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Introducción

El gran problema de la filosofía moderna es negarle su valor al Principio de Causalidad,


dado que aparenta estar totalmente divorciado de la realidad y por tanto carecería de valor
científico. Lo que pretendemos mostrar es que este principio se fundamenta en los entes
participados. Ahora bien, qué es lo que posibilita la conexión entre los entes y el sujeto
cognoscente, qué hay en la cosa por la que descubro la causalidad, porqué cuando veo algo
necesariamente debo remontarme a una causa que como tal no existe. Para resolver este
enigma será necesario estudiar el constitutivo formal de los entes, el valor de nuestro
conocimiento del mundo sensible y el valor universal y necesidad del principio de causalidad.

Conocimiento de la sustancia:

La composición hilemórfica de los entes materiales nos son conocidos por los cambios
sustanciales y accidentales y a partir de ellos puedo decir que la sustancia es "aquello a lo que
por su esencia le compete ser en sí" y que Accidente será "aquello a lo que por su esencia le
compete ser en otro (esse in alio).
Podemos también llamar a ambos "predicamentos", dado que son modos especial de
ser: sustancia (cuando predico algo que es parte de la esencia) y accidente (cuando predico
algo que no pertenece a la esencia pero que le va unido; de parte de la materia: cantidad; de
parte de la forma: cualidad; según se tiene respecto de otro: relación, cuya naturaleza consiste
en referencia u ordenación de una sustancia respecto de otra. La relación es como un salir de
si hacia otro).
La relación parece poca cosa; a la luz de la participación puede sernos muy útil conocer
que dentro de la relación real se halla: la de dependencia en el ser (creación, ciencia humana),
o la de ACCION – PASIÓN (donde la relación es mutua, pues implica una modificación en los
dos extremos de la relación).
Ejemplo: Filiación: Sujeto…. Hijo.
Término……. Padres.
Fundamento de la relación……. Generación.
Relación…… Filiación.

Cada sustancia se ve perfeccionada por la interacción de unas con otras, y muchas veces
nos vemos rodeados de elementos que nos dejan ver claramente relaciones de diversos
órdenes (cognoscitivo, fisiológico), relaciones que nos hablan de uno que es agente y otro que
es paciente. Pero la acción y la pasión de cada sutancia sólo la conocemos cuando estamos
frente a uno que padece una acción (escucho un trueno, soy coaccionado) o frente a otro que
realiza una acción (quiero escribir, una bola que golpea a otra).

Es claro por tanto que más alla de qué sea eso que me toca, sin embarco la conozco
porque de algún modo padezco su accionar o algo otro padece mi accionar. Toca ver ahora
cómo se hace presente a mi intelecto aquello que se me presenta en el exterior.
El acto perceptivo. Los esquemas y el conocimiento de lo particular

