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Don Jesús María Garro Basterrechea

1884-1971

Por: Don. Federico Barenengoa


Enero de 1993
Don Jesús María Garro Basterrechea (1884-1971)

Hoy todavía, más de cincuenta años tratamientos médicos. Otra especialización


después de su ausencia, son muchos los que adquirió rápidamente fue la de partero.
amurrianos que guardan un recuerdo Los amurrianos, en su mayoría, nacieron
imborrable del médico Don Jesús Garro bajo sus cuidados durante el tiempo que
Basterrechea que conocieron durante más estuvo en Amurrio. Además, tenía gran
de veinte años, hasta poco después del habilidad con la extracción de muelas. La
término de la guerra civil española. Es dedicación a estos menesteres
buena muestra de ello la cariñosa acogida, complementarios derivaba que todo le
impregnada de amables remembranzas, parecía poco para atender las necesidades
con que reciben la visita de cualquiera de de sus enfermos.
los hijos de D. Jesús. Son, a su vez,
amurrianos hijos de otros mayores ya Don Jesús Garro Basterrechea había
desaparecidos, pero que han oído en sus nacido en Mundaka, Bizkaia, el 7 de
familias relatos sobre las relaciones octubre de 1884. Estudió bachillerato en
profesionales y humanas de aquel médico Gernika, parece ser que en los Agustinos.
con cada uno de los habitantes de Amurrio. Luego pasó al Colegio de Jesuitas de
Orduña, donde enfermó de lo que se
Eran unos tiempos en que el pueblo era llamaba “baile de San Vito”, atribuido a
relativamente pequeño y en el que todos fiebres reumáticas, que le obligó a
sus vecinos se conocían bastante abandonar los estudios en esta Ciudad.
íntimamente entre sí. Más bien pobres,
apenas había unos pocos ricos, vivían una La medicina la estudió en Valladolid.
vida ajustada, porque los ingresos, si bien Fue, durante su carrera, muy conocida la
en general no faltaban, apenas servían peña que él formó entre los estudiantes,
para resolver las estrecheces diarias. Hay que hicieron algo así como un himno de la
que recordar que entonces el jornal era canción que inventaron, “Ah io he visto uno
únicamente aportado por los hombres, teniente…” en italiano macarrónico, y que
pues las mujeres no trabajaban salvo las luego tantas veces cantaría D. Jesús en
labradoras en el campo sin emolumento Amurrio, con piano o sin el, en reuniones
alguno. Todo lo más había algunas festivas con varios amigos, lo mismo que
costureras o sirvientes con algún salario. otro primo suyo, condiscípulo, la extendió
en mundaka.
Don Jesús Garro ejerció su profesión
desde el desarrollo de un pueblo pequeño Terminada su carrera con total vocación
predominantemente agrícola de la segunda y apasionamiento por la medicina, tuvo
década del siglo hasta los años treinta en oportunidad de venir a Amurrio, en
que Amurrio era ya Villa y, con suministro sustitución interina de D. Samuel, que por
de agua potable domiciliaria, se asomaba a aquel entonces asistía en este pueblo. Tras
la industrialización con la implantación de una corta estancia aquí, consiguió una
algunas fábricas y talleres. plaza en Arbázegui y Gerrikaiz, Bizkaia.
Estando allí de médico se casó, el 18 de
Don Jesús se entrego de lleno y sin Abril de 1912, con la también mundaquesa
medida al servicio del pueblo. No tenía María Abaroa Lete. El año 1913 nacía su
horas, ni de noche ni de día, para atender a primer hijo Antonio y, posteriormente, sus
sus enfermos. Conocía a cada familia y la hijos José Luís y Conchita, en 1915 y 1916
salud de sus miembros, incidencias respectivamente.
patológicas familiares, en resumen, todo su
historial familiar hereditario. Teniendo su hija once meses, a primeros
de 1917, para entonces había muerto
Aparte del tratamiento médico oportuno, Antontxu de una meningitis, se trasladó D.
les prestaba un afecto contagioso al que el Jesús a Amurrio a cubrir la vacante del
enfermo y la familia eran sensibles y médico, previa solicitud que le fue
experimentaban optimismo y confianza en aprobada sin ninguna dificultad. La plaza le
el doctor. Tenía tiempo para sentarse junto fue concedida habida cuenta de la
a ellos y compartir sus preocupaciones experiencia que de él tenían desde sus
cotidianas y los avatares de sus vidas. anteriores servicios en sustitución.

Se hizo pronto famoso por ello y por lo Tuvo al principio alguna oposición, pues
acertado de sus diagnósticos y hubo alguna que otra persona importante

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Por: Don Federico de Barrenengoa

que quería traer al pueblo un medico


conocido suyo. Al año siguiente, 1918, se
acreditó rotundamente con motivo de la
gripe que, en medio de la primera guerra
mundial, asoló toda Europa ocasionando
millones de muertos. Ante su casa, en el
Ayuntamiento, en el pórtico de la iglesia,
día a día, se amontonaban cantidad de
personas que solicitaban atención médica
para sus enfermos. Su trabajo fue
impresionante y con bastante éxito. Pasada
la epidemia, el Ayuntamiento le formuló
oficialmente su más expresivo
reconocimiento por su meritoria labor y su
entrega en aquellos tristes momentos.

Más tarde, durante la guerra de


Marruecos, primeros de los años veinte,
tuvo alguna dificultad al negarse a dar un
certificado a algunos destacados en el
pueblo, con el que pretendían eludir el ser
llamados soldados a África. Quedó muy
afectado y lo pasó mal.

Aquellos primeros años se vio un tanto


constreñido por la insignificancia de los
ingresos por pago de sus servicios.
Quedaron regularizados precisamente por
aquellos años de la guerra marroquí. El
ayuntamiento cobraba los estipendios por
igualas y se encargaba de entregárselos al
medico. La situación mejoró notablemente
al aumentar las igualas con el
establecimiento de varias fábricas a partir
de los años veinte y ya en los treinta.

Lo que está claro es que, de todas


maneras, quedo muy integrado en el
pueblo de Amurrio y aceptado por la
generalidad de los vecinos como un buen y
excelente médico. Su silueta, montado en
bicicleta, seguido de su perro de caza,
camino de los caserios de sus enfermos,
era públicamente conocida. Los días de
lluvia llevaba sobre sí una capa
impermeable.

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