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LA POSESIÓN
1. Debido a que uno de los modos a través del cual se adquiere el Derecho Real de
Propiedad o Dominio (artículo 673 del C.C.) es la prescripción adquisitiva de dominio o
usucapión, cuyo fundamento es la Posesión, luego no se podrá abordar su estudio sin
antes estudiar la Posesión.
4. Porque el Poseedor junto con el tenedor del bien, son los únicos que pueden oponerse a
una diligencia de secuestro1. (Artículos 596 numeral 2º, 309 numerales 2º, 3º, 8º y
parágrafo, y 597 numeral 8º).
“(…) 2. Podrá oponerse la persona en cuyo poder se encuentra el bien y contra quien la sentencia
no produzca efectos, si en cualquier forma alega hechos constitutivos de posesión y presenta
prueba siquiera sumaria que los demuestre. El opositor y el interesado en la entrega podrán
solicitar testimonios de personas que concurran a la diligencia, relacionados con la posesión. El
juez agregará al expediente los documentos que se aduzcan, siempre que se relacionen con la
posesión, y practicará el interrogatorio del opositor, si estuviere presente, y las demás pruebas
que estime necesarias.
3. Lo dispuesto en el numeral anterior se aplicará cuando la oposición se formule por tenedor que
derive sus derechos de un tercero que se encuentre en las circunstancias allí previstas, quien
deberá aducir prueba siquiera sumaria de su tenencia y de la posesión del tercero. En este caso,
el tenedor será interrogado bajo juramento sobre los hechos constitutivos de su tenencia, de la
posesión alegada y los lugares de habitación y de trabajo del supuesto poseedor (…)”
“(…) 8. Si se rechaza la oposición, la entrega se practicará sin atender ninguna otra oposición,
haciendo uso de la fuerza pública si fuere necesario. Cuando la decisión sea favorable al opositor,
se levantará el secuestro, a menos que dentro de los diez (10) días siguientes a la ejecutoria del
auto que decida la oposición o del que ordene obedecer lo resuelto por el superior, el demandante
1 El secuestro es una medida cautelar para asegurar las resultas de un proceso, que consiste, de manera
general, en la aprehensión material e identificación plena de los bienes embargados por decreto judicial o
administrativo, para entregarlos a un secuestre, y asegurar la entrega a la persona que sea adjudicataria
del bien en la diligencia de remate.
presente prueba de haber promovido contra dicho tercero el proceso a que hubiere lugar, en cuyo
caso el secuestro continuará vigente hasta la terminación de dicho proceso. Copia de la diligencia
de secuestro se remitirá al juez de aquel (…)”
Lo dispuesto en el inciso anterior se aplicará también al tercero poseedor con derecho a oponerse,
que habiendo concurrido a la diligencia de entrega no estuvo representado por apoderado judicial,
pero el término para formular la solicitud será de cinco (5) días.
Los términos anteriores correrán a partir del día siguiente al de la fecha en que se practicó la
diligencia de entrega (…)”
“(…) 8. Si un tercero poseedor que no estuvo presente en la diligencia de secuestro solicita al juez
del conocimiento, dentro de los veinte (20) días siguientes a la práctica de la diligencia, si lo hizo el
juez de conocimiento o a la notificación del auto que ordena agregar el despacho comisorio, que
se declare que tenía la posesión material del bien al tiempo en que aquella se practicó, y obtiene
decisión favorable. La solicitud se tramitará como incidente, en el cual el solicitante deberá probar
su posesión.
También podrá promover el incidente el tercero poseedor que haya estado presente en la
diligencia sin la representación de apoderado judicial, pero el término para hacerlo será de cinco
(5) días.
Critica: Hay que entender la palabra “tenencia” como poder físico, material de hecho, no
como mera tenencia, ya que esta refiere al reconocimiento de dominio ajeno.
3. DEFINICIÓN
a. Doctrina:
2. Valencia Zea: Es el poder de hecho sobre una cosa. Poder de hecho es cualquier
relación material o física que una persona establezca con las cosas y se traduzca en
la capacidad de influir sobre ellas.
b. Jurisprudencia
3. Bien que no está excluido de ser ganado por ese modo de la usucapión. Verbigracia,
que no sean bienes de uso público, ni fiscales, ni baldíos, ni ejidos, ni ocultos.
2. Cada copropietario tiene un derecho de cuota sobre todo el bien, puede ser el 10%, el
50%, el 60%, etc.
4. Cada copropietario tiene derecho al uso y goce del bien en proporción a su derecho
de cuota.
5. Sin el permiso de los demás, cada copropietario puede transferir su derecho de cuota
a cualquier título, venta, permuta, donación, aporte a una sociedad, etc. (si es del
10% será el 10%), pero no puede transferir una parte del inmueble, porque lo que
tiene es un derecho de cuota ideal.
6. Sin el permiso de los demás, cada copropietario puede gravar su derecho de cuota
con una hipoteca o prenda, de manera que en caso de incumplimiento de la
obligación dineraria, podrá embargarse su derecho de cuota.
2. Según el artículo 776 del C.C., sobre cosas incorporales puede ejercerse
posesión.
3. El artículo 779 del C.C., señala la posibilidad de ejercer co-posesión sobre una
misma cosa. Así mismo, que esta sea proindiviso (no dividida – No 1.000 mts2 =
a. 200, b. 500, c. 100, d. 200 – todos ejercen posesión sobre todo el bien).
2. El artículo 949 del C.C. señala que se puede reivindicar una cuota
determinada proindiviso de una cosa singular.
3. De esto se extrae que ese derecho de cuota está siendo poseído por un
tercero, habida cuenta que uno de los requisitos para que la acción
reivindicatoria resulte airosa, es que justamente el demandado tenga la
posesión del bien o del derecho de cuota.
4. Fundamento jurisprudencial
“(…) Es evidente, entonces, que el comunero puede prescribir el bien común o una parte
de él, siempre que lo haya poseído mediante una explotación económica en forma pública
y pacifica durante veinte años y siempre, además, que hay actuado en forma autónoma,
con exclusión de lo demás comuneros y no como mandatario de estos ni por acuerdo con
ellos, ni como administrador de la cosa común (…)”
4. Ejemplo: Inmueble Dr. Sánchez. F.M.I. 156-15143 – 6.818 MTS2 - F.M.I. 156-18160 –
6.072 MTS2
a. El Animus Domini
1. CSJ, SCC. 22-10-1997: Comprende dos elementos sine qua non para su
existencia, cuales son los actos materiales o externos ejecutados por una persona
determinada sobre el bien singular -corpus- de un lado y, de otro, la intención de ser
dueño, elemento sicológico, de carácter interno -animus domini-.
Requiere de los dos (2) presupuestos, tanto la aprehensión física del bien como de la
voluntad de ostentarlo como verdadero dueño.
1. Los actos materiales sobre una cosa “corpus” nada significan si no van
acompañados del elemento intencional.
5. El C.C. está impregnado de esta teoría. El art. 762 que define la posesión como la
tenencia de una cosa con ánimo de señor y dueño. El art. 784 al exigir la voluntad y
la aprehensión material. El art. 787 se deja de poseer una cosa desde que otro se
apodera de ella con ánimo de hacerla suya.
2. Teoría Moderna, objetiva, del corpus. Rudolf Von Ihering. Alemán
3. Tanto los propietarios, poseedores y meros tenedores tienen ánimo, esto es, el
elemento del animus es común a todo el que detente un bien.
1. Ambos elementos son necesarios para que se predique de una persona que es
poseedora de un bien.
1. Precisión. Recuerden que el Derecho Real es un poder jurídico sobre una cosa que se
adquiere por la conjunción obligatoria de la fuente, el título y el modo, que tiene vocación
de permanencia.
2. Teorías
1. Es un hecho y un derecho.
3. Esta tesis ha sido superada por cuanto una misma situación no puede
ostentar ambas naturalezas (hecho y derecho).
2. Ludwig Enneccerus. (Alemán). Francesco Messineo (Italiano). Manresa y
Navarro (Españoles)
3. No obstante, esta teoría no ha sido acogida, porque los derechos reales son
poderes jurídicos definitivos, en cambio, la posesión no sólo es un poder de
hecho, sino que éste, es provisional, transitorio y temporal.
3. Caso Colombiano
8. SUJETO ACTIVO
1. Pueden ser poseedores tanto las personas naturales como las personas jurídicas
(voluntad a través de sus órganos de dirección), ya sea personalmente (sólo personas
naturales), o por intermedio de sus representantes, mandatarios o personas que tengan
el bien a título de mera tenencia, como el arrendatario (personas naturales y personas
jurídicas).
3. Los menores impúberes e infantes (menor de 14 años hombre y mujer C-534 de 2005),
los discapacitados mentales absolutos (antes dementes, locos) declarados judicialmente,
los sordomudos que no pueden darse a entender por ningún medio, no pueden ser
poseedores por sí mismos, pero si lo pueden hacer a través de sus representantes.
Ejemplo: estas personas son propietarios de unas acciones que adquieren por sucesión,
el representante legal las puede vender para comprar un bien, pero sólo se celebra un
contrato de promesa de compraventa con el vendedor y el bien se le entregó al
representante, este es poseedor en representación del incapacitado mental absoluto.
