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Según el Ministerio de Salud (MINSA), se considera infección urinaria a la

existencia de microrganismos patógenos en el tracto urinaria con o sin

presencia de síntomas, el cual es favorecido por los cambios morfológicos y

funcionales durante el embarazo. Estas infecciones urinarias se presentan

debido a la estasis urinaria que resulta de la dilatación ureteral hormonal. Hay

una bacteriuria asintomática en alrededor del 15% de los embarazos que a

veces progresa a una cistitis sintomática o una pielonefritis. La infección

urinaria franca no siempre es precedida por una bacteriuria asintomática. (11)

Estas infecciones son muy comunes durante la gestación, debido que durante

esta etapa se sufre una serie de cambios en el tracto urinarios que comienzan

durante el primer trimestre y tercer trimestre, lo cual el pH y el útero sufre una

serie de variaciones y se relacionan con la parte superior de la vejiga, el útero y

las venas ováricas que estos crecen, además el aumento de peso puede

bloquear el drenaje de la orina provocando una infección de leve a severa. (12)

Este conjunto de patología aumenta la probabilidad de tener una gestación a

término y bajo peso al nacer en el neonato. Según la Organización Mundial de

la Salud (OMS), el aumento de las infecciones urinarias maternas en el

periparto, incluye problemas de salud preexistentes (desnutrición, diabetes,

obesidad, anemia grave, vaginosis bacteriana e infecciones por estreptococo

del grupo B). (13)

Un estudio español, determino que las infecciones urinarias son unos de los

factores con mayor riesgo para el bajo peso al nacer, donde el 5-10% de las

gestantes presentaron una infección de las vías urinarias bajas durante la

gestación. Un 10% de los ingresos hospitalarios son por el alto porcentaje de


gestantes con infecciones urinarias (bacteriuria asintomática), lo cual causa

una pielonefritis, bajo peso al nacer y el parto prematuro. (14)

Según el Instituto ecuatoriano, se describió que la incidencia de una infección

urinaria en la gestante puede causar una ruptura prematura de membranas

(RPM), un parto prematuro y el bajo peso al nacer del neonato, causando

serios problemas de salud tanto a la gestante como al recién nacido. En el caso

del peso es alrededor de 750 a 1600 gramos con medidas de 30.5 a 43.2 cm. Y

la tasa de supervivencia es entre el 90-98%, dependiendo del peso. Este

problema está muy relacionado con las características de la madre, por

ejemplo: la edad de la madre y los hábitos de salud de esta. (15)

En el Perú, el Instituto Materno Perinatal, menciona que la bacteriuria

asintomática si ha sido reportado con una frecuencia de 17 a 20% mientras en

que otros países que se encuentran en vías de desarrollo es poco mayor. La

paciente presenta gérmenes en las vías urinarias, pero no manifiesta síntomas,

y si es detectada y tratada con oportunidad, lo cual es no es muy común. Por

eso es muy importante que la gestante tenga un seguimiento de la bacteriuria

asintomática para evitar una mayor tasa de morbimortalidad y como

consecuencia un bajo peso al nacer del neonato a término. (16)

Ulloa, et al (2016), en su estudio identifico los factores de riesgo maternos que

se asocian con el bajo peso al nacer del recién nacido a término. Los casos

fueron pacientes nacidos a termino con peso menores a 2500 gramos entre

enero y julio del 2016, en los cuales se encontró muchos factores de riesgo

entre ellos el incremento de peso, tabaquismo, infección de las vías urinarias e

infecciones vaginales durante el embarazo. En ese año se registraron 995

nacimientos, de los cuales 100 RN a término tuvieron BPN, predominó el sexo


femenino (54%), peso promedio de 2,110 g y edad de gestación promedio de

38.5 semanas. El tabaquismo [Odds ratio (OR) = 16.4, intervalos de confianza

al 95% (IC95%) = 2.1-128, p < 0.05], incremento de peso menor de 8 kg (OR =

7.6, IC95% = 3.1-4, p = 0.006), infección de vías urinarias (OR = 1.9, IC95% 1-

3.9, p = 0.047) e infección vaginal (OR = 1.3, IC95% 1.1-2.59, p = 0.004)

durante el embarazo, mostraron ser factores de riesgo para el BPN en RN a

término. (17)

