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El modelo que impulsa Singapur para

potenciar habilidades sociales en sus


estudiantes de primaria
Como una manera de reducir los niveles de estrés y angustia entre niños y niñas, el
Ministerio de Educación de la ciudad Estado anunció cambios en las formas de calificación,
específicamente en el Examen Final de Educación Primaria (PPSLE) necesario para ingresar a
la educación secundaria. Este nuevo formato de medición cualitativa, contribuiría a potenciar
habilidades para el trabajo en equipo y reducir el estrés en la preparación.
POLITICAS PUBLICAS ASIA PACIFICO 14 Agosto 2018

 
 
Singapur destaca por ser un país con ciudadanos bien formados y altamente competitivos en
el mercado internacional. Estas cualidades se explican por un sistema de educación
orientado al trabajo duro y la autoexigencia. Sin embargo, el gobierno de Halimah Yacob
propuso una serie de cambios en las formas de evaluación, con el fin de responder a las
distintas habilidades presentes en las aulas y no discriminar a nadie por no quedar entre los
puntajes más altos. Una descripción de estas medidas y otras que se relacionan con el
Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 sobre educación de calidad, a continuación.
Felicidad en las calles, frustración en las salas de clases
Pese a que el Reporte Mundial de Felicidad de 2015 considera a Singapur por como uno de
los países más felices en el Asia Pacífico, la realidad es distinta en los salones de clases
donde el estrés y las frustraciones han sido más frecuentes de lo habitual, sobre todo en
época de exámenes finales. Según Dave Hill en una publicación realizada el 2009 sobre las
diferencias entre el mundo rico y el pobre en sus sistemas educacionales, las escuelas
singapurenses son como una olla a presión, donde no solo se producen tensiones entre los
alumnos, sino también con sus padres.
Esta realidad fue alertada ocho años antes por la Unicef, que en un estudio realizado el
2001 determinó que la ansiedad provocada por las evaluaciones y exámenes finales son una
de las principales causas de angustia entre los jóvenes menores de 14 años en la ciudad
Estado. Este estudio demostró que el 36 por ciento de los niños encuestados siente que
fallar la Prueba Final de Educación Primaria (PPSLE) es su miedo más grande, ya que detrás
de su éxito o fracaso hay un cúmulo de presiones, no solo de la familia, sino también de sus
profesores y tutores particulares que contribuyen en la sobrecarga de trabajo durante los
meses previos a las pruebas.
La consideración de este panorama llevó a que el año 2010 el Ministerio de Educación
reconociera el alto nivel de estrés en los niños de primaria y se comprometiera a disminuir
considerablemente el porcentaje de afectados. A tal efecto, impulsó un programa de “reducir
la competencia insana” que consiste en no dar a conocer los nombres de aquellos
estudiantes que obtengan los primeros lugares en el PPSLE, o no evaluar el rendimiento
durante el transcurso de la educación secundaria con base en los resultados obtenidos en
primaria.
Asimismo, el programa comenzó un proceso de revisión de los indicadores de evaluación en
las escuelas con el fin de incorporar otros logros que no sean solamente académicos y, por
el contrario, alienten a los estudiantes a ser personas con un grado de reflexión más
profunda, con mayor facilidad para la sociabilidad, además de ahondar en cualidades útiles
para el trabajo en equipo. Este replanteamiento de las evaluaciones no no solo supone la
revisión de indicadores, también los tipos de exámenes y métodos de enseñanza para
complementar el aprendizaje memorístico con otras formas como la comprensión y la
experimientación.

Incremento del bienestar y el aprendizaje en las emociones


El interés del gobierno singapurense por mejorar los estándares de evaluación de los niños,
niñas y jóvenes de educación primaria no quedó solo en las iniciativas anteriormente
señaladas, pues el 2016 el Ministerio de Educación anunció una serie de medidas para
mejorar la felicidad y el bienestar de los estudiantes. Para ello se estableció una nueva visión
donde las escuelas se reconocen como inclusivas de todos los tipos y necesidades de
aprendizaje. Asimismo, alentó a los alumnos a desarrollar una “pasión por aprender” que a
diferencia del enfoque en los resultados académicos, favoreciera una visión holística que
minimizara los desequilibrios producidos por los distintos puntos de partida.
Sin embargo, un año antes el propio ministerio dio inicio al programa Aprendizaje Social
Emocional (SEL por sus siglas en inglés) que pone el acento en el establecimiento de
relaciones positivas para el desarrollo del aprendizaje y la creación de un ambiente seguro y
cuidadoso donde la relación positiva entre estudiantes y profesores sea crucial. Este
programa se estructura gracias a la definición de cuatro principios guía:

1. Integrar en el plan de estudios los valores centrales del país: respeto,


responsabilidad, resiliencia, integridad, cuidado y armonía
2. Asegurar que las competencias emocionales se enseñen bajo los cinco dominios de
autoconciencia, conciencia social, autogestión, gestión de relaciones y toma de
decisiones responsable
3. Hacer del ambiente escolar un facilitador para el desarrollo de las competencias
anteriormente descritas
4. Asegurar que los estudiante demuestren buen carácter

De esta manera, el programa potencia las habilidades emocionales y la llamada


alfabetización cívica, sustentada en la conciencia global y desarrollo de expresiones
interculturales que son necesarias para la vida comunitaria.

