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HO'RUS
' “" spirituai. Por primera vez se revelan los misterios de Ia genuina realidad
dei amor cuyo origen debemos atribuir a Hermes Trismegisto,
heredero de la sabiduría estelar.
1
Esta ciencia nos permite apoderamos del verdadero amor para alcanzar
una felicidad real e impereced_era junto a una vida plena y armónica, por
medio del voluntario sometimiento a la jurisdicción
de los tribunales de Ia natu raleza.
Tapa:
HORACIO CARDO
LA CIENCIA
DEL AMOR
EL VERDADE RO AMOR
LA CIENCIA
DEL AMOR
Primera edición
14 dibujos
1mum
Dibujo de la tapa
Horacio Cardo
ISBN. 950-17—0035—6
Printed in Argentina
PROLOGO
Es por esto que el amor del hombre es oscuro, pasional, mortífero, fic-
ticio y satánico, y no consigue llegar a través de él a la realización de su
anhelo interior de unión profunda y verdadera cun el ser amado. [j…
…;%o_s_swo_lggwjr&eja_wi£d de un3gg, (ealídad íncomplcº
,… ¿……1wmew
tasía de su quime'rico deseo. No obstante, siempre hay excepciones a las re-
gas; existen hombres que viven 120 años; hay quienesjamás en su vida se
han cnfennado de algo. A pesar de la incredulidad general, existen también
los santos, los magos y los inmortales.
…¡
Por una parte buscan “la unión con la gente" a la cual se refiere Fromm
como uno de los verdaderos objetivos del amo_r y que las personas buscan a
veces erróneamente, a través del sadismo o masoquismo, por ejemplo.
nio como el medio aceptado por la sociedad para tener hijos y obtenerla_
10
' hombre común. Podríamos decir que estas enseñanzas son solamente para
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fonna, el auténtico amor no puede ser “amor inconciente", sino que tiene
que ser “amor sabio”. Para muchos puede resultar un contrasentido esta
añrmación, ya que tradicionalmente, se supone que el amor es una fuerza
que brota espontáneamente como un manantial campestre. Este es tal vez
el error más grande de los amantes de todos los tiempos, puesto que el
amor no existe como un don () una facultad natural del individuo, sino que
es una tecnica; más que esto, es una ciencia, la cual es preciso dominar
para obtener el éxito. Sin este aprendizaje. 10 más probable es que sobre-
venga el fracaso, la incertidumbre, la frustración, la insatisfacción o la
unión por el hábito mecánico.
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LO SATANICO EN EL AMOR ES:
LA IGNORANCIA
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ue . , . …
qbc sela pareja puede llegar a la perfecc¡on armónica: es decir. el hombre de-
Alí Ocr1;n¿e poe ciento macho y la mujer hembra por completo
todos Heva¿sn:5;%rggdze or1g_mo esta porción de sexualidad opuesta que
_ . ¿¡ provmo originariamente” Lat ' " ' '
no . , . rad1c10n herme
anárglceengue a3tee qUe eparecxera Adan y Eva en el mundo, el hombretel(r;g
no degunº.;rsoceec¡g, telnáallos dos sexos, de manera que el órgano masculi
raaa eotroyviceves df .
luz La diferen _ ” r a, e orma que los dos daban a
. cnac¡on sexual se produ'o cuand al '
otros, y que temían los C! J ' o gunos mas fuertes que
' olores de] parto su etaro 1 ' ' '
:… poseerlos y no ser fecund , ] n a 05 mas debiles, para
ados por ellos De e t d '
atroñando y se produ” _ _ ” . s e me 0 un organo se fue
, . ]O la diferenmacmn Subsistió
enc , ' . , empero, la arte ene -
gexu:li<áeldorgano atroñado, la cual aun conservamos como aque113 parte dre
C n al f9puesta que porta el mdividuo de hoy
o .
humanae esitnldcízrcompínder qué es el amor y cómo debe actuar ¡a pareja
ta parte, de se emos e que manera se manifiesta en las personas ¡a cuar—
xo opuesto que llevan, es decir. cua]es son las cualidades y
La masculino en la mujer
Lo femenino en el hombre
No “
en Ea mgeebre extra;1arnoe que muchas de las cualidades que son masculinas
no reside] ehs;:;m elnudendmas en el hombre, ya que su condición de género
… cual a misma' sino " '"
hombre o mujer)_ , en su relac¡on de mamíestac¡0n en
Fa . _ . . .
rronernízusnngrciíli)sírsilgnadmelmf -dsensual1dad - debilidad de carácter -
fanfa-
- — es ea ta - mo'i ater' - ' ' ' '
dad _ orgullo ¿ Jg 1a egmsmo - histeria — vam—
- celos — prepoten01a - mal ' ' '
ble _ _ _ “ , _ 4 ' gemo — machismo — caracter volu-
odio e¿r¿eter explos¡vo - agresnv1dad fisica y oral - irresponsabilidad -
19
ocresía - exhibicio-
_L<&menino en la mujer
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Lo masculino en el hombre
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En el caso del hombre, éste también se Siente vmlmente debil y para
'" …… ., _.
21
HOMBRE MUJER
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HOMBRE MUJER
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22
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me e
_h¡_$£€fiºa y la pasión, son una sobreegjignte g¿hibic_i_ún…de fengíne¿'dad_f
26
Existe r de ra<………&úguo…r
mercantilista, que Lleva ¿ lemlúeudh……-
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jarse poseer por el hombre en forma pasiva, sin una verdadera participación
psíquica. Al entregar exclusivamente su cuerpo, la mujer se convierte por
su propio deseo en “mujer objeto”, por la que se debe pagar un buen pre-
cio. Este valor puede ser en dinero o en otro tipo de cosas (admiración cie-
ga, servidumbre emocional, obediencia, etc.)
En este aspecto el hombre es tal vez más afortunado, pues no precisa ser
físicamente hermoso, sino que le basta con una buena situación económica
para ser atractivo. Ciertamente que en este tipo de relación el hombre tam-
poco se entrega a [a mujer, porque tiene clara conciencia de comprarla
constantemente, lo cual hace innecesaria una entrega profunda. Al com-
prar a una mujer, el hombre paga por gratificación sexual, hijos, ropa lim-
pia, comida y aseo en el hogar. La mujer paga por su propia manutención,
por protección y alimento para sus hijos, y a veces también por manuten-
ción para sus padres o familiares y si además es lo suficientemente atracti-
va o deseable, también 10 hace por 1ujos y caprichos. Es así como esta
costumbre configura una especie de círculo infernal: la mujer debe ser ca-
da día más bella, () por 10 menos mantenerse físicamente atractiva, ya que
de otro modo su cotizaciónbajarán0tab1emente, no bastando para pagar 10
que antes adquiría. El hombre a su vez necesita ganar cada día más dinero
para satisfacer las demandas siempre crecientes de su mujer, quien necesi-
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¡ a mujer hermosa no necesita dar para recibir algo valioso; sólo necesita
prestar su enerpo.x Por esto, mientras más bella sea, más grande será la con;
ciencia de su propio poder. Cuando esta hembra se mira ante un espejo y
sonríe satisfecha, su alegría deriva de la comprensión de su propio poder
sobre el hombre, sensación que 0113 necesita mantener constantemente viva
para ser dichosa. Un adecuado análisis psicológico nos revelará que la mu-
jer mercantilista no experimenta Ia vida, sino que vive a través del hombre,
motivo por el cual se siente desesperada y acabada cuando comicnzaa cx-
Hay también por parte del hombre una forma muy extendida de ne—
garse & la' entrega a la mujer y es el caso del individuo machista, quien
aspira a dominar constantemente a la mujer como un medio de alcanzar
una supuesta seguridad viril. Si analizamos ¿ fondo el problema de la no
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entrega descubriremos que hay muchos motivos para esta actitud además
del mercantilismo basados algunos en el simple egoismo en la indolencia
o en complejos y frustraciones diversas. No obstante, también existen mo-
tivos fundados para esto lo que comprenderemos en páginas venideras
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Los celos son una forma extrema de posesión egoista sobre una perso-
na, la que se considera que debe brindar su amor exclusivamente a un sólo
individuo, sin desviaciones de ninguna especie con respecto a las normas de
conducta establecidas. Los celos van desde la sensación que experimenta el
amante engañado, hasta laintranquilidad que puede sentir quien ve que la
mujer amada recibe excesiva'atención por parte de otro varón. Existe una
amplia gama que fluctúa entre lo que 1podría considerarse nonnal y lo que
es patológico. Sin embargo, siempre Lo_rigen dejos_eelgj_dehemeuhim—
u fe
te está enfocado sobre sí mim E__s_mMraño gue el ce1os_o_ no sea en
' do, existen sólo para servirlo. La actitud o el carácter celoso es la mani—
31
—» t………… …
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do enconadunentelºtque—é,steha conseguido_eppdr_ía llegar,a.tg£r—
Existe otro elemento, tal vez el más importante de los que componen
el síndrome de los celos, que es el factor libidinoso. En verdad la libido tie-
ne sobre nuestras vidas una influencia muchísimo más grande de lo que pu-
diéramos pensar a primera vista. Herméticamente hablando, la libido repre-
senta para nosotros el poder y la fuerza de la vida; representa la genera-
ción. Debe comprenderse que sexo y generación, son dos cosas muy dife-
rentes. La electricidad tiene género, pero no tiene sexo;el átomo tiene gé-
nero, pero no sexo. La pareja humana, en carnbio,—tiene género y sexo. La
libido o poder generador, …e.enejgía…de3…£ººllgg
órganos sexuales ocu¿an/t£yez, sólo 30º. Elpndengenemdousla_enggm
_creadora de la vida que está_en el individuo¿ fuerza que rebasa su control
y_o_lun_t&;íor'ldíu_ng se escapa a todo intento de manejg._ Esta energía,
obra impulíada por su propia fuerza directriz, la cual ha sido implantada a
la manera de un programa, de la misma manera que la personalidad. Este
programa es el que establece cuán natural o cuán pervertida está la libido
de un sujeto determinado. Aún cuando el sexo, como ya lo hemos dicho,
es sólo una pequeña porción de la libido, es la parte más fácilmente obser-
vable, debido a que se constituye en el centro de toda sensación, razón por
la que sostenemos que7toda sensación es sexual. ,… de libido
y sexo da nacimiento a …;glemento al cual llamaremos “ o erótico”,
…omúnmente comí'égí_citación sexual. Esta energía
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De esta forma, los celos constituyen una de las maneras más comunes
y perjudiciales de amor satánico, que impiden siempre llega: a la consecu-
ción del genuino amor.
A través del desarrollo de este libro, descubriremos que todos los pun-
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tos que definen lo que es amor satánico se tocan unos a otros, constitu-
yendo, sin embargo, manifestaciones diferentes, esto es, 10 satánico, que es
una sola cosa, se maniñesta de diversas y variadas conductas, las cuales
constituyen en conjunto las formas o modalidades humanas del amor
satánico. Una vez conocido el total de e11as, podremos entender clara-
mente lo que es el satanismo amoroso.
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…el
Padríe…ex_eelse…du_e_wek_dée&mg_mwmum
B£Qústa.$m…m…&d£9£9£ad» ya qye,i,nºthe
es posible que dediquen mucho más tiempo a acadciarsE—qñíótras '
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Muchas veces se especula con la idea de que las personas mayores ab-
sorberían las energías magnéticas de los jóvenes. Esto, sin embargo, es ve-
rídico solamente en los casos en que la persona de mayor edad es negati-
va con respecto a 13 más joven, es decir, cuando el desarrollo de su con-
ciencia espiritua1 (10 activo del individuo) es escaso, careciendo simul-
táneamente de una mentalidad positiva, exhibiendo en cambio una con—
ducta pesimista y negativista propia de un “perdedor profesional”. Por el
contrario, cuando el sujeto es muy positivo, la diferencia cronológica se
equilibra con el mayor aporte de energía activa superior. Por supuesto ocu-
rre el caso de ancianos que contraen matrimonio con jovencitas que se
muestran notoriamente rejuvencidos. En el caso contrario, se trata, como
ya lo hemos dicho, de ancianos vital, mental, emocional y espiritualmen-
te negativos.
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Una serie de circunstancias deben reunirse para que un sujeto sea efec-
tivamente f1echado por Cupido. Entre las principales, está el hecho de
que el afectado tenga sus defensas psíquicas abiertas, es decir, que no
exista una coraza que 10 proteja de la inñuencia magnetizadora. Los her-
metistas sabemos que el campo magnético que circunda al planeta Tierra
es una especie de recipiente universal, donde todo está impreso y que esta
fuerza nos rodea por todas partes f1uyendo y reñuyendo, desde y hacia
nuestro cuerpo físico. Ahora bien, este magnetismo es neutro en estado
natural, en 10 que se refiere a sus buenas o malas características, pero el
magnetismo que proyectamos desde nuestro cuerpo, sale“teñido”o satu-
rado con nuestras Vibraciones personales. Se proyecta por la mirada, el
aire, las manos, la palabra y por los órganos genitales. Cuando se dice que
una persona posee “sex-appeal”, es un término muy verídico, dado que se
refiere a aquellos que tienen un gran magnetismo personal. Bajo ciertas
condiciones psíquicas, recibimos una carga magnética proveniente de
una persona que nos atrae físicamente y en consecuencia, esta energía
“nos flecha”.
