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Diablo

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Este aviso fue puesto el 25 de diciembre de 2015.

Para otros usos de este término, véase  Diablo (desambiguación).

Escultura del Ángel Caído en el parque del Retiro de Madrid, obra de Ricardo Bellver.

Según el cristianismo, el Diablo es un ser sobrenatural maligno y tentador de los hombres. En


el Nuevo Testamento se le identifica con el Satán hebreo del Libro de Job (1:6-8), con el Diablo
del Evangelio de Mateo (4:8-10), con la serpiente del Génesis (3:1-5) y con el gran dragón
del Apocalipsis (12:9), todos como un solo personaje.También es el "Padre de la mentira" (Juan
8:44 - Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras)

Algunas corrientes de brujería moderna consideran que la figura del Diablo se ha tomado de la


figura del dios pagano de los brujos, asimilada a Satán en los primeros siglos del cristianismo.
Pero son rigurosos al establecer que no existe ninguna relación fuera de la etimológica entre
su Diablo ―también llamado Divell― y el Diablo cristiano. Gerald Gardner, el fundador de
la Wicca, hace mención de este Divell convertido en Diablo en su libro Witchcraft today (1951),
como una forma mitológica del antiguo dios europeo de la Naturaleza. [cita  requerida] Desde el
punto de vista del Satanismo laveyano no es una deidad, sino una representación de los
instintos carnales.

Índice

  [ocultar] 

 1Etimología

o 1.1La palabra en castellano

 2En la Biblia
o 2.1Según la Biblia

 3Amalgamados por la soberbia

 4Sus nombres y representaciones

 5Dios como el Diablo

 6El diablo en diferentes religiones

o 6.1Judaísmo

 7Representaciones en imágenes

 8Véase también

 9Referencias

 10Bibliografía

 11Enlaces externos

Etimología[editar]

La danza de los Diablos en las regiones andinas, representa el enfrentamiento entre las fuerzas
del bien y del mal, reuniendo tanto elementos propios de la religión católica introducida
durante la presencia hispánica como los del ritual tradicional andino. Pintura de la Danza de los
diablicos en Túcume, Perú.

Para referirse a este ser sobrenatural, la Biblia hebrea utiliza el término satán (‘adversario’)


con el cual remite al acusador de los hombres ante Dios y aquel que incita al mal. Con esta
acepción aparece, por ejemplo, en Job 1,  8-12..

En el siglo III, con la redacción de la Biblia de los Setenta, los traductores griegos del Antiguo
Testamento, sustituyeron el hebreo Satán por el griego Diábolos (Διάβολος), que significa
‘acusador’ o ‘calumniador’, sustantivo que proviene del verbo diaballein (‘calumniar, difamar’)
y este a su vez de las raíces día (‘a través’) y ballein (‘arrojar’).1
Otras versiones [cita  requerida] plantean que las palabras «diablo», devil, djofull, divell, con todas sus
variantes, no tienen por qué haber derivado de diábolos, aunque el uso de esta variante podría
deberse a un juego de palabras similar al que convirtió al dios cananeo Baal Zebûl (literalmente
‘el señor príncipe’) en Baal Zabub (‘el señor de las moscas’), el actual demonio Belcebú.

Esta versión plantea que la palabra «diablo» derivaría del idioma protoindoeuropeo *deiwos,


adjetivo que significa ‘celestial’ o ‘resplandeciente’, una derivación preindoeuropea de la
raíz *diw(‘resplandecer’), relativa sobre todo al cielo diurno. Otra posibilidad más remota es la
raíz *diiv (‘jugar’).

La raíz *deiwos generó no solo la palabra divel o teufel en lenguas de Europa del Norte, que


son equivalentes al diablo de este idioma; también derivan de ella el sánscrito devas, el
lituano dievas, el germano tiwaz (técnicamente una forma plural), el galo dewos, el galés duw,
el bretón doue, el gaélico día, el latín arcaico deivos [deiwos] y el latín clásico deus y divus. De
esta misma raíz proviene la palabra española «Dios».

