e3A, etcétera.

17. P5A 24. D2C C3A


25. AxC DxA
Si no las negras, después de 17 . 26. CxP+
... , e XC y 18. . .. , D3A, obten-
drían la posición favorable men- Restableciendo la igualdad de
cionada en la nota a la jugada 16. material «por cumplir», ya que
no les es posible a las blancas re-
17.... PRXP forzar su posición.

95
26. AxC lento y además falta el alfil de
27. D8C+ AlAR casillas blancas en 2D para po-
28. DXT D3T der organizarlo como es debido,
29. DXD AXD las negras, en esta partida Bot-
vinnik-Polugajevsky ( 4.• Sparta-
El contraataque de las negras, kiada de los pueblos de la URSS,
has las complicaciones consi- Moscú, 1967), se deciden con toda
guientes, ha venido a parar a un razón a contraatacar en el mismo
final donde el par de alfiles es flanco donde se desarrolla la
potencialmente superior a una to- ofensiva del adversario. Por des-
rre blanca y dos peones. Por si gracia no aciertan a llevar a ca-
esto fuera poco, las blancas se bo su idea con la precisión que
encuentran escasas de tiempo. hubiera sido de desear.

30. T2-2R R2R 16. P4T


31. P3C T5D
32. R2C Para después jugar 17 .... , D5T;
18. A3C, D6T amenazando 19 .... ,
A 32. P3A las negras respon- P5T, etc. Con su excelente répli-
derían 32 .... , T7D realizando la ca, las blancas echan por tierra
primera parte de su plan: cam- estos planes, como vamos a ver.
biar una torre. Por eso merecía suma atención
16 .... , P4CR!; 17. A3R (o 17. A3C,
32. P5C C3C dominando las casillas ne-
33. P3A? gras), P5C! con juego agudo de
mutuas posibilidades.
Error debido a los apuros de
reloj, aunque de todas formas no 17. R2C!!
había defensa contra la maniobra El rey se defiende a sí mismo
de las negras A 7D-A6A + segui- impidiéndole a la dama enemiga
do de la captura del PR blanco. el acceso a la casílla 3TR (6TR
de las negras). Ahora el negro no
33. T7D+ tiene más remedio que intentar
34. TXT AxT hacer algo en el otro flanco.
35. T2R PxP+
17. P3T
Tres jugadas más tarde las 18. AIC TDIC
blancas agotaron el tiempo de re- 19. D2R
flexión.
También era posible retirar in-
19 mediatamente el AD de la casi-
lla que ocupa, preparando el
Diagrama 70 avance P4A.

Puesto que un juego activo en 19. D2D


el flanco de dama resultaría muy 20. A2D!

96
Apuntando al caballo nqrro ck (Jtra jugacia ch.: contrs ::ttaque"
1

lTD y ¡sanando as1 tien:r0 para la def-:n:::a rr:~dicn"--tc l9.


ejecución su nr) ~eria ló_sico y. de to-
perc:eria el PR de:s~
20. P4CD C: :!". D3C.
21. CID

e x:P. 20. e PR AxC


')'
alfil blanco ~>.. AxA+ R2T
22. p A TxPD
21. '"'
;;:.:,~ A p C3A
22. P-íA 2·1 A3A (;4D
25. A>< e TxA

prepurarO!l
han quedado so-
ce
transforrnar
taja pcsicion;~l.

20

2fi. NA u:m
n mn TlR
28. P4R

pero tan1-
bien a tas bla:1cas
28. T2.>\R. T6D: ?8.
RlT. Tl-·lD,

ran1a de lucha,
28. DfíC..i.·
17. P4AR! Z!í. RJT T5D
18. CGD 30 • .I:'%R TYPA
31. mR

AH tras 18. P a.p ..


P x P. T x P. ya que en ambos ca-
sos las piezas neg!~as ganaria11 en
act:víclad :· dispu11drían de obje-
tivos de ataque.

18. PXI'
19. C4D AxC~

97
31. TI-lAR! 35. RlT D3R
32. TxT TxT 36. TlD T4C
33. TlR D4A! 37. DxP D2A!
34. R2C 38. D3R TxP!
39. DxT D6A
La jugada «espontanea)) :34. P6R 40. RlC DxT+
perdería rápidamente debido a 34. 4L R2A D2D
... , T6A!: 35. D2R ro 35. D4D.
TBA+ ). T7A: 36. D3R. D4D+: 37. Y las negras ganaron en ju-
D4R. T8A+. gada 55 gracias a su peón de ven-
taja.
34. " T5C+