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…a… individualidad…
¿ cu Sº&h……&w……
…ción…
íá…x… frecuente, lmmás_emhahle_ue 1¿e_ambos amen…tee ee…magngdc…eul.
ugo ¿] qm_ummm………z_m…wjgmg¿_
1éype“bñedad…alcoháhca. sálo queen este eg)fge_trg_t3£…
_:¿aggédea. la… _gu_e_npreduce=un_eít5wa OL…
guienes han p…esta experiencia. la cu , empero, no indica
la existenc'a dw……amente de un fenómeno eléc-
'(íe'a embria ada se ' ' ' " s
' tes y que las preocupa iones desaparecen. En buenas mentes, una condi-
ñar entonces que se anule por completo, mientras dura este estado, toda
función intelectual superior y todo sentido crítico. Como el ser humano
no conoce el amor, es bien comprensible que interprete su experiencia co-
mo la más elevada, fuerte y positiva forma de amor, cerrando sus ojos y
oídos a quien pretenda contradecirlo o mostrarle la realidad de su situa-
ción. Solamente así es posible comprender el profundo apasionamíento
que se origina entre dos seres unidos por Cupido. También es posible com-
prender fácilmente el por qué puede terminar repentinamente, de mane-
ra tan intempestiva como empezó, pues los sentimientos no cuentan para
nada, como tampoco los instintos ni las ideas; no es este un problema amo-
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per la_senci.lla razón que nunca 10 hubo. No obstante, algo existió que
hizo v1brar a la pareja; verdad o mentira, ilusión o realidad, ellos proba-
ron el fruto de su relación, y el producto fue la vehemencia o “la pasión”
palabra que parece haber sido inventada para describir certeramente le
que ocurre cuando un sujeto es inundado por una fuerza magnética que 10
arrastra a sentir o hacer algo;queda pasivo, convirtiéndose en mero instru-
mento de una energía externa. ……
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¡¡
Las inñuencias culturales del momento poseen per lo general ,una fuer-
za irresistible sobre el individuo, quien resulta impotente para defenderse
de esta poderosa coacción. Las pautas de conducta aprobadas por la socie-
dad, las costumbres, la tradición, la moral, la Opinión pública, los manda-
mientos religiosos de la fe profesada por el sujeto, en tin, todo aquello que
se pone de moda, obliga al individuo a estimar deseables, positivas y civili-
mdas aquellas metas, luchando así por conseguirlas y reprobando enérgi-
camente las que no tienen cabida en el guión cultural de la humanidad. De
este modo se ha tomado, insensiblemente, con el correr de los tiempos, un
“guión matrimonial". Diñere según las distintas culturas; es así como en
Occidente el hombre contrae matrimonio con una sola esposa y constituye
delito el hacerlo de manera simultánea con varias, mientras que en algunos
lugares de Oriente es perfectamente legítimo que un hombre tenga varias
esposas, siempre que pueda mantenerlas debidamente. De esta manera, lo
que es correcto en una cultura, es inaceptable en otra. La actitud…
matrimo ' ;
Í“mandajº£e3……genciaunivegsal que se manifiesta a tra-
_vés de laynammlea, como ocurre por ejemplo, con e1gexminar de las plan-
tas, el crecimiento de los árboles o el preceder de las estaciones.£l_hgmh_re_
Tenemos que convenir que el ser humano se ha apartado del camino na-
tural que debiera seguir, este es, el de evo1ueionar concientemente como
tal, teniendo como meta llegar a niveles crecientemente superiores de ho-
minalidad. Por el contrario, su pasión por el confort y el lujo y su avidez
consumista, 10 ha llevado a una degradación intrínseca de sus cualidades
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_
verdaderamente humanas, a cambio de las cuales ha exaltado las puramen—
te animales.
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¿Por qué esta diferencia de criterio? ¿_Por qué aplicar distintas medidas
para un mismo hecho? Sencillamente debido a que siempre se ha estimado
a la mujer como una propiedad del hombre; como un objeto que es posible
comprar o vender y como siempre ha sido así, continúa siendo igual. Cada
individuo llega 31matrimonio programado emocional, intelectual e instinti-
vamente. Se casa porque “hay que casarse”, tiene hijos “porque hay que
tenerlos” y organiza su relación matrimonial exactamente como 10 señala
la sociedad a la cual pertenece. Desde su matrimonio en adelante todo su
futuro estará programado, aún el último viaje, el que efectúa al campo fú-
nebre; realizado de acuerdo a las tradiciones y costumbres existentes. Has-
te es posible anticipar de manera muy acertada, como serán las exequias,
cuál será el comportamiento de los deudos y las opirííones de los amigos y
parientes. ,
La heterosugestión nos dice que la mujer debe ser bonita y deseable, pa-
ra poder así exhibirla y que el hombre debe ser lo suficientemente impor-
tante (subjetiva u objetivamente), como para que la mujer se sienta orgu-
_que los cg]ogmue_strm cug;1_t_g se ama; nos hace confundir sexo con amor;
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Todos creen que en amór basta imitar a los pájaros, las flores o los m-
sectos; que solamente es necesario “dejarse" ir” en las alas del estímulo hor-
monal. para alcanzar la ansiada felicidad. En apariencia la gente ha coloca-
do el amor en un polo opuesto a la responsabilidad, el aprendizaje, la téc-
nica, la inteligencia y la voluntad. Se piensa más en la generación espontá-
nea que en un acto superior del hombre. Por desgracia, en el guión cultu-
ral de la humanidad no existen los elementos descriptivos de 10 que verda—
deramente es el amor y por este motivo, la pareja humana practica sólo
una parodia de lo que debiera ser una sublime relación.
Se diría que este problema no es tan grave, ya que sólo bastaría poner
en claro, divulgar o explicar, los fundamentos, normas, reglas y procedi-
mientos de] verdadero amor para que la humanidad fascinada y compla-
cida tuviera acceso a la rea] felicidad amorosa. Esto sería, sin embargo,
ignorar la constitución de la naturaleza humana, ya que el hombre como
grupo jamás ha comprendido las explicaciones inteligentes cuando éstas
se apartan de las pautas culturales habituales. Dicho conocimiento está
reservado exclusivamente a los escasos sujetos poseedores de un estado de
conciencia superior, que acompaña al desarrollo y la evolución espiritual.
La inteligencia cerebral programada, tiene acceso únicamente al mundo
de lo susceptible de programarse, que al final es sólo el pequeño mundo
de lo visible. Sin embargo, el mundo interior del ser humano permanece
siempre invisible, especialmente en 10 _que se refiere al prójimo, pero tam-
bién en grandísima parte con respecto a sí mismo. El sujeto desconoce ca-
si por completo su verdadero mundo interior, del cual sólo tiene una visión
deformada () disfrazada, ¿ causa de sus mecanismos psicológicos de adapta-
ción y defensa. Lo que llamamos estado de conciencia superior”, es en
verdad una condición psieqlógiea en la cual el sujeto penetra en su propio
mundo interior y logra también comunicarse con el mundo interno de sus
semejantes. Esta experiencia es de tipo espiritual y no técnico, es decir, es
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Pero, ¿acaso no nos apartamos por completo del tema del amor? De
ninguna manera, ya que el verdadero amor es en si algo que involucra la te-
talidad del individuo y no solamente sus emociones 0 secreciones hormo-
nales. No es posible, de ninguna manera apoderarse de amor sin tener pri-
meramente el control de nuestro mundo interior a través de la evolución
espiritual. Evo
Es preciso que exista una filosofía del amor; es menester que se com-
prenda de una vez por todas su verdadero significado como un conocimien-
to integral de la vida y del individuo que debe marchar de la mano con su
evolución espiritual. Cuando Jesucristo decía “amaos los unos a 105 otros”,
no pregonaba la simple necesidad de poner la otra mejilla o devolver bien
por mal, sino que era la expresión verbal exotérica de un conocimiento in-
tegral esotérico y profundo… “Amaos los unos a los otros” es solamente
una operación aritmética en relación al conocimiento completo de las ma-
temáticas; no podría ser de otra manera, ya que no es posible comprender
como el simple hecho de practicar el amor cn'stiano podría llevar a la per-
fección espiritual, sobrepasando la inteligencia, la cultura, el progreso cien-
tífico y la mayor conciencia. Tampoco creernos, sin embargo, que la cien-
cia contribuya en condiciones normales al progreso espiritual del indivi-
duo, sino que por el contrario, frecuentemente lo enajena y desposee de
sus cualidades humanas. No obstante, el problema no reside en la ciencia
misma, sino en ¡a forma como el ser humano la maneja, ya que su control
superior resulta indispensable para el desarrollo del ser humano.
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que puede llamarse "relación emocional natural" entre padres e hijos pue-
de sospecharse de un trastorno edípico. No se piense, de manera demasiado
simple, que el hijo enamorado de la madre debiera manifestar hacia ella un
extraordinario cariño, ya que también puede darse el caso que una profun-
da animadversión seá justamente una posición defensiva adoptada para
protegerse de una relación incestuosa.
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Las desmedidas exigencias que hace el sujeto afectado por este proble-
ma y su incapacidad para dar y entregarse hacen muy improbable su feli-
cidad matrimonial.
2) El sentimiento de culpabilidad
55
3) Relación desigual
56
"',
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satisfacen con nada, aunque lo tengan todo, ya que lo que en verdad bus-
can de manera inconciente es imposible, esto es, tener pene.
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Resulta evidente que aquella mujer que padece del complejo de Diana
se verá privada de una buena relación amorosa, ya que a 10 más que podrá
aspirar es a una relación de tipo simbiótico, la cual en este caso, tendría
que efectuarse al hacer pareja con un hombre femenino, con el que se com-
plementará de manera inversa a su propia identidad sexual, por lo que este
tipo de relación es claramente satánica.
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62
1) Símbiosis activa
2) Simbiosis pasiva
3) Simbiosis compensatoria
Eswi…dqnds…lle…eto_m_edu1ax…delpxoblema_d. el amor !
tambíén,_a .1¿comprensión dela eterna controversia entre amor y sixnbiqei;_.
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dos seres de oes enfermosy anémiaas,cuya carencia vital los hace con fre-
cuencm esconocer la generosidad, la nobleza interior y la riqueza de espí-
64
IZZL creadº:-
65
rieta, heroínaá de teleseries, ídolos juveniles del mundo del disco y la can-
ción, sabios, millonarios famosos, presidentes, estadistas, aventureros, in-
telectuales, filósofos y en general, todo sujeto que se destaque o que sea
susceptible de ser admirado por sus cualidades reales o fantasiosas; todos
ellos son los modelos de los cuales el niño sacará los materiales para tra—
bajar en una extraña labor que tendrá una trascendental int1uencia en su
propia vida: la empresa de soñarse ¡¡ sí mismo, al mundo y a la gente, ab-
sorbente trabajo que no termina jamás en la vida del sujeto. Esta trama es
la que determina realmente los acontecimientos en la vida del individuo;
es el argumento que sin saberlo moldea la conducta de] sujeto. Este proce-
so de soñarse a sí mismo es eminentemente creativo y en él se forma un
ser ideal, mezcla de muchos modelos, especie de engendro de] doctor Fran-
kenstein, ente que al igual que en la clásica historia, puede destruir fácil-
mente a su creador. A este ser 10 denominamos “fantasma onírico”, ente
creado de la fantasía y sueños del individuo, creación que existe a expen-
sas de su padre y que durante toda su vida se alimenta de él. Si bien es
cierto que su creación se inicia en la niñez, sus valores siguen siendo váli-
dos en la edad madura, sin cambiar su esencia, solamente incorpora nue-
vos modelos que se suman a los ya existentes, los cuales sin embargo, se
mantienen como los más importantes. Resulta común que en sus sueños de
adulto el individuo redescubra sus fantasías infantiles. Nuestro “fantasma
onírico" tiene su equivalente en la “imagen idealizada” de la psicología
ortodoxa, existiendo no obstante, una importante diferencia de conceptos.
Para.la psicología la imagen idealizada es algo interno que existe sólo en la
mente del sujeto: para la filosofia hermética “el fantasma onírico" tiene
vivencia real en el mundo de la energía, o sea un ser energético nacido del
pensamiento. A1 sostener que es real, lo hacemos en el sentido de que esta
realidad solamente es tal en el mundo de la energía, es decir, un espectro
únicamente real en el mundo de los fantasmas, sitio adonde pierde sus
cualidades fantasmagórieas para convertirse en una creación material.
66
,_…e
...…
— __:
rico, el cual al tomar trozos dispersos de héroes y personajes admirables
se convierte, por lo menos ilusoriamente en una especie de super héroe ¿¿
c1enc1a ficción, personaje que no podría existir en la realidad concreta. To-
do ¡este proceso de soñarse & si mismo como super héroe no es conciente ni
dehberado, sino de tipo onírico, inconciente y compulsivo. En efecto el
mdividuo no hace sino buscar una compensación fantasiosa que le pemtita
evadir la frustrante, cruda e inconveniente realidad. Hasta aquí no parece
que fuera un problema demasiado grave, ya que se nos aparece como una
manera de hacer la vida más liviana o agradable. Contrariamente a esta
1dea, y apoyados en la milenaria sabiduría hennética, sostenemos que la
aeción de este fentasma onírico resulta de.una tremenda fuerza destruc-
t1va. No al estilo de un ciclón que arrasa ciudades, sino que a la manera
solapada en que un enemigo invisible se divierte en jugar con nuestras
a_mb1c1ones, deseos, emociones, temores y anhelos internos, sin el propó-
Site de divertirse, pero con el afán de practicar el antiguo juego de1gato y
el_raten. Np podemos más que reflexionar y preguntarnos qué oscuros
_rmstenps cosmicos permiten que tengamos en nuestro propio mundo
mterno, a la vez que en el plano energético que nos circunda, un enemi-
go tan solapado y maléfico. En efecto, el “fantasma on 1'rico” vive & expen-
sas del individuo, a quien succiona sus mejores energías mediante el sub—
terfugio de presentarle la visión de múltiples y variados espejismos, cual
de todos más atractivo. Esto no es una mera figura retórica; sostenemos
que el “fantasma onírico” se convierte en un hijo invisible de tipo satáni-
co, ne porque sea perverso (no podríamos tildar ¡¡ la muerte de perversa.
por ejemplo), sino porque su función propia consiste precisamente en
fomentar 10 ilusorio.
67
.
en las cosas ocurren de una manera diferente, pues el afectado, lejos de
enmendarse procura con ansia creciente identificarse cada vez con ma-
yor fuerza con su “fantasma onírico”, lo cual le permite, por lo menos
temporalmente, liberarse de la desilusión y angustia de la inferioridad.