Los discapacitados mentales absolutos y los infantes son incapaces de adquirir por su
voluntad la posesión, sea para sí mismos, o para otros (…)”
4. Pueden ser varios los Sujetos de Derechos que ejerzan posesión sobre un mismo
bien, en este caso hablamos de Co-Posesión
Es posible con fundamento en los siguientes pronunciamientos jurisprudenciales;
1. CSJ. SCC. Magistrado Ponente: Dr. JOSÉ FERNANDO RAMÍREZ GÓMEZ. Bogotá,
D.C., veintinueve (29) de octubre de dos mil uno (2001)
“(…) Ahora, la posesión material como situación de hecho que es, puede ser ejercida u
ostentada por una o varias personas, pues nada obsta para que los elementos que la
caracterizan sean expresión voluntaria de una pluralidad de sujetos, dos o más, quienes
concurriendo en la intención realizan actos materiales de aquellos a los que sólo da
derecho el dominio, como los enunciados por el artículo 981 del Código Civil.
2. CJS. SCC. Magistrado Ponente: PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA. Bogotá, D.C.,
once (11) de febrero de dos mil nueve (2009). Ref.: Expediente No.11001 3103 008 2001
00038 01
Siendo ello así, es evidente que la comunidad también puede surgir en la posesión,
concretamente, de la institución de la coposesión, hipótesis en la cual ella es ejercida, en
forma compartida y no exclusiva, por todos los coposeedores, o por conducto de un
administrador que los representa (Ibídem).
La Corte, con apoyo en la doctrina, ha explicado que “el animus, que sólo es la voluntad
encaminada a un fin de señorío, permite concebir la del coposeedor de poseer con sus
copartícipes, en tanto que el corpus continúa siendo idéntico al del ocupante único”; por
consiguiente, no corresponde a varias posesiones individuales, en el sentido de aparecer
aquella como una división cuantitativa de éstas, sino que difiere de la posesión única por
ser cualitativa (Cas. Civil, sentencia 23 de julio de 1937, XLV, 322).
Tal tesis comparte la posición de los doctrinantes que han aceptado como viable que dos
o mas personas posean conjuntamente una misma cosa pro-indiviso, fundada en el hecho
de que “en este caso no es la voluntad de cada uno sino la voluntad de todos la que
dispone de la cosa (…)”
3. CSJ. SCC. Magistrada Ponente: RUTH MARINA DÍAZ RUEDA. Bogotá, D. C., quince
(15) de abril de dos mil nueve (2009). Ref: Exp. N° 1100131030211997-02885-01
“(…) El tema ha sido tratado por la Corte en varias oportunidades, entre ellas en la
sentencia de casación N° 204 de 29 de octubre de 2001, expediente 5800, en la que dijo
“la comunidad también puede tener manifestación cabal en el hecho de la posesión,
dando lugar al fenómeno de la coposesión, caso en el cual lo natural es que la posesión
se ejerza bien por todos los comuneros, o por un administrador en nombre de todos, pero
en todo caso, de modo compartido y no exclusivo, por estar frente a una `posesión de
comunero´. Desde luego, como con claridad lo ha advertido la jurisprudencia, que
tratándose de la `posesión de comunero´ su utilidad es `pro indiviso´, es decir, para la
misma comunidad, porque para admitir la mutación de una `posesión de comunero´ por la
de `poseedor exclusivo´, es necesario que el comunero ejerza una posesión personal,
autónoma o independiente, y por ende excluyente de la comunidad”.(…)”
“(…) Esas comunidades universales están sujetas en cada uno de sus bienes al fenómeno
de la coposesión, evento en que ésta es ejercida, en forma compartida y no exclusiva, por
todos los copartícipes o por un administrador en su nombre; no obstante, esa calidad de
comunero puede mutarse en la hipótesis en que éste ejerza los actos de señor y dueño
en forma personal, autónoma o independiente, repudiando los derechos de los demás,
vale decir, con absoluto desconocimiento de los derechos de los otros comuneros,
situación que lo habilita para reclamar la prescripción adquisitiva del dominio (…)”
5. CSJ. SCC. Magistrada Ponente: RUTH MARINA DÍAZ RUEDA. Bogotá, D.C., primero
(1°) de diciembre de dos mil once (2001). Ref.: Exp. Nº 54405-3103-001-2008-00199-01
“(…) la coposesión existe cuando una misma relación posesoria sobre un bien
corresponde en común a varias personas, supuesto distinto a aquel en que esa situación
de hecho la ejerce el comunero con exclusión de los demás sobre el bien común o parte
de él (...)”
“(…) Ahora bien, en algunas ocasiones puede ocurrir que la posesión sea ejercitada por
dos o más personas, dando lugar al fenómeno de la coposesión, supuesto en el cual los
elementos que jurídicamente la integran, esto es, la subordinación de la cosa al sujeto
(corpus) y la convicción de detentarla como señor y dueño (animus), son desarrollados por
una pluralidad de personas, quienes, de esta manera, conforman una comunidad, en cuyo
beneficio actúa la posesión de cada uno de sus integrantes.
“La Corte, con apoyo en la doctrina, ha explicado que ‘el animus, que sólo es la voluntad
encaminada a un fin de señorío, permite concebir la del coposeedor de poseer con sus
copartícipes, en tanto que el corpus continúa siendo idéntico al del ocupante único’; por
consiguiente, no corresponde a varias posesiones individuales, en el sentido de aparecer
aquella como una división cuantitativa de éstas, sino que difiere de la posesión única por
ser cualitativa (Cas. Civil, sentencia 23 de julio de 1937, XLV, 322).
“Tal tesis comparte la posición de los doctrinantes que han aceptado como viable que dos
o mas personas posean conjuntamente una misma cosa pro-indiviso, fundada en el hecho
de que ‘en este caso no es la voluntad de cada uno sino la voluntad de todos la que
dispone de la cosa’ (Claro Solar, Luis. Explicaciones de Derecho Civil Chileno y
Comparado. De los Bienes, Volumen III, Págs. 456 a 457. Editorial Jurídica de Chile,
1979).
“El coposeedor, entonces, ejerce la posesión para la comunidad y, por ende, para admitir
la mutación de ésta por la de poseedor exclusivo se requiere que aquel ejerza los actos de
señorío en forma personal, autónoma o independiente, desconociendo a los demás” (Cas.
Civ., sentencia del 11 de febrero de 2009, expediente No. 11001 3103 008 2001 00038
01) (…)”
“(…) Ese criterio fue ratificado por la Sala en fecha reciente en fallos del 14 de diciembre
de 2005 (expediente No. 15176310300219940548 01) y 11 de febrero del año en curso
(expediente No. 11001310300820010003801), habiéndose precisado, en el primero, que
“si como lo tiene definido esta Corporación, el comunero que pretenda excluir a los demás
con miras a ganar por prescripción el bien de la comunidad tiene que acreditar que sus
actos posesorios no reflejan un ánimo de poseer para ella, sino con exclusión de ésta” y,
en el segundo, que “[q]ueda, pues, claro que la coposesión existe cuando una
misma relación posesoria sobre un bien corresponde en común a varias personas,
supuesto distinto a aquel en que esa situación de hecho la ejerce el comunero con
exclusión de los demás sobre el bien común o parte de él, en cuyo caso los actos
posesorios necesaria e inequívocamente deben reflejar un ánimo de poseer para sí y no
para la comunidad, es decir, que ellos son ejercidos en forma personal, autónoma e
independientemente, desconociendo los derechos de los demás copartícipes” (negrillas y
subrayas fuera del texto) (…)”
Luego, de existir posesión conjunta, el tiempo que haya durado la Coposesión solo
podrá beneficiar a todos los coposeedores y no a uno solo de ellos. Y si se quiere
desconocer el derecho de los demás coposeedores, entonces la posesión apta para
adquirir por prescripción, será la que se inició a nombre propio, excluyendo a los demás
poseedores; y a partir del momento en que se inició esa posesión propia, se contará el
término necesario para la consumación de la prescripción, sin que sea procedente, como
se dijo, que el poseedor alegue en su exclusivo provecho el tiempo que ejerció la posesión
de manera conjunta (…)”
1. Mera Tenencia
a. Fundamento Legal. Artículo 775 C.C.
“(…) ARTICULO 775. <MERA TENENCIA>. Se llama mera tenencia la que se ejerce
sobre una cosa, no como dueño, sino en lugar o a nombre del dueño./ El acreedor
prendario*, el secuestre, el usufructuario, el usuario, el que tiene derecho de habitación,
son meros tenedores de la cosa empeñada, secuestrada o cuyo usufructo, uso o
habitación les pertenece.
Lo dicho se aplica generalmente a todo el que tiene una cosa reconociendo dominio ajeno
(…)”
b. Doctrina
1. CSJ. SCC. 16-04-2008: Es el que confiere al titular un poder de derecho pleno sobre
la cosa (Derecho Real), del cual deriva la potestad para obtener de ella toda cuanta
ventaja esté en posibilidad de proporcionar respetando el ordenamiento jurídico, los
límites y los derechos de los demás.
Este poderío se refleja en las atribuciones de utilizarla (jus utendi), percibir sus frutos (jus
fruendi) y disponer material y jurídicamente de ella (jus abutendi).
2. C.C. C-189/06. Es el derecho real que se tiene por excelencia sobre una cosa corporal
o incorporal, que faculta a su titular para usar, gozar, explotar y disponer de ella, siempre
y cuando a través de su uso se realicen las funciones sociales y ecológicas que le son
propias.
3. Distinción entre mera tenencia y posesión – CSJ, SCC. Sentencias de 22-10-1997 y 13-
04-2009
1. En relación con las cosas puede encontrarse la persona en una de tres (3) posiciones, cuyas
consecuencias jurídicas varían en cada caso y confiere a su titular derechos subjetivos distintos;
3. La posesión requiere la presencia de dos (2) elementos, el corpus y el animus (art. 762), en
cambio, la mera tenencia solo requiere uno de esos elementos, el corpus.
