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Semiología funcional
La principal manifestación de las enfermedades del músculo es una disminución de
la fuerza muscular.
Semiología física:
Semiología eléctrica
Electromiograma normal:
En reposo, existe absoluto silencio eléctrico: la línea del oscilógrafo permanece
horizontal. Una contracción ligera pone en juego un pequeño número de unidades
motrices. La actividad le cada una de ellas se manifiesta en el trazado por una punta
monofásica o bifásica, de morfología particular, que tiene una amplitud de alrededor de
1 mV., una duración de 4 ms., repitiéndose con una frecuencia de 4 a 10 por segundo.
Como hay pocos potenciales de unidad motriz durante una contracción muscular
ligera, se puede identificar fácilmente cada una de ellas en el trazado y seguir su
repetición: este tipo de trazado es denominado « simple >.
Cuando la contracción muscular aumenta, los potenciales de unidad motriz no
cambian de morfología, de amplitud o de duración (en virtud de la ley del todo o nada).
Pero el ritmo de cada uno de ellos se hace más rápido: su frecuencia aumenta, se dice
que existe sumación temporal. Y sobre todo aumenta el número de unidades motrices
que entran en juego: existe sumación espacial. El resultado es que se enriquece
notablemente el trazado oscilográfico y se hace accidentado en toda su amplitud: en
este caso de denomina « trazado intermediario
Por último, cuando la contracción es máxima, el trazado se hace muy rico, muy
cargado, y puede verse aparecer potenciales redondeados y de gran tamaño que
provienen de la interferencia de potenciales de unidad motora: <trazado interferencial.
Recordemos que puede registrarse la actividad eléctrica del músculo, no sólo durante
la contracción voluntaria, sino también en el curso de la contracción muscular
provocada mediante estimulación eléctrica del nervio.
Alteraciones biológicas:
Las miopatías atrofiantes van acompañadas generalmente de una acrecentada
eliminación urinaria de creatina y de una disminución de la creatinuria. La
hipercreatinuria es particularmente neta en las amiotrofias provocadas por
enfermedades musculares, pero pueden observarse también en todas las atrofias
musculares, y especialmente en las amiotrofias neurógenas.
En las enfermedades atrofiantes del músculo, puede hallarse una tasa hemática
elevada de ciertas enzimas: aldolasa, transaminasa, fosfoexoisomerasa,
lactohidrogenasa, creatínquinasa, probablemente debido a que las fibras musculares
alteradas dejan escapar estas enzimas al medio interno. Este hecho no se observa en
las amiotrofias neurógenas.
La mioglobinuria: eliminación urinaria de mioglobina, que se puede observar en ciertas
afecciones musculares o consecutivamente a un traumatismo, es un trastorno
excepcional, debido a la liberación de la mioglobina de las fibras musculares.
Biopsia muscular:
Las lesiones de las enfermedades musculares pueden ser estudiadas en fragmentos
de músculo obtenidos por biopsia.
En las miopatías atrofiantes, las dimensiones de las fibras son desiguales, en un
mismo fascículo conviven fibras de dimensiones normales (de 40 a 50 u de grosor),
fibras de gran tamaño (su hipertrofia precede a su atrofia) cuyo corte transversal es
redondeado en vez de ser, como es normal, poligonal, y fibras minúsculas. Las fibras
afectadas pueden mostrar alteraciones de la estructura: pérdida de la estriación
transversal, granulaciones, vacuolización sus núcleos tienden a disponerse en el
centro de la fibra, cuando normalmente están situados bajo el sarcolema; los núcleos
persisten a menudo en conglomerados tras la destrucción de la fibra. Puede notarse
también un desarrollo importante del tejido conjuntivo fibroso y adiposo intersticial: una
importante fibroadiposis. No hay infiltración leucocitaria.
En las miositis, se ven alteraciones del mismo tipo. Pero existen, además, en el
conjunto del músculo, infiltraciones leucocítarias que confirman la naturaleza
inflamatoria de las lesiones,
En la miastenia, las fibras musculares están intactas, pero el tejido conjuntivo
intersticial de los músculos contiene a veces nódulos linfocitarios (linforragias) que por
otra parte no son específicos de la enfermedad.
En las amiotrofias neurógenas todas las fibras inervadas por una neurona enferma son
lesionadas simultáneamente y se atrofian a la vez; el resultado es una distribución en
grupos de las fibras atrofiadas y una igualdad de grado de atrofia en cada grupo
interesado.
Las principales enfermedades del músculo son las miopatías atrofiantes, las miositis y
la miastenia. La miastenia no es propiamente una enfermedad del músculo sino una
enfermedad de la yunción mioneural.