El círculo se ha cerrado y la víctima se encuentra prisionera en e1cepo
de su propia debilidad interna.
Lo Verdaderamente funesto del mecanismo es el hecho de que se crean
metas imposibles de cumplir por un ser humano, lo cual llevará al indi—
viduo,indeféctiblemente 'a perseguir ilusiones durante toda su vida. El fan-
tasma onírico será su ofiligado compañero y lo empujará con fuena irre-
sistible a cumphr con los requerimientos que se ajustan a los modelos de
los que ha extraído los materiales y con los cuales construyó su “fantas-
ma onírico". Mediante este mecanismo, Napoleón, Julio César, Salomón,
Casanova, Superman y James Bond, estarán interiorizados en nosotros
exigiéndonos cumplir las mismas proezas que ellos, real o supuestamen-
te realizaron. Como es de comprender, se genera una intensa angustia
flotante que nos atenazará constantemente. Mientras más alto sea el con-
cepto de nuestra imagen idealizada () “fantasma onírico”, mayores serán
nuestras tiránicas exigencias interiores y menor la posibilidad de cum-
plir aunque sea con una pequeña parte de estos requerimientos. Las me-
tas de las personas están calcadas de la existencia de personajes famosos y
de los ídolos creados por los sueños de publicistas, poetas y escritores, veta
de donde se alimentan nuestros sueños.
Ha llegado tal vez el momento de preguntamos qué tiene que ver todo
esto con el amor. No responderemos directamente esta pregunta, sino que
dejaremos que lo haga el gran psicoanalista Theodor Reik, uno de 105 po-
cos hombres de ciencia que ha escrito de manera realmente concreta so-
bre el amor. Precisamente, Reik sostiene que el amor siempre se origina
en un descontento interno consigo mismo, el cual se genera al compro-
bar que no somos quienes creíamos ser, y que no podemos cumplir con lo
que exigimos de nosotros. Es así como el individuo busca el amor como ta»
bla de salvación; como un acontecimiento que le permitirá de modo mági-
co realizar 10 que anhela internamente. Llegamos al concepto que estima-
mos más acertado y genial de Reik, cuando dice que: “el amor es una per-
mutación de imágenes idealizadas”. Con esto quiere decir que el enamora-
do transfiere lo que en realidad es un “fantasma onírico” a su amada, y vi-
ce versa, logrando así convertir lo fantasmagórico en un ser de carne y hue-
so. De esta manera, el sujeto que una vez estuvo esclavizado a un fantasma
está preso ahora bajo el yugo de un ser real. Como dice Reik: “llegamos a
la comparación entre el ideal y el ser elegido; la imagen era un fantasma,
68
Continúa Reik: “nunca sabré porque la quiero tanto”, ...“la amas por-
que satisface tu ego secreto".
De esta manera, Reik mira el amor como un sustituto del deseo de alcan-
zar el ego idea] o imagen idealizada. Se desprende del análisis, que el amor
según esta pauta, es de muy débil existencia, ficticio y condenado de ante-
mano al fracaso, al llegar el inevitable momento en que el sujeto, tal como
se confundió a sí mismo con su fantasma onírico, confunde ahora a su
amada con su propia imagen idealizada, es decir, al amarla no hace sino
adorar a su propia imagen. Resulta obvio, sin embargo, que llegará el mo-
mento en que sentirá que su amada no cºrresponde al concepto que él te-
nía, aunque lo que ocurre en verdad es que está comenzando a recuperar
su “fantasma onírico” para sí. Primero lo proyectó y lo hizo encarnar, re-
vistiendo a la amada de una imagen ideal casi,mágica, llena de virtudes y
ausente de defectos apreciables. Ahora, al recuperar su “fantasma onírico”
y hacerlo nuevamente encarnar en sí, la amada se convierte repentinamen—
te, como por obra de un maligno hechizo, en una vulgar y vacía mujer des-
provista de todo encanto. El enamorado piensa que ella, por algún motivo
que no conoce, ha experimentado un gran cambio, pero la verdad es que
siempre ha sido igual. Sólo el hechizo del “fantasma onírico” la revistió de
un irresistible encanto,
69
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71
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75
inadvertido de muchas depravaciones, debido a que la persona busca deses-
peradamente satisfacer de cualquier modo las poderosas apetencias que la
consumen. Creemos que la publicidad al utilizar simbolos sexuales para
vender diversos productos, fracasa en su intento primordial, puesto que
vende sexo y producto en un mismo paquete, creando así un desmedido
“apetito sexual psicológico” ñotante que promueve y exalta la compul-
sión genital. Muchas veces, los ataque sexuales y violaciones tienen como
causa motivadora esta sugestión mental erótica de la cual el sujeto no pue-
de sustraerse en un momento dado.
76
que estarán, por lo general, condenados a imitar el falso estilo amatorio pe-
alºo”' na…es “dejzfree estar o “dejarse 11evar”,iamás puede ser pasivo, sing
……Mgmí&…&
wm… ….FEQ.X…ÁM£thM…WO£A£-—
…ginarse_en.elpmp
QEQ.S.QS$1 _ _ …___ ,
EB?£“£!££S…9… Por desgracia, son muchos los indmduos que vagan
por el mundo persiguiendo el espejismo de una “mujer imagen” o “mujer
pantalla". Cuando la conocen más íntimamente ya no la desean, creen ha-
berse equivocado, y trasladan su dulce pero destructiva alucinación a la ñ-
gura carnal de una nueva mujer que viene a sustituir el miraje anterior. Y
es así como este ciclo puede repetirse indefinidamente.
Con la mujer no ocurre algo muy diferente: ella también está fuerte-
mente sugestionada o alucinada desde pequeña por la imagen de un hom-
bre ideal, al cual se le denomina frecuentemente “principe azul”. Con toda
seguridad, el material de sus sueños amorosos fue tomado de novelas ro-
sas o de ejemplos dados por el cine, la televisión o magazines diversos. En
la búsqueda de este “principe azul”, es donde la mujer puede no sólo mal-
gastar su vida entera, sino aún llegar a la prostitución al entregarse a uno y
otro hombre, en la persecución del ideal soñado. A1 sentirse atraída por
un hombre, jura que ha encontrado al sujeto ideal, pero al desilusionarse
prontamente, piensa haberse equivocado y decide reemprender la búsque-
da. No pasará demasiado tiempo hasta que aparezca un sustituto que vuel-
va a alucinarla, pero por corto tiempo. La verdad es que en su vejez, 0 ca-
si al término de su vida, llegará a comprender que únicamente ha perse-
guido un fantasma y que esta estéril búsqueda la ha privado de tener un
compañero de carne y hueso. Sin saberlo, ha sido también una víctima de
la sexualidad compulsiva. Nadie salió a su camino a advertida del peligro
que la acechaba, porque estos problemas son conocidos únicamente por
una íntima minoría de la raza humana. La ciencia, como de costumbre, se
preocupa de cosas menos engorrosas, menos comprometedoras y más ren-
tables.
77
Tal vez el obstáculo más importante que existe para llegar al amor, o
aún más que eso, la fuente de las dificultades, reside en la debilidad e in-
madurez del yo de las personas, las que al carecer de un yo maduro, fuerte,
racional y bien integrado, recurren a toda suerte de artilugios emocionales
para defender un prestigio, una fuerza o una imagen que sienten amenaza-
da por e1juego del amor. Tal como un sujeto débil y enfermizo puede con-
vertirse en matón prepotente para ocultar o disfrazar su propia incapaci-
dad, los amantes adoptarán también ciertas posturas psicológicas para
mantener su autoestima a un nivel adecuado, Este no es un 1íbro que pre-
tenda especular con diversas teorías científicas, sino que es un trabajo que
busca mostrar realidades concretas y tangibles. que cualquiera puede com-
probar en el transcurso de las relaciones amorosas propias o ajenas. No
buscarnos convertir al lector en un teórico del amor, sino que en algo mu-
cho mas importante: en un amante que sea capaz de encontrar verdadera-
mente la felicidad y realizarse a sí mismo a través de 1a prácticadel amor.
Empero, debe apoyarse en una ciencia del amor, la cual es preciso com-
prender previamente en su parte teórica, que estamos divulgando. Este co-
npcímiento difiere grandemente de los sistemas ortodoxos, porque es una
tecnica y una sabiduría que debe actuar primeramente sobre el observador
y después sobre lo externo. Desde el momento en que e1hombre y la mu-
jer son los instrumentos mediante los que se creará el amor, una ciencia
amorosa tiene por fuerza que actuar sobre estos instrumentos antes que
nada y hacerlo de una manera integral.B_g es_pgs_ib_jg_t_r_gba'ar solamente
con el 5_entimientn () el intelecto,ya que el instrumento humano de que
nec…chas partes, nm5unade'las cuales puíde
excluirse. Esto, por cierto, si es qu"? s—e_rj'úfeíé"eféctiyíáente 11egar a! ve
-
dadero amor y no a una burda parodia. En realidad el problema del amor,
es algo que toca y cuestiona la estructura entera de la sociedad; es más,
pone en duda la condición realmente humana del sapiens. Niega la posibi-
lidad de que exista un verdadero amor entre dos animales sapiens y que
sólo al conseguir éstos en cierta medida una condición realmente humana
e inteligente, pueden tener acceso al genuino amor. Si no lo hacen así,
llegarán apenas al ayuntamiento de las bestias; a la agresividad de 105 irra—
cionales; ¿ la desconfianza de 105 animales; a la vaciedad del coito mecáni-
co y a la productividad de nuevos cachorros de bestias, los cuales a su vez,
78
79
que uno cree ser y el ente que cree ser la pareja). Resulta…evidente que_a_,
que termina generalmente con uno de ellos o tal vez ambos, muy maltre-
¡ chos, f ísica, emocional y mentalmente.
dos de hombre feminoides y mujeres hambrunas. *Lo triste es que la so— '
80
cial del ser humano, pero hay cosas que siendo muy positivas, están incom- v
82
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* lmpulsos.
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Muchas veces hemos oído ante una criatura de corta edad, la expresión:
“es el fruto del amor”. Intentamos demostrar a los que puedan pensar sin
prejuicios, que rara vez los hijos son “el fruto del amor“, sino que por 10
general, son el producto se la casualidad, el aburrimiento, la frustración, el
fracaso, la insatisfacción interna, el conformismo social o el egoísmo. Deta-
llaremos a continuación en algunos puntos, los motivos principales por los
cuales las parejas tienen hijos. Sorprendentemente ninguno está relaciona-
do con el amor.
86
2) Fracaso y frustración
Cuando una persona siente que su vida es un fracaso y que le será muy
difícil enmendada, experimenta la necesidad de tener hijos con la esperan-
m de lograr a través de ellos el éxito que no ha podido conseguir en lo per—
sonal. Madres muy pobres ruegan diariamente para que sus hijos lleguen a
tener fortuna, y si eso ocurre se sienten realizadas. Se produce en este caso
algo parecido a 10 que sucede con el “fantasma onírico”, ya que la madre,
sin darse cuenta, transfiere su propio “fantasma onírico” a un hijo, espe-
rando de este todo lo que a ella le hubiera gustado conseguir.
3) Aburrimiento y tedio
En verdad abundan los hijos del tedio. Muchas parejas al sentirse aburri-
das en su existencia cotidiana, deciden tener un hijo que les llene su tiem-
po de algún modo. El índice de nacimientos es más elevado en aquellas lo-
calidades rurales, donde la actividad es escasa y hay pocas posibilidades de
diversión.
87
r————
La necesidad sexual empuja al individuo a realizar el coito con cierta re- _No
necesita este acápite de mayores explieaciones. Nos referimos &
gularidad, independientemente del deseo de tener o no hijos. Sea que el su-
q_menes procrean para tener 1a_aprobac1ón famdiar y social; para cumplir
jeto tenga o no un propósito reproductivo, lo cierto es que, como resulta—
sunplemente con las pautas e_oc10 culturales de le humanidad. “Lo normal
do de este ayuntamiento nacen muchos hijos, los cuales no han sido pro- eS tener
hijºs; todos tlenen hijos; yo debo tener h1jos".
9) Asegurar al esposo
5) El orgullo viril _
Uno de los motivos bastante frecuentes para tener un hijo en un mc-
dad vin'l del padre, quien se complace exhibiéndolos y dando así orgullosa
cann_º y la protecc10n_del eSposo, ya qqe con bastante razón;siempre se ha
compañero. Hay quien ha llegado a sostener que la mujer usa a sus hijos
como verdaderos “rehenes”.
ma, “he sido yo quien la ha hecho; he sido yo quien ha sido capaz de ha-
quecerse con la ayuda de muchos hijos que trabajaban con ellos y se cons-
cer algo tan bello y perfecto; ¡qué mujer soyi”. ti_tu1%anmíln mano de obra
gratuita, acrecentando rápidamente el patrimo-
mo el ar.