4. Es posible que el mero tenedor se convierta en poseedor (numeral 3 del art. 2531), cuando
rebele expresa y públicamente el desconocimiento del propietario, y empiece a ejercer actos con
el ánimo de señor y dueño.
4.1 Esta figura se conoce como la INTERVESIÓN DEL TÍTULO, que se conoce como la
mutación del título de tenedor al de poseedor.
4.2 Al existir título de mera tenencia, se presume la mala fe del poseedor, por tanto, debe
recurrir a la Prescripción Adquisitiva de Dominio Extraordinaria (más tiempo de posesión).
4.3 Puede ocurrir que el simple tenedor transmute esa calidad en la de poseedor,
hipótesis esta en la cual, a efectos de la prescripción adquisitiva de dominio, no puede de
ninguna manera computarse como posesión el tiempo en que se detento el bien a título
de mera tenencia.
3. Ambas están protegidas con acciones posesorias y se hacen valer erga omnes.
5. Ambas deben cumplir una función social y ecológica, y tienen límites similares.
6. El propietario y el poseedor pueden ejercer actos que conlleven el uso, goce (percibir
frutos-explotación económica) y disposición.
En la segunda, solo disposición material del bien sobre el que se ejerce posesión. Lo que sí
puede hacer el poseedor es transferir a cualquier título los derechos derivados de la posesión
(venta de los derechos derivados de la posesión, permuta de los derechos derivados de la
posesión, donación de los derechos derivados de la posesión).
NO
1. Presunción
1. Fundamento Legal. Artículo 66 del C.C.
2. Concepto
2. Hecho o situación que la ley tiene por cierto sin necesidad de que sea probado,
porque existen ciertos antecedentes o circunstancias previos que así lo señalan.
2. Expresamente señalada como medio de prueba, sirve para probar un hecho o situación.
Artículo 165 y 166 del C.G.P.
“(…) ARTÍCULO 165. MEDIOS DE PRUEBA. Son medios de prueba la declaración de parte, la
confesión, el juramento, el testimonio de terceros, el dictamen pericial, la inspección judicial, los
documentos, los indicios, los informes y cualesquiera otros medios que sean útiles para la
formación del convencimiento del juez.
El juez practicará las pruebas no previstas en este código de acuerdo con las disposiciones que
regulen medios semejantes o según su prudente juicio, preservando los principios y garantías
constitucionales.
El hecho legalmente presumido se tendrá por cierto, pero admitirá prueba en contrario cuando la
ley lo autorice (…)”
ARTÍCULO 241. LA CONDUCTA DE LAS PARTES COMO INDICIO. El juez podrá deducir
indicios de la conducta procesal de las partes.
3. Otra parte de la Doctrina señala que son diferentes, ya que en la prueba indiciaria es
el juez quien da por existente el hecho o situación, en cambio en la presunción, quien
da por existente el hecho o situación es la misma ley.
4. En la Posesión son;
1. El poseedor se presume propietario (Inciso 2 del artículo 762 del C.C.), mientras otro
no justifique serlo.
Pero el error, en materia de derecho, constituye una presunción de mala fe, que no admite
prueba en contrario.
1. Inciso primero
2. Si una persona empieza la relación con una cosa como mero tenedor (le
arrienda el mismo propietario o un poseedor), se presume que ésta
siempre ha sido mera tenedora. Pero esta presunción se puede desvirtuar
si se prueba la interversión del título.
c. Inciso tercero
Estas tres (3) grandes presunciones son presunciones Legales, es decir, que pueden
desvirtuarse.
Pero el error, en materia de derecho, constituye una presunción de mala fe, que no admite
prueba en contrario (…)”
2. Tiene su fundamento en el artículo 9° del C.C. "La ignorancia de las leyes no sirve de
excusa".
4. El error de derecho recae sobre la existencia, contenido y alcance de las normas jurídicas.
La ley se aplica con prescindencia del conocimiento que sobre la misma tengan sus
destinatarios.
2. Se presenta cuando hay varios co-poseedores de un mismo bien sin división material o
física de este (todos son co-poseedores de todo el bien, ninguno ejerce posesión
exclusiva sobre una parte determinada).
1. Fundamento Legal
2. Debe recuperarse por medios legales (vías jurídicas para recuperarla: Acción de
Tutela, Legítima Defensa, Vía Penal, Vía Administrativa y Vía Civil).
2o.) El registro del mismo decreto judicial y de los títulos que confieran el dominio.
4. Es decir, la sola muerte del causante, por una ficción jurídica, confiere la posesión legal
al heredero, aunque el heredero ignore la muerte de su causante y no concurran en él ni
el animus, ni el corpus.
Esta posesión legal no es apta para adquirir el derecho real de dominio o propiedad por el
modo de la usucapión, porque no es posesión (animus domini y corpus).
Sin embargo, esta presunción puede controvertirse por el mismo heredero, si demuestra
la interversión del título, en especial el desconocimiento de los derechos de los demás
herederos.
“(…) Se trata de una posesión legal que faculta al heredero no solo a tener o a pedir que
se le entreguen los bienes de la herencia, sino también a entrar en posesión material de
ellos, esto es, a ejercer su derecho hereditario materialmente sobre los bienes de la
herencia, los cuales, por tanto, solamente son detentados con ánimo de heredero o
simplemente como heredero.
Siendo así las cosas, resulta totalmente acertada la afirmación consistente de que todo
heredero que detenta materialmente bienes herenciales se presume que lo hace con
ánimo de heredero, porque la lógica impone concluir que una persona que tiene un
derecho sobre la cosa, lo ejercita y lo reafirma en este carácter, antes que adoptar una
conducta de facto diferente.
Sin embargo, precisa la Sala que la posesión que sirve para la adquisición del dominio de
un bien herencial por parte de un heredero, es la posesión material común, esto es, la
posesión de propietario, la cual debe aparecer en forma nítida o exacta, es decir, como
posesión propia en forma inequívoca, pacífica y pública.
Luego, si este heredero pretende usucapir ese bien herencial alegando otra clase de
posesión material, como lo es la llamada posesión material común o posesión de dueño o
propietario sobre cosas singulares, que implica la existencia de ánimo de propietario o
poseedor y relación material sobre una cosa singular, debe aparecer en forma muy clara
la interversión del título, es decir, la mutación o cambio inequívoco, pacífico y
público de la posesión material hereditaria o de bienes herenciales, por la de la
posesión material común - (de poseedor o dueño), porque, se repite, sólo ésta es la
que le permite adquirir por prescripción el mencionado bien.
Luego, si el heredero, alega haber ganado la propiedad por prescripción de un bien que
corresponde a la masa sucesoral, debe probar que lo posee, en forma inequívoca, pública
y pacíficamente, no como heredero y sucesor del difunto, sino que lo ha poseído para sí,
como dueño único, sin reconocer dominio ajeno, ejerciendo como señor y dueño exclusivo
actos de goce y transformación de la cosa. Pero como además del desconocimiento del
derecho ajeno al poseer la cosa como dueño, vale decir, con exclusividad, es necesario
que concurra otro elemento para usucapir, cual es el que se complete el mínimo de tiempo
exigido, el que para el caso de la prescripción adquisitiva extraordinaria, es de 20 años
(Hoy 10 años).
Por lo tanto, en este evento debe entonces el heredero que alegue la prescripción
extraordinaria, acreditar primeramente el momento preciso en que pasó la interversión del
título de heredero, esto es, el momento en que hubo el cambio de la posesión material que
ostenta como sucesor o heredero, por la posesión material del propietario del bien; es
decir, la época en que en forma inequívoca, pública y pacífica se manifiesta objetivamente
el animus domini, que, junto con el corpus, lo colocaba como poseedor material común y,
en consecuencia, con posibilidad de adquirir la cosa por el modo de la prescripción, al
cumplimiento del plazo legal de 20 años (Hoy 10 años).
De allí que el heredero que aduzca ser prescribiente del dominio de un bien herencial,
tenga la carga de demostrar el momento de la interversión del título o mutación de la
condición de heredero por la de poseedor común; cambio que, a su vez, resulta esencial,
pues del momento de su ocurrencia empieza el conteo del tiempo requerido para que la
posesión material común sea útil (inequívoca, pública y pacífica) para obtener el dominio
de la cosa. Por lo tanto, hay que concluir que mientras se posea legal y materialmente un
bien como heredero, el tiempo de esta posesión herencial no resulta apto para usucapir
esa cosa singular del causante, pues en tal evento si bien se tiene el ánimo de
heredero, se carece del ánimo de señor y dueño, y, por lo tanto, no se estructura la
posesión material común, que, como se vio, es la que resulta útil para la usucapión (…)”
2. Sin embargo, las partes pueden acordar en forma clara, expresa e inequívoca el
cumplimiento anticipado de las obligaciones del Contrato de Compraventa.
Generalmente, se adelanta parte del precio y se entrega la tenencia o la posesión del
bien.
4. Existen salvedades en el ámbito propio de las convenciones, como sería el caso en que
con explicitud rotunda se exprese en el Contrato de Promesa de Compraventa, que se
hace la entrega material acompañada del ánimo de señor y dueño (entrega antelada de
la posesión de la cosa prometida en compraventa), circunstancia que puede generar o
derivar una posesión inmediata, si es inequívoca la declaración de las partes en ese
sentido.