La percepción es el acto del sujeto por el cual entra en relación cognoscitiva con el
objeto.
La realidad externa se presenta a mis sentidos con un número determinado de
cualidades (colores, figuras, movimiento, etc) que son captados por mis sentidos externos y
discriminados por el sentido común, que los capta como parte de un todo y un todo distinto de
otros, pero carece de la capacidad de valorar aquello que conoció. Es la cogitativa quien valora
la realidad presente como útil o no para alcanzar los fines concretos de esta vida y como tal es
su función su objeto serán no los sensibles per se sino los sensibles per accidens. Los sensibles
per accidens se fundamentan en los sensibles per se (algo bueno, que tiene una figura que es
persibida por los colores que captan nuestros ojos) y a la vez fundamentan a la misma
realidad, dado que ellos son a la vez inteligibles per se a la inteligencia. Es aquí donde donde
se da la mediación entre lo concreto y lo universal, lo sensible y lo inteligible, se da la
coordinación, integración y corrección de los sensibles per accidens de los sensibles per se, de
manera que son los per accidens los que resuelven perceptivamente la tensión dialéctica entre
lo inteligible y lo sensible, tensión que toma el nombre de Principio de Constancia Perseptiva
(lo extramental se hace presente al intelecto gracias a la emanación de las potencias inferiores
de las superiores * personal).
La cogitativa tiene por tanto una doble función: en sentido ascendente estructura la
realidad sensible tal como es mediante la formación de esquemas (la inteligencia para decir
que algo es más perfecto tuvo que ver las relaciones que se daban entre uno y otro, esto lo
hace la cogitativa), y en sentido descendente cualifica los objetos en relación a los valores
concretos que ellos ofrecen para el desarrollo de la vida del sujeto, poniéndose un puente
entre lo externo y lo interno. Podemos afirmar por tanto que hay una emergencia desde la
misma aprehensión de lo sensible hasta la formación de los conceptos:
a) Lo sensible que actúa sobre mis sentidos. El sentido común con su
función discriminativa y sintética, une y distingue lo que se da unido o no
en la realidad.
b) La cogitativa, sintetiza y discrimina para valorar y fijar los resultados
útiles de la experiencia pasada, pero no puede fijar los contenidos de
valor, más que en cuanto subyace ya o se en camina al establecimiento
de una regla general o criterio absoluto.
c) Consiste en la aprehensión absoluta de valor (universalidad metafísica) y
no propiamente en una estructuración de contenidos nuevos: son los
contenidos formales inteligibles de los sensibles per accidens (intentiones
decem praedicamentorum), aprehendidos a un nivel superior de validéz.
¿Qué es lo que me permite decir intelectualmente algo que de hecho no es
sensiblemente persibido? ¿Qué hay en las cosas que me permite persibir la causalidad y
formular un principio?
Partamos del hecho que el hombre es consciente de su personalidad (porqué me pegas.
No digas que fue tu mano). El hombre es consciente de una serie de acciones y pasiones en los
que actúa o bien los padece incluso como simple espectador.
En nuestra concepción de la causalidad intervienen la noción de actividad y pasividad, el
nexo que existe entre lo que denominamos causa y efecto y la universalidad y necesidad del
nexo (esto sólo es posible por la inteligencia, que superando lo particular formula un principio
universal)
 Nuestra noción de acción y pasión:
En cuanto modos de ser hacen un llamado a la noción de sustancia, dado que son
accidentes del mismo, pero también evocan la noción de relación porque son extremos de una
relación. Por lo cual decimos que no surgen en nuestro entendimiento por derivación de
dichas nociones por vía analítica: deben surgir a posteriori, es decir, de la experiencia. "Cuando
han surgido éstas nociones y se han establecido la relación entre los extremos, al menos uno
de ellos debe ser alcanzado por un recurso a la experiencia actual", por tanto, el principio que
formule debe fundarse en la realidad, a lo menos en uno de los extremos.
En el supuesto de que plasmo mis ideas en un papel, observo que mis ideas se
adecúan con lo que escribo, que mi pluma se mueve por mi voluntad y que yo soy consciente
de todo este proceso (vemos movimientos ordenados que responden a la acción de mi
voluntad dirigida por la inteligencia). En esta experiencia directa en la que el sujeto toma parte
de la acción y pasión, es inequívoca la presencia de lo que llamamos causalidad, pues veo que
son mis ideas iguales a las palabas que escribo.
La acción y la pasión se da por tanto en el mundo sensible y en mi mismo, las veo
desde la misma aprehensión de la realidad hasta la emergencia de un valor superior de aquello
mismo que veo (cocepto). "La comprensión global y la percepción de la causalidad, en su
estadio maduro, han de sostener como presentes a la vez ambos aspectos: no percibiría mi
actividad en el escribir si no persibiese, además de la dirección activa de la atensión sobre las
ideas y los movimientos de la mano, el sucesivo moverse de la pluma y el llenarse del papel".
(Similarmente cuando padezco el accionar de una causa exterior). "La percepción de la
causalidad, como de la sustancia, y de todo contenido ontológico, es obra de la inteligencia
directa, sobre el fundamento de una apropiada preparación fenoménica. Ésta percepción tiene
como terminación los esquemas perceptivos, los cuales son síntesis virtuales por las que voy
organizando la experiencia futura sobre el fundamento de los datos de la experiencia actual.
Los esquemas perceptivos tienen así dos direcciones funcionales: a parte ante, como
organizaciones unitarias de la experiencia pasada y a parte post como principios o
virtualidades o síntesis para la experiencia futura. Ésta y cualquier otra percepción, aún cuando
pueda envolver en su percepción remota procesos comparativos e integrativos, en su
presentarse actual capta su objeto en su integridad y actualidad sin un proceso de
argumentación. La inmanencia en el contenido concreto de percepción del contenido
inteligible, que la mente capta por emergencia, asegura la unidad objetiva, mientras la
continuidad y la simplicidad unificante de la conciencia asegura la unidad subjetiva". Es decir,
que aquello que capté una vez como bueno o útil, se imprime de algún modo dentro del
entretejido de los esquemas, proporcionando al intelecto, relaciones que le ayudan a captar
un valor superior al de la cosa misma; un perro, entra dentro de mi concepto de animal por ser
cuadrúpedo, mamífero, que ladra, con conocimiento sensible.
En el caso de la causalidad, hemos visto un número de relaciones en los que se ve la
acción y la pasión de los entes, y unos reaccionaron de una determinada forma porque hubo
una acción capaz de producir una pasión en un sujeto capaz de padecer. Qué sucede, veo que
más de una vez se repite el mismo procedimiento y generalmente se produce un efecto
semejante, de donde mi cogitativa valora la acción y la pasión de las sustancias y ve una
dependencia a otra. El intelecto conoce las formalidades del accidente relación (intentiones
decem praedicamentorum) y como se da la unidad subjetiva y la objetiva creo el principio de
causalidad para manifestar que ciertas sustancias al padecer determinado accionar se produce
lo que denominamos efecto.