La palabra en castellano[editar]

La primera vez que aparece mentada la palabra diabolo en castellano es en las Glosas


emilianensesdel siglo X en una glosa marginal que dice: "Elo tercero diabolo". En los siglos
siguientes de la Edad Media diabolo/diablo tiene un uso más extendido que su
sinónimo demonio, aunque lo usa Gonzalo de Berceo con el significado de geniecillo o espíritu
travieso y divinidad inferior. Precisamente es Berceo quien relata a principios del siglo XIII la
leyenda griega de Teófilo en forma de clérigo judío que para alcanzar un mayor grado
eclesiástico hace un pacto con Satán —que recibe los calificativos de "falso ángel", "sutil
adversario", "mortal enemigo", "cativa bestia" y "maestro savidor"— aunque interviene
la Virgen María que se apodera del papel que Teófilo había firmado. Referencias
al diabolo/diablo aparecen en el Libro de Apolonio, en el Libro de buen amor del arcipreste de
Hita —que también recoge la leyenda de Teófilo— y en el Conde Lucanor del infante don Juan
Manuel.2

En la Biblia[editar]

La caída del Diablo, según Gustave Doré.


En el Nuevo Testamento se explica el origen del Diablo como uno de los ángeles de Yahvé que
se hizo malvado (Juan 8,  44.). Se infiere que es una criatura espiritual de la familia Angélica de
Yahvé Dios (Job 1,  6.). Según manuscritos antiguos (como la Biblia Vulgata Latina de San
Jerónimo), el nombre real de él en el cielo era Lucifer y se le cambió el nombre a Satán
(adversario) por estar en contra de Dios, a causa del deseo por la adoración que todas las
criaturas inteligentes rendían al Creador (Mateo 4,  9.).

Según la Biblia[editar]

El texto de Isaías (Is. 14,  12-15.) parece referirse a esta historia. El último versículo de este
texto muestra que este relato se aplica a un hombre (proverbios contra el Rey de Babilonia),
aunque indirectamente está dirigido a Satanás (ver Isaías 14:4). El relato habla de su ambición
por llegar más allá de las estrellas de Dios, en la Biblia se suele referir como ‘estrellas’ a los
reyes de Israel (y posteriormente de Jerusalén) del linaje de David descendiente
de Jacob (Números 24:17).

Otro texto habla sobre este tema, y se encuentra en Ezequiel 28,  12-19., en donde se profesa
una advertencia sobre el rey de Tiro; que describe muy bien el origen del Diablo o "Lucifer"
(portador de la luz). También habla que en un momento determinado de la historia, "para
siempre dejará de ser", dando a entender la victoria de Dios sobre el Diablo; que tiene su
punto fundamental en la crucifixión de Jesús y tendrá su culminación en el "día de Yahvé", es
decir, en la Segunda venida de Cristo (Jeremías 51:44; Hageo 2:6,7). 3

Un tercer mensaje con características similares encontramos en Ezequiel 31:1-18. Allí se dirige
un mensaje para el rey de Egipto (nuevamente con un mensaje doble: para el monarca
humano y al mismo tiempo para Satanás).4

El apóstol Pedro indicó que el Diablo que es como un león rugiente que trata de devorar a
quienes están en ignorancia (Primera de Pedro 5:8). El libro del Apocalipsis también describe al
diablo como un ser colérico que conoce que le queda un corto espacio de tiempo, y que fue
arrojado abajo a la tierra, según Apocalipsis 12:12.

Amalgamados por la soberbia[editar]

Puede apreciarse que en un mismo mensaje tiene doble destinatario: va dirigido


a Satanás pero también a un engreído rey humanoide. Para llegar a la comprensión de ese tipo
de textos es importante tener en cuenta que en nuestro ámbito humano pueden darse dos
casos completamente opuestos:
El Baphomet, símbolo adoptado en algunos sistemas del teísta satánico.

El Demonio en la Catedral de Vitoria.

Representación de San Miguel Arcángel peleando y venciendo al Diablo, en la Basílica de la


Merced (Barcelona).
Por un lado, encontramos que el hombre ‘fiel’ tiene a Dios en su interior y pasa a estar «guiado
por el Espíritu de Dios» (Romanos 8:14; Gálatas 2:20). «Quien ejercita la justicia es justo […] y
es de Dios» (1.ª Juan 3:2,7).