Cuyuch, et al (2016), realizo un estudio sobre las complicaciones obstétricas y

perinatales que causan la infección de vías urinarias, en las pacientes

embarazadas de 15-30 años de edad, registradas en la Unidad Comunitaria de

Salud Familiar Especializada de Chalchuapa, Santa Ana, en el año 2015. Del

cual se pudo constatar que el universo fue de 230 gestantes y la muestra

estudia fue de 100 gestantes con infecciones de las vías urinarias con edades

que oscilan entre los 15 a 30 años, donde el 12% presento complicaciones: el

6% obstétricas (ruptura prematura de membranas con un 50%, preeclampsia

17%, aborto 17% y anemia 16%) y 6% las complicaciones perinatales (parto

pretermino con un 67% , distrés respiratorio 17% y bajo peso al nacer 16% y de

sepsis 0%); en un 70%, no hubo complicaciones y en el 18% otras

complicaciones indistintamente de la presencia de infección de vías urinarias

como son cesárea tanto por falla en descenso y dilatación, por desproporción

céfalo- pélvica o por cesárea anterior y óbito. (18)

Amancio (2016), determino cuales fueron las características de las madres que

presentaron infecciones urinarias durante la gestación en una población de 120

madre. Teniendo los siguientes resultados: Las características de las gestantes

fueron: con edades entre 20 a 24 años 31.9%, en unión libre 63.9%; con
secundaria 73.6%; y amas de casa 76.4%. Las gineco obstétricas, termino de

la gestación en parto vaginal 83.3%; primigestas 51.8%; el momento de la

Infección del tracto Urinario (ITU) correspondió a las 13 semanas 51.4%; con

control pre- natal 73.6%; y, más de 5 visitas 62.5%. infección de vías urinarias

fueron diagnosticadas como bacteriuria asintomática 86.1%; les solicitaron

urocultivo 94.4%; y como agente etiológico frecuente la Escherichia coli 95.6%.

No hubo mayores complicaciones ni trastornos, pero la sintomatología

predominante fue la disuria 9.7% y dolor en zona pélvica 9.7%; asimismo, la

complicación en si fue la amenaza de parto pretérmino 2.8%. (19)

Carbajal y Vera (2015), determinaron si la pielonefritis aguda durante el

embarazo es factor de riesgo para complicaciones perinatales en el Hospital

Provincial Docente Belén de Lambayeque. La población de estudio estuvo

constituida por 246 gestante según criterios de inclusión y exclusión

establecidos. Los resultados fueron que los factores de riesgo como

consecuencia el bajo peso al nacer (RR: 2.42; p <0.05), prematuridad (RR: 2.5;

p<0.01, Apgar bajo al nacer (RR: 2.33, p<0.05). llegando a la conclusión que la

pielonefritis aguda gestacional es factor de riesgo asociado a complicaciones

perinatales. (20)

Guido (2018), realizo un estudio retrospectivo, de corte transversal en 83

gestantes, donde determino la incidencia y factores de riesgo en infección del

tracto urinario en embarazadas de 12 a 35 años atendidas en el Hospital

Docente de Cajamarca. En este estudio se encontró que, del total de pacientes

con respecto a la incidencia y factores de riesgo en embarazadas con infección

de tracto urinario, en relación a las características sociodemográficas, el mayor

número de pacientes se encuentran entre 18 y 29 años etapa de la juventud


(58%). a su vez el 81% son convivientes, el 44% tienen un grado e instrucción

primaria, y en relación a la ocupación el 78% son amas de casa. Con respecto

a los datos de factores obstétricos, predominaron las primíparas (46%), las

gestantes con 92% no tienen antecedentes de aborto, siendo la edad

gestacional que predomina es el tercer trimestre con un 46%, las gestantes no

presentaron patologías previas siendo un total 77% seguida por la hipertensión

arterial con un 12% y la anemia con un 10 % y con respecto a las

complicaciones la mayoría no las tuvo con un 60% seguida por amenaza de

parto pretermino con un 18 % y con un 7% amenaza de aborto y prematuridad

ambos. (21)