Aunque muy similar al punto anterior, hemos querido diferenciarlo pa- emocional
º mteleetual._€_reemos que estees uno de 105 prulc1palee mot1-
ra mayor claridad del tema; nos referimos al hecho de—que muchas mujeres vos de
13 decadencxg espiritual de 13 human1dad, 1? cual, dommada SO_10 Bº_f
tener un hijo, sin importarles mayormente quien sea el padre. En este caso, ceso
de tenen 111195, 51310 que ademas, como 51 ESÍ_0_fUCTa Pºcº, el ser huma—
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91
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1) ser fiel
2) respetarse mutuamente
3) ser feliz
4) acariciarse
S) comunicarse perfectamente
6) fusión en un 5010 ser
7) conocimiento y comprensión mutua
8) procreación
9) tener un destino común
10) el hábito y la costumbre
93
en este aspecto, ya que el amor verdadero no puede ser programado maqui-
1) Ser fiel
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41
parecidos? En ese caso caerá en una especie de servidumbre humana que
lo obligará a satisfacer tal vez los más absurdos y alocados caprichos de su
pareja. Si ésta estima que para probar su amor él debe hincarse de rodillas
diariamente durante media hora, deberá hacerlo so pena de demostrar su
falta de interés o cariño. Existe al respecto una gama enorme de exigen-
cias, que van desde lo perfectamente lógico y natural a lo absurdamente
perverso y desequilibrado. Sin embargo, ¿quién medirá o calificará este he-
cho? Por supuesto que debieran hacerlo ambos, pero para ello, lo repito,
deben ser sujetos de una psíquis perfectamente sana, lo cual, como sabe-
mos, es una excepción antes que una norma. Sin embargo, el que está
exigiendo algo, lo hace porque lo considera justo y por supuesto, si no le
conceden lo que pide, se sentirá engañado o traicionado. En el intertanto,
el compañero () compañera se encuentra en el terrible dilema sin salida de
“traicionarse a sí mismo” () “traicionar a su pareja”. En efecto, si cede a
los irracionales requen'mientos, lo hará con la íntima convicción de que lo
están obligando a hacer algo absurdo, necio, torcido o injusto, y si no lo
hace quedará expuesto a la reprobación y culpa. Este mecanismo infernal
es, en la vida real, “el zapato chino” donde se debate la relación de la ma-
yoría de las parejas. El dilema se plantea de la siguiente manera: “si no ha-
go lo que ella (o él) quiere, dejará de quererme y estaré faltando a mi
amor; si la complazco, perderé mi propio autorespeto”. De esta manera
muchas veces se acumulan fuertes rencores, por no decir odios, en relación
a la cantidad de veces en las cuales el sujeto debió ceder ignominiosamente
en asuntos sobre los cuales su criterio era absolutamente opuesto al de su
pareja. Se comprenderá que esta situación descrita tiene mi] variantes, de-
pendiendo de cual integrante de la pareja sea más sano, racional, inteligen-
te e inegoísta. Es posible que una persona sienta que su contraparte lo está
obligando a hacer algo que va contra sus principios, pero puede que en rea-
lidad dichos principios sean absolutamente caprichosos, antojadizos o equí-
vocados, caso en el cual, aquél que está planteando la exigencia es quien
tiene legítimamente la razón. Asi, pueden originarse en la relación conyu-
gal traumas por culpa propia o ajena. El que efectúa exigencias irracionales
y desmedidas quedará tan traumatizado al ser rechazado, como el que es
culpado injustamente por efectuar legítimas y razonables peticiones. Por
desgracia, el que procede irracionalmente adquiere la convicción de que 10
están traicionando, despreciando, humillando o malqueriendo, y con esta
creencia, además de eludir su propia re5ponsabilidad a1 traspasársela a su
pareja inocente, pierde toda posibilidad de corregir sus erróneos y enfer-
mos mecanismos.
3) Ser feliz
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4) Acariciarse
5) Comunicarse perfectamente
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99
8) Procreación
Los hijos son uno de los elementos más importantes que contribuyen a
mantener la ilusión del amor, ya que su sola presencia parece demostrar lo
fructífera y feliz que debe ser la relación de sus padres. Representan una
especie de conñrmación material de que el amor realmente existe. Con an-
terioridad ya nos hemos referido al problema de los hijos. Nos limitaremos
en esta oportunidad a destacar el hecho de que es necesario no proyectar
hacia los hijos la ilusión amorosa, con el afán de ver en ellos la pmeha vi-
viente del éxito de la pareja. Con frecuencia ocurre también que la prole
llena y estructura el tiempo de la pareja de tal manera due les impide con-
100
101
mundo exterior. Una mujer llega a tolerar que su marido la castigue fre-
cuentemente y prefiere soportar esto antes de caer en la obligación de te-
ner que buscar un nuevo e incierto destino. .
Es probable que el hábito sea la barrera más fuerte que tiene el sujeto
para poder apreciar la diferencia que existe entre “amor" y “unión de pa-
reja”. Guiados por el hábito y la costumbre, seres que se han separado
odíándose, se añoran hasta tal punto como para volver a empezar todo
nuevamente. Otros, toleran cualquier situación, por mala que sea, con tal
de permanecer unidos. Ya conocemos, además, el mensaje religioso que di-
ce que “el matrimonio es indisoluble y tiene que permanecer unido hasta
la muerte".
102
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a través de otra persona. Está más o menos en la misma posición de los en-
fermos graves que son conectados a máquinas que de algún modo los man-
tiene con vida. Resulta obvio que esta relación es puramente satánica;
amor sin amor, seudo compañerismo, desequilibrio, manipulación y egoís-
mo.
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LO SATANICO EN EL AMOR ES
CONVERTIR A LA MUJER EN JUGUETE AMOROSO
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Harían bien las mujeres en luchar por la igualdad olvidando sus afanes
competitivos, procurando más bien definir de una manera inteligentemen-
te s'uperior lo que debe ser una genuina relación amorosa entre hombre y
mujer, tomando como objetivo el logro del verídico amor antes que 13 con-
quista de una situación económica fácil, la procreación de hijos o la obten-
ción del prestigio o reconocimiento social. Sería hermoso contemplar a las
mujeres luchando por la reinvindicación del amor; por un movimiento que
puriñque el amor de sus elementos ajenos y lo reintegre al sitial que verda-
deramente le corresponde como una complementación ideal de hombre y
mujer en un eterno romance dirigido por la colaboración mutua y no la
competencia. Si la mujer desea que el hombre la respete como a una igual,
debe ella misma hacerse respetar, pero no a través de la autoridad jurídica
del estado, sino que por medio de la solvencia moral que nace de un genui-
no desarrollo y madurez del yo.
110
burda imitación de la felicidad amorosa. Resulta indispensable que el ser
humano comprenda la enorme magnitud, el tremendo ámbito al cual lle-
ga la inf1uencia positiva o negativa de la pareja humana; el papel decisivo
que desempeña en la elevación o caída de la especie; en su destrucción o
una superior evolución.
T al como hemos manifestado que los hijos rara vez son fruto del amor,
podemos ahora sostener fehacientemente, que la humanidad es el hijo co-
mún de la pareja humana y que si esta criatura es rapaz, bestial, egoísta,
materialista y amante de la destrucción y la guerra, se debe sólo a1desco-
nocimiento de la ciencia del amor que integra a la pareja humana en una
relación verídicamente amorosa, espiritual y humana.
111
112
Este fenómeno puede afectar más a la mujer que al hombre, puesto que
113
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intensamente por amor, han comprobado en la práctica algunos de los con- '
116
El amor no puede existir con romanticismo, pero tampoco sin él; hay
que aprender a distinguir la diferencia entre el romanticismo sano y el ne-
cio, para desenvolverse en un justo medio. De otra manera resulta penosí-
simo desperdiciar de manera tan dispendiosa 1as oportunidades o posibili-
dades felices o fastas de una vida entera, ya que los errores que se cometen
en este aspecto son absolutamente irreversibles, debido a que resulta impo-
sible hacer fluir el tiempo hacia atrás para corregirlos. El reconocer la pro-
pia equivocación con posterioridad al hecho, sólo tiene valor en lo que se
refiere a un posible incremento de la posibilidad de desenvolverse correc-
tamente en el futuro, pero carece por desgracia, de efecto retroactivo. La
aceptación en la vejez de los errores juveniles tiene un caxácter abstracto e
inoperante, ya que el arrepentimiento no tiene en este caso ninguna utili-
dad práctica y 5610 sirve, en la mayoria de las ocasiones,para que el índi—
vidue asie sienta cu1pable, inútil 0 denotado por haber dilapidado su heren-
(:13 v1t .
117
118
4) Masturbación.
5) Homosexualidad inconsciente.
6) Traumas de la niñez.
120
fuerza de los impulsos del ELLO, y por 13 otra, a las represiones morales
del SUPER-YO. Como frecuentemente estas pulsiones son opuestas, se es-
tablece un conflicto entre ellas, en el cual el sujeto mismo se transfonna en
un ente que está atrapado entre ambas, experimentando la tremenda angus-
tia de la ambivalencia instintiva, emocional e intelectual. El terreno de lo
sexual es uno de los campos donde más fuertemente se experimenta este
conflicto, ya que como se comprenderá, los conceptos peyorativos sexua-
1es-relígioso-culturales, forman una parte activa del SUPER-YO. Por otro
lado, si el ser humano careciera de este freno sufriría tal vez prob1emas
más graves. Debemos seña1ar que el permanente conflicto entre el ELLO y
e) SUPER-YO sólo puede aprovecharse de manera positiva por una consi-
derable elevación en el nivel conciente del sujeto, que lo capacita para su-
blimar el ELLO y hacer reflexivo al SUPER—YO.
')')
.—
f
[
tremendo miedo y angustia de que él mismo pudiera ser castigado de esta
manera por el padre. Este temor obedece al complejo de Edipo (enamorar-
se de la madre), donde el padre se aparece como un rival amoroso, a la vez
que existe Ia sensación de que se está experimentando algo prohibido, sus-
ceptib1e por 10 tanto de castigo. Nos interesa en este momento lo que ocu-
rre con la niña, ya que en ella se desarrolla la idea de haber sido ya castra—
da, por observar que el hombre tiene un pene del cual ella misma carece.
El hombre se le aparece entonces como un ser privilegiado generándose un
sentimiento de envidia, que la impulsa a una rivalidad que puede conver-
tirla más tarde en una “mujer fálica”, o sea,aque1la que deseando emular
al hombre, tiene la fantasía de poseer o adquirir un pene.
a) De realización de lo deseado
123
b) Vengativo
En este caso la envidia del pene deriva hacia un intenso deseo de vengar-
se del varón, (más afortunado) castrándolo. Su objetivo es humillar a los
hombres antes que la humillen. El coito mismo es percibido como algo
mortiñcante o bochornoso para una u otra parte. Su venganza puede ser
concebida con carácter femenino 0 masculino: “te mostraré que puedo ser
tan masculina como tú” (carácter mascuiino), o bien, “porque me has des-
preciado te obligaré & admirar 10 que has despreciado, pero no 10 consegui-
rás” (carácter femenino).
4) Masturbación.
124
5) Homosexualidad inconciente.
Nos referimos en este caso a aquella mujer que siendo psíquicamente in-
vertida, no se percata de ello. Su anomalía puede deberse al hecho de ha-
ber tenido un padre muy débil y timorato, al que inconcientemente des-
preció, o bien un padre duro y castigador que la hacía objeto de malos tra-
tos. También puede haberse dado el caso de que el padre deseaba tener un
hijo varón y constantemente desvalorizaba la condición femenina de su hí-
ja, poniéndola en ¡ridículo () estimulando en ella conductas masculinas. Sin
embargo, esta mujer crece sintiendo la presión y fuerza de su propia femi-
neidad, pero con el inconciente mecanismo de fijación masculina. Es por
esto que hablamos de una supuesta homosexualidad inconciente. La ma-
nipulación del padre ha actuado como un elemento reforzador de la pola—
ridad masculina en la hija, quien deseará intensamente realizar el acto
sexual de manera normal, pero siempre sentirá un freno inconciente que
actúa frustrando su libido.
6) Traumas de la niñez.
125
-También ocurre a veces que esta misma actitud mojigata hace que en
los hogares se desaten reacciones exageradas en relación a un hecho deter-
minado; puede suceder, por ejemplo, que la niña pequeña ha sido sorpren-
dida mientras espiaba & sus padres cuando estos hacían el amor, o bien ha
formulado preguntas embarazosas &) respecto, lo cual ha traído una fuerte
reprimenda () castigo. Una vez más vemos como se produce la asociación
sexual con 10 ilícito, amenazante o sucio.
126
Es muy posible que las costumbres sexua10s del compañero carezcan ab—
solutamente de un mínimo de delicadeza y que éste tome a la mujer de
manera brutal, sádica () agresiva. Determinadas caracteristicas estet1cas o
127
minadas barreras. _ .
“Una vez que logran hacerle el amor a una mujer la abandonan por-
que ya no les interesa.”
“La relación sexual es muy fácil para los hombres; hacen un bebe,
y se olvidan de una; por eso hay que sacarles todo el dinero p051ble.
128
—al padre.
129
la madre, el cual lleva al individuo a la siguiente reflexión inconciente;
“ningún contacto sexual es lo suficientemente bueno porque mi compañe-
ra no es nunca mi madre”. En un nivel inconciente más profundo se pre-
senta también esta otra ref1exión: “todo vínculo sexual tiene que ser repri-
mido, ya que toda pareja sexual representa o simboliza & la madre desea-
da“. Todo esto nos conduce sólo al prólogo de 10 que realmente nos intere-
sa en el problema de la frígidez y la impotencia: la adopción de una actitud
psicológicamente opuesta a la del propio sexo. Aparece así la mu'er mascu—
lina y el hombre femenino, pero no en el sentido usual de lap abra, sino
que elevados a un nivel muchísimo más grave, encubierto y poco conocido,
que es el de la impotencia espiritual y la frigidez del alma. De este modo
sostenemos enfáticamente que toda auténtica virilidad es espiritual y que
todo poder concepcional emana del alma de la mujer. Los órganos sexuales
son solamente el nivel biológico de una fuerza infinitamente más elevada.
la fundamentación de esta aseveración la conoceremos en e1Capítulo don-
de exp1icamos en qué consiste realmente el amor.