5. Por fuera de las precedentes hipótesis, puede suceder que si al momento de celebrarse
el Contrato de Promesa de Compraventa se entregó la cosa a título de mera tenencia (Es
decir, no se señaló expresamente en el contrato que se entregaba la cosa a título de
posesión), se presente con posterioridad la INTERVERSIÓN DEL TÍTULO y el mero
tenedor se convierta en poseedor, desconociendo el dominio ajeno con la prueba de
actos de señor y dueño (artículo 777, C.C.), en cuyo caso, tal circunstancia, de suyo
comporta la inobservancia del vínculo obligatorio preliminar.
5. Generalmente, dos (2) declaraciones extra juicio que den cuenta de los elementos de la
posesión y el tiempo dentro del cual se han desarrollado los mismos, recibos de pago de
servicios públicos de los últimos seis (6) meses, inscripción de la demanda de
pertenencia en el folio de matrícula inmobiliaria en el caso de inmuebles.
1. Velásquez Jaramillo señala que no pueden decretarse, y para ello aduce una sentencia
del Tribunal de Bogotá de 1983. Valencia Zea ni Ochoa Carvajal tratan el tema.
2. Sin embargo, conforme lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 593 del C.G.P., sí puede
solicitarse, decretarse y practicarse el secuestro de los derechos derivados de la
posesión, tanto sobre bienes muebles como inmuebles.
“(…) ARTÍCULO 593. EMBARGOS. Para efectuar embargos se procederá así: (…)”
3. Los derechos derivados de la posesión son entre otros, los derechos a la detentación o
tenencia del bien, el uso, el goce, la explotación económica, la disposición material, la
disposición jurídica de los derechos derivados de la posesión, la posibilidad de adquirir la
propiedad del bien por el modo de la usucapión, oponerse a la práctica de medidas
cautelares, defender la posesión a través de algunas vías jurídicas, etc.
4. Quien los adquiera en el remate estará en la misma situación del poseedor anterior
(artículo 778 del C.C.)
5. Hay que determinar en qué consisten los beneficios, rendimientos o utilidades que está
recibiendo el demandado como resultado de la posesión.
a. Natural
1. Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos, se ha hecho imposible el ejercicio
de actos posesorios, como cuando una heredad ha sido permanentemente inundada.
3. Precisiones y Ejemplos:
“(…) La natural opera cuando para quien se proclama propietario de la cosa se ha hecho
imposible ejecutar los actos posesorios, ya sea a causa de una situación externa
permanente, como por ejemplo la inundación de la heredad, o porque otra persona entró a
detentar la cosa con ánimo de señor y dueño (artículo 2523 ibídem).
Sobre el particular, la Sala tiene decantado que el artículo 2523 ibídem “contempla dos
hipótesis diversas, a saber:
(…) En la primera, el respectivo bien no pasa a otras manos, sino que, manteniéndose en
las del poseedor, éste no puede ejercer sobre él actos positivos de señorío pues por una
causa externa, con características de permanencia, ‘[l]a posesión se ha hecho físicamente
imposible’ (Gómez R. José J. Bienes. pág. 453) y, por ende, el tiempo en que subsista tal
situación, no se computa a su favor.
b. La Civil
1. Ocurre cuando el propietario del bien o un poseedor de mejor derecho presenta una
demanda ante el operador judicial competente con la finalidad de hacer perder la
posesión que ostenta el poseedor y éste resulta avante en su pretensión (Propietario
obtiene sentencia favorable).
Si fueren varios los demandados y existiere entre ellos litisconsorcio facultativo, los
efectos de la notificación a los que se refiere este artículo se surtirán para cada uno
separadamente, salvo norma sustancial o procesal en contrario. Si el litisconsorcio fuere
necesario será indispensable la notificación a todos ellos para que se surtan dichos
efectos (…)”
3. Jurisprudencia
“(…) b.-) La de índole civil acaece con la formulación de una demanda encaminada a
hacer perder la posesión, siempre y cuando la notificación del auto admisorio se surta
dentro del término indicado por el legislador.
Claro está, que esa interrupción tiene eficacia en tanto el juicio en que se disputa la
posesión culmine con sentencia estimatoria (FAVORABLE AL PROPIETARIO), de ahí que
la Corte puntualizó que “en los términos de los artículos 2522 y 2523 del Código Civil, esta
[la interrupción] sólo se presenta de manera civil o natural, la primera cuando se pierde por
decisión judicial” (Sent. Cas. Civ., 25 de agosto de 2011, exp.2003 05008 01).
“no puede pretenderse que cualquier demanda relacionada con el bien objeto de la
prescripción, conlleve la interrupción del término para prescribir. La demanda debe estar
referida a la posesión, debe estar encaminada a eliminar la posesión del bien y por ende a
destruir una de las condiciones necesarias para que por ministerio de la ley tenga lugar la
prescripción adquisitiva.
1. Generalidades
El quid iuris que se debe determinar en casos como el que ocupa la atención, es si la
medida de embargo y el posterior secuestro interrumpen la posesión y por tanto la
posibilidad de adquirir el derecho real de propiedad por el modo de la Usucapión o
Prescripción Adquisitiva de Dominio.
El artículo 593 del C.G.P., consagra la forma de hacer un embargo tratándose de un bien
inmueble. Veamos;
Ahora bien, el secuestro, en relación con bienes inmuebles, consiste en acudir al bien
inmueble para individualizarlo por sus linderos, área, caracteristicas físicas, etc., y
entregarlo a un auxiliar de la justicia denominado SECUESTRE para garantizar que al
final del proceso, el bien sea entregado al rematante, esto es, a quien participe en la
diligencia de remate y logre que ese derecho se le adjudique.
Así lo ha sostenido de vieja data la H. Corte Suprema de Justicia, Sala de casación Ciivl;
1. El Dr. José J. Gómez evocando una sentencia de 1955 de la H. Corte Suprema de
Justicia en un artículo académico contenido en la Revista Estudios de Derecho Vol. XVII
No. 51 señaló que;
“(…) la jurisprudencia se orientó más bien a favor de la posesión material como la única y
verdadera posesión. En la sentencia que se comenta, osea la de abril de 1955 se decide
el punto drásticamente a favor de la posesión material como la única y verdadera posesión
y se dice que los artículos que en el código civil hablan de posesión inscrita no tienen
alcance posesorio (…)”
2. En sentencia de cinco (5) de julio de dos mil siete (2007), Magistrado Ponente: Manuel
Isidro Ardila Velásquez, se reitera que la posesión que protege el ordenamiento jurídico
es la material, no sólo para permitir al poseedor defenderla, sino para acudir con éxito al
proceso judicial de pertenencia.
“(…) Así, en memorable sentencia, determinó que la posesión única y verdadera, esto es,
la material, nada tenía que ver con inscripciones en el registro inmobiliario, y de ahí que
las normas que a esta última aludían, como los artículos 789 y 790, entre otros, no tenían
razón de ser en el sistema jurídico colombiano. Porque ellas se oponen radicalmente a
todo el sistema posesorio que trae el código civil, y hasta encara a la propia definición que
de ella trae el artículo 762, que no entra a calificar la posesión, "y no era menester
calificarla", porque si posesión es la tenencia de una cosa, "en esa forma sólo podía
referirse a la material, que es la de la historia, la primera experiencia patrimonial humana,
el primer ensayo de libertad sobre las cosas y el perpetuo señorío del hombre sobre ellas,
en todos los tiempos y lugares".
Idea en torno a la cual señaló más explícitamente aún que "el Código Civil no califica en
parte alguna la 'posesión' sino cuando trata de la 'inscrita', porque el alcance histórico,
humano, social e ideológico de la palabra le da a ésta su contenido esencial de hecho o
fenómeno objetivo y corpóreo" (subrayado ex profeso). Porque es la material "la que
realiza la función social de la propiedad sobre la tierra, asiento de la especie y cumbre de
las aspiraciones de las masas humanas". En cambio, "la posesión inscrita no es nada de
esto, ni logra nada de esto", ya que "la anotación en un libro carece en sí,
intrínsecamente, de los elementos propios de la posesión, porque no es acto material y
menos aún conjunto de actos materiales sobre la cosa, requerido para probar posesión;
no es poder físico, ni esfuerzo ni trabajo, lo único apto para producir los efectos
posesorios; ni obstáculo para que a espaldas de las inscripciones se desarrollen los
hechos y la vida de manera incontenible".
La posesión material es lo preponderante y no puede ser aniquilada, dado que sin ella "no
se concibe la vida humana". Tan legendaria sentencia, que no fue de constitucionalidad,
tuvo sin embargo el poderío suficiente para ser acatada, como ninguna otra, y admitídose
fue por todos que las normas que referían la posesión inscrita no existen en el mundo
jurídico actual. He ahí el fundamento y el peso de un pronunciamiento judicial legítimo y
respetable (Sala de Casación Civil, sentencia de 27 de abril de 1955, XCII, páginas 36 a
38).
3. Bajo esta línea de pensamiento, se reitera que el embargo es una simple inscripción,
de tal medida en el folio de matrícula inmobiliaria, que en nada interfiere con la posesión
material que ostenta el poseedor.
“(…) 7. Dentro de ese contexto es que, como ya lo tiene precisado la Corte, según detalle
que más adelante se verá, se debe descartar que las medidas cautelares de embargo y
secuestro, sea que se adopten en un proceso ejecutivo o en uno de otra naturaleza,
produzcan la interrupción natural de la prescripción adquisitiva.
