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Seguimiento al artículo: ¿Atando y Desatando Qué?

Por Héctor Reséndiz

Muchas personas continúan afirmando que Dios nos da el poder de atar y desatar, pero
vimos en el artículo ¿Atando y Desatando Qué? que esa expresión en la Escritura a
menudo es mal interpretada.

Para reafirmar y ampliar un poco la información del artículo podemos decir lo siguiente:

Si fue tan importante la enseñanza de Jesús (viéndola como la interpretan hoy en día en
muchas iglesias), ¿por qué no vemos a ningún apóstol en toda la Santa Escritura aplicar
la enseñanza como tal? No hay, nunca verá ni leerá a un apóstol atando la enfermedad,
desatando el cielo, atando al diablo o a los demonios, atando a las fuerzas del mal en el
nombre de Jesús; no encontrará ni un solo ejemplo al respecto. Sin embargo, sí
encontramos a Jesús y a los apóstoles atando y desatando o dando instrucciones al
respecto en el concepto escritural de la enseñanza, en la interpretación y mensaje que
realmente Dios nos dejó en Mateo 18.18: autoridad en asuntos de la Iglesia y
comportamiento de sus miembros (incluso de los propios líderes). Algunos ejemplos:

• Mateo 18.17. Jesús dando instrucciones sobre el perdón y la autorización para tratar
como gentil o publicano si un “hermano” no se arrepiente de una falta. Inmediatamente
viene el versículo en cuestión (18.18), Dios nos da la autoridad para disciplinar, permitir,
correr o restaurar miembros en la congregación.
• El Señor nos da la autoridad para alejarnos de los que ponen tropiezo a la sana doctrina
(nos es permitido desde el cielo y confirmado en la Palabra). Romanos 16.17-20: «Mas
os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de
la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. Porque tales
personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con
suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. Porque vuestra
obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero
que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará
en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros.» Énfasis agregado.
✓ Note que por más esfuerzos que hagamos de lucha contra Satanás, atándolo
al igual que a sus huestes, no resolveremos nada, esa no es la clave; de
hecho, tenemos que ser ingenuos para el mal y el Dios de paz aplastará a
Satanás. Es Dios el que controla sus movimientos, no nosotros.
• A no tener comunión (convivir diariamente, solapar el estilo de vida… y no al hecho de ni
siquiera ir con los incorversos y platicar para hablarles del arrepentimiento y del Señor
Jesucristo, o sea, de presentar en evangelio) con los que se llaman hermanos y viven
como hijos de perdición (atar = prohibir), 1 Corintios 5.11 incluso dice «ni aun comais”»
denotando un mandato de prohibición de comunión con dicha persona. Hermano, pero
Dios tiene misericordia, ¿cómo vamos a hacer eso? el v. 13 dice «A los que están fuera,
Dios los juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.»
✓ Tenemos autoridad para atar y desatar, para no ser cómplices del pecado, más
bien, en el amor de Dios aplicar la disciplina correspondiente para el
perfeccionamiento del Cuerpo de Cristo.
✓ Hebreos 12.6 «porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que
recibe por hijo». Ver vv. 7 y 8.
En lugar de atar y desatar todo tipo de cosas, ¿qué nos dice la Biblia para que Dios
nos bendiga?

Peticiones generales:
Filipenses 4.6 «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.» Énfasis agregado.

Sanidad:
Jeremías 33.6 «Yo les traeré sanidad y medicina; los curaré y les revelaré abundancia de
paz y de verdad.» Aunque este versículo se refiere a un tema principalmente eterno, se
manifiesta nuevamente la necesidad de esperar en el Señor, en fe y obediencia sin
afanarnos atando y desatando cada cinco minutos. Él nos dice «Yo les traeré sanidad y
medicina». Esta es una promesa y Dios no miente, en la eternidad recibiremos todas
estas cosas y sin faltar un gramo de bendición, sin embargo, el Señor puede interrumpir
conforme a su gracia y poder para realizar un milagro sobrenatural aquí en la tierra en los
tiempos presentes.

La Biblia menciona que los creyentes harán señales y milagros (Marcos 16.17-18) porque
no es por sus fuerzas o porque saben orar y decir las palabras exactas y tampoco dice
que siempre en todo momento sucederán; la gracia de Dios no sigue mecanismos de
causa y efecto (ato y Dios ata, desato y Dios desata, declaro y Dios hace), Jehová es
personal y soberano y usará a sus hijos para revelar su poder conforme a sus propósitos
y voluntad.