Es preciso advertir que nos va1emos del lenguaje psicológico común para
explicar fenómenos que tienen una profunda significación hermética por-
que la psicología posee un lenguaje de todos conocido, por lo menos en sus
rudimentos, existiendo además amplia información al respecto. No pode-
mos usar un lenguaje puramente hermético porque sería ininte1igible para
el hombre común. Creemos que la psicología “ignora lo que sabe", es de-
cir, que no comprende aquello que sabe. (En lenguaje hermético diríamos
que no puede establecer la relación de 10 singular con 10 general, e ignora
la necesidad de proyectar la partícula al todo y concentrar el todo en la
partícula). Sin embargo, es un buen sistema descriptivo de la “mecánica
de la bestia", es decir, de los circuitos mediante los cuales la inteligencia
animal del HOMO SAPIENS aliena y posee la inteligencia humana, escla-
vizándola a sus propios intereses. De este modo la psicología, y especial-
mente el psicoanálisis pueden, en algunas de sus partes, ser buenos colabo-
radores en la tarea de cumplir con el axioma hermético tan antiguo y co-
nocido que dice: “conócete a_ti mismo”. No confundamos pues, psicolo-
gia con hermetismo, ya que tienen el mismo parentesco que posee un abo-
rigen ignorante con un hombre sabio. Psicologia es una herramienta útil,
desde el punto de vista espiritual y esotérico solamente para quienes po-
seen las claves henne'ticas; de lo contrario es preciso situarla al nivel de
su importancia puramente profesional y ortodoxa, como una técnica que
puede ser muy eñcaz para el mejoor aprovechamiento de las facultades
psíquicas y para la terapia de ciertos trastomos de la personalidad. La psi-
cología es un patrimonio cultural de la humanidad; a la ciencia hermética
130
Una vez hecha esta necesaria aclaración podemos volver al tema que
realment ' . . . _
ritual defh3$br?.term llegar. la fngldºz del alma y '“ ”“Pºººººiº “Pi-
131
LO SATANICO EN EL AMOR ES:
La imagen que se tiene del hombre viril es sólo una caricatura de 10 que
es genuinamente un hombre masculino. Se le representa, por lo general, de
gran fortaleza física, escasa o restringida capacidad intelectual, y con una
sensibilidad emocional y espiritual casi nula. Se prescinde por completo de
sus dotes morales, espirituales y de carácter, para poner énfasis en su as-
pecto físico. Se le adorna con el falso valor del sujeto agresivo y penden-
ciero y se desconoce la auténtica valentía moral del hombre tesonero. Con
el ideal femenino ocurre algo muy similar. se la presenta con una gran be-
lleza física, dueña de una exuberante anatomía y capaz de gran pasión, pe-
ro rara vez se habla de su calidad espiritual () humana. A 10 más, se dice
de ella algunas cosas muy subjetivas y abstractas tales como'que es “muy
sensible”, “muy femenina“, “muy capaz”, o en un plano un poco más
elevado, se habla de su capacidad intelectual, profesional o artística. Na-
132
buscamos probar nada a nadie; escribimos sólo para quienes sean capaces
133
134
—;%x.sñ—ckf/'W%,
- mujer muere “vírgen del alma”, es decir, con la frustración de no haber si-
¿A qué se debe la frigidez del alma en la mujer? Por una parte, tal vez la
más importante, a la carencia de un hombre digno a quien entregarse, pero
también a la actitud egoísta de pretende: utilizar al hombre para su prove-
135
cho emocional y económico; a una errónea educación que le desarrolla un
falso pudor y“ amor propio, además de un sentido peca_minoso de la entrega
sexual y a las diversas perturbaciones psicológicas que la inclinan, en gene—
ral, & negar su condición de mujer. Sin embargo, una mujer puede ser per-
fectamente normal desde el punto de vista fisiológico, pero padecer de fri-
gidez del alma. Este es un asunto que lo determina su calidad espiritual, el
nivel vigí1ico de su inteligencia y su estado de conciencia individual. El ac-
to de “darse a sí misma” intemamente, de manera equivalente a como ac-
túa la fuerza concebidora de la naturaleza, es un asunto también de genero—
sidad o mezquindad interna. Si la mujer tiene un concepto mercantilista
inconciente del amor, no sentirá jamás el impulso interno de verdadera en-
trega, ya que no existirá en el mundo dinero suficiente para recompensar-
1a adecuadamente, y si lo hubiera, su entrega se limitaría siempre unica-
mente al cuerpo, porque en su archivo mental no existe el concepto de
vender e1alma sino sólo su cuerpo.
136
* ._...—…_uw
vs¿
da del Paraíso por el pecado on'ginal". ¿No será este “pecado original” de
naturaleza más sutil que el simple contacto sexual? ¿No se refen'rá el li—
bro b113]ico, de manera encubierta, al hecho “pecaminoso” de “perder la
espiritualidad en el amor”, es decir, degradarse a través del contacto sexual
puramente anima]? Estamos seguros eso si, de que el Paraíso no puede re-
eonquistarse sin espiritualizar el amor, lo cual significa, en el fondo, resti-
tuirlo a su verdadero sitial.
137
138
*!
rio adecuado. La ley de este fenómeno es: sin auditorio no hay histeria;
139
140
dai
141
142
143
OQ?
Q_
¿º
tu
EROS COSMICO
EROS HUMANO
Fi g. 4 .—
]) sexual
2) anímico
3) intelectual
4) mental
5) espiritual
Estas vías son las que determinan las diferencias de calidad en el amor,
es decir; su grado de bestialidad u hominalidad. Aún no nos referiremos a
10 que puede ser considerado falso o verdadero amor, sino que nos limita-
remos a analizar las posibilidades de unión de la pareja humana. Es así co-
mo hablaremos de una posición determinada dentro de una “espiral amo-
rosa”, la cual va empequeñeciéndose hacia arriba.
LA ESPIRAL
DEL AMOR
146
..-…:—_…a . _.
Ahora bien, ¿qué pasa si un sujeto del nivel uno se empareja con otro
del tercer nivel? Generalmente el hombre arrastra a la mujer y la situación
tiende & estabilizarse en su propia altura, aunque puede ocurrir en algunas
oportunidades que se llegue tal vez a una especie de término medio.
14"
GRADOS DE
LA ESPIRAL
A M O R 0 SA
telectual (de nivel 3) puede ser un sujeto perverso. Ocurre algo similar a 10
que sucede con la preparación cultural del sujeto (en el sentido del conoci-
miento y no de la moral) la cual no inñuye en su bondad o maldad. Suje—
tos perversos pueden ser muy ignoranteso muy cultos, porque el conoci-
miento en sí es inespecíñco () neutro. Lo mismo ocurre con la espiral de
amor; es neutra en sí, pero colo¿ca & las personas en diferentes alturas
eróticas, (mayor o menor frecuencia vibratoria) lo cual hará que el suje—
to reaccione de acuerdo a su contenido interno.
La ESPIRAL EROTICA nos revela el secreto del amor; nos explica que
todos los tipos de amor son iguales desde el punto de vista energético, es
decir, motivados por una energía única, pero que se manifiestan en altu—
ras vibratorias muy diferentes. Todo amor, inclusive el fraternal, altruis-
ta, cristiano 0 maternal, es básicamente amor erótico, ya que EROS es
la presión motivadora que impulsa al sujeto a crear dentro de algunos pla-
nos de manifestación amorosa. En realidad, podemos afirmar que no exis-
te ninguna obra del ser humano que no sea hija del amor. Aún los actos
más destructivos están básicamente inspirados en esta fuerza, que por
desgracia se corrompió en su manifestación. Amor es la fuerza de la" vid¿¡;_
…que
……Debemiºmmaág
que in_c1,usfive…05, la energía?;nuerte, no esrsinprla cgntfrapggtgd_e
EKÓS e…ue destruye sólo para volver a crear7nueyfas fQ[—__y
“Fn'as evida.
patán que ama a una mujer 10 hace con “el mismo amor” que el su-
jeto de elevada condición humana; sólo que por carecer de cualidades su—
periores la energía erótica fluye hacia niveles muy bajos. Es así como la
misma energía que hace a un delincuente tener el instinto de rapiña, () la
misma fuerza que impulsa a un sujeto grosero a disfrutar de 1a1ascivia ge-
nital, hizo a un Leonardo da Vinci elevarse a las cumbres de la creación
cientifica, espiritual y artística. La única diferencia es que éste aprovechó_
su poder generador para elevarse en la espiral erótica, efectumdº_así_una
sublimación que le permitió generar hijos en el mundo de la mente en vez v
de…tsncr…una p…rºlº camal- ' i “' "
]) equilibrio
2) desequilibrio
3) perturbación
150
mente al coito, caso en el cual los ancianos perderían este contacto. Habla-
mos de una sexualidad energética antes que genital.
YO SUPERIOR
151
estas vías. _ _
En el próximo esquema representaremos el desequ1hbno que se ongma
YO INFERIOR
152
Se advierte aquí que la mayor parte de la energía erótica Huye a través
de los órganos genitales, en desmedro de la sensibilidad anímica e intelec-
tual.
. . . I ' “I ' u = !.
Fisiológicamente el acto sexual tiene siempre los mismos mecanismos,
los que han sido explicado minuciosamente en libros de texto, y todas las
personas reaccionan en ese aspecto de una manera parecida. El simple
examen físico del sujeto permite saber si éste es del sexo mascu]ino o fe-
menino. Con la sexualidgdwn_ingnetiezg 0 interna ocurre algo diferente, ya
que _un sujeto del sexo masculino puede ser, mágriétic'zi'rñéñté hablando, fe-
menino, o vieeversn, dependiendo de la vibración que el mismo individuo
t_r_ans'mita¡ “su campo magnético.
La calidad del acto sexual orgánico se mide por el simple placer del
coito, sus caracteristicas psíquicas, su duración y la simultaneidad y pro-
fundidad del orgasmo. Existe no obstante. otro 21th sexual desconocido,
que…es…aquel que une el 7_c_oito ñsiológicq_al magnético. De t exual
integral es de donde se deriva la ¿erdadera plenitud erótica y sexual; de
otro modo, solamente se experimenta un placer_ momentaneo due provo-
ca un vacío o malesta: interno, señal clara que no se ha producido la unión
magnética apropiada. No obstante, el coito magnético en su modalidad su-
pen'ur es una posibilidad fuera del alcance del sujeto común, debido a que
es un_eonºcimiento gueno pe;tenece a_1 a_rchiyo cultural de la humanidad.
153
mente de conseguir la plenitud amorosa integra) por medios puramente
animales. En efecto,]qsyyógganos sexuales son animales' en cambio la sexua-
lidad__mggnát_ica de alto nivel es humana—espirítual. Esto mismo nos lle—
va_diree_t_amente al problema del “pecado sexual". En verdad dicha fal-
ta_re_s1de solamente en el acoplamiento orgánico sin la presencia mag-
nétiga sup_egio_r__ _Es preciso dejar en claro que en el coito puramente or-
gánico también se producen fuertes corrientes magnéticas, pero de ba-
…WWW S“Pº'!2'
res. Adem¿s_e_sta_fuerzg está pgderqsamente po_aízádaíkeídññ[éñírtéro
estar_á_pex£ectamente definido, siendo completamente masculina 0 perfec-
tamente_femenina.
154
SEXUALIDAD PERTURBADA
155
Hemos dicho que todas las personas tienen “sexo magnético”, aún
cuando solamente exista en estado primitivo sin cultivar. El genuino “coi-
to magnético” es, como lo hemos manifestado, e1 acto sexual integral, rea-
lizado con los órganos sexuales y el sexo magnético. Ahora bien, aún cuan-
do la gente no tenga acceso a esta práctica debido a su ignorancia y escasa
evolución, efectúa también sin saberlo un contacto magnético primitivo
entre los dos sexos,_al cual diferenciaremos del coito integral llamándole
“coitº magnético primitivo”, especie de caricatura o burda imitación de la
verdadera unión magnética.
Sin embargo, este coito magnético primitivo tiene una similitud con la
unión integral: en ambos casos puede existir contacto sexual magnético
sin intervención de la parte orgánica, e inclusive sin que medie tacto físi-
masculino con el que se nutre y tonifica. Por su parte, los varones que la
admiran ignoran que les ha sido extraída una parte de su carga magnética
personal.
156
esto n_o_bace mas ue cum [ir con la ley de la vida, en—ei Se71tido heím?=-7
……Wñagnéticas de distinta
pºlaridad. La mujer de magnetismo pasivo o femenino, recibe la fuerza
1QúYa del yarón, la que genera nueva vida al chocar con su contraparte
femenina. Por su parte, el varón maniñesta su necesidad de fuerza pasi-
va femenina sólo a través del contacto físico con la mujer, ya»…dife-
¿encia de …éstg_n9 puede absojge_r¿ino una íntima cantidad de¿n,ag1&is—y
H&de man___stlL—._era ' ººta es…3íffíñmníímbre debe
tomar el magnetismo_fe_ryn_ening£ g tnavés,de1pene, en losdiquidos vagina-
19_s de 1a he_mbfa que tienen una fuerte carga magnética. Menciongemg_s
157
158
alguna causa tengan una resistencia especial, se desarrollará en el'ns
un carácter feminoide, pudiendo llegar hasta la inversión sexual. Esta
situación es muchísimo más grave cuando falta el padre, es decir, cuan-
do uno o varios hijos hombres viven con una madre viuda o separada que
lleva el peso, dominio y control del hogar, siendo también ella misma de
carácter dominante.
159
Ҽ
160
161
Hacemos presente que sólo develaremos los secretos del amor y del sexo
en la medida que 10 indica nuestra prudencia hermética. El milenario sím-
bolo de la Esfinge nos indica precaución y secreto, porque no es conve-
niente mostrar a Isis desnuda ante aquellos que pudieran profanarla; sola-
mente se puede atisbar un w'slumbre de su eterna e inmortal belleza, meta
perseguida por los Filósofos de todos los tiempos, eternos “enamorados de
la verdad”. [sis debe permanecer velada aún cuando su manto sea tenue.
Esta es precisamente nuestra labor: atenuar el velo de Isis Para mirarla ca-
ra 3 cara es precisa ser un genuino cófrade hermético y haber triunfado so-
bre las arduas, penosas y largas pruebas que la naturaleza oponeaquienes
buscan la verdad desnuda.
'n
163
los elementos para alcanzar una vida próspera y feliz, además de la propia
elevación espiritual.