En efecto, tratándose de bienes raíces es claro que el embargo, por sí solo, no traduce
ninguna imposibilidad física o jurídica para que, quien viene poseyendo el bien en que
recae el mismo, pueda continuar realizando sobre él actos de señorío (num. 1º, art. 2523
C.C.), ni comporta, per se, la pérdida por éste de la posesión (num. 2º, ib.), puesto que
esa particular medida no modifica el carácter de bien comerciable que el mismo ostenta, ni
afecta en nada la aprehensión material de la cosa con ánimo de dueño de quien así la
detente.
De lo anterior se colige que la situación que aflora del secuestro tampoco se acomoda a
las previsiones de los referidos numerales 1º y 2º del artículo 2523 del Código Civil, pues
en frente de esta medida cautelar, no surge, necesariamente, la cesación del poder o
señorío que el poseedor tiene sobre el respectivo bien, ni, lo que resulta cardinal, se da
origen a una nueva posesión en cabeza del secuestre o depositario.
Ese criterio lo reiteró en sentencia del 16 de abril de 1913, en la cual, además, señaló que
“el depositario no adquiere la posesión, desde luego que su título es de mera tenencia,
conforme el artículo 775 del Código Civil.
2 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil. Magistrado Ponente: ARTURO SOLARTE
RODRÍGUEZ. Bogotá, D. C., trece (13) de julio de dos mil nueve (2009). Ref.: 11001-3103-031-1999-01248-01.
enajenación de los bienes embargados está prohibida por la ley, bajo pena de nulidad, el
fenómeno de la prescripción es cosa muy distinta de la enajenación. Si la posesión no se
pierde por el hecho del embargo, no hay disposición alguna en el C. C., que se oponga a
la usucapión o prescripción adquisitiva, la cual, por ser título originario de dominio, difiere
esencialmente de la enajenación‟ (Casación, 4 de julio de 1932, XL, 180)” (G.J., T.
LXXVIII, págs. 709 y 710; se subraya).
El secuestre, por ello, tiene la cosa en lugar y a nombre del poseedor; éste sigue
poseyéndola a través de aquél, y el tiempo del secuestro aprovecha al poseedor, como si
éste ejecutase sobre la cosa los actos materiales que integran el estado posesorio” (se
subraya).
Más adelante, en el mismo proveído, estimó que a no ser por el desacierto en que incurrió
el Tribunal, dicha autoridad “no habría aceptado el secuestro como interrupción de la
posesión, transgrediendo con ello los artículos 778 y 2521 del Código Civil -también
citados por el recurrente, preceptos que prevén la continuidad de la posesión para los
efectos de la usucapión, como en el caso actual, en razón de los títulos registrados que
figuran en autos” (Cas. Civ., sentencia del 28 de agosto de 1973).
Adelante observó, que cualquiera sea la modalidad y la finalidad del secuestro practicado,
él “… „se perfecciona con la entrega de la cosa que a título precario hace el juez al
secuestre; y este cesa en sus funciones cuando, en acatamiento de la orden judicial que
así lo dispone, restituye el bien o bienes a quien por derecho corresponda. Durante el
lapso comprendido entre estos extremos, más o menos largo según las contingencias de
la litis, el secuestre está en relación con la cosa a título de mero tenedor y en definitiva
tiene a nombre del propietario o de quien llegue a serlo…‟ (G.J. Tomo CXXXVIII, pág.
351).
Dicho en otras palabras, el secuestro de bienes no tiene de suyo virtualidad para actuar
indefectiblemente como causa determinante de la interrupción natural o civil de una
prescripción en curso, ello por cuanto puede existir plena compatibilidad con la posesión
del prescribiente y el „animus rem sibi habendi‟, por efecto del depósito judicial, no lo
asume el secuestre, siguiéndose de ello, entonces, que recibida del mentado auxiliar la
tenencia física por parte de quien venía poseyendo con anterioridad, la respectiva
situación posesoria se reputa subsistente durante todo el tiempo en que la medida tuvo
efectiva vigencia, habida cuenta que en esas condiciones, en ausencia de prueba positiva
en contrario y por mandato de los artículos 792 y 2523 del Código Civil según se apuntó
con anterioridad, la posesión debe juzgarse legalmente recobrada y por lo tanto
continuada sin interrupción (cfr, Tomo XXII, pág. 372, XL, pág. 180 y CIII pág. 105-106)”
(Cas. Civ., sentencia del 22 de enero de 1993, expediente No. 3524; se subraya).
Mas adelante, en relación con el embargo de un inmueble sobre el que un tercero ejerce
posesión señaló que;
“(…) 4. En cuanto hace a la insatisfacción que halló el a quo respecto del segundo
presupuesto anotado, esto es, se reitera, que el bien objeto de la usucapión reclamada no
sería susceptible de ganarse por prescripción, debido a que las medidas de embargo y
secuestro que lo afectaron, acreditadas con los mencionados oficios, “lo sac[aron] del
comercio” y lo hicieron, por tanto, imprescriptible, propio es notar que dicha conclusión es
contraria a derecho, puesto que, como ya lo tiene dilucidado la Corte, una cosa es que el
artículo 1521 del Código Civil “disponga que habrá objeto ilícito en la „enajenación‟ de las
cosas embargadas por orden judicial, salvo que el juez lo autorice o el acreedor consienta
en ella, y otra, bien distinta, que una medida semejante tenga como efecto la alteración de
la calidad, destinación, o naturaleza jurídica del bien sobre el que ella recae, al punto de
tornarlo en imprescriptible o excluirlo de la órbita del derecho privado, al estilo de lo que
invariablemente ocurre con los bienes fiscales, de uso público, ejidales, parques
naturales, entre otros… Es evidente que cualquier acto de enajenación de un bien
embargado queda viciado de objeto ilícito, mas no lo es que la medida cautelar resulte
opuesta o contraria al fenómeno fáctico de la posesión que sobre él se ejerce, pues tal
cautela no es motivo de interrupción natural o civil, sin que, por lo mismo, tenga el alcance
de coartar o eliminar al poseedor la posibilidad o vocación de adquirir el dominio de la
cosa sobre la que recaen sus acciones…
Por demás, la enajenación tiene una naturaleza diversa a la usucapión y a los hechos
posesorios que la anteceden, habida cuenta que la primera supone generalmente un acto
voluntario de disposición de intereses, mientras que la segunda corresponde al efecto
originario o constitutivo que por ministerio de la ley se produce sobre el dominio de un
bien, siempre que se haya cumplido previamente con una serie de presupuestos modales
y temporales” (Cas. Civ., sentencia de 18 de octubre de 2005, expediente No. 54001-
3103-003-1998-0324-01; se subraya).
Ha de insistirse, entonces, que el efecto previsto en la indicada norma legal, de ser nula la
enajenación que se haga de los bienes embargados, en consideración a que ellos, por
razón de dicha cautela, no obstante ser comerciables por su propia naturaleza, impregnan
de ilicitud los actos de disposición que sobre ellos se realicen, no puede extenderse al
caso de la usucapión, en tanto que la mencionada medida, no impide, ni arrebata la
posesión, con la consecuencia de que no es incompatible con la adquisición de la cosa
cautelada por prescripción.
En definitiva, cabe afirmar que el dominio o propiedad del inmueble materia de la presente
controversia judicial, sí es susceptible de ganarse por prescripción adquisitiva (…)”
“(…) mayormente si, como lo ha reiterado esta Corporación, la medida de secuestro sobre
un predio no origina per se o necesariamente la interrupción de la posesión que alguien
tenga sobre él. En efecto, así lo dio a entender esta Sala de la Corte en sentencia de 28
de agosto de 1963, cuando reiteró lo expuesto en casaciones de 4 de julio de 1932 (XL,
1887, 180) y 30 de septiembre de 1954 (LXXVIII, 2146, 698), "según las cuales 'ni el
embargo ni el depósito de una finca .implica la interrupción natural ni civil de la
prescripción. El poseedor, sea el deudor o un tercero, no pierde la posesión""; exponiendo
más adelante "A lo cual se agrega que recuperada la tenencia por el demandado, haya
sido o no perdida por él o por alguno de sus antecesores, tal recuperación, en ausencia de
prueba en contrario, debe considerarse legalmente lograda y no interrumpida la posesión,
por consiguiente (art 792 y 2523, última parte, C.C.)" (G.J. Tomos CIII - CIV, Pág. 101)
(…)”
3. En igual sentido, en sentencia de dieciséis (16) de abril de dos mil ocho (2008).
Magistrado Ponente: JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR. Referencia: SS-
4128931030022000-00050-01 se señaló que;
Además, porque el proceso ejecutivo estuvo dirigido a hacer efectiva una obligación y no a
interrumpir la prescripción, con mayor razón cuando, con independencia del acierto, lo que
quedó a salvo en dicha ejecución fue la posesión material del tercero, el ahora
demandado, y no el derecho abstracto del otrora ejecutado, así el inmueble hubiere
estado secuestrado, porque como lo tiene explicado la Corte, “esa medida constituye
apenas título de mera tenencia del secuestre, quien, como tal, es apenas un ejecutor
material, de carácter temporal, de la posesión que otros ostentan, sin que ésta se
interrumpa, per se, con ocasión de su práctica” , amén de que al haberse recuperado la
posesión por quien antes la ejercía, la misma se entiende subsistente durante todo el
tiempo intermedio (artículos 792 y 2523, in fine, del Código Civil) (…)”
Es una forma de adquirir el dominio por la cual una persona adquiere el derecho real de
dominio o propiedad sobre un bien, previa adjudicación en una diligencia de remate.