En factores propios de la infección del tracto urinario el 83% de las presento

Pielonefritis, el 95% de las embarazadas el diagnóstico fue sedimento urinario,

79% recibió Cefazolina 1g c/8 como tratamiento hospitalario y 84% recibió

Cefalexina 500mg c/6 como continuación de su tratamiento, pero de forma

ambulatoria. Concluyendo que el grupo más susceptible es la juventud,

gestantes convivientes, teniendo un grafo de instrucción bajo y que por lo

general son amas de casa. Tomando a los factores obstétricos en el tercer

trimestre es donde se da estas infecciones por no presentan patologías previas

y la complicación más frecuente es la amenaza de parto pretermino. Para

terminar si vemos los factores propios de la infección del tracto urinario el

estudio que más se realizo fue el de sedimento urinario, el tipo de infección que

se presento fue la pielonefritis y el antibiótico más usado en forma hospitalaria

fue la Cefazolina 1g c/8. (21)

Lázaro (2019), en su estudio identificó los factores asociados al bajo peso de

recién nacidos a término del Hospital San José del Callao. En su estudio se
tuvo acceso a 35 historias clínicas de las madres con sus recién nacidos a

término y con bajo peso al nacer. Donde el 51,4% eran primíparas, un 45,7%

no tuvo controles prenatales adecuados,20% tuvieron un aborto previo, un

48,6% presentó ITU en el embarazo, un 40% presentó anemia; 14,3% del total

presentó infecciones cervicovaginales, un 8,6% tuvo preeclampsia. Las

mujeres que tenían edades entre 20-29 años fueron un 48,6% del total, un

68,6% había cursado solo hasta nivel secundaria, el 60% del total eran

solteras. Concluyendo que los factores más prevalentes fue presentar una

infección del tracto urinario y anemia a la vez y no haber contado con

suficientes controles prenatales. (22)

Según Hooston, la infección urinaria es frecuente durante el embarazo, donde

la Esherichia coli es el patógeno más común, seguido por Klebsiela

pneumoniae. Además de ser una de las complicaciones médicas más

frecuentes en el embarazo, son los cambios fisiológicos que contribuyen a su

aparición y predisponen al desarrollo de afecciones que pueden complicar a la

madre, feto o recién nacido a término. (23)

El bajo peso al nacer y las infecciones del tracto urinario esta relacionadas y

está ampliamente documentada, donde un 27% de los partos son asociados

con un% tipo de infección urinaria. Es aquí donde la Esherichia coli, se

encuentra presente entre 80 a 90% de las infecciones de las vías urinarias y en

el 95% de las pielonefritis agudas. (24)

Las infecciones urinarias se desarrollan por las modificaciones anatómicas y

funcionales durante la gestación, incrementando el riesgo de una ITU leve a

severa. Entre ellas tenemos: hidronefrosis del embarazo, aumento del volumen

vesical, disminución del tono vesical y ureteral, aumento de pH de la orina,


éstasis urinario, aumento del reflujo vesicoureteral; glucosuria, menor

«capacidad de defensa» del epitelio del aparato urinario bajo, incremento de la

secreción urinaria de estrógenos y el ambiente hipertónico de la médula renal.

Pero las formas clínicas y frecuencia de presentación de una ITU durante el

embarazo son las siguientes: Bacteriuria asintomática con un 2 – 11%, el cual

es la presencia de bacterias en la orina en la gestación en ausencia de

síntomas clínicos. Estas bacterias son similares a las de la población no

gestante y se considera que parte de ellas son previas al embarazo. Es más

frecuente en mujeres multíparas, con nivel socioeconómico bajo y con infección

urinarias previas, el cual aumenta el riesgo de adquirir diabetes y otras

enfermedades. Las bacteriurias asintomáticas son detectables ya en las

primeras semanas de embarazo. Por ello se recomienda el cribado de las

gestantes para la detección de la BA durante el primer trimestre. Seguido de

una cistitis con 1.5%, se considera una ITU primaria pues esta no desarrolla

bacteiruia previa. Se caracteriza por la presencia de disuria, poquiuria y micción

urgente acompañada de un olor suprapubico y con orina mal oliente y rara vez

presencia de hematuria. La Cistitis se asocia a dolor lumbar, signos sistémicos

de infección y fiebre indicando una afección renal. Por último, la pielonefritis

aguda con 1 -2%, que es una infección de la vía excretora alta y del

parénquima renal de uno o ambos riñones, que suele presentarse en el último

trimestre y es casi siempre secundaria a una bacteriuria asintomática no

diagnosticada previamente o no tratada correctamente y que ocasiona signos y

síntomas muy floridos que alteran el estado general de la paciente. La clínica

incluye aparte de sintomatología de cistitis, alteración del estado general,

fiebre, sudoración, escalofríos y dolor lumbar intenso y constante. La


exploración física suele ser muy demostrativa: la puñopercusión lumbar

homolateral suele exacervar el dolor de manera intensa lo que contrasta con la

normalidad de la zona contralateral. (25)