Cambios audaces para la educación del siglo XXI


A comienzos de mayo de 2018, la presidenta Halimah Yacob, durante la apertura del
Parlamento anunció que haría cambios audaces en materia de educación, con el fin de
recoger el trabajo realizado por el ministerio en años anteriores. Oir la voz de los niños y
niñas y afrontar los desafíos del nuevo milenio en cuanto al desarrollo científico y
tecnológico. Para ello el gobierno consideró que es fundamental la reestructuración de la
Prueba Final de Educación Primaria (PSLE), idea que fue reafirmada días más tarde por Ong
Ye Kung, ministro de Educación, quien reconoció la intención de darle a cada tipo de
aprendizaje un espacio justo dentro del sistema de evaluación.
De esta manera, el ministro confirmó que finalmente la PSLE será reemplazada el año 2021
por una forma de evaluación más integral que refleje con mayor exactitud la diversidad de
habilidades que tienen los estudiantes. Esta nueva evaluación sustentada en niveles de
logro, no solo reduciría el estrés de los niños y niñas, sino que eventualmente lograría
que quienes cursen estudios de educación primaria disfruten más del proceso de
aprendizaje y desarrollen habilidades sociales para el trabajo en equipo.
Aunque la determinación de modificar los contenidos de la PSLE y sus criterios de evaluación
fue criticada por amplios sectores de la sociedad singapurense -ya que en su opinión el
examen actual insta al trabajo duro y premia al apoyo de las familias en la formación- surge
también una postura que apoya la incorporación de elementos cualitativos de evaluación que
midan habilidades no competitivas. Una de estas posturas es la propuesta por McMorran y
Ragupathi, en un artículo publicado en 2017 sobre la evaluación sin notas numéricas, donde
se sostiene que más que los resultados, es en las habilidades de cooperación entre pares
donde está el entrenamiento vital para el mundo real.
Más aún, en un una publicación de Bharati Jadish luego del anuncio de la presidenta de
Singapur, se pregunta si en realidad la identificación, distribución y análisis de estudiantes
bajo la campana de Gauss es importante para el desarrollo de las habilidades. En su opinión,
la medición de desempeños es necesaria, aunque coincide con aquellos que sostienen que el
espíritu competitivo impulsa a sobresalir y superar a los compañeros, lo que produce más
niveles de estrés. Por tal motivo considera necesaria la motivación para trabajar duro y dar lo
mejor de sí, no en el contexto de una competencia insana por mejores notas, sino en todo
ámbito, incluyendo el deporte y las artes.

Intención de eliminar notas en los primeros cuatro años de


educación
En nuestro país, en una experiencia similar a la que comenzaría a vivir Singapur, el Liceo
Manuel de Salas inició en 2017 un proceso de evaluación sustentado en un sistema sin notas
numéricas. Esta experiencia ha sido considerada exitosa por algunos expertos y vista con
entusiasmo por miembros de la Comisión de Educación del Senado.
Una opinión favorable de este sistema de evaluación tuvo Luis Felipe Rojas, profesor de
historia de la Universidad Católica y director del Preuniveritario Pedro de Valdivia sede
Vitacura. “Hasta el momento las notas no han sido un fiel reflejo de lo que los alumnos
saben, lo que logran muchas veces es frustración porque esos números no reflejan lo que
ellos saben ni mucho menos en qué se equivocaron. La evaluación cualitativa, en cambio,
enseña y mide de acuerdo a las habilidades. Uno de los grandes problemas que vemos en
educación es que los alumnos llegan rendir la PSU sin saber cuáles son sus habilidades, es
decir, para qué son buenos. Por eso me parece bien que hasta quinto básico las
evaluaciones no tengan notas y se evalúen habilidades y de sexto hacia adelante haya
evaluaciones mixtas, que mida cuantitativa y cualitativamente a los alumnos”, señaló.
A juicio de Rojas, las ventajas de la evaluación cualitativa se podrían evidenciar incluso en la
enseñanza de matemáticas. “Es especialmente importante. En nuestra experiencia
evidenciamos cómo los alumnos son capaces de llegar rápidamente a un resultado, pero no
saben cómo llegaron a él y mucho menos explicarlo con palabras. La parte más importante
de la matemática es saber cómo se llegó al resultado. Esta falencia generalizada se produce
porque se preparan para llegar al resultado, sin importar el proceso. Esto pasa en
matemáticas y en todas las ciencias”, agregó.
En relación a la posibilidad de desarrollar habilidades sociales a través de formas de
evaluación cualitativa, opinó que son efectivas y que brindan la posibilidad de optimizar la
conciencia de trabajo en equipo. “Es común que los alumnos, desde muy pequeños vayan a
los colegios a competir. Nosotros incluso lo vemos bastante en el preuniversitario, cuando
se preguntan por los puntajes y las notas que trajeron desde el colegio. El problema surge
cuando en los primeros años del colegio no obtienen los resultados que quieren y sienten
que no son buenos, lo que genera frustración y se les quiten las ganas de ir al colegio”,
sostuvo.

Recuperado de https://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/modelo-evaluacion-
cualitativa-educacion-primaria-singapur

Biblioteca Del Congreso Nal de Chile/BCN (Observatorio)

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