Pero, por otro lado, el diablo siempre intenta apoderarse de la conciencia de las personas:

Velad, porque vuestro adversario el diablo, [...] anda alrededor buscando a quién devorar.

1.ª Pedro 5:8

No sea que ―llevado de la soberbia― venga a caer en la misma condenación en que cayó el
diablo.

1.ª  Timoteo 3:6

Asimismo, Satanás (el ángel caído) parece actuar principalmente sobre las conciencias de
aquellas que tienen más poder (1.ª Samuel 19:9; 1.ª Crónicas, 21:1,7), y en muchos casos
consigue perdurar ya que:

[...] hay en medio de ellos un espíritu de corrupción, no conocen al Señor

Oseas 5:4

{{Desde su caída, el diablo continúa pecando [a través de los hombres que se dejan influenciar
por él].|1.ª Juan 3:8}}

Quien comete pecado, del diablo es.

1ª Juan 3:8

Precisamente cuando el diablo consigue ser el guía de una persona, esta hará su voluntad y de
esa manera, ambos pasan a actuar como una unidad (Juan 6:70). Esa ‘unidad’ era a la que se
refería el profeta cuando expresaba:

Señor! [...] Tú, al azotar al soberbio heriste al dragón.

Isaías 51:9; Jeremías 50:31

La soberbia es lo que se recrimina con mayor énfasis a los líderes terrenales “amalgamados
con el demonio” [tal como lo era el rey de Tiro, también el faraón de Egipto (Ez 32:2), o el rey
de Babilonia (Jer 51:34), etc… que son casos en los que Dios se dirige a ellos utilizando la
palabra hebrea #8577 tanniyn -traducida como “dragón” o “monstruo”-].

[Se puede agregar que tanto en Ezequiel 28:17 como en 31:10 se usa la palabra
hebrea gabahh,5 que se traduce como «soberbia». Por eso, las palabras dirigidas al rey de Tiro
(o al faraón, o al rey de Babilonia) están ―al mismo tiempo― dirigidas a Satanás.

Sus nombres y representaciones[editar]


Imagen de Mara, según en la religión Budista es el demonio que intento tentar
a Buda Siddharta Gautama. Fragmento de Alivio de Mara al estilo de Gandhara, que se
encuentra en el Distrito de Swat, Talibán.

Los nombres más comunes o conocidos con que se nombra al diablo en


la Biblia son: Lucifer, Satanás, Belial, Samael,[cita  requerida], «antigua serpiente», «gran dragón»,
«Jaldabaoth», «el dios negro», «el dios de este siglo» y «el padre de la mentira». En
la República Dominicana y al resto de América Latina, se ha adoptado algunos sinónimos como
son: Diale, Diantre y Diache.

Es quien crea y dirige a la Bestia (estructura de poder imperial). El número del diablo,
considerado la Marca de la Bestia, es el seiscientos sesenta y seis (666).[cita  requerida]

Sin embargo en otras culturas y creencias religiosas, también tienen ciertos conceptos de un
ser maligno o de varios seres malignos, a diferencia del cristianismo, el judaísmo y el islam de
que el Diablo es conocido como un ángel caído o un demonio, en otras culturas era conocido
como dioses del mal y expulsados del cielo. Según las leyendas de otras culturas, que estos
dioses del mal se revelaron contra un Dios o Diosa de la creación o de varios dioses creadores.
Caso coincidente como sucede en los relatos bíblicos.

Por ejemplo en el budismo, se le conoce como Mara, quien intentó evitar que


el Buda Siddharta Gautama alcanzara la iluminación y destruyera el Ego.

En el hinduismo, se le conoce como Iama o Yama, como es el dios de la muerte, el señor de los


espíritus de los muertos y guardián del inframundo.