Uno de los factores de riesgo conductual es reprimir la orina, el cual se

considera como habito patogénico y las relaciones sexuales diarias, donde

menor de 6 veces por semana, lo cual da a una bacteriuria asintomática en la

gestante. (26) Estas pacientes son un grupo de alto riesgo, ya que tienen un

nivel socioeconómico bajo y viven en malas condiciones, además presentan la

bacteriuria asintomática es cinco veces más frecuente. No se ha dilucidado el

motivo de lo anterior, pero puede influir la desnutrición, malos hábitos

higiénicos y promiscuidad sexual. (27)

Todos estos factores favorecerán, en mayor o menor grado, la colonización del

tracto urinario por gérmenes capaces de producir alteraciones que podrán dar o

no clínica urológica. En el caso de la bacteriuria asintomática (BA), al no

presentarse sintomatología, el diagnóstico se hace de manera más fortuita,

pero al comprobar la presencia de síntomas urinarios localizados, disuria,

polaquiuria, urgencia miccional, dolor suprapúbico o hematuria, el diagnóstico

de cistitis generalmente puede establecerse de forma más sencilla. La

presencia de estos síntomas en ausencia de leucorrea o irritación vaginal

aumenta la probabilidad de infección del tracto urinario (ITU) baja. En las

pielonefritis aguda (PA), la clínica se generaliza, pudiendo observar dolor

lumbar, fiebre, dolor supra púbico, puño percusión lumbar positiva y en

ocasiones síndrome vesical. (28)

El bajo peso al nacer se da cuando un recién nacido pesa menos de 2500

gramos. Este registro se realiza al momento de nacer o dentro de las primeras


horas de vida, antes que la haya ocurrido una significativa perdida postnatal.

Sin embargo, esto no solo se presenta en recién nacido a pre termino, sino a

neonatos a término, pero con bajo peso al nacer y problemas de crecimiento

intrauterino. (29)

Según la Organización Mundial de la Salud, denomina al bajo peso al nacer

como un problema de salud pública, ya que sus efectos son corto y largo plazo.

Además, es una condición relacionada a la muerte neonatal durante los

primeros años de vida, donde los recién nacidos con peso entre los 2000 y

2499 gramos tienen cuatro veces más riesgo de una muerte neonatal. (30)

Según Granda, menciona que el aumento de incidencia de los recién nacidos

con bajo peso está aumentando debiéndose más que todo a los partos

múltiples, por ser más riesgoso a nacer prematuramente y con peso bajo. Estos

casos de los recién nacidos con bajo peso son más pequeños, más delgado,

con tejido adiposo disminuido y la región cefálica se más prominente que el

resto del cuerpo (31). Los recién nacidos pequeños para su edad gestacional

(pequeños para su edad de gestación o de crecimiento retardado) son los que

nacen al terminar el ciclo de gestación, pero pesan menos de lo normal. Este

problema es debido a un crecimiento inadecuado dentro del vientre. Hay

algunos recién nacidos que son prematuros y también de crecimiento

retrasado. Estos neonatos corren el riesgo de experimentar muchos problemas

vinculados a su bajo peso. (26)

La edad de la madre también es uno de los factores para desarrollar una

infección urinaria provocando un bajo peso al nacer; estas gestantes

adolescentes no toman mucha atención a los síntomas asumiendo que no es

un riesgo para su embarazo el cual se complica comúnmente en la tercera


etapa de la gestación. En el tercer trimestre, la adolescente esta propensa a

contraer infecciones urinarias por el cambio morfológico de su anatomía,

porque sus órganos en especial su vejiga están contraídos por la presencia del

feto, pero en este caso la uretra de la adolescente es más corta. Este grupo de

pacientes deberían tener un nivel de conocimientos más alto acerca de

conocimientos en ITU. (32)

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