Al tratarse de una venta forzada, la misma se asimila a la venta del bien voluntaria
(aunque la Doctrina no es pacifica en este punto), habida cuenta que la misma no
interfiere en la relación de hecho, material, fisica que tiene el poseedor con el predio.
2. No hay vínculo jurídico con ningún poseedor anterior, y por tanto, no existe sucesión o
continuación jurídica de la posesión.
3. Ejemplo: el ladrón, el usurpador y el mero tenedor cuando muda su ánimo (interversión
del título). También si la persona pudo ingresar sin violencia al bien, como cuando el
ganado derriba las cercas y el propietario del predio vecino donde se pasó el ganado no
se opuso, o no se conoce quién es y nadie defendió la propiedad.
2. Derivativa
2. Puede ser:
2. Mortis causa:
3. Por la Ficción Jurídica (Posesión Legal de los bienes que integran la herencia,
no hay solución de continuidad).
1. Fundamento Legal
2. Concepto
Se trata de una figura jurídica voluntaria (el poseedor decide si desea sumar el tiempo de
sus antecesores o no, ya sea que haya adquirido los derechos derivados de la posesión
por acto entre vivos o mortis causa) a través de la cual un poseedor puede sumar a su
tiempo de posesión el tiempo de su antecesor o antecesores.
Es decir, el adquirente de la posesión, ya sea por acto entre vivos o mortis causa, puede
comenzar una posesión nueva o continuar la de sus antecesores, de acuerdo a su
querer. Por ello, debe manifestar el adquirente expresamente que desea continuar con la
posesión de su antecesor. Así lo dispone el artículo 778 del C.C. en concordancia con lo
dispuesto en el artículo 2521 del C.C.
Las posesiones anteriores se adquieren con sus calidades y vicios, precisamente por ello
la suma de posesiones en facultativa, el nuevo poseedor es el que decide si le conviene
sumar o no la posesión de su antecesor. (Más adelante se abordará el tema de los vicios
de la posesión).
3. Requisitos:
1. Existencia de un vínculo jurídico que una o ate al actual poseedor con su antecesor.
Que haya un título idóneo que sirva de puente o vínculo sustancial entre antecesor y
sucesor.
a. Recordar el vínculo jurídico que hay en la posesión derivativa mortis causa y
por acto entre vivos
b. Precisiones
“(…) No tiene por qué mirarse qué cosas son las que se poseen,
cuál es su naturaleza jurídica, para entrar a diferenciar entre
inmuebles y muebles, y por ahí derecho exigir que el negocio
asuma las características y las formas que en cada caso son
pertinentes; ni que, si de posesión de bien raíz se trata, como
venía señalándolo la jurisprudencia que hoy se rectifica, la
transmisión por venta asuma la formalidad de la escritura pública,
según la preceptiva del artículo 1857 in fine.
No está bien entremezclar la transmisión de la simple posesión
con la transmisión del derecho de dominio. El que vende posesión
no está vendiendo en realidad la cosa misma; está autorizando
apenas a que otro haga lo que él ha hecho hasta ahí, como es
ejercer el poder de hecho; lo que se persigue así es la venia para
poder hacer sobre la cosa, y no para hacerse jurídicamente a la
cosa (…)”
2. Las posesiones que se pretenden sumar tienen que ser contiguas o sucesivas y no
interrumpidas. Que antecesor y sucesor hayan ejercido la posesión de manera
ininterrumpida.
3. Que haya habido entrega del bien, lo cual descarta entonces la situación de hecho
derivada de la usurpación o el despojo, precisamente porque allí no hay vínculo jurídico
4. Efectos y precisiones
2. Conforme los artículos 764 inc. 2 y 768 del C.C., la buena fe se aprecia en el
momento de la adquisición de la posesión.
3.1 Si el transferente poseedor, es poseedor de mala fe (ladrón-usurpador) y el
adquirente ignorando esta circunstancia entiende que adquiere del poseedor
legítimo, este adquirente será considerado como poseedor de buena fe.
“(…) (iv) La jurisprudencia sostiene que a la posesión no le son aplicables las normas
sobre transmisión de los derechos reales, ni sus requisitos. Así, lo explicó en el fallo de 5
de julio de 2007 dictado en el expediente N°1998 00358 01, en el que, en síntesis, asentó:
“…No está bien entremezclar la transmisión de la simple posesión con la transmisión del
derecho de dominio; el artículo 1857 se refiere a los títulos traslaticios de dominio, que es
asunto extraño al fenómeno posesorio. El que vende posesión no está vendiendo en
realidad la cosa misma; está autorizando apenas a que otro haga lo que él ha hecho hasta
ahí, como es ejercer el poder de hecho; lo que se persigue así es la venia para poder
hacer sobre la cosa, y no para hacerse jurídicamente a la cosa (…)”
5. La posesión principia en la persona que recibe el bien y desde que empiece a ostentar el
animus domini y corpus, aunque si quiere sumar la de su antecesor debe reunir los
requisitos previsto para la suma de posesiones.
6. Si eventualmente el Contrato de Venta de Derechos derivados de la Posesión que se
ejerce sobre un bien inmueble se hace por Escritura Pública, en principio no puede
inscribirse en el Folio de Matrícula Inmobiliaria del respectivo bien.
7. Sin embargo, puede inscribirse en el Folio de Matrícula Inmobiliaria del respectivo bien, si
existe un antecedente registral, esto es, si en el sistema antiguo de registro o en el nuevo
de folios reales aparece una posesión inscrita antes de 1970.
(…) ARTICULO 787. <PERDIDA DE LA POSESION>. Se deja de poseer una cosa desde
que otro se apodera de ella, con ánimo de hacerla suya; menos en los casos que las leyes
expresamente exceptúan (…)”
1. Concepto de desplazado
Toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional
abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales,
porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido
vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera
de las siguientes situaciones: Conflicto armado interno, disturbios y tensiones
interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos Humanos,
infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias
emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren
drásticamente el orden público.
En este evento, la posesión que venía ejerciendo ese desplazado se tiene como
no interrumpida, suspendida o perdida.
3. Jurisprudencia
a. Son:
“(…) ARTICULO 764. <TIPOS DE POSESION>. La posesión puede ser regular o irregular.
Se llama posesión regular la que procede de justo título y ha sido adquirida de buena fe,
aunque la buena fe no subsista después de adquirida la posesión.
Se puede ser, por consiguiente, poseedor regular y poseedor de mala fe, como viceversa,
el poseedor de buena fe puede ser poseedor irregular (…)”
4. JUSTO TÍTULO.
Son traslaticios de dominio los que por su naturaleza sirven para transferirlo, como
la venta, la permuta, la donación entre vivos. Pertenecen a esta clase las
sentencias de adjudicación en juicios divisorios y los actos legales de partición.
Las sentencias judiciales sobre derechos litigiosos no forman nuevo título para
legitimar la posesión.
3. Jurisprudencia
b. CSJ., SCC.1-08-2001
c. CSJ., SCC.4-07-2002
6. Títulos injustos - Artículo 766 del C.C. – Los que no estén acá son títulos justos.
1o.) El falsificado, esto es, no otorgado realmente por la persona que se pretende.
3o.) El que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación, que debiendo ser
autorizada por un representante legal o por decreto judicial, no lo ha sido.
Sin embargo, al heredero putativo a quien por decreto judicial se haya dado la
posesión efectiva, servirá de justo título el decreto; como al legatario putativo el
correspondiente acto testamentario, que haya sido judicialmente reconocido (…)”
5. BUENA FE
1. Fundamento Legal
Pero el error, en materia de derecho, constituye una presunción de mala fe, que
no admite prueba en contrario.
8. El artículo 768 del C.C. señala que si hay justo error sobre un punto de hecho
(celebrar un contrato de venta con una persona de 17 años, pensando que es
mayor de edad, comprar el bien o cosa en corferias a una persona que
posteriormente se demuestra que era la propietaria, etc.), este error no se opone
a la buena fe.
En este punto debe tenerse en cuenta que para valorar si el error es justo o no,
debe tratarse de un error que hubiese cometido cualquier persona por diligente
que fuera, es un error en el que se incurre a pesar de haber tenido una diligencia
normal un cuidado normal, no se trata de un error cometido por ligereza,
negligencia o falta de cuidado.
Empero, si se trata de un justo error en materia de derecho (afirmar el comprador
que no sabía que celebrar negocios jurídicos con menores de edad no era válido,
que no conocía que tratándose de inmuebles la tradición se verifica con la
inscripción en el folio de matrícula inmobiliaria de la Escritura Pública contentiva
del acto jurídico a través del cual se enajena la propiedad), constituye mala fe. La
ignorancia de la ley no es excusa.
1. Fundamento legal
3. Conduce a la PADE
4. La posesión irregular es aquella a la que le falta uno de los elementos para ser
regular, esto es, la buena fe o el justo título, o le faltan ambos.
1. Fundamento Legal
2. Clases
1. Es la que se adquiere por fuerza actual o inminente. Artículo 772 del C.C.
6. Sujeto Activo
1. Un tercero que ingresa o empieza a ostentar la calidad de poseedor
mediante la fuerza.
7. Sujeto Pasivo
1. Propietario
2. Poseedor
3. Mero tenedor
Lo mismo es que la violencia se ejecute por una persona o por sus agentes, y que
se ejecute con su consentimiento, o que después de ejecutada se ratifique
expresa o tácitamente.
3. Son relativas habida consideración que sólo puede alegar el vicio, la persona que tiene
derecho a oponerse a la posesión y frente al cual se ejercieron (propietario o poseedor de
mejor derecho).