Ahora bien, ¿qué ocurre con la mujer después de esta expedencia? ¿Có-
mo se maneja su relación con el género masculino en general? Esta pregun-
ta nos lleva a penetrar en otro de los grandes arcanos de la naturaleza, al
cual nos referíamos anteriormente al decir que el símbolo de la mujer es
el huevo. Análogamente a la tierra, concibe todas las “semillas” que en
ella penetran sean buenas o malas, positivas o negativas La madre Tierra
no hace distinción entre plantas venenosas o salutiferas; hace crecer a
164
Fig. 10.—
UTERO
ALMA
HUMANA 1er. NIVEL
MUJER
165
bro, y que por 10 tanto éste ejecutará todo 10 que ella le transmita desde el
depósito de su copa. ' ' .
sino de la mu'er. Existe un só1o modo de mejorar la condición espiritual
y humana del Homo Sapiens yes devolviendo ala mujere1 sitial que verda-
deramente le corresponde como “madre del mundo". Sin embargo, para
hacerse cargo de esta dignidad, ella debe primeramente liberarse de las ca-
denas de un machismo que es solamente expresión de la impotencia e5pi-
ritual y viril del hombre; debe alcanzar la igualdad con éste y tomar su
responsabilidad como concebidora de un mundo mejor. Es…1n1exdndw y
supet_i9t_matemidgd, opción diferentea Lsprocreación de…hijos carnales.
El poder concepcional de 1a mujer ha sido castrado por las pautas de con-
ducta que la sociedad le impone, y por la rigida e hipócrita mora.) que la
obliga a una constante y neurotizante represión de su libido, como si no
existiera algo que se llama “sublimación“. Creemos que la moral necesita
urgentes refuerzos, no en su aspecto represivo, sino en lo que se refiere a
una toma de conciencia individual e interna de lo que realmente es incon-
veniente. Es preciso terminar con aquellas normas morales hipócritasque
hacen de la mentira y el engaño una actitud nec_e_sz_1_r_i;npmreemplazarlas
por una mayor transparencia en la vida de Ias personas.
167
168
y regulan en el corazón
Fig.11.—
CEREBRO
MUJER EQUILIBRADA
169
Fi9-12-- CEREBRO
CORAZON
SEXO
MUJER INSTINTIVA
170
ñgd3=
CEREBRO
CORAZON
SEXO
MUJER INTELECTUAL
171
El lector atento que sepa leer entre líneas, e ir más allá de la simple
interpretación literal, descubrirá en esta explicación profundos miste-
n'os de la vida humana. Se apoderará tal vez del secreto de la felicidad
y el amor, o por el contrario, si carece de una inteligencia abierta y
flexible, o está en las garras de una rígida programación cultural o reli—
giosa, no comprenderá absolutamente nada, como tampoco lo harán
quienes descaliñcan ciegamente todo aquello que desconocen (: que
172
173
174
tomándose poco a poco más positivo y luchador hasta alcanzar una posi-
ción muy similar a la que detentó el antiguo compañero de su esposa, que
fue quien realmente depositó en su copa una vibración positiva superior.
El caso inverso es también bastante común, esto es, mujeres que efectiva-
mente transmiten “mala suerte” y aún la fatalidad. Todos hemos conoci-
do algunas damas que son viudas por cuarta 0 quinta vez, habiendo falle-
cido todos sus maridos de muerte violenta.
175
Existe además otro tipo de_mujer que en verdad_ ha__¿cgído todavía más
llaie…queunep…testjtuta en la__eseala humana. Nos referimos a" ¿Quená'que
eLexceso delujos y comodidades ha llevado a pervertir su sexualidad bus-
176
177
178
puede aprender a amar genuinamente a los padres; antes de esto los tole—
m como algo necesario. He aquí uno de los grandes errores que se cometen
en la educación de los niños, cuando la pareja cegada por la autoadoración,
practicada a través de una forma biológica similar a ellos mismos, nacida
de su propia carne, que se presenta como un desdoblamiento corpóreo de
sus propias vidas, cree equivocadamente que este niño los ama por lo que
ellos son, cuando en realidad lo hace como eco de sus caricias. Las tremen—
das desilusiones que experimentan ¡¡ veces cuando e1 niño crece, obedecen
precisamente a esta errónea creencia. En verdad los padres no deben espe—
rar demasiado de los hijos, constituyendo ésto uno de los más importantes
factores que deben tener en cuenta para darles una correcta educación que
los lleve a asumir su propia responsabilidad social.
Tampoco podemos aquí pasar por alto la funesta costumbre que tie-
179
180
A estas alturas se hace necesario insistir una vez más sobre la imperiosa
necesidad de conocer verdaderamente lo que es el genuino amor, pues si
no es asi, el individuo no logra jamás orientarse en este aspecto cometien-
do constantemente nuevas y lamentables equivocaciones, sin llegar nun-
ca a conocerlo efectivamente. Resulta evidente que sólo en la medida en
que se defina de la manera más real y precisa la verdadera naturaleza del
amor y sus reglas del juego, el ser humano estará en condiciones de po-
der amar.
Tomando ahora nuevamente el hilo del tema, nos plantearenws una se-
rie de preguntas ) respuestas sobre el origen y naturaleza del amor.
1) ¿QUE ES EL AMOR?
Respuesta:
182
Respuesta:
a) lo genital
183
Todos los seres humanos aman, aún aquellos que parecen vivir para
el odio, ya que en verdad lo que están haciendo es dar a la energía primor—
dial del EROS HUMANO un giro desviado, erróneo o destructivo, de
acuerdo a la posibilidad de libre elección.
184
9) ¿PUEDE EL AMOR SER LOCALIZADO FISIOLOGI-
CAMENTE?
R espu esta :
Respuesta:
Los animales al igual que los vegetales, los minerales, los planetas, las
estrellas, los astros y las galaxias sienten amor, ya que nacieron por amor,
. . viven por amor y morirán por amor.
185
R espu esta :
186
'A-a,
187
La acción del mitológico Cupido al que ya nos hemos referido con an-
terioridad, y que “Hecha” a los amantes, se explica como una irradiación
magnética, proveniente de un sujeto que fascina el otro, o bien del EROS
:-IUMANO que fascina a ambos, provocándoles una fuerte atracción mu-
ua.
188
189
Ahora bien, ¿por qué el hombre busca una mujer y viceversa? ¿Lo ha-
ce acaso impulsado por el deseo sexual? ¿0 hay algo más profundo detrás?
190
191
192
Hecha esta disgresión, queremos señalar también que los demonios mag-
néticos son los responsables de muchos casos de obsesión y locura, llegán-
dose & apoderar completamente del inconciente del individuo, del que se
valen para expresar sus propios impulsos vitales y de quien toman además
la energía necesan'a para subsistir. En muchas oportunidades la terapia de
electroshock no actúa en realidad en el cerebro del individuo, sino que re-
pele y expulsa a los entes obsesores, pero por desgracia el sujeto queda con
sus defensas debilitadas, por 10 que pasado un tiempo vuelve a experimen- .
tar la posesión. No obstante, estas entidades no pueden vivir en grandes al- '“
turas, siendo el montañismo 1a mejor terapia para desprenderse de ellas.
Más allá de los tres mil metros de altura estos demonios no pueden sobrevi-
vir y se desintegran en un plazo máximo de diez días. Este es el motivo por
el cual los incas, que tenian grandes conocimientos esotéricos, construye-
ron1a ciudad de Machu Pichu y su templo en las alturas, para poder de este
mpdo liberar su conciencia de la influencia negativa de los parásitos mag- (
neticos. '
Los seres monstruosos que ven los dipsómanos en los ataques de deli-
n'um tremens, no son imaginarios; existen realmente en el mundo de la
energía y se hacen visibles bajo el efecto de una tremenda intoxicación
alcohólica. Algo similar ocurre con la ingestión de substancias alucinóge-
nas, donde el individuo tiene acceso a1mundo de la energía, pero se conec-
ta con los estados vibratorios acordes con su propia condición psíquica,
pudiendo tener horrendas visiones o hermosos sueños.
193
nales y pasionales abren estas defensas, dejando la puerta abierta para una
posible posesión.
propia, sino que además recibe una carga de polaridad opuesta, que dismi-
nuye aún más la propia. Ocurre entonces que con el tiempo cada integran-
194
195
,,
tre dos polos opuestos con la masturbación practicada por un ser de género
indefinido, formado por la fusión de los opuestos en un punto medio. De-
bemos comprender que al perder la individualidad polar, 1os dos amantes
se convierten en un solo ente de género indefinido en cuanto a polaridad
se refiere, por 10 que e1coito carece de aquellas características que 10 deti-
nen como tal, es decir, la cópula de un principio vibraton'o macho con una
fuerza hembra.
196
De hecho puede existir una pareja que viva separada por miles de kilóme-
tros durante muchós años, pero cuya unión sea muchísimo más profun-
dn y sólida que otra que comparte el mismo lecho. El tremendo inconve-
rue_nte reside en el hecho de que el ser humano ignora lo que es una ge-
nuina y profunda unión entre los sexos, y pretende por éste creada arti-
ñc1a1mente por medio de obligaciones y compromisos materiales, en vez
de preocuparse por fomentar el compromiso espiritual. Por nuestra par—
te_,—como filósofos herméticos pretendemos demostrar que aquello que
realmente cuenta es la unión interior, pues al disponer de ella se consigue
la auténtica formación de una pareja ligada por el real amor. De otra ma-
nera se cae sólo en burdas imitaciones, que desgraciadamente, constitu-
yen el material de afgumentos o guiones dramáticos que algunos se sien—
ten compelidos ¡¡ imitar. Es así como se crean los estereotipos amorosos,
formas de conducta rígidas e irracionales, que se supone que son la ex-
presión más elevada del amor, la sensualidad o el atractivo masculino o
femenino.
1)-La familia legalizada. (es sólo el matrimonio jurídico, sin union inter-
na ni natural).
197
Para todos los que han seguido esta obra con atención, les resultará evi-
dente que estamos precisamente enseñando a formar el matrimonio doble—
mente 'legal, es decir, el que no sólo cuenta con la aprobación humana sino
también con el visto bueno de la naturaleza. Es allí donde reside el secreto
de la verdadera felicidad; en saber obtener la bendición de la naturaleza, 10
que se consigue cumpliendo con sus leyes, las cuales reseñamos en parte
en este libro.
198
' z<…m /
199
ELSEXO
200
SENTIMIENTO (corazón)
1) el sentimiento del sentimiento
2) [ainte1igencia del sentimiento
3) el instinto del sentimiento
INSTINTO (sexo)
202
&
ºv
, .
2) nivel instintivo-sentimental
3) nivel instintivo—intelectual
4) nivel instintivo-sentimental-íntelectual
En todas estas alturas del instinto, es el sexo quien lleva el control del
acto, pero la calidad de la relación puede variar si es que se limita al ins-
tinto puro 0 llega a incluir además al sentimiento y la inteligencia. Lo
mismo ocurre cuando el“ sentimiento o la inteligencia son quienes llevan
el control del coito, el cual puede transcurrir en cualquiera de los cuatro
niveles señalados. No obstante, ninguno de estos tipos de relación sexual es
el más elevado, pero son las modalidades que están al alqance del hombre
común sin preparación hemática… E1 añrmát que están a su alcance no sig-
niñca necesariamente que puedan realizarlo en su modalidad más elevada,
sino que esta contingencia está dentro de sus posibilidades normales.
Las formas superiores del coito sólo están reservadas a los que han lle-
gado a alcanzar estados de conciencia superiores, debido a que requieren
el uso de la mente como centro direccional. Hemos explicado en otras
obras que el hombre común carece de mente en el verdadero sentido de
la palabra, porque corresponde a una formación no innata que tampoco
forma parte del desarrollo normal del ser humano, ya que es exclusiva-
mente producto de la iniciación hermética y del trabajo en sí mismo. En
las formas superiores del amor, el flujo y reflujo del EROS HUMANO
está controlado por un YO SUPERIOR, centro de gravedad permanente y
absoluto del individuo, el cual permite formar una pareja que se una de
manera integral. Precisamente, definimos el genuino amor, en su expresión
superior, como la relación entre la integralidad de un hombre y una mujer,
originándose así un ser completo. '
203
poco las conducen a 13 satisfacción sexual, porque ésta, tal como ya lo he—
mos comentado, no reside en los órganos genitales, sino en la sexualidad
magnética desarrollada, que a su vez es producto de un esfuerzo evoluti—
vo personal. La relación sexual puramente orgánica, como la practica la
inmensa mayoría de Ios seres humanos, se parece demasiado al mitológico
suplicio de Tántalo, hijo de Zeus y la ninfa Pluto, cuya tortura consistía
en tenef ante los ojos lo que deseaba ardientemente, pero sin poder 31-
canzarlo. De esta manera, Tántalo estaba cerca de un lago, muerto de
sed, pero cuando se acercaba al agua para beberla, esta se retiraba; tenía
árboles con sabrosos frutos sobre su cabeza y cuando quería cogerlos,
las frutas desaparecían. Además, un peñasco a punto de desprenderse
amenazaba constantemente con aplastarlo. Es así como la sed sexual so-
lamente se sacia, y aún transitoriamente, en 10 orgánico, pero se mantie-
ne insatisfecha el ansia magnética e intema. Por esta razón el sexo nunca
se satisface, sino que a la inversa, engendra constantemente un nuevo deseo
que se procura calmar con mayor actividad sexual, creándose de esta ma-
nera un círculo vicioso. Esto se hace tal vez mucho más evidente en 1a
mujer,debido ¡¡ que tal como lo hemos ya anotado, su mecanismo de res-
puesta sexual es más complejo que el del hombre. Hay muchas mujeres que
sin ser frígidas tienen todo el sexo que podrían desear, pero que viven per-
manentemente insatisfechas. El hombre, a su vez, cae fácilmente en la acti-
vidad orgiástica como un medio de engañarse a sí mismo ocultando la an—
gustia de su profunda insatisfacción… Algo dimnetralmente opuesto sucede
cuando el coito adopta una modalidad más elevada, en la cual el YO SU—
PERIOR del individuo toma la dirección y control, llevándose a cabo una
relación orgánica, magnética, instintiva, emocional, intelectual, mental y
espiritual. Este contacto es verdaderamente puro y sagrado y puede con—
ducir a 13 pareja a un genuino paraíso. No obstante, esto aparece muy sim-
ple en teoría, pero en la práctica es preciso luchar con mucho empeño, per—
severancia y dedicación… para llegar a tener realmente un YO SUPERIOR.