En las culturas precolombinas, por ejemplo en la cultura incaica, el Supay es una figura


ambivalente, definida por el sincretismo, que ha sido asimilada al Diablo de la cultura cristiana,
pero que también es adorado como señor de las profundidades o Salamanca. 67 A diferencia de
lo que sucede con el Diablo cristiano, "el indígena no repudiaba al Supay sino que temiéndole,
lo invocaba y rendía culto para evitar que le hiciera daño". 8

Sin embargo, existe una leyenda con respecto al lago Titicaca, como ser la caída del ser
humano al pecado y que tiene cierta similitud con el relato bíblico del Génesis como ser la
tentación de Adán y Eva.
Cuenta la leyenda que el lago Titicaca era un valle fértil y poblado de personas que vivían
felices en paz y armonía. Nada les faltaba, la tierra era rica y les procuraba todo lo que
necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus,
los dioses de las montañas, protegían a estos seres humanos. No les prohibieron más que una
sola condición: que nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado.

Durante largo tiempo, estas personas que habitaban el valle no pensaron en infringir esta
orden de los dioses. Pero el Supay, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no
soportaba ver a estas personas vivir tan tranquilamente en el valle. Él se ingenió para dividir a
los hombres sembrando la discordia. Les pidió probar su coraje, para desafiar al dios
creador, Viracocha, para encontrar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.

Entonces un buen día, al alba, estas personas desobedecieron y comenzaron a escalar la cima
de las montañas, aunque a medio camino fueron sorprendidos por los Apus.

Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles
de pumas, salieron de sus cavernas y se devoraron a estas personas y que suplicaban al Supay
por ayuda. Pero éste permanecía insensible a sus súplicas.

Viendo eso, Inti, el dios del Sol o Viracocha, se puso a llorar. Sus lágrimas eran tan abundantes,
hasta formar un diluvio y que en cuarenta días inundaron el valle.

Solo un hombre y una mujer llegaron a salvarse sobre una barca de junco. Cuando el sol brilló
de nuevo, el hombre y la mujer no creían ver ante sus ojos, bajo el cielo azul y puro, estaban
en medio de un lago inmenso. En medio de esas aguas flotaban y los pumas que estaban
ahogados y transformados en estatuas de piedra.

En las culturas andinas, como en los Departamentos de Oruro y Potosí en Bolivia, los mineros


lo conocen como el tío de la mina. Está representado con la imagen del diablo, influencia del
coloniaje y de la imposición del cristianismo. Según sus creencias, es el guardián de las minas y
su imagen es venerado por los mineros con ofrendas similar a los santos, aunque nada que ver
con rituales satánicos. Según la fe de los mineros hacia el tío, es para que no les falte las
riquezas.

La chicua en la llanura amazónica del Perú, según la mitología amazónica, es considerado un


maligno “diablo” enviado por algún brujo malero, o uno de estos brujos que busca vengarse de
alguien. Cuando canta cerca de una casa la gente se pregunta a quién habrá venido a buscar
ese maldito pájaro.

En la cultura maya, destacan los Ajawab o los "señores del inframundo" , los que gobiernan


el Xibalbá, conocido como el inframundo. Principalmente por la descripción que de él hace
el Popol Vuh (Pop wuj, en k'iche'), cuya traducción sería "Libro del Consejo" o "Libro de la
Comunidad", descubierto en época posterior a la conquista española en el siglo XVIII,
traducido al latín por Fray Francisco Ximénez desde una perspectiva católica.9 De ahí que se
refiera al Xibalbá con mucha semejanza al infierno cristiano.

Sin embargo el concepto de "mal" está explícitamente representado en las características de


otros seres de la mitología maya, como Wuqub Qak'ix y su familia, o mediante defectos en las
personalidades de los primeros seres humanos creados. Xib'alb'a no es entonces el infierno, ya
que representa a la muerte y la enfermedad, vistas como parte de la existencia y no como
castigo. Es más preciso referirse a Xib'alb'a como el inframundo.
Según esta cosmología, el infierno regido por Kisín es en realidad una especie
de purgatorio para la mayoría de las personas que mueren: sin embargo las mujeres que
mueren en el parto o los soldados muertos en batalla no deben pasar por allí, y en cambio los
suicidas quedan relegados a permanecer allí por toda la eternidad. 10

En la cultura azteca destaca Kisín, según esta cosmología, el infierno regido por Kisín es en


realidad una especie de purgatorio para la mayoría de las personas que mueren: sin embargo
las mujeres que mueren en el parto o los soldados muertos en batalla no deben pasar por allí,
y en cambio los suicidas quedan relegados a permanecer allí por toda la eternidad. 10

Los antiguos mayas lo imaginaban como un esqueleto con los ojos colgantes. Su oponente era
el dios del maíz y la vegetación, llamado Ah Mun o Hun-Hunahpu que a menudo se muestra
con una mazorca de maíz creciendo en su cabeza.