4. Son mal llamadas posesiones, habida cuenta que no tienen efectos de verdadera
posesión.
Lo mismo es que la violencia se ejecute por una persona o por sus agentes, y que se
ejecute con su consentimiento, o que después de ejecutada se ratifique expresa o
tácitamente.
Posesión clandestina es la que se ejerce ocultándola a los que tienen derecho para
oponerse a ella (…)”.
3. Este derecho se conoce en el ámbito penal como la LEGITIMA DEFENSA, que es uno
de los eximentes de responsabilidad penal, y debe reunir unos requisitos;
3.2 La fuerza empleada por el poseedor debe ser proporcional (si es por fuerza
física, no podrá utilizar un arma de fuego y atacar a los sujetos activos de las
conductas violentas).
“(…) 6. Se obre por la necesidad de defender un derecho propio o ajeno contra injusta
agresión actual o inminente, siempre que la defensa sea proporcionada a la agresión.
1. Si se trata de muebles.
2. Si se trata de inmuebles.
Artículo 76. Definiciones. Para efectos de este Código, especialmente los relacionados con el
presente capítulo, la posesión, mera tenencia y servidumbre aquí contenidas, están definidos por
el Código Civil en sus artículos 762, 775 y 879.
“(…) Artículo 79. Ejercicio de las acciones de protección de los bienes inmuebles. Para el
ejercicio de la acción de Policía en el caso de la perturbación de los derechos de que trata
este título, las siguientes personas, podrán instaurar querella ante el inspector de Policía,
mediante el procedimiento único estipulado en este Código:
Parágrafo 4°. Cuando por caso fortuito o fuerza mayor demostrados, excepcionalmente deba
suspenderse la audiencia pública, la autoridad competente decretará el statu quo sobre los bienes
objeto de la misma, dejando constancia y registro documental, fijando fecha y hora para su
reanudación.
Artículo 80. Carácter, efecto y caducidad del amparo a la posesión, mera tenencia y servidumbre.
El amparo de la posesión, la mera tenencia y las servidumbres, es una medida de carácter
precario y provisional, de efecto inmediato, cuya única finalidad, es mantener el statu quo
mientras el juez ordinario competente decide definitivamente sobre la titularidad de los
derechos reales en controversia y las indemnizaciones correspondientes, si a ellas hubiere
lugar.
El querellante realizará las obras necesarias, razonables y asequibles para impedir sucesivas
ocupaciones o intentos de hacerlas por vías de hecho, de conformidad con las órdenes que
impartan las autoridades de Policía.
Parágrafo. La medida de que trata el presente artículo garantizará el statu quo físico y jurídico del
bien y deberá ser reportada a la oficina de registro de instrumentos públicos de la jurisdicción del
inmueble.
“(…) Artículo 173. Las medidas correctivas. Las medidas correctivas a aplicar en el marco de
este Código por las autoridades de Policía, son las siguientes (…)”
“(…) Artículo 180. Multas. Es la imposición del pago de una suma de dinero en moneda
colombiana, cuya graduación depende del comportamiento realizado, según la cual varía el monto
de la multa. Así mismo, la desobediencia, resistencia, desacato, o reiteración del comportamiento
contrario a la convivencia, incrementará el valor de la multa, sin perjuicio de los intereses
causados y el costo del cobro coactivo (…)”
“(…) Multa Tipo 2: Ocho (8) salarios mínimos diarios legales vigentes (smdlv). $ 737.717 / 30
= $ 24.590 * 8 = $ 196.720
Multa Tipo 3: Dieciséis (16) salarios mínimos diarios legales vigentes (smdlv). $ 737.717 / 30
= $ 24.590 * 16 = $ 393.440 (…)”
Quien sea objeto de esta medida deberá probar su cumplimiento a la autoridad que la ordenó (…)”
“(…) Artículo 206. Atribuciones de los inspectores de Policía rurales, urbanos y corregidores. Les
corresponde la aplicación de las siguientes medidas (…)”
5. ACCIONES CIVILES
“(…) ARTICULO 972. <ACCIONES POSESORIAS>. Las acciones posesorias tienen por objeto
conservar o recuperar la posesión de bienes raíces, o de derechos reales constituidos en ellos
(…)”.
2. Características
Podrán con todo, exhibirse títulos de dominio para comprobar la posesión, pero sólo
aquellos cuya existencia pueda probarse sumariamente; ni valdrá objetar contra ellos otros
vicios o defectos que los que puedan probarse de la misma manera (…)”
5. Competencia Juez Civil Municipal en primera instancia, del lugar donde esté ubicado el
inmueble. (Artículo 18 y Numeral 7° del artículo 28 del CGP).
6. Se tramita como proceso declarativo verbal especial. Artículo 377 del CGP
La solicitud para que se imponga el mencionado pago deberá formularse dentro de los
treinta (30) días siguientes a la respectiva contravención y se tramitará como incidente. El
auto que confiera traslado de la solicitud se notificará por aviso.
Pero no valdrá ni contra el verdadero dueño, ni contra el que posea con igual o
mejor derecho (…)”
9. Sólo las puede incoar el poseedor que ha estado en posesión quieta, pública, pacifica,
tranquila e ininterrumpida durante un año. En el evento de no llevar el año completo,
puede acudir a la figura de la suma o adición de posesión, de conformidad con los
requisitos ya vistos.
“(…) ARTICULO 976. <PLAZOS DE PRESCRIPCION>. Las acciones que tienen por
objeto conservar la posesión, prescriben al cabo de un año completo, contado desde el
acto de molestia o embarazo inferido a ella.
Las que tienen por objeto recuperarla expiran al cabo de un año completo, contado desde
que el poseedor anterior la ha perdido (…)”
1. Fundamento legal
1. Fundamento Legal
1. Fundamento Legal
a. Clases
1. Fundamento Legal
4. Pretensión:
1. Fundamento legal
Si las dirigidas contra una obra nueva no se instauraren dentro del año, los
denunciados o querellados serán amparados en el juicio posesorio, y el
denunciante o querellante podrá solamente perseguir su derecho por la
vía ordinaria.
Pero ni aun esta acción tendrá lugar, cuando, según las reglas dadas para
las servidumbres, haya prescrito el derecho (…)”
Exceptúanse las cosas muebles, cuyo poseedor las haya comprado en una feria, tienda,
almacén u otro establecimiento industrial en que se vendan cosas muebles de la misma
clase.
Justificada esta circunstancia, no estará el poseedor obligado a restituir la cosa, si no se le
reembolsa lo que haya dado por ella y lo que haya gastado en repararla y mejorarla (…)”
Pero no valdrá ni contra el verdadero dueño, ni contra el que posea con igual o mejor
derecho (…)”
2. Concepto. Proceso a través del cual una persona que explote económicamente un predio rural
que hubiere sido privada de hecho, total o parcialmente, de la tenencia material del mismo, sin
que haya mediado su consentimiento expreso o tácito u orden de autoridad competente, ni exista
otra causa que lo justifique, podrá pedir al respectivo juez agrario que efectúe el lanzamiento del
ocupante. Sin perjuicio de lo previsto en el artículo 984 del Código Civil (INTERDICTO DE
RESTABLECIMIENTO).
3. Debe tratarse de un predio no sólo rural, sino que esté dedicado a la explotación económica.
Del mismo modo, el que tolera que el ganado de su vecino transite por sus tierras eriales, o paste
en ellas, no por eso se impone la servidumbre de este tránsito o pasto.
Se llaman actos de mera facultad los que cada cual puede ejecutar en lo suyo, sin necesidad del
consentimiento de otro.
Los actos de mera tolerancia por parte del dueño, basados en relaciones de amistad,
condescendencia, parentesco, coparticipación, comunidad, vecindad, familiaridad o benevolencia,
no tienen eficacia posesoria, es decir, no permiten que la posesión material del bien quede en
cabeza de los beneficiados (…)”
2. Jurisprudencia.
“(…) En opinión de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, esas conductas son
únicamente concesiones del propietario y no implican la voluntad de despojarse del
dominio, pues carecen de carácter definitivo, público, ininterrumpido y permanente, al ser
circunstanciales, temporales, ambiguas o de simple cortesía. Negrillas y subrayado fuera
de texto original.
Por el contrario, la persona que plantea acciones simultáneas con el verdadero propietario del
predio impide estructurar el ánimus domini y la intención de reputarse poseedor, agregó la
corporación.
En todo caso, la narración de los testigos sobre los actos externos para edificar el corpus no
prueba la posesión, ya que se requiere dicho ánimus, del cual no se puede dar fe en los
testimonios, concluyó la sentencia (…)
“(…) Ahora bien, recordando a los clásicos doctrinantes en materia de posesión, la prueba del
“animus domini” es relevante para las legislaciones que se identifican con la llamada teoría
subjetiva de Savigny, para quien los actos en concepto de dueño trascienden la esfera de la
simple voluntad del sujeto de detentar el bien para sí, pues aquélla ha de materializarse a través
de hechos que así lo revelen y de esa manera, exteriorizarse ante terceros con apariencia de
dominio; en palabras de Arturo Alessandri R. y Manuel Somarriva U. “(…) Los actos de mera
tolerancia no están definidos por la ley. Pero puede decirse, desde el punto de vista del que los
tolera, que son aquellos que para él entrañan el ejercicio de un derecho, como es permitirlos o no,
y a cuya ejecución no se opone por benevolencia y considerando que no atentan contra la
integridad del contenido de su derecho.