Miopatías atrofíantes:
Miopatía facioescapulohumeral:
Miositis:
Una miositis es una inflamación del músculo. Las miositis pueden ser infecciosas o
parasitarias; pueden complicar un cáncer o una endocrinopatía pueden ser de causa
obscura.
La miositis que se observa con mayor frecuencia es una polimiositis aparentemente
primitiva y de causa desconocida, que afecta al adulto entre los 40 y los 60 años.
Posee algunos rasgos de las miopatías atrofiantes: afecta con predilección los
músculos de las cintillas que se atrofian progresivamente y cuya reflectividad
idiomuscular desaparece. Se acompaña de hipercreatinuria y a veces de una
elevación de la tasa sérica de ciertas enzimas (aldolasa, transaminasa...). Produce
alteraciones electromiográficas comparables. Las fibras musculares manifiestan
alteraciones semejantes.
Pero difiere de las miopatías por otros caracteres: no es hereditaria, afecta con
frecuencia la musculatura faringoesofágica lo que provoca disfagia, a menudo se
acompaña de mialgias, y sobre todo se trata de una enfermedad inflamatoria.
La inflamación recae sobre el conjuntivo de los músculos cuyas lesiones comprenden,
no tan sólo la atrofia de las fibras musculares comparable a la de las miopatías
atrofiantes, sino también una infiltración leucocitaria, que falta en las miopatías
atrofiantes. Puede afectar a otras estructuras conjuntivas, de tal forma que al síndrome
muscular pueden añadirse: lesiones cutáneas, lesiones mucosas, artritis. Las lesiones
cutáneas son las más frecuentes: edema y eritema periorbitarios, poiquilodermia
compuesta por una mezcla de eritema, atrofia cutánea y telangectasias. Cuando éstas
existen, se habla de dermatomiositis.
La inflamación se manifiesta a veces por la fiebre, y habitualmente por una aceleración
de la velocidad de sedimentación globular.
Finalmente, la evolución de las miositis difiere de la de las miopatías atrofiantes:
mientras que éstas siguen un curso irreversible, aquéllas pueden mejorar
espontáneamente o bajo el efecto de medicamentos antiinflamatorios (corticoides), e
incluso a veces curan dejando secuelas más o menos importantes.
Miastenia:
En la miastenia la perturbación recae sobre la transmisión neuromuscular del influjo
nervioso. La miastenia comienza habitualmente en el adulto joven y no es hereditaria:
es más frecuente en el sexo femenino.
Se manifiesta por una parálisis que interesa electivamente los músculos que reciben
su inervación del tronco cerebral: nervios motores del ojo, cuya parálisis produce
diplopía, estrabismo, ptosis; músculos de la cara cuya lesión desdibuja y fija los
rasgos, músculos masticadores, músculos laríngeos y faríngeos cuya parálisis debilita
la voz, ¡a hace ronca y nasal, y dificulta la deglución. Los músculos de los miembros
pueden hallarse también afectados, pero en general en una fase más avanzada de la
evolución.
Esta parálisis tiene de particular el ser consecuencia de una fatigabilidad excesiva es
consecutiva a un esfuerzo del músculo que afecta a la masticación, que se hace
imposible al final de la comida: la voz, al principio normal, se extingue progresivamente
en el curso de la conversación..., o incluso la parálisis es consecutiva al esfuerzo de
otros músculos: el trastorno miasténico es en general más marcado al final del día, y
puede aparecer como consecuencia de una actividad fatigante.
Las reacciones del músculo a la excitación eléctrica y las alteraciones
electromiográficas ilustran bien esta fatigabilidad excesiva.
La prostigmina suprime el trastorno miasténico inhibiendo la colinesterasa y
permitiendo así una acumulación de acetilcolina en las placas motrices, lo que levanta
el bloqueo miasténico.
La miastenia por lo general no va acompañada de atrofia. Las biopsias musculares no
demuestran atrofia de las fibras: solamente ponen de manifiesto nódulos o acúmulos
linfocitarios en el conjuntivo intersticial de los músculos.
La miastenia va a menudo acompañada de un tumor tímico (timoma) o lesiones
tímicas. Es posible de que se trate de una enfermedad disinmunitaria.
La evolución de la miastenia es extremadamente caprichosa. La introducción, en la
terapéutica, de la prostigmina, así como de otros anticolinesterásicos, ha transformado
el pronóstico. Pero continúa todavía siendo una afección grave y puede provocar la
muerte por parálisis respiratoria.