Para los lacandones Kisín es «un personaje iracundo, que patea la base de la gran ceiba cuando
está de mal humor, provocando seísmos».4

Para la cultura popular actual, Kisín ha permanecido como un personaje que habita el subsuelo
y a quien se le atribuyen los terremotos.

Los guanches, antiguos aborígenes de la isla de Tenerife de Canarias, España, destacaban


a Guayota o Guaiota a la principal entidad maligna de su mitología según los primeros
historiadores de Canarias.

Una leyenda literaria moderna popularizada recientemente pero sin base en las fuentes
históricas tradicionales habla de un enfrentamiento entre Guayota y el dios
supremo Achamán. Guayota había encerrado al dios del sol Magec en el interior del Teide,
sumiendo a todo el mundo en la oscuridad. Los guanches pidieron clemencia a Achamán,
quien tras una encarnizada lucha consiguió derrotar a Guayota, liberar a Magec y taponar el
cráter con Guayota en su interior. 11

Dios como el Diablo[editar]

La noción de que el Dios bíblico es él mismo el Diablo ha sido considerado como herética al


principal de los dogmas judío, cristiano e islámico y puede tratarse como blasfemia en
cualquiera de estas religiones. Representación de catares siendo expulsados de Carcassonne.

Artículo principal:  Dios como el Diablo


Algunas teorías han ocasionado ciertas controversias, de la noción de que el Dios bíblico es él
mismo el Diablo o la misma persona. Pues varios autores religiosos a lo largo de la historia han
propuesto la noción del 'Dios de Abraham  como el  Diablo'. Dan la razón de que
el Dios bíblico es una fuerza divina que causa sufrimiento, muerte y destrucción y que tienta o
dirige a la humanidad a cometer violencia y genocidio.

Estos escritos se refieren a este dios de diversas maneras como "un demiurgos", "un ángel
malvado", "el dios diablo", "el Príncipe de la Oscuridad", "la fuente de toda la maldad", "el
Diablo", Martin Luther12 "un demonio", "un tirano cruel, iracundo y guerrero", 13 "Satanás" y "la
primera bestia del libro del Apocalipsis".

Muchos de los autores critican solo el concepto de dios que se encuentra en el Tanaj, en
contraste con el "verdadero dios" que aseguran ver en el Nuevo Testamento. Sin embargo,
otros autores aplican su condena a la deidad entera del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Los autores afirman sus críticas al hacer referencia a ciertos pasajes en la escritura bíblica
describiendo acciones de Dios que dicen que son malvadas o diábolicas. Muchos de los autores
han sido severamente castigados por sus escritos, y sus seguidores han sido asesinados.

El filósofo anglo-estadounidense del siglo XVIII Thomas Paine escribió en The Age of


Reason que "cada vez que leemos las historias obscenas, la corrupción voluptuosa, las
ejecuciones crueles y tortuosas, la venganza implacable, con lo que más de la mitad de la Biblia
está llena, sería más consistente que la llamáramos la palabra de un demonio, antes que la
Palabra de Dios."14

El diablo en diferentes religiones[editar]

Judaísmo[editar]

Una representación de la imagen del Diablo en la región andina conocido como El Tío de las
minas de los Departamentos de Oruro y Potosí, Bolivia.
Ilustración del Diablo o Satanás de William Blake, presente en El paraíso perdido de John
Milton.

En el judaísmo no hay un concepto claro acerca de la personificación de este personaje a


diferencia de religiones como el cristianismo o el islamismo. En hebreo, la palabra bíblica ha-
Satán significa ‘el adversario’ o ‘el obstáculo’, o también ‘el perseguidor’ (reconociendo que el
Dios Yahvéh es visto como el juez último).