El auténtico amor y la verdadera satisfacción sexual no pertenecen a1vul—
go; están reservados a los que triunfan del proceso de se1ección espiritual
que lleva a cabo la madre naturaleza, Empero, la puerta está abierta para
todo el mundo y si en su mayoría se ven privados del amor y la felicidad
es solamente por propio designio y elección. La vida en sí misma es compe-
tencia y selección, y los que pierden su tiempo en lamentarse o culpar a
otros, se marginan del triunfo, sea este material o espiritual. La naturale-
za hace tan desiguales ¡¡ los seres humanos sólo para complacerse poste-
riormente en agrupados por medio de la selección.
204
205
206
207
psico sexua1, que actúa como refuerzo de dichas pautas de conducta, que
de este modo tienden a convertirse en normas habituales de reacción, es
decir, se “normaliza” lo patológico, y por supuesto, dejan de advertirse
o preocupar. Las parejas caen así en guiones melodramáticos que las con-
ducen a la desgracia, el sufrimiento, la escasez o la autodestrucción, con-
fundiéndose esto, muchas veces, con el hecho de vivir intensamente. Con
frecuencia algunos adolescentes que desean vivir con la mayor vehemen-
cia posible, caen en la trampa de malograr sus propias vidas por medio
de un guión lleno de alternativas melodramáticas, donde no está ausen-
te la drogadicción, el alcoholismo, la vagancia, la enfermedad, los
amores desgraciados, e1 hambre, la pobreza o la delincuencia. Las perso-
nas no reparan en que a] buscar nuevas sensaciones estimulantes lo úni—
co que consiguen es aguijonear su propia sexualidad, mostrando con
ello su profunda insatisfacción erótica. En realidad, mientras más “bus-
cador de sensaciones” sea un individuo, mayormente queda en evidencia
su descontento sexual, cuya satisfacción, como ya lo hemos señalado, só-
lo se realiza a través de la sexualidad magnética. Cabe aquí señalar que el
extásis religioso de los santos no es más que un estado de nirvana sexual,
pero de una sexualidad sublimada hacía lo espiritual por medio de un
largo proceso de desarrollo y elevación de la propia conciencia. Del mismo
modo,cua1quierindividuo que haga evolucionar su conciencia por la vía de
una práctica y genuina espiritualidad, conseg1irá la satisfacción sexual ver-
dadera, que se manifestará en su vida como una sensación de plenitud, paz
y satisfacción interna. Somos seres eminentemente creativos, y nuestro
impulso erótico debe alcanzar su objetivo creador o frustrarse. Es así como
también los artistas, científicos, investigadores o ñlósofos pueden llegar
a través de su ciencia a la satsifacción sexual interna que los hará sentirse
realizados.
208
E L ACTO SEXUAL
211
animal corrompido? Recordemos que es aquello que al dejar de ser ani-
mal no ha llegado todavía a la condición genuinamente humana y que por
esta causa se ha corrompido al carecer de un YO SUPERIOR estable y
maduro que pueda resistir las influencias degeneradoras propias de un
mundo pasional y violento.
212
=¡=»"'º*º…£x
nm,,_,
_
tt
lado. Del mismo modo en que no tiene ningún valor ser inteligente cuan-
do esta capacidad no está sometida al control de la razón, lo genital sólo
por lo genital, sin estar unido a la integralidad del individuo, se convier-
te en algo no ya deshumanizado, sino bestializado.
Los que tengan ojos para ver y oídos para escuchar comprenderán real—
mente. Para los otros, los labios de la sabiduría pennanecerán cerrados,
porque no poseen el suficiente merecimiento para trascender la ciencia te-
rrestre y llegar al conocimiento estelar.
213
1) coito orgiástico
214
215
216
217
218
xx¡
Ahora bien, ya que estamos hablando del acto sexual, ¿cómo debe efec-
tuarse un coito superior? ¿Cómo relacionarse sexualmente sin que esto sig-
nifique “pecado”, corrupción o creación de entidades malignas?
' que el ardor genésioo. Debe existir una tranquila higiene mental y emo—
219
Para que el coito superior pueda efectuarse, debe existir una unión de
los sexos magnéticos, aún cuando en el peor de los casos, sea de sexualidad
primitiva no desarrollada. Esto es 10 que se favorece con el'estímulo prolon-
gado, cuando la pareja permanece sexualmente unida sin apurar la llegada
del orgasmo, sino a la inversa, retardandolo prudentemente. La unión pue-
de durar entre treinta minutos a una hora y puede o no culminar con el
orgasmo; lo esencial es que resulta posible comprobar de manera fidedig-
na el resultado de esta relación a través del grado de satisfacción o frustra-
ción interna que se experimente al finalizar el proceso. Si existe paz y satis—
facción íntima, el intercambio magnético ha sido apropiado; por el contra—
rio, si la mujer queda tal vez excitada y frustrada, el propósito se ha malo-
grado.
Con respecto a la frecuencia del coito, debe ser tal, que el acto no se
convierta en un ritual vacío y mecánico o en una simple actividad refleja.
Cada pareja debe buscar de manera natural el ritmo que mejor les aco—
mode.
220
221
6) machismo
222
7) petriñcación psicológica
8) falta de aislamiento individual
9) caracteres demasiado iguales
Y dejad que los vien ras del cielo libran sus danzas
entre vosotros.
Haced del amor un mar móvil entre las orillas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebais de una misma copa.
223
224
SO amor.
225
226
228
229
230
“ ' ' V es
deposite en la copa de su companera las Virtdudíes perso;%$umngsv1eáz ianddi-
' n
' on el objeto de ayu ar a a co _ .
de que pueda disponer, c . d onse ir la propia
' ' ueellaloayueac gu _,
' n ero. _,
osee las dos fracc1ones e e n
ple1?n2udeplas cosas más importantes que hay que tener presenteeteái ::?í1ge-
al amor genuino es su naturaleza intrílllsecall11611ite activa¿te, sst1upropia
radia-
,
' e so que emi _
de manera equxvalente a a d _ . ot1-
231
mente), sino que es una fue:za ajena la que lo utiliza como instrumen-
to para efectuar una parodia amorosa. Infortunadamente, esta última es
la descripción de la mayoría de las situaciones amorosas comunes del ser
humano; simples remedos de una relación sublime, modelo original del
que solamente sospecha que existe o ha existido alguna vez, pero que
sólo una íntima minoría conoce realmente. '
Aquellas personas que andan a “la caza del amor” en una actitud del
que busca apoderarse de una presa, están a infinita distancia de un correcto
enfoque; en verdad lo que hacen tiene el mismo parentesco con el amor
que pudiera tener un safari en Africa, es decir, ninguno;son cosas absolu-
tamente ajenas una con la otra. Por idéntica razón también el egoísmo ab—
sorbente es el polo opuesto del amor, no porque éste deba ser obligada-
mente altruista, sino porque el egoísmo auténtico no es una fuerza irra-
diante como la del sol, sino una energía que engulle para nutrirse a sí mis-
ma. El dejarse querer es solamente una expresión de este impulso en el su-
jeto que se alimenta de esta manera de la irradiación emocional o sexual de
la otra persona, sin comprometer su propio yo en este acto. Lo dicho nos
muestra la clave del falso y egoísta amor; del que convierte a tantas perso-
nas en impotentes para dar de sí mismas, incapacidad con la que pretenden
no comprometer su propio yo, con el fin de poder permanecer ajenas al
proceso amoroso, recibiendo sin entregar. Esta no es solamente la negación
del amor, sino que también demuestra la condición esencialmente infantil
del sujeto, que confunde a su amada con el pecho materno, fuente de segu-
ridad, apoyo y bienestar.
Lo que hemos expuesto es una especie de regla de oro del amor; si este
es “activitual” es con seguridad auténtico; si por el contrario es “pasional”,
no existe verdaderamente. El problema reside en que muy pocos indivi-
duos tienen la sabiduría necesaria para calificar una situación amorosa de-
terminada. No obstante, daremos algunas reglas muy simples, las que de-
ben emplearse con precaución, ya que mientras una persona no se convier-
ta en “maestra del amor”,-carecerá de la solvencia necesaria para evaluar
con precisión estas situaciones.
232
Producto de un proceso
Se realiza “con los ojos abiertos”
No manipula a la pareja
Tiene continuidad
longadas
Más sabio que compulsivo
Maduro
Flexible
ridad
Genera felicidad
Se extingue en separaciones
prolongadas
Impu1sivo e ignorante
Infantil
Rígido
personales
233
No tiene límites
234
Necesita de la hipocresía, la
mentira y el fingimíento
Limitado
Ahora bien, el hecho de' que un amor puede ser en este instante falso,
fantasioso o irreal, no significa de ninguna manera que no pueda evolucio—
nar hacia lo verídico. Por el contrario, es imposible aplicar un remedio sin
detectar primero la enfermedad. Sólo por medio de su reconocimiento ad-
235
Deseamos aquí tocar un punto en. relación al que existe siempre una
gran controversia, esto es la diferencia de edad en la pareja, en orden a
establecer si esto es o no un obstác_ulo para el verdadero amor.
236
que es de tipo neurótico o compulsivo, como el caso del indiyiduo que im—
pulsado por su complejo de Edipo busca en realidad un sustituto para su
madre, o la hija enamorada del padre que pretende algo equivalente. Sin
embargo, esto tampoco significa emitir un juicio lapidario, pues estas pa-
rejas, sin llegar a 10 superior amoroso, pueden conseguir una porelon bas—
tante aceptable de dicha y compañía; aunque se complementen de mane—
ra compulsiva en la base, pueden tener una realidad cotidiana feliz y pro-
ductiva.
do.
237
LA MORAL EN EL AMOR
2) legalidad humana
238
3) legalidad natural
4) legalidad moral
239
240
anera odemos hab1ar solamente de “actos morales”, pero rara
ylr)eez €st $tencioftes. No existe un aval intento" para 108 actos_morales del
individuo; éste respeta la legalidad porque no tiene otto carmno), avalado
en la práctica por el sistema de prenuo y cest1go. Por cterto que esta no es
una situación general, ya que existen tambien por fortuna, qu1enes actuan
correctamente por mandato intemo y no _extetno. No obstante, aun e_nes-
tc caso cabe preguntarse si ese impulso intenor es fruto de una vohc10n
libre del yo o producto de una programacwn cu1tural. Es precrsp aceptar,
en relación a ésto, que lo común es el decreto soc1a], yzt que e15ujeto nor-
mai” desconoce prácticamente los actos del yo supenor, actuando segun
un ciego esquema cerebral. Consideramos que en general el 1nd1v1duo ca-
rece de una verdadera MORALIDAD INTERNA, producto de la AUTC);
MOTIVACION. Puede existir en muchos casos una “PASION”MORAL
(un acto pasivo) pero muy raras veces una “ACCION MORAL , es dec1r,
una actitud moral “activitual”. _ _
1) social o externa
2) individual programada
3) individual auto—motivada
automotivado.
4) los que cumplen con las reglas morales y jurídicas por una hbre
motivación interna, carente de coere10n extema.
241
(Q'
A
¡“J
243
Con frecuencia los verdaderos sabios existen, pero en vista de que come-
ten el “pecado” de pensar de manera diferente a lo que la mayoría acos-
tumbra, se les considera dementes o indignos de confianza o credibilidad.
Por desgracia la muchedumbre sólo acepta aquellas sugerencias y concep-
tos que provienen de hombres de gran prestigio personal, cualidad que de-
safortunadamente se mide en capital financiero o académico, y no en tér-
minos de real sabiduria. Debemos considerar que un “semi sabio” puede
ser infinitamente más perjudicial parala humanidad que un ignorante, ya
que desconoce por completo los efectos que producirán sus actos persona-
les. El concepto de real sabiduría se ha extraviado lamentablemente, y
hoy en día, conocemos, salvo rarisimas excepciones, exclusivamente
hombres doctos, que entienden 5610 una parte inñnitesimal de la pe-
lícula de la vida.
nas y están más allá del bien y del mal, ya que los trascienden.
Cotejemos ahora ambos princ1pios:
Comprobamos una vez más lo que hemos dicho sobre la mora1ídad interna
y externa, debido a que puede ser más inmoral comprometerse emocional
que genitzdmente, porque mientras el deseo sexual se extingue después del
coito, la emoción puede tener una permanencia infinitamente mayor. En la
práctica podemos comprobar que la gente jura “amor eterno", pero jamás
promete “cópula eterna", ya que ésta por sicarece de compromiso amoroso.
El problema reside en que, como lo sexual es considerado “sucio“ o
“manchado", se presume que el sujeto cometería un pecado mayor al
efectuar un coito con otra persona que al desear íntimamente una rela—
ción amorosa de tipo emocional.
246
247
WII)
lo que resulta más relevante. Existe una castidad interna que refleja la ver—
dadera pureza ¿¡ la que debe aspirar la persona, la que se alcanza mediante
la educación y dominio de si mismo. Cuando el individuo de conciencia
e inteligencia superior a sus tres centros vitales, instinto, emoción e intelec—
to, cierra las puertas a la morbosidad de la “masturbación inorgánica”, de
la cual ya hemos hablado, la que afecta profundamente su equilibrio inter-
no.