Usted me puede decir: “hermano ¿en dónde está su fe? me está hablando como si no
creyera en el poder de Dios, Él dijo que tenemos la llave del Reino de los cielos, por lo
tanto, puedo desatar en el nombre de Jesús la sanidad y ha funcionado, el Señor lo hizo a
través de mí”. Mi respuesta es la siguiente: aún en nuestros errores y pecaminosidad,
Dios es fiel, soberano y misericordioso, tenemos que creer en todo momento la majestad
de su Señorío y que es todopoderoso; no es que seamos “súpermanes” o los súper
ungidos y que si no es por mí aquella persona no hubiera sido sanada, ¡que gran
blasfemia! pensar que somos indispensables para Dios, más bien su gracia nos conforta y
nos obliga a permanecer guiados por su Espíritu para que Él se manifieste y testifique de
su poder. Por su mera gracia y un amor que nunca comprenderemos en su totalidad,
incluso cuando estemos habitando en nuestra morada celestial, Él decidió salvarnos y
tuvo que ser 100% una obra dirigida y consumada por Él porque nosotros estábamos
perdidos y apartados de la gloria de Dios, nunca podremos hacer nada por nosotros
mismos y recibir un metro cuadrado de cielo.

Mateo 16.19 nos revela acerca de la llave del Reino de los Cielos y sí hermano, sí
tenemos esa llave, pero veamos un poco antes desde el v. 16 después de que Jesús le
pregunta a Pedro ¿quién decís que soy yo?:

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo:


    --Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
    17 Entonces le respondió Jesús:
    --Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre,
sino mi Padre que está en los cielos.
    18 Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las
puertas del Hades no la dominarán.
    19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado
en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.

Note que algo sobrenatural sucedió antes de que le prometiera las llaves del Reino: el
Padre le reveló que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Inmediatamente Jesús
afirma que sobre él edificará su Iglesia. ¿Recuerda aquella predicación majestuosa y
sobrenatural (Pentecostés, Hechos 2.14-41) que dio inicio al ministerio del Espíritu Santo
sobre los hijos del nuevo pacto, los dones espirituales y la proclamación poderosa y sin
igual de las buenas nuevas? Antes, la gente buscaba a Jesús por sus milagros pero no le
obedecían y no se hacían sus discípulos y repentinamente un poder de lo alto convierte a
3,000 personas y aquellas testifican en diversas lenguas sobrenaturalmente que Jesús es
el Señor, Hijo de Dios, que murió por nuestros pecados, se bautizaron, se mantenían
firmes en la doctrina…

Siguiendo en el v. 18 «y las puertas del Hades no la dominarán» refiriéndose a la Iglesia.


Esto delimita sin dudar la salvación de los que aceptarían el mensaje del evangelio
porque ahora, para vida eterna, la morada es el cielo inmediatamente después de la
muerte física. Posteriormente le dice « Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo
lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será
desatado en los cielos.» Una vez que le ha dado el privilegio de que el Espíritu Santo lo
usara para la edificación de la Iglesia (que además es una función meramente apostólica,
Efesios 2.20), le confiere la autoridad para (1) proclamar la verdad y hacer discípulos
(anunciar a Cristo y a éste resucitado para salvación - LA LLAVE DEL REINO -) y (2)
autoridad para administrar, enseñar, disciplinar y dirigir a la Iglesia. La llave del Reino no
es aquella con la que podamos abrir el picaporte celestial y obtener lo que necesitamos o
queremos, la llave es el poder de la verdad que Dios deposita en nosotros cuando somos
rescatados, regenerados y abrazados por Él.

Finanzas:
Un tema por demás controversial, todo el Mundo desea una abundancia financiera y
escuchamos a menudo desatar y derramar millones de dólares desde el cielo. Tener
prosperidad financiera no es malo, pero atesorarla como la que terminará con nuestra
opresión, problemas y necesidades es una blasfemia. Dios nunca desampara a sus hijos,
a unos les dará más y a otros menos, ¿cómo usa usted los recursos que Dios le da?
¿realmente trabaja, deposita e invierte lo que Dios le dio para que rinda frutos en las
demás personas y en el ministerio del Reino? ¿si quiere dinero o un nuevo negocio o
empresa, busca primeramente la Gloria de Dios?