Desde el punto de vista del tercero, son actos de mera tolerancia los que él realiza sin la intención
de ejercitar un derecho propio, sino basándose en la condescendencia del titular del derecho
ejercitado. (…) la falta de reacción defensiva del tolerante encuentra su explicación en la
benevolencia, y ésta se deriva, por lo general, de lazos familiares, amistosos, de buena vecindad o
de otros por el estilo que, en último término exteriorizan alguna fraternidad humana (....) facilita la
convivencia el que la ley se apresure a declarar que los actos de mera tolerancia de que no resulta
gravamen no confieren posesión, ni dan fundamento a prescripción alguna.
De este modo el dueño de una cosa no tiene por qué inquietarse del uso o goce que de ella haga
un tercero y que para él – el propietario – resulta inocuo. Si el legislador no hubiera aclarado el
punto, todos vivirían desconfiados y recelosos del más insignificante roce a sus derechos,
pensando que con el transcurso del tiempo podría conducir a la pérdida o mengua de los mismos
(…) el fundamento de los actos de mera tolerancia es el anhelo de facilitar la buena convivencia
de los hombres. Nada más y nada menos.”
En dicha corriente germinada a partir de la figura de la posesión de corte romano que inspiró el
régimen francés, español y chileno, éste último fuente del derecho colombiano a través de la
versión del Código Civil de don Andrés Bello, e influyente en el régimen argentino, venezolano y
otros países latinoamericanos, es particularmente exigente en la carga de la prueba del animus
domini, basamento de la prescripción adquisitiva de dominio, a diferencia de las legislaciones del
Perú, Brasil y México, seguidoras del derecho germano, vale decir, inspiradas en el Código
Alemán de 1900 (BGB), del que también son epígonos los regímenes Suizo, Turco y Japonés,
entre otros, que se identifican con la llamada teoría objetiva, pregonada por Von Ihering, para
quien la voluntad de dominio se presume en el detentador y por ende, se morigera la rigurosidad
probatoria que compele al demandante (…)”
“(…) Si el referido es el alcance de los denominados efectos erga omnes del fallo de pertenencia,
o sea, si lo que con él se quiere dar a comprender es que el derecho de propiedad ha quedado
radicado en cabeza del prescribiente sin que tal atribución le pueda ser discutida en adelante por
nadie, no es posible, bajo ningún respecto, pensar que dichos efectos, por serlo en frente
de todo el mundo, tienen la virtualidad de acarrear el arrasamiento de los derechos reales
accesorios constituídos sobre el bien objeto de la declaratoria, conclusión que la Sala
encuentra corroborada por el propio texto del ordinal 11 del artículo 407 del C. de P. C., cuando, a
vuelta de establecer que la sentencia que declare la pertenencia debe ser consultada y que “una
vez en firme producirá efectos erga omnes”, dice que “el juez ordenará su inscripción en el
competente registro”, lo que representa que ninguna otra cosa puede disponer el juez en cuanto al
registro concierne, en particular la cancelación de otros derechos reales, distintos al de propiedad
que resulte extinguido por causa de la declaratoria de dominio (…)”
“(…) lo cierto es que al adquirir el inmueble, independientemente del modo que dio lugar a
tal situación, el mismo adopta los gravámenes que con anterioridad a la operancia del
término de prescripción pesaban sobre el bien, siendo claro que de conformidad con lo
establecido en el artículo 2452 del Código Civil el acreedor hipotecario tiene derecho a
perseguir la propiedad independiente de quien sea su dueño.
Al respecto, indicó el Tribunal que del listado de anotaciones que pesaban sobre el folio del
matrícula correspondiente, era «indiscutible que sobre el inmueble objeto del secuestro se
constituyó hipoteca en favor de quien persigue en esta ejecución, entre otros bienes, el dado en
garantía real y que se encuentra vigente, dicho acreedor, a voces del artículo 2452 de la
legislación sustancial civil, tiene “derecho de perseguir la finca hipotecada, sea quien fuere
el que la posee y a cualquier título que la haya adquirido”»
Dicho en otras palabras, el nuevo propietario y ahora opositor de este bien que estaba
gravado con hipoteca, debe responder ante el acreedor por el valor del crédito, pues con la
declaratoria de pertenencia lo que realmente cambia o se extingue es el dominio del
anterior propietario, pero la hipoteca subsiste»
Consideraciones que no resultan caprichosas, pues el numeral 2 del artículo 468 del Código
General del Proceso, establece que cuando del certificado de libertad se desprenda que la
titularidad del domino del bien ha cambiado, a la ejecución deberá vincularse al nuevo
propietario, pues éste actúa como sustituto del demandado en razón a la legitimación
sobreviniente que tal calidad le otorga.
Téngase en cuenta que el criterio expuesto por el Tribunal acompasa con lo que al respecto ha
establecido esta Corporación en anteriores ocasiones, donde luego de estudiarse las causas
legales que daban lugar a la extinción de la hipoteca y los efectos de la declaración
de pertenencia, se concluyó que lo primero no era una consecuencia directa del proceso
declarativo.
[E]l sentido de los efectos erga omnes del fallo, el cual aparece precisado en el artículo
70 del Decreto 1250 de 1970, por cuya virtud, “cumplida la inscripción de la sentencia
declarativa de pertenencia, en adelante no se admitirá demanda sobre la propiedad o
posesión del inmueble matriculado en las condiciones dichas, por causa anterior a la
sentencia”.
La H. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, ha sostenido que el pago de tributos
(Impuesto Predial Unificado y Contribución de Valorización) no es prueba reina de una verdadera
posesión, en la medida en que se trata de un gravamen real que cualquier persona puede
honrar, veamos;
“(…) Los gastos mencionados que se cubran en relación con un inmueble son equívocos y no son
demostrativos, per se, de que quien los hace funge como poseedor del mismo, toda vez
que su cancelación puede hacerse por una persona cualquiera y sin ninguna clase de
vinculación con el fundo de que se trate (…)”3 Negrillas y Subrayados ex profeso.
“(…) En cuanto a los actos posesorios, Catalina dijo que la demandante es la que paga los
servicios públicos y el impuesto predial, lo cual sabe porque la acompaña a realizar dichas
diligencias y ella, incluso, le llena los formularios del impuesto predial; Cecilia Bermúdez sabe
que la demandante es la que hace la totalidad de reparaciones al inmueble y siempre la ha visto
residiendo en él; y, Félix Alberto siempre ha visto a la demandante residiendo en el lugar.
3 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE CASACIÓN CIVIL. Magistrada Ponente: RUTH MARINA DÍAZ RUEDA.
Bogotá, D. C., diez (10) de julio de dos mil ocho (2008). Ref: Exp. N° 1100131030192001-00181-01.
Mas recientemente, este mismo Tribunal5 tuvo la oportunidad de referirse al mismo tema, así;
“(…) Tampoco son prueba suficiente de la posesión que dicen ejercer los documentos
aportados por esos libelistas relativos al pago de servicios públicos y del impuesto predial,
ni los contratos de compraventa, o promesas de compraventa o de cesión de derechos derivados
de supuestas posesiones anteriores, celebrados con personas diferentes al propietario del lote de
mayor extensión, como tampoco las comunicaciones de exclusión del impuesto predial y,
respecto de una libelista, las declaraciones extrajuicio sobre posesión que no fueron ratificadas
como lo exige el artículo 229 del C.P.C. (fl. 108, cdno. 1), toda vez que, por ejemplo, el pago de
servicios públicos no es un acto exclusivo del poseedor, ni hace presumir tal calidad en
quien lo realiza, pues, como no pocas veces sucede, puede ser efectuado por el
arrendatario o quien, en general, ostente la simple tenencia del inmueble. Incluso, los recibos
aportados tan sólo se refieren a unos periodos mensuales, por lo que no es posible afirmar, a
partir de ellos, que los demandantes ejercieron actos posesorios por no menos de 5 años.
De igual manera, aunque la prueba del pago del impuesto predial constituye, en principio, un
indicio de posesión, es insuficiente para declarar la pertenencia si no se verificó DE
MANERA CONSTANTE durante todos los años en que se habría detentado el bien con
ánimo de señor y dueño, como ocurre en este juicio, en el que la mayoría de esos
demandantes demostraron, respecto de sus predios, que pagaron un solo año y unos pocos que
pagaron 2 años. Aquí la cuestión es de tiempo (…)”
1. Urbanización.
2. Parcelación.
3. Subdivisión.
4. Construcción.
5. Intervención y ocupación del espacio público (…)”
También podrán ser titulares las entidades previstas en el artículo 59 de la Ley 388 de 1997 o la
norma que lo adicione, modifique o sustituya, cuando se les haya hecho entrega del predio o
predios objeto de adquisición, en los procesos de enajenación voluntaria y/o expropiación
previstos en los Capítulos VII y VIII de la Ley 388 de 1997 (…)”
“(…) Los propietarios comuneros podrán ser titulares de las licencias de que trata este artículo,
siempre y cuando dentro del procedimiento se convoque a los demás copropietarios o comuneros
de la forma prevista para la citación a vecinos con el fin de que se hagan parte y hagan valer sus
derechos.
PARÁGRAFO. Los poseedores solo podrán ser titulares de las licencias de construcción y
de los actos de reconocimiento de la existencia de edificaciones (…)”
En el caso que el predio objeto de la licencia sea enajenado, no se requerirá adelantar ningún
trámite de actualización del titular. No obstante, si el nuevo propietario así lo solicitare, dicha
actuación no generará expensa a favor del curador urbano.