"formados los hábitos perceptivos caen en la subconsiencia, como armadura inútil y


embarazosa, y que dan los procesos de formación, de modo que la conciencia pasa a la
inmediata estructuración de la experiencia actual, sin referencia explícita a la experiencia
pasada. Laos resultados de esta son vividos como presentes y la atensión se puede concentrar
sobre la actitud total de conciencia, en que es dada la causalidad, como un todo unitario
inmediatamente dado: puesto que son inmediatamente dadotanto los contenidos como las
relaciones, como también la mirada unificante del ojo interior. Y es por esto por lo que la
percepción de la causalidad, como toda ora percepción, aun cuando pueda envolver en su
preparación remota procesos comparativos e integrativos, en su presentarse actual capta su
objeto en su integridad y actualidad sin un proceso de argumentasión. La inmanencia en el
contenido concreto de percepción del contenido inteligible, que la mente capta por
emergencia, asegura la unidad objetiva, mientras la continuidad y la simplicidad unificante de
la conciencia asegura la subjetiva. (561 – 562)"
Conclusión:
El principio de causalidad, tal como lo formula nuestra mente, no es un a piori, pues es
la expresión intelectual de una realidad que no es sentida sino apersibida por el acto
perceptivo del sujeto consciente que contempla un ente participado. Tampoco es a posteriori,
si entendemos que cada vez que queremos producir un efecto debamos estudiar todo el
proceso cognoscitivo para fundamentar nuestro deseo, sucede que formado los esquemas y
perfeccionado por las diversas aprehensiones presentes y pasadas puedo buscar algo que
actualmente no poseo. Ejemplo: un perro que tiene sed va en busca de agua, y no
necesariamente tiene que ver en cada momento que el agua es buena para calmar su sed, lo
aprehendió una vez y si la necesita la busca. El hombre conoce cosas, pero para tomar agua lo
puede hacer o con un vaso o con un termo, pero si quiere tomar mate y con agua caliente va y
compra un termo que le conserve mejor el calor para no estar repetidamente calentando el
agua.
El termino causalidad (que relaciona algo que llamamos causa y otro que decimos
efecto), no aparece como tales en la realidad sino en mi inteligencia, lo que veo son entes que
se relacionan. Si negamos el principio de causalidad por decir que no tiene fundamento en la
realidad entonces nos podemos ir porque de nada nos sirve estar aquí escuchando, o si
carecemos de algo directamente no lo busquen que solo se va a dar. Para desgracia nuestra,
vivimos en un mundo donde la causalidad expresa todo, nuestro conocimiento, nuestro modo
de ser, nuestra relación con los demás seres, el mismo progreso en las ciencias es
consecuencia o efecto de la causalidad. Si negamos la causalidad, entonces no hay razón para
buscar retornar a nuestro Dios, causa primera, porque de hecho no lo podemos llamar creador
y no nos podemos denominar creaturas.

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