Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Nadie en jade,
Nadie en oro se convertirá:
En la tierra quedará guardado
Todos nos iremos
Allá, de igual modo.
Nadie quedará,
Conjuntamente habrá que perecer,
Nosotros iremos así a su casa.
Se acercó aquí
Hace giros la tristeza
De los que en su interior viven…
Meditadlo, señores,
Águilas y tigres,
Aunque fuerais de jade,
Aunque allá iréis,
Al lugar de los descarnados…
Tendremos que desaparecer
Nadie habrá de quedar.
2. Nezahualpilli (1464-1515) fue rey de Texcoco al suceder a su padre
Nezahualcóyotl, en 1473.
Por desgracia ,sólo uno de sus poemas sobrevive y es llamado Nezahualpilli yc tlamato
huexotzinco («canción de Nezahualpilli durante la guerra con huexotzinco»).
Asesinado por los españoles en la tristemente célebre matanza del Templo Mayor, en
1520, reveló en su poesía temas más existenciales, como la guerra y la amistad.
Amigos nuestros,
escuchadlo:
que nadie viva con presunción de realiza.
El furor, las disputas
sean olvidadas,
desaparezcan
en buena hora sobre la tierra.
También a mí solo,
hace poco me decían,
los que están en juego de pelota,
decían, murmuraban:
¿Es posible obrar humanamente?
¿Es posible actuar con discreción?
Se extiende la niebla,
resuenan las caracoles,
por encima de mí y de la tierra entera.
Llueven las flores, se entrelazan, hacen giros,
vienen a dar alegría sobre la tierra.
Yo sólo digo,
Yo, Cacamatzin,
Ahora sólo me acuerdo
Del señor Nezahualpilli.
¿Acaso allá se ven,
acaso allá dialogan
él y Nezahualcóyotl
en el lugar de los atabales?
Yo de ellos me acuerdo.
Siguió de cerca la elaboración de nuestra “Piedra del Sol” y fue, además, gran guerrero.
5. Macuilxochitzin, una de las pocas poetisas nahuas, nació en 1435 y fue hija del
famoso guerrero Tlacaélel.
7. Tlaltecatzin, poeta del siglo XIV, señor de Cuauhchinanco.
Su único canto está dedicado a los placeres terrenales, pero en él se vislumbra también
la angustia de la muerte.
En la soledad yo canto
a aquel que es mi Dios
En el lugar de la luz y el calor,
en el lugar del mando,
el florido cacao está espumoso,
la bebida que con flores embriaga.
Yo tengo anhelo,
lo saborea mi corazón,
se embriaga mi corazón,
en verdad mi corazón lo sabe:
Ya estás viejo,
yo más que tú,
ya lo sé,
pero vives y vivo.
9. Tochihuitzin Coyolchiuhqui vivió entre fines del siglo XIV y mediados del
XV.
Sólo un canto ha llegado hasta nosotros. Canta las glorias de su tierra, reflexiona y
medita.
Quedará el águila
frente al rostro del agua.
Habrá transformación en la tierra,
movimiento en el cielo,
allá ha quedado
Tlacamazatl, el chichimeca.