«El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra


generosamente, generosamente también segará.» 2 Corintios 9.6.

Nos encanta desatar y abrir los cielos para abundancia de dinero, ¿cómo está la siembra
de esta semana hermano? y cuando siembra ¿con qué propósito? ¿esperando la gran
cosecha o por amor como un verdadero fruto espiritual? Ahí es donde el Señor nos da
abundante cosecha, dando sin esperar nada a cambio. Él nos bendecirá y suplirá todo lo
que nos falta conforme a las riquezas de su Gloria (Filipenses 4.19). De ese tamaño
hermanos, conforme a las riquezas de su Gloria.
Sea obediente, tenga paciencia, testifique con su vida que Jesús es su Señor y procure
más regalos espirituales que materiales. Él se encargará de todo.

Sabiduría:
Usted no ve a Pablo enseñar a desatar verdad y sabiduría del cielo en las congregaciones
de Cristianos, por el contrario dice que la pidamos como un ruego, sabiendo que la
recibiremos, con una fe poderosa en el Señor que es pronto para dar, sin dudar y sin
vacilar (Santiago 1.5-6).

Cuando los milagros bíblicos ocurren nadie pronuncia ato o desato


Incluso en algunas ocasiones Jesús hacía milagros a gente que no tenía fe (Marcos 6.5-6,
Juan 11.21-25) y el ministerio apostólico lleno del poder de Dios se generalizaba en el
principio como algo fuera de serie, hasta la sombra de ellos sanaba y daba lugar a algún
milagro. Se pronunciaba palabra y en el instante algún milagro sobrenatural sucedía. En
Hechos 3.6 vemos un ejemplo claro de la gracia de Dios y de cómo uso a Pedro para sólo
decir «levántate y anda», no hubo un ato o desato, sino de lo que él tenía le dio. Se
pronunciaba palabra y también había juicio inmediato de parte del Señor (Hechos 5.5,
13.11).

«Orad sin cesar»


El texto de 1 de Tesalonicenses 5.17 es inmaculadamente claro y a la vez estricto.
Nosotros tenemos que permanecer, perseverar y practicar la oración a Dios.
Inesperadamente el siguiente versículo nos insta a dar gracias en todo y afirma: «porque
esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.»

Recordando la Palabra de Filipenses 4.6 «por nada estéis afanosos» nos confirma lo
contrario a la enseñanza de atar y desatar, porque invertimos tanto tiempo y deseo en que
eso pase, como si el cambio o el milagro viniera de nuestras propias fuerzas, de nuestra
propia voluntad. Nos pasamos declare y declare cosas que queremos que sucedan,
atando y desatando, queriendo convertir las situaciones y nos encanta tener por
adelantado las añadiduras.

El problema de las añadiduras es que generalmente la gente se la pasa declare y declare


tal añadidura y en la boca y en la mente está más la añadidura que el «Reino de Dios y su
Justicia», por lo tanto, el Señorío de Jesús es dejado de lado. Por eso son añadiduras,
porque repentinamente en el andar Cristiano aparecen como regalos; “pop”: Dios añade
bendición material a sus hijos, hasta la salud es algo material.

¿Usted ve a Jesús y a los apóstoles repitiendo hasta el cansancio de la forma que


muchas iglesias lo hacen en la actualidad? Para ejemplo: ¿por qué Pablo no le
recomendó a Timoteo que orara o declara que es sano cuando él estaba enfermo del
estómago? (1 Timoteo 5.23) ¿que no era mejor desatar la sanidad y atar el espíritu de
enfermedad?
Dependemos de la gracia de Dios, dependemos de la oración y de la comunión que
tengamos con Él, debemos guardar y cumplir obediencia y sujetarnos al Señorío de
Cristo, debemos olvidarnos de actuar y reaccionar conforme a nuestras concupiscencias,
aún cuando esta voluntad (corrupta) parezca buena, debemos de practicar el temor a Dios
y definir nuestro andar Cristiano apegado a las Escrituras y a la sana doctrina. Le
debemos todo a Dios. «Orad sin cesar, Orad sin cesar»

Bendiciones en Cristo.

Recursos:
Pablo Santomauro, ¿Atando y Desatando Qué?
http://activistasdecristo.wordpress.com/2010/08/27/¿atando-y-desatando-que/

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