En el Libro de Job, ha-Satan no es un nombre propio sino el título de un ángel gobernado por el


Dios Yahvé; él es el jefe ‘perseguidor’ de la corte divina. En el judaísmo, ha-Satan no hace mal,
le indica a Dios las malas inclinaciones y acciones de la humanidad. En esencia, ha-Satán no
tiene poder mientras que los humanos no hagan cosas malas. Después de que Dios señala la
piedad de Job, ha-Satán le pide autorización para probar la piedad de Job. El hombre justo es
afligido con la pérdida de su familia, de sus propiedades, y más tarde, de su salud, mas él sigue
siendo fiel a Dios. Como conclusión de este libro, Dios aparece como un torbellino,
explicándoles a los presentes que la justicia divina es inescrutable. En el epílogo, las posesiones
de Job son restauradas y él obtiene una segunda familia para "reemplazar" a la primera, que
murió.

En la Torá, este perseguidor es mencionado varias veces. Un momento importante se presenta


en el incidente del becerro de oro. El perseguidor es el responsable por la inclinación al
mal (yetser harah), de todos los hombres. En la Torá, él es el responsable de que los hebreos
construyeran el ídolo (becerro de oro) mientras Moisés estaba en la cima del monte Sinaí
recibiendo la Torá de parte de Dios. En el Libro de las Crónicas, el perseguidor incita a David a
hacer un censo ilegítimo. De hecho, los libros de Isaías, Job, Eclesiastés y Deuteronomio tienen
pasajes en los que el Dios Yahvé es mostrado como el creador del bien y del mal en este
mundo.[cita  requerida]

Representaciones en imágenes[editar]
Los cuernos de una cabra y un carnero, piel de cabra, las orejas, la nariz y los caninos de un
cerdo, es una representación típica del Diablo en el arte cristiano. La cabra, el carnero y el
cerdo han sido asociados consistentemente con el detalle de una pintura del siglo XVI
por Jacob de Backer en el Museo Nacional de Varsovia en Polonia.

Según el hinduismo, Iama o Yama, es el demonio o el dios de la muerte. Pintura de 1814.

La imagen del Diablo ha sido representado de varias formas, hasta el momento la imagen más
popular es representado como una bestia (con cola, cuernos y patas de cabra con un trinche
en su mano), además su color verdadero es azul(sobre el color rojo fue inventado para los
cómics, películas, etc.). Si bien este personaje, se ha hecho popular. Otros lo han representado
con la imagen de una cabra, como el Macho cabrío, aunque tergiversada. Aunque la imagen
del macho cabrío representaba al Dios del pan de aspecto divino, tras la inquisición la cultura
cristiana se asoció a Satanás.

También el Diablo ha sido representado con imágenes de otros animales, como el carnero,
el cerdo, el cuervo, el lobo, la rata, la serpiente, el dragón o hasta con un tiburón blanco,
ambos también tergiversadas por algunas supersticiones a base de comparaciones.

El caso del carnero era por sus cuernos, aunque en la cultura cristiana también el carnero ha
sido asociado como el cordero de Dios y que representa a la paz.
El cerdo sólo por ser considerado un mamífero inmundo y que representa como uno de los 7
pecados capitales como la gula.

El caso del cuervo, está considerado como un ave de mal agüero debido a su plumaje negro, su
grito ronco y su necrofagia. Según algunas supersticiones, cuando alguna persona moría, este
se llevaba su alma hacia un mundo oscuro. Aunque en la Biblia hay varios relatos referentes a
los cuervos: en el primero, Noé suelta un cuervo para ver el retroceso de las aguas después del
diluvio. En el segundo, son enviados por Dios para sustentar al profeta Elías de manera
sobrenatural. En el primer libro de Reyes, se narra que los cuervos le llevaban, por orden de
Dios, alimento (pan y carne) a Elías dos veces al día, cuando éste tuvo que esconderse junto el
arroyo Queritsi. Para las culturas mayas y los esquimales, el cuervo era considerado un animal
sagrado.

El caso del sapo según la cultura cristiana, representaba el pecado y la muerte y una forma
como un demonio podía encarnarse. Aunque en la cultura aymara de los Andes, hasta la fecha
el sapo es considerado un animal sagrado y de buena fortuna.