“Pureza” es el grado de hominalidad de un individuo; es la medida en
que éste, alejándose del animal, se acerca a lo humano, el polo superior de
la evolución. Ya hemos mencionado el trayecto que debe recorrer el Homo
Sapiens hacia su evolución más elevada, y hemos comentado que apenas se
encuentra en el tramo inicial de este recorrido Pues bien, para recuperar su
pureza original debe ascender en el camino evolutivo, para obtener de este
modo la “pureza humana”, equivalente desde el punto de vista natural a la
blancura animal, pero revestida ahora de la formidable conciencia humana
superior.
lar. Este auténtico hombre posee efectivamente una sólida y genuina mo-
ral, que procede de su conciencia interna y no de reglas impositivas;hace
el bien porque así lo desea y no por obligación ni autoestima. Su pureza no
248
249
cia polar.
2) Comunicación con el propio mundo interno
251
3) Trascender la superficialidad
No existe nada más perjudicial que evaluar a la eventual pareja sólo por
su belleza fisica, su exuberancia pasional, su situación financiera o su al-
curnia social, ya que todas estas características son posesiones ajenas al ser.
El amor es una relación entre dos seres y no entre dos conjuntos de pose—
siones. Por desgracia, casi siempre priman las posesiones en 10 que se refie—
re ¿1 caliñcar ¿ las personas. Se considera su aspecto físico, su inteligencia,
los bienes materiales de que dispone, su estado bancario, su popularidad
y la cantidad de poder o influencia de la que puedan disponer. También
se toma en cuenta su carácter, su comportamiento, educación, actividades
e ideas. Sin embargo, ninguna de las dos cosas que hemos mencionado
componen “el sei” del sujeto; sonsolamente sus posesiones. Como resul—
ta-evidente que uno necesita comunicarse con el ser antes de hacerlo con
lo que éste posee, se hace maniñesto que las personas contraen matrimo-
(*.)
U1
¡“J
253
Represión
Proyección
Formación reactiva.
Fijación.
Ex15ten cuatro etapas de desarrollo en el ser humano:
]) infancia
2) niñez
3) adolescencia
4) edad adulta
_] 1011 es 1 P , q
1 180 13 detenc 011 del CICCIITUCIHU SIC010 0 lla dad Ue
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13 allgU$tlay en ”$13 de que la Pºmºna tellle dal el Pasº 51 U]ente (,l º que
8 f
254
tección.
Regresión:
5) retrocediendo (REGRESION).
Resulta evidente que la relación amorosa entre dos yoes débiles que
recurren a todas estas tretas para desñgurar la realidad, no puede condu-
cir & algo genuino. Los integrantes de cada pareja debieran analizarse
255
refiere al amor, sino que debe partir por amarse ;: sí mismo. En efecto, 31
analizar el afon'smo cristiano se entiende que el hecho de amarse a sí, es
requisito previo para amar al prójimo, ya que dice,verdaderamente.“debes
amar al prójimo como ya te amas a ti mismo?
6) Amar al prójimo
256
¿Cuánto tiempo debe uno relacionarse con una persona del sexo
ºpuesto antes de pensar en el matrimonio? ¿Como saber Si es 121 perso-
na adecuada?
257
3) etapa de consolidación
Etapa previa:
258
Etapa de consolidación:
Lo principal que hay que tener en cuenta dentro de todo 10 que hemos
hablado en este punto séptimo, es el hecho de no juzgar prematuramente
0 de manera superficial ¡¡ quien deseemos como pareja, pues cada indivi-
duo es un mundo inmenso que nos guarda constantes sorpresas, por lo que
es indispensable esforzamos al máximo por conocer adecuadamente a
nuestra actual o futura compañía, ya que jamás se termina realmente por
conocer a alguien.
259
8) No idealizar a la contraparte
260
lo que hace generalmente el que busca atraer al sexo opuesto, pero es pre-
ciso considerar que inevitablemente llegará el momento de quedar al descu-
bierto. Es más importante ser honrado y mostrarse tal como se es, ya que
aunque al comienzo pareciera esto una desventaja, en la larga rinde mejores
dividendos, al convertir esta franqueza en el más fuerte pilar de la felicidad
amorosa, porque “engaño engendra engaño” y “franqueza induce franque-
za”
261
Nos hemos referido a este tema en el punto segundo, pero en lo que ata-
ñe solamente al sujeto. Lo que deseamos decir es que una vez que el aman-
te aprende a comunicarse con su propio mundo interno, debe hacerlo con
el de su amada con el fm de establecer una comunicación real y profunda.
Podríamos decir que en vez de efectuar un contacto de cuerpos, deberá
establecer una relación de almas que le permitirá conocer y ser conocido.
Así podrá determinar qué es lo que realmente necesita su compañera pa-
ra desarrollarse, perfeccionarse y ser feliz. Ella por su parte percibirá a su
hombre como realmente es, por lo que dispondrá de los medios para apo-
yarlo y ayudarlo en su autorrea1ización. Como consecuencia directa de la
comunicación lograda, constituirán una pareja que funciona en un nivel
262
12) No mentir
' fe. _
achóano?fantl'glgna de mentira es la que se practica también con la mejor
intención de no herir a la pareja cuando_'se corre el peligro de que esta
descubra actos, pensamientos, o sentimientos que puedan _consnderat-
se, real o imaginariamente, ofensivos, carentes de amor, agiesivos o mdi-
cativos de una actitud indiferente de nuestra parte_. Es pos¡ble que el te-
mor se funde en hechos concretos que el sujeto quiera ocultar a su com-
263
264
)
t
¿_
265
nar ¡¡ una persona. Ausencia de explotación significa que cada uno debe
d_esa_rrollarse tal como es, y no como el otro quisiera para servir a sus fines;
significa respeto por la libertad individual de la pareja, e involucra toleran-
cm y comprensmn.
Por supuesto que estas reflexiones sólo son útiles para los que aspiran
verdaderamente a conseguir el auténtico amor, ya que los otros, o sea
aquellos a los que no les importa representar una burda parodia por toda
su Vlda, no tienen por que preocuparse de este trabajo.
266
Para finalizar, debemos añadir que si_ una pareja se dedica primeramen-
te a conseguir el real amor, tendrá posteriormente el tiempo necesario
para mejorar también su nivel económico y social si así lo desean.
268
runas. _ 4 _
b En la relación sexual se aprecia comúnmente que los sentumentos de m-
ferioridad del hombre, lo llevan a tratar de mostrarse muy fuerte y cgp_az,
impidiendo la ternura y la naturalidalel , r_eahzgx_1dto el acto de manera
rapnda
271
LA PAREJA HERMETICA
Existen muchas facultades que esta pareja posee, que son las mismas o
muy parecidas a las descritas en el capítulo anterior, pero elevadas & su ple-
na realización. El amor a nivel hermético sólo puede darse en la medida
que ambos alcanzan un efectivo y real desarrollo de sus propios yoes y una
posterior madurez y plenitud.
! J
x¡
r-J
Esta es una de las grandes diferencias entre una pareja común y una her-
mética; una carece de la distancia polar adecuada, mientras que la otra po-
see una perfecta tensión entre los polos, lo que le asegura entre muchas
otras cosas una ' italidad adecuada.
273
Nada más podemos agregar sobre esta materia que pertenece al mundo
de los conocimientos prohibidos para el hombre bestial, inconciente, pasio-
nal y corrompido.
274
5) Creación de dioses
6) El coito mental
276
,..us.e;a.…¿w.…_ _ .-
El hogar debe ser para la pareje hermética un lugar donde estén acoraza-
dos contra toda vibración infen'or; el refugio que los proteja contra todo
enemigo visible como invisible; la guarida donde puedan mantenerse en sal-
vo de la malignidad y ¡a bestialidad de los seres corrompidos, en razón de
que no existe nada más ofensivo para las fuerzas satánicas que el contem-
plar la felicidad y paz de un verídico amor. Tal como en las corridas de to-
ros un capote rojo incita al animal, la bondad, el amor, la paz y la espiri-
tualidad, estimwan el odio y la ferocidad de los demonios que habitan
en el plano de la energía infen'or… Procuran siempre atacar a quienes
representan lo opuesto a su propia condición tenebrosa, esto es, la
luz. Solamente por el hecho de que una persona tenga que relacionarse con
la gran masa humana, se contagia con toda clase de vibraciones negativas,
producto de las pasiones animales de las gentes. Este es el motivo por el
que los monjes que pretenden puññcarse para hacerse dignos de la gracia
d1v1na, se apartan de todo contacto con el mundo para recluirse en un con-
vento. El camino hermético discurre por una vía diferente, pues no acon-
seja este tipo de retiro, sino por el contrario insiste en una relación activa
con el medio, único procedimiento de llegar a comprender el alma huma-
na y no eludir la responsabilidad social. Sin embargo, en este diario acon—
tecer el sujeto pierde fuerzas y se contamina con estados negativos, por 10
que el retorno a su hogar le permite, a través de la reconcentración en sí
mismo dentro de un ambiente puro, recuperar energía y mantenerse prote-
gido para elevar sus vibraciones en la paz de un recinto absolutamente des-
contaminado.
277
lo fantástico, sino por lo real y concreto de los frutos que logren cosechar.
ya que la vida suele ser como un extenso jardin donde los mas apetec1dos
frutos están a nuestro alcanoe, pero donde la gente por lo general solo re-
cibe aquellos que por azar caen sobre sus cabezas.
278
“¡'s—nuv—
Este breve capítulo se refiere a las falsas expectativas que la gente gcne— ¿
mimeme le adjudica al amor, al sexo y al matrimonio, pero que son ape- '
nas un reflejo del guión social correspondiente.
279
17) Que uno puede darle a la otra persona absolutamente todo lo que és—
ta necesita;
280
7) Que el matrimonio constituye [a aprobación o el permiso para
las relaciones sexuales;
10) Que si se tienen trabas para el acto sexual estas van a desaparecer
después del matrimonio;
li) Que el acto sexual quita algo que se tenia, 0 se pierde algo irrecupe-
fable, cuando en realidad no hay pérdida sino intercambio;
13) Que la satisfacción de la mujer depende del tamaño del órgano mas-
culino;
16) Que mientras más tiempo se pase juntos en la vida cotidiana, mayor
unión se logrará;
383
21) Que es el medio de obtener aquellas cosas de las cuales uno carece;
25) Que en el matrimonio debe tolerarse todo con tal de evitar el divor-
cio o la separación.
Como son incontables las personas que sufren por un amor perdido, de-
seamos establecer la notable diferencia entre los efectos naturales y pato-
lógicos que provienen de un desengaño amoroso. Para esto no nos referi—
remos & los resultados obvios como la tristeza y la soledad, por ejemplo, ya
que estos son ampliamente conocidos, y por lo general ayudan notable-
mente a madurar & la persona. Nos interesa más la experiencia patológica,
en razón de que es la que más daño puede ocasionar al sujeto, y por 10 tan-
to, la que es necesario saber evitar o contrarrestar. Esta experiencia la su-
fren todas las personas para quienes el amor significa no solamente un pla-
cer amoroso sino también una gratificación narcisista. Ocurre que la fuer-
za del amor actúa como elemento de mantención y refuerzo del narcisis-
mo, medio a través del cual el sujeto mantiene su autoestima y por e] que
se adora y acaricia a sí mismo, 10 cual conforma e1núcleo de su vida psí—
quica, es decir, su yo director. Es preciso comprender que mediante el mar-
cisismo el sujeto cree que todo ha sido creado para satisfacerlo, y que todo
gira en rededor de su persona. Sabemos que se origina en la infancia cuan-
do la criatura encuentra que todas sus necesidades son satisfechas de inme-
diato por la madre, percibiendo que ella y el mundo existen sólo para ser-
virlo. Posteriormente cuando la madre 10 mima y protege en demasía, se
le crea una sensación de omnipotencia en la que basa su narcisismo Cuan-
do llega a ser adulto se da cuenta que no es omnipotente, pero el compren-
derlo no hace desaparecer el complejo ya que este se encuentra fijado en
la infancia a nivel inconciente, necesitando en cambio recurrir a refuerzos
0 apoyos externos que eleven su autoestima, mediante los llamados “sumi-
nistros narcisistas“. El amor puede pasar a ser para el narciso el más pode-
roso de los suministros, provocando lo que hemos denominado reacción
patológica al desengaño amoroso. Se produce cuando la experiencia amo»
rosa no solamente ha sido tal sino que ha significado además un placer
narcisista. A1 perder a su amada (o presunta amada) el sujeto siente que en
realidad ha perdido la vida misma; le parece estar realmente muerto y que
no vale la pena vivir. Este profundo sufrimiento no se deriva realmente
284
285
287
289
Por este motivo es que este conocimiento debe manejarse con infinita
paciencia, preocupación, y aunque parezca redundancia, con mucho amor,
ya que su objetivo primordial es el de unir a la pareja por un verdadero
amor para que puedan encontrar su genuina felicidad y fortalecer así al
máximo los lazos de la familia y el hogar, contribuyendo de esta manera a
]a formación de una sociedad más humana, espiritual y conciente. Preten-
demos que la pareja alcance una unión de una fuerza, permanencia y soli—
dez como sólo puede otorgarla el auténtico amor, y no la mera obligación.
Buscando esta cohesión, el sujeto que ya está unido en matrimonio y al-
canza el conocimiento del amor, sea éste varón o muje1j, debe darle mil
oportunidades a su cónyuge que recién se inicia en esta ciencia para que
pueda ir realizando gradualmente las metas ñjadas. Infinita paciencia y to-
lerancia deben ser su divisa y escudo hasta conseguir efectivamente el más
perfecto enlace.
CARACAS, Venezuela
Prólogo, 7
INDICE
matrimonio?, 10
y los celos, 31
Lo satánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
Lo sátánico en el amor es:
Lo satánico en el amor es:
La ignorancia, 15
El matrimonio
24
No entregarse, 27
El narcisismo
El androide amoroso, 37
El vampirismo, 40
La embriaguez magnética, 44
La heterosugestión, 47
El edipismo, 53
El complejo de Diana, 58
La simbiosis, 62
E1 fantasma onírico, 65
El sado masoquismo, 70
-- Y A N | N A —
República Argentina 2686
Valentín A|s|na
En el mes de Marzo de 1982
Tirada 5.000 ejemplares
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