98
COLECCIÓN ESCAQUES

1 Finales de peones. - 1 \~a•zel;s.


2 Finaies de alfil y de caballo. Y. Averbach.
3 Teoría de finales de torre. -· Lüwenfish y
4 Teoría de aperturas. tomo 1: Abiertas. V. N.
5 Teoría de aperturas, tomo 11: Cerradas. V N. Pancv.
6 Defensa india de rey. - P. Cher:a.
7 Táctica moderna en ajedrez. tomo l. hman.
8 Táctica moderna en ajedrez. ton'o 11. L. Paci·man
9 Estrategia moderna en njedrez. LucE:K Pachmar;.
10 La trampa en la apertura. -- B. Wetnste!n
11 Aperturas abiertas.- L. Pachman.
12 Aperturas semiabiertas. Ludak p,:;cltrnan.
13 Gambito de dam<l. - Ludek Parhrnart.
14 Aperturas cerradas. Ludek Pc;chma".
15 El arte del sacrificio en ajedrez. n. Sp1e1mann
16 Cómo debe jugarse la apertura. A. Suet' n.
17 Teoría t los finales de partida. Y. Averl)ach.
18 El arte de la defensa. il1a Kan.
19 Táctica del medio juego l. Bondarewsky.
20 La estructura de peone::; centrales B. Pers:
21 La perfección en el ajedrez. Fred
22 El gambito de rey - Paul Keres
23 Lecturas de aJedrez. Yun
24 200 celadas de apertura. Emil Geienczs•.
25 Defensa siciliana. Variante Najdorf. P. Cherta.
26 Ajedrez de entrenamiento. A. Kobienz.
27 Jaque mate. Kurt R;chter.
28 Combinaciones en el medio juego. P. A. Rornanowsky.
29 La defensa Pire. G. Fridshtein.
30 El sentido común en ajedrez. E, Laske1.
31 Ajedrez elemental. V. N. Pan,w,
32 La apertura catalana Neudstaat.
33 El ataque y la defensa. Hans Müller.
34 Defensa siciliana. Variante Paulsen. P. Cherta.
35 La psicología en ajedrez. Krogius.
36 El arte del análisis. Pau! Keres.
37 Bobby Fischer.- Pablo Morán.
38 Partidas decisivas. L. Pachrnan.
39 200 partidas abiertas. D. t3ronstei n.
40 El match del siglo: Físcher-Spassky. L. Pachman.
41 ABC de las aperturas. V. i\i. Panov.
42 La batalla de las ideas en ajedrez. A. Sa id y
43 Ataques al rey. - B. F. B¡;ranov.
44 Capablanca, V. N. Panov.
45 Los niños prodigios del ajedrez. P. Morán.
46 Tablas. L. Verjovsky.
47 Leyes fundamentales del ajedrez. l. Kan.
48 Ajedrez y matemáticas. -- Fabo!, Bonstjorff y Ríihímaa.
49 El laboratorio del ajedrecista.- A Suetin.
50 Cómo piensan los grandes maestros. P. Scf)mrdt
51 Defensa srcíliana. Variante del Dragón. E. Gufeld v E. Lazarev
52 Psicología del jugador de ajedrez. - Reuben Fine.
53 Los campeonatos del mundo. De Steínítz a Alekhine. - P. !Jior~r,.
54 Los campeonatos del mundo. De Botvinnik a Fischer. - Glrgor:c
55 Viaje al reino del ajedrez. l'·.verbech y Beilill.
56 Anatoli Karpov. Angel fv1artín.
57 Alekhine. - Kotov.
58 300 Miniaturas. - Roízman.
59 Errores típicos. - Persits y Voronkov.
60 La defensa Alekhíne. Eales y Williams.
61 Finales artísticos.- Kasparían.
62 Diccionario de ajedrez. Ramón Ibero.
63 Curso de aperturas. Abiertas. -- Panov y Estnn.
64 Curso de aperturas. Semíabiertas. -- Panov \' E~tn:1.
65 Curso de apertmas. Cerradas.--· Panov v Estrrn.
66 Defensa siciliana. Variante Schev<mingen. -- !.;.,. Nik:tu1.
67 Práctica de las aperturas. - L. P.3chrnan.
68 Práctica del medio juego. - L. Pachrra n.
69 Práctica de los finales. L. Pachman.
70 Ajedrez y computadoras. Pachrnan v Kühnmund.
71 Técnicas de ataque en ajedrez.- R. Edwards
72 El contraataque en ajedrez. Damskí.
73 El mundo mágico de las combinaciones. - Koblenz.
74 Problemas de ajedrez. C. Sénecil.
75 Tratado de ajedrez superior. --- Y. 8. Estrin.
76 De la apertura al final. E. Medn
77 Fundamentos estratégicos del ajedrez.- Estrín.
78 Kasparov, campeón del mundo.- Martín.
COLECCióN ESCAQUES

TÉCNICAS DE ATAQUE EN
AJEDREZ
Raymond Edwards

Temas tácticos como la clavada, el


jaque a la descubierta, la pieza «re-
cargada,. o la desviación, se combi-
nan con sutilezas técnicas sobre la
caza del rey, el sacrificio del alfil
en 7TR o las series de mates en la
octava línea.

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