El lobo en la época medieval, era considerado la encarnación del mal y de las tinieblas, aunque
en la tradición grecorromana, el lobo era una de las formas de representar al Dios Zeus,
considerado un animal sagrado y divino para otros dioses como Marte y Apolo. Un ejemplo, la
loba que amamanto y protegió a Rómulo y Remo.

El caso del mono fue asociado con los bajos instintos, la sensualidad y los vicios, aunque en la
cultura india, el mono era uno de los avatares del famoso Dios Shiva de carácter sagrado.

El gato negro en la edad media, se creía que el Diablo se encarnaba en este mamífero y que
era la mascota preferida por las brujas y que representaba la brujería, además que aún sigue
algunas supersticiones que si alguien se le cruza un gato negro en su camino tendrá un día de
mala suerte. Aunque para los egipcios del antiguo Egipto, sin importar el color que tenían estos
felinos, eran considerados sagrados y divinos, además protectores contra espíritus malos. En
una de las pinturas, la Diosa Bastet, es representada con una cabeza de gato negro.

El perro de raza Rottweiler originario de Alemania, en la edad media se creía que era la
encarnación del Diablo por su color negro y amarillo fuego, incluso se llegó asesinar aquella
época a estos caninos todo al concepto de las supersticiones. La raza de este animal, se hizo
popular en la película de terror de 1976 como La profecía, el compañero fiel del Anticristo.
Aunque para la iglesia católica, todos los perros o canes sin importar a las razas que
pertenezcan, San Roque ha sido declarado santo patrón de estos animales.

El caso de la rata, en sueños representa la cara de los demonios o la brujería, aunque en


la India la rata es considerado un animal sagrado y que representa el vehículo del Dios Ganesh.

El dragón que según los cristianos, heredaron la idea hebrea que aparece en el Apocalipsis, del
apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo simboliza el
pecado y al aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los
reinos cristianos sobre el diablo. La leyenda de San Jorge y el dragón, ilustrada en la figura de
la derecha, muestra claramente este significado. En el simbolismo medieval la idea de lucha
contra dragones sirvió para fortalecer la motivación de los reinos cristianos. Se presentaban a
menudo también como representaciones de la apostasía, la herejía y la traición, pero también
de cólera y envidia, y presagiaban grandes calamidades. Varias veces significaban la
decadencia y la opresión, aunque sirvieron también como símbolos para la independencia, el
liderazgo y la fuerza. Además se puede apreciar en algunas imágenes como en pinturas la
representación del Arcángel San Miguel peleando con el Dragón. Para algunas tribus antiguas
de Europa y el Lejano Oriente, el dragón era y es considerado un animal sagrado de aspecto
divino y guardián de los tesoros, incluso que simboliza la sabiduría y la fortuna.

La serpiente inspirado en el Génesis de la Biblia, representa el pecado, la tentación y la


mentira, basado en la tentación de Adán y Eva y donde se ha representado la imagen de la
Virgen María pisando una serpiente. Aunque dentro de la cultura judeocristiana hay ciertas
contradicciones, porque también la serpiente ha sido asociada con el bastón de Moisés de
aspecto sagrado o milagroso. En el Lejano Oriente, la serpiente representa la sabiduría y la
energía, considerado un animal sagrado y divino y protector contra las malas energías
negativas. Por ejemplo el Dios Shiva en la cultura india, está también representado en forma
de una serpiente, sobre todo en una cobra.

El tiburón blanco representa para algunos el mal y el terror en las aguas, incluso dándole un
significado como el demonio del mar. Por ejemplo en la película Tiburón, se hizo popular como
genero de terror y con la intención de provocar miedo y pánico a los espectadores, dando a
considerar un pez diabólico. Para los nativos o pueblos indígenas de la Polinesia, hasta la fecha
los tiburones son considerados animales sagrado y la encarnación de dioses y de las almas de
seres queridos. Según sus creencias, cuando estos se aparecen cerca a orillas de las playas, su
visita es considerado una protección contra las energías negativas.

En otros casos la imagen del Diablo, dentro de la cultura cristiana ha sido representado
simplemente con la imagen de un ángel caído del cielo, un ejemplo de ellos es en el
monumento de la Fuente del Ángel Caído en Madrid. Otros simplemente como un hombre con
diferentes rasgos físicos, pero con una actitud psicológica cruel o de maldad.

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